Cristo, el Señor eterno

Una lectura de Adviento para el 27 de noviembre.

Christianity Today November 27, 2022
Stephen Crotts

Primera semana de Adviento: El Dios Fuerte


El niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre es el glorioso Creador y el que sostiene todas las cosas. Oímos hablar de su poder y su fuerza en las enseñanzas de Juan el Bautista. Anticipamos la promesa de su regreso y su reino que no tendrá fin. Jesús es el Dios Fuerte.

Lea Isaías 9:6-7; Colosenses 1:15-20; y Hebreos 1:1-12

De todas las señales comunes de esta época que precede a la Navidad —luces colgadas en las casas, escenas del pesebre, árboles decorados con adornos— la que espero con más ansias es la música. Las canciones de Adviento y Navidad nos invitan a imaginar los acontecimientos conocidos: la sagrada familia en el pesebre, los ángeles cantando ante los pastores asombrados, los magos viajando hacia la «pequeña ciudad» de Belén. Estos cánticos y villancicos tan queridos preparan nuestro corazón.

Sin embargo, en muchas de nuestras canciones favoritas se entretejen letras que interrumpen aquella familiaridad para declarar una sorprendente realidad teológica: el recién nacido en el pesebre es el Dios Fuerte.

«Hark the Herald Angels Sing» (en español «Se oye un son en alta esfera») y «We Three Kings» nos exhortan a comprender quién es realmente este niño: «Gloria al Verbo encarnado, en humanidad velado». «Ahora en gloria se levanta; Rey y Dios y sacrificio».

«Ven, Jesús muy esperado» expresa esta profunda paradoja con palabras sencillas: «Aunque niño, eres Dios». Esta letra resuena con la verdad revelada en los versículos 6 y 7 de Isaías 9: este niño es el Prometido que reinará eternamente en el trono de David, estableciendo su reino de justicia, rectitud y paz.

Es un misterio insondable en el que el Nuevo Testamento también nos invita a detenernos. El autor de Hebreos proclama que «el Hijo es el resplandor de la gloria de Dios» y el «heredero de todo» (1:2-3). Pablo subraya que «por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles … que por medio de él forman un todo coherente» (Colosenses 1:16-17). Jesucristo es supremo sobre todas las cosas y en Él habita la plenitud de Dios.

Este es el niño prometido que el pueblo de Dios esperaba y cuyo nacimiento nos preparamos para celebrar. Este es el Señor delante del cual Dios envió un mensajero para prepararle el camino, predicando un mensaje de arrepentimiento. Este es el Salvador que, en su misión de amor y redención, derrotaría el poder del pecado y de la muerte mediante su sacrificio en la cruz y su resurrección victoriosa. Y este es aquel cuyo regreso esperamos con esperanza, confiando en el «Rey de reyes y Señor de señores, al único inmortal, que vive en luz inaccesible» (1 Timoteo 6:15-16).

Esta realidad —que el niño en el pesebre es Dios Fuerte— va mucho más allá de lo que podemos comprender. Y, sin embargo, es verdad. Con asombro y humildad, prestamos atención a la exhortación de «Oh Holy Night» (en español «Santa la noche»): «¡Postrados adoradle!». Con humilde gratitud, le adoramos.

Hoy con amor cantemos reverentes
Alcemos la voz proclamando su poder
¡Dad gloria a Dios! Amén, por siempre amén.

Kelli B. Trujillo es la editora de coordinación de imprenta de Christianity Today.

Reflexione sobre Isaías 9:6-7; Colosenses 1:15-20 y Hebreos 1:1-12.


Opcional: Lea también 1 Timoteo 6:13-16.


¿Qué descripción de la fuerza y el poder de Jesús en estos pasajes le llaman la atención? ¿Por qué? ¿Cómo puede esta verdad moldear su adoración en esta temporada de Adviento?

Para recibir notificaciones sobre nuevos artículos en español, suscríbase a nuestro boletín digital o síganos en Facebook, Twitter, Instagram o Telegram.

Novedades

Una solución para el agobio de la temporada navideña

Centrarnos en las personas de nuestros círculos más cercanos marca una diferencia tangible en las comunidades locales.

Editorial

Cómo hemos olvidado la pobreza de la Navidad

La Encarnación no solo es una historia que podemos empaquetar y vender. También es la mayor historia jamás contada.

Testimony

Destruí mi fe en busca de ‘la mejor vida posible’. Solo encontré la más profunda desesperanza

El amor homosexual, el poliamor y las drogas me arruinaron. Es ahí donde Jesús me encontró.

El legado de Eva incluye tanto el pecado como la redención

La primera mujer intentó librarse de Dios. Pero cuando se alineó con los propósitos de Dios, se convirtió en «la madre de todo ser viviente».

Apple PodcastsDown ArrowDown ArrowDown Arrowarrow_left_altLeft ArrowLeft ArrowRight ArrowRight ArrowRight Arrowarrow_up_altUp ArrowUp ArrowAvailable at Amazoncaret-downCloseCloseEmailEmailExpandExpandExternalExternalFacebookfacebook-squareGiftGiftGooglegoogleGoogle KeephamburgerInstagraminstagram-squareLinkLinklinkedin-squareListenListenListenChristianity TodayCT Creative Studio Logologo_orgMegaphoneMenuMenupausePinterestPlayPlayPocketPodcastRSSRSSSaveSaveSaveSearchSearchsearchSpotifyStitcherTelegramTable of ContentsTable of Contentstwitter-squareWhatsAppXYouTubeYouTube