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Cientos de muertos en explosión en el único hospital cristiano de Gaza

La fatal explosión tuvo lugar en una conocida instalación dirigida por anglicanos (y anteriormente por bautistas del sur) «en medio de uno de los lugares más conflictivos del mundo».

Palestinos rescatan objetos del edificio del Hospital Bautista al-Alhi en la ciudad de Gaza, gravemente dañado por un ataque de bomba el 18 de octubre de 2023.

Palestinos rescatan objetos del edificio del Hospital Bautista al-Alhi en la ciudad de Gaza, gravemente dañado por un ataque de bomba el 18 de octubre de 2023.

Christianity Today October 20, 2023
Fotografía por Belal Khaled/Anadolu via Getty Images

Cientos de palestinos murieron el martes en una explosión en el patio del único hospital cristiano de Gaza. [Los enlaces de este artículo redirigen a contenidos en inglés].

El Ministerio de Salud palestino dirigido por Hamás, estimó el número de muertos en más de 500 y culpó a Israel del ataque en el Hospital Árabe al-Ahli en la ciudad de Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel (en adelante FDI) dijeron que la explosión fue un lanzamiento fallido de un cohete desde la Jihad Islámica, un grupo militante alineado con Hamás. El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de visita en Israel, hizo referencia a datos del Departamento de Defensa que respaldan el relato de Israel.

Al-Ahli fue fundado por misioneros anglicanos en 1882. Durante algunas décadas, a mediados del siglo XX, fue operado por las misiones de la Convención Bautista del Sur (Southern Baptist Convention, SBC) de los Estados Unidos. Actualmente depende de la Diócesis Episcopal Anglicana de Jerusalén.

Conocido coloquialmente como Al-Ma’amadani (o «el Bautista» en árabe), es uno de los 22 hospitales del norte de Gaza. Después de las órdenes de evacuación de Israel en la zona, cientos de palestinos se habían refugiado allí, y familias se habían refugiado en el patio donde tuvo lugar la explosión, según informes de la prensa.

«Estamos aquí como un instrumento en manos de Dios para mostrar el amor de Jesucristo a todas las personas. Estamos orgullosos de que en todos los conflictos este hospital estuviera allí para eliminar el sufrimiento de los heridos, de los pobres y para ayudar a quienes necesitaban [encontrar] un corazón compasivo», dijo la directora del hospital al-Ahli, Suhaila Tarazi, en su último comunicado a patrocinadores cristianos.

«Este hospital seguirá siendo un lugar de reconciliación, de amor. La historia de este hospital cuenta la historia de que todos somos hijos de un solo Dios, ya seamos cristianos, musulmanes o judíos».

Tarazi, una árabe cristiana de Carolina del Sur ha navegado en medio de altos niveles de desempleo, cortes de energía y disturbios durante sus 30 años en Gaza. Semanas antes de la guerra entre Israel y Hamás, el hospital cristiano ya estaba abrumado y carecía de fondos suficientes. Tarazi le dijo a un grupo que su jornada laboral comenzaba a las 8 am y terminaba a las 4 am.

«No tenemos dinero para pagar los salarios del personal a tiempo completo», afirmó. «El simple hecho de intentar conseguir el combustible que necesitamos para hacer funcionar los generadores añade otra carga de dificultades y sufrimiento aparentemente insuperables. Nos faltan medicamentos. Nos faltan suministros. Nos falta equipo médico importante. Nos falta personal. ¿Qué más podemos hacer sino trabajar todo el día y toda la noche? Estoy exhausta».

Antes de la explosión del martes, el hospital ya había sufrido daños. El Servicio de Noticias de la Comunión Anglicana informó que el hospital fue alcanzado el sábado por disparos de cohetes israelíes, dañando dos pisos de su centro oncológico e hiriendo a cuatro miembros del personal. Justin Welby, arzobispo de Canterbury, emitió un comunicado diciendo que el hospital se estaba quedando sin suministros médicos y no podía evacuar a sus pacientes gravemente enfermos y heridos.

El miércoles, Welby describió la explosión en el hospital como «una violación de la santidad y la dignidad de la vida humana».

«Es una violación de las leyes humanitarias, que es claro que hay que proteger hospitales, médicos y pacientes», afirmó. «Por esta razón, es esencial que actuemos con moderación al asignar responsabilidades antes de que todos los hechos queden claros».

Después de la explosión del martes en al-Ahli, aproximadamente 350 víctimas fueron enviadas a un hospital cercano, que ya estaba abrumado por el número de pacientes. El incidente desató protestas en los países árabes, donde los manifestantes exigen el fin de los ataques aéreos israelíes. Como resultado, Jordania canceló una cumbre planificada con Biden.

«En unidad inquebrantable, denunciamos con vehemencia este crimen con nuestra más enérgica condena. Los informes iniciales sobre la tragedia del hospital de la iglesia en Gaza nos han dejado sumidos en el dolor, porque representa una profunda transgresión contra los principios mismos de la humanidad. Los hospitales, considerados refugios sagrados según el derecho internacional, han sido profanados por las fuerzas militares», escribieron los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén en un comunicado.

Con más de un millón de palestinos con instrucciones de huir de sus hogares, la gente está desesperada por conseguir suministros, alimentos y agua. Después de la explosión del hospital, Israel permitió que la primera ayuda humanitaria en 10 días ingresara a la Franja de Gaza desde Egipto.

Tras los ataques terroristas del 7 de octubre por parte de Hamás, múltiples ministerios judíos mesiánicos se han movilizado en otras partes de la región para ayudar a los miembros de las FDI y para formar un «centro de respuesta de emergencia y ayuda» para los israelíes que huyen de los ataques fronterizos. Como parte de su trabajo, recolectaron donaciones, distribuyeron suministros a los soldados y enviaron alimentos a las familias desplazadas.

