Curso intensivo sobre Jesucristo

Cómo Cristo me hizo entender después de que maté a mi amigo.

Christianity Today July 25, 2013
Photo by Zach McNair

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Cuando tenía 17 años de edad tuve un choque automovilístico que cambiaría el curso de mi vida. Me trajo a nada, y luego Dios me hizo nuevo.

Era el 5 de julio de 1995 y había hecho una fiesta en la casa de mis padres. Después de años de depresión y ansiedad, de haber terminado con mi novia, y cada día sintiéndome más infeliz con mi vida, lidié de la manera que lo había hecho ya muchas veces antes, refugiándome en el alcohol. Estaba cansado de mis amigos, mi familia y de mí mismo. Esa noche, me sentía peor con cada hora que pasaba.

Alrededor de la 1:00 a.m., sentí un deseo arrollador por irme de la fiesta. Aunque mis amigos me trataron de detener, sabían que había estado tomando por horas, agarré mis llaves y me subí a mi Camaro Z28 del año. Mis amigos usaron sus carros para bloquearme, pero cuando ellos me dejaron solo para calmarme, brinque la banqueta, evadí sus carros, y me fui.

Mientras manejaba a alta velocidad por el suburbio de Houston donde vivía, me consumían sentimientos de vacío y desesperanza. No podía pensar bien. Quería estar lo más lejos posible de casa, y al mismo tiempo, todo lo que quería era estar en casa. Cuando llegué a la calle para salir de mi suburbio, me di cuenta que era una tontería seguir alejándome de casa. No quería que mis amigos se preocuparan, ni tampoco quería meterme en problemas con mis padres, así que di la vuelta para regresar a casa.

Despertar

Desperté cubierto de vidrios, con la bolsa de aire desinflada sobre mis piernas. Conforme se disipaba la niebla, pude distinguir un gran hoyo en el parabrisas. Había un fuerte olor a metal mezclado con el fuerte olor de los líquidos del carro. Repentinamente, un amigo abrió la puerta del pasajero. Y recordé lo que acababa de pasar. "¿A quién le pegué?" grité repetidamente.

"No le pegaste a nadie, sólo a unos árboles," me aseguró mi amigo. Me arrastró del carro y me puso sobre el césped mientras se me subía el pánico. "¡No. Le pegué a alguien ¿A quién le pegué?!" Seguí tratando de sentarme mientras Blake corrió al frente del carro. Miró hacia abajo. Luego corrió a buscar ayuda.

Otros empezaron a brincar la cerca que separaba mi casa y la calle donde estaba tirado. Brotó el caos en ese silencio extraño mientras luchaba por permanecer consciente sobre el césped. Oí gritos y llanto. Alguien gritaba, "¡no está respirando!"

Pronto la calle estaba alumbrada por las luces de la ambulancia, los bomberos, y los carros de policía. Mientras me ponían en la ambulancia, escuché a mi hermana dar un grito desgarrador y escalofriante antes que cerraran las puertas de la ambulancia. Había llegado al lugar, vio mi carro, y pensó que yo estaba muerto. Me llevaron al hospital donde estuve por algunas horas. Un oficial de la patrulla estatal entró a mi cuarto. "Hijo, necesito que te hagan un examen de sangre. Ha habido una muerte."

Por fin alguien contestó mis preguntas. Mi amigo John estaba en la calle cuando yo venía dando vuelta en una leve curva cerca de mi casa. Mi amigo había levantado las manos, tratando de parar mi carro que estaba fuera de control, y su cuerpo había chocado contra el parabrisas.

Antes del accidente, pensé que mi vida se estaba derrumbando. Después del accidente, quería morirme. Sin embargo, fue allí, en el hoyo más profundo, más sucio, más oscuro de mi desesperación, donde Dios empezó a darse a conocer conmigo.

Paralizado

Crecí en una familia "cristiana" que iba a la iglesia con algo de regularidad. Yo oraba, cantaba los cantos de alabanza, y creía que iba a ir al cielo. Pero en esos años antes del accidente, especialmente cuando enfrentaba la depresión y la ansiedad, me preguntaba si la fe era verdadera. Los creyentes que conocía o iban a la iglesia pero abusaban del alcohol y otras drogas igual que yo, o no hablaban con gente como yo. A fin de cuentas era lo mismo, si su fe hacia alguna diferencia, era tan pequeña que no me interesaba.

Sin embargo, después del accidente añoraba dirección y traté de volver a la iglesia. Para mi sorpresa, los adultos fueron muy amables conmigo, aún después de saber lo que yo había hecho. Animado por su amabilidad, decidí ir al grupo de jóvenes pero los juegos tontos pronto me quitaron las ganas. Y mis compañeros resultaron no ser tan receptivos como sus padres.

Esa noche, no hice una oración especial, ni hablé en lenguas, ni llené ninguna tarjeta, ni tampoco lloré. Pero si le pedí a Cristo que me sanara.

Fue entonces que entré en un período bastante frustrante que duró por meses. Luché con muchas preguntas sobre la Biblia. Escuchaba el sermón en la iglesia y dudaba que Dios me pudiera aceptar, y mucho menos que me pudiera amar, después de lo que yo había hecho. No había muchas personas de mi edad con quien pudiera hablar de mis preocupaciones. Así que decidí leer todo el Nuevo Testamento en una biblia de estudio que mi madre me había dado. Empecé a leer sobre Jesucristo todas las noches.

Mientras leía, brincaba entre sentimientos de auto condena y de falsas esperanzas en mi buena conducta. A fin de cuentas, todo esto me dejaba agotado. Entre más trataba de ser cristiano, más vacío me sentía. Entre más trataba de llegar a entender la fe, más confundido quedaba. Hubo muchas veces en que quise lavarme las manos de todo, pero había un desasosiego en mi corazón que me hacía volver al Cristo del que estaba leyendo. No podía quitarlo de mi mente.

Durante la primavera de mi último año de preparatoria, la iglesia Sugar Land First United Methodist patrocinó un avivamiento de fin de semana con un orador invitado de Tennessee.

El predicador contó la historia bíblica de un hombre que había estado paralizado por mucho tiempo, que se hallaba tendido al lado de un estanque en Jerusalén. La comunidad pensaba que cuando las aguas del pozo se movían, el primero que entrara al agua era sanado. Para un hombre que tenía 38 años sin moverse, era un gran reto poder sumergirse en el agua.

Cristo le hizo una pregunta al hombre: ¿Quiéres quedar sano? Me parecía una pregunta extraña. El hombre contestó que sí, pero luego empezó a dar excusas de por qué no podía meterse al agua. Entonces Cristo le sanó en ese mismo momento.

El predicador volvió su rostro hacia nosotros en la congregación y nos hizo la misma pregunta: ¿Quiéres quedar sano?

Toda mi vida había estado paralizado por el temor, la depresión y el orgullo. Y siempre tenía una excusa sobre el por qué hacía lo que hacía. El predicador fue al grano repitiendo la pregunta que Cristo le había hecho al paralítico. Recuerdo haber pensado vívidamente, si Cristo puede sanarme, quiero ser sano.

Esa noche, no hice una oración especial, ni hablé en lenguas, ni llené ninguna tarjeta, ni tampoco lloré. Pero si le pedí a Cristo que me sanara. Fue un momento íntimo entre Dios y yo, pero ese día él empezó a abrir mis ojos, a abrir mis oídos, y a ablandarme el corazón. Me hizo suyo.

Los pecados del pasado mueren con lentitud, y ya que no recibí instrucción al principio de mi vida cristiana de cómo ser un buen discípulo, mis primeros años como creyente fueron algo inestables. Pero el Dios que nos justifica también nos santifica, y en el momento correcto, trajo a mi vida a hombres sabios y fieles para corregirme e instruirme. A través de los siguientes años empecé a darme cuenta que mis pecados habían sido perdonados, no por algo que yo hubiese hecho sino por lo que Cristo hizo en la cruz. Aprendí que yo había sido llamado para vivir para él cada día, no sólo cuando era cómodo. Dios me había comprado completamente, no parcialmente, y por eso, mi vida ya no era mía, ahora le pertenecía a él.

Fue gracias a Cristo que aprendí a hacerle frente con valor a las consecuencias del choque que tuve, que incluyó cinco años de libertad provisional y servicio voluntario a la comunidad. Empecé a pararme frente a otros adolescentes y a hablarles sobre tomar buenas decisiones y sobre lo tonto que es tomar y manejar. Dios cambió mi deseo de pensar siempre en mí como si yo fuese lo más importante por el deseo de pensar en Dios como más importante que yo. Me ayudó a usar mi pasado y mis experiencias para animar a otros a alejarse del pecado y acercarse a Cristo. Me transformó, de un hombre vacío, perdido y solitario en su propio hijo, perdonado y lleno de esperanza y propósito. Ha sido un camino largo y disparejo, no cabe duda, pero Dios me ha transformado y me sigue transformando.

Aunque me siguen faltando respuestas, tengo confianza en que Cristo es el Hijo de Dios, que él puede perdonar pecados, y que está en la tarea de hacer de personas con vidas quebrantadas personas completamente nuevas.

Casey Cease es pastor de la iglesia Christ Community en Magnolia, Texas, y autor de Tragedy to Truth: A Story of Faith and Transformation (Lucid Books), [De la tragedia a la verdad: Una historia de fe y transformación]. Para mayor información vaya a CaseyCease.com.

