¡Vivan los evangélicos!

Los hispanos no solo están condimentando la cultura de Estados Unidos, también son el combustible del gran crecimiento en la iglesia norteamericana.

Christianity Today August 14, 2013
Sarah L. Voisin / The Washington Post / Getty

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Nota del editor: En abril de 2013, la revista Time causó sensación con una historia titulada simplemente "¡Evangélicos!" En su cubierta, elaboró un poco más diciendo: "La reforma latina: Dentro de las nuevas iglesias hispanas transformando la religión en América."

Christianity Today le ganó a Time hace más de 20 años con su artículo de cubierta del 28 de octubre de 1991 "¡Vivan los evangélicos!" escrito por Andrés Tapia.

Ambos artículos hablan del tremendo crecimiento que han experimentado los evangélicos latinos en los Estados Unidos, ofreciendo retos y oportunidades tanto para las iglesias católicas como para las protestantes. También predicen el crecimiento y la influencia de la población hispana, esperando que llegue a ser una gran fuerza cultural a nivel nacional. En 1991, Christianity Today pronosticó que para el año 2070 la población hispana llegaría a los 57 millones, haciendo de los hispanos el grupo minoritario más grande en los Estados Unidos. El pronóstico resultó demasiado conservador. Los hispanos se convirtieron en el grupo minoritario más grande del país en el 2001 cuando alcanzaron los 37 millones, y para el 2011, la población hispana en EU ya había llegado a un poco menos de 52 millones.

Para permanecer al día sobre estadísticas de los hispanos y el perfil sociológico, por favor visite Barna: Hispanics y también el Pew Research Hispanic Center.

Una de las cosas que no ha cambiado desde 1991 es el temor que mucha gente experimenta cuando enfrenta el cambio sísmico demográfico. Los asuntos de inmigración y de población son complejos y exigen cambios cuidadosamente diseñados en la política pública. Sin embargo, lo más probable, es que la población hispana va a fortalecer el etos pro-fe, pro-familia, y pro-trabajo que ayudaron a hacer de los EU una nación fuerte económicamente.

Aunque muchos de los asuntos que se presentan en el artículo, en 1991, han permanecido constantes hasta el día de hoy, no obstante, la iglesia católica ha aumentado sus esfuerzos por retener a sus miembros latinos. Sólo el tiempo lo dirá, pero sospechamos que sus esfuerzos han llegado demasiado tarde para preservar la influencia católica tradicional sobre el inmigrante hispano. El día de hoy, la asistencia a la iglesia entre los hispanos que siguen identificándose como católicos es significativamente más baja que entre los hispanos evangélicos.

He aquí un cambio positivo que se debe mencionar: dentro de la iglesia, ha sanado la distancia que existía entre la generación inmigrante con su deseo de retener su idioma y su cultura, y la generación más joven que nació en Estados Unidos y quienes se han asimilado y prefieren el inglés, mientras que al mismo tiempo mantienen el amor a la comida, la música y otras marcas de su herencia cultural. El Dr. Jesse Miranda, a quien se cita en el artículo de 1991, ha jugado un lugar clave en reducir dichas tensiones, y conforme los líderes más jóvenes han ido entrando al escenario, los latinos evangélicos se han ido ajustando a esa nueva manera de ser hispano en los Estados Unidos.

Una nota más: Andrés T. Tapia, que en 1991 era un joven periodista Peruano-Americano es ahora presidente de Diversity Best Practices.

En el tramo de dos millas entre las playas de Montrose y de la Avenida Foster a la orilla del Lago de Chicago—con condominios costosos al oeste y arquitectura de calidad al sur—miles de hispanos celebran el día de los soldados caídos. Salsa, el ritmo contemporáneo de América Latina, brota de grandes equipos de música marca Sony y se mezclan con expresiones en español salpicadas de algunos "hey man" que llenan el aire; el olor a tortilla calentándose sobre la parrilla Weber Smokey Joes se lo lleva el viento por todo el parque, y jugadores de fútbol que suscitan grandes ovaciones de familias enteras, incluyendo los padres, hermanos, abuelos, tías y tíos; primos, primos segundos y hasta el vecino de al lado.

