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La esposa del pastor: consejos básicos para encontrar el balance entre el ministerio y la salud

Guardar ciertos límites y precauciones es esencial para que el ministerio prospere.

Christianity Today July 8, 2022
Pearl/ Lightstock

Este artículo es una versión revisada y corregida de la traducción publicada en marzo de 2017.

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Es más rápida que una bala, capaz de brincar edificios altos de un solo salto. Ella representa la verdad, la justicia y el modelo de vida al que debemos aspirar. ¿Saben a quién me refiero?

Como declara Proverbios 31: «¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!» (vv. 8-9, NVI). Ella es la compañera de vida de un solo hombre: su marido. Ella es el pilar de su familia y el corazón de su iglesia. Esta mujer intrigante y llena de gracia no es una heroína con superpoderes. Esta mujer es la esposa del pastor.

La esposa del pastor desempeña muchos papeles en su vida diaria, y lo hace con destreza como si estuviera haciendo girar platos chinos sin perder el ritmo. Su esposo, su familia, su congregación, su trabajo y su comunidad dependen de ella cada semana para satisfacer necesidades, consolar corazones rotos, sanar rodillas heridas, orientar a futuros líderes, y debe hacerlo todo con la sonrisa y la fuerza de una mujer biónica.

Cada año que pasa, los deberes del pastor se vuelven más complejos y desafiantes, y la participación de su esposa en el ministerio también puede llegar a extenderse al punto de hacerla perder el balance en las otras áreas de su vida.

Si la esposa del pastor no mantiene en equilibrio las cuatro áreas principales de su vida, será más susceptible de caer en el desánimo, la depresión, la frustración, e incluso en la enfermedad.

Las esposas de los pastores deben guardar ciertos límites y precauciones para asegurarse de mantener un equilibrio saludable dentro del ministerio, así como en los cuatro ámbitos de su vida personal: espiritual, mental, físico y emocional.

La vida espiritual de la esposa del pastor puede tornarse complicada, puesto que las líneas pueden parecer borrosas y es fácil que llegue a pensar que el ministerio es la principal prioridad. Sin embargo, su prioridad debe ser siempre su relación personal con Jesucristo, seguido del tiempo que dedica al estudio de la Biblia, la oración y la meditación.

La esposa del pastor no debe confundir el ministerio con el crecimiento personal en la fe, la aplicación y la devoción. Debe pasar tiempo cada día en la Palabra de Dios meditando y alimentándose de su verdad y de sus promesas para su vida personal. Ella debe comunicarse con el Señor en oración durante todo el día para mantener encendida la llama de la fe, e incluso hacerla crecer. Pasar tiempo en oración con su esposo también es crucial y fundamental, tanto para su matrimonio como para su ministerio. Es necesario orar por protección diaria para su esposo y su familia, así como mantener la disciplina del ayuno y la oración. Al permitir que su espíritu sea alimentado diariamente por la Palabra de Dios y fortalecido por el Espíritu Santo, no se sentirá sola en sus múltiples tareas ministeriales.

La esposa del pastor debe procurar cuidar su salud mental en todo momento. Muchas veces está expuesta a las opiniones negativas y las expectativas poco realistas de otros. A veces puede sentirse desamparada cuando permite que su mente se llene con pensamientos y sentimientos negativos sin comentarlo con nadie —pensando que esto es una parte normal de su papel como ayuda idónea para su marido—. El enemigo ataca principalmente por medio de amenazas y acusaciones que comienzan en nuestros pensamientos. Cuando dejamos que nuestras mentes vaguen por el camino que requiere menos resistencia —el negativo— podemos deslizarnos fácilmente hacia el abismo de las heridas pasadas, las penas y las oportunidades perdidas. Sin darnos cuenta, nuestras mentes nos llevan a lugares que nunca pensamos ir. Si permitimos que nuestras mentes piensen carnalmente y sin restricciones, nos llevarán de viaje por mares de arrepentimiento y decepción. Romanos 12:1-2 afirma que debemos ser «transformados mediante la renovación de [nuestra] mente».

La renovación mental cada día —y en ocasiones, a cada hora— es esencial para mantener pensamientos saludables y evitar que surjan actitudes negativas que nos derrumben. La esposa del pastor también necesita, al igual que todos, tener una persona de confianza a quien rendirle cuentas, de tal forma que pueda mantener sus pensamientos puros y su mente centrada en el Señor y en su verdad.

La esposa del pastor también debe cuidar de su vida emocional. Esta área de su vida es especialmente sensible porque las mujeres somos seres emocionales. Las mujeres fuimos creadas para nutrir, amar y expresar nuestros sentimientos. A veces nos desviamos debido a experiencias del pasado, abuso emocional, sentimientos de insuficiencia o falta de autoestima. Es imperativo cuidar y prestar atención a nuestras emociones para no reaccionar de una forma inadecuada a los ojos del Señor o de nuestros esposos. Algunas preguntas que toda esposa de pastor debe considerar: ¿Eres una esposa que crea conflictos con facilidad y se preocupa por todo? ¿Eres el común denominador de la disensión y el conflicto en tu hogar? ¿O eres una esposa que brinda ayuda y apoyo? ¿Estás construyendo tu hogar por la gracia de Dios para que, bajo la dirección de tu esposo, sea un testimonio para la gloria de Cristo? ¿O estás destruyendo tu hogar con tus propias manos a causa de tu necedad, como dice Proverbios 14:1?

Si eres esposa de un pastor y necesitas ayuda en esta área, busca a una mujer cristiana como mentora que te pueda instruir sobre lo que enseña Tito 2 sobre la estabilidad emocional necesaria para desempeñar bien tu papel. La salud emocional es muy importante para quien brinda apoyo o consejería a otras mujeres en la iglesia. Es importante recordar que para aconsejar a otros debes tener estabilidad emocional tú misma. Tu mentora puede mantenerte emocionalmente fundamentada en la Palabra de Dios y mostrarte aquellos puntos ciegos que no puedes ver por ti misma para ayudarte a crecer en la forma en que reaccionas emocionalmente. La salud emocional también puede estar vinculada con la salud física. Asegúrate de informar a tu médico sobre cualquier cambio emocional repentino o severo para asegurarte de que estás cuidando esta parte vital de tu vida.

Finalmente, la esposa del pastor debe cuidar de su salud física, la cual se ve afectada grandemente por las otras áreas en la vida de la mujer. Cuando las otras áreas no están en equilibrio o han sido descuidadas, a veces eso se manifiesta en una dolencia o enfermedad física que los médicos no pueden explicar o tratar. El mayor problema físico para la esposa del pastor es el estrés. El estrés puede provocar varias afecciones, tales como enfermedades cardíacas, que actualmente son el mayor causante de mortalidad en las mujeres en Estados Unidos. Otras grandes preocupaciones físicas son las enfermedades como la diabetes, los problemas de tiroides, el cáncer de mama, cervical y ovárico, la osteoporosis y la demencia. La esposa del pastor debe cuidar de su cuerpo por medio de exámenes y estudios médicos anuales, así como hacer ejercicio regular que la mantenga en movimiento. También necesita sueño, descanso de su rutina diaria, una dieta saludable que consista en proteínas de alta calidad, carbohidratos complejos, mucha agua, y limitar en la medida de lo posible los alimentos procesados y el azúcar.

El Señor nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir una vida santa. Nos ha dado acceso a información sobre la salud y la nutrición, nos permite consultar a profesionales de la salud que nos pueden asesorar sobre planes de salud y guías de nutrición que colaboran con nosotros en la pérdida de peso y el tratamiento de diversas enfermedades. ¡No somos nuestros propios dueños! La Palabra de Dios nos enseña a honrar a Dios con nuestros cuerpos. Hipócrates, padre de la medicina, dijo: «Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina». También dijo que caminar es la mejor medicina. ¿Qué podemos aprender de esto? Que debemos comer alimentos que nos nutran, en lugar de recurrir a dietas restrictivas. También es necesario mantenernos en movimiento. La actividad física y un torrente sanguíneo saludable son fundamentales para la reparación de nuestro cuerpo.

Otro aspecto importante de la salud y el equilibrio para la esposa del pastor es el descanso y el reposo. Es importante tomar vacaciones con su esposo y su familia que no estén vinculadas con el ministerio. Pasar un tiempo de vacaciones sin trabajar en la iglesia es fundamental para despejarse y renovar fuerzas. La esposa del pastor necesita tomarse un tiempo para descansar y disfrutar de las bendiciones de Dios para su familia y para ser eficaz en el hogar y en el ministerio.

Tú y tu esposo comparten una vida juntos. Como esposa de pastor, dale prioridad a estas cuatro áreas de su vida y mantenlas en equilibrio para disfrutar de tu esposo, tus hijos y tu ministerio. ¡Diviértete al máximo en el proceso!

Rhoda Sanchez-Gonzales sirve en North Dallas Family Church donde su esposo Vince es pastor.

Edición en español por Sofía Castillo y Livia Giselle Seidel.

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Ser provida es más que una postura política

Decidir a favor de la vida siempre implica sacrificio. Los cristianos también debemos asumirlo.

Christianity Today July 5, 2022
Petri Oeschger / Getty

Justo hoy que estoy redactando este ensayo, tengo planes para salir a cenar con una amiga, una médica de profesión originaria de Canadá. Sin duda, nuestra conversación de esta noche girará rápidamente en torno a la reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, Dobbs vs. Jackson Women's Health. No hay duda de que cada una de nosotras defenderá enérgicamente sus opiniones opuestas sobre el aborto.

Mi amiga, que afirma no tener ninguna fe religiosa, defiende firmemente el derecho de la mujer a elegir el aborto. Me dirá, como lo ha hecho a lo largo de los once años que llevo viviendo en Canadá, que muchas mujeres casadas confirman embarazos no deseados en la sala de urgencias.

A veces, me dice mi amiga, estas pacientes están preocupadas por las dificultades económicas que impondrá la adición de otro hijo en su familia. En otras ocasiones, ya han pasado por un embarazo difícil, o incluso han enfrentado peligro de muerte, y no pueden concebir el riesgo de otro embarazo. A veces, estas madres ya están cuidando a sus padres ancianos o a un niño con necesidades especiales, y simplemente no pueden imaginarse asumiendo la responsabilidad de una vida más.

«Muchas de estas mujeres no quieren abortar, pero no pueden concebir la alternativa», me dirá, pidiendo que comprenda el predicamento de estas mujeres. Escucharé con simpatía las historias que mi amiga me cuente y reconoceré que los temores de sus pacientes son reales y válidos.

Independientemente de cuál sea la opinión de una mujer sobre el aborto desde un punto de vista ético, es posible que ella decida poner fin a su embarazo porque no puede imaginar una historia en la que tanto ella como el bebé tendrán una vida próspera. Como informa Lifeway Research, casi el 16 % de los abortos son solicitados por cristianos evangélicos, muchos de los cuales pueden considerar que es un mal necesario, o sentir que no tienen otra opción [enlaces en inglés].

Sea cual sea la situación legal del aborto, nuestra batalla continua es concebir un mundo en el que el aborto no sea la única opción. No podemos limitarnos a cambiar las leyes: debemos rehabilitar el imaginario colectivo. Pero eso requerirá de sacrificio por parte de quienes creemos en esta causa.

Quizá esta noche sea yo quien le cuente a mi amiga una historia, la de otra amiga, quien emigró a Canadá hace años en pleno invierno mientras estaba embarazada de gemelos. En aquel momento, ella tenía un sinnúmero de razones para considerar el aborto como una medida que podría salvar la vida de su familia. Ella y su hijo pequeño fueron enviados a dicho país por un marido y padre que prometió seguirlos y nunca lo hizo.

Empezando por la fría noche en que esta mujer y su hijo salieron del aeropuerto de Edmonton —sin dinero, sin abrigos de invierno, sin la documentación adecuada, sin teléfono móvil y sin un lugar donde alojarse—, sus dificultades fueron muchas. Pero era una mujer de fe cristiana, y buscó refugio en comunidades de fe cristiana.

Y Dios proveyó.

Proveyó la iglesia de Edmonton, la cual le brindó alojamiento a esta pequeña familia de dos, y luego recaudó fondos para pagar por sus pasajes a Toronto, donde ella tuvo que defender su caso ante las oficinas de inmigración. Proveyó la agencia cristiana de reasentamiento de refugiados que le proporcionó un alojamiento temporal cuando llegó a aquella ciudad, y luego la puso en contacto con Safe Families Canada, una alternativa cristiana a los servicios gubernamentales de acogida.

Proveyó una familia que ofreció su hogar para cuidar de su hijo pequeño en las semanas que siguieron al nacimiento prematuro de los gemelos, y luego reunió a un grupo de personas dispuestas a ofrecer su ayuda para satisfacer las necesidades diarias de esta joven madre y sus tres pequeñitos durante los años siguientes.

Yo llegué a involucrarme en la historia de esta joven madre por medio de Safe Families Canada hace varios años. Vi las necesidades de su familia publicadas en la red de Familias Seguras, incluyendo peticiones muy simples de pañales y comida.

