Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).
Una de las mujeres cristianas más influyentes del siglo 20, Elisabeth Elliot, ha muerto.
Elliot, la escritora y oradora cristiana cuyo esposo, Jim, fue asesinado durante su corta pero legendaria labor misionera entre las tribus aun no alcanzadas en el oriente del Ecuador en los 1950s, murió el lunes a los 88 años de edad, según se informó. Había estado sufriendo de demencia.
Ella escribió dos libros sobre la muerte del mártir, su esposo, y los años que ella y su hija recién nacida pasaron viviendo ente los Aucas, la tribu que lo había asesinado. Su libro Portales De Esplendor llegó a ser catalogado el número 9 en la lista de CT de los 50 libros que han forjado a los evangélicos. El libro se convirtió en el más vendido, al igual que Sombra del Todopoderoso: La Vida Y El Testimonio De Jim Elliot.
“Esas historias se convirtieron en las historias misioneras de inspiración de la segunda parte del siglo veinte,” dijo Kathryn Long, profesora de historia de Wheaton College. “Ella tenía un verdadero sentido de lo que era la audiencia evangélica, y podía contar esta historia de tal manera que conectaba los valores evangélicos.”
Long dijo que los libros posteriores de Elliot sobre misiones, No Te Harás Imagen y Mi Pariente El Salvaje, levantó interrogantes importantes sobre la obra misionera. Su legado, dijo Long, refleja su complexidad tanto como “una escritora dotada e inspiradora, como alguien con una percepción extraordinaria.”
Elliot la hija de misioneros a Bélgica y estudiante graduada de Wheaton (quien ofrece una biografía completa), escribió más de una docena de libros adicionales y lanzó un programa de radio, Gateway to Joy, que se trasmitió hasta el 2001. Escribió para CT sobre La Oración De Las Cinco Viudas, La Desilusión En Jesús, Una Lección De La Resurrección, Y Que Sucede Cuando La Muerte Se Lleva A Un Ser Amado.
Nancy Leigh DeMoss, cuyo programa radial Revive Our Hearts que se inició después de que terminara el programa de Elliot, fue entre las primeras personas en anunciar su muerte en los medios sociales. DeMoss escribió que Elliot “decididamente demostró lo que significaba el simplemente ‘confiar y obedecer.’” También recordó la frase singular con la que Elliot iniciaba su programa: Eres amada con un amor eterno. Eso es lo que la Biblia dice. Y por debajo de todo están los brazos eternos. Esta es tu amiga, Elisabeth Elliot.
El ex productor del programa radial de Elliot, Jan Wismer, describió a la misionera como una “pionera y una guerrera en la oración” en un tributo que se hiciera en el 2013 en la publicación hermana de CT Today’s Christian Women. Wismer escribió:
Elisabeth creía en esta pregunta fundamental: ¿Es esto la voluntad de Dios para mí, en este momento, en este lugar? … Sin ningún titubeo, Elisabeth sostenía tales verdades como: dar para recibir, perder para encontrar, y morir para vivir. Poniendo su mirada “en las cosas de arriba” (Colosenses 3:1), Elisabeth ministró entre tres grupos indígenas en Ecuador antes de ayudar a sus lectores y oyentes a encontrar gozo en los asuntos ordinarios de la vida—como cocinar alimentos y limpiar el baño—en su programa radial propagado mundialmente. Ella lo llamaba vivir sacramentalmente, y sus principios tan sólidos como una roca formaron mi vida.
El año pasado, conforme declinaba la salud de Elliot, WORLD entrevistó a su tercer esposo, Lars Gren. Elliot conoció a su esposo cuando él era estudiante en el Seminario Teológico Gordon-Conwell, y permanecieron casados por 36 años, hasta la muerte de ella. La revista reportó:
Gren dijo que Elliot ha manejado la demencia igual que la muerte de sus esposos. “Ella aceptaba estas cosas, percatándose que no era sorpresa para Dios”, dijo Gren. “Era algo que hubiera preferido no haber experimentado, pero lo recibió.”
Steve Saint—hijo de Nate Saint, uno de los otros misioneros que murieron junto al primer esposo de Elliot—escribió sobre la muerte de “tía Betty” en Facebook diciendo:
Creo que Elisabeth estaría contenta de que se le recordara como una mujer que no fue mucho pero a quien Dios usó grandemente. Para el resto de nosotros los mortales, ella fue una mujer increíblemente talentosa y dotada quien confió en Dios en las grandes calamidades de la vida—aún en la pérdida de su mente, en la demencia—y quien permitió que Dios la usara. Y Dios sí le usó.
