Nunca se trató de política.
Aristóteles López solo quería que los cristianos evangélicos venezolanos tuvieran presencia pública. Y durante años, les brindó el espacio.
De 2004 a 2020, López organizó la Marcha para Jesús de su país, obteniendo permisos y contratando oradores para el evento que atraía a miles de cristianos de toda Venezuela a las calles de Caracas cada octubre.
Desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, sus partidarios y opositores comenzaron a protestar con frecuencia, a veces violentamente. En aquel momento, los líderes evangélicos no parecían estar interesados en la política; solo querían una oportunidad para orar públicamente por un país cada vez más dividido entre el socialismo y el capitalismo.
En abril de 2004, López, entonces líder juvenil de su iglesia local, se reunió con pastores y líderes ministeriales en un hotel de cinco estrellas en Caracas. El orden del día: reunir las numerosas manifestaciones que organizaban los evangélicos en todo el país en una sola Marcha para Jesús.
López pasó los siguientes meses haciendo llamadas telefónicas, dando sermones y organizando reuniones con líderes de iglesias de todo el país. El 12 de octubre de ese año, su labor dio sus frutos.
«Cuando las autoridades vieron que logramos convocar a más de 30 000 personas en las calles de Caracas [en 2012], se preguntaron quién estaba detrás de la Marcha para Jesús», dijo López a CT. «Nos acusaron de tener militares y opositores involucrados, pero nunca fue así. La marcha siempre se caracterizó por ser políticamente neutral».
Más de 20 años después, los evangélicos siguen marchando. Pero este año es posible que asista el presidente Nicolás Maduro, quien ha estado en el poder desde la muerte de Chávez en 2013. En el Día Nacional del Pastor, que se celebró por primera vez en enero, mientras se tomaba de la mano en señal de unidad con el nuevo organizador de la marcha, el pastor Hugo Díaz, el presidente anunció que el evento sería adelantado al 2 de agosto.
Mientras tanto, López estará observando el evento desde Florida. En 2017, huyó del país tras enterarse de que el equipo de Maduro había conspirado para asesinarlo.
Una muestra de unidad
En sus inicios, la Marcha para Jesús de Venezuela fue una expresión de unidad entre los cristianos. Entre los participantes se incluían descendientes de luteranos y anglicanos que llegaron a Venezuela en el siglo XVIII, conversos de los misioneros estadounidenses del siglo XX y pentecostales, cuyo número comenzó a dispararse en la segunda mitad del siglo XX. La marcha incluso atrajo a algunos católicos.
«[Recuerdo que en una ocasión asistió] una monja con su hábito… llevaba una cruz, una vela encendida y un rosario», dijo López.
Cuando López organizó su primer evento, otros países ya llevaban más de quince años realizando marchas por Jesús. JuCUM (YWAM, Juventud Con Una Misión) organizó el evento inaugural en Londres en 1987.
Durante años, la marcha de Venezuela siguió creciendo, alcanzando su punto máximo en 2012 cuando 30 000 personas llenaron la Avenida Libertador en Caracas. En 2013, Chávez falleció y Maduro asumió la presidencia, una transición que inicialmente tuvo poco impacto en el evento, que seguía atrayendo a miles de personas cada octubre.
En 2017, López estaba en Brasil como parte del grupo organizador de la Marcha para Jesús en Río de Janeiro cuando se enteró de un plan de los colectivos chavistas —las milicias que apoyaron a Chávez y se unieron al gobierno de Maduro, acosando a todo aquel que identificaran como opositor— para atacarlo y hacerlo pasar por un intento de robo. «Me han tildado de cobarde por irme de Venezuela así. Pero yo tenía que salvar a mi esposa y a mis hijos, porque como pastor sé que mi primer ministerio es mi familia», dijo a CT.
López continuó organizando la marcha desde Miami durante varios años. Pero en 2020 renunció, y Díaz, contador del evento y pastor de la iglesia Casa de Vida en Caracas, asumió el cargo.