Los samaritanos del día de hoy

Jesucristo nos muestra que bajo la piel, todos somos parientes.

Christianity Today June 18, 2013
Ray Chen Smith/Flickr

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Durante los 1980s, conocí a una mujer hispana en el aeropuerto en Los Ángeles. Ella había llegado a los EU de Cuba cinco años antes. Le pregunté lo que le gustaba de su nuevo país. Rápidamente mencionó las cosas que disfrutaba, muy alto en su lista estaban la libertad y la oportunidad. Luego le pregunté qué cosas no le gustaban de este país. Terminantemente me dijo, "no me gusta que me llamen mexicana," revelando sentimientos de una persona que se considera devaluada o subestimada. Se sorprendió cuando le dije que soy de descendencia mexicana y que nací mexico-americano. Entonces agregó, "oh, ¡pero puedo ver que usted no es como uno de ellos!"

¿Qué fue lo que vio? En poco tiempo ella, sin que fuera su intención, se había catalogado a si misma y a otros hispanos en este país incorrectamente. Nuestra breve conversación reveló que los hispanos no somos todos iguales y la necesidad que existe de que entendamos mejor las realidades y sutilezas de la diversidad racial y étnica. Sin embargo, lo que a ella se le escapó fue su propia identidad colectiva como nueva ciudadana norteamericana.—ahora es cubana-americana.

Una vida en el guión

La historia del encuentro de Cristo con la mujer samaritana (Juan 4) representa su compromiso con cambiar la condición de aquellos que viven una existencia entre aquí y allá. Los samaritanos, siendo tanto judíos como gentiles, eran los mestizos de aquel día. Los discípulos, como encargados de mantener la tradición judía dominante se encuentran entumecidos, indiferentes, y totalmente despistados durante este encuentro profético. Mientras tanto, Cristo afirma el valor de la mujer como persona y la guía a depositar su fe en él. Ella, por su parte, comparte las buenas nuevas del evangelio a su comunidad, creando un nuevo paradigma cultural y espiritual.

El mensaje que esta historia comunica depende de dónde nos ubicamos dentro de ella. En los Estados Unidos, en manera muy parecida a los samaritanos, los étnicos viven en medio de "dos mundos," es decir, viven en el guión. Poner un guión entre dos palabras significa que hemos conectado o hemos dividido las dos palabras. Los aztecas en México usaban la palabra Nepantla (tierra entre medio) para describir esa idea de estar en medio, es decir, tanto esto como aquello, una existencia entre aquí y allá.

La iglesia no debe ver la diversidad como un problema que resolver, sino como la manera de completar su identidad profética.

Los mexico-americanos fueron los primeros en enfrentar una vida en el guión. Ya que vivían a lo largo del Camino Real de los españoles, los mexicanos se volvieron norteamericanos después de la guerra de EU con México (1846-1848). Este evento determinante para las dos naciones forjó una nueva identidad. Los demás llegaron después de las 22 naciones de América Latina y el Caribe, cada grupo llegó con su propia historia y sus diferencias culturales. Pero debajo de nuestra piel, todos somos parientes. Somos todos miembros de la raza humana y de la familia.

En este momento, los hispanos se han vuelto muy visibles y son el tema de muchas conversaciones, debates, y propuestas, desde la Casa Blanca hasta la tienda de la esquina. La tasa de natalidad y los factores migratorios sugieren que los hispanos en EU seguirán creciendo por muchos años venideros. El "asunto hispano" está aquí para quedarse y exige que se resuelva constructiva y eficazmente.

Se discute hoy la contribución de los hispanos al futuro de EU. En el sur de California, la pregunta en la cubierta del periódico sobre negocios Orange County Business Journal interrogaba sobre "la llave al futuro de California." La respuesta editorial, basada en el estudio "California 2025," declara: "depende de que tan lejos nos lleven los latinos."

Publicar para los cristianos hispanos

Los retos y las consecuencias de la diversidad tienen implicaciones dramáticas para cada institución en la sociedad. Exige re-crear instituciones de tal manera que las diferencias individuales y de grupos sean respetadas y puedan coexistir y unirse en maneras constructivas. Algunas instituciones ponen poca atención a la diversidad y siguen institucionalizando la desigualdad. Otros glorifican la diversidad para estar correctos políticamente. Mientras que otros trabajan arduamente por entender y luchan por involucrarse con poblaciones diversas.

¿Dónde están las implicaciones para la iglesia hoy? La iglesia nació para ser global. La imagen final de la iglesia (Apocalipsis 7), incluye a aquellos de toda lengua, tribu, y nación. Para completar este retrato, la iglesia no debe ver la diversidad como un problema que resolver, sino como la manera de completar su identidad profética. Para este fin, los grupos étnicos y raciales son el capital social y espiritual del cuerpo de Cristo.

He aquí la misión de Cristianismo Hoy, la publicación digital para los creyentes hispanos que Christianity Today está desarrollando. Dicha publicación puede lograr lo siguiente: (1) hablarle a la iglesia global desde un fundamento bíblico y de nuestra propia experiencia; (2) involucrar a aquellos que se encuentran marginados en la sociedad y llevarlo al centro del reino de Dios; (3) unir a los hispanos—entre los mismo grupos hispanos y con los miembros de la cultura dominante. Con este fin, Cristianismo Hoy educará a los líderes a abordar los valores fundamentales y los dones de los hispanos de tal manera que puedan llegar a ser la "sal y la luz," e influenciar a nuestra nación. Cristianismo Hoy ofrecerá liderazgo transformador para crear una influencia fiel y espiritual en nuestra nación que se encuentra en decline moral y espiritual.

Dr. Jesse Miranda es profesor distinguido, Vanguard University, fundador del Latin American Theological Seminary, y sirve como el director ejecutivo del National Hispanic Christian Leadership Conference.

Poner la guerra en juicio

Lecciones del caso de Efraín Ríos Montt en Guatemala

Christianity Today May 29, 2013
Eric Vandeville / Gamma-Rapho / Getty

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Este mes, el ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt fue condenado por genocidio contra los pueblos indígenas del país y por crímenes en contra de la humanidad. Visto desde el trasfondo histórico de corrupción judicial e intimidación en Guatemala, el veredicto fue monumental. Aunque el fallo ha sido anulado, el juicio sigue generando gran interés a nivel mundial.

Ríos Montt llegó al poder por un golpe de estado en Marzo de 1982 y fue derrocado por un contra-golpe en agosto de 1983. Estuvo al frente del país por 17 meses en medio de más de tres décadas de guerra de guerrillas. Ríos Montt había hecho una confesión de fe en Cristo y participaba en una iglesia pentecostal, por lo tanto en aquel entonces, los evangélicos lo presentaban como un instrumento de Dios contra los males del marxismo. Dentro y fuera de Guatemala, se veía a Ríos Montt como un testamento a la mano de Dios, narrativa que el mismo Ríos Montt afirmaba también. Su presidencia coincidió con el centenario de la llegada de los primeros misioneros protestantes a Guatemala, un país históricamente católico.

Yo, como otros que vivieron en Guatemala durante la era de Ríos Montt, me siento en conflicto. Mi madre era guatemalteca, y he pasado muchos años allí. El amor por "la tierra de la eterna primavera" fluye en mis venas. Sin minimizar las terribles atrocidades que pasaron mientras Ríos Montt estaba en el poder, me pregunto si los cargos de genocidio y crímenes contra la humanidad distorsionan la naturaleza de una guerra larga y compleja.

Los evangélicos, tanto en Guatemala como en Estados Unidos, podemos aprender de la presidencia de Ríos Montt y de las cosas terribles que ocurrieron durante ese tiempo. Por un lado, nos recuerda lo complicado que pueden ser las realidades socio-políticas. Nosotros con frecuencia ignoramos la historia, o marcamos líneas ingenuas entre el bien y el mal. Su presidencia también levanta interrogantes sobre la practica de los cristianos de abogar por la guerra como un medio para derrotar lo que percibimos como maldad.

No se piensa concienzudamente si el conflicto armado de veras refleja el evangelio del Príncipe de Paz o cómo promueve la misión de Su iglesia.

Ríos Montt subió al poder a principios de los ochentas, cuando los conflictos de la guerra fría se propagaban mundialmente y la lucha persistía dentro de Guatemala. Desde el golpe de 1954 patrocinado por EU, el gobierno guatemalteco había sido dirigido por militares o por aquellos influenciados fuertemente por las fuerzas armadas. La guerra de guerrillas nacional abarcó décadas, empezando en 1960 y terminando por fin en 1996. Algunas de las peores atrocidades ocurrieron durante la presidencia de Romeo Lucas García, el general que precedió a Ríos Montt.

Con Ríos Montt, la política de tierra quemada contra los revolucionarios y supuestos simpatizantes continuó. A través de la campaña denominada fusiles y frijoles, el presidente intentó coordinar la acción militar, la formación de patrullas civiles, y la ayuda caritativa a las áreas de conflicto. Las fuerzas de la guerrilla alcanzaron una fuerza considerable a principios de los 1980s—la estrategia del presidente fue diseñada para erradicar la amenaza de las guerrillas. Dichos esfuerzos tuvieron un alto costo humano, ahora denominado genocidio en el reciente juicio.

