Theology

Los Inmigrantes en la Navidad: Un Cuento por Max Lucado

En medio de las fiestas navideñas, los padres primerizos huyen del peligro.

Christianity Today December 23, 2019
Illustration by Rick Szuecs / Source Images: Getty / Unsplash

La luz de la luna era lo único que iluminaba. Solo se escuchaban jadeos y resoplidos. José iba por delante. El camino era estrecho. No quería que su esposa se tropezara. Ella cargaba al bebé. Él se había ofrecido a llevarlo, pero ella se negó.

—Está dormido, —explicó ella.

—Que descanse, —asintió él.

Así que se apresuraron. José a la cabeza. Todas sus pertenencias metidas en la mochila que él le había comprado a un vendedor ambulante en San Salvador. Ya habían pasado varias semanas. ¿Cuántos trenes desde entonces? ¿Cuántos kilómetros? ¿Cuántas noches frías?

Miró por encima de su hombro. Sus ojos se encontraron con los de ella. ¿Acaso estaba sonriendo?

—Esta mujer es … algo especial, —se dijo. Volvió a poner atención al camino, sus pantalones de mezclilla se raspaban con los mezquites a la orilla del camino.

Habían dejado atrás al pueblo. En el pueblo había un granero. Ahí dentro yacían, todavía en su lugar, la paja recolectada y el comedero abandonado que había servido como cuna para su bebé.

El niño gimió. José se detuvo.

—Está bien, —le aseguró María antes de que José tuviera tiempo de preguntar.

Continuaron.

El sendero desembocaba en un río cuya agua había ido a parar al estanque de algún rancho. El ancho y seco cauce del río les permitió caminar juntos, lado a lado. No había espinas, por lo que se podían mover más rápido. Él levantó la mochila. Ella aseguró al niño. Les habían dicho que un camino de asfalto estaba cerca.

Después de una docena de pasos, escucharon disparos.

A José ya le habían advertido del peligro. Justo esa mañana, cuando algunos hombres calentaban sus manos sobre el fuego en el barril de cinco galones, los escuchó hablar del cártel.

—Toma al bebé y vete, —le instaron con urgencia. —Estos hombres son violentos.

José se apresuró a regresar al granero para contarle a María, pero ella estaba profundamente dormida. Decidió dejarla descansar. Cuando ella se despertó al mediodía, su rostro estaba pálido. Amamantó al niño y volvió a quedarse dormida. Mientras, José vigilaba la puerta.

Un viejo granjero sabía que estaban usando su granero como refugio. Les trajo café, frijoles y una cobija para el niño.

—¿Sabes algo acerca de las pandillas? —le preguntó a José.

María escuchó y se levantó del catre.

—Deberían irse, —les dijo el granjero.

Pero José quería esperar.

—Solo un día más, o dos. Hasta que estés más fuerte, —le dijo a María, aunque sabía que ella tenía suficiente fuerza para los dos. Nada la inquietaba. Este repentino viaje. El nacimiento en el establo. Ella era la fuerte.

Ella asintió con la cabeza y se estiró sentada sobre el catre. El sol se estaba ocultando y el frío empezaba a colarse entre las paredes. Él prendió una fogata en el suelo, se sentó junto a ella y apretó las rodillas contra el pecho. Se aventuró a tocar la mejilla de ella. Ella no se movió. Su largo cabello era como seda sobre su rostro. Tan joven. Tan confiada.

Él se estiró y cerró los ojos. El sueño tardó en llegar, pero finalmente lo envolvió. Un mensajero vino a él. Era alto y estaba lleno de luz. Era el mismo mensajero que había hablado con él nueve meses atrás, cuando la primavera estaba en el aire y había una boda en sus planes. Pero luego vino el misterioso embarazo de María. Si no hubiera sido por este visitante a medianoche, José la habría dejado.

Esta noche, el mensajero vino de nuevo.

—El niño corre peligro. Se va a derramar sangre. Es hora de irse.

José se despertó sobresaltado. Sabía que no tenía opción.

Sacudió a María para despertarla:

—Toma tus cosas.

Sin decir palabra, ella se puso de pie. Agarró sus pocas pertenencias y las metió en la mochila. José levantó la tapa de una vieja caja de herramientas y sacó los regalos. Unos extraños los habían traído. Habían viajado desde muy lejos para ver a su hijo. Ahora, José viajaría tan lejos como fuera necesario para protegerlo. La amabilidad de esos extraños financiaría el viaje.

Empacó los regalos y miró al otro lado del granero. María se inclinaba sobre su hijo.

—Shhh, —le dijo, y lo cargó.

Momentos después los tres salieron por la puerta y corrieron por la calle estrecha. En pocos minutos llegaron al lecho del río, donde escucharon el estallido de los disparos. Una mujer gritó. Un bebé lloró. María tiró de la manga de José.

—¡Tenemos que irnos! —dijo ella.

Sí, ella tenía razón. El tiempo apremiaba. La seguridad se encontraba a varios kilómetros de distancia, si es que la alcanzaban. Se apresuraron. El cauce del río se convirtió en un camino de un solo carril. Vieron unos faros que se acercaban. José saludó con la mano. Una pick up se detuvo. José señaló la parte trasera. El conductor asintió. La joven familia se subió apretándose uno contra el otro.

El bebé lloró. María le dio leche. José miró al cielo mexicano. Las estrellas centelleaban como diamantes. Por un momento, no corría, estaba descansando. ¿Tendrían algún día una hacienda? ¿Una casa propia, al menos?

María dormitaba. Su cabeza cubierta con la capucha yacía inmóvil sobre su hombro. El camión cayó en un bache y ella despertó. Avanzaron sin decir palabra durante una hora. El cielo negro se tornó gris y luego dorado. A la primera luz del día, el camión se detuvo al costado de la carretera.

—Es lo más lejos que puedo llevarlos. Pasando la próxima colina está lo que buscan.

José le agradeció al hombre y le dio una moneda. Luego ayudó a su familia a descender. El rostro de María estaba entizado por el polvo de la carretera. Su hijo tenía los ojos abiertos, mirando al cielo y luego a su madre. Los tres partieron hacia el último tramo de su escape. Un paso cansado tras otro, los llevó a la cima de la colina. Cuando llegaron a la cresta, se detuvieron asombrados. El río debajo estaba bordeado de tiendas de campaña, fogatas y personas.

José tomó al recién nacido.

—Yo lo llevo el resto del camino.

María miró a los refugiados.

—¿Estaremos a salvo, José?

La miró por unos momentos antes de responder. El sol naciente le daba un tono naranja a su rostro.

—Si Dios quiere, mi amor.

—Sí, —asintió ella—, si Dios quiere.

La familia se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la frontera.

***

“Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo’” (Mateo 2:13).

Según la agencia para refugiados de la ONU, 70.8 millones de personas son desplazadas por la fuerza en todo el mundo, incluidos 25.9 millones de refugiados. En esta temporada, cuando los cristianos celebramos a la familia de refugiados más famosa, elevemos nuestras oraciones y ofrezcamos ayuda.

Max Lucado es pastor en San Antonio, Texas y uno de los autores con más éxito de ventas. Este cuento también está disponible en su blog.

Ideas

¿Debería la Evangelización Ser la Prioridad del Cristiano en el Ámbito Laboral?

CT Staff

Los expertos aconsejan sobre el Foro Mundial del Trabajo del Movimiento Lausana.

Christianity Today June 25, 2019
Hero Images / Getty Images

Esta semana, el Movimiento de Lausana ha reunido a 700 líderes cristianos de 109 países en Manila para su Foro Mundial del Trabajo. Entre los muchos temas en discusión se encuentra el lugar donde el evangelismo debe ubicarse entre las prioridades de los cristianos en el ámbito laboral.

¿Es el ministerio en el ámbito laboral principalmente sobre el evangelismo? Respuestas ordenadas de “sí” a “no”:

Gea Gort, misióloga y autora de BAM Global Movement (Países Bajos):

¡Sí! Porque cada cristiano tiene una misión, ya que heredamos el “ADN” de nuestro Señor Jesucristo. La misión de reconciliar al mundo, en y por medio de Cristo, para volver a la intención original de Dios. Esa es la Buena Noticia; eso es evangelización. Reconciliar y restaurar personas, así como vecindarios, sistemas y formas de pensar. Esto se logrará en el trabajo y a través de nuestro trabajo, es decir, si buscamos intencionalmente y con seriedad la revelación de Dios con respecto a todos los aspectos de nuestro trabajo. Una y otra vez, he sido testigo de esto en mi área de investigación, los negocios como misión. Nuestro mensaje, con y sin palabras, se vuelve poderoso y convincente cuando está respaldado por nuestras actitudes, nuestra cultura empresarial y nuestras acciones en el trabajo. Entonces toda nuestra vida cuente una historia. Y debemos recordarnos a nosotros mismos que no estamos solos en nuestro esfuerzo evangelístico: Dios desea moverse y darse a conocer durante la semana en el mercado y en nuestros edificios de oficinas, ya que todo le pertenece.

Joseph Vijayam, CEO de Olive Technology y Catalizador para Tecnología de Lausana (EEUU/India):

El ministerio en el ámbito laboral tiene que ver con compartir el evangelio con palabras y acciones, que es evangelización, pero también tiene que ver con vivir una vida que dé testimonio del fruto del evangelio. En otras palabras, es tanto la evangelización intencional, que es el “hacer”, como la vida no intencional, que es el “ser”. Tanto el ser como el hacer apuntarán a Cristo y su evangelio. En ese sentido, sí, tiene que ver con la evangelización, aunque no siempre es intencional y ciertamente no se limita a la definición estricta de hablar persuasivamente acerca de la salvación. Un ministro en el ámbito laboral es un embajador del evangelio en todo momento, y según esa definición, se involucra principalmente, aunque no exclusivamente, en la evangelización.

