Ideas

Cuando Satanás nos invita a un camino atractivo, nosotros obedecemos a Dios

Columnist; Contributor

La humildad es una de las herramientas más eficaces para resistir al diablo.

Christianity Today June 24, 2022
Pablo Heimplatz / Unsplash

En Segunda de Corintios 2:11, el apóstol Pablo dice: «…pues no ignoramos sus artimañas [de Satanás]». Siempre perdonamos a la gente, dice en el versículo anterior, porque sabemos lo que el diablo está tramando, y no caemos en sus trampas. Una lógica similar subyace en la insistencia de Pablo en que los cristianos se pongan la armadura de Dios «… para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo» (Efesios 6:11, NVI). Satanás tiene un plan, pero nosotros lo sabemos, y estamos preparados para poder enfrentarnos a él.

No estoy seguro de cuántos cristianos occidentales hoy en día podrían hacer eco de los sentimientos de Pablo. Muchas iglesias, ansiosas por no parecer espeluznantes, raras o preocupadas de forma insana por el diablo, tiran al bebé junto con el agua de la bañera. Apenas si lo mencionan, y mucho menos le enseñan a la gente cómo planea destruirlos y qué deben hacer al respecto. Más de un puñado de personas que profesan ser cristianos no creen en él en absoluto, y justo eso es lo que él quiere. «El mayor truco que ha hecho el diablo», bromea Verbal Kint en The Usual Suspects [Los sospechosos de siempre], «es convencer al mundo de que no existe».

Obsesionarse con el diablo nos vuelve temerosos y paranoicos, pero ignorarlo por completo nos hace ingenuos y desprevenidos. Por eso es significativo que dos de los cuatro Evangelios nos ofrezcan relatos detallados de la campaña de guerrilla de Satanás contra el Señor Jesús (Mateo 4:1-11, Lucas 4:1-13). Reflexionar sobre cómo Satanás atacó a Jesús —y cómo nuestro Señor se mantuvo firme— puede resultar esclarecedor.

Según Mateo, inmediatamente después de ser bautizado, «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo» (4:1, NBLA). (Merece la pena recordar esto al pensar en la reciente controversia sobre el Padre Nuestro y sobre si Dios alguna vez metería a su pueblo en tentación). Como han señalado algunos comentaristas, el Espíritu estaba conduciendo a Jesús «hacia abajo»: desde Galilea hasta el Jordán, luego hacia el agua, y después aún más abajo hacia el desierto. El diablo, en cambio, quería llevarlo «hacia arriba»: a la ciudad santa, al pináculo del templo (v. 5), a un monte muy alto (v. 8). ¿La lección? A Satanás le encanta elevar a las personas antes de tiempo —para poder tentarlas mejor por medio de su orgullo, su desempeño personal, o haciéndolas ceder ante el mundo—, y tenemos que protegernos de él mediante la humildad y el servicio. Cuando Satanás nos invita a un camino alto y atractivo, nosotros seguimos el camino bajo en obediencia a Dios.

El primer ataque explícito de Satanás llegó con su primer reto: «Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan» (4:3). Jesús acababa de escuchar a su Padre declarar: «Este es mi Hijo amado en quien me he complacido» (Mateo 3:17), pero desde que eso sucedió, Jesús fue conducido al desierto, y no comió nada en cuarenta días. Así que Satanás no solo atacó su hambre, sino su calidad de Hijo. Si Dios realmente te amara tanto como dice, no te haría pasar tanta hambre, ¿verdad?

La siguiente salva de Satanás comenzó con la misma insinuación, pero apuntó a la confianza de Jesús en las Escrituras: «Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está…» (Mateo 4:6). El teólogo F.D. Bruner señala que mientras que la primera tentación se centró en la debilidad de Jesús (el hambre), la segunda se centró en su fuerza (la fe). Dices que confías en la Biblia, pero ¿lo haces realmente? ¿Qué pasa con los textos difíciles o que te traerán un costo personal? ¿Pondrás tu dinero como prueba de que crees en lo que dices?

El tercer ataque fue el más descarado: «Todo esto [reinos] te daré, si te postras y me adoras» (4:9). El diablo había intentado provocar en Jesús orgullo, inseguridad e incredulidad; en esta ocasión intentó hacerlo caer en la idolatría: elevar la misión (en el caso de Jesús, el Reino) por encima de Dios. Pero una vez más, Jesús se mostró decidido. Por tercera vez, respondió citando el mismo libro de Deuteronomio: «Porque escrito está…» (v. 10). Inmediatamente, Satanás lo dejó, y Jesús recibió comida y ángeles, justo lo que Satanás le había ofrecido en las dos primeras pruebas. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas (Mateo 6:33, NVI).

Si queremos saber quién es nuestro enemigo, Mateo 4 es un buen punto de partida. Satanás odia la humildad, nuestra calidad de hijos de Dios, las Escrituras y la adoración. Hará todo lo que pueda para corroerlos como ácido, y es mucho más probable que se salga con la suya si no sabemos lo que pretende. Pero, gracias a Dios, no ignoramos sus artimañas. Está escrito.

Andrew Wilson es pastor de enseñanza en la iglesia King's Church en Londres, Inglaterra, y es autor de Spirit and Sacrament (Zondervan). Síguelo en Twitter @AJWTheology.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

Para recibir notificaciones sobre nuevos artículos en español, suscríbase a nuestro boletín digital o síganos en Facebook, Twitter, Instagram o Telegram.

Novedades

Testimony

Yo quería morir por Alá. Ahora vivo para Jesús

Como musulmán militante, nunca esperé tener alguna relación con los cristianos. Mucho menos hacerme amigo de ellos.

Jesús todavía tiene razón sobre la persecución

Nueve verdades que los creyentes necesitan entender para orar efectivamente por el cuerpo de Cristo que sufre alrededor del mundo.

En Daniel, la escritura en la pared es tan clara como misteriosa

La advertencia de cuatro palabras es sencilla en apariencia. Pero, bajo la superficie, se esconden varias capas de significado.

La receta de Pablo para sanar una iglesia polarizada

La ética de bienvenida del apóstol desafía nuestros instintos personales, sociales y políticos.

El poder sin integridad nos destruye

Los evangélicos ayudaron a elegir a Trump. ¿Pueden exigirle también que rinda cuentas?

Cómo podemos orar por los cristianos perseguidos

Líderes de Asia, Oriente Medio, América Latina y África comparten motivos de oración por los creyentes que sufren a causa de su fe en Cristo.

News

Las deportaciones masivas prometidas por Trump ponen en vilo a las iglesias de inmigrantes

Algunas de las propuestas del presidente electo parecen improbables, pero ha amenazado con expulsar a millones de inmigrantes, tanto indocumentados como legales.

Apple PodcastsDown ArrowDown ArrowDown Arrowarrow_left_altLeft ArrowLeft ArrowRight ArrowRight ArrowRight Arrowarrow_up_altUp ArrowUp ArrowAvailable at Amazoncaret-downCloseCloseEmailEmailExpandExpandExternalExternalFacebookfacebook-squareGiftGiftGooglegoogleGoogle KeephamburgerInstagraminstagram-squareLinkLinklinkedin-squareListenListenListenChristianity TodayCT Creative Studio Logologo_orgMegaphoneMenuMenupausePinterestPlayPlayPocketPodcastRSSRSSSaveSaveSaveSearchSearchsearchSpotifyStitcherTelegramTable of ContentsTable of Contentstwitter-squareWhatsAppXYouTubeYouTube