No hagamos que la crisis de liderazgo de la iglesia sea aún peor

Necesitamos renovar nuestra imaginación espiritual mientras reconocemos los casos de abuso.

Christianity Today January 10, 2024
Illustration by Wenjia Tang

De muchas maneras, se trata de una vieja historia. Desde el rey David hasta Ted Haggard, vemos a líderes llegar al poder solo para descubrir una pecaminosa sensación de privilegio y la oportunidad de ser indulgentes con ella. Y, por lo general, alrededor de ellos hay personas que lo permiten, personas que lo facilitan, y otros dispuestos simplemente a mirar hacia el otro lado.

Sin embargo, hay algo diferente en el momento presente. Lo que una vez se escondió en las sombras de suites corporativas, estudios de grabación y clases pastorales, ahora se expone en blogs y redes sociales. Los supervivientes de abuso están conectándose entre sí, contando sus historias y reuniéndose de maneras que no se pueden ignorar.

Pasé gran parte de 2020 y 2021 investigando y contando la historia de la iglesia Mars Hill de Seattle [enlace en inglés], donde detrás de las escenas de éxito descansaba una abusiva cultura de manipulación y control, todo orientado en torno a la idea de que el crecimiento espiritual y numérico de la congregación estaba ligado a un líder que era demasiado grande para caer.

Al contar la historia de Mars Hill, hemos escuchado una y otra vez de parte de los oyentes cómo estos eventos tienen inquietantes paralelos en una variedad de contextos. Muchas iglesias y ministerios encontraron el éxito al organizarse alrededor del talento y la visión de un solo líder. Y cuando surgieron los conflictos o los problemas de carácter, todos los incentivos se alinearon a favor del líder.

A medida que siguen saliendo a la luz estas historias —y las vemos emerger de iglesias de todas las formas, tamaños y orientaciones teológicas posibles— se está expandiendo a través de la iglesia cierto cinismo hacia el liderazgo y la autoridad. El beneficio de la duda que muchos pastores recibieron en el pasado se ha erosionado.

Como resultado, los pastores y otras personas están comenzando a poner resistencia, planteando su preocupación por las falsas acusaciones y los procesos derivados. Muchos pastores se sienten atrapados entre la sensación de que la iglesia necesita este momento de reconocimiento, y una constante ansiedad de que haya oportunistas intentando derribarlos. Pero, si no somos cuidadosos con nuestra respuesta, reforzaremos la lógica que provocó esta crisis de carácter en primer lugar.

La crisis del liderazgo de la iglesia no está pasando sin más frente a un telón de fondo de innumerables fracasos morales. También existe en una compleja neblina de fe y duda que el filósofo Charles Taylor ha descrito como «desencanto». Según Taylor, la modernidad ha transformado los fundamentos de la moral y la imaginación espiritual, introduciendo una constante corriente subterránea de duda.

En parte, esto se debe a que le hemos dado una explicación material prácticamente a todo. No culpamos a los demonios por la enfermedad ni a los dioses furibundos por el trueno: señalamos a los gérmenes y a los sistemas de presión meteorológica. El enamoramiento se ha visto reducido a un impulso para perpetuar las especies.

Escuchar estas historias da como resultado un modo automático en el que nuestros pensamientos acerca de lo espiritual, lo sobrenatural o lo trascendente se elevan sobre nosotros para terminar golpeándose la cabeza en un techo de incertidumbre. Incluso después de sentirnos atraídos hacia Jesús, nos acercamos a Él con una imaginación espiritual desencantada. Esto es así tanto para pastores y líderes de la iglesia como para cualquier otro. Estamos atrapados por la duda, e incluso inmersos en ella: nos encontramos rodeados de historias e ideas que nos dirigen hacia un mundo donde es difícil e incluso incómodo imaginarse a Dios obrar de maneras invisibles alrededor de nosotros, aunque anhelemos creerlo.

Esto es lo que hace tan seductor el fenómeno del pastor carismático, especialmente (aunque no necesariamente), cuando alcanza el estatus de celebridad. Aparecen ante nosotros con esa aparente certeza espiritual que a nosotros nos falta o con la que luchamos. Entonces, al presentarse como personalidades inspiradoras, desafiantes o entretenidas —dentro y fuera del escenario—, pueden sacudir nuestras emociones e imaginaciones de tal manera que hacen que experimentemos algo trascendente: algo que se parece muchísimo a un encuentro con Dios.

Esta clase de trascendencia que viene después del encantamiento es reconfortante. No solo silencia nuestras dudas acerca de Dios; también silencia nuestras dudas acerca de los humanos. Piensa, por ejemplo, en cómo un político que sabes que te está mintiendo —o, al menos, haciendo promesas que finalmente es incapaz de cumplir— puede ponerte la piel de gallina o emocionarte hasta las lágrimas.

No estoy diciendo que estemos tratando de manufacturar la trascendencia para esconder nuestras faltas. Pero la trascendencia nos atrae y queremos que las personas se sientan atraídas por ella en nosotros. Lo he visto en mi propio trabajo como líder de alabanza, intentando crear experiencias trascendentales.

Me recuerda a la leyenda de una misionera que de repente se encontró en el campo, sintiendo nostalgia de su tierra y desanimada. Un día se sentó junto a un estanque y escuchó cantar a un grupo de mujeres que lavaban la ropa y los platos con el agua hasta las rodillas. La canción era simple y hermosa, una sola frase se repetía una y otra vez, y aunque ella aún no hablaba su lengua, la conmovió hasta hacerle llorar con la sensación de la presencia de Dios.

Cuando recogían todo para marcharse, ella se acercó a una de las mujeres y le preguntó por la canción.

—¿Se la enseñaron los otros misioneros?

—Sí. Fue una de las primeras que nos enseñaron —dijo ella.

—¿Qué significan esas palabras?

—Significan: «Si hierves el agua, no te contagiarás de disentería».

Una imaginación desencantada puede dar forma a una iglesia de muchas maneras. En un esfuerzo por superar esas condiciones de duda, el ministerio puede convertirse rápidamente en una empresa que busca competir en el mercado.

Esa es una de las razones por las cuales los evangélicos han convertido en fetiche la clase de liderazgo que suele verse en las empresas de Fortune 500. Necesitamos maestros en técnicas —mercadotecnia, branding, entretenimiento, gestión— que puedan «funcionar» sobre la imaginación y las emociones de manera similar a la música, y que puedan ser completamente efectivas en la ausencia del Espíritu de Dios.

El efecto secundario, por supuesto, es que esto invita a los males del mercado a entrar a las salas de juntas de nuestras iglesias: exigencias de lealtad a todo costo, que los trabajadores sean prescindibles y reemplazables, y un sistema de relaciones públicas y gestión de la imagen necesarias para idolatrar a un fundador o CEO.

Esto no quiere decir que todo aquel que lidere según estas características sea un corrupto, y sin duda no quiere decir tampoco que Dios no se muestre en ellos. Por supuesto que lo hace. Pero estas herramientas son increíblemente poderosas, y cobran un precio cuando se convierten en el principio organizativo central de nuestras organizaciones. El abuso espiritual, el narcisismo, el acoso y el control se pueden manifestar prácticamente en cualquier iglesia, sin importar la forma de gobierno, la denominación, la perspectiva teológica o la cultura.

En mi opinión, el hilo conductor que une las historias de estas iglesias no es simplemente una cuestión de carácter, por muy importante que esto sea. Muy a menudo pasamos por alto la corriente subterránea del desencanto. Dejamos que los malos líderes se queden porque, en respuesta a nuestro instinto de «duda por defecto», hemos creado condiciones en las cuales el carácter no es una exigencia para el puesto. Queremos a alguien que pueda hacernos sentir algo.

Esto me lleva de vuelta a los pastores que sienten ansiedad por las falsas acusaciones y la erosión de la confianza que está teniendo lugar en este momento. He visto propuestas de políticas y procedimientos, propuestas de lo que organizaciones como CT deberían o no publicar, y advertencias acerca de aquello a lo que los miembros de la iglesia deberían o no prestar atención. En lo que yo creo que es el ejemplo más extraño, un escritor que ocupa la oficina de pastor principal en una iglesia con un presupuesto multimillonario, que vende libros por millares y habla en el escenario principal de algunas de las conferencias más grandes del evangelicalismo, se lamentaba porque los líderes ya no tienen la plataforma o la oportunidad de contar sus historias.

