Culture

¿Deberíamos cancelar a Lutero y a Calvino?

Los reformadores creían en la quema de herejes. Para dar sentido a ese grave error es necesario mirarnos primero a nosotros mismos.

Christianity Today February 28, 2023
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: Unsplash / WikiMedia Commons / Getty

La cultura de la cancelación no conoce límites; ni siquiera límites históricos. Recientemente y con base en algunos escritos no muy cristianos de los reformadores protestantes Juan Calvino y Martín Lutero —lo relacionado a la quema de herejes— ha habido algunas discusiones [enlaces en inglés] acerca de «cancelar» a estos representantes de la historia de la iglesia. Los debates suenan similares a las conversaciones que hemos tenido sobre figuras históricas seculares que han sido canceladas por haber sido dueños de esclavos, por ejemplo.

Por desgracia, parece ser que todas las generaciones de líderes y maestros cristianos han tenido sus propios problemas y puntos ciegos. Deberíamos aprovechar estas oportunidades para reflexionar sobre nosotros mismos y así determinar si nosotros podríamos tener debilidades similares.

En doscientos o trescientos años (¡si es que hubiera doscientos o trescientos años de historia por delante de nosotros!), al echar la vista atrás, ¿qué cosas veremos como un problema serio? Por ejemplo, no ha sido sino hasta fechas muy recientes que la mayoría de cristianos que conozco han dejado de fumar.

Ha habido enormes cambios sociales desde el siglo XVI, una época en la que la mayoría de los líderes cristianos consideraba que quemar herejes era una práctica aceptable. Desde su punto de vista, la herejía en temas fundamentales de la fe era un problema tan serio que no se podía permitir que esos apóstatas genuinos vivieran, y tenían que ser ejecutados para dar un ejemplo a los demás.

Yo vivo cerca del centro de Oxford, a apenas unos cientos de metros calle abajo del monumento a los mártires Ridley y Latimer, quienes fueron quemados en la hoguera en la década de 1550. Eran tiempos terribles. Echamos la vista atrás y decimos: «¿Cómo es posible que hayan hecho eso debido a un celo inapropiado, y por lealtad a Dios y al evangelio? ¿De qué se trataba todo eso?».

Desde el punto de vista de la época, quemar herejes era un intento desesperado por mantener a la iglesia y a la sociedad puras de la influencia corrupta y devastadora de enseñanzas heterodoxas. Ahora diríamos que se equivocaron al emprender tales acciones. Pero así es como pensaban los líderes de aquel tiempo.

Para mí, lo que Calvino y Lutero escribieron o dijeron en esas circunstancias cuestionables no niega todas sus enseñanzas. Solamente significa que ellos, al igual que el resto de nosotros, entendieron ciertas cosas de forma seriamente errónea. De hecho, el mismo Lutero desarrolló la teología de que somos al mismo tiempo justos y pecadores. Sabía perfectamente bien que él seguía siendo un pecador, aunque en Cristo, y por fe, Dios lo había declarado justo.

Debemos tener un poco más de perspectiva también, y ver que en cada generación hay personas (y aquí me incluyo yo mismo) que invocan a Dios en Cristo, pero cuyas vidas, hábitos y políticas a gran escala no son libres de culpa. Hay muchas cuestiones teológicas que las generaciones siguientes observarán y dirán: «Nosotros entendemos esto de forma diferente de lo que ellos enseñaron».

Si empiezas por donde Lutero y Calvino empezaron —con la teología católica romana de finales del siglo XV y principios del siglo XVI—, entonces verás cómo los problemas de la iglesia se presentaban en términos de la venta de indulgencias y otros asuntos. Estaban obligados a dar respuestas frescas a las preguntas de su tiempo. E hicieron lo correcto al volver a las fuentes originales de las Escrituras para retraducir o reinterpretar el griego y el hebreo del Nuevo y el Antiguo Testamento.

El problema con cancelarlos, al menos desde mi perspectiva, es que ellos intentaban dar respuestas bíblicas a preguntas del medievo tardío. Desde mi perspectiva, tanto Lutero como Calvino en gran medida no eran conscientes de los diferentes matices de las preguntas del primer siglo que se encuentran en el corazón de las Escrituras. Y por eso aplaudo su metodología de regresar a las fuentes originales para obtener sabiduría nueva.

Estaban suficientemente preocupados como para criticar los abusos medievales. Pero eso no significa que ellos mismos no cometieran abusos.

En vez de cancelarlos, honremos su método al leer las Escrituras en su sentido original, y hagamos lo mejor posible para descubrir su significado. Eso nos ayudará a comprender qué preguntas buscaban responder los primeros cristianos. También nos dará un nuevo conjunto de respuestas a preguntas que enfrentamos en nuestros días.

Por último, podemos ir a estos personajes del pasado y celebrar lo bueno que hay en su teología sin idealizarlos a ellos o sus acciones. Fueron tan humanos como cualquiera, y creo que ellos mismos habrían insistido en ello.

N. T. (Tom) Wright es uno de los estudiosos del Nuevo Testamento más importantes del mundo y es autor de muchos libros, tanto académicos como seculares, sobre teología y la vida cristiana. Este texto ha sido adaptado de una conversación en directo del pódcast Ask NTWright Anything de Premier Unbelievable?

Speaking Out es una columna de opinión para invitados de Christianity Today y (a diferencia de un editorial) no necesariamente representa la opinión de la publicación.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Los milagros por sí solos no pueden salvar

Como nos recuerda «The Chosen», Jesús realizó muchos milagros; sin embargo, algunos no creyeron.

Jesús y Simón el zelote alimentan a la multitud.

Jesús y Simón el zelote alimentan a la multitud.

Christianity Today February 27, 2023
Angel Studios

Con la transmisión de la tercera temporada de The Chosen [Los elegidos, disponible en español], muchos cristianos están nuevamente cautivados por el tema de los milagros.

En una escena del episodio 6, Jesús comienza a realizar milagros en una plaza pública: sana a los ciegos, los mudos y los cojos. Rápidamente se enfrenta a un fariseo enojado que parece percibir sus obras como trucos maliciosos en lugar de intervenciones divinas. Este mismo líder religioso casi impidió que Jesús resucitara a la hija de Jairo de entre los muertos; y a pesar de ser testigo de lo innegable, persiste en su odio hacia Jesús y todo lo que Jesús afirma.

Mi esposa, mi hijo y yo hemos estado viendo la serie juntos, y es extraordinario pensar en Jesús y sus apóstoles realizando señales y prodigios que todo el mundo podía presenciar. ¿Cómo habrá sido ver a Jesús realizar un milagro frente a tus ojos? ¿Cómo se habrán sentido los discípulos al recibir la misma autoridad sobrenatural?

Lo que es aún más sorprendente es que tales maravillas no causaron adoración universal. Tanto los romanos como los fariseos vieron a Cristo sanar a personas por docenas, y en lugar de creer que era el Hijo de Dios, lo persiguieron de pueblo en pueblo, lo criticaron y finalmente lo crucificaron.

¿Sería diferente hoy?

Gran parte de la sociedad estadounidense cree en los milagros, teóricamente. Según las encuestas más recientes de Gallup, el 81 % de los adultos estadounidenses cree en Dios (aunque menos que el 87 % de hace unos años), y de ellos, el 42 % (incluida la mayoría de los cristianos) cree que Dios escucha las oraciones e interviene. [Los enlaces redirigen a contenido en inglés].

El autor Lee Strobel (quien escribió un libro crucial sobre el tema) encontró en sus encuestas que aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses creen que los milagros de la Biblia sucedieron tal como se describen, y dos tercios creen que los milagros ocurren hoy en día. Y sus estimaciones son conservadoras en comparación con encuestas anteriores de Pew que muestran que hasta el 80 % de los adultos estadounidenses creen en los milagros. Más impresionante aún, según el trabajo de Strobel, el 38 % dice que les han sucedido milagros personalmente.

De forma anecdótica, muchas personas e instituciones a menudo actúan y hablan como si las intervenciones divinas en la vida diaria fueran verdaderas. La iglesia católica investiga metódica y estructuralmente la evidencia de actividad sobrenatural como requisito para el grado de santidad.

Las iglesias pentecostales y otras denominaciones carismáticas afirman ser testigos regulares de casos de sanidad y otras obras milagrosas de Dios en sus congregaciones. Incluso Francis Collins, un distinguido científico y exdirector de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, dijo que cree en los milagros.

Creer en señales y prodigios es más común de lo que se piensa; sin embargo, para la mayoría de nosotros existen límites para dicha creencia.

El cristiano promedio parece tener confianza en ciertos tipos de intervenciones milagrosas (la sanación de seres queridos, por ejemplo, o la restauración de matrimonios rotos). Pero tendemos a sonrojarnos si alguien insinúa sucesos dramáticos y abiertamente sobrenaturales, tales como sueños que revelan el futuro, la restauración de la vista o la curación de la lepra. Somos reacios a aceptar estos hechos más obvios e innegables, aunque ocurren a lo largo de la Biblia.

En la era moderna, quizás parte de nuestra vacilación parte de la idea de que pensamos que milagros como estos dejarían tras de sí un rastro de evidencia imposible de ignorar. Muchos cristianos y no cristianos se preguntan, con bastante razón, por qué los milagros no se vuelven virales en línea todos los días, especialmente en la era de los teléfonos inteligentes y las redes sociales. Si realmente estuvieran sucediendo, nos preguntamos, ¿no sería la prueba tan omnipresente que todos nos veríamos obligados a creer?

Y, sin embargo, hay evidencia abrumadora de eventos milagrosos en la actualidad.

Craig Keener, quizás la principal autoridad sobre milagros en el mundo moderno, ha escrito una serie de libros de dos partes de más de 1100 páginas que documentan la evidencia histórica de los milagros, complementada con un volumen nuevo (y más accesible) de 2021 llamado Miracles Today [Milagros hoy].

Lo que hace que el trabajo de Keener sea único —junto con su brillante articulación de los tipos de milagros que ocurren, las razones teológicas para ellos e incluso cómo concuerdan con nuestra comprensión moderna de la ciencia— es la manera meticulosa y extensa en la que documenta estos eventos. Traza paralelos entre los relatos de los testigos oculares del Nuevo Testamento y cómo podemos registrar relatos similares hoy.

Estos no son fantásticos ni místicos, sino registrados con gran detalle por múltiples testigos presenciales, y Keener incluso afirma haber presenciado al menos dos actos de lo que él mismo llama «acción divina especial». Él nos aconseja que tengamos discernimiento con respecto a los relatos milagrosos y nos advierte que no nos acerquemos con incredulidad escéptica, incluso cuando algunos de ellos sean falsificados.

Más allá de la perspectiva de Keener, existen muchos otros relatos, incluidos casos completamente documentados en revistas médicas, como la mujer sanada de su ceguera o el hombre que se recuperó de un trastorno gastrointestinal, ambos después de la oración de intercesión. También hay numerosos videos de YouTube de supuestas intervenciones.

Personas de todo el mundo han registrado impresionantes eventos sobrenaturales a través de videos y testimonios de testigos presenciales. Innumerables iglesias han atestiguado la existencia de lo inexplicable. Algunas de estas historias incluso han sido amplificadas por autores de éxito como Lee Strobel y Eric Metaxas.

Sin embargo, muchas personas, incluidos los cristianos, continúan ignorando o descartando tales testimonios. Es difícil culparnos por preferir la comodidad del escepticismo y la incredulidad. Vivimos en el mundo de la «posverdad», donde todo parece digno de duda. Y en este contexto, a menudo es difícil saber qué creer, tal vez incluso más hoy que hace 2000 años.

Me fascinó este tema cuando comencé a escribir mi nueva novela, Miracles [Milagros]. Traté de imaginar lo que sucedería si una serie de eventos sobrenaturales imposibles de ignorar sucedieran ante nuestros ojos. Y una de mis conclusiones es que tales incidentes inspirarían al menos tanta ira como adoración, y tanta división como unidad.

Así como aquellos que fueron testigos de los milagros en el tiempo de Jesús no estuvieron de acuerdo con los mismos, y así como Faraón ignoró las señales y prodigios realizados a través de Moisés, es igualmente probable que descartemos la obra milagrosa de Dios en lugar de aceptarla, ya sea como sociedad o como individuos.

En verdad, las intervenciones sobrenaturales pueden apuntar hacia Dios, pero no pueden hacer que confiemos en Él o que lo aceptemos. Los milagros pueden despertar en nosotros la idea de que hay algo más allá del velo de nuestro mundo físico, pero no pueden hacer que persigamos fielmente esa verdad.

Ahora que mi hijo ha estado viendo la última temporada de The Chosen [Los elegidos], me ha estado preguntando cómo alguien podría ver a Jesús realizar señales y prodigios, y aun así no creer en Él. Tal vez esa pregunta —y la verdad que revela sobre nuestra naturaleza humana— sea tan relevante ahora como lo fue en el primer siglo.

¿Realmente creemos en los milagros? En el fondo de tu corazón, ¿crees en ellos?

John Coleman es escritor y vive en Atlanta, Georgia. Su novela más reciente, Miracles, explora el tema de los milagros en el mundo moderno.

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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History

Lo que podemos aprender de los avivamientos

Un historiador especialista en avivamientos analiza cuatro posibles lecciones de Asbury.

El Auditorio Hughes en la Universidad de Asbury.

El Auditorio Hughes en la Universidad de Asbury.

Christianity Today February 25, 2023
Cortesía de la Universidad de Asbury

El más grande conocedor evangélico de los avivamientos, Jonathan Edwards, decía que nadie puede juzgar un avivamiento de segunda mano. Edwards vivió antes de la era de las telecomunicaciones, pero creo que habría dicho que la realidad espiritual de un avivamiento no está disponible a distancia, por muy tecnológicamente sofisticada que sea la transmisión. La imagen del acontecimiento no es el acontecimiento en sí.

Así que cinco años después de ir a la Universidad de Asbury para dar una conferencia sobre los avivamientos religiosos en los Estados Unidos, fui a ver uno.

Muchos creyentes pueden recordar un momento excepcional en la vida de su congregación —quizá un sermón inusual, de esos que muchos predicadores ofrecen solo una vez, o un momento de gran bendición o aflicción que afectó a todos—. En tales ocasiones, toda la congregación se une al poner toda su lucidez y concentración en Dios, y se convierten en «un solo corazón» u homothumadon, por utilizar el término griego de los Hechos de los Apóstoles.

Sorprendentemente, este sentimiento congregacional —expresado en el canto y la adoración, y reforzado por breves lecturas de las Escrituras y breves testimonios— se da ahora no solo en Asbury, sino también en capillas universitarias de todo el país. Los estudiantes y los visitantes van y vienen, pero los recién reunidos experimentan una sensación de unirse en «un solo corazón».

La palabra inglesa revival, traducida al español comúnmente como avivamiento, denota un periodo de tiempo en el que una comunidad cristiana experimenta una revitalización. Se ha definido como «un periodo de despertar religioso o de interés renovado por la religión», con «reuniones caracterizadas a menudo por la excitación emocional».

Llamar avivamiento a una reunión sugiere que se ha producido una intensificación de la experiencia. Una multitud reunida no constituye un avivamiento. Lo que distingue a un avivamiento es una profundización tanto del sentimiento como de la expresión espiritual.

Los avivamientos son acontecimientos corporativos y experienciales. A menudo se produce un contagio espiritual, que hace que las experiencias de una persona se transmitan en cascada a otras. El término renovación no está tan bien definido como el de avivamiento, pero sugiere un retorno del celo o la vitalidad a un grupo de creyentes cristianos que habían decaído en su devoción.

Desde mediados del siglo XVIII, los informes sobre avivamientos cristianos de distintas regiones y grupos culturales han mostrado temas comunes. Los participantes hablan de una vívida sensación de las cosas espirituales, gran alegría y fe, profundo dolor por el pecado, deseo apasionado de evangelizar a los demás y sentimientos exacerbados de amor a Dios y al prójimo.

