28 atletas cristianos han llegado a los Juegos Olímpicos de París 2024

Conoce a estos deportistas olímpicos de todo el mundo que siguen a Jesús.

Christianity Today July 27, 2024
Ilustración de Mallory Rentsch Tlapek / Fuente de imágenes: Getty / WikiMedia Commons

Muchos amantes de los Juegos Olímpicos se enteran de que sus atletas favoritos aman a Jesús a través de las publicaciones en las redes sociales o por medio de las entrevistas posteriores a sus éxitos en el campo de juego, la cancha, la pista o la piscina. Pero la inmensa mayoría de los cristianos que compiten en los Juegos no llegarán al podio.

Para muchos, el mero hecho de llegar a los Juegos será un testimonio tras haber superado lesiones, problemas de salud mental o dolor por la pérdida de seres queridos. A continuación, presentamos las historias de atletas cristianos de 13 deportes y 20 naciones, todos deseosos de enorgullecer a sus países, pero principalmente, a su Señor.

Con reportajes de Annie Meldrum, Isabel Ong, Angela Lu Fulton, Franco Iacomini, Mariana Albuquerque y Morgan Lee.

Bádminton

Anthony Sinisuka Ginting (Indonesia)

https://www.instagram.com/p/C4rJa9fhqyX/

Conocido como el «Asesino de Gigantes» del bádminton por derrotar a las grandes estrellas de este deporte, Anthony Sinisuka Ginting se llevó a casa la medalla de bronce en individuales masculinos de bádminton en Tokio. Este año, vuelve a los Juegos Olímpicos con su compatriota Jonathan Christie, jugador de bádminton indonesio y también cristiano.

Ginting nació en Cimahi, Java Occidental, y es de la etnia karo, un pueblo del norte de Sumatra donde los cristianos constituyen el 70 por ciento de la población. Su padre comenzó a enseñarle a jugar bádminton cuando tenía cinco años, y empezó a competir a los nueve. Desde entonces, ha conseguido medallas o victorias en numerosas competencias.

En su cuenta de Instagram, Ginting deja claro que no se avergüenza de su fe. En un post de marzo, señaló que había quedado segundo por detrás de Christie en la competencia All England Open, y escribió: «Gracias Jesús por tu bondad. Todo fue más allá de mis expectativas». En respuesta, Christie comentó: «Hicimos historia juntos como nunca lo imaginamos, Dios es bueno todo el tiempo».

Baloncesto

Kayla Alexander, Canadá

https://www.instagram.com/p/C3OQj6gNnBk/

La jugadora de baloncesto del equipo de Canadá Kayla Alexander, de 33 años, escribe con frecuencia en Instagram y en su blog sobre cómo Dios ha dirigido su carrera. «Cada sueño que tuve de niña, Dios lo ha superado de maneras que nunca pensé posibles», escribió en 2018.

La pívot estrella ha jugado en la WNBA y actualmente está en el equipo profesional español Valencia Basket, un lugar en el que nunca pensó que estaría cuando tenía 12 años y quien tuvo una «terrible» presentación en su primera prueba de baloncesto. En 2020 sufrió lesiones de rodilla que la dejaron fuera de juego y con el «corazón roto». Pero su fe en Dios la mantuvo motivada: «Desgraciadamente, ocurren cosas que no tienen sentido, no entendemos el razonamiento o el porqué detrás de ellas, pero creo que [Dios] lo resuelve todo para su bien y su gloria».

Cuando Japón venció a Canadá en el torneo de clasificación olímpica, Alexander pensó que sus esperanzas olímpicas se habían esfumado. Pero el equipo se recuperó para terminar tercero y asegurar la clasificación. «¡Dios ha dicho que aún no hemos terminado! Cuando dicen que Él obra de maneras misteriosas, ¡que éste sea el ejemplo!», declaró.

Carlik Jones, Sudán del Sur

https://www.instagram.com/p/Cq3dTxLu5E5/

Desde que se convirtió en una nación independiente hace 12 años, Sudán del Sur ha luchado contra conflictos y desastres humanitarios. Sin embargo, este verano, el país enviará a los Juegos Olímpicos a su primer equipo de baloncesto, liderado por Carlik Jones, de 26 años, cuya herencia sursudanesa viene por parte de madre.

Jones, que ha jugado en los Chicago Bulls y actualmente milita en los Zhejiang Golden Bulls, nació con una afección cerebral que lo alejó de los deportes de competencia durante varios años, ya que sufrir una conmoción cerebral podría haberlo lesionado gravemente. Finalmente, los médicos lo dieron el alta en segundo grado y a partir de ahí empezó su carrera en el baloncesto.

Jones glorifica a Dios con frecuencia en sus redes sociales. «Pongo mi confianza y mi fe en Dios, y dejo que Él me guíe», tuiteó en octubre de 2022. Al mes siguiente, escribió: «HE SIDO EXTREMADAMENTE BENDECIDO, GRACIAS A DIOS», y al mes siguiente, publicó: «DIOS, ERES INCREÍBLE».

A pesar de la falta de experiencia internacional de su equipo, Jones cree en ellos. «Sudán del Sur ha sido ignorado, su gente ha sido ignorada, y nosotros como unidad hemos sido ignorados», dijo el año pasado. «Solo intentamos poner a Sudán del Sur en el mapa».

Boxeo

Saidel Horta, Cuba

https://www.instagram.com/p/CjB-vp1LfE9/

Saidel Horta se aseguró una medalla de plata en los Campeonatos Mundiales de Boxeode 2023 y obtuvo su clasificación olímpica en la división de peso pluma el mismo año durante los Juegos Panamericanos. Sin embargo, en 2021, Horta había contemplado la posibilidad de retirarse. Tras no subir al podio en la categoría juvenil, se preguntó si era lo bastante bueno para las competencias de alto nivel. Al final, su amor por el boxeo lo motivó a seguir con su capacitación, lo que dio como resultado una gran actuación en 2023 que culminó con una plaza olímpica.

Con solo 21 años, Horta es reconocido ahora como uno de los defensores de la apreciada tradición boxística cubana. En una foto publicada en las redes sociales, el deportista aparece de pie dentro del cuadrilátero con la mano levantada hacia el cielo. Su pie de foto parafrasea el Salmo 121: «Mi ayuda viene de lo alto». En otro post, escribió: «Dios, todo el honor y la gloria para ti».

Gimnasia

Aleah Finnegan, Filipinas

https://www.instagram.com/p/Cx8fAQKqjGg/

Aleah Finnegan, de 21 años, fue la primera gimnasta femenina de Filipinas que clasificó para los Juegos Olímpicos desde 1964. (Varios meses después, Emma Malabuyo, otra gimnasta filipino-estadounidense, también clasificó).

«Gracias por la oportunidad de representar a este hermoso país… ¡Que Dios sea glorificado!», escribió en un pie de foto de Instagram debajo de una foto suya sosteniendo la bandera filipina.

Finnegan es filipina por parte de su madre, y representó a Estados Unidos de 2019 a 2021. En 2021, se retiró de la gimnasia de élite para competir a nivel universitario en la Universidad Estatal de Luisiana. Un año después, obtuvo la nacionalidad filipina.

En el Campeonato Nacional de la NCAA de 2024, las altas puntuaciones de Finnegan ayudaron al equipo de gimnasia de LSU a ganar el título de campeón por primera vez en la historia del programa.

"¡¡DIOS HIZO [ESTO]!! ¡SOMOS CAMPEONES NACIONALES!», escribió, celebrando su victoria. «Gracias, Jesús, por permitirnos competir por algo mucho más grande que nosotros mismos».

Brody Malone, Estados Unidos

https://www.instagram.com/p/C7slo9vukDD/

Después de que Brody Malone se sometiera a una tercera cirugía en su pierna derecha hace apenas un año, sus probabilidades de participar en los Juegos Olímpicos de 2024 no parecían buenas. Se dislocó la rodilla tras aterrizar mal, lo que le dejó una fractura de tibia y múltiples ligamentos rotos.

Ahora, poco más de un año después, ha ganado el concurso completo o all-around de gimnasia de Estados Unidos y planea participar en sus segundos Juegos Olímpicos. Tras quedar cuarto en la competencia de barra alta en Tokio, tiene la vista puesta en la medalla de París.

Malone pasó por un proceso de recuperación brutal: esencialmente tuvo que «volver a aprender a caminar». Su vida personal tampoco ha estado exenta de pruebas. Su madre falleció de cáncer en 2012, y en 2019, su madrastra murió de un aneurisma cerebral.

Sin embargo, él sigue alabando a Dios.

«Solo tengo que darle toda la gloria a Dios», dijo a principios de este año. «Todo esto es Él… Así que solo quiero darle las gracias por esto».

Judo

Geronay Whitebooi, Sudáfrica

https://www.instagram.com/p/CwkdFnFI_ih/

La judoka Geronay Whitebooi ha visto demasiadas cosas en la vida como para andarse con rodeos. Hace poco, cuando terminó segunda en el Open de África 2024 de Marrakech, publicó una foto suya después del torneo con una expresión seria en el rostro.

«Mi corazón deseaba la medalla de oro, pero no era el plan que Dios tenía para mí hoy. DIOS es mi fuerza y poder», escribió en un extenso post de Instagram. «DIOS está conmigo y dentro de mí».

Whitebooi, que también se clasificó para los Juegos Olímpicos de 2021, ha ganado múltiples títulos en torneos africanos y europeos. Sin embargo, para llegar a este punto de su carrera en el judo, dijo que tuvo que renunciar a su vida social y pasar tiempo alejada de su familia, especialmente porque se enfrentó a las trágicas pérdidas de dos miembros de su familia: su padre cuando tenía 13 años y su hermana hace dos años.

«La medalla representa con orgullo otro esfuerzo que he hecho para romper barreras, pero es una medalla que miro con tristeza porque hice que [mi hermana] se sintiera orgullosa, pero no estuve lo suficiente para mi familia y para mí durante ese tiempo», dijo sobre su victoria en la Copa de Europa Senior 2022.

«Nuestro dolor tiene un propósito», escribió recientemente. «También podemos alegrarnos cuando nos topamos con problemas y pruebas, porque sabemos que nos ayudan a desarrollar perseverancia».

Rugby

Jerry Tuwai, Fiyi

https://www.instagram.com/p/Cui_ISVJ7Cs/

El jugador fiyiano de rugby Jerry Tuwai, de 35 años, lideró a sus equipos para conseguir el oro en Río 2016 —la primera victoria olímpica para su país— y en Tokio. En ambas ocasiones, Tuwai y sus compañeros se abrazaron en círculo y cantaron el himno tradicional «We Shall Overcome», o, como se conoce en Fiyi, «E Da Sa Qaqa». Su letra en dice: «Hemos vencido / Por la sangre del Cordero / Y la palabra del Señor».

«Siempre empezamos… y siempre terminamos con nuestras oraciones y canciones. Esa canción dice que nuestro Dios es un Dios amoroso», dijo Tuwai.

Tuwai creció en uno de los distritos más pobres de las afueras de Suva, la capital de Fiyi, y vivía en una casa de una sola habitación hecha con paredes de lámina o chapa ondulada. Utilizaba botellas de plástico o ropa enrollada como balón de rugby. Cuando se le preguntó qué le había hecho triunfar en este deporte, Tuwai atribuyó el mérito a la disciplina y a la dependencia de Dios.

En enero, Tuwai fue expulsado de la selección conocida como los Fiji Sevens por no estar en forma. Seis meses después, fue anunciado como capitán de la selección de París, justo cuando Tuwai pensaba que su carrera en el rugby había terminado. «Uno tiene planes diferentes, pero Dios tiene otro plan para nosotros… tal vez este y tal vez el siguiente gran plan», dijo. «No lo sé. Solo Dios lo sabe».

Monopatín o skateboarding

Rayssa Leal, Brasil

https://www.instagram.com/p/C0ZVXWTOcra/

A los 7 años, Rayssa Leal tuvo su primer momento de fama. Tony Hawk, uno de los nombres más conocidos del skateboarding, compartió un video que mostraba a la estudiante de primaria vestida de hada y ejecutando un heelflip perfecto.

A los 11 años, Leal había empezado a competir internacionalmente y, a los 13, se convirtió en la medallista olímpica más joven de Brasil, al ganar la medalla de plata en la categoría de street skateboarding en Japón 2021. «¡Gracias, Dios, por darme la oportunidad de hacer lo que amo!», escribió la noche antes de la competencia.

El pasado diciembre, Rayssa logró la puntuación más alta de su carrera en la final de la SLS Super Crown de São Paulo. «Todo el honor y la gloria a Dios», escribió. Ahora, a los 16 años, la chica que asiste a una iglesia bautista en Imperatriz, ciudad del estado nororiental de Maranhão, aspira al oro.

Fútbol soccer

Rasheedat Ajibade, Nigeria

https://www.instagram.com/p/Cf2X3I4MCMO/

En el último partido del torneo de clasificación olímpica, Rasheedat Ajibade marcó el golde la victoria y el que envió a la selección femenina de fútbol de Nigeria a París, sus primeros Juegos desde 2008.

Ajibade celebró su victoria con una camiseta en la que se leía: «Jesús revelado, Jesús glorificado, Aleluya», y en el pie de una foto posterior al partido escribió: «SOLO A TI SEÑOR SEA TODA LA GLORIA. EL MANDATO SIGUE SIENDO CLARO COMO EL AGUA».

A pesar de estas atrevidas profesiones de fe, Ajibade dice que se considera una persona reservada y que a menudo ha recurrido a teñirse el pelo de azul para expresar su personalidad. Para Ajibade, su pelo es un guiño a sus luchas contra la depresión cuando era adolescente, y un símbolo de que desea animar a la gente al afirmar que todo el mundo puede sobrevivir a los problemas de salud mental.

Ajibade comenzó su carrera profesional como futbolista a la temprana edad de 13 años y en 2022 se proclamó máxima goleadora de la Copa Africana de Naciones Femenina. También juega en el Atlético de Madrid, que ganó la Copa Femenina en 2023.

A pesar de su éxito, Ajibade sigue estando en sintonía con los menos afortunados de su país. El año pasado visitó un barrio de la ciudad de Lagos, y más tarde escribió: «Nuestra misión era doble: extender actos de bondad y compartir la luz del Evangelio (Marcos 16:15)».

Taishi Brandon Nozawa, Japón

https://www.instagram.com/p/C0nshzfPP-r/

En un país donde solo el uno por ciento de la población es cristiana, el portero japonés de 21 años, Taishi Brandon Nozawa, se ha comprometido a utilizar su plataforma para compartir su fe. Su cuenta de Instagram incluye imágenes suyas en el campo de fútbol intercaladas con versículos de la Biblia, pensamientos sobre sus devociones diarias y una canción de adoración.

Bajo una imagen de la cita de Charles Spurgeon «Sean Biblias andantes», Nozawa escribió: «Para los cristianos, la Biblia es una lámpara y una luz que ilumina el camino por el que caminamos. Sin embargo, para quienes no leen la Biblia, no es luz. Entonces, ¿qué hacemos? Debemos convertirnos en una Biblia que lean nuestros vecinos y convertirnos en una luz para ellos».

Nozawa, originario de la provincia de Okinawa, ha jugado en la selección nacional de Japón desde los 14 años. En 2023, jugó en el FC Tokio.

«Me gustaría expresar mi sincera gratitud por todas y cada una de las bendiciones que el Señor ha preparado y guiado para nosotros esta temporada», escribió en un post de Instagram a finales del año pasado. «Incluso cuando los tiempos son difíciles, cuando las cosas no van bien y hacemos cosas que desagradan al Señor, su amor inmutable es realmente maravilloso. Por eso vuelvo y adoro al Señor».

Natación

Adam Peaty, Gran Bretaña

https://www.instagram.com/p/CRx9zWmruum/

Adam Peaty ganó los 100 metros estilo pecho masculino tanto en los Juegos Olímpicos de Río como en los de Tokio y también ha ganado ocho oros en campeonatos mundiales. Sin embargo, el nadador británico ha lidiado con importantes luchas personales, tales como la depresión y el alcoholismo.

Se hizo cristiano en 2022, después de que una lesión en el pie lo obligara a abandonar la piscina. Empezó a ir a la iglesia con regularidad después de reunirse con el capellán Ashley Null, y esta nueva rutina «se sentió como la parte del rompecabezas que me faltaba», dijo. Ahora luce una gran cruz tatuada en el abdomen, acompañada de las palabras Into the Light (Hacia la luz).

Caeleb Dressel, Estados Unidos

https://www.instagram.com/p/C9U5N3pIyC4/

Caeleb Dressel dice que el águila que lleva tatuada en el hombro hace referencia a Isaías 40: «Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán» (v. 30-31).

Aclamado como sucesor de Michael Phelps, Dressel va camino de hacer honor a ese nombramiento. En Tokio, se llevó a casa cinco medallas de oro.

Sin embargo, su trayectoria no siempre ha sido fácil. Antes de los últimos Juegos Olímpicos, Dressel tuvo problemas de depresión y ataques de pánico. La presión de estar a la altura de uno de los nombres más conocidos del deporte era un gran peso sobre sus hombros.

