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Líder evangélico ruso pide perdón a los cristianos ucranianos

Una declaración cuidadosamente redactada expresa solidaridad con los hermanos creyentes, así como «arrepentimiento y amargura» por la «invasión militar» rusa.

Un sacerdote dirige el funeral de un soldado ucraniano asesinado en la región de Donetsk, en un cementerio en Bila Krynytsia, el 6 de marzo de 2022, en la región de Chernivtsi al oeste de Ucrania.

Un sacerdote dirige el funeral de un soldado ucraniano asesinado en la región de Donetsk, en un cementerio en Bila Krynytsia, el 6 de marzo de 2022, en la región de Chernivtsi al oeste de Ucrania.

Christianity Today March 14, 2022
Alexey Furman / Getty Images

En la declaración más destacada hasta ahora de su clase, el líder de la Alianza Evangélica Rusa expresó «arrepentimiento y amargura» por las decisiones tomadas por el gobierno de su país.

¿Serán sus palabras suficientes para reconstruir los puentes con los creyentes ucranianos del otro lado de la frontera?

«Lamento profundamente lo que mi país ha hecho con su reciente invasión militar a otro país soberano: Ucrania», declaró Vitaly Vlasenko, secretario general de la Alianza, en una carta abierta publicada el 12 de marzo. «Ni en el peor de los casos podría haber imaginado lo que ahora se ve en Ucrania».

El lenguaje que utiliza es preciso, pero también cauteloso.

El 4 de marzo, el parlamento ruso modificó su código penal para imponer penas de prisión de hasta 15 años por difundir «noticias falsas» que «desacrediten» a las fuerzas militares rusas [enlaces en inglés].

Cabe destacar que Vlasenko no utilizó la etiqueta designada por el gobierno ruso de «operación militar especial» para describir la violencia en Ucrania. Si bien evitó usar las palabras que han sido oficialmente prohibidas por el gobierno ruso, tales como «guerra» (aunque lo dio a entender), empleó en su lugar los términos «conflicto» e «invasión». Y junto al reconocimiento del temor de Ucrania a la «ocupación», citó el objetivo de Rusia de conseguir la «desmilitarización».

Dos días antes, un tribunal ruso había multado a un sacerdote ortodoxo con 35 000 rublos (261 dólares) por desacreditar al ejército durante su sermón dominical. Su congregación ayudó a pagar la multa.

Abogados de los medios de comunicación rusos están debatiendo si la ley impide a los ciudadanos cuestionar la «operación militar especial» o si impide pedir que se detenga.

La declaración de Vlasenko (el texto completo se encuentra al final de este artículo) se mantiene dentro de los límites permitidos.

«Todo lo que estuvo a mi alcance para detener esta invasión militar, lo he hecho», lamentó Vlasenko. «Pido perdón a todos aquellos que han sufrido».

El mayor esfuerzo de su parte fue una declaración publicada dos días antes de la invasión, en la que respaldaba el llamado de los líderes religiosos ucranianos a una solución pacífica. En cuanto al liderazgo espiritual, ha encabezado iniciativas de ayuno y oración en Rusia, así como reuniones conjuntas con creyentes europeos y ucranianos para orar y buscar la reconciliación.

Y desde que comenzó la guerra, dijo que ha coordinado los esfuerzos de asistencia a 500 familias de refugiados que huyeron hacia el este, hacia el interior de Rusia.

«Dos pueblos estrechamente relacionados, muchos de los cuales son profundamente devotos de la fe cristiana (principalmente, de la Iglesia Ortodoxa), se encuentran ahora en una feroz batalla», declaró Vlasenko. «Los sentimientos de paz son destruidos entre las bombas y las esquirlas».

Sí, al igual que los edificios cristianos, y las vidas de los creyentes.

El sábado 12 de marzo, los bombardeos causaron daños en el lugar más destacado hasta ese momento: la Santa Dormición Svyatogorsk Lavra, un complejo de monasterios del siglo XVI venerado como uno de los tres lugares más sagrados de Ucrania. Según un comunicado de la iglesia, hubo heridos en el interior del monasterio, aunque no se hizo mención de los responsables.

En una declaración publicada el 8 de marzo, el Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas de Ucrania condenó la agresión de las fuerzas rusas en zonas civiles. Mencionó a tres iglesias que resultaron dañadas en los combates, entre ellas una casa de oración evangélica cerca de la ciudad sitiada de Kharkiv [Járkiv].

A estas se añade ahora la iglesia Cristo el Salvador en Mariúpol.

La ciudad portuaria de 430 000 habitantes no cuenta con suministro de agua potable desde hace una semana. El alcalde declaró que 1500 personas han muerto desde que comenzó el ataque ruso. Entre ellos está Mykola, un evangélico que estaba ayudando en las evacuaciones, según fuentes de CT. Katya, paramédica del ejército ucraniano y creyente conocida de Mykola, también falleció.

El papa Francisco expresó su indignación por la «inaceptable agresión armada». En su declaración más contundente hasta el momento, mencionó la ciudad nombrada en honor a la Virgen María.

«En nombre de Dios, pido que se escuche el grito de los que sufren y que cesen los bombardeos y los ataques.», dijo el papa Francisco el domingo 13 de marzo [enlace en español]. «Que se centren en las negociaciones y que los corredores humanitarios sean eficaces y seguros. En nombre de Dios, les pido: ¡detengan esta masacre!».

El presidente Volodímir Zelenski dijo el sábado 12 de marzo que al comienzo de la tercera semana de guerra habían fallecido 1300 soldados ucranianos. El viceprimer ministro declaró que solo están abiertos 9 de los 13 corredores humanitarios acordados. Los bombardeos rusos alcanzaron a siete personas, entre ellas un niño, mientras intentaban evacuar un suburbio del noreste de Kyiv.

Las fuerzas terrestres rusas se encuentran ahora a menos de 15 millas (24 km) de la capital, y los oficiales de las fuerzas militares británicas declararon que las tropas rusas se están dispersando con la intención de rodearla. El alcalde de Kyiv, Vitali Klitschko, declaró que la mitad de la población de tres millones de habitantes ha huido, pero que todas las casas están siendo fortificadas en preparación para el próximo ataque.

Mientras tanto, el alcalde de Melitópol, situada en la región de Zaporiyia, cerca del mayor reactor nuclear de Ucrania, ha sido detenido y sustituido por un simpatizante ruso. La población local ha protestado por su liberación.

La Iglesia Ortodoxa Ucraniana de Zaporiyia, afiliada al patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa, mostró su simpatía rápidamente. El arzobispo metropolitano Luka movilizó una caravana para intentar entregar 90 toneladas de alimentos y medicamentos a Mariúpol [enlaces en inglés].

Al menos seis parroquias de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana han dejado de ofrecer oraciones oficiales de reconocimiento al Patriarca ruso Kirill: en Lviv [Leópolis], Cherkasy, Rovno, Sumy, Ivano-Frankivsk y Mukáchevo.

Y, por primera vez, el arzobispo metropolitano Onufry, clérigo principal de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, reconoció el conflicto como un ataque por parte de Rusia. Al igual que Vlasenko —aunque dentro de la seguridad de las fronteras de Ucrania— utilizó la palabra prohibida.

«Nuestro país está atravesando un tiempo de difíciles pruebas evocadas por el ataque a nuestro país por parte de las tropas de la Federación Rusa», declaró el jueves 10 de marzo. «No hay justificación para quienes inician guerras».

En 2019, Bartolomé I, el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa con sede en Estambul, reconoció la independencia nacional de la escindida Iglesia Ortodoxa de Ucrania, mientras que muchas parroquias de Ucrania lo rechazaron y optaron por permanecer bajo la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, la cual forma parte de la Iglesia Ortodoxa Rusa. (Es difícil determinar las cifras exactas de las iglesias afiliadas a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania y a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana). [A pesar de la similitud en el nombre, se trata de instituciones diferentes].

Rusia ha descrito los acontecimientos de forma diferente.

Cuando Zelenski remarcó que no había «ningún objetivo militar» cerca del monasterio de Lavra, que está afiliado a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, las fuerzas militares rusas dijeron que habían «liberado» el complejo del control de una milicia ucraniana que mantenía a los monjes como rehenes. Asimismo, el jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia dijo que la caravana de Luka también estaba destinada a evacuar a los ciudadanos, hasta que fue atacada por los disparos de los nacionalistas ucranianos.

Kirill culpó a Bartolomé I y a Occidente.

«[Los países miembros de la OTAN] no escatimaron esfuerzos ni fondos para llenar Ucrania con armas e instructores en armamento», declaró en una carta publicada el 10 de marzo. «Sin embargo, lo más terrible no son las armas, sino el intento de “reeducar”, de reconstruir mentalmente a los ucranianos y a los rusos que viven en Ucrania para convertirlos en enemigos de Rusia».

La declaración de Kirill era una respuesta a una carta emitida el 2 de marzo por parte del Consejo Mundial de Iglesias [en adelante, «el Consejo»], en la que se le había pedido que actuara como mediador para detener la guerra. La Iglesia Ortodoxa Rusa se unió al organismo ecuménico en 1961.

En un lenguaje eclesiástico educado, Kirill les dijo que no se metieran.

«Expreso mi esperanza de que incluso en estos tiempos difíciles… el [Consejo] pueda seguir siendo una plataforma para el diálogo imparcial», escribió, «libre de preferencias políticas y perspectivas parciales».

Decenas de eruditos y clérigos ortodoxos de todo el mundo han rechazado la propaganda rusa y de la Iglesia Ortodoxa Rusa en una carta abierta repleta de afirmaciones bíblicas.

«El apoyo de muchos de los jerarcas del patriarcado de Moscú a la guerra del presidente Vladímir Putin contra Ucrania tiene sus raíces en una forma de fundamentalismo religioso etnofilético [combinación entre iglesia y nación] ortodoxo, de carácter totalitario, llamado Russkii mir, o el mundo ruso», declararon los 65 firmantes, de los cuales uno está en Rusia.

«Rechazamos [esta] herejía y las vergonzosas acciones del gobierno de Rusia… por ser profundamente no ortodoxas, no cristianas y contrarias a la humanidad».

Asimismo, la Asociación Evangélica de Educación Teológica de América Latina (AETAL) no dudó en salir en defensa de sus correligionarios en Ucrania.

«Expresamos nuestro total apoyo y solidaridad al pueblo ucraniano y a la Iglesia de Cristo presente en este país», declaró la junta directiva de la Asociación, y condenó el liderazgo «despótico» del presidente ruso Vladímir Putin [enlace en portugués].

«AETAL se hace pública para demostrar un rechazo incondicional e irrestricto a [sus] acciones beligerantes en Europa del Este».

En Kherson [Jersón], la primera ciudad que cayó en manos de los rusos, el Instituto Cristiano Tavriski informó que las tropas están tomando el seminario para utilizarlo como cuartel.

Mientras tanto, una declaración de la Alianza Mundial Bautista [BWA, por sus siglas en inglés]—firmada por Peter Mitskevich, presidente de la Unión Rusa de Cristianos Evangélicos y Bautistas, y dirigida a Putin, Zelenski y a los presidentes de Estados Unidos y Francia— evitó señalar culpables [enlace en ruso y en inglés]. Además de afirmar su apoyo histórico a Rusia, que se remonta a 1933, la BWA también recordó su resolución de 1968 en la que establece que «la guerra como medio de solución permanente es injustificable».

Sin embargo, no utilizó el término en referencia a Ucrania. En cambio, lamentó un «conflicto violento», pidió el fin de las «hostilidades», la negociación para la «seguridad mutua» y la limitación del «daño generalizado».

Con respecto a la crisis de 2014 en Donbás, en la región oriental de Ucrania, Mitskevich recordó la tristeza por la «intensa tensión», así como el apoyo a las iniciativas de reconciliación.

«Todo el mundo cristiano ora por ustedes con la esperanza de que la visión del profeta Isaías sea cumplida cuando las espadas sean convertidas en arados», dice la declaración, que también fue firmada por Elijah Brown, secretario general de la BWA, y Alan Donaldson, secretario general de la Federación Bautista Europea.

«Y que la oración del apóstol Pablo se cumpla al crearse las condiciones para una vida pacífica y próspera para todos los pueblos».

Las declaraciones similares de este tipo hasta ahora no han satisfecho a la mayoría de los evangélicos ucranianos. ¿Será diferente el caso de la carta de Vlasenko?

«La valentía y la honestidad son cualidades que históricamente han sido escasas entre los cristianos en Rusia», dijo Jaroslaw Lukasik, director de Eastern Europe Reformation, quien describió las palabras de Vlasenko como una «bocanada de aire fresco».

«Sin embargo, antes de hacer enmiendas y hablar de paz y solidaridad, tenemos que trabajar juntos para detener el mal que el régimen de Putin ha desatado en Ucrania», dijo Lukasik a CT. «Así que nuestra pregunta es: ¿Tomarán nuestros hermanos y hermanas en Rusia una posición activa con nosotros en la lucha contra el régimen ruso?».

Muchos líderes evangélicos ucranianos se negaron a dar comentarios a CT.

En su carta abierta, el líder evangélico ruso escribió que ha hecho todo lo que estuvo a su alcance.

«Mi oración es que encuentren fortaleza del Señor para extender una mano de solidaridad y perdón, para que podamos vivir como el pueblo de Dios para nuestro mundo», declaró Vlasenko. «Que nuestro Padre celestial nos ayude a todos».

Traducción por Sofía Castillo

Edición en español por Livia Giselle Seidel

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Texto completo de la carta de Vitaly Vlasenko:


[Traducción oficial]

12 de marzo de 2022

A mis queridos hermanos y hermanas de todo el mundo:

Como Secretario General de la Alianza Evangélica Rusa, lamento profundamente lo que mi país ha hecho con su reciente invasión militar a otro país soberano, Ucrania.