Una pareja de Anglos pasan rápidamente en sus bicicletas, el hombre murmura: "¡Siento que estoy en otro país!"

La latinización de los Estados Unidos

Según la Oficina del Censo, para el 2070, los 21 millones de hispanos que se encuentran legalmente en los Estados Unidos (se calcula que hay alrededor de otros 10 millones de hispanos indocumentados) se habrán multiplicado a 57 millones, convirtiéndoles en la minoría más grande en los Estados Unidos. Actualmente, en algunas ciudades del estado de Texas, los Hispanos representan la mayoría (en Laredo, 95 por ciento, en El Paso, el 68 por ciento, y en Corpus Christi, el 51 por ciento), y en algunas regiones importantes constituyen un número sustancial de residentes (37 por ciento del condado de Los Ángeles y 24 por ciento en California). En los años setenta, la población hispana creció un 61 por ciento, según el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, mientras que toda la población de los Estados Unidos creció sólo un 1.5 por ciento. En los años ochenta la tasa de crecimiento Hispana fue del 34 por ciento.

Para el 2070, los 21 millones de hispanos que se encuentran legalmente en los Estados Unidos se habrán multiplicado a 57 millones, convirtiéndoles en la minoría más grande en los Estados Unidos.

La explosión Latina condimenta casi todas las esferas de la vida norteamericana. Se puede escuchar a Judíos en Skokie, Illinois tarareando "La Bamba" al salir de las salas de cine; los profesionistas bailan en las discotecas al ritmo del "Golpe de Conga" del grupo Miami Sound Machine, lejos de sus preocupaciones sobre la bolsa de valores; los adolescentes se vuelven locos por el rompecorazones Latino Isai Morales; y todo el mundo, incluyendo los Escandinavos en Willmar, Minnesota, están comiendo tacos.

Pero los cambios van más allá de la copia editorial de la revista People. Las cifras traen consigo poder.

Los candidatos políticos buscan tener el voto hispano. Michael Dukakis dio parte de su discurso de aceptación en español, mientras que el candidato Bush, en un esfuerzo por llegar a los votos hispanos (un fallido intento) se refirió a sus nietos de origen México-Americano como "mis pequeños de piel café." En Chicago, con el 20 por ciento de la población, los hispanos mantienen el equilibrio de poder entre las comunidades blancas y afroamericanas, cada una representando el 40 por ciento de la ciudad.

Mientras tanto, la Avenida Madison solicita los dólares de los hispanos. Con un poder adquisitivo de 130 mil millones de dólares, los Hispanos atraen cada vez más la atención de empresas como Procter & Gamble, quienes invirtieron 30 millones de dólares en el año de 1990 en publicidad para Hispanos. P & G, Anheuser-Busch, Campbell's, y una miríada de otras empresas gastaron más de 628 millones el año pasado en publicidad dirigida a los Hispanos (a veces haciendo uso de muy malas traducciones), en una de las dos cadenas nacionales de televisión Hispana, 145 revistas en español, 30 publicaciones bilingües o en Inglés, o 450 estaciones de radio en español.

Los números también traen consigo temor.

La Reforma de Inmigración y el Acuerdo de Control aprobó hace cuatro años conceder la amnistía a ciertos extranjeros indocumentados, ha hecho también que sea un delito contratar a aquellos que no califican para la amnistía, causando que algunos empleadores se rehúsen a contratar cualquier persona de ascendencia hispana.

