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Mientras Erdoğan se muestra provocador con respecto a Gaza, los cristianos turcos prefieren la paz

En medio del centenario de la república secular, Erdoğan inaugura una nueva e importante iglesia. Los cristianos locales analizan la postura de esta sociedad musulmana sobre Palestina.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, habla durante una marcha en solidaridad con los palestinos de Gaza.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, habla durante una marcha en solidaridad con los palestinos de Gaza.

Christianity Today November 17, 2023
Burak Kara / Stringer / Getty / Edición por CT

Al defender a Hamás, el presidente turco, Recep Erdoğan, eclipsó a su propia nación.

Un día antes del centenario del Estado moderno de Turquía el mes pasado (ahora llamado formalmente Türkiye), aproximadamente 1.5 millones de personas se reunieron para una manifestación pro-Palestina el 28 de octubre y escucharon a su líder de tendencia islamista denunciar a Israel como un «criminal de guerra».

El 25 de octubre, Erdoğan había declarado que «Hamás no es una organización terrorista, es una organización de liberación, de muyahidines que luchan para proteger su tierra y a sus ciudadanos».

Los observadores señalaron que inmediatamente después de los ataques terroristas del 7 de octubre por parte de Hamás que mataron a 1200 israelíes, en su mayoría civiles, y tomaron 240 rehenes, Erdoğan había adoptado un tono cauteloso. Circularon informes (negados por Ankara) de que funcionarios turcos pidieron discretamente a los líderes de Hamás que abandonaran el país candidato a la Unión Europea. Y antes de la manifestación, el presidente reiteró que nunca podría excusar actos dirigidos en contra de civiles.

Entonces algo cambió.

A pesar de los esfuerzos del año pasado por sanar la brecha diplomática con Israel, Erdoğan ahora cuestiona su existencia.

«¿Qué era Gaza y Palestina en 1947 y qué es hoy?», preguntó retóricamente, en referencia al establecimiento del Estado israelí en 1948. «Israel, ¿cómo llegaste aquí? ¿Cómo entraste? Eres un invasor».

Y ampliando su alcance, el jefe de la nación miembro de la OTAN afectó a sus aliados en términos religiosos, calificando el ataque contra Gaza de «venganza» por la caída de Constantinopla en el siglo XV.

«Oh, occidente, te lo digo a gritos: ¿quieres comenzar de nuevo tu cruzada contra la Medialuna?», preguntó Erdoğan. «Si están haciendo tales esfuerzos, sepan que esta nación no está muerta».

Al día siguiente, en una celebración silenciosa, colocó una tradicional ofrenda floral en la tumba de Mustafa Kemal Atatürk, quien abolió el califato otomano y estableció una república secular en 1923. Entre la audiencia se encontraba el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Oriental, Bartolomé I.

Dos semanas antes, Erdoğan asistió a la inauguración de la iglesia ortodoxa siríaca Mor Ephrem, en honor a los aproximadamente 25 000 ciudadanos cristianos asirios de Turquía. Fue la primera iglesia construida con recursos estatales desde la fundación de Atatürk.

Y desde que el partido de Erdoğan tomó el poder en 2002, se han restaurado 20 iglesias.

«La iglesia que hemos construido es un símbolo de la libertad religiosa y de creencias en nuestro país», afirmó Erdoğan. «En un momento en que las divisiones, los conflictos y los crímenes de odio basados en el origen religioso y étnico están aumentando en nuestra región y en el mundo, esta actitud de bienvenida por parte de Turquía es muy importante».

Sus comentarios del 15 de octubre fueron conmovedores, ya que la guerra entre Israel y Hamás estaba en pleno apogeo. Entre la ceremonia en la iglesia y la manifestación palestina, Erdoğan envió la solicitud de Suecia para la OTAN al parlamento turco para su ratificación. Y este mes, la base aérea de Incirlik, en el sureste de Turquía, recibió el despliegue de un par de bombarderos estadounidenses B-1 Lancer de largo alcance.

La semana pasada, manifestantes turcos intentaron asaltar la base aérea.

Los cristianos turcos han tenido una relación complicada con Erdoğan y, por lo general, no hablan sobre cuestiones políticas. Pero un creyente expresó su profundo descontento con los comentarios del presidente.

«No es aceptable. Hamás es una organización terrorista», afirmó Gokhan Talas, fundador del Ministerio de Publicaciones Miras. «Llamar su ataque de otra manera podría causar otro trauma doloroso para las víctimas y sus familias».

La pequeña comunidad evangélica de Turquía dijo, tiene opiniones diversas sobre Israel, derivadas tanto de diferencias políticas como escatológicas. Algunos hablan en términos de apoyo incondicional al Estado judío proféticamente reconstituido. Otros, que rechazan esa teología, encuentran justificación para la respuesta militar palestina.

Pero Ali Kalkandelen, presidente de la Asociación de Iglesias Protestantes de Turquía, dejó clara su posición unificada.

«Como cristianos, creemos que Dios es juez sobre todo», dijo. «Estamos en contra de cualquier guerra, matanza y muerte de personas inocentes».

Están orando por ambas partes, añadió. Y también por Erdoğan.

Talas cree que las primeras reacciones de Israel fueron «justas y equilibradas», en consonancia con su derecho a la autodefensa. Pero también cree que él lo que llama sus posteriores «ataques desequilibrados» y «medidas insuficientes» para proteger vidas civiles merecen críticas por contribuir a una «tragedia» humanitaria.

Quiere que todas las personas impulsen a ambas partes hacia la paz.

Pero la mayoría de los cristianos, turcos y extranjeros, permanecen en silencio, cautelosos de ser etiquetados como proisraelíes, dijo Daniel Brown, director del Instituto para el Estudio de la Religión en Medio Oriente, con sede en Estambul. Aparte de los llamados a la paz, los líderes cristianos han hecho pocas declaraciones públicas.

La iglesia es pequeña y reticente a comentar sobre temas delicados.

«Se reconocen problemas graves en todo el mundo», dijo Brown, «y que el pueblo de Dios no debería tomar partido contra nadie a quien Dios ama».

Pero si la guerra en Gaza ha dividido (o acallado) a los cristianos turcos, la sociedad turca es decididamente pro-Palestina. Una encuesta reciente muestra un apoyo abrumador a un alto el fuego y a la posterior participación turca en los esfuerzos por preservar la paz. Al examinar el pulso público, Erdoğan se ha «alejado» de Benjamín Netanyahu. Mientras tanto, un periódico de la oposición ha caricaturizado al primer ministro israelí como un vampiro.

El parlamento turco procedió a boicotear a Coca-Cola y a Nestlé.

La mayoría de los turcos no apoyan el terrorismo «injustificable» de Hamás, dijo Mustafa Akyol, autor turco de Islam Without Extremes: A Muslim Case for Liberty. Su simpatía por Palestina, como la que se encuentra en las naciones de mayoría musulmana, está actualmente ligada a los miles de niños asesinados por las bombas israelíes.

Esto no significa que sean antisemitas, afirmó. En Turquía sí hay posturas a favor de Hamás y antisemitas, incluso dentro de la base política de Erdoğan. Pero el motor de las mismas, dijo Akyol, son las «décadas de la terrible situación» del pueblo palestino. También se culpa a Estados Unidos y Occidente.

«Cuanto más continúe ese horrible sufrimiento», dijo, «más los sentimientos turcos se volverán en contra de Israel».

Al mismo tiempo, otra encuesta realizada en el centenario encontró que el 64 % de la población turca apoyaba el secularismo. Solo el 19 % apoyó un gobierno islámico. Una sólida mayoría (45 %) apoyó imitar a Alemania, o a Qatar en segundo lugar (9 %).

A diferencia de la celebración discreta, Talas observó una conmemoración y entusiasmo popular generalizados. Dijo que la nación estaba «orgullosa» de ser a la vez laica y democrática, y creía que Erdoğan se está preparando para las próximas elecciones municipales.

Kalkandelen no cree que la ruptura con Israel sea grave.

«Turquía ha sido un muy buen aliado de Israel durante muchos años», afirmó. «Creo que mantendrán esta relación positiva en el futuro».

Sin embargo, la estridencia de Erdoğan lo «sorprendió». A pesar del apego religioso del presidente a los palestinos, Kalkandelen dijo que el líder turco es experto en mantener una política exterior equilibrada. Confía en que Erdoğan no enrede más a la nación en controversias geopolíticas y espera que Israel reconocerá la sensibilidad de este tema y no permitirá que ponga en peligro las relaciones.

Sin embargo, las apariencias son diferentes, ya que ambas naciones han retirado a sus respectivos embajadores.

Aun así, Turquía no ha roto relaciones diplomáticas y ha mantenido contactos de inteligencia al tiempo que propone un papel para ayudar a mediar en las negociaciones sobre rehenes. Y los informes afirmaron que Turquía facilitó la entrega a Israel de un millón de barriles de petróleo desde Azerbaiyán.

Aun así, la red turca TRT [Corporación Turca de Radio y Televisión] recibió a un líder de Hamás que declaró que el 7 de octubre «allanó el camino» para derrocar a Israel y llamó a los clérigos a «incitar a la nación islámica [a] tomar medidas».

Poco después, la Unión Internacional de Eruditos Musulmanes, con sede en Qatar, emitió una fetua convocando a las naciones musulmanas a una intervención militar.

Los lazos anteriormente fuertes entre Turquía e Israel se rompieron en 2010 cuando las fuerzas israelíes atacaron un barco turco que intentaba romper su bloqueo a Gaza. En los años siguientes, las relaciones entre los dos países fueron inestables. En 2014, Erdoğan afirmó que lo que él creía que era la respuesta desproporcionada de Israel a la violencia liderada por Hamás estaba «manteniendo vivo el espíritu de Hitler».

No obstante, los vínculos se repararon moderadamente; pero luego, en 2018, Turquía retiró a su embajador después de que Donald Trump trasladara la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Dos años más tarde, las relaciones se restablecieron una vez más. Tras el terremoto de 2022 en el sureste de Turquía, Israel afirmó que había enviado la segunda delegación de ayuda humanitaria más grande, allanando el camino un mes después para la visita del presidente israelí Isaac Herzog a Ankara para la primera visita de alto nivel desde 2008.

Y en septiembre pasado, Erdoğan se reunió con Netanyahu por primera vez.

«Ambas partes se acercan a la otra de forma oportunista», afirmó Talas. «Pero lo que sucede a largo plazo se basa en intereses mutuos».

Sin embargo, dijo, los intereses cristianos deben buscar la paz. Él cree que el fracaso de las potencias internacionales para abordar la actual ocupación israelí ha creado una cultura de odio en la región, y que la respuesta del terrorismo vengativo solo ha perjudicado aún más a los palestinos.

Sin embargo, demasiados cristianos estadounidenses tienen una comprensión «incompleta» que pasa por alto las cuestiones sociales, culturales e históricas de un conflicto arraigado, dijo Talas. Y peor aún, dijo, apoyar a Israel de manera incondicional ignora a los compañeros creyentes palestinos que luchan y se sacrifican diariamente por el Evangelio.

Este Evangelio es el fundamento del consejo de Talas para todos.

«Ama a tu enemigo. Ama a tu prójimo. Busca el bien y todo lo bueno», dijo Talas. «Cualquier motivación distinta a estos mandamientos solo genera discusiones complejas e inútiles».

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Pastores se preguntan qué pasó con los miembros de sus iglesias que no regresaron después de la pandemia

Una nueva investigación muestra que el desacuerdo con las políticas de las iglesias en respuesta al COVID-19 provocó cambios en la asistencia, pero «hay mucho que sigue siendo un misterio».

Christianity Today November 16, 2023
laterna magica / Lightstock

Después de unos años difíciles durante la pandemia, Paul Seay está feliz de ver que más personas vienen a las dos iglesias metodistas que pastorea en Abingdon, Virginia.

Aun así, no puede evitar preguntarse: ¿qué pasó con las personas que nunca regresaron?

«Algunos habían estado muy involucrados y simplemente se fueron», dijo Seay, quien dirige la iglesia Charles Wesley United Methodist Church, una congregación históricamente negra, y la iglesia Abingdon United Methodist Church (United Methodist Church, en adelante UMC por sus siglas en inglés), una gran iglesia de ladrillo rojo al final de la calle.

En su punto más bajo, la iglesia Charles Wesley tenía una asistencia de unas seis personas. Las cosas no llegaron a estar tan mal en Abingdon UMC, que tenía alrededor de 180 congregantes antes de la pandemia. Pero también tuvo dificultades a causa del impacto del COVID-19.

Sus iglesias no fueron las únicas. Según un nuevo estudio sobre el impacto de COVID-19 en la iglesia estadounidense realizado Arbor Research y Church Salary, una publicación hermana de Christianity Today, más de una de cada tres iglesias vio una disminución en la asistencia entre 2020 y 2022. Y aunque muchas congregaciones como la de Seay, han visto un crecimiento desde sus días más oscuros, todavía parece que les faltan algunas personas.

«No era raro en las conversaciones con pastores», encontraron los investigadores, «escuchar historias de “un tercio” o “la mitad” o “20 %” de una congregación que no regresó una vez que se reabrieron las puertas».

Charles Wesley UMC ahora tiene alrededor de 20 personas en un buen domingo, y Abingdon UMC ha crecido a alrededor de 200. Pero Seay todavía recuerda a las personas que ya no están en los bancos.

«La pandemia», dijo a CT, «realmente golpeó a la congregación».

No parece haber una única explicación clara para esto. La encuesta realizada a 1164 pastores protestantes, seguida de 17 grupos focales y nueve estudios de casos en persona, encontró explicaciones variadas y complicadas. En todo el país, pastores de 42 denominaciones diferentes dijeron que la gente se fue por desacuerdos sobre las políticas de salud, por otros desacuerdos, o bien, porque se mudaron —muchas veces, sin explicación alguna—.

«En última instancia, gran parte de esto es un misterio», dijo Seay. «Es simplemente una nueva frontera».

Según el estudio, las iglesias en las grandes ciudades y los suburbios tuvieron más probabilidades de ver una disminución en la asistencia, mientras que las iglesias rurales tuvieron menos probabilidades. Las congregaciones mayoritariamente de raza negra fueron las más afectadas: el 64 por ciento informó una disminución de la asistencia desde el 2020.

