Kay Warren: Un año de duelo peligroso

Un año después del suicidio de su hijo, ella comparte su historia de dolor, misterio y esperanza.

Matthew Warren during a recent visit to Africa.

Matthew Warren during a recent visit to Africa.

Christianity Today March 28, 2014
Kay Warren

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Hace como dos semanas, el enojo de Kay Warren se desbordó. La cofundadora de la iglesia de Saddleback escribió en Facebook: "Conforme se aproxima el aniversario de la muerte de Matthew estoy sorprendida por algunos comentarios sutiles, y no tan sutiles, indicando que quizás yo debía estar preparada para "dejar eso atrás." …Yo tengo que decirles—que el Rick y Kay de antes, se han ido. Ellos nunca regresarán. Nosotros nunca seremos los mismos otra vez."

En el espacio de siete días, la pequeña carta de ochocientas palabras se difundió como un virus a 3.75 millones de lectores y produjo 10.000 comentarios. Miles de personas compartieron historias de pérdida de miembros de familia debido a enfermedades, suicidios o accidentes. Ellos relataron la insensibilidad de familiares y amigos, su sentido de humillación propia, y los sentimientos de culpa que les agobiaban por el dolor aplastante de la pérdida del ser amado.

La enfermedad mental y la depresión están vinculadas al suicidio y Mathew sufría de una enfermedad mental. El 28 de marzo de este año, el Pastor de la iglesia Saddleback, Rick Warren, y Kay, convocaron uno de los más grandes eventos, una reunión de líderes cristianos, un día completo enfocado en el papel que deben desempeñar las iglesias al abordar el tema de las enfermedades mentales. El evento se agotó. Kay Warren concedió su primera entrevista a fondo acerca del suicidio de su hijo—entrevista concedida a Timothy C. Morgan, editor principal de períodismo global de CT.

La respuesta a lo que usted escribió en Facebook ha sido asombrosa. Lo que usted escribió, ¿fue algo espontáneo?

En el último mes, hubieron cuatro casos en los que yo fui—en una manera sútil o no tanto—encaminada en la dirección que tomé. Fui a comer con una joven madre quien estuvo recientemente de luto. Había perdido a un ser querido 14 meses atrás. Yo le pregunté: "¿Te sucedió que antes de que pasara un año de la pérdida te topaste con personas que te decían o te insinuaban que ya debías dejar atrás el sentido de pérdida?" Les pregunté a otras personas quienes habían perdido hijos o hijas. Fui escuchando la misma historia. Simplemente, eso me hizo enojar. Escribí apresuradamente una pequeña nota en Facebook y quedé completamente sorprendida por la respuesta: 3.780.000 visitas y más de 10.000 comentarios.

¿Eran la mayoría de los cometarios palabras de apoyo?

Alguien escribió: "Yo quiero imprimir un letrero alrededor de mi cuello que diga: 'por favor, le pido que solamente lea lo que Kay Warren escribió en su página de Facebook.'"

Quiero honrar a aquellas personas quienes me contaron sus historias. Me identifico con ellas. Sufro con ellas. Lloro con ellas. Personas que sienten culpa y vergüenza. Sienten culpa porque la pérdida las ha derrumbado tan terriblemente y sienten vergüenza por no haber podido todavía acallar ese sitio de intenso dolor. Rick y yo fuimos los beneficiarios de una extraordinaria efusión de amor y de simpatía y empatía y compasión.

¿Qué esperanza tiene la gente que ha perdido hijos o hijas por suicidio?

Yo estoy diciendo: "No me obligues a moverme más rápido de lo que yo puedo ir." En muchas maneras has cambiado para siempre. Jerry Sittser dice en Grace Disguised [Gracia Disfrazada] "no tiene sentido comparar un sufrimiento a otro." Cuando mi padre pasó los últimos 6 de sus 86 años con cáncer, yo sufrí, me lamenté y lloré, y todavía toca mi corazón. Por otro lado, mi padre, a los 86 años, había vivido una vida muy completa y abundante, había visto el cumplimiento de sus sueños y había disfrutado de un matrimonio enriquecedor.

Yo puedo contarle a usted que la experiencia de haber perdido hace un año a mi hijo de 27 años de edad (quién sufría de una enfermedad mental) no se parece en nada a la pérdida de mi padre. Mi hijo murió joven, se quitó su propia vida y lo hizo de una forma violenta. Quedamos con cicatrices. Tenemos dos décadas de estar viviendo con una persona afectada por una severa enfermedad mental, experiencia que nos traumatizó. No es un dolor limpio. Va cargado de culpa. De remordimiento. De horror.

El dolor de mi amiga, cuya hija fue asesinada, tiene un aspecto que es incluso diferente al mío. Yo no he tenido que caminar en sus zapatos. Nosotros estamos prestos para decir, "Oh, yo sé como usted se siente" y, generalmente añadimos las palabras exactamente: "yo sé exactamente como usted se siente." Yo quiero decirle: "No. Perdóneme. Usted no lo sabe." Lo mejor que podemos hacer es decir "mi corazón está quebrantado por usted, yo he experimentado dolor y mi corazón se aflije por usted."

Y nunca empiece una frase con las palabras "Al menos." En el momento que escucho que alguien me dice las palabras al menos, yo sé que me van a decir una frase que me va a enojar: "Al menos usted tuvo a su hijo por 27 años." "Al menos usted tiene otros hijos."

Al mirar hacia atrás, ¿cómo describiría usted al Rick y Kay "de antes"?

De nuestro amor nosotros concebimos un hijo juntos. Él nació de mi cuerpo. Él fue una parte de mí. Una parte de mí ya no está aquí. ¿Cómo puedo yo ser la misma? Para nosotros como pareja, como una familia, donde éramos cinco antes, ahora somos cuatro. Nuestro hijo se asesinó a sí mismo en la forma más cruda que le pueda yo contar. El suicidio es asesinarse a uno mismo. Nuestro hijo fue su propio asesino. El trauma de saber lo que él se hizo a sí mismo, como destruyó el cuerpo de este hijo que nosotros amábamos. Él hizo esto para parar el dolor. ¿Cómo podemos seguir siendo los mismos? El trauma te cambia. Nunca más podré regresar a ser quien yo fui.

En CNN usted dijo: "Yo estoy terrible pero no estoy Okay. Vamos a sobrevivir y algún día volverémos a estar bien." ¿Es esto cierto todavía?

Yo dije en el servicio memorial de Matthew, "Nosotros estamos devastados, pero no destruidos." No sé si llegará el momento en que uno no se sienta devastado por una pérdida catastrófica. En el último año y medio de la vida de nuestro hijo, nosotros vivimos justo al borde del precipicio cada día. Hablaba sobre eso con mis amigos más cercanos y les decía, "es como estar sentado al borde del precipicio del infierno."

Yo decidí hace algún tiempo atrás que no iba a permitir que ninguna cosa me destruyera. Por años le dije al Señor: "Tú estuviste trabajando en la vida de Matthew ayer, hoy, y tú estarás trabajando en mi vida cada día hasta que nos reunamos otra vez con él."

Yo escuché un sermón increíble por Brian Houston de la iglesia Hillsong, el verano pasado, llamado "ruinas gloriosas." Él habló acerca de Lamentaciones, Ezequiel, Jeremías, y todo lo que le sucedió a Israel. Ezequiel, capítulos 36 y 37, habla acerca de como Israel fue arruinada. Dios dijo en Ezequiel 36:33-34 "haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron" (Ez. 36:33-34).

Esto tiene relación con un texto favorito de Erick Liddell, el corredor Olímpico. Lidell dijo: "las circunstancias pueden parecer que arruinan nuestra vida y los planes de Dios, pero Dios no está impotente entre las ruinas." Esa frase—"Dios no está impotente entre las ruinas"—me ha sustentado de tal manera que puedo decir: sí, devastada, pero no destruida. Mi vida ha sido quebrantada hasta su fundamento, arruinada; sin embargo, al mismo tiempo, Dios tiene un plan para nosotros.

Usted ha compartido antes acerca de su cajita de esperanza y la maceta misteriosa. ¿Le son útiles todavía?

La cajita y la pequeña maceta están sobre mi mesa, al lado de donde tengo mis devocionales cada día. Cada vez que leía un versículo de las Escrituras que me daba esperanza lo escribía y lo ponía dentro de la cajita.

Ya tarde en la noche del 4 de abril, tuve una conversación vía texto con Matthew. Yo sabía que él estaba amenazando con suicidarse. De repente, dejó de textear. Yo estaba muy asustada. Rick estaba enfermo con neumonía y yo lo saqué de la cama y nos fuimos juntos a la casa de Matthew. Di golpes a la puerta, toqué el timbre, pero no respondió. El había amenazado con que si nosotros llamábamos a la policía, él se quitaría la vida, si es que ellos se acercaban. Nosotros descubrimos más tarde que se había quitado la vida.

Después de esto, ya no podía mirar la cajita. Se burlaba de mí. Yo saqué todos los versículos y los tiré a la basura. La caja se quedó vacía. Aunque Romanos 5:4-5 dice "y la esperanza no nos defrauda," yo me sentía totalmente defraudada por la esperanza.

Mi hijo no debió haberse quitado la vida. Yo seguía gritando esa noche, "no es así como debió haber terminado." ¿Qué es lo que yo gané al haber creído tan apasionadamente? yo pude haberme convertido en una atea amargada. No sabía como creer otra vez. Le pedí a Dios que empezara a mostrarme versículos que pudieran reconstruir mi esperanza para lo que vendría después en nuestras vidas.

Lentamente, he estado rellenando esa cajita con versos. El primero que Dios me dio fue 1 Corintios 15:43: "se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder." Cuando yo me paro, me arrodillo, o me recuesto sobre la tumba de Matthew, digo: "Dios, el cuerpo de Matthew fue sembrado en deshonra y en debilidad, pero tú lo harás resucitar en gloria y poder."

La esperanza volvió a renacer otra vez en mí. Me he quedado con preguntas. ¿Por qué oraba yo tan apasionadamente y creía con todo mi corazón que Dios iba a sanar a Matthew solamente para dejarlo morir? Una amiga me escuchó hablando sobre esto y me compró una pequeña maceta de cerámica, y yo he estado escribiendo las preguntas en pequeñas tiras de papel y todas están dentro de esa pequeña maceta.

Esta es la esencia de nuestra fe. Esto es, vivir con esperanza frente a lo desconocido. Vivimos una vida de fe completamente llena de esperanza, mirando al misterio fijamente a los ojos. No puedes tener la una sin la otra. Tu fe no sobrevivirá sin tu esperanza, y tu esperanza no sobrevivirá sin que te des cuenta que hay misterios que no van a ser contestados. Si puedes abrazar ambas—la fe y la esperanza—puedes tener una fe vibrante.

¿Por qué somos tan malos expresando el dolor?

Yo crecí en una iglesia evangélica, dónde mi papá era el pastor; él no expresaba sus emociones negativas. Todo era solamente felicidad, felicidad, gozo y gozo. Simplemente no hablabas de eso. Mi hermano era un adicto a la heroína y ellos no le dijeron a nadie en la iglesia por lo que estaban pasando. Yo no conocí a nadie, mientras crecía, que hablaba acerca de sus sentimientos.

