Ayudando a los estudiantes minoritarios que tengan éxito en el salón de clase

Preguntas y Respuestas con Katrina Boone

Christianity Today May 26, 2016
mdgovpics / Flickr

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Andrea Ramírez, Directora Ejecutiva de la Coalición de Fe y Educación para la NHCLC, recientemente le pregunto a Katrina Boone como las Iglesias y los padres pueden ayudar y apoyar a estudiantes minoritarios para que sean exitosos. Como una maestra de Ingles en la escuela secundaria y como Afro-Americana quien asistió a escuelas públicas, Katrina ofreció una perspectiva única y practica. Actualmente sirve como Directora de Teacher Outreach para la organización, Collaborative for Student Success.

Katrina, ¿que desafíos experimentaste como una estudiante afro-americana siendo criada en un ámbito de pobreza?

Como niña, pase mucho tiempo sintiéndome confundida y sin estabilidad. Mis hermanos y yo crecimos con el tipo de pobreza que venía y se iba como olas. En veces se pagaban las facturas, nuestras pancitas estaban llenas y teníamos cable para ver televisión. Pero en veces, no comíamos, no teníamos calefacción durante los inviernos. Ese tipo de imprevisibilidad me siguió a la escuela. Batalle social y emocionalmente y constantemente dudaba si mi maestra y los otros estudiantes verdaderamente me querían. No sabiendo de donde vendría mi próximo alimento o si tuviera un lugar seguro y calientito para dormir fue una carga que lleve conmigo a todo lugar.

La estructura de la escuela me confundía también. Me gustaba aprender, y era buen estudiante. Pero nunca me sentí en paz en el salón. Me sentía estresada y aislada. Sabía que era más pobre que mucho de los otros estudiantes, olía mal y estaba sucia, era color café en un mar de blanco. Me sentía que la escuela era un juego en el cual yo era muy buena, pero también me sentía que el juego estaba amañado contra otros estudiantes pobres o café. Deberíamos de haber estado enfocados en aprender, pero estábamos distraídos por el gruñir de nuestros estómagos vacios. Cuando batallábamos para controlar nuestras emociones, nos retiraban de la oportunidad para aprender. La escuela era un juego el cual me preocupaba que no debería de estar jugando, y como maestra, me he encontrado con muchos otros estudiantes que se han sentido de esa misma manera.

Llegaste a no solo graduarte de la escuela secundaria, pero del colegio – y obtuviste una Maestría. ¿Quien te ayudo poder imaginar tal futuro? ¿Como te apoyaron durante el proceso?

Me acuerdo, a una edad temprana, me dijeron que iría al colegio. Nunca se sintió como una opción, y estoy agradecida por ello. Mis hermanos y yo pasamos mucho tiempo en una iglesia pequeña, en el lugar donde vivíamos, y allí había una familia llamada, Thompson, que hablo esa verdad a mi vida. La Señora Thompson platicaba a fondo conmigo acerca de los libros que estaba leyendo y de las materias sobre las cuales yo quisiera aprender en el colegio y al ella hacer esto, me hizo sentir que el aprender, en la escuela y en la iglesia, era algo lo cual debería valorar.

La manera en la cual esta familia Thompson amo a mis hermanos y a mí, como hicieron el esfuerzo para hacernos sentir que pertenecíamos a la iglesia tal como cualquier otro, era algo radical para mi, a comparación de cómo me sentía en mi casa, y en la escuela. Y en mis conversaciones con la Señora Thompson fue la primera vez que realice que el “aprender en la escuela” podía vivir fuera del salón de clase y ser parte de otras áreas de mi vida.

Como dije anteriormente, batalle para conectar con mis compañeros cuando joven, pero mientras crecía, tuve varias maestras que me hicieron sentir como la Señora Thompson, me hicieron sentir valorada debido a mis experiencias vividas, no a pesar de ellas. No ignoraron que era pobre, que era diferente a mis compañeros. Encontraron maneras de hacer esto parte de mi vida académica. Me enseñaron sobre Rosa Parks y Zora Neale Hurston. Me ayudaron superar los desafíos de aprendizaje mientras reusaban bajar los estándares que tenían para todos los estudiantes. Reusaron amarme hacia el fracaso – sabían que la mejor manera de ayudarme ser exitosa, era empujarme más allá de lo que la sociedad creía que podía lograr.

Ya que fuiste maestra, ¿encontraste que estudiantes de color y estudiantes pobres todavía enfrentaban los mismos desafíos?

Desafortunadamente, creo que estudiantes de color y los que viven en pobreza si enfrentan muchos de los mismos desafíos que yo enfrente. Nuestro sistema escolar tradicionalmente ha esperado menos del estudiante de color y pobre, en veces desde una perspectiva de racismo, y en veces desde un lugar de amor.

He sido testigo de maestras amar a estudiantes hacia el fracaso, pensando, “el nunca podrá leer este libro” o “estos niños no pueden hacer ese tipo de matemática.” Con frecuencia, esto viene de un lugar de cariño, erróneo. Maestros no quieren ver a estudiantes fracasar, particularmente cuando saben que ya han tenido demasiado fracaso en su vida. El problema es que tener bajas expectativas para los perjudicados los desventaja aun más. Los estudiantes confían en sus maestras. Cuando maestros le enseñan a los estudiantes, a través de sus acciones, que no creen en ellos, los maestros perpetuán lo que los estudiantes minoritarios y pobres ya piensan de sí mismos – que son inferiores, y destinados para fracasar.