Técnicamente, genocidio es la destrucción intencional de un grupo étnico o religioso. ¿Fue la guerra en Guatemala genocidio en este sentido técnico de la palabra, como aseveran muchos activistas de organizaciones de derechos humanos y de respeto a los pueblos indígenas? No. No hubo una estrategia dirigida a toda la población indígena. Las fuerzas armadas enfocaron sus esfuerzos en áreas específicas. Miles de ladinos también murieron en la guerra, y algunas áreas con gran concentración indígena en el país no sufrieron la horrible suerte de otras áreas similares. ¿Fue el racismo contra los indígenas, profundamente arraigado en Guatemala, un factor en la guerra? Sin duda si lo fue, pero no fue la fuerza motriz máxima detrás del conflicto.

Sería más correcto decir que bajo Ríos Montt, Guatemala sufrió atrocidades abominables en una área específica dentro de ciertos límites geográficos de una guerra más amplia. Dichas atrocidades deben denunciarse, pero caracterizar su meta como genocidio es tomar un trozo de una guerra de 36 años para usarlo con otros fines (aunque estos sean nobles). Para muchos, Ríos Montt simboliza todo lo que fue inhumano, especialmente la masacre de los indígenas, pero las realidades son más densas y la culpa más repartida.

Los cristianos que defienden a Ríos Montt han asegurado, entonces y ahora, que las acusaciones en su contra son exageradas. Lo miran como el blanco de una agenda internacional por desacreditar a Guatemala ignorando que el país estaba en guerra en ese entonces. En medio de la lucha, las fuerzas de las guerrillas también violaron derechos humanos (aunque nadie sugiere que al mismo nivel que lo hizo el ejército). A pesar de los desacuerdos sobre la naturaleza del conflicto, no hay manera de negar sus efectos y los miles que murieron como resultado.

Aunque muchos cristianos siguen apoyando la guerra en varias instancias, Ríos Montt nos recuerda que pensemos seriamente sobre la realidad y el costo de tales conflictos. ¿No debería haber una profunda renuencia a apoyar el uso de la fuerza cuando otros, principalmente los inocentes, son los que cargan con el terrible precio de esas convicciones? Nuestras conversaciones sobre la guerra se centran en factores socio-políticos y económicos. La ideología es lo que determina principalmente la posición del cristiano en estos temas, mientras que la Biblia tristemente toma un segundo lugar. No se piensa concienzudamente si el conflicto armado de veras refleja el evangelio del Príncipe de Paz o cómo promueve la misión de Su iglesia.

Décadas después de su gobierno en Guatemala, el juicio de Ríos Montt es una oportunidad para que los cristianos vuelvan a pensar sobre sus actitudes hacia la guerra. El veredicto de genocidio debe llevarnos a reflexionar más ampliamente en por qué seguimos respaldando políticas de violencia. De ese período espantoso debemos aprender que, para aquellos que afirmamos la fe, el fin político no puede justificar el uso de medios inhumanos.

El Dr. M. Daniel Carroll R. (Rodas) es profesor distinguido del antiguo testamento en Denver Seminary y profesor adjunto en un seminario en la ciudad de Guatemala.

La complejidad hispana: Todo cambió en el 2012

¿Hacia dónde vamos?—Una palabra para los creyentes hispanos sobre forjar un futuro.

Christianity Today May 21, 2013
Charles Dharapak / AP

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En las elecciones de noviembre del año pasado todo cambió. La nación vio el gran impacto del electorado hispano y reconoció como nunca antes que nuestro pueblo será una gran fuerza en el futuro inmediato del país. ¿Qué pasará ahora? Aquí está una palabra para los creyentes hispanos mientras reflexionamos sobre donde nos encontramos el día de hoy.

No es que el resto de Estados Unidos no supiera que decenas de millones de hispanos vivimos en estos cincuenta estados. Tampoco significa que no haya cierto aprecio por las cosas latinas. Más y más se oyen canciones en español en la radio y el concurso Grammy Latino se pasa por la televisión. Hay cantantes que cantan en español e inglés (Enrique Iglesias, Shakira) y artistas de cine que se mueven con fluidez entre producciones latinas y anglas (Selma Hayek, Jennifer López). Deportistas latinos dominan el beisbol y el boxeo, y ni hablar del fútbol soccer. Nuestra comida—los tamales, las pupusas, la horchata, el flan, el frijol negro—han salido de los barrios hispanos y han penetrado la cultura mayoritaria; ya uno puede pedir salsa picante, pico de gallo o Tabasco en casi cualquier restaurante. Estas son algunas muestras de la presencia hispana.

Pero, algo cambió en noviembre. Ahora pondrán más atención a los de descendencia latinoamericana. Tal vez ya no nos vayan a agrupar tan fácilmente con la etiqueta "hispano", como una masa indefinida y no diferenciada. Ese término fue impuesto hace 40 años por la oficina gubernamental del departamento de educación.

Pero, ¿quién es el hispano? ¿El indígena de las culturas precolombinas? ¿El moreno de raíces africanas o el japonés brasileño? ¿El mestizo de sangre española y nativa? ¿Qué de las diferencias en el idioma? Entre nosotros se escucha el acento boricua de Puerto Rico, el estilo rápido singular de los cubanos, el son de la voz chilanga de los de la ciudad de México y el tono tan peculiar de los porteños de Buenos Aires. ¿Qué de aquellos cuyo primer idioma es el quiché o el quechua? ¿Y la música? Nos encantan los mariachis, las baladas románticas y el rock latino. Venimos de casi treinta países, con diferentes historias, banderas y costumbres, literatura y leyendas, trajes y platos típicos.

Nuestro palpitar religioso

La religión también es parte de nuestra complejidad. La fe católica, las creencias sincretistas de los pueblos indígenas y el crecimiento de las iglesias evangélicas y pentecostales reflejan el palpitar religioso del corazón de nuestra gente.

Cada domingo nos reunimos en miles de iglesias para adorarle con el fin de dar un testimonio firme de nuestra fe en esta tierra ajena. Nuestras iglesias nos ayudan a salir adelante en la cultura que nos rodea, donde muchos siguen viéndonos con desdén.

Sin embargo, toda esta grande y rica mezcolanza ha sido reducida a esa etiqueta general: El hispano.

Los evangélicos con raíces latinas somos personas que hemos dado nuestro corazón al Señor y que confesamos que Jesucristo es nuestro Salvador. Cada domingo nos reunimos en miles de iglesias para escuchar la Palabra de Dios y para adorarle con el fin de dar un testimonio firme de nuestra fe en esta tierra ajena. Nuestras comunidades de fe nos ayudan a salir adelante en la cultura que nos rodea, donde muchos sospechan de nosotros o siguen viéndonos con desdén.

Pero, todo cambió en noviembre. Ahora es tiempo de reflexionar sobre cómo nosotros como hispanos podemos contribuir al bien de esta nación para la gloria de nuestro Señor. Ya no es cuestión—si somos honestos—de limitar nuestro horizonte a elaborar estrategias para sobrevivir en las sombras y conseguir la correcta documentación o, para otros, a dedicarse solamente a alcanzar el sueño norteamericano.

Ya es hora de comprometernos a causar un impacto en esta sociedad con el evangelio. La complejidad hispana es un regalo de Dios, una inyección de vida a todo color en una cultura en decadencia. ¿Nos vemos así? ¿No es la presencia cristiana hispana una oportunidad para cumplir la misión del Señor de transformar al país? Nuestro pueblo marginado, con todo su fervor espiritual, puede ser Su poderoso instrumento de cambio. Hay que soñar en grande.

Todo cambió en noviembre.

El Dr. M. Daniel Carroll R. (Rodas) es Profesor Distinguido del Antiguo Testamento en Denver Seminary y el vocero nacional para la inmigración de la NHCLC (National Hispanic Leadership Conference).

Perdonando a Irán

Antes de conocer al Dios verdadero, Él me ayudó a liberar mi odio.

Christianity Today May 16, 2013
Cavan Images / The Image Bank / Getty

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

TESTIMONIO

Historias de maravillosa gracia

Yo tenía 8 años cuando comenzó el torbellino que exacerbó la Revolución Iraní (1979). Desde ese momento hasta los 16 años, el gobierno asesinó a ocho de mis hermanos y hermanas. Fui testigo de esto. Aún mi cuñada, que tenía dos meses de embarazo, fue asesinada aunque la ley Islámica prohíbe expresamente asesinar a una mujer embarazada. Mi madre y otro de mis hermanos estuvieron en prisión durante este tiempo. Desde los 16 hasta los 19 años fui el único cuidador de mi padre, quien estaba sufriendo con la enfermedad de Alzheimer. Durante ese tiempo, Irán e Irak estaban en guerra (1980-1988), y también perdí muchos amigos.

Todos los que amaba—cada persona que me importaba—murieron o fueron asesinados o encarcelados. Yo no podía entender esto. Y me llené de mucha ira. Perdonar parecía fuera de mi alcance.

Nací en Teherán, Irán al final de la década de 1960, el más joven de una familia musulmana numerosa y muy bien conocida. Mi padre era un maestro muy respetado y un alto funcionario en el gobierno, sirviendo en el senado Iraní bajo el Shah y luego como el líder en ambas cámaras del parlamento para el gobierno de transición después de la revolución.

