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Durante el asedio del domingo, las iglesias de Ucrania perseveraron

(Actualizado) Mientras se comparten mensajes sobre David en el río Dniéper en Ucrania, los pastores rusos promueven la paz desde Moscú.

La catedral de San Vladímir se puede ver contra el horizonte de la capital del país durante el toque de queda del fin de semana, el 27 de febrero en Kyiv, Ucrania.

La catedral de San Vladímir se puede ver contra el horizonte de la capital del país durante el toque de queda del fin de semana, el 27 de febrero en Kyiv, Ucrania.

Christianity Today February 27, 2022
Chris McGrath / Getty Images

Mientras las tropas rusas se encontraban con una resistencia más firme de la esperada por parte de los soldados y ciudadanos ucranianos en Kyiv [Kiev] y otras ciudades, los pastores de ambas naciones adaptaron los servicios de culto del domingo a las circunstancias.

«Toda la iglesia oró de rodillas por nuestro presidente, nuestro país y por la paz», dijo Vadym Kulynchenko acerca de su iglesia en Kámianka, a 233 km (145 millas) al sur de la capital. «Después de la reunión, realizamos un entrenamiento en primeros auxilios».

En lugar de una prédica, se dedicó un tiempo para compartir testimonios de los desgarradores días de los ataques aéreos. Se ofrecieron muchos salmos, y el mensaje de Kulynchenko se centró en Proverbios 29:25: «Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado» (NVI).

Tanto la disrupción como la vida ordinaria pudieron observarse en la Capilla del Calvario en la ciudad de Svitlovodsk.

Andrey y Nadya, quienes fueron desplazados de Kyiv a causa del bombardeo de misiles rusos el jueves 24 de febrero, intercambiaron sus votos matrimoniales en medio de una gran celebración.

Estaba previsto que se casarían este fin de semana en la capital, pero la pareja tuvo que huir a la iglesia de Nadya, a 297 km (185 millas) al sureste del río Dniéper, para solicitar una boda improvisada.

«¿En medio de la guerra? Eso no tiene sentido», dijo Benjamin Morrison, con ironía. «Pero durante la guerra es cuando tiene más sentido. ¿Qué mejor recordatorio de que ni siquiera la guerra puede acabar con el amor? ¿Qué mejor manera de dar testimonio de que servimos a un Rey supremo que alegrándonos en medio del caos?».

Andrey y Nadya se casaron el sábado 26 de febrero, como estaba previsto.

El domingo 27, la congregación de unas 80 personas —que empezaba a crecer con la llegada de nuevos integrantes que buscaban refugio— se reunió para escuchar un mensaje sobre David y Goliat [enlaces en inglés].

«Sí, David todavía tenía que luchar. Sí, la situación seguía siendo difícil y aterradora, pero Dios era su confianza», concluyó Morrison, quien es misionero veterano estadounidense con 20 años de trayectoria y casado con una ucraniana.

«Que Dios sea también nuestra confianza, y que corte la cabeza del enemigo».

Ucrania comunicó ayer que hasta ahora han caído 3500 soldados rusos. Rusia no ha hecho pública una cifra oficial de bajas.

En cuanto a sus propias pérdidas, el Ministerio de Salud de Ucrania contabilizó más de 350 civiles muertos y casi 1700 heridos hasta el domingo por la noche. Este recuento combina las bajas civiles y militares, pero excluye la muerte de 14 niños y el conteo de 116 heridos.

Taras Dyatlik, director regional para Europa del Este y Asia Central en la organización Overseas Council, hizo las cuentas. Si son correctas, en tres días de combates murieron 40 soldados rusos por hora, es decir, un soldado cada minuto y medio.

«La mayoría son muchachos de entre 19 y 25 años», dijo afligido. «La profundidad de nuestro quebranto humano solo puede ser restaurada por el Espíritu Santo».

Metropolitan Epiphanius, jefe de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, rogó por los muertos ante el patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa con sede en Moscú.