Francis Tsui, presidente de una firma de inversiones (Hong Kong):

Jesús nos enseñó a orar: “Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo”. Todos los creyentes deben prestar atención a este llamado dondequiera que estén. En el lugar de trabajo, los creyentes deben vivir la presencia del Jesús encarnado como su propósito y su vocación. Jesús leyó del libro de Isaías para pedir que lleven buenas noticias a los pobres, los cautivos, los ciegos y los oprimidos (Lucas 4:18-19). Nosotros, de la misma forma, debemos proclamar buenas noticias a estas personas en nuestro lugar de trabajo. El propósito de las buenas noticias que se proclaman es llevar la presencia de Jesús a cualquier circunstancia en que podrían estar las personas, para que puedan encontrarse con Jesús donde estén y experimenten su compasión, amor y pertinencia en sus contextos. Cuando hagamos eso, se producirá la “evangelización”. La evangelización no se trata solo de recitar el evangelio, llamar a la conversión o producir una transformación espiritual. En nuestro lugar de trabajo, los creyentes debemos ayudar a las personas a encontrarse con Jesús, dejar que él hable a sus vidas y ver cómo la relación reconciliada con Jesús bendice la nueva vida de manera pertinente e integral. Es mucho más dinámico e impactante que nuestra comprensión convencional de la evangelización.

Kina Robertshaw, oradora del FMT (Reino Unido):

Todo depende de lo que significa la evangelización para nosotros. Mi comprensión de la evangelización es compartir la buena noticia de Jesús en palabra y acción. Damos testimonio a los demás a través de nuestras palabras y nuestros hechos. Debe haber coherencia entre ambos. No podemos hacer fieles seguidores de Jesús a menos que nosotros mismos seamos fieles seguidores. En mi investigación, al entrevistar a 50 empresarios cristianos en el Reino Unido, encontré cuatro respuestas diferentes a la pregunta de si creían que su trabajo estaba contribuyendo al reino de Dios. Todos dijeron que sí, pero se veían haciéndolo de diferentes maneras. El primer grupo, haciendo del mundo un lugar mejor al proporcionar un excelente producto o servicio. El segundo grupo, a través de la incorporación de valores cristianos y altos estándares de ética empresarial a su empresa. El tercer grupo, compartiendo abiertamente su fe con las personas en el lugar de trabajo. El cuarto grupo, a través de donaciones generosas a causas benéficas y cristianas. El tercer grupo era claramente el más directamente evangelístico. Pero las respuestas de los demás son todas importantes en términos de respaldar lo que decimos. Nuestras palabras son cruciales, pero necesitan ser apoyadas por nuestras acciones; solo entonces la evangelización es la máxima prioridad del ministerio en el ámbito laboral.

Willy Kotiuga, obrero bivocacional en 25 países y presidente del equipo del programa del FMT (Canadá):

¡La gente viene a Cristo cuando se sienten amada, no cuando es sermoneada! ¿Tratamos de convencer a las personas para que “firmen un contrato” con Dios para obtener un boleto al cielo, o caminamos con ellas cuando entran en una relación de pacto dinámico con el Dios vivo? Estamos llamados a hacer discípulos proactivamente, no a convertir personas. ¿Estamos tan atascados y fijados en métodos “evangelísticos” que no invertimos en crear entornos laborales que sean propicios para descubrir a Dios? Mi carga de tener que “evangelizar” desapareció cuando comencé a orar a diario: “Dios, ayúdame a llevar a todos los que conozco hoy un paso más cerca de la fe personal en Jesucristo”. El viaje de fe no se reduce a un evento único. Si la evangelización es solo proclamación de la Palabra, entonces nunca debería ser la más alta prioridad del ministerio en el ámbito laboral. Pero si la evangelización incluye trabajar el suelo, influir en las estrategias empresarial, preparar los corazones de las personas para descubrir la realidad amorosa de Dios a través de la gracia, entonces debería ser la más alta prioridad. Sin embargo, en base a la comprensión estrecha actual de la evangelización en uso hoy en día, no es una prioridad.

Wendy Simpson, presidenta de Grupo Wengeo (Australia):

No. Si un plantador de iglesias comenzara una iglesia sin ninguna intención de incluir un ministerio de niños, la gente se horrorizaría. Hoy en día, el ministerio de niños se considera un ministerio vital de la iglesia, pero no siempre fue así. Como persona de negocios, anhelo el día en que las iglesias locales consideren esencial equipar y liberar a los trabajadores en su llamamiento. La máxima prioridad del ministerio en el ámbito laboral debe ser levantar catalizadores para promover el lugar de trabajo como un ministerio clave dentro de las iglesias locales. ¿Cómo puede la iglesia mundial verdaderamente esperar lograr la Gran Comisión y crear discípulos de 24 horas al día y 7 días a la semana si no ha desarrollado su enseñanza sobre cómo los cristianos integran concretamente su fe a las actividades que ocupan la mayor parte de sus vidas diarias? Los trabajadores anhelan descubrir el propósito de Dios en su trabajo diario. Creo que, a medida que la iglesia local muestre a los trabajadores cómo integrar a su vida laboral disciplinas espirituales como la meditación, la oración, el ayuno, la sencillez, la confesión, la adoración y la celebración, el mundo comenzará a ver un cristianismo auténtico y atractivo. Si los cristianos domingueros son el resultado deseado, no hay necesidad de un ministerio en el lugar de trabajo. Si nuestro mandato es un discipulado de toda la vida, tenemos una necesidad urgente de un ministerio en el ámbito laboral en nuestras iglesias.

Aprendiendo con la Familia

Cómo un profesor que pasó lista marcó la diferencia.

Christianity Today October 10, 2018

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En mi primer día de seminario, me senté en una sala de conferencias en espera de que comenzara la cátedra introductoria a la historia de la iglesia moderna de los EE. UU. Aunque el tema sonaba interesante, yo estaba especialmente ansioso por aprender de la profesora. Tenía fama de ser una profesora increíble, que se preocupaba por los estudiantes, y una de las profesoras más rigurosas de la institución. También sabía que era latina, no me di cuenta de la importancia de ello hasta que empezó a pasar lista.

La Rev. Daisy L. Machado, PhD, comenzó a leer los nombres de los estudiantes, uno por uno. A los pocos minutos, dijo, "Jorge Rodríguez".

Cuando la Dra. Machado mencionó mi nombre, ese fue uno de los momentos más profundos de mi carrera educativa. Ella pronunció el nombre que mis padres me dieron, Jorge Rodríguez, con todos los acentos e inflexiones apropiados en español. Tuve que hacer una pausa antes de decir "presente" —mi nombre nunca antes había sido pronunciado correctamente durante mi años en la universidad.

Como persona de color, mi cosmovisión constantemente tropieza con los planes de estudios dominantes, las políticas y las creencias que tienden a ser moldeadas por la cultura de la mayoría anglosajona. Que mi nombre ha sido casi siempre mal pronunciado es simplemente un ejemplo. Cuando se pasa lista y un nombre se dice incorrectamente, o cuando el profesor hace una escena para preguntar cómo pronunciar un nombre que nunca antes ha visto, el alumno es marcado inmediatamente como "otro", intencionalmente o no. Cuando un nombre se identifica como extranjero antes de que se le identifique como nombre, la identidad principal del alumno es como extranjero.

Pero cuando la Dra. Machado pronunció mi nombre correctamente, ella me reconoció como familia.

Este reconocimiento como familia continuó en la forma en que la Dra. Machado llevó a cabo su curso. Su plan de estudios en la historia de la iglesia de los EE. UU. no comenzó con el Mayflower y los peregrinos. Su primera cátedra fue sobre los imperios de los olmecas, las estrategias políticas de los mayas y las medicinas de los arahuacos. En esa cátedra, ella intencionalmente describió la belleza, la fuerza, la complejidad, los desafíos, las alegrías y la tristeza de los pueblos indígenas —los antepasados de las comunidades latinas.

La Dra. Machado enseñó sobre la trata transatlántica de esclavos del sufrimiento y la resistencia militante de los igbo, los yoruba y los pueblos indígenas de África; sobre la expansión hacia el oeste de los Estados Unidos desde la perspectiva de los comanches y los mexicanos que lucharon por su tierra; sobre mujeres que se convirtieron en curanderas y personalidades nacionales cuando dirigían avivamientos en una nación floreciente. Al elegir contar las historias de mi gente y de las personas como yo, la Dra. Machado me honró. En la forma en que la Dra. Machado organizó el espacio educativo me empoderó como latino para pensar en mí y en mi pueblo como personajes activos en la historia que me estaba enseñando, y que ahora, se volvía también mi propia historia.

Un programa para la Familia

Como he trabajado con estudiantes graduados latinos desde esa clase, ha quedado claro que mi experiencia con la Dra. Machado fue única. Muchos de estos estudiantes en los seminarios y las universidades sienten que las escuelas no están estructuradas para ellos. Raramente ven el contenido y las personas que los reflejan a ellos y a sus comunidades. No es hasta que llegan a una organización como para la que yo trabajo, el Programa Hispano de Verano, que empiezan a verse a sí mismos en su propia educación.

El Programa Hispano de Verano capacita a líderes latinos, académicos y pastores a través de cursos intensivos de verano. Fundado por Justo González, esta organización ha proporcionado clases acreditadas de dos semanas en teología, ética, historia, sociología, estudios bíblicos, cuidado pastoral y liturgia durante casi 30 años. Nuestro programa está diseñado para estudiantes hispanos, algunos de los cuales son los únicos latinos en sus respectivas instituciones, pero también les da la bienvenida a los participantes no latinos para que aprendan con nosotros.