Implícitas en estas soluciones se encuentra la urgencia pragmática de gestionar y terminar con esta crisis lo antes posible. Muchos líderes eclesiales se están apartando temporalmente del escenario para buscar maneras de mitigar su exposición, a menudo aferrándose a herramientas y técnicas de gestión que están en el mismo cajón que las otras que han usado para construir su imperio disfuncional. La autoridad quiere justificarse a sí misma, a menudo a través de expresiones de poder.

«Pero entre ustedes no debe ser así», dijo Jesús (Marcos 10:43, NVI). El resultado de su liderazgo y su autoridad fue la crucifixión: el Dios encarnado fue acusado falsamente, golpeado y perforado para llevar consigo los pecados del mundo. Alabamos a un Dios que sabe lo que es el sufrimiento.

Esto reformula no solo cómo hablamos acerca de nuestros líderes, sino cómo hablamos de los que se han dejado formar y deformar por ellos. Los supervivientes de diversas formas de abuso han emergido de todos los rincones de nuestra cultura y han contado sus historias, a la vez que ha surgido un nuevo lenguaje para hablar acerca de ellos. Términos como trauma y vulnerabilidad se han convertido en sinónimos útiles: pero hay una diferencia entre el poder de poner nombre a una experiencia y el poder de redimirla. Nombrar algo nos ayuda a reconocerlo, a dolernos, y a integrarlo en el concepto que tenemos de nosotros mismos.

Redimirlo significa que no nos conformamos solo con identificar lo que se ha perdido, sino que buscamos recuperarlo. Salmos 56:8 nos cuenta que Dios pone nuestras lágrimas en un frasco y guarda un registro de nuestro dolor. Esto significa que nunca hemos sufrido a solas, y ninguna de nuestras penas ha pasado al olvido. Él toma nuestras lágrimas y en la cruz llora con nosotros.

La cruz es donde el verdadero Líder, el verdadero Señor, revela su carácter perfecto. Pero también revela, en el momento más trascendente de la historia, que el objetivo de Jesús no es tratar de provocar sentimientos en los demás. Tampoco es demostrar estoicamente una verdad atemporal. El sentimiento más auténtico tuvo lugar cuando Jesús «cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores» (Isaías 53:4).

Por eso el liderazgo cristiano consiste en asumir cargas, incluyendo el riesgo. El riesgo de ser culpados por los errores de los demás. El riesgo de ser expulsados por hacer lo correcto cuando incomoda a las personas equivocadas. El riesgo de ser acusados falsamente.

Pero nosotros no somos Jesús y, por tanto, los pastores también necesitan prepararse para recibir acusaciones contra ellos que sean verdad. El problema puede que no sea la forma de gobierno de la iglesia, o que la gente esté pasando demasiado tiempo en el material equivocado, o que se hayan reunido alrededor de personalidades desagradables de internet; puede que el problema sea lo que hicimos o lo que dejamos sin hacer. Y si no podemos imaginar que ese sea el caso, es hora de recordarnos el dolor de la cruz.

La cruz significa encontrarnos con este momento cultural con lágrimas propias, no para evocarlas en otros, sino más bien por el bien de los otros. Son lágrimas de lamento por el modo en que el abuso ha empañado el testimonio de la iglesia y ha fracturado su unidad. Son lágrimas de duelo compartido por las víctimas y los supervivientes de abuso espiritual, físico y emocional en la iglesia. Y lágrimas de arrepentimiento por la forma en que hemos contribuido a este paisaje de quebrantamiento.

Pero tenemos esperanza. Sin importar qué más surja de esta época de reconocimiento en la iglesia, si la iglesia responde con fe y arrepentimiento, podremos ver nacer algo mejor y más hermoso.

Después de todo, si morimos con Cristo, también viviremos con Él (Romanos 6:8). Después de la cruz viene la resurrección.

Mike Cosper es el director de pódcasts de Christianity Today.

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Los menonitas aprendieron a prosperar en América Latina

Cómo una denominación conocida por su modo de vida tradicional y sus convicciones pacifistas se ha extendido por toda la región.

Un grupo de inmigrantes menonitas en la sala de espera del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima, Perú.

Un grupo de inmigrantes menonitas en la sala de espera del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima, Perú.

Christianity Today January 8, 2024
VW Pics / Colaborador / Getty

Los céspedes cuidadosamente podados y las casas esmeradamente mantenidas del pueblo de Filadelfia podrían formar parte de cualquier barrio próspero de Europa o Norteamérica. Sin embargo, se encuentran en la zona rural de Paraguay y la mayoría pertenecen a comunidades menonitas conservadoras. Conocidos por su modo de vida tradicional y sus convicciones pacifistas, los menonitas se ha extendido rápidamente por toda América Latina.

Paraguay, un país sudamericano sin salida al mar, alberga una de las mayores comunidades menonitas de América Latina. En un país de tan solo seis millones de habitantes y con una extensión territorial similar a la de California, los menonitas paraguayos destacan por ser algunos de los mayores terratenientes, además de dominar las industrias láctea y agrícola.

Llegados a América Latina hace apenas un siglo desde Canadá, Estados Unidos y Europa, la experiencia menonita está marcada por las migraciones frecuentes, así como por la habilidad de los creyentes para echar raíces y preservar su cultura.

«Creo que es justo decir que siempre ha habido un impacto en todos los lugares a los que han llegado los menonitas», dijo Delmer Wiebe, teólogo menonita que creció cerca de Filadelfia. «Una ética de trabajo muy desarrollada siempre ha dejado huellas profundas y ha traído muchos cambios. Dios ha bendecido el esfuerzo. Y esa bendición se ha transformado a menudo en ayuda social y comunitaria».

Los menonitas que hablan bajo alemán o plautdietsch, como comunidad sociorreligiosa, remontan sus orígenes a la Europa occidental del siglo XVI. Sin confundirlos con los amish, que también son anabaptistas, los menonitas deben su nombre al holandés Menno Simons (1496-1561) y surgieron a raíz de la Reforma protestante, uniéndose en torno a los ideales de no violencia, el bautismo de adultos y el aislamiento de las tentaciones mundanas.

Al trasladarse de los Países Bajos a Alemania y Ucrania, los menonitas se aferraron a la ahora arcaica lengua del bajo alemán, huyeron de la obligación de servir en ejércitos nacionales y rendir juramentos civiles, y se rehusaron a unirse a los sistemas educativos nacionales. Hoy en día, los menonitas han encontrado refugio y prosperidad en varios países de América del Norte y del Sur.

En América Latina en particular, los Menonitas de la Antigua Orden se han asentado en países donde las costumbres sociales siguen siendo más cercanas a sus propios valores conservadores. Algunos menonitas en Estados Unidos siguen viviendo de manera tradicional, mientras que otros han adoptado tecnologías y estilos de vida más populares. (En años recientes, algunas iglesias menonitas se han dividido a causa de los debates sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y otras cuestiones que todavía no han afectado las comunidades de la Antigua Orden ni en Estados Unidos ni en los países latinoamericanos).

Las colonias menonitas más conservadoras rechazan el uso de neumáticos de goma en los tractores, la electricidad y los teléfonos, entre otras cosas. Las colonias más progresistas, sobre todo en Paraguay, consideran normal el uso de teléfonos inteligentes, televisores o camionetas. A veces hay diversidad dentro de las colonias, con algunos miembros que tienen puntos de vista totalmente opuestos sobre la educación, el trabajo, el uso o rechazo del idioma español y, más en general, los vínculos con el mundo exterior.

Los estudiosos creen que México tiene el mayor número de menonitas de América Latina, aunque su expansión allí se ha visto limitada por conflictos sobre el acceso a los recursos hídricos. Como porcentaje de la población total, las comunidades de Paraguay, Bolivia y Belice son más significativas, y son visibles principalmente en el campo.

Según el Congreso Mundial Menonita (MWC, por sus siglas en inglés), el 10 % de los 2.13 millones de personas que pertenecen a iglesias arraigadas en la Reforma Radical del siglo XVI en Europa viven en América Latina y el Caribe. Sin embargo, esta cifra no incluye a algunos de los grupos más tradicionalistas, como los Menonitas de la Antigua Colonia y los Menonitas de la Antigua Orden, que constituyen muchas de las comunidades en Latinoamérica y que no forman parte del MWC, según Karla Braun, portavoz de dicha organización.