El ex senador estadounidense S. I. Hayakawa del estado de California, fundador del movimiento "Sólo Inglés," muy preocupado por el crecimiento Hispano, desea que se declare el idioma Inglés como la lengua oficial de los Estados Unidos. Representando el mismo sentir, una vez al mes, los californianos de raza blanca se reúnen a las orillas de la frontera para ayudar a atrapar a personas extranjeras que intentan cruzar hacia lo Estados Unidos de manera ilegal.

La latinización de la iglesia

Además de ser el grupo étnico con mayor crecimiento en los Estados Unidos, los hispanos son también el segmento de mayor crecimiento dentro de la iglesia protestante. Según varias encuestas, más del 20 por ciento de los hispanos son protestantes (una cifra sorprendente dada la asimilación virtual del catolicismo a la cultura hispana). En las últimas dos décadas, el crecimiento se ha elevado a un ritmo vertiginoso. De acuerdo con estudios realizados en parte por Clifton Holland, Director Ejecutivo de la Asociación de Evangelización a Fondo, el número de congregaciones protestantes hispanas en el sur de California subió de 320 en 1970 a 1,022 en 1986 a 1,450 en 1990.

Algunos factores que contribuyen al aumento son: el aumento explosivo de la inmigración legal e ilegal, la tasa más alta de nacimiento de todos los grupos étnicos, y las deserciones masivas de la iglesia católica. La razón de las deserciones es la que define la historia de los hispanos y de la iglesia evangélica hispana.

Las deserciones de la Iglesia Católica en los Estados Unidos, hacia las denominaciones protestantes, se están produciendo a un ritmo de 60,000 al año o 1 millón en 15 años. Este es el informe presentado en 1987 por Alan Figueroa Deck, un teólogo y especialista en estudios hispanos en la Conferencia Nacional de Obispos Católicos.

El sociólogo religioso, el Padre Andrew Greeley, se refiere a este éxodo como un "fracaso eclesiástico de proporciones sin precedentes."

Deck y otros apuntan a los estudios que demuestran que los hispanos constituirán la mayoría de fieles católicos en los Estados Unidos para el año 2000. Sin embargo, como Roberto González y Michael Lavelle señalaron en "Los Hispanos católicos en los Estados Unidos" menos del 23 por ciento de los hispanos católicos están practicando su religión. Esto tiene a los líderes católicos en verdadera consternación. Deck señaló a los obispos católicos de la nación: "Si desaprovechamos este momento histórico, la ventana de oportunidad podría cerrársenos en los años venideros."

Lo cierto es que, el Vaticano está preocupado por este fenómeno. En la primavera del año de 1987, el Papa Juan Pablo II realizó su segunda visita a los Estados Unidos. Sus paradas: Miami, San Antonio y Los Ángeles, son tres ciudades con poblaciones hispanas significativas. Como en todos los grandes cambios demográficos, todos los factores de atracción y repulsión están a la mano de una iglesia que en este siglo ha servido fervientemente a inmigrantes de la nación. Estos factores se pueden resumir en: intimidad, oportunidad y expresión.

Intimidad

El énfasis en las iglesias evangélicas sobre tener una relación personal con Dios y en la comunión de los creyentes es una invitación a la intimidad, tanto a nivel divino como humano.

Jesse Miranda, presidente y fundador de AHET (un instituto de investigación en Pasadena, California, dedicado a examinar las cuestiones que afectan a los Hispanos en la iglesia estadounidense) y fideicomisario del Seminario Teológico de Fuller, explica que la necesidad de intimidad entre los hispanos es especialmente aguda. No es sólo lo importante que es la relación personal en la cultura latina, sino también que como con cualquier grupo inmigrante, los hispanos están en un estado de incertidumbre y cambio. "El trastorno que causa la inmigración crea una necesidad de familiaridad e intimidad." El enfoque evangélico en grupos pequeños y la accesibilidad a Dios responden a esta necesidad.

Además, señala Miranda, "la Iglesia Católica ha descuidado a los Hispanos." Funcionarios católicos coinciden al decir que la iglesia ha ahuyentado algunas minorías a través de la apatía y la falta de sensibilidad. Mientras tanto, los evangélicos están ocupados tocando las puertas, presentando su mensaje, e invitando a la gente a asistir a la iglesia.