Miles de personas harán duelo por su muerte. Ciertamente yo seré uno de ellos. Pero no es algo increíblemente maravilloso que nuestra perdida es ciertamente su ganancia. ¡Otra vez puede hablar y pensar! Recordemos a su hija Val y a su yerno Walt y a sus ocho nietos. También oremos y recordemos a su esposo Lars quien cuidó de ella y se aseguró que le cuidaran durante los diez años de su lucha contra la enfermedad que le robó su mayor don.
Elliot apareció en la lista de CT de las “50 mujeres que debes conocer” donde se mencionó cuantos de sus libros llegaron a ocupan un lugar especial en los hogares evangélicos. Con títulos como Déjenme Ser Una Mujer y Pasión Y Pureza, este último uno de los 5 mejores libros sobre soltería de CT, Elliot tuvo un seguimiento singular entre las mujeres cristianas.
Christine Caine la llamó “una mujer poderosa de Dios” y una “verdadera guerrera” cuyo legado continua entre las mujeres de fe del día de hoy, incluyendo las hijas de Caine.
“Cuando yo estaba en la universidad bíblica yo quería ser una misionera valiente como ella”, dijo Caine a CT, que es maestra de la Biblia y líder del ministerio de mujeres Propel. “Su fe, su tenacidad, su entrega al llamamiento de Dios, y su fe firme durante los momentos oscuros y las temporadas de gran perdida y dolor me han ayudado a navegar los tiempos difíciles en mi propia vida y ministerio.”
Kay Warren, esposa del pastor de la iglesia Saddleback, Rick Warren, considera a Elliot “una de sus más sagradas compañeras” y la honró con una reflexión que incluyó:
“Elisabeth, gracias por formarme en la mujer que ahora soy, por modelar lo que significa seguir firmemente a Jesús, por nunca abandonar a Dios durante tus días más oscuros y por mantener tu fe hasta el final. Gracias en nombre de millones de mujeres—jóvenes y ancianas—quienes encontraron en ti una mujer digna de emular.
“Su legado se encuentra en cientos de miles de mujeres como yo… Ella nos hizo un llamado a ver las vanas promesas que el mundo da, lo que significa ser mujer y a aceptar el contentamiento como Dios lo diseño para ser experimentado,” dijo la escritora y líder de ministerio a la mujer Danna Gresh, quien empezó a leer Pasión Y Pureza cuando todavía era una estudiante soltera universitaria. “Cuando miro su trayectoria a lo largo de su vida, me doy cuenta que Dios le hizo un llamado a una cita especial… una cita que pocos de nosotros hubiéramos podido aguantar.”
Aficionados y líderes cristianos, incluyendo el predicador Bautista Tony Evans, envió Tweets el lunes recordando alguna de las declaraciones más citadas de Elliot:
- “Déjalo todo en las manos que fueron heridas por ti.” (Portales de esplendor)
- “Este regalo para este día; Dios sigue siendo el dueño de mañana.” (Déjenme Ser Una Mujer)
- “Si crees en un Dios que controla las cosas grandes, tienes que creer en un Dios que controla las cosas pequeñas.” (Déjenme Ser Una Mujer)
En una de las primeras ediciones de CT, Elliot escribió:
“Hemos comprobado sin lugar a duda que Dios dijo lo que quiso decir—Su gracia es suficiente, nada nos puede separar del amor de Cristo. Oramos que si hay alguien, en algún lugar, que teme que el costo del discipulado es demasiado alto, que le sea dado divisar este tesoro en el cielo prometido a todos aquellos que lo dejan todo atrás”.
Cuatro años después que murieron los mártires, ella dio una entrevista exclusiva a CT sobre sus planes en Ecuador. Una entrevista posterior más extensa con CT exploró como sus “sólidas perspectivas no eran solamente sobre las mujeres”.
El blogger de CT Ed Stetzer resaltó los comentarios de Elliot sobre el lugar de las mujeres en las misiones, y que la portada de CT tituló “La clave del futuro de las misiones”.
La historia de Jim Elliot, Nate Saint, y sus compañeros Peter Fleming, Roger Youderian, y Ed McCully—muy famosamente narrada en el libro de Elisabeth Elliot Portales de esplendor—es quizás la historia misionera más narrada en los últimos 100 años, y sigue siendo de inspiración para muchos. (La universidad Wheaton ofrece videos de tributo a los mártires al igual que una colección especial de los escritos de Elisabeth Elliot.)
CT frecuentemente recuerda a los cinco misioneros, haciendo mención del lugar que ocupan en el pliego evangélico. Steve Saint, hijo de Nate Saint, escribió la historia principal examinando la razón por la que fueron asesinados. Los Aucas se unieron a lo que llego a ser “lo más innovador de las misiones modernas.” Dayuma, el primer Auca convertido, murió el año pasado. Rachel Saint, quien sirvió al lado de Elliot, murió en 1994.
[Foto cortecía de elisabethelliot.org]