Durante mi niñez, abusaron sexualmente de mí, pero nunca lidié con eso. Cuando Rick y yo nos casamos, le dije a él en forma sencilla y sin emoción: "el abuso nada tuvo que ver conmigo." Fue en el pasado. A los pocos días de habernos casado, nuestra luna de miel fue un desastre y los dos eramos personas quebrantadas.

Empezamos una consejería matrimonial, y yo empecé a ver el modelo erróneo con el que había vivido. Recuerdo que al llegar a casa después de una sesión de consejería, tendida en nuestra cama, con mi mirada fija en el techo, por primera vez en mi vida sentí el amor y la aceptación de Dios. Mi espíritu se encumbró.

Yo le dije a Rick: "Cuando nosotros seamos pastores de una iglesia, aunque tenga que pararme sobre un techo, le diré a la gente que somos iguales que ellos. Nosotros somos pecadores. Nosotros estamos quebrantados. Hay algunos días en los que yo no estoy segura de que Dios existe. Algunas veces siento que todo esto es una gran burla cósmica. Necesitamos de Dios para poder sobrevivir cada día." Así que, hemos tomado la determinación de hacer eso.

¿Qué otros recursos han sido de ayuda?

Ann Weems tiene un libro llamado Psalmos of lament [Salmos de lamento]. Ella ha escrito estos salmos de lamento que expresan en una de las formas más poderosas que yo he visto lo que se siente cuando alguien ha perdido a un ser amado y simplemente quiere clamar, gritar, y lamentarse y algunas veces a acusar a Dios de no amarnos, o de no amar a aquellos que nosotros amamos, o de abandonarnos. Sin embargo, ella nos regresa a ese lugar de confianza. Otro recurso que me ha ayudado es el CD de Steven Curtis Chapman Beauty Will Rise [La belleza surgirá].

Usted tiene un aniversario acercándose—abril 5. ¿Tiene alguna cosa clara en mente que usted vaya a hacer?

Quiero estar con las personas que amo. Voy a ir al cementerio. El cementerio me conforta. Para mí, esto me ayuda a aceptar la realidad, porque una parte de mí espera que mi hijo entre por la puerta en cualquier momento. El cementerio me regresa a la realidad. Y me vuelvo a conectar con Dios en ese lugar de esperanza. Este no es el fin de esta historia. Todavía hay más en esta historia.

Las personas se sintieron muy conmovidas por los comentarios de Rick, "en el jardín de la gracia de Dios hasta un árbol quebrado produce fruto." ¿Cómo influye esto en su manera de pensar?

En dos niveles: Primero, hablá del tipo de persona que era Matthew. Era este muchacho chistoso, poco convencional, dado a tonterías divertidas. Me hacía reir. Siempre fue exquisitamente delicado y tierno—algunas veces dolorosamente—con la gente y las cosas que lo rodeaban.

Pusimos en su lápida "guerrero compasivo." Él peleó por otros, aunque él mismo estaba quebrantado y supo de su quebrantamiento. Cuando viajó conmigo alrededor del mundo, se le quebró el corazón por lo que vió. Pero él era tan sensible y quebrantado que lo llevó en la otra dirección. Se volvió amargado. Era un árbol quebrado, pero siguió produciendo hermoso fruto.

Hay personas quienes me han dicho que Matthew les salvó la vida después de su muerte. Ellos me dijeron: "Yo no quiero hacerle eso a mi familia." Otros dicen "he eliminado el suicidio como una alternativa para mí pues no quiero que eso le pase a mi familia." Un muchacho joven me dijo: "Escuché la historia de Matthew después de que falleció. Yo he sido un suicida por largo tiempo, pero esto me atrajo a su iglesia. Aquí he aprendido lo mucho que Dios me ama, así que, Matthew me salvó la vida." El árbol continua dando fruto.

¿En qué manera la vida de Matthew ha cambiado la perspectiva de ustedes sobre el sistema de salud mental?

El sistema de salud mental en Estados Unidos está simplemente quebrado. Y no digo esto lo suficientemente fuerte. No digo que no haya personas tratando y que no haya personas maravillosas y compasivas en el campo de la salud mental. Pero esto es tan complicado. Y muchos de los intentos de ayuda, realmente, no siempre ayudan.

La conferencia que nosotros estamos llevando a cabo, es como una pequeña piedrecita en medio del gigante lago de la enfermedad mental. Pero la iglesia tiene un rol que jugar. los seguidores de Cristo debemos estar en estas conversaciones y no lo estamos. Y debemos estar.

Cuando te das cuenta de que una gran cantidad de personas van primero con el sacerdote, o el pastor o el rabino, antes de ir a un profesional de la salud mental, esto hace que sea más urgente que nunca que los líderes espirituales estén equipados. Pero no todos están bien equipados. Los pastores están tratando con personas con problemas de salud mental todos los días.

¿Piensa usted en una manera diferente sobre la vida y el sacrificio de Cristo?

Esa es una pregunta difícil. Yo he experimentado cada persona de la trinidad en el año pasado en varias maneras que no recuerdo haberlo hecho antes. Todo es acerca de Dios. Él es soberano. Él pudo haber salvado a mi hijo. El pudo haberlo sanado. Él pudo haberle impedido que se quitara la vida. Al final del día, todo queda en el portón de Dios.

Cuando Matthew ya no pudo enfrentar otro día más aquí y acabó con su vida, él cayó en los brazos de Jesús. Las palabras de un viejo himno dicen: "desde mi esclavitud, mi pesar, mi oscura noche, vengo a ti Jesús." Me imagino a Matthew diciendo estas palabras en el momento en que su espíritu dejó su cuerpo y Jesús lo recogió. Me puedo imaginar a Matthew diciendo: "Jesús vengo a tu libertad, tu gozo y tu luz." Mi encuentro con Jesús es un encuentro con mi Salvador quien me recibe y me abraza.

¿El Espíritu Santo? He encontrado su consuelo y la verdad es que Él nos ha sellado. La fe de Matthew en Jesucristo es un niño que fue sellado, y nada ni nadie podrá quitarle ese sello. Nada puede quitarle su salvación.

Yo he experimentado la Trinidad—en formas en que me han ayudado a seguir adelante.

Timothy C. Morgan es editor principal de CT, periodismo global. Sígalo en Twitter @tmorgan815

Cómo obtener el ADN de Jesús

Gordon T. Smith describe cómo los pecadores caídos son santificados.

Christianity Today March 26, 2014
Illustracion por Keith Negley

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En los últimos 35 años más o menos, el interés evangélico en las disciplinas espirituales clásicas ha crecido de manera exponencial, gracias a la labor pionera de escritores como Richard Foster, Dallas Willard, y Henri Nouwen. Comprendemos cada vez más, como Nouwen lo expresó, que la vida espiritual "involucra un esfuerzo humano," un abrazo disciplinado de aquellos medios concretos de gracia como la oración, el silencio, la adoración, la sencillez, y el servicio a los demás.

Gordon T. Smith, presidente y profesor de teología sistemática en Ambrose University College en Calgary, Alberta, aplaude estos desarrollos dentro de una tradición que, en sus primeros años, se había centrado en gran parte en la evangelización y la conversión. Pero, Smith pregunta ¿cuál es el propósito fundamental de las disciplinas espirituales? ¿Por qué orar, adorar, ayunar, o llevar una vida sencilla? En Called to be Saints: An Invitation to Christian Maturity [Llamados a ser santos: Una invitación a la madurez cristiana] (IVP Academic), Smith ofrece una respuesta: Hacemos estas cosas para crecer como creyentes, para llegar a ser cada vez más santos.

Cultivando nuestra unión

La santidad es un término sobrecargado de significados, con una reputación algo manchada. Las personas "santas" a menudo se retratan en el cine y los libros como insoportables, llenos de ira, santurrones, hipócritas, siempre juzgando a los demás publicamente, perfeccionistas, emocionalmente atrofiados, y sin vida. Pocos de nosotros nos gustaría pasar una noche con esas personas. La falsa santidad es especialmente poco atractiva (a pesar de que, en nuestros momentos más honestos, sabemos que a menudo nosotros mismos nos portamos como esas personas que nos vuelven locos).

Sin embargo, todos nosotros hemos tenido, en un momento u otro, un encuentro con la santidad que se nos acerca con un rostro atractivo y de amor. Para mí, Juliana de Norwich, Francisco de Asís, Billy Graham, el Papa Francisco, Dietrich Bonhoeffer, el Arzobispo Desmond Tutu, y la Madre Teresa vienen a la mente al pensar en esto. La mayoría de nosotros hemos sido bendecidos con familiares, amigos y conocidos que se parecen a Cristo y cuya santidad deseamos imitar. Al ver su ejemplo, añoramos algo similar, una armonía e integridad en nuestras vidas, esa especie de autenticidad amorosa que teje nuestras palabras y acciones en un fino vestuario.

En Cristo, encontramos el patrón y la fuerza fundamental para llegar a ser cada vez más santos. Las personas realmente santas, como Smith los pinta, me recuerdan a los árboles en los que el ADN de Cristo ha sido reproducido completamente a través del poder del Espíritu Santo. La transformación de una bellota en un roble maduro—o, para cambiar la metáfora, de un pecador caído en una persona restaurada portadora de la imagen de Dios—es un proceso maravilloso y lleno de gracia, fundamentado sobre nuestra unión con Cristo.

"Voy a hablar de cómo es 'en Cristo' donde se encuentra el total de la vida cristiana," escribe Smith. "Voy a insistir en que esta visión asume una participación dinámica en la vida del Cristo ascendido, en tiempo real…. Participamos en la vida de Jesús, literalmente, no metafóricamente…. la visión extraordinaria a la que hemos sido llamados es que somos atraídos hacia la vida misma de Cristo y por lo tanto la vida de Dios." En resumen, Smith define la formación espiritual como "el cultivo de esta unión con Cristo."

Ser santo, entonces, significa ser un ser humano en Cristo, encontrar en Él el propósito y la dirección de nuestra vida, y por medio de la unión con Él llegar a ser lo que fuimos diseñados a ser desde el principio, antes que el pecado tuviera su efecto. En Cristo, nuestras mentes son vigorizadas. Nuestros pulmones espirituales que eran frágiles inhalan el fuego del Espíritu Santo y comienzan el bombeo de la vida, inyectando integridad y santidad en nosotros. Poco a poco, nuestro compás interno apunta hacia el norte mientras hacemos la transición de una vida centrada en uno mismo a una vida centrada en Cristo. Nuestra unión con Cristo es como un regreso a casa en la que todo está perfectamente preparado: Se abre la puerta, las luces se encienden, la mesa ya está preparada con comida y bebida, y, la ropa fresca y limpia se encuentra sobre la cama. Comemos, bebemos, descansamos, nos vestimos, y hacia el futuro vamos.

Cuatro aspectos distintivos de la santidad

La unión con Cristo nos capacita para una transformación de toda la vida hacia la madurez espiritual. Smith identifica cuatro postes indicadores en este proceso: la renovación de nuestra mente y nuestro corazón a través del cultivo de la sabiduría bíblica; el discernimiento del significado de nuestra vida y de la vocación particular a la que Cristo nos llama; el conocimiento del amor de Dios por nosotros y el llamado a amar a Dios y al prójimo; y la manifestación constante de un gozo profundo. Presentamos con más detalle cada punto:

En primer lugar, una persona santa es una persona prudente, que posee "un corazón y una mente informada por la verdad, sobre todo a través del testimonio de las Escrituras." La sabiduría, como Smith la describe, es una inteligencia moral sana y muy bien desarrollada. Podemos ver la evidencia de este tipo de inteligencia moral en la forma en que gastamos nuestro dinero, como usamos nuestras palabras, como nos comportamos en el área sexual, y la manera en la que voluntariamente sufrimos con Cristo en medio de este mundo malvado.