La expansión menonita en América Latina comenzó en la década de 1920, cuando un grupo de menonitas abandonó las praderas de Manitoba para dirigirse a los desiertos del norte de México, según escribieron Yann le Polain de Waroux y sus coautores en el artículo «Pioneros piadosos: La expansión de las colonias menonitas en América Latina».

Desde entonces, los menonitas han creado más de 200 colonias agrícolas en toda América Latina, abarcando nueve países y siete biomas. Los cálculos de le Polain y su equipo muestran que las colonias menonitas cubren hoy una superficie superior a la de los Países Bajos, habiéndose expandido mediante la conversión de tierras no cultivadas a la agricultura en zonas remotas.

En Belice, 14 colonias menonitas representan un porcentaje de la población de no poca importancia. Este minúsculo país de 400 000 habitantes vio sus primeros colonos menonitas en 1955: comunidades mexicanas que buscaban escapar a las peticiones de un control más estricto del grupo dentro de ese país.

Sin embargo, para la década de 1970, muchos menonitas de Belice ya se estaban trasladando a Paraguay y Bolivia, temerosos de la creciente modernización y de la escasez de tierras.

En su artículo, le Polain identificó 65 colonias menonitas en México, el primer país latinoamericano que abrió sus fronteras al grupo, y aún más colonias (90) en Bolivia, donde el primer asentamiento menonita se fundó en 1954. Allí, los creyentes encontraron tierras y aceptación por parte de las autoridades locales, lo que ha permitido a algunos grupos mantenerse más cerca de sus raíces originales.

«En Bolivia, las comunidades menonitas más grandes son muy conservadoras», afirma Rebecca Janzen, académica de la Universidad de Carolina del Sur (USC, por sus siglas en inglés), que ha estudiado las colonias menonitas de la región y tiene parientes en varias de ellas. «Las comunidades más grandes allí no aprenden español, no utilizan tecnología eléctrica (…) En México, hay algunas personas que asistieron a la universidad; en Bolivia, eso es mucho más raro».

El aislamiento de los menonitas en Bolivia, de hecho, contribuyó a una serie de dramáticas violaciones que asolaron Manitoba, una de sus comunidades, alrededor de 2009. Los violadores, también menonitas, presuntamente utilizaban drogas caseras y se aprovechaban del desconocimiento de la víctima de la legislación local y de la lengua española. El largometraje Women Talking (Ellas hablan) de 2022 se inspiró en el caso.

Janzen señala que la expansión menonita en Latinoamérica y otros lugares se ha visto impulsada por las altas tasas de fertilidad. Las familias menonitas suelen ser muy numerosas y, a menudo, las nuevas colonias se crean por la falta de tierras para nuevos hogares, más que por conflictos con las autoridades civiles. Esto está llevando a algunos menonitas latinoamericanos a buscar nuevas tierras en África, con países como Angola como posible foco de expansión futura de la fe.

La conversión a la fe menonita también es posible, aunque resulta difícil incluso cuando los candidatos están dispuestos a acatar las limitaciones sobre el uso de la tecnología. Los menonitas suelen ser reacios a aceptar forasteros en sus comunidades, ya que están unidos por lazos familiares de siglos de antigüedad. Además, la necesidad de aprender el bajo alemán, las costumbres menonitas y la frecuente ausencia de orientación para esos posibles conversos representan grandes barreras.

Por ejemplo, añadió Janzen, los horarios de los servicios religiosos menonitas no se dan a conocer. Además, suelen celebrarse en bajo alemán, con cánticos específicos que pueden resultar muy difíciles de aprender y seguir para gente nueva, dijo.

Los menonitas sí llevan a cabo actividades misioneras y evangelísticas, mismas que a menudo tienen el efecto de acercar a las comunidades indígenas y aisladas a la fe cristiana, incluso si estas no se convierten en menonitas.

«Esta actividad misionera está completamente separada de las colonias», dijo le Polain. «Cuando llevan a cabo actividades misioneras y cooperación, se trata de gente diferente haciéndolo, con objetivos diferentes».

De todos los países latinoamericanos colonizados por menonitas, Paraguay ofrece un claro ejemplo de expansión menonita tanto mediante la conversión como mediante el crecimiento demográfico de las colonias preexistentes.

Delmer Wiebe, hijo algunos de los primeros menonitas en su país, es jefe de departamento de la Universidad Evangélica del Paraguay, creada en la década de 1990 en la capital, Asunción, con la ayuda de la comunidad menonita. De los otros cinco miembros de la junta directiva del departamento, dos son menonitas no étnicos convertidos a la fe.

Uno de ellos es Rogelio Duarte, profesor de teología que se convirtió en menonita hace 50 años. Calcula que en Paraguay hay entre 45 000 y 50 000 menonitas, tanto étnicos como conversos.

«La influencia menonita en Paraguay es importante tanto desde el punto de vista económico y educativo, como religioso y social, especialmente a través del trabajo con los grupos étnicos nativos», dijo Duarte. «Es una de las mayores denominaciones del Paraguay».

La Universidad Evangélica es solo uno de los muchos proyectos de inspiración menonita que buscan tener un impacto positivo en uno de los países más pobres de Latinoamérica. Otros son un hospital de caridad en las afueras de Asunción, un programa menonita de construcción de comunidades y una fundación que brinda tratamiento para enfermedades oculares entre los paraguayos en situación de pobreza.

En los llanos del Chaco, una región escasamente poblada en el occidente de Paraguay, los menonitas representan una parte importante de la población. Filadelfia, un pequeño poblado de unos 20 000 habitantes fundado por los menonitas, es el mayor asentamiento de toda la región.

Sin confundirla con la ciudad de Pensilvania, Filadelfia es en muchos sentidos un escaparate de los esfuerzos ministeriales de los menonitas de Paraguay. Con un museo y un hospital que incluye una clínica oftalmológica especializada, se ha convertido en una atracción para los no menonitas cautivados por el estilo de vida limpio y saludable de la ciudad, y como señala Janzen de la USC, éste es un atractivo importante para los menonitas en toda Latinoamérica.

«En Paraguay, he conocido a algunos jóvenes que iban a una iglesia (menonita) de mentalidad más abierta que tenía servicios de culto en español», dijo Jenzen. «Alguien conoció a su esposo en OkCupid; no obstante, luego vas a un restaurante y tienes toda la comida que cocinaba mi abuela en aquella época. Es una combinación extraña».

Esta combinación ha hecho que los menonitas tengan un papel más destacado en Paraguay, así como mayores tasas de conversión y un impacto social positivo. También ha hecho que los menonitas sean más visibles, por lo que a veces han sido víctimas de grupos paramilitares que secuestran buscando el pago de un rescate. Además, según le Polain, también está provocando un descenso en las tasas de fertilidad, especialmente en las colonias que han dejado atrás las prácticas más tradicionales.

En definitiva, los menonitas han tenido que acomodarse a las circunstancias cambiantes de cada lugar en el que se han asentado, y sus relaciones con los distintos Estados y sociedades siguen evolucionando, afirmó Ben Goossen, profesor de origen menonita de la Universidad George Mason.

«En la actualidad, América Latina sigue siendo un lugar de gran importancia y atracción para los menonitas de muy diversos orígenes y prácticas de fe», añadió Goosen. «Y es un hecho que la región seguirá siendo un centro floreciente y en expansión de la vida menonita en el futuro previsible».

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Harvard se ha convertido en una obsesión

La presidenta de Harvard, Claudine Gay, ha dimitido. Quizá esta no sea la hora de pensar menos de Harvard, sino de pensar menos en Harvard.

Christianity Today January 5, 2024
Ilustración de Mallory Rentsch Tlapek / Fuente de las imágenes: Getty

El martes recibí un correo electrónico de la presidenta de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, en el que anunciaba su decisión de dimitir [enlaces en inglés]. Estaba dirigido a los «miembros de la comunidad de Harvard», a la que pertenezco como exalumno (MDiv, 2014) y capellán de Harvard para la InterVarsity Christian Fellowship.

