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26 millones de estadounidenses dejaron de leer la Biblia regularmente durante la pandemia

El fuerte descenso puede estar ligado al confinamiento y a las dificultades para asistir a la iglesia.

Christianity Today June 9, 2022
Dylan Ferreira / Unsplash

Cuando los investigadores de la American Bible Society [Sociedad Bíblica Estadounidense] vieron las estadísticas de las encuestas para el informe State of the Bible 2022, no podían creer los resultados. Los datos reflejaban que casi 26 millones de personas habían mayoritariamente o totalmente dejado de leer la Biblia durante el año anterior.

«Revisamos nuestros cálculos. Volvimos a estudiar nuestras fórmulas y corrimos los números otra vez… y otra vez», escribió John Plake, investigador jefe de la American Bible Society, en su informe de 2022. «Lo que descubrimos fue desconcertante, descorazonador y perturbador» [enlaces en inglés].

En el informe de 2021, casi el 50 por ciento de los estadounidenses dijo que leyeron la Biblia por su cuenta al menos tres o cuatro veces al año. Ese porcentaje se había mantenido más o menos estable desde el 2011.

Pero para 2022, bajó 11 puntos. Ahora solo el 39 por ciento dijo haber leído la Biblia varias veces al año o más. Es el descenso más pronunciado y agudo del que se tiene constancia.

De acuerdo en el doceavo informe anual State of the Bible, no fueron solo los lectores ocasionales de la Biblia quienes casi no levantaron sus Biblias en 2022. Más de 13 millones de los lectores más comprometidos (medición que se hace tomando en consideración la frecuencia, el sentimiento de conexión con Dios y el impacto de la Biblia en sus decisiones diarias) dijeron que leyeron menos la Palabra de Dios.

En este momento solo el 10 por ciento de los estadounidenses indica que leen la Biblia todos los días. Antes de la pandemia era aproximadamente el 14 por ciento.

Plake piensa que el dramático cambio muestra qué tan íntimamente relacionadas están la lectura bíblica (aun cuando esta es individual) y la asistencia a la iglesia. Cuando los servicios regulares fueron interrumpidos por la pandemia y las consecuentes medidas de emergencia en materia sanitaria, esto tuvo un impacto, no solo en los cuerpos corporativos de creyentes, sino también en los individuos en casa.

«El factor de mayor importancia es la COVID-19», le dijo a CT. «Al ir rastreando e indagando para descubrir qué pasó realmente con respecto al estudio de las Escrituras para el informe de 2022, nos dimos cuenta que varios y graves problemas estaban sucediendo en los Estados Unidos en el momento en que se llevó a cabo la encuesta».

La encuesta para el informe State of the Bible recolectó datos en enero de 2022, cuando el número de contagios por la variante ómicron del coronavirus iba en aumento.

La mayoría de las iglesias permanecieron abiertas y ofrecían la opción adicional de la trasmisión en línea. Solo alrededor del 3 por ciento no se congregaban de manera presencial, de acuerdo con Lifeway Research [enlaces en inglés]. Pero la pandemia tuvo un efecto visible en la asistencia a la iglesia. El Pew Research Center encontró que casi un tercio de quienes asisten regularmente a la iglesia no han regresado a las actividades presenciales. Algunos de ellos participan del servicio en línea, pero otros han desertado por completo.

Al mismo tiempo, hubo un marcado descenso en la lectura bíblica.

Don Whitney, profesor de espiritualidad bíblica en el Southern Baptist Theological Seminary y autor de Spiritual Disciplines for the Christian Life [Disciplinas espirituales para la vida cristiana], piensa que hay una conexión causal. Él declara que aislarse de otros cristianos tiene un impacto «letal» en la lectura privada de la Biblia. Cuando las personas no asisten a la iglesia, no recuerdan las bendiciones de la Escritura y la gran importancia que tienen en sus vidas. Además de que no son animados por otros cristianos a compartir lo que han aprendido en su estudio privado de las Escrituras.

Otro factor importante es que las iglesias son el lugar principal en el que la gente aprende a leer la Biblia.

«Esto es claramente una responsabilidad de la iglesia local», dice Whitney. «La iglesia debería enseñarles».

[La Biblia] es un libro desafiante, e incluso cuando las personas creen en un sentido abstracto que es bueno leerla, eso no significa que saben cómo entender un pasaje en particular o incluso dónde empezar.

«Nunca han leído un libro en su vida que se acerque a la extensión de la Biblia, y como no lo han hecho antes, creen que no pueden hacerlo ahora», declara Whitney. «También podríamos decir: “Agita tus brazos y vuela a la luna”. Creo que tenemos que mostrarles que es posible hacerlo».

De acuerdo con Lifeway Research, incluso las personas que suelen leer la Biblia, con frecuencia no la leen mucho. Solo uno de cada cinco estadounidenses ha leído la Biblia en su totalidad, mientras que uno de cada cuatro nunca ha leído más de unas cuantas oraciones.

«Para la mayoría de las personas, es casi como un libro de referencias», dijo Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research. «Buscan algo cuando ellos o alguien cercano lo necesita. O abren la Biblia al azar y leen la sección que salga».

Él también cree que contar con una comunidad cristiana es decisivo para la lectura bíblica.

«Jesucristo nos invitó a seguirlo, y esa es una decisión que debemos hacer individualmente. Pero Él determinó que deberíamos seguirlo en comunidad con otros creyentes», declaró. «Muchas personas se están perdiendo el reforzamiento mutuo que solo puede llevarse a cabo de manera semanal».

Pero incluso cuando la lectura de la Biblia descendió dramáticamente en 2022, todavía hay un gran interés en la Biblia por parte de aquellos que nunca, raramente o solo a veces la leen. De acuerdo al informe State of the Bible, un tercio de quienes nunca leen la Biblia dicen que sienten alta o muy alta curiosidad con respecto a ella. Muchos de ellos, dijo Plake, se volverán a las Escrituras en sus momentos de necesidad.

«Lo que encontramos es que mucha gente, cuando pasan por un momento o circunstancia difícil, se preguntan: “¿La Biblia tiene algo para mí? ¿Puede ayudarme a atravesar este problema?”», mencionó. «Ellos comienzan a echar un vistazo y a explorar las Escrituras. Eso les abre todo un mundo nuevo de la Palabra y de la relación de Dios con su pueblo».

Hay evidencia de que esto sigue sucediendo, incluso en 2022. El número de personas descargando aplicaciones que contienen la Biblia está creciendo, y nuevas aplicaciones están entrando al mercado, algunas con promesas de ayudar a los usuarios a desarrollar el hábito de la adoración diaria. Dos pódcasts de la Biblia se encontraron entre los más populares de Apple al comienzo de este año.

Y las Biblias impresas permanecen como una opción popular.

«Las ventas de todas nuestras traducciones de la Biblia han incrementado este año», dijo Melinda Bouma, vicepresidenta y editora adjunta de Biblias para Zondervan. «Hemos experimentado una alza en las ventas en todas nuestras ediciones».

Esto incluye desde Biblias usadas para estudio personal y devocional, hasta Biblias de regalo, Biblias educativas, y Biblias para evangelismo. De hecho, la industria bíblica crea cada vez más productos especialmente diseñados para quienes no leen la Biblia tanto como quisieran.

«Hemos aprendido que al final del día nuestro trabajo es crear Biblias que faciliten adentrarse a la Palabra de Dios», dijo Bauma. «Creemos que ofrecer varias opciones equipa a los lectores para superar el reto de hacer tiempo para leer la Biblia».

Los cristianos pueden percibir como desalentadores los resultados del informe State of the Bible, dijo Plake. Pero la disminución en la lectura bíblica no es inevitable ni irreversible. Y si está conectada a la asistencia a la iglesia y la conexión con la comunidad cristiana, entonces aquellos que se preocupan por conectar a las personas con las Escrituras pueden centrar allí sus esfuerzos.

«Hay muchas cosas que no están bien. Pero cuando no están bien, ¿Cómo respondemos? Ese es el asunto crítico para la iglesia», dijo Plake.

«Estoy seguro de que podremos cambiar el rumbo del compromiso de las personas con las Escrituras… pero eso solo ocurrirá si nos unimos y decimos que vamos a servir a nuestras comunidades con la esperanza que encontramos en la Palabra de Dios».

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Theology

Orgías, cocaína y el peligro de los pecados aburridos

Las tentaciones carnales no tienen que ser estrafalarias para ser dañinas.

Christianity Today June 9, 2022
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: Akiyoko / Assalve / Getty

Este artículo fue adaptado del boletín de Russell Moore. Suscríbase aquí. [Los enlaces redirigen a contenido en inglés].

«Nunca nadie me ha invitado a una fiesta de cocaína, ni a una orgía, y llevo años trabajando en Washington».

Nunca creí que diría esas palabras, pero lo hice hace poco cuando un joven cristiano me preguntó, a modo de secreto, si era cierto que los miembros del Congreso inhalan cocaína y organizan fiestas de sexo. Lo miré desconcertado durante un par de segundos, y me pregunté si este joven sabía que el Congreso se parece más a una noche de bingo para adultos mayores que a una alocada fiesta universitaria.

Respondí que nunca había escuchado que eso sucediera, pero que cabía la posibilidad de que tal vez yo nunca haya sido invitado. Después de todo, no creo que la gente invite a pastores bautistas a una fiesta bacanal animada por la cocaína.

A finales de marzo, el representante de Carolina del Norte en el Congreso, Madison Cawthorn, relató que personas por las que alguna vez sintió respeto lo habían invitado a hacer tales cosas, y declaró que la serie House of Cards era una representación precisa de la vida en el Congreso. Su controversial declaración fue refutada en breve por el líder de la Minoría de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy y otros más [enlaces en inglés].

En lo personal, no recuerdo haber escuchado a alguien que trabaje en el gobierno describir la situación en esos términos. Sin embargo, sé que la mayoría de las personas —sobre todo los cristianos— asumen que cualquier lugar que tenga muchos no cristianos con gran poder lucirá de esa forma.

En mi opinión, una de las razones para esto es que a menudo no entendemos qué tan aburrido es el camino que lleva al pecado.

La Biblia no hace mención explícita de la cocaína, pero sí habla de orgías en varias ocasiones. El apóstol Pablo le advirtió a la iglesia de Roma que se alejara de «orgías y borracheras… inmoralidad sexual y libertinaje», siguiendo con la misma advertencia sobre «disensiones y envidias» (Romanos 13:13, NVI). Ambos, escribe el apóstol, son manifestaciones de los «deseos de la carne» (v.14).

Al contrastar los «deseos de la carne» con los «frutos del Espíritu» en Gálatas 5, Pablo no solo nos advierte con respecto a pecados como borracheras, orgías y brujería, sino también —y en la misma lista— de deseos carnales más «respetables» y «aburridos» como «celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia» (vv. 20-21).

En ningún otro lugar he visto que los celos y la envidia se coloquen en la misma categoría que las «orgías y cosas semejantes a éstas». Cuando escuchamos «la carne», tendemos a pensar en rebeliones dramáticas, de las que son gran material para el chisme, no de las que son sosas y que consideramos inocuas como los celos y la envidia.

En muchos casos, el pecado sí se expresa de manera desenfrenada y escandalosa, pero más a menudo se deja ver en formas más discretas y fácilmente justificables de «caminar en la carne».

¿Washington de verdad tiene fiestas llenas de drogas y sexo? Muy probablemente menos de las que tú piensas. ¿Washington está repleto de los pecados de la carne? Por supuesto.

Sin embargo, esto se muestra más a menudo en burócratas que beben a solas en sus oficinas a altas horas de la noche que en quienes asisten a fiestas salvajes. Es más notable en gente que se muere por la validación externa de ganar una elección, o de obtener un encabezado en los medios, que en quienes buscan placeres sacados de la corte de Calígula.

En muy contadas ocasiones son quienes quieren defender su derecho a salir de fiesta los que enfrentan las tentaciones más fuertes en Washington; antes bien, estas tentaciones son para aquellos que quizás se unieron a la política porque nunca fueron invitados a las fiestas del bachillerato y la universidad.

La mayor parte de las tentaciones en el Capitolio consisten en mentir para socavar a un «enemigo» partidista o en alimentar a fuego lento el resentimiento por no ser tan destacado como otro político o burócrata. En otras palabras, las tentaciones típicas no son tan deslumbrantes y obviamente transgresoras; más bien son tristes y solitarias.

Incluso cuando hablamos del trabajo ordinario en Washington, la mayoría espera que el mayor problema sea la hipocresía: llamar en público «buen amigo» a alguien a quien odian en privado. De hecho, ese es un problema mayor entre miembros del mismo partido o tribus ideológicas que entre quienes pertenecen a partidos opuestos.

Es lo que Freud llamó «el narcisismo de las pequeñas diferencias»: muchas personas tienen un resentimiento más fuerte contra los que se parecen más a ellos, contra aquellos a quienes perciben como rivales, que contra las personas a quienes denuncian en televisión o en correos electrónicos de recaudación de fondos.

De hecho, el gran secreto en Washington es que a menudo hay personas que realmente se caen muy bien, pero deben mantener las apariencias y no pueden ser vistos saludándose o riéndose juntos en público. En un Estados Unidos tribalizado, ese tipo de conexiones humanas básicas lucen como deslealtad, de tal manera que lo que termina por ser una puesta en escena no es solo la «unidad» partidista, sino también su divisiva hostilidad hacia el bando contrario.

A veces, los prejuicios brutales y dramáticos sobre el pecado de otras personas puede llevar a terribles consecuencias. Aquellos quienes inician las teorías de conspiración sobre redes de políticos pedófilos y adoradores de Satanás saben bien que son mentiras. Pero las difunden entre quienes no lo saben y eso ha llevado a amenazas de violencia muy reales.