El informe encontró que las reacciones relacionadas a las restricciones por la pandemia tuvieron el mayor impacto en la asistencia a la iglesia. En ocasiones, las iglesias que cerraron sus puertas durante largos periodos, limitaron la asistencia y exigieron el uso de mascarillas durante intervalos prolongados perdieron miembros que querían volver a la «normalidad» más rápidamente. Y las iglesias que respondieron con menos restricciones a veces perdieron miembros que eran más cautelosos o tenían problemas de salud.

Perry Hunter, quien dejó su congregación de la iglesia Church of Christ en Borden, Indiana, todavía se siente un poco conflictuado. La iglesia antigua y rural permaneció cerrada durante mucho tiempo durante la pandemia, por lo que Hunter, que era diácono, decidió visitar una iglesia más grande a unas 15 millas al sur.

«Sentí que necesitábamos ir a una iglesia más grande para los niños y tener más cosas que hacer sin que yo estuviera a cargo», dijo. «No era nada personal acerca de nuestra antigua iglesia, pero el tiempo que pasamos en la iglesia más grande, a nuestros hijos les encantó, y mi esposa se mostró receptiva».

Todavía da dinero a Church of Christ, pero al final, Hunter y su familia se quedaron en la iglesia cristiana independiente Northside.

Otros que abandonaron sus iglesias durante la pandemia se sienten traicionados. Una mujer, quien habló con CT bajo condición de anonimato, dijo que continúa trabajando como administradora en su iglesia no denominacional de tamaño mediano. Pero dejó de asistir a los servicios porque sentía que los líderes no estaban tomando en serio sus problemas de salud.

«Todavía estoy sorprendida de que el cuerpo de Cristo no haya sido más compasivo al garantizar que el covid no se propagara», dijo.

No sabe cuándo volverá ni si volverá.

Muchos líderes de la iglesia vieron la decisión de cuándo y cómo reabrir los servicios en persona como un callejón sin salida. Parecía que cualquier cosa que hicieran o dijeran, o cualquiera que fuera su decisión sobre cómo responder a las recomendaciones de salud por la pandemia, alguien se enojaría y se iría.

«Es un hecho que toda la pandemia estuvo altamente politizada», dijo Drew McCallie, pastor principal de la iglesia First Farragut UMC en el este de Tennessee.

En Farragut, la asistencia cayó de aproximadamente 220 en un domingo promedio a alrededor de 80. Además de la pandemia, la iglesia también pasó por cambios de personal y canceló uno de sus servicios regulares de culto.

Pero ahora la iglesia ha vuelto a tener alrededor de 100 asistentes regulares, y sigue creciendo. McCallie dice que la congregación, que comenzó a pastorear apenas hace unos meses, tiene una base muy sólida de miembros comprometidos, por lo cual está muy agradecido. Pero él y otros pastores con los que ha hablado han notado que algunos miembros que han regresado no se ofrecen como voluntarios tan rápidamente como antes.

«Algunas personas dieron un paso atrás y dijeron: “Me di cuenta de que estaba dando tanto de mí que estaba agotado y, de hecho, disfruté tener un poco más de tiempo libre”», dijo.

Otros líderes de la iglesia dicen que han tenido que lidiar con la idea de que no podían haber hecho nada para retener a la gente. Los feligreses que alguna vez estuvieron comprometidos están abandonando las iglesias porque abandonan el área. La pandemia provocó una avalancha de mudanzas y cambios de trabajo, lo que afectó el lugar donde esas personas iban a la iglesia.

«Perdimos a casi todas las familias jóvenes de la iglesia excepto la mía», dijo Jeff Schoch, pastor principal de la Iglesia Bíblica Crossroads en San José, California.

Las restricciones por la pandemia y el alto costo de vida hicieron que California fuera poco atractiva para algunas familias jóvenes. Y aunque estas familias no estaban descontentas con su iglesia, el pastor siente que pagó un precio.

«Fue una patada en el estómago: todo el tiempo conectándonos con ellos, integrándolos en la iglesia, y todos se mudaron a Boise», le dijo a CT. «Tuvimos mucha gente que se mudó».

No obstante, otras iglesias dicen que las reubicaciones por la pandemia han llevado a un nuevo crecimiento. En la iglesia Crossover Church en Tampa, Florida, el pastor ejecutivo Christopher Harris dijo que todas las métricas de su iglesia tuvieron una tendencia al alza durante la pandemia: asistencia, donaciones, bautismos y salvaciones. La iglesia, que su sitio web describe como multiétnica, multigeneracional y centrada en Cristo, recibe un promedio de 35 a 40 nuevas familias cada semana.

«Estamos en una de esas ciudades de Estados Unidos que tiene un crecimiento poblacional explosivo», dijo Harris. «Mucho crecimiento y desarrollo trae consigo una serie de problemas, pero también significa que tenemos mucha gente nueva que viene a nuestra iglesia».

Sin embargo, incluso las iglesias que han experimentado un crecimiento durante la pandemia como Crossover pueden tener dificultades para conseguir que la gente se involucre de manera consistente, un hallazgo que fue respaldado por el informe Church Salary. Según los pastores encuestados, cada vez más personas ven la asistencia a la iglesia como opcional.

«Si hay algún tema que yo mencionaría, probablemente sería simplemente que nosotros, como líderes, estamos frustrados con los cambios en los niveles de compromiso de la gente. La gente ya no asiste a la iglesia todas las semanas, en términos generales», dijo Harris. «Ahora la competencia de una iglesia no tiene nada que ver con otra iglesia. Tiene que ver con los horarios deportivos de sus hijos, su horario de trabajo, su interés personal en torno a los viajes y todo ese otro tipo de cosas. Y así, la gente ahora ve a menudo la fe como algo opcional».

Pero las iglesias han tenido que dar un giro en otras ocasiones, dijo Harris. En el futuro, cree que los cristianos deben ser fieles a los ejemplos históricos de la iglesia al «mantener nuestro mensaje mientras cambiamos nuestros métodos».

Seay está de acuerdo. Si bien las cifras de asistencia y la regularidad pueden no ser tan sólidas como a muchos pastores les gustaría, él ve algunos puntos positivos.

Muchas congregaciones locales están más unidas, dijo. Han aprendido de las cosas difíciles que vivieron durante la pandemia y están más centrados en el panorama general.

Así que Seay se muestra esperanzado, aunque con reservas. Está satisfecho con el crecimiento que ha visto en sus iglesias, pero está aún más satisfecho con su crecimiento espiritual.

«No puede tratarse solo de mi ego o de que seamos una historia de éxito después del covid», dijo. «Realmente se trata de alentar y formar una cultura de iglesia que en verdad sea una cultura fiel de discípulos, un lugar donde … la gente se enamore de Jesús y se enamore de la iglesia».

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Lecturas devocionales de Adviento 2023 de Christianity Today

Todas las lecturas devocionales en preparación para la Navidad en un solo lugar.

Christianity Today November 15, 2023

A lo largo de estas cuatro semanas de Adviento, este devocional te ayudarán a reflexionar en la llegada profética de Cristo, el plan de redención de Dios y la llegada del Rey eterno al mundo a través de señales y milagros.

Semana 1: Llegada profética

Semana 2: Jubileo eterno

Semana 3: Coronación divina

Lecturas complementarias

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La llegada del Rey eterno

Un viaje a través del Adviento con nuestro humilde y poderoso Salvador.

Christianity Today November 15, 2023
Phil Schorr

Bienvenido a la temporada de Adviento. Es un tiempo especial en el calendario cristiano: uno con un significado profundo y duradero, aun cuando las constantes distracciones buscan llenarlo de significados mundanos. A medida que nos acercamos a una temporada que para muchos implica calendarios llenos, reuniones, servicios especiales de adoración de la iglesia y una preocupación constante por los regalos, te invitamos a viajar a través del Adviento con la compañía de este devocional.

Estas lecturas devocionales están pensadas para ayudarte a profundizar en verdades teológicas y revelaciones personales mientras nos preparamos para celebrar la llegada de nuestro humilde y glorioso Rey. Hemos estructurado el devocional de manera que nos ayude a reflexionar sobre la gloria y la ternura de Cristo, quien vino en la forma de un bebé vulnerable y mostró un amor gentil y apacible por su creación a través de su encarnación. A lo largo del mes de diciembre, anunciaremos tanto la soberanía y el poder de su realeza como su abnegada bondad.

En primer lugar, nos sumergiremos en la llegada profética de Cristo con devocionales que hablan del anhelo y la esperanza de Israel de recibir al Rey prometido —así como las señales que acompañarían el avivamiento que Él traería— y que se encuentran entretejidos a lo largo del Antiguo Testamento. A continuación, celebraremos el jubileo eterno que la encarnación de Jesús proclama: un tiempo de libertad, gozo y vida nueva que Él ofrece ahora. Por último, nos acercaremos al día de Navidad contemplando con asombro la realeza de Cristo, su llegada al trono y la instauración de su reino.

Este devocional incluye una lectura diaria para seis días durante las dos primeras semanas de Adviento, dejando así un pequeño espacio para las contingencias de la temporada, y sigue con una serie continua de lecturas hasta el día de Navidad. También están disponibles dos meditaciones complementarias: una para el día de Epifanía y otra titulada «Adviento para corazones enlutados».

Jesús es nuestro tan esperado Salvador, y en este Adviento celebramos la verdad que tiene el poder de cambiar vidas: nuestro Rey eterno ha llegado.

Este artículo es parte de La llegada del Rey eterno, un devocional de 4 semanas para ayudar a individuos, grupos y familias recorrer esta temporada de Adviento 2023. Puedes descargarlo de forma gratuita en nuestra página.

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Un cristiano emprendió una aventura: espera cambiar la forma en que vemos la inmigración

Equipado con la historia, las Escrituras y un restaurante abandonado en la frontera sur, Sami DiPasquale espera poder ablandar los corazones endurecidos por la política.

Sami DiPasquale mira a través de la cerca alambrada a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México en El Paso, Texas.

Sami DiPasquale mira a través de la cerca alambrada a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México en El Paso, Texas.

Christianity Today November 13, 2023
Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today

Cuando Sami DiPasquale visitó el Kurdistán devastado por el conflicto en un viaje de investigación en 2009, no esperaba que nadie supiera o se preocupara mucho por el lugar donde él vivía: El Paso, Texas. Pero cuando le decía a la gente de dónde era, sus ojos se abrían enormes como platos.

¡El Paso! ¡Guau! ¿No es peligroso?

¿No están las cosas un poco locas allí?

Fue bombardeado con preguntas similares sobre la frontera sur de Estados Unidos en Egipto cuando viajó allí con una organización sin fines de lucro en 2015, así como en Tailandia y en Italia, que visitó en 2017 con motivo de su aniversario de boda.

Incluso en Estados Unidos, estaba claro que sus conocidos percibían la ciudad principalmente como un símbolo de caos y violencia en la frontera del país, a pesar de que El Paso clasifica consistentemente como una de las ciudades importantes más seguras de Estados Unidos.

Con el tiempo, una idea descabellada tomó forma en la imaginación de DiPasquale. ¿Qué pasaría si El Paso pudiera ser un lugar sagrado, un lugar donde los peregrinos vinieran a buscar el corazón de Dios?

Esa idea es la razón por la cual, en una soleada tarde de marzo a principios de este año, DiPasquale lideraba un grupo de nueve personas de la iglesia Christ Church de Austin en un recorrido a lo largo del muro fronterizo. DiPasquale es el director ejecutivo de Abara, una organización sin fines de lucro que busca construir «conexiones más allá de las fronteras a través del entendimiento mutuo, la educación y la acción significativa». Una forma en que Abara hace esto es a través de Border Encounters, que consisten en viajes de inmersión educativa a la frontera de tres días de duración.

Esa tarde, el grupo de Border Encounters se protegió los ojos del sol y caminó junto a los barrotes de acero de 30 pies (9 m) de altura que dividen El Paso y Ciudad Juárez; Texas y México. En un trozo de tierra crujiente, los viajeros llegaron a una placa de granito que conmemora al pionero de El Paso, Simeon Hart, quien en la década de 1850, en ese mismo lugar, construyó su residencia privada, un edificio de adobe que alguna vez fue lujoso y que ahora es una de las estructuras más antiguas de El Paso. También es donde un vendedor les sirvió tacos de carne para el almuerzo.

En 1992, el corresponsal de Atlantic, William Langewiesche, visitó El Paso y describió la frontera como «sucia, calurosa y hostil. En la mayoría de los lugares es fea… La frontera es de paso. La frontera es peligrosa. La frontera es burda. La comida es mala, los precios altos y no hay buenas librerías. No es el lugar para visitar en tus próximas vacaciones».

Pero aquí, en una parcela desértica chamuscada, atascada entre la valla fronteriza y una carretera transitada, a DiPasquale le gusta sorprender a la gente con la rica historia de El Paso. El hombre de barba de 47 años señaló el Río Grande a su derecha, mismo que la sequía había reducido a un hilo demacrado; luego señaló hacia las montañas desnudas que dividen El Paso como gigantescas dunas de arena: «Por ahí pasa el río».

Hace siglos, la única manera de atravesar la barrera montañosa era vadear el río en un lugar donde las inundaciones y las corrientes naturales habían tallado un camino rocoso de baja profundidad que se podía cruzar con caballos y carretas. Es ahí donde ustedes se encuentran ahora, dijo DiPasquale. «Literalmente, durante cientos de años, desde [el tiempo de] las comunidades nativas americanas, este fue el cruce natural del río».

Hoy en día, el Río Grande, que fluye desde Colorado y a través de Nuevo México y Texas, sirve como frontera entre Estados Unidos y México en la sección que va desde El Paso hasta el Golfo de México. Los diques lo han domesticado, encamisando los arroyos con collares de concreto. Pero hubo un tiempo en que el río corría libre, salvaje y providencial. Las aguas alimentaban las llanuras pantanosas de una tierra que de otro modo habría sido árida y que en su tiempo produjo viñedos, huertos frutales y campos de trigo tan vibrantes que hicieron que los viajeros hace 500 años llamaran a El Paso un «paraíso terrenal».

La frontera México-Estados Unidos a lo largo del Río Grande.Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today
La frontera México-Estados Unidos a lo largo del Río Grande.

El río también era traicionero. Hay registros escritos de viajeros deshidratados que, después de días de caminar por el desierto mexicano, se lanzaban al río de cabeza y se ahogaban en sus poderosas corrientes.