No obstante, su fe le ayudó a salir de esa situación. «Aprendí de verdad a ver la luz al final del túnel y a confiar en lo que Dios está haciendo, tanto si se trata de un momento difícil de tu vida como de un momento en la cima», dijo.

Georgia-Leigh Vele, Papúa Nueva Guinea

https://www.instagram.com/p/C0FP6_VBUv8/

Cuando recibió la medalla de bronce en los 50 metros estilo pecho femenino de los Juegos del Pacífico 2023, Georgia-Leigh Vele, de 25 años, dijo: «Tenía esperanza de que esto llegara. Nunca se sabe lo que puede pasar, pero me esforcé al máximo y Dios hizo el resto».

Para Vele, ser atleta la ha llevado a sentirse agradecida y contenta. «Me entrego completamente al Señor con agradecimiento y alabanza», escribió el año pasado. «Es algo increíble cuando encuentras ese lugar, donde sabes que puedes y que lo harás gracias a Él».

La atleta, que compite por primera vez en unos Juegos Olímpicos, competirá en los 50 metros libres en París, continuando el legado de su familia en la natación de competencia.

Taekwondo

Lolohea Naitasi, Fiyi

https://www.instagram.com/p/C8bVcw8yXax/

El taekwondo no fue el primer amor de Lolohea Naitasi. Esta joven de 17 años empezó jugando al netball, pero comenzó a practicar este arte marcial coreano en una clase de educación física en la escuela hace tres años y siguió practicándolo tras conseguir una beca.

El año pasado ganó una medalla de plata en sus primeros Juegos del Pacífico, y su medalla de plata en el torneo clasificatorio de este año le valió una plaza en París.

«La preparación para los Juegos Olímpicos no es fácil, pero cuando pones a Dios en primer lugar, todo es posible», afirmó.

Atletismo

Julien Alfred, Santa Lucía

«Considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse a nosotros» (Romanos 8:18). Julien Alfred, una prometedora estrella del atletismo de Santa Lucía, nombrada dos veces atleta del año de su país, incluye este versículo en su perfil de Instagram.

Alfred ganó una medalla de plata en los 100 metros planos femeninos en los Juegos de la Commonwealth de 2022. En 2024, quedó primera en la final de 60 metros del Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta.

Mientras se prepara para correr en los 100 (y quizá en los 200), cree que su fe en Dios y su duro trabajo pueden llevarla a estar entre las mejores. «Soy una mujer de Dios fuerte y muy trabajadora, y eso me ha hecho ser quien soy», afirma. «Por eso estoy hoy aquí».

Rasheed Broadbell, Jamaica

https://www.instagram.com/p/C72Ao0ARv3z/

El atleta jamaicano Rasheed Broadbell, de 23 años, destaca en los 110 metros vallas masculinos, evento en el que ganó una medalla de oro en los Juegos de la Commonwealth de 2022.

La destacada actuación de Broadbell creó expectativas para el Campeonato Mundial de Atletismo de 2023. Pero en las preliminares, chocó contra varios obstáculos y se cayó.

A pesar de estos problemas, Broadbell expresó su gratitud a Dios. «Ha sido un viaje como una montaña rusa; estoy agradecido por todo. Sobre todo, le doy las gracias a Dios por haberme sacado adelante en cada momento».

Al reflexionar sobre su clasificación para París, compartió en Instagram: «Bendecido por haber llegado al equipo nacional por tercera ocasión, pero súper agradecido por haber llegado a mis primeros Juegos Olímpicos. Si tuviera que decir la historia de cómo lo hice sin los videos de la carrera sonaría loco, pero Dios continúa haciendo sus milagros en mi vida y estoy verdaderamente honrado de mostrar lo que el Señor ha hecho por mí».

Olivia Lundman, Canadá

Olivia Lundman, de 21 años, participará en el primer relevo mixto de maratón de la historia de los Juegos Olímpicos junto a su compañero de equipo y entrenador, el medallista olímpico Evan Dunfee. En el evento clasificatorio de abril, Lundman tuvo problemas en los últimos diez kilómetros y vomitó dos veces. Pero se armó de valor y terminó entre las 22 primeras clasificadas para las olimpiadas. «Me siento increíblemente bendecida por tener esta oportunidad y estoy emocionada por el viaje que me espera», escribió Lundman en Instagram.

Lundman también fundó Beneath the Surface para compartir historias de jóvenes que viven con problemas de salud mental. «He aprendido a abrirme a los demás, abrazar quién soy y apoyarme en mi fe», escribió. «Es algo en lo que todavía tengo que trabajar cada día, pero sé que [Dios] me puso en este planeta por una razón».

Durante un sermón en su iglesia el pasado noviembre, Lundman testificó que la oración la había ayudado en medio de sus experiencias de depresión y ansiedad. «Cuando tenía problemas, solía pensar: Dios, ¿por qué me has abandonado? ¿Dónde estás? No me daba cuenta de que era durante esos momentos de lucha cuando Él era el único que me mantenía en pie y me sacaba adelante cada día».

Sydney McLaughlin-Levrone, Estados Unidos

https://www.instagram.com/p/C71lLUXuhAo/

Syndey McLaughlin-Levrone batió su propio récord mundial por tres centésimas de segundo en las pruebas olímpicas de Estados Unidos en junio, al correr los 400 metros vallas en 50.65 segundos. Su actuación la puso adelante de la segunda clasificada por casi dos segundos.

McLaughlin-Levrone ha batido el récord mundial de 400 metros vallas en cinco ocasiones desde 2021. En Tokio, se llevó a casa dos medallas de oro, una en los 400 metros vallas y otra en el relevo 4×400. En 2022, World Athletics la nombró atleta del año junto al pertiguista (salto con garrocha) sueco Mondo Duplantis.

Mientras continúa redefiniendo los límites de su deporte, McLaughlin-Levrone vuelve constantemente a su fe. «Alabado sea Dios», dijo tras batir su récord de junio. «No me lo esperaba. Él lo puede todo. Todo es posible en Cristo».

McLaughlin es extremadamente abierta sobre su fe, dando gracias a Dios y dándole la gloria en casi todas las entrevistas que ha hecho en su condecorada carrera atlética. Su cuenta de Instagram está llena de versículos y citas de libros cristianos. Entre lo más destacado de su Instagram se encuentran fragmentos de sus pasajes favoritos de las Escrituras e imágenes de su Biblia llena de subrayados y notas para sí misma.

Keturah Orji, Estados Unidos

https://www.instagram.com/p/C4EQrB5IHF9/

Keturah Orji, diez veces campeona de Estados Unidos que actualmente sostiene el récord del salto triple, compite ahora en sus terceros Juegos Olímpicos. Orji, también la primera mujer en ganar cuatro títulos de triple salto de la División I de la NCAA, terminó cuarta en Río y séptima en Tokio.

El talento atlético de Orji se complementa con su devoción, un rasgo que a menudo veía en su madre, a quien admira por «su fe en Dios y la forma en que vive su vida, la forma en que se preocupa por los demás».

En su post de Instagram en el que celebraba su clasificación para los Juegos Olímpicos de París, hizo referencia a Juan 3:27: «Una persona solo puede recibir lo que se le da desde el cielo. Agradecida por todo lo que Dios me ha dado». Después de ganar su décimo título nacional estadounidense en febrero, escribió: «Gracias a todos los que están orando por mí (sigan orando)».

Tarsis Orogot, Uganda

https://www.instagram.com/p/C7DAyjzxd32/

Los corredores de fondo de Uganda han puesto al país en el mapa como una potencia del atletismo. Este año, Tarsis Orogot puede hacer famoso a su país en el sprint. Estudiante de la Universidad de Alabama, actualmente sostiene el récord nacional de 100 y 200 metros, y se describe a sí mismo como «un chico con un sueño». Sin embargo, sus buenos resultados en los Campeonatos de Atletismo de la NCAA podrían estar haciendo realidad ese sueño.

Fuera del atletismo, Orogot se ha forjado una reputación por su afición a los calcetines (medias) y dice que suele acudir a cada competencia con 15 pares, incluidos unos con diseños de Sonic the Hedgehog , Bob Esponja y los Avengers. «Cuando corro más rápido, suelo llevar las alas puestas», le dijo a Olympics.com.

Dejando a un lado su ánimo juguetón, cuando la capacitación de Orogot lo llevó de Uganda a Kenia y de allí a Estados Unidos, escribió: «Toda la gloria y alabanza a tí, altísimo Dios».

Marileidy Paulino, República Dominicana

https://www.instagram.com/p/CSZgLCJrYVo/

A diferencia de muchos atletas profesionales que comienzan sus carreras siendo niños, Marileidy Paulino, atleta de atletismo de la República Dominicana, comenzó su aventura a los 19 años con el objetivo de mantener a su familia.

Paulino, que antes corría descalza, se ha convertido desde entonces en medallista de plata olímpica en el evento individual de 400 metros y en el relevo 4×400 (Tokio 2020). Además, ha conseguido tres medallas en los Campeonatos del Mundo de Atletismo.

En 2021, Paulino llamó la atención por un mensaje en sus zapatos deportivos: «Dios es mi esperanza. Amén». Más tarde, una imagen de la atleta sosteniendo la bandera de la República Dominicana y la Biblia fue uno de los momentos más llamativos de los Juegos de Tokio.

«Llevo la Biblia conmigo porque tengo fe en Dios, que Él hizo posible que lograra esta medalla», explicó. «Se la dedico al pueblo dominicano y los animo a creer en Dios porque solo Él es nuestra esperanza».

Yemisi Magdalena Ogunleye, Alemania

https://www.instagram.com/p/C84d1JXIA1H/

Yemisi Ogunleye es una lanzadora de peso de Alemania cuya cuenta de Instagram declara audazmente: «NO YO, SINO JESÚS EN MÍ». Ogunleye ganó una medalla de plata en los Campeonatos Mundiales bajo techo a principios de este año, lanzando su propio récord personal de 20.19 metros (66.24 pies), y también ha conseguido la plata en otras dos competencias europeas, así como el bronce en los Campeonatos de Europa.

La fe de Ogunleye la ha llevado tanto a través de las lesiones como del éxito. «Soy amada tal como soy», afirma. «Con medalla o sin medalla, soy valiosa».

Ogunleye es hija de padre nigeriano y una madre alemana, y en otras ocasiones habló de haber sufrido a causa del racismo. Sin embargo, se ha mantenido fiel a Dios y a su llamado en su vida. «Sabiendo que Dios ha preparado un camino, toda la gloria sea para Jesús».

Voleibol

Micah Christenson, Estados Unidos

https://www.instagram.com/p/Ct7EY2gJTBE/

Conocido como el «Hombre de acero» en la cancha, Micah Christenson está listo para sus terceros Juegos Olímpicos. Como atleta que compite contra los mejores del mundo, el colocador ha aprendido a controlar su propio estrés cuando juega.

«Soy cristiano», dijo. «Creo en Dios y sé que obtengo mucha libertad de mi fe en Dios. Cuando estoy ahí fuera, me siento libre para tomar decisiones diferentes y arriesgarme un poco porque sé dónde está mi identidad y ese amor siempre va a estar ahí».

Padre de tres hijos, Christenson ha declarado que la experiencia de ser padre le ha ayudado a estrechar las relaciones con sus compañeros de equipo, que también son padres. Añade que tener hijos le ha dado una nueva perspectiva del deporte y que está emocionado de saber que lo estarán viendo mientras compite este año.

Nyeme Nunes, Brasil

https://www.instagram.com/p/C6HvBkXub8s/

Los aficionados brasileños llaman cariñosamente a Nyeme Nunes Doutora (doctora). Este apodo no es un guiño a sus logros académicos, sino un testimonio de su destreza en la cancha: lo gestiona todo para el equipo, como un médico cuida de un paciente.

Nunes empezó a jugar al voleibol a los 9 años por influencia de su madre, que la llevaba a practicar este deporte en las calles de su ciudad natal, Barra do Corda, en el estado nororiental de Maranhão. A los 13 años ya se había unido a un equipo de adultos. Desde 2015 juega con la selección brasileña, con la que ha ganado varias medallas de plata. En 2017, Nunes fue nombrada mejor líbero del Campeonato Mundial Sub-20.

Nunes ha celebrado sus logros publicando versículos de la Biblia en sus redes sociales. Después de ganar el Campeonato Sudamericano de Clubes este año con el equipo de su club, compartió el Salmo 147:11: «El Señor se complace en los que le temen, en los que confían en su gran amor».

Halterofilia

David Liti, Nueva Zelanda

Después de una temporada desalentadora en 2017, David Liti se colgó la medalla de oro en los Juegos de la Commonwealth de Gold Coast 2018 cuando estableció un récord al levantar un total combinado de 403 kilos. Conmocionado por la victoria, lloró en la ducha durante una hora, preguntándole a Dios qué quería decirle.

El atleta tongano-kiwi se dio cuenta de que nunca estaba solo. «Dios me dio todos esos retos para que pueda ser mejor, para que pueda llegar y estar preparado para cuando gane», dijo.

Liti compitió en Tokio y quedó quinto en halterofilia, en la categoría de 109 kilos. Para los próximos Juegos, Liti, de 27 años, bromeó diciendo que espera ser conocido como «comedor profesional de cruasanes». También afirmó: «Tengo la bendición de hacer lo que me gusta al máximo de mi potencial, y estoy emocionado por llegar allí y representar a todos los que han formado parte de este viaje».

Don Opeloge, Samoa

https://www.instagram.com/p/C3_voTLRTc0/

Después de batir un nuevo récord en los Juegos del Pacífico del año pasado y ganar el oro en la categoría masculina de 102 kilos, lo primero que hizo Don Opeloge fue dar gracias a Dios por darle fuerzas. El joven de 25 años atribuyó su éxito a Dios: «Solo quería alabar a Dios por darme la fuerza y la confianza que me guían para hacer lo mejor posible y conseguir estas medallas de oro para Samoa».

Olepoge había planeado competir en Tokio, pero no pudo asistir porque el gobierno samoano mantuvo a sus atletas en casa debido a la pandemia de COVID-19. Cuando se clasificó para París este abril, Opeloge dijo lo mismo: «Toda la gloria a Dios por la fuerza y que siempre me acompañe en mi viaje».

Don no es el único Olepoge que llega a los Juegos Olímpicos. Su hermana Mary representó al país en Río, mientras que otra hermana, Ele, obtuvo la única medalla olímpica de Samoa (una plata) en los Juegos de Pekín 2008, después de que dos atletas fueran descalificadas por dopaje.

«Sea cual sea el talento que Dios te haya dado, se trata de servir a Dios, a tu familia y a Samoa», dijo Opeloge.

Yenni Álvarez, Colombia

https://www.instagram.com/p/Cyt39LGgzUX/

A los 13 años, Yenny Álvarez se clasificó para su primera competencia nacional. El problema es que no tenía una cédula de identidad ni certificado de nacimiento. La adolescente vivía con una tía tras la muerte de su madre y el abandono de su padre. Solo con la ayuda de su entrenador pudo sortear los entresijos de la burocracia gubernamental, conseguir la documentación necesaria para viajar y competir.

Ahora, Álvarez competirá en París en la categoría de 59 kilos de halterofilia. Tras escalar posiciones en la halterofilia, en 2015 Álvarez dio positivo por boldenona y le prohibieron competir durante cinco años. Sin embargo, siguió entrenando. El año pasado batió el récord panamericano en su categoría de peso y celebró su victoria en Instagram: «¡Gracias a Dios, que nos da la victoria a través de nuestro SEÑOR JESUCRISTO!». Álvarez aseguró su plaza en los Juegos Olímpicos en abril, cuando quedó tercera en la Copa del Mundo.

A principios de este año, el Comité Olímpico Colombiano la nombró atleta del año. Álvarez conmemoró el honor publicando Juan 3:27 en sus redes sociales: «Una persona solo puede recibir lo que se le da desde el cielo».

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Seguir a Cristo también significa luchar contra la corrupción

Seis maneras en que los cristianos suelen empeorar el problema y cinco pasos hacia una solución.

Christianity Today July 23, 2024
Ilustración de Elizabeth Kaye / Fuente de imágenes: Getty / Unsplash

Liderados por el jefe de las fuerzas del orden de Malawi, 19 agentes armados rodearon la casa de Martha Chizuma a las 4 de la mañana del 6 de diciembre de 2022 en Lilongwe, la capital del país. Chizuma, directora general de la Oficina Anticorrupción de Malawi, fue obligada a arrodillarse en el suelo en una comisaría para ser interrogada; poco después fue puesta en libertad. Su arresto fue una represalia tras sus esfuerzos por exponer la corrupción de alto nivel en el gobierno. [Los enlaces redirigen a contenidos en inglés].

Chizuma, abogada que estudió en Londres y es exprocuradora de justicia del gobierno de Malawi, fue la primera líder anticorrupción de Malawi elegida mediante un proceso basado solamente en el mérito. «Hubo gente que luchó contra mi nombramiento y ahora querían socavarme», explicó, especialmente porque estaba liderando una investigación a gran escala en materia de corrupción que era «una prueba del compromiso del gobierno en turno con la integridad».

