Hoy, 31 de octubre, Día de la Reforma, los evangélicos en Argentina tienen otro motivo para celebrar: el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes.
El proyecto de ley que promueve este reconocimiento había sido aprobado en una primera instancia de votación en la Cámara de Diputados en el Congreso Nacional el año pasado. En abril de este año, el proyecto fue aprobado por unanimidad en la Cámara de Senadores y luego fue firmado por el presidente Javier Milei.
«Hoy no celebramos ninguna fiesta religiosa», dijo Christian Hooft, presidente de ACIERA (Alianza de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina). «Celebramos la identidad histórica de la fe de millones de ciudadanos argentinos».
La Corte Suprema de Argentina ha dictaminado que el país no tiene una religión oficial o estatal. Sin embargo, aunque su Constitución garantiza la libertad religiosa, también establece que «el Gobierno Federal sostiene la Fe Católica Apostólica Romana».
Para Renata Viglione, psicóloga cristiana coautora del actual proyecto de ley, la nueva ley es una manifestación del derecho a la libertad religiosa. «Éramos el único culto que no tenía una conmemoración propia, a diferencia de las otras religiones. No es una ley [aprobada] por agradecimiento a la labor social [que los evangélicos realizan en el país], sino un derecho humano como ciudadanos», dijo. Para el catolicismo y el judaísmo, sus fechas conmemorativas fueron establecidas en 1995, y para la religión islámica, en 1996.
El hecho de que este día haya sido incluido en el calendario de conmemoraciones oficiales en materia religiosa también representa una oportunidad para dar a conocer a la iglesia y a Jesucristo, y proclamar el Evangelio, agregó.
El lunes 28 de octubre, ACIERA convocó a un evento para celebrar la instauración del Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes en el edificio Palacio Libertad de la ciudad de Buenos Aires. El festejo convocó a más de 1600 personas de todo el país, incluyendo a representantes de las comunidades católicas, judías e islámicas. También hubo una muestra de música y danza con más de 40 músicos y 100 voces.
«El lunes se glorificó al Señor», dijo Chris Swanson, director sénior de campañas evangelísticas y desarrollo de la Billy Graham Evangelistic Association, que actualmente está organizando una campaña evangelística con Franklin Graham en Buenos Aires para 2025. «Este evento representa un nuevo valor para la iglesia evangélica en Argentina ante los ojos de las autoridades, lo cual creo va a abrir puertas, si Dios permite, para que haya aún mayor libertad y alcance para el Evangelio».
En el acto convocado por ACIERA, la vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, quien es católica, reconoció la labor de la comunidad evangélica al ayudar «a las comunidades más vulnerables», y resaltó el carácter social y espiritual de la tarea que realizan tanto católicos como evangélicos en el país, una tarea «inspirada en el amor y la comprensión cristianos, [que] es el pilar fundamental para la construcción de una Argentina más justa y solidaria».
La comunidad evangélica en el país representa el 15 por ciento de la población argentina, según la última encuesta realizada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) en 2019, lo cual representa un incremento de 9 puntos porcentuales desde 2008. Según la misma encuesta, los evangélicos representan el 20 por ciento de los argentinos de entre 18 y 29 años, y el 26 por ciento de la población sin estudios universitarios.
Esta ley no fue la primera propuesta presentada ante el Congreso para honrar a los evangélicos. Es más bien la culminación de un proceso que llevó 10 años y que involucró a muchas agrupaciones políticas y confesiones de fe, que comenzó con la propuesta del diputado nacional Pablo Tonelli en 2014.
Dina Rezinovsky, evangélica y diputada de Juntos por el Cambio, presentó proyectos en 2020 y 2022; en este último año, la diputada Vanesa Massetani (de Unión por la Patria) presentó su propia propuesta.
En 2023, otros tres diputados de Unión por la Patria presentaron proyectos adicionales. Las distintas versiones se unificaron finalmente en un proyecto consensuado que fue aprobado por la Cámara de Diputados. La aprobación por el Senado y la firma del presidente tuvieron lugar este año.