Para mi inmensa vergüenza, mi primer pensamiento al recibir estas peticiones fue: no quiero formar parte de esta historia tan complicada. Temí que llevar pañales y comida me llevaría a involucrarme más allá de mi capacidad. Y justo eso fue lo que sucedió. Sin embargo, el punto aquí no es recordar mi reticencia. Mi objetivo es poner de relieve que independientemente de qué tan teóricamente comprometida yo afirmaba estar con los principios provida, en la práctica me resistí a dedicar tiempo a una familia en crisis.

En nuestra cultura, el tiempo es el equivalente a las dos moneditas de la viuda: la ofrenda que es increíblemente difícil de sacrificar. La verdad es que yo podría haber dado dinero con mucha más facilidad. Pero el tiempo era demasiado valioso para mí. No quería la interrupción constante de mi vida personal. No quería invertir en la vida de alguien más a largo plazo. No quería involucrarme en celebraciones de cumpleaños y compras semanales de alimentos. No quería viajes mensuales a la oficina de inmigración. No quería ofrecer el tiempo que requiere la presencia.

Me sorprenden sobremanera, por supuesto, los argumentos temporales a favor del aborto. Algunos argumentan que es cruel pedirle a una mujer que considere llevar a término un embarazo no deseado, es decir, sacrificar nueve meses de su vida por un bebé al que podría abortar en una visita a una clínica esa misma tarde. Mi amiga probablemente expresará su opinión de esa forma esta misma noche: que no tengo derecho a imponer tal obligación a una madre que no está dispuesta a hacerlo.

Pero, como cristiana provida, yo le responderé que mis convicciones van mucho más allá de simples argumentos de eficacia. Quiero un mundo en el que hagamos cosas difíciles, en el que incluso renunciemos a ciertas libertades, por el bien de nuestro prójimo más vulnerable.

Sin embargo, supongo que si le pedimos a las mujeres que den nueve meses de su vida para traer un niño al mundo (y tal vez muchos años más, si deciden quedarse con el bebé), los provida debemos estar dispuestos a dar eso y mucho más para garantizar el bienestar de ese niño. Supongo que tendremos que confrontar nuestro apego al preciado individualismo, ese mundo soñado en el que nunca nos molesta la necesidad del otro.

Hace poco, los gemelos de mi amiga celebraron su cumpleaños. Les llevé globos, y no tardaron en comenzar a jugar a golpearlos y a gritar con todas sus fuerzas. Mi amiga parecía agotada. Me contó que sus médicos la habían diagnosticado recientemente con deficiencia de hierro. «Quieren hacerme infusiones. ¿Qué piensas al respecto?». Le dije que era una buena idea, un tratamiento seguro. Y se quedó tranquila.

Me he acostumbrado a estas conversaciones de fin de semana en torno a la pequeña mesa de la cocina de mi amiga, y por la frecuencia con la que la visito, desearía haber vencido la resistencia a presentarme. Pero eso aún no ha sucedido.

Pero una cosa ha cambiado: ahora tengo evidencia que me ayuda a imaginar que otro mundo es posible. Un mundo en el que el trabajo de muchas manos aligera los esfuerzos del amor: por las madres, por sus hijos y por este ruidoso regalo de Dios llamado vida.

Jen Pollock Michel es escritora, presentadora de pódcast y conferencista residente en Toronto. Es autora de cuatro libros y está trabajando en un quinto: In Good Time: 8 Habits for Reimagining Productivity, Resisting Hurry, and Practicing Peace (Baker Books, 2022).

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Ideas

No todos los provida están celebrando

El profeta Jeremías nos enseña que el lamento bíblico por el aborto no es apático ni tiene aires de triunfalismo.

Christianity Today June 29, 2022
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: British Library / Unsplash / WikiMedia Commons

Coloquialmente tendemos a usar dos palabras para referirnos a la indiferencia: ambigüedad y ambivalencia. Pero de acuerdo con el diccionario ninguna de estas palabras significa «falta de sentimiento». Ambivalencia significa tener una combinación de varios sentimientos, mientras que ambigüedad indica falta de claridad.

Parte de la confusión se debe a que, a menudo, lidiamos tanto con una gran variedad de sentimientos como con falta de claridad. En el primer caso, te vuelves indiferente como una manera de solucionar el conflicto entre ideas contrarias o paradójicas; en el segundo, la indiferencia viene como resultado de no poder identificar con exactitud qué es lo que se siente. Y cuando nos sentimos abrumados o sumergidos en la incertidumbre, a menudo es más fácil ignorar nuestros sentimientos por completo.

Sin embargo, me parece necesario para nuestro crecimiento espiritual que aprendamos a vivir con la ambivalencia que conlleva tener ideas y sentimientos encontrados, especialmente en estos tiempos de debates acalorados y opiniones candentes y superficiales.

Hace poco releí el libro de Lamentaciones y me sorprendió la ambivalencia del profeta Jeremías. Su recuento del asedio babilonio a Jerusalén en 586 a. C. está repleto de emociones, realidades devastadoras y verdades que a primera vista parecen disparatadas.

Por años, el pueblo de Israel se había rebelado contra Jehová, desobedeciendo sus mandamientos y haciendo cosas que no aprueba el Señor: «Aplastar bajo los pies a todos los prisioneros de un país, privar del derecho a un hombre en presencia del Altísimo, defraudar a un hombre en su litigio…» (Lamentaciones 3:34-36, NBLA). Debido al juicio divino, Jerusalén finalmente sucumbió ante sus enemigos. El asedio fue tan intenso que en un intento por sobrevivir (Lamentaciones 2:20), las mujeres se vieron obligadas a consumir a sus propios hijos (Jeremías 19:9).

A lo largo de su libro, Jeremías da voz a su agonía personal y a la de su pueblo.

Él reconoce y confiesa que todo aquello por lo que están pasando es consecuencia de sus actos, pero también clama por la misericordia de Dios, afirmando que su castigo es más de lo que pueden soportar. Jeremías representa a Jerusalén como una mujer promiscua y argumenta que sus enemigos se aprovecharon de ella. Ella confió en gente que terminó por abusarla y degradarla, gente que solo le trajo dolor y sufrimiento.

Sin embargo, lo que me resulta interesante es que si había alguien que se había mantenido puro en medio de esta situación y, por lo tanto, tenía el derecho a pronunciar el juicio de Dios sobre Israel con una visión justa, ese era Jeremías.

Por años, él previno a su gente de la destrucción inminente, pero fue perseguido y encarcelado por hacerlo. Y aun así, Lamentaciones no contiene ni el más mínimo atisbo de triunfalismo. No hay ningún «se los dije», «miren lo que han hecho» u «obtuvieron lo que cosecharon».

Parte de la razón por la que el lamento de Jeremías es tan poderoso es precisamente que no intenta encontrar culpables. El objetivo del libro de Lamentaciones es confesar e implorar por la misericordia de Dios. Así que, en vez de señalar con el dedo a otras personas, Jeremías se cuenta a sí mismo entre los culpables y confiesa como suyos pecados que él no cometió. El resultado es una respuesta humilde, compleja y profundamente humana. También es ambivalente, llena de sentimientos contradictorios: lamento, culpa, vergüenza, arrepentimiento, anhelo, fe y esperanza.

La habilidad de Jeremías de vivir en medio de la tensión de realidades que parecen dispares es una de las señales más importantes de una mente y un espíritu maduros. En su libro, Surprised by Paradox [Sorprendida por la paradoja], Jen Pollock Michel escribe [enlaces en inglés]:

«Permitir la paradoja no implica un acercamiento débil a la teología. Por el contrario, permite una teología robusta, una que está llena de asombro y que no solo considera a Dios como más maravilloso de lo que podemos concebir, sino que también despierta en nosotros el deseo… de verlo tal como es».

He pensado en todo esto a la luz de la anulación del fallo Roe vs. Wade, el caso histórico de la Corte Suprema que elevó el aborto (incluido el aborto por elección) al nivel de derecho constitucional durante casi 50 años en los Estados Unidos. Muchos provida están viendo esta decisión como la respuesta a décadas de oración, activismo y fuerza política.

Pero otras respuestas han sido más complicadas, y —me atrevo a decirlo— ambivalentes.

Considere estas palabras, escritas de manera anónima, por un pastor provida cuya hija quedó embarazada tras una violación:

«Hay muchas mujeres, tanto cristianas como no cristianas, que han tomado la decisión de preservar la vida del bebé en el vientre de su propia autonomía y que, sin embargo, no comparten la euforia del movimiento político provida, a pesar de que muchas de ellas creen firmemente que la vida es siempre la única decisión sabia. Muchas incluso creen en alguna forma de legislación que pastoree a las mujeres para que lleguen por sí mismas a la elección correcta; sin embargo, ellas no están en los desfiles de victoria con políticos, activistas y moralistas que creen que han ganado una gran batalla».

Los cristianos provida que tienen sentimientos ambivalentes sobre la decisión de la Corte Suprema no son indiferentes. No ven el aborto como algo ambiguo o poco claro. De hecho, para muchos de ellos, las cosas están excepcionalmente claras. Ellos entienden que debemos continuar el trabajo por leyes justas y ecosistemas sociales que apoyen la vida. Nosotros debemos valorar por igual a las mujeres y a los niños no nacidos.

Pero aun cuando reconocen lo que está claro, también reconocen que claridad no es lo mismo que simplicidad. Y, por tanto, habitan en la ambivalencia del momento mientras abrazan una multitud de respuestas.

Duelo por las vidas perdidas. Gozo por las vidas salvadas. Vergüenza por la prontitud con que adoptamos medios mundanos para alcanzar ciertos fines. Ira por la misoginia no confrontada tanto en los púlpitos como en las oficinas más importantes del país. Decisión para trabajar por una sociedad justa que valore la vida de todos los seres humanos desde el vientre hasta la tumba. Y sí, incluso preocupación por las nuevas leyes estatales que no serán escritas con el suficiente cuidado como para proteger la vida de las mujeres.

Como Jeremías, debemos reconocer que todos los pensamientos y realidades dispares pueden ser verdaderos al mismo tiempo. Debemos mantenerlos en tensión y rehusarnos a optar por la solución más fácil, ya sea el triunfalismo o la apatía.

También debemos admitir que somos parte de algo más grande que nosotros mismos. Porque así como fue cierto para las mujeres de Jerusalén, la aniquilación infantil muchas veces es el resultado de pecados más grandes y colectivos.

La fidelidad de Dios es siempre más grande que nuestra complicidad. Si bien es cierto que el libro de Lamentaciones modela ambivalencia, su mensaje principal es la esperanza libre de incertidumbres.

Jeremías escribe: «Ciertamente mi alma lo recuerda y se abate mi alma dentro de mí. Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!» (Lamentaciones 3:20-23).

Si nuestro testimonio público como cristianos dependiera de nuestra habilidad para preservar ciertas posturas morales, o incluso de nuestra habilidad para actuar conforme a ellas, este sería un testimonio muy pobre. Nuestro testimonio público descansa en la firmeza de nuestras propias convicciones.

Al contrario, un testimonio público claramente cristiano consiste en señalar siempre hacia la fidelidad de Dios a pesar de nuestras fallas morales. Al hacer esto, aprendemos que podemos elegir cosas difíciles y contraintuitivas debido a quién es Él.

Ese pastor anónimo cuya hija eligió la vida de su bebé a pesar del dolor de su violación describió el poder de esa decisión: «(Estas mujeres) encontraron dentro de sí una humanidad que refleja a Dios por ser sacrificial, valiente y empoderante. Ellas eligieron tener un bebé, traer al mundo una nueva creación. De su propio vacío, ellas formarían algo nuevo».

Lo que se describe aquí es el camino de la cruz. Es el camino del sufrimiento, de dar la vida de uno por alguien más. Es el camino de Jesús y el camino de Jeremías.

La tradición nos dice que Jeremías sufrió con su gente. Él no estuvo exento del sufrimiento ni fue llevado a un lugar seguro. Él ni siquiera fue llevado a Babilonia con la promesa de que sus descendientes regresarían (Jeremías 29:10-11). Al contrario, Jeremías estuvo preso en Jerusalén, soportó el asedio de los Babilonios y eventualmente, fue llevado por la fuerza a Egipto con el resto de sus conciudadanos. Y allí, según se dice, murió.

Jeremías murió en el exilio sin presenciar el rescate del pueblo de Israel. Él murió como vivió: en la ambivalencia. Reconociendo lo que fue prometido y lo que todavía faltaba por cumplirse.

Pero también murió con esperanza: murió creyendo.

«“El Señor es mi porción”, dice mi alma, “por tanto en Él espero”. Bueno es el Señor para los que en Él esperan, para el alma que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor» (Lamentaciones 3:24-26)

Hannah Anderson es la autora de Made for More, All That’s Good y Humble Roots: How Humility Grounds and Nourishes Your Soul.

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición y adaptación en español por Livia Giselle Seidel.

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Adiós a ‘Roe vs. Wade’: Evangélicos provida celebran el fallo que habían estado esperando

Corte Suprema: El histórico caso del derecho al aborto fue «atrozmente incorrecto y en camino a colisionar con la Constitución desde el día en que se decidió».

Activistas provida se reúnen frente a la Corte Suprema en vísperas del dictamen de Junio que anuló el dictamen del caso Roe vs. Wade.