Como la ruta más factible desde el Golfo de México hasta lo que hoy es el oeste de los Estados Unidos, el vado fue donde se forjó la historia. Las comunidades indígenas, como los Mansos y los Piros, construyeron pequeños pueblos de pasto y canales de irrigación junto al río, cruzando de un lado a otro para cazar y comercializar. En 1598, el conquistador español Juan de Oñate y su séquito de casi 500 personas fueron conducidos a este vado por unos amigables Mansos que los encontraron cansados y vagando, rodeados por ríos y montañas.

Oñate nombró a este paso «El Paso del Río del Norte», que pasó a formar parte del famoso Camino Real de Tierra Adentro, una ruta de 1590 millas entre la Ciudad de México y San Juan Pueblo, Nuevo México. (Más tarde, Oñate formaría los primeros asentamientos europeos en el valle superior del Río Grande y tiranizaría a las comunidades indígenas; fue tan cruel incluso para los estándares de la época que por eso fue juzgado en la Ciudad de México). Durante casi 300 años, este paso sirvió como el único camino accesible para carretas hacia el suroeste de Estados Unidos, abriendo la puerta para que miles de colonos, misioneros y colonos españoles atravesaran libremente a la región.

«Ahora, por supuesto, solo hay ecos de eso, porque tenemos toda esta infraestructura…» (DiPasquale señaló algunas torres de vigilancia de la Patrulla Fronteriza) «… y el río se ha convertido en canales. Y ahora tenemos una valla». Miró a las aparentemente impenetrables barras de acero.

En esta parte de la charla es cuando DiPasquale se emociona mucho. Juárez y El Paso fueron una sola comunidad hasta 1836, explicó, cuando los colonos derrotaron a las tropas mexicanas en la Revolución de Texas y declararon su independencia de México.

Luego, en 1846, bajo la ideología conocida como «Manifest Destiny», Estados Unidos libró una guerra contra México y finalmente se apoderó de lo que hoy es el oeste de Colorado, Nevada, California, Arizona, Nuevo México, Utah y Texas.

«Esto es un poco extraño», dijo DiPasquale, alzando la voz. «Es como tomar prestada esta teología del Antiguo Testamento sobre el pacto de Dios con Israel, avanzar 2000 años y de pronto ver llegar a estos colonos europeos de habla inglesa que creen que Dios les ha trasplantado esa bendición y les ha dado la tierra resplandeciente de mar a mar. Quiero decir, es algo bárbaro, ¿verdad? Es maravillosamente arrogante».

Poco después de la guerra entre México y Estados Unidos, el veterano Simeon Hart llegó a un El Paso muy escasamente poblado. Se instaló junto al vado del río, construyó un molino harinero, y llegó a convertirse en el hombre más rico de la ciudad fronteriza. Los historiadores creen que Hart trajo consigo a los únicos esclavos negros de los que hay registro en El Paso. Durante la Guerra Civil, ayudó a financiar la Confederación intercambiando algodón por artículos para la guerra en otros países.

Incluso después de que el Río Grande se convirtiera en frontera nacional, la gente que buscaba una nueva vida siguió cruzándolo. Desde la década de 1830 hasta la Emancipación, los estadounidenses esclavizados huyeron a través del río hacia México (que había prohibido la esclavitud en 1829). A finales del siglo XIX, trabajadores chinos ayudaron a conectar los ferrocarriles desde El Paso hasta Los Ángeles, convirtiendo a El Paso en una ciudad en auge que se ganó la reputación de ser la «meca china del suroeste». La Ley de Exclusión China redujo la inmigración china en 1882, pero los inmigrantes siguieron llegando de todos modos. Se escondieron en casas de contrabando en Juárez y cruzaron ilegalmente la frontera hacia El Paso a través del que ahora se conoce como el Ferrocarril Subterráneo Chino —que pudo haber tenido túneles secretos reales—. (La precursora de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos se formó en El Paso en 1904 para mantener fuera a los chinos).

Casi al mismo tiempo, inmigrantes de habla árabe comenzaron a llegar a El Paso a través de México. A ellos les siguieron en la década de 1920 inmigrantes judíos de Europa del Este, que también cruzaron la frontera ilegalmente.

Mientras DiPasquale contaba estas historias, el grupo de Border Encounter escuchaba con la boca abierta. Una mujer, nativa de Texas, dijo que nunca habría imaginado que el oeste de Texas fuera un lugar con una herencia tan diversa: «Cuando pienso en este tipo de superposición de culturas, razas, idiomas, historia y comercio, mi mente piensa tal vez en el Mediterráneo o la Ruta de la Seda».

Muchos paseños tampoco conocen esta historia. DiPasquale ha recopilado estas historias poco conocidas durante muchas noches de insomnio. A menudo se mete en la cama junto a su esposa y, estando completamente despierto, busca en archivos en línea en su iPhone, se envía a sí mismo artículos e investigaciones por correo electrónico, hasta que Marianne se queja de que está perturbando su sueño.

Las historias de la gente de la frontera sur siguen fascinándolo. Puede que El Paso se encuentre literalmente en el límite de Estados Unidos, pero representa algo central para la historia estadounidense. El Paso es un cruce. A lo largo de siglos ha sido el escenario de miles de puntos de inflexión, de momentos decisivos para personas en la muy humana búsqueda de supervivencia, refugio, riqueza y familia.

En cierto modo, El Paso es un lugar que todos visitamos en la vida, tarde o temprano.

Los ríos son ricos en simbolismo. La palabra abara proviene de las palabras hebreas y árabes que significan «cruzar», «el cruce de un río» o «vado».

«Cruzar» es un tema dominante en toda la Biblia. En el sentido espiritual, los cristianos pasan de la muerte a la vida, pasando del pecado a la justicia. Y en el sentido físico, muchos de los protagonistas de la Biblia estuvieron marcados por la reubicación física: Abraham era un inmigrante, y también lo fueron Jacob, José y sus descendientes en Egipto. Jesús fue un refugiado. A los cristianos en el Nuevo Testamento se les llama «extranjeros» (1 Pedro 2:11, NVI). Las leyes del Antiguo Testamento les recordaban repetidamente a los israelitas que debían ser amables, generosos y justos con los inmigrantes porque ellos también alguna vez fueron forasteros.

En retrospectiva, DiPasquale se había estado preparando para Abara toda su vida. Nació y creció en Jordania, siendo el único niño rubio y de ojos claros en su escuela jordana local. Hablaba inglés en casa, pero árabe en las calles y en la iglesia. Pasó sus últimos años de adolescencia en Nicosia, Chipre, conocida como la última capital dividida del mundo, donde alambre de púas y barriles de metal segregan a las comunidades cristiana ortodoxa griega y musulmana turca. DiPasquale estima que una cuarta parte de sus compañeros de clase eran refugiados libaneses que habían huido de la guerra civil de esa nación.

Jamás planeó construir toda su carrera en el frente de la crisis migratoria de Estados Unidos.

En 2004, DiPasquale siguió a su esposa, Marianne, a su ciudad natal de El Paso. Era un recién casado de 28 años y pensó que regresarían al Medio Oriente en un par de años. Atendió mesas en un restaurante italiano anticuado en un edificio que supuestamente había funcionado como puesto de avanzada de la Patrulla Fronteriza en la década de 1930. Aceptó un trabajo a tiempo parcial en una organización sin fines de lucro local y finalmente se convirtió en su director ejecutivo. Pasó toda una década.

Luego vinieron las elecciones presidenciales de 2016. DiPasquale comenzó a recibir correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas telefónicas de organizaciones e individuos (amigos, amigos de amigos) que le preguntaban: ¿Qué está pasando realmente en la frontera? Escuchaban versiones diferentes en los diversos canales de noticias y no sabían qué creer. ¿Podrían venir a El Paso y verlo por sí mismos?

En ese momento, una gran proporción de los migrantes que llegaban eran niños y familias de El Salvador, Honduras, Guatemala y el sur de México que buscaban asilo. Entonces, en 2018, DiPasquale visitó esos países con un grupo de la Asociación Cristiana para el Desarrollo de la Comunidad (CCDA, por sus siglas en inglés) para comprender qué impulsaba a la gente a huir. Se reunió con pastores y líderes comunitarios y les preguntó: «¿Qué les gustaría decirle a la iglesia estadounidense?». Muchos respondieron: No somos animales. Somos hermanos y hermanas en Cristo, y nuestros hermanos y hermanas huyen a sus fronteras, buscando refugio.

«Eso fue realmente difícil, que sintieran que siquiera necesitaban decir eso», recordó DiPasquale. «De repente, simplemente me sentí obligado. Me sentí abrumado por esta sensación, casi ahogándome… de que yo, Sami, necesito hacer algo más con respecto a este trabajo».

Sami DiPasquale es el director ejecutivo de Abara en El Paso.Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today
Sami DiPasquale es el director ejecutivo de Abara en El Paso.

Durante años, DiPasquale había albergado el deseo de dedicarse al trabajo de consolidación de la paz, inspirado por los esfuerzos que había visto en Medio Oriente y África. Cuando DiPasquale estuvo en Centroamérica, sintió que Dios estaba tejiendo todos los hilos sueltos de varios puntos de su vida en una colcha perfecta: vivía en una ciudad fronteriza, pero tenía una perspectiva global sobre el desplazamiento y la migración. A través de su trabajo sin fines de lucro, había construido relaciones a largo plazo con iglesias y líderes en ambos lados de la frontera. Y ahora, los cristianos estadounidenses querían venir a El Paso y aprender.

Los viajes fronterizos no eran nuevos. DiPasquale había ayudado a movilizar a varios grupos a lo largo de los años y notó un patrón: los evangélicos acudían con entusiasmo, con los corazones palpitando de compasión. Asentían con la cabeza para indicar que estaban acuerdo con los versículos de las Escrituras sobre la bienvenida al extranjero y con las presentaciones en PowerPoint sobre la reforma migratoria. Entonces un presentador se ponía de pie y decía algo sobre «justicia social» o «teología de la liberación», y todo se detenía bruscamente.

«De repente era como: “Ah, todo esto es una enseñanza social católica. Esto es simplemente una cosa liberal. No es relevante para mi fe”», dijo DiPasquale. Tres o cuatro frases eran capaces de descarrilar todo el ejercicio. «Lo que realmente me preocupó fue que esa era casi la única barrera para que actuaran».

Es por eso por lo que a DiPasquale le gusta llevar a los grupos de Border Encounters al antiguo cruce del río. Allí, no se centra en los acontecimientos actuales ni en la polarización política. En cambio, cuenta historias de inmigrantes chinos en la década de 1880, de la alguna vez vibrante Black Wall Street de principios del siglo XX, de paseños que pueden rastrear su ascendencia hasta refugiados judíos e inmigrantes de habla árabe.

La historia humana recicla los mismos viejos temas, dijo DiPasquale. ¿Quién es bienvenido y quién no? ¿Quién pertenece y quién no? «Hay algo [especial] en alejarnos un poco del presente, adonde podamos empezar a reflexionar sobre los problemas. Necesitamos un poco de distancia histórica para que, al mirar atrás, veamos con un poco más de claridad, y podamos decir: “Vaya, no puedo creer que eso haya sucedido entonces”. Y luego incluso, “Espera, ¿cuáles son las formas en que yo podría estar haciendo eso ahora mismo?”».

DiPasquale había estado observando la tierra del antiguo vado desde que fundó Abara en 2019. Recuerda haber leído sobre Bethabara, literalmente «casa del vado», un lugar a orillas del río Jordán donde las tradiciones dicen que los israelitas cruzaron con Josué a la Tierra Prometida y que Juan Bautista bautizó a Jesús. DiPasquale imaginó una Casa Abara junto al Río Grande: un lugar donde la gente cruza todo tipo de barreras, un lugar donde otros pacificadores pueden conectarse con extraños, vecinos, culturas e historias junto al río.

Cuando compartió su visión con su esposa, «ella pensó que estaba loco», dijo DiPasquale. Él mismo pensó que tal vez lo estaba. «¿Qué locura estás tratando de comprar cerca del muro fronterizo? Especialmente porque, ya sabes, la frontera es muy polarizada y hay personas que llegan con emociones intensas, algunas personas muy enojadas».

En verdad parecía descabellado. Las tres propiedades que DiPasquale quería habían sido un caos polvoriento durante más de quince años, rodeadas por la ruidosa construcción de una carretera y la reconstrucción de la valla fronteriza. La antigua residencia de Simeon Hart había abierto y cerrado bajo varios propietarios como restaurante mexicano (en su momento fue popular entre los estudiantes universitarios y estaba plagado de historias de fantasmas, pero finalmente quedó vacío y lleno de telarañas). Mucha gente había intentado comprar la propiedad, pero la transacción fracasó en múltiples ocasiones.

Luego, en marzo de 2021, las tres propiedades salieron a la venta en un lapso de 10 días. Abara firmó contratos sobre las tres. «Eso fue casi como milagroso», dijo DiPasquale. Abara no tenía fondos para comprarlas directamente. Para una de las propiedades, tuvieron unos tres meses para conseguir el dinero; para otra, solo tres semanas.

Los siguientes meses se dedicaron a conseguir préstamos de grandes donantes de forma apresurada, y la mayoría de las reuniones tuvieron lugar en Zoom durante la pandemia. El dueño de una de las propiedades canceló el proceso; sin embargo, Abara recaudó 1.15 millones de dólares para comprar las otras dos. Abarcan más de cuatro acres e incluyen la histórica residencia Hart.

La Hacienda de Simeon Hart, el futuro espacio de la Casa Abara, se encuentra en la frontera entre Estados Unidos y México.Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today
La Hacienda de Simeon Hart, el futuro espacio de la Casa Abara, se encuentra en la frontera entre Estados Unidos y México.

Este año, Abara inició una campaña de recaudación de 15 millones de dólares para reembolsar los fondos prestados y restaurar las propiedades. Si todo sale según lo previsto, Abara contará con espacio para conferencias y capacitación, apartamentos para invitados, una capilla y un jardín de oración. Contará con una cafetería que servirá comidas y bebidas provenientes de regiones empobrecidas y devastadas por los conflictos, un mercado que venderá artículos del programa de microempresas para migrantes de Abara y una galería que exhibirá arte e historia que refleje las complejidades de la frontera.

¿Cómo es el arte fronterizo? Durante el último año y medio, DiPasquale ha estado recolectando endebles escaleras de alambre que quedaron después de que los migrantes las usaron para escalar el muro fronterizo. Hasta ahora, ha acumulado más de 120 y espera que alguien pueda convertirlos en una instalación de arte que se pueda exhibir en Abara.