En tiempos de avivamiento, la gente suele abarrotar los edificios disponibles para los servicios de culto y adoración, llenándolos más allá de su capacidad. Los servicios pueden durar desde la mañana hasta la medianoche. La noticia de un avivamiento suele propagarse rápidamente, y a veces los informes —ya sean de persona a persona, impresos o transmitidos por otros medios de comunicación— dan lugar a nuevos avivamientos en otros lugares.

A veces, la gente confiesa abiertamente sus pecados en público. Otra característica de los avivamientos es la generosidad: se suelen encontrar personas dispuestas a donar su tiempo, dinero o recursos para apoyar la obra. Los avivamientos suelen ser controvertidos, con opositores y defensores criticándose mutuamente. Movimientos contrarios al avivamiento suelen surgir precisamente a raíz de los avivamientos.

Puede haber manifestaciones corporales inusuales, tales como caerse, rodar por el suelo, experimentar movimientos musculares involuntarios, reír, gritar y danzar espiritualmente. Otra característica pueden ser las llamadas señales y prodigios, tales como sanación de los enfermos, profecías, visiones o sueños que revelan conocimientos secretos, personas liberadas del poder de Satanás y creyentes que hablan en lenguas.

Los avivamientos del pasado establecieron nuevas formas de comunidad, así como expresiones prácticas y activistas de la fe. Los avivamientos remodelaron las estructuras sociales y eclesiales transfiriendo el poder del centro a la periferia. Personas a las que antes no se les había dado voz ni la oportunidad de liderar ahora pasan a primer plano. Las mujeres, las personas de color, los jóvenes y los menos instruidos han desempeñado papeles importantes en los avivamientos cristianos modernos.

Los avivamientos han provocado debates sobre temas tan diversos como la diferencia entre la espiritualidad genuina y la falsa, la actividad y los efectos de lo demoníaco, el peligro del fanatismo religioso, el ministerio de los laicos, el papel de la mujer en la iglesia, la necesidad de nuevas asociaciones entre los fieles, así como diversos llamados a la reforma y la justicia social.

En el último siglo, la iglesia mundial ha proliferado a través de los avivamientos religiosos o, como los llama el autor Mark Shaw, «movimientos carismáticos populares». Estos movimientos despiertan una visión para el futuro, así como lo que Shaw denomina «fatalismo optimista», es decir, la confianza en que ningún problema personal, familiar o político es demasiado grande o difícil de resolver.

La pregunta que suelen hacerse los observadores: ¿Es esto realmente un avivamiento?, puede que no sea la más adecuada, ya que implica que existe un único criterio con el que debe medirse todo nuevo movimiento espiritual. (Algunos en Asbury prefieren la palabra derramamiento sobre avivamiento, evitando así cualquier asociación limitante con este último término).

Puesto que el Espíritu Santo es Dios, es infinito. Esto significa que hay infinitas formas en las que el Espíritu puede encontrar expresión humana. Winkie Pratney comparó el avivamiento con el romance. Del mismo modo que alguien que ha estado enamorado antes puede descubrir que estar enamorado de una nueva persona es una experiencia nueva, el romance del Espíritu nunca será exactamente igual en dos ocasiones.

Los avivamientos que surgieron entre 1900 y 1909 en Gales, India, Estados Unidos, Corea, Chile y otros lugares estaban relacionados entre sí, pero mostraban variaciones locales. Los galeses cantaban himnos y muchos se convertían. Los de Los Ángeles hablaban en lenguas. Las chicas en edad escolar en la India se arrepintieron públicamente de sus pecados, al igual que muchos en el avivamiento en Corea. Los adoradores de Chile tuvieron visiones del cielo.

¿Quién puede decir por qué una manifestación del Espíritu prevaleció en esta localidad y no en aquella? La Escritura dice: «Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. (…) A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás» (1 Corintios 12:4,7, NVI).

Una pregunta mejor que: ¿Es esto realmente un avivamiento?, podría ser: ¿Es esto el Espíritu Santo? Reconocer la diversidad de la obra del Espíritu debería disuadirnos de hacer juicios espirituales precipitados y de confiar en nuestra propia experiencia como medida para evaluar la de los demás.

El discernimiento espiritual, como enseñó Jesús, requiere que distingamos «por sus frutos» (Mateo 7:20) lo genuino de lo falso. En su tratado Religious Affections [Los afectos religiosos], Edwards hizo de la «práctica santa» su principal signo de verdadera espiritualidad. El problema es que la «práctica santa» se hace evidente solo con el tiempo, mientras que nuestro «Twitterverso» de gatillo fácil juzga en cuestión de segundos. Si queremos discernir correcta y bíblicamente, debemos dedicarnos a una reflexión caracterizada por la paciencia y la oración, y abstenernos de emitir juicios precipitados.

Cuatro posibles lecciones de Asbury

Asbury es un avivamiento del que es difícil decir algo negativo. Mientras estuve allí, no vi nada extremo, extravagante o irascible. La gente que hacía cola durante horas era siempre educada. Dentro del santuario, no vi ningún comportamiento que buscara llamar la atención como los que a menudo se han visto en los avivamientos del pasado y que han sido causa de controversia.

Mientras entonábamos nuestras canciones favoritas, como «Open the Eyes of My Heart» (Abre mis ojos), «Revelation Song» (Revelación), «10,000 Reasons» (10 000 razones) y «No Longer Slaves» (Ya no soy esclavo), me acordé de las historias del avivamiento galés de 1904-05, con cultos de horas de duración, sin líderes humanos destacados y sin demasiada predicación, pero con 100 000 conversos.

Una mujer chilena, hablando a través de un intérprete, dijo que las noticias de Asbury habían electrizado América Latina. Los líderes nos dijeron que nos pusiéramos de pie y extendiéramos nuestras manos hacia el sur para orar por un avivamiento en América Latina. Me recordó la petición enviada en 1905 por creyentes de Los Ángeles a Evan Roberts, líder del avivamiento galés, para que él y otros oraran por un avivamiento en California. Roberts les respondió asegurándoles que oraría. Los pentecostales consideran que el avivamiento de la calle Azusa de 1906 fue, al menos en parte, una respuesta a esas peticiones a Dios ofrecidas a más de 8 000 kilómetros de distancia.

Los líderes de Asbury confiesan que no saben hacia dónde se dirigen las cosas a continuación, pero el ADN espiritual del reciente avivamiento apunta a algunas conclusiones preliminares:

1. Rechazar el culto y la cultura de los avivamientos de celebridades

A medida que los medios de comunicación evolucionaron durante el siglo pasado, también lo hicieron los «avivadores» famosos. Estas personas tenían fama de estar tan ungidas y dotadas del Espíritu que sus palabras o su presencia física alteraban la atmósfera espiritual y llevaban a multitudes a encuentros con Dios que transformaban sus almas.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, las celebridades del avivamiento no estuvieron a la altura de sus promesas. Otros se mostraron prometedores al principio, pero más tarde cayeron en pecados sexuales o financieros que pusieron fin a sus ministerios.

Pero, ¿qué pasaría si hubiera un despertar espiritual sin celebridades? El príncipe de las tinieblas podría quedarse perplejo. ¿Cómo puede socavar un avivamiento en el que los líderes evitan ser el centro de atención y sirven humilde y anónimamente por el bien común de todos? Sin un líder destacado al que corromper a través del orgullo, la codicia o la lujuria, ¿cómo puede escandalizar al público?

Desde el escenario de Asbury, los líderes hablaron para decir: «No hay celebridades en esto. La única celebridad es Jesús» y para instar a la iglesia a «despertar al hecho de que una generación emergente tiene hambre desesperada de lo sobrenatural y se rebela contra cualquier forma de entretenimiento religioso».

2. Repensar la relación entre vida espiritual y medios digitales

Es probable que las descripciones de Asbury parezcan ordinarias: la gente se reúne, canta, lee las Escrituras y habla de la obra de Dios en sus vidas. ¿No es esto lo que ocurre en innumerables iglesias cada semana? La elusiva cualidad de la experiencia Asbury solo tendrá sentido para alguien que haya estado personalmente presente.

Este elemento intangible, el je ne sais quoi de la presencia divina y el sentimiento congregacional, no puede transmitirse electrónicamente, aun si quienes lideran este movimiento quisieran hacerlo.

Asbury es, pues, un golpe a favor de la espiritualidad encarnada y en contra de la mediatización desencarnada. No piense que YouTube, Facebook o TikTok le proporcionarán la misma experiencia.

Puede que este mensaje no guste a todo el mundo. Entra en conflicto con la idea generalizada de que todo lo humanamente importante es transmisible electrónicamente. Asbury está diciendo: No lo es, y no lo intentes.

3. Conciliar los enfoques calvinista y wesleyano-arminiano del avivamiento

Desde principios del siglo XIX en adelante, los calvinistas percibieron el espectro de la herejía pelagiana en los avivamientos centrados en las personalidades humanas y las técnicas emocionales. Aplicada al avivamiento cristiano, la actitud pelagiana es decir que «si debemos tener un avivamiento, entonces podemos tenerlo». Esta premisa conduce a un enfoque en la técnica y los métodos para hacer que el avivamiento suceda.

En contraste con los avivamientos «preparados» por el esfuerzo humano, la energía y la manipulación, los Calvinistas de la Nueva Luz concebían los avivamientos como «enviados» por la gracia repentina e inesperada de Dios. Según una analogía común, un agricultor podía arar la tierra, pero tenía que esperar las lluvias celestiales para regar los cultivos.

Para los calvinistas, las técnicas que supuestamente garantizaban el avivamiento no solo eran erróneas, sino también blasfemas, ya que sugerían que algo tan sobrenatural como la santa presencia de Dios podía manipularse humanamente. Por el contrario, los metodistas y otros arminianos a menudo veían la argumentación de los calvinistas como un manto para el conformismo o el fatalismo.

Sin embargo, contrastar los avivamientos calvinistas y el avivamiento no calvinista es exagerado. Los arminianos, que supuestamente «prepararon» sus avivamientos mediante el esfuerzo humano, hicieron mucho por buscar, orar y esperar en Dios. Los calvinistas, que supuestamente no hacían más que buscar, orar y esperar el avivamiento «enviado», trabajaron para avivar los pequeños destellos de gracia que aparecían entre ellos.

Nada en Asbury coincide con la conocida crítica al avivamiento centrado en el ser humano. A pesar de ocurrir en un campus metodista, el avivamiento de Asbury muestra las marcas de espontaneidad y fidelidad a las Escrituras que los calvinistas dicen que son prerrequisitos para reconocer un «movimiento de Dios». (Como calvinista, espero que mis compañeros calvinistas no se opongan a ello. Al menos, espero que acepten el consejo de Edwards al visitar el avivamiento antes de emitir un juicio sobre el mismo).

4. Tender puentes entre los avivamientos de tipo pentecostal y los críticos antipentecostales

Algunos evangélicos definen el avivamiento como «una bendición extraordinaria de los medios ordinarios de la gracia». Así es Asbury. Los «medios ordinarios», como el canto congregacional, la lectura de las Escrituras y la oración, están cosechando «bendiciones extraordinarias» durante este tiempo de gracia. La tradición metodista de avivamiento podría convertirse en un bálsamo para ayudar a sanar la desastrosa división entre pentecostales y antipentecostales.

El metodismo se encuentra en una posición de mediación, situado casi a medio camino entre los extremos de los carismáticos independientes y la implacable oposición contra el avivamiento de algunos protestantes confesionales. John Wesley estaba abierto a experiencias espirituales inusuales, pero era intolerante con la espiritualidad disruptiva, las doctrinas extrañas y los evangelistas recalcitrantes que rechazaban la corrección fraternal.

Esta actitud wesleyana de apertura cautelosa puede permitir que el avivamiento de Asbury tienda un puente sobre el abismo que existe entre los cristianos con respecto a los avivamientos. Asbury podría animar a pentecostales y antipentecostales a encontrarse en el centro metodista, y a abrir sus corazones y mentes los unos para con los otros.

Como carismático, veo una lección especial para mis compañeros pentecostales y carismáticos. Algunas partes del movimiento «lleno del Espíritu» de hoy en día se han desviado de aspectos básicos como la Biblia, la salvación de los perdidos, el arrepentimiento, la obediencia y la cruz de Cristo en favor de visiones del salón del trono, encuentros angélicos y especulaciones sobre el fin de los tiempos. Esto necesita corrección, y Asbury sugiere cómo hacerlo, sin volverse antipentecostal.

Hoy ya no son solo los antipentecostales los que limitan al Espíritu. Cuando los carismáticos tratan las experiencias espectaculares, o la lista de 1 Corintios 12 de dones carismáticos como los únicos fenómenos sobrenaturales, la lista de omisiones es muy grande. Las Escrituras enseñan que el Espíritu es el Juez, el Convertidor, el Consolador, el Santificador y el Espíritu de Verdad, así como es el Sanador y el Dador de dones.

Asbury es un recordatorio de que la salvación es sobrenatural. La Palabra de Dios es sobrenatural. La convicción de pecados es sobrenatural. La compasión por los que sufren y los perdidos es sobrenatural. Necesitamos una visión amplia y de espectro completo de las obras del Espíritu.

Un nuevo paradigma para el futuro

El científico social Anthony Wallace es un autor fascinante sobre el avivamiento. En la presentación de la teoría de Wallace por parte de Mark Shaw, los «movimientos de revitalización» se producen en tres fases: una fase de problema, otra de paradigma y otra de poder.

En la fase del problema, la gente siente que sus mapas de la realidad ya no funcionan. Los viejos caminos conducen a callejones sin salida. En la fase del paradigma, surge un líder o un grupo de líderes que no son ni reaccionarios (aferrados al pasado) ni radicales (que rechazan el pasado). En la fase de poder, el nuevo paradigma se convierte en un movimiento de masas.

Si aplicamos estas ideas a la situación actual de la Iglesia a nivel mundial, podríamos argumentar lo siguiente:

La Iglesia necesita renovación y reforma, pero estamos atascados en la fase del problema. Los viejos caminos han conducido a callejones sin salida, incluidas las divisiones aparentemente irresolubles (calvinistas frente a arminianos, pentecostales frente a antipentecostales) que restan tiempo, atención y energía al enfoque que deberíamos tener en Dios y en el llamado a la evangelización y la formación de discípulos. Una señal de que estamos en la etapa del problema es que las discusiones sobre los avivamientos se han vuelto rancias y predecibles.

El avivamiento de Asbury podría representar la etapa del paradigma. Un nuevo paradigma, como lo describió Wallace, no será totalmente nuevo, sino una reelaboración de patrones anteriores. De acuerdo con esta teoría, el enfoque de Asbury no es ni reaccionario ni radical.

La etapa del paradigma implica que los líderes redescubran el Nuevo Testamento y las raíces de sus propias ideas y prácticas. Como un árbol, el paradigma emergente necesita hundir profundamente sus raíces antes de poder empezar a extender sus ramas.

Los desafíos a un nuevo movimiento llegarán especialmente en el paso de la etapa del paradigma a la etapa del poder, cuando un movimiento comience a desafiar el statu quo. La oposición en la etapa de poder vendrá tanto de los conservadores como de los radicales.

Si el nuevo paradigma para la revitalización espiritual puede permanecer firmemente en el centro y evitar ser capturado tanto por los conservadores como por los radicales, entonces existe la esperanza de que el nuevo paradigma se convierta en un paradigma dominante, y entonces sea posible una revitalización y una reforma generalizada y sistémica en la iglesia.

Consejos con respecto al avivamiento

Mientras esperamos a ver qué nuevos paradigmas pueden surgir, permítanme terminar con algunos consejos sobre el avivamiento, de parte de alguien que ha pasado años leyendo y escribiendo sobre avivamientos cristianos y que ha tenido la oportunidad de observar lo que está sucediendo en Asbury.