Activistas provida se reúnen frente a la Corte Suprema en vísperas del dictamen de Junio que anuló el dictamen del caso Roe vs. Wade.

Christianity Today June 25, 2022
Drew Angerer / Getty Images

Este artículo fue publicado originalmente en inglés el viernes 24 de junio de 2022 a las 09:00 am.

Roe vs. Wade, la decisión de la Corte Suprema que movilizó a generaciones de activistas provida y dio forma a la participación política de los evangélicos durante medio siglo, ha sido revocada. [Los enlaces de este artículo redirigen a contenido en inglés].

Millones de personas han marchado, protestado, presionado y orado por el fin del histórico fallo sobre el derecho al aborto. Después de 49 años y más de 63 millones de abortos, el momento ha llegado.

Líderes cristianos calificaron el fallo como «una vez impensable» y calificaron el día de hoy como «el día que todos hemos estado esperando» y «uno de los días más importantes en la historia de Estados Unidos».

«Sostenemos que los casos Roe y Casey deben ser revocados», escribió el juez Samuel Alito a nombre de la mayoría. «La Constitución no hace referencia al aborto, y dicho derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional».

La decisión de Dobbs vs. Jackson en materia de salud de la mujer obtuvo como resultado un 6 a 3, con el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, de acuerdo con la mayoría. La opinión del tribunal se parecía mucho a un borrador preparado por Alito y filtrado el mes pasado.

La decisión es el resultado del nombramiento de un trío de jueces conservadores durante la presidencia de Donald Trump: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett.

Los evangélicos han sido el grupo religioso más opuesto al aborto y el más ansioso por ver el fallo del caso Roe revocado. Si bien el aborto nunca fue el único problema de los evangélicos, en las casillas de votación a menudo superó todas las demás preocupaciones. Algunos apoyaron a Trump a pesar de sus recelos morales con la esperanza de que cumpliera su promesa de nombrar jueces que finalmente anularan Roe y la posterior decisión de la Corte Suprema que afirmó el derecho al aborto, Planned Parenthood vs. Casey.

El cálculo político parece haber dado fruto. Los tres nuevos jueces se unieron a Alito y Clarence Thomas en una decisión audaz que afirmó que la Corte se había equivocado.

«Este día pertenece a las muchas personas que han trabajado mucho y muy duro para que esto suceda, y al presidente Trump, quien merece nuestro agradecimiento por cumplir una promesa que no pensé que cumpliría», dijo Matthew Lee Anderson, especialista en ética cristiana y profesor de religión de la Universidad de Baylor.

Ed Whelan, miembro principal del EPPC, se refirió al fallo como el «logro culminante del movimiento legal conservador».

La opinión mayoritaria reflejó los argumentos de los grupos evangélicos y católicos provida que presentaron escritos como «amigos de la corte» (amicus curiae). Estratégicamente, muchos de ellos se centraron menos en los argumentos a favor de la humanidad y el derecho a la vida de los fetos, y más en los problemas detrás del razonamiento legal del fallo Roe.

«El fallo Roe fue decidido erróneamente y mal razonado», escribieron los abogados de Americans United for Life. «Numerosos errores adjudicativos durante las deliberaciones originales, especialmente la ausencia de cualquier registro probatorio, han contribuido a hacer que Roe sea inviable… Hay una búsqueda constante de una justificación constitucional para el caso Roe, y la Corte aún no ha dado una justificación razonada para la regla de viabilidad».

Los abogados del Centro para la Ética y Políticas Públicas (EPPC, por sus siglas en inglés) argumentaron en torno al mismo punto: «En lo tocante al texto y la historia de la Constitución, no es ningún secreto que Roe no solo está equivocado, sino que lo está gravemente. El fallo Roe fue criticado rotundamente como incorrecto el día en que se decidió, y ha recibido oposición enérgica tanto dentro como fuera de la Corte desde entonces, y ningún juez en funciones ha defendido los méritos de su razonamiento en sí».

El caso Dobbs consideró la constitucionalidad de una ley de Mississippi de 2015 que prohíbe los abortos después de las 15 semanas, una prohibición más restrictiva que la permitida por Roe. La única clínica de aborto del estado, Jackson Women’s Health, demandó a funcionarios del departamento de salud estatal, incluido Thomas Dobbs. Alliance Defending Freedom (ADF) sirvió en el equipo de defensa legal del estado.

«Mississippi le pidió a la Corte que revocara a Roe porque ese caso era atrozmente incorrecto y no tenía base en el texto, la estructura o la historia constitucional. Además, los estándares cambiantes de Roe han sido inviables durante mucho tiempo, lo cual ha causado que tantas leyes provida terminaran en los tribunales», dijo Kristen Waggoner, asesora general de ADF. «También falló en tomar en consideración los avances de la ciencia, la cual demuestra que la vida comienza en la concepción».

Cómo se decidió el dictamen de Roe

La decisión de la Corte en 1973 se basó en el argumento de que la vida fetal no goza de protección constitucional. Los abogados involucrados en el caso señalaron que, tradicionalmente se entiende que los derechos comienzan al nacer. La 14.ª Enmienda, por ejemplo, extendió la ciudadanía a todos aquellos «nacidos… en los Estados Unidos», no a aquellos concebidos dentro de las fronteras de la nación. De manera similar, un feto no puede ser dueño de propiedades.

Los jueces dijeron, sin embargo, que el estado tenía un interés imperioso en proteger la vida fetal. Pero ese interés imperioso tenía que equilibrarse con el derecho de la mujer a la privacidad.

La «privacidad» nunca se menciona en la Constitución, pero la 9.ª Enmienda dice que los derechos no mencionados en la Constitución no deben ser negados por defecto. Y la 14.ª Enmienda garantiza el debido proceso legal, que según la Corte indicaba un derecho a la privacidad, incluido el derecho a tomar decisiones sobre el aborto sin interferencia estatal, al menos hasta cierto punto.

Los jueces debatieron ese punto. Después de algunos intercambios internos, se decidieron por la viabilidad fetal como el elemento determinante.

El autor de la histórica decisión, el juez Harry Blackmun, vio Roe vs. Wade como una concesión dada con cautela.

«La Corte no sostiene hoy que la Constitución imponga el aborto a pedido», escribió. «Hoy no se pronuncia que una mujer embarazada tenga derecho absoluto al aborto. Sin embargo, para el primer trimestre del embarazo, arroja la decisión del aborto y la responsabilidad de este sobre el médico tratante».

No obstante, como ha señalado el historiador Daniel K. Williams, Blackmun estaba equivocado. Roe no aceptó ninguno de los argumentos del movimiento provida y entregó una victoria decisiva a los defensores del derecho al aborto. La decisión obligó a 46 legislaturas estatales a reescribir sus leyes de aborto, alineándolas con lo que había sido, hasta entonces, la ley sobre el aborto más liberal de la nación.

La mayoría de los cristianos evangélicos en ese momento lo vieron como una decisión espantosa que no tomó en cuenta el derecho inalienable de la vida. «Esta decisión va en contra, no solo de las enseñanzas morales del cristianismo a través de los siglos, sino también del sentido moral del pueblo estadounidense», argumentó CT en 1973.

La Convención Bautista del Sur, las Asambleas de Dios, la Alianza Cristiana y Misionera, la Iglesia Presbiteriana en América y otras denominaciones aprobaron resoluciones provida en la década posterior a Roe.

En su influyente libro Whatever Happened to the Human Race? [publicado en español como ¿Qué le pasó a la raza humana?], el evangelista Francis Schaeffer y el cirujano pediátrico C. Everett Koop llamaron al aborto el «primer tema crucial», la «piedra angular» para proteger la dignidad de la vida humana.

«Imploramos a aquellos de ustedes que son cristianos que ejerzan toda su influencia para luchar contra la creciente pérdida de humanidad a través de la legislación, la acción social y otros medios a su disposición», escribieron en 1979. «Si no tomamos una posición aquí y ahora, ciertamente no podemos afirmar que somos la sal de la tierra en nuestra generación».

El movimiento casi logró la victoria en 1992. Cinco clínicas abortivas y un médico independiente demandaron a Pensilvania por sus restricciones al aborto, incluido un periodo de espera obligatorio y la notificación al cónyuge o padre. En ese momento, ocho de los nueve jueces habían sido nombrados por los republicanos, aunque se sabía que al menos tres de ellos apoyaban el derecho al aborto.

En la víspera del fallo del caso Planned Parenthood vs. Casey, el presidente de la Corte Suprema, William H. Rehnquist, redactó una opinión mayoritaria votada 5 a 4 que anulaba a Roe.

Luego, en el último minuto, el juez Anthony Kennedy cambió de bando. Se unió a Sandra Day O’Connor y David Souter para elaborar una concesión que permitiría a los estados regular el aborto hasta cierto punto, pero también defender la validez de Roe. Consiguieron que los dos jueces más liberales, Blackmun y John Paul Stevens, firmaran.

Aunque puede haber sido concebido como una «concesión», la decisión de 5 a 4 en Casey fue de hecho una reafirmación de la postura central de Roe, mientras que abandonaba casi por completo su razonamiento legal. La Corte decidió que era crucial reconocer el precedente establecido por Roe, adhiriéndose a la doctrina legal de stare decisis.

La autoridad del precedente en tela de juicio

Cada uno de los tres jueces más nuevos de la Corte planteó preguntas sobre este estándar en los argumentos orales en Dobbs en diciembre.

«Al pensar en stare decisis, que obviamente está en el centro de este caso, ¿cómo deberíamos pensar en ello?», preguntó Barrett.

La juez católica reconoció los beneficios de un sistema que se basa en precedentes, pero argumentó que «parte de nuestra doctrina stare decisis [es] que no es un mandato inexorable y que hay algunas circunstancias en las que la anulación es posible». Ella sacó a relucir múltiples ejemplos, incluyendo un caso de derechos civiles y un caso de derechos LGBT.

Roberts parecía buscar una manera de modificar los fallos anteriores y tal vez establecer un estándar diferente sobre cuánto el aborto podría regularse sin rechazar completamente el derecho constitucional al aborto. Los abogados de ambas partes, sin embargo, indicaron que pensaban que el caso era todo o nada.

«Leí sus escritos», dijo Alito al abogado que defendía los casos Roe y Casey. «Sus informes [dicen] que las únicas opciones reales que tenemos son reafirmar a Roe y Casey tal como están o anularlos en su totalidad. Usted dice que “aquí no hay mediciones a medias”. ¿Es esa una comprensión correcta de su informe?».

Ella estuvo de acuerdo. Y Alito, poco después de la audiencia, comenzó a redactar una decisión audaz que anulaba los fallos de Roe y Casey por completo.

«Anular un precedente es un asunto serio. No es un paso que deba tomarse a la ligera», escribió. «En este caso, cinco factores pesan fuertemente a favor de anular a Roe y Casey: la naturaleza de su error, la calidad de su razonamiento, la “viabilidad” de las reglas que impusieron al país, su efecto disruptivo en otras áreas de la ley y la ausencia de confiabilidad concreta».

La decisión no criminaliza el aborto, pero devuelve la cuestión de la regulación a los estados, donde los votantes y las legislaturas decidirán cuándo una mujer puede o no elegir la interrupción de un embarazo. Algunos estados han aprobado «leyes de activación» que ponen las restricciones en vigor de inmediato.

«Durante demasiado tiempo, las decisiones de los casos Roe y Casey han permitido a nuestra nación hacerse de la vista gorda ante la crítica situación de aquellos que no tienen voz, ante la percepción de estas vidas como una carga en lugar de una bendición. Si bien este fallo es un paso significativo hacia el establecimiento de una verdadera cultura de la vida, el tema del aborto ahora será enviado a los estados», dijo Chelsea Sobolik, directora de políticas públicas de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa Bautista del Sur (ERLC, por sus siglas en inglés).

«Debemos continuar usando nuestro tiempo, talento y recursos para proteger a los niños que aún no han nacido, cuidar a sus madres y abogar por leyes estatales que los protejan a ambos».

Al darse a conocer la decisión el viernes por la mañana, los líderes evangélicos se refirieron a la misma como uno de los días más significativos en la historia del país.

«Estoy agradecido con Dios por este día histórico… un día para celebrar la vida», dijo Doug Clay, superintendente general de las Asambleas de Dios. «[Un día] no para alardear, sino para regocijarse y dar gracias al Señor de la vida. Para continuar nuestros esfuerzos en la creación de una cultura de vida en las comunidades a las que servimos».

Focus on the Family dijo: «Después de 50 años de luchar por los no nacidos, nuestras oraciones han sido respondidas». Las Asociaciones Médicas y Dentales Cristianas lo llamaron una «victoria muy necesaria para la vida y para la atención médica». Y el líder interino de ERLC declaró: «ha comenzado un nuevo capítulo en el movimiento provida».

Los expertos indican que el fallo resultará inmediatamente en una reducción del 10 al 15 por ciento en el número de abortos. A largo plazo, el impacto previsto es menos claro.

«No pretendemos saber cómo responderá nuestro sistema político o nuestra sociedad a la decisión de hoy», escribió Alito. «Solo podemos hacer nuestro trabajo… Por lo tanto, sostenemos que la Constitución no confiere el derecho al aborto».