«Puedes quedar atrapado si te quedas pensando en ello», dijo DiPasquale. «Cuestionándote, ¿de quién es la historia que representa este objeto? ¿Cuál era su nombre? ¿De dónde venían ellos? ¿A dónde fueron? De repente, se trata solo de seres humanos y no de este enorme y loco tema. O [te quedas] simplemente tratando de determinar qué hacer con todo eso».

La gente se une a Border Encounters por todo tipo de motivos. Los nueve visitantes de marzo que llegaron de la iglesia Christ Church de Austin tuvieron nueve explicaciones diferentes.

«Estoy cansada de estar enojada por [el tema de] la frontera», dijo Faye Gorman, una enfermera jubilada de 70 años.

Christopher Johnson vino a El Paso para «aprender a amar a las personas a ambos lados del problema». El arquitecto de 56 años dijo que sus suegros nativos de Texas, quienes, según él, siguen exclusivamente Fox News y Truth Social, a veces lo vuelven loco con su política. Cuando la gente se queja de los «ilegales» que irrumpen con drogas y roban empleos, él aprieta la mandíbula. «Pero, sinceramente», confesó Johnson, «ni siquiera sabía que había un problema en la frontera hasta…» (bajó la voz) «… Trump».

Andrew Hadd, un hombre de 54 años y director de una empresa mundial de pruebas y diagnóstico genéticos, dijo que se unió a Border Encounters porque «lo que sé sobre la frontera es como un par de repisas, pero lo que no conozco es del tamaño de un almacén de Amazon. Y me estaba preocupando por el discurso, pero no por las personas».

Aproximadamente un mes antes del viaje, dijo Hadd, estaba escuchando Verdict, un pódcast con el senador Ted Cruz, en el que Cruz criticó a la administración Biden por producir «la peor crisis de inmigración ilegal en la historia de nuestro país». Cruz afirmó que todo era parte de la agenda de Biden: «Eso no es un error: es una característica. ¡Quieren más! Él no tiene la intención de arreglar esto; él no quiere arreglar esto. En cambio, quiere fronteras completamente abiertas».

Las irritantes palabras funcionaron. La imagen de una frontera descontrolada que permitía el paso a millones de extranjeros hizo que el corazón de Hadd se acelerara. Por eso necesitaba venir a Border Encounters, dijo Hadd. «Quiero que se destruyan mis prejuicios e ideas erróneas sobre la frontera».

Kevin Lee, un estudiante de doctorado en arqueología de 33 años de edad, dijo: «Quería empezar a hacer las paces y eliminar parte de la culpa que he estado cargando». Hace ocho años, quedó atrapado en el hilo subreddit r/The_Donald, una comunidad en línea ahora prohibida conocida por albergar teorías de conspiración y discursos de odio. Lee votó con entusiasmo por Trump y apoyó sus políticas de inmigración.

El monte Cristo Rey domina la vista sobre el Río Grande mientras este se reduce a un pequeño canal.Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today
El monte Cristo Rey domina la vista sobre el Río Grande mientras este se reduce a un pequeño canal.

Y luego llegó el 6 de enero. Si los acontecimientos de 2020 y principios de 2021 (una crisis sanitaria mundial, tensiones y disturbios raciales, un ataque al Capitolio de Estados Unidos) empujaron a muchas personas razonables al borde del precipicio de la razón, en el caso de Lee hicieron lo contrario. Se puso serio y calificó el 6 de enero como su «apocalipsis personal». Eliminó los blogs de extrema derecha de su dieta. Comenzó a preguntarse por qué se había obsesionado con Trump en primer lugar, por qué había depositado tantas esperanzas en él y en qué se había equivocado. Y si se equivocó en esto, ¿en qué más se había equivocado?

«Quiero dejar atrás las frases de las que he sido víctima», dijo Lee. «Quiero cerrar la puerta a mi pasada oposición a la inmigración, que no fue meditada en absoluto. Quiero conocer las historias de personas que alguna vez no fueron más que categorías sin rostro».

Este es exactamente el tipo de personas que DiPasquale espera atraer: personas de diversos orígenes políticos, culturales y geográficos que saben que hay mucho que desconocen y que están abiertas a aprender más. El objetivo de Border Encounters no es movilizar a activistas y reformistas, dijo DiPasquale, sino invitar a la gente a una peregrinación. En cada sesión de introducción, advierte que algunas personas podrían no estar de acuerdo con algunos de los presentadores del curso, y afirma que eso está bien. «No estamos aquí para corregir a nadie ni para resolver la situación. Estamos aquí para absorber, aprender y abrirnos camino a través de la turbiedad».

Los Border Encounters invitan tanto a agentes de la Patrulla Fronteriza como a defensores de la inmigración a compartir sus perspectivas como oradores invitados. Eso hizo que Border Encounters «se sintiera lo suficientemente seguro como para intentarlo», dijo Hadd. Había votado por Trump y estaba cansado de las reprimendas estridentes. Pero no parecía que Abara fuera a arengarlo o hacerle sentir culpable a fin de que se arrepintiera por su historial de votación.

Hadd también se sintió convencido: tiene un doctorado en química analítica. Es un tipo apasionado y curioso por naturaleza al que le gustan los datos, los hechos y las personas a tal punto que cuando le dijo por primera vez a su esposa que estaba interesado en ir a la frontera, a ella le preocupaba que pudiera regresar radicalizado, desarraigar a su familia y mudarlos a El Paso.

Pero Hadd no podía deshacerse de la convicción de que necesitaba ir. «Si voy a estar en el mundo y estamos viendo una cantidad sin precedentes de migración humana en el mundo, ¿qué significa esto? Realmente no sé qué está pasando aquí. Pero debería averiguarlo».

El segundo día de su visita, el grupo de Austin cruzó la frontera de El Paso a Ciudad Juárez para visitar una iglesia que alberga a migrantes. Se detuvieron para almorzar en un pequeño museo en la milla 1, que señala la frontera internacional entre México y Estados Unidos. Un grupo de hombres merodeaba en el estacionamiento del lado mexicano; muy probablemente coyotes esperando para guiar a los migrantes, le dijo al grupo un empleado de Abara. Por encima de ellos se levantaba un muro fronterizo financiado con fondos privados que se extendía aproximadamente un kilómetro y medio hacia la montaña. El muro surgió casi de la noche a la mañana en 2019, después de que un grupo liderado por Steve Bannon llamado «We Build the Wall» recaudara millones de dólares mediante financiación colectiva. (Bannon está actualmente siendo juzgado por supuestamente haberse embolsado parte de ese dinero).

Los muros fronterizos se convirtieron en la marca política de Trump, pero los presidentes anteriores, incluidos George W. Bush y Barack Obama, también los construyeron. De hecho, lo que Trump hizo principalmente fue levantar partes de la cerca preexistente de 18 a 30 pies, lo que no ahuyentó a los migrantes, pero sí causó más lesiones cuando intentaron escalarla.

Migrantes se refugian bajo el paso de una autopista en Ciudad Juárez mientras esperan a cruzar a Estados Unidos.Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today
Migrantes se refugian bajo el paso de una autopista en Ciudad Juárez mientras esperan a cruzar a Estados Unidos.
Vehículos esperan en el cruce fronterizo antes de entrar a El Paso.Fotografía por Paul Ratje para Christianity Today
Vehículos esperan en el cruce fronterizo antes de entrar a El Paso.

«La gente muere», dijo la agente de la Patrulla Fronteriza Tessa Reyes al grupo de Austin esa mañana. «La gente se rompe el fémur. Las mujeres se asustan y las empujan». Es un tema conflictivo para algunos agentes fronterizos. Incluso si la valla no detiene a la gente, sigue siendo un elemento disuasivo en momentos en que 1700 agentes fronterizos intentan impedir que 4000 inmigrantes crucen a la vez.

«Es difícil para nosotros, porque al final del día nos consideramos brazos humanitarios», dijo Reyes. Pero Reyes también dio a entender en sus comentarios que un país no es un país sin fronteras, y que la escala de migración en la frontera sur exige una mejor vigilancia fronteriza.

Esta información fue sorprendente para algunos miembros del grupo de Austin que escuchan principalmente medios que restan importancia a las duras realidades de la frontera.

Tanto los factores de «empuje» como los de «atracción» afectan la migración. La guerra, la violencia o el hambre empujan a la gente a salir [de sus países], pero la percepción de una aplicación laxa de las leyes de migración también puede atraer a la gente. Después de que Biden prometiera un enfoque más acogedor, el número de migrantes atrapados en las fronteras de Estados Unidos se catapultó a un récord de más de 2.7 millones en 2022. Los agentes de la Patrulla Fronteriza se vieron superados en número y carentes de recursos mientras intentaban procesar a los miles de personas que se entregaron y solicitaron asilo en un sistema que ya estaba atrasado en solicitudes de asilo. Los refugios en los estados fronterizos se llenaron más allá de su capacidad.

La administración Biden dio marcha atrás. Con la esperanza de desalentar posibles cruces, endureció las políticas fronterizas para prohibir a los migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití solicitar asilo en la frontera. Pero la medida generó fuertes críticas de activistas de inmigración que dicen que perjudicará a quienes califican legalmente para el programa de asilo de Estados Unidos.

Incluso las políticas de inmigración duras solo pueden ser efectivas hasta cierto punto. La estrategia fronteriza de «tolerancia cero» de Trump, más conocida por separar por la fuerza a los niños de sus padres en la frontera y que muchos consideraban cruel, no logró impedir que cientos de miles de personas intentaran cruzar.

En Juárez, el grupo proveniente de Austin pasó unas dos horas con ese tipo de personas en el refugio de una iglesia que ha recibido a cientos de inmigrantes de más de dos docenas de países en los últimos años. Los texanos comieron dulces, jugaron Jenga e intentaron comunicarse con un español entrecortado y gestos con las manos. Un chico de 15 años le mostró a Lee fotografías de su ciudad natal en su teléfono celular. Hadd y una mujer del grupo Border Encounter que pidió no ser identificada, se quitaron los zapatos y jugaron fútbol contra dos jóvenes adolescentes de Centroamérica. Los chicos ganaron.

Fue un breve levantamiento del velo, un incómodo choque de culturas. Mirar a los ojos a estos niños e intercambiar sonrisas con ellos le recordó a Lee las horas que había pasado leyendo publicaciones de blogs que fomentaban la ira sobre la frontera. «No hice daño directamente a nadie, pero ciertamente me hice daño a mí mismo», dijo. «Me sentí culpable ante Dios por malgastar mi tiempo y deformarme a mí mismo al convertir un problema serio y complicado en entretenimiento emocional barato».

Johnson, el arquitecto, observó a una mujer embarazada apoyada contra el pecho de su marido. Su camiseta estaba doblada sobre su estómago y el hombre frotaba suavemente la piel de su vientre hinchado. Esa mirada en el rostro del marido, llena de orgullo y esperanza, conmovió a Johnson.

Hasta ese momento, Johnson había sentido principalmente desesperanza y lamento tras emprender el viaje y escuchar las historias de los migrantes. «El mundo parece un desastre increíble», dijo. ¿Por qué Dios permitiría que continúe este ciclo de sufrimiento? ¿Y cómo era posible que esta pareja del refugio, que llegó prácticamente sin nada y enfrentaba desafíos increíbles por delante, pareciera irradiar tanta esperanza? No tenía sentido. Johnson había llegado a la frontera en avión y había perdido la esperanza. Mientras tanto, algunos habían caminado miles de kilómetros hasta la frontera a pie debido a la esperanza.

La frontera es así de extraña.

El último día del Border Encounters, el grupo de la iglesia Christ Church de Austin se reunió temprano en la oficina de Abara y leyeron las Bienaventuranzas juntos, con ojos frescos.

«Bienaventurados los que son perseguidos», dijo Lee. Estaba pensando en las mujeres que huyen de la violencia en sus lugares de origen.

«Bienaventurados los que tienen hambre y sed», dijo Johnson. Estaba pensando en niños desnutridos.

«Bienaventurados los pacificadores», dijo otra mujer. Estaba pensando en Abara.

Los presentes oraron juntos. «Ayúdanos a mostrar gracia mientras hablamos con otros sobre esto», dijo Johnson.

«Ayúdanos a convertirnos en sal y luz», pidió Hadd.

Era hora de irse a casa. Subieron a la furgoneta que los llevaría al aeropuerto. Tres días no fueron suficientes para comprender plenamente las complejidades de la frontera, pero sí para abrumar a una persona.

Varias semanas después, Hadd estaba en el río Platte de Nebraska con su familia, observando otra migración. Alrededor de medio millón de grullas grises acudieron en masa a los campos de maíz junto al río, engordándose con insectos y maíz desechado en preparación para uno de los viajes más épicos de la naturaleza, desde el sur de Estados Unidos, hasta sus zonas de reproducción en Canadá y Alaska.

«Es impresionante», exclamó. «Los cielos cuentan la gloria del Señor».

La gloria de Dios también se manifiesta en la frontera, aunque Hadd no está seguro de haber obtenido la claridad que esperaba. «No sé si aprendí “la verdad”. Pero sí pude conocer gente», como Víctor y José, los chicos que lo aplastaron jugando al fútbol en el refugio de la iglesia en Juárez. Hadd envió a la iglesia un balón de fútbol y una bomba para inflar el balón en su honor.

Luego investigó cómo llegaron sus propios antepasados a los Estados Unidos. Algunos huyeron de la opresión en Rusia a finales del siglo XIX. Algunos abandonaron Cornualles, Inglaterra, después de que fracasaran las minas de estaño. Otros abandonaron Francia e Inglaterra en busca de mejores oportunidades económicas en Canadá y Michigan.

«Todas estas personas de la cuarta a la quinta generación vinieron a Estados Unidos por razones similares a las que vemos hoy (aunque con mucha menos violencia y desafíos)», escribió Hadd en un correo electrónico. «Entonces, de acuerdo a nuestro viaje y discusiones, ahora apoyo más un cambio importante en la política y formas de “abrir” la frontera».

Lee, el arqueólogo, estuvo en Nápoles durante el verano realizando trabajo de campo e investigación. Está acostumbrado a desenterrar las pertenencias de personas que fallecieron hace mucho tiempo y a resucitar la historia. En cierto modo, eso es lo que Abara hizo por él: resucitó las historias de personas que de repente cobraron importancia para él.

Recuerda haberse sentido extasiado cuando Trump ganó la presidencia por primera vez. «Echando la vista atrás, después de siete años, se siente como el centro de un hojaldre de queso», dijo. «Es puro aire. No tiene ningún peso. Era una esperanza muy vaporosa».