Nuestros estudiantes toman clases, adoran, comen, juegan y estudian juntos. Además de involucrarse en un estudio riguroso con los mejores investigadores académicos y recibir tres créditos de postgrado, los estudiantes se van empoderados y orgullosos de quiénes son y de los pueblos de las que provienen. Durante su tiempo juntos, los estudiantes no tan sólo están aprendiendo teorías y teologías, sino que también son tratados como familia por sus nuevos colegas.

Al elogiar el programa, los estudiantes aprecian el tener profesores que se parezcan y se oigan como ellos —de tal manera que ellos y ellas pueden también imaginarse algún día poder enseñar. También mencionan cómo su identidad como latinos y latinas se ha solidificado a través de las historias, teologías y perspectivas cautivadoras que surgen de su comunidad. Los estudiantes se sienten empoderados al participar en cultos ecuménicos donde pueden relacionarse con Dios de maneras que los conectan con sus antepasados y a las oraciones de sus abuelas.

Además, como organización ecuménica que sirve a seminarios y escuelas de estudios superiores en todo el país, el Programa Hispano de Verano atrae a estudiantes de todo el espectro teológico. Los estudiantes que leen la Biblia a través de un lente histórico-crítico deben aprender con los estudiantes que leen las Escrituras literal o alegóricamente. Los estudiantes que luchan con cuestiones de género y sexualidad deben aprender con los estudiantes que se sienten muy cómodos en su identidad sexual. Y los estudiantes que crecieron ricos deben aprender con estudiantes que crecieron pobres. Verdaderamente, el escuchar a alguien distinto a uno es difícil, pero finalmente los estudiantes aprenden lo que es ser familia dentro de un entorno académico diverso. Para algunos, esta es la primera vez que eso sucede.

Señales de esperanza, espacio para el crecimiento

El Programa Hispano de Verano es sólo uno de los muchos programas de educación teológica dirigidos por y para la comunidad latina, entre ellos, la Iniciativa Teológica Hispana, la Asociación para la Educación Teológica Hispana y las facetas del Foro de Exploración Teológica. Estos programas les permiten a los estudiantes de color a tener acceso a recursos invaluables y a experiencias educativas. Tal potencial proviene del liderazgo latino, así como también de las decisiones curriculares y de política. Estos programas son eficaces no tan sólo porque las personas de color los administran, sino también porque los líderes —negros/negras e hispanos/hispanas— toman decisiones que forman una educación rigurosa y al mismo tiempo también forman organizaciones que unen a la gente.

Muchas instituciones de mayoría anglosajón todavía están aprendiendo a cómo motivar y apoyar a los estudiantes, profesores, administradores y miembros de las juntas directivas que son latinos. En las aulas, aún queda trabajo por hacer para mostrar que la historia es más que el canon occidental tradicional. Los líderes institucionales recién están comenzando a implementar nuevas políticas de contratación y prácticas de empleo equitativo y a tener expectativas y estándares que tengan en cuenta la situación única de los profesores, el personal y los estudiantes hispanos. Como ellos mismos admiten, están en una curva de aprendizaje elevada.

Pero las instituciones ya están haciendo tales cambios. Fuller Theological Seminary está poniendo fondos y apoyo institucional detrás de sus programas en estudios hispanos. Vanderbilt University Divinity School invitó a la Dra. Machado a presentar sus prestigiosas cátedras Cole sobre el tema de los santos fronterizos. La Oblate School of Theology, la Universidad de Boston, el Graduate Theological Union y otros ponen apoyo financiero e institucional detrás de programas como el Programa Hispano de Verano y la Iniciativa Teológica Hispana.

Aunque no siempre tengamos los recursos necesarios, las familias latinas, los pastores y los líderes de la comunidad saben lo que nuestras comunidades necesitan para ser educadas. Sabemos cómo incluirnos los unos a los otros como familia y luchar con nuestras diferencias mientras buscamos el apoyo mutuo. Sabemos cómo dirigir organizaciones que promueven la vida, no tan sólo para nuestra gente sino para todos aquellos que eligen acompañarnos. Confío en que nuestras comunidades continuarán prosperando porque siempre hemos estado en la lucha —en la vanguardia de la lucha por la vida.

Jorge Juan Rodríguez V es hijo de dos inmigrantes puertorriqueños que llegaron a los Estados Unidos un año antes de su nacimiento. Tiene títulos de Gordon College y Union Theological Seminary, y está cursando un doctorado en historia religiosa moderna en Union, sobre las Américas de los siglos XIX y XX. Puede seguir el trabajo de Jorge en www.jjrodriguezv.com y en Twitter @JJRodV.

Los mentores marcan la diferencia

La universidad es difícil, pero no tienes que lidiar con todo eso sola o solo.

Christianity Today October 10, 2018

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

A los 17 años de edad, yo no tenía ninguna aspiración profesional, aparte de asistir a la universidad. En mi último año de preparatoria, me enlisté en el ejército, planeando usar el GI Bill para pagar mi educación. Un amigo cercano, también un estudiante de primera generación (un término que luego aprendería), estaba haciendo lo mismo, así que simplemente seguí su ejemplo.

Unas semanas antes de mi graduación de la preparatoria, una maestra de matemáticas y una consejera escolar me brindaron algunos consejos muy necesarios, mostrándome otras maneras de pagar la escuela. Logré cancelar mi compromiso con el ejército y empecé mis estudios universitarios en un community college. Pagué la colegiatura y los cargos adicionales con la ayuda de seis fuentes: (1) Un programa de la Junta de Gobernadores (ahora llamada California Promesa Grant), eliminó el pago de los cargos adicionales (2) una beca Pell federal, (3) una beca Cal B, (4) ayude del programa the Education Opportunity Program’s book, (5) boletos gratis para el transporte público, y (6) el programa de trabajo dentro de la universidad (work study). En ese momento, no tenía idea de lo que significaba navegar el proceso de todos esos programas, pero los consejeros y los profesores gentilmente me guiaron en el trayecto.

En dos años, completé un plan de estudios de honores y los requisitos de transferencia para asistir a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Su paquete de ayuda económica motivó mi decisión de inscribirme, a pesar de haber sido aceptada también en la escuela que había sido la primera en mi lista de preferencia —UC-Berkeley. Ya que no tenía un plan económico claro para el transporte de ida y vuelta al norte de California, me sentí abrumada, ya que para entonces me estaba sosteniendo sola económicamente.

Siendo latina de primera generación, por primera vez me di cuenta de que era pobre cuando me transferí a UCLA. No fue la variedad de subvenciones y empleos que necesitaba mientras vivía en el este de Los Ángeles; eran los bolsos de Gucci y otros artículos de lujo que llevaban otros estudiantes. Aun así, tenía sed de conocimiento y me concentré en mi nueva meta: ayudar a otros a perseverar en la universidad. Parte de mi deseo estaba arraigado en el egoísmo —me sentía solitaria siendo una de un de un puñado de estudiantes latinas y latinos en los salones de clase. Pero también quería devolver algo a mi comunidad.

Durante mi trayecto en la universidad, descubrí que me encantaba aprender. También aprendí que quería que otros como yo tuvieran menos dificultades durante la universidad. Varios consejeros académicos me animaron a continuar mis estudios, y tres años después comencé un programa de maestría. Mientras trabajaba para obtener mis títulos, tuve la oportunidad de regresar a mi escuela preparatoria para desempeñar diversos papeles, entre ellos, oficial de inscripción, tutora, asesora universitario y pasante profesional de postgrado. Luego trabajé para los programas Early Academic y California Student Opportunity and Access. A través de estos programas ayudé a los estudiantes a prepararse para la universidad.

Aprovechar el capital social

Recientemente, en el 2016 terminé mis estudios de doctorado en política educativa y contexto social en la Universidad de California en Irvine (UC-Irvine). Mi investigación exploró cómo proporcionar oportunidades y recursos de educación superior para estudiantes de primera generación de bajos ingresos. Las probabilidades están en contra de las poblaciones que no están representadas como debieran en la universidad que luchan por el éxito académico. Debido a que viví esta experiencia, sé —no solo porque las estadísticas me lo dicen— lo que uno tiene que luchar para que el sueño de entrar a la universidad y graduarse se vuelvan una realidad.

En mis estudios de investigación, estaba especialmente interesada en cómo la habilidad en las matemáticas afectó las trayectorias de mi comunidad. La investigación convencional ha demostrado que las matemáticas predicen la matrícula universitaria. En mi investigación, sin embargo, descubrí que a pesar de las bajas habilidades matemáticas, una parte considerable de los hispanos se matricula en la universidad. Según mi investigación, las relaciones con los maestros fueron fundamentales para animar a los estudiantes de nuestra comunidad a matricularse en la universidad.

El Departamento de Educación de los EE. UU. concluyó en su informe del 2016 "Advancing Diversity and Inclusion in Higher Education" que las oportunidades universitarias y la movilidad social disminuyen para los estudiantes minoritarios; es más difícil para ellos aplicar, ser admitidos, inscribirse, persistir en la universidad y finalmente graduarse. Y eso es, si logran llegar a la universidad. Estamos viviendo en comunidades socioeconómicamente aisladas, donde, como escribió Ronald Brownstein del Atlantic en "The Challenge of Educational Inequality", "las disparidades raciales en los resultados educativos siguen siendo imponentes". Esto deja a la juventud latina en una necesidad desesperada de mentores con capital social. Mi historia es típica de muchos estudiantes de primera generación de origen de la clase obrera. Sin padres que entienden la educación superior, o que tienen los recursos para proporcionar apoyo emocional o económico, los estudiantes tienen que resolver todo por su cuenta, a menos que alguien (mentor o mentora) les pueda ofrecer apoyo, como sucedió en mi caso.

