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¿Es ‘cristiano’ que Europa reciba a refugiados ucranianos, pero no a refugiados sirios?

Los evangélicos del Medio Oriente y Europa evalúan las enormes diferencias en la respuesta del continente y las enseñanzas de la Biblia sobre los extranjeros.

Izquierda: Sirios desplazados encienden una fogata junto a su tienda en un campo de refugiados. Derecha: Ucranianos en Polonia buscan refugio de la invasión rusa.

Izquierda: Sirios desplazados encienden una fogata junto a su tienda en un campo de refugiados. Derecha: Ucranianos en Polonia buscan refugio de la invasión rusa.

Christianity Today March 25, 2022
Edición por Christianity Today / Source Images: Chris McGrath / Sean Gallup / Getty

Mientras Ucrania continúa siendo azotada por Rusia, los refugiados sirios saben mejor que nadie por qué orar. «Esto es lo que nos pasó a nosotros», dijeron estudiantes refugiados en el centro Together for the Family en Zahlé, Líbano. «No queremos que le pase lo mismo a otras personas».

Nacida en Homs, Siria, e hija de un pastor bautista, Izdihar Kassis se casó con un hombre libanés y fundaron el centro en 2006. Ella cambió el enfoque de su ministerio para cuidar «a su gente» cuando la guerra civil siria comenzó en 2011. Cerca de 50 jóvenes traumatizados han encontrado consejo allí cada año, y 300 se han graduado de los programas vocacionales del centro.

Mientras los refugiados discutían la «horrible» situación en Europa durante el servicio dominical, Kassis sugirió hacer intercesión. Los 40 niños y 30 miembros y voluntarios sirios del equipo inclinaron sus cabezas para orar.

Pero un niño quiso asegurarse de que los ucranianos supieran de su solidaridad. Salío al frío y la nieve del Valle de la Becá, donde la mayoría del millon y medio de refugiados sirios del Líbano se han refugiado.

Su cartel proclamaba: «Orando por la paz».

Un refugiado sirio en Zahlé, Líbano.Together for the Family.
Un refugiado sirio en Zahlé, Líbano.

Desde la invasión, de un total de 43 millones de habitantes en Ucrania, cerca de 4 millones se han convertido en refugiados, mientras que otros 6.5 millones han sido desplazados dentro del mismo país [enlaces en inglés].

Aun después de once años de guerra civil, la mayoría de los 6.8 millones de refugiados provenientes de Siria —de una población total de 20 millones— todavía viven en el limbo. Ya que la mayoría de los países europeos les han cerrado sus puertas, es imposible no hacer comparaciones con la cálida bienvenida a quienes huyen de la agresión rusa.

Esta reacción europea ha ofendido a muchos.

«Hay un doble estándar perpetuo e indignación selectiva en las noticias mundiales, en los gobiernos de Occidente (y, tristemente, también en las iglesias de occidente) cuando reportan guerras, conflictos y las duras condiciones de los refugiados», dijo Vinoth Ramachandra de Sri Lanka, un líder sénior de la International Fellowship of Evangelical Students (IFES), afiliada con InterVarsity.

«Si los ucranianos no fueran rubios y de ojos azules, ¿su situación habría provocado [esta] derrame de compasión?» Es una pregunta legítima. ¿Estamos presenciando la hipocresía —o incluso el racismo— europeos en todo su esplendor?

Los cristianos árabes no son tan prontos para juzgar.

Nacido en Siria, José Kassab lidera hoy el Concilio Supremo de Iglesias Evangélicas en Siria y Líbano con sede en Beirut. Comentó que más de un millón de compatriotas han sido recibidos en Europa (Europa Occidental, principalmente). Las naciones orientales, dijo, todavía se están recuperando de la era comunista y no han desarrollado aún el mismo sentido de los derechos humanos.

No debería haber ninguna discriminación, pero aun así lo comprende. La iglesia primitiva también batalló para abrir sus primeras misiones a los no judíos.

«En cada sociedad hay racismo» dijo Kassab. «Pero los europeos han recibido mejor a los sirios que muchos libaneses».

«Que sean musulmanes es un factor», dijo Elie Haddad, presidente del seminario Teológico Bautista en Beirut. «Pero también es importante que muchos de ellos son agricultores sin educación». Sea válida o no, a la gente le incomoda que se marque una diferencia.

Europa es un poco hipócrita, pero él también.

«Si un miembro de la facultad necesita abrigo, abriría mi casa», dice Haddad. «Pero a un extraño, no necesariamente».

Un mural pintado por artistas sirios en protesta contra la operación milistar rusa en Ucrania, en medio de la destrucción en la localidad de Binish tomada por un grupo de rebeldes, en la provincia Idlib al noroeste de Siria, el 24 de febrero de 2022.Omar Haj Kadour / AFP / Getty Images
Un mural pintado por artistas sirios en protesta contra la operación milistar rusa en Ucrania, en medio de la destrucción en la localidad de Binish tomada por un grupo de rebeldes, en la provincia Idlib al noroeste de Siria, el 24 de febrero de 2022.

Alguien que sí abrió su casa es un francés de ascendencia libanesa en Niza.

Enfermero en un hospital local, en 2018 François Nader era el único hablante de árabe disponible para asistir a una familia de refugiados cuyo hijo en edad de trabajar necesitaba diálisis de emergencia en el hospital. Él los ayudó con el papeleo necesario y por tres meses le dio asilo al sirio en recuperación. Nader incluso le ofreció un sueldo mayor al promedio por su trabajo en el hogar, proveyéndole de un trabajo informal, puesto que la ley francesa le prohibía el empleo formal.

Sin embargo, hoy en día, Francia está permitiendo a los ucranianos hasta tres años de residencia y empleo, de acuerdo a un directivo de la Unión Europea.

Y Nader, que ahora está en Bordeaux y casado con una rusa que tiene familiares ucranianos, aplaude la acción. Una simple llamada telefónica de las autoridades validó la legalidad de cuatro refugiados a los que les abrió su hogar. Como un cristiano no denominacional, él cree que el evangelio llama a las personas a tratar a todos de la misma manera.

Pero no a las naciones.

«Los valores musulmanes son totalmente opuestos a los nuestros», dijo Nader. «Necesitarían generaciones para adaptar su mentalidad a la manera europea». De acuerdo con Nader, el miedo al terrorismo es otro problema. Pero también lo es la adaptación. Los musulmanes se concentran en los banlieues, guetos que refuerzan un separatismo que está dañando a la sociedad francesa, dijo.

Mientras, los turistas ucranianos visitan el Louvre, en donde sus niños saben comportarse. En el tranvía van sentados quietos, leyendo libros. «Es un estereotipo, y es algo cruel», dice Nader. «Siento mucho decir esto, pero también es algo humano».

¿Pero es bíblico?

«Dios creó tanto la similitud como la diferencia», dijo Leonardo De Chirico, presidente de la Comisión Teológica de la Alianza Italiana Evangélica. «De acuerdo con Gálatas 6:10», comenta, «es apropiado mostrar preferencia».

«El principio de proximidad nos llama a dar una atención especial a quienes están cerca de nosotros», dice, «en la fe, en la familia, en la nación, y en nuestro contexto inmediato».

Aunque esto aplica a la etnicidad, no lo hace a la cultura o a la educación, dice Chirico. Todos deberíamos de acoger y ayudar a integrar. Pero, cuando los recursos son limitados y el gobierno se ve abrumado, no está mal discriminar.

Incluso la Biblia lo hace, dice, los hebreos de la Biblia diferenciaban entre «extranjeros». Los gerim (Levítico 19:33-34) debían ser tratados como judíos, pero a los zarim (Éxodo 12:43) se les prohibía participar de la Pascua.

Una distinción moderna es aquella entre el refugiado y el migrante.

«La libertad de movimiento no es absoluta», dijo Marc Jost, secretario general de la Alianza Evangélica Suiza. «Me gusta la diversidad, pero implica un riesgo que debe ser regulado».

La proximidad cultural llevó al gobierno suizo a omitir la examinación caso por caso que sigue siendo requerida para los sirios. Jost niega el privilegio que muchos querían dar a la fe y la etnicidad, pero las autoridades suizas pensaron que la distinción era necesaria para evitar terroristas potenciales.

Con todo, las dificultades de integración son reales, y el gobierno quiere reducir el «factor de estímulo», especialmente para los migrantes que, por cuestiones económicas, buscan una mejor vida. Aquellos que ven amenazada su vida e integridad física deberían ser admitidos sin discriminación.

Pero tales casos son la minoría. Grecia ha aceptado a casi 5000 ucranianos desde que comenzó la guerra y las autoridades dicen que podrían alojar hasta 300 000. La nación mediterránea le ha dado especial atención a Mariupol, repatriando a cerca de 200 connacionales del área que originalmente fue habitada por griegos en el siglo sexto a.C. Pero Grecia ya aloja a 42 mil refugiados de varios países.Muchos otros han sido rechazados en botes. El gobierno griego dice que al procesar las solicitudes,7 de cada 10 no provienen de refugiados.

«No debemos pensar que inmigrante y refugiado son lo mismo», dijo Slavko Hadžić, coordinador de la predicación de Langham para los Balcanes Occidentales, desde Bosnia. «Los migrantes pueden utilizar medios legales para solicitar empleo».

Su nación ha sido criticada por sus campamentos «inhumanos» para migrantes. Pero de acuerdo con un reporte del 2020 hecho por Human Rights Watchers, de 18 mil buscadores de asilo, Siria fue tan solo la quinta nación de origen más común, detrás de Paquistán, Afganistán, Bangladesh e Irak.

«Las iglesias los ayudan a todos», dijo Hadžić, «como debe ser». Pero criticó la idea que se escucha con frecuencia en Europa Oriental sobre la preservación de la «Civilización Cristiana». Mientras los creyentes tienen una responsabilidad especial de ayudar a todos los seguidores de Jesús, esto no incluye el nominal en la fe».

«Sin importar las etiquetas que los gobiernos seculares se pongan», dice, «no hay naciones cristianas en el mundo».

Pero es bueno que haya un legado cristiano, dijo Samuil Petrovski, presidente de la Alianza Evangélica Serbia, y debería ser protegido de las olas de políticas de identidad importadas de Occidente. Pero así como el gobierno debería «llevar la luz a los lugares oscuros», no debe hacerse a expensas de los refugiados o migrantes, sin importar su religión. La Biblia enseña que la asistencia se debería otorgar a todo aquel que la necesita.

Hungría simplemente los define de manera diferente.

El primer ministro Viktor Orbán llamó a su nación una «democracia cristiana» y la mayoría católica del país mantiene un ministerio a nivel de gabinete para apoyar a los cristianos perseguidos en Medio Oriente. Pero, aunque ahora dice que los refugiados ucranianos llegan a un «lugar amigable», dos meses antes de la guerra Orbán declaró: «No vamos a dejar entrar a nadie».

Los europeos orientales se han aferrado a su legado cristiano mucho más que sus vecinos occidentales. Pero es una idea ortodoxa vieja que funde el nacionalismo político con la iglesia étnica y que fue rechazada como herejía en 1872 por el Concilio de Constantinopla. Y dado el argumento de Rusia de que Ucrania le pertenece legítimamente al patriarcado de Moscú, más de 1100 clérigos ortodoxos y académicos condenaron de nuevo el filetismo.

«La batalla se gana en los corazones y mentes de otros, no en leyes restrictivas, aun si son creadas con buenas intenciones», dijo Bradley Nassif, autor de The Evagelical Theology of the Orthodox Chuch y exprofesor de teología de la Universidad de North Park: «La mejor aproximación debería ser que el estado apoye a las iglesias sin imponerles leyes ni políticas contra minorías religiosas».

Jost cree que para defender el legado cristiano de una nación, este debe demostrar lo benéfico que es a la sociedad entera. Los derechos humanos, menciona, se derivaron de la ética cristiana.

Pero otros líderes evangélicos protestaron. De Chirico, originario de Italia, país de mayoría católica romana, dijo que la identidad cristiana de un estado está «plagada de problemas». Kassab dijo que si el Medio Oriente promueve su identidad islámica, eso multiplicaría la miseria de los cristianos.

El estado debería proteger la identidad y legado de todos, dijo Tom Albinson, presidente de la Asociación Internacional para los Refugiados, afiliada a la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés). Hay una buena razón por las que las comunidades sirven a través de redes y relaciones de confianza. Y está dentro de los derechos de una nación proteger sus fronteras y deportar inmigrantes.

Pero no es correcto comparar al migrante con el refugiado.

«Muchas naciones están gastando mucho dinero y energía en encontrar maneras de evitar que los refugiados y buscadores de asilo crucen sus fronteras, en vez de proteger a las personas a quienes se les ha robado su lugar para vivir y que están entre los más vulnerables del planeta», dijo Albinson. «Esto necesita exponerse y confrontarse como lo que es».

La migración mixta complica el asunto, y los traficantes de humanos buscan sacar provecho de todos. Mientras, los refugiados que hay entre ellos son tratados como culpables en vez de inocentes.

Tras haber servido ocho años como embajador de la WEA para los refugiados hasta el año pasado, Albinson aconseja a las naciones invertir en la infraestructura necesaria para procesar los reclamos con justicia. En la actualidad, 86 por ciento de los refugiados en el mundo son alojados por naciones en desarrollo, dijo. Y sin importar el año que revisen, de un total de 26 millones, solo el 1 por ciento son reubicados.

La iglesia, él aconseja, debería llenar los huecos.

«Los servicios gubernamentales y no gubernamentales de agencias humanitarias pueden ofrecer ayuda, pero no pueden fortalecer la esperanza», dijo Albinson. «Damos lo mejor de nosotros cuando cuidamos a quienes son diferentes a nosotros, a aquellos que nos resultan extraños».

¿Y quién es más extraño para un ucraniano que un sirio?

El día de las Madres en el mundo árabe es en marzo. Además de ofrecer una oración, Together for the Family está reuniendo una lista de consejos de esposas sirias y viudas acerca de cómo lidiar con la vida cuando se han perdido esposos e hijos.

Ellas enviarán cartas y el poco dinero del que pueden despojarse. Los graduados del programa de carpintería del centro ganan $2.25 [USD] por semana. Pero debido a la escasez de grano ucraniano importado, su pan diario cuesta ahora 75 céntimos.

«El Señor los ha ayudado aquí y los ha levantado», dijo Kassis. «Ahora quieren animar a las mujeres ucranianas de la misma manera».

Traducido por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Cómo estar en desacuerdo amablemente, pero sin perder tus convicciones

No todo es una cuestión bíblica… pero ¿quién decide eso?

Christianity Today March 24, 2022
Ilustración por Jared Boggess / Source Images: Ekely / Sanjeri / Mikroman6 / Getty

Pocos días después de que Bill Clinton fuera elegido, yo (Rick) me encontraba organizando una reunión para un pequeño grupo de líderes. Uno de los líderes, cuyas convicciones políticas se alineaban fuertemente con los republicanos, sugirió que nuestros grupos pequeños necesitaban tener un tiempo de lamento a la luz de las recientes elecciones. Otros cuantos asintieron, estando de acuerdo. Pero, ¿era una buena idea?