Harvard es una comunidad que me importa profundamente. Y los últimos meses han demostrado que muchas otras personas también se preocupan profundamente por Harvard; personas que van mucho más allá de la lista a la que Gay envió su correo electrónico. Su anuncio se produjo tras una serie de frenesís mediáticos en torno a Harvard, algunos sobre el testimonio de Gay ante el Congreso en diciembre, las posteriores acusaciones de plagio, y otros sobre la respuesta de los grupos estudiantiles a los horribles atentados de Hamás del 7 de octubre y la subsiguiente guerra entre Israel y Hamás [enlaces en inglés].

Me han pedido muchas veces mi opinión sobre lo que está ocurriendo y, al principio, mi instinto fue brindar el matiz que esos titulares siempre parecen pasar por alto. Pero a medida que las historias siguen apareciendo, me he encontrado cada vez más dando una respuesta diferente: Quizás Harvard debería importarte menos.

En cierto sentido, el interés era comprensible. Esta ronda de atención mediática comenzó con una declaración verdaderamente censurable de una organización estudiantil de Harvard después del 7 de octubre: una declaración que echaba toda la culpa de la violencia a Israel y que había sido firmada por otros grupos estudiantiles.

Levanté la ceja cuando la vi, pero también sé de primera mano cómo pueden ser los grupos de estudiantes: apasionados, informales, caóticos. Más tarde me enteré de que algunos grupos se sorprendieron al ver su nombre vinculado a la declaración, y que otros no habían visto la declaración antes de su publicación.

Esto va a causar revuelo en el campus, pensé.

Vaya si me equivoqué. No solo causó revuelo en el campus. Causó revuelo en todo el país. ¿Y por qué se convirtió en noticia nacional? Probablemente por la misma razón por la que estás leyendo este artículo en este momento: estamos obsesionados con Harvard. Harvard consigue clics.

Junto con algunas otras instituciones académicas de primer nivel, Harvard tiene una forma especial de ocupar las mentes del público estadounidense. El nombre por sí solo evoca una extraña mezcla de asombro y envidia. La marca transmite un significado que nos fascina. Por un segundo, olvidamos las palabras de Cristo cuando dijo: «Así que los últimos serán primeros y los primeros serán últimos» (Mateo 20:16, NVI), y nos quedamos prendados del prestigio de Harvard.

Yo mismo lo he experimentado. Cuando se me presentó la oportunidad de estudiar en Harvard en 2011, me atrajo su reputación. No reflexioné realmente sobre si era la elección correcta para mí o si era parte del plan de Dios para mi vida. Vi la H en la parte superior de mi carta de aceptación, rompí con mi novia de seis días (¡lo siento!) y compré un pasaje de ida a Boston.

Todo el mundo en Harvard conoce el poder del nombre. Por eso los estudiantes de Harvard dicen: estudio en Boston, y no estoy en Harvard. Nadie quiere soltar la bomba H en una conversación que por lo demás sería amistosa.

Cuando comencé mi ministerio con los estudiantes de posgrado de Harvard, aprendí una lección clave de mi mentor, Jeff Barneson, quien ha sido ministro del campus de la universidad más tiempo del que Israel vagó por el desierto: «Todos debemos llegar al punto de arrepentirnos de las razones por las que vinimos a Harvard». ¿Por qué? Porque, hasta cierto punto, todos vinimos aquí porque estábamos enamorados del éxito mundano del que el nombre de Harvard es sinónimo.

Harvard se ha ganado con razón gran parte de su reputación gracias a siglos de erudición de primer nivel. Esto debe aplaudirse. Pero no es por una sólida erudición por lo que las historias de Harvard se difunden a nivel nacional mientras ignoramos lo que ocurre en los colegios comunitarios locales o en las escuelas estatales, con las que es mucho más probable que tengamos una conexión personal o comunitaria. Nuestro mundo, cada vez más interconectado, hace que nuestra atención, junto con nuestra ira, se dirija hacia narrativas remotas.

Con demasiada frecuencia no analizamos adónde se dirige nuestra atención y por qué nos concentramos menos en nuestras propias comunidades y más en personas y lugares lejanos. No nos damos cuenta del fruto que produce prestar demasiada atención a nombres deslumbrantes como Harvard y, lamentablemente, no es un buen fruto.

En primer lugar, prestar demasiada importancia a Harvard nos hace más propensos a simplificar y malinterpretar historias y personas lejanas, lo que implica el riesgo de distorsionar nuestras actitudes. Es un síntoma de «amnesia de Gell-Mann», un término que acuñó el escritor Michael Crichton para describir cómo notamos afirmaciones engañosas y errores cuando leemos noticias sobre temas de nuestra área de conocimiento, y luego leemos sobre temas ajenos a nuestra experiencia sin un verdadero sentido crítico.

Debido a que pocos de nosotros conocemos bien Harvard y otras instituciones similares, es probable que nos dejemos engañar por reportajes deficientes y que caricaturicemos a las personas implicadas. En lugar de ver la imagen de Dios en ellos, vemos representaciones simplistas de ideas que odiamos. Pasamos por alto la realidad de la situación y no consideramos a las personas desde la perspectiva de Cristo (2 Corintios 5:16).

En la misma línea argumentativa, preocuparnos demasiado por Harvard hace que a menudo dediquemos tiempo y atención a problemas demasiado grandes y lejanos como para que podamos ayudar, mientras descuidamos circunstancias más pequeñas y cercanas en las que realmente podríamos marcar la diferencia. Si cada persona que escribe un comentario airado al pie de un artículo de Harvard dedicara esa misma energía a su ciudad, distrito escolar o iglesia, probablemente encontraría algo más constructivo que decir y algo más útil que hacer.

Jesús prestaba atención a las personas que tenía enfrente (Mateo 14:14), y daba poca credibilidad a las instituciones colosales que confiaban en su propia importancia (Marcos 12:13-17). Haríamos bien en imitarle.

Por último, prestar demasiada atención a Harvard agrava el mismo desequilibrio del que a menudo se quejan sus críticos. Incluso una obsesión contra Harvard contribuye a concentrar el poder en Harvard e instituciones similares.

El mundo está lleno de personas brillantes y universidades sobresalientes. Como sociedad, haríamos mejor en reconocer esa brillantez dondequiera que se encuentre, en lugar de evaluar a las personas en función de su asociación con una marca como Harvard. Harvard no tiene el monopolio de la brillantez y no merece el monopolio de nuestra atención.

No se trata de criticar a Harvard, aunque ciertamente la institución merece ser examinada e incluso criticada por muchas cosas. Se trata más bien de redirigir nuestra atención hacia objetivos mejores. Hay una cita, a menudo adscrita erróneamente a C. S. Lewis pero atribuida más acertadamente a Rick Warren, que explica que la humildad «no es pensar menos de ti mismo; es pensar menos en ti mismo».

Algo similar aplica en este caso. Para la mayoría de nosotros, la respuesta correcta a todo este clamor no es pensar menos de Harvard, sino pensar menos en Harvard.

Pete Williamson es jefe del equipo de Ministerios de Posgrado y Profesorado de InterVarsity en la Universidad de Harvard y capellán en la misma universidad.

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News

Las masacres de esta Navidad en Nigeria ponen en tela de juicio explicaciones laicas del conflicto

La animadversión religiosa mezclada con las tensiones entre agricultores y pastores siguen acosando a los cristianos en la región del Cinturón Medio de Nigeria.

Familias de Maiyanga entierran en una fosa común a familiares muertos en los ataques perpetrados en torno a las celebraciones navideñas por grupos armados en el estado nigeriano de Plateau, en el centro del país, el 27 de diciembre de 2023.

Familias de Maiyanga entierran en una fosa común a familiares muertos en los ataques perpetrados en torno a las celebraciones navideñas por grupos armados en el estado nigeriano de Plateau, en el centro del país, el 27 de diciembre de 2023.

Christianity Today January 3, 2024
Kim Masara /AFPTV / AFP / Getty Images

Al menos 140 cristianos nigerianos fueron asesinados durante las fiestas navideñas [enlaces en inglés].

