Este artículo fue publicado originalmente en inglés el viernes 24 de junio de 2022 a las 09:00 am.
Roe vs. Wade, la decisión de la Corte Suprema que movilizó a generaciones de activistas provida y dio forma a la participación política de los evangélicos durante medio siglo, ha sido revocada. [Los enlaces de este artículo redirigen a contenido en inglés].
Millones de personas han marchado, protestado, presionado y orado por el fin del histórico fallo sobre el derecho al aborto. Después de 49 años y más de 63 millones de abortos, el momento ha llegado.
Líderes cristianos calificaron el fallo como «una vez impensable» y calificaron el día de hoy como «el día que todos hemos estado esperando» y «uno de los días más importantes en la historia de Estados Unidos».
«Sostenemos que los casos Roe y Casey deben ser revocados», escribió el juez Samuel Alito a nombre de la mayoría. «La Constitución no hace referencia al aborto, y dicho derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional».
La decisión de Dobbs vs. Jackson en materia de salud de la mujer obtuvo como resultado un 6 a 3, con el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, de acuerdo con la mayoría. La opinión del tribunal se parecía mucho a un borrador preparado por Alito y filtrado el mes pasado.
La decisión es el resultado del nombramiento de un trío de jueces conservadores durante la presidencia de Donald Trump: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett.
Los evangélicos han sido el grupo religioso más opuesto al aborto y el más ansioso por ver el fallo del caso Roe revocado. Si bien el aborto nunca fue el único problema de los evangélicos, en las casillas de votación a menudo superó todas las demás preocupaciones. Algunos apoyaron a Trump a pesar de sus recelos morales con la esperanza de que cumpliera su promesa de nombrar jueces que finalmente anularan Roe y la posterior decisión de la Corte Suprema que afirmó el derecho al aborto, Planned Parenthood vs. Casey.
El cálculo político parece haber dado fruto. Los tres nuevos jueces se unieron a Alito y Clarence Thomas en una decisión audaz que afirmó que la Corte se había equivocado.
«Este día pertenece a las muchas personas que han trabajado mucho y muy duro para que esto suceda, y al presidente Trump, quien merece nuestro agradecimiento por cumplir una promesa que no pensé que cumpliría», dijo Matthew Lee Anderson, especialista en ética cristiana y profesor de religión de la Universidad de Baylor.
Ed Whelan, miembro principal del EPPC, se refirió al fallo como el «logro culminante del movimiento legal conservador».
La opinión mayoritaria reflejó los argumentos de los grupos evangélicos y católicos provida que presentaron escritos como «amigos de la corte» (amicus curiae). Estratégicamente, muchos de ellos se centraron menos en los argumentos a favor de la humanidad y el derecho a la vida de los fetos, y más en los problemas detrás del razonamiento legal del fallo Roe.
«El fallo Roe fue decidido erróneamente y mal razonado», escribieron los abogados de Americans United for Life. «Numerosos errores adjudicativos durante las deliberaciones originales, especialmente la ausencia de cualquier registro probatorio, han contribuido a hacer que Roe sea inviable… Hay una búsqueda constante de una justificación constitucional para el caso Roe, y la Corte aún no ha dado una justificación razonada para la regla de viabilidad».
Los abogados del Centro para la Ética y Políticas Públicas (EPPC, por sus siglas en inglés) argumentaron en torno al mismo punto: «En lo tocante al texto y la historia de la Constitución, no es ningún secreto que Roe no solo está equivocado, sino que lo está gravemente. El fallo Roe fue criticado rotundamente como incorrecto el día en que se decidió, y ha recibido oposición enérgica tanto dentro como fuera de la Corte desde entonces, y ningún juez en funciones ha defendido los méritos de su razonamiento en sí».
El caso Dobbs consideró la constitucionalidad de una ley de Mississippi de 2015 que prohíbe los abortos después de las 15 semanas, una prohibición más restrictiva que la permitida por Roe. La única clínica de aborto del estado, Jackson Women’s Health, demandó a funcionarios del departamento de salud estatal, incluido Thomas Dobbs. Alliance Defending Freedom (ADF) sirvió en el equipo de defensa legal del estado.
«Mississippi le pidió a la Corte que revocara a Roe porque ese caso era atrozmente incorrecto y no tenía base en el texto, la estructura o la historia constitucional. Además, los estándares cambiantes de Roe han sido inviables durante mucho tiempo, lo cual ha causado que tantas leyes provida terminaran en los tribunales», dijo Kristen Waggoner, asesora general de ADF. «También falló en tomar en consideración los avances de la ciencia, la cual demuestra que la vida comienza en la concepción».
