La esposa del pastor

Una mujer ordinaria en un papel no tan ordinario.

Christianity Today October 25, 2017
Prixel Creative / Lightstock

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Poco después de que mi esposo y yo nos casamos, tomamos un paso de fe y empezamos una iglesia en nuestra ciudad junto con mis padres. Han pasado 22 años desde entonces y hoy, mi esposo y yo seguimos sirviendo como pastores principales.

Como cualquier congregación creciente, es casi imposible saber el nombre y la historia de cada persona. Sin embargo, nos encanta estar fuera de las puertas de la iglesia cada domingo saludando, orando y amando a las personas. Me gusta escuchar las historias increíbles de cómo Dios ha cambiado sus vidas. Sinceramente, estas historias, lo que a menudo llamamos testimonios, han sido nuestro aliento durante los momentos más difíciles de nuestras vidas: el combustible que mantiene encendida la llama en nuestros corazones.

Mi vida como esposa de un pastor no solo se trata de lo que sucede el domingo, administrar el ministerio de las mujeres, cantar cantos o ayudar a la gente. ¿Qué pasa de lunes a sábado? ¿Qué sucede cuando las luces están apagadas y las puertas de la iglesia están cerradas por el día? Lo creas o no, la vida pasa. Me enfrento con los desafíos que enfrentan la mayoría de los matrimonios, la tarea de mantenerse al día con cuatro adolescentes y la responsabilidad de los quehaceres en casa.

Me doy cuenta que es cierto que la mayoría de las personas miran a la esposa de un pastor y dicen: "¡Wow! Mírala. Lo tiene todo en orden. Está casada con el hombre de Dios.Ella es tan bendecida". De hecho, soy bendecida y sí, estoy casado con el pastor, pero esta mujer no lo tiene todo en orden. A veces el temor y la duda sacan lo peor de mí. Lehe faltado el respeto a mi marido más de una vez, he perdido momentos importantes en las vidas de mis hijos y, a veces, me falta fe. Soy una persona ordinaria con un papel no tan ordinario.

Por mucho tiempo, el papel de la esposa de un pastor ha sido malentendido. La mayoría de las personas cree que la esposa de un pastor debe poder cantar o por lo menos tocar el piano. Sus credenciales deben incluir el poder hablar frente a una audiencia. Sin olvidar que sus hijos deberían ser los mejores comportados en la iglesia. Ella siempre debe vestirse apropiadamente y a pesar de su horario, debe asistir a todas las reuniones y funciones de la iglesia.

Para que conste, no todas pueden cantar o tocar un instrumento. La mayoría de ellas no se sienten cómodas al hablar frente de una audiencia. Nuestros hijos generalmente no son los mejores actuados, no siempre usamos la ropa adecuada y por lo general, no tenemos la energía para asistir a todas las funciones.

Como tantas mujeres, me relaciono con la historia bíblica de Ester. Sus padres habían muerto y ella fue criada por un miembro de su familia. Su historia comienza con el destierro de la reina actual (Vasti). El rey es convencido por sus siervos para reunir a todas las jóvenes vírgenes en busca de una nueva reina, y la joven que agrada al rey será reina en lugar de Vasti. El rey pensó que era una idea estupenda. Estas mujeres serían llevadas al palacio y someterse a 12 meses de tratamientos de belleza antes de que el rey las pudiera ver.

Estoy seguro de que Ester podría haber dudado cuando estaba pasando por esta preparación. "¿Por qué quisiera el rey elegirme? ¿Estoy realmente lista para este puesto?" Cuando llegó el turno para que Ester fuera ante el rey, la Biblia dice que ella encontró el favor ante sus ojos y obtuvo su aprobación más que ninguna de las otras vírgenes. Todos, especialmente el rey, estaban fascinados por su belleza. La Biblia dice que ella era bella y hermosa.

Así que él colocó una corona real sobre su cabeza y la convirtió en la nueva reina. En otras palabras, ganó el concurso de belleza y se casó con el rey. ¡Qué historia tan increíble! Estoy segura de que su familia y amigos estaban tan felices por ella, y como uno podría imaginar, su nombre se hizo grande en ese reino y todavía se habla hoy.

Todos estaban sorprendidos por su aparente éxito y su nuevo puesto, pero solo Ester conocía el dolor y la pérdida que había experimentado de niña. Nadie conocía su historia y todo lo que había pasado. Detrás de todo el brillo y el glamour, había una mujer joven sin experiencia entrando en un mundo desconocido. Incluso ahora que Ester era realeza, pronto descubriría que tenía un enemigo real que amenazaría su vida y la de su familia.

Al igual que Ester, a veces tengo pensamientos de dudas e inseguridades. "¿Por qué yo, Dios? No sé si puedo manejar la presión de esta posición. ¿Estoy realmente preparadapara esto? ¿Soy el material adecuado para ser ‘esposa del pastor ‘?” A través de los años, Dios me ha asegurado que ciertamente puedo sobrellevar la presión, y que realmente no hay un patrón o un molde para la esposa de un pastor. No soy lo que el mundo dice que soy o lo que debería ser, y estoy satisfecha con mi porción.

Todas somos el diseño único de Dios. Dotadas de muchas maneras. Lo suficientemente fuerte como para conquistar gigantes, pero a veces, demasiado débil para ir a la batalla. Como muchos, cometemos errores, pero aprendemos de ellos. Al igual que Ester, luchamos por nuestra familia, nuestro matrimonio y nuestros hijos. Quizás enfrentemos muchas amenazas, pero recuerda que para esta hora hemos llegado al Reino de Dios.

Esto también es cierto para todas los que lean este artículo. Ten confianza en los dones que Dios te ha dado. Algunos dones florecerán en el tiempo de Dios. No tengas miedo de salir e intentar lo imposible. Dios se hace grande cuando nos atrevemos a hacer todo lo que El nos ha llamado a hacer. Sé una Ester en cualquier área en la que te hayan colocado: educación, medicina, religión, y especialmente en tu hogar. Nuestra familia prospera en nuestra fuerza.

Finalmente, sé fuerte en el Señor y en su fuerza poderosa. Recordando siempre que fuimos elegidas por el mismo Rey, y por medio de él, haremos grandes cosas.

Rose Mary Loya, junto con su esposo, Jaime, son cofundadores y los pastores principales de Cross Church en San Benito, Texas. Igualmente, es escritora, cantante y madre de cuatro hijos.

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