Yo pensé que no. Le comenté que cerca del 80 por ciento de los evangélicos habían votado por los republicanos, un hecho del que la mayoría parecía tener conocimiento. Entonces, le pedí a todos los líderes presentes que tomaran una hoja de papel y escribieran los nombres de las dos o tres personas de su grupo que posiblemente habrían votado por los demócratas.

Se hizo un silencio sepulcral. Nadie tomó los lápices.

Finalmente, uno de los líderes habló y dijo que no pensaba que nadie de su grupo hubiera votado por los demócratas. Yo señalé que, si nuestra congregación reflejaba la media nacional de los evangélicos, un grupo pequeño de entre doce y catorce personas debía tener a tres demócratas. Solamente les estaba pidiendo que se detuvieran a pensar en quiénes podían ser estos y cómo se sentirían si empezábamos la reunión del pequeño grupo con un tiempo de lamento. Fue un momento incómodo.

Los líderes se dieron cuenta de que la idea de empezar la reunión con un tiempo de lamento podría no haber sido lo mejor para ciertos miembros del grupo. También se dieron cuenta de que, los momentos de oración de las últimas semanas antes de las elecciones, probablemente habrían sido igual de alienantes. Simplemente habíamos sido ciegos a la diversidad de convicciones políticas que existía dentro de nuestros propios grupos.

La definición habitual para convicción dice algo así: una creencia fijada o firmemente asentada, una creencia a la que no renunciaremos de un momento para otro. Sin embargo, tenemos creencias similares acerca de la aritmética, y no solemos llamarlas convicciones. Las convicciones no consisten en hechos comunes y corrientes, sino en cierta clase particular de creencias. Podríamos decir que las convicciones son creencias religiosas o morales firmemente arraigadas que guían nuestras creencias, acciones o elecciones. Esto deja fuera las creencias que tengamos acerca de cuestiones de gusto (no moral) y también deja fuera creencias que mantenemos pero que no nos importa desechar o ignorar (puesto que no guían nuestras acciones).

Nótese que esta definición abre espacio para dos clases diferentes de convicciones, a las que vamos a llamar convicciones absolutas y convicciones personales. Las absolutas se llaman así no tanto por el celo con las que las sostenemos, sino más bien porque sentimos que se deberían aplicar a todo el mundo «absolutamente». Son universales y se aplican tanto a nosotros mismos como a nuestro prójimo. Los grandes credos cristianos son ejemplos de estos absolutos.

Las convicciones personales, por otro lado, son las cosas que creemos personalmente y que guían nuestra conducta personal, pero que comprendemos que quizá otros no compartan. Puede ser una convicción acerca de rechazar beber alcohol debido a que un miembro de la familia murió por culpa de un conductor alcoholizado. Probablemente sostendríamos con firmeza esta convicción, pero también sabríamos que no todo el mundo la compartiría. Las distinciones que hacemos aquí no son nada nuevo; sin un sencillo reflejo de la famosa máxima: «En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; y en todas las cosas, caridad».

Entonces, ¿cómo podemos formar convicciones cristianas profundas sin dividir la iglesia? Echemos un vistazo más de cerca a las propias convicciones.

Las convicciones son como la luz: nos llegan de muchos colores y formas dentro de un espectro. Piensa en la creencia de que Dios creó a los seres humanos a su imagen: una verdad teológica imperecedera enraizada en las Escrituras (Génesis 1:26). Esta clase de convicción se debería llamar una creencia confesional: un absoluto que todos los cristianos deberían tener en común.

La gente suele estar de acuerdo en los valores en sí, pero no suele estar de acuerdo en cómo se deberían priorizar esos valores.

Pocos capítulos más adelante, en Génesis 9:5-6, esta verdad toma forma en un mandato moral que prohíbe matar a otro ser humano porque todos los humanos somos hechos a imagen de Dios. Este mandato moral se puede expandir más adelante en un conjunto de afirmaciones positivas que valoran activamente la vida humana. Tras desarrollar esto un poco, podríamos ver que valorar la vida humana probablemente significaría más que solamente ser «provida» en el sentido de ser opuestos al aborto. En cambio, se podría pensar en una «ética de vida coherente», una frase acuñada [enlaces en inglés] por el cardenal Joseph Bernardin. Una ética así evitaría el aborto, así como la eutanasia, la guerra y la violencia. Tendría consecuencias positivas tales como el acceso a las libertades humanas básicas que los portadores de la imagen divina requieren, como la libertad para adorar según la conciencia de cada uno y tener cubiertas necesidades básicas como comida y abrigo.

Estos juicios, que cada vez se refinan más, no surgen porque estemos encontrando enseñanzas cada vez más explícitas en las Escrituras, sino porque cada vez desarrollamos más las implicaciones de nuestra creencia confesional en que los seres humanos han sido creados a imagen de Dios. Estas implicaciones se pueden resumir en una declaración de valores como: «Todo ser humano debe ser protegido de daños que atenten contra su vida y se le debe proporcionar acceso a bienes esenciales necesarios para toda vida humana próspera».

Está claro que nos estamos moviendo dentro de un espectro y que, según avanzamos, nos volvemos cada vez más específicos. Nuestras creencias confesionales y mandatos morales dan forma a valores centrales dentro de nuestras almas: dando forma a nuestros deseos y propósitos. Sin embargo, estos valores centrales todavía no son suficientemente específicos. En última instancia, debemos discernir lineamientos de conducta específicos. Debemos decidir si la prohibición de quitar la vida de un portador de la imagen de Dios significa que nos debemos oponer tanto al aborto como a la pena capital, o solo al aborto.

Nótese que, según nos movemos a lo largo de este espectro, cada paso hace que tus convicciones sean más específicas, pero, según se vuelven más específicas, también se vuelven más disputadas. En un principio, las afirmaciones explícitas de las Escrituras o los credos universales aseguran el acuerdo entre todos los cristianos. Las convicciones sobre estas cuestiones son absolutas y universales. Sin embargo, cuanto más específicos hacemos nuestros juicios, más influyen la cultura, la prudencia, las circunstancias históricas y la sabiduría práctica en nuestras conclusiones y, por lo tanto, más diversas se vuelven nuestras opiniones.

Podemos conectar este espectro con tres tipos diferentes de cuestiones: absolutas, cuestiones discutibles que se incluyen en este espectro y cuestiones de gusto que no se incluyen en el mismo. El espectro comienza con absolutos y poco a poco va abordando cuestiones disputables. En el extremo opuesto estarían las cuestiones de gusto, pero no se incluyen porque no son cuestiones acerca de las cuales formemos convicciones.

En detalle: cuatro tipos de convicciones

Creencias confesionales. Las creencias confesionales definen los límites del cristianismo y fundamentan las creencias y las prácticas de la iglesia y de los creyentes individuales. A menudo se expresan en forma de credos como el Credo de los Apóstoles o el Credo de Nicea. Muchas tradiciones suelen recitar los credos de forma grupal en la adoración pública. Es también común que se expresen en la voz plural «Nosotros creemos», en vez de afirmaciones singulares del tipo «Yo creo».

Claramente, lo que implica esto es que se espera que todos los miembros de la congregación compartan estas creencias. Negar estos credos es una buena razón para dudar de la autenticidad de la fe cristiana de una persona. Estas creencias confesionales sirven como precondiciones para nuestras convicciones. Incluso podríamos llamarlas convicciones cristianas en oposición a las convicciones personales, exactamente porque creemos que estas convicciones son parte integral de la fe cristiana en sí misma. No son simples cuestiones de convicción personal.

Como su nombre implica, las creencias confesionales se centran en la creencia, no en la acción. Se componen en gran medida de afirmaciones teológicas atemporales acerca de la naturaleza de Dios, la humanidad y la salvación. Las iglesias y los discípulos individuales de Cristo tienen que decidir qué exigen de ellos estas creencias, es decir, el honrar a Jesús como Señor en los tiempos y circunstancias culturales particulares en los que se encuentran.

Mandatos morales. Identificar los mandatos morales y espirituales es el primer paso para «poner en funcionamiento» nuestras creencias confesionales: es decir, ponerlas en acción. Al igual que las creencias confesionales, los mandatos morales y espirituales son universales, o casi universales, entre los cristianos. Son la contraparte conductual a las creencias teológicas que se encuentran en nuestras declaraciones confesionales y credos, y se derivan de los mandamientos de las Escrituras, de la misma forma que las creencias confesionales se derivan de las afirmaciones teológicas de las Escrituras.

Un modo práctico de referirse a estos principios de alto nivel que conducen nuestras acciones es «mandatos», pero se debe señalar que el término cubre un amplio rango de conductas. Algunos de estos mandatos abordan cuestiones espirituales relacionadas con una adoración y una devoción adecuadas hacia Dios. Otros mandamientos lidian con cuestiones éticas acerca de cómo tratamos al resto de seres humanos. Utilizaremos la expresión «mandatos morales» como un término paraguas que cubre tanto las cuestiones éticas como las espirituales.

Valores centrales. Los mandatos morales y espirituales casi ruegan de inmediato una explicación que vaya más allá. Hemos etiquetado este siguiente paso por nuestro espectro de convicciones como «valores centrales», refiriéndonos a las cosas que son importantes para nosotros: aquellas cosas que realmente valoramos.

El término valores se suele usar por los psicólogos morales o los sociólogos para identificar motivaciones subyacentes a las acciones. Los valores son fines deseados que nos guían en nuestras decisiones y nos ayudan a evaluar las políticas, las personas y los sucesos. Hace poco, el psicólogo social Jonathan Haidt formuló una «Teoría de los Fundamentos Morales» que identifica seis valores humanos básicos: cuidado, justicia, lealtad, autoridad, santidad y libertad.

¿Cómo puede ser que valores comunes den como resultado lineamientos de acción tan diferentes? La razón es que la gente suele estar de acuerdo en los valores en sí, pero no suele estar de acuerdo en cómo se deberían priorizar esos valores. Los temas más controvertidos convergen en más de un valor, como es el caso de una política que, promoviendo la libertad, pueda disminuir la justicia o fracase a la hora de cuidar de una necesidad humana básica.

Por ejemplo, cuando se discute sobre inmigración, todo el mundo puede estar de acuerdo en que la gente debe obedecer a las autoridades que gobiernan y también tratar a los inmigrantes con amor y dignidad, pero puede que estén en desacuerdo en cómo sopesar esto en casos particulares. Además, la gente no construye una única jerarquía universal de valores, sino que prioriza los valores de manera diferente dependiendo de la situación. En otras palabras, puede que sopesemos estos valores de manera diferente en el caso de los refugiados provenientes de Siria que en el caso de los centroamericanos que cruzan la frontera sur. En resumen, los valores son el lugar donde un punto de partida en común conduce a diferentes fines.

Directrices para la conducta. El paso final dentro del espectro de la convicción es el desarrollo de lineamientos específicos de conducta. Aquí los mandatos morales y los valores centrales encuentran una expresión en las decisiones políticas reales, las respuestas a los dilemas éticos y los planes de acción dentro de un contexto cultural específico. Las directrices de conducta tienen en mente marcos temporales, ubicaciones y audiencias. Responden a la pregunta de cómo puedo honrar mejor a Cristo en el momento, lugar y circunstancia en el que Él me ha puesto.

La sabiduría práctica y el conocimiento juegan un papel extremadamente importante en la formación de los lineamientos de conducta. Tim Keller defiende que cuidar de los pobres es una clara enseñanza bíblica y un mandato moral, pero es una cuestión de sabiduría práctica saber si el mejor modo para hacerlo es a través de la empresa privada, de la redistribución de recursos por parte del gobierno, o cierta combinación de ambas cosas. Del mismo modo, el amor al prójimo y la protección de la vida a imagen de Dios nos instan a aliviar el sufrimiento humano y cuidar de los afligidos. No existe una respuesta «cristiana» única a preguntas como estas. Sin embargo, debemos decidir qué haremos. No podemos elegir todas las opciones a la vez.

En general, no nos resulta poco común tener fuertes intuiciones viscerales acerca de cuestiones morales y políticas. Esto no está mal necesariamente: a menudo nuestra conciencia opera intuitivamente sin que podamos identificar principios que podrían apoyar nuestra intuición. Sin embargo, es valioso refinar y profundizar en nuestras intuiciones por medio de una reflexión razonada iluminada por la sabiduría de los demás. No somos la fuente autosuficiente de toda la verdad.

Jennifer Herdt, especialista en ética cristiana de la Facultad de Divinidades de Yale, señala que una profunda dependencia en Dios es esencial para desarrollar «honradez con respecto al carácter y las capacidades de uno mismo, que capacite la admisión simultánea de la debilidad y la fortaleza, y de la incapacidad y la capacidad».

Perseguimos la verdad juntos, como parte de una comunidad. Una parte esencial de este proceso es, como dice Santiago, tener una sabiduría «pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera». Esas virtudes llevan a «el fruto de la justicia» (Santiago 3:17-18). Una vez que hayamos escuchado a los demás con apertura y sinceridad, estaremos en una mejor situación para buscar el proyecto de Pablo: «Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones» (Romanos 14:5).

Traducido y adaptado de un extracto de Winsome Conviction de Tim Muehlhoff y Richard Langer. Copyright ©2020 por Tim Muehlhoff y Richard Langer. Usado con permiso de InterVarsity Press, P.O. Box 1400, Downers Grove, IL 60515-1426. www.ivpress.com.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Tu predicación no es la obra de Dios. Tú eres la obra de Dios.

Cómo la transformación interior da forma a la proclamación exterior.

Christianity Today March 24, 2022
Giacomo Flisi / Unsplash

Tu predicación no es la obra de Dios. eres la obra de Dios.

Recibí esta visión de una manera peculiar.

Mientras estaba ocupado liderando una fundación que ayudaba a las denominaciones a empezar nuevas iglesias, de forma inesperada un cazatalentos se me acercó preguntando si estaba interesado en liderar la organización Alpha en los EE. UU. Siempre me ha gustado la intersección entre el evangelismo, la iglesia y la cultura. Sentía un gran respeto por los líderes internacionales de Alpha, así que busqué discernimiento con sinceridad antes de aceptar este nuevo papel.

Como parte de esa búsqueda, llamé por teléfono a mi amigo Dallas Willard. Dallas se percató de que yo estaba poniendo mucho énfasis en la elección de un trabajo. Me dijo: «Todd, tu trabajo no es la obra de Dios. eres la obra de Dios. Tu trabajo no es más que un contexto en el cual aprendes a ser como Jesús». He llegado a comprender que lo que aprendí acerca del trabajo aquel día también se aplica a la predicación: Todd, tu predicación no es la obra de Dios. Tú eres la obra de Dios. La predicación fluye desde la obra interna de Dios.

Antes de la proclamación

Proclamar es decir en voz alta algo en público. Los predicadores amamos la proclamación: es activa y enérgica. También nos suele motivar la idea de lo que Dios está haciendo a través de nosotros. Hay cierta emoción en ser usado por Dios. ¡Es emocionante! Esto en sí mismo no es un problema, siempre y cuando reconozcamos que la proclamación requiere «preclamación»: la afirmación tranquila y oculta de nuestros corazones en Dios, para que nuestra motivación central, sin importar el tamaño de la concurrencia, sea predicar para una audiencia donde solo hay Uno.