Se entiende que quienes planearon su arresto buscaban silenciar a una funcionaria pública piadosa que se ha mostrado decidida a «escupir fuego a los políticos corruptos», como informó el Nyasa Times varios días después. Pero no lo han logrado.

La lucha contra la corrupción requiere un gran valor como el de Martha, en parte porque la corrupción ofrece enormes recompensas. Su costo financiero global es especialmente difícil de estimar, pero el total puede exceder un billón de dólares al año. Cada año, el 25 % de los adultos del mundo pagan al menos un soborno. La demanda de sobornos por parte de funcionarios públicos hace que muchas naciones de mayoría cristiana tengan clasificaciones desfavorables en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.

Con demasiada frecuencia, los evangélicos son parte del problema de la corrupción, la cual adopta muchas formas: soborno, fraude, nepotismo, trata de personas, esquemas de sexo a cambio de calificaciones, lavado de dinero, maestros fantasmas en las escuelas y más. Una mujer africana que había estudiado en un seminario evangélico estadounidense, después de cambiar dólares estadounidenses por moneda local, me sorprendió cuando dijo: «Solo hago negocios con comerciantes musulmanes. ¡Nunca confiaría en un cristiano!».

«La Iglesia necesita limpiar sus establos de Augías», dijo el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo en 2017, comparando las iglesias nigerianas con los establos llenos de estiércol de la mitología griega. «No solo celebran, sino que veneran a aquellos cuyas fuentes de riqueza son cuestionables. Aceptan regalos y donaciones… de cualquiera, sin hacer preguntas. Esto da la impresión de que todo es aceptable en la casa de Dios».

¿Por qué algunos cristianos son tan insensibles ante la corrupción flagrante, y a menudo incluso son partícipes en la misma? Hay al menos seis razones.

Primero, algunos en la iglesia no están dispuestos a exigir rendición de cuentas de los trabajadores cristianos. Otros viven en ignorancia deliberada, como si fuera imposible que sus compañeros de fe fueran corruptos, de tal manera que no abordan las señales de advertencia ni llevan a cabo investigaciones adecuadas.

En segundo lugar, en algunos casos, un cambio de la religión popular tradicional de un país o región para convertirse a una afiliación cristiana puede en realidad exacerbar la corrupción. Un informe inédito reciente, basado en entrevistas con 48 líderes cristianos en África, explicó que muchos seguidores de las religiones tradicionales africanas no se atreven a mentir porque creen que sus antepasados están observando desde más allá de la tumba y podrían aplicar un castigo seguro y rápido. En contraste, dijeron algunos encuestados, los cristianos africanos parecen más dispuestos a mentir, incluso cuando juran sobre la Biblia, porque piensan que el Dios cristiano es misericordioso y retrasa el juicio.

En tercer lugar, si los pastores «predican contra la corrupción, perderían a los miembros que dan grandes ofrendas», dice Agbaji Orinya, de la Palace of Priests Assembly, una iglesia en Abuja, Nigeria. En muchos casos, dice Orinya, la dependencia de las iglesias protestantes de las ofrendas las empuja a evitar ofender a donantes corruptos que son generosos.

Cuarto, los pastores o trabajadores cristianos en muchos países sienten que se espera que ellos beneficien a sus familias y comunidades étnicas, un fenómeno que la periodista Michela Wrong llama «es nuestro turno de comer». También conocido como compartir a demanda, este patrón crea intensas presiones sobre los líderes para que saqueen las finanzas de la organización en beneficio de amigos y familiares.

Una quinta razón por la que los cristianos están ausentes en la lucha contra la corrupción, dice Munkhjargal Tuvshin, pastor de la Iglesia de la Comunidad de la Verdad en Ulán Bator, Mongolia, es su mentalidad dualista. «La mayoría de los cristianos», afirma Tuvshin, «diría que la corrupción es un asunto del mundo, no un asunto de la iglesia. Esa mentalidad dualista nos aleja de defender la verdad».

Orinya, que está desarrollando una importante campaña anticorrupción entre los pentecostales de Nigeria, propone que hay aún otro motor de la corrupción entre los cristianos: el evangelio de la prosperidad. Según Orinya, el mensaje del movimiento herético que dice que «si eres pobre, seguro es porque no eres hijo de Dios» a veces motiva a los oyentes a robar, creyendo que incluso las ganancias mal habidas son una bendición divina.

¿Cómo pueden los cristianos marcar una diferencia sustancial en los esfuerzos por controlar la cultura de corrupción en todo el mundo?

El primer paso es discipular a las personas para que prioricen los actos diarios de integridad frente a las normas culturales que favorecen la deshonestidad. Citando Efesios 4:25 («Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo»), el pastor Taba Ebenezar en Bamenda, Camerún, insta a su congregación y a los miembros de su comunidad a «hacer de cada día un día de integridad».

Los discípulos bien preparados saben que Dios no es un espíritu transaccional que derrama favores sobre aquellos que pagan el soborno requerido, ya sea a un chamán o a un predicador de la prosperidad. Ebenezar, cuya nación ocupa el puesto 140 entre 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción, dice: «No podemos hablar solo de salvación cuando el país está retrocediendo».

En segundo lugar, las iglesias deben convertirse en sociedades modelo. Los líderes seculares serán más capaces de imaginar naciones libres de corrupción cuando las iglesias ejemplifiquen una vida libre de corrupción. Demasiadas iglesias y organizaciones misioneras disfrazan un comportamiento poco ético mediante prácticas de gestión defectuosas, tal como el uso de acuerdos de confidencialidad, socavando así el mensaje de esperanza y honestidad que la iglesia debería poner en práctica.

Global Trust Partners (GTP), una filial mundial del Consejo Evangélico para la Responsabilidad Financiera en Estados Unidos, busca dar una nueva forma al comportamiento de las iglesias y organizaciones cristianas a través de grupos de rendición de cuentas que promuevan la integridad fiscal y ética junto con la generosidad. Como comentó el director financiero de GTP, Matthew Gadsden de Australia: «Una vez que llega la transparencia a la gobernanza, las personas pueden dar con la confianza de saber que la donación se utilizará para los fines para los que está destinada».

Los líderes de la iglesia a menudo no se dan cuenta de cuánto los necesitan los grupos seculares como Transparencia Internacional. Roberto Laver, exabogado del Banco Mundial que trabaja en temas de corrupción en América Latina, dice que los grupos seculares «tienen todas las herramientas de responsabilidad social», pero carecen de las redes interpersonales y la ética universal que la iglesia ofrece.

Laver establece un interesante contraste entre católicos y evangélicos en América Latina, afirmando que la «Iglesia Católica Romana se pronunciará sobre todos los temas, incluida la corrupción… pero [a nivel personal], su verborrea hace poca diferencia. En cuanto a los evangélicos, individualmente son más honestos, pero públicamente guardan más silencio». Laver pregunta: «Si la iglesia no muestra más honestidad a un nivel público, ¿qué esperanza hay en el evangelio?».

La tercera parte de la estrategia se refiere a la educación sobre aspectos de la cosmovisión cristiana que desalientan ser parte de la corrupción: la soberanía de Dios, las expectativas éticas para los creyentes y el potencial transformador de la fe en Cristo. El pastor Ebenezar en Camerún tiene una invitación abierta a las autoridades de las escuelas públicas a fin de enseñar integridad a los niños, actividad que es clave para romper con la cultura de la corrupción. La visible campaña de defensa pública de Ebenezar incluye un programa de radio semanal, gorras y camisetas a favor de la integridad y premios a la integridad en el medio tiempo de los partidos de fútbol juvenil.

Como dice el experto británico en anticorrupción Martin Allaby: «No hay nada como un cambio cultural profundo». Ya sea a través de películas o música, en iglesias, escuelas u hogares, y ya sea con adultos o niños, enseñar una cosmovisión cristiana proporciona una base racional en los esfuerzos que se hacen para frenar la corrupción.

En Jinja, Uganda, junto con los anuncios radiofónicos regulares, el director de la emisora, Anyole Innocent, defiende una visión cristiana de la integridad en Busoga One, que cuenta con un millón de oyentes diarios. Esfuerzos creativos como el de Innocent e iniciativas similares en las redes sociales son formas persuasivas de reforzar una cosmovisión cristiana y de movilizar a los creyentes para oponerse a la corrupción.

Una cosmovisión cristiana también reconoce el desorden que prevalece en las situaciones en las que las tentaciones a la corrupción están profundamente entrelazadas con la pobreza. Los funcionarios públicos que buscan sobornos pueden ser ellos mismos víctimas de altos funcionarios corruptos que retienen sus salarios, o incluso sus salarios pueden ser, por sí solos, insuficientes para alimentar a sus familias. Dios puede llamarnos a compartir regalos con familias empobrecidas, especialmente aquellas dentro de la iglesia, para que no se sientan impulsadas a considerar la posibilidad de buscar sobornos. Curiosamente, si bien la Biblia condena claramente el recibir sobornos, no es tan explícita con respecto a dar sobornos. Pero aquellos que se sienten obligados a ofrecerlos deberían considerar hasta qué punto, en su propia situación, caer en esa práctica perpetúa un sistema perverso.

Una cuarta estrategia clave, destacada por el sociólogo James Davison Hunter de la Universidad de Virginia, es el desarrollo de redes de líderes de alto desempeño que puedan trabajar juntos en todos los sectores de la sociedad. La comunidad Clapham de William Wilberforce de finales del siglo XVIII y principios del XIX reunió a banqueros, parlamentarios, autores, activistas, pastores, escritores y educadores en esfuerzos decididos que, con el apoyo del avivamiento wesleyano, mejoraron profundamente Inglaterra tras una larga tradición de corrupción. Este tipo de redes de alto rendimiento pueden coordinar la planificación general anticorrupción, y al mismo tiempo vincular lo que sucede en las iglesias con las conversaciones nacionales y con los esfuerzos de reforma.

Pathways for Integrity Network, que se lanzó recientemente en Uganda, muestra el potencial de convertirse en una red anticorrupción de alto rendimiento. Innocent, el director de la estación de radio comentó: «De cara al futuro, imaginamos una red donde las organizaciones confíen en nosotros para capacitar a sus empleados, donde los creadores y solicitantes de empleo confíen en nuestras recomendaciones, y donde los inversores occidentales busquen nuestra ayuda en proyectos en Uganda, incluidas iniciativas gubernamentales».

La organización Faith and Public Integrity Network, cofundada por Allaby y Laver, reúne a académicos y líderes cristianos para llevar a cabo esfuerzos simultáneos. Algunos evangélicos como Martha Chizuma en Malawi participan en redes de alto rendimiento tales como Chandler Sessions, que no son específicamente cristianas.

La quinta parte de la estrategia implica un portavoz virtuoso y sacrificado como rostro del movimiento, de la misma manera que Martin Luther King Jr. legitimó el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos en las décadas de 1950 y 1960. Los activistas necesitan un animador que una sus voces a favor del cambio. Ebenezar es una de esas voces en Camerún y declara ambiciosamente: «¡Si nosotros, los pastores, nos involucramos en este tema, esto restaurará y liberará a nuestra nación!».

Quizás necesitemos un James Yen del siglo XXI para liderar la lucha contra la corrupción global. Yen fue un célebre reformador agrario cristiano durante la titánica lucha de China entre los nacionalistas (quienes lideraron el gobierno chino desde 1912 hasta 1949) y los comunistas. Tanto Mao Zedong como Chiang Kai-shek lo trataron de reclutar para sus respectivos gobiernos, pero él rechazó ambas ofertas.

Un día, después de estas negativas afables pero serias, un alto funcionario del gobierno que pasaba en una limusina vio a Yen caer de su bicicleta mientras cruzaba las vías del tranvía. Al día siguiente, apareció misteriosamente un automóvil nuevo en donde se alojaba Yen. Él dejó silenciosamente el auto en el garaje de un amigo, prefiriendo la vergüenza y los pantalones enlodados antes que traicionar su integridad cristiana al aceptar regalos de un gobierno corrupto.

No todos los cristianos deberían rechazar la oportunidad de trabajar en el gobierno solo porque este es corrupto; sin embargo, líderes virtuosos y sacrificados como Yen pueden poner de relieve y exponer la corrupción poderosamente. Cuando las «obras infructuosas de la oscuridad» (Efesios 5:11) quedan expuestas, se marchitan bajo la luz brillante de la verdad.

En Tegucigalpa, la capital de Honduras, la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ) se ha centrado incansablemente en la corrupción en las escuelas públicas, y ha conseguido enormes logros a favor de los dos millones de niños en edad escolar del país. Los esfuerzos de ASJ redujeron el porcentaje de maestros fantasmas (aquellos que no se presentan a clases pero continúan recibiendo un sueldo) del 26 por ciento al 1 por ciento en dos años.

Cuando las escuelas reabrieron después de un cierre de 28 meses debido al COVID-19, ASJ movilizó nuevamente a sus 20 000 voluntarios para monitorear las escuelas y detectar casos de maestros fantasma. Gracias a los voluntarios, dice el cofundador de ASJ, Kurt Ver Beek, los estudiantes hondureños recibieron los 200 días de educación programados en el año escolar 2023-2024. ASJ ha persistido a pesar del acoso ocasional por parte de algunos funcionarios gubernamentales.

En Malawi, Martha Chizuma también continúa su esfuerzo con el apoyo de algunos amigos. Tres días después de su inesperada detención que tuvo lugar antes del amanecer, estaba esperando a su conductor cuando vio que se acercaban diez mujeres muy pobres. «Me abrazaron llorando, porque sabían lo que me había pasado», recordó Chizuma. «Una de ellas dijo: “¡Estaba muy preocupada cuando te arrestaron porque sabemos que eres la única que lucha por nosotros!”».

Aunque Lazarus Chakwera, el presidente de Malawi, es un cristiano evangélico, la corrupción profundamente arraigada que azota al país aún no ha sido eliminada. En mayo, cuando de pronto se retiraron los cargos de corrupción contra un importante funcionario público, la decepción le recordó a Chizuma que el sendero que recorre es a menudo un camino solitario. Necesitamos más evangélicos como esas diez mujeres que alentaron a Chizuma a continuar su difícil pero crucial tarea.

Robert Osburn es miembro principal del Instituto Internacional Wilberforce y autor de Taming the Beast: Can We Bridle the Culture of Corruption?

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El pastor también necesita descansar en delicados pastos

¿Conduces a tus ovejas a aguas de reposo? Deja que el Buen Pastor te conduzca al mismo lugar.

Christianity Today July 22, 2024

Para los pastores que hacemos malabares con una agenda apretada y un correo electrónico saturado, encontrar tiempo y espacio para buscar nuestro propio alimento espiritual puede parecer una carga. Afortunadamente, la historia de la iglesia nos ofrece un sinnúmero de recursos para refrescar el alma. A lo largo de los siglos, los cristianos han tejido intrincados tapices de renovación donde cada hilo es un camino diseñado para acercar al pueblo de Dios a Él y a los demás.

A continuación examinaremos algunos de estos tapices, iluminando hebras que se han atenuado con el paso del tiempo o por la falta de uso. Al hacerlo, encontramos un permiso en cada imagen: permiso para considerar estas prácticas, para honrar nuestro propio anhelo de sustento y para encontrar, o incluso crear, momentos de tranquilidad en los que nuestras almas puedan beber del pozo de la bondad de Dios.

1. SOLEDAD

Después de despedir a la gente, [Jesús] subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo. —Mateo 14:23, NVI

En la soledad, las trivialidades inútiles de la vida comienzan a desaparecer. Somos liberados de los muchos «falsos yos» que hemos construido para hacer frente a las expectativas que otros ponen sobre nosotros, o incluso nosotros mismos. La soledad nos permite alejarnos de toda pretensión y manipulación humana. Además, Dios usa nuestras experiencias de soledad para permitir convertirnos en quienes realmente somos. —Richard Foster en The Making of an Ordinary Saint, por Nathan Foster

¿Cómo te sientes al estar solo? ¿Realmente solo? Sin auriculares, sin teléfono: solo tú y tus pensamientos en el silencio.

Muchos se sienten ansiosos ante la idea de estar a solas con el silencio. Casi cada momento de nuestra vida tiene algo de ruido de fondo. Seamos conscientes o no, estamos acostumbrados a ello. Y esto es lo que hace que la soledad sea tan vital.

La soledad juega un papel poderoso al ver la identidad propia a la luz de quién es Dios. Elimina las evaluaciones que tal vez recibes de otros como pastor, y te da la bienvenida a un lugar donde solo Dios puede encontrarte. En soledad, estás invitado a recordar que, si bien tu papel como pastor es un hilo importante, ese no es el panorama completo.

La preparación de sermones, el asesoramiento a los feligreses y la dirección de reuniones pueden (y deben) realizarse como un servicio a Dios. Sin embargo, esos esfuerzos por sí solos pueden hacer que muchos pastores se sientan espiritualmente agotados. La soledad ofrece un santuario, un espacio para hacer la pregunta introspectiva: ¿Quién soy yo? Y en el silencio, escuchar el susurro tranquilizador de Dios: «Eres mío».

Si eres nuevo en la práctica de la disciplina espiritual de la soledad o estás volviendo a ella, considera comenzar con un periodo de tres minutos. Encuentra un rincón tranquilo, configura una alarma como recordatorio para no mirar compulsivamente la hora y luego silencia tu teléfono. Si es necesario, bebe un poco de agua y respira profundamente unas cuantas veces para ayudar a facilitar la transición de tu papel activo a un papel de receptor.