«Si [ustedes] no pueden alzar su voz contra la agresión», declaró, «al menos tomen los cuerpos de los soldados rusos cuyas vidas se han convertido en el precio de las ideas del “mundo ruso” que [ustedes y su presidente] promovieron» [enlace en ruso y en inglés].

Antes de la guerra, el presidente Vladímir Putin afirmó que Ucrania era simplemente una extensión de Rusia, sin existencia histórica independiente. Epiphanius dijo que el gobierno ucraniano estaba intentando coordinar esfuerzos con el Comité Internacional de la Cruz Roja para repatriar los cadáveres, aunque aún no han recibido respuesta.

Kirill se condujo con cautela, dado que su rebaño se encuentra en ambos lados de la frontera. En 2019, el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa con sede en Estambul reconoció la independencia de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, mientras que muchas parroquias de Ucrania lo rechazaron y optaron por permanecer bajo la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, la cual forma parte de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en seguimiento a los antecedentes históricos. (Es difícil determinar las cifras exactas de las iglesias afiliadas a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania y a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana). [A pesar de la similitud en el nombre, se trata de instituciones diferentes].

Expresando su convicción de que los bandos enfrentados superarán sus divisiones y desacuerdos, Kirill hizo un llamado a «la totalidad de la Iglesia Ortodoxa Rusa para que ofrezca una oración especial y ferviente por la pronta restauración de la paz».

Como fundamento, citó la historia secular común de siglos de trayectoria compartida por ambos pueblos.

Sin embargo, Epiphanius concluyó su mensaje al patriarca señalando que según el calendario litúrgico de la Iglesia Ortodoxa este domingo se conmemoraba el Juicio Final.

Putin ordenó a sus fuerzas nucleares que elevaran el nivel de alerta.

Los aliados occidentales de Ucrania no pertenecientes a la OTAN aumentaron sus sanciones contra los principales bancos y políticos rusos, incluido Putin. Aunque no llegaron a la instancia financiera nuclear de expulsar a Rusia por completo del sistema internacional SWIFT para transferencias bancarias, muchos aprobaron el envío de apoyo defensivo adicional a Kyiv.

Mientras tanto, 10 seminarios protestantes regionales —entre ellos el Seminario Teológico de Kyiv y el Seminario Evangélico Reformado de Ucrania— publicaron una declaración conjunta en Facebook que fue compartida más de 650 veces.

«Estamos llamados a hablar con verdad y denunciar el engaño», afirmaron. «Nosotros (…) condenamos enérgicamente la agresión abierta e injustificada que pretende destruir la condición de Estado y la independencia de Ucrania con base en flagrantes mentiras» de Putin «que son claramente contrarias a la revelación de Dios». Señalaron [enlaces en español]:

Proclamamos el poder real e ilimitado de Dios sobre todos los países y continentes (Salmo 24:1), así como sobre todos los reyes y gobernantes (Proverbios 21:1); por lo tanto, nada en toda la creación puede interferir en el cumplimiento de la buena y perfecta voluntad de Dios. Nosotros, junto con los primeros cristianos, afirmamos que «Jesús es el Señor», y no el césar.

Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de Ucrania. Compartimos el dolor de los que ya han perdido a sus seres queridos. Oramos para que todos los planes del agresor se vean frustrados y avergonzados. Hacemos un llamado a todas las personas de buena voluntad de todo el mundo para que resistan las mentiras y el odio del agresor. Hacemos un llamado a todos para que pidan el cese de las hostilidades y ejerzan toda la influencia posible sobre la Federación Rusa para que detenga la agresión sin causa a Ucrania.

Cinco de los seminarios que publicaron esta declaración tienen sede en Ucrania. Dos de ellos, a los que se les concedió el anonimato, tienen su sede en Rusia.

Varios pastores dentro de Rusia se mostraron incluso más osados.

Victor Sudakov, pastor principal de la Iglesia Vida Nueva en Ekaterimburgo, la cuarta ciudad más grande de Rusia, cambió su foto de portada en su perfil de Facebook el jueves pasado para incorporar una pequeña bandera ucraniana. El sábado 26, cambió su foto de portada para mostrar la bandera y el tryzub, que es el tridente dorado del escudo oficial de Ucrania.

