Cuando veía predicar a Billy Graham, David Bruce no podía evitar pensar en términos históricos.
Como asistente ejecutivo del famoso evangelista, a Bruce no le correspondía pensar en el futuro lejano: el legado de Graham, cómo se le recordaría después de su muerte, cómo se conservarían las pruebas del trabajo de su vida; sin embargo, él pensaba en ello todo el tiempo. Cada palabra y cada momento le parecían tan significativos que debían conservarse.
«Cuando terminaba de predicar, yo iba detrás de él y recogía las páginas de su sermón», recordó Bruce este verano, cuatro años después de la muerte de Graham. «Él no pensaba en eso. Pero yo pude ver el llamado de Dios en su vida y toda la historia que él estaba tocando».
En la actualidad, Bruce supervisa un monumento de última generación dedicado a la conservación de esa historia: un archivo de 12 millones de dólares y 30 000 pies cuadrados (2800 m²), mismo que se inaugurará el 7 de noviembre, día del cumpleaños de Graham.
En la primera planta del edificio se encuentra una sala de investigación bien iluminada. Se construyó con la asesoría de la especialista en diseño de archivos Michele Pacifico, y ahora está lista, esperando a que los historiadores vengan a pedir cajas y archivos. Arriba, en una sala cuidadosamente climatizada, estanterías industriales albergan miles de contenedores para archivo libres de ácido, cada uno con cientos de papeles. Otra sala alberga objetos de gran tamaño, desde un par de lederhosen que le regalaron, hasta el púlpito móvil de Graham.
El centro de investigación ubicado en Charlotte, Carolina del Norte, situado frente al museo-biblioteca Billy Graham, reúne por primera vez todo el registro documental de la vida y la obra de Graham en un solo lugar. Los archivos que habían sido prestados al Centro Billy Graham en el Wheaton College se combinarán con los cientos y cientos de cajas que permanecían en la oficina de la casa de Graham en Montreat, Carolina del Norte, y con material adicional que se encontraba almacenado en Charlotte y en las antiguas oficinas de su ministerio en Minneapolis.
«Realmente estamos buscando que todo sea lo más accesible posible», dijo la archivera Lindsay Elliott, quien anteriormente trabajó en el museo presidencial de Jimmy Carter en Atlanta. «Queremos ofrecer toda la amplitud de su ministerio, desde el material de Montreat hasta las producciones de World Wide Pictures. Estamos describiendo y clasificando todo. Queremos verlo todo».
Cuando se anunciaron los planes para los nuevos archivos en 2019, un año después de la muerte de Graham, algunos historiadores profesionales expresaron su profunda preocupación. Les preocupaba que la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA, por sus siglas en inglés) no cuidara el material tan bien como los profesionales de Wheaton y —lo que es más preocupante aún— que la BGEA limitara drásticamente el acceso.
Las colecciones privadas a veces dan prioridad a la preservación de una reputación por encima de la investigación académica. Esto es especialmente cierto cuando los fondos son supervisados por la familia o socios cercanos. Pueden vetar a los investigadores y negar el acceso a los que consideran demasiado críticos, o bien, pueden mantener los documentos sensibles fuera de la vista.
Sin embargo, Elliott y Bruce afirman que los archivos de Billy Graham estarán abiertos a todos los académicos, estudiantes e investigadores, y se gestionarán de forma profesional.
El legado de Graham es un tema controvertido entre los eruditos del siglo XXI. Algunos lo ven como un ejemplo de lo mejor del evangelicalismo y quieren comparar a otros con él. Señalan que era irénico, inclusivo, pragmático y centrado en Jesús. Dicen que cometió errores e hizo algunas cosas reprensibles, pero que aprendió de ellas y fue lo suficientemente humilde como para pedir disculpas.
«Graham no era una estatua de mármol», escribió el biógrafo Grant Wacker en la introducción de su libro America’s Pastor [El pastor de Estados Unidos], «y él fue el primero en decirlo».
Otros historiadores sostienen que un análisis más cuidadoso del historial de Graham muestra que él participó en las peores partes del evangelicalismo y que sus acciones fueron pasadas por alto. Han pedido una mirada más crítica sobre su participación en la política estadounidense, sus posturas sobre temas raciales (incluidas las declaraciones antisemitas grabadas en una conversación con Richard Nixon) y sus opiniones sobre las mujeres.
También hay una lucha popular sobre el significado de Graham. A medida que las cuestiones políticas han aumentado la temperatura en los debates internos entre los evangélicos, personas de ambos bandos han apelado a la memoria de Graham. Algunos de sus nietos, por ejemplo, utilizaron su legado para criticar el apoyo a Donald Trump. Pero su hijo mayor y presidente de la BGEA, Franklin Graham, aseguró que el evangelista votó a favor de Trump en 2016 y que creía que era «el hombre [indicado] para este tiempo».
El archivo y centro de investigación no está diseñado para resolver las disputas sobre el legado de Graham. No arreglará la reputación del evangelista en el tiempo. Está construido, en cambio, para disputar el tiempo.
En su propia vida, Graham fue famoso y frecuentemente nombrado uno de los hombres más respetados de Estados Unidos. Cuando la gente pensaba en lo que significaba ser un cristiano evangélico, pensaba en él.
Pero los evangelistas famosos desaparecen rápidamente de la memoria. Billy Sunday ya no es un nombre familiar, ni siquiera entre los evangélicos. Se calcula que predicó a unos 100 millones de personas, pero su museo, situado en Winona Lake, Indiana, ha luchado por mantenerse abierto. Los objetos efímeros de la vida y la obra de Charles Finney —incluyendo trozos de su carpa de avivamiento y una tabla frenológica de su cabeza— se guardan en 12 o 13 cajas en el Oberlin College de Ohio.
Sin embargo, en Charlotte, los archivistas del equipo de Elliott prepararán nuevas exposiciones para el museo vecino, situado al otro lado de la calle. Desde que se inauguró hace 15 años, la Biblioteca Billy Graham ha recibido a más de 1.7 millones de visitantes, incluidos los que asistieron al funeral de Graham en 2018. Tripadvisor la clasifica como la principal actividad para realizar en Charlotte, con más del 80 por ciento de visitantes que le dan cinco de cinco estrellas.
En otra sala del archivo, el archivista audiovisual David Eades supervisará la producción de entre 10 y 25 «clásicos de televisión de Billy Graham» que se emitirán en TBN, y se transmitirán en Roku y Amazon Prime. Las antiguas cruzadas con antiguos llamados al altar tendrán una nueva oportunidad de llegar a la gente, y Eades y su equipo también buscarán formas de hacer que la vida y el mensaje de Graham sean relevantes para los acontecimientos actuales. En septiembre, un nuevo especial sobre la relación de Graham con la reina Isabel II se emitió en Estados Unidos y la Mancomunidad Británica.
Esto no es solo nostalgia, insiste Bruce. Tampoco es historia por la historia en sí.
«El Sr. Graham no habría aprobado nada de esto a menos que pudiera utilizarse para promover el evangelio», dijo. «Espero que la gente vea la obra de Dios en su vida y toda la historia que tocó, y que [todo esto] pueda animar a la gente a reflexionar sobre la Palabra de Dios, que está viva y respira».
Daniel Silliman es editor de noticias de Christianity Today.