Para mí, como para muchos otros cristianos, la invasión militar fue un shock. Ni en el peor de los casos imaginaba lo que ahora se puede ver en Ucrania. Dos pueblos estrechamente relacionados, muchos de los cuales son profundamente devotos de la fe cristiana (principalmente, de la Iglesia Ortodoxa), ahora se encuentran en feroz batalla; un lado, persiguiendo el objetivo de la desmilitarización de Ucrania; el otro, tratando de salvar su país de la ocupación.

Muchos rusos y ucranianos tienen parientes cercanos en el otro país. Un ruso puede tener hijas y nietos viviendo en Kiev; un ucraniano puede tener hijos viviendo y trabajando en Moscú. Hoy, el dolor, el temor y el profundo sufrimiento por sus seres amados y por el futuro de sus propias vidas y países atraviesan los corazones de muchas personas como rayos, porque, desde la Segunda Guerra Mundial, nadie conoce los límites de la guerra ni cuáles pueden ser sus consecuencias.

Hoy, mueren soldados de ambos lados. Los sentimientos de paz son destruidos entre las bombas y las esquirlas, y una nueva corriente se desplaza por Europa llamando especialmente la atención como refugiados: mujeres, ancianos, niños.

Todos estos hechos me causan un profundo dolor y amargura; lamento las decisiones tomadas por los líderes de mi país, y siento una profunda compasión por los que sufren como consecuencia de esa decisión.

Todo lo que estuvo a mi alcance para detener esta invasión militar, lo he hecho:

• En mi carácter de Secretario General de la Alianza Evangélica Rusa, escribí una carta abierta al presidente Vladímir Putin el día antes de la invasión, apoyando el pedido de los líderes religiosos de Ucrania, que pedían una solución pacífica a todo conflicto.

• Iniciamos ayuno y oración por la paz y la armonía entre Rusia y Ucrania.

• Nuestra alianza participó de las oraciones públicas junto con líderes rusos, ucranianos y europeos por la reconciliación de todas las partes.

• La Alianza Evangélica Rusa brindó asistencia humanitaria a más de 500 refugiados de Ucrania que se encuentran en el sur de Rusia.

• Iniciamos una mesa redonda y una posterior conferencia internacional sobre el tema de los conflictos políticos y militares.

Hoy, como ciudadano y como Secretario General de la Alianza Evangélica Rusa, pido perdón a todos aquellos que han sufrido, perdido seres queridos y parientes, o perdido su lugar de residencia como resultado de este conflicto militar. Mi oración es que encuentren fortaleza del Señor para extender una mano de solidaridad y perdón, para que podamos vivir como pueblo de Dios para nuestro mundo.

Que nuestro Padre celestial nos ayude a todos.

Con profundo respeto, vuestro hermano en el Señor,

Vitaly Vlasenko

Las oraciones en tiempos de guerra de los evangélicos de Ucrania

Los líderes cristianos locales invitan a los lectores a adentrarse en sus ministerios, meditaciones bíblicas y luchas personales en medio de la invasión rusa.

Un soldado ucraniano toma una fotografía de una iglesia destruida luego de los bombardeos en un distrito residencial en Mariupol, Ucrania, el 10 de marzo de 2022.

Un soldado ucraniano toma una fotografía de una iglesia destruida luego de los bombardeos en un distrito residencial en Mariupol, Ucrania, el 10 de marzo de 2022.

Christianity Today March 11, 2022
Evgeniy Maloletka

La iglesia ucraniana necesita apoyo. Pero también los individuos que pastorean el cuerpo de Cristo. A menudo, se pierden detrás de los titulares y las estadísticas de la guerra. Incluso sus citas no logran transmitir la profundidad total de su lucha.

Christianity Today pidió a estos líderes evangélicos ucranianos que ayudaran a los lectores a entrar en su mundo devastado por la guerra compartiendo un vistazo de él. Cada uno proporcionó un versículo de la Biblia que ha demostrado ser significativo para la perseverancia; solicitudes de oración tanto por necesidades personales concretas, como por sus anhelos espirituales más profundos; y una referencia sobre cómo los lectores pueden involucrarse.

Taras Dyatlik, director para la cooperación de Europa del Este y Asia Central de Scholar Leaders International:

Dyatlik, quien actualmente apoya una red de seminarios ucranianos, ha dividido las necesidades en tres etapas. La necesidad más inmediata es evacuar, reubicar y encontrar lugares seguros para salvar las vidas de los estudiantes, el personal y la facultad. En una semana más o menos, su situación debería estabilizarse al encontrar alojamientos a largo plazo. Y luego, dependiendo cómo se desarrolle la guerra, descubrir cómo continuar la educación teológica.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Marcos 14:27–28: «“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas”. Pero, después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea» (NVI).

A veces nos encontramos con Jesús, no porque lo vamos siguiendo, sino porque Él viene a nosotros, como ahora, en medio de esta brutal guerra con Rusia. Y nos pregunta lo que le preguntó a Pedro en el mar de Galilea: «¿Me amas?» (Juan 21:16–17). De la misma forma, esto viene después del desayuno, cuando primero nos ha atendido. Incluso cuando fallamos en los desafíos de esta guerra, su amistad está disponible para que revivamos en ella.

Por qué está orando:

Estoy orando por mi esposa y muchas otras esposas que se negaron a ser evacuadas y tener que dejar a sus esposos detrás. Pero también mi oración es para que esta guerra sacuda la conciencia de la humanidad y la teología de la iglesia. No se puede seguir ensalzando el nacionalismo, así como vemos a tantos cristianos adoptándolo ahora en Rusia, cuando tan a menudo requiere que otros sean humillados.

Oleksandr Geychenko, presidente del Seminario Teológico de Odessa:

United World Mission ha trabajado con el Seminario durante décadas, ubicado en la costa occidental del mar Negro de Ucrania. Mientras sus compañeros directores de seminario en otras ciudades han convertido sus campus en lugares de refugio, Geychenko ha estado tratando de evacuar al personal y a los estudiantes de la escuela, y proveer para ellos de la mejor manera posible.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

1 Corintios 12:26–27: «Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él» (NBLA).

El domingo 6 de marzo celebramos nuestra Cena del Señor mensual por primera vez desde que comenzó la guerra. Lo más significativo fue poder identificarnos con el sufrimiento de los hermanos creyentes que tienen seres queridos en las naciones vecinas, todavía en camino en busca de alojamiento, o que han perecido en los ataques a nuestras muchas ciudades. Pero al tomar el pan, recordé que soy parte del cuerpo de Cristo.

Por qué está orando:

Estoy orando con rabia con un dolor casi tangible. En vez de seguir con mi rutina de seminario, ahora soy un voluntario de emergencia. Nuestras vidas han sido destrozadas, nuestras almas han sido quemadas y no se vislumbra un final. Para que la totalidad de nuestro país sea restaurada, necesitamos que Dios brinde visión espiritual y claridad moral al mundo. Entonces esta tormenta se volverá contra los agresores y los dispersará.

Yuriy Kulakevych, director de asuntos exteriores de la Iglesia Pentecostal Ucraniana:

Al servir en la unión más grande de iglesias carismáticas en Ucrania, Kulakevych es parte de un sistema de administración que facilita ayuda para los evacuados a través de sus redes regionales. Gerentes de almacén, operadores de atención telefónica, contadores, cocineros y conductores son algunos de los trabajadores detrás de escena que hacen posible el cuidado físico y espiritual directo de quienes buscan refugio.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

2 Corintios 6:9–10: «Somos tratados como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo».

A pesar de nuestros muchos problemas, debemos recordar que hoy es el día de salvación. Tal vez no lo sentimos, pero en Cristo tenemos suficiente para abrir de par en par nuestro corazón para servir las necesidades de quienes nos rodean.

Por qué está orando:

¡Estoy orando por una restauración sobrenatural durante las breves noches de sueño! Todos están haciendo lo mejor que pueden, física, mental y espiritualmente, pero algunos, y especialmente los jóvenes, necesitan liberación del estrés postraumático. Sin embargo, en medio de la oscuridad de la guerra, estoy orando por la evangelización de las naciones en la Federación Rusa, que tienen el evangelio escondido entre las túnicas negras de los sacerdotes ortodoxos.

Vadym Kulynchenko, misionero de Our Legacy, Ucrania:

Como parte de un movimiento de formación de discípulos en Kamyanka, 145 millas (233 km) al sur de Kyiv, Kulynchenko ha supervisado el suministro de alimentos, medicinas, productos de higiene y combustible para los evacuados que huyen de la violencia. También está etiquetando fondos —en un acto de fe— para la eventual reconstrucción de Ucrania.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Marcos 14:35–36: «Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que, si fuera posible, pasara de Él aquella hora. Y decía: “¡Abba, Padre! Para Ti todas las cosas son posibles; aparta de Mí esta copa, pero no sea lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieras”».

Podemos traer a Dios nuestras preguntas y luchas honestas, y debemos hacerlo, para que no caigamos en la tentación de perder nuestra paz u odiar a los rusos. Pero una vez que entregamos nuestra vida a Dios, debemos aceptar y obedecer las respuestas que Él nos da.

Por qué está orando:

Estoy orando porque Dios me guíe claramente acerca de si debo mudar a mi familia fuera de Ucrania. Nuestra región central está segura en este momento, pero las cosas pueden cambiar rápidamente. Eurasia y el Medio Oriente se encuentran en el epicentro de las profecías de los últimos tiempos de Dios, por lo que necesitamos entender cómo comportarnos tanto ahora como en los terribles eventos futuros.

Ruslan Maliuta, enlace de redes estratégicas en One Hope:

Dedicado a la cooperación de la iglesia y la distribución de Biblias para niños, Maliuta también está conectado con los ministerios que ayudan a los huérfanos y otros niños que viajan solos a fin de evacuarlos de las áreas de ataque ruso. Originario de Kyiv, se mudó con su familia para continuar sirviendo desde Europa Occidental.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Juan 8:31–32: «Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: “Si ustedes permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”».

Seguir genuinamente a Jesús nos permite discernir la realidad. Los medios de comunicación ofrecen narrativas discordantes, pero esto es una guerra, su autor es Putin y su propósito es destruir a Ucrania como un país libre, y quebrantar nuestro espíritu. Y a menos que sea detenido, eventualmente continuará adentrándose más en Europa.

Por qué está orando:

Estoy orando por los padres de mi esposa, que siguen en Kyiv, y por sabiduría para que sepamos cómo pastorear a nuestros cinco hijos en esta temporada tan desafiante. Pero más allá de Rusia, debemos orar para que las mentiras y el engaño que caracterizan tantos problemas, identidades e historias [sic], lleven a los cristianos a un mejor discipulado en cómo ser la luz.

Maxym Oliferovski, líder de proyecto de Multiply Ucrania:

Esta misión de los Hermanos Menonitas opera el Centro New Hope en Zaporizhzhia, a 40 millas [64 km] del reactor nuclear ahora controlado por Rusia. Mientras evacua y reubica a refugiados en Europa del Este, Oliferovski ayuda a la red anabaptista de iglesias locales en el sureste de Ucrania mientras continúan sirviendo a sus comunidades.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Salmo 11:5: «El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia».

Vemos muertes violentas a nuestro alrededor en Ucrania, y lo único que podemos orar es que Dios las detenga. Pero podemos sentirnos alentados al saber que Dios también odia tal violencia, y que con el tiempo traerá su justo juicio sobre aquellos que la practican.

Por qué está orando:

Estoy orando para que mi familia persevere en medio de las dificultades por las que estamos pasando, pero con sabiduría, para saber cómo continuar sirviendo mejor a quienes nos rodean. También estamos orando por milagros: que así como Dios suple las necesidades físicas de las personas, también les dé paz a sus almas, y sobre todo, que su nombre sea glorificado.

Sergey Rakhuba, presidente de Mission Eurasia:

Con la visión de equipar a la próxima generación de líderes de iglesias evangélicas en 12 países de la antigua Unión Soviética, así como en países con importantes poblaciones rusas, Rakhuba se encuentra actualmente en Moldavia supervisando los esfuerzos tras el cambio impulsado por esta crisis para proporcionar alimentos, refugio, medicinas y servicios pastorales en tres centros de refugiados en Europa del Este. Y dentro de Ucrania, dice que se han movilizado 1000 voluntarios para ayudar a quienes evacuan y quienes permanecen en las zonas de guerra.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Isaías 43:2: «Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará».

Es fácil confiar en Dios cuando no está pasando nada, pero es cuando estamos en medio de un mal abrasador que realmente debemos depender de Dios. El corazón está sangrando; pero a medida que el amor de Jesús brilla a través de la tragedia, aún podemos encontrar esperanza y alegría.

Por qué está orando:

Estoy orando por fortaleza y coraje para nuestro liderazgo. No puedo estar en el terreno en Ucrania, pero mi personal y mis amigos sí, algunos de los cuales llevan comida a las zonas más peligrosas, y nuestro centro en Lutsk fue bombardeado anoche. Pero más allá de la política, esto es un ataque espiritual a la iglesia. Dentro de los muy limitados recursos de la iglesia, oro para que Dios muestre su poder y haga brillar el evangelio.

Mykola Romaniuk, pastor principal de la Iglesia Bíblica de Irpin:

Al frente de la iglesia bautista más grande en el «Wheaton» suburbano de Kyiv, Romaniuk y su congregación han sido desplazados por el reciente ataque ruso [enlace en español]. Pero continúan apoyando tanto a los miembros como a los no creyentes mientras se dispersan, así como a sus iglesias asociadas en las ciudades occidentales de Vinnytsa y Rivne, que albergan a muchos evacuados.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

Eclesiastés 3:8: «Tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz».

Ahora es el momento del odio y la guerra. Amar a un enemigo que viene con un arma requiere hacerlo retroceder, y aquellos que no se movilizan militarmente deben hacerlo espiritualmente, en oración incesante. Cuando vuelva el tiempo del amor y la paz, buscaremos entonces reparar las relaciones con los creyentes rusos que admitan el pecado de su silencio ante el fratricidio.