Visión en el valle

Después que la revolución terminó en Diciembre de 1979, fui invitado a participar en muchas actividades políticas por mi apellido. Pero no me uní a ellos. En lugar de hacer eso, argumenté en mi mente con todos—el gobierno, otra gente, mis propios primos. Era muy joven para entender las cosas, y los odiaba a todos. Odié sin saberlo. No estaba consciente de cuánto odiaba, así era yo. Tenía tantas preguntas que no podía contestar.

Yo estaba lleno de ira porque veía a todo el mundo como responsable de la muerte de mi familia—el Shah, el nuevo líder Ayatollah Ruhollah Khomeini, los revolucionarios, los que resistían la revolución. Parecía como si todos tuvieran odio en sus corazones, como si no hubiese nadie con las manos limpias. Quería vengarme de tanta gente—especialmente de mis primos y amigos íntimos que se rebelaron contra nuestra familia y ayudaron en sus muertes y encarcelamientos.

Cuando tenía 19 años la salud de mi padre empeoró y se me hizo más difícil cuidarlo, enfermándose cuando necesitaba bañarlo. Ahora, hasta mi padre iba a morir frente a mí.

Un día me subí en un coche y conduje a muy alta velocidad en un área remota y peligrosa en las montañas a las afueras de Teherán. Quería morir. Choqué contra la pared que protegía a la gente de caer en el valle que estaba abajo.

Cuando salí del accidente ileso, fui a la orilla de la montaña y vi un valle enorme. Un valle lleno de gente, una ciudad entera. Supliqué en alta voz: ¿Por qué me quitaste todo? Amo a mi hermana y es asesinada. Le digo a otra amiga, "Tú eres como mi hermana", y ella desaparece. Si amo a alguien, desaparece, y ahora mi padre, mi maestro. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Mientras miraba abajo al valle, una visión vino sobre mí. Vi a millares de personas orando por sus enemigos, en vez de pelear. Desde ese momento, el odio dentro de mí empezó a debilitarse. El perdón empezó a sanarme. Desde ese momento, Alguien me tomó y me ayudó, aunque todavía estaba muy confundido. Tenía muchas preguntas, pero por alguna razón podía mirar a la gente y decir, "Te perdono".

De ahí en adelante encontré mucho éxito. Me casé cuando tenía 20 años y comencé mi propio negocio en finanzas e inversiones el mismo año. Como mi negocio era popular, compré coches y propiedades y albercas, y eventualmente era dueño de 13 compañías. Practicaba el Islam, pero tenía muchas preguntas. Y no tenía paz.

El aroma de Dios

A los 32 años, viajé a la India para ver si el Budismo podría ayudar. En un viaje a Calcuta, le pregunté a uno de los pasajeros si él conocía algunos sitios buenos para visitar. Me habló acerca del ministerio de la madre Teresa.

Llegué a la iglesia bien temprano y un líder nos llevó a un albergue bien grande donde había mucha gente pobre que estaba muy enferma y en malas situaciones. El líder me señaló a un hombre y me dijo: "Cuídalo." No podía creerlo. Se parecía a mi padre. Me mordió los dedos cuando traté de alimentarlo. Había tenido algunos "accidentes" que tuve que limpiar. Padecía de Alzheimer. Allí estaba yo, un hombre de negocios, ayudando a alguien de gratis.

Miles de cristianos orando por sus enemigos, demostrando amor en vez de odio. Desde que era joven, ésta había sido mi visión.

Más tarde, otro de los líderes me invitó a una ceremonia de bautismo. Había velas, muchas velas, y cantos y aplausos. Pude ver que era algo relacionado con lavarse la cabeza, pero no pude entender. Me preguntaba, ¿por qué están tan alegres? No pude entender ese lugar, pero me gustó estar allí. Por muchos años ese sentimiento permaneció conmigo.

Cuando regresé a Irán, tomé más clases espirituales y decidí emprender un viaje cada año para tratar de encontrar respuestas a mis preguntas.

En el año 2008 hice el hajj, el viaje tradicional de peregrinación a La Meca, y éste fue tiempo de entendimiento y perdón, aunque había tanto que yo no sabía. Hasta pude perdonar a mi tío, quien ejecutó a uno de mis hermanos cuando estaba en prisión.

Después del hajj, decidí que haría cualquier cosa para encontrar paz. Vendí todos mis negocios y le di todo el dinero y todos mis bienes a mi esposa y miembros de la familia. Decidí seguir cualquier señal que Dios me diera.

En el 2009 un amigo me invitó a Suecia. Mientras estaba allí, mi única hermana sobreviviente me llamó. Después de la tortura y del encarcelamiento, se había ido a los Estados Unidos, y ahora me estaba preguntando si quería venir a visitarla. Pero yo no tenía dinero y necesitaba regresar a casa, además las relaciones entre Irán y los Estados Unidos parecían impedir la visita. Pero a través de un milagro, un amigo me ayudó a obtener una visa de viajero por 6 meses, y mi sobrina me consiguió el boleto de vuelo. Llegué a Washington, D.C. en Febrero de 2010, con planes de quedarme por dos semanas.

Durante ese tiempo, mi madre también estaba en Washington visitando a mi hermana, como hacía cada tres años. Me llevó a una clase de Inglés a una iglesia local, porque ella sabe que a mí me gusta aprender. Fui con ella y pensé, Esto huele a Dios. Huelo el olor de Calcuta. Continué yendo a la clase.

Entonces un domingo fui al servicio de adoración de la iglesia a las 11 de la mañana. No pude encontrar al maestro de la clase, así que me mantuve de pie en la parte de atrás del templo.

No entendí mucho del culto, pero vi a mucha gente cantando alegremente. Luego el pastor se arrodilló al frente y comenzó a orar. Reconocí una palabra: Irán. Me di cuenta que las mil personas reunidas allí con las cabezas inclinadas, arrodilladas, estaban orando por Irán.

Éste es el Irán que enseña "muerte a América", el Irán que quiere matar tus ciudadanos y vecinos. ¿Y ustedes oran por ellos? ¿Es esto el cielo? ¿Son estos ángeles? Miles de personas orando por sus enemigos, demostrando amor en vez de odio. Desde que era joven, ésta había sido mi visión.

De pie en la parte de atrás de aquella iglesia, inmediatamente empecé a llorar, a reírme, y a bailar. No me importó si alguien conocido me viera. Estaba tan feliz. Esto era paz. Esto era el cielo. Finalmente entendí que éste era el lugar donde podía sentir paz.

En mayo 9 del 2010, fui bautizado en esa iglesia. Quería entender la Biblia, y mucha gente me dijo que comenzara con el Libro de Juan. Leía los versículos y pensaba, Sí, todo esto me ocurrió a mí. Esto que lees en esta página, no es solamente un escrito, no es solamente lectura—es mi vida. Es verdadero. Yo soy la oveja perdida a la cual Dios vino a buscar.

Cuando veo cuán bueno es Dios, cuán poderoso y cuán cerca está su Hijo Jesús quien murió por mí, cómo esto le dio sentido a mi dolor y a mi odio, y cómo me ayudó a entender cómo perdonarme y cómo perdonar a otros de una vez por todas—a menudo la Biblia está mojada por mis lágrimas. En Jesús yo puedo entender toda culpa y todo perdón. "Yo te salvé", dijo Jesús. Ahora, yo entiendo.

Majid John (no es su nombre completo) vive con su familia en Virginia. En el 2011 recibió una visa permanente para quedarse en los Estados Unidos. Kate Harris es directora ejecutiva del Washington Institute.

Billy Graham se encuentra con Martin Luther King Jr.—Otra vez

El reverendo Samuel Rodríguez quiere reclamar la visión evangélica que une la evangelización, la reforma moral, y las cruzadas sociales.

Christianity Today April 30, 2013

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

El libro La agenda del Cordero: Por qué Jesús le llama a una vida de rectitud y justicia (Thomas Nelson) es un libro que pone en el mismo ámbito a personajes que no se acostumbran juntar—y eso es algo bueno. El libro cuenta con dos prólogos, uno por Jim Daley de Focus on the Family y otro de Bernice A. King, hija de Martin Luther King, Jr., y decana del legado de King.

La meta del pastor Rodríguez es crear un movimiento que cambie para bien a la sociedad norteamericana a través del enlazamiento de la evangelización y la labor de la justicia social–en una manera muy parecida a como los evangélicos de antaño lucharon contra los males de la industria de las bebidas alcohólicas y la injusticia del comercio de esclavos, trayendo un evangelio transformador a aquellos que se encontraban atrapados por dichas fuerzas y al mismo tiempo luchando por eliminar de la sociedad dichos males.

Desde una perspectiva histórica, hay poco nuevo en el libro. John Wesley, Charles Finney, y la Secta Clapham de William Wilberforce también entrelazaban la evangelización, la reforma moral, y las cruzadas sociales. Ciertamente, Rodríguez no es el primero en abogar en contra de que el cristianismo sea cautivo de un partido político en particular y que no debemos dejar que dichos partidos nos usen como sus "idiotas útiles." Al contrario, debemos dejar que el llamado profético de Jesucristo a la compasión y la justicia enjuicie a ambos partidos y rinda relativas todas las ideologías.

Poco antes de las elecciones del 2004, Jim Wallis y Sojourners condujo una campaña vigorosa por liberar el activismo cristiano de la esclavitud a los partidos políticos. La campaña que lanzaron con el título de: "Dios no es un republicano … ni un demócrata" consiguió más de 40,000 firmas. Inmediatamente después de las elecciones, Wallis atacó en su libro God's Politics la identificación que los medios masivos hacen de los cristianos con el Partido Republicano.

