La iglesia hispana en EE. UU. crece y se fortalece

Tras el informe de Lifeway, líderes hispanos celebran la pasión y la fe vibrante de la iglesia, pero advierten sobre los peligros de caer en la comodidad.

Christianity Today March 7, 2023
Nicolas Castro / Lightstock

Durante años, los pastores hispanos de Estados Unidos han visto crecer la fe y el número de sus fieles. Este año, una encuesta sin precedentes lo confirmó a nivel nacional.

El primer estudio sobre iglesias hispanas de Lifeway Research, considerado el más completo de su tipo, ofreció a los líderes muchas razones para celebrar: pastores que siguen comprometidos con las Escrituras y la evangelización; iglesias que prosperan y atraen a los jóvenes.

Mientras el cristianismo en general envejece y disminuye en los EE. UU., los creyentes hispanos están contrarrestando las tendencias y, a medida que la inmigración desde México y América Latina continúa, los líderes de la iglesia tienen esperanza para el futuro [enlace en inglés].

«Por mucho tiempo la iglesia hispana latina ha sido invisible para muchos en los Estados Unidos, y su crecimiento no ha recibido la atención necesaria, ya que es el grupo evangélico de más rápido crecimiento del país», dijo Gabriel Salguero, presidente y fundador de la organización National Latino Evangelical Coalition (NaLEC).

«La iglesia ha estado navegando la realidad del boom demográfico de los latinos. Uno de cada cuatro niños que nace en Estados Unidos es latino. Hay más de 60 millones de latinos en el país», dijo. «Es importante que la iglesia en Estados Unidos preste atención a uno de los grupos de más rápido crecimiento; que se dé cuenta de la fuerza misional que representan los hispanos».

La encuesta de Lifeway fue patrocinada por la Billy Graham Evangelistic Association (BGEA) y Samaritan's Purse, y realizada en colaboración «con dos docenas de denominaciones y redes de iglesias», incluida la de Salguero.

Los líderes señalaron el compromiso con las Escrituras como una razón clave del éxito de las iglesias hispanas. En la encuesta realizada a casi 700 pastores de congregaciones mayoritariamente hispanas de todas las denominaciones, casi todos (99 %) estuvieron de acuerdo con que su iglesia considera la Biblia como la autoridad para su iglesia y sus vidas. De ellos, el 94 % estuvo totalmente de acuerdo.

«Esto es una revelación clara de que la iglesia hispana sigue viva porque es una iglesia que sigue creyendo que Dios es Dios, y que la Palabra de Dios es la Palabra de Dios», dijo Lori Tapia, pastora nacional de Ministerios Hispanos de los Discípulos de Cristo. «Es hermoso ver cómo está tan bíblicamente fundamentada».

Luis López, vicepresidente asociado de relaciones hispanas del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur (SBC, por sus siglas en inglés) coincidió con respecto a este tema.

«La relevancia de la Biblia para la iglesia hispana es sobresaliente, y eso significa que tenemos una tremenda oportunidad de presentar a Jesús, al Jesús del que habla la Biblia, de una manera que conecte con la gente», dijo a CT. «Eso es especialmente importante porque vivimos en una cultura en la que la relevancia de la Biblia está siendo profundamente cuestionada».

El informe refleja que tanto las iglesias de las denominaciones evangélicas como las más tradicionales presentan tendencias similares, hecho que sus líderes ven como un posible llamado a la unidad. «Estamos aprendiendo que tenemos más en común de lo que a menudo creemos», dijo Tapia.

Los líderes ministeriales también vieron reflejados en los resultados de la encuesta los rasgos culturales y sociológicos distintivos de los hispanoamericanos. Dado que el 58 % de los protestantes hispanos nacieron fuera de Estados Unidos y otra cuarta parte son estadounidenses de segunda generación, la mayoría de los miembros de la iglesia han sido afectados de una forma u otra por las dificultades de la migración y el reasentamiento.

«La iglesia latina es emprendedora. Le apasionan las misiones. Tiene un profundo compromiso con la evangelización», afirma Salguero, pastor de una iglesia multiétnica en Orlando. «Los hispanos suelen venir de lugares donde hay mucha necesidad, y vienen con pasión por el Evangelio».