Esa predicación es la expresión exterior de un viaje interior. La predicación está conectada inevitablemente con la vida interior del predicador. La realidad que uno tiene en su interior es el manantial desde el cual fluye la predicación. Lo que Dios está haciendo en mí se vierte hacia fuera a través de mi predicación.

Existe una estrecha conexión entre la transformación interna y la proclamación externa. La primera, irremediable e inevitablemente, da color a la segunda. Podemos intentar fingirlo, pero es seguro que un corazón vacío producirá una enseñanza vacía. Un corazón irritable se reflejará en un sermón irritable y antipático. Un corazón ansioso irradiará un mensaje que producirá ansiedad. Un corazón lleno de juicio envenenará una homilía. Y un corazón que anhela «Dios, habla a través de mí» en la predicación tendrá graves obstáculos si primero no oramos: «Dios, háblame a mí». Debemos prestar atención a la cuestión crucial: «¿Qué está haciendo Dios en mí?».

Los tesoros de tu corazón

Un trabajo exegético y hermenéutico sólido es crucial. También es buena una forma homilética eficaz. Pero los predicadores anhelamos algo más profundo. Anhelamos que un poder especial fluya en nosotros y se derrame desde nosotros.

¿Qué hace que una predicación sea buena? Los tesoros que uno tiene en el corazón. He descubierto que practicar la sabiduría de Jesús acerca del corazón renueva la predicación: «Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón»; «De la abundancia del corazón habla la boca»; «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón» (Mateo 6:21; 12:34; 22:37, énfasis añadido).

Los afectos de nuestro corazón quedan expuestos en la predicación al igual que nuestro intelecto (o quizá más aún). Mi amigo Dallas deseaba empujarme hacia afectos ordenados correctamente. Al aplicarlo a la predicación, él escribe:

Es posible que los hombres y mujeres en el ministerio que no encuentran satisfacción en Cristo lo demuestren con un esfuerzo y una preparación excesivos a la hora de hablar, y sin paz con respecto a lo que hacen después. Si no hemos llegado a aprender a descansar en Dios, meditaremos en lo dicho en el sermón y pensaremos: Oh, si hubiera hecho esto… o Oh, si hubiera hecho aquello… cuando llegas al espacio en el que bebes intensamente de Dios y confías en que Él actúa contigo, hay paz en lo que has comunicado.

Predicar sin encontrar contentamiento en Jesús es correr el riesgo de convertir una congregación del cuerpo de Cristo en una audiencia de la cual obtenemos energía carnal y una falsa satisfacción de corta duración. La tentación funciona así: No me siento particularmente contento en Cristo, así que, cuando mi sermón tiene una puntuación de 6.5 en vez de 10, me siento inseguro y necesito que la multitud me dé algo para asegurarme de que soy una persona valiosa. Sin embargo, los predicadores que han encontrado su satisfacción más profunda en Jesús no suelen sentirse tentados a utilizar a la concurrencia para que les haga sentir a salvo o seguros.

Desarrollar esta forma de contentamiento es más fácil de decir que de hacer. Puede que lo hagamos bien en algunas épocas de la vida y mal en otras. Sin embargo, las actitudes coherentes y los estados emocionales estables llegarán si cultivamos el corazón descrito arriba por Jesús. Mi paráfrasis de Proverbios 4:23 me ayuda a alinearme con lo que Jesús visualizó: «Pon todo lo que tienes al cuidado de tu corazón —lo más escondido, causativo y motivacional de ti—, porque todo lo que haces fluye de ahí. Esta es la fuente real de tu vida exterior. Determina a qué equivale tu vida».

Los domingos son una molienda

Los domingos y sus demandas de predicación vuelven una y otra vez como la incansable piedra de un molino. Y esa molienda, con el tiempo, puede deformar nuestros espíritus y de esta forma arruinar nuestra predicación. Pablo era consciente de la conexión entre su espíritu y la predicación. De hecho, él dijo: «Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu en la predicación del evangelio» (Romanos 1:9, LBLA). En mi espíritu significa, en esencia, «de una manera espiritual». Se refiere a la predicación que viene de algún lugar dentro de él. Es la predicación que no se trata solamente de una actividad mental o corporal, sino que emerge del corazón y del alma de uno.

En medio de la molienda semanal de escribir sermones, ¿cómo protegemos nuestros corazones y almas? ¿qué puede hacer que nuestra predicación siga siendo fresca, liberada y fructífera? Es difícil, pero estoy descubriendo que no tengo que ser la víctima de la molienda. Varios principios me ayudan.

Eugene Peterson, al describir el terreno del que crecen las mejores predicaciones, citó Moby-Dick de Herman Melville: «Para asegurar la mayor eficacia del tiro, los arponeros de este mundo deberían saltar sobre sus pies bien descansados, y no agotados por el trabajo». En vez de descansar siempre de la predicación, estoy aprendiendo a predicar desde un descanso esencial. También paso tiempo en la contemplación y en la recepción de la gracia y la paz. Esto me libera del esfuerzo por controlar los resultados. Me da una ligereza de corazón desde la cual puedo predicar, sabiendo que Dios hace por nosotros, los predicadores, lo que no podemos hacer por nosotros mismos.

La molienda es menos desgastante cuando cultivamos una dependencia cada vez mayor en el Espíritu Santo. Para mí, el acto de hablar en público cada vez se trata más de comunicar aquello que escuché en privado. Un corazón silencioso, que escucha y se encuentra en sintonía con el Espíritu Santo, así como el texto y mi contexto, parecen ser los ingredientes clave para una predicación eficaz.

Una predicación con gracia, generosa y generativa

Como joven predicador, yo solía orar por diferentes clases de éxito: poder hablar bien, obtener más invitaciones para predicar, o tener a montones de personas deseosas de tener una grabación de mi charla. Pero las oraciones de mis últimos años se alinean mucho mejor con las ideas que hemos estado discutiendo.

Ahora, justo antes de ponerme en pie para hablar, pongo mi mano en el lugar del cual Jesús dijo que provienen las palabras: mi corazón. Oro: Dios, ayúdame a estar totalmente presente en este momento y para este grupo de personas. Irradia en mí y a través de mí una presencia llena de gracia, generosa y generativa. El Salmo 23 es muy útil también en estos momentos. Yo me imagino los elementos corporales implícitos en las palabras del salmo: «Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar» (v. 5).

Con el conocimiento de que yo soy la obra de Dios y de que Él ha estado obrando en mí, entonces pido que aquello que Dios ha hecho real en mí sea de beneficio para los demás. Recordando que el Maestro dijo: «De la abundancia del corazón habla la boca», asciendo al púlpito con la intención de predicar desde dentro hacia afuera.

Todd Hunter es obispo de Churches for the Sake of Others de la Iglesia Anglicana de Norteamérica. Es escritor y profesor, y expresidente de Vineyard USA y Alpha USA.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Los seminarios evangélicos de Ucrania piden ayuda

«¿Cuánto tiempo más, Señor?» y «Dios, rompe los huesos de mi enemigo» ahora igualan a los aleluyas mientras los líderes piden apoyo y asistencia, lamentando el silencio de los cristianos rusos.

Una iglesia dañada y un auto incendiado en Irpin, Ucrania, causados por un ataque militar ruso el 9 de marzo de 2022.

Una iglesia dañada y un auto incendiado en Irpin, Ucrania, causados por un ataque militar ruso el 9 de marzo de 2022.

Christianity Today March 18, 2022
Kaoru Ng / SOPA Images/LightRocket / Getty Images

A mediados de febrero, Taras Dyatlik se reunió en Moldavia con amigos y compañeros para una ronda más de diez días de triviales reuniones de seminario. En su puesto como director regional para Europa del Este y Asia Central para el Overseas Council, él sirvió como pivote en el diseño de una estrategia y en la planeación financiera para una red de instituciones teológicas en Ucrania y Rusia.

Tres días después, regresó desesperadamente a Kyiv [Kiev]. La familia de Dyatlik, como gran parte de Ucrania, estaba bajo ataque por parte de las fuerzas militares rusas. Y lo único que sonaba más fuerte que las sirenas de ataque aéreo que pronto inundarían sus noches de insomnio era el silencio de sus colegas rusos.

«No es un conflicto, no es una situación, no es tensión dentro de Ucrania; esto es invasión, esto es agresión; esta no es una operación especial», dijo, utilizando los términos empleados por la mayoría de los rusos, y varios de los muchos partidarios cautelosos en Occidente.

Hizo hincapié en que la Biblia muestra la importancia de la precisión en el lenguaje.

«No es solo que Abel murió o que Jesús fue simplemente traicionado; Judas traicionó a Jesús, Caín mató a Abel», dijo. «No es solo que un hombre pecó; Adán y Eva pecaron. La verdad bíblica tiene nombres, tiene una cadena de causa y efecto».

Los comentarios cargados de Dyatlik reflejaron otros expresados ​​​​en una mesa redonda en línea organizada el jueves por el Instituto de Teología de Europa del Este con sede en Ucrania. Alrededor de 500 partidarios, socios y simpatizantes en general se registraron para The Russia-Ukraine War: Evangelical Voices, ansiosos por escuchar a los hermanos creyentes en el frente de guerra.

Los asistentes, provenientes de al menos 25 naciones y 20 estados de los EE. UU., recibieron una reflexión teológica y emoción pura.

«Es difícil para nosotros, los ucranianos, mantener la calma cuando hablamos de lo que está sucediendo en Ucrania», dijo Roman Soloviy, director del Instituto de Teología de Europa del Este, quien actuó como moderador. «La mayoría de nosotros los hombres nunca hemos llorado tanto como durante las últimas tres semanas. Realmente necesitamos su ayuda, su oración y su voz en el mundo».

Oleksandr Geychenko, rector del Seminario Teológico de Odessa, expresó la conmoción de todos.

«Morimos con la mujer embarazada y su bebé cuando bombardearon el hospital de maternidad. Huimos con los que huían de los disparos rusos», dijo. «Todo a lo que estábamos acostumbrados ha sido aniquilado, ahora es solo un desierto».

El Seminario Teológico de Odessa es el más antiguo de los seminarios evangélicos ucranianos, cuya historia se remonta a un esfuerzo local de 1989 para capacitar a predicadores y maestros de escuela dominical. El campus fue evacuado al comienzo de la guerra cuando el ejército ucraniano asumió la ocupación en defensa del puerto del mar Negro.

Pero lo que más ha desconcertado y desalentado a Geychenko es la posición de muchos evangélicos rusos. Una semana antes de la invasión, mientras aumentaban las tensiones con Moscú, participó en una iniciativa para redactar una declaración conjunta de educadores teológicos de Europa del Este y Asia Central que condenaría la amenaza y los preparativos para la guerra.

Los participantes rusos se resistieron, dijo. Querían un llamado genérico a orar por la paz.

«Una semana después, nuestras ciudades fueron alcanzadas por misiles y estos colegas comenzaron a cambiar su perspectiva», dijo Geychenko. «Desafortunadamente, el círculo más amplio de ministros rusos, celebridades evangélicas y cristianos promedio aún no lo han hecho».

«La mayoría de los expertos se equivocan cuando dicen que esta guerra es la guerra de Putin», dijo. «No, esta guerra cuenta con el apoyo de una parte significativa del pueblo ruso».

El gran desafío, dijo Valentin Siniy, rector del Instituto Cristiano Tavriski, es procesar los sentimientos de dolor y traición.

Ubicado en Kherson [Jersón], la primera ciudad importante en caer bajo control ruso, su seminario ahora está ocupado por el ejército ruso. La Iglesia Ortodoxa Ucraniana calificó estas acciones ocasionalmente repetidas como «sacrilegios» [enlace en ucraniano].

Siniy citó el ejemplo bíblico de Jesús limpiando el templo de cambistas con un látigo. «Si vamos a esconder nuestro miedo, nuestra ira detrás de una máscara, entonces estaremos actuando como fariseos», dijo. «… Los ucranianos necesitaremos aceptar nuestra ira y dársela a Dios».

Reflexionó sobre la historia de su juventud influenciada por los menonitas. Pero hoy, Siniy está orando la maldición de Débora que aparece en Jueces 5 sobre aquellos que no vinieron a ayudar. Buscando dirigirla contra la guerra misma, también ora positivamente para que el reino de Dios se manifieste más claramente en el mundo.

Ivan Rusyn es más específico.

«Alguien ha dicho que la expresión “¿Hasta cuándo, Señor?” es tan espiritual como la palabra aleluya», dijo. «Quiero dar un paso más y decir que he llegado a la conclusión de que las palabras “Dios, rompe los huesos de mi enemigo” son tan espirituales como la bendición de Aarón» [enlaces en inglés].

Como rector del Seminario Teológico Evangélico de Ucrania en Kyiv, Rusyn es uno de los pocos miembros del personal que se han quedado para ayudar a su comunidad. El campus inicialmente sirvió como un centro para el ministerio tanto para los vecinos como para los que huían de las zonas de guerra más al este.

Pero luego fue bombardeado, su vecindario cayó bajo control ruso y ahora vive en la oficina de la Sociedad Bíblica Ucraniana.

Se podía escuchar el fuego de misiles durante su presentación, agregó.

«Esta es una guerra a gran escala sin motivo de la Federación Rusa contra el pueblo ucraniano», dijo. «El objetivo es la destrucción completa de Ucrania».

Sin embargo, todavía ve a Dios obrando. Rusyn está aprendiendo el significado del ministerio de la encarnación. Los vecinos prometen visitar el campus cuando termine la guerra. Se distribuyen Biblias a soldados y civiles por igual.

Y ve un impacto aún mayor.

«La guerra ha unido a los ucranianos», dijo Rusyn. «Si la iglesia sigue a Cristo, irá ahí donde hay mayor necesidad y se quedará allí».

Stanislav Stepanchenko, decano del Seminario Teológico de Lviv, cerca de la frontera occidental de Ucrania, se ha mantenido a salvo hasta ahora. Todos los días, su campus alberga a unas 100 personas que huyen de Ucrania y van en camino a Polonia o Rumania.

La ONU estima que hay más de tres millones de refugiados provenientes de Ucrania.

«Somos el primer lugar donde pueden respirar hondo y conseguir algo de comida», dijo. «No hay lucha en nuestras calles, pero vemos la guerra en los ojos de los que escapan».

Al coordinar el trabajo de 40 voluntarios, Stepanchenko estuvo de acuerdo con las oraciones imprecatorias de sus colegas. Ha estado orando el Salmo 82 y el Salmo 55, deseando que los agresores desciendan a la fosa.

Pero él y su equipo encuentran esperanza en Mateo 25 («… fui extranjero, y me recibieron…») y lo recuerdan en cada acto de servicio. Aun así, piensan en las decenas de niños muertos en la guerra, volviendo con frecuencia al llanto de Raquel en Génesis.

«Ucrania llora por sus hijos y se niega a ser consolada», dijo Stepanchenko. «¿Por qué está haciendo esto Putin? Porque puede».

Tras el discurso del presidente ucraniano Volodímir Zelenski ante el Congreso, el presidente estadounidense Joe Biden calificó a Putin de «criminal de guerra».

