Jules Woodson recuerda la chispa de esperanza que sintió cuando un mar de papeletas amarillas se levantó al otro lado de la sala en la reunión anual de la Convención Bautista del Sur (en adelante SBC, por sus siglas en inglés) en 2022. Ella interpretó el voto a favor de la reforma que tuvo lugar tras la investigación de un caso de abuso como una señal de que los mensajeros de la convención realmente se preocupaban por víctimas como ella y estaban dispuestos a escuchar y hacer cambios.
En la reunión anual de este año en Indianápolis, las recomendaciones sobre la reforma contra el abuso volvieron a aprobarse con otra oleada de miles de votos, pero esta vez ella lloró por un motivo diferente: la decepción por lo poco que se ha hecho en los últimos años.
Las entidades de la SBC han prometido millones para financiar la causa. La convención ha votado repetidamente a favor de los esfuerzos de prevención y respuesta ante los casos de abuso por un margen abrumador. Grupos de trabajo nombrados por el presidente de la convención han ofrecido voluntariamente su tiempo para desarrollar recursos de capacitación, una base de datos que contenga información sobre todos los pastores implicados en casos de abuso y una oficina para supervisar el trabajo y los avances de la reforma [enlaces en inglés].
«Aquellos mensajeros para quienes el abuso no está en el primer plano de sus mentes, piensan: “Lo estamos haciendo bien”», dijo Woodson, cuyo testimonio de abuso por parte de su pastor de jóvenes en una iglesia de Texas dio inicio a los movimientos #ChurchToo y #SBCToo hace seis años. «Pero queda mucho por hacer».
Las víctimas de abuso y los activistas defensores que piden una reforma en la SBC ahora están viendo a los líderes bautistas del sur dentro de la convención tratar de navegar en un mar de obstáculos y bloqueos denominacionales similares a los que enfrentaron durante años desde el exterior.
«Nos han dicho una y otra vez: “No pueden hacer esto, no pueden hacer aquello”», dijo Mike Keahbone, candidato a presidente de la SBC que forma parte del Grupo de Trabajo para la Implementación de la Reforma contra el Abuso (ARITF, por sus siglas en inglés). «Hay que preguntarse: “¿Por qué razón enfrentamos tanta resistencia en este tema?”… O realmente no creen que haya un problema o tienen algo que ocultar».
El martes, el grupo de trabajo celebró la creación de un nuevo currículum para ayudar a las iglesias de la SBC a responder ante los casos de abuso, no obstante, la tan esperada base de datos sigue vacía, y no hay un «hogar permanente» para supervisar los avances de la reforma contra el abuso una vez que su reunión de trabajo termine esta semana.
Los mensajeros en Indianápolis votaron para afirmar esas prioridades y pasar el encargo asignado al grupo de trabajo al Comité Ejecutivo, el órgano que maneja los asuntos de la SBC fuera de la reunión anual, y a su nuevo presidente, Jeff Iorg.
«Los esfuerzos de respuesta y prevención del abuso crecen a medida que aumentamos la concienciación, por lo que estoy agradecido de ver el excelente trabajo realizado en el currículum esencial», dijo Keith Myer, un pastor de Maryland que ha hablado en favor de la causa, en una declaración a CT.
«Me preocupa que un conjunto de componentes relativamente sencillos de todo un sistema de protección parezca controvertido e inalcanzable. Una base de datos tiene sentido y resuelve el problema de la comunicación sobre quienes han actuado mal en nuestras 50 000 iglesias. Un hogar permanente para [dar seguimiento a] los casos de abuso ofrece a las iglesias y a los pastores alguien con quien hablar cuando se enfrentan a una crisis, y resuelve el problema de encontrar ayuda cuando no saben qué hacer».
El presidente de ARITF, Josh Wester, explicó que en enero se enteraron de que los problemas relacionados a los seguros de responsabilidad impedían que la propia convención acogiera esfuerzos de reforma significativos y sólidos, incluida la base de datos. Después de que el grupo de trabajo sugiriera formar una nueva organización sin ánimo de lucro para lanzar la base de datos de forma independiente, ya no tuvieron acceso a su financiación. Los responsables de la entidad que habían ofrecido 3 millones de dólares dijeron que no podrían utilizarse fuera de la SBC.
Wester, pastor de Carolina del Norte, dijo que el grupo de trabajo hizo todo lo que pudo y que sus miembros estaban «más que frustrados» por no poder presentar la base de datos que habían preparado con más de 100 nombres antes de toparse con obstáculos dentro de la SBC. «Solo tienes los medios para dar los pasos que puedes pagar», le dijo a los periodistas. «Ha sido una verdadera lucha para nosotros».
El grupo de trabajo ha recaudado 75 000 dólares por su cuenta para financiar la Comisión para la Reforma contra el Abuso de manera independiente. Confían en que el Comité Ejecutivo no dejará vacía la página web de la base de datos durante otro año, y algunos supervivientes de abuso sienten especial esperanza ante el liderazgo de Iorg. Llega al cargo después de haber sido presidente del Seminario Gateway de la SBC en California y se ha comprometido a ayudar.
Los partidarios de la reforma sabían que el proceso sería lento, pero sigue pareciendo desalentador que aún no se hayan dado ni siquiera los primeros pasos y que aún no hayan efectuado las cosas básicas que se habían propuesto.
A Grant Gaines, pastor de Tennessee, le preocupa que se pierda la importancia del momento a medida que se retrasa la aplicación de la reforma.