López coincide con esta lógica. «Donde hay incomodidad, la gente buscará maneras de levantar la vista hacia Dios, y creo que Dios está usando eso para llevar a la gente hacia él», dijo. «A veces nuestras crisis y circunstancias difíciles son las que nos acercan a Él».

Mientras que dentro de Estados Unidos las iglesias de todas las denominaciones establecidas se preocupan por el envejecimiento de sus fieles, las congregaciones hispanas son jóvenes, con un 35 % de asistentes menores de 30 años, y un 18 % menor de 18 años [enlace en inglés].

Los líderes hispanos ven estas cifras como una valiosa oportunidad, pero también como una gran responsabilidad.

«La encuesta nos está mostrando que tenemos un extraordinario número de niños y jóvenes adultos en nuestras aulas. Tenemos un gran potencial, pero es algo a lo que tenemos que prestar mucha atención», dijo López. «La generación mayor tiene que ser creativa para asegurarse de pasar el relevo de la fe a la siguiente generación».

Angel Jordán, director de iniciativas hispanas de la BGEA y Samaritan's Purse, ve el mismo desafío.

«Vemos una desconexión cuando dos de cada tres pastores pertenecen a la primera generación [de hispanos], mientras que tantos asistentes a la iglesia son más jóvenes», dijo. «La iglesia hispana necesita estar abierta a encontrar maneras de ser una iglesia para las generaciones más jóvenes y hacer lo que sea necesario para que sean fuertes seguidores de Jesús».

CT había explorado previamente cómo los pastores de primera generación predican mayoritariamente en español, mientras que los hispanos de segunda y posteriores generaciones muchas veces hablan mejor inglés que español, señalando el gran reto al que se enfrentan las iglesias hispanas para acomodar dos culturas diferentes.

«Los pastores de primera generación traen tradiciones y prácticas de sus propios países, que son muy buenas, pero no siempre funcionan para la segunda generación de hispanos, para los que nacieron en Estados Unidos», dijo Jordán. «Por eso es tan importante que las iglesias tengan un liderazgo multigeneracional pensando en las nuevas generaciones, para no perderlas».

«Creo que involucrar a esta próxima generación a través tanto del mensaje de Juan 3:16 como de Mateo 25, que es reconciliar a los hombres con Dios, pero también cuidar de los necesitados, es lo que está resonando y tiene a nuestra generación joven entusiasmada con el Señor y con el evangelio», dijo Abraham Hernández, director ejecutivo de la National Hispanic Christian Leadership Conference (NHCLC). «Los jóvenes quieren desempeñar un papel activo en la iglesia».

Según Lifeway, tanto el número como el tamaño de las iglesias hispanas en Estados Unidos están creciendo, y siguen dando la bienvenida a nuevas familias de primera generación, con un repunte en el número de inmigrantes que llegan a EE. UU. desde Cuba, Venezuela y Nicaragua el año pasado, además del número significativo de migrantes de México y Guatemala [enlace en inglés].

«Y siguen llegando hispanos de primera generación», afirma Salguero. «Así es como los grandes despertares [espirituales] que hemos visto en el Caribe hispanohablante y en América Latina han llegado a impactar en Estados Unidos».

En algunos países que antes eran predominantemente católicos, los evangélicos están creciendo hasta alcanzar cifras récord.

«Curiosamente, Estados Unidos envió misioneros a los países latinoamericanos para llevar el Evangelio», dijo Hernández. «Ahora vemos que la gente viene de los países latinoamericanos a mostrar aquí el fruto de su fe».

Ante este prometedor crecimiento en el número de jóvenes y migrantes recién llegados que se involucran en sus congregaciones, los líderes advirtieron que no hay que dejar que este momento se desvanezca.

«Espiritualmente, hay una realidad que todas las iglesias tienen que confrontar, y es que la comodidad se convierte en el enemigo de la pasión por la evangelización y el crecimiento de la iglesia», dijo Salguero.

«La iglesia hispana tiene que tener cuidado, porque fácilmente puede caer en la misma zona de confort y adormecerse», dijo López. «Tenemos que estar atentos y nunca perder ese sentido de necesidad del Señor, o el éxito no durará para siempre».

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