Un teatro que albergaba a cientos de civiles en Mariúpol fue bombardeado el jueves, a pesar de dos grandes etiquetas pintadas en su exterior que decían «NIÑOS». Un complejo de piscinas vecino también fue atacado, con mujeres y niños dentro.

El daño en toda Ucrania es considerable. La ofensiva rusa se ha estancado en gran medida, con las principales ciudades bombardeadas desde la distancia. Los sitios religiosos no han sido inmunes.

Soloviy y Geychenko se unieron a decenas de otros clérigos y defensores de la libertad religiosa para condenar los daños sufridos a 28 iglesias, mezquitas y sinagogas. La Mesa Redonda de Libertad Religiosa en Ucrania también registró el asesinato de cuatro sacerdotes ortodoxos y la captura de dos más (uno liberado desde entonces).

De manera similar, CBN informó sobre el secuestro de una de sus trabajadoras humanitarias afiliadas cerca de Mariúpol, una mujer llamada Valentine.

El llamado a la mesa redonda, firmado también por la Sociedad Bíblica de Ucrania, Jóvenes por Cristo y líderes de las comunidades bautista, pentecostal, ortodoxa, musulmana y judía, pidió a las parroquias de la Iglesia Ortodoxa afiliadas a Moscú que rompieran los lazos con el patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Ya ha pasado en el extranjero. Las iglesias de Ámsterdam y Estonia han anunciado su separación.

Kirill prevé una lucha tensa por la ortodoxia en Ucrania, y una encuesta reciente lo confirma. Antes de la guerra, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (afiliada a Moscú) tenía unas 12 000 parroquias según algunos reportes, mientras que la disidente Iglesia Ortodoxa de Ucrania tenía unas 7000, señaló Eurasia Daily Monitor. (Aunque el diario de la Fundación Jamestown también señaló que este recuento no refleja la asistencia a cada parroquia y varias solicitudes de transferencia siguen sin aprobarse).

Pero una encuesta reciente realizada del 8 al 9 de marzo encontró que más de la mitad de los feligreses de la rama afiliada a Moscú están a favor de romper relaciones con ellos.

El papa Francisco, de la Iglesia Católica Romana, y el Arzobispo Justin Welby, de la Iglesia Anglicana, permanecen en diálogo con Kirill. En comunicaciones separadas enfatizaron una necesidad acordada de paz y justicia.

«La iglesia no debe usar el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús», afirmó Francisco. «Somos pastores del mismo pueblo que cree en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios».

Mientras tanto, Kirill le dijo a Welby que el problema político se remonta a 2014, alegando esfuerzos ucranianos para reprimir a los hablantes de ruso en la región ocupada de Donbás. El problema, afirmó su oficina, es que la información en ambos lados de este conflicto es «completamente diferente».

Demasiados están cayendo en la propaganda, según los líderes del seminario evangélico ucraniano, particularmente dolidos por sus compañeros evangélicos en Rusia.

«Creen lo que se muestra en las noticias», dijo Dyatlik, «pero no creen en el testimonio de los cristianos, de los refugios, de las ruinas, de las peleas callejeras».

Sin embargo, estaba interesado en honrar a aquellos que han protestado contra la guerra.

«Conocemos a los héroes… que no se callaron», dijo, «arriesgando a sus familias y su libertad. Oramos por ellos, les estamos agradecidos».

A principios de marzo, cientos de líderes evangélicos rusos firmaron [enlace en español] una carta abierta pidiendo a su gobierno que «detuviera este derramamiento de sangre sin sentido».

Putin ha calificado a la oposición interna a la guerra como «mosquitos», «traidores» y «escoria».

Cerca de 15 000 rusos han sido arrestados [enlace en ruso] por protestas contra la guerra. Según los informes [enlace en inglés], decenas de miles han abandonado el país desde que comenzó la guerra.

Valerii Antonuk, presidente de la Unión Bautista de Ucrania, hizo un llamado a los cristianos en el extranjero. Hablando desde el corazón de la capital, dijo que el éxito en Kyiv, indirectamente, tendrá un impacto en Moscú.

«Ponte de pie con y por nosotros en esta brecha espiritual y sostén este escudo de oración sobre Ucrania», dijo. «Oramos hoy para que Dios permita que nuestro país persevere y gane, y que defienda la libertad que es tan importante para difundir el evangelio en Ucrania [y] Rusia».

Pero más allá del llamado a la oración y la defensa, los líderes del seminario evangélico sugirieron formas en que los partidarios pueden ayudar, junto con la asistencia financiera [enlace en español] más esencial.

Geychenko solicitó una consulta sobre cómo la educación teológica puede continuar en los seminarios arruinados. Habiendo perdido todos los materiales, excepto sus lectores electrónicos, sugirió que se pueden abrir bibliotecas en línea en el extranjero para uso de profesores y estudiantes graduados.

El Seminario Evangélico Teológico de Ucrania dijo que está listo para comenzar la educación en línea de inmediato. El Seminario Teológico de Odessa espera hacerlo en abril.

Siniy, sin embargo, aconsejó más allá de la teología, ya que muchos refugiados terminarán teniendo que permanecer mucho tiempo en sus países de acogida. «Piense en su educación», dijo, «no solo en comida y agua».

Los ucranianos deben organizarse en su desplazamiento, para iniciar escuelas para sus jóvenes y plantar iglesias para sus familias. El cuidado pastoral debe priorizarse rápidamente, ya que los sentimientos de culpa del sobreviviente están comenzando a desarrollarse entre los refugiados.

Pero para cerrar la reunión, Dyatlik ofreció un mensaje teológico, uno que dijo que era muy necesario en esta sociedad que se cree posterior a la verdad.

El primer desafío de Satanás fue hacer que Adán y Eva cuestionaran la realidad: ¿Conque Dios les ha dicho? Y así como esto trajo el pecado al mundo, requiriendo la iniciativa de Dios para curar, así también solo el Espíritu Santo puede convencer a los corazones de los rusos ciegos, dijo. Los argumentos y las evidencias no resolverán el problema.

Además, hay demasiado trabajo que hacer y poco tiempo para descansar.

«Hoy es el día 22 de la guerra», dijo Dyatlik. «Ahora no hay fin de semana, ni lunes, ni martes. Solo estamos contando los días».

Traducción por Sergio Salazar

Edición en español por Livia Giselle Seidel

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Líder evangélico ruso pide perdón a los cristianos ucranianos

Una declaración cuidadosamente redactada expresa solidaridad con los hermanos creyentes, así como «arrepentimiento y amargura» por la «invasión militar» rusa.

Un sacerdote dirige el funeral de un soldado ucraniano asesinado en la región de Donetsk, en un cementerio en Bila Krynytsia, el 6 de marzo de 2022, en la región de Chernivtsi al oeste de Ucrania.

Un sacerdote dirige el funeral de un soldado ucraniano asesinado en la región de Donetsk, en un cementerio en Bila Krynytsia, el 6 de marzo de 2022, en la región de Chernivtsi al oeste de Ucrania.

Christianity Today March 14, 2022
Alexey Furman / Getty Images

En la declaración más destacada hasta ahora de su clase, el líder de la Alianza Evangélica Rusa expresó «arrepentimiento y amargura» por las decisiones tomadas por el gobierno de su país.

¿Serán sus palabras suficientes para reconstruir los puentes con los creyentes ucranianos del otro lado de la frontera?

«Lamento profundamente lo que mi país ha hecho con su reciente invasión militar a otro país soberano: Ucrania», declaró Vitaly Vlasenko, secretario general de la Alianza, en una carta abierta publicada el 12 de marzo. «Ni en el peor de los casos podría haber imaginado lo que ahora se ve en Ucrania».

El lenguaje que utiliza es preciso, pero también cauteloso.

El 4 de marzo, el parlamento ruso modificó su código penal para imponer penas de prisión de hasta 15 años por difundir «noticias falsas» que «desacrediten» a las fuerzas militares rusas [enlaces en inglés].

Cabe destacar que Vlasenko no utilizó la etiqueta designada por el gobierno ruso de «operación militar especial» para describir la violencia en Ucrania. Si bien evitó usar las palabras que han sido oficialmente prohibidas por el gobierno ruso, tales como «guerra» (aunque lo dio a entender), empleó en su lugar los términos «conflicto» e «invasión». Y junto al reconocimiento del temor de Ucrania a la «ocupación», citó el objetivo de Rusia de conseguir la «desmilitarización».

Dos días antes, un tribunal ruso había multado a un sacerdote ortodoxo con 35 000 rublos (261 dólares) por desacreditar al ejército durante su sermón dominical. Su congregación ayudó a pagar la multa.

Abogados de los medios de comunicación rusos están debatiendo si la ley impide a los ciudadanos cuestionar la «operación militar especial» o si impide pedir que se detenga.

La declaración de Vlasenko (el texto completo se encuentra al final de este artículo) se mantiene dentro de los límites permitidos.

«Todo lo que estuvo a mi alcance para detener esta invasión militar, lo he hecho», lamentó Vlasenko. «Pido perdón a todos aquellos que han sufrido».

El mayor esfuerzo de su parte fue una declaración publicada dos días antes de la invasión, en la que respaldaba el llamado de los líderes religiosos ucranianos a una solución pacífica. En cuanto al liderazgo espiritual, ha encabezado iniciativas de ayuno y oración en Rusia, así como reuniones conjuntas con creyentes europeos y ucranianos para orar y buscar la reconciliación.

Y desde que comenzó la guerra, dijo que ha coordinado los esfuerzos de asistencia a 500 familias de refugiados que huyeron hacia el este, hacia el interior de Rusia.

«Dos pueblos estrechamente relacionados, muchos de los cuales son profundamente devotos de la fe cristiana (principalmente, de la Iglesia Ortodoxa), se encuentran ahora en una feroz batalla», declaró Vlasenko. «Los sentimientos de paz son destruidos entre las bombas y las esquirlas».

Sí, al igual que los edificios cristianos, y las vidas de los creyentes.

El sábado 12 de marzo, los bombardeos causaron daños en el lugar más destacado hasta ese momento: la Santa Dormición Svyatogorsk Lavra, un complejo de monasterios del siglo XVI venerado como uno de los tres lugares más sagrados de Ucrania. Según un comunicado de la iglesia, hubo heridos en el interior del monasterio, aunque no se hizo mención de los responsables.

En una declaración publicada el 8 de marzo, el Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas de Ucrania condenó la agresión de las fuerzas rusas en zonas civiles. Mencionó a tres iglesias que resultaron dañadas en los combates, entre ellas una casa de oración evangélica cerca de la ciudad sitiada de Kharkiv [Járkiv].

A estas se añade ahora la iglesia Cristo el Salvador en Mariúpol.

La ciudad portuaria de 430 000 habitantes no cuenta con suministro de agua potable desde hace una semana. El alcalde declaró que 1500 personas han muerto desde que comenzó el ataque ruso. Entre ellos está Mykola, un evangélico que estaba ayudando en las evacuaciones, según fuentes de CT. Katya, paramédica del ejército ucraniano y creyente conocida de Mykola, también falleció.

El papa Francisco expresó su indignación por la «inaceptable agresión armada». En su declaración más contundente hasta el momento, mencionó la ciudad nombrada en honor a la Virgen María.

«En nombre de Dios, pido que se escuche el grito de los que sufren y que cesen los bombardeos y los ataques.», dijo el papa Francisco el domingo 13 de marzo [enlace en español]. «Que se centren en las negociaciones y que los corredores humanitarios sean eficaces y seguros. En nombre de Dios, les pido: ¡detengan esta masacre!».

El presidente Volodímir Zelenski dijo el sábado 12 de marzo que al comienzo de la tercera semana de guerra habían fallecido 1300 soldados ucranianos. El viceprimer ministro declaró que solo están abiertos 9 de los 13 corredores humanitarios acordados. Los bombardeos rusos alcanzaron a siete personas, entre ellas un niño, mientras intentaban evacuar un suburbio del noreste de Kyiv.

Las fuerzas terrestres rusas se encuentran ahora a menos de 15 millas (24 km) de la capital, y los oficiales de las fuerzas militares británicas declararon que las tropas rusas se están dispersando con la intención de rodearla. El alcalde de Kyiv, Vitali Klitschko, declaró que la mitad de la población de tres millones de habitantes ha huido, pero que todas las casas están siendo fortificadas en preparación para el próximo ataque.

Mientras tanto, el alcalde de Melitópol, situada en la región de Zaporiyia, cerca del mayor reactor nuclear de Ucrania, ha sido detenido y sustituido por un simpatizante ruso. La población local ha protestado por su liberación.

La Iglesia Ortodoxa Ucraniana de Zaporiyia, afiliada al patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa, mostró su simpatía rápidamente. El arzobispo metropolitano Luka movilizó una caravana para intentar entregar 90 toneladas de alimentos y medicamentos a Mariúpol [enlaces en inglés].

Al menos seis parroquias de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana han dejado de ofrecer oraciones oficiales de reconocimiento al Patriarca ruso Kirill: en Lviv [Leópolis], Cherkasy, Rovno, Sumy, Ivano-Frankivsk y Mukáchevo.

Y, por primera vez, el arzobispo metropolitano Onufry, clérigo principal de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, reconoció el conflicto como un ataque por parte de Rusia. Al igual que Vlasenko —aunque dentro de la seguridad de las fronteras de Ucrania— utilizó la palabra prohibida.

«Nuestro país está atravesando un tiempo de difíciles pruebas evocadas por el ataque a nuestro país por parte de las tropas de la Federación Rusa», declaró el jueves 10 de marzo. «No hay justificación para quienes inician guerras».

En 2019, Bartolomé I, el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa con sede en Estambul, reconoció la independencia nacional de la escindida Iglesia Ortodoxa de Ucrania, mientras que muchas parroquias de Ucrania lo rechazaron y optaron por permanecer bajo la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, la cual forma parte de la Iglesia Ortodoxa Rusa. (Es difícil determinar las cifras exactas de las iglesias afiliadas a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania y a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana). [A pesar de la similitud en el nombre, se trata de instituciones diferentes].

Rusia ha descrito los acontecimientos de forma diferente.

Cuando Zelenski remarcó que no había «ningún objetivo militar» cerca del monasterio de Lavra, que está afiliado a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, las fuerzas militares rusas dijeron que habían «liberado» el complejo del control de una milicia ucraniana que mantenía a los monjes como rehenes. Asimismo, el jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia dijo que la caravana de Luka también estaba destinada a evacuar a los ciudadanos, hasta que fue atacada por los disparos de los nacionalistas ucranianos.

Kirill culpó a Bartolomé I y a Occidente.

«[Los países miembros de la OTAN] no escatimaron esfuerzos ni fondos para llenar Ucrania con armas e instructores en armamento», declaró en una carta publicada el 10 de marzo. «Sin embargo, lo más terrible no son las armas, sino el intento de “reeducar”, de reconstruir mentalmente a los ucranianos y a los rusos que viven en Ucrania para convertirlos en enemigos de Rusia».