Según el Public Policy Institute of California, es probable que enfrentemos una escasez de obreros con educación universitaria para el año 2025. Por ejemplo, se proyecta que los sectores laborales de más rápido crecimiento en California serán la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) y campos relacionados con la salud. Pero, de acuerdo con un informe de la Campaña Universitaria del 2016, no hay suficientes graduados proyectados en estos campos. Con orientación, oportunidades y financiamiento específico, los estudiantes de familias necesitadas de primera generación podrían llenar fácilmente la brecha en estos campos.

Encontrar maneras de apoyar

Después de casi 20 años de trabajar en esta área, he aprendido que los estudiantes no están definidos por las estadísticas. Ahora trabajo como administradora de éxito estudiantil para una organización innovadora sin fines de lucro. Brindamos apoyo financiero más allá de las subvenciones para las cuales los estudiantes ya califican. También ofrecemos mentores que los ayudan a lidiar con la universidad. Después de que los estudiantes completan su primer año, se les asigna un entrenador de carrera. El proceso no siempre es perfecto; muchos estudiantes tienen que interrumpir sus estudios o cambiar de dirección debido a problemas económicos, conflictos familiares u otras tensiones. Pero mientras más personas haya que apoyen a los estudiantes, mejores serán sus perspectivas.

No siempre tuve claros mis objetivos profesionales. Estaba cegada por apresurarme a terminar la universidad. Mi madre y mi padre terminaron sólo la educación primaria en México, pero siempre aspiraron a más. A pesar de sus bajos logros académicos, trabajaron duro para proveer e inspiraron mi educación. Sin embargo, no estaban equipados para acompañarme en mi trayecto en la universidad. Como resultado, tuve que depener de otros para obtener apoyo. He llegado a comprender el beneficio de una educación universitaria, y mis experiencias han moldeado mi vocación sirviendo en una carrera que fomenta la equidad y el acceso a la educación superior y aun más.

Alma L. Zaragoza-Petty actualmente trabaja en el área de Los Ángeles como especialista en retención de estudiantes de primera generación en la educación superior. Ella es coanfitriona de The Red Couch Podcast, un comentario social y político. Es experta en política educativa y contexto social.

Como ella prefiere el término Latinx, la decisión editorial de usar latinos e hispanos en este artículo fue hecha por Christianity Today .

Ir a la universidad con Abuelita

Las escuelas cristianas están aprendiendo a pensar en términos de familias, y no tan sólo como estudiantes individuales.

Christianity Today October 10, 2018

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Cuando yo tenía 18 años, no estaba segura de si debería asistir a una universidad de cuatro años. ¿Debo trabajar y ayudar a mantener a mi familia? Me preguntaba. ¿Debería intentar ir a una universidad local para poder quedarme en casa? ¿Qué pasaría si mi abuelita se enfermara y muriera mientras estoy fuera? ¿Podría vivir conmigo mismo si estuviera ausente durante sus últimos días?

Finalmente salí de casa para ir a la escuela, pero fue difícil porque, como la mayoría de los hispanos y los latinos, valoro a la familia y la comunidad por sobre el individuo. Hasta el momento, soy la primera y única miembro de mi familia en asistir y recibirme de un programa universitario de cuatro años. También tengo un título de postgrado.

Me ha tomado casi 20 años pagar los préstamos para la universidad cristiana privada a la que asistí. La escuela estaba compuesta predominantemente por estudiantes anglosajones, de clase media y media alta. Completé mis solicitudes de ayuda financiera y de la escuela por mi cuenta. Mis padres no sabían cómo ayudarme, y mis consejeros de la preparatoria no me apoyaron. Desafortunadamente, la escuela a la que asistí tenía pocas becas para minorías; Supongo que era por eso que había muy pocos estudiantes minoritarios. En una escuela de aproximadamente 3,000 estudiantes, sólo había otro estudiante hispano o latino, Pablo.

Hoy, los hispanos y los latinos, términos que uso para describir a las personas hispanoparlantes de ascendencia latinoamericana en los Estados Unidos, son el grupo minoritario más grande matriculado en las universidades. Para el año 2060, se espera que la población total hispana y latina en los Estados Unidos crezca a más de un tercio de la población.

Sin embargo, como señalan los académicos Matthew Desmond y Ruth N. López Turley, "Toda la evidencia nos lleva a la conclusión de que parece ser que la población estudiantil hispana/latina se está colando entre las grietas a pesar de que está aumentando, en masa, a un ritmo poblacional que está fundamentalmente alterando el paisaje estadounidense".

El incremento en el número de futuros estudiantes hispanos y latinos, combinado con la disminución de los índices de natalidad, presenta una oportunidad de crecimiento para las instituciones de educación superior. Estas escuelas necesitan estudiantes jóvenes de nuestras comunidades para prosperar en el próximo siglo. Tendrán que atraer a estudiantes de minorías que de otra manera no pensarían en ir a la universidad. En particular, las escuelas que consideran el papel del familismo a medida que aprenden a reclutar a toda la familia, no tan sólo a la persona individual, proporcionarán los espacios más saludables para nuestros estudiantes.

Unidos por los lazos familiares

Desmond y López Turley definen familismo como "un patrón social por el cual los intereses, decisiones y acciones individuales están condicionados por una red de parientes de quienes se piensa que tienen prioridad sobre la persona individual". Citan investigaciones que sugieren que "los adultos y adolescentes hispanos valoran la interdependencia, así como también el apoyo y las obligaciones familiares, más aún que los anglosajones". Como puertorriqueña, he descubierto que el familismo fue una fuerza poderosa en mis decisiones educativas.

Mi amiga Alejandra, guatemalteca, me dijo que cuando ella cursaba el último año de la preparatoria, su madre falleció. Como resultado, su abuelita le pidió a Alejandra que pospusiera su educación universitaria por seis años hasta que la hermana de Alejandra terminara la preparatoria. Alejandra dilató su educación por un año, pero dice: "Simplemente no pude esperar más: el dolor, la pérdida y el sentirme estancada". Fui a la universidad después de ese año, pero mi abuelita nunca me perdonó. La expectativa en la cultura guatemalteca es que uno le dé prioridad a la familia. Todavía me entristece que mi abuelita y yo nunca nos reconciliáramos antes de que ella muriera cinco años después". La abuelita de Alejandra quería que pusiera a la familia por encima de sus deseos y necesidades personales. Pero la decisión de Alejandra de avanzar en contra de sus deseos tuvo efectos devastadores en la dinámica familiar.

Otra amiga, Xochitl, que es Tejana, me dice: "Me llevó 13 años terminar mi licenciatura en artes por tener hijos. Pero se mezcló con una relación abusiva y depresión posparto. Esas son las tres razones por las cuales esperé y me salí dos veces”. Dados los obstáculos familiares, es una maravilla que Xóchitl persistiera en terminar. Estoy orgullosa de ella y de Alejandra.

Qué buscar en las universidades

Como lo fue para mí, Alejandra y Xóchitl, el familismo juega un papel crucial en las decisiones educativas de los estudiantes hispanos y latinos. En vista de la dinámica del familismo, aquí hay algunos atributos concretos que los padres cristianos, los pastores y los parientes deben buscar al elegir una escuela:

  1. Materiales bilingües. Los materiales de promoción, los formularios de solicitud, los sitios web, la ayuda financiera y cualquier otro papeleo y comunicación deben estar disponibles en español. Cualquier cosa que la institución pueda hacer para eliminar la barrera del idioma aumenta sus posibilidades de reclutar y retener estudiantes.
  2. Becas que cubren más que la colegiatura. Algunas escuelas cubrirán los costos de transporte de los estudiantes y un miembro de la familia para visitar el campus. Otros, como Amherst College en Massachusetts, proporcionan transporte dos veces al año para los estudiantes matriculados que provienen de áreas con una mayor concentración de hispanos y latinos. Las escuelas también pueden proporcionar becas específicas para vivienda.
  3. Profesorado y personal hispano y latino. Cuando las escuelas hacen un esfuerzo concertado para contratar a un personal diverso, señalan a los posibles estudiantes y tutores: "La diversidad es una prioridad para nosotros".
  4. Flexibilidad doctrinal. El pentecostalismo es el segmento del cristianismo de más rápido crecimiento. El Pew Research informa informa que "casi uno de cada cinco latinoamericanos se describe a sí mismo como protestante". Pew señala que "los pentecostales comparten muchas creencias con otros protestantes evangélicos, pero ponen más énfasis en los 'dones del Espíritu Santo', como hablar en lenguas, la sanidad por fe y la profecía". El énfasis pentecostal en estos dones hace que algunos evangélicos anglosajones se sientan incómodos, pero son muy prevalentes entre los hispanos y los latinos y deberían ser bienvenidos en un campus cristiano. Además, vea si una universidad es partidaria de tener mujeres en puestos de liderazgo dentro de la familia y en las redes sociales y de empleo.
  5. Inteligencia multicultural. Cuando trabajé en una universidad cristiana, serví en el comité de diversidad donde escuché sobre los comentarios racistas que se hicieron a los estudiantes, profesores y personal de color. Por ejemplo, aprendí sobre un "juego" en todo el campus organizado por un grupo de estudiantes llamado "¿Cómo atrapar a un ilegal?" En cualquier mes, se reportaron varios comentarios racistas en el grupo. El estar en el comité a menudo era desmoralizante y desalentador. Hubo altos índices de rotación entre los estudiantes, el profesorado y el personal de color debido a las hostilidades manifiestas y encubiertas expresadas por la cultura mayoritaria. Es difícil para los estudiantes, el profesorado y el personal de color permanecer en un entorno casi completamente anglosajón donde las observaciones insensibles a la cultura y el entrenamiento multicultural a veces no se toman en serio. Es por eso que es de suma importancia determinar si la universidad ofrece capacitación multicultural para los estudiantes, el profesorado y el personal.
  6. Programas de mentoría. Algunas universidades organizan grupos de estudiantes hispanos y latinos que fomentan la comunidad. Los estudiantes necesitan un lugar familiar y seguro en el campus para ser ellos mismos y cobrar fuerzas. También se benefician conectándose con mentores que tienen intereses similares. Esto ofrece tranquilidad a los padres cuando sus hijos están lejos de casa y de su comunidad local.
  7. Programas híbridos de grado y postgrado. Si no le interesa salir de su hogar, busque una escuela donde los estudiantes pueden tomar sus cursos en línea, y solo tienen que visitar el campus unas cuantas veces al año y pueden de esta manera obtener un valioso título. Muchos programas de postgrado en teología en Europa utilizan este modelo híbrido, lo que posiblemente contribuye a la gran cantidad de estudiantes de postgrado estadounidenses que desean obtener su doctorado en el extranjero. Recientemente, hablé con la decana de una destacada escuela de teología de los Estados Unidos que dijo que la razón por la cual su escuela no ofrece estos programas es porque el profesorado no quiere cambiar su modelo de enseñanza. Le dije que para atraer a más estudiantes de postgrado como yo, que provienen de una cultura de familismo, tendrían que cambiar.

