Una hermosa paradoja

Una lectura de Adviento para el 19 de diciembre.

Lucas 1:31-32

Lucas 1:31-32

Christianity Today December 19, 2022
Stephen Crotts

Cuarta semana de Adviento: Emanuel


Mientras viajamos por los acontecimientos que rodean a la Natividad, contemplamos la encarnación. Jesús —el Dios Fuerte, el Príncipe de Paz, la Luz del mundo— se hizo carne y habitó entre nosotros. Como nos anunció la profecía de Isaías, Él es «Dios con nosotros». Jesús es Emanuel.

Lea Lucas 1:26–38

El concepto abstracto de poder nos puede hacer pensar en terremotos y tormentas eléctricas, o quizás en presidentes y multimillonarios. El poder en bruto nos detiene en seco, y nos obliga a prestar atención a aquel o aquello que lo ha ejercido. Pocos de nosotros, sin embargo, asociamos el poder con el vientre materno. No obstante, el vientre de María portó el poder verdadero, oculto en la oscuridad, invisible a la vista, difícil de imaginar.

Aquí nos encontramos con una de las paradojas más hermosas de la fe cristiana: el Espíritu Santo dio vida a un bebé diminuto en el vientre de esta mujer, sangre de su sangre, su primogénito; este mismo bebé no era otro sino el Hijo de Dios, identificado como el «Hijo del Altísimo».

Entonces, ¿Jesús es el hijo de María o el hijo de Dios? ¿Es humano o divino? ¡Así es! Ambas cosas son verdad en una persona, en este bebé. Nos podemos imaginar a Dios trayendo salvación, o podemos describir a un humano heroico haciendo cosas revolucionarias. Pero ¿una sola persona que es al mismo tiempo tanto completamente Dios como completamente humano, sin comprometer la integridad de ninguna de las dos cosas? Esta es verdaderamente una hermosa paradoja: una paradoja en el núcleo de la salvación de la raza humana.

Este poder no es una fuerza simple e infinita aislada del resto de sus definiciones, sino la compasión del Dios eterno, glorioso y santo vestido de carne humana. Su poder toma la forma de la debilidad en solidaridad divina con la humanidad, todo ello provocado por su amor santo.

El ángel anunció a María —y a nosotros— un acontecimiento glorioso. Jesús toma su completa humanidad de María, tomando forma semejante al resto de nosotros en todo aspecto excepto en que Él rehusó el pecado (Hebreos 4:15). Aun así, el hijo de María existía antes que María, porque este es el Hijo eterno de Dios que, como declara el credo de Nicea, es «Dios verdadero de Dios verdadero». Al tener la naturaleza eterna de Dios, el Hijo viene por el Espíritu, del Padre; Él nunca deja de ser Dios Fuerte y aun así se convierte realmente en lo que no era: una humilde criatura humana. Jesús: verdadero Dios y verdadero humano.

Como escribió León I (400–461 d.C.) en una carta hablando acerca de la encarnación del Hijo: «Lo que [Él] hizo fue para enaltecer la humanidad, no disminuir la deidad. Ese vaciarse a sí mismo, por medio del cual el que es invisible se reveló a sí mismo y se hizo visible, y por medio del cual el Creador y Señor de todas las cosas eligió ser contado entre los mortales, fue un acercamiento en misericordia, no una falta de poder». Desde el vientre de María viene el Rey Salvador, cuyo «reino no tendrá fin». Que nosotros, al igual que María, respondamos como los «siervos del Señor», dispuestos a confiar en el Dios Todopoderoso que amó su creación tanto como para habitar en ella convirtiéndose en este humano, y trayendo así vida nueva al mundo. Su completa divinidad y su completa humanidad proclaman su poder y Él nos dice: «No teman».

Kelly M. Kapic es teólogo en el Covenant College y autor o editor de numerosos libros como Embodied Hope y You’re Only Human.

Reflexione sobre Lucas 1:26–38.


¿Qué le impresiona más del mensaje de Gabriel? ¿Cómo desea usted responder a Jesús y a la hermosa paradoja de su encarnación?

Para recibir notificaciones sobre nuevos artículos en español, suscríbase a nuestro boletín digital o síganos en Facebook, Twitter, Instagram o Telegram.

Novedades

Los desastres a menudo traen más revelación que castigo

Un terremoto del siglo XVIII y las tragedias más recientes pueden enseñarnos mucho sobre el pensamiento ilustrado y el juicio divino.

El vibrante testimonio de las iglesias latinas

Las congregaciones hispanoamericanas tienden a ser jóvenes, vibrantes e intergeneracionales. La iglesia en general tiene mucho que aprender de ellas.

Morir por Cristo en la iglesia primitiva 

Durante los primeros siglos, la teología del martirio pasó por transformaciones inesperadas. Pero también le dio a los cristianos el valor para resistir.

News

El Huracán Helene pone a prueba a las organizaciones cristianas de ayuda

Las organizaciones responden a la destrucción en Florida, Georgia y Carolina del Norte, pero deben obtener recursos de lugares tan lejanos como Canadá.

News

Iglesia Metodista Global encuentra gozo en Costa Rica

Apple PodcastsDown ArrowDown ArrowDown Arrowarrow_left_altLeft ArrowLeft ArrowRight ArrowRight ArrowRight Arrowarrow_up_altUp ArrowUp ArrowAvailable at Amazoncaret-downCloseCloseEmailEmailExpandExpandExternalExternalFacebookfacebook-squareGiftGiftGooglegoogleGoogle KeephamburgerInstagraminstagram-squareLinkLinklinkedin-squareListenListenListenChristianity TodayCT Creative Studio Logologo_orgMegaphoneMenuMenupausePinterestPlayPlayPocketPodcastRSSRSSSaveSaveSaveSearchSearchsearchSpotifyStitcherTelegramTable of ContentsTable of Contentstwitter-squareWhatsAppXYouTubeYouTube