La declaración de Kirill era una respuesta a una carta emitida el 2 de marzo por parte del Consejo Mundial de Iglesias [en adelante, «el Consejo»], en la que se le había pedido que actuara como mediador para detener la guerra. La Iglesia Ortodoxa Rusa se unió al organismo ecuménico en 1961.

En un lenguaje eclesiástico educado, Kirill les dijo que no se metieran.

«Expreso mi esperanza de que incluso en estos tiempos difíciles… el [Consejo] pueda seguir siendo una plataforma para el diálogo imparcial», escribió, «libre de preferencias políticas y perspectivas parciales».

Decenas de eruditos y clérigos ortodoxos de todo el mundo han rechazado la propaganda rusa y de la Iglesia Ortodoxa Rusa en una carta abierta repleta de afirmaciones bíblicas.

«El apoyo de muchos de los jerarcas del patriarcado de Moscú a la guerra del presidente Vladímir Putin contra Ucrania tiene sus raíces en una forma de fundamentalismo religioso etnofilético [combinación entre iglesia y nación] ortodoxo, de carácter totalitario, llamado Russkii mir, o el mundo ruso», declararon los 65 firmantes, de los cuales uno está en Rusia.

«Rechazamos [esta] herejía y las vergonzosas acciones del gobierno de Rusia… por ser profundamente no ortodoxas, no cristianas y contrarias a la humanidad».

Asimismo, la Asociación Evangélica de Educación Teológica de América Latina (AETAL) no dudó en salir en defensa de sus correligionarios en Ucrania.

«Expresamos nuestro total apoyo y solidaridad al pueblo ucraniano y a la Iglesia de Cristo presente en este país», declaró la junta directiva de la Asociación, y condenó el liderazgo «despótico» del presidente ruso Vladímir Putin [enlace en portugués].

«AETAL se hace pública para demostrar un rechazo incondicional e irrestricto a [sus] acciones beligerantes en Europa del Este».

En Kherson [Jersón], la primera ciudad que cayó en manos de los rusos, el Instituto Cristiano Tavriski informó que las tropas están tomando el seminario para utilizarlo como cuartel.

Mientras tanto, una declaración de la Alianza Mundial Bautista [BWA, por sus siglas en inglés]—firmada por Peter Mitskevich, presidente de la Unión Rusa de Cristianos Evangélicos y Bautistas, y dirigida a Putin, Zelenski y a los presidentes de Estados Unidos y Francia— evitó señalar culpables [enlace en ruso y en inglés]. Además de afirmar su apoyo histórico a Rusia, que se remonta a 1933, la BWA también recordó su resolución de 1968 en la que establece que «la guerra como medio de solución permanente es injustificable».

Sin embargo, no utilizó el término en referencia a Ucrania. En cambio, lamentó un «conflicto violento», pidió el fin de las «hostilidades», la negociación para la «seguridad mutua» y la limitación del «daño generalizado».

Con respecto a la crisis de 2014 en Donbás, en la región oriental de Ucrania, Mitskevich recordó la tristeza por la «intensa tensión», así como el apoyo a las iniciativas de reconciliación.

«Todo el mundo cristiano ora por ustedes con la esperanza de que la visión del profeta Isaías sea cumplida cuando las espadas sean convertidas en arados», dice la declaración, que también fue firmada por Elijah Brown, secretario general de la BWA, y Alan Donaldson, secretario general de la Federación Bautista Europea.

«Y que la oración del apóstol Pablo se cumpla al crearse las condiciones para una vida pacífica y próspera para todos los pueblos».

Las declaraciones similares de este tipo hasta ahora no han satisfecho a la mayoría de los evangélicos ucranianos. ¿Será diferente el caso de la carta de Vlasenko?

«La valentía y la honestidad son cualidades que históricamente han sido escasas entre los cristianos en Rusia», dijo Jaroslaw Lukasik, director de Eastern Europe Reformation, quien describió las palabras de Vlasenko como una «bocanada de aire fresco».

«Sin embargo, antes de hacer enmiendas y hablar de paz y solidaridad, tenemos que trabajar juntos para detener el mal que el régimen de Putin ha desatado en Ucrania», dijo Lukasik a CT. «Así que nuestra pregunta es: ¿Tomarán nuestros hermanos y hermanas en Rusia una posición activa con nosotros en la lucha contra el régimen ruso?».

Muchos líderes evangélicos ucranianos se negaron a dar comentarios a CT.

En su carta abierta, el líder evangélico ruso escribió que ha hecho todo lo que estuvo a su alcance.

«Mi oración es que encuentren fortaleza del Señor para extender una mano de solidaridad y perdón, para que podamos vivir como el pueblo de Dios para nuestro mundo», declaró Vlasenko. «Que nuestro Padre celestial nos ayude a todos».

Traducción por Sofía Castillo

Edición en español por Livia Giselle Seidel

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Texto completo de la carta de Vitaly Vlasenko:


[Traducción oficial]

12 de marzo de 2022

A mis queridos hermanos y hermanas de todo el mundo:

Como Secretario General de la Alianza Evangélica Rusa, lamento profundamente lo que mi país ha hecho con su reciente invasión militar a otro país soberano, Ucrania.

Para mí, como para muchos otros cristianos, la invasión militar fue un shock. Ni en el peor de los casos imaginaba lo que ahora se puede ver en Ucrania. Dos pueblos estrechamente relacionados, muchos de los cuales son profundamente devotos de la fe cristiana (principalmente, de la Iglesia Ortodoxa), ahora se encuentran en feroz batalla; un lado, persiguiendo el objetivo de la desmilitarización de Ucrania; el otro, tratando de salvar su país de la ocupación.

Muchos rusos y ucranianos tienen parientes cercanos en el otro país. Un ruso puede tener hijas y nietos viviendo en Kiev; un ucraniano puede tener hijos viviendo y trabajando en Moscú. Hoy, el dolor, el temor y el profundo sufrimiento por sus seres amados y por el futuro de sus propias vidas y países atraviesan los corazones de muchas personas como rayos, porque, desde la Segunda Guerra Mundial, nadie conoce los límites de la guerra ni cuáles pueden ser sus consecuencias.

Hoy, mueren soldados de ambos lados. Los sentimientos de paz son destruidos entre las bombas y las esquirlas, y una nueva corriente se desplaza por Europa llamando especialmente la atención como refugiados: mujeres, ancianos, niños.

Todos estos hechos me causan un profundo dolor y amargura; lamento las decisiones tomadas por los líderes de mi país, y siento una profunda compasión por los que sufren como consecuencia de esa decisión.

Todo lo que estuvo a mi alcance para detener esta invasión militar, lo he hecho:

• En mi carácter de Secretario General de la Alianza Evangélica Rusa, escribí una carta abierta al presidente Vladímir Putin el día antes de la invasión, apoyando el pedido de los líderes religiosos de Ucrania, que pedían una solución pacífica a todo conflicto.

• Iniciamos ayuno y oración por la paz y la armonía entre Rusia y Ucrania.

• Nuestra alianza participó de las oraciones públicas junto con líderes rusos, ucranianos y europeos por la reconciliación de todas las partes.

• La Alianza Evangélica Rusa brindó asistencia humanitaria a más de 500 refugiados de Ucrania que se encuentran en el sur de Rusia.

• Iniciamos una mesa redonda y una posterior conferencia internacional sobre el tema de los conflictos políticos y militares.

Hoy, como ciudadano y como Secretario General de la Alianza Evangélica Rusa, pido perdón a todos aquellos que han sufrido, perdido seres queridos y parientes, o perdido su lugar de residencia como resultado de este conflicto militar. Mi oración es que encuentren fortaleza del Señor para extender una mano de solidaridad y perdón, para que podamos vivir como pueblo de Dios para nuestro mundo.

Que nuestro Padre celestial nos ayude a todos.

Con profundo respeto, vuestro hermano en el Señor,

Vitaly Vlasenko

Las oraciones en tiempos de guerra de los evangélicos de Ucrania

Los líderes cristianos locales invitan a los lectores a adentrarse en sus ministerios, meditaciones bíblicas y luchas personales en medio de la invasión rusa.

Un soldado ucraniano toma una fotografía de una iglesia destruida luego de los bombardeos en un distrito residencial en Mariupol, Ucrania, el 10 de marzo de 2022.

Un soldado ucraniano toma una fotografía de una iglesia destruida luego de los bombardeos en un distrito residencial en Mariupol, Ucrania, el 10 de marzo de 2022.

Christianity Today March 11, 2022
Evgeniy Maloletka

La iglesia ucraniana necesita apoyo. Pero también los individuos que pastorean el cuerpo de Cristo. A menudo, se pierden detrás de los titulares y las estadísticas de la guerra. Incluso sus citas no logran transmitir la profundidad total de su lucha.

Christianity Today pidió a estos líderes evangélicos ucranianos que ayudaran a los lectores a entrar en su mundo devastado por la guerra compartiendo un vistazo de él. Cada uno proporcionó un versículo de la Biblia que ha demostrado ser significativo para la perseverancia; solicitudes de oración tanto por necesidades personales concretas, como por sus anhelos espirituales más profundos; y una referencia sobre cómo los lectores pueden involucrarse.

Taras Dyatlik, director para la cooperación de Europa del Este y Asia Central de Scholar Leaders International:

Dyatlik, quien actualmente apoya una red de seminarios ucranianos, ha dividido las necesidades en tres etapas. La necesidad más inmediata es evacuar, reubicar y encontrar lugares seguros para salvar las vidas de los estudiantes, el personal y la facultad. En una semana más o menos, su situación debería estabilizarse al encontrar alojamientos a largo plazo. Y luego, dependiendo cómo se desarrolle la guerra, descubrir cómo continuar la educación teológica.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Marcos 14:27–28: «“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas”. Pero, después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea» (NVI).

A veces nos encontramos con Jesús, no porque lo vamos siguiendo, sino porque Él viene a nosotros, como ahora, en medio de esta brutal guerra con Rusia. Y nos pregunta lo que le preguntó a Pedro en el mar de Galilea: «¿Me amas?» (Juan 21:16–17). De la misma forma, esto viene después del desayuno, cuando primero nos ha atendido. Incluso cuando fallamos en los desafíos de esta guerra, su amistad está disponible para que revivamos en ella.

Por qué está orando:

Estoy orando por mi esposa y muchas otras esposas que se negaron a ser evacuadas y tener que dejar a sus esposos detrás. Pero también mi oración es para que esta guerra sacuda la conciencia de la humanidad y la teología de la iglesia. No se puede seguir ensalzando el nacionalismo, así como vemos a tantos cristianos adoptándolo ahora en Rusia, cuando tan a menudo requiere que otros sean humillados.

Oleksandr Geychenko, presidente del Seminario Teológico de Odessa:

United World Mission ha trabajado con el Seminario durante décadas, ubicado en la costa occidental del mar Negro de Ucrania. Mientras sus compañeros directores de seminario en otras ciudades han convertido sus campus en lugares de refugio, Geychenko ha estado tratando de evacuar al personal y a los estudiantes de la escuela, y proveer para ellos de la mejor manera posible.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

1 Corintios 12:26–27: «Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él» (NBLA).

El domingo 6 de marzo celebramos nuestra Cena del Señor mensual por primera vez desde que comenzó la guerra. Lo más significativo fue poder identificarnos con el sufrimiento de los hermanos creyentes que tienen seres queridos en las naciones vecinas, todavía en camino en busca de alojamiento, o que han perecido en los ataques a nuestras muchas ciudades. Pero al tomar el pan, recordé que soy parte del cuerpo de Cristo.

Por qué está orando:

Estoy orando con rabia con un dolor casi tangible. En vez de seguir con mi rutina de seminario, ahora soy un voluntario de emergencia. Nuestras vidas han sido destrozadas, nuestras almas han sido quemadas y no se vislumbra un final. Para que la totalidad de nuestro país sea restaurada, necesitamos que Dios brinde visión espiritual y claridad moral al mundo. Entonces esta tormenta se volverá contra los agresores y los dispersará.

Yuriy Kulakevych, director de asuntos exteriores de la Iglesia Pentecostal Ucraniana:

Al servir en la unión más grande de iglesias carismáticas en Ucrania, Kulakevych es parte de un sistema de administración que facilita ayuda para los evacuados a través de sus redes regionales. Gerentes de almacén, operadores de atención telefónica, contadores, cocineros y conductores son algunos de los trabajadores detrás de escena que hacen posible el cuidado físico y espiritual directo de quienes buscan refugio.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

2 Corintios 6:9–10: «Somos tratados como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo».

A pesar de nuestros muchos problemas, debemos recordar que hoy es el día de salvación. Tal vez no lo sentimos, pero en Cristo tenemos suficiente para abrir de par en par nuestro corazón para servir las necesidades de quienes nos rodean.

Por qué está orando:

¡Estoy orando por una restauración sobrenatural durante las breves noches de sueño! Todos están haciendo lo mejor que pueden, física, mental y espiritualmente, pero algunos, y especialmente los jóvenes, necesitan liberación del estrés postraumático. Sin embargo, en medio de la oscuridad de la guerra, estoy orando por la evangelización de las naciones en la Federación Rusa, que tienen el evangelio escondido entre las túnicas negras de los sacerdotes ortodoxos.

Vadym Kulynchenko, misionero de Our Legacy, Ucrania:

Como parte de un movimiento de formación de discípulos en Kamyanka, 145 millas (233 km) al sur de Kyiv, Kulynchenko ha supervisado el suministro de alimentos, medicinas, productos de higiene y combustible para los evacuados que huyen de la violencia. También está etiquetando fondos —en un acto de fe— para la eventual reconstrucción de Ucrania.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Marcos 14:35–36: «Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que, si fuera posible, pasara de Él aquella hora. Y decía: “¡Abba, Padre! Para Ti todas las cosas son posibles; aparta de Mí esta copa, pero no sea lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieras”».

Podemos traer a Dios nuestras preguntas y luchas honestas, y debemos hacerlo, para que no caigamos en la tentación de perder nuestra paz u odiar a los rusos. Pero una vez que entregamos nuestra vida a Dios, debemos aceptar y obedecer las respuestas que Él nos da.

Por qué está orando:

Estoy orando porque Dios me guíe claramente acerca de si debo mudar a mi familia fuera de Ucrania. Nuestra región central está segura en este momento, pero las cosas pueden cambiar rápidamente. Eurasia y el Medio Oriente se encuentran en el epicentro de las profecías de los últimos tiempos de Dios, por lo que necesitamos entender cómo comportarnos tanto ahora como en los terribles eventos futuros.

Ruslan Maliuta, enlace de redes estratégicas en One Hope:

Dedicado a la cooperación de la iglesia y la distribución de Biblias para niños, Maliuta también está conectado con los ministerios que ayudan a los huérfanos y otros niños que viajan solos a fin de evacuarlos de las áreas de ataque ruso. Originario de Kyiv, se mudó con su familia para continuar sirviendo desde Europa Occidental.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Juan 8:31–32: «Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: “Si ustedes permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”».

Seguir genuinamente a Jesús nos permite discernir la realidad. Los medios de comunicación ofrecen narrativas discordantes, pero esto es una guerra, su autor es Putin y su propósito es destruir a Ucrania como un país libre, y quebrantar nuestro espíritu. Y a menos que sea detenido, eventualmente continuará adentrándose más en Europa.