La acción del pastor pentecostal, que forma parte de la Unión Rusa Asociada de Cristianos de Fe Evangélica Pentecostal [en adelante “la Unión”], suscitó cientos de comentarios. «Hermano, siempre pensé y dije que eras un hombre valiente», afirmó uno. «¡Lo que estás haciendo no tiene precio!».

El domingo 27, Sudakov compartió un enlace que redirigía a una petición de Change.org dirigida a los rusos que se oponen a la guerra en Ucrania. Para el domingo por la noche, la petición ya había recibido más de 960 000 firmas.

El viernes 25, la Unión publicó un comunicado oficial que citaba el Libro de los Hechos en referencia a los lugares designados por Dios para vivir [enlace en ruso].

«Sin importar las causas que la provoquen, la guerra es un mal terrible», afirmó la Unión. «Dios nos ha llamado a amar, [y] los valores principales no deben ser los contornos delimitados por las fronteras, sino las almas humanas».

En su oración por que la paz «sea restablecida lo antes posible», la Unión evangélica convocó al ayuno «hasta la resolución divina del conflicto fratricida».

Al igual que Kirill, la Unión tomó como base la historia centenaria de unidad entre los evangélicos rusos y ucranianos. Muchos de los misioneros ucranianos, afirmó, actualmente están sirviendo como pastores y obispos en iglesias. Tienen la esperanza de que esto acelere una pronta reconciliación.

«Lamento mucho que mi país haya atacado a su vecino», declaró Constantin Lysakov, pastor de la Iglesia Bíblica de Moscú [enlace en ruso]. «No importa cómo llamemos a este acontecimiento, no importa cómo lo justifiquemos, (…) no debemos trasladar la culpa cuando uno se arrepiente. Y todos debemos arrepentirnos por lo que ha ocurrido».

«Personalmente, hay solo una fuente de consuelo en todo esto», escribió en Facebook. «Cristo está sentado en el trono, Dios Padre sostiene todo en sus manos, el Espíritu Santo llena los corazones de los que confían en Él y nada puede superar su poder. Dios realiza las mayores obras de redención cuando todo parece lejos de toda esperanza. (…) Oro por la paz».

Al estallar la guerra, Yevgeny Bakhmutsky se expresó de forma similar.

«Mi alma está afligida, mi corazón está desgarrado por el horror y la vergüenza, y mi mente está conmocionada por la locura humana», dijo el pastor de la Iglesia Bíblica Rusa en Moscú. «No somos políticos, somos hijos de Dios. No estamos llamados a rehacer el mapa geopolítico del mundo para complacer a tal o cual gobernante… Que el mundo vea que los hijos de Dios se aman y se aceptan los unos a los otros, no por la lengua [o] la nacionalidad… sino porque han sido aceptados por Cristo».

Un texto bíblico que se citó con frecuencia en las iglesias evangélicas rusas el domingo siguiente al estallido de la guerra fue el Salmo 2:1: «¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos?».

Otras iglesias se centraron en la solidaridad y la oración.

En toda Rusia, el domingo, las aproximadamente 700 iglesias de las 26 uniones protestantes que componen la Mancomunidad de Cristianos Evangélicos de Toda Rusia declararon conjuntamente un tiempo de oración y ayuno por la paz, dijo Pavel Kolesnikov, expresidente de la Mancomunidad y director regional para Eurasia del Movimiento de Lausana. «Esta es nuestra acción», dijo a CT.

Su agenda de oración incluye cinco énfasis:

1) Por la paz entre los pueblos hermanos de Rusia y Ucrania.
2) Para que las autoridades y los «principados» tengan el temor de Dios, la fuerza y la voluntad de hacer la paz.
3) Por la seguridad del pueblo de Ucrania, así como de los cristianos que viven en Ucrania en lugares de conflicto armado.
4) Por la Iglesia, para que Dios la preserve de divisiones y conflictos en medio de la agravada situación.
5) Por la comprensión de cómo cada asociación de iglesias puede responder a las necesidades de las personas afectadas por la guerra.