La buena noticia es que va de la otra manera también. Cuando maestros tienen expectativas altas para los alumnos, no importando el color de la piel, su código postal, o el ingreso de la familia, puede perpetuar otras creencias que los estudiantes tienen de sí mismos – que quizás si pueden enfrentar obstáculos – que la escuela no es un juego, pero un lugar donde pertenecen y donde pueden lograr éxito.

¿Como pueden los padres hispanos apoyar a los estudiantes mientras maestros y escuelas elevan las expectativas?

Lo más importante que padres pueden hacer es armarse de conocimiento de donde actualmente están sus hijos; académica, social, y emocionalmente. La organización de no lucro,

Be a Learning Hero tiene una herramienta increíble llamada Readiness Roadmap que puede ayudar a los padres entender lo que sus hijos deberían de estar aprendiendo en la escuela y identificar las áreas fuertes y de flaqueza en el ámbito académico y de carácter de sus estudiantes, aprender más de la salud emocional y la felicidad y planificaciones para el colegio.

Teniendo la experiencia de maestra de salón de clase, creo que es importante tener una relación autentica con la maestra de sus hijos. Eso empieza con las conferencias de padres-maestros, pero va más allá de eso también. Pide ayuda para entender el crecimiento de tu hijo en las áreas académicas y emocionales. Pregunta cómo puedes ayudar a tu hijo aprender en casa también. Comunícate de maneras amables con tu maestra, como a través de correo electrónico, para preguntar si pudieras ser de ayuda como voluntaria en el salón.

La vida del salón de clase y la escuela puede sentirse como de dos-dimensiones cuando solo esta poblado por maestros y estudiantes, pero como padre, puedes darle esa tercera dimensión, y hacer de esa escuela un lugar más avivado y atractivo para ambos el maestro y tu hijo/a.

¿Qué has encontrado es lo que más ayuda a un estudiante pobre y minoritario en mejorar el proceso educativo?

Como humanos, aprendemos cuando nos estiramos mas allá de lo que percibíamos estaba dentro de nuestra habilidad. No podemos crecer si vamos solo a donde ya hemos estado. Si en verdad queremos que cada alumno de color o pobre aprenda, tenemos que crear maneras de darles un profundo apoyo, mientras los empujamos más allá de lo que ya han logrado. Tenemos que esperar lo mismo de ellos, de lo que esperamos de todos los otros estudiantes. Estándares altos, desafiarlos con experiencias académicas y apoyo intencional son las únicas maneras que los estudiantes pueden aprender.

Cambiando la educación para estudiantes que sistémicamente han sido subestimados y desatendidos durante cientos de años no puede suceder con atajos, tampoco

Necesitan oportunidades constantes para perseguir el conocimiento y entendimiento conceptual de la matemática, para desarrollar la resistencia y el conocimiento del mundo a través de la lectura de textos complejos. También necesitan maestros que se vean como ellos, que tienen experiencias de vida similares a la de ellos. Mas importante, necesitan adultos en casa y en sus comunidades que están equipados para apoyarlos y ayudarles crecer académica, social, y emocionalmente.

¿Como pueden las iglesias apoyar el éxito educacional?

El año pasado leí un artículo sobre la brecha de oportunidad que sigue expandiéndose entre niños ricos y pobres, y con mucha elocuencia articularon uno de los problemas mayores enfrentando estudiantes pobres y de minoridad. Con frecuencia, no tienen pastores, mentores o entrenadores que puedan ayudarles con los golpes que la vida nos tira a todos. Como cristianos podemos ayudar de esta manera – siendo mentores y pastorear a los niños que no tienen presencia de adultos fuertes en sus vidas.

Las Iglesias también pueden ayudar y meterse en la brecha para estudiantes pobres organizando Escuelas de Verano que le dan oportunidades a los niños para practicar y reforzar lo que han aprendido durante el año. El año pasado, iglesias en Louisville, KY, donde vivo, se unieron para combatir el “decaer del verano” recibiendo entrenamiento del sistema público escolar. Ese entrenamiento les ayudo diseñar un programa de alto nivel que dio experiencia de aprendizaje para los estudiantes con los estándares rigorosos que usan las escuelas. No puedo pensar en una oportunidad mejor para amar niños, que proveer alimento y diversión para ellos, pero también ayudarles aprender de la Biblia a través de altos estándares.

Para concluir, me encanta Dra. Ramírez, como describe la educación como una oportunidad para adorar a Dios, una expresión externa que expresa nuestro compromiso interior de amar a Dios con toda nuestra mente, como nos indica Lucas 10:27. El Domingo de la Educación es un día de adoración cada año en el cual podemos dialogar como vamos apoyar a nuestros estudiantes en seguir el llamado de Dios de amarle con toda su mente. Desafortunadamente, hay muchos niños en cada comunidad que no tienen acceso a una educación de calidad, pero el Domingo de la Educación es una oportunidad de unirnos como iglesia y orar para pedir dirección de Dios para dirigirnos a eso.

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