Por qué está orando:

Estoy orando por mi corazón, idéntico al de David cuando estaba rodeado por un ejército idéntico de hombres engañosos y malvados (Salmo 43:1). Un joven hermano, miembro de nuestra iglesia, fue asesinado en la calle mientras ayudaba a otros [enlace en español], mientras nuestras pacíficas ciudades sufren bombardeos diarios. Estoy orando por aquellos atrapados en el frío y la nieve, y por los refugiados cristianos, para que puedan encontrar una comunidad espiritual en su reubicación.

Valentin Siniy, presidente del Instituto Cristiano Tavriski:

Ubicado cerca de la península de Crimea, el instituto se encuentra en la ciudad portuaria de Kherson, que ha caído bajo la ocupación rusa. El campus ahora está bajo amenaza de convertirse en un cuartel militar. Como ya no puede brindar educación en el seminario, Siniy se ha enfocado a ayudar con las evacuaciones y la provisión de necesidades básicas a las iglesias dentro de las regiones de Ucrania controladas por Rusia.

El versículo bíblico que lo ha ayudado a perseverar:

1 Corintios 15:51–52: «Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados».

Es difícil encontrar la Escritura correcta que pueda consolar nuestros corazones. Pero recordé este verso mientras me alejaba de mi ciudad natal, escuchando detrás de mí los lanzacohetes bombardeándola. Esta guerra nos transformará para siempre, y nunca seremos los mismos.

Por qué está orando:

Estoy orando por mi familia y el infierno emocional por el que estamos pasando. Casi no dormimos anoche, nos intoxicamos con la comida, mi cuñada tiene una condición médica grave y estamos muy lejos de los médicos y hospitales que conocemos. Pero al ver este mundo pecaminoso y el reino de destrucción, le pido a Dios que más personas condenen el pecado de la guerra. Necesitamos que su reino celestial venga y restaure su propósito original para la creación.

Nota del editor: Aquí puede encontrar la cobertura en español de la guerra entre Rusia y Ucrania de CT, incluyendo las evacuaciones en el «Wheaton de Ucrania», la protesta en contra de la guerra de cientos de pastores rusos, el ministerio en los refugios de Ucrania, y un reporte de campo de cómo está viviendo la guerra la iglesia ucraniana. CT ofrece artículos selectos en ruso y en ucraniano.

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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¿Necesitan los cristianos rusos más Bonhoeffers?

Líderes evangélicos europeos analizan cómo la pertenencia al cuerpo de Cristo debe guiar a los creyentes cuando sus naciones están en guerra.

Dietrich Bonhoeffer y la bandera de Rusia.

Dietrich Bonhoeffer y la bandera de Rusia.

Christianity Today March 11, 2022
Illustration by Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons

Ha caído el primer clérigo ante la nueva ley rusa.

Ioann Burdin, de la Iglesia de la Resurrección de Kostroma, a 215 millas al noroeste de Moscú, fue detenido por «desacreditar a las fuerzas armadas rusas» en su sermón dominical.

Al parecer, su parroquia también compartió una petición contra la guerra.

«Nosotros, los cristianos, no podemos quedarnos de brazos cruzados cuando un hermano mata a otro hermano, un cristiano mata a otro cristiano», decía la declaración, según informó el servicio ruso de la BBC [enlace en inglés].

«No repitamos los crímenes de los que aclamaron las hazañas de Hitler el 1 de septiembre de 1939».

¿Necesita Rusia —y el mundo— más personas como él?

Christianity Today informó anteriormente de la frustración de los líderes cristianos ucranianos al llamar a sus homólogos rusos a ser como Dietrich Bonhoeffer [enlace en español]. El famoso teólogo alemán fue ejecutado en los últimos días del Tercer Reich acusado de complicidad en un plan de asesinato contra el führer.

Los evangélicos ucranianos quieren que los evangélicos rusos al menos alcen la voz.

Cientos de ellos lo han hecho [enlace en español]. ¿Pero es justo pedirles que lo hagan? La nueva ley rusa, aprobada el 4 de marzo, prevé penas de hasta 15 años de prisión por el simple hecho de llamar «guerra» a lo que Putin llama «operación militar especial».

Cinco líderes evangélicos europeos hablaron con CT sobre si se debe priorizar la seguridad o la solidaridad.

CT: Ester en la Biblia, y Bonhoeffer en la historia, son ejemplos excepcionales de fe. ¿Pero deberían ser normativos para los cristianos —especialmente los líderes cristianos— en tiempos de conflicto?

Leonardo De Chirico, presidente de la comisión teológica de la Alianza Evangélica Italiana:

En cierto sentido, toda la Iglesia ha recibido la responsabilidad profética de denunciar el mal y la injusticia. Además, hay llamados proféticos específicos que los individuos reciben de Dios, y están dispuestos a pagar el precio de exponerse a represalias y persecuciones.

No todos estamos llamados a ser Esteres y Bonhoeffers en todas las circunstancias, pero algunos deberían hacerlo. Y todos deberían apoyarlos en el papel sacerdotal de la oración y la solidaridad.

La lealtad a nuestras naciones es buena, pero puede convertirse en un ídolo. La lealtad a Dios y a su iglesia mundial siempre tiene prioridad. Espero y oro para que los creyentes de las naciones implicadas demuestren que su unidad en Cristo es más fuerte que sus lealtades nacionales.

Marc Jost, secretario general de la Alianza Evangélica Suiza:

Me ha alegrado y animado mucho oír que mi homólogo ruso se ha pronunciado valientemente contra su propio gobierno [enlace en ruso]. Pero esto es principalmente una cuestión de vocación y mandato personal, más que un deber general de los cristianos, o de los rusos con pensamiento crítico.

Aunque, por supuesto, me parece muy bien.

La lealtad entre los cristianos trasciende todas las fronteras. El vínculo a través de Cristo es más fuerte que el de una nación, incluso más fuerte que el de la propia familia física.

Samuil Petrovski, presidente de la Alianza Evangélica Serbia:

Esta cuestión no es nueva. Hace muchos años, cuando los pastores ucranianos pidieron a los pastores rusos que se pronunciaran contra Putin, recuerdo que yo no estuve de acuerdo con ello.

Sé que la mayoría de los líderes cristianos de Rusia están en contra de la guerra. En sus iglesias oran por la paz y algunos se manifiestan públicamente. Están sometidos a mucha presión. Lo más importante es la unidad de los creyentes en Ucrania y Rusia.

En lugar de ser unilaterales, como han hecho algunas personas mostrando la bandera ucraniana y creando reuniones de oración por los ucranianos específicamente, deberían incluir también la bandera rusa y orar también por los rusos.

Los cristianos deben levantarse en oración, ofrecer ayuda práctica y hacer un llamado a la paz, orando por los líderes de ambos bandos. Debemos ser extremadamente cuidadosos para evitar un fuerte debate político, puesto que esto puede provocar que nuestros líderes cristianos pierdan de vista el enfoque y olviden la importancia de Cristo.

Durante el conflicto entre Serbia y Croacia, algunos pastores de iglesias evangélicas hicieron fuertes declaraciones en las que animaban a la OTAN a bombardear otro país. Otros pastores los condenaron por ello.

Las iniciativas de ambos bandos intentaron traer unidad, animándonos a orar en un país neutral cercano. Pero algunos rechazaron esta oferta, diciendo: «El único lugar donde podemos reunirnos a orar es en el cielo».

No debería ser así, ni en Serbia, ni en Rusia, ni en Ucrania.

Slavko Hadžić, coordinador de Predicación de Langham para los Balcanes Occidentales, desde Bosnia:

Los cristianos deben tomar partido por la justicia y la verdad, y contra la guerra y la violencia. Pero aunque no debemos callar por miedo, tampoco debemos hablar expresando nuestras expectativas de los demás. Nuestro motivo debe ser únicamente complacer a Dios.

En el reino de Dios no hay bosnios, serbios ni croatas. No hay ucranianos ni rusos. Solo hay quienes son hijos de Dios y quienes no lo son. Y el Diablo utiliza a algunos para el mal en todos los bandos.

En lugar de condenar a los que siguen callados, debemos orar para que Dios les dé orientación, valor y sabiduría para saber qué, cuándo y cómo hablar.

Vlady Raichinov, vicepresidente de la Alianza Evangélica Búlgara:

En la Biblia abundan los relatos de oposición contra monarcas y autócratas crueles por motivos de fe. La historia de la Iglesia también cuenta de muchas voces que se alzaron contra la injusticia.

Pablo dijo: «Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona» (Colosenses 4:6, NBLA). Esta combinación de gracia y sal debería caracterizar nuestra respuesta a cualquier conflicto público. Con amor y veracidad, misericordia y virtud, aplomo y perspicacia, evitamos la tentación de ser insensibles y poco amables, o tímidos y retraídos.

Esto es especialmente cierto en los regímenes autoritarios.

La conciencia a veces susurra discretamente, una voz tímida que nos recuerda nuestra identidad, valores y compromisos. Otras veces es fuerte, contundente y estridente, un delator interno que nos obliga a buscar un cambio evidente.

Como «conciencia de la sociedad», la iglesia suele hablar de forma discreta, clandestina y de boca en boca. Subvierte los valores sociales de persona en persona, difundiendo lenta y pacientemente su sal y su luz, hasta que consigue hacer tantos agujeros en los cimientos morales del tirano que finalmente su poder se agota y su dominio se derrumba.

Pero otras veces, el Espíritu lleva a los cristianos a alzar una voz aguda e intransigente contra los crímenes que han ido demasiado lejos. Y entonces la iglesia, todavía alimentada por el Espíritu de Dios, se convierte en quien lleva a cabo el disparo inicial y lleva la bandera de grandes cambios tectónicos en toda la sociedad. Su sal y su luz influyen entonces en las masas para que perciban la injusticia y las motivan a hacer algo al respecto.

Nuestras oraciones son para que Dios guíe a los cristianos de Rusia a escuchar atentamente la tranquila y silenciosa voz de Dios, a mantener fielmente su vocación de predicar el Evangelio y a seguir valientemente el llamado de Dios a hacer lo necesario en su terrible situación.

CT: ¿Qué nivel de amenaza es necesario para que un cristiano se vea obligado a hacer algo contra el mal?

De Chirico (Italia):

Cuanto menos personal e inmediato sea el nivel de amenaza, más difícil será motivarse contra él. Si hablamos del mal sistémico, algunas personas ni siquiera lo reconocen, y mucho menos hablan contra él.

Aquí nos enfrentamos a una guerra, a personas que mueren, a la destrucción y la desesperación, y a la amenaza de las armas nucleares. Puede que las cosas parezcan geográficamente distantes ahora, pero si no se detienen, sus efectos en cadena pronto llegarán a todo el mundo.

Este nivel de amenaza nos obliga a todos a hacer algo.

Jost (Suiza):

Toda injusticia, y todo lo que pone en peligro a nuestros semejantes, debería ser un llamado para que los cristianos hagan algo al respecto.

Pero no todo mal es responsabilidad mía. Cuando Dios le muestra a un individuo cristiano una injusticia, y le toca el corazón para actuar, entonces esa persona debe ser obediente a Dios.

Petrovski (Serbia):

Los cristianos deben alzar la voz en todos los ámbitos, no solo cuando se produce una tragedia. Sobre todo cuando el mal está en nuestros propios barrios, y muchas veces esto puede ser impopular.

Pero es muy interesante que en el Nuevo Testamento no encontremos a los apóstoles escribiendo directamente contra el césar y las autoridades romanas, sino haciendo un fuerte llamado a la oración y la perseverancia, y retando a los cristianos a ser sal y luz en tiempos de crisis.

Hadžić (Bosnia):

Como cristianos, siempre tenemos que oponernos al mal. Un mal mayor requiere una respuesta mayor, pero no tenemos que esperar a que crezca.

Es muy importante recordar que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra los principados celestiales. Si miramos con criterios seculares, hay un bando que es culpable y otro que es inocente.

Pero según los criterios bíblicos, todos somos culpables. Hay personas que sufren en todos los bandos, hay hijos de Dios en todos los bandos, y hay necesidad de la misericordia de Dios en todos los bandos.

Cuando se sufre y se tiene dolor o miedo, es difícil evitar mirar al otro como malvado. Sin embargo, debemos reconocer al Diablo y enfrentarnos a él.

Raichinov (Bulgaria):

Como dice el Libro de los Proverbios «¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos!» (v. 31:8, NVI). Se trata de un llamado de acción general, válido para los seguidores de Jesús, en todas partes. Sin embargo, en el día a día, cuando los cristianos están en las trincheras, ocupados vendando heridas y brindando consejo y consuelo a las víctimas, el nivel de amenaza debe evaluarse sobre el terreno, según lo que Dios ponga en nuestros corazones.

Un grito silencioso causado por un abuso será más reconocible para las personas que han adquirido experiencia en el trato con la violencia o el tráfico de personas; sin embargo, otras podrían ser ajenas a las señales de peligro. La pérdida de vidas durante una guerra o una pandemia puede acabar siendo una estadística en una pantalla de televisión; sin embargo, cuando golpea más cerca de casa, o cuando se ministra a personas afligidas, refugiados desesperados o familias rotas, entonces el nivel de amenaza se percibe de forma diferente.

Pero en una escala más amplia, el nuevo mandato de Jesús de amar crea en nosotros un corazón sensible y solidario que se identifica con las personas que sufren, sin importar qué tan grave sea su situación, y las atiende.

¿Qué tan bajo es el límite? Es tan bajo como la dignidad personal, la salud o la vida de cualquier ser humano amenazado por otra persona, o por un desastre natural.

¿Es la posibilidad de éxito un factor legítimo a considerar? ¿O aun el más pequeño acto es un grano de mostaza?

De Chirico (Italia):

Los profetas actúan independientemente del resultado, dispuestos a enfrentarse a la oposición antes que a ganar el caso. Solo se preocupan por afirmar la verdad y denunciar el mal, llamando a todos al arrepentimiento.