En su propia iglesia, la Iglesia Bautista de Zelenograd, en Moscú, Kolesnikov, en el servicio matutino, pidió a los asistentes que unieran sus manos —cada hombre, mujer y niño— para orar por la paz y la sabiduría de los gobiernos de ambos países. Su iglesia también ha estado recogiendo suministros, como lo han hecho muchas iglesias rusas, para ayudar a los refugiados ucranianos en las naciones vecinas.

«Esta no es nuestra guerra», dijo. «Amamos a nuestros hermanos y hermanas ucranianos».

Uniéndose al ayuno del domingo, la Unión Rusa de Bautistas Cristianos Evangélicos hizo un llamado a los creyentes para que sean pacificadores.

«Bendice a las naciones que no tienen descanso y envía la paz y el arrepentimiento. Pedimos tu misericordia para todos», oró Sergey Zolotarevskiy, pastor de la Iglesia Bautista Central de Moscú, sin mencionar directamente el conflicto.

Oleg Alekseev, pastor de la Iglesia Fuente de Agua Viva, la iglesia bautista más antigua de Voronezh (en el centro de Rusia), utilizó el Salmo 2 como texto principal de su mensaje.

«Las verdaderas victorias no ocurren allí, ni el bienestar se origina allí», dijo, refiriéndose al campo de batalla. «Sucede [en la iglesia], cuando fielmente [oramos por] los reyes, los gobernantes y todos los pueblos».

Ruslan Nadyuk, pastor de la Iglesia Bautista Palabra para el Alma en Moscú, dijo que la respuesta cristiana adecuada es una de oración incesante en silencio en favor de que el conflicto sea resuelto de manera pacífica y de acuerdo a la voluntad de Dios. Él citó el testimonio de Santiago 5:16: «La oración eficaz del justo puede mucho».

Restringidos durante décadas de persecución bajo los zares y los comunistas, muchos creyentes rusos han decidido que, en el mejor de los casos, protestar es inútil; en el peor, es peligroso. Como resultado, los creyentes rusos han experimentado una profundización en su vida de oración, dijo Andrey Shirin, un profesor de seminario nacido en Rusia que ahora reside en Virginia y que estudió los sermones y los comentarios en Facebook de los pastores rusos en nombre de CT.

«Cuando comienzan los disturbios, los evangélicos rusos no hablan mucho de ellos, especialmente cuando son de naturaleza política», dijo Shirin. «Sin embargo, los evangélicos rusos oran mucho. De hecho, creen que esta respuesta es la más poderosa».

Como declaró Bakhmutsky, el pastor de Moscú, en Facebook: «No te apresures a juzgar a los demás a través del prisma de tu cultura, situación y conciencia. No pienses en la oración como algo insignificante o inútil. Para la mayoría de nosotros, es lo único que nos queda».

Pero algunos pastores fueron más directos en sus comentarios.

Yuri Sipko, exjefe de la mayor denominación bautista de Rusia, dijo que, ante todo, los cristianos deben responder con la oración. Sin embargo, la respuesta de Jesús sería responder a los acontecimientos en Ucrania con las palabras de Juan 15:13: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos».

Para los ucranianos, dijo, este debería ser su principio rector en tiempos de guerra.

Andrey Direenko expresó su consternación.

«El dolor, las lágrimas, los horrores del derramamiento de sangre desgarran nuestros corazones», dijo el obispo pentecostal de Yaroslavl, en el centro de Rusia. «Parece una pesadilla, pero es una horrible realidad».

Y en medio de ella, los ministerios respondieron.

«Pido a todas las familias con huérfanos, así como a las que están criando niños con discapacidades y quieren trasladarse a zonas más seguras, que escriban en esta publicación», declaró Nicolai Kuleba, defensor evangélico de los niños en Ucrania. «Dejen sus comentarios, proporcionen un número y nos pondremos en contacto con ustedes» [enlace en ucraniano].