Otras veces, el resultado es más sútil: una erosión de la verdad que lleva a todavía más cinismo, y a la desconexión entre autoridad y poder.

Pero incluso entre los casos más benignos, los cristianos podemos errar al asumir que la línea entre el Espíritu y la carne es siempre dramática y obvia, cuando en la mayoría de los casos es mucho más sutil. Esto sucede tanto en la iglesia como en el mundo, si no es que más. La misma Biblia lo dice. En un momento, el pecado dentro de la iglesia de Corinto fue descrito como uno tan grave que «ni siquiera entre los paganos se tolera» (1 Corintios 5:1).

Si no vemos esta realidad, seremos sacudidos, no por el pecado evidente que se practica en el mundo, sino por gente que no luce como supervillanos y que quiere de todo corazón hacer lo bueno mientras cede ante los deseos de la carne.

Y seremos sacudidos cuando, los que nos dicen que debemos adscribirnos a una determinada visión «cristiana» del mundo para poder resistir a los bárbaros de fuera, salgan a la luz como personas llenas de envidia, rivalidad, celos e ira… y a veces también, de orgías y cocaína.

Russell Moore lidera el proyecto Public Theology en Christianity Today.

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Theology

¿En verdad todo sucede por una razón?

Cuando tuve cáncer y bien pude haberme sentido abandonada por Dios, experimenté lo que San Agustín llamó «la dulzura».

Christianity Today June 7, 2022
Sofia Bagdasarian / EyeEm / Getty Images

Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 6 de febrero de 2018.

Estoy en la oficina, manteniendo el ritmo en la caminadora mientras trabajo en el escritorio que instalé en ella, y hojeando mi última investigación, cuando suena el teléfono. «Hola, habla Kate». Me llama Jan, del consultorio del médico. Tiene un pequeño discurso preparado, pero mi cabeza está en otro lado. Puedo oír lo que está diciendo, pero no puedo comprender las palabras. No es mi vesícula biliar, eso lo puedo entender. Pero ahora está en todas partes. «¿Qué es lo que está en todas partes?», pregunto. «Cáncer». Escucho el zumbido del teléfono. «Señora Bowler».

El tratamiento en el centro Emory comienza a finales de octubre. Me siento cansada la mayor parte del tiempo, pero aun así algo me motiva a documentar cada detalle y exprimir cada segundo porque el tiempo es valioso. Comienzo a escribir. Mientras estoy acostada en la cama, sentada en las sillas de quimioterapia o en las salas de espera, intento decir algo acerca de lo que significa morir en un mundo donde se dice que todo sucede por una razón. Cada vez que tengo un momento esclarecedor de duelo, lo anoto.

Y entonces, en un arrebato, lo envío a The New York Times, sin pensar demasiado en si es lo suficientemente bueno, sino porque me he contagiado de la urgencia de la muerte. Entonces uno de sus editores lo lee y lo coloca en la primera página del especial dominical [enlaces en inglés]. Millones de personas lo leen. Miles lo comparten y comienzan a escribirme. Y la mayoría comienza con las mismas palabras: «Tengo miedo».

Yo también, yo también.

«Tengo miedo de perder a mis padres», escribe un joven. «Sé que puedo perderlos pronto en el futuro, y no puedo soportar pensar en eso». «Tengo miedo por mi hijo», dice un padre de Arkansas. «A los 44 años le diagnosticaron un tumor cerebral, algo que habría sido devastador en sí mismo, si no fuera porque ya perdimos a su hermano gemelo por la misma enfermedad hace unos años».

Estas cartas entonan sus mensajes con un amor indecible frente a las puertas de la Gran Separación. No te vayas, no te vayas, eres un ancla en mi vida. Se siente como si el mundo se hubiera partido en dos y no dejara de sangrar. Recibo cientos de correos, cartas, imágenes y videos que llenan mi bandeja de correo electrónico, así como mi buzón físico en el campus de la universidad. Muchas personas a quienes no conozco vuelcan su furia en cada una de las fases de su propio duelo. La depresión se asienta sobre las páginas como una neblina.

Un joven escribe: «Supongo que estaba esperando que Dios le diera sentido a todo esto. Pero no pasó nada». El vacío es profundo, no tiene fin. Y es un hecho despiadado que algunas personas tengan el derecho de mirarme a los ojos y decirme: «Eres afortunada». Una joven me explicó amablemente que el cáncer le arrebató la fertilidad solo unos meses antes de conocer al amor de su vida. Si logra deshacerse de la enfermedad, aunque sea un poco, intentará adoptar. «Abraza fuerte a tu hijo; eres muy afortunada por tenerlo».

Hay muchísima negación, y muchísimos tratos que la gente intenta negociar con Dios. «Soy ateo, pero dejé mis creencias a un lado y le rogué a Dios que le quitara el cáncer a mi hijo y que me lo pusiera a mí».

Muchas personas me escriben como si fueran mi familia. «Como padre, lo siento muchísimo». «Soy madre y desearía poder darte un abrazo ahora mismo». Quieren consolarme, pero sus experiencias les enseñaron que la vida nunca es justa. «Quiero que sepa cuánto estoy orando por usted y cuán agradecida estoy por su fe. Siento mucho que debamos decir, como Job: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré (RVR60)”».

Sí, sí, sí. Aun así, en él esperaré. Ya no estoy segura de saber qué significa la palabra «esperar». Sin embargo, hay momentos en los que me doy cuenta de que se parece mucho al amor.

Mi bandeja de correo electrónico está llena de mensajes de desconocidos dándome razones. Sin embargo, la mayoría de aquellos con los que me encuentro se mueren por tratar de darme certeza. Quieren que sepa, sin duda alguna, que hay una lógica oculta detrás de todo este aparente caos. Incluso mientras todavía me encontraba en el hospital, una vecina se acercó a nuestra puerta y le dijo a mi esposo que todo sucedía por alguna razón. «Me encantaría escucharla», replicó él. «¿Disculpe?», dijo ella, confundida. «La razón por la que mi esposa se está muriendo», dijo él, con ese modo tan agridulce que tiene, terminando de golpe la conversación mientras la vecina tartamudeaba y le entregaba un guisado.

No obstante, las cartas que realmente me conmueven no son las que hablan acerca de por qué morimos, sino las que hablan de quién estuvo ahí. En una carta, un hombre me cuenta sobre una ocasión en la que él y su familia fueron tomados como rehenes, y presenció con impotencia cómo los intrusos le ponían un arma en la cabeza a sus hijos mientras amenazaban a su mujer y a su hija con violarlas. Sin embargo, Dios estuvo ahí y él no puede explicarlo. No puede explicar quién soltó las cuerdas y lo dejó escapar junto con toda su familia sin siquiera un rasguño. Nunca comprenderá por qué sobrevivió, mientras que su vecino fue encontrado afuera colgando de una soga a la mañana siguiente.

El escritor de esa carta no intenta encontrar una explicación racional sobre por qué algunas personas son rescatadas y otras son ahorcadas, y pone en duda la idea de que Dios «redime» las situaciones sacando cosas buenas de todo lo malo que ocurre. Sin embargo, sí sabe que Dios estaba allí porque sintió paz, una paz indescriptible, y eso lo cambió para siempre. Termina la carta sin ofrecerme una solución: «No tengo ni idea de cómo funciona, pero deseo esto para usted mientras pasa por esta situación».

Su descripción encaja con un artículo que leí recientemente en el periódico, que resumía los descubrimientos de la Fundación para la Investigación de Experiencias Cercanas a la Muerte (NDERF, por sus siglas en inglés) y, sí, tal cosa existe. Esta organización ha entrevistado a miles de personas sobre sus experiencas cercanas a la muerte en toda clase de situaciones —en accidentes de auto, al dar a luz, en intentos de suicidio, entre otros—, y muchos describen la misma cosa extraña: amor.

Estoy segura de que habría ignorado el artículo si no me hubiera recordado a algo que me ocurrió a mí, algo que me parecía incómodo compartir con nadie. Me parecía demasiado extraño y simplista decir que sabía que era cierto… que cuando tuve por seguro que iba a morir, no me sentí enfadada. Me sentí amada.

En aquellos primeros días después de mi diagnóstico, cuando estaba en el hospital, no podía ver a mi hijo, no podía salir de la cama, no podía asegurar que viviría un año más. Pero sentí como si hubiera descubierto una especie de secreto acerca de la fe. Incluso en los momentos lúcidos me era difícil explicar con detalle lo que sentía. Solo repetía una cosa: «No quiero volver. No quiero volver».

En un tiempo cuando bien pude haberme sentido abandonada por Dios, no me sentí devastada. Sentía como si estuviera flotando, flotando sobre el amor y las oraciones de todos los que zumbaban a mi alrededor como abejas obreras, trayendo notas, calcetines mullidos, flores, y mantas bordadas con palabras de aliento. Se acercaban como sacerdotes y reflejaban sobre mí el rostro de Jesús. Cuando se sentaban a mi lado, y sostenían mi mano entre las suyas, mi propio sufrimiento parecía revelar el sufrimiento de los demás; un mundo de aquellos que, al igual que yo, se tambalean entre los escombros de los sueños que pensaban que merecían, y los planes que no se dieron cuenta que habían trazado.

Ese sentimiento permaneció en mí durante meses. De hecho, llegué a acostumbrarme tanto a esa sensación de estar flotando que comencé a sentir pánico ante la posibilidad de perderla. Así que empecé a preguntarle a amigos, teólogos, historiadores y pastores que conocía, y a monjas que me agradaban: «¿Qué voy a hacer cuando esta sensación se vaya?».

Y sabían exactamente a lo que me refería porque, o bien lo habían experimentado ellos mismos, o habían leído sobre ello en las grandes obras de teología cristiana. San Agustín lo llamaba «la dulzura». Santo Tomás de Aquino lo llamó de un modo más místico: «la luz profética». Pero todos dijeron que sí, que se marcharía. En algún momento, los sentimientos se disiparían. La sensación de contar con la presencia de Dios se iría. No habría una prueba duradera de la existencia de Dios. No habría una fórmula que me dijera cómo hacerla regresar. Sin embargo, me ofrecieron una pequeña porción de certeza, y me aferré a ella: cuando los sentimientos retrocedan como las mareas del océano, dejarán una huella. De alguna manera, yo quedaría marcada por la presencia de un Dios impredecible.

Esto no demuestra nada. Tampoco da razones para jactarse. Es simplemente un don. No puedo responder a los miles de correos compartiendo mi propio plan de cinco pasos para la salud espiritual, o alguna serie o fórmula poderosa que garantice resultados. Supongo que soy como aquel hombre que me escribió para contarme que había visto a un amigo colgado de un árbol y sintió la presencia de Dios en esa misma larga y oscura noche. Sí. Ese es el Dios en el que creo.

No puedo conectar el modo en que el mundo se ve sacudido tanto por sucesos que son maravillosos y preciosos, y al mismo tiempo por otros que son terribles y trágicos. Aun así, estoy comenzando a creer que estos opuestos no se cancelan mutuamente. Veo a una mujer de mediana edad en la sala de espera de una clínica de tratamiento para el cáncer, con los brazos alrededor del frágil cuerpecito de su hijo. Ella lo sujeta con fuerza, ignorando el modo tímido en que él la observa. Un minuto después él se ríe, rehén de su amor impasible.

El gozo persiste de algún modo y yo me sumerjo en él. El horror del cáncer ha hecho que todo parezca pintado de colores vivos. Mi mente repite los mismos pensamientos una y otra vez: la vida es muy hermosa. La vida es muy dura.

¿Qué pasaría si los cristianos abandonaran esa pequeña pieza del sueño americano que dice: «No tienes límites»? No todo es posible. El poderoso reino de Dios aún no está aquí. ¿Qué pasaría si nuestra definición de ser rico no incluyera tener mucho dinero, y si nuestra definición de ser completo y pleno no significara ser sanado? ¿Qué pasaría si ser el pueblo «del evangelio» significara simplemente que somos personas que portan buenas nuevas? Dios está aquí. Somos amados. Eso es suficiente.

Kate Bowler es profesora adjunta en la Facultad de Divinidad de la Universidad Duke, autora de Blessed: A History of the American Prosperity Gospel y presentadora de Everything Happens, un pódcast que plantea conversaciones honestas sobre los desafíos más difíciles de la vida. Vive en Carolina del Norte con su esposo y su hijo.

Este extracto está adaptado del libro Everything Happens for a Reason: And Other Lies I’ve Loved [Todo sucede por una razón, y otras mentiras que he amado] de Kate Bowler. Copyright © 2018 por Kate Bowler. Publicado por Random House, un sello editorial y división de Penguin Random House LLC. Todos los derechos reservados.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Sofía Castillo y Livia Giselle Seidel.

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Ideas

Una iglesia cubana destruida se encuentra en un lugar privilegiado para el turismo

Devastada tras la explosión de un hotel de La Habana, la histórica iglesia bautista El Calvario —al igual que muchas otras congregaciones de la isla— se enfrentará a una larga batalla con el gobierno para restaurar su edificio.

Un miembro de la Cruz Roja de Cuba toma fotografías dentro de la iglesia bautista El Calvario, que fue dañada por una explosión que devastó el Hotel Saratoga en La Habana Vieja, Cuba, el 6 de mayo de 2022.

Un miembro de la Cruz Roja de Cuba toma fotografías dentro de la iglesia bautista El Calvario, que fue dañada por una explosión que devastó el Hotel Saratoga en La Habana Vieja, Cuba, el 6 de mayo de 2022.

Christianity Today June 2, 2022
Ramon Espinosa / AP Images

El viernes 6 de mayo, una explosión sacudió una esquina muy transitada en La Habana Vieja. El casi centenario Hotel Saratoga, que había pasado por extensas renovaciones y que según los planes reabriría sus puertas la semana siguiente, quedó en ruinas.