Pero la esperanza que Lee obtuvo en el viaje a la frontera era diferente: «Esta esperanza se siente arraigada y anclada en algo realmente sustancial y real». Esta esperanza apunta al «corazón de Dios para la sanación, la reconciliación y la justicia restaurativa»; y si Dios pudo moldear el corazón de Lee para reflejar el suyo, puede hacerlo por los demás.

Lee cumplió 33 años este año. Planea regresar a Abara House dentro de 40 años. Entonces tendrá 73 años y, con suerte, será un abuelo con un poco más de sabiduría. ¿Cómo será entonces la casa del vado? «No puedo esperar a verlo», dijo. «Este es el modelo. Esto es parte de cómo nuestro país avanzará hacia el futuro para todos nosotros».

Sofía Lee es escritora global para CT.

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Para interceder por la iglesia perseguida, necesitamos informarnos primero

En medio de la creciente persecución contra los cristianos en el mundo, te sugerimos algunas historias que pueden guiar tus oraciones este año.

Estudiantes en una protesta por la paz en contra de los enfrentamientos entre etnias en el estado de Manipur en India.

Estudiantes en una protesta por la paz en contra de los enfrentamientos entre etnias en el estado de Manipur en India.

Christianity Today November 9, 2023
Bikas Das / AP Images

Cristianos de todo el mundo están orando por sus 360 millones de hermanos en Cristo que viven en países con niveles altos de persecución y discriminación, en el marco de los Días Internacionales de Oración por la Iglesia Perseguida (IDOP, por sus siglas en inglés), que este año caen en los domingos 5 y 12 de noviembre.

Uno de cada 7 cristianos en el mundo —1 de cada 5 creyentes en África, 2 de cada 5 en Asia y 1 de cada 15 en América Latina— sufren a causa de su fe, según la Lista Mundial de la Persecución de 2023 (LMP). Esto representa un incremento en comparación con los 260 millones reportados en el mismo informe de 2020 [enlaces en inglés].

Entre los creyentes que viven bajo amenaza de violencia, los cristianos de Colombia son los más perjudicados en Latinoamérica, seguidos de los de México. En Asia, Pakistán ocupa el primer lugar, seguido de India y Myanmar (Birmania) por pocos puntos, mientras que Nigeria ocupa el primer lugar en África y a nivel mundial.

La mayor adversidad que enfrentan los cristianos según el informe de 2023 es el desplazamiento, con 124  310 cristianos que fueron forzados a abandonar sus casas o a esconderse por razones relacionadas con su fe, además de 14 997 cristianos que fueron obligados a abandonar sus países.

No obstante, aunque la persecución ha incrementado, el número de cristianos que viajan a Estados Unidos buscando refugio desde los países de la LMP ha bajado de 32 248 en 2016 a 9528 en 2022, lo cual representa un descenso del 70 por ciento.

En 2021, el presidente de EE. UU. Joe Biden estableció la cifra de 15 000 refugiados como tope, y luego la subió a 62 500 tras las protestas de algunos grupos religiosos. Aunque este año se estableció la cifra de 125 000 como tope, el número de reasentamientos de refugiados en EE. UU. fue de menos de la mitad, aproximadamente 60 000 en el año fiscal 2023.

En CT buscamos informar sobre las noticias que afectan a la iglesia global, y compartir historias sobre cómo Dios está obrando en el mundo. A medida que partes del cuerpo de Cristo gimen a causa de sus aflicciones, nosotros clamamos al Señor en intercesión por ellos. Podemos incluir en nuestras oraciones a los no cristianos que pertenecen a los mismos grupos minoritarios perseguidos que los cristianos. Y también podemos orar por los que los persiguen, pues Jesús mismo nos llama a orar por ellos (Mateo 5:43-48).

Te sugerimos estas historias sobre la iglesia perseguida, y esperamos que sean de ayuda para guiar tus oraciones este año.

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News

Cambio para recibir residencia en Estados Unidos deja en el limbo a miles de pastores nacidos en el extranjero

Los que tienen visa de trabajo religioso ahora esperarán años para conseguir una residencia en EE. UU. Abogados temen que incluso puedan perder su lugar en el país.

Albert Oliveira

Albert Oliveira

Christianity Today November 6, 2023
Primera Iglesia Bautista de Gordon, Texas / Baptist Press

Albert Oliveira estaba entusiasmado. Había llegado a los EE. UU. desde Brasil en 2010 con una visa de estudiante, se graduó del Southwestern Baptist Theological Seminary, comenzó a pastorear una iglesia en crecimiento, se casó y formó una familia.

Pero él y su esposa, ciudadana alemana, necesitan una residencia permanente [green card] para permanecer en Estados Unidos a fin de que Oliveira pueda continuar su pastorado en la Primera Iglesia Bautista de Gordon, Texas.

En abril, justo en medio de su proceso, el gobierno estadounidense cambió inesperadamente las normas y añadió años a su espera. Las visas R1 para trabajadores religiosos no inmigrantes como la que él y su esposa tienen caducarán antes de que puedan solicitar la residencia bajo el nuevo procedimiento.

«Ahora estamos atrapados en un limbo», dijo Oliveira a Baptist Press.

Los Oliveira y su hijo nacido en EE. UU. tienen pocas posibilidades de permanecer legalmente en EE. UU. más allá de febrero de 2024, habiendo agotado ya más de tres de los cinco años de vigencia de su visa R1.

«Es simplemente una espera más larga que excede lo que se nos permite permanecer aquí legalmente. Los mismos abogados nos dicen que tendríamos que abandonar el país al final de los cinco años», dijo Oliveira. «Básicamente, toda la categoría de trabajador religioso es inútil. Tendrías que pasar a otra categoría para tener siquiera una oportunidad de quedarte en Estados Unidos».

Oliveira y su familia se cuentan entre miles en la misma situación. Iglesias, ministerios y abogados piden un cambio.

El gobierno estadounidense emitió 6300 visas R1 para trabajadores religiosos no inmigrantes en 2018, poco antes de la pandemia de COVID-19, cuando el número de solicitudes disminuyó. Según la American Immigration Lawyers Association (AILA), una de las organizaciones que buscan un cambio en las regulaciones, en 2022 fueron emitidas 5900 visas de este tipo.

«Lo que es realmente decepcionante para nosotros es la naturaleza atroz de la misma, que no proporcionaron ningún aviso previo a las personas», dijo a Baptist Press Sharvari Dalal-Dheini, director de relaciones gubernamentales de AILA. «Las cosas cambiaron significativamente de la noche a la mañana».

Durante años, se ha ofrecido un número limitado de visas de inmigrante al año, con un límite por país del 7 % de la asignación total. Solo una parte del total de visados se reserva a trabajadores religiosos, descritas como EB-4 (categoría 4 basada en el tipo de empleo).

En marzo de 2023, el gobierno estadounidense consideró que había estado asignando visados de inmigrante de forma incorrecta durante siete años a residentes de El Salvador, Honduras y Guatemala, de manera que se crearon largos retrasos para los solicitantes de los tres países conocidos como el Triángulo Norte. El cambio se corregirá el próximo mes, dijo el gobierno, lo que provocará graves retrasos para los trabajadores religiosos y otros en la categoría EB-4 de todos los demás países.

Dalal-Dheini anticipa que el cambio cree un retraso de 11 años para los solicitantes tipo EB-4 más recientes, en una línea de espera que ella describió en julio como de 105 267 solicitantes y en aumento. Hasta hace poco, la categoría EB-4 para todos los países con excepción de México y el Triángulo Norte había estado vigente, dijo.

El cambio repentino «sin suficiente aviso es ilegal y debe ser rectificado inmediatamente», declaró Dalal-Dheini en una carta que envió el 31 de julio al Secretario de Estado Anthony Blinken y al Secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas.

En la carta, la AILA abogaba por una serie de soluciones administrativas al problema, incluida la concesión de la acción diferida para algunas solicitudes, la eliminación de determinados periodos de espera, la ampliación de las autorizaciones de empleo para determinados solicitante, así como la codificación de protecciones para menores inmigrantes especiales que también están incluidos en la categoría EB-4.

«Crea mucho estrés y ansiedad a las personas que están aquí y pensaban que tenían un plan», dijo Dalal-Dheini, «no solo para los propios trabajadores religiosos, sino para las personas a las que sirven… Hay muchas personas afectadas, y sé que los grupos religiosos de la comunidad se han movilizado».

En abril, la Sociedad del Verbo Divino [Society of the Divine Word] se unió a un grupo multidenominacional conformado por unas 20 iglesias, misiones y confesiones religiosas para impugnar el cambio. Demandaron a los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS, por sus siglas en inglés), y alegaron violaciones contra la Cláusula de Establecimiento y de la Cláusula de Libre Ejercicio de la Primera Enmienda, la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, la Ley de Inmigración y Naturalización, y otros errores.

Los demandantes afirmaron que ejercen y promueven sus creencias religiosas al emplear a ministros nacidos en el extranjero y a trabajadores religiosos internacionales, y solicitaron un juicio sumario, pero el tribunal de distrito del norte de Illinois desestimó el caso el 23 de julio.

A menos que abandone el país, Oliveira solo ve una opción: solicitar una visa de otra categoría como la EB-2. Entre los requisitos de la categoría EB-2 está la estipulación de que los empleadores paguen un determinado salario mínimo, un requisito que, según Oliveira, podría ser una carga para algunas iglesias.

«Creo que esto afecta la libertad religiosa, porque la iglesia es independiente y no deberíamos estar a merced del gobierno para que nos diga cuánto tiempo debe permanecer su pastor, quién debe ser su pastor o cuánto debe ganar», dijo Oliveira.

«La iglesia está creciendo. Es saludable, y el Evangelio se comparte. Y la iglesia realmente está sintiendo la carga de que (podrían perder) al pastor que ha sido parte de tal viaje con ellos».

Desde que Oliveira comenzó a pastorear First Baptist Gordon en 2022, la asistencia al culto dominical ha crecido de aproximadamente 20 personas a más de 150, dijo. La iglesia ha contratado a un abogado para ayudar a Oliveira a través de su proceso de solicitud de visa.

«Esto ha supuesto una gran carga financiera para nuestra iglesia. A mí me ha supuesto una gran carga emocional porque estoy aquí, sin saber adónde iré [en el] próximo año y medio», dijo. «Mi esposa es de un país, yo soy de otro, y mi hijo es de este país. Así que, vayamos donde vayamos, tendremos que resolver el proceso de inmigración en ese país».

Los Oliveira preferirían quedarse aquí.

«Me encanta este país», dice. «Este es un segundo hogar para mí y para mi esposa, y es el primer hogar para nuestro hijo. Pero mi percepción es que la gente guarda silencio sobre los que intentan venir a EE. UU. legalmente».

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Guerra en Israel: Evangélicos palestinos reciben críticas tras llamar a la iglesia occidental al arrepentimiento

Los cristianos de Medio Oriente afirman su rechazo a la violencia mientras expresan su frustración por la falta de reconocimiento por parte de Occidente de la realidad de la ocupación y los daños colaterales de las campañas de bombardeos.

Esfuerzos de búsqueda y rescate en la histórica iglesia ortodoxa griega de San Porfirio tras un ataque aéreo israelí en Gaza.

Esfuerzos de búsqueda y rescate en la histórica iglesia ortodoxa griega de San Porfirio tras un ataque aéreo israelí en Gaza.

Christianity Today November 3, 2023
Ali Jadallah / Anadolu / Getty Images

Desde el comienzo de la guerra desatada tras los ataques terroristas sin precedentes de Hamás contra Israel, iglesias, consejos y líderes de Medio Oriente han expresado su indignación por la matanza de miles de civiles inocentes.

Muchos grupos cristianos árabes han emitido declaraciones públicas. La mayoría hizo hincapié en el llamamiento cristiano a ser pacificadores. Varios de ellos han recibido críticas por lo que algunos consideran amonestaciones que no abordan de forma específica el sufrimiento de los judíos civiles, que son el objetivo principal de los terroristas.

Las declaraciones públicas, procedentes de Palestina, Egipto, Jordania y Líbano, varían en enfoque e intensidad; la mayoría de ellas fueron motivadas por el trágico bombardeo del hospital anglicano en Gaza [enlace en español]. Algunas afirman que la comunidad internacional pasa por alto el contexto de ocupación del Estado israelí, mientras que otras llaman a la Iglesia global a recordar y tener presente que hay cristianos que se encuentran en esos territorios.

CT examinó los textos de nueve organizaciones árabes y cuatro occidentales, la mayoría de convicción evangélica, y consultó la perspectiva de un judío mesiánico israelí y de un armenio evangélico libanés. El estudio reveló que pocas declaraciones de Oriente Medio han señalado explícitamente a Hamás como autor del terrorismo, mientras que muchas de ellas critican específicamente a Israel.

Una de las declaraciones más recientes es la de la organización Musalaha, que nombra a ambos.

Este ministerio de reconciliación, con sede en Jerusalén, trabaja con israelíes y palestinos de diversos trasfondos religiosos utilizando principios bíblicos orientados a abordar los problemas que producen división y buscar la paz. Después de dos semanas de atestiguar con dolor a la matanza generalizada, su declaración pública se centra en el «lamento» y pide una respuesta reconciliadora.

«Lamentamos a aquellos que, en nombre de la justicia, han permitido que la furia perpetúe el ciclo de deshumanización y justifican el derramamiento de sangre; como se ha visto con los ataques de Hamás y la respuesta del ejército israelí», declaró Musalaha. «Instamos tanto a palestinos como a israelíes a valorar la dignidad y la humanidad del otro coexistiendo de forma no violenta para alcanzar juntos un futuro mejor».

Sin embargo, el organismo cristiano más representativo de la región fue tajante sobre el sufrimiento que, según afirma, el Estado-nación judío está infligiendo en Gaza.

«Lo que el pueblo palestino está padeciendo en Gaza no es una reacción militar a otra acción militar», declaró el Consejo de Iglesias de Oriente Medio (MECC, por sus siglas en inglés), «sino más bien un genocidio y una limpieza étnica, dirigidos contra los detenidos de la mayor prisión de la historia de la humanidad, y realizado de forma premeditada».

Su declaración, que fue la más dura de los nueve textos árabes analizados, calificó la guerra como una «guerra de exterminio» y pidió la intervención de «todas las personas honorables».

Michel Abs, secretario general del MECC, dijo a CT que admitía que lo que él denomina «la entidad sionista» había sido atacada y ella había respondido en consecuencia, pero que debería haberse detenido ahí.

