La negación de la pandemia siembra división y pone en peligro a los demás

Muchos problemas surgen cuando pastores y líderes de la iglesia niegan que exista siquiera una pandemia.

Christianity Today October 14, 2020
Unsplash/Brian McGowan

El día en que los Estados Unidos rebasaron los 200 000 muertos por la COVID-19 tuiteé:

Hoy se alcanzan 200 000 muertos en los Estados Unidos. Es solo un recordatorio de que todavía estamos en una pandemia global, aunque su pastor diga que no la hay.

La mayoría de los pastores se mostraron casi unánimemente positivos: el tuit se compartió muchísimo, con cientos de retuiteos y miles de «Me gusta». Muchos pastores y líderes de la iglesia indicaron que compartían la misma preocupación. Sin embargo, algunos se disgustaron. Ciertos pastores se sintieron atacados, cosa que es comprensible si usted ha negado la pandemia global. Si no lo ha hecho, no parece haber razón para ver mi afirmación como polémica. Voy a explicarme.

Los pastores que niegan la pandemia están equivocados y difunden desinformación

He tratado de entender por qué algunos pastores negarían que la COVID-19 es una pandemia global. Esperaba que no se hubieran dejado engañar por un meme reciente de Facebook que decía que esta pandemia se ha reducido a un brote.

USAToday lo desmintió sin problema [en inglés], junto con esta afirmación [en inglés]: «Verificación: la COVID-19 sigue siendo una pandemia, aunque el sitio web de los CDC lo denominen “brote”».

Calificamos esta afirmación como FALSA. El meme es erróneo. No hay en él ningún elemento verdadero. El brote de COVID-19, aunque a menudo se describa como tal, sigue siendo una pandemia y así ha sido desde el 11 de marzo.

Y espero que no se hayan unido al malentendido de la estadística del 6%, que no fue «sigilosamente actualizada» y que se ha desmentido de forma contundente por prácticamente la totalidad de la profesión médica. Como ha explicado para USA Today un estadista y profesor de epidemiología:

Ninguno de nosotros vivirá para siempre, así que la muerte siempre es una cuestión de cuándo ocurrirá, no de si ocurrirá. El hecho de que muchas personas que han muerto a causa de la COVID-19 estuvieran más cerca de la muerte que el resto de nosotros no cambia que el virus les mató antes de tiempo.

Defender que solo el 6% de esas muertes son “reales” no solo subestima el impacto de la pandemia por COVID-19 en los Estados Unidos, sino que también devalúa las semanas, meses o años que aquellos que tenían enfermedades previas hubieran podido vivir si el virus nunca hubiera venido.

Un artículo explica de forma sencilla [en inglés]: “La afirmación viral de que solo el 6% de las muertes por COVID-19 están causadas por el virus es evidentemente errónea”.

Así pues, si no se trata de un meme ni de una malinterpretación de la estadística del 6%, ¿de qué se trata? Puesto que ambas cosas han sido claramente desmentidas, ¿por qué algunos pastores (una minoría, seguramente) continúan compartiendo la desinformación?

Cómo se difunde la desinformación

La desinformación corre a sus anchas durante los tiempos de crisis. Una vez que ha sido corregida, como ocurre con el meme y la estadística, se podría esperar que aquellos que difunden esta información falsa también se corrigieran a sí mismos. Es interés de todos estar unidos durante la crisis. ¿Por qué rechazar lo que la COVID-19 es en realidad: una pandemia?

Tal vez sea porque algunos pastores ven que esta pandemia afecta principalmente a los que tienen comorbilidad o son mayores de 65 años. Tal vez ven cómo las tasas de defunción en los ancianos han tenido una tendencia a la baja desde los comienzos de la pandemia. Quizá ven cómo las hospitalizaciones están fuera de control.

O tal vez no pueden soportar la politización de la pandemia desde ambas partes. Quizá estén cansados del modo en que los medios comercian con el miedo. Quizá sea porque están cansados de los confinamientos de nuestras ciudades, comunidades y negocios; cansados de ver a sus hijos sufrir con la enseñanza a distancia, deprimidos por no poder hacer deporte o no poder pasar tiempo con sus amigos en la iglesia.

Comprendo que puede ser que todas estas cosas nos conduzcan a la negación. Es parte del duelo. Y todos nosotros, colectivamente y como nación, estamos experimentando un duelo generalizado. Sin embargo, nada de esto cambia la verdad. La pandemia por COVID-19 ha sido como un viaje en avión con continuas turbulencias, que nos ha llevado de un estrés a otro, de una tensión a otra, y todos queremos que el avión aterrice, y que esta pesadilla de viaje termine.