Pero la Biblia también nos llama a una responsabilidad real: llevar una vida ordenada y cuidar de los demás. En este papel, debemos sopesar distintos factores. Todo depende del papel (profeta, sacerdote o rey) al que demos prioridad.

Jost (Suiza):

Como cristianos, siempre se nos invita a razonar empatando, tanto la capacidad de pensamiento que nos ha sido confiada, como las inconmensurables posibilidades de Dios. La combinación de ambas constituye la verdadera sabiduría.

Petrovski (Serbia):

Los cristianos deben oponerse a cualquier forma de mal —especialmente la guerra—, pero no solo cuando la guerra ha comenzado. Deberíamos enseñar a todos los creyentes a no tomar partido, a no acusar a los hermanos y hermanas en Cristo, y a no exigirles que actúen sin conocer toda la historia.

En cambio, deberíamos invitar a todos los cristianos del mundo a orar por Ucrania, Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos. Se trata de una amenaza global, y es esencial que seamos pacificadores.

Hadžić (Bosnia):

El éxito se encuentra en la lucha contra el miedo —o las expectativas de los demás— y en la defensa de la verdad y la justicia. Si no hacemos nada, nunca sabremos qué pasaría si lo hiciéramos. Debemos hacer lo que es correcto, y lo que Dios nos llama a hacer, independientemente de cualquier posibilidad de éxito.

Raichinov (Bulgaria):

Esta no es una cuestión fácil. Nuestra memoria colectiva está repleta de historias de persecución totalitaria. Pero mientras los líderes sufrían presiones, las congregaciones se aferraban a su fe, se reunían en secreto y pasaban Biblias de contrabando a pesar del peligro inminente de ser denunciados a los vigilantes comunistas.

¿Preveían el éxito y cómo se habría medido? La única lección que destaca es su compromiso con el poder subversivo del Evangelio. Su sedición era espiritual: proclamar a Jesús, orar por el cambio gubernamental, enseñar a sus hijos a memorizar las Escrituras, vivir una vida íntegra y amar al prójimo.

Al final, los regímenes se desintegraron desde dentro. Consciente o instintivamente, la iglesia contribuyó a socavar el sistema de valores autocráticos y a difundir silenciosamente una visión diferente del mundo.

Jesús aconsejó en el Sermón de la Montaña: «No resistan al que les haga mal» (Mateo 5:39). ¿Cómo influye esto en la decisión?

De Chirico (Italia):

Hay bibliotecas enteras sobre la interpretación del Sermón de la Montaña. Considero que no se refiere principalmente al papel del Estado, sino al trato personal con las personas malvadas, dispuestas a pagar el precio personal de su maldad.

Jost (Suiza):

El Sermón de la Montaña nos interpela en nuestras relaciones personales y nos anima a ser pacificadores. Los cristianos con responsabilidad política también tienen un poder estatal que ejecutar y, por ejemplo, un ejército que dirigir.

Pero Juan el Bautista no pidió a los soldados (romanos) que depusieran las armas, sino les dijo: «No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas».(Lucas 3:14).

Petrovski (Serbia):

En el Sermón de la Montaña, Jesús nunca llamó a los disturbios ni a los movimientos de carácter político. Y Pablo nos llama a bendecir a nuestros enemigos, en lugar de maldecirlos.

Durante nuestra guerra, algunas iglesias de ambos bandos oraron públicamente una bendición sobre sus «enemigos», pero hubo otros pastores que voltearon hacia el gobierno, buscando su influencia.

Escuchaban al césar en lugar de a Cristo.

Hadžić (Bosnia):

No debemos buscar la venganza y no debemos devolver el mal con el mal.

Los cristianos no luchan contra el mal con odio, sino con amor; no con maldiciones, sino con la oración y la bendición.

Donde el mal busca destruir, nosotros buscamos construir.

Raichinov (Bulgaria):

Al fin y al cabo, la justicia y la venganza pertenecen al Señor. Jesús nos ha dicho que estemos dispuestos a poner la otra mejilla, y este es un valor básico de nuestra fe cristiana. Implica no solo buscar la paz y tender puentes, sino también apreciar incluso al agresor como un ser humano creado a imagen de Dios y necesitado de su gracia.

A medida que la iglesia crece en su estructura y es reconocida en la sociedad, se convierte en una imagen visible de cómo Dios desea que viva la gente. En este nivel, la iglesia tiene otra tarea: desafiar el orden mundial y ofrecer en su lugar el sistema de valores invertido de Jesús.

Como entidad contracultural, la iglesia debe ser disidente, declarando lo que Dios dice contra la injusticia y el mal. En un mundo de desorden y desinformación, roto sin remedio, la iglesia debe servir de faro de paz y verdad.

Su responsabilidad es desafiar a las fuerzas demoníacas, llamarlas por su nombre y orar fervientemente contra su propagación. Al resistirse al odio y a la depravación; al identificar cosas como la guerra y la tiranía con sus nombres reales; y al trazar una línea clara sobre la perversidad moral, el poder ensimismado y el pecado humano, la iglesia le está brindando a este mundo un marco de referencia mientras apunta a otro reino, uno de shalom y amor.

Nota del editor: Aquí puede encontrar la cobertura en español de la guerra entre Rusia y Ucrania de CT, incluyendo la protesta en contra de la guerra de cientos de pastores rusos, el ministerio en los refugios de Ucrania, y un reporte de campo de cómo está viviendo la guerra la iglesia ucraniana.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Cuando se sienta pequeño, mire al universo y a la cruz

En tiempos de duda, recuerdo ver a Dios a través del telescopio Hubble.

Fondo de imagen: Campo Profundo Extremo del Hubble.

Fondo de imagen: Campo Profundo Extremo del Hubble.

Christianity Today March 11, 2022
Illustration by Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons

En las Montañas Rocosas, donde vivo, se pueden ver varios miles de estrellas a simple vista cuando el cielo está despejado. Todas ellas pertenecen a la galaxia Vía Láctea, que abriga más de 100 mil millones de estrellas, incluyendo una de tamaño promedio alrededor de la cual orbita la Tierra: el Sol.

Nuestra galaxia tiene mucho espacio: hay 26 billones de kilómetros de distancia entre el sol y la estrella más cercana. Si partiéramos de la Tierra y viajáramos a la velocidad de la luz, nos tomaría veinticinco mil años alcanzar el centro de la Vía Láctea, ya que nuestro planeta se encuentra en uno de los límites de la galaxia.

Hasta hace un siglo, los astrónomos creían que nuestra galaxia era todo el universo. Pero en la década de 1920, Edwin Hubble probó que Andrómeda, lo que parecía ser una nube de polvo y gas en el cielo nocturno, era en realidad otra galaxia. Ahora había dos. Por eso, cuando la NASA lanzó al espacio un gran telescopio para obtener imágenes más claras, lo nombraron Telescopio Espacial Hubble en su honor.

En 1995, un científico propuso apuntar el Hubble hacia un punto oscuro y del tamaño de un grano de arena para ver lo había más allá de la oscuridad. El telescopio orbitó la Tierra y tomó imágenes de larga exposición de ese punto. El resultado asombraría a cualquiera y ha sido llamado la «imagen más importante jamás obtenida». ¡Resultó que ese punto tan pequeño contenía casi 3 mil galaxias!

En años recientes, el telescopio Hubble volvió a analizar el mismo punto con equipo más sofisticado y, con cada adición, consiguió identificar muchas galaxias más. Los astrónomos hicieron un mapa del Campo Profundo, el Campo Ultra Profundo, el Campo Profundo eXtremo y la Última Frontera. Al alcanzar los límites de la luz visible —y tal vez al quedarse sin nombres para los hallazgos del Hubble— se pasó el trabajo a un telescopio más novedoso y capaz. El Telescopio Espacial James Webb, que fue lanzado en la Navidad de 2021, podrá detectar aún más galaxias usando cámaras infrarrojas.

Los científicos creen ahora que si usted tuviera visión ilimitada, podría tomar una aguja de coser, sostenerla con el brazo extendido y ver diez mil galaxias en el ojo de la aguja. Si lo moviera un poco más a la izquierda, vería otras diez mil. Lo mismo si lo moviera a la derecha o hacia cualquier otra dirección. Hay alrededor de un billón de galaxias en el espacio y cada una contiene alrededor de 100 o 200 mil millones de estrellas.

A partir de esos descubrimientos, nuestro hogar, ese pequeño punto azul que llamamos Tierra, no ha dejado de encogerse en términos comparativos. Ahora se dice que es un planeta de tamaño regular que orbita alrededor de una estrella mediana en una galaxia que existe entre miles de millones de otras galaxias.

¿Cómo deberíamos adaptarnos a esta realidad que nos fuerza a ser humildes?

Tiempo atrás, cuando se creía que el universo estaba compuesto por apenas unas cuantas miles de estrellas, el salmista mostraba su asombro en oración:

Cuando contemplo tus cielos,
obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que allí fijaste,
me pregunto:
«¿Qué es el hombre, para que en él pienses?
¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?» (Salmo 8:3-4, NVI)

Esa pregunta ha crecido exponencialmente desde los días del Rey David. Intento comprender lo que llamo «ver a Dios a través del telescopio Hubble». ¿Cómo podría quien creó billones de galaxias preocuparse por lo que le pase a nuestro planeta infinitesimal?

Entonces voy al libro de Job, donde un pobre y atribulado Job le da la vuelta a la pregunta del salmista:

¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia,
que tanta atención le concedes,
que cada mañana lo examinas
y a toda hora lo pones a prueba?
Aparta de mí la mirada;
¡déjame al menos tragar saliva! (7:17-19)

Dios le da una respuesta directa a Job cuando le habla desde una tempestad. Job había hecho una lista bastante larga de preguntas, pero es Dios quien inicia el interrogatorio, no Job: «Prepárate a hacerme frente; yo voy a interrogarte, y tú me responderás» (38:3).

Este es el discurso más largo de Dios en la Biblia, y cada que lo leo pienso que Dios dice: «vamos a comparar tu currículum y el mío. Yo empiezo». Frederick Buechner resume así su respuesta: «Dios no explica. Él explota. Le pregunta a Job quién cree que es él. Dios dice que tratar de explicar lo que Job quiere saber sería como tratar de explicar las teorías de Einstein a una hormiga». Dios no necesita el consejo de Job ni el de nadie para sostener el universo.

Dejando de lado 35 capítulos en los que se debate el problema del sufrimiento, Dios elige adentrarse en un deslumbrante poema sobre las numerosas maravillas del mundo natural. Dios señala, una por una, las obras de la creación que más satisfacción le producen.

Dios le pregunta a Job ¿te gustaría encargarte del universo por un momento? ¡Vamos! Trata de diseñar una avestruz, o una cabra montés, o un copo de nieve. Dios menciona incluso la astronomía: «¿Acaso puedes atar los lazos de las Pléyades, o desatar las cuerdas que sujetan al Orión? ¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo? ¿Puedes guiar a la Osa Mayor y a la Menor?» (38: 31-2).

Job recibió una lección personalizada sobre lo insignificantes que somos los seres humanos en comparación con el Dios del universo, y eso acalló todas sus dudas y quejas. Nunca he experimentado nada parecido a los sufrimientos que padeció Job, pero siempre que tengo mis propias dudas, trato de recordar esa perspectiva: ver a Dios a través del telescopio Hubble. En las palabras de un musical de Broadway [enlace en inglés] que hace eco del discurso de Dios a Job: «Tus brazos son demasiado cortos para boxear con Dios».

Sin embargo, en mis momentos menos egocéntricos, me dirijo a un pasaje muy diferente de la Biblia.

En su carta a los Filipenses, el apóstol Pablo cita lo que muchos creen que es un himno de la Iglesia primitiva. En un párrafo majestuoso y lírico, Pablo se maravilla de que Jesús dejó la gloria del cielo para tomar forma humana. Y no de cualquier humano, sino de un siervo. Uno que se sometió voluntariamente a una muerte ignominiosa en la cruz (Filipenses 2:6-7).

Me detengo y me maravillo en el misterio de la Encarnación. En un acto de humildad que va más allá de nuestra comprensión, el Dios que hizo un billón de galaxias eligió «condescender» (descender con) con los ignorantes humanos de este planeta rebelde, de entre miles de millones en el universo. Es difícil hacer una buena analogía, pero es como si un humano se convirtiera en una hormiga, o tal vez en una amiba o una bacteria.

Aun así, de acuerdo con Pablo, ese acto de condescendencia fue una misión de rescate que llevó a la sanación de algo roto en el universo. Como dice el pasaje:

Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo
y le otorgó el nombre
que está sobre todo nombre,
para que ante el nombre de Jesús
se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra
y debajo de la tierra,
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre. (v. 9-11)

Escuchamos el rugido de Dios al final del libro de Job, una voz que evoca asombro y admiración, más que intimidad y amor. Sin embargo, Filipenses 2 nos da una perspectiva diferente de lo que significa ver a Dios a través del telescopio Hubble. Un Dios no limitado por el espacio y el tiempo tiene una ilimitada capacidad de amor por sus criaturas, sin importar qué tan pequeñas o rebeldes sean.

Coincidentemente, la mejor forma de expresar ese mensaje no es desde un tornado, una zarza ardiente o una montaña humeante, sino de persona a persona, a través de Jesús y sus seguidores.

Philip Yancey es autor de varios libros, siendo uno de los más recientes su libro de memorias Where the Light Fell.

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Celebrar pequeñas Pascuas también es parte de la Cuaresma

Apartar domingos para celebrar la Resurrección infunde gloria en nuestro lamento.

Christianity Today March 10, 2022
Illustration by Rick Szuecs / Source images: Timothy Eberly / Unsplash / Envato Elements

La época de Cuaresma provee un rico tiempo de confesión y oración, y a menudo se acompaña de ayuno de ciertas comidas o de otros deleites. Yo no crecí celebrando la Cuaresma, pero conforme he ido aprendiendo más cosas acerca del calendario de la Iglesia, he llegado a apreciar las prácticas que aportan significado y profundidad al camino que lleva hacia la Semana Santa.