La cobertura de los medios de comunicación se centró en el emblemático hotel, y las imágenes de los enormes daños ocasionados al edificio, así como a autobuses y otros vehículos que circulaban por la calle frente a él dieron la vuelta al mundo. Una semana más tarde, el número definitivo de muertos por la explosión ascendió a 45, entre los que había niños, ancianos y una mujer embarazada. Más de 100 personas fueron hospitalizadas por lesiones. Las autoridades atribuyeron la causa de la explosión a la ignición accidental de gas líquido.

Los funcionarios del gobierno y la cobertura de los medios de comunicación estatales se centraron en gran medida en el hotel, que es propiedad de una empresa turística perteneciente al ejército cubano, aunque también mencionaron daños en los edificios circundantes, entre ellos una escuela y algunos edificios de departamentos [enlaces en inglés].

Sin embargo, algo que permaneció ausente en toda la cobertura de los medios de comunicación gubernamentales fue el daño devastador que sufrió la iglesia bautista El Calvario —que comparte una pared con el Hotel Saratoga—, así como la destrucción total de la casa de una pareja de líderes bautistas retirados, que se encontraba entre la iglesia y el hotel.

La iglesia bautista El Calvario es uno de los edificios religiosos de mayor importancia histórica en la isla. La iglesia, establecida a finales de la década de 1870 en el lugar donde antes había un circo, fue la primera iglesia bautista de lo que más tarde sería la Convención Bautista de Cuba Occidental. Además del santuario, los edificios de la iglesia albergan oficinas administrativas de la denominación.

En el momento de la explosión, 18 personas, entre ellas tres niños pequeños, se encontraban dentro de las instalaciones de la iglesia. Milagrosamente, a pesar del derrumbe de la cúpula del santuario y de algunos edificios administrativos, nadie resultó herido. Los supervivientes lograron encontrarse y ayudarse mutuamente a salir del edificio para ponerse a salvo. La pareja de ancianos estaba fuera de la casa cuando se produjo la explosión.

Jorge Luis Iriarte trabaja como cocinero en la iglesia bautista El Calvario y estaba allí con su hijo cuando ocurrió la explosión. Compartió su creencia de que se había producido un milagro y señaló que las vidas de muchos de los trabajadores de la iglesia y de los niños se salvaron porque, por diversas razones, en el momento de la explosión no estaban donde se suponía que debían estar.

«Ya afuera vimos realmente lo que había pasado», dijo en una declaración escrita. «El hotel perdió casi tres pisos y el costado, que colinda con la iglesia, se desplomó, destruyendo todo lo que había a su paso, [como] el baño, la casa pastoral, las aulas laterales, oficinas y el techo del templo».

El Hotel Saratoga en La Habana Vieja, Cuba, tras la explosión del 6 de mayo de 2022.Cortesía del reverendo Abel Peréz Hernández.
El Hotel Saratoga en La Habana Vieja, Cuba, tras la explosión del 6 de mayo de 2022.

Quedan muchos interrogantes sobre lo que sucederá tras el incidente. El gobierno cubano controla los servicios de gas, y el ejército es el propietario del hotel en el cual se produjo la explosión. Estos hechos parecerían indicar que el gobierno debería asumir la responsabilidad de todos los daños y de resarcir a los afectados. Sin embargo, parece muy poco probable que esto suceda.

El gobierno ha dicho que se está evaluando el futuro del edificio del Hotel Saratoga. Dado que la propiedad pertenece al ejército cubano y está situada en uno de los inmuebles más codiciados de la isla, es probable que el gobierno, en colaboración con empresas privadas, invierta para garantizar que el edificio siga prestando servicio a los turistas y aportando ingresos de una u otra forma. El turismo es una de las principales fuentes de ingreso para el ejército y el gobierno cubanos, y sería sorprendente que dejaran perder el hotel, a pesar de lo costosa que será su reconstrucción.

El futuro de la iglesia es más complicado.

El gobierno tiene un largo historial de dificultar a los grupos religiosos la reparación de sus edificios —incluso cuando estos han logrado obtener materiales de construcción a pesar de la escasez crónica en la isla—, puesto que niegan los permisos, o no responden a las solicitudes presentadas para obtener los permisos requeridos.

La iglesia bautista El Calvario también se encuentra en el centro de la lucrativa industria turística de Cuba, en una zona privilegiada de La Habana Vieja. Los residentes de la zona informan de que se les han acercado personas que se presentaron como empresarios y que les han ofrecido comprarles sus casas.

Y aunque la Convención Bautista de Cuba Occidental es una asociación religiosa histórica y legalmente registrada, no forma parte del Consejo de Iglesias de Cuba, que es la organización que cuenta con el apoyo del gobierno. En los últimos años, los dirigentes de la Convención han sido objeto de ataques por parte del gobierno debido a su participación en iniciativas que promueven la unidad interconfesional, así como por sus críticas públicas a las políticas gubernamentales.

Para emprender la reconstrucción, la iglesia bautista El Calvario y toda la denominación se enfrentarán a una ardua batalla. Considerando experiencias anteriores, pueden esperar falta de apoyo, si no una obstrucción activa, por parte del gobierno.

La reconstrucción y restauración de la iglesia histórica y de la sede de la denominación tendrá un costo prohibitivo y requerirá materiales que son difíciles, si no imposibles, de encontrar en la isla. Incluso si grupos extranjeros intentan ayudar con donaciones financieras y materiales, necesitarán permisos para permitir la entrada de fondos y bienes en la isla. Si lo consiguen, necesitarán permisos adicionales del gobierno para las obras de reparación en sí.

Cada paso dependerá del apoyo y la cooperación del gobierno.

Los cristianos cubanos han expresado su preocupación a CSW (anteriormente conocida como Solidaridad Cristiana Mundial), y señalaron que es posible que el gobierno vea la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro. Tan solo con no conceder los permisos, o con alargar el proceso hasta el punto en que la restauración de los edificios históricos ya no sea viable, el gobierno tiene en sus manos el poder para obligar a un grupo religioso que considera una espina en su costado a renunciar a un sitio de profunda importancia histórica y simbólica para los protestantes cubanos. De esta forma, podría apropiarse del terreno y convertirlo en otra empresa que genere ingresos para los militares a través de la industria turística.

La iglesia bautista El Calvario después de la explosión.Cortesía del reverendo Abel Peréz Hernández.
La iglesia bautista El Calvario después de la explosión.

«El edificio es [considerado como un patrimonio nacional de Cuba], con un diseño posiblemente inglés. [Esto] significa que las modificaciones las aprueba el gobierno. [Es obligatorio] mantener la fachada. Tendrán que transformarlo y por dentro hacerlo más moderno», dijo a CSW un experto jurídico residente en La Habana, que pidió que su nombre no sea revelado. «Será muy caro de todas formas. El gobierno apoya la restauración de edificios de la Habana Vieja que se consideran patrimoniales, pero a las iglesias no les ayudan. Les permiten que arreglan con sus propios recursos y donaciones».

La Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos (OAAR) del Comité Central del Partido Comunista de Cuba es la encargada de aprobar los permisos que se otorgan a los grupos religiosos para cualquier obra, desde la simple reparación en un tejado, hasta la instalación de baños o la remodelación de edificios existentes. La OAAR ha utilizado durante mucho tiempo la concesión de permisos como una forma de ejercer presión, puesto que en muchos casos recompensa a grupos considerados simpatizantes del gobierno con permisos, mientras que deniega permisos, o simplemente no responde a las solicitudes de aquellos grupos religiosos que no muestran su apoyo o son hostiles.

Por ejemplo, en 2010, cuando los dirigentes de la Iglesia Bautista La Trinidad en Santa Clara (que también forma parte de la Convención Bautista de Cuba Occidental) se negaron a prohibir a los familiares de los presos políticos que asistieran a la histórica iglesia, el gobierno congeló la cuenta bancaria de la iglesia, impidiéndole acceder a la ayuda que había sido donada desde el extranjero para realizar reparaciones importantes en el tejado de la iglesia.

En otro caso, la Iglesia Bautista El Cristo, construida originalmente en 1901, que pertenece a la Convención Bautista de Cuba Oriental (también registrada, pero que no forma parte del Consejo de Iglesias de Cuba), esperó 20 años para recibir respuesta a una solicitud de 1996 para realizar reparaciones vitales en el techo de la iglesia. Mientras tanto, el edificio se infestó de murciélagos y se volvió tan peligroso que en 2005 el Ministerio de Salud lo cerró. Los miembros de la iglesia se vieron obligados a reunirse en una estructura improvisada construida a un costado de la iglesia; dicha estructura no estaba permitida y, por tanto, era técnicamente ilegal. No fue sino hasta 2016, después de que un huracán devastara la zona, que el gobierno expidió permisos para que la iglesia pudiera hacer reparaciones, al igual que otros edificios de la zona, y le permitió recibir donaciones del extranjero para reconstruirla. Lamentablemente, el pastor de la iglesia, que luchó durante más de una década para reparar el templo, falleció antes de su restauración.

Hay cientos de historias similares. En el caso de la iglesia bautista El Calvario, su singular ubicación en un terreno de gran valor y de gran interés financiero para el ejército hace que las posibilidades de que la denominación reciba un trato justo sean aún más inciertas.

El experto legal expresó su esperanza de que la denominación se mantenga firme.

«Pero debemos insistir en no perder la ubicación. El lugar es lo que tiene más valor. La iglesia no debe ceder el lugar, ni cambiarlo por otro. [El gobierno quiere convertir] toda esa zona… en hoteles. Esperan que se caiga, para que [la denominación] tenga que salir y [puedan empezar] a levantar un hotel».

La vigilancia y la defensa, tanto dentro como fuera de Cuba, serán vitales. Es muy poco probable que el gobierno cubano acepte la responsabilidad por la destrucción causada por la explosión e indemnice a los afectados (con excepción de los suyos). Aquellos que se preocupan por la libertad de religión o de creencias en Cuba no pueden permanecer al margen. A medida que la Convención Bautista de Cuba Occidental consiga fondos y materiales de sus homólogos y simpatizantes en el extranjero, nuestra ayuda será necesaria para seguir de cerca el proceso. Debemos presionar al gobierno para asegurar que las autoridades emitan rápidamente los permisos para las amplias y urgentes reparaciones y restauraciones necesarias para asegurar que la iglesia bautista El Calvario continúe sirviendo a los cristianos en Cuba, desde su estratégica ubicación, en las próximas décadas.

Mientras tanto, algunos de los afectados directamente por la explosión siguen encontrando motivos para dar gracias. El pastor de avanzada edad cuya casa fue destruida a causa de la explosión dijo a CSW: «A la iglesia El Calvario le han concedido dos domingos seguidos reunirse en lugares públicos, algo que no hemos podido realizar en más de 60 años. Dios está en control».

Anna-Lee Stangl es jefa de defensa y líder del equipo de las Américas de CSW.

Speaking Out es una columna de opinión para invitados de Christianity Today y, a diferencia de un editorial, no representa necesariamente la opinión de la publicación.

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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15 oraciones por un mundo violento

En tiempos de tanta opresión a causa del sufrimiento, ¿cómo podemos orar?

Christianity Today May 30, 2022
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons

Como padre de dos niños en educación primaria, la noticia del tiroteo masivo que tuvo lugar el 24 de mayo en Uvalde, Texas —a solo tres horas al sur de donde vivo en Austin, y que provocó la muerte de 19 niños y 2 maestras— me impactó profundamente.

La mañana después del tiroteo, mientras llevaba a mi hija a la escuela, sentí profundamente la fragilidad e imprevisibilidad de la vida, y me di cuenta de que sentía un miedo intenso y un enojo creciente.

Solo 10 días antes del tiroteo en Uvalde, un joven de 18 años impulsado por motivos raciales, vestido con chaleco antibalas y con un rifle con un cargador de gran capacidad, disparó y mató a 10 personas en un supermercado de Buffalo, e hirió a otras tres. Once de las trece víctimas eran de raza negra.

Un día después del tiroteo masivo en una tienda Tops Friendly Markets en el norte del estado de Nueva York, un hombre armado entró en la iglesia Geneva Presbyterian Church, en Laguna Woods, California —donde un grupo de feligreses se había reunido para un almuerzo en honor al expastor de una congregación taiwanesa que hace uso del edificio de la iglesia para sus reuniones—, disparó, mató a una persona e hirió a otras cinco.

Una nación bombardea a otra, una denominación encubre una lista secreta de pastores abusivos, un hombre es señalado por el color de su piel, una cristiana es perseguida a causa de su fe, y miles de personas son desplazadas sin piedad de sus hogares, todo ello con una pandemia mundial como telón de fondo.

Es tentador cerrarse emocionalmente ante toda esta violencia. Es tentador ceder ante la desesperanza. «El mundo es así», podríamos decir, deseando que fuera diferente, pero sintiéndonos impotentes para cambiar las cosas. Es tentador mantenernos distraídos con nuestro trabajo o recurrir a frases espirituales trilladas para adormecer el dolor. «Deja de hacer y deja a Dios hacer». «Dios obra de maneras misteriosas». «El cielo es nuestro verdadero hogar».

Sin embargo, nuestro mundo es violento y la Biblia no nos permite ignorar su violencia ni minimizarla con eslóganes teológicos elegantes. Nos ordena que encaremos a nuestro mundo de frente, juntos, y que, cuando sea necesario, descarguemos nuestra rabia delante de Dios. La Biblia nos invita a enojarnos con Dios, porque Él puede soportar la expresión abierta de toda nuestra rabia, así como nuestras lágrimas amargas. Y esas palabras deben ser expresadas en voz alta, porque en parte es así como evitamos que el caos de la violencia haga raíces en nuestros propios corazones.