No se trata de dominar posturas de meditación ni de memorizar las Escrituras. Se trata de soltar las riendas y dejar que Jesús las sostenga por un momento. Adopta la postura que mejor te permita recibir la presencia de Dios, ya sea sentado con las palmas abiertas, meciéndote suavemente o caminando tranquilamente. Fija tu mirada en un solo verso, una oración profunda o una virtud que resuene en tu alma. No lo pienses demasiado; simplemente deja que sea algo que te parezca importante en ese momento.

Tres minutos, algunas veces a la semana, pueden parecer insignificantes, pero esos pequeños momentos de soledad pueden crear una hermosa y profunda conciencia de Dios. Como escribe Richard Foster: «En la soledad, estamos tan bañados en la grandeza y la bondad de Dios que llegamos a ver el inmenso valor de nuestra propia alma». Lentamente, los esfuerzos frenéticos comienzan a perder fuerza, siendo reemplazados por una nueva paz y libertad en la presencia de Dios.

2. ADORACIÓN

Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros. —Isaías 25:1, NVI

La adoración se convertirá en el trasfondo constante de nuestras vidas. Es la fuerza más poderosa para completar y sostener la restauración de todo nuestro ser para con Dios. Nada puede informar, guiar y sostener en una persona una bondad omnipresente y radiante sino una verdadera visión de Dios, y la adoración que surge espontáneamente de ella. Entonces el poder del Cristo que mora en nosotros fluye de nosotros a los demás. —Dallas Willard, La gran omisión

La adoración no se trata de domingos por la mañana con luces tenues y manos levantadas. Más bien, como explica Dallas Willard, implica involucrarse, reflexionar y expresar la grandeza, la belleza y la bondad de Dios. Para algunos pastores, pasar de liderar a simplemente recibir puede parecer una tarea intimidante. Sin embargo, gracias a Dios, la adoración es algo constante.

Al incluir la adoración en nuestra vida diaria, no debemos limitarla simplemente a la música de alabanza y adoración, o la recitación de los salmos. Según Willard, la esencia de la adoración consiste en agudizar nuestro enfoque para percibir la bondad de Dios. Se trata de una auditoría diaria de tus pensamientos, preguntándote: «¿Qué es lo que realmente me genera alegría, me atrae a la belleza o me llena de asombro?».

Trabaja duro para abrazar lo cotidiano, lo ordinario y lo alegre, porque en esos momentos reside la esencia de la verdadera adoración.

3. COMPAÑERISMO

Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. —Mateo 18:20, NVI

Cuanto más genuina y profunda se vuelva nuestra comunidad, más retrocederá todo lo demás que se interpone entre nosotros, y con mayor claridad y pureza, Jesucristo y su obra se convertirán en la única cosa vital entre nosotros. —Dietrich Bonhoeffer, Vida en comunidad

Todas las amistades requieren trabajo, y aquellas que se cultivan dentro de una congregación conllevan niveles adicionales de esfuerzo. Algunos advierten contra tales relaciones, mientras que otros ven estas relaciones como la piedra angular de la comunidad. Sin embargo, la mayoría está de acuerdo en que las amistades son tanto complicadas como esenciales para los pastores.

Según una encuesta de Barna de 2023, un asombroso 65 por ciento de los líderes de la iglesia reportan sentimientos de soledad. Esa es una estadística aleccionadora, pero no tiene por qué ser tu realidad. Aquí presento cinco recordatorios clave para navegar por las turbias aguas de las amistades pastorales.

1. Mereces vínculos mutuos y profundos.

El ministerio requiere sacrificio, pero no debes sacrificar sentirte verdaderamente conocido y amado. Todo tu ser (con tus deseos, alegrías, frustraciones y recuerdos) merece una conexión genuina.

2. Tienes más que ofrecer que solo orientación.

Si bien a menudo la gente busca el apoyo de los pastores, esa no es su única contribución. Recuerda: tu presencia, tu risa y tus historias son regalos para tu comunidad, no cargas.

3. Invertir en amistades es otra forma de hacer ministerio.

Muchos pastores abandonan el ministerio debido al aislamiento. Cultivar amistades no es egoísta: es un acto de cuidado para el pastor y su rebaño. Todo el mundo merece relaciones profundas y recíprocas, y los pastores no son una excepción.

4. Reconoce las señales de advertencia del aislamiento.

Reserva interior: ¿Te abstienes de ser vulnerable? Una tendencia a protegerte constantemente puede ser una señal de un aislamiento creciente.

Relaciones unilaterales: Evalúa tus interacciones. ¿Tus conversaciones se sienten desequilibradas? La falta de reciprocidad puede indicar una falta de apoyo mutuo.

Sensación de desconexión: ¿Sientes que vas a la deriva en tu vida social? Quizás sea el momento de reevaluar tu comunidad y tu participación en ella.

5. Toma medidas proactivas para construir amistades saludables.

Fomenta el diálogo abierto: Sé honesto con un amigo o familiar de confianza que comprenda la aventura en la que te encuentras. La vulnerabilidad construye conexión.

Inicia actividades compartidas: Aprendan, jueguen y disfruten juntos. Las experiencias compartidas profundizan la pertenencia y la comunidad.

Busca sabiduría colectiva: Discute tus necesidades con los líderes de la iglesia. Es posible que puedan ayudarte a navegar las complejidades de las relaciones pastorales.

Crea un ritmo social estable: Dado que la comunidad prospera por medio de la coherencia, programa reuniones o actividades periódicas.

Explorar nuevos intereses: La curiosidad y el aprendizaje compartidos pueden fortalecer los vínculos. Prueba un nuevo pasatiempo o habla sobre un interés mutuo con un amigo.

Priorizar la renovación

La implementación de estas prácticas puede ser transformadora y te puede brindar renovación en medio de los momentos más exigentes de tu ministerio. Que cada paso dado en soledad, adoración y compañerismo te acerque más a tu comunidad y al corazón de Dios.

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Dios me ha enseñado mucho por medio de mi hija con síndrome de Down

Los adultos con discapacidad intelectual pueden tener una vida espiritual sólida. ¿Estamos aprendiendo de ellos?

Amy Julia Becker y Penny pasean juntas

Amy Julia Becker y Penny pasean juntas

Christianity Today July 17, 2024
Foto de Phil Dutton / Cortesía de Amy Julia Becker

Todos los domingos por la tarde, mi hija y yo nos unimos a una llamada de Zoom con su amiga y la mamá de su amiga que viven a unas horas de distancia para un momento especial al que hemos llamado «Charla sobre Dios».

Mi hija Penny, de 17 años, y su amiga Rachel, de 18, tienen síndrome de Down. Hace un tiempo, Rachel nos vio orar antes de las comidas y preguntó si podía unirse a nosotros. Esto condujo a algunas conversaciones sobre lo que significa seguir a Jesús. La madre de Rachel, Ginny, me dijo que unas semanas más tarde, todas las noches Rachel extendía las manos y decía: «Gracias, Dios, por tenernos».

Fue entonces cuando las cuatro decidimos comenzar a leer juntas la Biblia para niños Historias bíblicas de Jesús para niños de Sally Lloyd-Jones a través de Zoom. En nuestra primera charla, les pregunté a las chicas cómo nos ve Dios y, sin dudarlo, Rachel dijo: «Dios nos ama muchísimo». La verdad del amor y la manera en que Dios nos recibe pareció haber penetrado en su ser, como si simplemente le hubiéramos dado palabras a algo que ella había sabido inconscientemente desde el principio.

Soy una mujer de 46 años con una Maestría en Divinidades y credenciales como pastora, y cada semana aprendo algo nuevo mientras leo y oro con Penny y Rachel. Me han enseñado una forma más amplia de encontrarme con Dios a través de la Biblia.

Recuerdo la vez que Penny escondió su rostro cuando pasamos de la historia de la Crucifixión a la Resurrección porque, en sus palabras, no quería revelar «la mejor parte». O cuando leíamos acerca de cómo Jesús dormía en la barca durante la tormenta, Rachel relacionó el caos de las aguas embravecidas del mar con el Faraón en Egipto y la serpiente en el jardín.

Por aquella época, estaba escuchando un pódcast con Tim Mackie, de BibleProject, quien habló de la misma visión espiritual de Rachel al ver a la serpiente, al Faraón y al mar como símbolos del caos.

Mackie mencionó que la mayoría de los occidentales no tienen una imaginación simbólica muy desarrollada. Tras haber sido criada y formada académicamente en un marco exegético analítico, estoy familiarizada con el contexto histórico de la Biblia, así como sus verdades hermenéuticas y teológicas. El pensamiento racionalista ayuda y obstaculiza nuestra lectura de las Escrituras. Pero este enfoque puede pasar por alto algunas de las formas más intuitivas de abordar las Escrituras y evitar que haga este tipo de conexiones.

Agradezco a Penny y Rachel por hacer crecer mi capacidad para comprender el poder emocional y simbólico detrás de las palabras en cada página.

En los primeros días de la vida de Penny, recuerdo que un amigo me decía: «No puedo esperar a ver el ministerio que tendrá Penny». No se me había ocurrido que Penny tendría su propio ministerio. Sus palabras me ayudaron a buscar sus dones y no solo sus necesidades durante sus años de crecimiento.

Pero las «Charlas sobre Dios» con Penny y Rachel me han ayudado a reconocer que sus vidas espirituales son un don en sí mismas. Si bien puedo identificar formas y lugares donde estas dos jóvenes podrían ministrar a otros, también puedo simplemente recibir gracia, verdad y sabiduría por quienes ellas son.

Mi experiencia con Penny y Rachel me hizo preguntarme sobre la vida espiritual de otras personas con discapacidades intelectuales o del desarrollo. Entonces, me propuse entrevistar a varias personas con síndrome de Down, autismo y afecciones similares.

Rachel y PennyCortesía de Amy Julia Becker
Rachel y Penny

Tuve una breve conversación por teléfono con Marcy Lesesne, una mujer de 54 años que vive en Durham, Carolina del Norte. Marcy tiene ataxia, que en su caso incluye discapacidad intelectual. Había oído que a Marcy le encanta orar y leer la Biblia, y quería preguntarle al respecto. Si bien no recibí una historia coherente ni un retrato de su experiencia espiritual, Marcy me contó algunas historias sobre su vida: que tuvo un accidente y usa un andador, que necesita esperar en el Señor, que no ha experimentado lo que es recibir respuestas a la oración, que padece ansiedad y que desea ser sanada.

También me reuní por Zoom con Josh Catlin, un hombre de 42 años con un diagnóstico dual de síndrome de Down y autismo. Me dijo que se siente bien cuando lee la Biblia y, mientras hablábamos, Josh me leyó Isaías, los Salmos y el Evangelio de Mateo.

Eso fue aproximadamente el alcance de la descripción que Josh hizo de su propia vida espiritual, y luego los miembros de su familia ayudaron a completar el resto del cuadro. Según su padre, Pete, el único libro que lee Josh es la Biblia, y la lee a diario con devoción y pasión. Mencionó que un día entró a la habitación de Josh y lo encontró con las manos levantadas en una postura de adoración.

Al final de nuestra llamada, su hermano Scott dijo: «Josh es la persona más espiritual. No es la persona “especial” a la que le das palmaditas en la cabeza». Scott me preguntó si conocía el pasaje de Proverbios 3:5-6 que describe al que confía en el Señor en todo, y dijo, «Josh es la personificación de eso. Sus caminos son rectos».

Empecé a reconocer lo complicado que me resulta articular algo verdadero sobre la vida espiritual de las personas con discapacidad intelectual y captar esas verdades en sus propias palabras. Muchos de ellos se expresan con muy pocas palabras habladas, o nulas, e incluso entre aquellos que podían comunicarse verbalmente, era casi imposible pedirles que reflexionaran y expresaran con palabras su experiencia vivida a través de Zoom. Las entrevistas en línea no me iban a proporcionar declaraciones útiles ni explicaciones claras.

Llamé a John Swinton, autor de Becoming Friends of Timey profesor de teología en la Universidad de Aberdeen, quien me ayudó a considerar la raíz de este problema. Me explicó que la dificultad de intentar recopilar historias como estas es que corremos el riesgo de imponer o proyectar significado sobre las experiencias de los demás. Y, sin embargo, también corremos el riesgo de negar o ignorar esas experiencias si no intentamos transmitirlas en absoluto.

Swinton sugirió que la mejor manera de aprender sobre la vida espiritual de los demás (especialmente cuando no pueden usar palabras para transmitir sus experiencias) es formar lo que él llama «comunidades narrativas». Podemos imponer o proyectar significados incorrectamente, pero juntos podemos dar testimonio de la vida del Espíritu entre nosotros cuando contamos la historia de la actividad de Dios en comunidad.

Swinton y otros líderes en teología de la discapacidad también señalan que el lenguaje hablado no es la única forma en que podemos comunicar nuestra vida espiritual. Pablo incluso escribe que el Espíritu de Dios gime sin palabras por nosotros (Romanos 8:26). ¿De qué manera podríamos recibir los gemidos mudos de nuestros semejantes como expresión de un conocimiento profundo del Espíritu de Dios?

Me di cuenta de que no puedo transmitir mucho sobre la vida espiritual de Marcy y Josh, al menos en parte, porque no vivo en comunidad con ellos. La verdad que puedo ofrecer proviene no solo de ellos, sino también de las personas que los rodean y que pueden hablar de su experiencia al vivir en comunidad.

La mayoría de nosotros vivimos en espacios (y celebramos el culto en iglesias) apartados de las personas con discapacidad intelectual. Incluso dentro de las iglesias que incluyen intencionalmente a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, a menudo se les coloca en programas especiales en lugar de ser bienvenidos como participantes plenos dentro de la iglesia.

En otras palabras, la mayoría de nosotros no formamos comunidades narrativas que reciban y reflejen los dones y capacidades que ofrecen las personas neurodivergentes o no verbales. El problema no está en las limitaciones de la expresión verbal o intelectual, sino en la restricción de nuestras relaciones.

Recibo el don de estar en comunidad con Penny y Rachel, así como con otras personas con discapacidad intelectual que son miembros de nuestra propia iglesia local. Conocerlos, así como verlos crecer espiritualmente, ha ampliado mi conciencia del tierno cuidado y la bondad amorosa de Dios.

Me han ofrecido sencillas expresiones de fe. Me han desafiado a vivir en el amor. Y me han ayudado a ver que no puedo escribir sobre el don de sus vidas espirituales a menos que los conozca íntimamente: un conocimiento mucho más profundo de lo que pueden permitirme una llamada telefónica de 30 minutos o una llamada de Zoom.

Este tipo de relaciones ocurrirán solo cuando las iglesias locales busquen familias e individuos afectados por discapacidades y «los obliguen a entrar» (Lucas 14:23), con una postura de receptividad y confianza en que son miembros iguales y cruciales del cuerpo de Cristo.

En un sermón sobre 1 Corintios 12, el pasaje donde Pablo dice que Dios ha otorgado más honor a las partes del cuerpo que consideramos más débiles, la teóloga de la discapacidad Jill Harshaw habla de nuestra necesidad de reconocer el significado de todos los miembros del cuerpo de Cristo: «¿Qué pasa si nosotros mismos nos hemos excluido de una manera de construir la iglesia centrada en el Reino? ¿Qué pasa si necesitamos que [las personas con discapacidades] nos incluyan?».

Jesús anticipó las preguntas de Harshaw cuando lo invitan a cenar en casa de un «fariseo prominente» (Lucas 14) para lo que se supone iba a ser una comida de celebración. Tan pronto como Jesús toma asiento, rodeado de un grupo de religiosos, comienza a decirle a todos los presentes que están haciendo las cosas mal. Les dice a los demás invitados que eligieron los asientos equivocados y le dice al anfitrión que invitó a las personas equivocadas.

Jesús exhorta al anfitrión a invitar a «los pobres, los lisiados, los cojos y los ciegos». Y retrata el reino de Dios como una comida en la que a aquellos que tienen más probabilidades de ser excluidos de nuestras comunidades religiosas se les ofrece intencionalmente una invitación a tomar asiento en el centro de esas comunidades.

La élite religiosa de la época de Jesús no reconoció la importancia de compartir la comida del sábado con aquellos que estaban al margen de sus grupos sociales. De la misma manera, muchos creyentes hoy en día no reconocen la belleza, el amor y el testimonio de las personas con discapacidad intelectual en sus iglesias locales.

Necesitamos a estas mismas personas en nuestra mesa, porque con ellas y a través de ellas, todos podemos comprender mejor la inclusividad del amor de Dios.

Amy Julia Becker es autora de cuatro libros, incluido el más reciente, To Be Made Well: An Invitation to Wholeness, Healing, and Hope.

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Las cárceles de El Salvador están más llenas que nunca, pero el ministerio en las prisiones sufre graves limitaciones

Las organizaciones cristianas encuentran dificultades para acercarse a los presos en un país donde 1 de cada 56 personas está en la cárcel.

Reclusos esperan mientras 2000 detenidos son trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo en El Salvador.