Pero ninguna de las razones anteriores niega la verdad de nuestra realidad. Y nuestra realidad es que vivimos en una pandemia. Tanto los CDC, como la agencia NIH, la OMS, los demócratas, los republicanos, el Congreso, su hospital local y el presidente Trump saben que esto es una pandemia. Por esa razón, cuando los pastores difunden información falsa, no solo es dañino para los que observan, sino también para su testimonio público. También hace daño a la unidad de las otras iglesias, y hace que el liderazgo de los pastores que están tomando en serio esta pandemia sea aún más difícil. Así que, sí, estoy criticando a los pastores que difunden información falsa e incorrecta.

Céntrense en la misión

Si la gente hubiera leído mi tuit en tiempos normales, como muchos pastores hicieron, habrían dicho: «Sí, tiene sentido. Es una pandemia, aunque su pastor piense que no». Está claro que no es un ataque hacia [todos] los pastores. Si usted cree que lo es, entonces no ha leído bien. Usando mi plataforma de Twitter, me estaba enfrentando a pastores que difunden una peligrosa desinformación. Yo pienso que fue por eso que miles de personas lo compartieron: porque saben el daño que causa la desinformación.

En realidad, sí que estamos viviendo días difíciles. Comprendo el estrés que sentimos y la presión bajo la que estamos, en especial los pastores. Pero en las crisis no nos debemos olvidar de hacer frente a la brutalidad de los hechos, y de la realidad de la situación. No debemos dejarnos llevar por nuestros sentimientos o emociones, ni siquiera por nuestros deseos personales. Y ciertamente no debemos inclinarnos ante una muchedumbre en Internet.

Esta es la realidad: Ustedes son pastores, heraldos de la Buena Noticia, líderes del rebaño de Dios y movilizadores de la misión de Dios. No son médicos ni virólogos. Resulta bastante interesante que algunas de las voces más conservadoras de Twitter hayan estado gritando: “¡No hablen de razas, solo prediquen el evangelio!”, y que, sin embargo, esas mismas voces ahora digan: “He visto un meme en Facebook y la pandemia no existe”.

Mi mensaje de ánimo para los pastores es este: céntrense en su misión. Por consiguiente, tal vez sea mejor predicar el evangelio y dejar fuera las opiniones médicas basadas en memes.

Sigue siendo una pandemia y debemos enfrentarla de la mejor manera posible

Esta es la verdad que los pastores necesitamos:

  1. Sigue siendo una pandemia, aunque otros pastores digan que no lo es.
  2. Hay millones de pastores buenos y comprometidos haciendo que las cosas funcionen en su contexto local. Los pastores que niegan la pandemia lo están haciendo todo más difícil para ellos, sembrando división y desinformación.
  3. Los pastores saben que existe un llamado bíblico a reunirse y están haciendo que esto suceda. Algunas iglesias (incluyendo la mía) se están reuniendo en persona; otras aún principal o exclusivamente en línea, con gran cuidado, y a menudo asumiendo grandes costos.
  4. Estos pastores fieles están agradecidos de que yo esté desafiando la desinformación. (Lo estoy haciendo aquí de nuevo).

Puedo comprender que algunos cuestionen la gravedad de la situación. (Es necesario decir que es mucho menos grave desde que asumimos medidas para mitigarla. Como dijo el presidente Trump, hoy podríamos tener dos millones de muertos si no lo hubiéramos hecho). Así que estoy agradecido por todos los que desde el gobierno enfrentaron la situación con seriedad y emprendieron acciones. Y estoy agradecido por el buen trabajo de muchos pastores que están haciendo lo mismo: tomarse en serio esto y seguir liderando con fidelidad al pueblo de Dios.

Pensemos en esto: han muerto 200 000 personas en los Estados Unidos durante esta pandemia. Negar esta verdad o argumentar “Pero… tenían diabetes” no cambia el resultado. Este año, 200 000 personas dieron su último aliento y entraron en la eternidad: muchos de ellos en una eternidad sin Jesús.

En vez de tratar de desacreditar la COVID-19 como una pandemia, lo cual da como resultado desinformación, división y el entorpecimiento de nuestro testimonio público, que cada pastor que reconozca a Jesús como Señor predique las Buenas Nuevas y renueve su pasión por alcanzar a un mundo oscuro y herido de muerte. Ese es nuestro camino, esa es nuestra misión, y así es como enfrentaremos esta pandemia de la mejor manera posible.

Así que, como escribí en Twitter:

Estemos agradecidos por todos los pastores comprometidos que son conscientes de que estamos en una pandemia y están tomando decisiones precavidas y sabias que funcionan en sus contextos locales.

Pero sigue siendo una pandemia, aunque su pastor (o alguien en las redes sociales) diga que no lo es.

Ed Stetzer es director ejecutivo del Wheaton College Billy Graham Center, sirve como decano en el Wheaton College, y publica recursos para el liderazgo de la Iglesia a través de Mission Group. El Equipo de The Exchange contribuyó con este artículo y lo actualizó.

Traducido por Noa Alarcón

Editado por Livia Giselle Seidel

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