La Cuaresma toma como modelo los cuarenta días que Jesús pasó ayunando en el desierto antes de ser tentado por el diablo (Mateo 4:2). En la actualidad, sin embargo, la Cuaresma dura más de cuarenta días porque no se cuentan los domingos. El domingo siempre celebramos el día de la resurrección, por lo que nos extiende un llamado a festejar en vez de a ayunar. Es por eso que los domingos durante la temporada de Cuaresma son conocidos como «pequeñas Pascuas», interrupciones que traen alegría pura a nuestro largo y sobrio viaje de cuarenta días. Las pequeñas Pascuas nos proporcionan pequeños pero gloriosos espacios de refrigerio en nuestro camino hacia el Día de la Resurrección.

Como dijo San Agustín acerca de los domingos de Cuaresma, «se deja a un lado el ayuno y las oraciones se recitan de pie, como una señal de la resurrección, que es también la razón por la que se canta el Aleluya cada domingo».

Según he ido aprendiendo acerca de estos pequeños interludios de celebración durante el patrón típico de la Cuaresma, me he preguntado si podrían ser un modelo para otros tiempos de sacrificio de larga duración. Celebrar pequeños momentos de gozo, incluso mientras se vive en la grave realidad del presente, mantiene en nuestras mentes toda la historia de Dios. Las pequeñas Pascuas a lo largo del camino nos proporcionan fuerzas para seguir adelante.

La realidad del sufrimiento

No todos los que observan la Cuaresma rompen el ayuno los domingos. Incluso pequeños momentos de festejo durante una época tan seria pueden parecer escandalosos. Del mismo modo, en otras épocas serias de la vida pueden parecer inapropiados pequeños momentos de alegría. Cualquier celebración corre el riesgo de aparentar disminuir la gravedad de la dificultad que se está viviendo.

Este fue el caso de un joven ministro sudafricano en 1985 llamado Trevor Hudson. Sudáfrica estaba sufriendo una larga y opresiva historia con el apartheid, y la mayoría creía que a Dios no le importaba su sufrimiento.

Trevor sintió alivio al leer El Dios crucificado de Jurgen Moltmann, que enfatizaba nuestra comunión con Dios en el sufrimiento. En el libro, Moltmann describe a Dios dispuesto a acompañar a su pueblo en medio del sufrimiento. Hudson comenzó a afirmar a su congregación que Cristo crucificado era el fundamento de toda la teología cristiana.

El joven pastor, dándose cuenta de la inevitabilidad de las adversidades, encontró alivio en saber que Dios está con nosotros en ellas. Lo que ocurrió en la crucifixión dio pie a una robusta teología del sufrimiento. Sin embargo, también notó que reducir su teología a la muerte de Jesús resultaba ser insuficiente para toda la experiencia humana.

«¿Tienes un Dios triste?»

Uno de los amigos de Trevor en el ministerio comenzó a escribir un libro, e invitó a Trevor a leer el manuscrito. El amigo, Dallas Willard, autor de La divina conspiración, escribió [enlaces en inglés] que Dios «es el ser más alegre del universo».

Trevor sabía que las palabras de Dallas eran honestas. Cuando visitó a los sudafricanos, Dallas se presentó con alegría a todos los que conoció. Sin embargo, Trevor se resistía. ¿Cómo podía verse a Dios como alguien alegre en medio de una adversidad tan obvia?

Dallas respondió preguntando: «Trevor, ¿tienes un Dios triste?». Se notaba que Trevor llevaba tiempo siendo pesimista. Honrar la adversidad que le rodeaba le había impedido buscar el gozo de la resurrección. Se dio cuenta de que necesitaba recordar la historia completa.

Dios sufre con nosotros, pero Dios también destila alegría. Trevor volvió a leer los evangelios y le impresionó el deleite de Jesús en las comidas compartidas, el buen vino y los niños jugando. Abrazó esos momentos incluso en medio de la adversidad de su propia vida y las serias necesidades que veía a su alrededor. Jesús mostró que hay un lugar para las pequeñas alegrías incluso en momentos serios.

La necesidad del gozo en tiempos difíciles

Sabiendo que su muerte era inminente, Jesús les brindó confianza a sus discípulos al asegurarles que había una conexión entre ellos, así como entre una vid y sus pámpanos. Y les aseguró también que habría una reunión final. Dijo: «Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa» (Juan 15:11). Iban a necesitar garantías de la alegría que vendría, dado todo lo que aconteció el Viernes y el Sábado Santos. El horror, el dolor, la decepción y la duda perturbaron a sus discípulos hasta que lo abandonaron.

La Cuaresma me invita a reflexionar en mi propio pecado. La señal de la cruz marcada con cenizas en mi frente me acusa cada Miércoles de Ceniza e impone sobre mí la profundidad del sacrificio de Cristo. Pero Jesús también muestra misericordia a mi corazón, de la misma forma que lo hizo con sus discípulos, colocando en mi corazón recordatorios del resto de la historia. Y logro asir ambos: el dolor y la gloria.

Las pequeñas Pascuas a lo largo de la vida

Al igual que el gozo de los domingos de la Cuaresma anula la sobriedad del resto de días, así la alegría de mi vida en Cristo quita el aguijón de muerte y el sufrimiento. Me siento tentada a esperar hasta que la pandemia termine antes de abrazar un momento de celebración. He estado almacenando celebraciones en mi mente, esperando a que se levantaran las restricciones y hubiera inmunidad de rebaño antes de decir siquiera un aleluya. Empiezo a preguntarme, sin embargo, si la vida de Jesús me libera para empaparme ahora de la alegría siempre disponible que ya es mía en él. Como recuerda el teólogo N. T. Wright, como creyentes «traemos a la vida fragmentos y destellos de la nueva creación en medio de un mundo aún en tinieblas y dolor». Yo quiero que el mundo que me rodea, en sus tinieblas y en su dolor, reciba un vistazo de esa clase de esperanza.

Las oportunidades nos rodean. ¿Qué pequeñas Pascuas podemos celebrar ahora? ¿Qué palabras podemos decir para exhibir la alegría y el nuevo nacimiento?

Kathryn Maack es cofundadora de Dwell, un movimiento de alabanza y discipulado que ayuda a hombres y mujeres a experimentar completamente la vida con Dios.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Adelante. Ora por la caída de Putin.

Los salmos imprecatorios nos dan permiso para presionar valientemente contra el mal.

Christianity Today March 10, 2022
Jamie Lorriman / Getty Images

La semana pasada vi una imagen que no me puedo quitar de la cabeza: un padre ucraniano sujetando la cara del cuerpo sin vida de su pequeño hijo, el cual estaba completamente cubierto por una manta manchada de sangre excepto por un halo de cabello rubio. Este padre, desconsolado, presionaba su rostro contra el pelo de su hijo, aferrándose a él, desesperado y destrozado. Cierro los ojos para orar y veo esta imagen.

Cuando pienso en ello, se me rompe el corazón. Pero también siento furia. Se parece a una especie de sentimiento de furia maternal. Un niño inocente fue asesinado violentamente porque el líder de Rusia decidió que quería apropiarse de un país vecino que goza de plena soberanía.

La violencia en Ucrania hace que me sienta impotente, como les pasa a muchos. Veo sin poder hacer nada cómo los tanques entran en las ciudades, cómo los objetivos civiles huyen a los refugios, como las vidas de familias enteras son brutalmente exterminadas [enlaces en inglés]. ¿Qué puedo hacer con esta ira y con este dolor?

Como dije hace poco cuando conversaba con David French y Curtis Chang, me doy cuenta de que acudo una y otra vez a los salmos imprecatorios. Cada mañana estoy orando el Salmo 7:14-16 con Vladimir Putin en mente: «Miren al preñado de maldad: concibió iniquidad y parirá mentira. Cavó una fosa y la ahondó, y en esa misma fosa caerá. Su iniquidad se volverá contra él; su violencia recaerá sobre su cabeza» (NVI).

Una imprecación es una maldición. Los salmos imprecatorios son aquellos que llaman a la destrucción, la calamidad y el juicio de Dios sobre nuestros enemigos. Honestamente, no suelo saber qué hacer con ellos. Oro sobre ellos solo como una práctica de memorización. Sin embargo, gravito hacia promesas más equilibradas sobre la presencia y la misericordia de Dios. Normalmente me siento incómoda con la violencia y la autodeclaración de justicia que parece jactanciosa que encuentro en esta clase de salmos.

Sin embargo, fueron escritos para momentos como este.

En el seminario, tenía un profesor norirlandés que vivió los violentos treinta años del conflicto armado nacionalista en Irlanda del Norte. Él había visto la violencia contra el inocente en persona.

Cuando era joven y estaba en el seminario, él reescribió un salmo para una tarea de clase. En él, oraba para que a cada terrorista que fabricara una bomba, esta le estallara en la cara. Su profesor estadounidense lo llevó aparte y lo regañó por utilizar una imagen tan violenta, y le dijo que necesitaba arrepentirse. Mi profesor, reflexionando sobre este recuerdo, me contó que se dio cuenta entonces de que su profesor estadounidense nunca había presenciado la violencia no provocada contra inocentes y niños.

Estos salmos expresan nuestra rabia contra las injusticias perpetradas sobre otros, y claman a Dios para que haga algo.

Yo me inclino fuertemente hacia la no violencia y el pacifismo cristiano. Pero reconozco que, en el pasado, ha habido ocasiones en las que el llamado a la paz ha estado basado en una comprensión ingenua de la maldad humana.

En Who Would Jesus Kill? [¿A quién mataría Jesús?], Mark Allman recapitula el punto de vista del teólogo del siglo XX Reinhold Niebuhr: «Los pacifistas cristianos sienten una confianza excesiva en la bondad humana; creen que la ley del amor del evangelio es suficiente para hacer desaparecer del mundo la violencia y el mal».

«Para Niebuhr», continúa él, «ese enfoque no solo es ingenuo, sino herético». Está basado en una visión de la naturaleza humana que, en esencia, está equivocada: una testaruda insistencia en que los humanos no somos tan malos ni somos capaces de cometer actos de auténtica maldad e injusticia.

El movimiento pacifista de los años sesentas a menudo encarnó esta ingenuidad. Con su rechazo de la idea del pecado y el mal, y llamando a «hacer el amor, no la guerra», a menudo cerró los ojos ante la profundidad de la depravación humana en el mundo. Se daba por hecho que la humanidad estaba en un arco de progreso ascendente que terminaría en una utopía. Pero, si somos ingenuos ante lo oscura que puede llegar a ser la oscuridad humana, nuestras oraciones y esperanzas a favor de la paz terminarán siendo endebles velos para la corrupción y la destrucción.

Los salmos imprecatorios nombran el mal. Nos recuerdan que aquellos que tienen un gran poder son capaces de destruir la vida de los débiles con aparente impunidad. Este es el mundo en que vivimos. No basta con juntar las manos, cantar Kumbayá y esperar que todo vaya bien. Nuestro corazón reclama que haya un juicio contra la crueldad que deja a padres llorando a solas sobre sus hijos enmudecidos. Necesitamos palabras para expresar nuestra indignación frente a este mal.

Aquellos de nosotros que deseamos una paz duradera no podemos basar esa esperanza en la idea de que las personas son inherentemente buenas y que por lo tanto no se merecen un juicio real. En cambio, encontramos esperanza en la creencia de que Dios está obrando en el mundo, y que Él es aún más real que el mal.

Esperamos que Dios lleve a cabo el verdadero juicio definitivo. Miramos hacia aquel que sabe el nombre de cada ucraniano y cada ruso, que los ama más de lo que yo puedo entender, y que vengará el mal y enderezará las cosas.

No evitamos la venganza porque pensemos que el mal humano no la merece, sino porque creemos que Dios es el vengador. No deseamos la paz solo porque nos indigna la violencia injusta, sino porque creemos que a Dios le indigna y se puede confiar en su juicio (no en el nuestro).

El Salmo 35:6-8 le pide a Dios mismo que actúe: «… sea su senda oscura y resbalosa, perseguidos por el ángel del Señor. Ya que sin motivo me tendieron una trampa, y sin motivo cavaron una fosa para mí, que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron».

Muy a menudo, en los salmos imprecatorios, pedimos que los actos malvados de las personas se vuelvan contra ellos de rebote. No oramos para que la violencia engendre más violencia, o para que el mal comience un ciclo de venganza o represalia. Oramos, en cambio, para que esas personas sean destruidas por sus propias conspiraciones y, como oraba mi profesor, para que sus bombas les exploten en la cara.

Si tú eres como yo y sueles sentirte más cerca de las partes más compasivas y menos violentas de la Biblia, esta clase de oraciones pueden ser discordantes. Sin embargo, nosotros que somos privilegiados, que vivimos lejos de la guerra y la violencia, corremos el riesgo de no tomar con suficiente seriedad el mal y la brutalidad.

Toda vía oro, todos los días y con tesón, por el arrepentimiento de Putin. Oro para que los soldados rusos bajen las armas y desafíen a sus líderes. Pero este también es el momento de asumir las oraciones imprecatorias. Este es el momento de confiar en la misericordia de Dios, pero también en su ira justa, amorosa y protectora.

Nota del editor: Aquí puede encontrar la cobertura en español de la guerra entre Rusia y Ucrania de CT, incluyendo la protesta en contra de la guerra de cientos de pastores rusos, el ministerio en los refugios de Ucrania, y un reporte de campo de cómo está viviendo la guerra la iglesia ucraniana.

Tish Harrison Warren es ministra ordenada en la Iglesia Anglicana de Norteamérica y autora de Liturgy of the Ordinary y Prayer in the Night (IVP, 2021). Puede seguirla en Twitter @Tish_H_Warren.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Los ministerios evacuan mientras las tropas rusas llegan a Irpin, el centro evangélico de Ucrania

Las iglesias de Irpin, el suburbio de Kyiv con más ministerios evangélicos, ayudan a los residentes a evacuar. Uno de sus miembros murió ayudando a una familia que huía de la guerra.