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Ideas

Cuando Satanás nos invita a un camino atractivo, nosotros obedecemos a Dios

Columnist; Contributor

La humildad es una de las herramientas más eficaces para resistir al diablo.

Christianity Today June 24, 2022
Pablo Heimplatz / Unsplash

En Segunda de Corintios 2:11, el apóstol Pablo dice: «…pues no ignoramos sus artimañas [de Satanás]». Siempre perdonamos a la gente, dice en el versículo anterior, porque sabemos lo que el diablo está tramando, y no caemos en sus trampas. Una lógica similar subyace en la insistencia de Pablo en que los cristianos se pongan la armadura de Dios «… para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo» (Efesios 6:11, NVI). Satanás tiene un plan, pero nosotros lo sabemos, y estamos preparados para poder enfrentarnos a él.

No estoy seguro de cuántos cristianos occidentales hoy en día podrían hacer eco de los sentimientos de Pablo. Muchas iglesias, ansiosas por no parecer espeluznantes, raras o preocupadas de forma insana por el diablo, tiran al bebé junto con el agua de la bañera. Apenas si lo mencionan, y mucho menos le enseñan a la gente cómo planea destruirlos y qué deben hacer al respecto. Más de un puñado de personas que profesan ser cristianos no creen en él en absoluto, y justo eso es lo que él quiere. «El mayor truco que ha hecho el diablo», bromea Verbal Kint en The Usual Suspects [Los sospechosos de siempre], «es convencer al mundo de que no existe».

Obsesionarse con el diablo nos vuelve temerosos y paranoicos, pero ignorarlo por completo nos hace ingenuos y desprevenidos. Por eso es significativo que dos de los cuatro Evangelios nos ofrezcan relatos detallados de la campaña de guerrilla de Satanás contra el Señor Jesús (Mateo 4:1-11, Lucas 4:1-13). Reflexionar sobre cómo Satanás atacó a Jesús —y cómo nuestro Señor se mantuvo firme— puede resultar esclarecedor.

Según Mateo, inmediatamente después de ser bautizado, «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo» (4:1, NBLA). (Merece la pena recordar esto al pensar en la reciente controversia sobre el Padre Nuestro y sobre si Dios alguna vez metería a su pueblo en tentación). Como han señalado algunos comentaristas, el Espíritu estaba conduciendo a Jesús «hacia abajo»: desde Galilea hasta el Jordán, luego hacia el agua, y después aún más abajo hacia el desierto. El diablo, en cambio, quería llevarlo «hacia arriba»: a la ciudad santa, al pináculo del templo (v. 5), a un monte muy alto (v. 8). ¿La lección? A Satanás le encanta elevar a las personas antes de tiempo —para poder tentarlas mejor por medio de su orgullo, su desempeño personal, o haciéndolas ceder ante el mundo—, y tenemos que protegernos de él mediante la humildad y el servicio. Cuando Satanás nos invita a un camino alto y atractivo, nosotros seguimos el camino bajo en obediencia a Dios.

El primer ataque explícito de Satanás llegó con su primer reto: «Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan» (4:3). Jesús acababa de escuchar a su Padre declarar: «Este es mi Hijo amado en quien me he complacido» (Mateo 3:17), pero desde que eso sucedió, Jesús fue conducido al desierto, y no comió nada en cuarenta días. Así que Satanás no solo atacó su hambre, sino su calidad de Hijo. Si Dios realmente te amara tanto como dice, no te haría pasar tanta hambre, ¿verdad?

La siguiente salva de Satanás comenzó con la misma insinuación, pero apuntó a la confianza de Jesús en las Escrituras: «Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está…» (Mateo 4:6). El teólogo F.D. Bruner señala que mientras que la primera tentación se centró en la debilidad de Jesús (el hambre), la segunda se centró en su fuerza (la fe). Dices que confías en la Biblia, pero ¿lo haces realmente? ¿Qué pasa con los textos difíciles o que te traerán un costo personal? ¿Pondrás tu dinero como prueba de que crees en lo que dices?

El tercer ataque fue el más descarado: «Todo esto [reinos] te daré, si te postras y me adoras» (4:9). El diablo había intentado provocar en Jesús orgullo, inseguridad e incredulidad; en esta ocasión intentó hacerlo caer en la idolatría: elevar la misión (en el caso de Jesús, el Reino) por encima de Dios. Pero una vez más, Jesús se mostró decidido. Por tercera vez, respondió citando el mismo libro de Deuteronomio: «Porque escrito está…» (v. 10). Inmediatamente, Satanás lo dejó, y Jesús recibió comida y ángeles, justo lo que Satanás le había ofrecido en las dos primeras pruebas. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas (Mateo 6:33, NVI).

Si queremos saber quién es nuestro enemigo, Mateo 4 es un buen punto de partida. Satanás odia la humildad, nuestra calidad de hijos de Dios, las Escrituras y la adoración. Hará todo lo que pueda para corroerlos como ácido, y es mucho más probable que se salga con la suya si no sabemos lo que pretende. Pero, gracias a Dios, no ignoramos sus artimañas. Está escrito.

Andrew Wilson es pastor de enseñanza en la iglesia King's Church en Londres, Inglaterra, y es autor de Spirit and Sacrament (Zondervan). Síguelo en Twitter @AJWTheology.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Ideas

Cómo debemos responder los cristianos tras la anulación del caso ‘Roe’

President & CEO

Una respuesta fiel a la decisión de la Corte Suprema debe incluir nuevas prácticas de atención y cuidado.

Christianity Today June 24, 2022
Ilustración por Joe Anderson

Una de las mejores partes de asistir a la iglesia Perimeter Church al norte de Atlanta era observar el estacionamiento especial para familias jóvenes. Furgonetas de tamaño industrial entraban cada domingo repletas de niños. No se trataba de servicios de transporte que recogían niños de los barrios locales para llevarlos a la iglesia, sino de furgonetas unifamiliares llenas de niños que habían sido adoptados nacional e internacionalmente, muchos de ellos con necesidades especiales.

Las familias de la iglesia Perimeter han adoptado a más de 100 niños en los últimos 13 años, debido en gran medida a un ministerio incubado dentro de la iglesia. Llamado así por la declaración del Salmo 68:6 de que «Dios hace habitar en familia a los solitarios», Promise686 ha apoyado casi 500 adopciones mediante subvenciones y otras ayudas. El ministerio apoyó la adopción de mi hija, cuyo defecto cardíaco congénito probablemente habría sido fatal de haber permanecido en el sistema estatal de orfanatos de China.

Ministerios como Promise686 serán fundamentales ahora que la Corte Suprema de Estados Unidos ha anulado el dictamen del caso Roe contra Wade (Roe). Celebramos la sentencia del caso Dobbs contra Jackson. La santidad y la dignidad de toda vida humana sigue siendo la cuestión moral más importante de nuestro tiempo, y cinco décadas de decir que lo malo es bueno ha distorsionado la visión moral de nuestra cultura. La anulación de Roe es un testimonio de una larga fidelidad, transmitida por generaciones de padres a hijos, en la lucha por la vida y la dignidad de las personas en todas las etapas de su desarrollo. Podría ser el logro moral más importante de una generación.

Pero, ¿cómo deberá verse una respuesta fiel a este éxito? La anulación de Roe le regresa a cada estado la libertad de decidir su propia política pública en cuanto al aborto, y muchos prohibirán —o ya han prohibido— el aborto. En palabras de Jedd Medefind, presidente de la Christian Alliance for Orphans [Alianza Cristiana por los Huérfanos], «nacerán muchos niños que de otra forma habrían sido abortados», y muchos de ellos serán recibidos por padres «que están exhaustos y luchando».

¿Es la adopción la respuesta? Probablemente no. En el mejor de los casos, es solo parte de la respuesta.

El movimiento cristiano de adopción en Estados Unidos fue impulsado por el mandato bíblico y el deseo compasivo de cuidar del huérfano y la viuda. Innumerables familias han hecho hermosos sacrificios y han sido bendecidos al abrir sus hogares a niños que se encontraban en gran necesidad.

Pero luego llegó otra complejidad moral. Muchos niños adoptados, separados de sus comunidades y culturas originales, crecieron, conocieron sus historias y experimentaron una profunda sensación de pérdida y desconexión. En algunos casos, la adopción había sido una decisión correcta y necesaria; pero en otros, no estaba claro si la adopción había servido bien al «huérfano» o a la «viuda» (en este caso, la madre biológica).

La gran disponibilidad de familias estadounidenses dispuestas a gastar decenas de miles de dólares en un proceso de adopción también llevó a que, en algunos países, traficantes ingresaran niños al sistema de adopción cuyas familias biológicas en realidad deseaban quedarse con ellos.

El movimiento de adopción evolucionó. Este proceso de evolución fue impulsado, en parte, por las madres adoptivas que tenían sentimientos encontrados: amaban y celebraban la adopción de sus hijos, pero lamentaban el trauma de la separación por el que habían pasado los niños y sus madres biológicas. También fue impulsado por un compromiso cada vez más profundo con el sistema de protección social de acogimiento familiar. Por un lado, había niños que sufrían abusos o negligencia grave y que claramente requerían los cuidados de una familia de acogida, o incluso ser adoptados; por otro lado, hubo casos de madres e hijos que, de haber recibido atención y cuidado, podrían haber prosperado juntos.

Promise686 sigue sirviendo en casos de adopciones, pero ahora también ha apoyado 6550 colocaciones de niños en familias de acogida, arropando a las familias de acogida con «comunidades de cuidado» para ayudarlas y animarlas, y mejorar así sus resultados.

También ha trabajado para evitar que los niños caigan en el sistema de acogida en primer lugar, apoyando a familias en crisis, y que los niños se mantengan con sus madres siempre que sea posible de forma segura. En palabras de su presidente, Andy Cook, «las iglesias son necesarias en todos los puntos del proceso continuo, desde la prevención hasta la adopción permanente, pasando por la intervención y los servicios de acogida».

O pensemos en la organización Every Mother's Advocate (EMA, por sus siglas en inglés) de Florida. Después de tres años prestando servicios de acogida y tras una adopción, la fundadora, Charlee Tchividjian, había visto suficiente de «los retos sistémicos y la ruptura a la que se enfrentan las madres una vez que sus familias se han visto involucradas en el sistema de bienestar infantil». La mayoría de los traslados de niños, dice, se deben simplemente a la incapacidad de las madres para satisfacer las necesidades fundamentales del niño. «Para una madre en crisis», dice Tchividjian, «contar con un sistema de defensa puede cambiarlo todo». EMA presta sus servicios con familias que están al borde de que sus hijos sean retirados por el sistema de bienestar infantil, y el 88 % de sus defendidos han pasado de la crisis a la estabilidad.

¿Cómo deberían entonces los cristianos provida celebrar el fin de Roe? Quizá asociándose con ministerios como éste. «Cuando se defiende a una madre», dice Tchividjian, «se preservan familias; las estadísticas del sistema de acogida se desploman; y los conductos que conducen del sistema de acogida hacia la pobreza, la prisión, la adicción y la falta de hogar comienzan a desvanecerse lentamente».

El fin de Roe honrará la santidad de la vida humana y traerá niños al mundo de forma segura. También traerá consigo dificultades reales para muchas madres. La mejor manera de celebrar a los niños que nacerán con la desaparición de Roe es amar a las madres que los criarán.

Timothy Dalrymple es presidente, director general y editor en jefe de Christianity Today.

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Church Life

Cuando las iglesias se convierten en mafias

El reporte reciente de abusos de la SBC muestra que las iglesias a menudo priorizan la unidad tribal y su propia seguridad sobre la verdad.

Christianity Today June 21, 2022
Ilustración por Mallory Rentsch / Source Images: WikiMedia Commons / cyano66 / Getty

Este artículo fue adaptado del boletín de Russell Moore. Suscríbase aquí. [Los enlaces redirigen a contenido en inglés].

Si alguna vez quiere hacer algo lindo por mí, por favor no me envíe flores.

Si viera un ramo frente a mi puerta, muy probablemente tendría una respuesta suprarrenal refleja. Eso se debe a que por años, en el contexto de mi iglesia Bautista del Sur, se solía decir que había un líder en la denominación (que se creía una especie de líder partidista o incluso un obispo) que enviaba un ramo de flores con nada más que una tarjeta con su nombre a quienes habían hecho algo que no le parecía. Las flores significaban algo como «estás muerto para mí», «sé lo que hiciste» o algo parecido.

La primera vez que escuché esto, me detuve y pensé: «Espera, esto se parece a la mafia».

Debo aclarar que no sé cuántas personas recibieron las famosas flores. Cuando los jóvenes preguntaban al respecto, el líder se sonreía y miraba hacia otro lado. Tal vez la leyenda fue siempre más grande que la realidad. Pero la leyenda es más que suficiente para crear miedo e intimidación.

Y detrás de la leyenda está la realidad completa. Esa a la que el resto del mundo puede ahora echar un vistazo, después de que la publicación [enlace en español] de una investigación independiente describiera una cultura de encubrimiento, represalias y obstrucción por parte del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur (SBC, por sus siglas en inglés) en materia de abuso sexual en la iglesia, así como de los supervivientes de abuso sexual, y los defensores y denunciantes que los apoyaron.