Si eres creyente y oyes informes de experiencias renovadas del amor de Dios entre el pueblo de Dios, así como un deseo más profundo entre ellos de orar y adorar, entonces alégrate. Nuestra reacción por defecto, antes que cualquier otra cosa, debería ser la alegría.

Desconfía de la gente que se presenta como experta en el Espíritu Santo (incluso gente como yo, que escribe artículos como este). Nadie conoce plenamente al Espíritu. Cada uno de nosotros es un aprendiz.

Permite que Dios te guíe y te dé discernimiento, apoyándote en las Escrituras y conversando con un pastor y otros amigos espirituales. El Señor desea que «disciernan lo que es mejor» (Filipenses 1:10). Él no fallará. Reconoce que los acontecimientos espirituales, a diferencia de los físicos, no son accesibles a los cinco sentidos. Las cosas espirituales deben ser discernidas espiritualmente, lo que quiere decir que deben ser discernidas a través de sus efectos, mismos que irán revelándose gradualmente con el tiempo.

Ore por los líderes y participantes en los avivamientos, y por un avivamiento en su propio corazón. Únase a otros creyentes para orar fervientemente por el avivamiento en su propia comunidad. Haz causa común con personas afines de otras razas, etnias, grupos sociales o denominaciones. Una mayor unidad con ellos puede ser parte del plan de Dios.

Siguiendo el modelo de Asbury, reúne a cristianos más jóvenes con líderes más experimentados. El fuego de la juventud y la sabiduría de la edad son una mezcla poderosa.

Michael McClymond es profesor de cristianismo moderno en la Universidad de Saint Louis. Fue el único editor de la Encyclopedia of Religious Revivals in America, publicada en dos volúmenes, y coautor (con Gerald McDermott) de The Theology of Jonathan Edwards. Su último libro es Martyrs, Monks, and Mystics: An Introduction to Christian Spirituality (Paulist Press, otoño de 2023).

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Cuando aún éramos criminales, Cristo murió por nosotros

El pecado y el crimen no son diferentes a los ojos de Dios. ¿Por qué perdonamos uno y el otro no?

Christianity Today February 20, 2023
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: Getty

Para la mayoría de los cristianos el «legalismo» es algo que hay que evitar. Excepto cuando hablamos de las leyes terrenales.

Pensemos en cómo solemos contar la historia de Jesús y la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8:1-11). Esta mujer, obviamente, era una pecadora. Había quebrantado los mandamientos de Dios. Pero cuando los escribas y los fariseos la llevaron ante Jesús, él no la condenó. En cambio, lo que hizo fue exponer la mojigata hipocresía de sus acusadores: «Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra».

¿La moraleja de la historia? La misericordia vence al juicio.

Es verdad. Pero cuando dejamos a un lado por un momento la jerga religiosa, nos encontramos contando una historia aún más sorprendente: una que habla del crimen y la aplicación de la ley.

He leído este pasaje en incontables ocasiones, pero fue mientras me preparaba para dar un curso en la prisión que se me ocurrió que esta mujer realmente había quebrantado la ley. Puede que el adulterio no sea un crimen en nuestro mundo, pero sí lo era en la Judea del primer siglo: tanto bajo la ley judía como bajo la ley romana [enlaces en inglés]. Si lo ponemos en términos modernos, la mujer adúltera era una criminal y Jesús la ayudó a librarse del castigo.

«Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Mientras pensaba en mis estudiantes que estaban en prisión, las palabras de Jesús tomaron una nueva capa de significado. La gracia que Jesús ofrecía no solo desafiaba el legalismo de los que la acusaban. También desafiaba mi apego a la lógica retributiva de la ley y el orden. Era una historia del amor ilimitado de Dios por los pecadores, sí… pero también una historia de la gracia redentora de Dios para todos aquellos a los que llamamos criminales.

Tan solo hay que usar la imaginación y reemplazar el adulterio por un delito diferente, uno que viole nuestras leyes, para darse cuenta de lo perturbadora que suena la historia. Un hombre sorprendido traficando con droga, una mujer acusada de un fraude con tarjeta de crédito o un adolescente que robó un auto. «¿Ya nadie te condena?», pregunta Jesús. «Ahora vete, y no vuelvas a pecar».

No dice: «Puede que Dios te perdone… pero según la ley mereces un castigo».

Cuanto más pensaba en ello, más sorprendente se volvía este pasaje. Me encontraba frente a una historia más extraña y desafiante de lo que hubiera esperado; una historia que llega hasta la raíz de cómo los cristianos se enfrentan a cuestiones que tienen que ver con la ley y la justicia. ¿Por qué no me había dado cuenta antes?

El Nuevo Testamento ofrece una visión radical de la justicia restauradora de Dios para todos los malhechores: tanto para aquellos a los que llamamos pecadores como para aquellos a los que llamamos criminales. Pero los lectores modernos no suelen verlo porque la lente con la que leemos el texto ha sido definida por la línea con la que separamos el pecado y el crimen.

Cuando leemos el Nuevo Testamento normalmente nos centramos en el problema del pecado y en la necesidad del perdón divino. Desde esta perspectiva, el evangelio trata del daño que las ofensas humanas le causan a nuestra relación con Dios, y de lo que Cristo hizo para restaurar esta relación.

Esto es correcto. Pero deja fuera una parte importante de la historia. El pecado no solo afecta la relación del individuo con Dios. También crea ondas expansivas de daño que fluyen a través de las comunidades para las que Dios nos ha creado.

A algunos de estos pecados los llamamos crímenes. Aun así, cuando enfrentamos el crimen, rara vez acudimos al evangelio. En cambio, recurrimos al sistema judicial.

Los escritores del Nuevo Testamento reconocen solo una clase de justicia: la de Dios. Y, no obstante, cuando diferenciamos el pecado del crimen forjamos dos ámbitos separados y muy diferentes de la justicia: uno, religioso; el otro, secular. Como resultado, solemos operar con dos caras muy diferentes. Perdonamos el pecado, pero castigamos el crimen. Condenamos el «legalismo» religioso, pero defendemos «la ley y el orden».

En otras palabras, creamos un cortafuegos conceptual que deja el ámbito de la justicia criminal fuera de la desafiante enseñanza del Nuevo Testamento sobre la ley y el mandamiento de la misericordia.

Sin embargo, los cristianos no siempre han pensado así. La distinción convencional entre el pecado y el crimen data del siglo XII.

Antes de esto, como escribe el historiador jurídico Harold Berman: «Las grandes ofensas “seculares” —el homicidio, el robo, y cosas similares— también eran pecados que se debían expiar mediante la penitencia; y todas las grandes ofensas “eclesiásticas” —los pecados sexuales y maritales, la brujería y la magia, el quebramiento de los votos de los monjes y cosas similares— también eran crímenes prohibidos por las leyes tradicionales y estaban sujetos a sentencias seculares».

En resumen, el pecado era un crimen, y el crimen era un pecado.

Pero cuando la iglesia católica y los monarcas europeos comenzaron a tener problemas para separar sus respectivas áreas de jurisdicción, se comenzó a cristalizar una frontera entre el ámbito secular y el religioso. Algunos actos de ofensa eran contra la ley de Dios, pero no eran asunto de las autoridades seculares. Solo eran pecados. Otros violaban también las leyes humanas. Estos fueron llamados crímenes.

«La ley humana (…) no prohíbe todos los vicios», escribió el teólogo medieval Santo Tomás de Aquino, «sino solo los más graves, aquellos de los que puede abstenerse la mayoría y que, sobre todo, hacen daño a los demás, sin cuya prohibición, la sociedad humana no podría subsistir».

En otras palabras, la ley de Dios regula las cuestiones del corazón, mientras que las leyes humanas gobiernan la sociedad. Y aunque puede ser que Dios perdone el pecado, las violaciones de la ley humana deben ser castigadas.

El mayor problema con esta distinción es que nos ciega ante la fulminante crítica de Jesús contra la lógica de la ley y el orden.

Puesto que Jesús critica la preocupación de los fariseos por seguir la ley al pie de la letra, nosotros denunciamos esa preocupación como legalismo. Pero tendemos a pensar en ello como una cuestión estrictamente religiosa: una cuestión de quisquillosa piedad.

Pero al pensar de esta forma, perdemos de vista el punto central. En la Judea del siglo primero, la ley de Moisés no solo era un conjunto de prescripciones religiosas, sino un patrón que gobernaba todos los aspectos de la vida: desde el matrimonio y el divorcio, hasta los contratos de arrendamiento y las prácticas agrícolas. Salvo donde interfería la ley romana, funcionaba como la ley de la tierra y guiaba el juicio de las autoridades locales. Los escribas de los que leemos en los evangelios trabajaban, en parte, como abogados, utilizando su experiencia legal para resolver disputas y redactar contratos.

Cuando Jesús les reprocha el modo en que aplican la ley, no solo está criticando su teología: también desafía su teoría legal. En el fondo, el debate que había entre Jesús y los escribas es un desacuerdo acerca de la relación entre la ley y la justicia; no solo las leyes que pensamos que son religiosas, sino la idea misma de la ley como un modo de regular la conducta humana y castigar al malhechor. ¿Acaso un cumplimiento meticuloso de la ley es suficiente para satisfacer la justicia de Dios? ¿O la justicia de Dios es aún más profunda?

«¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad» (Mateo 23:23).

Sin duda dominan las leyes fiscales, les dice Jesús. Pero no entienden en qué consiste todo esto. No hay ningún valor en seguir al pie de la letra la ley si no están cumpliendo con su espíritu (Mateo 5:17-48).

«Mira —le preguntaron los fariseos—, ¿por qué hacen ellos [los discípulos] lo que está prohibido hacer en sábado?» (Marcos 2:24).

Sin duda conocen las leyes laborales, les dice Jesús. Pero se han olvidado de su propósito. El sábado fue hecho para los humanos, no los humanos para el sábado. El objetivo es darle a los trabajadores exhaustos un descanso, no evitar que almuercen.

A los ojos de Jesús, la ley de Dios apunta hacia los valores más cercanos al corazón de Dios, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Las regulaciones específicas de la ley de Dios tienen como objetivo servir a estos valores. En otras palabras, aplicar la ley de Dios nunca debería ser un obstáculo en el camino de la práctica de la justicia redentora a la que esa misma ley apunta. Y tampoco debería hacerlo la aplicación de nuestras leyes.

Hoy rara vez vemos controversias legales sobre el diezmo o la observancia del sábado. Aun así, el penetrante enfoque de Jesús en el corazón de la ley de Dios centrada en la justicia supone un desafío también para los lectores modernos. La ley de Dios es un hermoso regalo. Y nuestras leyes humanas también tienen valor. Pero las leyes no son un fin en sí mismas. Cuando nuestro deseo por mantener la ley y el orden nos distrae de cuestiones más importantes en cuanto a la justicia, la misericordia y la fidelidad… bueno, ya sabemos lo que Jesús diría.

Pablo también era precavido con respecto a lo que ocurre cuando el cumplimiento de la ley toma prioridad sobre recibir y compartir la gracia de Dios. «La letra mata», escribió, «pero el Espíritu da vida» (2 Corintios 3:6). Es una verdad que él conocía de primera mano: primero como encargado de hacer cumplir la ley y después como convicto encarcelado.

El evangelio que Pablo proclama se articula en un lenguaje que resultaría familiar en cualquier juzgado: ley, justicia, misericordia, juicio. Durante años he leído esos términos como jerga teológica, mientras que las leyes y los juzgados reales no podían estar más lejos de mi mente. Ahora estoy convencido de que me estaba perdiendo de algo importante.

De hecho, aunque esté trazado a una escala mayor, el evangelio de Pablo trata los mismos problemas fundamentales que el sistema judicial moderno: el hecho básico de que los seres humanos pueden hacer el mal y causar daño; o, como Pablo lo llama, el pecado.

El evangelio, dice Pablo, es la solución de Dios a este problema. Pero no es una solución que se base en la ley. Si Dios estuviera obligado por la ley y el orden, todos estaríamos perdidos. Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Nadie es inocente, ni siquiera uno (Romanos 3:10). Todos hemos violado la ley de Dios.

Y, no obstante, Dios plantea un veredicto sorprendente: «Ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús» (Romanos 8:1). Por medio del evangelio se ha revelado la verdadera forma de la justicia de Dios: una justicia que no se basa en la ley, sino en la fe (Romanos 3:21-22). Dios declara inocente a todo aquel que pone su fe en Cristo.

Pablo sabe que algunos piensan que Dios es blando con respecto al crimen. «¿Por qué los pecadores siguen saliéndose con la suya?», preguntan. «¿Por qué Dios no los ha castigado aún?». Pero la respuesta, escribe Pablo, no es que Dios sea indiferente ante el mal. Dios es un juez justo (Romanos 3:26). La respuesta es, más bien, que la solución de Dios para el pecado es inesperada. Donde nosotros esperamos ley y castigo, Dios se encarga del problema del mal por medio del sacrificio reconciliador de Jesús (Romanos 3:24-25).

«Pero ahora, sin la mediación de la ley», escribe Pablo, «se ha manifestado la justicia de Dios» (Romanos 3:21, énfasis añadido; Gálatas 2:21). Como argumentan Mark Baker y Joel Green, en Romanos vemos que Jesús toma nuestro lugar no al sufrir la pena capital por el pecado, sino al absorber en nuestro beneficio sus mortales consecuencias.

El pensamiento de Pablo con respecto a la ley es conocidamente complejo, pero en el fondo refleja las prioridades de Jesús. «Toda la ley se resume en un solo mandamiento», escribe. «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Gálatas 5:14; Romanos 13:8-10).

No es que Pablo piense que la ley sea inútil o esté mal. Por el contrario, él insiste en que la ley de Dios es buena (Romanos 3:31; 7:12). Pero cuando nos apoyamos en regulaciones legales —o en «las obras de la ley», como Pablo las llama— y cuando confiamos en que ellas resuelvan el problema del mal, solo lo empeoramos todo al tropezarnos con el moralismo y la hipocresía.

Pablo estaba especialmente preocupado por el uso de la ley para reforzar la marginalización de los creyentes gentiles (Gálatas 2:11-14; Romanos 2:17-3:20), una preocupación que debería hacernos sentir incómodos, viviendo como vivimos en una nación en donde los estadounidenses de piel de color tienen muchas más probabilidades de ser arrestados que la gente blanca, muchas más probabilidades de ser llevados a una prisión preventiva mientras esperan su juicio y muchas más probabilidades de ser encarcelados.

Ante los ojos de Dios, todos somos delincuentes: judíos y gentiles; oficiales de policía y criminales; ciudadanos modelo y miembros de bandas. Nadie es inocente, ni siquiera uno. Por eso es que todos necesitamos la misericordia de Dios: una misericordia que no se opone a la justicia de Dios, sino que es su culminación vivificante.

Como escribió Bryan Stevenson tras décadas de trabajo con aquellos a quienes nuestro sistema legal ha condenado a muerte: «El poder de la misericordia justa es que le pertenece a los que no se la merecen. Es cuando menos se espera la misericordia que es más potente: suficientemente fuerte como para romper el ciclo de la victimización y el victimismo, y de la retribución y el sufrimiento».

Este también es el núcleo del argumento de Pablo: que el regalo de la misericordia de Dios en Cristo es la fuente de nuestra sanación y nuestra reconciliación. En Cristo, Dios nos restauró a una nueva vida de una manera que la ley nunca podría haber conseguido (Romanos 8:3).

Al final, la pregunta no es si deberíamos o no vivir en una sociedad gobernada por leyes. Puede que Pablo no deseara que los creyentes se denunciaran o presentaran demandas legales entre sí (1 Corintios 6:1-11), pero reconoció que los que están en posiciones de autoridad tienen un papel a la hora de castigar el mal (Romanos 13:3-4). En su mejor momento, los gobernantes encarnan la clase de justicia que protege al débil y al vulnerable frente a los que de otro modo se aprovecharían de ellos (Salmo 72:1-4).