Reclusos esperan mientras 2000 detenidos son trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo en El Salvador.

Christianity Today July 16, 2024
Handout / Getty

En poco más de dos años, el gobierno de El Salvador ha enviado a prisión a 80 000 personas. Ahora, con más de 111 000 personas encarceladas, el país tiene el mayor porcentaje de personas detrás de las rejas en todo el mundo, equivalente a un preso por cada 56 habitantes.

La situación actual se deriva de una política de tolerancia cero hacia las bandas que en su día proliferaron en el país. Las pandillas salvadoreñas son consideradas organizaciones criminales trasnacionales y son vistas como las responsables de llevar las tasas de asesinatos a niveles solo vistos durante la guerra civil de 1979-1992.

En marzo de 2022, el presidente Nayib Bukele decretó un régimen de excepción que suspendió un número significativo de derechos civiles a fin de facilitar la detención y el procesamiento de presuntos miembros de las bandas. Aunque la administración dijo inicialmente que el decreto duraría un mes, desde entonces ha sido renovado 27 veces por el congreso salvadoreño, por lo que lleva vigente casi dos años y medio.

El ministerio cristiano en las prisiones nunca ha tenido una presencia significativa en El Salvador. Pero para los pocos que sirven en estos espacios, el régimen de excepción ha supuesto tanto una oportunidad como una serie de problemas.

Por un lado, dicen los líderes, existe una oportunidad real para que un número considerable de reclusos encuentre una vida nueva a través del Evangelio. «La mayoría de ellos saben que necesitan una transformación física, pero la evangelización puede mostrarles que también necesitan una transformación espiritual», afirma Raúl Orellana, líder un ministerio regional que ha servido en las prisiones de El Salvador desde 2008.

Por otro lado, por diversas razones han sido pocos los cristianos que han mostrado interés en el ministerio en las prisiones, que se ha vuelto más difícil a medida que el gobierno ha aumentado las restricciones para las visitas de civiles a las cárceles.

Todos los centros de detención del país, excepto la penitenciaría de máxima seguridad, históricamente han estado abiertos a los ministros. «El gobierno está muy abierto a las iglesias cristianas evangélicas que quieren predicar en las cárceles», afirma Orellana; no obstante, la actual política de mano dura contra las pandillas también ha dificultado el acceso para las iglesias y los pastores.

Hace unos doce años, los pastores podían pasar las tardes sentados junto a los reclusos, brindándoles consejo y compartiendo con ellos el Evangelio. Cuando solía visitar las prisiones entonces, recuerda Orellena, sabía de la disponibilidad de drogas y dispositivos electrónicos para los reclusos, y a veces veía visitantes sospechosos.

En la actualidad, la mayor supervisión de las prisiones por parte del gobierno ha aumentado también las restricciones a la evangelización de los reclusos. Muchas prisiones han prohibido las interacciones cara a cara entre pastores y reclusos. Los pastores ahora solo pueden dirigirse a grupos de reclusos durante un máximo de una hora.

«Entiendo el punto de vista de las autoridades», afirma Orellena. «Los reclusos tenían el control total y no debería haber sido así. Hoy, las autoridades tienen el control».

Antes de 2022, en algunas prisiones, varios ministerios venían a predicar todas las semanas. Hoy, las autoridades penitenciarias permiten la entrada de grupos cristianos una vez a la semana en un horario establecido, con algunas excepciones para eventos evangelísticos. Por ejemplo, para el Día de la Madre de este año, Kenton Moody, un misionero estadounidense que dirige el centro de rehabilitación para menores infractores Vida Libre, organizó una gran fiesta en la cárcel de mujeres de Santa Ana.

El ministerio ofreció refrescos, pan dulce y Biblias a diez mil personas. Aunque las autoridades solo permitieron la asistencia de 2800 mujeres, al final del servicio, 295 levantaron la mano en respuesta a ese llamado a la conversión.

Problemas con las bandas y el gobierno

Aunque líderes como Orellena y Moody afirman haber visto a Dios obrando en las cárceles salvadoreñas, también afirman que muchos cristianos se muestran reacios a participar en el ministerio de prisiones por temor a encontrarse con delincuentes peligrosos. Durante años, amplias zonas del país vivieron bajo la violencia y el derramamiento de sangre causados por bandas como la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 (conocida también como 18).

Históricamente, el país ha tenido una de las tasas de homicidio más altas del mundo; en su punto más alto, en 1995, se reportaron 139 asesinatos por cada 100 000 habitantes. Desde principios de la década de 2000, la MS-13 y la 18 comenzaron a librar una larga batalla por el territorio, dejando un enorme saldo de muertos. En 2015, las pandillas decretaron la prohibición de todas las rutas de autobús en la capital, San Salvador, y tan solo el primer día de la prohibición, cinco conductores de autobús fueron asesinados. En 2016, algunos estimaron que los grupos habían extorsionado alrededor del 70 por ciento de todos los negocios del país. Las tasas de extorsión eran tan altas que en última instancia provocaron un aumento de los precios al consumidor.

Como resultado de los cambios en la ley y la aplicación del régimen de excepción, las cifras oficiales muestran una disminución del 70 por ciento en la tasa de homicidios en 2023, en comparación con 2022. El gobierno ha editado el código legal para equiparar formalmente a las asociaciones criminales locales con los grupos terroristas, y una nueva ley ha tipificado como delito el uso de tatuajes, las pintadas callejeras con grafiti y cualquier otra marca que se asemeje a los símbolos usados por las bandas locales.

Pero la disminución de las tasas de homicidio también ha tenido un costo. Human Rights Watch ha descrito los cambios como una política de «podemos detener a quien queramos», que permite detenciones basadas en el aspecto físico y el origen social de los detenidos, en llamadas anónimas o incluso en publicaciones en las redes sociales.

En este entorno, casi cualquier persona que tenga alguna relación con un miembro de una banda corre el riesgo de ser detenida y enviada a prisión. Esto incluye a exmiembros de bandas que han cumplido su condena y han vuelto a la vida civil, algunos de los cuales incluso se han convertido al cristianismo. Incluso los pastores que sirven entre los miembros actuales de las bandas pueden ser vistos como colaboradores o simpatizantes de las bandas, y corren el riesgo de ser encarcelados.

«Mi trabajo con los reclusos y exreclusos solía ser peligroso a causa de las bandas. Ahora es peligroso a causa del gobierno», afirma Moody. «Pueden meternos en la cárcel en cualquier momento por supuestamente ayudar a las bandas».

Las iglesias locales temen arriesgarse a tener problemas tanto con las bandas como con el gobierno si ejercen su ministerio en la cárcel, afirmó. «Los pastores nos dicen “qué maravilloso es lo que están haciendo” y “que Dios los bendiga”, pero no participan».

Una continua labor de testimonio

En Centroamérica, el crecimiento numérico de los evangélicos ha superado al de los católicos. En El Salvador, casi un tercio (30.9 %) de la población ahora se identifica como evangélica.

El porcentaje de evangélicos es mayor en los estratos más pobres de la sociedad, que son precisamente los mismos estratos de los que salen quienes se unen a las bandas y acaban en el sistema penitenciario, afirmó en entrevista Stephen Offutt, autor de Blood Entanglements.

Entre el 50 % y el 70 % de los reclusos de las cárceles salvadoreñas proceden de familias evangélicas. «Me atrevería a decir que todos los que están en la cárcel han oído hablar de Jesucristo», dice Orellana, pero añade que el número de verdaderos conversos es probablemente pequeño.

Para los pandilleros cansados de la violencia, el cristianismo ofrece una vía de escape.

«Las bandas le permiten a la gente salir si muestran una conversión real», dice Offutt. No es tan sencillo como declararse cristiano y ser libre. «Los miembros de las bandas que supuestamente se convierten al cristianismo son vigilados porque también hay conversiones falsas y pastores falsos que intentan manipular a las bandas».

Bajo el régimen de excepción, algunos pandilleros genuinamente convertidos están siendo arrastrados de vuelta a prisión. De alguna manera, esto está abriendo una puerta para que el evangelio llegue a donde la iglesia institucional no puede llegar.

«Un discípulo en prisión puede llevar el evangelio a muchos otros», dice Lucas Suriano, coordinador para América Latina de Prison Alliance, un ministerio con sede en Carolina del Norte que crea programas de discipulado y distribuye Biblias y literatura cristiana a reclusos de todo el mundo.

Aunque nadie ve lo que ocurre dentro de prisiones como el Centro de Confinamiento del Terrorismo, el centro de detención de máxima seguridad con capacidad para 40 000 personas que el presidente Bukele inauguró el año pasado, Offutt está seguro de que Dios sigue obrando allí.

«Hace algunos años», cuenta, «tenía un amigo pastor cuya casa estaba a la sombra de una prisión en El Salvador. Los domingos por la noche, podíamos oír canciones cristianas procedentes de la prisión».

«La gente intenta dar testimonio del Evangelio de la mejor manera posible. Están encontrando maneras de rendir culto allí; me resultaría inconcebible que no esté ocurriendo».

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Bavinck advirtió que sin el cristianismo, el racismo y el nacionalismo irían en aumento

El teólogo holandés argumentó que la cosmovisión bíblica es fundamentalmente incompatible con el etnocentrismo.

Christianity Today July 16, 2024
Ilustración por Elizabeth Kaye

No es ningún secreto que el teólogo holandés Herman Bavinck ha disfrutado de un renacimiento en los últimos años, como también señaló James Eglinton en un artículo previo para CT.

Desde que se publicó la traducción al inglés de la histórica obra de Bavinck, Reformed Dogmatics[Dogmática reformada] en 2008, y su versión condensada en un solo volumen en español en 2023, ha habido un flujo constante de nuevas lecturas acerca de su vida y pensamiento. Más recientemente, han salido a la luz nuevas traducciones de sus trabajos menos conocidos, pero no menos importantes, entre otros, Christian Worldview [Cosmovisión cristiana], Our Reasonable Faith [Nuestro Dios maravilloso], Christianity and Science y Guidebook for Instruction in the Christian Religion; y se han publicado nuevas ediciones de Philosophy of Revelation, basadas en sus charlas «Stone Lectures» de 1908, y The Wonderful Works of God.

Los teólogos como yo también estamos redescubriendo la tradición neocalvinista moldeada por Bavinck y su colega, el teólogo holandés Abraham Kuyper, y estamos examinando cómo estos pensadores podrían abordar cuestiones culturales de nuesta época, tales como la manera en que Estados Unidos y otros países están haciendo un ajuste de cuentas con el racismo. [En adelante, los enlaces redirigen a contenidos en inglés]. Y aunque muchos han criticado recientemente (y con razón) el fluctuante legado de Kuyper al respecto, a menudo también han descuidado las contribuciones de Bavinck sobre el tema, que muchos académicos ven como una mejora con respecto a Kuyper.

El análisis de Bavinck tiene lecciones perdurables para los cristianos que viven en un clima político polarizado. De manera similar al contexto del propio Bavinck de la Europa del siglo XIX, los estadounidenses hoy se enfrentan a los desafíos de vivir en una cultura cada vez más poscristiana. Esto ha dado lugar a acalorados debates sobre la identidad de Estados Unidos como nación, el nacionalismo cristiano y cómo todos podemos encontrar puntos en común aun en medio de nuestras diferencias más profundas.

La cosmovisión cristiana neocalvinista de Bavinck y Kuyper, por ejemplo, afirmaba la diversidad de la realidad, pero veía que esa diversidad refleja una unidad mayor. Como el Creador es Trino, observaron que el mundo a menudo se ajusta a patrones de unidad en la diversidad. Sin embargo, Bavinck creía que este patrón tenía implicaciones adicionales para la humanidad misma.

Como lo mostré en otro texto, Bavinck argumentó que la imagen de Dios (imago Dei) se refiere no solo a nosotros como individuos, sino a la humanidad en su conjunto. Como escribe el teólogo Richard Mouw, Bavinck articula cómo la imagen de Dios se despliega «en la rica diversidad de la humanidad, repartida en muchos lugares y épocas», a medida que la raza humana se dispersa por todo el mundo y desarrolla culturas, idiomas y contextos orgánicamente diferenciados. Estas diferencias no están osificadas ni son estáticas, sino que se fusionan de maneras hermosas y sorprendentes a través de la unión del reino de Dios llevada a cabo por el Espíritu Santo.

En resumen, Bavinck creía que la gloria de Dios se revela más claramente a través de la diversidad de la humanidad, y que esta diversidad se mantiene unida por una confesión común de Jesús como Señor. La iglesia global es un pueblo integrado colectivamente por cada tribu y lengua: una humanidad renovada que alcanza su telos o propósito bajo el señorío de Cristo.

Sin embargo, Bavinck combinó esta visión positiva con duras advertencias contra el racismo y el nacionalismo. En dos textos, Christian Worldview [Cosmovisión cristiana] y Philosophy of Revelation, Bavinck anticipó el surgimiento del nacionalismo eurocéntrico. En un libro de próxima publicación, exploro cómo Bavinck detectó el desarrollo de estas ideas en la filosofía alemana a principios del siglo XX, que eventualmente prepararon el escenario para el régimen de Hitler, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

Bavinck atribuyó estos cambios ideológicos al declive de la fe cristiana en Europa. Cuando los humanos dejan de adorar a Dios, sustituyen lo divino por las obras creadas (Romanos 1:25). Por lo tanto, dijo, en cualquier sociedad que se aparte de la fe cristiana, naturalmente alimentará el racismo y el nacionalismo.

Si Dios no es la fuente que define lo que es verdadero, bueno y bello, entonces la moralidad tendrá que tener a la humanidad misma como su fundamento. Y si la humanidad no es «genérica» o «universal», sino diversa y en constante evolución, entonces uno debe decidir qué humanidad y en qué momento de la historia se convierte en el estándar para la evaluación moral. En el contexto de Bavinck, ese punto de referencia era el nacionalismo ario (al que se refería como «pangermanismo, paneslavismo, etc.»), que veía a la raza aria como la cúspide de la humanidad universal y, por lo tanto, como la encarnación de la normatividad.

Bavinck cita a algunos de los primeros líderes de pensamiento «elocuentes», cuya ideología racista emergente influyó en algunos de sus contemporáneos, y cuyas ideas eventualmente llevaron a reconfigurar al propio Jesús como el símbolo supremo de la raza aria.

Dado que cada religión recurre a una figura histórica como fuente de su revelación, el nuevo nacionalismo alemán necesitaba transformar a Jesús en «el tipo más puro de la raza aria o germánica» para «retener» su autoridad. «Jesús no vino de Israel sino de los arios», determinaron, porque consideraban que todas las demás culturas pasadas eran primitivas, incluida la judía. «Qué tonto es el que cree que Jesús no era judío, sino que era ario», escribió Bavinck, «y que la Biblia, en la que todo hereje encuentra su texto de prueba, proporciona la evidencia de este asunto».

Este «renacimiento de la conciencia racial» fue reforzado aún más, según Bavinck, por la visión histórica que muchos filósofos sostenían en su época: que cada etapa sucesiva de la historia humana ascendía hasta su era actual, que, convenientemente, se describía a sí misma como la más evolucionada y culta. Así, el linaje ario era visto como la raza dominante y superior a la que se podían atribuir todos los mayores logros de Europa (y, por tanto, del mundo).

El resultado, observó Bavinck, fue que «la llamada “visión histórica pura” se convierte en la construcción más sesgada de la historia». Al ubicar la ética dentro de su propia historia y proyectar su cultura como si fuera la norma absoluta, los alemanes se postularon como árbitro y pináculo de la historia, y eclipsaron a todas las demás naciones y grupos étnicos. Liberaron a su «raza superior» de la rendición de cuentas ante la revelación trascendente de Dios, lo que les permitió infligir coerción opresiva sobre todas las razas «inferiores», y rechazar que cualquier otra cultura pudiera ser una fuente de corrección.

Estas ideas se combinaron con la práctica emergente de la eugenesia, en la que la teoría de la evolución y las ciencias naturales se aplicaron a la noción de crear una raza superhumana (Übermensch). ¿Qué pasaría si, por ejemplo, el proceso de selección natural mediante la «supervivencia del más apto» pudiera acelerarse eliminando las debilidades genéticas para «purificar y perfeccionar» a la raza humana? Bajo este razonamiento, filósofos, científicos y psicólogos se unieron con el objetivo de liberar a la humanidad de sus miserias o, como dijo Bavinck, «mejorar las cualidades raciales de la humanidad de manera artificial».

Bavinck conectó estas teorías populares de su época con las aspiraciones de los filósofos alemanes de presentarse ante el mundo como portadores de alguna forma de salvación escatológica. Observó que estos pensadores no solo rechazaban el cristianismo porque lo percibían como falso, sino porque lo consideraban malo para el desarrollo del futuro: «Si la cultura moderna quiere avanzar, debe rechazar totalmente la influencia del cristianismo y romper completamente con la vieja cosmovisión».

¿Por qué? Como explicó Bavinck, mientras que se creía que la esperanza humana moderna era enteramente «de este mundo», sus contemporáneos europeos consideraban que el cristianismo era «indiferente a esta vida», ya que su esperanza reside, en última instancia, en un reino de otro mundo: la eternidad, el cielo y Dios. En otras palabras, creían que la esperanza en los logros humanos tangibles era más segura que la esperanza en las realidades divinas intangibles.