Cómo se decidió el dictamen de Roe
La decisión de la Corte en 1973 se basó en el argumento de que la vida fetal no goza de protección constitucional. Los abogados involucrados en el caso señalaron que, tradicionalmente se entiende que los derechos comienzan al nacer. La 14.ª Enmienda, por ejemplo, extendió la ciudadanía a todos aquellos «nacidos… en los Estados Unidos», no a aquellos concebidos dentro de las fronteras de la nación. De manera similar, un feto no puede ser dueño de propiedades.
Los jueces dijeron, sin embargo, que el estado tenía un interés imperioso en proteger la vida fetal. Pero ese interés imperioso tenía que equilibrarse con el derecho de la mujer a la privacidad.
La «privacidad» nunca se menciona en la Constitución, pero la 9.ª Enmienda dice que los derechos no mencionados en la Constitución no deben ser negados por defecto. Y la 14.ª Enmienda garantiza el debido proceso legal, que según la Corte indicaba un derecho a la privacidad, incluido el derecho a tomar decisiones sobre el aborto sin interferencia estatal, al menos hasta cierto punto.
Los jueces debatieron ese punto. Después de algunos intercambios internos, se decidieron por la viabilidad fetal como el elemento determinante.
El autor de la histórica decisión, el juez Harry Blackmun, vio Roe vs. Wade como una concesión dada con cautela.
«La Corte no sostiene hoy que la Constitución imponga el aborto a pedido», escribió. «Hoy no se pronuncia que una mujer embarazada tenga derecho absoluto al aborto. Sin embargo, para el primer trimestre del embarazo, arroja la decisión del aborto y la responsabilidad de este sobre el médico tratante».
No obstante, como ha señalado el historiador Daniel K. Williams, Blackmun estaba equivocado. Roe no aceptó ninguno de los argumentos del movimiento provida y entregó una victoria decisiva a los defensores del derecho al aborto. La decisión obligó a 46 legislaturas estatales a reescribir sus leyes de aborto, alineándolas con lo que había sido, hasta entonces, la ley sobre el aborto más liberal de la nación.
La mayoría de los cristianos evangélicos en ese momento lo vieron como una decisión espantosa que no tomó en cuenta el derecho inalienable de la vida. «Esta decisión va en contra, no solo de las enseñanzas morales del cristianismo a través de los siglos, sino también del sentido moral del pueblo estadounidense», argumentó CT en 1973.
La Convención Bautista del Sur, las Asambleas de Dios, la Alianza Cristiana y Misionera, la Iglesia Presbiteriana en América y otras denominaciones aprobaron resoluciones provida en la década posterior a Roe.
En su influyente libro Whatever Happened to the Human Race? [publicado en español como ¿Qué le pasó a la raza humana?], el evangelista Francis Schaeffer y el cirujano pediátrico C. Everett Koop llamaron al aborto el «primer tema crucial», la «piedra angular» para proteger la dignidad de la vida humana.
«Imploramos a aquellos de ustedes que son cristianos que ejerzan toda su influencia para luchar contra la creciente pérdida de humanidad a través de la legislación, la acción social y otros medios a su disposición», escribieron en 1979. «Si no tomamos una posición aquí y ahora, ciertamente no podemos afirmar que somos la sal de la tierra en nuestra generación».
El movimiento casi logró la victoria en 1992. Cinco clínicas abortivas y un médico independiente demandaron a Pensilvania por sus restricciones al aborto, incluido un periodo de espera obligatorio y la notificación al cónyuge o padre. En ese momento, ocho de los nueve jueces habían sido nombrados por los republicanos, aunque se sabía que al menos tres de ellos apoyaban el derecho al aborto.
En la víspera del fallo del caso Planned Parenthood vs. Casey, el presidente de la Corte Suprema, William H. Rehnquist, redactó una opinión mayoritaria votada 5 a 4 que anulaba a Roe.
Luego, en el último minuto, el juez Anthony Kennedy cambió de bando. Se unió a Sandra Day O’Connor y David Souter para elaborar una concesión que permitiría a los estados regular el aborto hasta cierto punto, pero también defender la validez de Roe. Consiguieron que los dos jueces más liberales, Blackmun y John Paul Stevens, firmaran.