El MECC se centró en denunciar a Israel por el corte del suministro de agua en la densamente poblada franja costera, por la destrucción de infraestructura médica y por las muertes colaterales de ciudadanos indefensos. Rogó que se pusiera fin a la agresión, se levantara el asedio de Gaza y se hiciera rendir cuentas a lo que Abs denominó «las fuerzas de ocupación».

Entre los miembros del MECC hay iglesias católicas, ortodoxas y de muchas denominaciones protestantes, a las que en su mayoría se les llama «evangélicas», según el lenguaje local. Sin embargo, aunque las diferencias «de línea tradicional» conocidas en el panorama cristiano estadounidense no son tan marcadas en el mundo árabe, la Alianza Evangélica Mundial (World Evangelical Alliance, en adelante WEA) incorpora organismos no representados en el MECC.

«En líneas generales estamos de acuerdo [con la declaración del MECC], aunque eso no significa que nos adherimos necesariamente a cada palabra», dijo Paul Haidostian, presidente en funciones de la Unión de Iglesias Evangélicas Armenias de Oriente Próximo, una iglesia reformada de expresión pietista y no afiliada a la WEA. «¿Pero hay elementos de exterminio en la guerra actual? Yo diría que sí».

Jack Sara, secretario general de la alianza evangélica regional de Oriente Medio y Norte de África, ayudó a elaborar la respuesta oficial de la WEA al «conflicto en Tierra Santa». Pero también estuvo de acuerdo con la declaración del MECC.

«Miles de palestinos mueren cada día. [La respuesta de la WEA] da una descripción clara de los hechos que están ocurriendo en el territorio», afirmó. «En realidad, se queda corta al suplicar al mundo que intervenga».

Los analistas han señalado que Hamás se infiltra e integra en zonas civiles, y que las Fuerzas de Defensa de Israel (en adelante FDI) suelen emitir advertencias antes de atacar estructuras residenciales. En preparación para la invasión terrestre planeada, las FDI les pidieron a los no combatientes que evacuaran el norte de Gaza; Hamás les dijo a los ciudadanos que permanecieran en el lugar.

Sin embargo, las Naciones Unidas han declarado que Gaza ya representa una catástrofe humanitaria, con más de 6500 muertos y un millón de desplazados hasta el 26 de octubre, según el Ministerio de Salud palestino, que es dirigido por Hamás. En respuesta al terrorismo de Hamás y a la muerte de 1400 ciudadanos, en su mayoría civiles, el dilema de Israel es evidente, ya que la guerra urbana necesaria para perseguir a los líderes terroristas en Gaza deteriorará aún más las condiciones locales y enardecerá cada vez más a gran parte de la opinión mundial.

Sin embargo, ante el apoyo a Israel por parte de muchos en Estados Unidos y en el mundo evangélico en general, el Bethlehem Bible College (BBC) de Sara firmó una declaración cristiana palestina que expresa una amonestación significativa y llama a «los líderes eclesiásticos y teólogos occidentales» a arrepentirse.

La declaración comienza citando al profeta Isaías: Aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia y ayuden a los oprimidos (1:17, NTV).

«Las actitudes occidentales hacia Palestina–Israel padecen de un evidente doble estándar que humaniza a los judíos israelíes mientras insiste en deshumanizar a los palestinos y encubre su sufrimiento», afirma. «Con el corazón roto, exigimos [a tales líderes] que rindan cuentas por su complicidad teológica y política».

Mientras lamentaba la «reanudación del ciclo de violencia» y condenaba «todos los ataques contra civiles», criticó el hecho de que los líderes cristianos no mencionaran el «contexto más amplio y las causas profundas» de la guerra, incluida la ocupación y los 17 años de bloqueo de Gaza. También instó a no olvidar que tres cuartas partes de la población local son descendientes de palestinos que fueron desplazados en el conflicto que siguió a la creación de Israel en 1948 y que niega su proclamado derecho a regresar.

Sara se quejó de que en los meses previos a la guerra, los judíos extremistas y los colonos israelíes incrementaron los ataques a las iglesias locales, y mientras los sacerdotes eran maltratados, los cristianos internacionales decían poco. Los creyentes, dijo, a menudo sienten que son una «molestia» para los defensores occidentales de la teología del fin de los tiempos, o bien de la narrativa de su gobierno sobre la región.

«Oramos para que la iglesia sea la iglesia, y no un órgano político que toma partido», dijo Sara en un mensaje de YouTube. «A Dios ya no le importa el origen étnico: Jesús ya no es solo judío, él es todo para todos».

Un líder judío mesiánico calificó la declaración conjunta de «reprochable».

Los cristianos palestinos no solo no denunciaron ni mencionaron a Hamás o el terrorismo, declaró Michael Brown, presentador del programa de radio nacionalmente sindicado Line of Fire, sino que su declaración repitió «afirmaciones difamatorias» de que Israel había bombardeado intencionadamente el hospital árabe al-Ahli el 17 de octubre, así como la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio el 19 de octubre. (Las FDI determinaron que la explosión en el hospital fue provocada por un cohete mal disparado por militantes de la Yihad Islámica, mientras que reconocieron que las muertes producidas en la iglesia San Porfirio fueron causadas por uno de sus propios misiles dirigido contra un edificio cercano).

Además, Brown criticó la declaración por incurrir en «tropos habituales de izquierda» que equiparan el colonialismo de los habitantes de los asentamientos judíos en Gaza con el retorno de los judíos a su antigua patria.

«Queremos mostrar solidaridad como hermanos y hermanas en Jesús», dijo Brown, quien ha participado en las conferencias de la BBC Christ at the Checkpoint. «[Pero ellos] deben arrepentirse de este llamado al arrepentimiento profundamente desacertado para que juntos podamos buscar la justicia, la bondad, la equidad y la misericordia».

El presidente de la Alianza Evangélica de Israel comparó a los signatarios con una esposa maltratada.

«La mayoría de los cristianos de Oriente Medio no tienen libertad para hablar y condenar la violencia islamista», dijo Danny Kopp. «El costo social, y a menudo físico, es demasiado alto para contemplarlo».

En lugar de ello, callan, desvían la atención o culpan a otros. El trauma por los malos tratos distorsiona la capacidad de juicio moral, afirmó. Pero después de haber sido testigos del «peor asesinato masivo de judíos en un solo día desde el Holocausto», los creyentes árabes se encuentran en un punto de inflexión crítico.

«Justo en el momento en que los cristianos podrían haber ofrecido un rayo inusual de luz de verdad», dijo Kopp, «la iglesia se ha relegado en gran medida a un estado de decadencia moral e irrelevancia».

Los evangélicos egipcios, por su parte, se expresaron públicamente desde el principio.

La Presidencia de las Iglesias Protestantes de Egipto (PCE, por sus siglas en inglés), miembro tanto del MECC como de la WEA, fue uno de los primeros organismos regionales en emitir una declaración. Solo un día después de la masacre de Hamás, el 7 de octubre, emitió una condena no específica de «todas las formas de violencia y conflicto armado entre palestinos e israelíes», señalando los ataques contra civiles inocentes.

Una segunda declaración, dijo la PCE, respaldaba la política del gobierno egipcio de brindar ayuda humanitaria. Pero luego se sucedieron rápidamente tres declaraciones en las que se desplazaba el foco de atención hacia los abusos israelíes. La PCE condenó el bombardeo del hospital de Gaza, y luego rechazó tratar el caso palestino con medios militares. Y tras el ataque que destruyó parcialmente la iglesia de Gaza, expresó su «profunda preocupación por la violencia dirigida contra zonas residenciales, desde el comienzo mismo de los acontecimientos».

Si bien Egipto fue la primera nación árabe en firmar un tratado de paz con Israel, las críticas hacia Israel en otros lugares pueden haber provocado un cambio en ciertas declaraciones.

Lo que indignó a muchos cristianos árabes fue que el atentado del hospital tuvo lugar un día en que los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén (en adelante los Patriarcas) hicieron un llamado a dedicarse al ayuno y la oración [enlace en español]. Y dos días antes, en respuesta al aviso de Israel a evacuar el norte de Gaza, los Patriarcas mostraron su conciencia de la ira judía al advertir contra un «nuevo ciclo de violencia» que había comenzado «con un ataque injustificable contra civiles en Israel» [enlace en inglés].

En otras declaraciones, los líderes cristianos de Jerusalén no denunciaron ni mencionaron a Hamás, pero esta declaración varió el lenguaje respecto a su primera reacción el día de las atrocidades terroristas. Con Israel aún conmocionado por el día más mortífero para los judíos desde el Holocausto, los Patriarcas se habían pronunciado contra cualquier daño a «civiles, tanto palestinos como israelíes».

El emisario de Israel al Vaticano se indignó por la «ambigüedad lingüística inmoral».

¿Merecen los evangélicos jordanos la misma respuesta?

El 14 de octubre, la Alianza Evangélica de Jordania (JEC, por sus siglas en inglés), miembro de la WEA pero no del MECC, publicó una declaración para respaldar la invitación a la oración de los Patriarcas. Sin embargo, para reflejar la voluntad de las cinco iglesias que la componen, la asamblea general de la JEC votó a favor de evitar mencionar los nombres tanto de Israel como de Hamás.

Una fuerte minoría quería nombrar a Israel.

Según Nabeeh Abbassi, presidente de la Convención Bautista Jordana, que es una denominación miembro de la JEC, Hamás es visto como un «libertador» por muchos palestinos en Jordania, que constituyen un porcentaje significativo aunque discutido de la población del reino. Para evitar ser señalada como contraria a este sentimiento, la alianza evangélica optó por «no meterse en política» y centrarse en la humanidad compartida [por todas las partes].

La declaración de la JEC condenaba el actual «ciclo de violencia y contrataque», aunque hacía mención de «la agresión contra el pueblo palestino». No obstante, el Sermón del Monte llama a los creyentes a ser pacificadores, y como tales a recurrir al diálogo y la negociación como medios necesarios para poner fin a una política israelí no nombrada, pero continua, de expansión de los asentamientos en curso.

«La violencia engendra violencia», declaró la JEC, «la ocupación genera resistencia y el asedio da lugar a la explosión».

Esta frase es una explicación, explicó Abbassi, no una justificación.

«Hamás es quien empezó los problemas», continuó. «Es cierto que Israel tiene derecho a defenderse, pero luego ocasionó mucho más daño».

Abbassi cree que demasiados cristianos occidentales apoyan a Israel desde una aplicación errónea de la teología. El pastor jordano, que es dispensacionalista, dijo que no es tarea de los creyentes apresurar el calendario escatológico de Dios.

Se refirió al pasaje en Hechos 1:6-8, cuando los discípulos le preguntaron al Jesús resucitado si en ese tiempo restauraría el reino a Israel. Abbassi señaló la negativa de Jesús a responder a la pregunta, llamando en cambio a los creyentes a ser sus testigos.

«Si queremos ayudar a Dios, esto es lo que debemos hacer: no tomar partido, sino amar a ambos y compartir el Evangelio con todos», dijo Abbassi.

Sin embargo, luego de lo que calificó como el «brutal asalto» al hospital anglicano, Abbassi afirmó que su convención se sintió obligada a publicar una declaración propia, y que posteriormente se sintió dolida por el ataque a la iglesia ortodoxa griega. Culpó a una política israelí de «maquinaria de guerra» que ataca a musulmanes y cristianos por igual, sin diferenciar entre civiles y militares.

«Hamás es un grupo, Israel es un Estado», dijo Abbassi. «De Hamás uno puede esperar cualquier cosa, pero yo espero que Israel haga lo correcto».

La declaración denominacional jordana, dijo, se produjo en un contexto inusual de reconocimiento local. Casi todos los medios de comunicación jordanos llamaron «bautista» al hospital de Gaza, reflejando el sentimiento popular establecido durante su administración en la guerra de 1967.

Fue una oportunidad para «mostrar nuestro corazón» al jordano común —Abbassi concedió tres entrevistas televisivas después de los hechos— y una expresión de apoyo cristiano local hacia una política gubernamental que defienda los derechos de los palestinos y que a su vez mantenga la paz con Israel, con el reino hachemita del rey Abdullah como custodio histórico de los lugares religiosos musulmanes y cristianos de Jerusalén.

Los objetivos de los evangélicos libaneses, sin embargo, eran más diversos.

«Algunos querían una declaración para mostrar al gobierno, otros para mostrar a los musulmanes», dijo Joseph Kassab, presidente del Consejo Supremo de la Comunidad Evangélica de Siria y Líbano. «Pero yo quería que simplemente reflejara nuestra fe y nuestra teología».

El documento libanés, escrito por varios líderes locales motivados a pronunciarse tras la explosión del hospital, hacía referencia a la ética del «ojo por ojo», repudiada por Jesús pero todavía presente, según Kassab, entre judíos y musulmanes. Según esa lógica, argumentaba la declaración, el terrorismo de Hamás podría merecer una respuesta igual, pero no doble. Sin embargo, dijo, Israel la ha multiplicado por diez.

Aunque la disuasión mediante una respuesta desproporcionada forma parte de la estrategia militar básica de Israel, Kassab cree que los cristianos deberían tener una métrica diferente.

«No puedes buscar la paz y la reconciliación», dijo, «y dar tu apoyo incondicional a cualquiera».

No obstante, en su mensaje sobre centrarse en la necesidad de una solución justa para el conflicto general palestino-israelí, la declaración de los líderes libaneses no nombró ni a Israel ni a Hamás como adversarios.

¿Y si Irán entra en la guerra, dijo Kassab, o Estados Unidos?

Kassab afirmó claramente que, siguiendo la especulación sobre que las «tristes y desafortunadas» acciones de Hamás pretendían interrumpir el patrón reciente de los esfuerzos árabes de normalización con Israel (conocidos como los Acuerdos de Abraham), ni Palestina ni la región tienen un futuro si la ideología islamista consigue gobernar.

Sin embargo, Israel ha multiplicado las atrocidades, dijo. Kassab mencionó los miles de edificios de apartamentos de Gaza destruidos, así como la solicitud hecha a los refugiados —revisada posteriormente— para que «salgan» y huyan a través de la frontera sur de la franja hacia Egipto. Los anteriores desplazamientos de palestinos en 1948 y 1967 terminaron por ser permanentes.

Aun así, afirmó que la declaración del MECC no está plenamente justificada.

«Puede que la intención de Israel no sea exterminar, pero si siguen actuando de este modo, ese será el resultado final», afirmó Kassab. «Si no te gusta la palabra, sustitúyela por otra, pero esto no cambiará la magnitud de violencia».

