La decisión del Movimiento de Lausana de publicar una declaración teológica de 97 puntos y 13 000 palabras el día de la inauguración de su cuarto congreso mundial ha provocado una semana de debates y conversaciones.
El tratado, dividido en siete partes y en el que se exponen posiciones teológicas sobre el evangelio, la Biblia, la Iglesia, la «persona humana», el discipulado, la «familia de naciones» y la tecnología, se publicó en línea poco antes de que comenzara el evento el domingo por la noche.
La Declaración de Seúl «fue diseñada para llenar algunas lagunas, para ser un suplemento en siete temas clave sobre los que no hemos pensado lo suficiente o no hemos reflexionado o escrito lo suficiente dentro del Movimiento de Lausana», dijo David Bennett, director asociado global de Lausana, el domingo por la tarde, en una reunión con los medios de comunicación para explicar la visión y el propósito de la declaración.
«No pretendíamos crear un cuarto documento que sustituyera o dejara obsoletos los tres anteriores», añadió.
Los organizadores del congreso también explicaron en una rueda de prensa el lunes que el texto era definitivo.
Sin embargo, dos días después, Christian Daily International informó que una sección en materia de homosexualidad había sido modificada tras su publicación. Estas correcciones estaban previstas para ser incluídas antes de la publicación de la Declaración de Seúl, según declaró el martes un portavoz de Lausana.
El jueves, en respuesta a la publicación de la declaración, Ed Stetzer, director regional de Lausana para América del Norte, instó públicamente a la organización a «declarar enfáticamente que la evangelización es “central”, “prioritaria” e “indispensable” para nuestra misión». Mientras tanto, el viernes por la mañana, 235 delegados habían firmado una carta abierta organizada por el grupo Korean Evangelicals Embracing Integral Mission (KEEIM) en la que se pedía al Lausanne Theology Working Group [Grupo de Trabajo en Teología de Lausana, LTWG], el grupo que redactó la Declaración de Seúl, que la revisara y la modificara prestando especial atención a 10 puntos específicos.
Hasta el jueves por la noche, ningún líder de Lausana había ofrecido una explicación en profundidad de la Declaración de Seúl desde el escenario principal, o de por qué la declaración se finalizó antes de la conferencia. Esto sorprendió a aquellos que, con base en su experiencia en congresos anteriores, habían anticipado que el documento estaría abierto y sería revisado con base en los comentarios de los delegados.
El viernes por la mañana, Mike du Toit, director de comunicaciones y contenidos de Lausana, envió un correo electrónico masivo a los delegados, explicando que la Declaración de Seúl «se centra en ciertos temas teológicos identificados por el LTWG que requieren mayor atención por parte de la iglesia global, y reflexiona sobre ellos con base en el evangelio, la historia bíblica que vivimos y contamos».
«Reconocemos que al presentar la Declaración de Seúl, deberíamos haber sido más claros al explicar su propósito y la manera en que se invita a los participantes a comprometerse con ella», escribió. El correo electrónico también ofrecía un enlace a un formulario para proveer comentarios.
El correo electrónico de Du Toit también señalaba que durante la sesión de clausura del sábado se invitaría a los delegados a firmar un documento llamado Compromiso de Acción Colaborativa, que no estaba relacionado con la Declaración de Seúl.
Esa misma mañana, Philip Ryken, presidente de Wheaton College y orador en la sesión plenaria, mencionó la Declaración de Seúl y animó a los delegados a que envíen sus comentarios.
Mientras tanto, en conversaciones con CT, docenas de delegados expresaron que estaban confundidos y frustrados por la falta de canales oficiales para enviar sus comentarios, así como por el hecho de que ellos entienden el propósito de la declaración de manera diferente de la presentada por Bennett en sus conferencias de prensa del domingo y el lunes.
El proceso que condujo a la Declaración de Seúl comenzó a finales de 2022, cuando la Junta de Lausana nombró como copresidentes de un comité de redacción a Ivor Poobalan, originario de Sri Lanka y director del Seminario Teológico de Colombo, y a Víctor Nakah, originario de Zimbabue y director internacional para el África subsahariana de Mission to the World. Poobalan y Nakah trabajaron con 33 teólogos de Sudáfrica, India, Etiopía, Noruega, Vietnam, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Australia, Nueva Zelanda, Irán, Palestina, Suecia, Singapur y Zambia.