Los ataques contra 26 pueblos del estado de Plateau comenzaron el 23 de diciembre, dirigidos presuntamente por extremistas de entre los pastores musulmanes fulani contra comunidades agrícolas cristianas. Algunos informes de los medios de comunicación reportan casi 200 muertos y muchos desaparecidos, mientras los residentes locales huían de los hombres armados hacia los arbustos.

Grace Godwin estaba preparando la cena de Nochebuena cuando su esposo irrumpió con noticias del pueblo vecino, ordenándoles a ella y a los niños que huyeran hacia el campo. Rebecca Maska también se puso a cubierto, pero le dispararon y sangró durante tres horas hasta que por fin llegó la ayuda, mientras que a su hijo le cortaron la mano con un machete antes de escapar. Magit Macham arrastró a su hermano herido hasta un lugar seguro y se escondió durante la noche hasta que los atacantes dejaron su pueblo.

«Estos ataques se han seguido repitiendo», dijo Macham a Reuters, tras regresar a casa desde Jos, la capital regional, para celebrar la Navidad. «Quieren expulsarnos de nuestra tierra ancestral».

Durante años, la violencia ha asolado el Cinturón Medio de esta nación, donde un norte predominantemente musulmán choca con un sur predominantemente cristiano, y donde también grupos en conflicto se disputan los derechos sobre la tierra, ya que los ganaderos seminómadas ponen presión sobre las aldeas agrícolas asentadas en la nación más poblada de África.

Las masacres de Navidad fueron los peores ataques desde 2018. Una publicación local contabilizó 201 muertes más en el estado de Plateau tan solo en el primer semestre de 2023. En todo el Cinturón Medio, al menos 2600 personas fueron asesinadas en 2021, según los datos más recientes del Armed Conflict Location and Event Data Project.

El Foro de Gobernadores del Norte calificó los atentados de «censurables y atroces». También fueron condenados por la organización nacional musulmana Jama'atu Nasril Islam, que calificó los atentados de «bárbaricos», pero en el contexto de un «ciclo de violencia».

El presidente de la Asociación de Criadores de Ganado Miyetti Allah achacó «todo el problema» a un supuesto incidente de robo de ganado en el que fueron asesinados tres criadores de vacas fulani.

No obstante, el jefe de un grupo operativo de seguridad del estado de Plateau restó importancia a dicha explicación y la relacionó con un incidente inicial en el que se encontraron unas vacas pastando en un campo de papas. Ahuyentadas por los granjeros, las partes acordaron negociar un acuerdo, dijo.

«Sé que hemos tenido una serie de problemas con los pastores de la zona», declaró Mahanan Matawal, funcionario local. «[Pero] aunque se haya robado ganado en algún lugar distinto de nuestras comunidades, no se nos debe culpar por las atrocidades».

Algunos análisis han relacionado las tensiones con el cambio climático, sin embargo María Lozano, representante de la organización católica de ayuda Aid to the Church in Need declaró que es verdad que hay muchos factores en los enfrentamientos actuales, pero la temporalidad de este ataque concreto tenía «trasfondo religioso».

Polycarp Lubo, presidente de la sección de Plateau de la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN, por sus siglas en inglés), declaró que los asaltantes enviaron cartas a los pueblos advirtiéndoles de que «no celebrarían la Navidad, sino que huirían con su arroz». Expresó su sorpresa por el hecho de que los responsables de seguridad no hayan sido capaces de actuar ante tan anticipada advertencia.

Gideon Para-Mallam, presidente de Para-Mallam Peace Foundation, expresó su exasperación ante las explicaciones laicas del conflicto.

«Se está produciendo un terrible genocidio en el estado de Plateau, pero se está disfrazando para que parezca un enfrentamiento entre agricultores y pastores», declaró. «Lamentablemente, se crean relatos falsos y engañosos mientras siguen corriendo ríos de sangre».

Calificando el ataque de apropiación deliberada de tierras con el objetivo de eliminar a la población cristiana, el exdirector regional del Movimiento de Lausana afirmó que 5000 personas fueron desplazadas y ocho iglesias incendiadas. Dos clérigos resultaron muertos, entre ellos el pastor bautista Solomon Gushe y nueve miembros de su familia.

Puertas Abiertas sitúa a Nigeria en la posición número 6 de su Lista Mundial de la Persecución de países donde es más difícil ser cristiano [enlace en español]. En 2022, contabilizó 5014 creyentes nigerianos asesinados a causa de su fe. Y desde 2009, la organización no gubernamental nigeriana Intersociety declaró que al menos 52 000 cristianos y 34 000 musulmanes moderados han sido asesinados por fuerzas yihadistas. Además, se han quemado 18 000 iglesias y 2200 escuelas cristianas.

En 2022, decenas de personas fueron asesinadas dentro de una iglesia el Domingo de Pentecostés.

Para-Mallam espera que la atrocidad del estado de Plateau sea un «punto de inflexión», y aseguró que la respuesta militar impidió que el número de muertos alcanzara los miles. Aun así, la política de seguridad debe pasar del control de daños a la prevención proactiva de conflictos.

El obispo católico Mathew Hassan Kukah hizo un llamado al presidente nigeriano, Bola Tinubu, quien asumió el cargo el pasado mes de mayo.

«[Ya] tienes lo que orabas, lo que soñabas, lo que anhelabas», declaró Kukah. «Ahora es tiempo de cosecha… Bajo tu mandato, debemos poner fin a la espantosa instrumentalización de las identidades religiosas, étnicas o regionales».

Tinubu ordenó inmediatamente el envío de ayuda humanitaria a la zona y aseguró que «estos enviados de la muerte, el dolor y la pena no escaparán a la justicia».

Sin embargo, la oficina de Amnistía Internacional en Nigeria pidió una investigación independiente, afirmando que las promesas de Tinubu de combatir la inseguridad han resultado hasta ahora vacías. Tales «fracasos descarados», acusó, «se están convirtiendo poco a poco en la norma».

Y según algunos análisis, la respuesta por parte de los responsables de seguridad ha exacerbado aún más violencia. En una acción no relacionada en la región noroeste de Nigeria, se acusa a los soldados de quemar las casas y aldeas de combatientes terroristas. Pero en cuanto el ejército abandona la zona, los combatientes envalentonados aplican su venganza sobre los residentes inocentes.

Otras 16 personas fueron asesinadas en Navidad en el estado septentrional de Sokoto.

Sin embargo, el estado noroccidental de Kaduna fue testigo de un evento festivo que ilustra tanto la dificultad de la disuasión militar como la cuestionada armonía religiosa. A principios de diciembre, más de 100 musulmanes murieron cuando el ejército atacó por error su aldea en una campaña de bombardeos contra terroristas.

En Navidad, los sobrevivientes encontraron consuelo al celebrar con los cristianos en la iglesia del barrio.

El presidente de la CAN, Daniel Okoh, lamentó algo más que la pérdida de vidas.

«Estamos de luto con las familias, los amigos y las comunidades que perdieron trágicamente a sus seres queridos», declaró. «[Esto] no es solo un acto criminal, sino también un ataque directo a nuestros valores compartidos de paz, unidad y respeto mutuo».

Ningún grupo se ha adjudicado la autoría de los atentados.

«Esta ha sido realmente una Navidad sangrienta para nosotros», declaró el gobernador del estado de Plateau, Caleb Mutfwang. «Hasta que no cortemos el suministro en términos de patrocinio, es posible que nunca podamos ver el final de esto».

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Los migrantes están cambiando las iglesias en Europa

Un estudio encontró nuevos inmigrantes en casi la mitad de las congregaciones hospitalarias.

Christianity Today December 29, 2023
Source: Getty / Sean Gallup

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en octubre de 2022.

Los edificios de apartamentos se construyeron para los trabajadores durante el declive de la república oriental alemana: unos edificios formidables, montados por medio de bloques prefabricados de hormigón. Sin embargo, hoy los edificios Plattenbauen, como se les suele llamar, son el hogar de familias migrantes de Ucrania, Eritrea, Afganistán, Rumania, Nigeria y Siria.

«Cada bloque de apartamentos tiene su propia comunidad, su propia dinámica y su propia cultura», dice Ute Paul, cristiana alemana, mientras camina por el suburbio de Gotha, en Alemania.