Desde entonces, muchas personas ajenas a la denominación que han estado viendo los procedimientos oficiales me han llamado o enviado mensajes describiendo, palabras más, palabras menos, lo escalofriante que encuentran la amabilidad sureña —con todos llamándose mutuamente «hermano fulanito»— dadas las circunstancias.

A algunas de ellas les pasé el tuit del periodista en materia de religión Bob Smietana [enlace en inglés]: «Para aquellos que son nuevos en cuanto a la política de la SBC. Hay muchas cosas detrás cuando las personas se llaman unos a otros “hermano”, cuando dicen que quieren “cambiar de dirección” o cuando le dicen a alguien “te aprecio”. De frente todo es “Dios te bendiga”, la Biblia y el manual de orden y comportamiento, pero por detrás, hay puñaladas traperas».

Puñaladas, sí. Y también ramos de flores.

No se trata solo de que una mafia de Mayberry pueda esconder tácticas habituales de obstrucción política detrás de la retórica melosa de «querido hermano» y cosas así, sino también de que este tipo de gente, muy a menudo, se aprovecha de que otros priorizan genuinamente la «unidad», la «cooperación» y el «amor filial».

Unos meses después de que salí de la denominación, un reportero me detuvo cuando estaba defendiendo a los bautistas del sur por algún motivo y me preguntó por qué lo hacía, a lo cual le respondí: «Porque los amo y el 90 % de ellos son gente increíble». Él me respondió: «Creo que las matemáticas no son tu fuerte». Tal vez haya habido algo de Síndrome de Estocolmo detrás de mis palabras, como él quiso dar a entender. Tal vez soy alguien que no puede permitirse pensar de otra manera.

Tal vez. Pero mi afirmación es verdadera, aunque quizá no sea del todo correcta matemáticamente hablando. Hay muchas buenas personas en sus bancas. La gran mayoría de ellos nunca hubieran imaginado que alguien usaría tácticas de la mafia en su nombre y sobretodo, nunca hubieran tolerado el maltrato de los supervivientes de abuso sexual en el nombre de Jesús.

Aún lo creo. Pero no importa si la gente no reconoce que detrás de bambalinas todo se maneja al estilo de la mafia, o si no entienden cómo funciona.

El primer medio por medio del cual opera es el miedo al exilio. Las flores en tu puerta —ya sean literales o metafóricas— no son una amenaza de asesinato. Son una amenaza de expulsión de la tribu, de marginar a alguien a tal punto que todos los que escuchen sientan la amenaza de exilio pendiendo sobre ellos.

Esto funciona de forma mucho más efectiva en las iglesias locales. Si un superviviente se revela como tal y habla de su experiencia, se le puede decir que está dividiendo a la congregación y entorpeciendo el testimonio de la iglesia. Quienes estén de su lado muy pronto serán llamados «generadores de controversia». A partir de allí, la gente encuentra otras maneras (más populares) de mostrarle a los demás que quienes buscan una reforma no son realmente «uno de nosotros».

Rob Downen, el periodista del Houston Chronicle que exhibió la crisis de abuso sexual en la SBC, detalló en un muy perspicaz hilo de Twitter el contexto de la crisis actual, incluyendo el uso de términos como «Teoría crítica de la raza» (CRT, por sus siglas en inglés) para demonizar a quienes son considerados muy «liberales».

De hecho, el sociólogo Ryan Burge demostró con las estadísticas de análisis de búsquedas de Google que CTR generó una controversia en la SBC dos años antes de que el concepto se visibilizara en las guerras culturales de los Estados Unidos. Hubiera sido más fácil encontrar a un hombre bautista del sur vegano en un desayuno de oración que a alguien que fuera bautista del sur y creyera en la teoría crítica de la raza. Pero es precisamente por eso que la táctica es tan efectiva.

Imaginen que en una congregación local, el hermano Tommy, uno de los diáconos, dice: «Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, uno es». Un grupo de personas comienza a expresar su «preocupación» por el unitarismo del hermano Tommy. Ellos empiezan a compartir enlaces de wikipedia sobre qué es el unitarismo y cómo es una herejía que no llevará a nada bueno.

Incluso, puede que contraten a un ateo para decir que, efectivamente, el hermano Tommy es un unitario y eso no es compatible con la doctrina cristiana (tal vez fui muy lejos con esto último, pero dado que solo es una parábola, sigamos con ella).

El hermano Tommy está de acuerdo en que el unitarismo es una herejía; él es un firme creyente en la Trinidad. En su oración, él estaba citando un versículo de Deuteronomio 6, el cuál está en armonía total con la doctrina de la Trinidad. Cuando la iglesia comienza a decir que está preocupada por el unitarismo que está surgiendo en su iglesia, el hermano Tommy es tomado por sorpresa.

Él no está defendiendo el unitarianismo: él lo odia. Y eso no existe en esa iglesia. De hecho, él sabe que lo que sí está surgiendo es politeísmo. Pero si él trae a colación la Sociedad Politeísta que se ha venido reuniendo todos los miércoles, se le dice que «deje de ser divisivo».

Cuando él subraya el peligro de los postes de Asera que algunas personas quieren poner en el bazar de la iglesia, se le pide que deje de «traer división». Cuando él cita Deuteronomio 6 se le dice que se «olvide de la política y que se limite a predicar el evangelio». De esta manera, para acabar con el unitarismo (que nunca fue un problema real en esa iglesia en ese momento), el hermano Tommy tiene que explicar primero cómo es que Deuteronomio 6 no defiende el unitarianismo.

Entonces, las personas que pueden ver lo que hay detrás de todo esto —quienes han conocido al hermano Tommy por años y saben que no hay ningún unitario siquiera cerca de la iglesia— comienzan a hablar de cómo están «tomando una posición contra el unitarismo», con la esperanza de acallar a las multitudes y mantener una buena relación con los que están acusando a otros falsamente de unitarismo, porque, ¿qué más puede hacer uno?

Al final, el hermano Tommy es considerado demasiado «tóxico» como para tenerlo cerca, nadie está prestando ni un ápice de atención a la Sociedad Politeísta que acaba de colocar otra estatua de Zeus, y todavía no hay ni un solo unitario a la vista. Y tal vez algunas de las personas que creen en Deuteronomio —después de que se les haya dicho que ese libro defiende el «unitarismo»— podrían realmente convertirse en unitarios.

Es un laberinto de confusión. Si, además de todo eso, también les suceden cosas muy malas a personas vulnerables, bueno, ¿quién tiene tiempo para hablar de eso? Al menos los llamados «unitarios» han sido derrotados.

En un contexto eclesiástico, cualquier tipo de reforma sobre cuestiones reales puede resultar difícil porque esas cuestiones no pueden ser abordadas ni por los de dentro ni por los de fuera.

A los que se queden se les dirá —en especial si tienen un cargo en la iglesia— que no pueden mostrar deslealtad tratando de «destruirlo todo». Así que a menudo intentan el lento proceso de trabajar «a través del sistema», tratando de hacer todo de la «manera correcta» porque, si no lo hacen, eso —y no el abuso— se convertirá en el problema.

A menudo se encuentran con un obstáculo tras otro, viéndose obligados a luchar en otros quince frentes diferentes —a menudo en contra de cuestiones imaginarias o exageradas— para que luego los demás puedan decir: «Ves, siempre están intentando causar problemas».

Después de cada intento bloqueado, se les dirá: «Tengan paciencia. Confíen en el proceso. No queremos ninguna “opinión controversial” con respecto a este problema tan nuevo y repentino que descubrimos hace apenas veinte años». Detrás de todo eso habrá un llamado a la responsabilidad: «Ustedes son líderes de esta iglesia y no pueden fomentar la división. No podemos arreglar esto en el caos. Tienen que respetar a los otros líderes y superar esto».

Cuando no ocurre nada —y quienes piden la reforma sufren tantas puñaladas y obstáculos, acompañados a menudo de gaslighting, chantaje y guerra psicológica— puede que intenten hablar directo con la congregación, en los términos más educados, para anunciar que hay un problema. Y cuando la gente sigue ignorándolo, entonces tal vez se aventuren a decir explícitamente lo que han experimentado.

Pero saben que entonces el problema será la «manera» en que trataron el asunto. No deberían haberlo hecho así. Si lo dicen públicamente, se les dirá que están «destruyéndolo todo para hundir a todos junto con ellos». Si lo dicen en privado a los líderes, y otros se enteran, se les acusará de decirlo en privado sabiendo que al final se haría público.

En ese momento —después de que muchos de sus amigos y mentores finjan no conocer siquiera a los «alborotadores»— pueden concluir que simplemente no hay nada que puedan hacer. Y entonces, se irán.

Ahora, las personas que antes decían que sería inapropiado hablar porque tenían responsabilidades dentro de la iglesia, ahora les dicen que es inapropiado hablar porque están fuera. «Tú te fuiste; no tienes derecho a opinar sobre esto» o «Decir algo sobre esto sería como exclamar “te lo dije” y eso sería inapropiado». Esto puede ocurrir incluso después de que se demuestre que lo que han dicho es cierto.

Si esto le pasa a la gente con poder en una congregación, ¿cuánto peor será para quienes sufren los crímenes o los abusos, que no tienen ni voz ni poder? Uno de ellos podría ver lo que les ocurre a quienes intentan llamar la atención sobre la mafia que da poder al problema y concluir que nunca tendrá una oportunidad de salir victorioso. Incluso podría empezar a creer que los abusadores y sus protectores tienen razón y que él o ella es impío, satánico o «loco».

Y así, el mensaje que se proyecta al resto de la comunidad es: «No quieres ser ese tipo» o «No quieres ser como ella».

Este no es un problema exclusivo de los bautistas del sur. Puede ocurrir en cualquier iglesia, en cualquier congregación, en cualquier institución. En la vida de los bautistas del sur funciona bien porque ser bautista, es decir, pertenecer a los bautistas, es parte de lo que se nos enseñó desde que nacimos. Pero esto puede ocurrir en cualquier lugar.

El primer paso para conseguir algún tipo de justicia para cualquier persona es romper el poder del miedo al exilio. Y eso es difícil de hacer. Pero, con el tiempo, la gente empezará a distinguir la diferencia entre «convicción» y amenazas mafiosas, entre «resurgimiento» y política del poder, entre predicación y demagogia, entre cortesía y complicidad.

Hace casi 30 años, escuché varios buenos sermones de varias personas que hacían referencia a la advertencia de Elton Trueblood sobre una iglesia de «flores cortadas», en la que un ramo en un jarrón puede parecer vivo y encantador, pero cuando se separa de la raíz, solo tiene la apariencia de vida. Eso es cierto. Y no solo aplica a las personas que pierden su fe por el liberalismo, sino a quienes se alejan de Cristo por cualquier motivo. En cualquier contexto, las mafias, ya sean reales o metafóricas, solo funcionan si lo único que importa es la seguridad y el sentido de pertenencia.

Las flores solo pueden asustarte hasta que te das cuenta que han estado muertas todo el tiempo.

Russell Moore dirige el Proyecto de Public Theology de Christianity Today.

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

Theology

El solsticio de verano nos recuerda la gracia de Dios para todos

El Señor permite que el sol salga sobre buenos y malos. Aquí su importancia.

Christianity Today June 17, 2022
Mathieu Bigard / Unsplash

En el primer día del verano del hemisferio norte, el sol permanece por largas horas en el cielo; por eso se suele llamar «el día más largo del año». En realidad, la posición del sol no será diferente a la habitual, pero nuestra percepción sí lo será debido a la inclinación de la Tierra sobre su eje cuando orbita alrededor del Sol.

Donde yo vivo, en el Atlántico medio de los Estados Unidos, disfrutaremos de más de catorce horas de luz solar, pero para los que viven mucho más al norte —en lugares como Svalbard, Noruega— el sol sencillamente no se pondrá. (La gente del hemisferio sur disfrutará del mismo fenómeno seis meses más tarde, cuando se intercambien las estaciones).

Tradicionalmente, el solsticio de verano ha sido un momento de celebración, hogueras y verbenas: ha inspirado historias como El sueño de una noche de verano de Shakespeare e incluso la construcción de maravillas arquitectónicas [enlaces en inglés] como Stonehenge y la gran pirámide de Guiza.

Para muchas culturas paganas, la mitad del verano era un tiempo de rituales y sacrificios, puesto que los humanos adoraban al sol como la fuente de la vida. Pero hay una diferencia entre adorar al sol y adorar a la luz del sol. Y, sorprendentemente, al menos para nuestra sensibilidad moderna, las Escrituras nos invitan a hacer esto último.