«No nos sorprenden las conversaciones que se han generado», dijo Nakah. «Al fin y al cabo, es un documento teológico, y los temas de esta declaración son cuestiones reales».
Poobalan y Nakah se reunieron el jueves por la tarde con Morgan Lee, editora global en Christianity Today, para conversar sobre la Declaración de Seúl.
Esta entrevista ha sido editada por motivos de extensión y claridad.
¿Cómo fue definido el objetivo de la Declaración de Seúl?
Poobalan: Nos preguntamos: ¿necesitamos otra declaración? No era necesario que redactáramos un documento simplemente porque el Congreso debía elaborar un documento. Los documentos ya existentes de Lausana son excelentes en sí mismos.
Pero los líderes de Lausana pensaron que, a medida que el cristianismo mundial crece en nuevos lugares, la nueva generación de cristianos no conoce el Pacto de Lausana, el Compromiso de Ciudad del Cabo o el Manifiesto de Manila y quizá no esté muy interesada en volver a ellos. En cambio, les preocupan los temas de actualidad.
Por ejemplo, la antropología se ha convertido en un tema importante recientemente, en el siglo XXI, y en los últimos años lo ha sido aún más. Por eso era importante para nosotros hablar de algunos de estos temas. No estamos sustituyendo los documentos anteriores, pero intentamos encontrar formas de añadir más valor a lo que representa Lausana, proporcionando algunas directrices específicas que ayuden a la iglesia mundial a navegar esas cuestiones difíciles.
¿Cuál fue el proceso para la creación de la declaración?
Poobalan: A lo largo de estos 50 años, hemos hablado de la autoridad, la infalibilidad y la utilidad de las Escrituras, pero no hemos abordado realmente cómo interpretarlas. Nuestro propósito era abordar cuestiones que han estado un tanto descuidadas o bajo presión, como el gran reto del discipulado o la cuestión de lo que significa ser humano. Así llegamos a estos siete temas, aunque se podrían haber abordado muchos otros.
Nakah: Para los que se preguntan por qué empezamos de nuevo con el evangelio, es porque ahora hay muchos «evangelios» diferentes dando vueltas. Si los evangélicos no tienen una forma consensuada de leer, estudiar e interpretar las Escrituras, ¿cómo vamos a encontrar respuestas a los problemas a los que se enfrenta la iglesia hoy? Si no se atiende a la hermenéutica, entonces sería solo el evangelio según Ivor o Víctor.
¿Por qué se finalizó la declaración antes del Congreso?
Poobalan: Hay diferentes posibles enfoques. El Pacto de Lausana se terminó durante el congreso. En el caso de Ciudad del Cabo, no hubo un documento final en la culminación del congreso, sino que fue publicado mucho más tarde, pero durante el congreso se escuchó [a los participantes] y luego el equipo utilizó esa información para completar el documento más tarde.
Adoptamos la postura de que podíamos completar este documento, presentarlo en el Congreso y hacernos una idea de lo que la gente dice. Todavía no hemos decidido lo que haremos como resultado, pero discutiremos juntos las aportaciones como líderes de Lausana y con base en ello veremos cómo proceder.
Nakah: La forma en que la gente ha respondido al documento ofrece una imagen más precisa de la diversidad teológica del mundo evangélico global. Pero toda esta conversación que se está generando es una buena retroalimentación.
Acertada o equivocadamente, el documento no estaba pensado para ser presentado, recibir comentarios y luego perfeccionarlo. Si hubiéramos querido hacer eso, lo habríamos hecho. Por eso está justificada esta retroalimentación. Uno no presenta un documento teológico y todo el mundo lo celebra.
He oído críticas sobre la falta de canales oficiales de retroalimentación; sin embargo, esto no ha impedido que algunos delegados lo hayan hecho. Pero si estos comentarios influyen en algún cambio, me imagino que otros delegados se sentirán frustrados por no haber tenido una vía más formal de comunicar sus opiniones.
Poobalan: Creo que mañana [27 de septiembre] se abordará esta cuestión, y creo que la gente tendrá la oportunidad de dar su opinión. Por supuesto, las opiniones iban a llegar de todos modos, y una vez que se formalizan, hay una expectativa sobre lo que se va a hacer con ellas, y eso es con lo que tendrá que lidiar la junta de Lausana.