Por qué está orando:

Estoy orando por los padres de mi esposa, que siguen en Kyiv, y por sabiduría para que sepamos cómo pastorear a nuestros cinco hijos en esta temporada tan desafiante. Pero más allá de Rusia, debemos orar para que las mentiras y el engaño que caracterizan tantos problemas, identidades e historias [sic], lleven a los cristianos a un mejor discipulado en cómo ser la luz.

Maxym Oliferovski, líder de proyecto de Multiply Ucrania:

Esta misión de los Hermanos Menonitas opera el Centro New Hope en Zaporizhzhia, a 40 millas [64 km] del reactor nuclear ahora controlado por Rusia. Mientras evacua y reubica a refugiados en Europa del Este, Oliferovski ayuda a la red anabaptista de iglesias locales en el sureste de Ucrania mientras continúan sirviendo a sus comunidades.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Salmo 11:5: «El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia».

Vemos muertes violentas a nuestro alrededor en Ucrania, y lo único que podemos orar es que Dios las detenga. Pero podemos sentirnos alentados al saber que Dios también odia tal violencia, y que con el tiempo traerá su justo juicio sobre aquellos que la practican.

Por qué está orando:

Estoy orando para que mi familia persevere en medio de las dificultades por las que estamos pasando, pero con sabiduría, para saber cómo continuar sirviendo mejor a quienes nos rodean. También estamos orando por milagros: que así como Dios suple las necesidades físicas de las personas, también les dé paz a sus almas, y sobre todo, que su nombre sea glorificado.

Sergey Rakhuba, presidente de Mission Eurasia:

Con la visión de equipar a la próxima generación de líderes de iglesias evangélicas en 12 países de la antigua Unión Soviética, así como en países con importantes poblaciones rusas, Rakhuba se encuentra actualmente en Moldavia supervisando los esfuerzos tras el cambio impulsado por esta crisis para proporcionar alimentos, refugio, medicinas y servicios pastorales en tres centros de refugiados en Europa del Este. Y dentro de Ucrania, dice que se han movilizado 1000 voluntarios para ayudar a quienes evacuan y quienes permanecen en las zonas de guerra.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Isaías 43:2: «Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará».

Es fácil confiar en Dios cuando no está pasando nada, pero es cuando estamos en medio de un mal abrasador que realmente debemos depender de Dios. El corazón está sangrando; pero a medida que el amor de Jesús brilla a través de la tragedia, aún podemos encontrar esperanza y alegría.

Por qué está orando:

Estoy orando por fortaleza y coraje para nuestro liderazgo. No puedo estar en el terreno en Ucrania, pero mi personal y mis amigos sí, algunos de los cuales llevan comida a las zonas más peligrosas, y nuestro centro en Lutsk fue bombardeado anoche. Pero más allá de la política, esto es un ataque espiritual a la iglesia. Dentro de los muy limitados recursos de la iglesia, oro para que Dios muestre su poder y haga brillar el evangelio.

Mykola Romaniuk, pastor principal de la Iglesia Bíblica de Irpin:

Al frente de la iglesia bautista más grande en el «Wheaton» suburbano de Kyiv, Romaniuk y su congregación han sido desplazados por el reciente ataque ruso [enlace en español]. Pero continúan apoyando tanto a los miembros como a los no creyentes mientras se dispersan, así como a sus iglesias asociadas en las ciudades occidentales de Vinnytsa y Rivne, que albergan a muchos evacuados.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Eclesiastés 3:8: «Tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz».

Ahora es el momento del odio y la guerra. Amar a un enemigo que viene con un arma requiere hacerlo retroceder, y aquellos que no se movilizan militarmente deben hacerlo espiritualmente, en oración incesante. Cuando vuelva el tiempo del amor y la paz, buscaremos entonces reparar las relaciones con los creyentes rusos que admitan el pecado de su silencio ante el fratricidio.

Por qué está orando:

Estoy orando por mi corazón, idéntico al de David cuando estaba rodeado por un ejército idéntico de hombres engañosos y malvados (Salmo 43:1). Un joven hermano, miembro de nuestra iglesia, fue asesinado en la calle mientras ayudaba a otros [enlace en español], mientras nuestras pacíficas ciudades sufren bombardeos diarios. Estoy orando por aquellos atrapados en el frío y la nieve, y por los refugiados cristianos, para que puedan encontrar una comunidad espiritual en su reubicación.

Valentin Siniy, presidente del Instituto Cristiano Tavriski:

Ubicado cerca de la península de Crimea, el instituto se encuentra en la ciudad portuaria de Kherson, que ha caído bajo la ocupación rusa. El campus ahora está bajo amenaza de convertirse en un cuartel militar. Como ya no puede brindar educación en el seminario, Siniy se ha enfocado a ayudar con las evacuaciones y la provisión de necesidades básicas a las iglesias dentro de las regiones de Ucrania controladas por Rusia.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

1 Corintios 15:51–52: «Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados».

Es difícil encontrar la Escritura correcta que pueda consolar nuestros corazones. Pero recordé este verso mientras me alejaba de mi ciudad natal, escuchando detrás de mí los lanzacohetes bombardeándola. Esta guerra nos transformará para siempre, y nunca seremos los mismos.

Por qué está orando:

Estoy orando por mi familia y el infierno emocional por el que estamos pasando. Casi no dormimos anoche, nos intoxicamos con la comida, mi cuñada tiene una condición médica grave y estamos muy lejos de los médicos y hospitales que conocemos. Pero al ver este mundo pecaminoso y el reino de destrucción, le pido a Dios que más personas condenen el pecado de la guerra. Necesitamos que su reino celestial venga y restaure su propósito original para la creación.

Nota del editor: Aquí puede encontrar la cobertura en español de la guerra entre Rusia y Ucrania de CT, incluyendo las evacuaciones en el «Wheaton de Ucrania», la protesta en contra de la guerra de cientos de pastores rusos, el ministerio en los refugios de Ucrania, y un reporte de campo de cómo está viviendo la guerra la iglesia ucraniana. CT ofrece artículos selectos en ruso y en ucraniano.

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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News

¿Necesitan los cristianos rusos más Bonhoeffers?

Líderes evangélicos europeos analizan cómo la pertenencia al cuerpo de Cristo debe guiar a los creyentes cuando sus naciones están en guerra.

Dietrich Bonhoeffer y la bandera de Rusia.

Dietrich Bonhoeffer y la bandera de Rusia.

Christianity Today March 11, 2022
Illustration by Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons

Ha caído el primer clérigo ante la nueva ley rusa.

Ioann Burdin, de la Iglesia de la Resurrección de Kostroma, a 215 millas al noroeste de Moscú, fue detenido por «desacreditar a las fuerzas armadas rusas» en su sermón dominical.

Al parecer, su parroquia también compartió una petición contra la guerra.

«Nosotros, los cristianos, no podemos quedarnos de brazos cruzados cuando un hermano mata a otro hermano, un cristiano mata a otro cristiano», decía la declaración, según informó el servicio ruso de la BBC [enlace en inglés].

«No repitamos los crímenes de los que aclamaron las hazañas de Hitler el 1 de septiembre de 1939».

¿Necesita Rusia —y el mundo— más personas como él?

Christianity Today informó anteriormente de la frustración de los líderes cristianos ucranianos al llamar a sus homólogos rusos a ser como Dietrich Bonhoeffer [enlace en español]. El famoso teólogo alemán fue ejecutado en los últimos días del Tercer Reich acusado de complicidad en un plan de asesinato contra el führer.

Los evangélicos ucranianos quieren que los evangélicos rusos al menos alcen la voz.

Cientos de ellos lo han hecho [enlace en español]. ¿Pero es justo pedirles que lo hagan? La nueva ley rusa, aprobada el 4 de marzo, prevé penas de hasta 15 años de prisión por el simple hecho de llamar «guerra» a lo que Putin llama «operación militar especial».

Cinco líderes evangélicos europeos hablaron con CT sobre si se debe priorizar la seguridad o la solidaridad.

CT: Ester en la Biblia, y Bonhoeffer en la historia, son ejemplos excepcionales de fe. ¿Pero deberían ser normativos para los cristianos —especialmente los líderes cristianos— en tiempos de conflicto?

Leonardo De Chirico, presidente de la comisión teológica de la Alianza Evangélica Italiana:

En cierto sentido, toda la Iglesia ha recibido la responsabilidad profética de denunciar el mal y la injusticia. Además, hay llamados proféticos específicos que los individuos reciben de Dios, y están dispuestos a pagar el precio de exponerse a represalias y persecuciones.

No todos estamos llamados a ser Esteres y Bonhoeffers en todas las circunstancias, pero algunos deberían hacerlo. Y todos deberían apoyarlos en el papel sacerdotal de la oración y la solidaridad.

La lealtad a nuestras naciones es buena, pero puede convertirse en un ídolo. La lealtad a Dios y a su iglesia mundial siempre tiene prioridad. Espero y oro para que los creyentes de las naciones implicadas demuestren que su unidad en Cristo es más fuerte que sus lealtades nacionales.

Marc Jost, secretario general de la Alianza Evangélica Suiza:

Me ha alegrado y animado mucho oír que mi homólogo ruso se ha pronunciado valientemente contra su propio gobierno [enlace en ruso]. Pero esto es principalmente una cuestión de vocación y mandato personal, más que un deber general de los cristianos, o de los rusos con pensamiento crítico.

Aunque, por supuesto, me parece muy bien.

La lealtad entre los cristianos trasciende todas las fronteras. El vínculo a través de Cristo es más fuerte que el de una nación, incluso más fuerte que el de la propia familia física.

Samuil Petrovski, presidente de la Alianza Evangélica Serbia:

Esta cuestión no es nueva. Hace muchos años, cuando los pastores ucranianos pidieron a los pastores rusos que se pronunciaran contra Putin, recuerdo que yo no estuve de acuerdo con ello.

Sé que la mayoría de los líderes cristianos de Rusia están en contra de la guerra. En sus iglesias oran por la paz y algunos se manifiestan públicamente. Están sometidos a mucha presión. Lo más importante es la unidad de los creyentes en Ucrania y Rusia.

En lugar de ser unilaterales, como han hecho algunas personas mostrando la bandera ucraniana y creando reuniones de oración por los ucranianos específicamente, deberían incluir también la bandera rusa y orar también por los rusos.

Los cristianos deben levantarse en oración, ofrecer ayuda práctica y hacer un llamado a la paz, orando por los líderes de ambos bandos. Debemos ser extremadamente cuidadosos para evitar un fuerte debate político, puesto que esto puede provocar que nuestros líderes cristianos pierdan de vista el enfoque y olviden la importancia de Cristo.

Durante el conflicto entre Serbia y Croacia, algunos pastores de iglesias evangélicas hicieron fuertes declaraciones en las que animaban a la OTAN a bombardear otro país. Otros pastores los condenaron por ello.

Las iniciativas de ambos bandos intentaron traer unidad, animándonos a orar en un país neutral cercano. Pero algunos rechazaron esta oferta, diciendo: «El único lugar donde podemos reunirnos a orar es en el cielo».

No debería ser así, ni en Serbia, ni en Rusia, ni en Ucrania.

Slavko Hadžić, coordinador de Predicación de Langham para los Balcanes Occidentales, desde Bosnia:

Los cristianos deben tomar partido por la justicia y la verdad, y contra la guerra y la violencia. Pero aunque no debemos callar por miedo, tampoco debemos hablar expresando nuestras expectativas de los demás. Nuestro motivo debe ser únicamente complacer a Dios.

En el reino de Dios no hay bosnios, serbios ni croatas. No hay ucranianos ni rusos. Solo hay quienes son hijos de Dios y quienes no lo son. Y el Diablo utiliza a algunos para el mal en todos los bandos.

En lugar de condenar a los que siguen callados, debemos orar para que Dios les dé orientación, valor y sabiduría para saber qué, cuándo y cómo hablar.

Vlady Raichinov, vicepresidente de la Alianza Evangélica Búlgara:

En la Biblia abundan los relatos de oposición contra monarcas y autócratas crueles por motivos de fe. La historia de la Iglesia también cuenta de muchas voces que se alzaron contra la injusticia.

Pablo dijo: «Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona» (Colosenses 4:6, NBLA). Esta combinación de gracia y sal debería caracterizar nuestra respuesta a cualquier conflicto público. Con amor y veracidad, misericordia y virtud, aplomo y perspicacia, evitamos la tentación de ser insensibles y poco amables, o tímidos y retraídos.

Esto es especialmente cierto en los regímenes autoritarios.

La conciencia a veces susurra discretamente, una voz tímida que nos recuerda nuestra identidad, valores y compromisos. Otras veces es fuerte, contundente y estridente, un delator interno que nos obliga a buscar un cambio evidente.

Como «conciencia de la sociedad», la iglesia suele hablar de forma discreta, clandestina y de boca en boca. Subvierte los valores sociales de persona en persona, difundiendo lenta y pacientemente su sal y su luz, hasta que consigue hacer tantos agujeros en los cimientos morales del tirano que finalmente su poder se agota y su dominio se derrumba.

Pero otras veces, el Espíritu lleva a los cristianos a alzar una voz aguda e intransigente contra los crímenes que han ido demasiado lejos. Y entonces la iglesia, todavía alimentada por el Espíritu de Dios, se convierte en quien lleva a cabo el disparo inicial y lleva la bandera de grandes cambios tectónicos en toda la sociedad. Su sal y su luz influyen entonces en las masas para que perciban la injusticia y las motivan a hacer algo al respecto.

Nuestras oraciones son para que Dios guíe a los cristianos de Rusia a escuchar atentamente la tranquila y silenciosa voz de Dios, a mantener fielmente su vocación de predicar el Evangelio y a seguir valientemente el llamado de Dios a hacer lo necesario en su terrible situación.

CT: ¿Qué nivel de amenaza es necesario para que un cristiano se vea obligado a hacer algo contra el mal?

De Chirico (Italia):

Cuanto menos personal e inmediato sea el nivel de amenaza, más difícil será motivarse contra él. Si hablamos del mal sistémico, algunas personas ni siquiera lo reconocen, y mucho menos hablan contra él.

Aquí nos enfrentamos a una guerra, a personas que mueren, a la destrucción y la desesperación, y a la amenaza de las armas nucleares. Puede que las cosas parezcan geográficamente distantes ahora, pero si no se detienen, sus efectos en cadena pronto llegarán a todo el mundo.

Este nivel de amenaza nos obliga a todos a hacer algo.

Jost (Suiza):

Toda injusticia, y todo lo que pone en peligro a nuestros semejantes, debería ser un llamado para que los cristianos hagan algo al respecto.

Pero no todo mal es responsabilidad mía. Cuando Dios le muestra a un individuo cristiano una injusticia, y le toca el corazón para actuar, entonces esa persona debe ser obediente a Dios.

Petrovski (Serbia):

Los cristianos deben alzar la voz en todos los ámbitos, no solo cuando se produce una tragedia. Sobre todo cuando el mal está en nuestros propios barrios, y muchas veces esto puede ser impopular.