El Salmo 19 —el salmo que nos cuenta que «los cielos declaran la gloria de Dios»— nos llama a meditar en la órbita del sol según va trazando su camino por el cielo. El autor lo compara a un atleta que corre por un circuito:

Sale de un extremo de los cielos
y, en su recorrido, llega al otro extremo,
sin que nada se libre de su calor. (v. 6, NVI)

Para el salmista, el arco de la órbita solar (la misma órbita que hace que el solsticio de verano sea tanto posible como predecible) revela algo del carácter de Dios. En otro lugar, las Escrituras aluden al papel de la órbita solar en la definición «de los días y de los años» (Génesis 1:14-19), mientras que el paso constante de las estaciones nos habla de la fidelidad de Dios mismo. Así le promete el Señor a Noé después del diluvio:

Mientras la tierra exista,
habrá siembra y cosecha,
frío y calor,
verano e invierno,
y días y noches. (Génesis 8:22)

Encontrar verdades teológicas en los fenómenos naturales puede parecer extraño para los lectores modernos —y quizá puede que incluso dé la sensación de paganismo—, pero esta hermenéutica encaja perfectamente con la tradición de la teología natural o la revelación general.

El mundo natural es una de las primeras maneras en que Dios se reveló a sí mismo a la humanidad desde el principio de los tiempos. Y, por lo tanto, aunque estamos más acostumbrados a conocer a Dios a través de los textos sagrados y de las proclamaciones proféticas, los santos de la historia le han encontrado a través de su creación.

En un himno de principios del siglo XIII, el Cántico del hermano sol (basado en el Salmo 104), San Francisco de Asís alaba a Dios por medio de la grandeza del sol:

Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Pero la revelación general también conlleva una especie de advertencia, recordándonos dónde estamos en relación con nuestro Creador. Por mucho que minimicemos nuestra vulnerabilidad o intentemos escapar de la incómoda verdad de nuestra dependencia, el mundo natural es capaz de devolvernos a la realidad.

Cuando los amigos de Job le amonestan por culpar a Dios de su sufrimiento, Job les recordó que incluso los animales saben que su bienestar descansa en las manos del Creador. «Pero interroga a los animales, y ellos te darán una lección; pregunta a las aves del cielo, y ellas te lo contarán; habla con la tierra, y ella te enseñará; con los peces del mar, y te lo harán saber. ¿Quién de todos ellos no sabe que la mano del Señor ha hecho todo esto? En sus manos está la vida de todo ser vivo, y el hálito que anima a todo ser humano» (Job 12:7-10).

Sencillamente, no podemos eludir el testimonio de la creación: somos criaturas dependientes cuya única esperanza está en nuestro Creador.

Al meditar en el solsticio de verano en nuestra tierra que gira alrededor de una abrasadora masa de gloria, no puedo evitar pensar en lo frágil que es nuestra vida en este planeta. La inclinación correcta del eje, la distancia adecuada, la longitud de órbita necesaria: todo sostenido por Aquel que lo puso en movimiento en primer lugar y lo mantiene en un acto de creación continua.

A la luz de todo esto, comprendo por qué la gente ha adorado al sol. Comprendo lo fácil que es ver al mismo sol como tu fuente de vida, darte cuenta de lo dependiente que eres de sus rayos y reaccionar al respecto. Pero nuestra dependencia solo es la mitad de la historia. El mundo natural —específicamente, el sol— también revela la bondad y la gracia del Dios del que dependemos.

Regresando al Salmo 19, David sugiere que la gloria de Dios es como el calor del sol: «sin que nada se libre de su calor» (v. 6). La presencia de Dios impregna cada recoveco y rendija de la tierra. Esta va «por toda la tierra (…) hasta los confines del mundo» (v. 4).

Pero así como Dios se revela generosamente como la fuente de nuestras vidas, también se muestra generoso y su gracia nos cambia.

En el sermón del monte, Jesús apela a la órbita solar para enseñar una nueva ética del reino de los cielos. Como hijos de nuestro Padre, dice, no solo debemos amar a nuestros amigos, sino también a nuestros enemigos, y orar por aquellos que nos persiguen. Y debemos hacerlo porque esto es lo que nuestro Padre hace.

Nuestro Padre «hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos» (Mateo 5:45). Él no diferencia entre los que se merecen los tibios rayos del sol y los que no; Él extiende la gracia de la vida a todos: incluso a los que se resisten a Él o incluso lo odian.

Cuando sentimos el brillo del sol sobre nuestro rostro, cuando festejamos bajo sus rayos extendidos, recordamos que nuestras vidas dependen de su calidez de un modo muy real y práctico. La energía que brilla desde el cielo permite que las plantas crezcan y sostiene a todos los que llaman hogar a esta tierra. Esa luz cae sobre todos —sin importar que amemos y adoremos al Creador o no— y es la misma luz que nos instruye en su camino.

Cuando la autosuficiencia y la ingratitud nos tientan a olvidarnos de la fuente de la vida (Jeremías 5:24), oramos para que la bondad de Dios, al igual que el sol, continúe brillando sobre nosotros y nos conduzca al arrepentimiento. Oramos para poder estar abiertos a lo que esta luz nos enseña y a aquello que nos hará más parecidos a nuestro Padre del cielo: un Padre tan rico y cariñoso que los rayos de su amor inundan toda la tierra, para que nada se pueda esconder de ellos.

Hannah Anderson es la autora de Turning of Days, All That’s Good, y Humble Roots: How Humility Grounds and Nourishes Your Soul.

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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Church Life

Iglesia escocesa que cree en la complementariedad de los sexos enseña a las mujeres a predicar

Una red de plantación de iglesias en los barrios más pobres de Edimburgo desafía las normas de género.

Natasha Davidson (izquierda) y Sharon Dickens (derecha) son líderes de mujeres en la comunidad de Niddrie.

Natasha Davidson (izquierda) y Sharon Dickens (derecha) son líderes de mujeres en la comunidad de Niddrie.

Christianity Today June 17, 2022
Kieran Dodds

El año pasado, una tarde de domingo fría y gris —por casualidad era el día de Halloween— me encontré en el asiento trasero de un Mini Cooper negro y plateado, saltando los reductores de velocidad por las estrechas calles de un suburbio de Edimburgo.

Iba de regreso de un almuerzo con la pastora de una iglesia que trabaja en un proyecto de viviendas en proceso de aburguesamiento, también conocido como scheme (esquema), al sureste de la capital escocesa.

De repente, mi nueva amiga Tasha, de 34 años y oriunda de los esquemas de la ciudad, frenó y bajó la ventanilla.

«¡Eh!», gritó, llamando la atención de una pandilla de chicos en edad escolar. «¿Qué están haciendo?». Estaban tirando piedras a las ventanas de un segundo piso. Tasha pasó uno o dos minutos reprendiéndolos, y los chicos siguieron su camino tímidamente.

«Los conozco», explicó. Pero no hacía falta. Ya había deducido que Tasha era conocida y respetada en su comunidad. Tasha, cuyo nombre completo es Natasha Davidson, supervisa el ministerio de mujeres en la iglesia que yo fui a visitar, Niddrie Community Church.

La congregación forma parte de una creciente red de plantación de iglesias llamada 20schemes, cuyos líderes sueñan con iniciar o revitalizar 20 iglesias en 20 proyectos de viviendas de Escocia. Hasta ahora tienen seis iglesias, y otros cinco equipos se están preparando para plantar iglesias nuevas. Los proyectos suelen tener una fuerte identidad comunitaria y tratan de no cruzarse con los proyectos vecinos. Por ello, 20schemes tiene tres iglesias en tres comunidades distintas, aunque se encuentren a poca distancia entre ellas.

Personalmente, me atrajo el hecho de que 20schemes se centrara en las mujeres. A lo largo de mi vida, he estado inmersa en círculos complementarios que valoraban a las mujeres, pero que también tenían una teología de la jefatura masculina en la iglesia y el hogar. Viví de primera mano esta ideología, primero como hija de pastor en una pequeña iglesia en la región de Nueva Inglaterra, luego mientras asistía a la iglesia de Timothy Keller como estudiante universitaria en la ciudad de Nueva York y, más tarde, como estudiante del Seminario Teológico Bautista del Sur y miembro del personal de una iglesia bautista del sur.

Había participado en un sinfín de conversaciones y escrito múltiples artículos sobre el papel de la mujer mientras ordenaba mis propios puntos de vista. Había sido testigo de cómo las iglesias adoptaban distintos enfoques sobre el ministerio de género, independientemente de su postura teológica: desde iglesias como la mía, que solo ofrecen espacios mixtos, hasta congregaciones que contratan a mujeres líderes y organizan muchos eventos solo para mujeres.

Y había observado con simpatía los acalorados debates en línea entre evangélicos estadounidenses sobre divisiones doctrinales y las experiencias de abuso sexual o espiritual entre las mujeres a manos de pastores varones.

Sin embargo, nunca había visto nada parecido a 20schemes. Allí se ve a las mujeres y se les llama. Allí, las iglesias contratan activamente a mujeres, las promocionan y se centran de forma desproporcionada en ministrar a las mujeres.

La cultura del esquema es intrínsecamente matriarcal. Los hombres están en gran medida ausentes o son pasivos en los proyectos de vivienda, me comentaron los líderes, y al menos la mitad de los hogares están encabezados por madres solteras. Muchas mujeres han sufrido violencia y abusos y, por tanto, desconfían de los hombres.

En este contexto, equipar y elevar a las mujeres para que alcancen a sus propias comunidades y las cuiden parece la estrategia obvia, y los líderes de la iglesia la han adoptado. A través de los ministerios de su iglesia local y de su asociación con la Escuela de Teología de la Unión de Gales, Niddrie y la red 20schemes educan a mujeres urbanas desfavorecidas y capacitan a muchas de ellas para que se conviertan en líderes de la iglesia.

La iglesia Niddrie Community Church forma parte de la red 20schemes, cuyo objetivo es llegar a las zonas más pobres de Escocia, plantando iglesias en esquemas, predominantemente propiedades del ayuntamiento con problemas crónicos de desempleo y adicción.Kieran Dodds
La iglesia Niddrie Community Church forma parte de la red 20schemes, cuyo objetivo es llegar a las zonas más pobres de Escocia, plantando iglesias en esquemas, predominantemente propiedades del ayuntamiento con problemas crónicos de desempleo y adicción.

Las iglesias de los esquemas se sienten como si fueran el último lugar en el que uno encontraría una convicción doctrinal inflexible sobre la jefatura masculina. Pero eso es lo que más me intrigó de 20schemes: a pesar de centrarse en las mujeres, la red se aferra con firmeza y sin pedir disculpas a la teología reformada y a su creencia en los distintos roles de cada género.

«En lo que a mí respecta, la Biblia es clara», me dijo el pastor de la Iglesia Comunitaria de Niddrie y director de 20schemes, Mez McConnell. «El liderazgo de la iglesia es masculino. Los dirigentes de la iglesia son varones. Y eso se extiende a la vida familiar. Todo lo demás está en juego».

McConnell tiene 49 años y mide apenas 5 pies y 4 pulgadas [1.65 m], aunque siempre lleva un gorro en la cabeza, que le proporciona unos centímetros de más. Rara vez esboza una sonrisa, y su cáustico ingenio suele ofender la sensibilidad de la clase alta estadounidense.

«Estos tontos igualitarios me odian porque dicen que odio a las mujeres», me dijo McConnell. Dice que el término complementario significa muy poco en los esquemas, pero también tiene algo que decirle a aquellos a los que el término les importa: «Los complementarios no están capacitando a ninguna mujer».

McConnell protege ferozmente a las mujeres de su congregación. Él también sabe lo que es quedarse fuera de las oportunidades de liderazgo y ser excluido de la educación teológica. En su libro The Least, the Last and the Lost [Los más insignificantes, los últimos y los perdidos] McConnell recuerda que un líder de la iglesia le dijo: «La universidad bíblica no es para tipos como tú, Mez. Limítate a amar a Jesús y estarás bien» [Los enlaces en este artículo redirigen a contenidos en inglés].

Aunque McConnell no es nativo de los esquemas, creció en la pobreza y pasó tiempo en las calles y en la cárcel. Puede identificarse con la cultura de los esquemas, donde ahora vive con su mujer, Miriam, y donde ha criado a sus dos hijas.

«La suposición tácita parecía ser que los tipos “como yo” no necesitaban conocer la Biblia tan profundamente», escribió. «Nunca oí una voz como la mía, ni conocí a una persona de mi origen en la iglesia, salvo si había una noche de testimonios en algún lugar».

Tras la Primera Guerra Mundial, el Parlamento británico aprobó la Ley Addison para construir 500 000 viviendas en tres años, de las cuales se construyeron menos de la mitad. Se concentraron en complejos de viviendas gestionados por los ayuntamientos y son conocidas como bienes del ayuntamiento. En Escocia, se conocen como esquemas.

Escena de Niddrie, Edimburgo.Kieran Dodds
Escena de Niddrie, Edimburgo.

Antes de la Primera Guerra Mundial, el 1 % de la población británica vivía en casas del ayuntamiento, pero para 1938 esa cifra había aumentado al 10 %. En 1961, había aumentado a más de una cuarta parte de la población del Reino Unido, incrementando la división entre la clase trabajadora y la clase media.

Esa división tiene implicaciones para los plantadores y líderes de iglesias. Muchos residentes de los esquemas no tienen acceso a un vehículo, y pueden no tener los fondos necesarios para los pasajes de autobús. Solo un par de docenas de iglesias evangélicas funcionan en los barrios más pobres de Escocia, según McConnell.