«[El Día Nacional] es un reconocimiento al trabajo incansable de los pastores, líderes y cristianos que anónimamente visitan colegios, hospitales, cárceles, comisarías y trabajan por la paz de la Nación», dijo a CT Amilcar Matosian, quien forma parte del Consejo Pastoral de CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). «Nuestros valores por el bien común, el trabajo digno, las familias y el desarrollo no se ven en ningún evento, pero son parte de nuestra cultura expresada en cada familia y persona creyente».
Viglione agregó que la nueva ley es el resultado de diez años ininterrumpidos de trabajo de difusión a funcionarios, pastores y la comunidad en su conjunto, y abre más posibilidades de evangelización a nivel nacional. «Nos muestra que no es necesario ocupar un cargo político para lograr una ley. Basta ser obediente a lo que el Señor te llama y peticionar ante las autoridades como ciudadanos. Todos hemos sido llamados a proclamar el evangelio y ese es el objetivo principal de esta ley», afirmó.
Pero todavía queda trabajo por hacer.
En primer lugar, fuera de la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno no reconoce legalmente a las iglesias que no son católicas como iglesias.
«Es un primer paso hacia la modificación de la Ley de Culto o la creación de una nueva Ley de Libertad Religiosa que reconozca a las entidades evangélicas como lo que son: iglesias», dijo a CT la diputada Rezinovsky.
En la Ciudad de Buenos Aires, las iglesias han obtenido la personería jurídica como iglesias gracias a la modificación del Código Civil y Comercial a través de la Inspección General de Justicia (IGJ) este año.
«En la práctica somos fundación, asociación civil o sociedad de fomento, pero nada está más alejado de la realidad», dijo Matosián.
Los líderes de ACIERA expresaron que otro paso fundamental es lograr establecer capellanías evangélicas en las fuerzas de seguridad en las provincias, así como en hospitales, escuelas y cárceles.
Este año, el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires creó su primera sección de Capellanía Evangélica General Policial, que responderá al Jefe de Policía, e invitó al Consejo de pastores evangélicos de la Ciudad a nombrar a un representante como capellán. Otras provincias que ya cuentan con capellanías evangélicas son Misiones, Neuquén y Chaco.
Durante la celebración del lunes, los ponentes resaltaron el papel de la iglesia evangélica en la sociedad argentina, que incluye su trabajo en centros de rehabilitación y cárceles, en la asistencia y prevención de las adicciones, así como en comedores comunitarios.
Felipe De Stefani, vicepresidente de gestión y planificación de ACIERA, reconoció el trabajo que ACIERA está haciendo en cuestiones que venían muy atrasadas para la iglesia en Argentina. Históricamente, ACIERA se enfocó principalmente en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Desde que Hooft asumió como presidente en 2021, la Alianza amplió su alcance al incluir representantes de otras provincias a su Consejo Nacional de Directores, así como al organizar sus reuniones en otras provincias.
«Esos factores han contribuido a una profunda capilaridad nacional en el accionar de ACIERA [es decir, han ayudado a que sus acciones alcancen todos los rincones del país] y a un aumento en la unidad de la iglesia evangélica argentina», De Stefani compartió con CT.
En su discurso del lunes, Hooft llamó a la iglesia a perdonar las ofensas y a abandonar las posturas que causan división, misma que «nos paraliza y nos inhibe como nación». Agregó: «Debemos percibir y llamar las cosas como son, no hacernos los distraídos, hablar la verdad y dejar los eufemismos de lado».
Hooft también resaltó el importante papel de la iglesia evangélica al buscar un cambio positivo, a la vez que lamentó el índice de pobreza y la degradación cultural y moral que Argentina está atravesando.
Los líderes evangélicos comparten la esperanza de que se aproxime un gran avivamiento para Argentina.«Hoy vemos una iglesia unida como nunca. Debate y discute, pero conjuntamente trabaja en la extensión del reino de Dios», dijo De Stefani. «Augura un tiempo de avivamiento real en Argentina. Está viniendo».