Como escribo en mi libro sobre los Salmos [enlaces en inglés], no hay ninguna oración fiel en el libro oficial de culto de Israel, el Salterio, que trivialice el mal, ni hay ninguna fe genuina que ignore los poderes destructivos del pecado, ni ningún testimonio verdadero que haga caso omiso de la violencia en nuestro mundo. Por esta razón, acudimos a los salmos para que nos guíen en tiempos como estos, ya que nos muestran lo que podemos —y, de hecho, lo que debemos— orar en un mundo violento.

Pero queda una pregunta: ¿Cómo exactamente hemos de orar después de tanta violencia? ¿Qué palabras de lamento podemos poner en nuestros labios que den sentido a lo que no tiene ningún sentido? ¿A qué podría decir «amén» todo el pueblo de Dios a la luz del poder corrosivo del odio que permite al prójimo matar irracionalmente a su prójimo? ¿Qué puede decirle a Dios un pueblo que se siente agotado y desanimado en un momento como este?

Por supuesto, estas preguntas no son fáciles de responder, pero en los últimos dos años he intentado encontrar las palabras para estas cuestiones en forma de Oraciones Colectas, con la esperanza de que puedan resultar útiles, y tal vez reconfortantes, para aquellos que, de una u otra forma, se enfrentan a los terrores y traumas provocados por hechos violentos. Que el Señor, en su misericordia, escuche nuestras oraciones.

Una oración de enojo:

Al Dios cuya santa ira trae sanidad; Al Mesías cuya justa ira vence el mal; Al Espíritu Santo que impide que nuestra ira se vuelva destructiva: Recibe nuestros corazones heridos; Toma nuestras palabras iracundas; Protégenos del deseo de venganza. Que nuestra ira justa se convierta en el motor de la justicia en nuestro mundo quebrantado, así como de la restauración de las relaciones rotas en nuestros barrios y hogares. Por amor de tu nombre —y por amor a nosotros mismos— te lo pedimos. Amén.

Una oración después de un tiroteo masivo:

Oh Señor, que aborreces a los que asesinan a los inocentes, no hagas oídos sordos a nuestros clamores de amargura, te lo pedimos, y no nos dejes solos con nuestro dolor en este día. Escucha nuestras furiosas palabras de protesta. ¡Oh Dios de Jacob, atiende nuestros gemidos por justicia y sal a nuestro encuentro en este lugar humilde y desesperado! ¡Despierta, Señor! ¡Levántate! ¡Líbranos del mal, por amor de tu nombre! Rogamos esto para que seamos testigos de tu fuerza para salvar y de tu poder para sanar. Te lo pedimos en el nombre de quien es nuestra Fortaleza y Refugio. Amén.

Una oración de amargo lamento:

Dios misericordioso, que lloras con los que lloran, que rescatas a los oprimidos, que inclinas tu oído a los necesitados y que sanas los corazones quebrantados: escucha nuestra oración. Pon fin a nuestra angustia. Preserva nuestras vidas. Rescátanos. Sánanos. Acércate a nosotros en este día. Oramos en el nombre de Jesús, varón de dolores, experimentado en quebranto, en quien depositamos todas nuestras cargas. Amén.

Una oración por la paz en tiempos de guerra:

Señor, tú que eres el Rey verdadero, te rogamos que tengas misericordia de los pueblos que actualmente sufren los estragos de la guerra. Haz callar a los que desean la guerra, dispersa a los sanguinarios, destruye las armas de guerra y ten compasión de los vulnerables, para que la verdadera paz y la justicia sean restauradas en esta tierra. Te lo pedimos en el nombre del Príncipe de Paz. Amén.

Una oración contra la impiedad:

Oh Señor, tú que aborreces a los sanguinarios, reprende a los asesinos, te rogamos, y rompe la espada de los violentos, para que podamos dar testimonio de ti como el Dios de Justicia y el Señor de Misericordia bajo la luz del sol del mediodía. Te lo pedimos en el nombre de Cristo nuestro Rey. Amén.

Una oración en respuesta a la muerte:

Oh Cristo herido, que has ido a las profundidades monstruosas y te has tragado la muerte entera. Tú que probaste su amarga finalidad y la venciste de una vez y para siempre, te pedimos que nos liberes del miedo a la muerte y nos consueles por las pérdidas que hemos experimentado a causa de ella, para que nuestros corazones sean infundidos hoy con la vida que ofrece tu resurrección. Te lo pedimos en el nombre de Aquel que es la Resurrección y la Vida. Amén.

Una oración por los agentes de policía:

Oh Señor, tú que amas la rectitud y la justicia, te pedimos hoy por todos los agentes de policía, para que los apoyes y bendigas en sus funciones, y los fortalezcas para que defiendan la causa de los vulnerables, mantengan el derecho de los oprimidos, sirvan en favor del bien de la comunidad y preserven la paz en nuestras ciudades, a fin de que sean emisarios de tu justicia en el mundo. Te lo pedimos en nombre de Aquel que gobierna las Naciones. Amén.

Una oración por nuestros enemigos:

Oh Señor, tú que nos pides que hagamos lo imposible —bendecir a nuestros enemigos, orar por los que nos persiguen y amar a los que nos desean el mal— te rogamos que hagas lo imposible en nosotros: ayúdanos a amar a nuestros enemigos como tú los amas. Ayúdanos a recordar quiénes son nuestros verdaderos enemigos: Satanás, la muerte y las fuerzas espirituales del mal. Haz también un milagro en nuestros enemigos por tu Espíritu, y con tu poder soberano refrena el poder del mal en este mundo. Te lo pedimos en el nombre de Aquel que obra lo imposible. Amén.

Una oración contra el odio al prójimo:

Oh Señor, tú que nos mandas bendecir a nuestros enemigos, te rogamos que nos libres de considerar a nuestros prójimos como enemigos, dignos de odio y como si no merecieran más que insultos y maldiciones. Concédenos, en cambio, el corazón de Jesús, para que podamos amar a nuestro prójimo como tú lo amas. Te lo pedimos en el nombre de Aquel que hace salir el sol sobre buenos y malos. Amén.

Una oración para amar al prójimo que sufre:

Oh Señor, tú que no ignoras el dolor de este mundo, abre nuestros ojos para que veamos el dolor de nuestro prójimo, y para que por tu gracia nos convirtamos en la presencia y el poder sanadores de Jesús para ellos, para que nuestros corazones sean encendidos con tu amor hacia el prójimo en este día. Te lo pedimos en nombre de Aquel que es Misericordioso. Amén.

Una oración para ser un pueblo que ama la justicia:

Oh Señor, tú que odias a los que toman decisiones injustas, haz que seamos un pueblo que se oponga a la injusticia que se comete en cualquier lugar como una amenaza a la justicia en todas partes, para que seamos dignos representantes de tu reino justo y extremistas del amor de Cristo. Te lo pedimos en el nombre de Aquel que da libertad a los oprimidos. Amén.

Una oración por los que se cansan de hacer justicia:

Oh Dios, que ves los corazones de todos con perfecta claridad, confieso mi irritación con los que se abren camino con las palabras, que piensan que nadie ve lo que hacen en las sombras, y que viven en un mundo de negación. Confieso que estoy enfadado, asustado y cansado de hacer lo correcto. Fortalece mi corazón, te ruego, para que no pierda la esperanza. Te lo ruego en el nombre del Buen Pastor y Juez Justo. Amén.

Una oración contra la duplicidad de corazón:

Oh Señor, que fuiste vitoreado y abucheado por la misma multitud, ten piedad, te ruego, de mis propias duplicidades: confieso abiertamente un pecado mientras oculto otro; bendigo a Dios por un lado de mi boca, mientras maldigo a mi prójimo por el otro; sonrío en público, pero me enfurezco en privado; amo a Dios y al dinero por igual; además de todos mis demás pecados. Concédeme la gracia de la integridad, de ser el mismo en todo momento, cueste lo que cueste. Te lo ruego en el nombre de Aquel que permanece fiel. Amén.

Una oración por el reino de paz de Dios:

Oh Señor, tú que te manifestaste al mundo en la visita de los magos, manifiéstate hoy al mundo como el Rey que se niega a utilizar la violencia del mundo para lograr la paz que tanto deseamos, para que podamos ser fortalecidos para hacer la obra de tu reino pacífico en nuestro propio tiempo y lugar. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Redentor y Rey. Amén.

Una oración de adoración al Príncipe de Paz:

Oh Señor, tú que eres digno de todas nuestras lealtades, juramos lealtad en este día al Cordero de Dios y al reino invertido que Él representa, una nación santa bajo Dios, el Rey Siervo y el Príncipe de Paz, que da libertad y justicia para todos sin excepción alguna. Oramos esto en el nombre de la Santísima Trinidad. Amén.

W. David O. Taylor es profesor asociado de teología y cultura en el Seminario Teológico Fuller. Es autor de Open and Unafraid: The Psalms as a Guide to Life y de las tarjetas ilustradas de oración de los salmos que lo acompañan.

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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El tiroteo en la escuela de Uvalde me dirige a Mateo 18

Jesús dio instrucciones específicas sobre el cuidado de los «más pequeños». La tragedia que tuvo lugar en Texas indica que la iglesia ha fallado.

Dolientes visitan el monumento en homenaje a una de las víctimas del tiroteo masivo ocurrido en una escuela primaria, en la plaza principal de Uvalde.

Dolientes visitan el monumento en homenaje a una de las víctimas del tiroteo masivo ocurrido en una escuela primaria, en la plaza principal de Uvalde.

Christianity Today May 28, 2022
Michael M. Santiago / Getty

Recuerdo que tenía 10 años. Acababa de descubrir mi pasión por el fútbol soccer y miré por primera vez el Mundial completo con mi padre y mi hermano.

Ese año fui a mi primer viaje misionero con mi iglesia a las sierras de Chihuahua, México, donde me fascinó la idea de dedicarme algún día al ministerio a tiempo completo.

Recuerdo que tenía 18 años. Me había graduado del bachillerato [high school] un semestre antes y me había mudado a Alabama por unos meses antes de comenzar la universidad en el otoño. Mi familia ya no estaba unida, y mi madre tenía que trabajar todo el tiempo porque ahora era madre soltera de dos niños.

Sabía que quería dejar atrás esas experiencias difíciles y estudiar en la universidad lejos de casa. Hoy puedo decir que no sabía mucho más a los 18 años de lo que sabía a los 10.

Como periodista y ministro que ha encontrado un hogar en Texas, reflexioné sobre estas etapas de mi vida mientras lamentaba la tragedia que actualmente quebranta a la comunidad latina, y que representa un capítulo más de nuestra a menudo dolorosa historia. Como ahora sabemos, el martes 24 de mayo, 19 niños de 9, 10 y 11 años fueron asesinados por otro que había cumplido 18 años poco más de una semana antes.

Las víctimas amaban a sus mamás, habían tomado la primera comunión y habían tenido una celebración para presentar el cuadro de honor. Eran niños que, al igual que yo hace años, podrían haber mirado su primer Mundial con sus padres y hermanos este mismo año.

La persona que asesinó a estos niños era un hombre que apenas estaba saliendo de la infancia, uno que, como escribe Brennan Manning, tenía «rotas las ruedas de la vida». Solo conocemos la superficie de lo que fue la vida de Salvador Ramos: una madre que luchaba contra la adicción a las drogas, el acoso debido a un impedimento del habla, y un carácter violento que se intensificó a medida que crecía [enlaces en inglés].

Mientras lloramos estas muertes tan terribles, sabemos que Cristo no era indiferente a los niños. Mateo 18 y 19 nos revelan que Jesús, la encarnación misma de Dios, los ama y los ve.

Estos pasajes muestran que, a medida que maduramos en Cristo, lo que se espera de nosotros no solo es que nos parezcamos más a los niños —como aprendieron los discípulos cuando preguntaron quién sería el mayor en el reino de Dios—, sino que también los protejamos y los cuidemos.

Mientras nos esforzamos por buscar soluciones a un problema exasperantemente intratable, tal vez un área que la iglesia debería procurar no descuidar es el cuidado y la protección de los miembros más jóvenes y vulnerables de nuestra sociedad.

Un niño pequeño los guiará

Mateo 18:1-5

En ese momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?».

Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: «Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí».

La definición de grandeza que nuestra cultura entiende es similar a la que entendía la cultura en la que nació Jesús: la riqueza y el poder son indicadores de estatus y la gente dedica toda su vida a alcanzarlos. Pero Jesús tiene un modelo diferente para los que quieren triunfar en su reino: los niños.

Para demostrar su enseñanza, Jesús llama a un niño y lo presenta a sus discípulos. Quiere que consideren la pequeñez, la fragilidad, la dependencia y la humanidad del niño, y quiere que lo imiten. En contraste con su propia cultura, las palabras y acciones de Jesús nos dicen que los niños no solo son personas, sino que además son los miembros más importantes del eterno y santo reino de los cielos.

Pero los niños no son una simple ilustración que Jesús usa para explicar una enseñanza. Nuestras interacciones con los niños reflejan nuestras interacciones con Dios. Recibir a un niño, dice Jesús, es recibir a Dios. Cuando construimos una cultura que hiere a los niños, que los tira al suelo, que ignora su soledad y viola su vulnerabilidad, sugiere algo acerca de la forma en que adoramos al Señor.

Un mundo en el que existen tiroteos masivos contra niños revela de forma explícita nuestro fracaso en honrar y amar la etapa de la vida humana que Dios considera la más importante en el reino de los cielos.

Una expresión de lamento

Mateo 18:6

Pero, si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.