Ucranianos cruzan un puente destruido mientras huyen de la ciudad de Irpin, al noroeste de Kyiv [Kiev], el 7 de marzo de 2022.

Ucranianos cruzan un puente destruido mientras huyen de la ciudad de Irpin, al noroeste de Kyiv [Kiev], el 7 de marzo de 2022.

Christianity Today March 7, 2022
Dimitar Dilkoff / AFP / Getty Images

Anatoly, de 26 años, miembro de la Iglesia Bíblica de Irpin, está con el Señor.

Su último acto en la tierra fue cargar la maleta de una joven madre y sus dos hijos, llevándolos a través del puente derrumbado de Irpin para ponerlos a salvo de los bombardeos rusos.

Los cuatro murieron cuando una bomba cayó en medio de su supuesto corredor humanitario. En total, ocho personas murieron ayer en el suburbio de Kyiv [Kiev], mientras las tropas rusas presionaban para rodear la capital ucraniana.

«Anatoly era profundamente espiritual, con un buen carácter cristiano», dijo su pastor, Mykola Romanuk. «Cuando veía una necesidad, intentaba ayudar».

Las negociaciones del fin de semana del 5 de marzo condujeron a varios ceses de hostilidades con el fin de permitir la evacuación de civiles, pero se rompieron rápidamente. Cada parte culpó a la otra, y Rusia ha negado haber atacado a los civiles [enlaces en inglés].

Pero fuentes ucranianas describen ciudades ahora llenas de escuelas, hospitales y barrios residenciales bombardeados, sobre todo en Irpin, conocida en los círculos evangélicos como el «Wheaton de Ucrania» [en referencia a Wheaton College].

Tras la caída de la Unión Soviética, el «patriarca evangélico» de Ucrania, Gregory Kommendant, invitó a ministerios cristianos a unirse a él en su ciudad natal, a 16 millas al noroeste de la capital, donde ejercía como presidente de la Unión Bautista de toda Ucrania.

Hasta hace unos días, unos 25 ministerios operaban en Irpin, entre ellos Child Evangelism Fellowship, Youth With a Mission, Youth for Christ, la International Fellowship for Evangelical Students y Samaritan's Purse.

En su día solo había una iglesia evangélica, pero ahora Irpin cuenta con 13.

«Estuvimos aquí durante 20 años, y los vecinos nunca pusieron un pie en nuestra iglesia», dijo Romanuk. «Ahora viven en nuestro sótano, oran con nosotros y se han convertido en nuestros amigos».

Describiendo Irpin como «secular», Romanuk describió su congregación bautista de 700 miembros como la mayor iglesia de la ciudad de 60 000 habitantes. Pero ahora, solo queda un equipo de cinco personas, llamadas a quedarse y ministrar a los sitiados.

Es dirigida por el jefe del comité de misiones, y la esposa del diácono, un agente inmobiliario, es la cocinera principal. Prepara tres comidas al día para 200 personas, mientras otros se ofrecen como voluntarios para evacuar a los ciudadanos que han pasado por un trauma indescriptible hacia el oeste de Ucrania.

Desde que empezó la guerra, la iglesia ha transportado entre 100 y 200 evacuados cada día, dijo Romanuk. Al acercarse los rusos, transportaron a 3000. Al principio, el gobierno se dio cuenta de sus esfuerzos y comenzó a dirigir a todos a la iglesia.

Anatoly fue uno de los que regresó.

Anatoly, un cristiano ucraniano de 26 años, es uno de los civiles que murieron en los ataques rusos del domingo.Diana Berezhnoi / Courtesy of Baptist Union
Anatoly, un cristiano ucraniano de 26 años, es uno de los civiles que murieron en los ataques rusos del domingo.

Originario de Luhansk, en la región del Donbás, empezó a asistir a la Iglesia Bíblica de Irpin en 2020, y se convirtió en miembro el año pasado.

Profesional de tecnologías de la información en una empresa local, servía en el ministerio de medios de comunicación con el hijo de Romanuk.

Tras evacuar a su esposa Diana y a otros miembros de su familia a un lugar seguro en el oeste, se unió el viernes 4 de marzo al escueto equipo de la iglesia. El sábado comenzó el bombardeo más severo, y sacaron a toda la gente que pudieron, cruzando el puente que el ejército ucraniano había dañado para frenar el avance ruso.

El domingo desapareció. Sus amigos se preocuparon, oraron y revisaron las redes sociales en busca de fotos de los muertos. Vieron sus zapatos en una y su jersey en otra. Unos minutos después, la tercera foto mostraba su rostro.

«Le echamos mucho de menos. Es una tragedia para su familia y la iglesia», dijo Romanuk. «Dios tiene un plan más allá de nuestra comprensión, pero es difícil».

Igor Bandura, otro pastor de la misma iglesia, está ahora asesorando al hermano de Anatoly, en Lviv. Sumido en el dolor, está tratando de encontrar a alguien que haga el viaje inverso, de 335 millas [540 km] hacia el este, hasta Kyiv [Kiev], para el funeral.

«Tuvimos que dejarlo todo atrás. Algunos de nosotros ni siquiera tuvimos tiempo de llevarnos la ropa necesaria», dijo Bandura, vicepresidente de la Unión Bautista de Ucrania. «No sabemos qué destino han tenido nuestros hogares. No sabemos si habrá un lugar al que volver».

Al menos hay una forma de volver a entrar. El cercano suburbio de Bucha —hogar del presidente del Seminario Teológico Evangélico Ucraniano de Kyiv— está completamente bajo control ruso.

Pero Ivan Rusyn se niega a evacuar.

«Esta guerra ha redefinido por completo mi forma de entender la misión y el ministerio holístico», dijo. «No se puede mostrar compasión desde la distancia».

Rusyn y los siete colegas que permanecen con él coordinan la ayuda desde las oficinas de la Sociedad Bíblica Ucraniana, donde duerme por la noche en el suelo.

El seminario se encuentra ahora a solo 300 metros del frente de guerra.

Evacuado el viernes 4 de marzo, el lunes siguiente el seminario envió a los últimos nueve de los 300 profesores, empleados, estudiantes y familiares a un lugar seguro en la parte occidental de Ucrania. Pero cada día, su equipo envía un autobús a Irpin con alimentos, agua y medicinas a diario.

«Es una catástrofe», dijo. «Hay miedo en los ojos de los niños».

Con lágrimas en los ojos, Rusyn dijo que cargó a los discapacitados sobre sus hombros para llegar a los autobuses de evacuación. Pero luego habló de su alegría, al ver las sonrisas de los soldados ucranianos que saben que las oraciones de los pastores y sacerdotes permanecen.

«Nuestro compromiso es que nadie aquí se quede con hambre», dijo, y prometió quedarse en la capital tanto tiempo como el presidente Volodímir Zelensky. «Los líderes cristianos que permanecen en Kyiv y en otras ciudades son el testimonio encarnado de Jesucristo».

Pero esto también se siente en otros lugares. En toda Europa del Este se está brindando atención a los casi 2 millones de refugiados. Muchos han cedido sus camas y ahora duermen en colchones, dijo Sergey Rakhuba, presidente de Misión Eurasia y quien actualmente supervisa el trabajo en Polonia.

«Estoy devastado, cansado y abrumado», dijo. «Mi corazón está roto en mil pedazos».

Pero su organización también tenía su sede en Irpin, y los 12 miembros del personal que permanecen en Ucrania se han reorganizado en dos ciudades occidentales.

Hay una escasez catastrófica de medicamentos, dijo. Pero una necesidad aún mayor de atención pastoral.

«Les solicité sus peticiones de oración», dijo Rakhuba, recordando con lágrimas. «Los refugiados mencionan a sus maridos, a sus padres y a sus hijos, y cuando te abrazan, no te sueltan».

Nacido en Donbás, se casó con su esposa rusa en 1983 y vivieron en Rusia los siguientes 15 años. A menudo les oía llamar a los ucranianos «hermanos». Misión Eurasia se trasladó de Moscú a Ucrania en 2007 debido a la presión del gobierno contra la influencia extranjera.

Pero el cambio en espíritu de hoy no tiene precedentes, y le hace pensar en lo demoníaco.

«Irpin se convirtió en una capital espiritual», dijo Rakhuba. «Además de la agresión militar, ahora es un lugar de guerra espiritual».

Mark Elliott, editor emérito de East-West Church Report, en su día formó parte del profesorado de Wheaton College y observó el traslado de los evangélicos estadounidenses a Colorado Springs. La comparación con Irpin era obvia, especialmente cuando los ministerios empezaron a llegar desde Moscú.

«Fue como empujar y jalar al mismo tiempo», dijo. «Las crecientes restricciones rusas que enfrentaron los creyentes e instituciones no ortodoxas, frente a la sólida tolerancia religiosa de Ucrania».

Durante 70 años la nación estuvo bajo la esclavitud del comunismo soviético, dijo Rusyn. Pero la iglesia aprovechó bien los 30 años de libertad que siguieron. Si no la protegemos ahora, su pérdida amargará el sabor de la libertad para los amigos occidentales que hacen todo lo posible por ayudar, pero cuyos gobiernos no se involucran por completo. Rusyn pide que se imponga una zona de exclusión aérea.

«Predicamos el evangelio, enviamos misioneros, no hemos hecho daño a nadie», dijo. «Nuestro mensaje a los rusos es que nos dejen en paz».

Zelensky ha pedido un plan de sanciones más sólido, incluso un embargo total.

Los daños del fin de semana del 5 de marzo fueron mucho más amplios que los de Irpin.

En Mariupol, donde se calcula que 200 000 personas intentan huir, uno de los pocos edificios que permanecen intactos es la Iglesia Bautista Central. Construida a principios de la década de 1990, la hija del pastor fundador dijo que al principio la gente se quejaba de que el sótano era demasiado grande.

Ayer, mientras los bombardeos se acercaban a uno de los corredores humanitarios pactados, más de 75 personas se reunieron en el sótano para el culto dominical.

Menos afortunada, informó el pastor Vyacheslav Voronin a Taras Dyatlik, director regional del Consejo de Ultramar para Europa Oriental y Asia Central, fue la congregación bautista de Izyum, establecida en 1998. Situada cerca de los combates en la región de Kharkiv, la iglesia servía a los desplazados hasta que fue alcanzada anoche por un proyectil ruso y se incendió. La mayoría de las familias están ahora evacuando al oeste de Ucrania.

Y en el puerto costero de Odessa, Alexander Boichenko regresó tras evacuar a su familia para seguir sirviendo en el centro de ayuda para catástrofes de su iglesia. Hace tres semanas, estaban planeando la boda de su hija en junio.

«Mi mujer se inclinó hacia mí y me susurró en voz baja: “¿Podría ser esto para siempre?”», dijo. «Le sonreí sin dificultad, pero mi alma estalló en lágrimas».

Su trabajo no es en vano. Las fuentes ucranianas se aferran a Dios [sic].

«La tarea más importante para la iglesia en este momento es seguir predicando», dijo Rakhuba. «Las iglesias se han convertido en un faro de esperanza».

Todo ello a pesar de la agresión «brutal e inhumana» del ejército ruso, cuyos tanques presionan hacia Kyiv, dijo Bandura.

«Pero rezamos y trabajamos, con esperanza y fe, para que Dios prevalezca», dijo, «y revele su gloria en Ucrania».

La gravedad de los daños no les disuaden.

«Puede que perdamos nuestro campus, pero después de un conflicto hay una oportunidad de construir de nuevo», dijo Rusyn. «Las iglesias evangélicas se fortalecerán y serán parte integrante de nuestra sociedad».

Los empleados del Seminario Bíblico de Irpin distribuyen pan a los refugiados y a los de un hospital local.Cortesía de Mission Eurasia.
Los empleados del Seminario Bíblico de Irpin distribuyen pan a los refugiados y a los de un hospital local.

Los creyentes dispersos hacen lo que pueden.

La Iglesia Bíblica de Irpin tenía 67 grupos pequeños antes de la guerra, dijo Romanuk. Su equipo pastoral se pondrá en contacto con cada miembro y les ofrecerán toda la ayuda posible.

Y también los animará a algo nuevo: cada uno debe formar un nuevo grupo pequeño, dondequiera que esté, y unirse a la iglesia evangélica local.

Hoy, sin embargo, él también ha evacuado. Mientras se dirigía al oeste, a su familia en Lviv, la notificación de su calendario de Google le recordó que una conferencia pastoral para 400 personas en Irpin estaría a punto de comenzar.

«Dios nos ha dado un nuevo ministerio», dijo Romanuk. «Ahora tendremos la conferencia con los que no tienen un techo, los discapacitados y los no creyentes de nuestra ciudad».

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Cómo la duda nos ayuda a orar

La incertidumbre puede impulsarnos hacia Dios con humildad y honestidad.

Christianity Today March 7, 2022
Ilustración por Abigail Erickson.

¿Es de extrañar que la duda pueda infiltrarse en nuestras oraciones, considerando el abismo que llegamos a experimentar entre lo que las Escrituras parecen prometer y la realidad que vivimos? En Marcos 11:23, Jesús nos dice que Dios incluso reorganizará la geografía para nosotros, si tan solo nos acercamos a Él con fe. Lo que esto implica es que nuestro Padre celestial hará cosas milagrosas por nosotros. No obstante, todos podemos hablar de ocasiones en las que hemos orado por milagros mundanos —quizá se nos pase el insomnio, o la resolución de un conflicto que ha durado mucho tiempo— y nuestras circunstancias no se han movido. Es en ese espacio en el que, como describe A. J. Swoboda, «la duda nos sucede» [enlaces en inglés].

Santiago, el hermano de Jesús, complica la ecuación más adelante al sugerir que la razón por la que nuestras montañas personales no se mueven puede muy bien ser porque la duda, de algún modo, ha corrompido nuestra fe. «Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace» (Santiago 1:6-8, NVI).