Rodríguez, siempre en su papel de predicador, enmarca el slogan de Wallis en términos zoológicos: "Como seguidores de Cristo, permanecemos comprometidos en avanzar no la agenda del burro [de los demócratas] o del elefante [de los republicanos], sino solamente la agenda del Cordero." (Si no has escuchado predicar al pastor Rodríguez, quizás quieras empezar con el discurso principal durante la celebración nacional de Martin Luther King, Jr., de 2013 en la iglesia que King pastoreara, Ebenezer Baptist Church.)

El Cordero no toma sus indicaciones ni del burro ni del elefante. El juzga tanto al Tea Party como al movimiento Occupy. La agenda del Cordero solo se puede descubrir en la visión combinada del Dr. Martin Luther King, Jr. y el Rev. Billy Graham. La agenda del Cordero se revela en la intersección de los brazos verticales y horizontales de la cruz. Por lo tanto, Rodríguez dice un firme no a las fuerzas contrarias que demandan se escoja una u otra y que polarizan nuestros tiempos, y dice un sonoro sí al testimonio profético bíblico.

Sin embargo, ¿ha tenido éxito Rodríguez en distanciarse de los corredores de poder y los personajes que polarizan y que buscan un lugar en la política? Rodríguez y su esposa Eva han orado durante las reuniones de la convención republicana. Él se asocia con cristianos teocráticos y habla en sus eventos. La organización People for the American Way cita 19 menciones relacionadas con Rodríguez en su página RightWingWatch.org. Se rascan la cabeza y se preguntan cómo "ha logrado de alguna manera ser un activista de la derecha radical y al mismo tiempo gozar de una reputación como moderado a quien regularmente se le invita a la Casa Blanca y a eventos presidenciales."

Para bien o para mal, La agenda del Cordero probablemente no va a cambiar la mente de los progresivos que critican a Rodríguez. Toma posiciones firmes con los conservadores en asuntos de pruebas determinantes como el aborto y el matrimonio tradicional. También se une al coro de aquellos que critican el mandato de la administración de Obama que con gran dificultad deja exentas a algunas de las organizaciones que objetaban a que se usaran fondos federales para el uso de anticonceptivos y drogas abortivas. Posiciones así se pueden esperar de líderes evangélicos tradicionales, y no ameritan una etiqueta de "radical de la derecha religiosa."

Sin embargo, Rodríguez también demuestra una sospecha profunda en cuanto a colaborar con activistas de otros campos. Por ejemplo, cuenta que en 2006 cuando el cardenal Roger Mahony trabajó junto a los líderes laborales católicos que apoyan el derecho de la mujer para escoger abortar (pro-libre albedrío) y unieron fuerzas sobre el asunto de la inmigración ilegal. Cuando los activistas pro-vida (contra el aborto) retaron las acciones de Mahony, éste contestó, "esto no es sobre izquierda o derecha. Esto es sobre justicia." Desafortunadamente, los líderes laborales no le correspondieron, sino que lucharon activamente en contra de una iniciativa de voto que hubiera requerido permiso paternal para que menores de edad pudieran obtener un aborto. Rodríguez concluye, "gente de buena voluntad que colaboran en asuntos sociales con enemigos de la vida suelen encontrarse traicionados." Dichas palabras no fomentan un espíritu bipartidista en una edad de polarización.

Sin embargo, los progresistas deben estar contentos de que Rodríguez no expresa la misma reserva cuando se trata de rectificar las injusticias gubernamentales. Aplaudirán su liderazgo en asuntos de migración, su desapruebo repetido de la violencia y el prejuicio en contra de los homosexuales y las lesbianas, y su condenación de bullying en las escuelas. Estos son asuntos, que parafraseando a Mahony, no son de izquierda o de derecha, sino de justicia.

Los progresistas están divididos en cuanto a los esfuerzos de la administración de Bush de poner a las organizaciones basadas en la fe al mismo nivel de agencias seculares en cuanto a recibir fondos para ministerios sociales. Rodríguez dice que "es totalmente contrario al espíritu de la Biblia que un grupo basado en la fe vaya al gobierno a mendigar fondos para llevar a cabo un mandato divino de caridad y compasión. … Si aceptamos subsidios de Cesar, aceptamos jugar bajo las reglas de Cesar, y sus reglas no se parecen en nada a nuestras reglas."

Rodríguez es hispano con orgullo y sin disculpa. Se designa hijo de inmigrantes y celebra lo que los creyentes inmigrantes de América Latina pueden ofrecer a los Estados Unidos económicamente, demográficamente, espiritualmente, y moralmente. Pero Rodríguez nunca se deja llevar por la política de identidad. Escribe como un americano (sin guión en medio) y como cristiano. Ve un potencial tremendo para una renovación nacional en "la iglesia multiétnica." No promueve a ningún grupo étnico americano como un bloque de poder, sino que trata a todos los grupos en conjunto como el campo del reino en el cual los evangelios gemelos de la rectitud y la justicia pueden florecer.

La casa publicadora del primer libro de Sam Rodriguez, Path of Miracles, lo empaquetó dentro del género religioso de auto ayuda. Subtitulado "los siete principios que cambian la vida que llevan al propósito y a la satisfacción," tanto el título como el subtítulo estaban grabados en color dorado. Estos toques de mercadeo apelaban a los creyentes del evangelio de la prosperidad. Sin embargo, había una nota discorde en la cubierta: "Prólogo por Jim Wallis." De hecho, los milagros de los que hablaba el libro no enfocaban las riquezas y el bienestar sino el vivir dentro de los propósitos radicales de Dios.

Sin embargo, Rodríguez planteó ese libro mayormente en términos individualistas–con un leve gesto de inclinación del sombrero sobre la importancia de encontrar socios. Muy a lo contrario, el libro La Agenda del Cordero, se plantea en términos corporativos amplios y comunales. Es sobre Estados Unidos como una ciudad sobre el monte, y sobre la iglesia como el puesto a la vanguardia del reino de Dios. Es sobre traer el mensaje de rectitud a aquellos que deben escucharlo y de que reine la justicia en la vida de aquellos a quienes se les ha privado de ella. Es sobre el llamamiento divino que ha sido puesto en nosotros como el pueblo de Dios y como estadounidenses.

David Neff es un vicepresidente editorial de Christianity Today.

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En 2006, el escritor principal Tim Stafford escribió sobre Samuel Rodríguez para Christianity Today.

Dios quiere que te gradúes

Las iglesias en San Antonio están aprendiendo que cuando sus jóvenes terminan sus estudios de preparatoria están más capacitados para servir mejor al Señor.

El alcalde de San Antonio Julian Castro dice que los evangélicos están "a la vanguardia en la tarea de mejorar la educación y de la participación democrática de la comunidad latina."

El alcalde de San Antonio Julian Castro dice que los evangélicos están "a la vanguardia en la tarea de mejorar la educación y de la participación democrática de la comunidad latina."

Christianity Today April 17, 2013
Courtesy of the Office of Mayor Julián Castro

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Samuel Gimez todavía sueña con una vida fuera del West Side de San Antonio. Por ahora, a los 21 años, sigue viviendo en esta comunidad históricamente pobre, habitada por obreros con sueldos bajos, casas humildes, y una abundancia de iglesias de la comunidad.

Gimez creció en la iglesia con sus padres, los cuales le animaban a seguir los pasos de su hermano mayor, quien había usado una licenciatura universitaria para ubicarse firmemente en un carrera cómoda en seguros y una casa propia en uno de los suburbios.

Pero Gimez abandonó la escuela durante la preparatoria.

Su escuela mantiene una lucha perpetua con estudiantes que abandonan los estudios o que faltan demasiado. Los administradores cierran con llave las puertas de los salones en cuanto suena el timbre. Estudiantes embarazadas frecuentan los pasillos. El atractivo de la vida en las pandillas compite ferozmente con la atracción de la graduación.

"La influencia fue demasiado fuerte" dijo Gimez sobre su decisión de abandonar la escuela. "Quería ser como los demás y ser aceptado."

Gimez vive con sus padres en viviendas subsidiadas por el gobierno. El año pasado fue salvo a través del ministerio de Juventud para Cristo. Ahora sirve como practicante en Juventud para Cristo, por lo que recibe un pequeño sueldo y con mucho entusiasmo trabaja con el fin de ayudar a otros jóvenes a encontrar a Dios mientras él mismo reflexiona sobre su futuro.

Grandes esperanzas después de la preparatoria

Apróximadamente una cuarta parte de los hispanos a nivel nacional abandonan la escuela según el Hispanic América: Faith, Values and Priorities, un estudio hecho por el Grupo Barna en noviembre del 2012.

A pesar de indicios recientes de progreso en la matrícula de estudiantes hispanos universitarios, la batalla sigue siendo un gran reto en comunidades donde a la juventud se le dificulta verse a sí misma como graduados de preparatoria y de universidad y en puestos profesionales.

¿Cómo debe responder la iglesia evangélica hispana? ¿Qué está en juego en caso que un alto porcentaje de su juventud siga permaneciendo en el rango de aquellos sin educación en este país de oportunidad?