¿Alguna vez nos hemos preguntado qué cosas hacemos los adultos de la iglesia que pueden causar que los niños pequen? En nuestras conversaciones sobre la importancia que la comunidad tiene en nuestra vida espiritual, ¿con qué frecuencia pensamos en el tipo de compañía que ofrecemos a los niños? ¿Qué consecuencias hay como resultado de que un niño crezca en una sociedad que glorifica las armas?

¿Cómo afecta a los niños el hecho de que los padres abandonen el hogar, que la sociedad normalice la violencia o que vivan en la pobreza? ¿Cómo son perjudicados los niños cuando un líder le miente a los padres, cuando las figuras de autoridad no confían en ellos y cuando los funcionarios electos no cumplen con sus responsabilidades como deberían?

Las consecuencias de estas disfunciones pueden destruir a los niños durante generaciones. Tal como vemos en la teoría de los sistemas familiares, los acontecimientos y los comportamientos tienden a repetirse una y otra vez, de generación en generación. Los comportamientos aprendidos son transmitidos a la siguiente generación casi sin ningún control ni intervención de la generación anterior. Las mentalidades y los razonamientos son transmitidos casi involuntariamente de los mayores a los hijos. Nuestras acciones se convierten en un simple espejo que refleja lo que hicieron nuestros antepasados, y que volverán a repetir los que vengan después de nosotros.

La oveja perdida

Mateo 18:10-14

Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.

¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada? Y, si llega a encontrarla, les aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.

Tal vez haya algunos que crecieron sin la experiencia de ser marginado o rechazado. Tal vez. Pero creo que la mayoría de nosotros recuerda y entiende cómo se siente estar solo. Lo que se siente ser rechazado. Estos versículos revelan que Jesús deja todo cuando sale en busca de aquellos que se han alejado.

Nuestro llamado a imitar a Cristo nos ordena claramente que hagamos lo mismo. Quizás se ha dicho que estos versículos se refieren a nosotros cuando nos alejamos de nuestra fe o simplemente cuando hacemos algo que sabemos que no debemos hacer.

Para mí, sin embargo, estas palabras revelan el corazón de Cristo para niños como Salvador Ramos o Eric Harris y Dylan Klebold. Esos niños solos, que fueron abandonados y rechazados, están en el mundo, y Cristo muestra compasión por ellos.

Nuestra sociedad toma a los niños, los maltrata hasta hacerlos insensibles y luego los descarta cuando ya no los necesita. ¿No nos llama Cristo a ir en busca de los que se han alejado porque nuestra sociedad los ha excluido?

Hay demasiados niños que crecen en nuestra sociedad desatendidos o maltratados por sus padres, y hay pocos adultos equipados para tratar su ira y su dolor de forma saludable, que toman su aislamiento y buscan comunión y significado en la oscuridad.

Para los cristianos, entonces, nuestra tarea es llevar a estos niños a casa. No debemos hacerlo porque nosotros seamos sus salvadores o porque a través de nosotros puedan experimentar una nueva vida. Y «casa» no significa nuestra sociedad, ni nuestra cultura, ni esta nación, porque todas ellas un día pasarán. Nuestro hogar es el reino de Cristo.

Jesús ama a los niños pequeños

Mateo 19:13-15

Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.

Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos». Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.

Mark Madrigal es primo de dos de los niños que fueron heridos de bala en Uvalde, y también conocía a varios de los niños que fallecieron.

«Como comunidad, siempre estamos unidos y velamos por los hijos de todos, pase lo que pase», dijo.

Su actitud refleja la actitud a la que nos llama Jesús. Cuando se refiere a los niños, no limita sus instrucciones a los miembros de la familia. La ausencia de especificidad sugiere una responsabilidad hacia todos, incluidos aquellos que están solos, enfadados, reprimidos, traumatizados, tristes, rencorosos, los que no tienen iglesia, y los que la odian.

Aunque este último y lamentable tiroteo nos muestra que tenemos bastante trabajo que hacer, puedo dar testimonio de la actitud envolvente hacia los niños, puesto que es algo que he vivido de primera mano. Al crecer en un hogar monoparental, recibí la guía y el cuidado de los miembros de la iglesia, de mi pastor de jóvenes y su equipo de liderazgo, y de varios otros pastores, lo que ayudó a que mi fe creciera incluso durante un periodo de intensa dificultad. Que los niños que tienen un solo padre o un solo familiar tengan cerca también a personas que se comprometan a caminar con ellos fielmente. La vida puede ser dura. Necesitamos a algunos que caminen tierna y amorosamente a nuestro lado.

Nuestra nación actualmente tiene incluso más niños heridos y que sufren abandono. ¿De qué forma los cristianos de la toda Iglesia encarnaremos nuestro amor a Dios para amar a todos los pequeños de nuestras comunidades?

Isa Torres es ministro, escritor y periodista, y vive en el norte de Texas.

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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News

Los pastores de Uvalde están en duelo por las pérdidas

Un líder bautista hispano se centra en atender a su familia tras la muerte de su bisnieta en el tiroteo.

Escuela primaria Robb en Uvalde, Texas.

Escuela primaria Robb en Uvalde, Texas.

Christianity Today May 28, 2022
Jordan Vonderhaar / Getty Images

En la tranquila ciudad de Uvalde, Texas, de apenas 16 000 habitantes, casi todo el mundo tiene conexiones con las familias, las maestras y los niños sacudidos por el mortal tiroteo en la escuela primaria.

«Estaba regando mis flores en el patio delantero cuando oí los disparos», dijo Julián Moreno, expastor de la Primera Iglesia Bautista. Moreno vive a dos cuadras de la escuela primaria Robb, donde un joven de 18 años de edad mató a diecinueve niños y dos maestras el martes.

A los pocos minutos de escuchar los disparos, Moreno dijo que vio a dos policías corriendo por la calle. Luego, un intercambio de disparos tan cercano que pudo oler la pólvora.

Sabiendo que su bisnieta Lexi era alumna de esa escuela, Moreno se dirigió al recinto una vez que cesaron los disparos.

Más tarde se enteró de que el ataque había tenido lugar justo en el aula de Lexi, de 10 años, y que ella había sido una de las víctimas.

Fuera de la escuela, dijo Moreno, el ambiente irradiaba miedo, mientras los padres clamaban que se les permitiera entrar en el edificio atrincherado. Los agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas y de la Patrulla Fronteriza se gritaban unos a otros mientras se ponían el equipo y se acercaban a la escuela.

«La gente hablaba en voz alta, muchos lloraban», dijo. «Decían: “Mi hijo o mi hija están en ese edificio”, y los agentes se limitaban a decir: “Lo siento, no pueden seguir adelante”».

Situada a 80 millas [130 kilómetros] al oeste de San Antonio, y a una hora de la frontera con México, la ciudad de Uvalde es un 82 % de origen hispano, con considerables poblaciones católicas y bautistas [enlaces redirigen a contenido en inglés]. Alrededor de 20 iglesias locales se han unido para apoyar a su comunidad, ahora conocida como el lugar en el que tuvo lugar el tercer tiroteo escolar más mortífero de EE. UU.

Por ser un líder religioso, la gente de la comunidad ha acudido a pastores como Moreno para que les guíen en su dolor. Moreno ha sido quien más ha orado con su nieta Kimberly Mata-Rubio, la madre de Lexi, que ‹entró en completo estado de shock».

Después de la ceremonia del cuadro de honor que tuvo lugar el martes por la mañana, Mata-Rubio escribió: «Le dijimos que la queríamos y que la recogeríamos después de la escuela. No teníamos ni idea de que esa sería una despedida». Sollozó mientras su esposo hablaba sobre Lexi para CNN el miércoles.

«Necesito ser lo más fuerte posible para poder atender a mi familia en particular», dijo Moreno.

En una ciudad tan pequeña, muchas de las personas a las que la gente acude en busca de apoyo espiritual están también de duelo. Todo el lugar está devastado.

«Es un pueblo pequeño. Todo el mundo se conoce», dijo Joe Aguilar, representante de zona de los Bautistas de Texas para el Valle del Río Grande. «Van a necesitar mucha ayuda».

Los Bautistas de Texas informaron que Aguilar condujo hasta Uvalde para orar con los miembros de la comunidad frente a la escuela el martes, y ha ayudado a coordinar a los capellanes para que asistan a los pastores locales.

«Quieres asegurarte de que las personas que están brindando sus servicios estén capacitadas, porque queremos dar la mejor ayuda, la mejor asistencia a estas familias que están en su peor momento de la vida. Y no cualquiera está preparado para algo así», dijo.

Anyra Cano, profesora adjunta de la Universidad Bautista de las Américas y esposa del pastor de la Iglesia Bautista Victoria en Cristo, de Fort Worth, hizo planes para viajar a Uvalde y trabajar con los padres para «ayudar a sus hijos a afrontar sus miedos».

Neftali Barboza, pastor de la Iglesia Nueva Jerico, acababa de recoger a su hijo en la escuela primaria Robb justo antes de que se produjera el ataque. La funeraria situada frente a la escuela, que sirvió como refugio, estaba llena de niños aterrorizados, y Barboza fue llamado para consolarlos.

«Me quedé y ayudé a cuidar a los niños», dijo a Baptist Press. «Me comuniqué con todos los padres que pude para decirles que su hijo estaba a salvo».

El Centro de Investigación Pew ha descubierto que el 24 % de los estadounidenses afirman que su fe se fortalece en tiempos de tragedia, y las iglesias suelen tener fines de semana de alta asistencia después de que acontece un suceso horrible. Los pastores como Barboza se están preparando para celebrar servicios completos, funerales y reuniones de oración mientras los miembros de la comunidad se reúnen para procesar y llorar juntos.

El miércoles por la noche, los ministros organizaron una vigilia de oración que tuvo un lleno total en la arena Uvalde Fairplex, a la que asistieron el gobernador Greg Abbott y el senador Ted Cruz. Entre cantos de adoración y comentarios, Tony Gruben, pastor de la iglesia Baptist Temple Church, oró para que «Dios sane sus pequeños corazones y sus pequeñas almas». Algunos oraron en grupos pequeños, mientras otros sollozaban durante la interpretación del himno «Amazing Grace» [Sublime Gracia] por parte de un violinista solista.

El jueves, la parroquia católica Sacred Heart Catholic Parish de Uvalde celebró también un servicio de oración por las víctimas.

El pastor Doug Swimmer, de la iglesia The Potter's House, dijo a ABC News que acudió al hospital para orar con las familias que están allí. Además de las 21 personas muertas, otras 17 resultaron heridas en el atentado.

«Sé que lo que nos va a ayudar a salir adelante es la gracia de Dios y el amor de Dios», dijo. «Lo que el mundo necesita y lo que nuestra comunidad necesita es una luz que brille en la oscuridad».

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Ideas

Sobreviví a un tiroteo. He aquí algunas sugerencias sobre cómo orar por las víctimas.

Necesitamos algo más que simples palabras de consuelo.

Iglesia St. Pius X en El Paso, Texas, realiza una vigilia por las víctimas del tiroteo del 3 de agosto de 2019.

Iglesia St. Pius X en El Paso, Texas, realiza una vigilia por las víctimas del tiroteo del 3 de agosto de 2019.

Christianity Today May 25, 2022
Mario Tama / Getty Images

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés en respuesta al atentado ocurrido en El Paso en 2019.

Tengo sentimientos encontrados con respecto a la frase «están en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones» [enlace en español].

Esta frase se ha convertido en la expresión que habitualmente se dice después de cada tiroteo masivo, y que se repite en tuits y declaraciones que buscan ofrecer condolencias a las familias y comunidades sacudidas por la tragedia. Al igual que muchas otras personas afectadas por la violencia con armas, no puedo evitar sentir frustración y cinismo cada vez que escucho a alguien decir que estaremos en sus «pensamientos y oraciones».

Han pasado seis años desde que recibí un disparo cuando un hombre armado abrió fuego en el New River Community College de Virginia [enlaces en inglés]. Cada vez que escucho en las noticias acerca de un tiroteo masivo, o de un niño que falleció después de encontrar un arma cargada en su casa, o de un suicidio o una muerte sin sentido por arma de fuego, me pregunto si la acción de los que ocupan puestos de poder alguna vez seguirá a los pensamientos y oraciones.

Como sobreviviente de un tiroteo, creo en la acción. Al mismo tiempo, creo en el poder de la oración. Conozco de primera mano lo que presenciar un tiroteo le hace a la mente, y lo que una bala hace al cuerpo, y creo que mi recuperación y sanación son el resultado directo de las oraciones que otros elevaron por mí.

Es natural sentir impotencia luego de un tiroteo masivo. Mientras lloramos las vidas de los que fallecieron en El Paso, Dayton y cualquier otra comunidad donde la violencia armada es una realidad cotidiana, puede parecer imposible encontrar las palabras para orar.

El hecho de que sea una sobreviviente no significa que pueda encontrar por mí misma una solución a la crisis de la violencia armada. Lo que sí puedo compartir, sin embargo, es una reflexión sobre algunas formas específicas y prácticas en que podemos orar por los sobrevivientes como parte de nuestra respuesta a la violencia armada.

Ore por el dolor, las heridas físicas y los tratamientos

El tratamiento de las heridas de bala es a menudo un proceso de prueba y error, en el cual los médicos pueden tardar días en averiguar cómo proporcionar los cuidados y el alivio necesarios. Para muchos sobrevivientes significa una recuperación que lleva años, y que puede incluir cirugías y rehabilitación física. Ore para que reciban alivio del dolor físico, para que las secuelas de las heridas sean mínimas y para que tengan la fuerza necesaria para perseverar en los tratamientos subsiguientes.

