Church Life

Más del 10 % de las nuevas iglesias bautistas del sur son hispanas

El líder de Send Network Español habla sobre el futuro diverso de la plantación de iglesias en Norteamérica.

Félix Cabrera (derecha), nuevo vicepresidente de Send Network Español, ora durante una reunión regional de plantadores de iglesias y líderes misioneros en Miami.

Félix Cabrera (derecha), nuevo vicepresidente de Send Network Español, ora durante una reunión regional de plantadores de iglesias y líderes misioneros en Miami.

Christianity Today October 28, 2022
Send Network / NAMB

Con la reciente expansión de Send Network Español, la Convención Bautista del Sur ha puesto en marcha la estrategia más sólida y focalizada que ha desarrollado hasta la fecha en torno a la plantación de iglesias entre la comunidad hispana en Norteamérica.

«Desde 2010, Send Network ha plantado casi 10 000 nuevas iglesias bautistas del sur en toda Norteamérica, de las cuales más de 1000 son iglesias hispanas», dijo Félix Cabrera, originario de Puerto Rico y con más de una década de experiencia en la plantación de iglesias. «Por ese motivo y ante el tremendo crecimiento que ha tenido la comunidad hispana, el liderazgo de la organización pudo ver la importancia de asignar recursos de forma específica a este sector».

En octubre, Send Network, la división de plantación de iglesias de la North American Mission Board (NAMB), anunció nuevos valores ministeriales y nuevos miembros en su liderazgo [enlace en inglés]. Cabrera servirá como vicepresidente de Send Network Español y ha comisionado a ocho «campeones» regionales de plantación de iglesias hispanas en todo Estados Unidos. La implementación de estos cambios tuvo lugar después de que Send Network haya alcanzado un nuevo récord en la recaudación de fondos, con 68.9 millones de dólares aportados por los bautistas del sur a través de su ofrenda anual de Pascua Annie Armstrong.

Un nuevo sitio web, SendNetworkEspanol.com, ofrece recursos especializados para los plantadores de iglesias hispanos, muchos de los cuales están ministrando entre poblaciones que provienen de antecedentes católicos y familias que se trasladaron a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de trabajo.

CT habló con Cabrera, quien ha ayudado a fundar más de 50 iglesias comenzando por la Central Baptist de Oklahoma City, sobre la diversidad entre los hispanos de EE. UU., la importancia del trabajo en la fe y la vida de los hispanos, y la inversión de tiempo que suele requerir la plantación de iglesias en este contexto.

¿Qué motivó esta nueva estrategia? ¿Cuáles son los principales cambios que espera tras la consolidación de Send Network Español?

El lanzamiento de Send Network Español prácticamente vino a darle una estructura oficial al trabajo que habíamos venido haciendo a manera de proyecto piloto. Desde que comenzamos y hasta la fecha hemos preparado entre 50 y 60 hombres que ya están plantando iglesias o están listos para hacerlo en el futuro próximo. También establecimos la importancia de crear un sitio web que no consistiera en una simple traducción de todo lo que se hace en inglés, sino que tuviera contenidos específicos y contextualizados.

Al asumir el cargo de vicepresidente, me han dado la oportunidad de liderar un equipo que está trabajando en las siete regiones en las que nuestra organización divide Norteamérica. Dentro de cada una de esas regiones, nosotros tenemos un líder que está capacitando y colaborando con las iglesias, proveyendo recursos e identificando a las comunidades hispanas de mayor crecimiento para concentrar nuestros esfuerzos en esa área.

Send Network Español es el sueño de muchos hispanos que por años habían venido pidiéndole a Dios que abriera las puertas y que hubiera una mayor sensibilización acerca de la gran cosecha que está lista dentro de las comunidades hispanas. Este es un sueño hecho realidad.

¿Cómo ha sido su experiencia en la plantación de iglesias aquí en Estados Unidos? ¿Qué retos ha encontrado?

Bueno, yo creo que quizás hace unos 20 o 30 años la realidad hispana en Estados Unidos era totalmente diferente. El crecimiento tan rápido que este grupo social ha tenido en los últimos veinte años ha creado un panorama en el que la población no solo creció en número, sino también en diversidad.

Cuando comienzas a trabajar con la iglesia hispana dentro de Estados Unidos, tal vez lo primero que notas es que todos vienen de diferentes contextos. Somos hispanos, sí, pero venimos de 21 países diferentes. Un segundo reto que hace que la diversidad sea aún mayor son las distintas generaciones, es decir, las diferencias que hay entre los que migraron de otros países y los que ya nacieron dentro de los Estados Unidos. Ya no podemos alcanzar a todos en un solo idioma como antes.

En el tema del idioma en particular, ¿qué cambios ha notado?

Cuando hablamos de hispanos no podemos simplemente decir «todos los hispanos son iguales porque hablan español». Es necesario entender que no todos los hispanos en Estados Unidos hablan español y que, aun en los casos en los que el idioma es el mismo, somos socialmente, económicamente, culturalmente y contextualmente muy diferentes.