Nakah: Estamos muy agradecidos con la junta directiva por aceptar este documento y llevarlo adelante. Pero, en última instancia, es el documento de Lausana. Necesita el liderazgo del movimiento para explicar las directrices de cómo avanzar.
Probablemente no existan otras declaraciones teológicas cuyo proceso haya sido dirigido por teólogos de Zimbabue y Sri Lanka. ¿Cómo podrían haber influido sus antecedentes y su contexto en esta declaración?
Poobalan: Me sorprendió que nos pidieran a Victor y a mí que copresidiéramos el TWG, porque este grupo desempeña un papel fundamental y siempre ha incluído a líderes del mundo occidental. La audaz voluntad del Consejo de pensar de forma diferente e invitar a dos copresidentes del Sur Global fue sorprendente, pero también estimulante y alentadora. Por otro lado, queríamos asegurarnos de que el documento no se convirtiera en un asunto exclusivo del Sur Global.
Para ello, al formar nuestro equipo, buscamos personas que pudieran representar a distintas partes de la Iglesia. Muchos de estos 33 teólogos son muy conocidos, pero formaban un grupo increíble que colaboraba entre sí.
En cada reunión con ellos, tenía dos sentimientos: una sensación del alto nivel de conocimiento que había en la sala, y pura humildad.
Nakah: Hubo otros momentos en este proceso en los que nos dimos cuenta de que necesitábamos expertos. En más de una ocasión, nos dimos cuenta de que faltaba alguien, y tuvimos que recurrir a alguien que hubiera investigado en esa área, porque sabíamos que no éramos los expertos. Terminamos trabajando con personas que son mucho más inteligentes y perspicaces que nosotros. Fue todo un gozo.
¿Pueden señalar una o dos secciones de la Declaración de Seúl que realmente evidencien la presencia del Sur Global en este documento?
Nakah: Como sabemos, África se ha convertido en el terreno fértil del evangelio de la prosperidad. En vista de ello, la sección sobre el evangelio era importante porque en cierto sentido podemos hablar de muchos evangelios en el continente africano. Queríamos enmarcar el documento de tal manera que cualquiera que lo leyera obtuviera una comprensión del evangelio que fuera refrescante y desafiante.
El segundo gran desafío para la iglesia del Mundo Mayoritario es el discipulado. Algunos teólogos africanos todavía se resisten cuando se dice que la iglesia en África tiene una milla de ancho y una pulgada de profundidad. Pero esa sigue siendo la realidad.
Así que si hay una sección que resulta crítica para la iglesia africana en el futuro, es esta. Esperamos que desafíe a los líderes eclesiásticos y paraeclesiásticos a tomarse en serio el discipulado.
Poobalan: Este documento aborda la cuestión de la antropología teológica. En la iglesia, existe una confusión sobre lo que significa ser un ser humano redimido. Ha habido algunas personas que han afirmado tener un estatus divino o un poder más allá de lo que la Biblia ofrece a la persona humana redimida.
Pero también en el ámbito del género y la sexualidad, a veces el Sur Global se ha preguntado: «¿Por qué el cristianismo solo habla desde la perspectiva del Norte Global?». En ese sentido, era importante hablar del género y la sexualidad para aclarar que nuestras convicciones no se basan en respuestas a lo que sucede en Occidente, sino posturas fundamentadas en las Escrituras.
En consecuencia, hay toda una sección sobre lo que enseñan las Escrituras sobre sexualidad y género. Hay un poco más de exposición bíblica allí, debido a la necesidad de la iglesia global de claridad sobre lo que enseñan las Escrituras.
Además, la sección «familia de naciones» habla de la importancia de la paz y de lo que significa ser una nación tanto en un sentido bíblico como moderno. Por ejemplo, ¿podemos simplemente equiparar los nombres históricos de personas y países sin contexto? [Nota del editor: Véase la Sección 84 de la Declaración de Seúl.] Intentamos abordar situaciones actuales en las que los cristianos a veces encuentran una base teológica para determinadas posturas a la hora de adoptar un enfoque de la guerra o el conflicto.