Según el razonamiento de Bavinck, al ver a una sociedad o nación humana en particular como el principal portador de la civilización ética llenaba el vacío escatológico que queda al eliminar la esperanza cristiana de la sociedad moderna. Si la ley moral no se encuentra en lo trascendente sino en lo inmanente, entonces sucede lo mismo con el cielo. En este caso, una sociedad utópica está modelada por cualquier nacionalidad que represente la «altura» de la humanidad.

Estos desarrollos ideológicos, que estaban de moda en ese momento, pintaban un panorama realmente sombrío. ¿Cuál fue la respuesta de Bavinck y qué alternativa propuso?

En Philosophy of Revelation, Bavinck señala los problemas insuperables que plantea la transposición de los principios científicos de la evolución naturalista a la historia social de la humanidad. Según argumentó, este instinto refleja una forma de monismo que reduce la gran diversidad de la vida creada a una uniformidad singular, como si una explicación que funciona bien en una esfera pudiera usarse para todas las áreas de la vida.

Además, argumentó que los intentos de elaborar una gran narrativa histórica a menudo privilegian a una nación o grupo étnico sobre otros, e ignoran la unidad de la raza humana a través del tiempo y el espacio. Más aún, afirmar que cada siglo es intrínseca y holísticamente mejor que el anterior no reconoce que en la antigüedad existió una «alta civilización», incluso más avanzada que nosotros en algunos aspectos, ni que los mismos vicios de la antigüedad todavía plagan nuestra época y nuestras culturas contemporáneas.

En lugar de una historia lineal de desarrollo progresivo que culmina en una nación o una filosofía maestra, Bavinck creía que la historia es pluriforme: un laberinto rico y multifacético que cuenta la historia de una humanidad unida a través de todas sus particularidades, ubicaciones y períodos de tiempo.

Y Bavinck argumentó que para evitar el instinto supremacista de elevar una nación o fase de la historia, las ciencias históricas deben tener sus raíces en el teísmo cristiano. Esto se debe a que los historiadores requieren una «revelación» divina y única para afirmar que «todas las criaturas… son acogidas y se mantienen unidas por un pensamiento rector, es decir, por el sabio consejo de Dios». Creer en la unidad de la humanidad, que es la «presuposición de toda la historia», es una afirmación «que solo nos ha sido dada a conocer por el cristianismo».

En lugar de ver una cultura o etnia como la expresión universal de la verdadera humanidad, para Bavinck el cristianismo enseña que «la unidad de la humanidad no excluye sino que más bien incluye la diferenciación de la humanidad en raza, carácter, logros, vocación y muchas otras cosas».

Bavinck escribe que esta «variedad ha sido destruida por el pecado y transformada en todo tipo de oposición» desde que «la unidad de la humanidad se disolvió en una multiplicidad de pueblos y naciones». Pero en lugar de buscar la «falsa unidad» de un monismo mundano, preservar la rica diferenciación de la humanidad requiere que «la unidad de toda la creación no se busque en las cosas en sí, sino en algo trascendente… en un ser divino, en su sabiduría y poder, en su voluntad y consejo».

En otras palabras, afirmar el cristianismo significa rechazar la uniformidad fabricada por el hombre y abrazar la diversidad ordenada por Dios. Solo la salvación en Cristo y la comunión en su Espíritu, la revelación divina y la redención pueden restaurar y alcanzar el ideal de la unidad verdadera y orgánica de la humanidad en la diversidad.

Como seres humanos, nuestra unidad y diferenciación, así como nuestra identidad y dignidad, están aseguradas en última instancia en Cristo, a quien Bavinck llama el «núcleo» que reveló el «plan, el progreso y el objetivo» de la historia, y que eliminó nuestra tendencia pecaminosa a exaltarnos a nosotros mismos como el ideal histórico. En otras palabras, el centro, objetivo, progreso y fin último de la historia no se encuentra en la humanidad sino en Cristo.

La única cosmovisión que «responde a la diversidad y riqueza del mundo», escribe Bavinck, es aquella que insiste en que la historia está gobernada por la voluntad divina. No solo eso, sino que debemos creer que Dios entró voluntariamente en el mundo «históricamente» en la persona de Jesucristo, a fin de elevarlo «a las alturas» del «reino de los cielos».

La utopía celestial que buscamos, entonces, no es el resultado del progreso histórico humano, sino una obra divina de Dios: «Si alguna vez ha de haber una humanidad unida en un corazón y en una alma, entonces debe nacer al retornar a un solo Dios vivo y verdadero».

En la era cada vez más polarizada en que vivimos hoy en día, el mensaje de Bavinck sobre la diversidad unificada de la humanidad es más necesario que nunca. En lugar de asumir que nuestra visión del mundo es definitiva o superior a la de otros contextos, Bavinck nos recuerda el testimonio profético del mensaje universal de reconciliación dado por Dios y encarnado en Jesucristo.

Las reflexiones antropológicas de Bavinck ciertamente no son perfectas. Sigue siendo un hombre del siglo XIX y, en ocasiones, refleja ciertos análisis o lenguaje que los lectores del siglo XXI rechazarían (por ejemplo, su lenguaje de culturas «altas» y «bajas»). Pero es notable que, a principios del siglo XX, Bavinck previera los peligros de la eugenesia, el racismo y el nacionalismo emergentes en la filosofía alemana, que estaban de moda en ese momento, incluso entre los cristianos.

En los siglos previos a los horrores de la Segunda Guerra Mundial, cuando se creía que «el espíritu alemán sanaría al mundo», Bavinck presentó una visión escatológica trascendente, no impulsada por manos humanas sino iniciada por la voluntad divina de Dios. Y en una era poscristiana, tanto entonces como ahora, Bavinck nos recuerda que las funestas raíces del racismo y el nacionalismo se remontan al rechazo de las afirmaciones cristianas, en las cuales se encuentra el fundamento de nuestra moralidad, así como de nuestra dignidad y esperanza final en Dios.

N. Gray Sutanto es profesor asociado de teología sistemática en el Seminario Teológico Reformado de Washington, DC. Es autor, editor y traductor de varios libros, entre ellos God and Humanity: Herman Bavinck and Theological Anthropology y T&T Clark Handbook of Neo-Calvinism.

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Exvicepresidente de Disney busca traducir ‘The Chosen’ a 600 idiomas

Rick Dempsey relata cómo está aplicando décadas de experiencia en localización a la serie «Los elegidos»

Rick Dempsey (centro)

Rick Dempsey (centro)

Christianity Today July 12, 2024
Ilustración de Mallory Rentsch Tlapek / Fuente de imágenes: The Chosen / Pinkton / Getty

En 2014, Disney publicó un video en el que Elsa aparece cantando «Let It Go» («Libre soy») en 25 idiomas. Quien no conoce los detalles, bien podría pensar que la misma cantante interpretó la popular balada de Disney en todos los idiomas.

Gran parte del mérito de esta magia debe atribuirse a Rick Dempsey, exvicepresidente creativo de Disney Character Voices International. El equipo de Dempsey organizó audiciones en todo el mundo y finalmente encontró cantantes locales que dieron vida a la música de Frozen en sus propios idiomas.

El objetivo era «garantizar la coherencia de los personajes» y que «las voces fueran todas muy similares en todo el mundo», dijo Dempsey en 2014. «La buena noticia es que pudimos encontrar talentos capaces de lograrlo».

Esta impresionante coherencia, o «integridad de los personajes», es un concepto y práctica que The Walt Disney Company adoptó y amplió casi hasta la perfección gracias al trabajo de Dempsey, quien ahora ha llevado su experiencia a la serie The Chosen (Los elegidos), que se ha convertido en la serie de televisión más traducida de la historia.

CT habló recientemente con Dempsey sobre su transición de Disney a Come and See, el arduo proceso de traducción y localización, y cómo Los elegidos está llevando el mensaje de Jesús a grupos de personas aún no alcanzadas por el evangelio, y a lugares donde hablar de Cristo te puede costar la vida.

Esta entrevista ha sido editada por motivos de claridad y extensión.

Cuéntanos acerca de tus 35 años de carrera en Disney.

Empecé a trabajar en Disney en 1988 y era responsable del área de voces de personajes para toda la compañía. Mi trabajo consistía en proteger la integridad de los personajes, lo que significa que cuando los personajes de las películas pasan por un proceso de adaptación para conectar con los diversos públicos locales alrededor del mundo, aún siguen siendo coherentes en todos los idiomas. Creo que es una responsabilidad única en una empresa secular como Disney, porque como creyentes, es algo similar a lo que estamos llamados a hacer con nuestras propias vidas, es decir, mantener nuestra integridad cristiana donde sea que vayamos.

A medida que la empresa creció internacionalmente, Disney empezó a traducir sus obras y a hacer un esfuerzo por garantizar la coherencia y la integridad en las voces de los personajes en los parques temáticos, los productos de consumo, así como en las películas, en todo el mundo. Durante los últimos veinte años de mi carrera allí estuve a cargo de esto, y también estuve a cargo de toda la localización internacional para Disney, incluyendo Pixar, Marvel, Lucasfilm y, poco antes de mi salida, también la marca Fox. Tuve una gran carrera allí.

Dices que estabas a cargo de la localización, pero no todo el mundo sabe lo que eso significa. ¿Podrías explicarlo?

Mucha gente lo llama traducción, pero nosotros lo llamamos localización porque es mucho más que traducir un guión. Es una adaptación idiomática del contenido original, es decir, intentamos incorporar los modismos, las frases y los coloquialismos locales de un idioma al diálogo, tal como lo hicimos en el idioma original.

¿Cómo comenzaste a trabajar en Los elegidos?

Cuando volvimos de la pandemia, me di cuenta de que mi tiempo en Disney había llegado a su fin. Disney, como todos sabemos, ha dado un giro en términos de entretenimiento familiar. Me di cuenta de que mi tiempo se había terminado, así que solicité mi retiro de la empresa. Prácticamente me lancé sin paracaídas.

Justo después de haber tomado la decisión de retirarme, Come and See (la organización sin ánimo de lucro que gestiona la financiación de The Chosen) comenzó a explorar cómo difundir el programa de televisión por todo el mundo, así que alguien en una reunión dijo: «Creo que conozco a alguien». Así que me enviaron un mensaje de texto desde esa reunión que decía: «¿Te interesaría trabajar para The Chosen y llevar la serie por todo el mundo, tal como hiciste con todos los contenidos de Disney?». Les dije: «Por supuesto». No tuve que pensarlo mucho. Poco después, fundé mi propia casa productora y comencé a servir como asesor para Los elegidos.

Últimamente, muchas empresas de medios de comunicación están apostando por las traducciones asistidas por inteligencia artificial (IA). La IA ha pasado de hacer traducciones literales (palabra por palabra) a producir traducciones más naturales. ¿Crees que algún día la IA podrá hacer el trabajo de localización?

Ahora mismo estamos bajo un modelo que yo llamo «80-20», es decir, un 80 % de IA y un 20 % de trabajo humano. Creo que llegaremos a un punto en el que la IA tendrá una idea bastante buena de cómo traducir, pero siempre tendremos que retocarla con algunos toques humanos.

Estoy seguro de que alguien puede sacar un guión de IA para una película, pero se sentiría muy estéril. Hay algo en la emoción humana que nunca obtendremos de la IA: hay que tener ese toque humano para que realmente tenga un impacto y se sienta real.

En Los elegidos, hay coloquialismos y ciertos términos y frases clave que la IA no necesariamente entiende. Debido a la escala de este proyecto (nuestra meta es traducir a 600 idiomas) tendremos que hacer uso de algún tipo de IA para ayudar en el camino. Sin embargo, hay muchos mercados subatendidos en los que el mundo de la IA aún no tiene muchos datos o información sobre ese idioma, así que todo tendrá que ser esfuerzo humano.

¿Hay elementos o características de la serie Los elegidos que la hacen especialmente difícil de traducir o localizar?

Sin duda alguna. Cada frase coloquial o modismo utilizado en inglés constituye un reto para garantizar una buena traducción. También tenemos que averiguar cómo comunicar frases bíblicas y frases judías. Incluso algunos de los títulos del gobierno romano a veces son difíciles de traducir.

Además, las audiciones para los actores que hacen la voz de Jesús han resultado bastante difíciles en algunos mercados. La voz de Jonathan Roumie [el actor que hace el papel de Jesús en la serie] tiene un tono muy puro e íntegro, con muy poca textura; una voz que no tiene un tono bajo, pero tampoco resonante. La voz tiene que ser autoritaria e imponente, sin dejar de ser compasiva y cariñosa. Roumie no suena joven, pero tampoco suena demasiado viejo: parece exactamente de unos 30 años. Encontrar todos esos atributos en un solo actor es extremadamente difícil, y hemos descubierto que pueden ser necesarias varias rondas de audiciones antes de encontrar a alguien lo bastante parecido para interpretar a este personaje central.

Gaius (Gayo) es otro personaje difícil. El actor inglés Kirk Woller tiene una voz con mucha textura, de rango medio-alto. Su forma de interpretar el personaje es apacible y, sin embargo, tiene autoridad gubernamental. Al comenzar el proceso de doblaje en la mayoría de los países, los actores hacen que suene realmente áspero y enérgico. A menudo es necesario hacer varias audiciones para encontrar a alguien que entienda el lado amable del personaje.

Entendemos que el objetivo final de Los elegidos es compartir el Evangelio, y esa es una tarea que Jesús encomendó a sus seguidores. ¿Hasta qué punto han intentado encontrar personas cristianas para llevar a cabo el proceso de localización?

Estamos trabajando con personas que tienen el corazón dispuesto a difundir la historia de Jesús en todo el mundo de una manera realmente significativa. Hay países en los que el evangelio no está permitido, pero aún así los creyentes se apasionan por llevar Los elegidos a su país.

Tuvimos un caso en el que una mujer a quien le encanta el programa se acercó desde un país oprimido en términos religiosos. La encarcelarían si la pillaran tan solo hablando de la serie. Pero ahora estamos trabajando con ella para crear subtítulos en su idioma. Ella tiene que salir del país para poder comunicarse con nosotros. Esta es otra tremenda historia de alguien que asume un riesgo increíble a fin de utilizar Los elegidos como una oportunidad evangelística para llegar a todo un grupo de personas que no han sido expuestas a la historia de Jesús.

Nos aseguramos de que nuestros traductores sean creyentes cristianos, sin embargo, ese no es un requisito para los actores de doblaje. Y, concretamente en las comunidades musulmanas, hemos tenido actores que, una vez que han entendido el material y el tema del programa, simplemente salen de la sala de grabación. El doblaje ha sido un verdadero reto en partes del mundo donde hay oposición al cristianismo.

Pero Dios tiene el control de todas las cosas. En uno de esos países, uno de nuestros expertos en la materia es un musulmán converso que ahora tiene un doctorado en estudios hebreos y judaicos, y él ha sido un recurso increíble para nosotros.

Mencionaste que la meta actual es que Los elegidos esté disponible en 600 idiomas, y eso es realmente un gran reto. Algunas lenguas tienen cientos de millones de hablantes en continentes enteros, otras muchísimos menos, concentrados en regiones muy pequeñas. ¿Qué están haciendo para abordar esas diferencias?

Sí, estimamos que haremos doblaje a aproximadamente 100 idiomas, y otros 500 solo estarán subtitulados.

Estamos traduciendo en regiones como Francia, Italia, Alemania, España, Japón, América Latina, Rusia, Europa del Este, donde hay comunidades de doblaje bien estructuradas: traductores, actores de doblaje, estudios de grabación, etc. Pero ahora estamos comenzando a trabajar con esos idiomas en los que empezamos a tratar con mercados subatendidos, y está resultando todo un reto.

Estamos entrando en territorios donde la gente nunca ha escuchado un doblaje en su propio idioma. En algunos de ellos solo trabajaremos subtítulos porque simplemente no tienen la infraestructura para poner algo del tamaño del proyecto mediático que es Los elegidos en su idioma local.

Y es importante decir que estamos haciendo todas las traducciones y doblajes en el mercado local, es decir, en la región donde se habla el idioma. En mi opinión, es la única manera de hacerlo bien. Así lo hacíamos en Disney, porque creo que trabajar localmente es la única manera de que resuene en el público local. Se necesitan los modismos y coloquialismos de la gente de ese mercado.

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Sí, el carisma tiene un lugar en el púlpito

Pero no lo confundamos con un llamado.

Christianity Today July 11, 2024
Ilustración por Tim McDonagh

El carisma ha atravesado tiempos difíciles en la iglesia. O, al menos, algunos de nosotros hemos empezado a sospechar de los líderes carismáticos. Las grietas han venido saliendo a la luz desde hace un tiempo. Hace nueve años, mucho antes de que Oxford University Press coronara la palabra rizz (jerga para el tipo de carisma que inspira atracción romántica) como palabra del año 2023, Rick Warren observó: «El carisma no tiene absolutamente nada que ver con el liderazgo». [Los enlaces redirigen a contenidos en inglés].