«La brecha entre la iglesia evangélica y los que viven y mueren en los planes de vivienda, los esquemas y las urbanizaciones municipales es tan grande como nunca antes», escribe McConnell en su libro. «El error se encuentra en el ámbito de la iglesia local. Se trata de los pastores y los líderes de la iglesia que, de forma muy evidente, no consideran que el ministerio evangélico en los esquemas y los planes municipales sea una prioridad en sus pueblos y ciudades".

Las complejidades de la pobreza han agotado los planes de los hombres. Las mujeres allí, particularmente las solteras y las madres solteras, son especialmente vulnerables y dependen de la ayuda del gobierno. A menudo se enfrentan a una empinada cuesta arriba para conseguir mejores condiciones de trabajo y de vida.

Como me dijo Rachel Parenteau, una trabajadora de 27 años de Ontario, «Si tu ministerio no alcanza a las mujeres, no alcanzará al esquema».

Después de que McConnell se hiciera cristiano, asistió al seminario y se trasladó a Brasil para ser misionero. Pero finalmente se convenció de que tenía que llevar a Cristo a su propia cultura en el Reino Unido. McConnell se convirtió en el pastor de la iglesia de Niddrie y, según me contaron los líderes, la revitalizó.

Anteriormente, la iglesia había sido patriarcal, y McConnell aportó equilibrio teológico: creía en la jefatura masculina, pero animaba a las mujeres que sentían que nunca podrían tener autoridad espiritual sobre los hombres a pasar al frente para la oración de la congregación.

La visión de McConnell para su congregación de Niddrie se amplió rápidamente hasta convertirse en una iniciativa de plantación de iglesias, y se enfrentó a una fuerte resistencia inicial por parte de la comunidad. Para ayudar a superarla, McConnell contrató rápidamente a Sharon «Shabba» Dickens como directora del ministerio femenino a tiempo completo de 20schemes para capacitar a las esposas de los plantadores de iglesias y a las internas del ministerio.

Aproximadamente la mitad de los becarios de 20schemes son mujeres, capacitadas para trabajar en las nuevas iglesias. Y muchos de los internos son nativos de la zona, lo que significa que crecieron en los esquemas.

Ahora, a los plantadores de iglesias de 20schemes se les aconseja a menudo que contraten a una mujer como primer paso para iniciar una iglesia.

«Estamos formando a mujeres para que sean maestras de la Palabra y ofrezcan cuidado pastoral, especialmente en un contexto urbano en el que la mayoría de las mujeres son solteras», me dijo el director ejecutivo de 20schemes, Matthew Spandler-Davison.

La visión de llegar a las mujeres solteras me entusiasmó. Al fin y al cabo, yo también había servido como mujer soltera en el personal de una iglesia que atendía a muchas mujeres solteras, muchas de las cuales eran cristianas principiantes. Me matriculé en el seminario —donde a menudo era una de las pocas mujeres que había en el aula— con el apoyo de mis pastores, pero seguía sintiéndome terriblemente mal equipada para satisfacer las necesidades del número de mujeres que me buscaban para recibir consejo espiritual.

Como única mujer del personal, actué como líder femenina de facto a los 25 años. Entre otras iglesias de la zona de nuestra denominación, yo era una de las pocas mujeres remuneradas del personal que no trabajaba con niños.

Busqué con avidez recursos y consejos sobre cómo discipular a las mujeres, encontré algunas compañeras de trabajo y me apoyé en lo que aprendí en mis estudios de seminario. Pero, al igual que muchas mujeres en el ministerio que conocía, seguía sintiendo tensión. ¿Valía la pena invertir en mí? ¿Se tomaría alguien la molestia de comprobar cómo estaba yo? ¿Qué aspecto tenía una relación y una asociación sana con los pastores? ¿Tendría que luchar para que me escucharan, o me buscarían ellos mismos?

Intenté imaginar cómo podrían prosperar las mujeres en mi iglesia y en iglesias como la mía. Aunque a menudo había trabajado en espacios dominados por hombres y había defendido las oportunidades mixtas, pronto me di cuenta de la importancia de crear espacios separados en los que hombres y mujeres pudieran buscar consejo o rendir cuentas sobre temas delicados como el aborto, la sexualidad y el abuso.

Sin embargo, cada vez me sentía más frustrada por la falta de atención o discipulado específico de género para las mujeres en mi propia iglesia. En 2017, me puse en contacto con Jen Wilkin, una líder de la iglesia bautista del sur a la que admiraba desde hacía tiempo, para pedirle consejo.

«Un verdadero complementario», me dijo mientras tomábamos una taza de café, «reconocerá que los hombres y las mujeres tienen necesidades y dones especiales y, en consecuencia, potenciará a cada uno de ellos en esas áreas. No puedes decir que los hombres y las mujeres son diferentes y luego tratarlos como si tuvieran las mismas necesidades».

Wilkin ha expuesto este argumento en otros lugares. Un año más tarde escribió para CT [enlace en inglés] que «como los espacios exclusivamente femeninos otorgan libertad a las mujeres para que contribuyan, siguen siendo el espacio principal (y con demasiada frecuencia, el único espacio) para la identificación y el cultivo de líderes femeninas en la iglesia».

Durante mi semana en Niddrie, Tasha Davidson iba a menudo acompañada del hijo de alguien, o de varios hijos, incluso cuando ayudaba a dirigir eventos, hablaba en paneles e iba a visitar a las mujeres de la iglesia. Con el pelo largo, que se tiñe a menudo, y luciendo de vez en cuando unas gruesas gafas oscuras, contrasta con las líderes del ministerio de mujeres, acomodadas y con influencia en Instagram, que a menudo adquieren protagonismo en Estados Unidos.

Natasha «Tasha» Davidson en el exterior de la Iglesia Comunitaria de Niddrie.Kieran Dodds
Natasha «Tasha» Davidson en el exterior de la Iglesia Comunitaria de Niddrie.

Cuando Davidson empezó a asistir a la Iglesia Comunitaria de Niddrie, a menudo aparecía con resaca o intoxicada. Al igual que muchos de sus amigos, había bebido en exceso desde los 12 años, incluso después de haber pasado algunos años de su infancia en un centro de rehabilitación mientras su madre se recuperaba de sus propias adicciones. De adolescente, Davidson dijo que tuvo problemas de salud mental, tales como la autolesión y problemas con la sumisión a la autoridad.

Pero nada de eso era inusual en Niddrie, así que «pensaba que en general era una buena persona» en comparación con los demás, dijo. Después de que una amiga la llevara a la iglesia, Davidson siguió asistiendo durante 18 meses.

«Mis amigos me preguntaban por qué iba a la iglesia, y yo les decía: “No lo sé, voy con mi amiga”», me dijo desde su despacho en la iglesia. Pero un domingo de Pascua se dio cuenta de que necesitaba el perdón. «Miré a mi alrededor y me di cuenta de que esas personas tan, tan diferentes, se amaban unos a otros».

Solo unos meses después de convertirse en cristiana, algunos de los líderes de la iglesia le preguntaron si quería trabajar como becaria para la iglesia, la primera becaria «nativa» de los esquemas. Pronto comenzó a trabajar con los niños de la comunidad y a dirigir estudios bíblicos bajo la atenta mirada de algunas de las esposas de los ancianos.

«Lo que teníamos era un montón de mujeres muy dotadas, desesperadas por servir, pero que no se sentían preparadas para ello». —Sharon Dickens

Ahora, está matriculada en un programa de licenciatura en la Union School of Theology [Escuela de Teología de la Unión], después de haber completado el programa en la Escuela de Teología Ragged, un programa mixto de alfabetización bíblica que se ofrece a cualquier persona de las iglesias de 20schemes.

Pero uno de los mayores cambios que ella notó en sí misma, fruto tanto del aprendizaje de teología como de la interacción con los miembros de la iglesia, dice Davidson, es la forma en que ve a los hombres.

«Muchas mujeres han experimentado abuso de autoridad, sobre todo abuso de autoridad de los hombres», dijo. «Definitivamente fue una lucha para mí cuando me hice cristiana por primera vez. Me costaba responder a cualquiera, pero más a un hombre. Una de las cosas que más agradezco de Niddrie es cómo me los hombres me han cuidado a lo largo de los años. Siempre me he sentido escuchada. Dios ha utilizado eso en mi vida para traer mucha sanación y ayudar a moldear la forma en que veo a los hombres».

A Davidson, que no está casada, también le enseñaron una teología de la jefatura masculina en la iglesia y en el hogar, algo a lo que, según dice, se resistía fuertemente antes de convertirse en cristiana. En 20schemes, una implicación práctica de la jefatura masculina (i. e. que solo los hombres bíblicamente cualificados pueden ser ordenados como pastores), es que todas las mujeres pasan sus enseñanzas y notas a un equipo de ancianos, en parte para el expandir su conocimiento teológico y recibir capacitación, y en parte para asegurarse de que están alineadas con las enseñanzas de los ancianos. Pero Davidson se siente fortalecida por esa responsabilidad, no anulada por ella.

«Me gusta porque ofrece la seguridad de que, en caso de que enseñe algo incorrecto, tengo a estos compañeros, que lo están revisando, y en su sabiduría lo supervisarán», dijo. «Yo era muy joven, pero no me dejaron sola. Tenía mucha red de seguridad y mucho espacio para florecer en la seguridad de otras mujeres que eran maduras».

Sharon «Shabba» Dickens enseñando en una conferencia de mujeres celebrada en la Iglesia Comunitaria de Niddrie.Kieran Dodds
Sharon «Shabba» Dickens enseñando en una conferencia de mujeres celebrada en la Iglesia Comunitaria de Niddrie.

La Iglesia Comunitaria de Niddrie se reúne en el centro de un esquema, en un edificio de cemento blanco que también sirve de cafetería y centro ministerial. Cuando la visité, estaba celebrando una sesión solo para mujeres de una conferencia bianual que la iglesia organiza para los líderes de 20schemes y algunos miembros de la iglesia.

La conferencia, al igual que los servicios matutinos de los domingos en el esquema, bullía con la energía de una comunidad íntima y multigeneracional que se conocía y amaba. Los líderes de la iglesia convivían y comían con los miembros de la comunidad, muchos de los cuales olían a humo de cigarrillo y algunos cogían platos de stovies escoceses (una cacerola preparada típicamente con restos de asado) con manos temblorosas. Varias personas se apoyaban en muletas o bastones, o cojeaban hasta llegar a sus asientos. Tanto los líderes como los miembros de la iglesia iban vestidos con sudaderas, pantalones deportivos y gorros.

Una de las mujeres que habló en el escenario del pequeño auditorio era Emily Green, una chica de 27 años de York, Inglaterra que trabaja con mujeres. «¿Cuándo fue la última vez que nos negamos a nosotras mismas para amar a otra persona?», preguntó a una sala de 80 mujeres reunidas de toda Escocia. «¿Cuándo fue la última vez que acogimos al marginado en nuestra casa? ¿Cuándo fue la última vez que reprendimos a una hermana con gentileza?».

No escapó mi atención que la mayoría de las mujeres que predicaban tenían menos de 30 años, y que habían sido capacitadas por Dickens, y pastoreadas por los pastores de la iglesia. Y las preguntas que abordaron los ponentes fueron contundentes: ¿Qué ocurre cuando aquél al que estoy discipulando me miente en la cara? ¿Cómo tratamos a los cristianos hipócritas?

Green, que es menuda, rubia y despreocupada, se unió al equipo de 20schemes en 2015, primero como becaria y luego, al cabo de dos años, como trabajadora del ministerio de mujeres de una de las iglesias del esquema. «La plantación de iglesias en el Reino Unido solía ser muy “a la moda”», dijo. «20schemes no era tan emocionante… Ahora, eso es lo que más aprecio, que estén tan centrados en el Evangelio».

El trabajo de Green es tanto misional como pastoral: combina la enseñanza, el asesoramiento y la construcción de una comunidad entre las mujeres de los esquemas. En lugar de organizar eventos, como muchos líderes de ministerios femeninos en EE. UU., se centra principalmente en brindar consejería y acompañar a las mujeres que luchan contra las adicciones, los traumas y las enfermedades mentales.

El reto más importante no es solo la guerra espiritual. (Green vio cómo una de las chicas que había venido discipulando, una graduada de un programa de rehabilitación, tuvo una «recaída masiva» la noche antes de su bautizo programado). El reto mayor es su edad.

«Soy muy joven. Me meto en cosas del ministerio de mujeres sin estar preparada para decirle lo correcto a mujeres que han pasado por tanto y han experimentado tanto», dijo Green. «No vengo de un barrio administrado por el ayuntamiento; mi educación ha sido muy diferente. Ha sido un reto, pero ha sido una labor que realmente me ha enseñado humildad».

Los líderes de la iglesia no solo la han equipado mediante la capacitación con un consejero local y las revisiones semanales, dijo Green; la han empoderado. Como trabajadora de las mujeres de la iglesia, trabaja junto con el pastor, funcionando casi como una pastora de mujeres. Visita a las mujeres en sus casas, con o sin el pastor, y se reúne regularmente con ellas para citas de asesoramiento bíblico. A veces, su trabajo consiste simplemente en la cansada labor de crear confianza y relaciones en el esquema.