En segundo lugar, una persona santa es una persona que posee "claridad acerca de su llamado—con el valor, la humildad y la capacidad para cumplir con esta vocación." Ser santo es aprender a "vivir en el tiempo," de recibir suficiente gracia para poder decir al final de nuestros días, "he terminado la obra que me fue dada." La santidad vocacional, entonces, es mucho más que encontrar el trabajo que Dios tiene para nosotros. Es caminar valientemente, fielmente, esperanzadamente, y jubilosamente en la vida que Dios nos ofrece por los años que nos ha dado como un regalo. "Hacemos a un lado la envidia y el resentimiento, abrazamos la vida que se nos ha dado," libres de nuestra tendencia pecaminosa hacia el auto-engaño y la auto-ilusión, libres de "por un lado pensar más alto de nosotros mismos de lo que debemos, o por el otro, de menospreciarnos."

En tercer lugar, una persona santa "sabe cómo amar a otros en Cristo como Cristo nos ha amado." Smith describe el amor como algo más que simplemente ser una persona agradable. Más bien, el amor es una "invitación a la santidad social. Nunca es una exageración hablar de la santidad y el amor en la misma oración. Lo que con frecuencia hace falta es una apreciación de la profunda esencia del amor; tanto en su estrecha relación con la ley divina como en la forma en la que se expresa fundamentalmente como servicio a los demás."

Por último, Smith identifica a las personas santas como aquellas que son expertas en vivir en un "mundo fragmentado" con un "júbilo profundo y una capacidad de recuperación." Con Cristo como su "centro emocional," ellos pueden soportar todas las tormentas de la vida sin rendirse a la desesperación.

En otras palabras, la marca de la auténtica santidad—no la caricatura de la santidad producto de la falsedad—es "fortaleza emocional, una madurez emocional que es quizás más evidente en júbilo profundo y duradero." Incluso la realidad de nuestra propia mortalidad nutre nuestro júbilo, en lugar de disminuirlo. Porque "realmente aprendemos a vivir en júbilo sólo a medida que aprendemos a enfrentarnos a nuestra mortalidad y luego permitimos que la conciencia nos hable sobre el valor de la vida, de este día y de este momento. Podemos saborear la vida al permitir que esta conciencia transforme cada momento, cada día, en una oportunidad para vivir en plenitud."

Los pensamientos de Smith me llevan, una vez más, a la metáfora de un roble maduro. Su ADN se ha reproducido completamente. Sus raíces han bajado a lo profundo. El roble se luce alto y fuerte, tomando el sol. Su corteza puede estar marchitada y algunas de sus ramas pueden haberse agrietado, pero su savia es fuerte y sus hojas son saludables.

Así, también, Smith nos ayuda a entender que el cristiano maduro es aquel cuyo sistema radicular ha bebido profundamente de la vida que Cristo ofrece. En Llamados a ser santos, los lectores pueden contemplar un verdadero ser humano—cada vez más limpio de la contaminación del pecado—cuya mente y corazón han sido moldeados por la maravilla y la gloria de la imagen del Dios invisible, el mismo Cristo. El creyente, como santo portador de la imagen de Cristo, ha sido creado y re-creado, y el resultado es júbilo.

Christopher A. Hall, un miembro del cuerpo editorial de CT, es profesor distinguido de teología y director de formación espiritual académica en la Eastern University.

Usted tiene la libertad para ‘fumarse un toquecito.’ Pero no lo haga.

La legalización de la mariguana provee una oportunidad para examinar la libertad cristiana.

Christianity Today March 26, 2014

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Con la legalización en Colorado y en Washington del uso recreacional de la mariguana (y la inclinación de la administración del Presidente Obama de no enforzar la ley federal en contra de su uso), es sólo cuestión de tiempo para que llegue el día en que sea legal fumarse un "toquecito" de una costa a la otra del país. Esta es una gran oportunidad—no para fumar mariguana, sino para reflexionar en la verdadera naturaleza de la libertad cristiana.

Nosotros en Christianity Today creemos que los cristianos están absolutamente libres para usar la mariguana (donde sea legal); y considerando la mariguana en el contexto cultural particular nuestro, creemos que sería una insensatez hacer uso de dicha libertad.

Aquellos que crecieron dentro de un contexto legalista nada sano en sus comunidades necesitan escuchar el mensaje del apóstol Pablo: Restricciones en cuanto a que consumir o no consumir son una señal de que somos débiles en la fe, no de que somos fuertes (Ro. 14:1-12). Aquel a quien el Hijo hace libre es quien verdaderamente libre es.

Así que, todas las cosas son permitidas. Pero no todas las cosas nos ayudan (1 Co. 6:12). La libertad del creyente es un don que nos lleva a servir a los demás, con cuidado, con atención, con nuestras mejores habilidades, y con singularidad de corazón. Es una libertad que voluntariamente sacrifica placeres fáciles para poder servir. Además, si seguimos ese estándar, es difícil imaginarse que pronto llegue el tiempo en que la mariguana llegue a ser algo que nos ayude.

La mayor parte de las decisiones éticas, definitivamente las que tienen que ver con el alimento y con nuestro cuerpo, se toman no en aislamiento sino en medio de la cultura y la historia—dentro de una comunidad de personas, y dentro de una historia. Considere el alcohol, una substancia tóxica para la que el hígado sirve como centro de control contra el envenenamiento. Las bebidas alcohólicas son parte de muchas culturas, una razón es porque antes de la refrigeración moderna, el efecto tóxico del alcohol en contra de la bacteria hizo que esas bebidas fuesen más saludables para tomar.

Pero las bebidas alcohólicas no funcionan de la misma manera en cada cultura. Si usted es judío, usted forma parte de una comunidad con una propensión baja para el alcoholismo. Además, cuenta con la bendición de una historia rica que está entretejida con el regalo del vino, una de las glorias de cultivación del ser humano a través de milenios. Si usted es ruso, entonces es parte de una trágica y devastadora historia de adicción al vodka. Lo que se le permite a un cristiano en ambos casos puede ser lo mismo. Pero lo que es de mayor ayuda puede ser radicalmente distinto en cada caso.

En nuestro contexto Norteamericano, ¿cuál es la función de la mariguana? Está asociada con un placentero y superficial desprendimiento del mundo. Connota una cierta indolencia y un "desconectarse" que no es una opción para aquellos que quieren llegar a ser agentes de compasión y de amor al prójimo, sin mencionar su asociación con todo tipo de inmadurez. ¿Son estas las verdades eternas de la mariguana, la única manera posible en que se puede usar? No. Pero estas realidades culturales siguen siendo relevantes para el cristiano sabio.

Luego está la pregunta de cómo el uso de la mariguana por los cristianos afectaría a aquellos que son más susceptibles a la idolatría de nuestra cultura. Una de las grandes desigualdades de nuestro tiempo es entre aquellos cuya afluencia les ofrece una zona bastante amortiguada para permitirse vicios menores sin mayores consecuencias, y aquellos que son más vulnerables a la cultura consumista en su peor expresión, que son tentados a depender de substancias para no sentir el dolor de vidas robadas de su dignidad y de un trabajo significativo.

¿Por qué deben los cristianos presumir su libertad en asuntos con tan graves consecuencias para los pobres? Es difícil imaginarse una aplicación más directa del consejo de Pablo a los Corintios: "tengan cuidado que el ejercicio de sus derechos no se vuelva una piedra de tropiezo para el débil" (1 Co. 8:9).

Los cristianos no desprecian ninguna cosa creada. La planta de mariguana es parte de un mundo que fue declarado bueno por su Creador. Pero disfrutar de las delicias del mundo, incluyendo la amplia variedad de aromas, sabores, vistas, y sonidos, siempre debe permanecer subordinado a ser portador de la imagen de Dios o se puede volver idolatría. Ser portador de la imagen de Dios involucra relación, así que nuestro uso y gozo de la creación debe fomentar relación. Ser portador de la imagen de Dios nos invita a un conocimiento más profundo del mundo y a un mejor manejo del mismo, de tal manera que nuestro uso y gozo nos deben llevar a capacidades y aptitudes más profundas. Ser portador de la imagen de Dios nos ofrece regalos de atención y habilidad, la capacidad para contribuir a "la gloria y honor de las naciones" (Ap. 21:26).

¿Es la mariguana una celebración cultivada del mundo creado, que mejora y afila nuestra modelación de la imagen de Dios en todas sus dimensiones? ¿O simplemente es un substituto del consolar y el confortar presentes en una vida que se vive auténtica y honestamente delante de Dios y de los demás? Dentro del contexto de nuestra cultura, la respuesta parece muy clara, y el camino a la verdadera libertad es igual de claro.

Andy Crouch es editor ejecutivo de CT.

Todas las mujeres tienen un potencial de liderazgo

Cómo las iglesias pueden hacer un mejor trabajo en preparar a las mujeres para puestos de poder.

Christianity Today March 26, 2014

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Alrededor de todo el mundo hay mujeres que son capaces de grandes cosas, pero tienen temor intentar dar ese paso. Este es el argumento central del primer libro de Halee Gray Scott: Dare Mighty Things: Mapping the Challenges of Leadership for Christian Women [Atrévete a grandes cosas: Mapeando los desafíos del liderazgo para mujeres cristianas] (Zondervan). Escritora, esposa, madre, educadora y experta en liderazgo global, Scott enfoca su investigación en la experiencia de mujeres en liderazgo y los obstáculos que ellas enfrentan. Además de compartir en su libro lo que descubrió en su investigación, Scott proyecta una gran visión para las mujeres en la iglesia y llama a las mujeres a ser fieles en la administración de sus dones. Sharon Hodde Miller, quien escribe para Her.meneutics (ministerio de publicación de CT enfocado en la mujer cristiana), habló con Scott acerca de las dificultades que enfrentan las mujeres en el liderazgo.

Las mujeres no siempre piensan de sí mismas como líderes. ¿Por qué titubean en esto?

Dos cosas contribuyen a este problema. Primero, el mundo de los negocios ha dominado la conversación sobre el liderazgo. Vemos muchas Iglesias adaptando principios de negocios al contexto de la iglesia. Cuando tomamos el liderazgo secular y lo aplicamos dentro de la Iglesia, la idea de liderazgo que llevamos es muy masculina, muy orientada a los negocios, muy "vamos a hacer cosas." Las mujeres, en cambio, tienen la tendencia a organizarse alrededor de la gente y de una causa. Es difícil para las mujeres, en especial las cristianas, relacionarse con el tipo de liderazgo modelo del que frecuentemente hablamos.

Segundo, mucha gente no mira a las mujeres y piensa intencionalmente en desarrollar sus dones de liderazgo. Pero las mujeres necesitan ese tipo de ánimo. Algunas mujeres necesitan que alguien las mire y diga, "sabes, yo veo un potencial en ti."

¿Cuál pudiera ser un mejor entendimiento Cristiano sobre el liderazgo, que trascienda lo masculino y femenino?