Aunque puede haber sido concebido como una «concesión», la decisión de 5 a 4 en Casey fue de hecho una reafirmación de la postura central de Roe, mientras que abandonaba casi por completo su razonamiento legal. La Corte decidió que era crucial reconocer el precedente establecido por Roe, adhiriéndose a la doctrina legal de stare decisis.
La autoridad del precedente en tela de juicio
Cada uno de los tres jueces más nuevos de la Corte planteó preguntas sobre este estándar en los argumentos orales en Dobbs en diciembre.
«Al pensar en stare decisis, que obviamente está en el centro de este caso, ¿cómo deberíamos pensar en ello?», preguntó Barrett.
La juez católica reconoció los beneficios de un sistema que se basa en precedentes, pero argumentó que «parte de nuestra doctrina stare decisis [es] que no es un mandato inexorable y que hay algunas circunstancias en las que la anulación es posible». Ella sacó a relucir múltiples ejemplos, incluyendo un caso de derechos civiles y un caso de derechos LGBT.
Roberts parecía buscar una manera de modificar los fallos anteriores y tal vez establecer un estándar diferente sobre cuánto el aborto podría regularse sin rechazar completamente el derecho constitucional al aborto. Los abogados de ambas partes, sin embargo, indicaron que pensaban que el caso era todo o nada.
«Leí sus escritos», dijo Alito al abogado que defendía los casos Roe y Casey. «Sus informes [dicen] que las únicas opciones reales que tenemos son reafirmar a Roe y Casey tal como están o anularlos en su totalidad. Usted dice que “aquí no hay mediciones a medias”. ¿Es esa una comprensión correcta de su informe?».
Ella estuvo de acuerdo. Y Alito, poco después de la audiencia, comenzó a redactar una decisión audaz que anulaba los fallos de Roe y Casey por completo.
«Anular un precedente es un asunto serio. No es un paso que deba tomarse a la ligera», escribió. «En este caso, cinco factores pesan fuertemente a favor de anular a Roe y Casey: la naturaleza de su error, la calidad de su razonamiento, la “viabilidad” de las reglas que impusieron al país, su efecto disruptivo en otras áreas de la ley y la ausencia de confiabilidad concreta».
La decisión no criminaliza el aborto, pero devuelve la cuestión de la regulación a los estados, donde los votantes y las legislaturas decidirán cuándo una mujer puede o no elegir la interrupción de un embarazo. Algunos estados han aprobado «leyes de activación» que ponen las restricciones en vigor de inmediato.
«Durante demasiado tiempo, las decisiones de los casos Roe y Casey han permitido a nuestra nación hacerse de la vista gorda ante la crítica situación de aquellos que no tienen voz, ante la percepción de estas vidas como una carga en lugar de una bendición. Si bien este fallo es un paso significativo hacia el establecimiento de una verdadera cultura de la vida, el tema del aborto ahora será enviado a los estados», dijo Chelsea Sobolik, directora de políticas públicas de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa Bautista del Sur (ERLC, por sus siglas en inglés).
«Debemos continuar usando nuestro tiempo, talento y recursos para proteger a los niños que aún no han nacido, cuidar a sus madres y abogar por leyes estatales que los protejan a ambos».
Al darse a conocer la decisión el viernes por la mañana, los líderes evangélicos se refirieron a la misma como uno de los días más significativos en la historia del país.
«Estoy agradecido con Dios por este día histórico… un día para celebrar la vida», dijo Doug Clay, superintendente general de las Asambleas de Dios. «[Un día] no para alardear, sino para regocijarse y dar gracias al Señor de la vida. Para continuar nuestros esfuerzos en la creación de una cultura de vida en las comunidades a las que servimos».
Focus on the Family dijo: «Después de 50 años de luchar por los no nacidos, nuestras oraciones han sido respondidas». Las Asociaciones Médicas y Dentales Cristianas lo llamaron una «victoria muy necesaria para la vida y para la atención médica». Y el líder interino de ERLC declaró: «ha comenzado un nuevo capítulo en el movimiento provida».
Los expertos indican que el fallo resultará inmediatamente en una reducción del 10 al 15 por ciento en el número de abortos. A largo plazo, el impacto previsto es menos claro.
«No pretendemos saber cómo responderá nuestro sistema político o nuestra sociedad a la decisión de hoy», escribió Alito. «Solo podemos hacer nuestro trabajo… Por lo tanto, sostenemos que la Constitución no confiere el derecho al aborto».
Traducción por Sergio Salazar.
Edición en español por Livia Giselle Seidel.