Más bien, la pregunta para los creyentes es: ¿De qué lado está nuestra lealtad? Cuando nos enfrentamos al pecado y al crimen, ¿nos descubrimos reclamando la ley y el orden? ¿O nos unimos a Jesús en la defensa de la justicia, la misericordia y la fidelidad? ¿Nos centramos en el cumplimiento de la ley o nos orientamos hacia lo que Pablo considera que es el corazón de la ley: amar a nuestro prójimo, ya sea víctima o infractor?

Aquí los cristianos tienen un historial mixto. Como ha señalado Aaron Griffith en su reciente libro God’s Law and Order, ningún grupo se ha comprometido tanto con el cuidado de los que están en prisión como los cristianos evangélicos; sin embargo, han sido los evangélicos los que han sido claros defensores de una ideología de la ley y el orden que ha puesto entre rejas a casi dos millones de estadounidenses, incluyendo un número desproporcionado de personas pobres y de raza negra.

Dios perdona el pecado, hemos predicado. Pero el crimen debe ser castigado.

Al hacerlo, nos arriesgamos a eclipsar el mensaje fundamental del evangelio: que todos hemos pecado y estamos lejos de la gloria de Dios; y aun así, cuando aún éramos criminales, Cristo murió por nosotros.

Ryan Schellenberg es profesor adjunto de Nuevo Testamento en la Facultad Teológica Metodista de Ohio. Su libro más reciente, Abject Joy: Paul, Prison, and the Art of Making Do, es una lectura del libro de Filipenses en su contexto original que giraba en torno a la prisión.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Presidente de Nicaragua cierra organizaciones cristianas sin fines de lucro

Y otras noticias breves de cristianos de todo el mundo.

Christianity Today February 20, 2023
Oswaldo Rivas / Contributor / Getty

El presidente Daniel Ortega suspendió a 2600 organizaciones sin fines de lucro en Nicaragua en 2022, mismas que incluyen un orfanato, una asociación de teólogos y muchas otras organizaciones cristianas. Ortega comenzó a reprimir las críticas opositoras en 2018, cuando la policía mató a más de 300 estudiantes durante una protesta y que llegó a ser el conflicto con más víctimas fatales en el país desde la guerra de los Contras. En 2021, Ortega ganó la reelección de forma aplastante, tras encarcelar a opositores y disolver partidos de la oposición. El gobierno prohibió a la prensa extranjera la entrada al país, tachó a la Iglesia católica de «golpista», detuvo a numerosos sacerdotes, clausuró emisoras de radio religiosas y empezó a perseguir a organizaciones sin fines de lucro. La hijastra exiliada del presidente, que acusó al mandatario de haber abusado sexualmente de ella en 1998, dijo que Ortega está librando «una guerra contra la verdad».

Haití: Se ofrece recompensa por secuestradores de misioneros

El gobierno de Estados Unidos dice que está «imponiendo consecuencias» a tres haitianos que lideran la banda que secuestró a 17 misioneros anabautistas en 2021. El secretario de Estado, Antony Blinken, anunció que el gobierno dará un millón de dólares por información que conduzca al arresto de Joseph Wilson, conocido como Lanmò Sanjou; Jermaine Stephenson, también conocido como Gaspiyay; y Vitel‘Homme Innocent. La pandilla 400 Mawozo secuestró a 17 misioneros estadounidenses y canadienses cuando visitaban un orfanato haitiano. Cinco de ellos fueron liberados, posiblemente tras el pago de un rescate, y 12 escaparon al cabo de dos meses. Los expertos afirman que la pandilla tiene una creciente influencia política.

Brasil: Presunta pirámide de criptomonedas

El prominente hijo de un pastor pentecostal fue arrestado por la policía federal y acusado de fraude financiero con criptodivisas. Patrick Abrahão, de 24 años, promocionó sus esquemas de inversión entre sus seguidores de Instagram y los de su padre, y llegó a garantizar rendimientos anuales del 300 por ciento. Luego dejó de pagar a los inversores, mientras que Ivonélio Abrahão da Silva, fundador del Movimiento Internacional Restaurando las Naciones, trataba de asegurarles que todo iba bien. Padre e hijo eran partidarios prominentes de Jair Bolsonaro.

Estados Unidos: Documento evangélico histórico en exposición

Una rara copia de un documento del Segundo Gran Despertar que aboga por un «cristianismo evangélico simple» actualmente se encuentra en exhibición en la Universidad Cristiana de Abilene, en Texas. La Declaración y Discurso de Thomas Campbell, publicada en 1809, es considerada un hito en la historia cristiana de Estados Unidos. El documento expresa un rechazo por los credos y las denominaciones, y fomentaba en cambio la unidad de la Iglesia mediante «la generosa liberalidad de los amigos sinceros del cristianismo genuino» y el compromiso con aquello que es esencial a la fe. El autor y su hijo Alexander fusionaron más tarde su trabajo con el avivador de Cane Ridge, Barton W. Stone, y formaron el Movimiento Stone-Campbell, mismo que dio origen a las Iglesias de Cristo, la Iglesia Cristiana Independiente y los Discípulos de Cristo. Solo se conservan seis ejemplares de la Declaración y el Discurso de Campbell.

Dinamarca: Los demócratas cristianos se plantean su salida

Un partido provida de 51 años de antigüedad no consiguió ningún escaño en el Parlamento danés en las elecciones de otoño al obtener solo el 0.5 % de los votos. Los demócratas cristianos no han ganado ninguna elección nacional desde 2005, y la dirección del partido está considerando retirarse completamente de la política nacional. En Dinamarca, el aborto no está restringido en el primer trimestre del embarazo, y luego de este periodo puede ser permitido por una amplia variedad de razones.

Nigeria: Se celebra el primer festival nacional de himnos

El artista de reggae gospel Buchi Atuonwu fue el anfitrión del primer festival nacional de himnos de Nigeria. Equipos de alabanza y coros de la Iglesia Evangélica Winning All, la Fraternidad Pentecostal de Nigeria, la Iglesia católica y las iglesias de santidad de «vestidura blanca» se reunieron en la Universidad de Lagos para competir por un premio máximo de 2 millones de nairas nigerianos (unos 4500 dólares). Atuonwu también reunió un coro ecuménico de 2022 personas para demostrar la unidad de la Iglesia. Dijo que hay que celebrar los grandes himnos que sostienen la fe.

Iraq: Un cristiano es asesinado en Bagdad

Un obrero cristiano estadounidense fue fusilado en su coche cerca de su casa en Bagdad. Según la policía local, Stephen Troell, profesor del Global English Institute, fue interceptado por un coche que le cortó el paso, y luego fue asesinado por asaltantes en otro coche. Su mujer y su hijo estaban con él, pero no resultaron heridos. Nadie se ha adjudicado la autoría del atentado. Los ataques contra extranjeros han sido poco frecuentes en Iraq desde la derrota del ISIS en 2017. El actual gobierno iraquí, que se comprometió a revisar el sistema político instaurado tras la invasión estadounidense, recibió recientemente un voto de confianza en el Parlamento.

Rusia: Biblias chinas fueron regaladas en Moscú

El ministerio sin fines de lucro Bibles for China [Biblias para China] distribuyó 50 000 Biblias en chino a iglesias en Moscú. En un principio, el grupo tenía previsto repartirlas en el lado ruso de la frontera entre Rusia y China, con la esperanza de que algunos trabajadores migrantes, empresarios y compradores chinos se las llevaran y las Escrituras llegaran a los hogares chinos. Sin embargo, la persona encargada de la distribución huyó de Rusia cuando el gobierno comenzó a reclutar gente en octubre para luchar en la guerra con Ucrania.

Hong Kong: Un pastor es condenado por denunciar a un tribunal

Un pastor fue declarado culpable de sedición y condenado a un año de prisión. Garry Pang Moon-yuen fue detenido cuando asistió al juicio de una activista que organizó una vigilia para conmemorar la masacre de la plaza de Tiananmén y aplaudió en honor a ella en la sala del tribunal. Las autoridades afirman que descubrieron videos de YouTube en los que se veía a Pang intentando incitar a la rebelión contra el gobierno. Pang, quien anteriormente dirigió la Iglesia Cristiana China de Oxford en Inglaterra, había estado informando sobre los procedimientos judiciales. El pastor sostiene que la policía y los tribunales están utilizando la antigua legislación británica y la reciente Ley de Seguridad Nacional para aplastar la disidencia democrática y conseguir un mayor control autoritario.

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Profesor de Asbury: Estamos siendo testigos de una ‘sorprendente obra de Dios’

El avivamiento que está teniendo lugar en nuestra capilla me llena de esperanza.

Christianity Today February 16, 2023
Cortesía de Baptist Press

La mayoría de los miércoles por la mañana en la Universidad de Asbury son como cualquier otro. Unos minutos antes de las 10, los estudiantes comienzan a reunirse en el Auditorio Hughes para el servicio de capilla. Los estudiantes están obligados a asistir a cierto número de servicios cada semestre, por lo que suelen asistir como una cuestión de rutina.

Pero el miércoles pasado fue diferente. Después de la bendición, el coro de góspel comenzó a cantar un coro final… y en ese momento comenzó a suceder algo que desafía cualquier descripción. Los alumnos no se fueron. Fueron invadidos por lo que parecía ser una silenciosa pero poderosa sensación de trascendencia, y no querían irse. Se quedaron y siguieron adorando. Al momento que escribo este artículo, todavía siguen allí.

Yo enseño teología al otro lado de la calle, en el Seminario Teológico de Asbury, y cuando me enteré de lo que estaba ocurriendo, decidí inmediatamente ir a la capilla para verlo con mis propios ojos. Cuando llegué, vi a cientos de estudiantes cantando en silencio. Estaban alabando y orando fervientemente por sí mismos, por sus vecinos y por nuestro mundo, expresando arrepentimiento y contrición por el pecado e intercediendo por la sanación, la integridad, la paz y la justicia.

Algunos leían y recitaban las Escrituras. Otros estaban de pie con los brazos en alto. Algunos se agrupaban en pequeños grupos para orar juntos. Algunos se arrodillaban cerca de la barandilla del altar, en la parte delantera del auditorio. Algunos yacían postrados y otros hablaban entre sí con rostros radiantes de alegría.

Seguían orando cuando me fui por la tarde y también cuando volví por la noche. Cuando llegué a primera hora de la mañana del jueves, seguían adorando, y a media mañana, cientos de personas llenaban de nuevo el auditorio. Cada día he visto a varios estudiantes corriendo hacia la capilla.

Para el jueves por la tarde solo quedaba espacio para gente de pie. Habían empezado a llegar estudiantes de otras universidades: la Universidad de Kentucky, la Universidad de Cumberlands, la Universidad Purdue, la Universidad Wesleyana de Indiana, la Universidad Cristiana de Ohio, la Universidad Transilvania, la Universidad Midway, la Universidad Lee, la Universidad Nazarena de Mt. Vernon, Georgetown College y de muchas otras.

El culto continuó durante todo el día del viernes y, de hecho, durante toda la noche. El sábado por la mañana, me costó encontrar un asiento; por la tarde, el edificio estaba abarrotado. Cada noche, algunos estudiantes y otras personas se han quedado en la capilla para orar durante toda la noche. Y desde el domingo por la tarde, el fenómeno no muestra signos de desaceleración.

Algunos dicen que esto es un avivamiento, y sé que en los últimos años ese término se ha asociado con el activismo político y el nacionalismo cristiano. Pero permítanme ser claro: nadie en Asbury tiene eso en mente.

Mi colega Steve Seamands, teólogo jubilado del seminario, me dijo que lo que está ocurriendo se parece al famoso avivamiento de Asbury de 1970 que él vivió cuando era estudiante. Aquel avivamiento suspendió las clases durante una semana, y luego continuó durante dos semanas más con cultos nocturnos. Cientos de estudiantes salieron a compartir lo sucedido con otras escuelas.

Pero lo que muchos no se dan cuenta es que Asbury tiene una historia aún más extensa con los avivamientos, incluyendo uno que tuvo lugar en 1905 y otro tan reciente como el que tuvo lugar en 2006, cuando un servicio de capilla para estudiantes dio lugar a cuatro días de continua adoración, oración y alabanza.

Muchos dicen que cuando están en la capilla apenas se dan cuenta del tiempo transcurrido. Es casi como si el tiempo y la eternidad se confundieran en un espacio en el que el cielo y la tierra se encuentran. Cualquiera que lo haya presenciado puede estar de acuerdo en que está ocurriendo algo inusual y fuera de lo previsto.

Como teólogo analítico, desconfío de las exageraciones y de la manipulación. Vengo de un entorno (en un segmento particularmente revivalista de la tradición metodista de santidad) en el que he visto esfuerzos por fabricar «avivamientos» y «movimientos del Espíritu» que en ocasiones no solo eran vacíos, sino también dañinos. No quiero tener nada que ver con eso.

Y la verdad sea dicha, esto no es nada similar. No hay presiones ni exageraciones. No hay manipulación. No hay fervor emocional.

Por el contrario, hasta ahora todo ha sido calma y serenidad. La mezcla de esperanza, alegría y paz es indescriptiblemente fuerte y, de hecho, casi palpable: una sensación vívida e increíblemente poderosa de shalom. El movimiento del Espíritu Santo es innegablemente poderoso, pero también muy suave.

Asbury Revival 2023: Un total de 1500 personas llenan el Auditorio Hughes de la Universidad de Asbury a su máxima capacidad el 10 de febrero.Alex Griffith / Cortesía de Baptist Press
Asbury Revival 2023: Un total de 1500 personas llenan el Auditorio Hughes de la Universidad de Asbury a su máxima capacidad el 10 de febrero.

El santo amor del Dios trino es evidente, con una dulzura inexpresable y un atractivo innato. Es obvio por qué nadie quiere irse, y por qué los que tienen que irse quieren volver tan pronto como puedan.

Sé que Dios se mueve de maneras misteriosas; Jesús nos dice que el Espíritu sopla donde quiere (Juan 3:8). Y, a veces, Dios hace lo que Jonathan Edwards llamó «obras sorprendentes» y a lo que John Wesley se refirió como «ministración extraordinaria».

Creo firmemente que gran parte de lo que es importante y vital en la vida cristiana sucede en los momentos cotidianos: en las disciplinas y liturgias diarias (ya sean formales o informales), en las decisiones que tomamos diariamente en pro de la rectitud y la justicia, en los actos de amor sacrificial al prójimo y en las oraciones que se exhalan con desesperación silenciosa.

Sé que estos actos «extraordinarios» de Dios no sustituyen al ministerio «ordinario» del Espíritu Santo a través de la Palabra y los sacramentos. Del mismo modo, las obras «sorprendentes» de Dios no sustituyen el largo camino del discipulado. Si así fuera, como me recuerda mi colega Jason Vickers, dependeríamos de esta experiencia —y no del Espíritu Santo, que generosamente nos la brinda— para sostenernos.

Pero también creo que deberíamos estar dispuestos a reconocer y celebrar estos asombrosos encuentros con el Espíritu Santo. Nuestro Señor promete que los que tienen «hambre y sed de justicia» serán saciados. Prometió que enviaría «otro Consolador» y, de hecho, que sería mejor para nosotros que Él se fuera y enviara su Espíritu.

Y cualquiera que haya pasado un rato en el Auditorio Hughes en los últimos días puede atestiguar que este Consolador prometido está presente y es poderoso. No puedo analizar —ni siquiera describir adecuadamente— todo lo que está sucediendo, pero no me cabe duda de que Dios está presente y activo.

Varios alumnos y exalumnos recientes me dicen que durante varios años han estado orando juntos por un movimiento de Dios, y están emocionados más allá de lo que pueden describir con palabras al ver lo que está sucediendo.