Allan Cubierta escribe en su libro The Second Wave [La segunda ola: El ministerio hispano y la evangelización de las culturas]: "Una respuesta madura y creativa a la presencia hispana requiere una gran cantidad de energía. Francamente, hay algunos indicios de que la energía no existe (en la iglesia católica). Un ejemplo de ello es la extensión vigorosa, ya a menudo efectiva, de los grupos protestantes evangélicos a los hispanos, en comparación con el alcance muchas veces mediocre de las parroquias y escuelas católicas hacia esos mismos grupos hispanos."

H.O. Espinoza, fundador y presidente de Promesa, una organización dedicada a la formación de ministros Hispanos de segunda generación, para el servicio de la iglesia y para que se integren a la sociedad Estadounidense, señala otra razón por la cual, los Hispanos se sienten menos apegados a la Iglesia Católica: "La iglesia católica de América Latina, que fue prácticamente descuidada por el Concilio del Vaticano II, es muy diferente de su contraparte en Estados Unidos. El resultado es que la iglesia católica estadounidense se siente extraña para muchos inmigrantes latinoamericanos."

Isaac Canales, quien actualmente pastorea una iglesia mientras termina su doctorado en Estudios del Nuevo Testamento, en el Centro de Fuller para la Investigación Teológica avanzada, añade: "Por estar ya en un ambiente de cambio e inquietante (nuevo barrio, nueva lengua, nuevos puestos de trabajo) los inmigrantes comienzan a cuestionar los valores tradicionales religiosos; de ahí su interés por la iglesia evangélica que queda a la vuelta de la esquina."

Oportunidad

La oportunidad en las iglesias evangélicas para servir y ser servido también está atrayendo a los hispanos. La promoción del liderazgo laico y el énfasis en el sacerdocio de todos los creyentes faculta a las personas que han luchado mucho con un sentido de impotencia. Además, Miranda dice, las iglesias evangélicas, como los bautistas y pentecostales, elevan y reconocen el liderazgo que surge del pueblo mismo. La iglesia católica no hace énfasis en forjar líderes surgidos de entre los barrios. Sólo el 4 por ciento de los sacerdotes católicos de los Estados Unidos son hispanos y, peor aún, muchos de estos sacerdotes no son parte de las comunidades a las que sirven. La mayoría proceden de España o de países de América del Sur, donde las diferencias de la cultura de origen (España) y las de la comunidad donde sirven (mexicana inmigrante), son significativas.

Por el contrario, la Convención Bautista del Sur dice que tiene 2,400 pastores hispanos, mientras que las denominaciones pentecostales e iglesias independientes tienen un total estimado de 4,200. De acuerdo con Deck, el número de hispanos inscritos en los seminarios protestantes y escuelas de teología es el triple a aquellos inscritos en los seminarios católicos. Otro obstáculo para los hispanos que desean servir en las parroquias católicas es los exámenes rigurosos para nuevo ingreso y el largo tiempo de preparación, lo que para muchos hispanos con ingresos más bajos y menos educación viene a ser casi insuperable.

Mientras tanto, en las denominaciones protestantes de mayor crecimiento, los requisitos académicos son menos estrictos y ponen más énfasis en la unción espiritual o el llamamiento. "Estoy en deuda con las universidades bíblicas (Bible Colleges), con sus bajos requisitos de ingreso," dice Miranda, quien sin embargo obtuvo un doctorado en ministerio del Seminario Teológico Fuller. Esta filosofía de desarrollo de liderazgo, dice, "elimina los barandales que separan a los ministros de las bancas de los miembros de la iglesia." Añade Canales, "Esto le da a los hispanos un maravilloso sentido de propiedad."