Cuando llega a Coburger Place, una plaza central con tiendas y un pequeño casino que funciona como el principal lugar de entretenimiento del vecindario, Paul apunta a otra señal de cambio y nueva vida: un pequeño escaparate con palabras escritas en el ventanal: «De la oscuridad a la luz».

El establecimiento es el lugar de reunión de la misión Semilla de Mostaza del distrito [The Mustard Seed Project, enlaces en inglés]. Allí, durante los últimos siete años, Michael Weinmann y su esposa Christiane han «experimentado con nuevas formas de comunidad en Gotha-West», dice Paul. Ella y su esposo Frank se unieron a los Weinmann el año pasado.

Desde que el equipo del proyecto Semilla de Mostaza empezó a explorar formas de ministrar a los recién llegados a Gotha, han tenido que renunciar a lo que daban por sentado acerca de las misiones y se han tenido que adaptar a las realidades cambiantes de cada día para servir a las personas que Dios ha puesto frente a ellos. Ahora se centran menos en los eventos y más en «las relaciones, los encuentros “accidentales”, y en la vida natural del distrito», dice Paul.

El resultado, dice Paul, ha sido la creación de «una vibrante red de relaciones entre personas de diferentes trasfondos y orígenes, de todas partes del mundo».

El proyecto Semilla de Mostaza es solo un ejemplo de cómo el movimiento de los migrantes económicos, los buscadores de asilo y los desplazados internos está cambiando los ministerios evangélicos en Europa. Las organizaciones cristianas han tenido que reformar sus instituciones y repensar su comprensión del ministerio.

La migración no es algo nuevo para Europa. Sin embargo, desde 2013 han llegado cerca de 17.2 millones de migrantes provenientes de países externos a la Unión Europea. Han llegado de uno en uno, de dos en dos, y en familias enteras, a menudo traumatizados tras haber sido despojados de sus posesiones materiales, para intentar formar nuevos hogares en países como Alemania, España, Reino Unido e Italia.

Con su llegada, han levantado acalorados debates acerca la cultura, los valores y la identidad religiosa europea.

Muchas iglesias han tenido un papel clave en su integración. Los cristianos han recibido a los inmigrantes, les han suplido de abrigos e insumos para sus necesidades básicas, los han ayudado a aprender una nueva lengua, y los han acompañado a través de los procesos burocráticos necesarios para comenzar su nueva vida.

Según un estudio de 2018 de la Comisión de Iglesias para los Migrantes en Europa (CCME, por sus siglas en inglés), este recibimiento ha sido algo más que mera hospitalidad. Además de ayudar con servicios sociales cruciales, la bienvenida de los cristianos proporcionó «recursos simbólicos para una autoidentificación positiva y oportunidades de interacción».

Pero este proceso también ha implicado una transformación de las iglesias europeas.

La CCME hizo un estudio con 74 congregaciones protestantes, que abarcaban desde iglesias «oficiales» o privilegiadas por el estado, hasta iglesias evangélicas y pentecostales que han ministrado a migrantes en 22 países. El estudio descubrió que, para el año 2020, la mitad de estas iglesias habían comenzado a contar inmigrantes entre sus asistentes. En cerca de un cuarto de ellas, los migrantes ahora eran una notable minoría. En otro veinte por ciento, los recién migrados se habían convertido en mayoría.

Esto ha significado un cambio no solo en la apariencia de las iglesias europeas, sino en la forma de hacer iglesia, dice Israel Oluwole Olofinjana, ministro bautista de Nigeria que ahora sirve en Essex, al sureste de Inglaterra.

Mientras las iglesias han presenciado la llegada de migrantes a sus bancas y a las comunidades locales, Olofinjana dice que ellos «han tenido que repensar quién hace los planes, quién habla, quién lidera».

No es opcional, dice.

«No puedes hablar de una obra dinámica del evangelio en Europa y no pensar en los migrantes y en los cristianos de la diáspora como un elemento clave de lo que piensas y haces», dice él. «Ellos se están convirtiendo en el centro de la teología europea, batallando con temas como la ética social cristiana, los problemas migratorios y la misión a largo plazo de la iglesia».

Cuando los migrantes hacen esto, aportan una nueva perspectiva a lo que significa ser cristiano en Europa.

«Se nos ha descrito como “misioneros desde abajo”, porque venimos de contextos de sufrimiento y trauma, afectados por problemas económicos y persecución», dice Olofinjana. «Todos tenemos estos desafíos e historias caóticas, pero en medio de todo ello, el Espíritu de Dios se está moviendo. Estamos aquí para un momento como este: para ayudar a Europa a ver cómo puede verse el reino de Dios en el siglo XXI».

Parte de todo esto significa plantar nuevas iglesias y construir nuevas instituciones para suplir las necesidades cambiantes.

Por ejemplo, en Roma, la Iglesia Cristiana China de Italia decidió renovar un antiguo hotel cerca de la Universidad Tor Vergata para abrir un nuevo seminario. Inaugurado en abril de 2022, el Seminario Teológico Chino Italiano (ICTS, por sus siglas en inglés) es un proyecto conjunto de 57 iglesias chinas del país, los bautistas Ma de Hong Kong y 22 iglesias de toda Italia y Europa.

John Kwok, pastor chino en Canadá y director del ICTS, dijo que ha habido una explosión de iglesias chinas en toda Europa en los últimos años. Eso creó la necesidad de un seminario.

«Durante mucho tiempo, cientos de líderes eclesiales no recibían una formación teológica oficial o completa, o tenían que viajar a Hong Kong para conseguirla», dice Kwok. «Pero ahora, como el mundo está cambiando, más gente necesita los servicios profesionales de los pastores. Saben que el modelo anterior tenía limitantes para alcanzar a más personas».

El ICTS será capaz de servir a las iglesias chinas de Italia y de otras partes al proveer de una educación teológica para los pastores, y una red para «formar misioneros, mejorar el cuidado pastoral, promocionar la obra evangélica y cumplir con la Gran Comisión», dice Kwok.

Por ahora, la formación en el seminario se centrará en pastores y congregaciones que hablan mandarín y cantonés. En el futuro, el plan es que el seminario en Roma se convierta en un foco multicultural de misiones para el continente.

De regreso en Alemania, el misionólogo Detlef Blöcher, jefe del grupo de trabajo para la migración y la integración de la Alianza Evangélica Alemana, dice que las nuevas iniciativas como esta son como «una transfusión de sangre a la iglesia en Europa».

Blöcher se refiere a misiones como la del proyecto Semilla de Mostaza de Gotha-West, donde gente como Ute Paul y sus compañeros misioneros cooperan con los migrantes para crear nuevas formas de iglesia y comunidad cristiana.

«Necesitamos su contribución para poder testificar en nuestra sociedad postcristiana», dice Blöcher.

En medio de los imponentes bloques de apartamentos —donde los migrantes enfrentan discriminación, condiciones de trabajo injustas, además de las dificultades diarias de aprender una nueva lengua y sortear un nuevo contexto—, Paul dice que ellos hacen preguntas acerca de Jesús y la forma en que Él se conducía. La clave para ella y para otros alemanes, dice, es escuchar y aprender, dialogar y discernir lo que Dios está haciendo en medio de ellos.

«Es un simple proceso diario de estar cerca de las personas y ser sensibles a sus fortalezas y a las posibilidades que Dios les está presentando», dice ella.

Para Paul, eso significa dejar atrás modelos, mentalidades y métodos de misión paternalistas y descubrir un estilo de vida alternativo caminando junto a las personas, dando prioridad a las experiencias y fortalezas de los recién llegados.

«La realidad es que yo soy la invitada aquí en Gotha-West», dice ella. «Este es su hogar, no el mío».

Ken Chitwood es escritor y experto en religión global, y vive en Alemania.

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Adviento para corazones afligidos

La esperanza del encuentro que nos ayuda a perseverar hoy.

Christianity Today December 27, 2023
Phil Schorr

Él enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte ni llanto, tampoco lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».

El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!». Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza».
— Apocalipsis 21:4-5

La temporada navideña no siempre es alegre y feliz. De hecho, puede estar llena de angustia, tristeza, lágrimas y dolor. Lo entiendo perfectamente. Desde el 30 de junio de 2021, las fiestas de mi familia han estado empañadas por las lágrimas y la tristeza. Ese día, nuestra hija de 20 años murió en un trágico accidente de coche mientras volvíamos juntos de unas vacaciones. En cuestión de segundos, perdimos a nuestra hija mayor.