El auténtico liderazgo Cristiano está más centrado en la causa—alrededor de la causa de Cristo—y enfocado más en la formación de las personas que en el desarrollo de principios. Este tipo de liderazgo también requiere una estrategia de equipo. En los evangelios Jesús formó un equipo de personas para ir y compartir las buenas nuevas. La tarea no estuvo a cargo de una persona solamente.

El liderazgo cristiano pone atención a las personas y a la causa. No tiene que ver con construir grandes edificios o iglesias llenas de gente, sino más bien se trata de llevar a las personas a tener una experiencia con Dios y a conocerle.

Las mujeres han obtenido logros tanto dentro como fuera de la iglesia, pero usted nos dice que "el avance de las mujeres en puestos de liderazgo se ha truncado totalmente" ¿En qué manera?

Las investigaciones sobre el tema han demostrado que esto es verdad—incluso en los sectores de negocios. El progreso que las mujeres están haciendo hoy, no se compara con el progreso extraordinario de hace 15 o 20 años. Dentro de la Iglesia esto ha ocurrido por varias razones.

Primero, hay una falta de mentoras entre las mujeres que se han vuelto líderes exitosas y las que aún están en desarrollo. Sin estas mentoras, las mujeres no tienen la visión de todo lo que Dios puede llevar a cabo a través de sus vidas.

Además, otra cosa que detiene el avance de las mujeres es el mito de la mujer excepcional—la creencia de que las mujeres que son líderes, son—por alguna razón—excepcionales. Pensamos que son innatamente distintas de otras mujeres en maneras que no se pueden superar con educación y entrenamiento.

Esto me recuerda un tema que se ha debatido acaloradamente en los últimos dos años: ¿Pueden las mujeres "tenerlo todo"? ¿De qué manera trata este libro esa pregunta?

Espero animar a las mujeres a que pueden encontrar profunda satisfacción sin tener que tener todo en su lugar. Esto es realmente difícil para mí porque dejé mi trabajo de profesora universitaria, un trabajo que amaba, para quedarme en casa con mis niñas.

Si me dejo, puedo terminar muy desanimada, en vez de ver la hermosura de esta etapa en la vida y como Dios está usando mis dones ahora. Es importante que las mujeres recuerden que sí pueden tenerlo todo—pero no todo al mismo tiempo.

Estudiantes de la universidad de Wheaton protestan el testimonio ‘como un accidente de tren’ de profesora ex lesbiana

El mensaje en capilla se vuelve el debate más reciente sobre cómo las universidades evangélicas tratan la identidad sexual.

Christianity Today March 7, 2014
Foto por Philip Fillion

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Una reciente protesta estudiantil en la capilla de la universidad de Wheaton, sobre el testimonio de una profesora con respecto a su conversión sexual y a su conversión religiosa, es el último episodio en el largo debate sobre la manera en que las universidades evangélicas tratan el asunto de la identidad sexual.

La protesta se centró en el testimonio personal sobre la conversión de una profesora ex lesbiana, cuya conversión ["Como un accidente de tren, así fue mi conversión" fue el artículo número 2 con mayor lectura en CT] le llevó a llegar a ser esposa de pastor y escritora cristiana.

Los estudiantes Justin Massey y Jordan- Ashley Barney, organizaron una manifestación que llamarón "más que una simple historia" en enero 31. Los estudiantes de Weathon se sentaron en las escaleras de la capilla y mostraron carteles que decían: "todos nosotros somos amados por Dios," "esto no es una protesta," y "yo soy gay y un hijo amado de Dios," reportó el Wheaton Record.

Massey y Barney estaban preocupados por el testimonio de Rosaria Champagne Butterfield ya que su testimonio podría afectar negativamente a los estudiantes de Wheaton, al hacerlos pensar que la conversión de homosexual a heterosexual es la única respuesta. "Nosotros tememos que—si no hay una conversación adicional sobre el simple mensaje de la oradora en capilla—los estudiantes que no estén muy bien informados iban a ir a capilla, escuchar el mensaje y que se les confirme un concepto erróneo; o que estudiantes que son del grupo LGBT (organización de lesbianas, gays, bisexuales, y transgéneros) escucharían un mensaje que les dice que lo que sucedió en esta historia es la manera absoluta en que pasan las cosas," dijo Massey al periódico estudiantil.

Los estudiantes que protestaron fueron invitados más tarde para tener una conversación con Butterfield y un grupo de administradores de la universidad. El Record también entrevisto a Butterfield con respecto a su interacción con los que protestaban. Ella dijo:

Ellos me hicieron varias sugerencias en cuanto a cómo yo podía mejorar–en muchas maneras–mi presentación. Les agradecí eso. Hablamos sobre si la orientación sexual es algo que ya está determinado [de nacimiento] o si es algo fluido, y no estamos de acuerdo en eso [los estudiantes y yo]. Fue algo muy intenso. También hablamos acerca de algunas cosas que ocurren en el campus y que necesitan desesperada e inmediatamente ser rectificadas, y aunque yo no pueda dar detalles sobre eso, espero que los estudiantes hayan sentido mi apoyo. Así que, probablemente cubrimos más en una hora y cuarenta y cinco minutos que lo que acostumbro cubrir normalmente en un año.

"Me alegra que los estudiantes se sientan en libertad para expresar sus preocupaciones acerca de la forma en que discutimos los asuntos sobre sexualidad en el campus de la universidad y en la capilla" dijo Steve Kellough, capellan de Wheaton, al periódico Record. " Estos son temas sustanciales. Esto es especialmente importante para nosotros en una universidad cristiana evangélica, para desafiarnos los unos a los otros a pensar cristianamente, a pensar bíblicamente, a pensar compasivamente, y para estar dispuestos a pensar en responder en contra de lo que la cultura intenta dictar."

Philip Ryken, Presidente de Wheaton, respondió abiertamente a la protesta, sosteniendo que la Universidad tiene un Convenio Comunitario y su postura con respecto a las cuestiones de los LGBT .

"Aunque no estamos insulados de los conflictos culturales sobre las ideas, incluyendo las luchas de nuestros propios estudiantes en la búsqueda por entender como la verdad de las Escrituras forma la vida de cada cristiano, nuestro modelo educacional no requiere ni que silenciemos la exploración crítica de asuntos complejos o que accedamos sin critíca a presiones culturales." él escribió. A su criterio, el testimonio de Butterfield "fue bien recibido por el cuerpo de estudiantes."

Butterfield dió su propia respuesta a los manifestantes, escribiendo a la Coalición Evangélica que "la homosexualidad es un pecado, pero también lo es la homofobia." También criticó "tres puntos de vista anti bíblicos que albergan las comunidades cristianas cuando tratan los temas referentes al cristianismo y a la homosexualidad"—"la posición Freudiana," la "herejía revisionista," y la "herejía de la terapia reparativa." Sobre la última, ella escribe:

"Esta posición alega que el objetivo primario del Cristianismo es resolver la homosexualidad a través de la heterosexualidad, cuando esto hacen no ven que el arrepentimiento y la victoria sobre el pecado son regalos de Dios y dejan de recordar que los hijos y las hijas del Rey, pueden ser miembros completos del Cuerpo de Cristo y aún así seguir luchando con la tentación sexual. Esta herejía es una versión moderna del evangelio de la prosperidad. Nombra lo que quieres. Declara que lo has recibido. Ora para que se aleje de ti lo gay.

CT reportó en el 2009 como los evangélicos están apartándose, cada vez más, de la terapia reparativa. Recientemente, Alan Chambers cerró controversialmente su ministerio Exodus Internacional y se disculpó con los gays y las lesbianas por el ministerio ex gay que mantuvo por cerca de cuatro décadas.

El evento y la protesta en la capilla motivó una oleada de blogs y una discusión en cuanto a las posturas de los administradores y los estudiantes de la universidad cristiana con respecto a la orientación sexual y las preguntas sobre la identidad.

En años recientes, las universidades evangélicas, incluyendo Wheaton, Biola, y Seattle Pacific University, han visto un crecimiento en la gama de respuestas sobre las cuestiones de los GLBT, desatado en parte por las visitas de organizaciones como SoulForce's Equality Ride.

CT reportó en el 2009 sobre un incremento de pruebas contundentes para con la comunidad GLBT en las escuelas que pertencen al Council for Christian Colleges and Universities (CCCU), cuando un asesor jurídico de la Universidad de Calvin prohibió "la defensa de la práctica homosexual y de los matrimonios del mismo sexo" que provocó al cuerpo docente. Recientemente, una universidad del CCCU empezó a permitir a profesores que sigan en su puesto aunque esten en relaciones con personas del mismo sexo—lo están permitiendo por un periódo de seis meses durante un "periodo de escuchar."

Teologos a favor y en contra y bloggers vieron el testimonio de Butterfield en Wheaton y las protestas de los estudiantes como un barómetro del debate más amplio.

Las protestas en Wheaton muestran que la universidad está dispuesta a lidiar con ideas controversiales y que el cristianismo evangélico está marchando hacia adelante, escribió Erick Teetsel, Director (junto a R.J. Moeller) de la Declaración de Manhattan y un ex alumno de Wheaton.

Por el contrario, Doug Wilson, teólogo y escritor, criticó lo que vio como falta de disciplina de los administradores de Wheaton durante la protesta diciendo que "las bases de la moralidad cristiana están empezando a rendirse por la decadencia de las elites evangélicas."

Rachel Held Evans, blogger y autor de Evolving in Monkey Town, apoyó las protestas de los estudiantes como representando la necesidad de un diálogo. "Estoy con ustedes en espíritu, orando por ustedes, y animándoles mientras cuentan sus propias historias," ella escribió.

Mientras tanto, Denny Burk, profesor de estudios bíblicos en la Universidad de Boyce, dijo que las protestas reflejan la confusión general entre la juventud evangélica acerca de la sexualidad. "Los estudiantes están deseosos de ver si ellos pueden reducir la tensión combinando su fe cristiana con la aceptación de la homosexualidad," escribió Burk.

CT ha cubierto un sinnúmero de temas referentes a la homosexualidad, incluyendo el crecimiento numérico de grupos de apoyo para los estudiantes gays de universidades cristianas; el decrecimiento, en número, de americanos quienes creen que la homosexualidad es un pecado; así como el cambio que se ha producido en las opiniones evangélicas sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, y la manera cómo las iglesias evangélicas hablan acerca de la homosexualidad.

Por qué estamos perdiendo la guerra contra la pobreza

El abogado-activista Gary Haugen explica la fuerza ignorada y brutal que mantiene al pobre en su lugar.

Christianity Today January 30, 2014
Foto por Scott Suchman

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Una noche en diciembre del 2003, una niña de 8 años de edad de nombre Yuri fue secuestrada, violada, y brutalmente asesinada en la remota aldea Quechua de la Unión, Perú. El día siguiente, su hermano de 11 años encontró su cuerpo desnudo tirado en el camino principal de la aldea.

La historia de Yuri da inicio al libro The Locust Effect: Why the End of Poverty Requires the End of Violence [El efecto de la langosta: Por qué el fin de la pobreza requiere el fin de la violencia] (Oxford University Press), el nuevo libro escrito por Gary Haugen, fundador de International Justice Mission (IJM). Los asesinos de Yuri evadieron la justicia, mientras que otro hombre fue equivocadamente condenado y sentenciado a 30 años de prisión. El título del primer capítulo del libro, titulado "lo que el mundo no puede ver," pone el dedo en una de las fuentes básicas de la arraigada pobreza que pasa desapercibida a los bien intencionados forasteros: oficiales corruptos del gobierno que permiten que los criminales victimicen con impunidad a los pobres. Por ejemplo, las estadísticas nacionales muestran que el 90 por ciento de los asesinatos en México quedan sin resolver.