Cada día más y más iglesias están haciéndole frente a este problema, analizando con mucho cuidado este asunto perenne y pidiendo que se busque nuevas maneras de elevar la educación hispana como un paso crítico en el cumplimiento de la Gran Comisión.

"Es algo cíclico, pero conforme las iglesias maduran, estamos viendo que se conciencian más de la educación, " dijo el Rev. Eliezer Bonilla, pastor de la Iglesia de Dios Abundant Life y miembro del comité ejecutivo del National Hispanic Christian Leadership Conference (NHCLC), la organización más grande en EU de su tipo que cuenta con más de 40,000 congregaciones. "Obviamente, lo primero es el evangelio, pero conforme las familias se van integrando a la cultura de la iglesia, las otras áreas de la vida empiezan a dejarse ver" dijo Bonilla.

El NHCLC ha trabajado para avanzar la percepción que la iglesia tiene de la educación. La educación es una de las siete directivas del NHCLC y en el 2008 formó la Alianza para la Educación Cristiana Hispana, cuyo director es Carlos Campo, rector de la Regent University.

La alianza convoca a educadores con esta misma pasión y quienes se han puesto la meta de reducir al 10 por ciento, para el año 2020, el porcentaje de estudiantes hispanos que abandonan la preparatoria. Para alcanzar esta meta, las iglesias afiliadas están adoptando escuelas preparatorias en sus comunidades.

El director de la escuela y el pastor hacen un acuerdo que cada estudiante en la iglesia que asiste a esa escuela se va a graduar, dijo Sammy Rodríguez, presidente del NHCLC.

La iglesia usa sus programas después de clases y nombra mentores, especialmente en hogares donde solo hay un padre o madre de familia para tutoría y para que el estudiante rinda cuentas. El estudiante firma un "pacto" comprometiéndose a graduarse y a reportar ausencias a clase y problemas de disciplina para que la iglesia pueda marchar al lado del estudiante y pueda apoyarle, dijo Rodríguez. En el momento que el bebé es presentado en el santuario, algunas iglesias principian una beca para mostrar "que ya estamos sembrando en tu educación universitaria."

"En la comunidad latina, la iglesia sigue siendo la institución más importante, sea católica o evangélica," dijo Rodríguez. "Nuestra fe nos da el poder para lidiar con las minucias del diario vivir, pero es la educación que servirá como mecanismo de entrega para la comunidad latina. Puedes tener fe, que es algo vertical, pero sin la pieza horizontal de la educación, está incompleta." La iglesia donde sirve Bonilla empezó hace siete años a cultivar una red de clubs bíblicos en escuelas secundarias y preparatorias en San Antonio. Bonilla dijo que los clubs ya operan en 45 escuelas involucrando a los jóvenes en crecimiento espiritual y en aspiraciones educativas.

"Estoy empezando a ver que estamos matriculando en universidades y colegios comunitarios a muchos de los estudiantes que empezaron originalmente en nuestro programa hace siete años," dijo Bonilla. "Estamos empezando a ver el fruto de los esfuerzos que hemos hecho no sólo por ayudarles a poner en orden su vida espiritual, sino también para que sigan en la escuela … si las iglesias les ayudan, los estudiantes responden positivamente.

Una historia en el West Side

El reto de los estudiantes que dejan la escuela también inspiró al grupo estatal más grande entre los Bautistas del Sur a crear la Iniciativa Educativa Hispana. La Baptist General Convention of Texas (BGCT) está ahora proveyendo recursos a sus iglesias en Texas con programas y consulta, y al mismo tiempo está compartiendo su labor con el NHCLC, y con otras denominaciones y redes de iglesias. "Los hispanos tienen una cultura que no tiene problema en trabajar y saben cómo trabajar, " dijo Gus Reyes, el director de la iniciativa con sede en Dallas. "La idea es que si trabajas duro, te irá mejor. Y en este país, si aplicas esa idea a la educación entonces las puertas se abrirán."

Como resultado del trabajo de la convención, algunas de las iglesias hispanas de Texas han empezado a organizar eventos para reconocer a los graduados de preparatoria en la iglesia . Otras iglesias están proveyendo programas de tutoría después de que los estudiantes salen de clase. Y otras están designando fondos, aunque pequeños al principio, para ofrecer becas universitarias.

La mayor parte de la labor para esta iniciativa empezó el verano pasado cuando una ola de 25 estudiantes universitarios trabajaron como misioneros en iglesias hispanas por todo Texas. El BGCT acostumbra enviar misioneros de verano que apoyan a las iglesias pintando casas para los ancianos y los pobres y enseñando estudios bíblicos en la comunidad. Pero ésta fue la primera vez que esta convención Bautista reclutó a estos misioneros con el fin de promover la educación como una prioridad en su labor de verano en las iglesias.

La BGCT les ordenó que sirvieran de mentores a los jóvenes de las iglesias y a resaltar un solo mensaje: Lo mejor de Dios es que permanezcas en la escuela.

Si la iglesia no comunica un mensaje de cuidado y preocupación por la juventud hispana y su educación, una variedad de grupos seculares ya están en fila para hacerlo, dijo Elizabeth Tamez, directora asociada de asuntos estudiantiles de la Universidad Bautista de las Américas en San Antonio. "Muchos pastores batallan con atar la educación a la tarea de la evangelización, pero se trata de un enfoque completo de la salvación," dijo Tamez, directora de la comisión de educación de la Convención Hispana de Texas.

"Si no puedo acercarme a una persona joven que está teniendo muchos problemas y siente que a nadie le importa, y cuya carga es muy pesada, la única solución es dejar la escuela. Necesito mostrarles compasión … es una necesidad tangible que como cristiano yo puedo ayudar."

Al menos la mitad de los misioneros de verano fueron los primeros de la familia en asistir a la universidad. Otros habían crecido con padres solteros. La mayor parte conocían los obstáculos financieros y psicológicos que los jóvenes en las iglesias enfrentaban y podían decirles que eso no les impidió poder matricularse en la universidad.

Uno de los misioneros persuadió a un estudiante de preparatoria de 17 años a que se preparara para ir a la universidad, en lugar de solo hacer planes para casarse con su prometida de 18 años. "Muchos de mis familiares se casaron muy jóvenes y no fueron a la universidad," dijo Jessica García, de 25 años, acerca de su conversación con el joven de 17 años. "Fue demasiado para ellos. La pareja decidió que la universidad era una ruta mejor."

Un líder en San Antonio

El esfuerzo por enfocar la educación superior de los hispanos no solo está tomando impulso en las iglesias de San Antonio, sino también en la alcaldía. Los pastores aquí han encontrado un espíritu afín en el alcalde Julián Castro, un católico que creció en la zona empobrecida del West Side. La educación fue el boleto que le permitió superar su origen pobre y su crianza por una madre soltera, una activista de la comunidad, hija de una huérfana mexicana.

El alcalde Castro, educado en Harvard, es un abogado que a los 38 años ya goza de una creciente carrera política. Su estrellato tuvo su clímax el otoño pasado con su discurso principal en la Convención Nacional Demócrata.

La educación sigue emergiendo como piedra clave en su incipiente legado. El año pasado, Castro persuadió con éxito a los votantes a que aprobaran un aumento en los impuestos de ventas que proveerá un programa sin precedente de pre-kinder de todo el día.

También creó Café College, un lugar central donde los estudiantes pre-universitarios pueden venir y recibir consejo, tomar exámenes, bilingüe, y con acceso a la internet.

Haciendo eco a los pastores evangélicos, la meta del alcalde es promover una "cultura universitaria," que toma en cuenta los obstáculos que la juventud hispana enfrenta, ya sea embarazos de adolescentes, adicción a drogas, ausencia de los padres, pobreza, y principalmente el porcentaje de estudiantes que abandonan la escuela.

Su fe subraya su motivación, dijo, aunque aclaró que no asiste con tanta regularidad a su iglesia en el West Side. También dijo que en asuntos como el aborto y la homosexualidad, no está de acuerdo con la teología conservadora.

Sin embargo, en San Antonio, une sus fuerzas con los evangélicos para abogar por la oración en público, tomando su lugar en los escalones de la alcaldía durante el evento anual del Día Nacional de la Oración. Y se reúne con regularidad con líderes religiosos, formando lazos en asuntos como la educación de los marginados. "Veo a los hispanos evangélicos marchando a la vanguardia abogando por la mejora de la educación y por la participación democrática de la comunidad hispana en los años venideros," dijo el alcalde Castro. "Están ayudando a elevar a las familias y a lograr sus metas de una participación completa en el sueño americano. Sé que en algunas ocasiones hay diferencias políticas," dijo sobre su relación con los evangélicos hispanos, "pero el mejor camino creo yo es enfocar aquellas cosas en las que estamos de acuerdo, y son muchas."

"Personalmente yo creo que una de las razones para aprender no es solo para conseguir un buen trabajo, sino que tú tienes un potencial maravilloso, que Dios te dio," dijo, "Y puedes, como ser humano, alcanzar algo significativo. Y esa es la razón para invertir en la educación de una persona."

Invirtiendo en el pueblo

En diciembre, docenas de cristianos voluntarios se congregaron en un estacionamiento de viviendas del gobierno en el West Side de San Antonio. Oraron por las familias pobres para que encontraran la salvación y distribuyeron ornamentos navideños.

El Ethnos Mission Center, un ministerio evangélico independiente, dirigió el evento.