Este semestre imparto clases de antropología teológica en la universidad y, en nuestra reunión del viernes pasado, les recordé a mis alumnos que somos criaturas creadas para la adoración y la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Este es nuestro telos, el fin para el que fuimos creados. Nunca estamos más vivos y completos que cuando adoramos. Y lo que estamos experimentando ahora —esta inexpresablemente profunda sensación de paz, plenitud, santidad, pertenencia y amor— es solo la más pequeña de las ventanas que nos permiten ver la vida para la que hemos sido creados.

Está claro que no se trata de la visión beatífica de ver a Cristo en toda su gloria, pero si lo que estamos viendo es siquiera la sombra más tenue de esa realidad, entonces lo que tenemos ante nosotros es una alegría indescriptible y un amor santo.

Ella Blacey y Lauren Powell oran durante un servicio de culto y adoración en la Universidad de Asbury.Cortesía de Baptist Press
Ella Blacey y Lauren Powell oran durante un servicio de culto y adoración en la Universidad de Asbury.

También les recordé a mis alumnos que fuimos creados para adorar a Dios juntos en unidad y en comunión unos con otros. Por lo tanto, el culto que estamos experimentando en la capilla debe tener implicaciones en la vida real y en nuestra comunión fuera de la capilla. Esto es especialmente importante en un momento en el que estamos trabajando en cuestiones difíciles relacionadas con la raza y la etnia.

En anteriores avivamientos siempre ha habido frutos que han bendecido tanto a la Iglesia como a la sociedad. Por ejemplo, incluso los historiadores seculares reconocen que el Segundo Gran Despertar fue fundamental para poner fin a la esclavitud en Estados Unidos. Del mismo modo, estoy deseando ver el fruto que Dios traerá a partir de este avivamiento en nuestra generación.

En el almuerzo del viernes, mi hijo Josiah me encontró y me dijo que él y sus amigos habían estado arrodillados ante el altar y orando juntos. Había cuatro personas en su grupo y cada una oró en un idioma diferente. Después me preguntó: «¿Es esto algo parecido a lo que será el cielo?». Le dije que creía que sí, aunque fuera el más tenue reflejo de lo que «ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado». Es como si una pequeña porción del cielo se encontrara con nosotros aquí en la tierra.

El Evangelio no solo es verdadero, sino también luminosamente maravilloso y misteriosamente bello. Cada vez que salgo del auditorio de la capilla, siento que he probado y visto que el Señor es bueno.

Thomas H. McCall es profesor de la cátedra de teología Timothy C. y Julie M. Tennent en el Seminario Teológico de Asbury en Wilmore, Kentucky.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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News

Grace Community Church rechazó los llamados de un anciano para ‘hacer justicia’ en caso de abuso

Mientras que un exlíder espera un cambio, las mujeres que buscaron refugio en la consejería bíblica en la iglesia de John MacArthur dicen que temían ser disciplinadas por buscar protección de situaciones de abuso en sus matrimonios.

Christianity Today February 14, 2023
Edición por Christianity Today / Source Image: WikiMedia Commons

El año pasado, Hohn Cho concluyó que Grace Community Church había cometido un error.

Los ancianos habían disciplinado públicamente a una mujer por negarse a aceptar a su esposo. Al final resultó que los temores de la mujer resultaron ser ciertos, y su esposo fue a prisión por violencia y abuso sexual de menores. La iglesia nunca se retractó de haber disciplinado a la mujer ni se disculpó en los 20 años transcurridos desde entonces.

Siendo abogado y uno de los cuatro funcionarios de la junta de ancianos de Grace Community Church (GCC), se le pidió a Cho que estudiara el caso. Trató de convencer a los líderes de la iglesia para que reconsideraran y al menos en privado trataran de resarcir ese error. Dijo que el pastor John MacArthur le dijo que «lo olvidara». Cuando Cho continuó llamando a los ancianos a «hacer justicia» a nombre de la mujer, dijo que se le pidió que se retractara de sus conclusiones o renunciara.

Han pasado 10 meses desde que Cho dejó Grace Community Church, y no ha podido olvidar a la mujer, Eileen Gray, cuya experiencia se describió en detalle en marzo pasado en el medio de noticias de Julie Roys, The Roys Report.

Aunque Cho renunció en silencio, siguió escuchando las historias de otras mujeres de su antigua iglesia. También habían sido cuestionadas, ignoradas e implícita o explícitamente amenazadas con medidas disciplinarias mientras buscaban protección de sus matrimonios abusivos. Incluso en su nueva congregación, Cho comenzó a recibir visitantes relacionados con el caso de Gray, hecho que vio como una señal de la providencia de Dios.

No, no podía «olvidarlo».

Cuanto más aprendía, cuantas más personas le contaban sus historias, más pesaba en su conciencia la injusticia y más se preocupaba por la consejería bíblica de la iglesia sobre el abuso.

Cho escribió en un memorándum de 20 páginas a los principales líderes de Grace Community Church en marzo pasado: «Realmente creo que sería incorrecto no hacer nada. Al final del día, sé lo que sé. No puedo “dejar de saberlo” y, de hecho, soy responsable ante Dios por este conocimiento. Y si tú te has esforzado tanto como para leer hasta este punto, ahora tú también eres responsable ante Dios por ello».

La iglesia Grace Community Church es liderada por John MacArthur, uno de los pastores más antiguos e influyentes de Estados Unidos. La mega iglesia de Sun Valley, California, es mejor conocida por la predicación de MacArthur y se enorgullece de su fidelidad a la Biblia por encima de los caprichos del mundo.

El alcance de GCC va mucho más allá de las multitudes que llenan su auditorio de 3500 asientos en múltiples servicios cada domingo. Su influencia se extiende por medio de los libros y comentarios populares de MacArthur; por medio de escuelas afiliadas como The Master's Seminary y The Master’s University; por medio de Grace to You [en español Gracia a vosotros], un ministerio de enseñanza; y por medio de la Conferencia Anual de Pastores de la iglesia.

En la conferencia de marzo pasado, Cho brindó una enseñanza sobre «Conciencia y Convicción». Pasó el resto del año poniendo en práctica la lección. Durante el verano y el otoño, Cho mantuvo una «débil esperanza» de que la junta formada por 37 ancianos reconsiderara el caso de Gray, y oró para que Dios ablandara los corazones de los líderes y cambiaran de opinión.

Quería verlos corregir los errores de su pasado y hacer algo mejor en el futuro. En cambio, descubrió que parecían estar repitiéndolos una y otra vez.

Meses después de plantear sus preocupaciones sobre un caso ocurrido hace 20 años, Cho descubrió en el otoño de 2022 «otro grave y doloroso caso de consejería de la iglesia GCC». Una mujer informó que los líderes de la iglesia le habían aconsejado que volviera a vivir con su esposo y no obtuviera una orden de restricción a pesar de sus documentados comportamientos de manipulación con fines sexuales, su infidelidad y sus muchos arrebatos de ira. Aunque el caso se resolvió en enero después de que la mujer buscara protección por medio de una orden judicial el año pasado, dos pastores habían presentado declaraciones a favor de su esposo.

«En su providencia, Dios siguió colocando recordatorios frente a mí, completamente espontáneos. Cuando alguien nos pidió a mi esposa y a mí que oráramos por una mujer que mi esposa conocía, ella se acercó preocupada y nos horrorizamos al descubrir que los mismos terribles patrones de consejería seguían ocurriendo en GCC», dijo Cho a CT.

«Fue entonces cuando tristemente llegué a creer, más allá de cualquier duda, que los feligreses de GCC, a quienes todavía amamos, podrían estar jugando a la ruleta rusa si alguna vez necesitan consejería en GCC, especialmente en cualquier cosa relacionada con el cuidado de las mujeres y los niños. Sabía que no podía pasar en silencio por el otro lado del camino, que necesitaba ayudar a esta mujer y dar una advertencia, o la sangre de las personas caería sobre mi cabeza».

Para esta historia, CT habló con ocho mujeres que relataron cómo, tanto a ellas como a otras personas en Grace Community Church, se les había aconsejado que evitaran denunciar a sus padres y esposos con las autoridades correspondientes, que aceptaran sus disculpas y que siguieran sometiéndose a ellos.

A las víctimas se les citaron regularmente pasajes de las Escrituras sobre el perdón, la confianza, el amor y la sumisión, y se les dijo que se reconciliaran y regresaran a casa, incluso en los casos en que temían por su seguridad y la de sus hijos.

Nadie de GCC respondió a las solicitudes de CT para discutir la filosofía detrás de la consejería de la iglesia, la respuesta al abuso, ni para responder preguntas sobre casos específicos. Se contactó a seis pastores y ancianos por teléfono y correo electrónico repetidamente durante un periodo de tres semanas antes de la publicación de este artículo, así como a un expastor y anciano. (Actualización: Después de la publicación de este artículo, Grace Community Church emitió una declaración en la que afirman que los ancianos no hacen comentarios sobre el asesoramiento y las disputas en materia de disciplina, pero que la iglesia «atiende las acusaciones personalmente y en privado». Defendieron su consejo como bíblico, diciendo: «La historia de nuestra iglesia y su congregación son el testimonio»).

‘Fue incorrecto y debe corregirse’

Cho leyó por primera vez sobre el caso de Eileen Gray en marzo pasado, después de la cobertura de Roys Report, cuando dijo que le habían pedido que revisara el manejo del caso por parte de la iglesia para la junta de ancianos. Su revisión, basada en su educación y formación jurídica, se convirtió en parte de una investigación interna inicial.

El caso de disciplina de la iglesia tuvo lugar en 2002, unos años antes de que Cho llegara a la fe en Grace Community Church. Gray se había negado a seguir el consejo de los líderes de retirar una orden de restricción contra su esposo abusivo, David Gray. Durante un servicio de Comunión mensual, MacArthur describió su decisión como un pecado sin arrepentimiento, diciendo que la madre de tres hijos eligió «dejar… y abandonar» a su esposo.

David Gray, quien una vez fue maestro en la iglesia, fue sentenciado por sus delitos en 2005: abuso sexual infantil agravado, lesiones corporales a un niño y abuso infantil. Testigos y víctimas respaldaron el relato de la esposa sobre el comportamiento abusivo, mientras que los líderes de la iglesia continuaron defendiéndolo, según documentos judiciales a los que se hace referencia y que fueron publicados en el artículo de Roys Report de marzo de 2022. David Gray permanece en prisión.

Cho dijo que muchos líderes de Grace Community Church se negaron a leer el artículo de Roys Report. Algunos lo hicieron, pero descartaron sus hallazgos de todos modos. Los principales líderes de la iglesia se pusieron a la defensiva, dijo, y querían proteger a MacArthur.

Para Cho, así como para siete abogados cristianos que revisaron el material, era obvio que David Gray era culpable más allá de toda duda razonable, y que la negativa de Eileen Gray a levantar la orden de restricción para proteger a sus hijos era objetivamente razonable y plenamente justificada.

«Ahora que los hechos se conocen, no es demasiado tarde para “hacer justicia” incluso en esta etapa tardía, casi 20 años después», escribió Cho a la junta de ancianos. «La propia integridad de uno, defender la justicia y la rectitud, y ser fiel incluso en las cosas pequeñas, incluso en algo que pasó hace 20 años, todo ello importa inmensamente».

Cho esperaba que la iglesia tuviera para sí misma un estándar más alto que los tribunales seculares. En el caso de Eileen Gray, supervisado por el entonces pastor ejecutivo asociado Carey Hardy y en el que estuvo involucrado Bill Shannon, quien fue pastor de consejería de GCC durante mucho tiempo, Cho encontró evidencia de maltrato, parcialidad y errores en la forma en que manejaron el caso. Eileen Gray fue repetidamente desacreditada y acusada de ser «extraña», lo cual no era relevante para sustentar su disciplina, y los líderes pusieron en duda su versión a pesar del historial de engaños de David Gray.

«Se pusieron del lado de un abusador de niños, que resultó haber cometido también abusos sexuales contra menores, por encima de una madre que intentaba desesperadamente proteger a sus tres inocentes hijos pequeños. Eso fue y es rotundamente incorrecto, y debe corregirse», dijo Cho a CT. «Numerosos ancianos han admitido en varias conversaciones privadas que “se cometieron errores” y que hoy tomarían una decisión diferente sabiendo lo que saben ahora. Pero esas admisiones significan que es necesario arreglar las cosas con la persona a la que agraviaron: ese es el cristianismo más básico».

Mientras aún estaba en la junta en marzo pasado, Cho enfatizó la urgencia de corregir el registro. Los ancianos habían acusado de pecado cuando no se había cometido ninguno, insistió. Si se hubieran enterado de que habían disciplinado a un hombre acusado injustamente de adulterio, ¿no querrían corregirlo, incluso si se enteraran 20 años después?

Según Cho, quien se desempeñó como secretario de la junta y fue responsable de tomar notas, MacArthur respondió durante la reunión de marzo que la comparación no se aplicaba a Eileen Gray. El pastor volvió a sacar a colación las afirmaciones de su «comportamiento extraño» y no estaba dispuesto a reconsiderar su disciplina.

Después de eso, dijo Cho, el presidente de la junta de ancianos, Chris Hamilton, le dijo que tendría que «dar marcha atrás» a sus hallazgos sobre los errores de la iglesia si quería seguir siendo un anciano. (Hamilton no respondió a las solicitudes de comentarios). Cho y su esposa renunciaron a su membresía al día siguiente.

Someteos ‘como al Señor’

Este otoño, Cho se encontró una vez más revisando los documentos judiciales de una miembro de Grace Community Church, esta vez a pedido de la mujer, quien solicitó una orden de restricción contra su esposo con la esperanza de protegerse a sí misma y a sus hijos pequeños del abuso. Ciertos paralelismos con Eileen Gray fueron inmediatamente claros para él.

La mujer le dijo a CT que también reconoció las similitudes. Dijo que cuando leyó sobre Eileen Gray el año pasado, pensó: Esto se parece mucho a lo que me han dicho. (La política de CT permite que las víctimas de abuso no sean nombradas a fin de proteger su privacidad y seguridad; su identidad y los detalles de su relato se han verificado para el reportaje de esta historia).

«Cada vez que hice intentos de obtener una orden de restricción, escuché: “Ten cuidado con el sentimiento de venganza”», dijo la mujer. «Me estaban diciendo, básicamente, que retrocediera… decían que no era cristiano de mi parte buscar esa protección legal porque los creyentes no llevan a otros creyentes a los tribunales».

Ella dijo que había llevado a los líderes de la iglesia evidencia de la infidelidad de su esposo, búsquedas de pornografía incestuosa y comportamiento inapropiado con su hija desde que tenía solo un par de años.

Un mes después de volver a vivir con su esposo a solicitud de sus pastores, llamó al 911 por miedo durante una discusión en la carretera. En los documentos judiciales obtenidos por CT, dijo que el pastor y anciano Rodney Andersen le dijo que debería someterse a su esposo «como al Señor» en lugar de provocarlo. Los oficiales de violencia doméstica enviados a la escena, dijo, le dijeron que no regresara a casa.

Dos ancianos de GCC pasaron a presentar declaraciones juradas a favor de su esposo. La declaración de Andersen relata que el esposo dijo durante una sesión de consejería que él y su hija se habían tocado la lengua mientras se besaban para imitar una escena en una caricatura.

Una declaración del otro pastor y anciano, Brad Klassen, dijo que la mujer acudió a él preocupada por las fotografías tomadas por su esposo, pero que no tenía «evidencia» del abuso. Según su propia presentación, las fotos incluyen imágenes de su hija pequeña tocando la cremallera de los pantalones de su esposo, rociándole agua en la cara, así como selfies con la niña mientras estaba desnuda. La declaración de Klassen dijo que las fotos no contenían desnudez.

Otros dos líderes de Grace dijeron que testificarían a favor de la esposa, pero la pareja llegó a un acuerdo en enero, antes de la fecha de su cita en la corte, por lo que ninguno de los pastores tuvo que testificar. En el acuerdo, la esposa no se retractó de las acusaciones de abuso contra su esposo.