La falta de cuerpos policiales fiables, argumenta Haugen, expone a los pobres a la peor violencia predatoria, socavando el bien que se logra con los miles de millones de dólares que gastan las agencias de socorro en su lucha contra la pobreza.

Haugen quiere que los occidentales—y las agencias de socorro que ellos apoyan—sean tan resueltos en su lucha contra la violencia criminal como lo son contra el hambre y el VIH/sida. El autor habló recientemente con Timothy C. Morgan, editor principal de periodismo global de CT.

¿Qué es "el efecto de la langosta," y de qué manera afecta a los pobres?

Imagínese un agricultor pobre tratando de rasguñar una salida de escape a su pobreza. Y cuando por fin su cultivo empieza a mostrar promesa, las langostas descienden y devoran todo su duro trabajo. Ese es el efecto de la langosta—la manera en que la violencia impacta a los pobres en el mundo en vías de desarrollo. Las cosas tradicionales que hacemos para ayudar a los pobres a salir de la pobreza no paran la violencia. El libro The Locust Effect cuenta la historia de la plaga escondida de la violencia.

Su libro enfatiza la ley y los cuerpos policiales. Sabemos que las iglesias no tienen ningún poder policial ni el poder de procesar por un crimen, por lo tanto, ¿qué pueden hacer los líderes religiosos?

Tengo la esperanza de que los cristianos recobren su papel construyendo comunidades donde los pobres son protegidos de la violencia. Los cristianos jugaron un papel maravilloso en sonar la alarma de la epidemia del VIH/sida. Se convirtieron en líderes mundiales, confrontando la epidemia y combatiéndola. Mostró a la iglesia en su mejor perfil.

Los cristianos proveen autoridad moral asegurándose que los sistemas judiciales no sirvan solamente a cierta facción política o a los intereses adinerados, o que sean usados para propósitos de extorsión o corrupción. Puedes encontrar, una y otra vez, cómo los líderes cristianos encabezaron esa lucha hace 100 y 150 años.

¿Deben los cristianos trabajar principalmente con iglesias para ayudar a crear una sociedad más justa?

Puedes ver desde la lucha del siglo diecinueve contra la esclavitud, a la lucha contra el trabajo de menores, al movimiento de derechos civiles, cómo la iglesia tuvo un papel crítico, no sólo abogando, sino desplegando su experiencia especializada y sus habilidades en la labor a favor de la justicia. A principios del siglo veinte, la sorprendente reforma de la policía de la ciudad de Nueva York fue influenciada por un ministro presbiteriano, Charles Henry Parkhurst.

A través de la historia se esconden otras historias de cristianos asumiendo su rol profético bíblico—no apoderándose de los poderes gubernamentales, sino usando sus poderes como ciudadanos y su voz moral para asegurarse que el poder del Estado era usado con el fin de proteger al más débil. En las Escrituras, el pueblo de Dios exhorta a los gobernantes, a las autoridades, a ejercitar su poder con justicia. La lucha para el cumplimiento de la ley se está peleando ahora en los países en desarrollo. La violencia que se manifiesta en estos países es en realidad un ataque en contra de la ley.

El problema no es que los pobres no tienen leyes. Lo que no tienen es la aplicación de la ley. Hay un colapso funcional de los sistemas de aplicación de la ley en los países en desarrollo; los pobres quedan completamente vulnerables a la violencia. Esta es otra oportunidad histórica para que el pueblo de Dios se ubique del lado de la justicia en maneras muy prácticas.

Los críticos pudieran decir que este es otro ejemplo más de paternalismo, de tratar de quitarse la carga del hombre blanco. ¿Cómo contestaría usted?

La realidad es que he tenido una increíble conversación con William Easterly, el autor de The White Man's Burden [La carga del hombre blanco]. Estamos tratando de permitir que los países se desarrollen para que todo mundo prospere. La crítica que se hace a la ayuda tradicional al pobre es que ignora los problemas de los gobiernos locales y la política local que minan la eficacia de esa ayuda.

Hay un problema en derramar ayuda sobre circunstancias donde los pobres no son protegidos contra violencia predatoria. Si lo que estamos observando es verdad—que los pobres están viviendo en un caos ausente de ley—entonces vamos a estar significativamente desilusionados en los resultados de nuestros esfuerzos por aliviar la pobreza.

Usted dice que la violencia contra el pobre ha sido invisible. ¿Cómo?

Cuando la gente piensa en la pobreza, te hablan de lo que ven: las chozas, el agua sucia, las familias hambrientas. Esas son las imágenes que vienen a la mente inmediatamente.

Lo que no ven son los asaltos, las cachetadas, las violaciones, la tortura a manos de la policía, y la extorsión. Eso ha sido escondido intencionalmente por el perpetrador. Las víctimas tienen miedo y vergüenza, y se les hace difícil hablar. La gente no habla de lo que no tiene la solución. Las personas que trabajan en el campo del desarrollo y luchando contra la pobreza o a favor de la salud pública no suelen venir del campo policial.

¿Qué puede hacer el cristiano norteamericano común sobre la violencia contra los pobres que ocurre a miles de millas de distancia?

Empieza preguntando: "¿y qué sobre la violencia en mi comunidad?" Es lo mismo que con la epidemia de VIH. Hay tremenda vergüenza que le rodea. La gente no quiere hablar de eso. La Organización Mundial de la Salud dice que la violencia contra la mujer es responsable por más muertes y por la incapacitación de mujeres y jovencitas entre los 14 y 44 años que los accidentes automovilísticos, la malaria, y la guerra combinados.

Pregunte sobre la violencia contra las mujeres y las niñas. Observe si la gente ve al policía como la persona a la que acuden o de la que se esconden cuando se encuentran en problemas. Aquellos que trabajan de cerca con los pobres con frecuencia están muy familiarizados con la violencia, pero no saben qué hacer, por lo tanto no hablan de eso con facilidad.

Si hay una solución a la violencia: el servicio básico en el que nosotros dependemos todos los días, el cuerpo de policía.

Algunos cristianos miran la búsqueda de la justicia social como algo menos importante que la evangelización. ¿Qué les dice usted a los que eso dicen?

Si decimos que amamos al Dios que no podemos ver, y no amamos al hermano a quien si podemos ver, la Biblia dice que el amor de Dios no está en nosotros. Jesucristo también dijo que el amar a alguien es hacer lo que quisieras que te hicieran a ti si tú estuvieras en circunstancias similares. Haz a los demás. Esto simplemente dice que amamos a nuestro prójimo quien sufre bajo la violencia cuando venimos a su auxilio.

Nuestra proclamación de la bondad y el amor de Dios simplemente no tiene ninguna credibilidad si no estamos dispuestos a amar al prójimo en su momento de mayor necesidad. El trabajo a favor de la justicia es una manera de simplemente obedecer el muy explícito mandamiento bíblico. Busca la justicia, rescata al oprimido, dice la Biblia. Es un acto simple de obediencia.

En cuanto a una jerarquía de proclamación [del evangelio], la Biblia dice que debemos amar en palabra y en hecho. ¿Por qué razón voy yo a hacer una jerarquía entre inhalar y exhalar? Tienes que hacer las dos cosas—proclamar verdad en el mundo y amar a tu prójimo.

Algunos cristianos temen que un programa, basado en la iglesia, de abogacía a favor de la justicia va a desplazar la formación espiritual y el discipulado como la misión principal de la iglesia.

Casi ninguno de esos cristianos jamás viviría de esa manera con respecto a sus seres más amados, sus propias familias. ¿Qué pasaría si lo único que hicieras es decirles a tus hijos sobre la fe cristiana y nunca les mostraras amor? Simplemente, no es esa la manera en que los padres cristianos se comportan. Por cierto, ellos saben que si les predican a sus hijos, pero no les muestran amor, que nada de esa predicación va a comunicar la verdad.

Estas dicotomías falsas y cansadas son para otra época, cuando el evangelio estaba dividido entre palabra y hecho. Históricamente, el pueblo de Dios, cuando es obediente a Cristo, es usado por Dios para traer justicia al pueblo.

Yo estoy del lado de la esperanza. Lo he visto con mis propios ojos, y lo he visto profundamente en la historia.

¿Quiénes son los socios ideales para la iglesia en la lucha contra la violencia?

El socio ideal es el cuerpo de Cristo alrededor de todo el mundo. Los occidentales no van a caer en paracaídas y salvar el día. Esta es una lucha fundamental a favor de la justicia que va a tener que ser apropiada por la comunidad local.

Otro socio será las autoridades del gobierno dentro de cada comunidad, dentro de cada país. Esto recobra el trato de la iglesia con el gobierno. Romanos 13 dice que las autoridades son en realidad ministros de Dios para hacer justicia en la comunidad. Los cristianos en otras épocas moldearon la manera en que el gobierno buscaba hacer justicia y fomentar la paz en la comunidad.

¿Qué modelos nos puede señalar?

En la ciudad de Cebu, en las Filipinas, IJM colaboró con líderes comunitarios para conseguir que el sistema judicial protegiera a los menores de edad del contrabando del sexo o trata. El programa se llama El Proyecto Linterna. Un socio clave fue la iglesia, protestante y católica. Se redujo por casi el 80 por ciento la victimización de menores en el negocio comercial del sexo porque la policía protegió a los niños en lugar de proteger a los traficantes del sexo.

¿Qué de ese modelo pude reproducirse en otro lugar?

Eso es lo emocionante de esta historia. Este modelo se está replicando en Manila y en Pampanga. Y estamos viendo que el mismo gobierno está empezando a cubrir los gastos y a tomar la iniciativa. IJM es un socio, pero ya no es la fuerza impulsiva principal. El gobierno mismo está formando cuerpos policiales especializados. Se están estableciendo cortes que aceleran el proceso de los casos de tráfico sexual. el proyecto se está llevando a un nivel nacional. Y estamos en la parte delantera de este esfuerzo.

¿Has tenido algún momento cuando te has arrepentido de haberte subido a un avión con destino a Kigali, Ruanda para investigar el genocidio de 1994? Tu vida no ha sido la misma desde entonces.

Absolutamente cierto. Hubo momentos en que estaba hasta la rodilla en medio de la matanza en Ruanda, cuando me arrepentía de haberme subido a ese avión.

Pero lo que he visto es la manera en que Dios, por su gracia, ha dado a luz a un movimiento vigorizador a favor de la justicia en la comunidad cristiana. Ha usado a los cristianos para rescatar a miles de personas y para empezar a transformar comunidades enteras.

Me considero la persona más privilegiada de poder ver que esto suceda durante mi vida. Se ha sentido como una jornada difícil y dura, pero el gozo y la esperanza y la gracia de Dios que yo he experimentado durante la jornada se ha sentido como un profundo privilegio.

Mi propia parte en la historia, honestamente, se siente bastante pequeña. Dios en realidad no me necesitaba en ninguna manera para lograr lo que se logró, pero fue un acto de gracia al incluirme a mí.

Dios me ha pagado con ánimo y compañerismo de algunas de las personas extraordinarias más valientes. La iglesia está ahora muy ansiosa por escuchar el llamado de Dios para trabajar a favor de la justicia. Es un gran privilegio poder formar parte de esta labor.