Pero es muy interesante que en el Nuevo Testamento no encontremos a los apóstoles escribiendo directamente contra el césar y las autoridades romanas, sino haciendo un fuerte llamado a la oración y la perseverancia, y retando a los cristianos a ser sal y luz en tiempos de crisis.

Hadžić (Bosnia):

Como cristianos, siempre tenemos que oponernos al mal. Un mal mayor requiere una respuesta mayor, pero no tenemos que esperar a que crezca.

Es muy importante recordar que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra los principados celestiales. Si miramos con criterios seculares, hay un bando que es culpable y otro que es inocente.

Pero según los criterios bíblicos, todos somos culpables. Hay personas que sufren en todos los bandos, hay hijos de Dios en todos los bandos, y hay necesidad de la misericordia de Dios en todos los bandos.

Cuando se sufre y se tiene dolor o miedo, es difícil evitar mirar al otro como malvado. Sin embargo, debemos reconocer al Diablo y enfrentarnos a él.

Raichinov (Bulgaria):

Como dice el Libro de los Proverbios «¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos!» (v. 31:8, NVI). Se trata de un llamado de acción general, válido para los seguidores de Jesús, en todas partes. Sin embargo, en el día a día, cuando los cristianos están en las trincheras, ocupados vendando heridas y brindando consejo y consuelo a las víctimas, el nivel de amenaza debe evaluarse sobre el terreno, según lo que Dios ponga en nuestros corazones.

Un grito silencioso causado por un abuso será más reconocible para las personas que han adquirido experiencia en el trato con la violencia o el tráfico de personas; sin embargo, otras podrían ser ajenas a las señales de peligro. La pérdida de vidas durante una guerra o una pandemia puede acabar siendo una estadística en una pantalla de televisión; sin embargo, cuando golpea más cerca de casa, o cuando se ministra a personas afligidas, refugiados desesperados o familias rotas, entonces el nivel de amenaza se percibe de forma diferente.

Pero en una escala más amplia, el nuevo mandato de Jesús de amar crea en nosotros un corazón sensible y solidario que se identifica con las personas que sufren, sin importar qué tan grave sea su situación, y las atiende.

¿Qué tan bajo es el límite? Es tan bajo como la dignidad personal, la salud o la vida de cualquier ser humano amenazado por otra persona, o por un desastre natural.

¿Es la posibilidad de éxito un factor legítimo a considerar? ¿O aun el más pequeño acto es un grano de mostaza?

De Chirico (Italia):

Los profetas actúan independientemente del resultado, dispuestos a enfrentarse a la oposición antes que a ganar el caso. Solo se preocupan por afirmar la verdad y denunciar el mal, llamando a todos al arrepentimiento.

Pero la Biblia también nos llama a una responsabilidad real: llevar una vida ordenada y cuidar de los demás. En este papel, debemos sopesar distintos factores. Todo depende del papel (profeta, sacerdote o rey) al que demos prioridad.

Jost (Suiza):

Como cristianos, siempre se nos invita a razonar empatando, tanto la capacidad de pensamiento que nos ha sido confiada, como las inconmensurables posibilidades de Dios. La combinación de ambas constituye la verdadera sabiduría.

Petrovski (Serbia):

Los cristianos deben oponerse a cualquier forma de mal —especialmente la guerra—, pero no solo cuando la guerra ha comenzado. Deberíamos enseñar a todos los creyentes a no tomar partido, a no acusar a los hermanos y hermanas en Cristo, y a no exigirles que actúen sin conocer toda la historia.

En cambio, deberíamos invitar a todos los cristianos del mundo a orar por Ucrania, Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos. Se trata de una amenaza global, y es esencial que seamos pacificadores.

Hadžić (Bosnia):

El éxito se encuentra en la lucha contra el miedo —o las expectativas de los demás— y en la defensa de la verdad y la justicia. Si no hacemos nada, nunca sabremos qué pasaría si lo hiciéramos. Debemos hacer lo que es correcto, y lo que Dios nos llama a hacer, independientemente de cualquier posibilidad de éxito.

Raichinov (Bulgaria):

Esta no es una cuestión fácil. Nuestra memoria colectiva está repleta de historias de persecución totalitaria. Pero mientras los líderes sufrían presiones, las congregaciones se aferraban a su fe, se reunían en secreto y pasaban Biblias de contrabando a pesar del peligro inminente de ser denunciados a los vigilantes comunistas.

¿Preveían el éxito y cómo se habría medido? La única lección que destaca es su compromiso con el poder subversivo del Evangelio. Su sedición era espiritual: proclamar a Jesús, orar por el cambio gubernamental, enseñar a sus hijos a memorizar las Escrituras, vivir una vida íntegra y amar al prójimo.

Al final, los regímenes se desintegraron desde dentro. Consciente o instintivamente, la iglesia contribuyó a socavar el sistema de valores autocráticos y a difundir silenciosamente una visión diferente del mundo.

Jesús aconsejó en el Sermón de la Montaña: «No resistan al que les haga mal» (Mateo 5:39). ¿Cómo influye esto en la decisión?

De Chirico (Italia):

Hay bibliotecas enteras sobre la interpretación del Sermón de la Montaña. Considero que no se refiere principalmente al papel del Estado, sino al trato personal con las personas malvadas, dispuestas a pagar el precio personal de su maldad.

Jost (Suiza):

El Sermón de la Montaña nos interpela en nuestras relaciones personales y nos anima a ser pacificadores. Los cristianos con responsabilidad política también tienen un poder estatal que ejecutar y, por ejemplo, un ejército que dirigir.

Pero Juan el Bautista no pidió a los soldados (romanos) que depusieran las armas, sino les dijo: «No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas».(Lucas 3:14).

Petrovski (Serbia):

En el Sermón de la Montaña, Jesús nunca llamó a los disturbios ni a los movimientos de carácter político. Y Pablo nos llama a bendecir a nuestros enemigos, en lugar de maldecirlos.

Durante nuestra guerra, algunas iglesias de ambos bandos oraron públicamente una bendición sobre sus «enemigos», pero hubo otros pastores que voltearon hacia el gobierno, buscando su influencia.

Escuchaban al césar en lugar de a Cristo.

Hadžić (Bosnia):

No debemos buscar la venganza y no debemos devolver el mal con el mal.

Los cristianos no luchan contra el mal con odio, sino con amor; no con maldiciones, sino con la oración y la bendición.

Donde el mal busca destruir, nosotros buscamos construir.

Raichinov (Bulgaria):

Al fin y al cabo, la justicia y la venganza pertenecen al Señor. Jesús nos ha dicho que estemos dispuestos a poner la otra mejilla, y este es un valor básico de nuestra fe cristiana. Implica no solo buscar la paz y tender puentes, sino también apreciar incluso al agresor como un ser humano creado a imagen de Dios y necesitado de su gracia.

A medida que la iglesia crece en su estructura y es reconocida en la sociedad, se convierte en una imagen visible de cómo Dios desea que viva la gente. En este nivel, la iglesia tiene otra tarea: desafiar el orden mundial y ofrecer en su lugar el sistema de valores invertido de Jesús.

Como entidad contracultural, la iglesia debe ser disidente, declarando lo que Dios dice contra la injusticia y el mal. En un mundo de desorden y desinformación, roto sin remedio, la iglesia debe servir de faro de paz y verdad.

Su responsabilidad es desafiar a las fuerzas demoníacas, llamarlas por su nombre y orar fervientemente contra su propagación. Al resistirse al odio y a la depravación; al identificar cosas como la guerra y la tiranía con sus nombres reales; y al trazar una línea clara sobre la perversidad moral, el poder ensimismado y el pecado humano, la iglesia le está brindando a este mundo un marco de referencia mientras apunta a otro reino, uno de shalom y amor.

Nota del editor: Aquí puede encontrar la cobertura en español de la guerra entre Rusia y Ucrania de CT, incluyendo la protesta en contra de la guerra de cientos de pastores rusos, el ministerio en los refugios de Ucrania, y un reporte de campo de cómo está viviendo la guerra la iglesia ucraniana.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Cuando se sienta pequeño, mire al universo y a la cruz

En tiempos de duda, recuerdo ver a Dios a través del telescopio Hubble.

Fondo de imagen: Campo Profundo Extremo del Hubble.

Fondo de imagen: Campo Profundo Extremo del Hubble.

Christianity Today March 11, 2022
Illustration by Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons

En las Montañas Rocosas, donde vivo, se pueden ver varios miles de estrellas a simple vista cuando el cielo está despejado. Todas ellas pertenecen a la galaxia Vía Láctea, que abriga más de 100 mil millones de estrellas, incluyendo una de tamaño promedio alrededor de la cual orbita la Tierra: el Sol.

Nuestra galaxia tiene mucho espacio: hay 26 billones de kilómetros de distancia entre el sol y la estrella más cercana. Si partiéramos de la Tierra y viajáramos a la velocidad de la luz, nos tomaría veinticinco mil años alcanzar el centro de la Vía Láctea, ya que nuestro planeta se encuentra en uno de los límites de la galaxia.

Hasta hace un siglo, los astrónomos creían que nuestra galaxia era todo el universo. Pero en la década de 1920, Edwin Hubble probó que Andrómeda, lo que parecía ser una nube de polvo y gas en el cielo nocturno, era en realidad otra galaxia. Ahora había dos. Por eso, cuando la NASA lanzó al espacio un gran telescopio para obtener imágenes más claras, lo nombraron Telescopio Espacial Hubble en su honor.

En 1995, un científico propuso apuntar el Hubble hacia un punto oscuro y del tamaño de un grano de arena para ver lo había más allá de la oscuridad. El telescopio orbitó la Tierra y tomó imágenes de larga exposición de ese punto. El resultado asombraría a cualquiera y ha sido llamado la «imagen más importante jamás obtenida». ¡Resultó que ese punto tan pequeño contenía casi 3 mil galaxias!

En años recientes, el telescopio Hubble volvió a analizar el mismo punto con equipo más sofisticado y, con cada adición, consiguió identificar muchas galaxias más. Los astrónomos hicieron un mapa del Campo Profundo, el Campo Ultra Profundo, el Campo Profundo eXtremo y la Última Frontera. Al alcanzar los límites de la luz visible —y tal vez al quedarse sin nombres para los hallazgos del Hubble— se pasó el trabajo a un telescopio más novedoso y capaz. El Telescopio Espacial James Webb, que fue lanzado en la Navidad de 2021, podrá detectar aún más galaxias usando cámaras infrarrojas.

Los científicos creen ahora que si usted tuviera visión ilimitada, podría tomar una aguja de coser, sostenerla con el brazo extendido y ver diez mil galaxias en el ojo de la aguja. Si lo moviera un poco más a la izquierda, vería otras diez mil. Lo mismo si lo moviera a la derecha o hacia cualquier otra dirección. Hay alrededor de un billón de galaxias en el espacio y cada una contiene alrededor de 100 o 200 mil millones de estrellas.

A partir de esos descubrimientos, nuestro hogar, ese pequeño punto azul que llamamos Tierra, no ha dejado de encogerse en términos comparativos. Ahora se dice que es un planeta de tamaño regular que orbita alrededor de una estrella mediana en una galaxia que existe entre miles de millones de otras galaxias.

¿Cómo deberíamos adaptarnos a esta realidad que nos fuerza a ser humildes?

Tiempo atrás, cuando se creía que el universo estaba compuesto por apenas unas cuantas miles de estrellas, el salmista mostraba su asombro en oración:

Cuando contemplo tus cielos,
obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que allí fijaste,
me pregunto:
«¿Qué es el hombre, para que en él pienses?
¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?» (Salmo 8:3-4, NVI)

Esa pregunta ha crecido exponencialmente desde los días del Rey David. Intento comprender lo que llamo «ver a Dios a través del telescopio Hubble». ¿Cómo podría quien creó billones de galaxias preocuparse por lo que le pase a nuestro planeta infinitesimal?

Entonces voy al libro de Job, donde un pobre y atribulado Job le da la vuelta a la pregunta del salmista:

¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia,
que tanta atención le concedes,
que cada mañana lo examinas
y a toda hora lo pones a prueba?
Aparta de mí la mirada;
¡déjame al menos tragar saliva! (7:17-19)

Dios le da una respuesta directa a Job cuando le habla desde una tempestad. Job había hecho una lista bastante larga de preguntas, pero es Dios quien inicia el interrogatorio, no Job: «Prepárate a hacerme frente; yo voy a interrogarte, y tú me responderás» (38:3).

Este es el discurso más largo de Dios en la Biblia, y cada que lo leo pienso que Dios dice: «vamos a comparar tu currículum y el mío. Yo empiezo». Frederick Buechner resume así su respuesta: «Dios no explica. Él explota. Le pregunta a Job quién cree que es él. Dios dice que tratar de explicar lo que Job quiere saber sería como tratar de explicar las teorías de Einstein a una hormiga». Dios no necesita el consejo de Job ni el de nadie para sostener el universo.

Dejando de lado 35 capítulos en los que se debate el problema del sufrimiento, Dios elige adentrarse en un deslumbrante poema sobre las numerosas maravillas del mundo natural. Dios señala, una por una, las obras de la creación que más satisfacción le producen.

Dios le pregunta a Job ¿te gustaría encargarte del universo por un momento? ¡Vamos! Trata de diseñar una avestruz, o una cabra montés, o un copo de nieve. Dios menciona incluso la astronomía: «¿Acaso puedes atar los lazos de las Pléyades, o desatar las cuerdas que sujetan al Orión? ¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo? ¿Puedes guiar a la Osa Mayor y a la Menor?» (38: 31-2).

Job recibió una lección personalizada sobre lo insignificantes que somos los seres humanos en comparación con el Dios del universo, y eso acalló todas sus dudas y quejas. Nunca he experimentado nada parecido a los sufrimientos que padeció Job, pero siempre que tengo mis propias dudas, trato de recordar esa perspectiva: ver a Dios a través del telescopio Hubble. En las palabras de un musical de Broadway [enlace en inglés] que hace eco del discurso de Dios a Job: «Tus brazos son demasiado cortos para boxear con Dios».

Sin embargo, en mis momentos menos egocéntricos, me dirijo a un pasaje muy diferente de la Biblia.

En su carta a los Filipenses, el apóstol Pablo cita lo que muchos creen que es un himno de la Iglesia primitiva. En un párrafo majestuoso y lírico, Pablo se maravilla de que Jesús dejó la gloria del cielo para tomar forma humana. Y no de cualquier humano, sino de un siervo. Uno que se sometió voluntariamente a una muerte ignominiosa en la cruz (Filipenses 2:6-7).

Me detengo y me maravillo en el misterio de la Encarnación. En un acto de humildad que va más allá de nuestra comprensión, el Dios que hizo un billón de galaxias eligió «condescender» (descender con) con los ignorantes humanos de este planeta rebelde, de entre miles de millones en el universo. Es difícil hacer una buena analogía, pero es como si un humano se convirtiera en una hormiga, o tal vez en una amiba o una bacteria.