Entonces, ¿quién puede orar? Porque, si somos sinceros, todos luchamos con la duda de vez en cuando. Versículos como estos pueden conducirnos a creer que estaríamos mejor negando la duda o evitando a Dios del todo cuando esta emerge.

La duda puede desestabilizar nuestra fe, pero no tiene por qué silenciar nuestras oraciones. De hecho, cuando llevamos nuestras dudas a Dios, nuestra fe puede hacerse más profunda.

El ADN de la duda

La duda puede afectar a cada uno de nosotros en distintos puntos a lo largo de nuestro viaje cristiano; es como una corriente subterránea que discurre bajo el camino de la fe. La duda puede filtrarse en nuestras vidas a través de muchos portales, tales como las oraciones no respondidas, las partes de las Escrituras que sentimos que no tienen congruencia con nuestras vidas, o un sufrimiento que no cesa. Las heridas infligidas por otros creyentes o líderes espirituales son otro punto común de entrada. Cuando aquellos que aseguran seguir a Jesús actúan de manera reprensible, puede que esto nos lleve a cuestionar a Dios o simplemente a apagar nuestra hambre por toda la obra cristiana.

La duda también puede surgir cuando nuestras expectativas se desmoronan. Seamos conscientes de ello o no, a menudo cargamos con expectativas específicas acerca de cómo Dios debería responder nuestras peticiones de oración. Construimos esas expectativas alrededor de nuestros constructos teológicos: cómo interpretamos lo que hemos leído en las Escrituras, lo que se nos ha enseñado y lo que hemos experimentado. Así pues, si Dios no contesta nuestras oraciones tal y como esperábamos o imaginábamos, la decepción puede dar paso a la duda o incluso dejarnos con la pregunta de si la oración es siquiera necesaria.

Hacer las paces con la duda

Cuando nos tomamos en serio las palabras de Santiago, debemos asumir que simplemente necesitamos reunir más fe. O puede que imaginemos que, para superar la duda, necesitamos adquirir más conocimiento. Pero la realidad es que no podemos fabricar la fe y nunca comprenderemos del todo a Dios, sin importar cuánto memoricemos la Biblia, cuántos cursos de seminario obtengamos o cuántas horas oremos. Como Pablo le recordó a los corintios, ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo (1 Corintios 13:12). Somos criaturas limitadas, atrapadas en el tiempo terrestre sin la capacidad de comprender del todo nuestra propia narrativa, por no decir los misteriosos propósitos de Dios o los perversos esquemas del enemigo.

Hasta cierto punto, nuestra experiencia con la duda depende de cómo la percibamos. Si pensamos, como se burló el poeta Alfred Lord Tennyson, que «nacen del diablo» o son similares a un invasor que rompe nuestras defensas para deconstruir nuestra fe, entonces la duda debe evitarse o negarse a toda costa. Pero ese no es el único punto de vista.

«Creo que la duda y la fe no son opuestos», dice el experto en el Nuevo Testamento Scot McKinght. «A menudo la duda es inherente a la fe». Si exploramos nuestra duda y trazamos su curso hasta la fuente, puede que revele nuestros falsos constructos acerca de Dios o nuestros débiles intentos por ejercer control sobre Él. De este modo, la duda en realidad puede acercarnos a Dios en humildad y profundizar nuestra relación con Él al aproximar nuestras oraciones hacia una honestidad y una intimidad mayores.

¿Cómo debemos orar, entonces?

Las Escrituras nos animan a orar sin cesar y en total confianza de que nada puede separarnos del amor de Dios (1 Tesalonicenses 5:17; Romanos 8:38-39). Este nada incluye la duda.

Podemos estar seguros de estas dos verdades: las preguntas y las dudas son experiencias comunes entre las personas de fe, y Dios desea que nosotros tengamos una relación con Él. No tendría sentido que Dios espere que neguemos, erradiquemos o compartimentemos nuestras dudas antes de conversar con Él en oración. Piensa en una relación matrimonial: el silencio y la ausencia rara vez resuelven los conflictos o acercan a los esposos. Es mucho más probable que, por el contrario, aumenten la distancia y los animen a pensar en el peor escenario posible. Lo mismo es cierto en nuestra vida con Dios: cuando las dudas surgen, debemos permanecer próximos y vulnerables, y seguir orando.

Las Escrituras proporcionan ejemplos de personas que demostraron que alguien puede, al mismo tiempo, cuestionar a Dios (o la eficacia de la oración) y continuar comprometido con la fe en Dios. Piensa en Sara, la esposa de Abraham: cuando ella escuchó a escondidas a los tres misteriosos visitantes que profetizaron que ella tendría un hijo al cabo de un año, se rió ante la aparente imposibilidad de esta promesa (Génesis 18). Pero Dios cumplió su promesa, y Sara es considerada una heroína de la fe porque cooperó con el plan de Dios a pesar de sus dudas (Hebreos 11:11).

El rey David, que nunca fue capaz de ocultar sus emociones a nadie, nos ayuda a entender cómo orar, aunque nos sintamos como una ola sacudida por la tormenta. El Salmo 13 comienza con un grito de angustia lleno de duda: «¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? ¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón?» (vv.1-2). En vez de evitar a Dios o pretender que no estaba atribulado, David se acercó a Dios admitiendo sus dudas y frustraciones. Entonces, oró: «Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Y cantó salmos al Señor: ¡El Señor ha sido bueno conmigo!» (vv. 5-6), demostrando así que no podemos llegar a una alabanza verdadera por medio de la negación o del fingimiento. Dios no se ve amenazado ni limitado por nuestra duda —ni por nuestro miedo o ansiedad—, en parte porque nuestras emociones no pueden invalidar su carácter ni disminuir su poder.

Así pues, ¿qué quería decir Santiago cuando nos advirtió que si los creyentes no oran con una fe pura no pueden esperar recibir nada de Dios? Tal vez Santiago no estaba emitiendo un edicto destinado a silenciarnos cuando tenemos incertidumbre, sino más bien, tal como me contó McKinght, estaba apelando a que los creyentes «confíen totalmente» en el carácter de Dios, a pesar de sus circunstancias. Esta sutil diferencia es crucial. Puede que exploremos dudas acerca del qué y el porqué, pero se nos anima a no dudar del quién. Tal vez Santiago no está corrigiendo a los creyentes por tener incertidumbre; está dándonos una advertencia para que no difamemos a Dios.

Una puerta para profundizar en la intimidad

La respuesta de Jesús a quienes llevaban dudas a cuestas debería darnos confianza para acercarnos a Él sin importar nuestro estado emocional. El Mesías nunca dio la espalda a aquellos que de verdad lo buscaban, aunque admitieran abiertamente su incertidumbre. Dos ejemplos de esto son las interacciones de Jesús con el padre del chico endemoniado y con su discípulo Tomás.

Cuando el desolado padre le daba detalles a Jesús acerca de la condición de su hijo, añadió: «Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos». Jesús respondió: «¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible». «“¡Sí creo!”, exclamó de inmediato el padre del muchacho. “¡Ayúdame en mi poca fe!”» (Marcos 9:21-24). Entonces Jesús sanó a su hijo.

En el que tal vez sea el pasaje más familiar sobre la duda en el Nuevo Testamento, Tomás expone su lucha por creer los relatos de la resurrección de Jesús: «Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré» (Juan 20:25). Sin embargo, Jesús más tarde se aparece y ofrece a Tomás exactamente lo que necesitaba: una prueba física. El artista Makoto Fujimura destaca un aspecto de la respuesta de Tomás que a menudo se pasa por alto, y escribe en Art and Faith: «Quizá deberíamos reformular nuestra visión de este apóstol y comenzar a referirnos a él como “Tomás el creyente”. Después de todo, una vez aceptada la invitación, Tomás realmente no necesitó tocar las heridas de Jesús. Su fe le permitió ir más allá de la “prueba” de la promesa de Dios».

Al aliviar la incertidumbre de este discípulo, Jesús habló a través de los siglos, normalizando las preguntas y las dudas, y asegurándonos que nunca deben convertirse en una barrera para tener intimidad con Él. Podemos confiar en que Cristo no se apartará de nosotros, aunque nuestra fe zozobre.

Al enfrentar nuestra duda en vez de negarla o sentir vergüenza, podemos encontrar un espacio para lamentar esas situaciones en las que Dios no respondió a nuestras oraciones tal y como esperábamos, renunciar a nuestras falsas creencias y expectativas poco realistas, y desarrollar una vida de oración más íntima. La duda no nos descalifica para orar. De hecho, nos impulsa a orar aún más, puesto que el amor y la fidelidad de Dios quizá sean lo único suficientemente poderoso y verdadero como para disipar esas dudas.

Dorothy Littell Greco es fotógrafa, escritora y autora de Marriage in the Middle: Embracing Midlife Surprises, Challenges, and Joys.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Así se vive el ministerio en un refugio antibombas en Ucrania

Gracias a las sirenas de ataque aéreo, los vecinos y los refugiados escuchan el Evangelio más que nunca.

La gente se reúne en el metro de Kyiv, utilizándolo como refugio antibombas.

La gente se reúne en el metro de Kyiv, utilizándolo como refugio antibombas.

Christianity Today March 5, 2022
Efrem Lukatsky / AP Images

Llevamos ya una semana de guerra abierta con Rusia. Por supuesto, Rusia comenzó la guerra contra Ucrania desde 2014, pero esta es una fase sin precedentes. Aun así, es sorprendente lo rápido que uno se acostumbra a la mundana realidad de la guerra.

El primer día, las noticias de que otras ciudades estaban siendo bombardeadas causaron gran ansiedad en la ciudad de Svitlovodsk, donde vivimos mi familia y yo. Por supuesto, el hecho de que la noticia nos despertara antes del amanecer y fuera bastante inesperada lo hizo mucho peor. La intención de causar pánico parecía planeada.

Ahora, en el séptimo día, la adrenalina ha desaparecido. Nos hemos acostumbrado al toque de queda de las 8 p.m. y a estar sentados en un apartamento oscuro por la noche. Nos hemos dado cuenta de que ignoramos algunas de las sirenas de ataque aéreo, sobre todo las que se escuchan a mitad de la noche, ya que estamos agotados. También hemos aprendido que no todas las sirenas significan que pueda caer una bomba sobre nuestras cabezas.

Pero siempre que nos dirigimos al refugio antibombas, mi familia y yo aprovechamos la oportunidad para compartir la esperanza de Cristo con nuestros vecinos.

Debo admitir que nunca me imaginé tener un «ministerio en los refugios antibombas». Y, sin embargo, ya estamos viendo lo fructífero que ha sido. En la última semana, la mayoría de nuestros vecinos han oído más sobre Cristo, han escuchado más las Escrituras y han orado junto con nosotros probablemente más que en toda su vida.

Además de la oración del Padre Nuestro, he empezado a leer varios Salmos con ellos, un libro especialmente apropiado para nosotros en Ucrania, ya que David a menudo clama a Dios en medio de la persecución de sus enemigos.

Uno de nuestros vecinos es el equivalente a ser la superintendente del edificio. La otra noche, en el refugio antibombas, dijo con lágrimas en los ojos lo agradecida que estaba por tener vecinos como nosotros. Dijo que no puede entender «de dónde venimos». Tuvimos que recordarle que si hay algo diferente en nosotros, es solo por la esperanza que Cristo nos da.

En el refugio también he recibido preguntas sobre cómo leer la Biblia correctamente. El adulto mayor que me preguntó al respecto recibió un curso intensivo sobre la cristocentricidad de las Escrituras. A menudo nos quedamos allí abajo discutiendo asuntos de fe mucho tiempo después de que las sirenas fueron silenciadas.

A pesar de haber pasado mucho tiempo en el refugio antibombas durante los ataques aéreos, hasta la fecha nuestra ciudad no ha recibido ningún bombardeo real. Las razones prácticas son su tamaño relativamente pequeño (45 000 habitantes), y la escasez de objetivos estratégicos en las cercanías. Todo esto, además del hecho de que nos encontramos en una encrucijada dentro del país, ha convertido a Svitlovodsk en un destino para los refugiados: eso y la providencia de Dios.

El brutal bombardeo de objetivos civiles en Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ha provocado la salida de otra oleada de refugiados en las últimas 24 horas. Anteriormente, los objetivos habían sido mayoritariamente militares. Esto significó para nosotros que nuestra iglesia acogiera esta noche a 16 refugiados más: 10 en nuestro edificio y 6 con una familia de nuestra iglesia.

Uno de los jóvenes padres de familia que se quedaron en nuestra iglesia está metido en la espiritualidad hindú y tenía muchas preguntas sobre el cristianismo. Tuve la oportunidad de hablar con él sobre lo que hace que el Evangelio sea diferente de otras religiones —es decir, la gracia de Dios— durante casi una hora. Creo que llegó a ver el cristianismo bajo una nueva luz. Intercambiamos números para seguir en contacto puesto que saldrán hacia el oeste en los próximos días.

Así ocurre con la mayoría de los refugiados que llegan hasta aquí. Solo somos una posada para los viajeros cansados del camino. Pero esperamos servirles y ayudarles a experimentar el amor y la paz de Cristo, aunque solo sea por unas horas. No es nuestro trabajo obligarlos a tener fe: ese es un enfoque de evangelización que rara vez da buenos resultados. Más bien, desempeñamos el papel que Dios decida concedernos: plantar una semilla, regar… o cosechar cuando esté listo. Él es quien da el fruto en su momento, y nosotros podemos descansar en ello.

Todas estas historias deberían recordarnos una verdad vital: que la victoria de Dios es siempre subversiva. Todo lo que el enemigo planea para mal, Dios siempre lo toma y lo utiliza para bien. Esto significa que cuanto más se enfurece el enemigo, solo se acerca a su propia destrucción. Dios vuelve las armas del enemigo contra él, como hizo David con la espada de Goliat —y como lo hizo Cristo de forma suprema con su muerte en la cruz—.