La muerte es nuestra enemiga. Odio la muerte. Estoy harto de lágrimas. Y sin embargo, si ese día de junio es mi mayor dolor, entonces Apocalipsis 21 es mi mayor fuente de esperanza y consuelo. También puede serlo para ti.

En estas palabras, encontramos la seguridad de la victoria eterna que Jesús ha asegurado para su pueblo. El amoroso Pastor enjugará nuestras lágrimas y erradicará para siempre el pecado, la muerte y al diablo. Esa es nuestra recompensa futura y el destino de todos los que son personas de fe.

El alcance del Evangelio de Jesucristo no se limita a la salvación de nuestras almas. Incluye la restauración y redención de todo lo que se perdió con la caída del hombre en Génesis 3. Esta restauración implicará un nuevo cielo, una nueva Jerusalén y cuerpos perfeccionados que resucitarán para habitar una gloriosa tierra nueva. Esperamos con impaciencia la transformación de todo el universo.

La visión de Apocalipsis 21 de lo que está por venir será nueva en calidad y superior en carácter a lo que tenemos ahora. Cuando el texto predice la desaparición de la tierra actual, habla inmediatamente después de la llegada de un nuevo y magnífico comienzo. Esta tierra nueva es el lugar donde el reino de Cristo se revelará en su plenitud, donde Dios mismo reinará como único Rey sobre todos, habitando en paz y poder con su pueblo.

Esta es la esencia de la salvación: una relación íntima y personal con Dios mismo, sin fin y para siempre. No habrá necesidad de partidos políticos opuestos ni de divisiones denominacionales, ya que todos estaremos unidos para adorarle, servirle, gobernar con Él y administrar con Él. No habrá más muerte. Habrá trabajo con propósito, familia y amigos de los que disfrutar sin temor a la separación, y una eternidad de aprendizaje y descubrimiento. Será una realización continua de nuestro deseo más profundo de unión con Dios y de unos con los otros.

La esperanza de ese gran día me ayuda a perseverar hoy, incluso cuando la tragedia en nuestra familia y la tristeza de las fiestas me parecen abrumadoras. Nuestro Señor llegó en aquella primera Navidad con gran humildad, pero volverá de nuevo con la victoria absoluta. La poderosa visión dada al apóstol Juan en el libro del Apocalipsis termina con el Señor diciendo: «Sí, vengo pronto». A lo que Juan responde, junto con todo corazón afligido: «Amén. ¡Ven, Señor Jesús!».

Reflexiona



1. ¿De qué manera la promesa de Apocalipsis 21:1-6 ofrece esperanza a los afligidos durante la temporada navideña?

2. ¿Cómo puede influir la anticipación del cielo nuevo y la tierra nueva en nuestra perspectiva de los desafíos actuales?

Craig Smith es el pastor principal de The Vail Church.

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¿Qué hizo que esta ‘epifanía’ fuera distinta?

La peculiar revelación del Adviento para todas las personas.

Christianity Today December 26, 2023
Phil Schorr

Al ver la estrella, sintieron muchísima alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y presentaron como regalos: oro, incienso y mirra. — Mateo 2:10-11

La historia de los tres sabios, como los llama Mateo, tiene un efecto especial de misterio y alegría, y los cristianos la celebran desde hace mucho tiempo en una fiesta especial llamada Epifanía. La palabra griega epipháneia significa «aparición» o «revelación». Por supuesto, la Biblia está llena de grandes epifanías: la zarza ardiente que hizo que Moisés se acercara y se encontrara con Dios fue una epifanía; la visión de Isaías en el capítulo 6 del «Señor excelso» fue una epifanía; los cielos abiertos en el bautismo de Jesús fueron una epifanía. Entonces, ¿cómo llegó a llamarse Epifanía este momento concreto del Evangelio de Mateo? La respuesta radica en el hecho de que es de especial importancia para nosotros que somos de ascendencia gentil, es decir, los que no nacimos en la raza judía, el pueblo elegido originalmente.

Leer el Antiguo Testamento a veces puede parecernos como escuchar la larga historia familiar de otra persona, y te hace preguntarte qué tiene que ver realmente contigo. Pero de repente oyes tu propio nombre y te das cuenta de que esta también es tu historia. Esto es lo que ocurre en el momento en que los sabios llegan hasta el niño Jesús. Hasta ese momento, la historia del Mesías venidero se había limitado a Israel, el pueblo del pacto, pero aquí, de forma repentina y misteriosa, tres gentiles han presentido que su nacimiento es una buena noticia para ellos también, y han traído regalos en consecuencia. He aquí una epifanía, una revelación de que el nacimiento de Cristo no es un pequeño paso para una religión local, sino un gran salto para toda la humanidad. Jesús es para todos nosotros, gentiles y judíos por igual.

Me encanta la forma en que tradicionalmente se representa a los tres magos como representantes de las distintas razas, culturas y lenguas del mundo. Me encanta el modo en que el mundo, en toda su diversidad, queda plasmado en el carácter diligente y alegre de estos sabios. Buscaron diligentemente, pero al encontrarlo, «sintieron muchísima alegría». Me encanta la forma en que siguen a una estrella, dejando que los conduzca a algo más allá de sí mismos. He aquí un soneto que intenta expresar un poco lo que esta historia puede significar para nosotros:

Podría haber sido solo la historia de otra persona, Algunos elegidos reciben un rey especial. Los dejamos a su propia gloria peculiar, No pertenecemos, no significa nada para nosotros. Pero cuando estos tres llegan nos llevan con ellos, Gentiles como nosotros, su sabiduría podría ser la nuestra; Un paso firme que encuentra un ritmo interior, Un ojo de peregrino que ve más allá de las estrellas. No sabían su nombre pero aun así lo buscaron, Vinieron de otros lugares pero aun así lo encontraron; En los templos encontraron A quienes lo vendieron y lo compraron, Pero en el sucio establo, tierra sagrada. Su valor da voz a nuestros inquisidores corazones Para buscar, para hallar, para adorar, para regocijarnos. Este soneto, «Epifanía», fue extraído de Sounding the Seasons (Canterbury Press, 2012), y fue usado con permiso del autor.

Reflexiona



La combinación de diligencia y alegría mostrada por los tres sabios es notable. Reflexiona sobre su ejemplo. ¿Cómo podemos cultivar un equilibrio entre la búsqueda diligente y el regocijo en nuestra propia búsqueda de Cristo?

Malcolm Guite fue capellán y miembro vitalicio del Girton College de Cambridge. Enseña y da conferencias sobre teología y literatura.

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Una Luz que lo cambia todo

El verdadero regalo de Navidad.

Christianity Today December 25, 2023
Phil Schorr

Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha concedido un hijo;
la soberanía reposará sobre sus hombros
y se le darán estos nombres:
Consejero Admirable, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.

— Isaías 9:6

¡La Navidad ha llegado! Para mis hijos, esto significa la anticipación de recibir regalos. Creo que empiezan a hacer sus listas el 26 de diciembre para el año siguiente. Esperan con ilusión y hablan de sus próximos regalos durante meses y meses.

Cuando por fin llegan los regalos, estos son recibidos con diversas reacciones, algunas más emocionadas que otras. Pero lo que nunca falla es esto: al cabo de una hora, mis hijos están haciendo algo que no tiene nada que ver con los regalos que han estado esperando todo el año. Los regalos terrenales, aunque maravillosos, no causan una satisfacción plena. Nos dejan con ganas de más. Pero hay un regalo que es verdaderamente satisfactorio. Un regalo que sigue dando. Un regalo que nunca nos decepcionará, que nos sostendrá y que siempre estará disponible para nosotros. Ese regalo es Jesús, la Luz del mundo.

Isaías profetizó que un niño salvaría al mundo. Este sorprendente anuncio llegó a un pueblo rebelde en una época oscura. Había guerra y agitación. No había paz. La oscuridad era palpable, e incluso iba más allá de las circunstancias en las que se encontraba Israel. La oscuridad que experimentaban era también espiritual: es la oscuridad que todos experimentamos antes de conocer al Salvador.