Para un recurso en inglés, un estudio bíblico basado en este artículo, vaya a ChristianBibleStudies.com y busque "Love That Brings Real Change."

¿Deben los cristianos leer toda la Biblia en un año?

¿Está pensando en comenzar de nuevo en Génesis 1 al empezar el año? Los expertos nos dan sus opiniones sobre si ese es el mejor plan.

Christianity Today January 30, 2014

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Más de 7.5 millones de lectores terminaron un plan de lectura de YouVersion el año pasado (25 de los más de 700 planes disponible incluyen leer la Biblia en su totalidad). BibleGateway.com empezará a rastrear el porcentaje de personas que terminan los 15 planes que ellos tienen disponibles. Les preguntamos a varios expertos si los cristianos deberían tratar de leer toda la Biblia en un año. Hemos arreglado sus respuestas a lo largo de un espectro con un "si" en la parte superior y un "no" en la parte inferior.

¿Está pensando en comenzar de nuevo en Génesis 1 al empezar el año? Los expertos nos dan sus opiniones sobre si ese es el mejor plan.

"La lectura comprensiva de la Biblia por medio de asignaturas de lecturas diarias se remonta al tiempo de la iglesia primitiva. La comprensión profunda de las Escrituras que esta disciplina provee es esencial al discipulado cristiano. Los planes de un año son una gran manera de lograr eso." ~ John Scandrett, Profesor de teología histórica, Trinity School for Ministry

"El uso de varios ritmos mitiga en contra de reglamentos estrictos. Pero la lectura diaria nos obliga a leer porciones de la Escritura a las cuales no nos sentimos particularmente atraídos, alimentándonos con el consejo completo de Dios y dándonos el retrato más completo posible de quién es Dios." ~ Dane Ortland,Director de publicaciones bíblicas, Crossway Books

"Siento cierto titubeo en recetar cuándo y cuánto la gente debe leer. Es importante captar la historia grande y cómo cada historia pequeña (incluyendo la nuestra) encaja. El tiempo requerido depende de cada persona. No hay un plan que les quede a la medida a todos." ~ Kevin Scott,Editor de adquisiciones, Wesleyan Publishing House

"Lo importante es escuchar a Dios con regularidad a través de su Palabra. Si un plan de lectura te motiva, úsalo. Pero si se vuelve una tarea rutinaria que te desanima a leer las Escrituras, no te dejes cautivar por el método; recuerda la razón." ~ Rachel Barach,Gerente General, Biblegateway.com

"Es una buena cosa para la lista de 'colgar el tenis' de cada cristiano, pero yo nunca he sido un gran aficionado. La mayor parte de la gente no llega ni a fines de Febrero; llegan a Levítico y se rinden. Lo importante no es cuánta Escritura leemos, sino cuánta aplicamos." ~ Whitney Kuniholm, president de Scripture Union USA

Mormón no más

¿Cómo me escapé de la iglesia a la que había amado durante 30 años?

Christianity Today December 23, 2013
Foto por August Miller

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Un viernes de Enero de 2006, en mi casa en Provo, Utah, recibí una llamada telefónica de mi tercer hijo, Micah, que cambió mi vida.

Mi familia y yo disfrutamos de nuestra vida en "Sión," el resultado de la decisión que mi marido, Michael, y yo habíamos hecho como adultos jóvenes a unirnos a la iglesia mormona. Durante siete años, fui profesora titular en la Universidad Brigham Young (BYU), la escuela principal de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD). Michael era un sumo sacerdote, obispo y alto consejero, trabajador del templo, maestro de seminario, y presidente de la escuela dominical. Nuestro primer hijo, Josh, y el segundo, Matt, habían servido en las misiones evangelizadoras, de dos años de duración, requeridas por la iglesia. Nuestra hija Katie también agradó a los líderes de la iglesia con su fe en Cristo Jesús y en José Smith.

Yo despreciaba a los cristianos que seguían sólo la Biblia. Tenían parte del Evangelio, pero yo tenía su plenitud. Yo guardé las leyes y las ordenanzas del mormonismo. Cuando tomaba el sacramento del pan con levadura y agua, cada semana en el templo, creía que estaba dejando que el conserje del pecado barriera toda iniquidad. Yo creía que la iglesia mormona había asegurado mi vida eterna.

Vida en Sión

Nos habíamos unido a la iglesia a los 25 años, después de que unos misioneros mormones tocaron nuestra puerta. Tanto Michael como yo habíamos asistido a iglesias protestantes, pero rara vez leíamos la Biblia. Asumimos que unirnos a la iglesia era una opción cristiana (el 85 por ciento de los conversos mormones provienen del cristianismo). Fuimos incapaces de contrarrestar los misioneros.

Inmediatamente y siempre activos en la iglesia, educamos a nuestros cuatro hijos en la fe mormona. Sirviendo incontables horas en llamamientos de la iglesia, leyendo la escritura mormona, diezmando, asistiendo a reuniones, manteniendo un código de salud, dedicándonos a la genealogía para poder redimir a los muertos en el templo—estas fueron algunas de nuestras ofrendas al dios mormón.

En todos los años de servicio a la iglesia, yo creía que conocía a Jesús. Creíamos que nació primero como un hijo espiritual del Padre Celestial y de la Madre y que vino a la tierra para recibir un cuerpo. Él expió nuestros pecados en el Jardín. Como el fariseo en Lucas 18, pensé que lo conocía mejor que otros a través de la instrucción exclusiva que recibí en el templo.

En 1999, terminé mi doctorado en educación y me contrataron en la Universidad Brigham Young. Nos mudamos a Sión.

Y la vida era buena allí. Los domingos cantábamos:

Grande es su gloria y su sacerdocio sin fin.

Siglos de los siglos las llaves él sostendrá.

Fiel y verdadero, él en su reino entrará,

Coronado en medio de los profetas de la antigüedad.

¿Suena como Jesús? No, este himno es acerca de José Smith. Aquí está el primer verso:

¡Alabado sea el hombre que con Jehová estaba en comunión!

Por Jesús fue ungido ese Profeta y Vidente.

Bendito para abrir la última dispensación,

Reyes le exaltarán y naciones le venerarán.

Al igual que el Padre Celestial y Jesús hicieron antes que él—al igual que el propio Smith—Michael estaba trabajando para convertirse en un dios. Esta era una razón por la que asistíamos al templo con regularidad.

Entonces, algo inesperado interrumpió nuestra vida mormona perfecta. Tres semanas antes de terminar su misión de dos años, Micah llamó para decirnos que sería enviado a casa antes de terminar—una vergüenza horrorosa en la cultura mormona. Él había estado leyendo el Nuevo Testamento. Allí se encontró con un Jesús diferente al que me enseñaron en el mormonismo—un Dios de gracia, no de obras, para que nadie se jactara. Esto captó la atención de Micah.

Micah había declarado en su testimonio de despedida, en un cuarto lleno de misioneros, que había puesto su fe en Jesús solamente y no en la iglesia mormona.

Les dijo que había encontrado una fe profunda y genuina—una fe que no incluía el mormonismo. No fue muy bien recibido. Los líderes de la iglesia nos dijeron que Micah tenía el espíritu del diablo en él, lo enviaron a casa y, posteriormente, ya en Utah, nos invitaron a llevarlo ante el sumo consejo. Para evitar que fuese excomulgado, pusimos a Micah en un avión fuera de Utah. Su expulsión puso a nuestra familia en caos.

Cuando abordó el avión en Utah para empezar un grupo musical y un nuevo ministerio en la Florida, Micah nos rogó: "Mamá y papá, por favor lean el Nuevo Testamento." Comenzamos a hacerlo. Apenas comía o dormía, porque me consumía el deseo de leer más sobre el Dios de la gracia. Eso era todo lo que quería hacer.

Después de la expulsión de Micah, las preguntas sobre el mormonismo que había albergado durante años—acerca de mi bendición patriarcal, sobre la historia de la iglesia acerca del racismo, sobre el alcance de la expiación de Cristo—surgieron con mayor urgencia. Seguí el consejo de Micah y comencé a leer la Biblia en traducciones más fáciles de entender que la versión autorizada por los mormones (King James Version).

En Juan, leí: "Estas Escrituras mismas son las que dan testimonio de mí, sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida." La salvación no requería la iglesia mormona, sino solo a Jesús. Empecé a ver que el mormonismo enseña un evangelio diferente de lo que enseña la Biblia.

Cuando leo lo que Jesús dijo en Juan 6:44: "Nadie puede venir a mí sino lo atrae el Padre que me envió." Yo sabía que estaba siendo atraída—absorbida, arrastrada, transportada. En física, un horizonte final es un límite más allá del cual la fuerza de gravedad es tan poderosa que no hay escapatoria. Este fue mi horizonte final. Al leer la Biblia, mi apetito por Dios creció exponencialmente. Me sentí atraída hacia él a una velocidad cada vez mayor.

Luego, en una tarde fría de octubre en 2006, Michael y yo nos quedamos con Katie en el sótano para ver la película Lutero. Mi corazón latía con fuerza mientras me enteré de la lucha de los reformadores contra la iglesia católica. Parecía que yo enfrentaba una lucha similar. ¿Realmente creía que el sistema mormón de obediencia a las leyes y ordenanzas podía asegurar mi perdón? ¿O creía yo lo que la Biblia enseñaba, que sólo Jesús era el camino, la verdad y la vida?

Esa noche, marchando apresuradamente hacia el punto de no regreso, inclinada con la cara sobre la alfombra y los brazos extendidos, grité a Jesús, "soy tuya, sálvame." Fui así abrazada instantáneamente al lado de Cristo.

A partir de entonces, Dios se hizo personal. Hablaba con él. A veces respondía. Tenía sueños austeros. En cuanto rendí mi completa voluntad a la suya, él parecía estar guiándome suavemente hacia alguna parte. Se presentó en mi vida en momentos inesperados y me enseñó a través de otras personas y por medio de las circunstancias, a través de la Palabra y en la oración. Fue extraño al principio—enervante. Nunca había experimentado nada como esto. Algunos días me detenía a recobrar un poco de aliento. Dios me consiguió un trabajo que no había solicitado para que yo pudiera salir de la Universidad Brigham Young. Él vendió nuestra casa el día después de que renunciamos a la iglesia mormona. Esto debe ser lo que los cristianos llaman una relación personal con Jesús.

He descubierto que este Jesús no podía ser limitado por las leyes y ordenanzas de la religión. Jesús es real. Esta relación palpable me transformó.

Sangre consoladora

Alrededor de un mes después que Katie vino a Cristo, ella soñó sobre un patio de piedra en forma de un círculo. Se vio a sí misma como una niña pequeña, guiada por un hombre mientras caminaba a través de una puerta que parecía un corral de ovejas. Había pequeños charcos de sangre en el suelo, pero ella no tenía miedo. Este patio era el lugar donde Jesús había sido golpeado y azotado hasta la muerte, la sangre era de él.

Katie miró directamente hacia el hombre, que llevaba una túnica y un chal sobre la cabeza, e inmediatamente confió en Él. El hombre se arrodilló para mirarla directamente a los ojos. Tomando el chal de su cabeza, tocó el suelo manchado de sangre y suavemente comenzó a cubrirla con la sangre, comenzando con su cabeza. Él le sonrió, como si ella fuera el gozo puesto delante de él.