El fruto, dicen sus líderes, no se verá por lo menos en 20 años más. Trabajan con niños de primero a quinto grado, proveyendo tutoría y consejo. Se unen a la labor de los oficiales de vivienda del gobierno quienes les permiten ubicar sus oficinas dentro del campus de las viviendas del gobierno. El ministerio espera conquistar los demonios históricos de esta comunidad.

Pandillas violentas controlan las calles, y dentro de las escuelas, los administradores cierran con llave las puertas de los salones para reducir el alto nivel de ausencias. Mientras tanto, el ministerio comúnmente se encuentra con parejas demasiado jóvenes pero que ya son padres también.

La salvación es lo que los impulsa, dijo Marty Gaines, pero la educación es el camino práctico.

Aunque los regalos de navidad crea favor en las viviendas, Ethnos demuestra su fuerza llevando a los niños y a los jóvenes a visitar museos de arte. Llevan a los jóvenes a comer a restaurantes en el centro, instruyéndolos en buenos modales y protocolo. Y caminan con ellos por los pasillos de la capital estatal en Austin, una exposición única para que piensen en grande. "Necesitamos que niños y niñas del West Side escojan ser estadistas," dijo Marty Gaines, el director del ministerio. "Queremos verdaderamente poner delante de ellos una visión de que es aquí donde quieres trabajar todos los días. Y éstas son las cosas que tienen que integrar dentro de un ambiente universitario." La salvación es lo que los impulsa, dijo Marty Gaines, pero la educación es el camino práctico.

"La oportunidad está abierta de par en par, pero la iglesia está dormida," dijo. "Necesitamos iglesias que envíen a sus miembros. La única cosa que le impide a las iglesias tener un mayor impacto es la voluntad de la iglesia misma."

El próximo paso para Gaines en el West Side es un centro de aprendizaje móvil: un autobús remodelado con sillas, escritorios, y libros. Espera que logren llenar de estudiantes las dos grandes universidades católicas que están en el West Side. A pesar de su indudable presencia y sus soluciones financieras, muchos jóvenes nunca se matriculan en ellas.

Si Reyes y otros evangélicos hispanos tienen la última palabra, las universidades cristianas se unirán a un creciente ejército de iglesias.

"De la misma manera que Dios llamó a Samuel en su juventud para que le sirviera, el mismo Dios llama a la gente a que le sirva en maneras distintivas," dijo Reyes. "Entre mejor preparados estén, mejor le pueden servir. Los líderes de las iglesias de hoy necesitan una serie de habilidades para poder proveer un liderazgo mayor. Es un nuevo día."

Abe Levy es reportero sobre la religión del periódico San Antonio Express News.

Otros artículos relacionados:

Puede encontrar aquí un resumen del estudio sobre los hispanos en Estados Unidos por el Barna Group.

Christianity Today también reportó sobre los hispanos y la educación superior en su edición de Marzo 2013.

El arte perdido del compromiso

Por qué le tenemos miedo, y por qué no deberíamos tenerlo.

Christianity Today April 17, 2013

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Ciertas características son tan intrínsecas al Cristianismo que descuidarlas es convertirse en un oxímoron o una contradicción absurda. Un cristiano sin compromiso es una contracción absurda. Por esa razón me perturbé tanto cuando un amigo compartió conmigo la declaración que hicieron algunos candidatos a la presidencia de una universidad cristiana. Cuando les preguntaron, "En los últimos 20 años ¿qué es lo que más ha cambiado entre los jóvenes que ingresan a la universidad? Todos los candidatos respondieron que los adultos jóvenes de hoy están menos dispuestos a comprometerse con alguien o comprometerse a algo.

Ya sea que hablemos de la profesión, del matrimonio, o de la fe, hay estudios que respaldan la observación que hicieron estas personas. En el 2008 más de la mitad de las personas entre la edad de 20 a 24 años habían estado en su empleo actual menos de un año. Aunque la recesión ha aminorado esto hasta cierto punto, los adultos jóvenes continúan titubeando cuando se trata de responder apasionadamente a un llamamiento. De acuerdo a los datos del censo en los Estados Unidos el matrimonio, muy en especial, ha sufrido en esta área; los jóvenes adultos, más que nunca, se están casando a una edad más avanzada. El documental titulado "La siguiente generación" trasmitido en el 2006 por la cadena televisiva PBS (emisora pública), reveló el por qué de este fenómeno: un deseo de experimentar la aventura, de poder avanzar en su profesión, y la tendencia a prolongar la adolescencia. La falta de compromiso también está afectando fuertemente a la religión. Los estudios sugieren que la generación del iPod está eligiendo cuales aspectos de la fe les agradan para adoptarlos y así crear su lista (su menú personal) de asuntos espirituales que les apetece seguir.

Es alarmante la falta de disposición a comprometerse entre los adultos jóvenes de hoy, claramente estamos viendo brotar los frutos de las filosofías de los años sesentas y setentas. En 1979, el sociólogo Robert Bellah condujo extensas entrevistas para llegar a entender cuáles "hábitos del corazón" definían al estadounidense promedio. Muchos no poseían un sentido de comunidad o de obligación social. Veían al mundo como un lugar fragmentado, con libre albedrío y libertad, pero que producía poco significado o confort. Y hasta parecía que habían perdido el lenguaje que expresa compromiso hacia cualquier cosa, excepto hacia sí mismos. Bellah le llamó a esto "individualismo ontológico", la creencia de que el individuo es la única fuente de importancia. Bellah observó cómo esta actitud, con el tiempo, podría deshilar las fibras que unen tanto la iglesia como la sociedad. Desde entonces hemos visto una marcha casi ininterrumpida de la sociedad hacia un enfoque egocéntrico, lo cual ha afectado a todas nuestras instituciones, pero muy en especial, ha paralizando el trabajo, el matrimonio y la familia.

Sin compromiso, los bloques básicos que forman una sociedad, simplemente se corroen. Cualquier sociedad sensata debe enfrentar este problema educando a las personas, enseñándoles que el compromiso es la esencia de las relaciones humanas.

Por lo menos, necesitamos enseñar esto en nuestras iglesias. ¿Cómo puedes convertirte en cristiano sin morir tú mismo y sin comprometerte totalmente con Cristo Jesús?

Pero más allá de las implicaciones para la sociedad en general, aún más allá de la necesidad obvia del compromiso cristiano, cuando nos negamos a comprometernos, nos estamos perdiendo uno de los gozos más grandes de la vida. Cuando nos obsesionamos con nosotros mismos, perdemos el significado de la vida, el cual es conocer y servir a Dios y conocer y servir a nuestro prójimo también.

Esta realidad se dejó ver en el reporte titulado "Programados para conectarnos" que se publicó en el año 2003, en el cual 33 científicos investigaron la relación entre el desarrollo humano y la comunidad. Esta investigación reveló que estamos biológicamente predispuestos para encontrar significado a través de las relaciones humanas.

Después de vivir por ya casi ocho décadas, yo puedo ser testigo de esta realidad. Mi único y más grande gozo es entregarme a otros y como recompensa verlos crecer. Esto no se puede experimentar sin un compromiso. Aprendí esto por primera vez en nuestro hogar cuando observé a mis padres cuidar de mis abuelos moribundos. Ésta es una costumbre que ya se ha olvidado desde hace tiempo, porque hoy en día, este tipo de cuidado se contrata y delega a otros. Más tarde lo observé también en la Marina. No puedes ir a combate, comandando a 45 hombres, si no están comprometidos los unos con los otros. Si el hombre que está a tu lado no te protege la espalda, vas a morir.

Éste es un punto que sobresale en el excelente libro titulado Joker One, escrito por Donovan Campbell en el año 2010. Debería requerirse que todo cristiano lea este libro, dado el nivel de compromiso que manifiesta el pelotón de esta historia – Campbell lo llama tener amor los unos por los otros – esto es lo que necesita suceder en las iglesias. Y por último, lo puedo ver en esta etapa de mi vida, donde mi más grande recompensa es ver a los ex convictos restaurados y ver a las personas a las que he discipulado llegar a entender la fe en su plenitud.

Al abandonar el compromiso, nuestra cultura narcisista ha perdido lo que busca desesperadamente: la felicidad. Sin compromiso, nuestras vidas individualistas serán áridas y estériles. Sin compromiso, nuestras vidas carecen de significado y propósito. Después de todo, si no hay nada por lo que valga la pena morir (como proclamaban los manifestantes contra la guerra de los años sesentas), entonces tampoco hay nada por lo que valga la pena vivir. Pero con el compromiso viene el florecer de la sociedad (el llamado, el matrimonio, la iglesia) y el florecer de nuestros corazones. Es la paradoja que muchas veces Cristo compartió cuando nos invitó a venir y morir para así poder vivir verdaderamente.

Charles Colson fue el fundador de Prison Fellowship Ministries, un ministerio de alcance a convictos, a víctimas de crímenes, y a oficiales de justicia. Colson se convirtió antes de ser acusado por cargos relacionados a Watergate y llegó a ser una de las voces de mayor influencia dentro el pueblo evangélico. Sus libros incluyen Born Again y How Now Shall We Live? Sirvió como columnista de Christianity Today desde 1985 y falleció en 2012.

Traductora: Ruth M. Tamez

Como los libros ayudaron a salvar mi alma

Encontré luz en mi literatura

How Books Helped Save My Soul

How Books Helped Save My Soul

Christianity Today April 17, 2013

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Yo nunca me había considerado capaz de una aventura amorosa.

