Al defender a Hamás, el presidente turco, Recep Erdoğan, eclipsó a su propia nación.
Un día antes del centenario del Estado moderno de Turquía el mes pasado (ahora llamado formalmente Türkiye), aproximadamente 1.5 millones de personas se reunieron para una manifestación pro-Palestina el 28 de octubre y escucharon a su líder de tendencia islamista denunciar a Israel como un «criminal de guerra».
El 25 de octubre, Erdoğan había declarado que «Hamás no es una organización terrorista, es una organización de liberación, de muyahidines que luchan para proteger su tierra y a sus ciudadanos».
Los observadores señalaron que inmediatamente después de los ataques terroristas del 7 de octubre por parte de Hamás que mataron a 1200 israelíes, en su mayoría civiles, y tomaron 240 rehenes, Erdoğan había adoptado un tono cauteloso. Circularon informes (negados por Ankara) de que funcionarios turcos pidieron discretamente a los líderes de Hamás que abandonaran el país candidato a la Unión Europea. Y antes de la manifestación, el presidente reiteró que nunca podría excusar actos dirigidos en contra de civiles.
Entonces algo cambió.
A pesar de los esfuerzos del año pasado por sanar la brecha diplomática con Israel, Erdoğan ahora cuestiona su existencia.
«¿Qué era Gaza y Palestina en 1947 y qué es hoy?», preguntó retóricamente, en referencia al establecimiento del Estado israelí en 1948. «Israel, ¿cómo llegaste aquí? ¿Cómo entraste? Eres un invasor».
Y ampliando su alcance, el jefe de la nación miembro de la OTAN afectó a sus aliados en términos religiosos, calificando el ataque contra Gaza de «venganza» por la caída de Constantinopla en el siglo XV.
«Oh, occidente, te lo digo a gritos: ¿quieres comenzar de nuevo tu cruzada contra la Medialuna?», preguntó Erdoğan. «Si están haciendo tales esfuerzos, sepan que esta nación no está muerta».
Al día siguiente, en una celebración silenciosa, colocó una tradicional ofrenda floral en la tumba de Mustafa Kemal Atatürk, quien abolió el califato otomano y estableció una república secular en 1923. Entre la audiencia se encontraba el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Oriental, Bartolomé I.
Dos semanas antes, Erdoğan asistió a la inauguración de la iglesia ortodoxa siríaca Mor Ephrem, en honor a los aproximadamente 25 000 ciudadanos cristianos asirios de Turquía. Fue la primera iglesia construida con recursos estatales desde la fundación de Atatürk.
Y desde que el partido de Erdoğan tomó el poder en 2002, se han restaurado 20 iglesias.
«La iglesia que hemos construido es un símbolo de la libertad religiosa y de creencias en nuestro país», afirmó Erdoğan. «En un momento en que las divisiones, los conflictos y los crímenes de odio basados en el origen religioso y étnico están aumentando en nuestra región y en el mundo, esta actitud de bienvenida por parte de Turquía es muy importante».
Sus comentarios del 15 de octubre fueron conmovedores, ya que la guerra entre Israel y Hamás estaba en pleno apogeo. Entre la ceremonia en la iglesia y la manifestación palestina, Erdoğan envió la solicitud de Suecia para la OTAN al parlamento turco para su ratificación. Y este mes, la base aérea de Incirlik, en el sureste de Turquía, recibió el despliegue de un par de bombarderos estadounidenses B-1 Lancer de largo alcance.
La semana pasada, manifestantes turcos intentaron asaltar la base aérea.
Los cristianos turcos han tenido una relación complicada con Erdoğan y, por lo general, no hablan sobre cuestiones políticas. Pero un creyente expresó su profundo descontento con los comentarios del presidente.
«No es aceptable. Hamás es una organización terrorista», afirmó Gokhan Talas, fundador del Ministerio de Publicaciones Miras. «Llamar su ataque de otra manera podría causar otro trauma doloroso para las víctimas y sus familias».
La pequeña comunidad evangélica de Turquía dijo, tiene opiniones diversas sobre Israel, derivadas tanto de diferencias políticas como escatológicas. Algunos hablan en términos de apoyo incondicional al Estado judío proféticamente reconstituido. Otros, que rechazan esa teología, encuentran justificación para la respuesta militar palestina.
Pero Ali Kalkandelen, presidente de la Asociación de Iglesias Protestantes de Turquía, dejó clara su posición unificada.
«Como cristianos, creemos que Dios es juez sobre todo», dijo. «Estamos en contra de cualquier guerra, matanza y muerte de personas inocentes».
Están orando por ambas partes, añadió. Y también por Erdoğan.
Talas cree que las primeras reacciones de Israel fueron «justas y equilibradas», en consonancia con su derecho a la autodefensa. Pero también cree que él lo que llama sus posteriores «ataques desequilibrados» y «medidas insuficientes» para proteger vidas civiles merecen críticas por contribuir a una «tragedia» humanitaria.
Quiere que todas las personas impulsen a ambas partes hacia la paz.
Pero la mayoría de los cristianos, turcos y extranjeros, permanecen en silencio, cautelosos de ser etiquetados como proisraelíes, dijo Daniel Brown, director del Instituto para el Estudio de la Religión en Medio Oriente, con sede en Estambul. Aparte de los llamados a la paz, los líderes cristianos han hecho pocas declaraciones públicas.
La iglesia es pequeña y reticente a comentar sobre temas delicados.
«Se reconocen problemas graves en todo el mundo», dijo Brown, «y que el pueblo de Dios no debería tomar partido contra nadie a quien Dios ama».