Ore por las heridas invisibles

Los sobrevivientes han presenciado lo inimaginable, lo cual a menudo incluye ver cómo sus seres amados son heridos o asesinados. Son imágenes que nunca conseguirán borrar de sus mentes. Ya sea que hayan sido o no heridos durante una tragedia, se encuentran procesando su experiencia cercana con la muerte y preguntándose cómo será su nueva realidad. Muchos sobrevivientes se enfrentan a un trastorno de estrés postraumático, a la ansiedad y a la depresión. Ore por el trauma emocional que están afrontando. Ore para que tengan la posibilidad de acceder a consejería, terapia y cualquier tipo de tratamiento para la salud mental que necesiten.

Ore por sabiduría para los médicos, los enfermeros y todos los especialistas médicos que les brinden tratamiento

El personal médico asume una gran responsabilidad cuando brinda tratamiento y cuidado a las víctimas de un incidente. Oremos que tengan sabiduría cuando tomen decisiones de diagnósticos o tratamientos, que tengan manos firmes cuando realicen cirugías, que sean amables cuando hablen con sus pacientes, y que tengan resistencia y fortaleza al momento de brindar atención médica.

Ore para que sean protegidos de ver fotos e información sobre el tirador

Nunca olvidaré cuando me desperté y vi el rostro de la persona que me había disparado junto a mi fotografía en la primera página del periódico, o cuando vi mi nombre en las noticias nacionales. A medida que los videos y las fotos fueron difundidos en la cobertura periodística, oré para que los sobrevivientes fueran protegidos de escuchar hablar sobre el tirador, a fin de que esto no reviviera su trauma una y otra vez.

Ore para que no tengan pesadillas y para que puedan dormir y descansar

En mi caso, dormir fue una de las cosas que me resultaron más difíciles en los días posteriores al tiroteo. Me aterraba cerrar los ojos y, cuando lo hacía, sufría pesadillas. Después de un trauma tan fuerte, el cuerpo necesita descanso. Ore para que los sobrevivientes puedan dormir sin miedo.

Ore por la provisión económica para los gastos médicos y otras necesidades

El impacto financiero de un disparo es devastador para las familias, especialmente si la persona herida era el proveedor de su casa o si vivirá con una discapacidad de por vida a causa del mismo. Por favor, ore por la provisión económica para las facturas del hospital, los cuidados posteriores, los recursos necesarios para recuperarse correctamente y el tratamiento continuo para la salud mental.

Ore por dirección y apoyo durante el proceso judicial

Cuando hay incidentes en los que los tiradores son detenidos, los sobrevivientes deben enfrentar un largo y tedioso proceso judicial lleno de procedimientos en juzgados. Se les pedirá que testifiquen sobre el peor día de sus vidas y serán obligados a escuchar los detalles traumatizantes del incidente. Conozco de primera mano lo abrumador que puede ser este proceso. Ore para que reciban el apoyo y la guía necesarios a medida que las autoridades trabajan para llevar a los tiradores ante la justicia.

Ore para que tengan un sistema de apoyo fuerte a largo plazo

Apoyar a un sobreviviente de un tiroteo no es una tarea de corta duración. Por favor, ore para que cada sobreviviente tenga un sistema de apoyo inquebrantable donde haya mucha gente que los quiera, los cuide, y no los abandone si las cosas se ponen difíciles. Ore para que los sobrevivientes no se sientan como si fueran una carga pesada para los que los rodean, sino que permitan que otros les sirvan.

Ore por la contención de parte de otros supervivientes

Contar con un sistema de apoyo de amigos y familiares es muy importante para un sobreviviente. Sin embargo, hay un tipo especial de apoyo que solo es posible cuando uno tiene la posibilidad de lamentarse con otro sobreviviente que puede comprender plenamente su sufrimiento y experiencia. Ore para que puedan establecer vínculos y reciban apoyo de personas que han pasado por lo mismo.

Ore para que no vuelvan a sentir el trauma cuando escuchen de otros tiroteos

Para un sobreviviente, puede parecer imposible experimentar verdadera sanación cuando tenemos que revivir constantemente nuestra experiencia con cada nuevo tiroteo masivo que ocurre. En cada ocasión nos inundan los recuerdos de nuestra experiencia. Para muchos de nosotros, esto incluye cosas como síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y ataques de pánico. Ore para que Dios les proporcione una paz que sobrepase todo entendimiento y fortaleza cuando sean débiles.

Siga orando

Si puedo convencer a alguien de que haga solo una cosa de esta lista, espero que sea esta: continúe orando. Para muchos sobrevivientes, incluyéndome a mí misma, el día del tiroteo no es el más difícil. El día más difícil viene después, cuando uno se enfrenta a una nueva realidad posterior al incidente. Cuando los mensajes de aliento dejan de llegar, cuando la gente deja de preguntarte cómo estás, cuando el ciclo de noticias cambia y empiezas a sentirte olvidado y aislado. Que la gente siga orando por ti meses y años después del tiroteo es una forma significativa de mostrar apoyo.

Dios conoce las necesidades de los sobrevivientes, por lo que no creo que sea necesario saber exactamente por qué debemos orar para poder hacerlo. Sin embargo, cuando reconocemos las necesidades específicas de los demás, entonces somos más capaces de empatizar con ellos, de amarlos y servirlos. También somos más capaces de reconocer el profundo y persistente trauma provocado por la violencia con armas que perdura mucho tiempo después de que las cámaras de los noticieros se han marchado.

Espero que esta lista sea de ayuda para orar por las víctimas de los tiroteos. Y aunque mi oración es que no haya una próxima vez, espero que también sea útil en caso de que sí suceda.

Taylor Schumann es escritora y sobreviviente de un tiroteo. Colaboró en el libro If I Don't Make It, I Love You: Survivors in the Aftermath of School Shootings. Vive con su marido y su hijo en Charleston, Carolina del Sur.

Speaking Out es una columna de opinión para invitados de Christianity Today y, a diferencia de un editorial, no representa necesariamente la opinión de la publicación.

Traducción por Sofía Castillo.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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News

Los bautistas del sur se negaron a actuar ante los abusos, a pesar de contar con una lista secreta de pastores

Investigación: El personal del Comité Ejecutivo de la SBC calificó los gritos de ayuda de los defensores como una «distracción del evangelismo» y una «responsabilidad legal», obstaculizando sus informes y resistiendo sus peticiones de reforma.

Una investigación independiente examinó las respuestas del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur ante los casos de abuso.

Una investigación independiente examinó las respuestas del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur ante los casos de abuso.

Christianity Today May 25, 2022
Cortesía de Baptist Press / Edición por Mallory Rentsch

Armados con una lista secreta de más de 700 pastores que cometieron abusos, los líderes de la Convención Bautista del Sur (SBC, por sus siglas en inglés) optaron por proteger a la denominación de las demandas judiciales en vez de proteger a las personas de sus iglesias de posibles nuevos abusos.

Los supervivientes, defensores y algunos de los propios bautistas del sur pasaron más de 15 años pidiendo que se diseñaran mecanismos para evitar que los depredadores sexuales pasaran tranquilamente de un rebaño a otro. Los hombres que controlaban el Comité Ejecutivo (en adelante CE) —que dirige las operaciones cotidianas de la Convención Bautista del Sur— conocían el alcance del problema. Pero, en estrecha colaboración con sus abogados, difamaron a las personas que querían hacer algo contra los abusos y rechazaron repetidamente las peticiones de ayuda y reforma.

«Tras bambalinas, los abogados aconsejaban no decir nada y no hacer nada, incluso cuando las personas que llamaban [para presentar sus denuncias] identificaban a depredadores que seguían en los púlpitos de la SBC», según relata un enorme informe de investigación externo publicado el domingo 22 de mayo.

La investigación centra la responsabilidad en los miembros del personal del CE y en sus abogados, y afirma que los cientos de fideicomisarios elegidos del CE se mantuvieron en gran medida en la oscuridad. El consejero general del CE, Augie Boto, y el abogado de larga data Jim Guenther aconsejaron a los tres últimos presidentes del CE (Ronnie Floyd, Frank Page y Morris Chapman) que tomar medidas contra los abusos supondría un riesgo para la política y responsabilidad legal de la SBC, lo que llevó a los presidentes a impugnar las reformas propuestas contra los abusos.

Cuando surgieron nuevos llamados a la acción con los movimientos #ChurchToo y #SBCToo, Boto se refirió a la defensa de los supervivientes de abusos como «una estratagema satánica para distraernos completamente de la evangelización».

Los supervivientes, en respuesta, describieron los devastadores efectos, no solo de sus experiencias de abuso, sino de las respuestas evasivas e insultantes que recibieron de los líderes del CE durante más de 15 años.

Christa Brown, activista defensora desde hace años tras haber sufrido abusos sexuales por parte de su pastor a los 16 años, dijo que los «innumerables encuentros con líderes bautistas» que la rechazaron y descreyeron «dejaron un legado de odio» y le dieron a entender: «eres una criatura carente de valor, tú no importas». Como resultado, dijo, en lugar de que su fe le proporcionara solaz, se ha «entretejido neurológicamente con una pesadilla». Se refirió a ello como un «asesinato del alma».

Otra víctima, Debbie Vasquez, fue agredida sexualmente en repetidas ocasiones por un pastor de la SBC desde los 14 años. Cuando una de las agresiones provocó su embarazo, fue obligada a disculparse ante la iglesia, pero se le prohibió mencionar al padre. El pastor pasó a servir en otra iglesia bautista del sur, y cuando Vásquez se dirigió al CE, sus súplicas fueron ignoradas y evadidas durante años hasta que Houston Chronicle realizó una investigación hace tres años.

Mientras tanto, en los últimos 20 años, una serie de presidentes de la SBC no respondieron adecuadamente a los abusos en sus propias iglesias y seminarios. En varios casos, los líderes se pusieron del lado de personas e iglesias que de forma creíble habían sido señaladas como culpables, ya sea de abusos o de encubrimiento. Uno de los expresidentes, el pastor Johnny Hunt, agredió sexualmente a la esposa de otro pastor en 2010, según descubrieron los investigadores.

En la reunión anual que se celebrará en Anaheim (California) el mes que viene, un año después de haber votado el inicio de la investigación, miles de bautistas del sur decidirán si están preparados para realizar los drásticos y costosos cambios que recomienda el informe en beneficio de los supervivientes y de la seguridad de la iglesia.

«En medio de mi dolor, rabia y decepción por los graves pecados y fracasos que este informe pone al descubierto, creo sinceramente que los bautistas del sur debemos decidirnos a cambiar nuestra cultura y a aplicar [estas] reformas tan desesperadamente necesarias», dijo Ed Litton, presidente de la SBC, en una declaración a CT. «El momento es ahora. Tenemos mucho que lamentar, pero el dolor genuino requiere una respuesta piadosa».

Guidepost Solutions, la empresa externa de investigación, quiere que la denominación de 13.7 millones de miembros cree una base de datos en línea de los abusadores, ofrezca compensación a los supervivientes, limite drásticamente los acuerdos de no divulgación y establezca una nueva entidad dedicada a responder a los casos de abuso. Las directrices del informe de 288 páginas les sonarán familiares a los supervivientes y a los defensores de derechos humanos que han venido reclamando estas medidas desde el principio.

«¿Cuántos niños y miembros podrían haberse librado de un daño horrible si el Comité Ejecutivo hubiera actuado en 2006, cuando les escribí por primera vez, instándoles a tomar medidas concretas? ¿Y cuántos supervivientes podrían haberse ahorrado el infierno de sufrir un segundo trauma al intentar denunciar los abusos sexuales del clero en una estructura que sistemáticamente les da la espalda?», preguntó Brown en una carta de 2021. «La prolongada resistencia del Comité Ejecutivo de la SBC a las reformas en materia de abusos ahora ha dado lugar a toda una nueva cosecha de víctimas de abusos sexuales a manos de clérigos, y de supervivientes que sufrieron un segundo trauma en sus esfuerzos por denunciar».

Al anticiparse a la publicación del informe, el actual presidente interino del CE, Willie McLaurin, y el gobernador de la junta del CE, Rolland Slade, citaron el libro de Eclesiastés: «Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto» (12:14).

Los líderes actuales instaron a los bautistas del sur a ser receptivos a las malas noticias.

«Este es un tiempo y una temporada para buscar nuestros defectos; un tiempo para abrazar las conclusiones del informe, un tiempo para reconstruir la confianza de los bautistas del sur y un tiempo para sanar afrontando los retos requeridos con los cambios necesarios que se esperan», escribieron la semana pasada.

La mayor investigación de la historia de la SBC

El informe representó un compromiso de 2 millones de dólares, con 330 entrevistas y cinco terabytes de documentos recopilados durante un lapso de ocho meses. El CE también se comprometió a destinar otros 2 millones de dólares a los costos legales de la investigación, lo que supone una inversión total de 4 millones de dólares, financiados por las iglesias y convenciones que aportan al Programa Cooperativo.

La abogada defensora Rachael Denhollander, que asesoró al grupo de trabajo de la SBC que coordinó la investigación, tuiteó: «El nivel de transparencia en esa investigación es incomparable». Se trata de la mayor investigación de la historia de la SBC; ya ha cambiado la composición del CE y puede determinar la trayectoria de esta denominación de 177 años de antigüedad.

La investigación de Guidepost incluyó comunicaciones legales privilegiadas sobre los casos de abuso de los últimos 20 años, una disposición que llevó al presidente del CE, Ronnie Floyd, a dimitir en octubre y al bufete de abogados Guenther, Jordan & Price a retirar sus servicios después de 60 años de trabajar para la SBC.