Aunque muchas escuelas todavía luchan para alcanzar a nuestros estudiantes, cada año más y más están integrando estas ideas. Mi esperanza para la comunidad hispana y latina es que cada vez encontremos más nuestro lugar en la educación superior y que seamos cada vez más valorados por las contribuciones que tenemos para ofrecer.

‘Listo para hacer cosas nuevas’

De Abilene a Asbury, las escuelas cristianas están alcanzando a los estudiantes latinos y a sus familias.

Christianity Today October 10, 2018

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Con el influjo de estudiantes latinos que asisten a la universidad en los Estados Unidos, muchas universidades cristianas están adoptando nuevos sistemas y haciendo nuevos esfuerzos para reclutar y educar a esta creciente población. Algunas instituciones cristianas han demostrado estar muy adelantadas para su tiempo, proporcionando modelos útiles para otras que se ajustan a los cambios demográficos en los Estados Unidos.

Uno de esos pioneros es la Universidad Bautista de las Américas (BUA), ubicada en San Antonio, Texas. BUA tiene sus raíces en Paul J. Siebenmann, un misionero de la Asociación Bautista de San Antonio que comenzó una escuela de capacitación para ministros mexicoamericanos en 1947. A la escuela se le puso por nombre Instituto Bíblico Bautista Mexicano. Ahora, 71 años después de que se fundó la escuela y 15 años después de que cambió su nombre, BUA continúa educando a la mayoría del personal hispano de las iglesias bautistas de Texas.

El año pasado, 6 de cada 10 estudiantes en BUA eran latinos. En su inauguración este año, Abraham Jaquez, el nuevo presidente de BUA, anunció que el 65 porciento de los líderes hispanos en las iglesias bautistas del estado son graduados de BUA. La escuela ha seguido entrenando a ministros hispanos, así como también ofreciendo títulos universitarios en estudios bíblicos, música, liderazgo empresarial, comportamiento humano y estudios interculturales durante más de una década.

"Estamos listos para hacer cosas nuevas", dijo Jaquez. "Prepararemos a los siervos líderes bíblicos que estén listos para liderar y servir en un ambiente multicultural".

Los primeros pioneros

El esfuerzo de BUA para alcanzar a los líderes latinos comienza con una educación a precio módico. A $ 230 por hora de crédito, BUA es una de las universidades más asequibles de Texas. (En comparación, Abilene Christian University cobra $ 1,386 por hora de crédito, Houston Baptist University $ 1,237 y Baylor $ 1,650.) Jaquez también busca trabajar con estudiantes que trabajan tiempo completo o tienen hijos. Estos estudiantes no tradicionales son más propensos a elegir una universidad que pueda trabajar con sus horarios. "Podría ser casi a la carta", dijo Jaquez.

Según Jaquez, la escuela busca ofrecer cursos de fin de semana y ampliar el programa en línea. Mientras tanto, los estudiantes de BUA pueden completar hasta 59 horas de crédito en línea y terminar el resto en residencia.

Un informe del 2006 en Inside Higher Education analiza cómo los estudiantes latinos de primera generación prefieren asistir a escuelas más accesibles con bajos costos, ubicadas en comunidades latinas o cerca de ellas. BUA en gran medida encaja en esa descripción. Junto con Miami, San Antonio es una de las dos únicas áreas metropolitanas estadounidenses donde los hispanos son la mayoría de la población.

No obstante, BUA no tiene el monopolio de apelar a los estudiantes latinos. El Fuller Theological Seminary, que recientemente anunció su traslado a Pomona, está haciendo su propio llamado a los futuros líderes hispanos, en parte mediante la adopción del idioma español y la cultura latina.

Bajo el liderazgo de George Gay en 1974, los ministros hispanos en el seminario fundaron Fuller's Hispanic Center. La idea era educar a los pastores inmigrantes, dijo Óscar García-Johnson, director del recién nombrado Centro Latino y decano asociado del Centro para el Estudio de la iglesia y la comunidad hispana. El Centro Latino ofrece tres maestrías y un Doctorado en Ministerio (DMin) como parte del Fuller's School of Theology. Los programas se pueden hacer en español, pero, según García-Johnson, el contexto cultural es lo que permite que estos programas "hablen desde las comunidades latinas y hacia ellas".

La educación teológica, como la define García-Johnson, debe presentar las perspectivas de grupos indígenas, afroamericanos, latinos y otros grupos no anglosajones. Al incluir voces generalmente ausentes en el cristianismo eurocéntrico, los estudiantes comienzan a "escuchar las historias de los demás" y, como dice García-Johnson, "conectarse interculturalmente".

El influjo de estudiantes latinos que se preparan para el ministerio ha hecho que muchas instituciones de educación superior se den cuenta de que ningún término puede definir a un grupo tan diverso. Una encuesta de Pew del 2012 mostró que la mayoría de las personas de origen latino se identifican primero por el país de origen de su familia. Más de la mitad de los encuestados dijo que los más de 50 millones de hispanos que viven en los Estados Unidos tienen culturas diferentes, no una cultura común.

Como dijo García-Johnson, "Necesitamos escuchar las muchas historias que conforman la voz latina".

'La imagen de Dios frente a los estudiantes'

El Censo de los EE. UU. Informa que el área metropolitana de Abilene, Texas, tiene más de 37.000 personas latinas. Para el 2020, ese número podría crecer a 44.000, un incremento de casi el 17 por ciento. En comparación, se espera que las poblaciones angloamericanas en el área metropolitana de Abilene disminuyan aproximadamente el 1 por ciento durante el mismo período.

Tamara Long es la decana de admisiones y la vicepresidenta de inscripción en la Abilene Christian University (ACU), afiliada a la denominación de las Iglesias de Cristo. A medida que la población de estudiantes hispanos creció rápidamente en ACU, la administración y el personal se dieron cuenta de que necesitaban conocer mejor las culturas representadas por estos estudiantes.

Todos los líderes escolares entrevistados para este artículo captaron el fuerte sentido de la familia en las comunidades latinas. Eso ha llevado a ACU a interactuar con los futuros estudiantes y sus familias. Por ejemplo, cuando los estudiantes toman un tour por el campus, los guías de la escuela pueden ofrecer tours bilingües. ACU también ha creado un sitio web específicamente para las familias de sus estudiantes latinos.

Los líderes de ACU saben que el estar lejos de la familia puede ser difícil, por lo que Long dice que ACU se esfuerza por garantizar que los estudiantes latinos entiendan cómo funciona la universidad, cuáles son los costos y dónde pueden encontrar apoyo para cubrir esos costos y terminar su educación. Long también señala cómo el personal de ACU intenta conocer las culturas hispanas. El personal y la facultad reciben entrenamiento sobre las diferencias culturales que pueden existir para algunos estudiantes.

"Crecemos más cuando luchamos por entender nuestras diferencias", reconoce Long fácilmente. "Cuando somos capaces de abrazar y celebrar nuestras diferencias, entonces suceden cosas grandiosas".

Manteniendo dos mundos juntos

A medida que los seminarios abren un campus de extensión, muchos se encuentran en un lugar con una gran población latina. Asbury Theological Seminary, con sede en Kentucky, lanzó un campus en la Florida en 1999 específicamente para llegar a la comunidad latina.

A partir del 2016, alrededor de 400,000 latinos vivían en el Condado de Orange, Florida. Después de los condados de Miami y Broward, el Condado de Orange tiene la tercera población más grande de hispanos en el estado, que compone el 30 por ciento de la población.

Dos años después de que Asbury abriera su campus en Florida, a petición de los ministros de educación teológica en español, Asbury lanzó el Programa de Estudios Latinos/Latinas. Hoy, todos los programas bilingües y en español de Asbury caen bajo el paraguas de Asbury En Clave Latina (Asbury Latino Center), dijo Stephen Gober, vicepresidente asociado del Campus Dunnam en Florida de Asbury.

Al igual que BUA, Asbury ofrece educación teológica a ministros latinos que ya están sirviendo en la iglesia pero que quizá no tengan un título postsecundario. El programa de Asbury es el Programa de Formación del Ministerio Latino, y en BUA es el Instituto Bíblico Bautista. Ambos ofrecen un certificado para completar el programa.