Este es el Jesús que mi familia y yo ahora conocemos. Él me ama personalmente. Devoro su Palabra y lo encuentro allí. Él me conoce y me enseña. No necesito las leyes y ordenanzas de la iglesia mormona para ser salva. Sólo necesito a mi amado Jesús.

Lynn Wilder es autor de Unveiling Grace: The Story of How We Found Our Way Out of the Mormon Church (Zondervan).

Philomena

Un periodista hostil a la religión ayuda a una mujer católica a buscar al hijo que le habían quitado.

Christianity Today December 12, 2013
Alex Bailey / The Weinstein Company

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Nuestra clasificación
Clasificación promedio
Classificación MPAA: PG-13 (por lenguaje)
Género: Drama
Dirigida por: Stephen Frears
Longitud: 1 hora 38 minutos
Reparto: Steve Coogan, Judi Dench, Michelle Fairley, Sophie Kennedy Clark
Fecha de estreno: 27 de noviembre, 2013 por The Weinstein Company

Advertencia: Esta película está inspirada en una historia real, por lo que muchos de los espectadores ya sabrán el resultado. El crítico ha intentado evitar detalles que delaten el argumento, sin embargo, con el simple hecho de abordar temas de la película se podrían adivinar los giros de la trama.

Philomena se basa en el libro de Martin Sixsmith The Lost Child of Philomena Lee. Steve Coogan interpreta a Sixsmith, quien se encuentra dolido al inicio de la película. Él acaba de perder un trabajo prestigioso como periodista y cree que su despido fue injusto e injustificado. Pero no importa a dónde va, nadie parece estar interesado en escuchar su lado de la historia.

Philomena Lee (Dench) se encuentra en una situación similar. Cuando tenía diecinueve años, se vio obligada a trabajar (servidumbre) por deudas a pagar: La vivienda y el cuidado que las monjas irlandesas le proporcionaron. Ahora, cincuenta años más tarde, la persigue la curiosidad por conocer aquel hijo que le fue quitado. Philomena se ha contactado con el orfanato donde trabajó en varias ocasiones, pero lo único que sabe es que todos los registros se han perdido. Le recuerdan que había firmado un documento de "entrega de derechos de madre" y que se había comprometido a no intentar ponerse en contacto con su hijo.

Sixsmith se compromete a utilizar sus habilidades de reportero para ayudar a Philomena en la búsqueda de su hijo. A cambio, él tendrá acceso y el derecho de publicar la historia que considera es de interés humano, que cree que podría ayudarle a recuperar su carrera.

Esta es una película que permite a los artistas lucirse. Y ambos actores hacen una tremenda labor. Probablemente no hay un adjetivo en el diccionario que no se haya puesto ya a los pies de Dench [como actriz] y Coogan está muy a la par con ella en lo que es sin lugar a dudas un rol difícil—y mucho más antipático. Philomena divaga alegremente sobre novelas románticas y muestra su fascinación por las películas que se exhiben en las habitaciones de los hoteles de lujo donde se hospedan. Sixsmith menosprecia el provincianismo de Philomena y su ingenuidad moral pero a la vez se siente desarmado por su franqueza. Sus interacciones son lo que hace que la película sea agradable.

Aunque la película es una pieza exitosa como entretenimiento, si Philomena va a inspirar o desafiar a la audiencia como una obra de arte dependerá de cómo el espectador interpreta el mensaje de la película sobre la religión. Philomena puede ser forzada a reevaluar su relación con la iglesia conforme se revela la verdad sobre su hijo. Y Sixsmith, como el substituo de la audiencia, es el juez. Tomando en cuenta lo que ha aprendido acerca de la iglesia, ¿cómo puede Philomena aferrarse a sus enseñanzas?

Philomena se hace a sí misma estas preguntas, incluso antes del clímax de la película. En una escena clave, Philomena asiste a la confesión, pero no puede seguir la práctica rutinaria que le fue inculcada desde su infancia. Pero más tarde, después de que ella se enfrenta a una monja anciana, Sixsmith acusa a Philomena de falta de autenticidad, de seguir con los "procedimientos" y recitar las palabras de perdón en lugar de dejar salir todo el odio y la amargura que él supone que Philomena debe estar albergando.

Sixsmith se escandaliza de que ella, o alguien más, pudiera pensar que grandes actos de maldad podían ser hechos a un lado tan fácilmente con tal solo decir algunas palabras. Philomena constesta astutamente, "¿Tú crees que eso fue fácil?"

Pensé que Philomena era sobre Philomena. Por lo tanto, consideré el final sublime. Pero otros pueden tener sus reservas. En primer lugar, Sixsmith, profesando ser ateo (o muy anti-iglesia), no se presenta como un monstruo. La película da bastante munición para cualquier persona que quiera argumentar que la iglesia tiende más a hacer daño que a prestar ayuda. (Eso es un argumento que depende mucho sobre la manera de medir lo que es intrínsecamente imposible de cuantificar.) Sin embargo, aunque Sixsmith pudiera estar equivocado acerca de Dios, él no está equivocado en todo, e incluso Philomena reconoce, a cierto nivel, que ella lo está usando tanto como él está tratando de usarla. Él va a hacer cosas que ella no haría, pero ella no habría llegado a la verdad sin la disposición de Sixsmith de desafiar la autoridad de la iglesia.

A algunos también les puede resultar preocupante que mientras que la película alaba la fe, se pudiera leer como la fe de la persona, no la fe de la institución. Me pregunto qué tanto las audiencias modernas (y me refiero a los post-románticos) estan conscientes de lo mucho que, en general, tendemos a desconfiar de las instituciones, y lo mucho que eso influye en nuestra conceptualización de la fe. Y es posible leer a Philomena diciendo que la religión está en el orfanato, en la hermandad, en la institución. Luego vemos el profundo moralismo de Philomena como lo contrario de dicha "fe," en lugar de su expresión.

Cuando contemplaba a Philomena, yo también pensé en su relación con la fe de esa manera, pero lo rechacé, por dos razones. Primero: las películas del director Stephen Frears son casi siempre de personas que anhelan la autenticidad, mientras que luchan contra las limitaciones ideológicas, sociales o políticas. Frears (permítanme decirlo) es tal vez el director más infravalorado de la actualidad. Relaciones peligrosas, Negocios Ocultos, Alta Fidelidad, Mrs. Henderson presenta, La Reina, Chéri, Tamara Drewe—todas sus películas no son sólo consistentemente excelentes, sino que también lidian con lo difícil que es experimentar la brecha entre como pensamos que el mundo debe funcionar, y cómo realmente funciona.

Así que, al poner a Philomena en este contexto, es difícil verla como una expatriada triunfante de la fe . Tiene más sentido verla como un heroína herida, luchando con la depresión existencial y tratando de encontrar la manera de marchar hacia adelante. En este caso, su solución es aferrarse a la religión.

Pero Philomena es católica hasta la médula. Algunos espectadores protestantes desearán que ella rechace la Iglesia, sobre todo aquellos que han comprado la idea cultural de que la fe auténtica e individual es lo contrario de la religión institucional y de empresa. Y en las manos de un artista menor, pienso que Philomena hubiera encarnado ese conflicto. La película nos permite expresar nuestras dudas y críticas al mismo tiempo que nos permite distanciarnos de ellas (puesto que se aplica a los católicos malvados, no a nosotros).

Sin embargo Philomena no mira a la monja con odio diciendo: "Esto es el catolicismo, y yo no quiero nada de eso." En cambio, en sus palabras y hechos, promulga la enseñanza católica. Si bien es cierto que la iglesia le ha herido (y levante la mano si usted es protestante y nunca ha sido herido por una iglesia, congregación o denominación), también le ha dado un don precioso. Le ha enseñado a saber qué hacer con la herida, cómo responder a ella, y cómo ser empática en su sufrimiento, sin terminar llena de odio.

Philomena termina con un gesto de Sixsmith que puede ser interpretado como un gesto cínico. Creo que su intención fue ser amable. Sixsmith no se ha reconciliado con la Iglesia, ni tampoco con Dios, pero si se ha reconciliado con Philomena. Parte de lo que hace que los símbolos sean tan peligrosos es que pueden ser objeto de apropiación. Durante la mayor parte de la película, los símbolos católicos—rosarios, estatuas, velas—y los rituales que les acompañan, solo le traen a Sixsmith asociaciones negativas. Al final, dichos símbolos han tomado otra asociación negativa—sin embargo, tal vez por primera vez, también tienen una asociación positiva, gracias a Philomena.

Aviso al espectador

Una vez al año, más o menos, parece haber un conflicto sobre la clasificación que debe darse entre el estudio que produjo la película y la agencia MPAA que otorga la clasificación. Philomena tiene una clasificación PG-13 debido al lenguaje, y me parece acertado. (Hubo algunas murmuraciones que quizás la película, al igual que The King's Speech, iba a recibir una clasificación R debido solamente al lenguaje.) Habrá algunos que objetarán que el contexto del lenguaje lo hace menos problemático que en otras películas que han sido similarmente clasificadas. Simpatizo con dicho argumento al igual que con la preocupación más amplia que dice que los editores pueden evitar las palabras claves que les permiten recibir una clasificación menor aunque el tono total de la película es más violento, desagradable, crudo o vulgar. Sin embaro, lo cierto es que, el lenguaje profano, obsceno o sugestivo es algo sobre lo que algunas audiencias tienen diferentes umbrales de tolerancia. Considero apropiado que los adolescentes vean la película. Los menores de trece años probablemente han oído peores cosas, pero también puediese ser un tanto aburrida para ellos. Además, hay una escena de parto que podría ser molesto para algunos espectadores más jóvenes, y un tanto franca, así como las discusiones sobre las preferencias sexuales alternativas.

Kenneth R. Morefield es profesor asociado de inglés en Campbell University. Es el editor de Faith and Spirituality in Masters of World Cinema, Volumenes I & II, y el fundador de 1More Film Blog.

Toda la fe que vale la pena publicar

Cómo informa Miqueas 6:8 la labor del galardonado Michael Luo, reportero del New York Times.

Christianity Today December 12, 2013
Foto por Brad Guice

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Michael Luo pasea por el centro de Manhattan rumbo a un almuerzo de sushi, reflexionando acerca de las últimas renovaciones de su apartamento y sobre los Knicks de Nueva York . Pero cuando la conversación se dirige a su trabajo de estos días— reportando para el New York Times sobre las lagunas en las leyes existentes sobre las armas de fuego—Luo se pone serio.

"Mi esposa preferiría que reportara sobre otro tema," dice Luo. "Sin duda, ha dado lugar a cierta aprensión." Mientras trabajaba en una historia acerca de la enfermedad mental y las armas de fuego, tuvo que notificar a su editor a dónde iba, y cuándo se iba—similar a los protocolos en cuanto a reportarse mientras trabajaba, por un tiempo breve, en el buró del New York Times en Bagdad.

Sin embargo, es este tipo de trabajo sombrío que le ha permitido a Luo, de 37 años de edad, ganar el Premio George Polk sobre reportaje de la justicia penal, el Premio Livingston para Jóvenes Periodistas mientras trabajaba en el Associated Press, y obtener un trabajo en el New York Times, donde ha laborado desde el año 2003. Ha reportado todo tipo de temas, desde las últimas dos campañas presidenciales, el huracán Katrina y la guerra en Irak. Recientemente, Luo se ha concentrado en la industria de las armas y la amplia disponibilidad de las armas de fuego—lo que le valió una nominación al Premio Pulitzer y el aparecer repetidas veces en la primera plana del periódico.