Según el informe, el bufete aconsejó activamente al CE que no asumiera la responsabilidad de los abusos. Guenther trabajó junto a Boto, un abogado que estuvo involucrado en el CE desde la década de 1990 y hasta 2019, sirviendo como fideicomisario, vicepresidente, consejero general y presidente interino. Fue aliado de Paige Patterson durante el Resurgimiento Conservador. (El año pasado, a Boto se le prohibió desempeñar cualquier cargo en las entidades bautistas del sur como resultado de un acuerdo legal que implicaba movimientos financieros después de que Patterson fuera despedido de un seminario de la SBC por el mal manejo de una acusación de violación).

Boto y Guenther convirtieron cada discusión sobre los casos de abuso en una discusión sobre cómo proteger al CE de responsabilidades legales, haciendo de ello la máxima prioridad, según el informe.

«Cuando se presentaron acusaciones de abusos al CE, incluidas las acusaciones de que había delincuentes sexuales condenados que seguían en el ministerio, los dirigentes del CE no solían hablar de esta información fuera de su círculo más íntimo, a menudo no respondían a el o la superviviente, y no tomaban ninguna medida para enfrentar estas acusaciones con el fin de evitar los abusos en curso, o la repetición de tales abusos en el futuro», asegura el informe. «Casi siempre el enfoque interno se centró en proteger a la SBC de las responsabilidades legales y no en atender a los supervivientes o crear algún plan para prevenir los abusos sexuales dentro de las iglesias de la SBC».

La Convención Bautista del Sur dice con orgullo que consiste en un grupo de iglesias autónomas. Se unen para el trabajo misionero, el compañerismo y la capacitación, pero la convención no tiene jerarquía. No ordena ni nombra pastores, ni tiene autoridad sobre las 47 000 iglesias que han decidido afirmar sus declaraciones de fe y hacer aportaciones a su Programa Cooperativo.

Esa falta de supervisión significa que cuando algo va mal en una iglesia o entidad de la SBC, el CE puede alegar que no tiene la culpa puesto que las iglesias son independientes. El asesor jurídico argumentó que cuanto más dirigieran los líderes de la denominación a las iglesias para tratar los casos de abuso, mayor responsabilidad asumiría la SBC por los errores y la mala gestión.

Según el informe, ya en el año 2000, Patterson consideró que la capacitación en prevención de abusos era una forma de defenderse de las demandas, y le dijo a un pastor que las iglesias que pudieran documentar «algún esfuerzo por educar a los que trabajan entre los niños sobre cómo vigilar y responder a los peligros» no tendrían litigios contra ellas.

Como presidente de los seminarios Southeastern y Southwestern, Patterson disuadió a dos mujeres que compartieron acusaciones de violación de presentar sus denuncias. Fue despedido del Seminario Teológico Bautista Southwestern en 2018 por su respuesta y ha sido demandado, junto con el seminario, por la estudiante de Southwestern.

El socio de Patterson, Paul Pressler, abogado y líder durante el Resurgimiento Conservador, también enfrenta un litigio por las afirmaciones de que utilizó su poder para abusar de jóvenes varones, y la propia SBC está mencionada en la demanda. (Ni Patterson ni Pressler, ex vicepresidente ejecutivo de la SBC y ex miembro del CE, aceptaron ser entrevistados para la investigación, aunque los abogados de Patterson presentaron un documento de dos páginas).

Patterson y su compañero, el ex presidente de la SBC Jerry Vines, han sido objeto de escrutinio por su anterior apoyo a Darrell Gilyard, un pastor con una serie de acusaciones de conducta sexual inapropiada que se remontan a la década de 1990. El informe cita a un miembro del CE que, en un correo electrónico, dijo que 44 mujeres acudieron a los dos líderes de la SBC para hablar de Gilyard, «y en casi todos los casos, se les avergonzó por ello y se les hizo sentir que no se les creía. Según todos los relatos publicados, parece que Gilyard pasó de una iglesia a otra y dejó vidas arruinadas a su paso».

Los abogados del CE, Guenther y Boto, discutieron la idea de una base de datos de abusadores desde 2004, en respuesta al caso de Brown. El tema volvió a surgir en 2007, tras una moción en la reunión anual. El personal del CE no siguió adelante con la idea en ese momento. Guenther escribió en un correo electrónico que le preocupaba que «se pudiera pensar que la SBC tenía el deber de advertir a un tribunal».

Sin embargo, con la ayuda del portavoz y vicepresidente Roger «Sing» Oldham y de un miembro no identificado del personal del CE, comenzaron a llevar una lista. A petición de Boto, según el informe, el miembro del personal recopiló recortes de prensa y realizó un seguimiento de los pastores abusivos en una tabla con nombre, año, estado y denominación. La primera versión, en 2007, incluía a 66 personas detenidas o demandadas por abusos. Para 2022, la lista creció hasta incluir 703, y se cree que 409 pertenecían a iglesias afiliadas a la SBC.

Una serie del Houston Chronicle de 2019, que marcó un parteaguas en la respuesta y la prevención de los abusos, descubrió a 380 pastores afiliados a la SBC acusados de abusos sexuales.

Sin embargo, mientras la lista secreta de ministros abusadores crecía, los líderes del CE siguieron haciendo de los supervivientes y sus defensores el objeto de sus críticas. Se quejaron de que los supervivientes no entendían la política de la SBC y de que querían aprovecharse de la denominación. Patterson calificó al grupo de defensa SNAP (Survivors Network of those Abused by Priests) de ser «tan reprobable como los mismos delincuentes sexuales». Un miembro del CE dijo que Brown, que dirigía StopBaptistPredators.org, donde presentaba historias de supervivientes y publicaba informes sobre ministros abusadores, era una «persona sin integridad».

Boto vio al diablo trabajando en sus esfuerzos. En un correo electrónico obtenido por Guidepost, escribió:

Todo esto debe verse como lo que es. Es un plan satánico para distraernos completamente de la evangelización. No es el evangelio. Ni siquiera es una parte del evangelio. Es una jugada de despiste. Sí, Christa Brown y Rachael Denhollander han sucumbido a una heurística de disponibilidad debido a sus victimismos. Han acudido a la SBC en busca de abusos sexuales y, por supuesto, los han encontrado. Sus protestas han provocado ciertamente una cascada de disponibilidad. (…) Pero ellas no tienen la culpa. Es el diablo el que está obteniendo un éxito temporal.

Según un miembro anónimo del personal del CE, «en casi todos los casos del pasado en que las víctimas han acudido a los que tienen el poder en la SBC, han sido rechazadas, avergonzadas y vilipendiadas. En el CE, hemos heredado una cultura de rechazo a quienes cuestionan el poder o acusan a los líderes».

Sin embargo, los principales líderes bautistas del sur no se limitaron a descreer e insultar a los supervivientes. En algunos casos, se alinearon con los autores convictos o confesos y les ayudaron personalmente.

El informe incluye varios ejemplos:

  • Mike Stone, ex presidente del CE y candidato a la presidencia de la SBC en 2021, ayudó a elaborar una disculpa para un pastor amigo suyo después de que se descubriera que éste había intercambiado mensajes de texto explícitos con alguien de su congregación en 2019. Stone declaró que «nunca ha apoyado ni apoyaría a sabiendas a una iglesia que retuviera a un pastor acusado de conductas sexuales inapropiadas» y que no había oído hablar de las acusaciones contra el pastor hasta que se le preguntó por ellas durante la investigación de Guidepost.
  • Augie Boto testificó como testigo de carácter para el entrenador de gimnasia de Nashville, Marc Schiefelbein, que había sido condenado en 2003 por acoso sexual contra una niña de 10 años.
  • Jack Graham, presidente de la SBC de 2002 a 2004, no denunció a un ministro de música que fue despedido en 1989 después de que la Iglesia Bautista de Prestonwood se enterara de que había abusado de un menor. El ministro se pasó a otra iglesia y fue condenado por sus delitos en Prestonwood más de 20 años después. (La iglesia «niega categóricamente la forma en que el informe caracteriza el incidente de hace 33 años», dijo el actual pastor ejecutivo Mike Buster en una declaración. «Prestonwood nunca ha protegido ni apoyado a abusadores, ni en 1989 ni después»).
  • Steve Gaines, presidente de la SBC de 2016 a 2018, sabía que un ministro del personal de su iglesia, Bellevue Baptist, había abusado anteriormente de un niño, pero no lo reveló sino hasta que el caso salió a la luz en un blog.

El informe de investigación también encontró casos en los que los propios líderes del CE cruzaron las líneas morales:

  • Frank Page, presidente del CE, dimitió repentinamente en marzo de 2018. Un comunicado oficial dijo que la dimisión se debía a una «relación moralmente inapropiada». El CE no investigó si fue consensuada, ni investigó «si su conducta se había trasladado también al lugar de trabajo».
  • Johnny Hunt, presidente de la SBC de 2008 a 2010, manoseó y besó a la esposa de un pastor más joven un mes después de que terminara su mandato presidencial y dijo a la pareja que lo mantuviera en secreto.

La agresión sexual de Hunt no había sido denunciada anteriormente. La mujer y su marido, un pastor de la SBC, se presentaron durante la investigación para compartir con Guidepost lo sucedido. Hunt, expastor de la Primera Iglesia Bautista de Woodstock, en Georgia, había sido vicepresidente de la Junta de Misiones Norteamericanas de la SBC antes de dimitir el 13 de mayo. El Seminario Teológico Bautista del Sureste tiene una cátedra nombrada en su honor.

Según cuenta la pareja, son 24 años más jóvenes que Hunt, que se ofreció a ayudarles en su ministerio. En un momento dado, él hizo los arreglos necesarios para conseguir un espacio para que la mujer se alojara durante una visita a Panama City Beach, donde Hunt estaba pasando su año sabático. Entonces entró en el apartamento donde la mujer estaba sola y la agredió sexualmente, bajándole la ropa, inmovilizándola en el sofá, manoseándola y besándola.

Tras el incidente de julio de 2010, la pareja se reunió con Hunt en su iglesia. Este les advirtió que si decían algo «repercutiría negativamente en las más de 40 000 iglesias a las que representaba el Dr. Hunt» y les remitió al consejero Roy Blankenship, del grupo ministerial HopeQuest. Blankenship confirmó que había ocurrido algo entre la esposa y Hunt, y dijo a los investigadores que Hunt debería haber sido quien lo impidiera, pero «se necesitan dos para bailar el tango».

En una entrevista concedida a Guidepost, Hunt negó haber agredido a la mujer y dijo que nunca entró en su apartamento. Los investigadores de Guidepost encontraron otros tres testigos que corroboraron partes del relato de la mujer y su marido. No consideraron creíbles las declaraciones de Hunt.

Hunt ha estado asociado anteriormente con el apologeta Ravi Zacharias y fue invitado especial en la gran inauguración en 2009 del spa en el que Zacharias abusaba de las masajistas [enlaces en español]. El año pasado, Hunt lamentó los abusos de Zacharias, calificándolos de «pecado… contra tantas mujeres inocentes».

Mensajeros apoyaron las reformas

Tras el movimiento #MeToo, las supervivientes de la SBC atrajeron la atención de los medios de comunicación.

En 2018, Jules Woodson, quien fue agredida sexualmente por su pastor de jóvenes, contó a The New York Times lo que significó para ella ver cómo una iglesia entera le aplaudía después de que él confesara vagamente «un incidente sexual». Ese mismo año, Megan Lively contó a The Washington Post cómo Paige Patterson le había dicho que no denunciara su violación a la policía. En 2019, la investigación de Chronicle presentó los perfiles de más supervivientes.

A raíz de ello, los bautistas del sur se pronunciaron y tomaron medidas. Los mensajeros de las reuniones anuales adoptaron resoluciones que afirmaban la dignidad de las mujeres y condenaban los abusos. Votaron a favor de modificar sus estatutos para nombrar los abusos explícitamente como motivo de expulsión de la SBC. Encargaron a un comité que hiciera recomendaciones si una iglesia estaba en infracción.

En 2018, también eligieron a un presidente que hizo de la respuesta a los abusos una parte central de su agenda. Bajo el mandato de J. D. Greear, la SBC introdujo la formación en torno a la prevención y la respuesta a los abusos, la Iniciativa Caring Well, y celebró conferencias para escuchar a supervivientes, expertos y pastores.

Pero, según el informe de Guidepost, casi todos estos esfuerzos se encontraron con críticas y resistencias de parte de algunos líderes de la SBC, quienes decían que dar prioridad al tema de los abusos podría dar lugar a demandas.

A veces, la división era clara desde el exterior: Greear, como presidente de la SBC, hizo referencia al abuso 81 veces durante su discurso en la reunión anual, mientras que Floyd, como presidente del CE, no lo mencionó como prioridad en su plan Visión 2025.

Entre bastidores, según el informe de Guidepost, el asesor jurídico del CE aconsejó que se restara importancia al asunto. Presionaron a la Comisión de Ética y Libertad Religiosa (ERLC, por sus siglas en inglés) para que no se refiriera a los abusos sexuales en la SBC como una crisis y evitara un «lenguaje incendiario», como decir que la denominación le había fallado a los supervivientes. Los miembros del CE trataron de censurar las críticas a la mala gestión de los casos de abuso por parte de la SBC y condenaron cualquier esfuerzo por permitir que los supervivientes y los expertos en abuso hablaran en los eventos de la SBC.

«Gente, esto no es nada bueno», escribió Floyd en un correo electrónico obtenido por los investigadores. «No podemos permitir que las entidades de la SBC coloquen a personas en plataformas que denuncien los asuntos relacionados con la SBC y algunos de sus líderes y exlíderes [sic]. Todo el trabajo sobre la unidad está siendo cuestionado».

Estos enfrentamientos y amenazas dentro de la SBC se hicieron públicos hace un año en cartas y grabaciones filtradas que recogían la comunicación de los antiguos líderes de la ERLC, Russell Moore (ahora teólogo residente de la CT) y Philip Bethancourt. Los documentos fueron un llamado de atención para los pastores, pues sugerían los esfuerzos de los líderes del CE por intimidar a los supervivientes y resistirse a la reforma. Estimularon la demanda de una investigación sobre el CE.