El futuro de la iglesia estadounidense es bilingüe, según Danny Román-Gloró, director de En Clave Latina, por lo que Asbury ofrece clases de maestría bilingües y un DMin con una cohorte bilingüe.

Muchos estudiantes hispanos eligen tomar clases en español no porque no sepan inglés, sino porque creen que es importante que las generaciones futuras hablen español. A pesar de que los latinos eligen funcionar en inglés, Román-Gloró dijo que también están eligiendo "retener sus raíces".

El campus de Dunnam también ha comenzado el Certificado Bilingüe de Postgrado, que permite a los estudiantes completar hasta 15 horas de crédito de cursos de postgrado. Los estudiantes pueden aplicar esos créditos a uno de los diez programas de maestría de Absury. Junto con los cursos y programas bilingües, Asbury ofrece mentores para guiar a los futuros ministros; por lo general, estos son ministros que comprenden lo que es vivir en un entorno bilingüe. "Creemos que este [programa] está respondiendo a una población que está tratando de mantener dos mundos juntos", dijo Gober.

Preparándose para el futuro ahora

Las universidades y los seminarios cristianos reconocen que las naciones han llegado a los Estados Unidos y, como resultado, las escuelas del país se verán significativamente diferentes. En 1992, el Congreso reconoció a las universidades con alta matrícula latina como Instituciones de Servicio Hispano (HSI). Entre otros requisitos generales, una escuela sería reconocida como HSI si el 25 por ciento de la matrícula de estudiantes se compone de latinos, lo que les permite obtener subsidios de las instituciones. Algunas escuelas cristianas ahora están usando esto como punto de referencia.

La Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC) junto con cinco universidades religiosas —Oral Roberts, Regent, Gordon Conwell, Indiana Wesleyan y Liberty— crearon la Alianza para la Educación Cristiana Hispana. Las escuelas dentro de la alianza se comprometieron a aumentar la inscripción latina a una meta del 25 por ciento y ser reconocidas como HSI para el 2015.

Ninguna de las cinco instituciones de la alianza ha sido reconocida como HSI; después de todo, era un objetivo ambicioso. En el 2015, sólo el 13.8 por ciento de todas las universidades sin fines de lucro en los Estados Unidos se consideraron HSI. Esas 472 escuelas estaban educando al 62.3 por ciento de todos los estudiantes latinos. No obstante, estas cinco escuelas continúan comprometidas con alcanzar sus objetivos, y están utilizando una variedad de métodos y actividades de extensión para que esto suceda. Gerson Moreno-Riaño, vicepresidente ejecutivo de asuntos académicos de Regent, expresó la esperanza de todas estas instituciones: "Seguimos apoyando la misión de incrementar los índices de graduación de la preparatoria y de la universidad.”

Las claves para preparar a los estudiantes para la universidad

Según el líder hispano Gus Reyes, eso comienza cuando son preescolares.

Christianity Today October 10, 2018

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Agustín "Gus" Reyes sabe cuán importante es la educación superior para la prosperidad de los cristianos. Comenzó cuando era niño con su madre rigurosamente repasando con él cuatro horas al día para prepararlo para ingresar a una escuela primaria de California. Hoy, es el director ejecutivo de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC), la red cristiana hispana más grande de los Estados Unidos, y se desempeña como director ejecutivo interino de la Coalición de Fe y Educación, una rama de la NHCLC que apoya la equidad y la calidad en la educación pública.

Cuando hablé con Reyes, descubrimos que ambos somos graduados universitarios de primera generación en nuestras familias hispanas. Habló sobre su experiencia en la escuela primaria, los obstáculos que enfrentan muchos estudiantes y lo que las iglesias hispanas pueden hacer para empoderar a los jóvenes.

KG: ¿Cómo se interesó en la educación?

Crecí en el sur de Texas, en Corpus Christi. Mi padre nos mudó a California cuando yo tenía siete años. En el primer año escolar, obtuve excelentes calificaciones, incluso dijeron que estaba avanzado, pero cuando me mudé a California, le dijeron a mi madre que no estaba calificado para ingresar al segundo año. Ni siquiera estaban seguros de que pasaría el primer año. Los estándares en Texas eran muy diferentes de los de California. Así que, aunque mi familia tenía recursos económicos muy limitados, mi madre no trabajó durante meses, y durante dos horas por la mañana y dos horas por la tarde repasaba conmigo todo lo que debería haber aprendido según los estándares de California.

Recuerdo que mi madre lloraba porque sólo tenía educación de preparatoria y estaba haciendo lo mejor que podía. También sabía que nuestra familia necesitaba los recursos económicos que podía proveer. Fue un tiempo difícil para nosotros. Debido a esto, creo firmemente en la consistencia en los estándares de calidad en todo el país.

KG: ¿Cómo contribuyó esta experiencia a su interés en la educación superior?

Uno no empieza preparándose para la universidad en su último año de la escuela preparatoria. Uno comienza cuando es preescolar. Pero si los estándares académicos son inconsistentes y usted es una familia hispana que viaja siguiendo los trabajos, entonces tiene otro obstáculo adicional que superar. Esta es una gran desventaja para nuestros hijos.

Uno de nuestros versículos clave es 2 Corintios 5:20: “Así que somos embajadores en nombre Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. Como pueblo de Dios —pueblo de fe— somos llamados a ser embajadores de Cristo, llevando su luz a dondequiera que vayamos. Pero es difícil ser embajador cuando no se puede leer o escribir bien.

KG: ¿Qué pueden hacer las iglesias para apoyar a los estudiantes mientras asisten a la universidad?

Todos en la comunidad tienen un papel que desempeñar independientemente de su nivel educativo. El orar por los estudiantes mientras crecen en la iglesia es un papel. También lo es tener una visión para los niños y ayudarlos a verse a sí mismos como graduados universitarios. Es útil para el pastor tomar un curso en el community college para que pueda experimentar lo mismo que los estudiantes. Animamos a los niños a que pongan sus boletas de calificaciones en el platillo de la ofrenda, porque es el fruto de sus esfuerzos y toda la comunidad los apoya. Las iglesias pueden conectar a los niños con tutores; hay inmigrantes de segunda generación en todas nuestras iglesias a los que les encantaría ayudar.

KG: ¿Cómo pueden los padres ayudar a los niños a prepararse para la educación superior?

Cuando los padres son de primera o segunda generación, necesitan estar informados sobre el sistema educativo. Necesitan leerles a sus hijos para que sepan que el aprendizaje es importante. También necesitan buscar ayuda cuando la necesiten: a la gente de segunda generación en las iglesias le encantaría ser tutora.

Los padres pueden llevar a sus hijas y a sus hijos a visitar la universidad para que puedan imaginarse un día llegar como estudiantes al campus. Si mamá y papá no pueden nombrar cinco universidades, esa no es una buena situación para sus hijos. Pero también pueden hacer cosas tan sencillas como mandar a sus hijos a dormir temprano y a la escuela bien alimentados.

KG: ¿Cómo ha visto el valor latino por la familia afectar cómo los padres intentan influir en la decisión de la universidad de sus hijas y sus hijos?

El sueño de muchas familias hispanas es que sus hijos se casen y vivan en un apartamento arriba de la cochera con su cónyuge; no quieren que los niños se vayan de casa jamás. Uno de los mayores desafíos que enfrentamos es ayudar a los padres a dejar que sus hijos dejen la comunidad para ir a la universidad. A veces, cuando los padres quieren que sus hijos solo vayan al community college, puede ser debido a esa predisposición de la cultura a querer que nuestros hijos se queden siempre en nuestra comunidad.

KG: ¿Qué obstáculos enfrentan los estudiantes hispanos en la educación superior?

La academia tiene su propia cultura, y es distinta de nuestra cultura. Las enseñanzas en el hogar están en conflicto con lo que la academia espera. Por ejemplo, el desafiar a la autoridad no es parte de nuestra cultura. También somos más cooperativos que competitivos, lo que puede ser difícil en los entornos académicos estadounidenses. Nuestros sólidos valores familiares también pueden ser un obstáculo: cuando se es estudiante universitario, no se puede faltar una semana de escuela por la enfermedad de Abuelita.

KG: ¿Qué pueden hacer los que están fuera de la comunidad latina para apoyar a aquellos en la educación superior?

Lo más importante es ayudar a que haya igualdad de condiciones: abogar por una educación de calidad y altos estándares consistentes en todo el país para que todos los estudiantes reciban una buena educación. Empleen hispanas e hispanos en las universidades para que los estudiantes tengan personas que se les parecen en las instituciones. Nuestros hijos y nuestras hijas necesitan modelos a seguir para animarles en su educación. Todos nosotros tenemos un papel que desempeñar al tratar de servirles.

Navidad, Cristo y Tamales

Los tamales son el recuerdo vívido de la unidad de nuestra familia durante la época navideña.

Christianity Today December 7, 2017
Miguel Malo / Getty Images

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Como una niña latina que creció en los Estados Unidos, recuerdo claramente la Navidad como una época en que mis abuelos, tías, tíos, primos y amigos cercanos se reunían en la casa de mi tía. A pesar del estado económico de cada familia en particular, los problemas relacionales y el dolor que quizá cargaban, teníamos una gran expectativa de lo que el día implicaría. Al entrar a la casa, éramos recibidos con una línea de ensamblaje de ingredientes para hacer tamales y un aroma a masa y varias carnes cocinadas en la estufa que impregnaban la atmosfera. Los miembros de la familia se saludaban con besos y abrazos. Algunos duraban más tiempo abrazados que otros ya que esta era la única vez que se habían visto durante todo el año. Sonidos de las melodías de nuestra rica salsa colombiana, cumbia y vallenato, acompañados de voces apasionadas que estaban envueltos en una serie de conversaciones, marcaban el tono del resto de la tarde.