A lo largo de su larga historia en Gaza, al-Ahli ha servido como una presencia cristiana en la región y también se ha visto atrapado en el fuego cruzado del conflicto.

Los misioneros anglicanos que abrieron el hospital en 1882 lo vieron como una oportunidad de alcanzar a los musulmanes (en su mayoría pobres, gente de campo y mujeres) con el evangelio, según una tesis de maestría del historiador de la medicina de Medio Oriente Carlton Carter Barnett III.

El personal del primer hospital leía periódicamente versículos de la Biblia y oraba con los pacientes. Ofrecían ciertas concesiones a los musulmanes que no querían morir «bajo un techo cristiano» sacándolos del hospital, no sin antes ofrecerles el mensaje de salvación por última vez. Los misioneros británicos tuvieron más éxito al compartir el evangelio con los estudiantes de la escuela primaria ubicada dentro del recinto hospitalario.

En 1954, la Junta de Misiones Extranjeras de la SBC (ahora Junta de Misiones Internacionales, IMB por sus siglas en inglés) compró el hospital, renombrándolo como Hospital Bautista de Gaza, y ofreció atención médica allí durante las siguientes tres décadas. Aunque el proselitismo era ilegal en Gaza, los misioneros de la SBC también vieron este trabajo como una buena oportunidad para la evangelización, abriendo la única escuela de enfermería de Gaza con un enfoque misionero en mente.

El Hospital Bautista de Gaza trató a los palestinos heridos en la crisis de Suez de 1956 y otros incidentes en la región. Durante el gobierno egipcio de Gaza de 1957 a 1967, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser visitó el hospital para expresar su agradecimiento por su trabajo.

Durante la Guerra de los Seis Días en 1967, el hospital continuó funcionando a pesar de estar en medio del conflicto. Muchas ventanas terminaron rotas y varias paredes derrumbadas, y un miembro del personal resultó herido. Los misioneros utilizaron la Iglesia Bautista de Gaza (el anterior santuario anglicano) para albergar camas de hospital adicionales, mientras que 500 personas se refugiaban en su interior.

A finales de la década de 1970, la SBC devolvió el hospital a los anglicanos, quienes lo colocaron bajo la Diócesis Episcopal Anglicana de Jerusalén. Los nuevos operadores dieron a la institución su nombre actual, Hospital Árabe al-Ahli, y el personal bautista continuó sirviendo allí hasta 1987, durante el cual fue una temporada de intenso sentimiento anticristiano, incluido un intento de asesinato por parte de la Hermandad Musulmana contra el director interino del hospital.

En 1980, un palestino arrojó dos granadas de mano desde detrás de la pared de un hospital, matando a tres personas, entre ellas un oficial israelí y un transeúnte árabe, y dejando a muchas otras heridas. En 1989, CT mencionó «el hospital Ali Arab administrado por el episcopal» como un ejemplo de asociación de palestinos cristianos con misioneros estadounidenses para ayudar a las víctimas de la violencia intensificada en la región.

La Iglesia Bautista de Gaza, que sigue siendo la única congregación evangélica en Gaza, solía reunirse en el recinto del hospital hasta que la segunda insurrección (intifada) hizo demasiado difícil tener una congregación inmediatamente al lado de la sala de emergencias, dijo Hanna Massad, un expastor de la iglesia que solía trabajar como técnico de laboratorio en al-Ahli.

«Lo que pasó ayer es difícil de imaginar», dijo. «Estas preciosas personas vinieron a buscar refugio porque pensaron que en un hospital cristiano estarían más seguros».

La Diócesis de Jerusalén administra las instalaciones médicas en Gaza, Cisjordania, Jerusalén, Jordania y el Líbano. Según la diócesis, el hospital ofrecía «algunos de los mejores cuidados médicos disponibles» en «medio de uno de los lugares más conflictivos del mundo», incluidos exámenes de detección de cáncer de mama gratuitos y el primer programa de formación de médicos en cirugía mínimamente invasiva de Gaza.

El líder bautista local, Bader Mansour, señaló que numerosos informes de noticias todavía se referían al hospital como «Hospital Bautista», a pesar del cambio en su liderazgo actual.

«Parece que algunos en Gaza todavía recuerdan el antiguo nombre y la contribución de los bautistas al servicio del pueblo de Gaza, que continúa hasta el día de hoy a través de la Iglesia Bautista en Gaza», escribió.

Durante el tiempo que Tarazi estuvo en el hospital ha sido testigo de la atención a cientos de niños que quedaron discapacitados por la violencia del conflicto entre Israel y Gaza de 2014. Hace cinco años, Tarazi enfrentó una fuerte disminución de la ayuda estadounidense a la agencia de las Naciones Unidas que atiende a los palestinos, lo cual redujo las camas disponibles en el hospital de 80 a 50.

Mientras tanto, la población cristiana de Gaza, que en ocasiones ha enfrentado la hostilidad y la violencia de sus vecinos musulmanes, se ha reducido a unas 1000 personas.

Desde los ataques del 7 de octubre de Hamás contra Israel, más de 1400 personas han muerto en Israel y más de 3000 en Gaza, según las autoridades.

«El árabe cristiano puede ser un mediador entre los judíos y los musulmanes, entre Occidente y Medio Oriente. Para nosotros, el cristianismo es paz y amor para todos», dijo Tarazi, como la citó Don Liebich en su compilación de ensayos Memos from the Mountains. «Pero tememos que Jesús no encuentre ni un solo seguidor cuando regrese. La Iglesia debería ayudar a los cristianos a permanecer allí. Esta es la tierra del cristianismo y de todos sus seguidores. Los cristianos deberían estar aquí para ayudar y dar un buen ejemplo del cristianismo».

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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