Los hispanos que hablan español son generalmente los de primera generación, los migrantes. Pero según el censo ellos son quizás un 34 % de la población hispana en EE. UU. Los desafíos son muy diferentes cuando hablamos de una segunda o tercera generación de hispanos, quienes representan más del 60 % de la población hispana en Estados Unidos. Ellos mayoritariamente prefieren hablar inglés.

Para nuestro ministerio, esto significa que debemos hacer un esfuerzo por alcanzar a cada individuo en el idioma de su corazón para que ellos puedan responder al llamado de Jesucristo y formar parte de una iglesia.

¿Hay retos culturales específicos?

Nosotros sabemos que los migrantes vienen a Estados Unidos a buscar una mejor calidad de vida, lo que conocemos como «el sueño americano». Pero para nosotros los cristianos, su presencia aquí es una oportunidad de compartir el evangelio de Jesucristo y que ellos puedan saber que Dios tiene un mejor sueño para ellos a través de Cristo. Dios quiere salvarlos y transformar sus vidas.

El hispano viene con una cosa en mente: trabajar. Entonces esas personas piensan que no tienen tiempo para la iglesia, que no tienen tiempo para Dios. Además, también es cierto que la mayoría de los hipanos ven esta búsqueda de una mejor calidad de vida desde un contexto católico. En la tradición católica hay una correlación entre el trabajo para tu sustento y las obras que haces para Dios; eso es lo que uno hace para obtener resultados.

Muchos de los migrantes han sido educados en una religión que toma parte de sus creencias de la Biblia, y parte de otros lados. Vienen de contextos donde se les dieron ideas erradas de Dios y de las Escrituras. Por eso es muy importante tener líderes bien capacitados en teología, líderes que conozcan bien las Escrituras para que puedan dar respuesta a las preguntas de las personas.

¿Qué lecciones ha aprendido?

Aprendí que para poder plantar iglesias hispanas dentro de Estados Unidos es necesario darse tiempo para conocer la cultura de las personas, y entender que no puedes asumir que toda la gente tiene el mismo trasfondo. Es necesario entender su contexto, su realidad y sus desafíos individuales; particularmente con quienes pasaron por un proceso de migración.

Para quienes migraron para entrar a Estados Unidos, como decíamos, su enorme prioridad es proveer para su familia y hacer todo lo posible para que su familia prospere en lo económico. Por eso, al plantar iglesias entre estas comunidades es importante poner el énfasis en encontrarlos donde ellos están y comenzar a servirles brindando ayuda en sus necesidades básicas.

Es importante también establecer relaciones con ellos y dejarlos que vean en nuestras propias vidas qué es ser cristiano, porque muchos de ellos ni siquiera tienen una idea de lo que es la iglesia, y les fue dicho que tuvieran cuidado con todo lo que sea distinto a la religión católica. Solo saben lo que es la iglesia católico romana tal como la conocieron en sus países de origen, y nada más. Entonces, establecer una relación con ellos para poder llegar a compartir el evangelio toma tiempo, quizás mucho más que en el contexto anglo dentro de Estados Unidos, porque este siempre ha sido un país protestante. Como vemos, en el contexto hispano las prioridades están invertidas, y toma más tiempo.

Ahora bien, en los contextos donde hay hispanos de segunda y tercera generación el objetivo es plantar iglesias con servicios en inglés, o bilingües, según sean las necesidades.

Con la experiencia hemos aprendido que al plantar una iglesia con servicios en inglés se consigue bendecir no solo a los hispanos de segunda y tercera generación, sino también a otros grupos étnicos que buscan iglesias más mixtas racial y culturalmente. Tenemos iglesias multiculturales con asiáticos, africanos y gente de diversos países.

¿Qué tendencias o patrones ha podido observar en la plantación de iglesias?

Bueno, la forma en la que nosotros operamos, en la mayoría de los casos todo comienza con una iglesia hermana anglosajona que se percata de que su comunidad está cambiando, que cada vez hay más personas hispanas ahí. Esta iglesia anglosajona siente la responsabilidad de alcanzar a esos grupos con el Evangelio, pero reconocen que hay barreras, no solo lingüísticas, sino también culturales. Entonces, ellos se comunican con sus convenciones o asociaciones locales y a su vez ellos los redirigen con nosotros para que nosotros nos encarguemos de ayudar a buscar a un hombre que pueda plantar una iglesia hispana en esa comunidad. A veces tienen ellos ya han identificado a un hombre que ha sentido el llamado, a veces nosotros tenemos que buscarlo. Pero en ambos casos, nosotros les brindamos capacitación y nos aseguramos de que realmente cuenta con el llamado y las habilidades necesarias para iniciar una iglesia.

En otras ocasiones, hay iglesias hispanas ya establecidas que están en una ciudad o en una región, y quieren alcanzar a otra ciudad donde hay otra comunidad hispana creciente. Entonces se comunican con nosotros.

Gran parte de nuestro trabajo es capacitar a esos líderes que pastorearán las iglesias plantadas tanto en materia de teología como en la parte práctica del servicio en la iglesia. Desarrollamos un programa para preparar y capacitar líderes, y después garantizar que sean confirmados por la iglesia local antes de ser enviados a servir. Deben ser líderes bien formados, pero sobre todo compasivos, que puedan mostrarle el amor de Cristo a quienes han pasado por tantas dificultades.

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