Aun así, de acuerdo con Pablo, ese acto de condescendencia fue una misión de rescate que llevó a la sanación de algo roto en el universo. Como dice el pasaje:

Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo
y le otorgó el nombre
que está sobre todo nombre,
para que ante el nombre de Jesús
se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra
y debajo de la tierra,
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre. (v. 9-11)

Escuchamos el rugido de Dios al final del libro de Job, una voz que evoca asombro y admiración, más que intimidad y amor. Sin embargo, Filipenses 2 nos da una perspectiva diferente de lo que significa ver a Dios a través del telescopio Hubble. Un Dios no limitado por el espacio y el tiempo tiene una ilimitada capacidad de amor por sus criaturas, sin importar qué tan pequeñas o rebeldes sean.

Coincidentemente, la mejor forma de expresar ese mensaje no es desde un tornado, una zarza ardiente o una montaña humeante, sino de persona a persona, a través de Jesús y sus seguidores.

Philip Yancey es autor de varios libros, siendo uno de los más recientes su libro de memorias Where the Light Fell.

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Celebrar pequeñas Pascuas también es parte de la Cuaresma

Apartar domingos para celebrar la Resurrección infunde gloria en nuestro lamento.

Christianity Today March 10, 2022
Illustration by Rick Szuecs / Source images: Timothy Eberly / Unsplash / Envato Elements

La época de Cuaresma provee un rico tiempo de confesión y oración, y a menudo se acompaña de ayuno de ciertas comidas o de otros deleites. Yo no crecí celebrando la Cuaresma, pero conforme he ido aprendiendo más cosas acerca del calendario de la Iglesia, he llegado a apreciar las prácticas que aportan significado y profundidad al camino que lleva hacia la Semana Santa.

La Cuaresma toma como modelo los cuarenta días que Jesús pasó ayunando en el desierto antes de ser tentado por el diablo (Mateo 4:2). En la actualidad, sin embargo, la Cuaresma dura más de cuarenta días porque no se cuentan los domingos. El domingo siempre celebramos el día de la resurrección, por lo que nos extiende un llamado a festejar en vez de a ayunar. Es por eso que los domingos durante la temporada de Cuaresma son conocidos como «pequeñas Pascuas», interrupciones que traen alegría pura a nuestro largo y sobrio viaje de cuarenta días. Las pequeñas Pascuas nos proporcionan pequeños pero gloriosos espacios de refrigerio en nuestro camino hacia el Día de la Resurrección.

Como dijo San Agustín acerca de los domingos de Cuaresma, «se deja a un lado el ayuno y las oraciones se recitan de pie, como una señal de la resurrección, que es también la razón por la que se canta el Aleluya cada domingo».

Según he ido aprendiendo acerca de estos pequeños interludios de celebración durante el patrón típico de la Cuaresma, me he preguntado si podrían ser un modelo para otros tiempos de sacrificio de larga duración. Celebrar pequeños momentos de gozo, incluso mientras se vive en la grave realidad del presente, mantiene en nuestras mentes toda la historia de Dios. Las pequeñas Pascuas a lo largo del camino nos proporcionan fuerzas para seguir adelante.

La realidad del sufrimiento

No todos los que observan la Cuaresma rompen el ayuno los domingos. Incluso pequeños momentos de festejo durante una época tan seria pueden parecer escandalosos. Del mismo modo, en otras épocas serias de la vida pueden parecer inapropiados pequeños momentos de alegría. Cualquier celebración corre el riesgo de aparentar disminuir la gravedad de la dificultad que se está viviendo.

Este fue el caso de un joven ministro sudafricano en 1985 llamado Trevor Hudson. Sudáfrica estaba sufriendo una larga y opresiva historia con el apartheid, y la mayoría creía que a Dios no le importaba su sufrimiento.

Trevor sintió alivio al leer El Dios crucificado de Jurgen Moltmann, que enfatizaba nuestra comunión con Dios en el sufrimiento. En el libro, Moltmann describe a Dios dispuesto a acompañar a su pueblo en medio del sufrimiento. Hudson comenzó a afirmar a su congregación que Cristo crucificado era el fundamento de toda la teología cristiana.

El joven pastor, dándose cuenta de la inevitabilidad de las adversidades, encontró alivio en saber que Dios está con nosotros en ellas. Lo que ocurrió en la crucifixión dio pie a una robusta teología del sufrimiento. Sin embargo, también notó que reducir su teología a la muerte de Jesús resultaba ser insuficiente para toda la experiencia humana.

«¿Tienes un Dios triste?»

Uno de los amigos de Trevor en el ministerio comenzó a escribir un libro, e invitó a Trevor a leer el manuscrito. El amigo, Dallas Willard, autor de La divina conspiración, escribió [enlaces en inglés] que Dios «es el ser más alegre del universo».

Trevor sabía que las palabras de Dallas eran honestas. Cuando visitó a los sudafricanos, Dallas se presentó con alegría a todos los que conoció. Sin embargo, Trevor se resistía. ¿Cómo podía verse a Dios como alguien alegre en medio de una adversidad tan obvia?

Dallas respondió preguntando: «Trevor, ¿tienes un Dios triste?». Se notaba que Trevor llevaba tiempo siendo pesimista. Honrar la adversidad que le rodeaba le había impedido buscar el gozo de la resurrección. Se dio cuenta de que necesitaba recordar la historia completa.

Dios sufre con nosotros, pero Dios también destila alegría. Trevor volvió a leer los evangelios y le impresionó el deleite de Jesús en las comidas compartidas, el buen vino y los niños jugando. Abrazó esos momentos incluso en medio de la adversidad de su propia vida y las serias necesidades que veía a su alrededor. Jesús mostró que hay un lugar para las pequeñas alegrías incluso en momentos serios.

La necesidad del gozo en tiempos difíciles

Sabiendo que su muerte era inminente, Jesús les brindó confianza a sus discípulos al asegurarles que había una conexión entre ellos, así como entre una vid y sus pámpanos. Y les aseguró también que habría una reunión final. Dijo: «Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa» (Juan 15:11). Iban a necesitar garantías de la alegría que vendría, dado todo lo que aconteció el Viernes y el Sábado Santos. El horror, el dolor, la decepción y la duda perturbaron a sus discípulos hasta que lo abandonaron.

La Cuaresma me invita a reflexionar en mi propio pecado. La señal de la cruz marcada con cenizas en mi frente me acusa cada Miércoles de Ceniza e impone sobre mí la profundidad del sacrificio de Cristo. Pero Jesús también muestra misericordia a mi corazón, de la misma forma que lo hizo con sus discípulos, colocando en mi corazón recordatorios del resto de la historia. Y logro asir ambos: el dolor y la gloria.

Las pequeñas Pascuas a lo largo de la vida

Al igual que el gozo de los domingos de la Cuaresma anula la sobriedad del resto de días, así la alegría de mi vida en Cristo quita el aguijón de muerte y el sufrimiento. Me siento tentada a esperar hasta que la pandemia termine antes de abrazar un momento de celebración. He estado almacenando celebraciones en mi mente, esperando a que se levantaran las restricciones y hubiera inmunidad de rebaño antes de decir siquiera un aleluya. Empiezo a preguntarme, sin embargo, si la vida de Jesús me libera para empaparme ahora de la alegría siempre disponible que ya es mía en él. Como recuerda el teólogo N. T. Wright, como creyentes «traemos a la vida fragmentos y destellos de la nueva creación en medio de un mundo aún en tinieblas y dolor». Yo quiero que el mundo que me rodea, en sus tinieblas y en su dolor, reciba un vistazo de esa clase de esperanza.

Las oportunidades nos rodean. ¿Qué pequeñas Pascuas podemos celebrar ahora? ¿Qué palabras podemos decir para exhibir la alegría y el nuevo nacimiento?

Kathryn Maack es cofundadora de Dwell, un movimiento de alabanza y discipulado que ayuda a hombres y mujeres a experimentar completamente la vida con Dios.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Adelante. Ora por la caída de Putin.

Los salmos imprecatorios nos dan permiso para presionar valientemente contra el mal.

Christianity Today March 10, 2022
Jamie Lorriman / Getty Images

La semana pasada vi una imagen que no me puedo quitar de la cabeza: un padre ucraniano sujetando la cara del cuerpo sin vida de su pequeño hijo, el cual estaba completamente cubierto por una manta manchada de sangre excepto por un halo de cabello rubio. Este padre, desconsolado, presionaba su rostro contra el pelo de su hijo, aferrándose a él, desesperado y destrozado. Cierro los ojos para orar y veo esta imagen.

Cuando pienso en ello, se me rompe el corazón. Pero también siento furia. Se parece a una especie de sentimiento de furia maternal. Un niño inocente fue asesinado violentamente porque el líder de Rusia decidió que quería apropiarse de un país vecino que goza de plena soberanía.

La violencia en Ucrania hace que me sienta impotente, como les pasa a muchos. Veo sin poder hacer nada cómo los tanques entran en las ciudades, cómo los objetivos civiles huyen a los refugios, como las vidas de familias enteras son brutalmente exterminadas [enlaces en inglés]. ¿Qué puedo hacer con esta ira y con este dolor?

Como dije hace poco cuando conversaba con David French y Curtis Chang, me doy cuenta de que acudo una y otra vez a los salmos imprecatorios. Cada mañana estoy orando el Salmo 7:14-16 con Vladimir Putin en mente: «Miren al preñado de maldad: concibió iniquidad y parirá mentira. Cavó una fosa y la ahondó, y en esa misma fosa caerá. Su iniquidad se volverá contra él; su violencia recaerá sobre su cabeza» (NVI).

Una imprecación es una maldición. Los salmos imprecatorios son aquellos que llaman a la destrucción, la calamidad y el juicio de Dios sobre nuestros enemigos. Honestamente, no suelo saber qué hacer con ellos. Oro sobre ellos solo como una práctica de memorización. Sin embargo, gravito hacia promesas más equilibradas sobre la presencia y la misericordia de Dios. Normalmente me siento incómoda con la violencia y la autodeclaración de justicia que parece jactanciosa que encuentro en esta clase de salmos.

Sin embargo, fueron escritos para momentos como este.

En el seminario, tenía un profesor norirlandés que vivió los violentos treinta años del conflicto armado nacionalista en Irlanda del Norte. Él había visto la violencia contra el inocente en persona.

Cuando era joven y estaba en el seminario, él reescribió un salmo para una tarea de clase. En él, oraba para que a cada terrorista que fabricara una bomba, esta le estallara en la cara. Su profesor estadounidense lo llevó aparte y lo regañó por utilizar una imagen tan violenta, y le dijo que necesitaba arrepentirse. Mi profesor, reflexionando sobre este recuerdo, me contó que se dio cuenta entonces de que su profesor estadounidense nunca había presenciado la violencia no provocada contra inocentes y niños.

Estos salmos expresan nuestra rabia contra las injusticias perpetradas sobre otros, y claman a Dios para que haga algo.

Yo me inclino fuertemente hacia la no violencia y el pacifismo cristiano. Pero reconozco que, en el pasado, ha habido ocasiones en las que el llamado a la paz ha estado basado en una comprensión ingenua de la maldad humana.

En Who Would Jesus Kill? [¿A quién mataría Jesús?], Mark Allman recapitula el punto de vista del teólogo del siglo XX Reinhold Niebuhr: «Los pacifistas cristianos sienten una confianza excesiva en la bondad humana; creen que la ley del amor del evangelio es suficiente para hacer desaparecer del mundo la violencia y el mal».

«Para Niebuhr», continúa él, «ese enfoque no solo es ingenuo, sino herético». Está basado en una visión de la naturaleza humana que, en esencia, está equivocada: una testaruda insistencia en que los humanos no somos tan malos ni somos capaces de cometer actos de auténtica maldad e injusticia.

El movimiento pacifista de los años sesentas a menudo encarnó esta ingenuidad. Con su rechazo de la idea del pecado y el mal, y llamando a «hacer el amor, no la guerra», a menudo cerró los ojos ante la profundidad de la depravación humana en el mundo. Se daba por hecho que la humanidad estaba en un arco de progreso ascendente que terminaría en una utopía. Pero, si somos ingenuos ante lo oscura que puede llegar a ser la oscuridad humana, nuestras oraciones y esperanzas a favor de la paz terminarán siendo endebles velos para la corrupción y la destrucción.

Los salmos imprecatorios nombran el mal. Nos recuerdan que aquellos que tienen un gran poder son capaces de destruir la vida de los débiles con aparente impunidad. Este es el mundo en que vivimos. No basta con juntar las manos, cantar Kumbayá y esperar que todo vaya bien. Nuestro corazón reclama que haya un juicio contra la crueldad que deja a padres llorando a solas sobre sus hijos enmudecidos. Necesitamos palabras para expresar nuestra indignación frente a este mal.

Aquellos de nosotros que deseamos una paz duradera no podemos basar esa esperanza en la idea de que las personas son inherentemente buenas y que por lo tanto no se merecen un juicio real. En cambio, encontramos esperanza en la creencia de que Dios está obrando en el mundo, y que Él es aún más real que el mal.

Esperamos que Dios lleve a cabo el verdadero juicio definitivo. Miramos hacia aquel que sabe el nombre de cada ucraniano y cada ruso, que los ama más de lo que yo puedo entender, y que vengará el mal y enderezará las cosas.

No evitamos la venganza porque pensemos que el mal humano no la merece, sino porque creemos que Dios es el vengador. No deseamos la paz solo porque nos indigna la violencia injusta, sino porque creemos que a Dios le indigna y se puede confiar en su juicio (no en el nuestro).

El Salmo 35:6-8 le pide a Dios mismo que actúe: «… sea su senda oscura y resbalosa, perseguidos por el ángel del Señor. Ya que sin motivo me tendieron una trampa, y sin motivo cavaron una fosa para mí, que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron».

Muy a menudo, en los salmos imprecatorios, pedimos que los actos malvados de las personas se vuelvan contra ellos de rebote. No oramos para que la violencia engendre más violencia, o para que el mal comience un ciclo de venganza o represalia. Oramos, en cambio, para que esas personas sean destruidas por sus propias conspiraciones y, como oraba mi profesor, para que sus bombas les exploten en la cara.

Si tú eres como yo y sueles sentirte más cerca de las partes más compasivas y menos violentas de la Biblia, esta clase de oraciones pueden ser discordantes. Sin embargo, nosotros que somos privilegiados, que vivimos lejos de la guerra y la violencia, corremos el riesgo de no tomar con suficiente seriedad el mal y la brutalidad.

Toda vía oro, todos los días y con tesón, por el arrepentimiento de Putin. Oro para que los soldados rusos bajen las armas y desafíen a sus líderes. Pero este también es el momento de asumir las oraciones imprecatorias. Este es el momento de confiar en la misericordia de Dios, pero también en su ira justa, amorosa y protectora.

Nota del editor: Aquí puede encontrar la cobertura en español de la guerra entre Rusia y Ucrania de CT, incluyendo la protesta en contra de la guerra de cientos de pastores rusos, el ministerio en los refugios de Ucrania, y un reporte de campo de cómo está viviendo la guerra la iglesia ucraniana.

Tish Harrison Warren es ministra ordenada en la Iglesia Anglicana de Norteamérica y autora de Liturgy of the Ordinary y Prayer in the Night (IVP, 2021). Puede seguirla en Twitter @Tish_H_Warren.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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