La comida era el denominador común que traía la unidad entre la familia. En ese momento, no importaba si no había suficiente dinero para cubrir los pagos de la semana anterior o si había conflicto en algunos de los matrimonios. Lo importante era que nuestra familia estaba unida, de acuerdo común, trabajando por un objetivo. Estábamos decididos a preparar los tamales en preparación para la Nochebuena. Los tamales cerraban la brecha entre las generaciones ya que los miembros de la familia de todas las edades estaban presentes en la línea de montaje. Algunas mamas montaban a sus bebes que andaban llorando en sus caderas mientras otros niños saboreaban las muestras del pollo delicioso que les habían dado sus abuelos y bisabuelos. Mi abuela encontró la máxima satisfacción en compartir sus secretos personales para el tamal perfecto. Este fue el legado que ella quería impartirnos.

Los tamales no solo eran un puente para las generaciones de nuestra familia, sino que eran la base de nuestra celebración navideña. Los tamales son el recuerdo vívido de la unidad de nuestra familia durante la época navideña. Del mismo modo, muchos de nosotros tenemos recuerdos especiales de las tradiciones navideñas en lo profundo de nuestros corazones. Para algunos, puede que sea caminar por los centros comerciales decorados comprando regalos para nuestros seres queridos. Tal vez, es estar sentados alrededor de un árbol de Navidad disfrutando del delicioso olor de las galletas recién horneadas, mientras saborean un poco de chocolate caliente o de estar reunidos alrededor de la chimenea de leña para cantar villancicos.

Asimismo, en nuestras iglesias locales, es evidente cuando llega la temporada navideña. Los pastores nos alientan y desafían apasionadamente al compartir las diferentes perspectivas sobre el relato bíblico del nacimiento de nuestro Señor y Salvador. Los ministerios de niños usan su creatividad para narrar historias sobre cómo no había lugar para Jesús en la posada y cómo nació en un pesebre desordenado. Los equipos de adoración eligen cuidadosamente conjuntos de canciones centrados en esta gloriosa celebración para mejorar la experiencia de la iglesia. Todas estas piezas se unen con el propósito de declarar que "¡Cristo ha venido!"

Debido a que esta es una declaración tan poderosa, merece un tiempo de reflexión personal. Cuando Cristo ha entrado en nuestras vidas, es casi imposible que no experimentemos algún tipo de cambio. Cuando miramos nuestra vida en su estado actual, ¿podemos decir genuinamente que Cristo ha venido? ¿Lo hemos invitado al caos de nuestros corazones o simplemente ha sido una parte superficial de nuestras festividades? Independientemente de la situación en que nos encontremos, Cristo ha venido a darnos una vida abundante (Juan 10:10). Él ha llegado a ser parte de nuestro desorden y a tratar con la parte más interna de nuestro ser. Él ha venido para reparar a los quebrantados de corazón (Salmo 147: 3). Él ha venido para sanar a los enfermos y resucitar a los muertos (Mateo 10: 8). Él ha venido a perdonarnos de todos nuestros pecados y limpiarnos de todo mal (1 Juan 1: 9). Muchas veces estas, entre las miles de innumerables promesas de Dios, se hacen eco en los círculos de nuestra iglesia o las leemos en Su Palabra. No obstante, pueden ser un sonido distante en nuestro entorno, en lugar de una fuerte resonancia en la vanguardia de nuestras vidas.

¿Entonces qué hacemos? ¿Cómo podemos llegar a un lugar donde la declaración que "Cristo ha venido" se convierte en una realidad en nuestras vidas? Primero, tenemos que hacer una pausa y chequear nuestros corazones. ¿Tenemos problemas sin resolver que necesiten abarcar que Cristo ha venido? Cuando permitimos que Cristo escudriñe nuestros corazones, espiritualmente hablando, tenemos que estar listos para que salgan a la superficie los residuos del pasado. Esto no siempre es tan sencillo como nos gustaría que fuera. Podemos frustrarnos fácilmente con la idea de que ya hemos tratado esa preocupación en particular y desestimamos su importancia. La exploración espiritual de nuestros corazones también puede detectar los problemas presentes y los temores que sin saberlo tenemos de nuestro futuro. En cualquier caso, estar abierto a la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas es la clave. Él destacará aquellos asuntos que necesitan nuestra atención. En segundo lugar, debemos estar dispuestos a actuar. Se requiere acción para vivir la vida abundante (Santiago 2:17). No es suficiente simplemente determinar que algo necesita nuestro cuidado. Tenemos que estar en sintonía con la voz del Espíritu Santo que nos instruirá cómo proceder y ser obedientes a Su dirección.

Mientras nos preparamos para celebrar el nacimiento de nuestro Salvador y disfrutar de unos deliciosos tamales, podemos recordar claramente que, dondequiera que estemos "en la línea de montaje de la vida", ya sea que estamos corriendo, gateando o arrastrándonos, Cristo ha venido a darnos esperanza y caminar a la par de nosotros. Cristo ha venido a dejarnos su legado para que vivamos un pedacito del cielo mientras estamos aquí en la tierra. Que esta no sea la única época del año en que abrazamos que Cristo ha venido. Por el contrario, saboreemos su bondad todo el año (Salmo 34: 8). Mi oración es que seamos intencionales en este tiempo de Navidad y que experimentamos que Cristo ha venido en todos los sectores de nuestras vidas. ¡Feliz Navidad! ¡Cristo ha venido!

Tanya Paniagua es una ministra licenciada con las Asableas de Dios, una Consejera Pastoral en 7th Street Church en Long Beach, y actualmente esta persiguiendo un Doctorado en Cuidado Comunitario y onsejeria Pastoral. Ella esta casada con su compañero de vida, Rudy Paniagua y ellos tienen cuatro hijos maravillosos y una nuera bella.

La transición sana de una iglesia

En el ministerio, tenemos que correr la carrera, por correrla manteniendo en mente los que han corrido antes de nosotros y los que correrán después de nosotros.

Christianity Today December 7, 2017
Pearl / Lightstock

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Tantas veces La Biblia identifica a Dios como “El Dios de Abraham, Isaac y Jacob”. ¿Por qué? Porque Dios, siendo eterno, piensa de largo plazo. En el ministerio, tenemos que correr la carrera, por correrla manteniendo en mente los que han corrido antes de nosotros y los que correrán después de nosotros. En cualquier organización, la transición de liderazgo siempre es crucial pero pocas veces bien pensada. En el ministerio, tenemos que hacer las transiciones de una manera correcta.

Yo soy el producto afortuno de una transición que se hizo bien. Desafortunadamente, me doy cuenta que estoy en la minoría al escuchar historias tristes de parte del pastor predecesor o del sucesor que me cuentan de algo para nada agradable. Por ejemplo, escuché una vez de un pastor que había entregado la iglesia a uno de sus pastores asistentes, pero dentro de 6 meses tuvo que regresar como pastor principal porque la iglesia se estaba deshaciendo y todos se estaban yendo. El pastor admitió después que había hecho la transición demasiado rápido y que ni la iglesia ni el pastor asistente estaban listos. En cambio, escuché la historia de un pastor que supuestamente había hecho la transición de la iglesia, pero cada vez que aparecía en la iglesia empezaba a mandar a todo mundo (inclusive ¡tomó las riendas del servicio!). Esto causó tanta confusión que los del staff y el liderazgo se empezaron a irse. Todos sabían que el Pastor Principal anterior no quería soltar las riendas. Dos historias muy distintas. Dos resultados muy parecidos. Uno soltó demasiado rápido. El otro no soltaba completamente. ¿Historias como estas han causado que la gente me pregunta, “como lo hicieron para que la transición fuera tan sana entre tú y tu padre?” Esto es lo que he observado al examinar lo que sucedió hace 8 años (y por cierto, el hecho que mi padre espiritual también es mi padre terrenal no hace el proceso más fácil automáticamente, hasta lo puede hacer más difícil).

El punto de partida de una transición sana, bien orquestada comienza con un deseo claro en las dos partes de la transición. Si el pastor principal actual tiene emociones encontradas de pasar la batuta, será una receta para un desastre. De igual manera, si el sucesor “no está seguro” que quiere recibir la batuta, la transición se va a complicar. Aunque suena como algo tan obvio, ninguno de los dos debe de continuar en el proceso hasta que sabe en su espíritu que esto es la voluntad de Dios y en su tiempo perfecto. Esto requiere comunicación honesta y vulnerable. Y si los dos involucrados en una transición potencial no pueden dialogar de una manera abierta, lo más seguro es de que estas comenzado la carrera cojeando.

Segundo, tiene que ver una progresión natural. El que recibe el pastorado no puede ser un extraño o desconocido que la iglesia nunca ha visto o escuchado. Entonces unos años de que asumí el rol de pastor principal, fui nombrado pastor asociado, y lógicamente mi responsabilidad y autoridad se fue incrementando al pasar el tiempo. Cuando mi padre andaba fuera de la ciudad él le decía al staff y liderazgo que si tenían alguna pregunta que podían dirigirla hacia a mí. Esto mostraba que él me confiaba y que él y yo estábamos caminando en unidad completa. Esto también me confirió poderes que fue clave para evitar que otros pensaran que estaba intentando asumir liderazgo que no me había sido delegado.

En una carrera de relevos, la parte más crucial de la carrera es la entrega de la batuta o testigo. No importa que tan rápido corre un equipo, si dejan caer la batuta serán descalificados. Lo interesante de la entrega de la batuta es de que hay un rango de espacio conocido como la zona donde se puede entregar. No se puede antes ni después de esta zona.