Pero si la guerra en Gaza ha dividido (o acallado) a los cristianos turcos, la sociedad turca es decididamente pro-Palestina. Una encuesta reciente muestra un apoyo abrumador a un alto el fuego y a la posterior participación turca en los esfuerzos por preservar la paz. Al examinar el pulso público, Erdoğan se ha «alejado» de Benjamín Netanyahu. Mientras tanto, un periódico de la oposición ha caricaturizado al primer ministro israelí como un vampiro.
El parlamento turco procedió a boicotear a Coca-Cola y a Nestlé.
La mayoría de los turcos no apoyan el terrorismo «injustificable» de Hamás, dijo Mustafa Akyol, autor turco de Islam Without Extremes: A Muslim Case for Liberty. Su simpatía por Palestina, como la que se encuentra en las naciones de mayoría musulmana, está actualmente ligada a los miles de niños asesinados por las bombas israelíes.
Esto no significa que sean antisemitas, afirmó. En Turquía sí hay posturas a favor de Hamás y antisemitas, incluso dentro de la base política de Erdoğan. Pero el motor de las mismas, dijo Akyol, son las «décadas de la terrible situación» del pueblo palestino. También se culpa a Estados Unidos y Occidente.
«Cuanto más continúe ese horrible sufrimiento», dijo, «más los sentimientos turcos se volverán en contra de Israel».
Al mismo tiempo, otra encuesta realizada en el centenario encontró que el 64 % de la población turca apoyaba el secularismo. Solo el 19 % apoyó un gobierno islámico. Una sólida mayoría (45 %) apoyó imitar a Alemania, o a Qatar en segundo lugar (9 %).
A diferencia de la celebración discreta, Talas observó una conmemoración y entusiasmo popular generalizados. Dijo que la nación estaba «orgullosa» de ser a la vez laica y democrática, y creía que Erdoğan se está preparando para las próximas elecciones municipales.
Kalkandelen no cree que la ruptura con Israel sea grave.
«Turquía ha sido un muy buen aliado de Israel durante muchos años», afirmó. «Creo que mantendrán esta relación positiva en el futuro».
Sin embargo, la estridencia de Erdoğan lo «sorprendió». A pesar del apego religioso del presidente a los palestinos, Kalkandelen dijo que el líder turco es experto en mantener una política exterior equilibrada. Confía en que Erdoğan no enrede más a la nación en controversias geopolíticas y espera que Israel reconocerá la sensibilidad de este tema y no permitirá que ponga en peligro las relaciones.
Sin embargo, las apariencias son diferentes, ya que ambas naciones han retirado a sus respectivos embajadores.
Aun así, Turquía no ha roto relaciones diplomáticas y ha mantenido contactos de inteligencia al tiempo que propone un papel para ayudar a mediar en las negociaciones sobre rehenes. Y los informes afirmaron que Turquía facilitó la entrega a Israel de un millón de barriles de petróleo desde Azerbaiyán.
Aun así, la red turca TRT [Corporación Turca de Radio y Televisión] recibió a un líder de Hamás que declaró que el 7 de octubre «allanó el camino» para derrocar a Israel y llamó a los clérigos a «incitar a la nación islámica [a] tomar medidas».
Poco después, la Unión Internacional de Eruditos Musulmanes, con sede en Qatar, emitió una fetua convocando a las naciones musulmanas a una intervención militar.
Los lazos anteriormente fuertes entre Turquía e Israel se rompieron en 2010 cuando las fuerzas israelíes atacaron un barco turco que intentaba romper su bloqueo a Gaza. En los años siguientes, las relaciones entre los dos países fueron inestables. En 2014, Erdoğan afirmó que lo que él creía que era la respuesta desproporcionada de Israel a la violencia liderada por Hamás estaba «manteniendo vivo el espíritu de Hitler».
No obstante, los vínculos se repararon moderadamente; pero luego, en 2018, Turquía retiró a su embajador después de que Donald Trump trasladara la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Dos años más tarde, las relaciones se restablecieron una vez más. Tras el terremoto de 2022 en el sureste de Turquía, Israel afirmó que había enviado la segunda delegación de ayuda humanitaria más grande, allanando el camino un mes después para la visita del presidente israelí Isaac Herzog a Ankara para la primera visita de alto nivel desde 2008.
Y en septiembre pasado, Erdoğan se reunió con Netanyahu por primera vez.
«Ambas partes se acercan a la otra de forma oportunista», afirmó Talas. «Pero lo que sucede a largo plazo se basa en intereses mutuos».
Sin embargo, dijo, los intereses cristianos deben buscar la paz. Él cree que el fracaso de las potencias internacionales para abordar la actual ocupación israelí ha creado una cultura de odio en la región, y que la respuesta del terrorismo vengativo solo ha perjudicado aún más a los palestinos.
Sin embargo, demasiados cristianos estadounidenses tienen una comprensión «incompleta» que pasa por alto las cuestiones sociales, culturales e históricas de un conflicto arraigado, dijo Talas. Y peor aún, dijo, apoyar a Israel de manera incondicional ignora a los compañeros creyentes palestinos que luchan y se sacrifican diariamente por el Evangelio.
Este Evangelio es el fundamento del consejo de Talas para todos.
«Ama a tu enemigo. Ama a tu prójimo. Busca el bien y todo lo bueno», dijo Talas. «Cualquier motivación distinta a estos mandamientos solo genera discusiones complejas e inútiles».
Traducción por Sergio Salazar.
Edición en español por Livia Giselle Seidel.