En sus años al frente de la organización, Díaz ha apoyado públicamente al gobierno de Maduro, incluso asistiendo a eventos que promueven el programa Mi Iglesia Bien Equipada, donde el gobierno entrega equipos de sonido, sillas o material de construcción a las iglesias. (Como informó CT, analistas políticos y los líderes religiosos percibieron esto como un esfuerzo del gobierno para ganar votos entre la creciente población cristiana del país).
Aunque es difícil medir el apoyo evangélico que Maduro tiene actualmente, estos acercamientos dividieron a la iglesia. Por un lado, están los pastores que aceptan la ayuda del gobierno sin remordimiento; por el otro, quienes evitan recibirla o asistir a eventos religiosos organizados por el gobierno para no perder su independencia.
El apoyo de Díaz a Maduro aparentemente ha ayudado a la comunidad evangélica a ganarse el favor del presidente. En la misma reunión de enero donde Maduro anunció la nueva fecha de la marcha, también la declaró Patrimonio Inmaterial y Espiritual de la Nación.
Sin embargo, el Consejo Evangélico de Venezuela (CEV) cuestionó la decisión de Díaz de invitar a Maduro a la inauguración del Día Nacional del Pastor y haberle obsequiado una Biblia.
«Creemos en la separación entre la Iglesia y el Estado, pero también en la responsabilidad cívica de los cristianos. No creemos en imposiciones ni en iniciativas que puedan ser percibidas como un intento de control o manipulación de la fe, o servir a la promoción de individuos», dijo José Piñero, director ejecutivo de la CEV.
Piñero realizó posteriormente una extensa entrevista donde le permitió a Díaz justificar el creciente apoyo del gobierno de Nicolás Maduro a la Marcha para Jesús.
«Quienes nos critican dicen que perdimos la fecha del 12 de octubre», declaró Díaz en la entrevista. «Pero ganamos una fecha adicional, porque el 12 de octubre declararemos Día Nacional de Ayuno y Oración».
Más que un cambio de fecha
La decisión de Maduro de cambiar la fecha de la Marcha para Jesús del 12 de octubre al primer sábado de agosto significa que los evangélicos ya no marcharán en un día que los espiritistas consagran para su diosa María Lionza, una de las figuras centrales de las artes ocultas en el país sudamericano. Durante años, la Federación Venezolana de Espiritismo, un grupo que cuenta con 7000 miembros, ha organizado una conferencia anual para brujas, chamanes y adivinos.
El pastor Georges Doumat, quien preside la iglesia cristiana Ministerio Apostólico y Profético del Dios Altísimo en Isla Margarita, conoce el poder de esta federación. Este destino turístico del Caribe, repleto de hoteles de lujo, fue elegido para albergar la primera reunión nacional de la Federación Venezolana de Espiritismo el pasado marzo.
Consciente de la lucha espiritual que vive el país en torno al 12 de octubre, Doumat publicó una columna de opinión donde explica por qué fue un error aceptar trasladar la Marcha para Jesús al primer sábado de agosto.
«La fecha elegida para la Marcha para Jesús en Venezuela fue bien intencionada. Fue como un acto por partida doble: llenamos las calles y avenidas de las ciudades con nuestras oraciones, alabanzas y consignas de fe, y a la vez hacemos frente al movimiento satánico de grupos que invocaban ese mismo día a sus deidades», escribió el pastor Doumat.
López coincide con Doumat y espera que este 12 de octubre los evangélicos salgan a marchar para Jesús como lo han hecho a nivel nacional desde 2004.
«Hugo dice que no perdimos el 12 de octubre, sino que ganamos otra fecha el 2 de agosto», dijo López, visiblemente molesto. «No, no, no. Tú cediste la del 12 de octubre. Se la dejaste en bandeja de plata a esta gente, a esos brujos. Se están dejando manipular por los políticos y están dividiendo al pueblo cristiano en lugar de unirlo».
Hernán Restrepo es un periodista colombiano que vive en Bogotá. Desde 2021, administra las cuentas de redes sociales de Christianity Today en español.