Cuando el enemigo pensó que por fin tenía a Jesús donde quería, resultó que estaba asestando su propio golpe mortal. Nuestro Señor venció utilizando las propias armas del enemigo contra él. Eso nos reconforta, sobre todo porque Ucrania se enfrenta a un enemigo que llena su furia, tanto en el Diablo, al que le encanta «robar, matar y destruir», como en esos pseudoreyes que no son más que los peones del Diablo.

Creo que ambos serán derrocados en breve por la maravillosa e irónica victoria de Dios. Pero mientras tanto, rogamos que oren por nosotros.

Oren por los numerosos refugiados que esperamos en los próximos días, sobre todo provenientes de Kharkiv. Oren que podamos servirles bien y les mostremos el amor de Cristo, así como que Dios abra puertas. Oren para que Dios provea para todos ellos.

Oren que Dios nos conceda fuerza y sabiduría en medio de tantas necesidades. Todo el mundo está trabajando sin parar y no duerme lo suficiente. Oren también por el equipo ministerial de nuestra iglesia y por que yo pueda usar cada invitación a tomar entrevistas, artículos, podcasts y más para glorificar a quien es nuestra roca y refugio.

Oren que mis amigos mencionados anteriormente lleguen a conocer la belleza del evangelio en sus vidas.

Oren que la victoria subversiva de Dios llegue rápidamente contra el tirano que aterroriza a nuestro país. Oren que Dios sea glorificado al humillar el orgullo del hombre.

Benjamin Morrison es el pastor de la Capilla del Calvario de Svitlovodsk, Ucrania, la cual está recaudando ayuda para los refugiados. Originario de Estados Unidos, ha sido misionero durante los últimos 20 años. Él y su esposa ucraniana tienen dos hijos.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Cientos de pastores rusos se oponen a la guerra en Ucrania

Los evangélicos ucranianos exigen más Bonhoeffers, mientras los evangélicos rusos debaten si la protesta pública contra Putin puede lograr más que la oración.

Una mujer sostiene una pancarta que dice «Detengan la guerra» en el centro de Moscú durante una protesta en contra de la invasión a Ucrania el 3 de marzo de 2022.

Una mujer sostiene una pancarta que dice «Detengan la guerra» en el centro de Moscú durante una protesta en contra de la invasión a Ucrania el 3 de marzo de 2022.

Christianity Today March 5, 2022
Contributor / AFP / Getty Images

Los evangélicos ucranianos han tenido suficiente.

Agotados tras una semana de guerra, han escuchado numerosas oraciones por la paz pronunciadas por sus colegas rusos. Pero no han oído palabras de condenación.

«Sus asociaciones han felicitado a Putin, dando gracias por la libertad de creencias», dijo Taras Dyatlik, director regional para Europa del Este y Asia Central del Overseas Council. «Ha llegado el momento de hacer uso de esa libertad».

Dado que Kyiv, Kharkiv, Kherson y otras ciudades han sufrido ataques con misiles, la Organización de las Naciones Unidas ha informado de la muerte de más de 200 civiles. El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania informó de más de 2000. El número de bajas militares continúa en debate mientras ambas naciones afirman haber causado miles de muertes en las filas del enemigo.

Pero en lugar de centrarse en los números, Dyatlik, quien coordina una red regional de docenas de seminarios protestantes, recurrió a la Biblia.

«Acuérdense de Mardoqueo y Ester», escribió el 1 de marzo en una carta abierta [enlaces en inglés]. «No sean como Josafat, que se alió con Acab y guardó silencio cuando Dios habló por medio del profeta Micaías».

Dyatlik acusó a sus colegas rusos de aceptar la retórica nacional, primero en 2014, cuando las fuerzas respaldadas por Rusia invadieron la región oriental de Donbas, y nuevamente hoy. Pero «rogando de rodillas», aprovechó su reputación con los líderes de las asociaciones evangélicas de Rusia, al tiempo que reconocía su difícil situación.

«Ustedes temen la cárcel», dijo. «[Pero] no sean fieles a Putin. Sean fieles al cuerpo de Cristo».

Las enmiendas recientemente aprobadas al código penal ruso establecen una sentencia de prisión de hasta 15 años por afirmaciones «falsas» sobre la violencia en Ucrania, mientras las autoridades reprimen a los rusos que llaman «guerra» a la «operación militar».

Desacreditar a las fuerzas armadas ahora puede resultar en una sentencia de 3 años; llamar a mítines contra la guerra podría merecer cinco años. Dependiendo del nivel de severidad, los cristianos y otros ciudadanos rusos se arriesgan a recibir multas y trabajo forzado.

Dyatlik no fue el único que expresó su frustración. Pero en lugar de basarse en las Escrituras, su colega Valerii Antoniuk apeló a la historia.

«¿Dónde están tus Bonhoeffers? ¿Dónde están tus Barths?», preguntó el líder de la Unión Ucraniana de Iglesias de Cristianos Bautistas Evangélicos. «Su silencio ahora es la sangre y las lágrimas de los niños, las madres y los soldados ucranianos: eso está en sus manos».

Mientras tanto, Pavel Kuznetsov simplemente quiere que se use la palabra correcta: ley o no ley.

«Muchos creyentes en Rusia están orando por la “situación” en Ucrania. La situación se llama GUERRA», escribió en Facebook el pastor de la iglesia Palabra de Vida en Boyarka, 24 km (15 millas) al suroeste de Kyiv. «Y cuando vuelvas a orar, dile a Dios que esto es una guerra y que nos están matando aquí».

Al momento de la publicación, más de 300 evangélicos rusos habrían recibido el mensaje.

«Ha llegado el momento en que cada uno de nosotros debe llamar a las cosas por su nombre, mientras todavía tenemos la oportunidad de escapar del castigo de arriba y evitar el colapso de nuestro país», decía una carta abierta [enlace en ruso] firmada por un grupo de pastores rusos y otros líderes protestantes. «¡Hacemos un llamado a las autoridades de nuestro país para que detengan este derramamiento de sangre sin sentido!».

Su mensaje también era bíblico.

Citaba Jeremías 18:7–8 al decir que la nación que se arrepienta de su maldad será perdonada.

Hacía referencia a Caín cometiendo el pecado de fratricidio contra su hermano Abel.

Y exhortó a su nación a implementar las palabras de Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán» (Mateo 26:52, NBLA).

Dyatlik recibió la declaración con gran alegría, pero también con ferviente oración.

«Literalmente están arriesgando sus vidas», dijo. «Pero muestran su amor al Señor y a su cuerpo: somos uno en el Espíritu».

La carta abierta está disponible [enlace en ruso] en el sitio web de Mirt Publishing House, una pequeña editorial evangélica en San Petersburgo, y está firmada principalmente por bautistas y pentecostales rusos afiliados a iglesias o seminarios en Moscú, San Petersburgo y otras 40 ciudades más.

[Nota del editor: La petición fue inhabilitada tras reunir 400 firmas en dos días.]

«Este es un paso extraordinariamente valiente en comparación con la timidez evangélica anterior bajo Putin», dijo Mark Elliott, editor emérito de East-West Church Report, una revista que durante 29 años ha estado enfocada a explicar el cristianismo euroasiático a los cristianos en Occidente. «Estoy asombrado y animado de que estas valientes personas estén defendiendo a Ucrania. Sufrirán por esto a menos que Putin sea destronado. Señor, ten piedad».

«La carta no es una reacción típica de los protestantes rusos. Mantenerse alejado de la política ha sido su postura principal durante décadas», dijo Andrey Shirin, profesor de un seminario bautista en Virginia nacido en Rusia. «Han sido acusados ​​rutinariamente por las autoridades soviéticas de ser antigubernamentales. En respuesta, dijeron que ellos eran creyentes, no políticos».

«Muchos protestantes rusos mantienen esta postura en el conflicto actual», dijo. «Pero algunos desean una mayor participación social, y la tragedia que se desarrolla en Ucrania ha tocado una fibra sensible».

Sin embargo, un cosignatario rechazó la expectativa de que todos los cristianos rusos deban hacer lo mismo.

Alexey Markevich, uno de los nueve protestantes rusos que firmaron oficialmente la carta antes de que circulara públicamente, dijo que no todos deben ser Bonhoeffers.

«El primer llamado de la iglesia es la proclamación de la Palabra de Dios… [y] esta proclamación ocurre de muchas maneras diferentes: los pastores predican, los teólogos escriben, los filántropos reparten pan, la gente llora con los que lloran, los activistas salen a la plaza», dijo. «Es importante para cada uno de nosotros ver nuestro llamado y cumplirlo honestamente delante de Dios, sirviéndole a Él y a las personas».

Además, Bonhoeffer y otras figuras famosas que lucharon contra el mal, si bien son modelos de fidelidad en sí mismos, no son modelos que empatan con exactitud con las demandas que los ucranianos plantean a los rusos en la actualidad.

«Sus ejemplos son valiosos y relevantes para nosotros», dijo Markevich. «Pero [no salieron] a manifestarse, y [Bonhoeffer] no realizó ninguna actividad pública».

En su opinión, sería difícil lograr resultados a través de tales acciones. Los evangélicos en Rusia no tienen influencia política para detener la guerra, ya sea que escriban cartas o llenen las plazas de las ciudades. Algunos todavía lo intentarán, de la misma forma en que el mismo Markevich lo ha hecho desde 2014. Pero el verdadero poder está en otra parte.

«La guerra puede ser detenida por Dios», dijo. «Por eso clamamos a Él».

Aunque con menos riesgo, pero aún con un costo eclesial significativo, algunos sacerdotes ortodoxos ucranianos afiliados a Moscú están pidiendo a sus obispos locales que rechacen al Patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

«Esta desgarradora… tragedia sin precedentes ha sido provocada por la conspiración maligna y la inacción maliciosa de una persona a quien no podemos reconocer como nuestro patriarca», declararon en un comunicado conjunto 10 sacerdotes de la diócesis de Cherkasy de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, 193 km (120 millas) al sureste de Kyiv.

«Exigimos la ruptura de todas las relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa y la restauración de la comunicación eucarística con el patriarca ecuménico».

En 2019, el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa con sede en Estambul, Bartolomé I, reconoció la independencia nacional de la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania, la cual se deslindó de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana afiliada a Moscú. Muchas parroquias en Ucrania rechazaron esto y optaron por permanecer bajo el patriarcado de Moscú, puesto que ese ha sido el precedente histórico. (Las cifras exactas del número de iglesias afiliadas a estas dos instituciones son difíciles de determinar).

Pero ahora, bombardeados por las fuerzas rusas, los diez sacerdotes dirigieron su carta al Onufri metropolitano, el líder de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, y exigieron que su obispo local rompiera los lazos con Kirill.

También usaron referencias bíblicas, mencionando el libro de Ester y Proverbios 24, textos que llaman a los creyentes a no fingir ignorancia, sino a rescatar a los que se enfrentan a la muerte.

«Encontraremos la fuerza para no alinearnos con los débiles de mente», afirmaron, «sino con Cristo, quien es nuestro verdadero pastor, padre y protector, a quien sea el honor y la gloria por todos los siglos. Amén».

Su acción fue seguida por los sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana. de Lviv, que se convirtió en la primera diócesis en llamar unánimemente a romper con Moscú.

«Hoy todos se han quitado las máscaras. Es obvio para todos que detrás de las palabras sobre el amor fraternal y la creación de un espacio espiritual único del “mundo ruso” había un deseo creado por el hombre de enterrar e ignorar al pueblo ucraniano libre y amante de Dios», dijeron en su declaración, comparando a Putin con el Caín bíblico.

«Permanecer en unidad eucarística y de oración con el Patriarcado de Moscú… hace que los fieles de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana parezcan cómplices, enemigos y traidores».

El mundo ve una realidad similar.

La Asamblea General de las Naciones Unidas votó por la condena de Rusia con 141 votos a favor, 5 en contra y 35 abstenciones, y por exigir el fin de las hostilidades. Solo Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea se unieron a Rusia en oposición a la medida.

Sergei Ryakhovsky, líder de la Unión Rusa de Cristianos de Fe Evangélica, una de las dos asociaciones pentecostales más grandes del país, fue citado en Vzglyad, un periódico ruso en línea, por haber orado que la «operación militar rusa» (terminología preferida de Putin) termine antes de la Pascua del 24 de abril, además de señalar la defensa de los soldados por parte de Juan el Bautista.

«Cualquier cristiano de cualquier denominación está en contra de la violencia», dijo, según el artículo de Vzglyad. «Pero al mismo tiempo entiendo que la paz se logra por diferentes métodos, incluida la fuerza, como en esta situación».

Ryakhovsky luego denunció la entrevista como falsa en una publicación de Instagram. «Queridos hermanos y hermanas, si en un futuro cercano leen en la prensa mis citas sobre Ucrania, sepan que son falsas», publicó el viernes [enlace en ruso].

Muchos analistas predicen un conflicto prolongado.

«Lo más probable es que los ocupantes solo aumenten sus esfuerzos, destruyendo nuestro país y nuestras vidas», dijo Roman Soloviy, director del Instituto de Teología de Europa del Este en Lviv. «Por lo tanto, no podemos rendirnos… en medio del caos, el dolor y la muerte, debemos seguir siendo los instrumentos de consuelo, ayuda y esperanza de Dios».

Y parte de eso ahora proviene de Rusia, incluso cuando su gobierno ha tomado medidas para censurar sus medios. Las fuentes de noticias liberales Dozhd y Ekho Moskvi fueron cerradas recientemente. Pero algunos líderes evangélicos continúan hablando.

«Ningún interés u objetivo político puede justificar la muerte de personas inocentes», decía la carta abierta. «La guerra está destruyendo no solo a Ucrania, sino también a Rusia, a su gente, su economía, su moralidad y su futuro».

Nota del editor: este artículo se actualizó el viernes 4 de marzo para incluir la declaración de Instagram de Sergei Ryakhovsky, en la que afirma que su entrevista en Vzglyad es falsa.

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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