Muchas iglesias dentro de Ucrania están proporcionando refugio. Pero también las hay en el extranjero.

«No somos más que una pequeña iglesia, por lo que nuestra capacidad de ayudar es limitada, tal vez hasta unas cuantas docenas de familias», dijo Péter Szabó, que pastorea una iglesia presbiteriana en Budapest, Hungría [enlace en húngaro]. «Pero nuestra mayor esperanza no es lo que podemos o vamos a hacer, sino lo que puede y va a hacer nuestro Rey, el Señor Jesucristo».

Predicando a partir de Hechos 13, recordó que la vida cristiana nunca es una serie de fracasos, sino que el «hilo de oro de la gracia de Dios» da al creyente una esperanza segura para el futuro.

Necesitados desesperadamente de esa perspectiva, unos 78 000 refugiados han huido a Hungría, dijo. La ONU informó que la migración hacia el oeste asciende a cuando menos 386 000 ucranianos, quienes dejaron su país con destino a Polonia, Eslovaquia y otras naciones fronterizas.

Miles de ucranianos han cruzado a Moldavia. En la Iglesia Bíblica de Kishinev, una congregación no denominacional de habla rusa en la capital del país, varias familias de refugiados visitaron los servicios por primera vez el domingo por la mañana.

La iglesia y sus socios, ministerios cuyas oficinas se han convertido en albergues, han transportado refugiados y suministros desde que estalló la guerra. Evghenii «Eugene» Solugubenco predicó con dificultad sobre un tema que había programado hace meses: la fidelidad de Dios.

«Esas palabras significan poco para nosotros cuando vamos a almorzar después de la iglesia. Pero cuando eres un refugiado significan más (…) He orado para que Dios abrace a esta gente y les haga saber que Él los ama porque es fiel», dijo Solugubenco, que abrió su sermón con Lamentaciones 3:23-24: «Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: “El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!”».

«La gente suele ser bastante reservada en esta parte del mundo», dijo. «No se acercan al pastor después del servicio. Pero hoy lo hicieron».

Y algunos ucranianos están viendo lo divino.

«Los soldados y los oficiales me dicen que están presenciando milagros desde arriba», dijo Oleksiy Khyzhnyak, un pastor pentecostal en Bucha, a 43 km (27 millas) al noroeste de Kyiv, que fue testigo de los combates más severos del domingo. «Ellos dijeron: “No es nuestro logro”».

Khyzhnyak dijo a Yuri Kulakevych, director de asuntos exteriores de la Iglesia Pentecostal Ucraniana en Kyiv, que hay reportes de que los cohetes cayeron sin explotar y los tanques rusos se quedaron sin combustible. Los soldados, perdidos en lugares desconocidos, piden a los aldeanos que les indiquen cómo llegar, e incluso que les den pan.

Una misión de pan patrocinada por los Países Bajos en Brovary, a 24 km (15 millas) al este de Kyiv, está teniendo dificultades para proporcionar suficiente pan. Ya abastecen a los vecinos y a los desplazados del este, y esperan ampliar la ayuda a los hospitales y al ejército ucraniano.

Pero bajo la presión del conflicto, su propia reserva de mano de obra se está reduciendo, en dirección al oeste.

«Queremos empezar a hornear las 24 horas del día a partir del lunes», afirmó en un comunicado, «pero de momento no tenemos suficientes panaderos» [enlace en neerlandés].

Morrison se siente identificado. Su iglesia, Calvary Chapel, acaba de comprar 1.5 toneladas de harina. Pero como muchos pastores expresaron a CT, la situación es agotadora. Las constantes sirenas de ataque aéreo dan poca paz. Las inmensas necesidades permiten poco descanso.

«Esta mañana me he levantado con la sensación de que un camión me había atropellado», dijo. «Pero aunque todos nos sentimos agotados, seguimos adelante, creyendo que Cristo nos ha puesto aquí para este momento».

Este artículo será actualizado. Información adicional de Kate Shellnutt.

Traducción y edición en español por Sofía Castillo y Livia Giselle Seidel.

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