Jesús cumple las promesas del Antiguo Testamento de la luz venidera de Isaías 9:2: «El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte una luz ha resplandecido».

Esta fue una promesa de buenas nuevas para Israel, como lo es para nosotros hoy. La Luz del mundo ha venido y, si le seguimos, también caminaremos en la luz: tendremos la luz de la vida (1 Juan 1:7; Juan 8:12). No tenemos que temer la destrucción porque se nos ha dado la luz y la verdad, y ya no caminaremos en tinieblas. Podemos ser honestos y vulnerables. No tenemos por qué escondernos de Jesús —no podríamos aun si lo intentáramos—, pues Él ha venido a traernos luz y alegría. La profecía de Isaías va más allá de la luz y llega hasta la victoria. Habrá vida gloriosa, alegría y victoria para el pueblo de Dios (Isaías 9:3-5). Y recibiremos todo esto porque «nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo» (v. 6).

Los problemas del antiguo Israel son los mismos que tenemos hoy: rebelión, guerra, ira y contienda. La oscuridad es la misma. Y si comprendemos esto, el don y la belleza de la luz se hacen mucho más brillantes.

Todos necesitamos la esperanza de la Navidad, la esperanza de un niño nacido para traer una gran luz. Todos necesitamos a Jesús tanto como el antiguo Israel; lo necesitamos tanto como toda la humanidad. Todos por igual. Todos y cada uno de nosotros. Tú y yo necesitamos a Jesús, hoy, mañana y siempre. Hoy podemos disfrutar de Él y vivir con Él en la luz.

Reflexiona



1. Los regalos terrenales pueden dejarnos insatisfechos y con ganas de más. ¿Cómo has experimentado la satisfacción y la plenitud que supone conocer a Jesús?

2. ¿Cómo puedes recibir y poner en práctica la esperanza de la Navidad y la presencia de Jesús en tu vida diaria?

Trillia Newbell es autora de varios libros, entre ellos 52 Weeks in the Word. Es la presentadora de radio de Living By Faith y directora de adquisiciones de Moody Publishers.

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El asombroso plan de Dios

Una visión diferente de una llegada gloriosa.

Christianity Today December 24, 2023
Phil Schorr

En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar su rebaño. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. Pero el ángel dijo: «No tengan miedo. Miren que traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.
— Lucas 2:8-10

El nacimiento de Cristo nos asombra.

Y no solo el nacimiento en sí, sino la forma en que Dios decidió presentar ante el mundo el nacimiento de su Hijo. En lugar de un plan de mercadeo de gran presupuesto, una campaña en las redes sociales o anuncios de televisión pagados durante el partido más visto en la televisión, el Señor eligió a un grupo de pastores desprevenidos para presentar las «buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo» (v. 10). Imagínense lo abrumados que debieron sentirse estos pobres pastores cuando una multitud de ángeles apareció en la oscuridad de la noche, cantando: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad» (v. 14). Nos quedamos asombrados al considerar la magnitud del espectáculo que Dios organizó para tan poca gente y que tenían tan poca influencia cultural.

Pero entonces nos acordamos de María, José, un pesebre y algunos animales. Una escena que haría estremecerse a la mayoría de los padres si tuvieran que contemplar un nacimiento tan sencillo y oscuro. Mientras nos esforzamos por imaginar estas cosas, recordamos que la idea que Dios tenía del parto divino de su Hijo no incluía la extravagancia y el exceso que nos empeñamos en usar para ilustrar la influencia y la importancia.

En la economía trascendente de Dios, Él quiere que entendamos la devoción como humildad, a fin de que podamos entender a su Hijo. Como lo describe Filipenses, «quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo» (2:6-7).

El asombroso plan de Dios probablemente no aparecerá en libros de liderazgo, seminarios estratégicos o videos de influentes sobre cómo impulsar tu marca, ganar más seguidores y avanzar en tu plataforma. Dios hace algo mucho más desconcertante. Él santifica nuestra comprensión y desentraña nuestros valores de una manera muy particular, para que nuestros corazones latan con un pulso cada vez menos sincronizado con los ritmos del mundo. Él comparte una historia de origen de sucesos singulares como este, para que miles de años después, podamos atesorar y reflexionar como María, y regresar, como estos pastores, glorificando y alabando a Dios por todo lo que hemos visto y oído.

¿Te harás siervo como Jesús lo hizo? ¿Te dejarás guiar como estos pastores? ¿Dejarás de ver tu vida como una serie de circunstancias aleatorias y de puras coincidencias, y abrirás los ojos a las sorprendentes maneras en que Dios se mueve en los momentos ordinarios de tu vida? Mira a tu alrededor, porque la gloria del Señor está brillando sobre ti para llenarte de gran temor, a fin de que puedas experimentar su gran paz.

Reflexiona



1. El nacimiento de Jesús fue anunciado a un grupo de pastores, un público marginado e improbable. ¿Cómo desafía este plan poco convencional nuestras nociones sociales de importancia, influencia y poder?

2. El anuncio del nacimiento de Jesús confronta nuestra percepción del éxito y el modo en que a menudo buscamos reconocimiento e influencia en el mundo. ¿Cómo podemos cambiar nuestra perspectiva para reconocer y apreciar los momentos ordinarios de nuestras vidas como oportunidades para que Dios actúe y revele su gloria?

Ronnie Martin es el pastor principal de Substance Church en Ashland, Ohio. También es director de renovación de líderes de Harbor Network y autor de siete libros.

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Una sinfonía de salvación

La celebración de los ángeles es un anticipo de lo que está por venir.

Christianity Today December 23, 2023
Phil Schorr

De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».
— Lucas 2:13-14

En Lucas 2:13, observamos una multitud de ángeles que desfilan por el cielo nocturno mientras cantan una declaración de alabanza por la llegada de Cristo a la tierra como un recién nacido. Qué maravilloso debe de haber sido oír las proclamas de celebración vibrando en el aire, una demostración honorable para la deidad tomando forma humana. Aunque solo podemos imaginar qué sonidos celestiales llenaban el cielo nocturno, una pieza musical conocida intenta ofrecer una visión: el famoso «Coro del Aleluya» del Mesías de Handel. En él, un coro de ángeles da la bienvenida a la presencia y el poder de Cristo, acompañado por una sinfonía que ha sido atesorada durante siglos: una interpretación terrenal del sonido de aquella noche sagrada.

La celebración de aquella noche hace más de 2000 años, es un anticipo de lo que vendrá: la fiesta que estallará cuando el Cordero, blanco como la nieve, se siente a la cabecera de la mesa, esperando la llegada de su invitada, la novia. Podemos ver los paralelismos entre el anuncio de los ángeles a los pastores, la música estridente del Mesías de Handel y la «voz de una gran multitud» que exclamaba alabanzas por la consumación de Cristo y su Iglesia en Apocalipsis 19:

«¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. ¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado y se le ha concedido vestirse de tela de lino fino, limpio y resplandeciente». (Apocalipsis 19:6-8)

En este pasaje, Juan es testigo del anuncio del matrimonio celestial definitivo y de la llegada de la esposa de Cristo, que se ha ataviado con un conjunto de vestiduras resplandecientes, dignas de una ceremonia celestial. La intersección de Lucas 2 y Apocalipsis 19 muestra imágenes de Cristo exaltado, primero como niño en la tierra, y luego alabado y aclamado como Rey de Reyes en el cielo. Ambas escenas muestran la magnitud celestial por la que Cristo es reconocido como supremo y soberano, y cada una revela una hueste celestial de adoradores dedicados a darle gloria. En ambos pasajes, reconocemos la misma sinfonía de salvación que proclama la presencia y el poder de Jesús. Al celebrar el Adviento, se nos invita a hacer espacio para una santa observación y tomarnos tiempo para contemplar el prodigio de su llegada junto a la gloria de su Reino eterno, y participar en la misma sinfonía de salvación.

Reflexiona



1. ¿De qué manera estas escenas profundizan nuestro asombro ante la venida de Cristo y su unión con su Iglesia?

2. Reflexiona sobre el paralelismo entre la humilde llegada de Cristo a la tierra y su glorioso reinado en el cielo. ¿Qué revela esto sobre su naturaleza y propósito divinos?

Alexis Ragan es escritora e instructora de ESL, apasionada por las misiones globales.

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