Al final, dijo, la traición de su iglesia, ahora su antigua iglesia, fue lo que más le dolió.

«Alcancé un bajo cero espiritualmente. Estaba dudando si Dios era real. Pensaba: si Dios es real, pero se supone que debemos someternos a los líderes de la iglesia cuando esto sucede, prefiero morir», dijo la mujer a CT. «Incluso los incrédulos no soportarían esto».

La mujer dijo que vio al Señor «obrar soberanamente» para guiarla a través del proceso, y finalmente llegó a ver que «el fracaso de la iglesia no anula la existencia de Dios o la justicia de Dios».

«Necesito temer a Dios en lugar del hombre. El hecho de que alguien te cite un versículo y esté en una posición de autoridad no significa que lo esté haciendo bien», dijo.

Cuando cuestionó el consejo de los pastores de volver y confiar en su esposo, dijo que le recordaron pasajes como el amor «todo lo cree» y que Jesús dijo que perdonara «setenta veces siete».

Según su relato, el trauma y las señales de advertencia no fueron suficientes: los pastores querían pruebas de abuso físico, adulterio «piel con piel» o una condena por abuso de menores antes de aceptar que tenía motivos bíblicos para el divorcio. Ella no podía esperar a obtener todo eso.

‘Mi seguridad no era la prioridad número uno’

Los casos en GCC dan lugar a un debate más amplio sobre lo que califica como abuso y si los cristianos deben priorizar la reconciliación en casos de abuso, mientras GCC y su seminario ocupan un lugar destacado entre los consejeros bíblicos conservadores y la Asociación de Consejeros Bíblicos Certificados (ACBC, por sus siglas en inglés).

«Hay una comprensión fundamentalmente diferente de lo que es el abuso», dijo Jonathan Holmes, graduado de The Master’s University, y pastor y consejero en Ohio, quien señaló que las respuestas más serias a menudo se reservan para violaciones físicas y sexuales.

Al igual que otros que defienden el complementarismo, MacArthur ha predicado varias veces contra las mujeres que se quedan con maridos abusivos por el bien de la sumisión marital. Enseñó que las mujeres y los niños deben «llegar a un lugar seguro» y que los perpetradores de violencia doméstica ya no se comportan como creyentes y, por lo tanto, han perdido su derecho al matrimonio.

Sin embargo, como mencionó Cho en sus cartas a los ancianos clave el año pasado, una serie de mujeres durante la última década afirmaron haber recibido, en su misma iglesia, consejos opuestos a estas afirmaciones cuando temían por su seguridad o la seguridad de sus hijos.

Varias mujeres mencionaron a Bill Shannon, pastor de consejería y miembro de la ACBC, y mencionaron que las disuadió de denunciar el abuso a la policía y les indicó que permanecieran en hogares donde habían sido amenazadas con violencia. Una pareja dijo que observaron una sesión de asesoramiento en la que Shannon no le aconsejó a una mujer miembro de su familia que denunciara a un hombre que había confesado un incidente de abuso sexual contra menores; tampoco le indicó que lo dejara, ya que no había sido condenado.

Shannon se encuentra entre los líderes que no respondieron a múltiples solicitudes de comentarios para esta historia.

Los ancianos y exancianos también expresaron su preocupación por el consejo «incompetente» de Shannon. Cho dijo que MacArthur había sido advertido sobre las preocupaciones, pero defendió a Shannon y lo mantuvo en la misma posición. Según el sitio web de GCC, Shannon continúa brindando asesoramiento «formal e informal» a los miembros, imparte seminarios prematrimoniales y matrimoniales de la iglesia, y predica sermones para un pequeño grupo de adultos.

«En la primera reunión con Bill Shannon, supe que mi seguridad no era la prioridad número uno: era la sumisión a mi matrimonio», dijo una mujer que pidió no ser nombrada en esta historia porque está tratando de dejar atrás su tiempo en GCC. «Mi trabajo era no irritar [a mi esposo]».

Mientras la mujer estaba hospitalizada debido al abuso físico de su esposo, Shannon la llamó y le aconsejó que se fuera a casa sin llamar a la policía, le dijo a CT. A veces, el tormento en el hogar era tan grave que le preocupaba que fuera a morir, pero dijo que escuchó que su situación podría ser «la voluntad de Dios para su vida».

En la consejería marital, los pastores le preguntaron a las esposas si sus actitudes contribuían a los patrones de violencia, ira y manipulación en sus relaciones. En algunas situaciones, dieron a entender que las mujeres buscaban las fallas en sus maridos.

«Es difícil para un pastor concebir una dinámica donde una mujer es maltratada y donde, en algún momento en la historia, ella no es expresamente responsable por ello», dijo Holmes.

Esta «mutualización» del pecado puede tener lugar en modelos de iglesia donde se les pide a ambas partes que se perdonen y se confiesen el uno con el otro.

«Nuestra filosofía es que, si ha habido abuso, no los puedes poner en una habitación y esperar que ambos pasen por el proceso de quitarse la viga de los ojos», dijo Ken Sande, un mediador cristiano que habló de los patrones que ha observado durante décadas de ministerio de conciliación, no sobre GCC en particular.

‘Sin otra opción’

Cada una de las mujeres con las que CT habló dijo que en algún momento se consideraron a sí mismas parcialmente responsables del comportamiento de sus esposos, o que un líder de la iglesia así lo indicó.

A las mujeres se les recordó la directriz bíblica de que las esposas se sometan a sus maridos. Durante años, habían esperado que su sumisión, su fidelidad en el matrimonio y sus oraciones desesperadas eventualmente conducirían a un cambio en sus esposos. Pero cuando los problemas persistieron y se intensificaron, buscaron ayuda y consejo sobre qué más se podía hacer.

«Se necesita una gran cantidad de coraje, humildad y vulnerabilidad, incluso para buscar ayuda de la iglesia cuando ha habido abuso en el hogar», dijo Wendy Guay, quien habló con The Roys Report el año pasado sobre el abuso de su padre Paul Guay mientras él formaba parte del personal de Grace Community Church a fines de la década de 1970. «Las mujeres se escondieron, perseveraron y trataron de manejar las cosas por su cuenta hasta que no hubo otra opción», agregó.

Cuando las esposas sintieron que necesitaban mudarse por su seguridad, dijeron que los pastores les dijeron que se quedaran. Después de que se separaron u obtuvieron protección legal, dijeron que los pastores los instaron a reconciliarse. Las mujeres le dijeron a CT que los pastores veían la participación continua de sus esposos en la consejería, el trato afectuoso hacia sus hijos en entornos supervisados y las promesas verbales de que el abuso se detendría como indicaciones de que ya no representaban una amenaza.

En algunos casos, como los de Eileen Gray y la mujer que llegó a un acuerdo el mes pasado, los líderes de Grace Community Church continuaron apoyando a los mismos hombres a quienes habían acusado de abuso en casos legales. Aunque las iglesias pueden evitar involucrarse legalmente en disputas maritales por razones de responsabilidad, no es raro que los pastores se pongan del lado del acusado.

Pete Singer, director ejecutivo de GRACE (Godly Response to Abuse in the Christian Environment), dijo que ver a los líderes religiosos defender a un perpetrador en los tribunales fue parte de lo que impulsó al fiscal Boz Tchividjian a iniciar la organización en primer lugar.

«No es único. Desafortunadamente, también prevalece en el abuso infantil y la violencia íntima de la pareja. Es un reflejo de cómo se ha preparado el pastor», dijo Singer. «Si hay una diferencia de poder notable, ¿por qué me estoy alineando del lado de la persona que puede ser el victimario y no de la persona que podría ser la víctima?».

La disciplina como distintivo

Si bien los evangélicos son cada vez más sensibles a la dinámica del abuso, algunas comunidades conservadoras retienen un escepticismo subyacente en torno a los movimientos de defensa de las víctimas y los psicólogos informados sobre el trauma, y continúan defendiendo el lugar de la iglesia local para abordar el conflicto matrimonial.

Las exmiembros que denunciaron abuso dijeron que temían la disciplina de la iglesia por falta de sumisión o por el abandono de su matrimonio.

Si bien la mayoría de las iglesias evangélicas han formalizado los procesos disciplinarios en políticas y estatutos escritos, cada vez es menos común que las iglesias estadounidenses los sigan en la práctica, y es aún más raro que una iglesia anuncie públicamente los casos de disciplina varias veces al año, según Sande, el mediador cristiano.

MacArthur considera que la disciplina eclesiástica es un «distintivo» en Grace Community Church, donde los ancianos siguen las pautas tomadas de Mateo 18: primero confrontan al acusado en privado y luego con otro testigo, antes de anunciar públicamente los casos de disciplina que han llegado a la tercera etapa del proceso, en la que la falta de arrepentimiento impide que el miembro participe en la Cena del Señor.

Cho, el exanciano, dijo que, en esta etapa, los ancianos deben aprobar por unanimidad los casos que se presentan ante el cuerpo de la iglesia varias veces al año, durante los servicios mensuales de Comunión.

Las mujeres que hablaron con CT sobre sus experiencias de consejería habían sido miembros de GCC durante años, algunas más de una década, y se habían sentado en los servicios cuando MacArthur dió a conocer la disciplina en la iglesia. Ellas creían que, si los líderes no veían su situación como motivo de divorcio, sus nombres podrían leerse en esa lista.

‘El tiempo y la verdad van de la mano’

Hasta ahora, Cho no había hablado públicamente sobre las circunstancias que lo llevaron a dejar GCC y sus esfuerzos de defender a las víctimas desde entonces. Esperaba que GCC revisara el caso de Eileen Gray y reconsiderara la evidencia que la reivindicó. Repitió súplicas de tomar en serio las preocupaciones sobre Shannon y la consejería de la iglesia.

Después de irse, siguió contactando a los principales líderes de GCC, les hizo preguntas y se ofreció a discutir sus preocupaciones en privado. Le envió un correo electrónico a MacArthur y al director ejecutivo de Grace to You, Phil Johnson, un líder influyente y anciano de la iglesia. Intercambió mensajes con Carey Hardy, el pastor que supervisó el caso de disciplina de Gray y quien ahora sirve en una iglesia en Carolina del Norte.

Sus llamados estuvieron sustentados en las Escrituras, a veces citando más de 20 versículos sobre la reconciliación, el mal y la justicia, como: «Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace» (Santiago 4:17).

Cada vez que se reunía o veía a los ancianos en persona, el caso salía a colación. Envió mensajes de texto y llamó a miembros de la junta de ancianos para compartir sus preocupaciones.

Cho nunca se imaginó a sí mismo en esta posición, abogando desde fuera de GCC. Durante casi 17 años de membresía allí, Cho conoció a su esposa, comenzó a enseñar la Palabra y ascendió al liderazgo en la junta de ancianos de la iglesia.

«Yo era leal y lo decía en voz alta», dijo Cho, quien ahora se opone a lo que él ve como «confianza ciega» entre muchos de los hombres a los que solía servir y liderar.

El año pasado, cuando cuestionó la decisión de disciplinar a Eileen Gray, dijo que sus compañeros ancianos le sugirieron que ellos simplemente confían en los líderes anteriores que tomaron esa decisión. Cho respondió que las Escrituras nos ordenan confiar en el Señor y examinarlo todo (1 Tesalonicenses 5:21).

Cho mantuvo la esperanza, pensando en una frase por la que John MacArthur es conocido: «El tiempo y la verdad van de la mano». La verdad finalmente sale a la luz.

‘Que Dios se encargue de los resultados’

Eileen Gray dijo que escuchar sobre otras mujeres que habían sido «culpadas, acusadas y, a menudo, retraumatizadas» por los líderes de Grace la motivó a compartir su historia públicamente años después, una vez que sus hijos fueron adultos. Inmediatamente después de la cobertura del año pasado en The Roys Report, dijo, se enteró de más testimonios de abuso mal dirigidos.

«¿Si yo hubiera compartido antes [mi historia] habría provocado un cambio en Grace Community Church o en otras iglesias que siguen su modelo de liderazgo? No lo sé, pero me siento horrible por el efecto habilitador que ha tenido mi silencio a lo largo de los años», dijo a CT en un correo electrónico.

«Hasta el día de hoy, tengo testimonios directos de una multitud de testigos de que Grace Community Church todavía está siguiendo una forma similar, no bíblica y sin amor, de tratar a mujeres y niños abusados ​​que claman a los líderes de la iglesia por ayuda mientras sufren el abuso de esposos y padres. Este es un pecado atroz».

Una exmiembro de Grace, una vez emocionada de mudarse a California para poder seguir las enseñanzas de MacArthur, dijo que la fe que había significado todo para ella fue destruida por la forma en que la iglesia la trató cuando buscó ayuda durante y después de un matrimonio abusivo y sin amor.

«Lo peor de todo no fue el divorcio: fue lo que sucedió con mi relación con Dios. Sé que Dios es Dios y el hombre es hombre, pero realmente confiaba en esas personas de la iglesia», dijo. «Me quitaron esa cercanía que tenía con Dios. Me hicieron mirar de manera diferente a los hombres. Cuando voy a la iglesia, siento que los pastores están mintiendo. Me dejaron con el corazón roto… realmente siento que fui violada espiritualmente».

Grace Community Church no se disculpó con Eileen Gray, así como tampoco rescindió su disciplina, ni hizo una declaración pública sobre el caso, ni ofreció una respuesta para este artículo.

Apenas unos días después de la Navidad del año pasado, Cho envió lo que llamó un «llamado final» a cada uno de los ancianos de GCC. Cho todavía mantuvo esa débil esperanza: «El Señor ha hecho muchas veces mucho más de lo que nunca hubiera creído posible», incluso sabiendo que era poco probable que la junta cambiara de opinión y que su postura pública molestaría a muchos con los que solía servir y adorar.

«Al final del día, necesito hacer lo correcto, mientras el Espíritu, mi conciencia, la oración, el consejo y la Palabra me guíen, y dejar que Dios se encargue de los resultados», dijo a CT. «Y el hombre que me enseñó eso fue John MacArthur».

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

Nota del editor: A lo largo de los años, algunos lectores se han preguntado por qué publicamos malas noticias de evidencia de pecados cometidos por líderes de ministerios que son conocidos por sus buenas obras en el mundo. Aquí explicamos por qué lo hacemos.

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Aunque enfrentan desafíos, iglesias chinas en Europa mantienen la mirada en el futuro

Los ministerios están comenzando a pasar la fe a la siguiente generación y a alcanzar gente más allá de su propia comunidad.

El centro de servicios caritativos Buenas Noticias establecido por la Iglesia Cristiana China de Córdoba, en España.

El centro de servicios caritativos Buenas Noticias establecido por la Iglesia Cristiana China de Córdoba, en España.

Christianity Today February 10, 2023
Cortesía de Lily Zheng

Es temprano en la mañana en un pequeño pueblo turístico de Córdoba, en España. Eugenio Peña, un lugareño de 76 años de edad, llega al centro de servicio caritativo Buenas Noticias, ubicado en la esquina de la avenida Carlos III con Platero Pedro de Bares, listo para trabajar como voluntario en la «cafetería caritativa» que ofrece desayunos gratuitos a los refugiados y a las personas sin hogar. Se trata de un ministerio establecido y dirigido por una pequeña iglesia china de Córdoba.

Las organizaciones benéficas dirigidas por iglesias chinas son extremadamente raras en Europa. Las iglesias chinas solamente ocupan una pequeña fracción del paisaje cristiano europeo. Ivan Tao, misionero que ha trabajado en la región durante dos décadas, calcula que aunque hay tres millones de inmigrantes chinos en Europa, solo hay 350 iglesias chinas (incluyendo grupos de estudio bíblico y comunidades cristianas) y 200 predicadores chinos a tiempo completo. [Los enlaces de este artículo redirigen a contenido en chino e inglés].