Y, sin embargo, a veces hay contradicciones en esos enfoques. En ocasiones los cristianos denuncian toda violencia contra los civiles, pero en otras ocasiones pueden encontrar razones teológicas para justificarla.
Tengo entendido que algunos delegados de Lausana, debido a su contexto nacional y a las personas que ministran, consideraron que las secciones sobre cuestiones LGBT son demasiado indulgentes o demasiado duras.
Nakah: Para el grupo que trabajó en esta sección, nos pareció que la hermenéutica era un buen punto de partida. Así que empezamos preguntándonos: «¿qué enseña la Biblia?». En nuestro grupo, hubo un consenso general en cuanto a lo que la Biblia dice, mientras que los desacuerdos fueron todos sobre la aplicación a contextos de la vida real.
A aquellos líderes que piensan que nuestro enfoque fue un poco débil, les preguntaría: «¿es bíblico insultar a los gays y a las lesbianas? Si regresamos a las Escrituras, la Biblia nos ayuda a entender que Dios ama al pecador. Eso es completamente diferente a tomar un postura cultura que los degrada.
¿Cómo eligieron qué conflictos nombrar abiertamente en la sección «familia de naciones»?
Poobalan: Reconocimos que no se podían mencionar todos los conflictos porque ese no era el objetivo. Algunos conflictos fueron abordados hasta el punto de que el país ha seguido adelante, como Sudáfrica, Sri Lanka o Irlanda del Norte. Los ejemplos de conflictos actuales sirven como puntos de referencia para debatir la posición bíblica sobre los conflictos y cuál debe ser la postura de los cristianos. Entendemos cuando la gente se siente afectada y triste porque no se menciona un conflicto concreto que ha vivido.
Con respecto a Gaza e Israel, esta situación es única porque la iglesia está muy dividida en función de su teología sobre Israel.
En cierto modo, nos gustaría que la iglesia mundial pusiera esta cuestión en el centro y dijera: «Hablemos de esto. ¿Cuál es la verdadera teología bíblica de Israel? ¿Cómo encaja esto con nuestra comprensión de la Iglesia»? [Tercer capítulo de la declaración]. Si bien es importante debatir los pormenores de la Declaración de Seúl, realmente nos gustaría que la iglesia volviera a preguntarse: «¿De dónde procede nuestra base teológica?».
Esperamos que este trabajo estimule a la Iglesia a entablar un diálogo. No será fácil, porque en este momento hay mucha emoción de por medio, pero esperamos que la iglesia asuma esta tarea, ya que es doloroso para la iglesia estar polarizada en esta cuestión basada en la teología.
Si soy un delegado que lee la Declaración de Seúl y estoy de acuerdo con gran parte de ella pero no con todo, ¿debería seguir sintiendo que puedo formar parte del Movimiento de Lausana?
Nakah: Vuelvo a la cuestión de lo que une a los evangélicos. ¿Cuáles son los fundamentos no negociables o esenciales de la fe cristiana?
Cuando se trata de temas de actualidad, la mayoría de los evangélicos no acaban de comprender la abrumadora diversidad del cuerpo evangélico mundial. Si alguien decide si está dentro o fuera del Movimiento de Lausana basándose en esta declaración, es una lástima.
Poobalan: Es ingenuo pensar que todos los evangélicos, incluso en un mismo país, estarán de acuerdo en todo. Pero practicamos esta disciplina de la amistad, reconociendo que no puede haber concesiones en las cuestiones que son esenciales a la fe.
Incluso John Stott y Billy Graham, los fundadores del Movimiento de Lausana, discrepaban en ciertos aspectos, pero pudieron seguir siendo amigos. Colaboraban juntos. Del mismo modo, en este Congreso, nuestra idea de colaboración no se basa en que todos pensemos de forma idéntica. La colaboración implica la voluntad de tender la mano a otros que tienen las mismas convicciones centrales.
¿Qué quieren que la gente sepa sobre la forma en que esta declaración habla de la evangelización?
Poobalan: La declaración deja muy claro que la evangelización es absolutamente importante. Nos estamos alejando de las viejas dicotomías que separan el mensaje que proclamamos de las vidas que vivimos. A lo largo de la declaración hay muchas referencias a la importancia de la proclamación verbal, pero la proclamación verbal por personas que no demuestran la realidad de lo que proclaman acabará socavando la verdad del mensaje.