Antes de visitar los esquemas, llamé a Dickens, la directora de mujeres de 20schemes, a través de Zoom. Estaba envuelta en mantas en su casa rentada en una tarde de diciembre. Ella se encuentra en el centro de la estrategia de la red para llegar a las comunidades, y yo quería escuchar su historia.

Dickens, de 51 años, puede destacar en su iglesia con su pelo blanco peinado en picos, pero prefiere liderar en silencio detrás de bambalinas, sirviendo como una especie de mentora o figura materna para las mujeres solteras más jóvenes de los esquemas. Criada en un esquema al norte de Edimburgo, Dickens encontró a Jesús a los 18 años, tras la conversión radical al cristianismo de su violento y abusivo novio.

«Me resultó más difícil lidiar con eso que con la violencia», dijo. «No podía entenderlo».

Cuando por fin ella también se convirtió, se rindió por completo, y trabajó como misionera voluntaria durante un año, justo después de obtener el certificado de una escuela técnica. Sus padres, que llevaban mucho tiempo presionándola para que escapara de los esquemas, «se habrían sentido mejor si les hubiera dicho que usaba drogas», dijo. «Pensaron que había caído presa de una secta».

Ese año de servicio se convirtió en cuatro y dio lugar a más trabajos en el sector social, incluido el trabajo con iglesias, y finalmente con la Iglesia Comunitaria de Niddrie y 20schemes. Ahora, aunque Dickens es divorciada y siempre ha vivido en los esquemas y entiende la cultura, sus amigos se burlan de ella por ser de «clase media». Tiene un coche y un título universitario, al igual que sus dos hijos.

«Las mujeres están luchando contra las drogas, el alcohol, la violencia interpersonal, la ira, la impureza y la crianza de los hijos en los esquemas», dijo. «Pero las zonas acomodadas luchan con cosas similares. Cuando empecé a trabajar con mujeres, pensé que solo eran las mujeres de los esquemas, pero cuando viajé a las zonas acomodadas, me di cuenta de que muchas mujeres luchan con estos grandes problemas, solo que de manera diferente».

La «forma diferente» en los esquemas significa que muchas de las luchas están compuestas por cinco de esas cosas al mismo tiempo. Alguien puede tener una deuda masiva combinada con una enfermedad mental o una adicción, o una enfermedad crónica combinada con un trauma infantil. Y en los esquemas, estos problemas son luchas públicas en una comunidad muy unida, a diferencia del modo privado en que los miembros de las iglesias más acomodadas pueden ocultar asuntos embarazosos.

«Tenemos una imagen idealista de lo que es una mujer como la de Proverbios 31», dijo. «La imagen idealista es que es como Mary Poppins, perfecta en todos los sentidos».

Dickens dijo que dentro de la iglesia se asume que las mujeres no luchan con pecados como maltratar a sus hijos, la adicción al alcohol, el sexo extramatrimonial y la pornografía. «El problema es que sí lo hacen».

«La mayoría del contexto cristiano es de clase media y suburbana. Y no habla el mismo lenguaje que el nuestro», me dijo durante el almuerzo en Niddrie.

Por ejemplo, muchos libros de orientación son breves manuales para temas complejos. «En nuestro caso, no son temas “complejos”, son temas cotidianos», dijo. Es poco probable que las mujeres de los esquemas tengan un terapeuta y más probable que tengan una «tía» que haya sido parte de su vida durante 10 años y no solo durante 10 semanas.

«Empezamos a escribir recursos nosotros mismos y a brindar nuestra propia capacitación porque no encontrábamos nada que satisficiera nuestras necesidades", dijo Dickens. «Lo que teníamos era un montón de mujeres muy dotadas, desesperadas por servir, pero que no se sentían equipadas para ello».

La iglesia creó su propio plan de estudios de discipulado, y en 2018 puso a prueba un curso de obreras del ministerio de mujeres de dos años de duración. Dickens también dirige un grupo mensual en el que unas 40 mujeres líderes de la iglesia se reúnen para realizar un estudio bíblico y rotar quién asume el liderazgo en la enseñanza. Su enfoque es el discipulado, dijo, lo que impulsa todos los eventos que organizan.

Sharon «Shabba» Dickens enseñando en una conferencia de mujeres celebrada en la Iglesia Comunitaria de Niddrie.Kieran Dodds
Sharon «Shabba» Dickens enseñando en una conferencia de mujeres celebrada en la Iglesia Comunitaria de Niddrie.

«Lo que me ha sorprendido de algunas de las trabajadoras que he conocido es que todas parecen centradas en dirigir estudios bíblicos, organizar eventos o realizar estudios individuales», escribió Dickens en su libro Unexceptional: Ordinary Women Doing Extraordinary Things through God [Nada excepcional: Mujeres ordinarias que hacen cosas extraordinarias a través de Dios]. «No he oído ninguna charla sobre cómo servir viviendo la vida con las mujeres… un discipulado al estilo de las 24 horas del día o incluso de evangelización. El trabajo que otros hacen con las mujeres se siente ordenado, impulsado por los eventos, estructurado, organizado, con los límites adecuados establecidos».

La filosofía de Dickens me impactó. En mi búsqueda de afirmación por parte de los líderes de la iglesia, ¿buscaba yo el empoderamiento y el equipamiento para participar en el discipulado y en las conversaciones difíciles? ¿O buscaba poder y reconocimiento? En retrospectiva, probablemente eran ambas cosas.

Pasar tiempo con las mujeres de 20schemes me ayudó a reconocer que la iglesia de Niddrie era el modelo de lo que yo había anhelado durante la última década. Aunque se niegan a disculparse por sus convicciones teológicas sobre los roles de género, los líderes masculinos y femeninos de 20schemes trabajan incansablemente para atender a las mujeres marginadas y vulnerables, y para equiparlas para que cuiden de los suyos.

«Siempre estoy muy agradecida con Dios por haberme salvado en la iglesia de Niddrie: no es perfecta, todos somos pecadores, pero hay espacio para florecer», dijo Tasha Davidson. «No hay un enfoque en las cosas que no podemos hacer, ese nunca ha sido el problema. Ha sido una conversación centrada en “Esto es lo que sí puedes hacer”. Creo que eso ha cambiado nuestro enfoque"».

Cuando presioné a Dickens a brindarme una opinión sobre lo que sentía respecto a la posición de su iglesia sobre la jefatura masculina, no vaciló.

«En lo que respecta al ministerio femenino, pasamos mucho tiempo hablando de la teología del ministerio femenino, pero muy poca gente habla de cómo se ve en la práctica», dijo Dickens. «Pasamos mucho tiempo hablando del 3% del ministerio al que no tenemos acceso, pero muy pocas veces hablamos del 97% del ministerio que deberíamos hacer».

Sentí que Dickens me regañaba. O tal vez, era el Espíritu Santo.

Kara Bettis es editora asociada de Christianity Today.

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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News

Bautistas del sur aprueban de manera casi unánime reformas contra el abuso y base de datos pública

Un mes después del primer informe de su tipo, la Convención Bautista del Sur crea un nuevo equipo de trabajo para supervisar los planes de reforma: «Sin acción no hay arrepentimiento».

La Convención Bautista del Sur vota en Anaheim, California, en su encuentro anual de 2022.

La Convención Bautista del Sur vota en Anaheim, California, en su encuentro anual de 2022.

Christianity Today June 16, 2022
Jae C. Hong / AP

Con una ola de papeletas amarillas en un enorme salón de reuniones de Anaheim, miles de bautistas del sur votaron para reformar la respuesta de su denominación ante los casos de abuso, incluyendo la implementación de una base de datos de abusadores, misma que los supervivientes habían reclamado desde hace mucho tiempo.

Dos supervivientes que estaban entre los asistentes se abrazaron y lloraron, y los que apoyaban la medida se levantaron en ovación cuando la moción fue aprobada en el encuentro anual de la Convención Bautista del Sur (SBC, por sus siglas en inglés) el martes 14 de junio por la tarde. La muy esperada votación llegó menos de un mes después del trascendental informe de investigación del Comité Ejecutivo.

Mientras que el Comité Ejecutivo había guardado una lista secreta de cientos de abusadores, la nueva página web «Ministry Check», que se encargará de la vigilancia del ministerio, mantendrá un registro público de abusadores que hayan sido acusados creíblemente y que hayan trabajado en las iglesias bautistas del sur y sus entidades. El sitio web recibirá mantenimiento por parte de una compañía independiente, la cual recibirá y evaluará los casos que sean recibidos.

Un nuevo equipo de trabajo —autorizado en la votación del jueves y que será designado por el nuevo presidente de la SBC—, coordinará la creación de la página web, y también evaluará las posibles reformas adicionales durante el próximo año.

Bruce Frank, pastor de Carolina del Norte y jefe del equipo de trabajo que supervisó la investigación, ha hablado vehementemente de la necesidad de que la convención actúe y ha llamado a las dos recomendaciones que han sido aprobadas «el mínimo indispensable para que se pueda llamar reforma».

«Sin acción no hay arrepentimiento», dijo Frank, refiriéndose a la decisión como un «momento kairós» para la convención. «Hoy escogeremos entre la humildad o la arrogancia… escogeremos entre hacer lo mejor para la gloria de Dios y el bien de las personas, o volveremos a elegir que todo siga igual».

Ha habido algunos intentos de limitar o desestimar los llamados a la reforma, incluyendo algunos mensajeros que se han acercado al micrófono para cuestionar la idea de que el abuso sexual sea un problema sistémico y extendido en la SBC, y para rechazar el informe de Guidepost Solutions debido a que la compañía hizo una declaración a favor de la comunidad LGBT. Aun así, estos intentos no influyeron de manera decisiva en el voto, que fue casi unánime a favor de las recomendaciones que Frank presentó a nombre del equipo de trabajo.

«En la Biblia, nuestro libro nos cuenta que Dios es tan soberano que Él incluso puede tomar naciones paganas para castigar a su propio pueblo. Lo hizo con Siria. Lo hizo con Babilonia», dijo Frank. «La cuestión no es qué piensa Guidepost del colectivo LGBT; es lo que los bautistas del sur piensan sobre el abuso sexual».

El discurso presidencial del presidente saliente de la SBC, Ed Litton, pastor de Alabama, también fijó el tono con respecto al juicio de Dios sobre la denominación al considerar el peso y la magnitud de los descubrimientos del informe sobre el abuso.

«No podemos decir que somos la agencia más grande en cuanto al envío de misioneros al mundo, cuando tenemos un corazón al que le falta la compasión [de Jesús] y una misión a la que le falta su visión por el mundo», dijo Litton. Hizo referencia a dos preguntas de Jesús en Mateo 17. «Bautistas del sur, ¿hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos?».

Litton, Frank y muchos que tomaron la palabra hicieron referencia a los supervivientes presentes en la sala. Jules Woodson y Tiffany Thigpen, dos defensoras de supervivientes, asistieron a la convención para representar a los supervivientes y portaban cintas de color verde azulado como señal de solidaridad. Woodson le contó a CT antes de la reunión que ella mantenía una «esperanza persistente» y esperaba ver una ola de papeletas amarillas a favor de las reformas.

La abogada Rachael Denhollander, miembro del equipo de trabajo para los casos de abuso sexual, vio la votación como una señal de apoyo para las generaciones futuras y los supervivientes de abuso.

«Esos son los nombres de mujeres a las que se les creyó», dijo ella, al escuchar los nombres de las supervivientes que dieron un paso al frente e hicieron presión en pro del cambio. «Estas papeletas se han levantado hoy porque ellas no se rindieron».

Tiffany Thigpen, llevando con orgullo su cinta de color verde azulado, también celebró la importancia del movimiento, con los ojos llenos de lágrimas cuando lo recordaba una hora después.

«Es una victoria en más de una forma porque ha cambiado el corazón de las personas, y eso es algo que solo Dios puede hacer».

[Anne Marie Miller, conferencista y autora de varios libros sobre la sanación después del abuso sexual tuiteó:] «Sí, esta reforma es uno de los muchos pasos para nuestra compleja sanación, pero creo que hablo por muchos de nosotros al decir que oramos para que este sea el comienzo de su sanación, #SBC22. El dolor será intenso, pero el dolor da a luz regeneración y renovación. Que así sea».

Los supervivientes y los líderes denominacionales coinciden en que aún queda mucho trabajo por hacer. El nuevo equipo de trabajo para la reforma sobre el abuso ya tiene cinco tareas de las que encargarse, que van desde estudiar las recomendaciones de Guidepost hasta ayudar a mejorar el trabajo del comité de credenciales.

También, la dirección que tomará el equipo de trabajo para la reforma sobre el abuso dependerá del nuevo presidente de la SBC, que será nombrado durante el día de hoy [martes 14 de junio], ya que dos de los candidatos que tienen posibilidades de resultar electos tienen diferentes enfoques sobre el tema.

Las recomendaciones enumeradas aquí [enlace en inglés] han sido aprobadas, con una enmienda que ajustó el lenguaje para asegurar que cualquier cambio se haga «de acuerdo con las políticas de las iglesias bautistas del sur para su viabilidad».

Traducción por Noa Alarcón.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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