La falta de iglesias que ofrezcan servicios de culto y adoración no es el único problema al que se enfrentan los cristianos chinos. Muchas iglesias chinas en Europa también están intentando superar diversos desafíos, tales como la mentalidad de «asociación por ciudades de origen», una actitud «comercial» con respecto a la iglesia y las dificultades para transmitir la fe a las generaciones más jóvenes.

Donde esté tu tesoro

En España, el 90 por ciento de los inmigrantes chinos son empresarios que se trasladan al extranjero con el objetivo principal de hacer dinero. Muchos provienen de Wenzhou y Qingtian, en la provincia de Zhejiang, o de otras ciudades de la provincia de Fujian, que son ciudades bien conocidas por la tendencia de sus habitantes a elegir la migración frente a la pobreza.

Para los cristianos chinos, la comunidad de la iglesia inmigrante china suele funcionar como una red social extendida fuera de sus familias. Incluso el equipo de liderazgo de la iglesia tiene características geocéntricas: si la iglesia está fundada por personas de Qingtian o Wenzhou, casi todos los ancianos serán originarios de la misma región. En la comunidad de la diáspora china, la iglesia a menudo se siente como una reunión tradicional de personas originarias de una misma ciudad o región.

El amor al dinero también es un desafío real. El profesor Nanlai Cao de la Universidad Renmin de China escribió en 2018 un artículo en el que analiza las prácticas cristianas de los originarios de Wenzhou que viven en París. En su artículo, Cao señaló que la mayoría de los inmigrantes cristianos provenientes de Wenzhou tienen dos deseos principales: trabajar para ganar dinero y servir a la iglesia.

Así es como estos deseos colisionan en la práctica: a menudo, «servir a la iglesia» se traduce en hacer contribuciones económicas. Y, aunque nunca se menciona abiertamente, es posible que en ocasiones el criterio de selección para nombrar ancianos y diáconos en una iglesia esté influido por la proporción de sus diezmos y ofrendas.

En un clima tan transaccional, asistir a la iglesia puede sentirse como un evento corporativo, más que como una reunión de creyentes con mentalidades afines. Las conversaciones sobre temas bíblicos o espirituales son escasas. Los conflictos de negocios no resueltos a menudo causan antagonismo entre las familias, hasta el punto de no volverse a hablar en la vida, aunque sigan adorando en el mismo templo. Y cuando termina el culto del domingo, la mayoría de los congregantes se apresuran a volver a sus negocios. También ocurre a menudo que las parejas se separan para los cultos de la mañana y de la tarde, a fin de poder atender sus negocios.

Para las comunidades de fe de la diáspora china, dar dinero a la iglesia parece ser una manifestación de su identidad religiosa y un camino hacia la redención. Puede que estos cristianos chinos escuchen sermones, abran y lean la Biblia en el mostrador de sus tiendas y mantengan tradiciones de las iglesias chinas que se reúnen en casas, tales como arrodillarse para expresar largas oraciones con un tono emocional y evitar comer comidas que contengan sangre. Pero también pueden sostener la creencia conflictiva de que el soborno y la evasión de impuestos son aceptables en los negocios a fin de asegurar la rentabilidad en un mercado altamente competitivo.

Es posible que estos cristianos chinos, debido a su cargo de conciencia, se sientan avergonzados ante Dios. Pero al mismo tiempo, son incapaces de atreverse a rechazar estas reglas no explícitas en las operaciones empresariales. Y entonces, duplican sus ofrendas a la iglesia.

Una creciente brecha generacional

Las formas de vivir abiertamente la fe cristiana marcadas por la hipocresía han causado que las divisiones generacionales entre padres e hijos se hagan cada vez mayores. «Muchos de la segunda generación de creyentes en el sur de Europa han dejado la iglesia debido a las contradicciones de sus padres a la hora de vivir la fe», dice Luke Zheng, misionero chino radicado en Europa.

Pero hay otro factor que explica por qué los jóvenes chinos se están apartando de la iglesia y de la fe en Europa: una terrible falta de lazos fuertes entre padres e hijos. Para poder establecerse en un país extranjero y ganarse la vida en el mundo de los negocios, los creyentes de primera generación a menudo debían dejar a sus hijos al cuidado de familiares o amigos en China hasta que llegaran a la adolescencia. Como consecuencia, los niños eran «dejados atrás» por sus padres durante diez años o más, y se acostumbraban a recibir envíos de dinero y regalos para compensar su ausencia.

Cuando estos niños más adelante se reunían con sus padres en Europa, les resultaba difícil establecer una relación de cercanía. Por eso, aunque parte de los creyentes chinos de segunda generación terminan quedándose en las iglesias de sus padres, muchos más deciden, o bien abandonar la fe, o adorar en iglesias de habla hispana.

A su vez, la ausencia de una adecuada inversión en oportunidades educativas también ha causado inadvertidamente que la brecha generacional se acentúe. En general, las familias inmigrantes chinas que viven en España no invierten mucho en la educación de sus hijos. Es común que abandonen los estudios después del primer tramo de la secundaria [junior high]. Por consiguiente, aunque la segunda generación de chinos que viven en Europa disfrutan de una plétora de beneficios que sus padres no tuvieron —como tener un estatus legal, una mejor comprensión de las habilidades lingüísticas europeas y estar bien alimentados y vestidos—, muchos siguen encontrando desafiante dejar su pequeño círculo de relaciones con inmigrantes chinos y adentrarse en la sociedad europea general debido a su falta de calificaciones educativas.

En Alemania, por el contrario, las familias inmigrantes chinas tienen una alta estima por la educación. Pero la brecha lingüística aún genera secuelas de dolor en las familias creyentes, e incluso en las iglesias. Como señala el boletín de noticias del Seminario Bíblico Chino de Barcelona, el nivel de competencia lingüística en el idioma chino en los inmigrantes de segunda generación en Europa es significativamente menor que el de la primera generación.

Algunas iglesias chinas en Alemania se han dividido, no solo debido a diferencias doctrinales, sino porque estas iglesias han sido incapaces de reducir la brecha lingüística existente entre padres e hijos. Las familias que dejaron estas iglesias a menudo están compuestas por padres que se sirven con entusiasmo como voluntarios en varios ministerios eclesiales a los que, sin darse cuenta, dieron prioridad —y le dedicaron más tiempo— que a cuidar y pasar tiempo con sus hijos. Los años de abandono acarrearon consecuencias: estos niños, que apenas hablan chino, se convierten en adultos que no desean ser parte de la iglesia [de sus padres].

Además, no es fácil encontrar una iglesia evangélica en la sociedad europea general donde los inmigrantes chinos de segunda generación se puedan sentir cómodos. En España, por ejemplo, donde el 60 por ciento de la población es católica romana, el número de iglesias protestantes sigue siendo pequeño y su tamaño es limitado.

Salir de la «asociación local»

Frente a estos desafíos, la iglesias chinas en Europa se esfuerzan por encontrar maneras de salir de la mentalidad de «asociación por ciudades de origen» y participar en misiones transculturales. La Iglesia Evangélica China de Córdoba, que fundó y dirige el centro de servicio caritativo Buenas Noticias, se está adentrando en estas áreas.

Lily Zheng, una de las líderes de la Iglesia Evangélica China de Córdoba, contó a CT que la población china de Córdoba es de aproximadamente solo 3000 personas, y que los domingos la congregación de la iglesia reúne a menos de cien personas.

En 2016, la iglesia estableció el centro Buenas Noticias para atender a refugiados internacionales así como a las personas sin hogar, los pobres y los enfermos. El centro es la primera organización benéfica misional y transcultural registrada por una iglesia china en Europa, y se centra especialmente en trabajar con iglesias locales de habla hispana.

El centro tiene ahora más de 50 voluntarios, todos ellos de iglesias locales españolas, dice Zheng, quien trabaja a tiempo completo para la iglesia pero no recibe un sueldo. Lily proviene de Wenzhou y en el pasado, en diferentes momentos, llegó a tener un restaurante chino, un bazar y una tienda de ropa, pero respondió al llamado de Dios a ejercer el ministerio a tiempo completo. También ha estado involucrada en algunos de los ministerios de iglesias españolas locales, como el ministerio de prisiones o de visitas al hospital.

Desayuno gratuito en el centro de servicio caritativo Buenas Noticias.Cortesía de Lily Zheng
Desayuno gratuito en el centro de servicio caritativo Buenas Noticias.

El pastor de la iglesia china de Córdoba, Xuan Jun, también fue empresario en el pasado. Después de su conversión y su llamado al ministerio, estudió teología, participó en una obra misionera en África y fue presentador de un pódcast de evangelismo. Cuando los compañeros de la iglesia empezaron las misiones transculturales a través del centro Buenas Noticias, Xuan los apoyó y él mismo comenzó a participar.

El ministerio entrega Biblias en diferentes idiomas. «En este ministerio, ayudar a la gente con cosas para comer y beber no es el objetivo final. El objetivo es el evangelismo», cuenta Xuan a CT. «Lo que nosotros proporcionamos es una plataforma holística para que más personas no solo puedan ver que somos un ministerio de iglesia y que hay una iglesia china haciendo caridad, sino que también lean la Biblia y escuchen el evangelio, para que finalmente puedan llegar a conocer a Jesucristo. La iglesia china en Europa tiene una limitación con el evangelismo. Solamente alcanza a las personas chinas. Pero nosotros estamos dispuestos a ir un paso más allá e intentar embarcarnos en una misión transcultural, aunque nuestra iglesia sea pequeña y relativamente débil».

Apoyo para la siguiente generación

La iglesia china en Europa no ha abandonado a su segunda generación. Por el contrario, ha ido cambiando su enfoque de forma incremental a fin de fortalecer su ministerio juvenil durante los últimos años.

La manera en la que se lleva a cabo el ministerio con la segunda generación es diferente en cada ciudad europea, dice Xuan. «Las necesidades y el nivel de compromiso de la iglesia varían en cada región. En las grandes ciudades, donde hay más inmigrantes chinos y más oportunidades de trabajo, el ministerio con la segunda generación puede funcionar mejor. Pero en las ciudades pequeñas donde hay menos población china o poco empleo, como nuestra ciudad, puede ser difícil sostener un ministerio para la segunda generación».

El enfoque de la pequeña iglesia de Xuan en Córdoba es establecer en la fe a la siguiente generación proporcionando enseñanza bíblica desde la escuela primaria hasta la edad universitaria. «Entonces, cuando vayan a trabajar a otro lugar en el futuro, esperamos que sigan buscando una iglesia a la que puedan unirse, y que nosotros les podamos recomendar iglesias. Esto también depende de la situación de cada joven, y muestra que el legado de la fe de los padres en cada familia es importante».

Aunque algunos dejen la iglesia china, muchos de los jóvenes chinos que siguen en la iglesia «tienen una actitud positiva hacia la fe», dice Luke Zheng.

(Jóvenes cristianos cantan en una reunión de Navidad de una Iglesia Evangélica China de Madrid en el año 2010).

«Están agradecidos a Dios por haberlos guiado a dejar su entorno original y finalmente reunirse con sus padres. Aunque la fe y la vida de sus padres a veces están desconectadas y sus pecados puedan parecer obvios, tienen una comprensión más profunda del evangelio en sus corazones porque ven que Dios no se ha dado por vencido con ellos. Saben que no es por su esfuerzo, sino por la misericordia y la gracia de Dios que ellos se han convertido en lo que son».

La generación más joven también está explorando de forma activa nuevas maneras de hacer iglesia. En España, la segunda generación de cristianos chinos está aprendiendo sobre los modelos de alabanza de las iglesias evangélicas españolas a través de YouTube, y se sienten atraídos por la autenticidad y la sinceridad de estos pastores locales.

Algunas iglesias chinas en Europa también están poniendo más énfasis en la educación y en cerrar la brecha lingüística. «La iglesia china de Düsseldorf de la que una vez fui parte ha comenzado a dar clases y programas de formación sobre familia y educación infantil a través de la ayuda de una iglesia de Taiwán. Yo asistí a una capacitación para el ministerio de niños allá hace tres años», dice Sun Xiaojie, quien ahora se reúne en una iglesia china en Ratingen, Alemania. «La iglesia también estableció hace unos años un culto de adoración separado en alemán para creyentes de segunda generación, dirigido por una pareja de chinos alemanes».

Las iglesias también miran hacia dentro para realizar cambios y mantener a la generación más joven dentro de sus rebaños. Muchas iglesias ya no aceptan ofrendas en efectivo, sino solamente transferencias bancarias, a fin de evitar la corrupción. Y en un intento por disuadir a las parejas jóvenes no casadas en Europa de vivir juntos, los ministerios y las iglesias han comenzado a debatir la compra de apartamentos para estudiantes chinos que no tienen los medios para alquilar una habitación por sí solos.

Pero la clase de cambio que se requiere de las iglesias chinas para desarrollar una generación robusta de jóvenes creyentes va mucho más allá, y puede llevar muchos años, o muchas más generaciones de creyentes.

«La mayor crisis para las iglesias inmigrantes no son las circunstancias externas o la presión económica, sino la confirmación de nuestra propia identidad», dice Luke Zheng. «Necesitamos tener la confirmación y la confianza en el Señor de que nuestra primera identidad es como seguidores de Jesús, no como inmigrantes chinos, ni como empresarios, ancianos, pastores fundadores o pastores que levantan iglesias. Nuestra identidad más importante está en nuestra unión con Cristo».

Yi Wan es escritor y asiste a una iglesia cristiana que se reúne en un hogar en China.

Traducción de chino a inglés por Sean Cheng.

Traducción de inglés a español por Noa Alarcón.

Edición en español por Sofía Castillo y Livia Giselle Seidel.

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La Biblia condena la brutalidad policial

Las Escrituras condenan a los funcionarios que abusan de su autoridad, y perjudican en lugar de proteger a las personas a las que sirven.

Varias personas asisten a una vigilia con velas en memoria de Tyre Nichols en Memphis, Tennessee.

Varias personas asisten a una vigilia con velas en memoria de Tyre Nichols en Memphis, Tennessee.

Christianity Today February 8, 2023
Scott Olson / Getty

Este artículo ha sido adaptado del boletín de Russell Moore. Suscríbase aquí.

Una vez más, Estados Unidos y el mundo han sido conmocionados por el video de la espantosa violencia ejercida por agentes de policía contra un joven negro al que golpearon hasta matarlo; esta vez Tyre Nichols, de Memphis.

Instintivamente nos estremecemos al ver este video, ya que la mayoría de las personas que tienen una conciencia funcional intuitivamente perciben la maldad detrás de ello. En este momento, los cristianos deberían reconocer no solo que la Biblia condena este tipo de comportamiento policial, sino también por qué lo hace.

Cada vez que la revelación de una historia violenta como esta tiene lugar, algunos se ponen inmediatamente a la defensiva, diciendo: «No todos los policías son así; la mayoría son buenos». Y, por supuesto, eso es cierto. Pero esa verdad hace que tales acciones sean aún peores.

Por eso, entre mis conocidos, los agentes de policía son algunos de los que más se enfadan con este tipo de comportamiento. Lo ven del mismo modo que yo podría ver a los predicadores que utilizan la Biblia para «justificar» sus estafas financieras o su depredación sexual. No solo me doy cuenta de que lo hacen, sino también de lo horrible que es. Los buenos policías ven esos horrores de la misma manera.

Esta muerte sería un grave mal moral independientemente del grupo de personas que la hubiera llevado a cabo. Tyre Nichols era un ser humano hecho a imagen de Dios, y quitarle la vida no solo priva a su familia de su ser querido, sino que atenta contra su Creador. Pero el hecho de que esta violencia fuera llevada a cabo por los encargados de mantener la justicia pervierte aún más la situación.

La brutalidad policial está mal no porque la idea de tener un sistema policial esté mal. Sea cual sea la interpretación de Romanos 13, todos estamos de acuerdo en que el apóstol Pablo reconoció la autoridad legítima de los encargados de mantener el orden y frenar la injusticia. Pablo lo reconoció en su propia vida.