Pero todos sabemos que sí tiene mucho que ver, ¿no?

Nos gustan los líderes con personalidades dinámicas. Nos sentimos atraídos por ellos, tanto en la iglesia como en la política. Para bien o para mal, el carisma es un factor. El líder carismático es el tema común de las historias que relatan el origen de muchas organizaciones y denominaciones cristianas (y no cristianas). Muchos movimientos remontan sus inicios a un individuo con una personalidad descomunal, con una gran ambición por Dios, cuya eficacia parece haberse debido tanto a su personalidad como a un llamado de Dios.

Por ejemplo, las Escrituras dicen que Saúl, el primer rey de Israel, era «buen mozo y apuesto como ningún otro israelita, tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro» (1 Samuel 9:2, NVI). La apariencia física de Saúl sugería que sería un rey ideal.

La experiencia posterior demostró lo contrario. Cuando el profeta Samuel buscó al sucesor de Saúl entre los hijos de Jesé, el Señor le advirtió que no se dejara llevar por tales cosas. «La gente se fija en las apariencias», dijo. «Pero yo me fijo en el corazón» (1 Samuel 16:7).

Sin embargo, cuando David fue presentado ante el Señor, 1 Samuel 16:12 menciona que «era buen mozo, pelirrojo y de buena presencia».

El carisma, al igual que la belleza, depende de la percepción de cada persona, de modo que el carisma tiene una dimensión cultural. Una de las razones por las que 1 Samuel enfatiza la apariencia física de Saúl y David es porque el rey también era un guerrero. La gente veía al rey como un libertador (1 Samuel 8:19-20). La altura de Saúl y la salud de David contribuyeron a su destreza en la batalla y les brindaron apariencia de realeza.

Sin embargo, las Escrituras son claras: cualquier éxito que experimentaron se debió a algo más que a sus dones naturales. En última instancia, estuvo en función del carisma en el sentido teológico más auténtico de la palabra. Tuvieron éxito porque el Espíritu Santo descendió sobre ellos con poder (1 Samuel 10:10; 11:6; 16:13).

Y luego, cada uno de ellos pecó públicamente. Fracasos similares de líderes carismáticos de nuestros días han aparecido en los titulares nacionales y se han convertido en material para pódcasts y documentales. Sus historias son un claro recordatorio de que a veces el carisma, como la belleza, es solamente superficial.

Pero la trayectoria de sus historias que nos resulta tan familiar también demuestra que el carisma da una especie de poder, lo queramos o no. Simplemente, no estamos seguros de qué tipo. ¿Es una autoridad que viene de Dios? ¿O simplemente una obra de la carne?

Los líderes carismáticos son una constante a lo largo de la historia. Sin embargo, el ideal del líder carismático fue presentado por el sociólogo del siglo XX Max Weber.

Basándose en la idea bíblica del liderazgo como un don de Dios (Romanos 12:8), Weber definió el carisma como «una cierta cualidad de una persona individual en virtud de la cual es apartada de los hombres comunes y tratada como dotada de poderes sobrenaturales, súper humanos, o al menos específicamente excepcionales». Para Weber, la esencia del carisma es la personalidad contundente de un líder que impulsa a otros a seguirlo.

Sin embargo, según Weber, una personalidad fuerte no es lo único que hace que un líder sea carismático. El carisma es el resultado de una colección de rasgos, incluida la santidad del carácter. Según la definición de Weber, la combinación que constituye el verdadero carisma es poco común.

Si la definición sociológica de carisma es «poder a través de la personalidad», la idea bíblica de carisma ubica el poder en otra parte. El carisma, sugieren las Escrituras, es el poder del Espíritu Santo otorgado por la gracia de Cristo. Este poder dado por Dios se muestra a través de (y a veces a pesar de) la personalidad. En esta definición bíblica, la personalidad es un medio por el cual se manifiesta el poder de Dios, no la fuente de ese poder.

En este sentido, todo liderazgo es carismático porque el liderazgo es un don de Dios (la etimología de carisma denota un don de Dios). La capacidad de ejercer liderazgo no es únicamente un don otorgado a ciertos individuos, sino que los individuos son en sí mismos dones otorgados a la iglesia (Efesios 4:7-13).

Este carisma espiritual no es solamente para un puñado de personas en la iglesia. Dios da el Espíritu «a cada uno… para el bien de los demás» (1 Corintios 12:7). La iglesia tiene líderes, pero su salud y éxito no dependen únicamente de ellos.

Los líderes de la iglesia, es decir, aquellos que ejercen dones espirituales en ella, así como aquellos que realizan las funciones y tareas necesarias que le permiten cumplir su misión, todos contribuyen al liderazgo carismático de la iglesia por parte del Espíritu Santo.

El fracaso público de muchos líderes dinámicos es un recordatorio del peligro de depender demasiado de cualquier individuo, incluidos nosotros mismos.

Cuando Jetro, el suegro de Moisés, lo vio rodeado por el pueblo mientras juzgaba sus disputas desde la mañana hasta la tarde, rápidamente vio la locura de tal modelo de liderazgo. «No está bien lo que estás haciendo», dijo Jetro.

«Pues te cansas tú y se cansa la gente que te acompaña. La tarea es demasiado pesada para ti; no la puedes desempeñar tú solo» (Éxodo 18:17-18). La solución de Jetro fue dispersar la carga compartiendo la responsabilidad judicial con otros.

Dios parece haber confirmado el consejo de Jetro cuando tomó parte del Espíritu que estaba sobre Moisés y lo puso sobre los ancianos de Israel (Números 11:17).

Esta acción no solo anticipó la carga compartida de liderazgo que encontramos en la iglesia del Nuevo Testamento, también prefiguró el derramamiento más amplio del Espíritu en el día de Pentecostés. No todos en la iglesia están llamados a ser líderes. Pero a todos se nos ha concedido el don del Espíritu que mora en nosotros (Romanos 8:9).

Si el poder de liderar se atribuye en última instancia al Espíritu Santo, ¿qué papel desempeña la personalidad? ¿Es un activo o un gravamen?

Una opinión común dice que el mejor estilo de liderazgo es aquel en el que la personalidad desaparece. Como escribí en Preaching Today, escuchamos un eco de esta declaración en una oración que a menudo escucho antes de un sermón. Dice algo como esto: «Que mis palabras sean olvidadas, para que únicamente se recuerde lo que viene de ti». Esas oraciones tienen buenas intenciones, pero no entienden el punto, entre otras cosas, porque no se requiere una obra de Dios para olvidar lo que dice el predicador.

En una serie de conferencias impartidas a estudiantes de Yale, el maestro del púlpito del siglo XIX Phillips Brooks, definió la predicación como la comunicación de la «verdad a través de la personalidad». Brooks entendía la personalidad como algo más que un estilo personal. Para él, la personalidad incluía el carácter, los afectos, el intelecto y el ser moral del predicador. Se trataba del trabajo de Dios en toda la persona.

El liderazgo está mediado de la misma manera. Los requerimientos para el liderazgo descritos en 1 Timoteo 3 y Tito 1 se concentran en el tipo de persona a considerar, más que en las tareas que deben realizar.

La personalidad importa en el liderazgo. Un estudio de las iglesias más grandes de Estados Unidos realizado por Warren Bird y Scott Thumma afirma que, «en general, los pastores de las mega iglesias han estado sirviendo en sus iglesias desde hace mucho tiempo», no se trata de los abusadores o criminales sobre los que los titulares recientes advierten. «Mantienen el enfoque de la iglesia en la vitalidad espiritual, en tener un propósito claro y en vivir esa misión».

La mayoría de estas iglesias han experimentado un crecimiento significativo a través del ministerio de un pastor carismático que sirvió en la iglesia durante un promedio de 22 años.

Otras investigaciones sugieren que ciertos factores de la personalidad (la capacidad de inspirar, la asertividad y la amabilidad) mejoran el trabajo de plantación de iglesias.

Dios obra a través de la naturaleza de las personas, tal como lo hace a través de los procesos naturales. Dios puede enviar pan del cielo, pero principalmente proporciona alimento mediante la siembra y el crecimiento. Puede sanar instantáneamente a través de un milagro, pero más a menudo sana a través del ministerio de médicos y medicinas. Cristo ha provisto a la iglesia de personalidades talentosas que enseñan, dirigen y administran, y esta es la forma habitual en que Él trabaja.

Sin embargo, no se puede negar que el carisma personal puede ser tanto una desventaja como una ventaja. Un estudio de 2018 ha demostrado que entre más carisma tengan los líderes, sus seguidores los percibirán como más efectivos. Pero esto solamente es cierto hasta cierto punto. La dificultad está en determinar cuánto carisma es demasiado.

¿Cómo pueden los líderes saber cuándo han pasado de la confianza en sí mismos al exceso de confianza? Desafortunadamente, esta parece ser una lección que generalmente se aprende a través del fracaso.

Las personalidades carismáticas pueden ser egoístas y narcisistas. Sin embargo, ninguna iglesia que busca un pastor dice: «¡Contratemos a un imbécil engreído!». De la misma manera nadie que busca una iglesia piensa, ¿dónde puedo encontrar un pastor abusivo? La verdad es que nos sentimos atraídos hacia los líderes narcisistas porque son atractivos.

Los líderes narcisistas tienen cierta presencia. Son emocionantes. Prometen grandes cosas. Muchos producen resultados impresionantes, al menos por un tiempo. Las iglesias que esperan un líder mesiánico pueden encontrar muy atractivo el estilo narcisista que a menudo acompaña al liderazgo carismático. Toleran el abuso, esperando que el pastor los conduzca a la tierra prometida del éxito ministerial.

Como ocurre con todas las relaciones codependientes, esta se basa en un sistema disfuncional de recompensas. Las congregaciones permiten un comportamiento narcisista porque obtienen algo de los líderes. Quizás sea la adrenalina de una personalidad magnificada, expresada a través de la predicación. A menudo, se trata de una capacidad para atraer a una multitud.

Las iglesias que toleran el abuso por parte de líderes narcisistas a menudo temen que nadie más pueda producir resultados similares. O les preocupa que la salida del pastor afecte la asistencia. Cuanto más grande es la iglesia, más difícil puede ser desconectarse porque parece haber mucho en juego. Con demasiada frecuencia terminan desarrollando sistemas sociales que refuerzan el abuso.

Los narcisistas se rodean de personas que los hacen sentir especiales. Este círculo interno experimenta una emoción indirecta al estar asociado con el líder. Esta asociación a menudo viene con beneficios o un trato especial, incluso si eso es solo acceso a un supuesto grado de celebridad. El resultado es un ciclo de codependencia que ciega a aquellos responsables de hacer que el narcisista sea responsable, llevándolos a ser cómplices del abuso.

Los líderes narcisistas suelen ser acosadores o bullies. Estos líderes desarrollan culturas organizacionales marcadas por el miedo y el castigo. Usan el poder de su posición espiritual para callar a cualquiera que los desafíe. Crean una cultura que silencia las objeciones y penaliza a los objetores.

Siempre hay un costo para quienes desafían a los líderes narcisistas. Los miembros de la iglesia que cuestionan sus agendas o prácticas son acusados de generar división y socavar el plan de Dios. En una mala aplicación de 1 Samuel 26:9 y 11, algunos advierten a quienes critican al pastor de no «alzar la mano contra su ungido». Las amenazas y las represalias se justifican como «disciplina de la iglesia».

Weber describió el proceso de esta manera: «La gente elige a un líder en quien confían. Entonces el líder elegido dice: “Ahora cállate y obedéceme”». Este enfoque suena incómodamente similar a la filosofía de muchos líderes eclesiásticos de alto perfil, cuyas fuertes personalidades los hicieron prominentes, pero cuyo estilo de intimidación posteriormente los llevó a caer en la desgracia.

Entonces, ¿dónde deberíamos buscar para encontrar la personalidad de liderazgo ideal? Esta parece una de esas preguntas de la escuela dominical, donde la respuesta siempre es «Jesús». Aunque la Biblia describe normas de carácter para los líderes de la iglesia, no encontramos un solo tipo de personalidad que se considere ideal, ya sea mediante el ejemplo narrado o mediante una orden explícita.

Las descripciones que hace la Biblia de grandes líderes (pero, por supuesto, defectuosos) ofrecen un retrato variado. Moisés no es como David, quien, a su vez, no es como Pablo. Uno no tiene la sensación de que el Espíritu moldea a aquellos que Dios usa como líderes con un tipo único de personalidad. Parece que hay un lugar para los extrovertidos, los introvertidos, los planificadores detallados, los respondones intuitivos, las personalidades dinámicas y los tipos retraídos.

Asimismo, la selección de apóstoles por parte de Jesús difícilmente revela un solo prototipo apostólico. En conjunto, sus discípulos parecen un grupo improbablemente reunido, proveniente de entornos radicalmente diferentes, con valores e ideales en conflicto, excepto quizás por una tendencia compartida a no entender el mensaje. Eran un grupo mezclado de pescadores, fanáticos, separatistas y colaboradores con los romanos. Esto contradice la uniformidad que a menudo vemos en los perfiles que describen la personalidad de liderazgo ideal.

Incluso si existe un perfil de personalidad común para los líderes carismáticos, la mayoría de los líderes en la Biblia no entran en esta categoría.

Consideremos a Pablo y Apolos. Hoy conocemos la obra de Pablo mucho mejor que la de Apolos. Pero cuando estaban vivos, el poder estelar parece haber estado del lado de Apolos. Según todos los indicios, tenía carisma. Originario de la gran ciudad de Alejandría, Apolos era «un hombre ilustrado y poderoso en el uso de las Escrituras», así como alguien que «con gran fervor hablaba y enseñaba» (Hechos 18:24-25). Estos rasgos le valieron a Apolos seguidores en la iglesia de Corinto (1 Corintios 3:4).

Pablo también tenía seguidores en Corinto. Pero para algunos allí, el carisma de Pablo se limitaba a sus cartas. Según 2 Corintios 10:10, las quejas decían: «sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie y como orador es un fracaso».

Quienes son llamados a la misma tarea no pueden realizarla de la misma manera. Los ejemplos de líderes como Moisés, Pedro y Pablo indican que Dios prepara las distintas personalidades de los líderes para las tareas a las que son llamados. Estoy convencido de que esta preparación incluye tanto deficiencias como fortalezas. Dios llama a los insensatos, a los débiles, a los temerarios y a los tímidos (1 Corintios 1:26-29).

El liderazgo exitoso depende del carisma en el sentido bíblico más amplio de la palabra. Es un don que Dios concede a través de su Espíritu. Tanto las habilidades de liderazgo como los líderes en sí son dados por Dios hoy, tal como lo fueron en la Biblia: tienen personalidades tan variadas como cualquiera de los líderes sobre los que leemos en la Biblia y son igual de imperfectos.

Probablemente, preferiríamos tener solo a Jesús como nuestro líder. Creo que anhelamos un movimiento cuyo único impulso provenga del Espíritu y no como una respuesta a la personalidad de alguien.

Esto es ciertamente posible, pero no es la norma. La mayor parte del tiempo, Dios obra a través de las personas. Donde hay gente, la personalidad siempre es un factor. El Verbo, que «no aborreció el seno de la Virgen», como declara el antiguo himno, no duda en revelarse a través de la personalidad de sus servidores.

El fracaso espectacular de tantos líderes de alto perfil debería hacer que los cristianos seamos cautelosos a la hora de darle demasiada importancia a la personalidad de un solo individuo. La iglesia no tiene lugar para cultos a la personalidad. Solamente hay un Mesías para el pueblo de Dios y su nombre es Jesús.

Pero eso no debería hacernos temer a la personalidad misma. La personalidad puede verse distorsionada por el pecado, pero también es el medio principal que Dios usa para mostrar su imagen en nuestras vidas. La personalidad no es un lastre en el liderazgo. Es el rostro del alma.

John Koessler es escritor, presentador de pódcasts y profesor emérito jubilado del Instituto Bíblico Moody. Su último libro es When God Is Silent, publicado por Lexham Press.

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Buscaba protegerme de los monstruos. Sin darme cuenta, me convertí en uno de ellos

Una vida de violencia y adicciones me llevó al borde de la muerte, pero también me llevó al pie de la cruz.

Christianity Today July 8, 2024
Cortesía de Tanya Glessner

Crecí en Kansas City en un hogar caótico. Mi domicilio cambiaba constantemente, y lo único estable en mi vida eran las constantes peleas de mis padres. Mi papá disfrutaba de una gran cantidad de drogas y mi mamá disfrutaba al presionarlo y asumir después una postura de víctima. Finalmente decidieron dejarlo por la paz cuando yo tenía 11 años, pero no sin que yo recibiera primero una noticia sorprendente: el hombre al que había conocido como mi padre no era realmente mi padre.

Mi abuela me reveló la verdad en un estado de estupor, borracha y enojada, justo antes de darme la noticia del divorcio. Fue devastador. Crecí con dos medios hermanos menores que mi mamá había tenido con el hombre que pensaba que era mi papá. Pero ese día me enteré de que también tenía dos medias hermanas menores por parte de mi padre biológico. No pude evitar recibir esta revelación como un claro mensaje de que yo no era deseada y que no pertenecía en ningún lugar. Esto preparó el camino para una serie de malas decisiones que me llevaron al pie de la cruz.