«Los supervivientes nos dijeron desde el principio que esto iba a ser difícil y que esperáramos bloqueos, incluso de gente que te cae bien y en la que confías», dijo Gaines, quien presentó la moción de 2021 en la que se pedía una investigación sobre la respuesta del Comité Ejecutivo ante los casos de abuso.
Los problemas de responsabilidad y financiación a los que se ha enfrentado la ARITF en los dos últimos años reflejan las reservas que siguen existiendo sobre el intento de la Convención de abordar el tema del abuso —sobre todo a medida que se van acumulando los recursos monetarios—.
Desde el escenario, Wester tuvo que aclarar repetidamente que los esfuerzos de la reforma contra el abuso no interfieren con la autonomía de las iglesias y que los abusos no tienen que ser generalizados para que la Convención mejore su respuesta.
«En lo que se refiere a los abusos sexuales, el problema de la Convención Bautista del Sur nunca fue que se produjeran abusos en tasas desproporcionadas o que nuestra convención estuviera plagada de abusadores», les dijo a los mensajeros. «En cambio, el problema al que tuvimos que enfrentarnos fue lidiar con el hecho de que la Convención Bautista del Sur, con más de diez millones de miembros y casi 50 000 iglesias, siendo el mayor organismo protestante de Estados Unidos, no tenía un plan significativo para ayudar a sus iglesias a prevenir o responder a los casos de abuso sexual».
Las mociones presentadas para contratar solo a asesores legales que reflejen los valores de la convención, o para lanzar una investigación para contabilizar el total gastado en la investigación sobre su respuesta a los casos de abuso, indican que una facción dentro de la SBC todavía mantiene un sentimiento persistente de arrepentimiento por las consecuencias del informe presentado por Guidepost Solutions en 2022 [enlace en español].
Iorg mencionó que han pagado al menos 2 millones de dólares solo para cubrir los costos de indemnización después de que dos personas nombradas en el informe presentaran sus demandas (el expresidente de la SBC Johnny Hunt y el exprofesor de seminario David Sills).
«Tenemos que equipar a los pastores para que protejan a las ovejas de los lobos. Se puede hacer… dentro de las entidades políticas, se puede hacer bien. Y, por diversas razones, se siguió posponiendo y la gente siguió sufriendo», dijo Bruce Frank, exjefe del Grupo de Trabajo sobre Abusos Sexuales y pastor en Carolina del Norte. «¿Son 2 millones de dólares mucho dinero? Sí, lo son, pero no es ni de lejos lo que ha costado a los supervivientes».
Los miembros del grupo de trabajo y los defensores están agradecidos de ver el continuo apoyo a sus esfuerzos por parte de la convención, pero también se muestran frustrados ante el hecho de que el entusiasmo de los bautistas del sur en la reunión no haya superado los desafíos que surgen cuando se intenta promulgar un cambio a nivel de la convención.
Los supervivientes denunciaron la implicación legal de los líderes de las entidades en un informe amicus curiae de Kentucky el año pasado que limitaría su responsabilidad en las demandas por abusos sexuales, y una moción del pleno pidió que la SBC censurara al presidente de la convención, Bart Barber, al presidente del Seminario del Sur [Southern Seminary], Albert Mohler, y al presidente de Lifeway, Ben Mandrell, por aprobar el informe. Los mensajeros votaron en contra el miércoles por la mañana.
Entidades de la SBC también han sido objeto de una investigación del Departamento de Justicia que comenzó hace casi dos años y emitió su primera acusación el mes pasado.
Frank y Keahbone, ambos candidatos que habían participado en los esfuerzos de reforma contra el abuso, no pasaron a la segunda vuelta en la carrera presidencial de este año. En un foro celebrado el lunes por la noche, Keahbone habló de personas que «se interponen en nuestro camino» y «trabajan a propósito en los costados para asegurarse de que [la base de datos] no se produzca».
Gaines le preguntó al grupo de trabajo si revelaría quiénes son los responsables de obstaculizar su labor y cómo, pero hasta ahora los implicados no han dado nombres. En declaraciones a los medios, Wester dijo que no quería «agravar más el problema entrando en demasiados detalles».
Hace dos años, el presidente de la International Mission Board, Paul Chitwood, el presidente de la North American Mission Board, Kevin Ezell, y el presidente de Send Relief, Bryant Wright, habían ofrecido 3 millones de dólares de los fondos no designados de Send Relief para pagar los programas de reforma en contra de los abusos sexuales de la SBC. Un portavoz de Send Relief dijo a CT que sus líderes «no han rechazado ninguna solicitud de financiación que esté dentro de la intención original de su compromiso».
«Send Relief está plenamente comprometida con la cuidadosa administración de los fondos para la prevención del abuso sexual y los esfuerzos de respuesta dentro de la SBC, en colaboración con el Comité Ejecutivo», dijo la declaración. «Actualmente la [Comisión de Reforma contra el Abuso] está fuera de la estructura de la CBS».
A Myer le preocupa que la confusión sobre las decisiones de financiación pueda dañar el sentido de confianza necesario para que los esfuerzos de cooperación más amplios en torno a esta cuestión sean eficaces.
«Cuando la confianza falla, se pierden socios y recursos», afirmó. «Si no podemos resolver algo fácil como decir “es fundamental que protejamos a niños y adultos de los abusos de los lobos», ¿cómo vamos a pasar a asuntos más complicados?».