«Nos sorprendió muchísimo», dijo Grant Gaines a CT el año pasado, un pastor de Tennessee que presentó la moción para investigar al CE. «Pero no debería habernos sorprendido. Estos supervivientes y sus historias están ahí fuera».

Una de las historias que ha salido a la luz pública es la de Jennifer Lyell. Un profesor de seminario abusó de ella, pero un artículo publicado en marzo de 2019 en Baptist Press, publicado por el CE, calificó su abuso como una «aventura». En el momento de la publicación, Lyell era una ejecutiva de Lifeway y la mujer de mayor rango en la SBC. La validez de su relato fue respaldada por el presidente del Seminario del Sur, Al Mohler.

Lyell acabó dejando su trabajo y sufriendo angustia física y mental como resultado de las repercusiones, así como de los meses que tomó conseguir que se corrigiera la historia y buscar una restitución.

En un hilo de Twitter tras la publicación del informe, Lyell describió que tuvo que esperar las tensiones entre el CE, que controlaba la corrección del artículo sobre ella y estaba en alerta en ese momento por cómo otras figuras de la SBC hablaban de los abusos, y los líderes de otras entidades, que apoyaban su historia pero podrían haber sufrido represalias por hablar en su favor.

Recibió una disculpa del CE en febrero de 2022 y un acuerdo no revelado. Los fideicomisarios del CE, según Guidepost, no sabían que ella había presentado una demanda por difamación y que también había recibido un acuerdo en mayo de 2020.

Hannah Kate Williams también demandó al CE por negligencia a la hora de responder a los abusos de su padre, que era empleado de las entidades de la SBC, así como por los supuestos esfuerzos por difamarla cuando hizo público su caso.

Los abogados del CE criticaron a Greear por repetir los nombres de 10 iglesias denunciadas en la investigación del Houston Chronicle por emplear a pastores abusivos y por pedir a un subcomité del CE que los investigara. Guenther dijo que iban a ser demandados por difamación y trabajó para limpiar los nombres de las iglesias. Boto llamó a una de ellas para disculparse.

Meses más tarde, Boto se opuso a la creación del comité de credenciales, que estaría encargado de examinar si una iglesia ha infringido los criterios relativos a los abusos u otras cuestiones que harían que «dejara de cooperar amistosamente» con la SBC.

El comité de credenciales, que se reconfiguró para este nuevo propósito en 2019, también frustró a los supervivientes porque era confuso e ineficaz, según Guidepost. No tenía directrices escritas, ni capacitación, ni personal de apoyo de tiempo completo.

Debido al limitado alcance que se le autorizó, basado en la política de la SBC, no podía ocuparse de los errores cometidos por las iglesias en el pasado, ni podía realizar investigaciones para determinar la culpabilidad o la inocencia de un pastor, sino solo la respuesta de la iglesia. Como resultado, se tardaba en promedio nueve meses en dar a conocer una decisión, y algunos no recibían respuesta alguna. Algunos casos no consiguieron siquiera pasar por el torpe sitio web que el comité tenía en operaciones y cuyo uso era exigido para impugnar la pertenencia de una iglesia.

En los últimos tres años, el comité tramitó 30 propuestas y solo expulsó a 3 iglesias por casos de abuso. En cada caso, la ofensa era obvia y atroz: la iglesia había empleado a sabiendas a un delincuente sexual. El comité no hizo ningún comentario público sobre los resultados de las otras 27 presentaciones contabilizadas por el reciente informe. Los investigadores de Guidepost descubrieron que cinco iglesias renunciaron voluntariamente y otra se disolvió durante la revisión del comité de credenciales.

Nueva entidad y otras recomendaciones

El grupo de trabajo que supervisó y publicó la investigación del CE considera que el lamento público es un primer paso para responder a la investigación. También han pedido que los bautistas del sur voten para establecer un nuevo grupo de trabajo que pueda evaluar cómo implementar los cambios recomendados de acuerdo con la política bautista.

El informe ofrece 30 páginas de recomendaciones para el CE y el comité de credenciales, que incluyen:

  • Crear una entidad permanente que supervise la respuesta y la prevención de los casos de abuso sexual.
  • Poner en marcha un «sistema de información sobre delincuentes sexuales», es decir, una base de datos en línea en la que las iglesias puedan participar voluntariamente para informar de abusos comprobados o encubrimientos.
  • Publicar una lista de iglesias y personas expulsadas a las que se les haya revocado la ordenación o los títulos.
  • Facilitar programas para ayudar a los supervivientes, y proporcionar una compensación que salga de las donaciones de la SBC para cubrir la ayuda médica y psicológica.
  • Pedir disculpas a los supervivientes y erigir un monumento conmemorativo, añadiendo un Domingo de los Supervivientes al calendario de la SBC.
  • Prohibir los acuerdos de no divulgación, excepto cuando lo soliciten las víctimas.
  • Exigir un código de conducta que deba usarse para trabajar en la SBC o para asistir a un seminario.
  • Contratar a un jefe de cumplimiento o a un responsable de ética y cumplimiento para el personal de la SBC.

«Debemos decidirnos a dar nuestro tiempo y recursos no solo para atender bien a los supervivientes de abusos sexuales, sino para proporcionar una cultura de responsabilidad, transparencia y seguridad a medida que avanzamos», dijo el grupo de trabajo en una declaración publicada con el informe.

«Reconocemos que cualquier acto de arrepentimiento requiere obediencia y sacrificio continuos, deliberados y dedicados. Este es el llamado de nuestro Salvador a unirnos como cuerpo para seguirle».

Christa Brown, superviviente de abusos y defensora de otros casos similares, dijo en su declaración a Guidepost que no tenía esperanzas de que se produjera un cambio significativo, pero que seguía orando para que el informe «pudiera aportar una pequeña medida de justicia».

«La Convención Bautista del Sur tiene la obligación moral de proteger las vidas, los cuerpos y la humanidad de los niños y los miembros de sus iglesias afiliadas, de proporcionar atención y validación a TODOS los que han sufrido abusos sexuales por parte de clérigos de la SBC», escribió, así como «de garantizar la responsabilidad de los abusadores y de los facilitadores, y de crear sistemas que garanticen que estas parodias inhumanas y desmedidas no persistan en las generaciones futuras».

Este artículo se ha actualizado con las respuestas de las personas citadas en el informe.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Una reflexión sobre ofrecer nuestros ‘pensamientos y oraciones’ tras otro tiroteo masivo

Tanto la oración como el lamento son respuestas adecuadas cuando enfrentamos una tragedia.

‘Pensamientos y oraciones’ tras otro tiroteo masivo

‘Pensamientos y oraciones’ tras otro tiroteo masivo

Christianity Today May 24, 2022
Craig Sunter / Flickr

Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en respuesta al atentado de San Bernardino en 2015.

Podemos decir con cierta seguridad que todas las siguientes afirmaciones son ciertas:

1.a. Cuando nos llega la noticia de una tragedia, a casi todos nos sucede que los hechos sobrecogen nuestros pensamientos durante minutos, horas o días, dependiendo del alcance, la gravedad y la intensidad de la pérdida. Esto se llama empatía: nuestra capacidad para ponernos en el lugar de los demás e imaginar su sufrimiento y su miedo, así como su heroísmo y su valor, y preguntarnos cómo reaccionaríamos nosotros en su lugar.

1.b. Casi todos los seres humanos, sea cual sea su afiliación religiosa formal, se ven envueltos en una reacción adicional a la tragedia: llegan a una realidad personal que va más allá de ellos mismos que conlleva dolor, lamento y cierto clamor por alivio. Incluso quienes están alejados de la iglesia se encontrarán, casi involuntariamente, dirigiéndose a Dios en esos momentos. Se trata, en cierto modo, de otra forma de empatía, quizá más elevada. Refleja ese instinto dentro de nosotros que nos dice que nuestra propia experiencia de humanidad, identificación y amor debe reflejar, en última instancia, algo —o a Alguien— que es fundamental en el cosmos, que es personal, que se ha identificado con nosotros y que responde a nosotros y a todo el mundo con amor.

1.c. A menos que la tragedia esté literalmente a nuestra puerta, esta respuesta empática —que podemos llamar «pensamientos y oraciones»— es todo lo que tenemos a nuestra disposición en los momentos posteriores a la llegada de las terribles noticias. Si la tragedia está literalmente en nuestra puerta y, por tanto, nos está ocurriendo a nosotros en lugar de que solo recibamos la noticia, sabemos que un número asombroso de seres humanos actúan con valor y resistencia incluso ante el mal más terrible. También, si tienen tiempo para hablar o comunicarse de alguna manera con otras personas que no están directamente involucradas en su momento de terror, oran instintivamente y les piden a otros que oren.

1.d. No es realista, y podría decirse que es cruel, pedir que nos expresemos con palabras claras e ideas frescas en el momento en que nos enfrentamos al sufrimiento y a la pérdida, por no hablar del horror y del mal. Todo ser humano, en esos momentos, recurre a liturgias, es decir, patrones de lenguaje y comportamiento aprendidos mucho antes y que nos ayudan a superar los peores momentos de nuestra vida. No hay necesidad de inventar un pensamiento o unas palabras nuevas cuando estás en un funeral; es perfectamente válido simplemente decir: «Siento mucho su pérdida», aunque la familia haya oído esas palabras cientos de veces antes. Lo que importa no son tus palabras, que no pueden estar a la altura de las exigencias de la ocasión, sino tu presencia y tu empatía.

1.e. Los políticos y los personajes públicos son fundamentalmente como todos los demás seres humanos y tienen las mismas respuestas básicas ante la tragedia. Esto es cierto independientemente de su posición en cuestiones políticas controvertidas (por ejemplo, el control de las armas). Así que no es de extrañar que respondan inmediatamente, como el resto de nosotros, con palabras y frases familiares que expresan su solidaridad humana con los que sufren. Incluso los redactores de discursos más preparados tardarán horas o días en idear palabras adecuadas para momentos de gran sufrimiento. Ningún ser humano, ni siquiera el más elocuente, puede ofrecer palabras adecuadas en los primeros momentos tras una noticia terrible. Demostrar ese nivel de fluidez retórica sería, de hecho, demostrar una inhumana falta de empatía. La falta de articulación es la respuesta inmediata adecuada y empática frente a la tragedia.

2.a. Ofrecer una oración tras una tragedia no es, salvo en las versiones más aplanadas y extremas del cristianismo populista, pedir a Dios que «arregle» nada. Es llevar ante la misericordia de Dios a aquellos que fueron dañados, y a aquellos que causaron el daño. En muchas tradiciones, es reconocer que la persona humana es más que un cuerpo humano, de modo que incluso la propia muerte no tiene la última palabra sobre nuestro destino, por lo que las oraciones son apropiadas incluso cuando se ora por los muertos, cuyas vidas están sostenidas por una Vida que trasciende la muerte.

2.b. Una forma de oración igualmente válida e instintiva ante la tragedia es el lamento, el cual clama con angustia a Dios, preguntando por qué los malvados prosperan y los justos sufren. El lamento confronta a Dios con su aparente inacción y distancia. Se trata de una profunda respuesta de fe. Lejos de ser anticristiana, es en realidad la oración ofrecida por el propio Jesús en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

2.c. Ningún recuento honesto de la historia puede negar que Dios, si es que hay un Dios, es terriblemente paciente con el mal. Y, sin embargo, una y otra vez, una bondad, una santidad y una reconciliación sorprendentes han surgido incluso de los actos de violencia más atroces. Cuando Jesús mismo expresó con su propia voz los salmos de lamento y la angustia de todas las víctimas de la tortura y el terror, los cristianos creen que Dios estaba trabajando para reconciliar al mundo consigo mismo y que, tres largos días después, Dios demostró su poder para sacar vida de la muerte. Por eso, incluso cuando los seres humanos han hecho lo peor, no es demasiado tarde para orar por la redención y la sanación.

3.a. Por tanto, sugerir que debemos actuar en lugar de orar (aunque normalmente esos comentarios no especifican cómo podríamos actuar los que no estamos físicamente presentes en el lugar donde tuvo lugar la tragedia o el terror), es pedirnos que neguemos nuestra capacidad de empatía.

3.b. Al mismo tiempo, la Biblia deja claro que Dios desprecia los actos de piedad o sentimentalismo externos que no van acompañados de acciones en favor de la justicia. Las palabras más duras de Jesús recogidas en los Evangelios se dirigen a los líderes públicos que oran extravagantemente y en público, pero que descuidan «… los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad» (Mateo 23:23).

3.c. Por tanto, nunca debemos conformarnos con una falsa dicotomía entre la oración y la acción, como si fuera imposible orar mientras se actúa o actuar mientras se ora. Sin embargo, es vital, siempre que sea posible, orar antes de actuar, para que nuestra actividad no sea en vano.

3.d. Insistir en que se actúe en lugar de orar, o que se actúe sin orar, es una idolatría que sustituye a la criatura por el Creador. Insinúa que la bondad puede conocerse, poseerse o llevarse a cabo al margen de la relación con el único que es verdaderamente bueno. Aunque nuestros vecinos que no comparten nuestra fe no estarán de acuerdo, para las personas con fe bíblica esta orgullosa declaración de independencia es idolatría, el pecado original de la humanidad y la fuente última del mal, tanto en el mundo como en nuestros propios corazones.

4. Por tanto, a todas las víctimas de los tiroteos recientes, a todos los que se vieron atrapados en la violencia y viven en este mismo momento su horrible realidad y consecuencias continuas, así como también a aquellos que perpetraron la violencia, les decimos: están en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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