Munir Kakish, presidente del Consejo de Iglesias Evangélicas Locales de Tierra Santa (CLEC, por sus siglas en inglés), afiliado a la WEA, se distanció totalmente de la declaración del MECC.

«Cuando nos inviten a sus reuniones, entonces podré presentar mi opinión», dijo.

Haciendo hincapié en el llamado a ser un puente de paz y reconciliación, su declaración del 18 de octubre fue poco específica en todos los sentidos. Aunque se centraba únicamente en Gaza, no mencionó ni a Hamás ni a Israel, y pedía ayuda humanitaria inmediata y un tratado de paz general.

«Lo que ocurrió en los hospitales y escuelas de Gaza es inaceptable según todas las leyes y prácticas internacionales», declaró el consejo, que después hizo eco de 1 Timoteo 2:2. «Instamos a todas las partes para el cese inmediato de la guerra … para que podamos vivir una vida pacífica con toda piedad y dignidad».

Pero también para predicar el Evangelio. Kakish consideró los acontecimientos actuales como parte de las «guerras y rumores de guerras» que Jesús predijo antes del fin de los tiempos. El mal está aumentando, dijo, como en los tiempos de Noé, y la puerta del arca pronto será cerrada.

«Es hora de que la Iglesia despierte y cumpla la gran comisión», dijo, «en lugar de distraerse con otras cosas».

Pero los cristianos árabes no son los únicos que hacen declaraciones.

A diferencia de sus homólogos de Oriente Medio, la Comisión de Ética y Libertad Religiosa (ERLC, por sus siglas en inglés) de la Convención Bautista del Sur (SBC), la Asociación Nacional de Evangélicos (NAE) de Estados Unidos y la WEA condenaron rápidamente a Hamás y lo mencionaron por su nombre.

La ERLC publicó el pronunciamiento más firme a favor de Israel.

Reconociendo las diversas posiciones teológicas sobre la relación entre Israel y la Iglesia, la declaración liderada por los bautistas del sur reconoció cómo el pueblo judío ha «soportado durante mucho tiempo intentos genocidas de erradicarlos y destruir [su] Estado». Citando a Israel como un «ejemplo inusual de democracia» en la región, la ERLC hizo referencia a Romanos 13 en apoyo del gobierno israelí para «llevar la espada» contra actos de maldad que atentan contra la vida inocente.

Además, la declaración de la ERLC reconoció la «dignidad y condición de persona de todas las personas que viven en Oriente Medio», y pidió en oración por el «difícil ministerio de los creyentes judíos y palestinos que trabajan por el evangelio».

[Nota del editor: El redactor jefe de CT, Russell Moore, expresidente de la ERLC, firmó la declaración junto a otros 2000 líderes].

Sus homólogos de la Alianza Mundial Bautista (BWA) se centraron en Palestina, destacando la herencia bautista del sur del hospital al-Ahli, ya que «aboga por la protección de todos los ciudadanos y el establecimiento de una paz genuina».

Junto con 17 iglesias bautistas en Israel y 13 en los Territorios Palestinos —incluida una en Gaza—, la BWA pidió «caminos de pacificación que rechacen inequívocamente el terrorismo». Y «en medio de la adversidad» instó a la «búsqueda de la justicia restauradora y la paz».

El secretario general, Elijah Brown, puso como ejemplo la guía de oración de la BWA.

«Creemos que como embajadores de la paz no debemos enfatizar enfoques de antagonismo político», dijo a CT, «y por eso debemos trabajar para modelar una voz unida de compromiso común».

La NAE también reconoció el derecho de Israel a defenderse. Pero también advirtió a Israel sobre la posibilidad de socavar su propia seguridad yendo más allá para «vengarse» e infligir más sufrimiento a civiles inocentes. La WEA expresó su «perplejidad» ante las manifestaciones que parecían alegrarse por las matanzas iniciales, al tiempo que alentaba todos los esfuerzos para mitigar la violencia.

Aunque tanto la BWA como la NAE pidieron una paz justa —una frase que la ERLC no utilizó—, ninguna ha publicado una declaración evaluativa desde entonces. Dada la reiteración de la NAE del papel evangélico de «criticar de forma constructiva a los líderes gubernamentales», ¿es necesario hacerlo ahora?

«La doctrina de la guerra justa, por su propia naturaleza, tiene un marco limitado sobre cómo se puede hacer la guerra, incluyendo la prohibición de atacar a civiles inocentes», dijo a CT el presidente de la ERLC, Brent Leatherwood. «Nuestra preocupación por los vulnerables no tiene fronteras, pero debemos tener claro quién tiene la culpa en este conflicto».

El presidente de la NAE, Walter Kim, también citó la tradición cristiana.

«La mayoría de los evangélicos se atienen a los principios clásicos de la guerra justa para buscar la justicia y, al mismo tiempo, contener la violencia. Israel tiene derecho a defenderse de Hamás, que sigue atacando», afirmó. «Otros principios de guerra justa incluyen la intención justa, la retribución limitada, la pacificación a largo plazo y la protección de los inocentes».

Y dejó la evaluación a criterio del lector.

Por su parte, Thomas Schirrmacher, secretario general de la WEA, ya hizo la suya.

«Israel sigue estando en el parámetro de la autodefensa», dijo. «Como dicen claramente los atacantes, ellos quieren matar a todos los judíos y borrar a Israel del mapa».

Schirrmacher planteó serias dudas sobre la culpabilidad de Israel en el atentado contra el hospital, y culpó a los dirigentes palestinos —tanto en Cisjordania, gobernada por la Autoridad Palestina, como en Gaza, controlada por Hamás— de no haber construido un Estado que funcione. Con Hamás abocado al terrorismo, en Gaza ambas cosas se excluyen mutuamente.

No obstante, subrayó que todos los comentarios que comparte son de opinión personal. La WEA representa a alianzas y asociaciones nacionales en 173 países, incluidas las dirigidas por Kakish, Kopp y una segunda oficina afiliada centrada en los ciudadanos árabes de Israel.

La alianza regional de Oriente Medio y Norte de África está en desacuerdo con la alianza regional europea de la WEA sobre los detalles de una definición de antisemitismo, dijo, mientras que una alianza en Azerbaiyán se ve perjudicada por la condena de la WEA de los abusos de los derechos humanos de la nación del Cáucaso contra los armenios en un enclave en disputa.

También intenta mantener el equilibrio entre sus hermanos en la fe de Ucrania y Rusia.

La ayuda brindada también es equilibrada. La WEA trabaja a través de su alianza en Israel para proporcionar refugios en Ashdod y Ashkelon, cerca de la frontera con Gaza. En colaboración con el Sínodo del Nilo, afiliado a la WEA en Egipto, se brindará ayuda en el paso fronterizo de Rafah. Y en colaboración con su alianza palestina, se está proporcionando ayuda en efectivo para reconstruir el hospital anglicano de Gaza.

«Antes de hablar, involucramos a todas las partes», dijo Schirrmacher. «Eso significa que somos lentos, pero más capaces de contribuir a la paz y al cambio positivo que publicar rápidamente una declaración que luego habría que revisar».

«Hacer declaraciones no es la tarea más crítica de la Iglesia», dijo Haidostian, cuya unión evangélica armenia no ha hecho comentarios oficiales sobre la guerra. «Más importante es la tarea de educar sobre la paz, la justicia y las afrentas del pasado, no solo sobre los asuntos de actualidad».

Pero los cristianos árabes hacen declaraciones públicas respecto a su preocupación, dijo, que van en dos direcciones.

En primer lugar, dijo, apelan a una relación de confianza con los socios internacionales en Occidente, para contrarrestar «la visión desequilibrada e incondicionalmente favorable» hacia Israel que a menudo transmiten los principales medios de comunicación.

Y en segundo lugar, buscan demostrar a la región que no son simples espectadores. Haidostian está de acuerdo en que pueden sufrir presiones locales por parte de musulmanes o judíos, y añade que a menudo sienten una desesperanza existencial ante el estado menguante de la comunidad cristiana.

Pero sus declaraciones afirman que, al igual que los palestinos, no son hijos ilegítimos de la tierra, ni ajenos a ella.

«A menudo, los cristianos árabes también son víctimas», afirma Haidostian. «Culparlos de ser parciales es simplista».

Y aunque Haidostian tiene una opinión firme sobre este conflicto actual, el líder armenio instó a los cristianos a no ver la región como un monolito. Los creyentes deben tener cuidado de no confundir el Israel bíblico con el Estado moderno, dijo, ni permitir que la retórica gubernamental y de los medios de comunicación influya en sus compromisos de fe.

¿Qué desea Cristo de nosotros ahora? preguntó. En la medida en que Tierra Santa es la cuna de la fe cristiana, en Juan 17 Jesús dejó claro que su deseo va mucho más allá.

«La paz en cualquier parte del mundo depende de la paz en otros lugares», dijo Haidostian. «Y la vitalidad de la Iglesia en Oriente Medio es fundamental para la unidad global del cuerpo de Cristo».

Información adicional de Jeremy Weber.

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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1 de cada 3 latinos protestantes afirma haber interactuado con los muertos

El catolicismo, el protestantismo y las culturas indígenas influyen en sus interpretaciones de estas experiencias.

Parte de una ofrenda de Día de Muertos para honrar las vidas de seres queridos del personal de La Casa Blanca en Estados Unidos.

Parte de una ofrenda de Día de Muertos para honrar las vidas de seres queridos del personal de La Casa Blanca en Estados Unidos.

Christianity Today October 31, 2023
Alex Wong / Staff / Getty

Cuando Octavio Esqueda tenía un año, su hermanita falleció.

Durante los nueve años siguientes, su madre perdió cinco bebés más durante el embarazo, por lo que por mucho tiempo fue hijo único.

Sus padres tuvieron otra niña cuando él tenía nueve años; sin embargo, ella murió varios años más tarde en un accidente de piscina.

«Mis padres tuvieron experiencias muy diferentes con ambas muertes», dice Esqueda, quien creció en México y actualmente vive en el sur de California. «La primera les causó mucha desesperanza».

En el tiempo entre la muerte de sus dos hijas, los padres de Esqueda habían dejado el catolicismo y se habían convertido en cristianos evangélicos.

«La segunda [muerte] fue dura, obviamente, pero la diferencia fue que [esta vez] ellos tenían esperanza en la resurrección y esperanza en Cristo», dijo Esqueda, quien es profesor de educación superior cristiana en Talbot School of Theology.

«Para la gente que no tiene esperanza en la resurrección, o si eres católico romano y hay cierta incertidumbre en la cuestión de adónde están tus familiares, esperas lo mejor pero no lo sabes realmente. Estas tendencias a encontrar conexiones por medio de los sueños u otras formas son muy importantes para que la gente mantenga viva esa relación».

Las perspectivas sobre la muerte de los latinoamericanos y de las personas de origen latino que viven en Estados Unidos son diversas y han sido moldeadas históricamente por las enseñanzas y la teología indígena y católico romana, y han dado lugar a festividades sincretistas como el Día de los Muertos y el Día de los Fieles Difuntos [enlace en español].

Con la llegada más reciente del protestantismo a América Latina en la década de 1870, y a medida que muchos en la región fueron emigrando a Estados Unidos, muchos evangélicos latinoamericanos han adoptado nuevas perspectivas sobre la muerte que consideran más fieles a la Palabra de Dios, mientras tratan de entender cómo su herencia cultural encaja con su fe.

«Desde el punto de vista teológico, la mayoría de los evangélicos latinos creen en Santiago 2:26, “el cuerpo sin el espíritu está muerto”», dijo Tomás Sanabria, que actualmente dirige una congregación en Chicago de la Iglesia del Pacto Evangélico (ECC, por sus siglas en inglés) en la que se encuentran representadas 12 nacionalidades latinoamericanas diferentes.

«[Los evangélicos latinoamericanos] no celebran el Día de los Muertos. Es una tradición [más bien] mexicana. Culturalmente, hay muchos creyentes mexicanos que practican una religiosidad popular sincretista… en la que conmemoran a sus seres queridos difuntos. Eso no sucede entre los protestantes. Lo hacen más bien muchos que provienen de un contexto católico romano».

A principios de este año, CT publicó un informe sobre la reciente encuesta de Pew Research Center sobre las experiencias de los estadounidenses con personas fallecidas, y señaló que «la encuesta no aclara cómo la gente procesaba estas interacciones: si pensaban que eran místicas o si creían que podían haber tenido causas naturales» [enlaces en inglés]. Por ejemplo, en el grupo de los que respondieron que fueron visitados en sueños por sus seres queridos, se incluían tanto los que posiblemente creían que sus seres queridos intentaban darles un mensaje, como los que podían haber soñado simplemente un recuerdo especial con su familiar.

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Entre todos los protestantes hispanos de EE. UU., el 27 % dice haber sentido la presencia de un familiar fallecido, el 20 % ha hablado con familiares fallecidos sobre acontecimientos de su vida y el 12 % dice que sus seres queridos fallecidos se han comunicado con ellos. (Pew proporcionó estos desgloses a CT).

Un tercio (34 %) de todos los protestantes hispanos dicen haber tenido al menos una de estas experiencias. En comparación, el 47 % de todos los adultos hispanos de EE. UU. y el 54 % de todos los católicos hispanos de EE. UU. afirmaron lo mismo.

Un poco más de la mitad de los adultos hispanos (53 %) afirman haber sido visitados en sueños por un familiar fallecido. Entre los cristianos que respondieron la encuesta, el 41 % de los protestantes hispanos declararon esto, en comparación al 62 % de los católicos.

Un poco más de un tercio (42 %) de los encuestados de todas las etnias que dijeron ser evangélicos afirmaron haber tenido un encuentro con un ser querido fallecido.

Para los creyentes latinoamericanos o de origen latino en EE. UU., ver o hablar con un familiar querido en un sueño puede ser revelador o sanador. Estas experiencias pueden proporcionar cierto grado de consuelo y seguridad tras la pérdida de un ser querido o ayudar a desarrollar una respuesta más matizada ante la muerte.

Esqueda, que se mudó a Estados Unidos siendo adulto, cree que su herencia mexicana ofrece valiosa sabiduría a la hora de abordar la pérdida y el duelo.

«Los cristianos estadounidenses, o los evangélicos blancos, tienden a ser optimistas. No les gusta vivir con dolor y sufrimiento, y les gusta seguir adelante. [Para ellos] los servicios en memoria de los difuntos son como celebraciones, en lugar de un luto por la pérdida», dijo.