Si eres el siguiente en línea para ser pastor principal, asegúrate de que quedas en línea. ¡No te adelantes! Sí, habrá momentos donde te devora la impaciencia de comenzar a liderar. Eso es bueno. Muestra que hay liderazgo principal en ti. Sin embargo, si no eres paciente, vas a reprobar una prueba de tu carácter en este proceso. Esa prueba de tu carácter es paciencia y honor.

La tentación más grande del predecesor es de esperar demasiado antes de entregar la batuta y al contrario para el sucesor es de instigar este proceso antes de su tiempo. Espera la zona. No antes de. No después de.

¿Entonces como sabes cuándo es el tiempo correcto? ¿Cuáles son las señales? La medida de tiempo tiene indicadores tangibles y no tangibles. Lo que no es tangible y a la vez lo más importante es la inspiración y guía del Espíritu Santo. Tenemos que esperar en el Señor y seguir la nube cuando empieza a moverse. Simultáneamente, El Espíritu Santo puede manifestarse a través de la sabiduría y la sabiduría a través de señales tangibles. Nunca es sabio ignorar el “alto”. Es importante prestar atención cuando dice “ceda el paso”.

Uno de las señales que debe buscar es cuando la influencia del sucesor empieza a aumentar. Si lo hace con un corazón no puro será como Absalón. (A propósito, si eres el sucesor en espera, ten cuidado de llamar a alguien “Saúl” porque pueden pensar que eres un Absalón, cuando pensamos que somos el David de la historia.) Más influencia puede ser una señal muy buena. Más influencia puede ser señal de un “Josué”, “Eliseo” o de un “Timoteo”. Más influencia es señal del crecimiento y de la habilidad de liderar. Entonces busca esta señal. Pero no solamente permita la influencia – ¡promuévala! Cuando el predecesor voluntariamente promueve la influencia aumentada del sucesor lo único que hace es mostrar aún más la madurez que tienen y quienes son en Dios y plan divino.

Otra señal puede ser las ideas innovadoras y visión fresca de parte del sucesor aun cuando siguen en un rol de apoyo. Cuando estas ideas, compartidas con un espíritu humilde y sumiso, causan emoción en el corazón del predecesor, puede ser una señal que confirma el tiempo para transición. Es lo más natural que el deseo de implementar ideas nuevas aumenta para el sucesor mientras disminuya para el predecesor. Mientras el corazón del predecesor debe ser perpetuado que naturalmente honrada su legado, seguro la metodología se turnará, trayendo la innovación necesitada a la organización. Ideas innovadoras pueden ser una señal que es tiempo para transición.

Finalmente, al pasar la batuta, existe una dinámica interesante. La batuta no se lanza de un corredor al otro. Tampoco se pone en el suelo para que el otro lo recoja. Hay un momento crucial cuando el primer corredor, que está corriendo a toda velocidad, entrega la batuta al siguiente corredor que en vez de estar parado esperando, ya está corriendo mientras recibe la batuta. Lo interesante es de que solo existe un milisegundo cuando los dos tienen la batuta al mismo tiempo. Después, el primer corredor suelta la batuta.

Mi papa siempre dice “cualquier cosa con dos cabezas es un monstro.” Doy gracias que el soltó. Los monstros son raros. Y qué raro seria y para nada productivo si dos corredores intentaran correr la carrera con los dos agarrando la misma batuta. Seguro algunos piensan que es la mejor manera de asegurar que la batuta no se cae. Pero en realidad es una manera muy rara de correr una carrera y te descalificará.

Para los dos, este proceso requiere fe. Fe el uno en el otro. Pero, sobre todo, fe en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

Tim Holland es el pastor principal de la iglesia Mundo de Fe en Coppell (Dallas), Texas. Tim se graduo de Cristo para las Naciones y la Universidad Bautista de Dallas. Él y su esposa Abigail tienen 4 hijas y un hijo varón. Mas información en pastortimholland.com.

Lo Que Todo Padre Debería Saber Sobre las Conferencias de Padres y Maestros

Los maestros son dedicados y apasionados acerca de ver a su hijo tener éxito. El apoyo de los padres es la mejor manera de mostrar agradecimiento.

Christianity Today December 5, 2017
Ariel Skelley / Getty Images

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Una entrevista con Joann Lira por Gus Reyes para analizar lo que todo padre debería saber sobre las conferencias entre padres y maestros. Lira ha enseñado en escuelas públicas y ahora se desempeña como líder del ministerio de niños en el Bronx, Nueva York. Ella se compromete a ayudar a los adultos a equipar a sus alumnos para el éxito académico.

¿Por qué las conferencias de padres y maestros son tan importantes?

Las conferencias de padres y maestros son un tiempo invaluable tanto para los padres como para los maestros. Los padres reciben tiempo programado e ininterrumpido con los maestros para hablar sobre las fortalezas y debilidades de sus hijos. Los maestros pueden dar pasos de acción específicos y enfocados que involucrarán a los padres en la educación de sus hijos. La comunicación es clave. Desarrollar una asociación con el maestro de su hijo es beneficioso para todos los que están involucrados. Los maestros son dedicados y apasionados acerca de ver a su hijo tener éxito. El apoyo de los padres es la mejor manera de mostrar agradecimiento. Los estudiantes son muy conscientes de la comunicación entre los maestros y los padres y una relación positiva entre los dos es alentadora para ellos.

¿Cómo pueden los padres prepararse para la conferencia?

Es importante que los padres estén preparados para las conferencias de maestros. Considere tomar los siguientes artículos: Resultados de evaluación – Ubique los resultados de la evaluación estatal de su hijo. Si es necesario, la escuela de su hijo puede proporcionar una copia. Revise los resultados y llévelos a la conferencia. Los padres son los defensores número uno de los estudiantes. No tengas miedo de hacer preguntas y buscar aclaraciones.

Cuaderno /Carpeta – Crea una carpeta o cuaderno. Esto permitirá a los padres / tutores guardar información importante, así como una manera fácil de comunicar lo que se ha discutido en las conferencias. Notas de conferencia Preguntas/ Preocupaciones para el maestro Informes de progreso estudiantil / Boletas de calificaciones / Resultados de la evaluación estatal Calendario

¿Qué es lo que más te gustó de las Conferencias de Padres y Maestros?

Los maestros comienzan el día temprano y a menudo trabajan hasta tarde. Si bien siempre hay un esfuerzo continuo durante todo el año para conectarse con las familias, las conferencias de padres y maestros son valoradas y apreciadas por los maestros. Trabajé duro para preparar retroalimentación individual para cada familia sobre las necesidades específicas de su estudiante.

Como maestra, me sentí valorada cuando los padres aprovecharon el tiempo de su día ocupado para sentarse y hablar sobre cómo les estaba yendo a sus hijos y cómo podían apoyar tanto a sus hijos como a mí como educador. Los correos electrónicos, las llamadas telefónicas y los mensajes de texto son una manera rápida y fácil de comunicarse, sin embargo, las conferencias brindaron un momento para desarrollar verdaderamente una relación y descubrir formas en que los padres pueden participar, que de otro modo podrían no haber surgido. Así como encontramos fortalezas en los estudiantes, también los buscamos en los padres. Las conferencias brindan un tiempo para que los maestros identifiquen esas fortalezas y alienten a los padres sobre cómo pueden ponerlos a trabajar para beneficiar la educación de sus hijos.

¿Cuáles son las preguntas importantes que un padre debería hacer durante la Conferencia de Padres y Maestros?

Aquí hay algunas preguntas claves que los padres deben hacer durante la conferencia: ¿Puedo hablarte sobre mi hijo? Los maestros pasan mucho tiempo con los alumnos, pero muy poco a la vez. Comparta las fortalezas e intereses que ha visto en su hijo. Hágales saber a los maestros si hay dificultades que los maestros anteriores han compartido y cualquier técnica que hayan encontrado que funcione mejor con su estudiante. ¿Está mi hijo al nivel de grado? Preguntar sobre temas individuales ¿Cómo puedo ayudar a apoyar / desafiar a mi estudiante? ¿Qué sitios web, aplicaciones, libros recomiendas para mi estudiante? ¿Cómo se está desarrollando mi hijo social y emocionalmente? Los estudiantes se ven muy afectados por sus interacciones sociales con los estudiantes y el desarrollo emocional. Los padres pueden ayudar manteniéndose informados y fomentando relaciones saludables. ¿Cuándo podemos vernos otra vez? Muestre a la maestra de su hijo que está invirtiendo. Programe una reunión de seguimiento. Proporcione toda la información de contacto actual. Asegúrate de tener la mejor manera y el mejor momento para contactar al maestro de tu hijo.

¿Qué deberían esperar los padres de una Conferencia de Padres y Maestros?

Las cosas que un padre debe esperar incluyen las siguientes: Los padres pueden llegar al grano en las conferencias. Estos a menudo están programados de forma consecutiva y todo dentro de un par de días. Sabiendo esto, es crucial que los padres estén listos y preparados para las conferencias. Esté preparado para recibir e implementar pasos de acciones de inmediato. Si un maestro comparte consejos, pruébalos y contáctalos dentro de la semana para que sepan cómo van y para ver si han visto un impacto en la escuela. Esto será alentador para usted, su hijo y el maestro de su hijo.

¿Algo más que quisieras compartir con los padres?

Las conferencias entre padres y maestros pueden ser fructíferas de muchas maneras. Además de proporcionar herramientas y recursos para usted como padre, es un momento clave para alentar y ministrar al maestro de su hijo. Recuerde que los maestros necesitan gracia. Demuéstrales que son apreciados. Una nota escrita a mano, una pequeña ficha, o un agradecimiento sincero puede recorrer un largo camino.

Gus Reyes es el Director de Operaciones de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano.

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