Claro, aun como cristiana, había cambiado algunas enseñanzas bíblicas tradicionales por una moralidad más moderna. Pero seguía estando de acuerdo con el mandamiento "no cometerás adulterio", así que ese sí lo mantuve en mi repertorio moral.

Después leí Madame Bovary, un libro clásico por Gustave Flaubert. La verdad estaba claramente deletreada en sus páginas: En Emma Bovary, una mujer adúltera, y a la larga, suicida, me vi a mí misma. No en sus acciones depravadas, sino en su manera de pensar, la cual la llevó a esos actos tan espantosos.

Emma estaba llena de ilusiones y soñaba casarse con un hombre de ensueño y vivir una vida de ensueño en un lugar de ensueño. Pensaba que la vida tenía que parecerse a los romances apasionados y los poemas románticos que había leído mientras estaba enclaustrada como alumna en un convento.

La vida real la agarró desprevenida.

La novela me agarró desprevenida a mí también. No estaba consciente de la manera en que mis expectativas para mi nuevo matrimonio estaban igual de arraigadas en la fantasía que las de Emma. Tampoco estaba consciente de la manera en que estas suposiciones irrealistas roban los placeres diarios de la vida. El arte habilidoso de Flaubert me ayudó a entender con claridad que, aún más importantes que los problemas de adulterio y suicidio, son los ladrones sutiles del gozo: el elitismo, el materialismo, la indiferencia y la necesidad continua de novedad en lugar de la paz del contentamiento.

Como miembro de la iglesia durante toda la vida y erudita de la Escuela Dominical, debí haber sabido estas cosas. Después de todo, las lecciones de Madame Bovary están en la Biblia: Gálatas 5:26 nos advierte en contra de la vanagloria que Emma espera que su esposo-doctor alcance; los pasajes como Lucas 12:15 nos advierten contra el materialismo frenético que sobrecoge a Emma; Eclesiastés ofrece varios antídotos para el aburrimiento que plaga su vida; y, claro, hay muchas advertencias en contra del adulterio, incluyendo la proclamación pura y simple de Proverbios 6:32: "quien adultera, se destruye a sí mismo."

Pero mientras había aprendido lo que estaba en la Biblia, no había aprendido a pensar bíblicamente.

Por lo tanto, es irónico que la primera vez que me encontré con una visión del mundo con la que me podía identificar claramente, no fue una cosmovisión bíblica, sino el punto de vista romántico de Emma. Y lo reconocí como el mío propio.

En su libro Why Read? [¿Por qué leer?], Mark Edmundson dice que uno de los frutos de leer buena literatura es "descubrirse a uno mismo tal y como es." Madame Bovary y muchas otras novelas me han ofrecido un espejo en el cual me veo tal y como soy, pecadora, sí, pero siendo redimida. Edmundson también sugiere que el "segundo fruto y quizás el mas importante es ver destellos de un yo propio (y quizás también de un mundo) que pudiera llegar a ser; un yo propio y un mundo que puedes comenzar a tratar de crear."

Claro que, los libros, aun los mejores, no pueden reemplazar el Libro. Las palabras no substituyen la Palabra. Porque como dice el Salmo 36:9, Dios mismo es "el manantial de la vida" y "en tu luz podemos ver la luz." Tony Reinke, el autor de Lit!: A Christian Guide to Reading Books (Crossway) [Lit!: Una guía cristiana a la literatura] usa este verso para explicar como la buena literatura está cargada con la majestuosidad de Dios: "Esta luz incluye un sin número de regalos generosos y bendiciones de parte del Creador, pero especialmente la verdad, la bondad y la belleza que brillan en las páginas de estos grandes libros."

Muchas formas de revelación natural declaran la gloria de Dios. Pero para mí, los grandes libros han servido de puente para librar la brecha entre las verdades que encontramos en la Biblia y la aplicación de estas verdades a mi vida personal.

Los libros traen a la luz las verdades divinas y nos permiten probar todo y retener lo bueno. En el poema "A Noiseless Patient Spider", [Una araña silenciosa y paciente] por ejemplo, sentimos la angustia existencial de aquellos que viven el día de hoy. La desesperación de la incredulidad se deja ver en las obras de Thomas Hardy. En Heart of Darkness [Corazón de obscuridad] nos enfrentamos cara a cara con el horror de negar a Dios. La conexión inseparable entre lo espiritual y lo material se manifiesta en los escritos de John Donne. Las obras satíricas de Jonathan Swift nos animan a reírnos de nosotros mismos. En Death of a Salesman [Muerte de un vendedor], enfrentamos el significado mortal de un llamado vocacional. El libro de Pride and Prejudice [Orgullo y prejuicio] humilla nuestra altivez de pensar que tenemos la habilidad para juzgar a otros. Al leer las obras de Jane Eyre, tenemos una mejor idea del propósito de Dios al crearnos.

Muchas formas de revelación natural declaran la gloria de Dios. Pero para mí, los grandes libros han servido de puente para librar la brecha entre las verdades que encontramos en la Biblia y la aplicación de estas verdades a mi vida personal. La literatura me ha permitido verme tal y como soy y descubrir mi propósito en Cristo. Me ha cambiado y me ha formado. Y probablemente salvó mi matrimonio antes de que yo supiese que necesitaba ser salvado Por la gracia de Dios, su regalo de literatura ayudó a salvar mi alma.

Karen Swallow Prior es profesora de inglés en Liberty University y autora del libro Booked: Literature in the Soul of Me (T. S. Poetry Press).

Traductora: Meralis Torres Hood

Una Fe en Forma de Jazz

Robert Gelinas, el teólogo del jazz, marcha al compás de un baterista de movimientos suaves.

A Jazz-Shaped Faith

A Jazz-Shaped Faith

Christianity Today April 3, 2013

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Si usted está estudiando teología sistemática y tiene que estudiar griego y hebreo en tarjetitas, puede pensar que una biblioteca callada sería el lugar perfecto. No es así para Robert Gelinas. Mientras trabajaba en sacar su título en estudios bíblicos, iba a un lugar donde se tocaba jazz que permanecía abierto hasta tarde y ofrecía tazas de café ilimitadas. Les hablaba a los músicos acerca de Jesús y ellos lo educaban en la música de jazz. "Fue allí", dice Gelinas, "que me di cuenta de que el jazz es más que música y cuando se entiende, se puede aplicar a la oración, al estudio de la Biblia y a la manera en que nosotros adoramos".

Hoy Gelinas es pastor principal de Colorado Community Church en Aurora, donde además fundó el Proyecto 1.27, un ministerio de adopción que fomenta la adopción de niños en el sistema de cuidado tutelar (foster care) del estado. (Gelinas y su esposa, Bárbara, tienen seis niños-uno biológico y cinco adoptados, incluyendo dos de Etiopía.) Pero en estos días Gelinas es mejor conocido como el Teólogo del Jazz. Él tiene un sitio en las redes sociales bajo ese nombre (Jazz Theologian), libros titulados Finding the Groove: Composing a Jazz-Shaped Faith [Encontrando el ritmo: componiendo una fe en la forma de jazz] (Zondervan) y otro que se publicó en el 2011, Strange Fruit: Responding to the Blues Note of the Cross [Fruto extraño: respondiendo a la nota de blues de la cruz] (Zondervan).

Preguntas & Respuestas

¿Quiénes son tus músicos de jazz favoritos?

Disfruto de Miles Davis, de John Coltrane, de Charles Mingus y Dexter Gordon de tiempos atrás. Hoy me gustan Kirk Whalum, Roy Hargrove y Marcus Miller. Pero mi artista favorito de jazz es el gran novelista americano Ralph Ellison, quién demostró que jazz es más que música, con su novela clásica, Invisible Man. Ellison demostró que si entendemos los fundamentos del jazz, lo podemos ver expresado en una variedad de maneras.

¿Qué es la "teología del jazz"?

La teología del jazz es lo que sucede cuando expresamos los elementos básicos de jazz en nuestra relación con Dios—la síncopa, la improvisación, y el llamado y la respuesta. Estos elementos nos permiten encontrar nuestra propia voz dentro de las Escrituras; experimentar la vida en concierto con otros cristianos; realmente tener tiempo como líderes que sirven en vez de que el tiempo nos tenga a nosotros; y cantar "los blues", para no malgastar ningún dolor.

¿Qué quiere decir usted por "cantar los blues" para no malgastar ningún dolor?

Cantar "los blues" es aceptar la cruz de Cristo y la cruz que él nos llama a cargar. En el proceso nosotros nos damos cuenta de que Jesús no sólo nos redime de nuestro pecado y tristeza, sino también redime nuestro pecado y nuestra tristeza.

¿Cómo luce en tu vida una fe formada por la música jazz?

Me ayuda como un líder que procura servir a los demás. Un baterista de jazz que está sentado detrás de la banda tiene el peor asiento para ver, pero el mejor lugar para escuchar. Desde ese lugar, él es capaz de acelerar y demorar el tiempo dependiendo de lo que otros estén haciendo. Como pastor, esto me recuerda que una de las mejores cosas que puedo hacer es escuchar lo que otros dicen sobre lo que Dios está haciendo en sus vidas, de manera que pueda servirles como Cristo lo haría.

Traductora: Rosita Ortiz

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