Mi padre biológico hizo mínimos esfuerzos por verme antes de morir de cáncer en 2008. Después del divorcio de mis padres, seguí viviendo con mi madre y mis dos hermanos menores. Ella continuó eligiendo hombres propensos a la adicción y a la violencia. Cuando ellos volvieron esas tendencias violentas hacia mí, decidí que sería mejor convertirme en un monstruo antes que dejarme devorar por uno.

Comencé a golpear a las niñas en la escuela y a recibir recompensas en casa por mis victorias. Finalmente me expulsaron, y ese año tuve que completar mis estudios en la sala de salud mental de un hospital. Una vez que regresé a casa, me escapé en repetidas ocasiones, y solía quedarme con amigas hasta que sus padres me pedían que me fuera. Mi mamá, harta, me envió a vivir con mi abuela en Fort Scott, donde comencé mi primer año de bachillerato [high school].

Poco después, me expulsaron de esa escuela tras un enfrentamiento con un profesor, y terminé el año escolar en otro lugar. Durante mi segundo año, volví a casa y mi madre y yo nos llevábamos como perros rabiosos. Cuando llegó mi cumpleaños número 16, fui a la escuela, la dejé, regresé a casa, hice las maletas y me mudé con una amistad a Fort Scott. Esto duró unos dos años antes de que comenzara a ir y venir entre Fort Scott y Kansas City.

La viva imagen de mi madre

Durante los siguientes veinte años, tuve dos hijos varones y me casé con un hombre que era la suma de todos los hombres que había conocido. Era salvaje, abusivo, adicto a cualquier cosa que le hiciera sentir bien y promiscuo. Me convertí en el reflejo de mi madre, dominando el arte de presionar a mi marido y luego asumir el papel de la víctima, siempre convencida de que yo tenía el poder para cambiarlo. Pasó más de una década antes de que me diera cuenta de que nunca iba a ganar esa guerra. Finalmente, solicité el divorcio y decidí dejarlo para siempre.

Al principio, parecía que lo estaba manejando todo bien. Iba a trabajar, criaba a mis hijos y ocasionalmente salía por la noche con amigas los fines de semana cuando los niños estaban con su papá. Me mantenía ocupada para no pensar en el insoportable dolor emocional que había buscado enterrar.

Sin embargo, eventualmente salió a la superficie y comencé a desmoronarme. Las noches con amigas se convirtieron en todos los fines de semana. Todos los fines de semana se convirtieron en una adicción a la metanfetamina. Perdí mi trabajo. Las facturas se acumulaban y tenía que encontrar una manera de ganar dinero sin dejar mi adicción.

Hice una llamada telefónica a un amigo con el que crecí en Kansas City, y él me ayudó a conseguir un contacto que podía proveerme de metanfetamina para iniciar mi propio negocio. Todo avanzó rápidamente a partir de ahí. En apenas unos meses comencé a ganar unos cuantos miles de dólares al día, mismos que gastaba con la misma rapidez. Mi casa se convirtió en una puerta giratoria de adictos, novios, armas y drogas. Empecé a usar agujas, así que decidí que lo mejor sería enviar a mis hijos a vivir con mi abuela.

Después de que un novio me rompiera ambas muñecas, le pedí a un abogado que redactara los documentos para dejarle a mis hijos a mi abuela en caso de que algo peor sucediera. Sabía que terminaría muerta o en prisión. Mi adicción tomó prioridad sobre todo en mi vida. En ese momento, lo único que quería era morir. Sin embargo, todo eso estaba a punto de cambiar.

Hacer las paces

Tres años después del inicio de mi adicción, un día me encontré a mí misma en la casa de un completo desconocido, con una depresión suicida, inyectando una gran cantidad de metanfetamina en una de mis venas. Cuando la aguja cayó al suelo y aterrizó en la vieja alfombra como un dardo, caí de rodillas a punto de perder el conocimiento y clamé a Dios pidiendo que me salvara. No estaba preparada para la manera en que Él decidió responder a esa oración.

Cuando era niña, asistí a varias escuelas católicas y cristianas, además de escuelas públicas, y mi abuela era una firme creyente cristiana. Quizás después de haber pasado tanto tiempo con ella, en ese momento desesperado supe que la salvación solo podía venir de Dios.

Unas semanas más tarde, me detuve en una casa para dejar algunas drogas. Cuando llegué, vi a una mujer con la que tenía rencillas, así que la enfrenté y la mandé al hospital. Una semana después me arrestaron, y me amenazaron con una condena de hasta 21 años de prisión. Cuando finalmente logré conseguir un acuerdo de culpabilidad que reduciría la condena a 8 años, lo acepté con gratitud.

Después de pasar tres meses en la cárcel del condado, comencé a asistir al grupo ministerial organizado por una iglesia local para reclusos. Hacia el final de un servicio, me acerqué a uno de los miembros de la iglesia. Oramos juntos y acepté a Jesucristo como mi salvador.

Recibí una Biblia y algunos materiales de lectura en los que profundicé con avidez. Leía la Biblia con tanta frecuencia que las páginas empezaron a desgastarse y tuve que volver a unirlas con cinta adhesiva. Encontré consuelo en versículos como Jeremías 29:11, que habla de los planes de Dios para su pueblo, y 1 Juan 3:18, que habla de expresar el amor con acciones en lugar de meras palabras.

Mientras estaba en la cárcel del condado, mi mente comenzó a recuperarse del efecto de todas las drogas. Me sentí abrumada por el remordimiento por lo que había hecho y quería tener la oportunidad de hacer las paces con la mujer a la que había lastimado. Deslicé mi espalda por la fría pared blanca de bloques de hormigón y me ajusté el overol naranja. Junté las rodillas contra el pecho, me aferré a mi Biblia, miré hacia arriba con lágrimas corriendo por mi rostro y le pedí a Dios que abriera el camino.

A la mañana siguiente, un oficial me llamó al pasillo para informarme que acababan de arrestar a mi víctima. Debido a mi buen comportamiento, dijo, las autoridades no consideraron justo enviarme a otro condado, sino que me retendrían hasta que me enviaran a la prisión definitiva. En cambio, me dejaron decidir si quería alojarme con esta mujer o trasladarme a otra cárcel. Mi cabeza daba vueltas en incredulidad, ¡porque esto no es algo que sucede normalmente! En ese momento supe que Dios había escuchado mi oración, y esta era mi oportunidad de enfrentar la situación o permanecer callada.

Cuando mi víctima entró en la cárcel, se podía ver el miedo en su cara. Ella fue directamente a su celda y se subió a su litera. Le di unos minutos y luego me dirigí hacia su puerta. Le dije que estaba a salvo y la invité a comer conmigo. En las semanas siguientes logré reconciliarme con ella. Ambas nos disculpamos y comenzamos a tomar tiempo todos los días para explorar las enseñanzas de la Biblia.

Intercambiamos pasajes de las Escrituras que nos habían hablado al corazón, e incluso marcamos, firmamos y fechamos nuestros versículos favoritos en la Biblia de la otra. De vez en cuando miro esas páginas y no puedo evitar que los ojos se me llenen de lágrimas al ser testigo de cómo Dios obró dentro de los confines de esa cárcel. Siempre atesoraré los recuerdos de cómo Dios comenzó a reparar mi quebrantamiento. Es increíble cómo convirtió el plan del diablo para destruirme en algo positivo, extendiendo oleadas de sanación a todos los que me rodeaban.

Pasé los siguientes siete años en prisión, haciendo todo lo posible por reducir mi condena con buen comportamiento. La experiencia fue abrumadora, pero aproveché el tiempo para acercarme más a Dios y gané una reputación piadosa entre el personal de la prisión y mis compañeras. Me convertí en líder de un ministerio cristiano de mujeres dentro de la prisión y comencé grupos de oración en los dormitorios. Las mujeres me buscaban en busca de orientación, amistad y oración. También serví como tutora para ayudar a las mujeres a obtener su grado de educación secundaria, las ayudaba a preparar sus impuestos y les cortaba el cabello. Dios me usó de innumerables maneras y continuó haciéndome crecer en el proceso.

Dios nunca desperdicia el dolor

Obtuve mi libertad en 2020 y, poco después, me casé con mi novio de la secundaria, quien trabaja como paramédico. Me costó un tiempo acostumbrarme a su horario, al igual que a la experiencia de ser madrastra. Durante las ausencias de mi marido por períodos de 48 horas, asumí varias responsabilidades con facilidad.

Cada mañana, me levantaba diligentemente para preparar el desayuno y el almuerzo para los niños antes de llevarlos a la escuela. Los ayudaba con sus tareas, los acompañaba a sus actividades deportivas y los cuidaba cuando se enfermaban. Era importante para mí crear una rutina familiar saludable.

Durante este período, también comencé a reconstruir otras relaciones en mi vida, incluida mi relación con mi hermano Canaan. No tuvimos muchas oportunidades de hablar mientras estuve en prisión, así que fue bueno volver a conectar con él.

Canaan trabajaba como mecánico de molinos y viajaba por todo el mundo a causa de su trabajo, lo que significaba que no tenía la oportunidad de verlo con frecuencia. Sin embargo, nos aseguramos de mantenernos conectados a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto ocasionales para hacernos saber que nos preocupábamos el uno por el otro.

Afortunadamente, logró acompañarme en Navidad durante mi primer año fuera de prisión, y fue realmente especial compartir ese tiempo con él. Recuerdo haber tomado la decisión consciente de no tomar fotografías esa Navidad porque quería sumergirme en el momento presente, en lugar de preocuparme por mi cámara. No sabía que de esta decisión me arrepentiría más tarde.

En mayo de 2021, encontraron a mi hermano muerto en una habitación de hotel en Colorado a causa de una sobredosis de fentanilo. Estaba en Colorado a causa de su trabajo cuando murió. Habíamos estado planeando su fiesta de cumpleaños número 38, pero ahora estábamos planeando su funeral.

Después de lidiar con el impacto inicial de mi dolor, decidí que quería hacer todo lo posible para ayudar a las familias que podrían estar sufriendo de la misma manera. Comencé a asesorar a hombres y mujeres encarcelados, así como a adictos en recuperación en mi comunidad. Patrociné una recaudación de fondos para crear conciencia sobre los problemas de salud mental, adicción y la relación entre ellos.

También quería ayudar a disminuir el estigma asociado a la búsqueda de servicios de salud mental. Buscamos ayuda médica cuando nuestro cuerpo falla, entonces ¿por qué no buscar otro tipo de ayuda cuando la vida parece abrumadora? Como parte de este llamado, recientemente acepté el puesto de presidenta en la junta directiva del Ejército de Salvación [Salvation Army] y los Ministerios de Compasión en Fort Scott.

Dios nunca desperdicia el dolor. Está usando mi pasado para iluminar el futuro de otros. Oro para que Dios continúe usando mis palabras para dar voz a quienes la necesitan. Cuando Él me sacó de la oscuridad, me dio una mano para aferrarme a Él y me dejó la otra libre para sacar a alguien más.

Tanya Glessner es autora de «The Light You Bring», una memoria, y «Stand Up Eight», una colección de testimonios personales. También ha publicado varios diarios de oración y actualmente está trabajando en un devocional diario.

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No esperes gratificación instantánea de tu ‘tiempo devocional’

Quince minutos de lectura bíblica tal vez no transformarán tu día, pero siempre darán fruto en el momento oportuno.

Christianity Today July 3, 2024
Illustration by Rick Szuecs / Source images: Ales Krivec / Nathan Dumlao / Unsplash

Cuando se instaló el primer cajero automático en mi pueblo natal en la década de 1980, parecía magia: insertabas la tarjeta, sacabas dinero en efectivo.

Desde entonces, hemos aprendido a no tener que esperar: a recibir resultados inmediatos en prácticamente todas las áreas de nuestra vida. Las compras llegan a nuestra puerta en uno o dos días. La comida, en cuestión de minutos. Las películas, los libros y la música aparecen en nuestros dispositivos instantáneamente.

Es maravilloso. Sin embargo, también hay que examinarlo con cuidado. Las entregas rápidas nos enseñan que la espera es un enemigo que debe ser abatido, un adversario que se interpone entre nosotros y lo que deseamos. Con cada avance que consigue que recibamos resultados más rápidos y convenientes, disminuye nuestra capacidad de esperar.

Sin embargo, ser capaces de esperar es una cualidad distintiva del cristiano. De hecho, es una señal de madurez cristiana. La Biblia habla de esperar en el Señor, de ser inalterables y de dar el fruto espiritual de la paciencia. Aunque la mayoría de nosotros reconocemos que habitamos en el mundo de la gratificación instantánea, pocos hemos valorado cómo el hecho de que estemos acostumbrados a no esperar puede que nos esté formando a nivel espiritual; específicamente, cómo puede estar dando forma a la manera en que nos acercamos a la Biblia.

Cuando estudiaba el cuarto grado de primaria me enseñaron la disciplina espiritual de pasar «tiempo con la Palabra». Al igual que a muchos, se me animó a tener un «tiempo devocional» todos los días, es decir, quince o veinte minutos con las Escrituras, preferiblemente por la mañana (debido a que, ya saben, Jesús se levantaba temprano). Se suponía que esta práctica calibraría mi día y llenaría mi depósito espiritual para cualquier cosa que trajera el resto del día.

El mensaje subyacente era: Si tienes un tiempo devocional, tendrás un buen día. Si te saltas tu tiempo devocional, buena suerte. Al combinar esto con una inclinación hacia la gratificación instantánea, pronto comencé a ver cualquier tiempo devocional que no me proporcionara calidez o paz emocional instantáneas como, básicamente, un fracaso.

Comencé a ver mi tiempo con la Palabra primordialmente como una transacción, en vez de verlo como algo formativo. Era un momento para conseguir lo que yo quería, cuando yo lo quería, y exactamente como lo quería. Y no creo ser la única con este problema.

El tiempo que pasamos con la Palabra no debe ser meramente informativo o inspirador, sino relacional.

Una de las frustraciones más comunes que he escuchado por parte de muchos cristianos es que, a pesar de que tienen un tiempo devocional todos los días, siguen sintiendo que Dios está distante. Y, juzgando a partir de la persistencia del analfabetismo bíblico en la iglesia, es posible que nuestros «tiempos devocionales» no estén cosechando el efecto formativo que esperamos.

Cuando pienso en mi tiempo devocional como una mera transacción, trato a las Escrituras como una cuenta de débito que debe ofrecerme significado o sentimientos específicos en el horario que yo misma he establecido. Cada día insertamos nuestras tarjetas de débito y creemos que debemos obtener quince minutos de inspiración.

Más bien, deberíamos ver nuestro tiempo devocional como una cuenta de ahorro, donde hacemos depósitos de fe, invirtiendo tiempo en la Palabra durante días, semanas y años sin esperar una cosecha emocional o intelectual inmediata.

Si nos aferramos a un enfoque de cuenta de débito, deliberadamente evitaremos partes de las Escrituras que tardan más en entenderse, o las malinterpretaremos para que suplan de forma errónea expectativas que estén al servicio de nuestra agenda. Preferiremos hacer lecturas de devocionales cortos en vez de hacer una lectura directa de la Biblia.

Por el contrario, una mentalidad de cuenta de ahorro entiende que vale la pena esperar. Es firme y paciente. Sabe que los fieles depósitos diarios darán fruto con seguridad, a su tiempo y en el momento oportuno.

Si has caminado por el valle de la prueba, seguramente sabes lo que se siente encontrarte con el momento en que años de fieles depósitos por fin rinden dividendos. La clave para ello es un enfoque paciente, a largo plazo. Es muy posible que una lectura en el libro de Ezequiel no te arregle el día, pero muy probablemente te sostendrá a través de una larga prueba, si le entregas muchos de tus tiempos devocionales. Es más probable que el beneficio formativo de pasar tiempo con la Palabra surja tras haber invertido quince años que de haber invertido quince minutos.

El tiempo que pasamos con la Palabra no debe ser meramente informativo o inspirador, sino relacional. Nos prepara para escuchar la voz de Dios en su Palabra, y nos enseña quién es Él. Es Dios invitándonos a una conversación con el propósito de una relación.

Como en cualquier relación, el tiempo de calidad es esencial. Pero el tiempo de calidad surge en función a la cantidad de tiempo que se invierte regularmente. No nos da lo que queremos cuando queremos, ni exactamente del modo en que nos gusta. No se puede programar ni exigir: ocurre según su propia agenda y a menudo cuando menos lo esperamos.

No compres la perspectiva de la cuenta de débito que ofrece gratificación instantánea como si tu tiempo en la Palabra debiera entregarte ganancias medibles, perspectivas profundas o sentimientos cálidos debido a tu tiempo diario de calidad con Dios.

Considera, en cambio, que tu tiempo devocional es una contribución diaria a una cuenta de ahorros que crece con la cantidad de tiempo que inviertes. Las relaciones se profundizan y florecen con paciencia y perseverancia. En tu tiempo con la Palabra, espera en el Señor.

Jen Wilkin es esposa, madre y maestra bíblica. Es la autora de Mujer de la Palabra y Dios de la Creación. Su perfil de X es @jenniferwilkin.

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