Luo se convirtió al cristianismo cuando era estudiante en la Universidad de Harvard, y en la actualidad asiste a la Iglesia Presbiteriana Redentor con su esposa e hija. Recientemente habló sobre su fe y su trabajo con Paul Glader, profesor de periodismo en la universidad The King's College y ex escritor del Wall Street Journal.

¿Qué es lo que otros cristianos más a menudo malinterpretan sobre el periodismo, sobre todo la transmisión de noticias?

Sus malentendidos [no son] tan diferentes de los malentendidos que tienen los no cristianos. Los periódicos, incluyendo el New York Times, no han hecho el mejor trabajo, en este período de profundo escepticismo, de explicar lo que hacemos. Se asume que la gente sepa principios básicos, como el hecho de que la página editorial y el departamento de noticias están separados, o que los columnistas de opinión son diferentes de los periodistas. En un período de tanta polarización política, [explicar lo que hacemos] es esencial.

Muchos cristianos consideran el New York Times hostil hacia la fe evangélica. ¿Es esta una evaluación justa?

La mayoría de los evangélicos—y no evangélicos—se sorprenderían al ver los grandes esfuerzos que hacen los reporteros y editores para cubrir las noticias. Agonizamos casi a diario sobre oraciones en particular, incluso frases, que se deben usar en los artículos y los titulares, en las líneas de resumen y leyendas en la red, para asegurarnos de que sean justas e imparciales. ¿Siempre lo conseguimos? No, pero el esfuerzo está siempre allí.

Por otro lado, a veces no se puede saber lo que uno no sabe. Una gran cantidad de reporteros y editores del Times no conocen ningún evangélico, nunca han puesto un pie en una iglesia, y tienen una visión de la vida que está muy lejos de la percepción evangélica." . . . Puede ser que no saben que el ser evangélico es una orientación teológica, no necesariamente una orientación política, que hay una diferencia entre el fundamentalismo y la perspectiva evangélica, que muchos de los evangélicos no creen que la tierra fue creada en seis días de 24 horas, que no todos los evangélicos creen en el rapto. La ignorancia puede llevar a caracterizaciones inexactas y engañosas. Y sí, puede dar lugar a que se escapen sesgos o distorsiones que afectan la manera en que los cristianos son descritos.

¿Cómo solucionar esto? En muchos sentidos, este es un asunto de diversidad en la sala de redacción. En el 2005, el periódico convocó un comité interno para examinar cómo podrían mejorar la credibilidad entre los lectores. Abordamos nuestro punto ciego de la religión en un informe final. . . lo que sugiere que debemos contratar periodistas talentosos "que resulta que tienen experiencia militar, que conocen la zona rural de primera mano, que se sienten en casa en diferentes religiones."

Como reportero que se identifica públicamente como cristiano, ¿está usted solo en el Times?

El Times es como muchas otras instituciones cosmopolitas: está lleno de gente con un alto nivel educativo, muchos de los cuales fueron a las mejores universidades. A menudo, hay una escasez de cristianos en este tipo de lugares, y el Times no es la excepción. Yo no estoy al tanto de la fe de todos mis colegas, pero definitivamente no estoy solo. Yo sé de un puñado de cristianos en la sala de redacción, personas cuya fe es como la mía, incluyendo personas que realmente sorprenderían al público.

Definitivamente no estoy solo. Yo sé de un puñado de cristianos en la sala de redacción, personas cuya fe es como la mía, incluyendo personas que realmente sorprenderían al público.

¿Por qué escogiste ser reportero y el periodismo?

Siempre me ha gustado leer y escribir, así que cuando pensaba en posibles carreras en la escuela preparatoria, ser capaz de ganarme la vida escribiendo era algo que me pasó por la mente. Es por eso que me uní al periódico de la escuela de Harvard. También allí comencé una revista.

Sin embargo, habiéndome convertido en un cristiano en la universidad, después de crecer en un ambiente no religioso, traté de ordenar mis planes de carrera con la perspectiva del reino. Para mí, un verso influyente ha sido: "¿Qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios." El periodismo es una carrera en la que podía buscar la justicia y la misericordia. Algunas personas se sienten atraídos por el periodismo a causa de las palabras. Yo me sentí más atraído por lo que las palabras pudieran hacer.

¿Cómo su fe afecta su trabajo?

En primer lugar, todos los reporteros llevan sus orígenes a sus puestos de trabajo, lo que les ayuda a cubrir ciertas historias mejor que otras. . . . Trabajé como reportero de la sección de religión durante un año en el Times, pero incluso cuando no soy reportero de religión específicamente, siempre he tropezado con historias relacionadas con la fe. Por ejemplo, cuando yo estaba cubriendo la guerra en Irak, escribí acerca de la difícil situación de los cristianos iraquíes; cuando cubrí la campaña presidencial de 2008, escribí acerca de la fe de Hillary Clinton.

Ser cristiano también me da una cierta fluidez. Me ha ayudado a construir una buena relación con todo tipo de personas, desde la madre de una víctima de asesinato hasta las personas que asisten a la Cumbre de los Valores del Votante .

Sin embargo, lo más importante es que ha sido mi fe la que ha dado vida a todo lo que hago. Creyendo que puedo hacer una diferencia, mi fe me ha guiado a las historias y noticias que he buscado, como la historia de tres personas pobres de raza negra que sufrían de discapacitación mental y que fueron encarcelados en Alabama por matar a un bebé que probablemente nunca existió [la historia que finalmente ganó el Premio George Polk y el Premio de Livingston para periodistas jóvenes], o escribir sobre el impacto humano de la recesión económica, lo que hice durante dos años en el Times.

Sus últimos reportajes de investigación se han centrado en los problemas y lagunas en las regulaciones y leyes existentes sobre armas de fuego. ¿Por qué empezó a escribir sobre estos temas?

Mis historias de investigación de este año relacionadas con armas de fuego en realidad se remontan al 2011, cuando me mudé de la sección que cubre noticias nacionales a la de investigaciones. Yo había ayudado a cubrir el tiroteo de Gabrielle Giffords, entre otros, como corresponsal nacional en Tucson. Empecé a entrevistar a los investigadores de salud pública haciéndoles preguntas básicas sobre lo que sabemos del impacto de las armas de grueso calibre o alta capacidad, o la verificación de antecedentes criminales, o incluso si las comunidades con menor número de armas de fuego eran más seguras .

Fue entonces cuando me enteré de que la financiación, para este tipo de labor investigativa, se había reducido al mínimo a mediados de la década de 1990, en gran parte debido a la influencia de la Asociación Nacional del Rifle. Eso se convirtió en un artículo de primera página que, a su vez, dio lugar a otros más relacionadas con armas de fuego.

Estaba hurgando en reportajes de investigación relacionados con armas de fuego cuando se me pidió que pasara al área de investigaciones. Mis nuevos jefes me preguntaron si tenía algunas ideas, y mencioné que había estado explorando cómo un número creciente de estados estaban permitiendo que las personas con antecedentes de enfermedad mental podían someter una petición para que se les permitiera volver a tener armas de fuego. Eso me pareció muy interesante y me llevó a escribir mi primer largo artículo de investigación sobre las armas de fuego. Pude escribir varios más, culminando en una serie que fue nominada por el periódico para el Premio Pulitzer.

Después de las elecciones del 2012, había pasado dos meses inmersos en un proyecto sobre la pobreza, cuando ocurrieron los tiroteos en Newtown, Connecticut. Mis jefes me pidieron volver a hacer reportajes de investigación relacionados con armas de fuego. Eso me llevó a escribir otra serie de artículos este año bajo el título "portar armas," sobre el impacto de la amplia disponibilidad de armas de fuego y la influencia de la industria de las armas de fuego, incluyendo, recientemente, un artículo de 5,000 palabras sobre accidentes con armas de niños, en la que descubrimos que las estadísticas federales de mortalidad están subestimando significativamente este tipo de muertes.

El Pastor Rick Warren ha estado hablando más sobre las armas de fuego desde que su hijo Matthew se suicidó después de obtener un arma de fuego a través de la Internet. Partiendo desde la experiencia que usted tiene y los reportajes que ha hecho, ¿cómo le gustaría a usted ver a los cristianos pensar y hablar acerca de las armas de fuego?

Esto es obviamente un territorio increíblemente traicionero, sobre todo para un periodista que trata de simplemente dejar que la obra investigativa hable por sí misma. En primer lugar, claro, esto no es un tema que ha conseguido muchos adeptos en los círculos cristianos a este punto. No se ha convertido en un gran punto de convergencia para los cristianos, ya sea liberal o conservador. He leído, sin embargo, algunos comentarios de los bloggers cristianos después de la entrevista que Rick y Kay Warren dieron a Piers Morgan, preguntándole si podría tomar este problema y tratar de poner en marcha un movimiento cristiano a favor del control de las armas de fuego. Estoy muy interesado en ver lo que se desarrolla en ese frente.

En un intento de buena fe para responder a su pregunta, me parece que este es uno de esos temas en los que muchas personas simplemente toman la Biblia y la aplican de una manera que apoye el punto de vista que ya tenían. Hay una variedad de principios, por supuesto, que se pueden aplicar, desde amar al prójimo hasta dar al César lo que es del César. Por encima de todo, sin embargo, espero que los cristianos lleven al debate sobre el control de armas las virtudes de la cortesía y la humildad. ¡Cuán grande sería si los cristianos pudieran ayudar a abrir el camino inaugurando un espíritu de sensatez y de decoro en un tema que se ha convertido casi irremediablemente en un polarizador!

Algunos lectores conocerán el nombre de Juan McCandlish Phillips, otro reportero del New York Times y un cristiano que murió este mes de abril. ¿Qué clase de ejemplo fue él para ti?

Conocí a John en una reunión de un grupo de periodistas cristianos. . . . Aquí estaba este hombre flaco, de edad avanzada, muy alto, que se parecía a una versión moderna de Ichabod Crane—quien se presentó conmigo con una voz sibilante y aguda—"John Phillips, ex reportero del New York Times." No tenía idea de quién era, pero luego, por supuesto, descubrí que él era toda una leyenda.

Cuando conocí a John, yo todavía era un reportero de la Associated Press. Se interesó en mí, como lo hizo con una gran cantidad de periodistas cristianos jóvenes prometedores. Él repartió consejos y aliento, y era a menudo sólo un oído atento para nosotros. John se alegró mucho cuando me mudé al New York Times, y seguido me enviaba notas acerca de las historias que yo había escrito.

En cierto momento, al principio de mi carrera en el New York Times, había enviado una nota a algunos editores principales del periódico, que luego ellos pasaron a otros editores, sobre algunas ideas que yo tenía sobre nuestra cobertura de la religión, en la que revelé mi fe personal. Un editor de muchos años de experiencia me envió una nota apreciativa, en la que recordó a John y cómo solía conducir las reuniones de oración en un cuarto justo al lado de la sala de redacción. John también tenía la fama de siempre tener una Biblia sobre su escritorio en un lugar bien visibles.

Mucho de lo que John solía hablar no se trataba de evangelizar a la sala de redacción, sino simplemente ser excelente en el periodismo, porque eso es lo que Dios quiere. John fue un ejemplo para mí.

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