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Según Esqueda, los evangélicos latinos no pasan por alto ni suprimen la profundidad y la experiencia de dolor que rodea la muerte de un ser querido.

«Nunca pasamos página. La muerte siempre es dolorosa. La muerte es siempre el vandalismo del shalom. Ciertamente, Cristo venció a la muerte, pero la muerte siempre es mala. Los hispanos, asiáticos o afroamericanos nos damos cuenta de que el dolor y el sufrimiento forman parte de la vida, así que lo afrontamos mejor», explica.

En otros casos, la visita de un ser querido que ha fallecido puede incluso ofrecer introspección de la realidad presente de una persona.

Hace años, cuando Sanabria, de ascendencia puertorriqueña, trabajaba regularmente en su comunidad, una mujer llamada Anita acudió a él con una pregunta. Durante las últimas noches, su madre, que había fallecido, se le había aparecido en sueños diciendo las palabras shakkul remah. ¿Podrían significar algo?

Sanabria, que se había graduado recientemente del seminario, accedió a buscar la frase en su diccionario griego y hebreo y descubrió que, en hebreo, la frase podía traducirse como «tiempo de duelo por la pérdida de un niño pequeño abatido».

Cuando se lo reveló a Anita, que asistía a la iglesia que él pastoreaba, ella irrumpió en llanto.

«Me explicó que cuando estaba en la escuela secundaria [bachillerato, high school] había tenido un aborto, y que nadie de su familia lo sabía, ni siquiera su madre», dijo Sanabria. Este encuentro llevó a la mujer, que ahora tiene treinta años, a asistir a terapia.

Sanabria, que fue criado en el catolicismo antes de abrazar el pentecostalismo y más tarde pasarse a ECC, no cree que los muertos permanezcan en un «estado consciente» o «sepan lo que está pasando aquí en la tierra».

«La Biblia dice que entramos en un sueño profundo y que habrá una segunda venida en la que la gente resucitará de entre los muertos», dijo. «Solo Jesucristo puede llamar a los muertos de entre los muertos».

Pero soñar con un ser querido que ha fallecido no significa que la persona exista en nuestra realidad actual, dice.

«[Los] demonios o el diablo no pueden leer tu mente. Entonces, ¿cómo puede una persona muerta estar dentro de tu mente, en tu cerebro o en tu espíritu? Un sueño es un sueño».

Algunos evangélicos latinos no tienen interés en abrazar el catolicismo de sus antepasados, pero sienten curiosidad por aprender más sobre la forma de comprensión del mundo desde la cosmovisión indígena de sus ancestros.

En el contexto mexicano, «la muerte no es algo a lo que se tenga temor. No se ve como un final, sino más bien una transición», afirma Roslyn Hernández, que trabaja en el Fuller Youth Institute y es también directora espiritual.

En la tradición náhuatl, por ejemplo, «se creía que la gente pasa de este mundo, y vamos a otro y seguimos en un viaje», dijo Hernández. «No era como si, cuando un miembro de la familia fallecía, no se volvía a pensar en él ni se le recordaba».

Hernández ha estado hablando con familiares que han estudiado su genealogía y haciendo su propia investigación paralela.

«He estado recabando más información sobre las tradiciones espirituales de mis antepasados, [como la medicina herbal], e intentando integrarlas en mi propia identidad y espiritualidad», explicó.

Cuando era niña, Evelyn Pérez recuerda que los miembros de su familia guatemalteca le recalcaban la importancia reveladora de los sueños, mientras que desconfiaban de interpretar otras partes de la vida como si tuvieran algún tipo de significado divino.

Pero cuando el protestantismo llegó a la ciudad natal de su familia, «muchas de las costumbres [indígenas] fueron desplazadas porque [eran consideradas] malignas», dijo Pérez, que trabaja con líderes eclesiásticos de ECC en la Costa Oeste de EE. UU.

En la época de la Reforma Protestante, «el mundo de los encantos fue muy escudriñado», a tal punto que ahora «las teologías occidentales tienden en su mayoría a considerar cualquier cosa espiritual ajena al cristianismo como sospechosa o maligna», dice Noemí Vega Quiñones, que está haciendo un doctorado en ética en Southern Methodist University.

«La Biblia misma reconoce diferentes reinos espirituales y diferentes espíritus, y algunos teólogos africanos e indígenas también reconocen que vivimos en un reino espiritual… pero las teologías protestantes tienden a favorecer el razonamiento objetivo, [y preguntan:] ¿Qué es palpable? ¿Qué es fáctico?», dijo.

No obstante, Vega Quiñones recuerda que creció en un hogar que reconocía y «normalizaba» el reino espiritual.

«Crecí escuchando historias de fantasmas de amigos y familiares. Percibir el aspecto espiritual de un lugar, como una habitación, no era algo inusual para mí», dice Vega Quiñones. «Yo no rezaba a los muertos ni hablaba con ellos, pero recordaba a mis familiares difuntos con regularidad, como mi abuela, para que siguieran motivándome y animándome».

Cuando era niña, con frecuencia tenía pesadillas y «veía muchos [espíritus] malignos a mi alrededor».

«Mi madre me decía: “Concéntrate en Jesús, ora a Jesús. Jesús tiene más poder sobre estas otras cosas. La sangre de Jesús te protegerá”, haciendo referencia a Hebreos 9», dijo Vega Quiñones. «Nunca me dijo: “Oh, esas cosas malas no existen”. Nunca me hizo sentir mal por tener pesadillas o soñar con cosas aterradoras».

Los cristianos necesitamos desarrollar una teología de los muertos que esté bíblicamente fundada, argumenta Vega Quiñones. Después de todo, la Biblia tiene relatos únicos y variados sobre interacciones con los muertos, dice, citando la mención de Jesús del Hades, las instrucciones de Deuteronomio de no consultar con los muertos, Saúl y la médium de Endor, y la gran nube de testigos de Hebreos.

«A fin de cuentas, Jesús vino a traer verdad, bondad y sanidad al mundo. Dios es el Creador de vida, y Dios es también Dios sobre otros reinos espirituales, incluidos los muertos.

»Espero que podamos aceptar quedarnos con el misterio, con no saber la respuesta, y que respetemos la sabiduría bíblica y la sabiduría colectiva que tenemos como pueblo… Si un cristiano quiere tener una teología sólida de los muertos, tenemos que examinar toda la narrativa bíblica de esto y no solo escoger aspectos de ella».

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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News

Argentina da el siguiente paso para honrar a los evangélicos oficialmente. Ellos quieren más.

Los protestantes agradecen las celebraciones del Día de la Reforma y se preguntan si algún día obtendrán igualdad religiosa.

Eduardo Valdez (centro), presidente del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y Guillermo Oliveri (derecha), embajador de la Secretaría de Culto, en una reunión en la que se aprobó un proyecto de ley que tenía como objetivo establecer el Día Nacional de las Iglesias Protestantes y Evangélicas.

Eduardo Valdez (centro), presidente del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y Guillermo Oliveri (derecha), embajador de la Secretaría de Culto, en una reunión en la que se aprobó un proyecto de ley que tenía como objetivo establecer el Día Nacional de las Iglesias Protestantes y Evangélicas.

Christianity Today October 27, 2023
Imagen: Cortesía de ACIERA / Edición por CT

Este Día de la Reforma, 18 de las 24 provincias argentinas celebrarán a las iglesias evangélicas y protestantes.

Los líderes evangélicos esperan que, algún día no muy lejano, se una todo el país.

El mes pasado, el gobierno federal dio un paso más hacia el reconocimiento nacional de la celebración del 31 de octubre en honor de estas comunidades, cuando la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que ahora debe pasar por el Senado.

«Para muchos evangélicos aparecer en la agenda pública legislativa del país es muy importante. Responde a una aspiración de visibilidad en la comunidad», dijo Viviana Barrón, rectora del Seminario Internacional Teológico Bautista. «Años atrás, muchos decían que nuestras iglesias eran prácticamente invisibles para los gobiernos. Eso ha ido cambiando y es recibido con alegría por muchos».

«En nuestro país, los cristianos evangélicos son ciudadanos de segunda clase», dijo Joel Issachar Stefanini, presidente y fundador de la Federación Iglesias Pentecostales de Argentina.

«Estamos luchando [desde] hace más de 40 años, desde que llegó la democracia nuevamente [a] nuestro país… para que se nos reconozca como iglesia cristiana y tener igualdad de derechos».

Muchos líderes evangélicos se han sentido frustrados por lo que han interpretado como un desaire de 150 años por parte del Estado hacia su comunidad.

Según el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), la comunidad evangélica pasó del 9 % al 15.3 % de la población entre 2008 y 2019. El mismo informe sitúa a la comunidad católica en el 62.9 %. (Argentina tiene 46 millones de habitantes).

La Corte Suprema de Argentina ha dictaminado que el país no tiene una religión oficial o estatal. Sin embargo, aunque su Constitución garantiza la libertad religiosa, también establece que «el Gobierno Federal sostiene la Fe Católica Apostólica Romana».

Aunque esta relación se ha renegociado a lo largo del tiempo mediante diversas leyes y casos judiciales, su manifestación más duradera ha sido un registro nacional de cultos implementado en 1979, durante uno de los últimos años de la dictadura del país. Según esta ley, la Iglesia católica no tiene que registrarse ante el gobierno. Mientras tanto, todos los grupos religiosos no católicos deben registrarse para disfrutar de privilegios como no pagar impuestos municipales.

«Es bueno el avance de la ley, pero eso no hace más que confirmar que tenemos una situación muy dispareja respecto a la iglesia católica, que es la que ostenta el poder político religioso y el sostenimiento oficial por parte del Estado argentino», declaró Ana Valoy, pastora y analista política de la ciudad norteña de Tucumán.

Argentina es conocida por su diversidad cultural y religiosa, escribió en 2021 Renata Viglione, psicóloga cristiana coautora del actual proyecto de ley.

«Por ello, resulta inexplicable que a varios siglos de la llegada de los primeros protestantes a territorio argentino, [y dado el] reconocimiento público sobre los aportes realizados por la comunidad evangélica argentina en su conjunto y el derecho a la igualdad religiosa garantizado por la Constitución Nacional, sigamos aguardando el primer día conmemorativo evangélico a nivel nacional», escribió.

En 2017, Entre Ríos se convirtió en la primera provincia en instituir un día anual de conmemoración de la Reforma Protestante (en la celebración del 500.º aniversario de las 95 Tesis de Martín Lutero), gracias a los esfuerzos de los líderes cristianos locales.

«Por primera vez somos oficialmente reconocidos como una religión», declaró entonces Carlos Duarte, pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

La legislación actual surgió por iniciativa de ciudadanos como Viglione, que se pusieron en contacto con legisladores en 2014. Aunque numerosas provincias y municipios han adoptado desde entonces sus propias proclamas y leyes de reconocimiento de los evangélicos, Viglione y sus colegas tardaron años en dar a conocer el proyecto de ley entre las iglesias argentinas, y en que los distintos partidos políticos se pusieran de acuerdo sobre el lenguaje que apoyarían para la iniciativa.

«Soy optimista que el Senado [revise] el proyecto en la próxima sesión y le den sanción», dijo Dina Rezinovsky, una de las tres evangélicas en la Cámara de Diputados de 257 escaños y que impulsó el proyecto de ley junto con tres de sus colegas católicos.

Para los evangélicos argentinos, el reconocimiento político valida la labor de construcción nacional con la que se han comprometido durante décadas.

«Desde el inicio de nuestra nación, los evangélicos han colaborado al progreso del país a través de la enseñanza de principios y valores que emanan de la Biblia, la fundación de escuelas, hogares de ancianos, orfanatorios, centros de rehabilitación para drogadependientes y ayuda a los sectores más postergados de la sociedad», afirmó Ciro Pablo Crimi, quien dirige el Seminario Bíblico de Fe.

Entre otras cosas, los impuestos argentinos ayudan a sostener los salarios de obispos y sacerdotes, dice Crimi, y la frustración de los evangélicos con esta disposición los ha llevado en varias ocasiones a organizarse más formalmente en la oposición.

En septiembre de 1999, 250 000 evangélicos se reunieron frente al obelisco de Buenos Aires bajo el lema «Jesucristo por todos y para todos». Pidieron una ley de libertad religiosa que garantizara la igualdad de trato de las denominaciones, señala Crimi. Dos años después, 400 000 evangélicos volvieron a reunirse en septiembre bajo el lema «Para mi país, quiero igualdad religiosa».

«La justicia de Dios demanda una igualdad sin discriminación ni exclusiones», afirmó.

Aunque este tipo de reconocimiento valida a una comunidad con una historia tan larga como la de los evangélicos, las enseñanzas de Jesús advierten a sus seguidores sobre el peligro del reconocimiento público. Buscar la aprobación de los demás puede descalificar a las personas como ministros de Cristo, y los creyentes deben buscar agradar a Dios, no a los demás, afirma Ruben del Ré, que dirige la Sociedad Bíblica Argentina.

«Nuestro propósito debe estar alineado con lo que nuestro Señor enseñó claramente en el Sermón del Monte: que los hombres, al ver nuestras buenas obras, glorifiquen a Dios», dijo. «Por lo tanto, no se trata del reconocimiento público de nuestro trabajo, ni de lograr un mayor prestigio social. La Iglesia de Cristo nunca necesitará eso».

Además, establecer un día que celebre a los protestantes y evangélicos es más fácil que cambiar la ley de libertad religiosa. El Congreso lo intentó varias veces desde 2001 hasta 2019, señaló Rezinovsky.

«Los legisladores no quieren tratar la reforma de la Ley Nacional de Cultos, que es de los años setenta… entonces, este tipo de decisión puede ser vista como un modo de tranquilizar las discusiones de fondo que no se han dado», afirmó Barrón. «Seguimos esperando un país en el que pertenecer a un grupo religioso no dé privilegios a nadie. Pero para eso queda mucho camino por recorrer».

Viglione considera que el avance de las celebraciones del 31 de octubre y el actual éxito legislativo de su proyecto de ley son un paso a favor de la corrección de la desequilibrada relación del gobierno con las confesiones no católicas.

En Argentina, «profesamos libremente la fe, podemos hablar libremente sobre nuestra fe, podemos organizar nuestras reuniones… En ese sentido, hay libertad absoluta», dijo. «Pero necesitábamos esa igualdad, y creo que ahí está… que ellos finalmente se dieron cuenta».

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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