Sin embargo, cuando fue encarcelado injustamente, Pablo se negó a marcharse en silencio como se lo pedía la policía. Por el contrario, los desafió a que enviaran un mensaje a los magistrados para los que trabajaban: «¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas? ¡Nada de eso! Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida» (Hechos 16:37, NVI).

Cuando los agentes de policía —o cualquier otra persona encargada de una responsabilidad pública— cometen atrocidades injustas, están haciendo un uso indebido del poder, y esta no debe ser una simple preocupación incidental para la vida cristiana.

Cuando Juan el Bautista predicó junto al Jordán, algunos de los que se arrepintieron y se bautizaron eran centuriones romanos y recaudadores de impuestos. Los recaudadores de impuestos eran vilipendiados por sus compatriotas israelitas, y con razón. Después de todo, colaboraban con un imperio pagano que ocupaba un trono que pertenecía a la casa de David de acuerdo al pacto de Dios.

Cuando oímos el término recaudadores de impuestos, a menudo pensamos en términos contables burocráticos contemporáneos, como si fueran el equivalente a los agentes del servicio de impuestos de nuestro país. Pero en el siglo I, los recaudadores de impuestos eran temidos porque tenían el potencial de defraudar a la gente y causar graves daños. Al fin y al cabo, trabajaban para un imperio que exhibía su poder y su sed de sangre crucificando a la gente —especialmente a los posibles rebeldes— y colocando sus cadáveres a lo largo de las calzadas.

No solo eso, sino que los recaudadores de impuestos y los soldados romanos a menudo utilizaban la autoridad que se les había otorgado para satisfacer sus propios apetitos. Cuando fueron bautizados, le preguntaron a Juan el Bautista: «¿Qué debemos hacer nosotros?» (Lucas 3:12,14). Su respuesta a los recaudadores de impuestos arrepentidos fue: «No cobren más de lo debido» (v. 13).

Y a los soldados, Juan les dijo: «No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan» (v. 14). Para ambos grupos, el llamado al arrepentimiento era un llamado a dejar de usar su autoridad —y con ella, la amenaza implícita de violencia— para hacer el mal.

Jesús hizo lo mismo cuando se encontró con Zaqueo, otro recaudador de impuestos que se arrepintió y devolvió cuatro veces el dinero que le había quitado a los que había defraudado (Lucas 19:8). Jesús también se enfureció cuando se utilizó la autoridad religiosa para hacer lo mismo, acusando a los funcionarios de convertir el templo de Dios en una «cueva de ladrones» (Mateo 21:13; Marcos 11:17; Lucas 19:46).

Parte de la vida pasada que Pablo lamentó y dejó atrás en el camino a Damasco fue su abuso de autoridad. «Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos y, cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación», dijo cuando más tarde fue juzgado por sus creencias cristianas. «Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero» (Hechos 26:10-11).

Tal vez por eso, Pablo era especialmente sensible al hecho de que la autoridad apostólica que Jesús le dio era «… para la edificación y no para la destrucción de ustedes» (2 Corintios 10:8). Cuando la autoridad se pervierte, los que carecen de poder son devorados.

En su libro Corruptible: Who Gets Power and How It Changes Us, el politólogo Brian Klaas escribe que es mucho lo que está en juego cuando no se puede confiar en quienes tienen autoridad para hacer cumplir la ley: «¿A quién llamas si tu agresor es la policía?». La forma de abordar estos abusos, argumenta, no es simplemente por medio de una mejor capacitación y rendición de cuenta en términos legales, por muy necesarias e importantes que ambas sean.

Klaas menciona un video que circuló por las redes sociales en el que el departamento de policía de una pequeña ciudad exhibía con orgullo un vehículo blindado de estilo militar. El problema no era la tecnología, sino el mensaje que transmitía a las personas que podrían ser buenos agentes de policía, así como a quienes podrían no serlo. Según Klaas, la mayoría de la gente que ve ese video, piensa: «¡Esto es una locura!». Y continúa: «Pero otros lo ven y piensan: “¡Yo quiero trabajar con eso!”».

Semejante demostración de fuerza atrae a personas que piensan en la policía como si fuera un ejército de ocupación en guerra total contra un enemigo, en contraposición con quienes reconocen la autoridad policial como una responsabilidad para proteger y servir a su comunidad. Los primeros son el tipo de personas cuyos vehículos privados llevan calcomanías de the Punisher, el personaje de Marvel que no es más que otro símbolo de vigilancia violenta que está en total contraposición con la vocación de las fuerzas del orden.

Y lo que es aún más importante, Klaas sostiene que la exhibición de poder agresivo en el video del vehículo blindado podría ahuyentar a posibles agentes de policía que habrían tenido un sentido equilibrado de la integridad en la autoridad.

«Los departamentos están pensando demasiado en cómo cambiar el comportamiento de los policías que ya tienen, mientras que piensan demasiado poco en los futuros policías invisibles que no tienen», escribe Klaas. «Para arreglar la policía, tenemos que centrarnos menos en los que ya llevan uniforme y más en los que nunca se han planteado ponérselo».

La violencia desquiciada que vimos en ese video de Memphis es inmoral e injusta más allá de las palabras. Y lo es aún más por el hecho de que quienes llevan a cabo semejante manifestación de maldad no se esconden de la autoridad destinada a detenerlos. Por el contrario, están utilizando esa misma autoridad para llevar a cabo estas atrocidades. Nuestras conciencias saben que esto está mal, y la Biblia también lo dice.

Russell Moore es redactor jefe y dirige el Proyecto de Teología Pública de Christianity Today.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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‘Porque tuve hambre’: el versículo que los evangélicos de Brasil no pueden olvidar

¿Seremos recordados por nuestras aspiraciones políticas o por alimentar a los hambrientos?

Christianity Today February 1, 2023
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons / Unsplash

Está leyendo la traducción al español del ganador del Segundo Concurso Anual de Ensayo de Christianity Today en portugués. Obtenga más información sobre este certamen y el trabajo multilingüe de CT, y consulte los ensayos ganadores escritos originalmente en chino, francés, indonesio y español.

El censo de 2010 de Brasil reveló que los evangélicos en el país habían llegado a ser casi una cuarta parte (22.2 %) de la población total. Muchos esperan que este número sea aún mayor en el próximo censo. Según las estimaciones más optimistas, para 2040 la población evangélica de Brasil sobrepasará a la población católica (quienes según los datos de 2010 representaban el 64.4 % de la población).

Con el aumento del número de evangélicos, esta comunidad tiene la oportunidad de pensar en el legado que dejará en Brasil. ¿Qué impacto concreto debería tener su presencia en el país? O quizá, más importante, ¿cómo cambiarán las vidas de los que más sufren como resultado de la expansión de la influencia de los evangélicos?

Con el crecimiento del número de evangélicos, espero que el impacto de nuestro testimonio cristiano en el país también crezca. Pero debemos elegir cuál será el enfoque de nuestro testimonio. ¿Aumentar nuestros números en las salas de poder? ¿O proclamar el reino y cuidar de los que sufren?

El hambre en Brasil y en la Biblia

El pasado julio, Brasil regresó al mapa del hambre de Naciones Unidas, seis años después de haberlo abandonado por primera vez. Hoy hay al menos 61 millones de brasileños que sufren alguna clase de inseguridad alimentaria, y un 4 % de la población sufre de hambre crónica. Los datos son alarmantes, sobre todo porque Brasil es uno de los mayores productores globales de comida. Hay una gran cantidad de comida, pero no llega a las mesas de todos. [Los enlaces de este artículo redirigen a contenidos en portugués e inglés].

El hambre es un problema global, una parte de la historia humana desde tiempos inmemoriales. El hambre y la inanición se muestran numerosas veces en la Biblia, junto con la provisión de Dios. En Génesis 46 la mano de Dios es evidente al llevar a Jacob y a sus hijos a ir a Egipto. El país estaba gobernado por un José al que creían muerto, quien, con un movimiento estratégico, había convertido Egipto en el gran granero del mundo.

Este tema se repite en la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). En esta parábola, Jesús menciona una hambruna extrema que asola la región a la cual el hijo caprichoso ha huido después de gastarse toda su parte de la herencia. Vemos la misericordia del padre con ese joven que estaba sufriendo los efectos del hambre, tanto física (por la escasez de comida) como espiritualmente (por la separación de su padre).

En Deuteronomio 15 Dios enseña a su pueblo acerca de los años de perdón de deudas, en los que los acreedores debían perdonar a sus deudores. Aquí vemos que a Dios le importa que su pueblo mantenga estándares de vida decentes para todos, y que nadie sufra carencia al proveer para sus necesidades esenciales. El versículo 11 da una clara instrucción con respecto a esto: «Por eso te ordeno que seas generoso con tus hermanos hebreos y con los pobres y necesitados de tu tierra» (NVI).

Las crisis y la inseguridad económica, social, energética y alimentaria son fruto de la caída. Pero eso no significa que Dios haya perdido el control de la historia o de que haya abandonado a la humanidad a su propio sufrimiento. Entonces, si Dios no nos ha abandonado al dolor, ¿cuál debería ser el papel del cristiano frente al sufrimiento?

La creciente influencia de los evangélicos (como resultado de su crecimiento numérico) ha llevado a muchos dentro de la iglesia a sentirse seducidos por los sueños de poder y control y, con esto, a olvidarse del enfoque principal de su testimonio: el amor. Sin embargo, la iglesia en Brasil no debe alimentar una visión triunfalista del crecimiento y la influencia.

Los cristianos no hemos sido llamados, rescatados, salvados y apartados por el Señor para implementar un sistema de poder. Pablo deja claro en Filipenses 3:20 que «somos ciudadanos del cielo». Nuestra responsabilidad es proclamar el reino, no solo predicando la Palabra, sino también cambiando la realidad del curso del pecado para desplegar la belleza y grandeza del Señor.

El hambre es un ejemplo de los efectos devastadores del pecado. Hasta que llegue ese tiempo perfecto en el que viviremos en el futuro reino de Dios, seguiremos batallando con el pecado y el sufrimiento. Más allá de cumplir nuestro papel como ciudadanos, necesitamos comprender nuestro papel como siervos de Dios. Al hacerlo, debemos comprender lo que Dios ha hecho a través de sus siervos en el mundo, en armonía con su propósito perfecto. Hay algunos ejemplos especialmente buenos del testimonio cristiano.

Testimonio cristiano en medio de los que sufren

Hace diez años, Georg Emmerich, pastor metodista, abrió la Igreja nas Ruas (Iglesia de las Calles) en Natal, Rio Grande do Norte, un estado empobrecido en el noreste de Brasil. Emmerich creía que la iglesia estaba muy limitada al permanecer dentro de sus cuatro paredes, cuando su ministerio realmente debía comenzar fuera de ellas.

Cuando el número de personas sin hogar comenzó a crecer en Natal, Emmerich y otros creyentes decidieron comenzar un proyecto que tenía como objetivo servir comidas diarias y ofrecer un servicio de baños portátiles en la comunidad. Desde 2013 han proporcionado 40 000 comidas y 10 400 baños.

A mediados de 2020, él y otros voluntarios instalaron lavabos en varios lugares por todo Natal para que la gente sin hogar pudiera lavarse las manos y estuvieran más protegidos en la lucha contra la COVID-19. Además de estas acciones, la iglesia está inmersa en ministerios de evangelización y discipulado, y ayuda a los que luchan contra las adicciones para que entren en rehabilitación.

Sinvaldo Queiroz fundó Casa da Vida, un ministerio de Vitória da Conquista, en Bahia, también en el noreste del país, que proporciona alojamiento para pacientes pobres que viajan largas distancias para recibir tratamiento en el hospital de la ciudad. Él y su congregación bautista también han organizado eventos como Juntos pela Bahia en respuesta a las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias de finales de 2021 y principios de 2022. En colaboración con la Alianza Evangélica Brasileña, recibieron voluntarios de las iglesias de todo Brasil para distribuir agua y comida, mostrando compasión y solidaridad. Para Queiroz, lo que marca una importante diferencia es el poder del testimonio comprometido de las comunidades de fe centradas en el evangelio y que comprenden la integridad de la misión, aunque no siempre sea medible.

Muchas organizaciones cristianas también están implicadas en obras de compasión. El año pasado, la Junta de Misiones de la Convención Bautista Brasileña distribuyó más de 600 cestas de comida básica, así como botellas de agua mineral y leche, a familias de bajos ingresos afectadas por tres desastres naturales. World Vision se asoció con 500 iglesias y más de 1200 líderes religiosos para servir a los más pobres de Brasil. «Tenemos que reforzar el mensaje de Cristo de cuidar de los pobres en nuestras iglesias», dice Thiago Crucciti, director nacional de Visão Mundial Brasil. «Los cristianos debemos salir y servir a los vulnerables allá donde estén».

El proyecto Cristolândia, un ministerio que ayuda a las personas que batallan con adicciones, es otro gran ejemplo. (El nombre es un juego de palabras con la palabra peyorativa Cracolândia, de «crack», que se suele utilizar para describir las zonas con grandes concentraciones de drogadictos). Creado por la Junta de Misiones de la Convención Bautista Brasileña en 2009, la organización tiene ahora más de 40 unidades en nueve estados.

Al igual que el hambre, las drogas son otro ejemplo de la devastación del pecado. Iniciativas como Cristolândia, que ofrecen tanto apoyo como evangelización, deberían replicarse en las iglesias de todo Brasil. Lo que debería unir a los cristianos es Cristo, la proclamación de su evangelio y su presencia en medio del sufrimiento. Después de todo, Él es «Dios con nosotros»: Emanuel.

Más evangélicos, más amor, más impacto

El hambre, la adicción, la violencia y otros problemas similares son síntomas del pecado: señales de una sociedad que está enferma y alejada de Dios. Aunque estos males no son exclusivos de Brasil, la población evangélica tan grande del país debería ser más activa en buscar su alivio. Esto no solo incluye orar, hacer campaña por políticas públicas o supervisar el uso correcto de los recursos públicos, sino también implementar, dentro de nuestras comunidades y organizaciones locales, proyectos que anuncien el Reino y alivien el sufrimiento.

Un buen lugar para comenzar es evaluar cada área de nuestra vida desde una cosmovisión cristiana y comprender que no podemos ignorar el impacto que tiene el pecado a nuestro alrededor. Con este fin, Gerson Pacheco, exdirector de ChildFund Brasil, defiende que la proclamación del evangelio y la transformación social han de ir de la mano, pero son dos intervenciones distintas.

Según Pacheco, los evangélicos cumplen el mandato de proclamar el evangelio, pero no prestan tanta atención a cuestiones como el hambre y la pobreza. Asegura que la iglesia evangélica brasileña, en términos generales, no es consciente de los datos de pobreza en el país y no trabaja con ellos. Debido a que la iglesia no usa estos datos, no adopta una metodología y no hace planificación, la mayoría de sus proyectos se limitan al mero asistencialismo. Por lo tanto, sus esfuerzos no generan una transformación duradera ni un impacto social.

La transformación social implica no solo programas enfocados al bienestar, sino también al cuidado y la sostenibilidad, algo que requiere conocimientos, tiempo y dedicación. No es suficiente con plantar. Si queremos cosechar fruto y obtener sostenibilidad en nuestras iniciativas y eficacia en nuestro testimonio, también debemos regar, fertilizar y podar.

El Brasil evangélico tiene mucho que aprender en términos de testimonio. Y eso comienza supliendo las necesidades básicas de la gente que nos rodea.

«Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron» (Mateo 25:35-36).

Lucas Meloni es periodista en Rádio Trans Mundial (RTM) y coordinador de comunicaciones de la Primera Iglesia Bautista de São Caetano do Sul. Estudia en la Facultad Teológica Bautista de São Paulo (FTBSP) y es el autor de Escritos de um Suburbano.

Traducción de portugués a inglés por Paul Connolly.

Traducción de inglés a español por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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