La oportunidad de ser servido también atrae a los hispanos al campo evangélico. Algunas iglesias hispanas con frecuencia y de manera espontánea se ocupan de ayudar a alguna familia necesitada en la congregación. Los sermones son prácticos, con énfasis en los problemas diarios, mientras que las oraciones se centran en necesidades específicas, tales como peticiones de trabajo o de salud. "Somos personas vulnerables," dice Miranda. "Dado que muchos de nosotros no tenemos seguro de gastos médicos, los hispanos dependemos de la ayuda del Espíritu."

Miranda habla por experiencia propia. Cuando era niño, comenzó un reavivamiento en su familia que vivía en Nuevo México, cuando su madre fue sanada instantáneamente a través de las oraciones de dos pentecostales que tocaron la puerta de su casa. La fe, en este tipo de intervenciones divinas llega fácilmente a los hispanos, cuya visión del mundo incluye creer en hechos sobrenaturales que ocurren con regularidad.

La otra oportunidad para ser servido, por supuesto, es aquella por la que los inmigrantes hispanos hicieron este largo viaje, una oportunidad de mejorar su condición económica. "Es importante tener en cuenta que la imagen de Estados Unidos en los pueblos de América Latina es de una nación protestante. Y es por eso que el protestantismo consigue equipararse con la tecnología y el progreso," dice Miranda.

Los estudios longitudinales de David Martin, que fueron documentados en su libro Lenguas de Fuego muestran una correlación entre el protestantismo y el mejoramiento económico de los convertidos. Esto se confirma en el sector hispano de la iglesia. El ingreso promedio anual de los hispanos católicos es de 19 mil dólares, mientras que para los hispanos protestantes es de 25 mil. Canales cree que la ética protestante, con su énfasis en el trabajo, la administración, y el diezmo, ayuda a los latinos de bajos ingresos a manejar sus finanzas. El discipulado, cuyo enfoque principal es el cambio de hábitos destructivos tales como beber, añade Canales, también ayuda a la estabilidad económica de las familias.

Expresión

La manera distinta de expresar la fe dentro de la iglesia hispana protestante se puede explicar cómo la diferencia entre la expresión la iglesia fría y la iglesia caliente. Mientras que los servicios bíblicos en la mayoría de las parroquias católicas son de manera privada y reverente. En las congregaciones evangélicas hispanas se hace uso de música resonante y efusiva llena del espíritu de fiesta Latino.

En Hope Christian Fellowship, una Iglesia reformada y con enfoque multiétnico en su mayoría Puertorriqueños de Humboldt Park en Chicago, el ritmo afro-latino de la conga acompaña tanto los coritos latinos como los himnos norteamericanos tradicionales como "Gracia Admirable."

La libertad para orar y predicar en un estilo fiel a su origen cultural también invita a los hispanos a congregarse entre los evangélicos. "Mientras que los anglosajones tienen miedo a expresar sus emociones, para nosotros es una forma de vida," dice Miranda.

"Los Sermones de los hispanos tienen un cierto nivel de intensidad que habla al corazón de América," escribe Alex Montoya, en su libro El ministerio hispano en América del Norte: "El típico hispano habla con su alma, no sólo con su boca. Agita sus manos en el aire, mueve sus pies hacia adelante y hacia atrás, mira penetrantemente con ojos llenos de vida, y habla con una urgencia en el tono de su voz. Esta es la forma en que habla sobre su vida cotidiana. ¿Podemos imaginarlo recibiendo la verdad acerca de Dios con menos energía?"

Debido a estos factores, (la intimidad, la oportunidad y la expresión), no es de extrañar que iglesias de mayor crecimiento hispano sean las iglesias pentecostales, la Convención Bautista del Sur, y las iglesias Bautistas Americanas. La comunidad hispana en la Convención Bautista del Sur aumentó un 54 por ciento en los años ochenta, mientras que un 35 por ciento en las Asambleas de Dios. Holanda señala que si no fuera por la explosión hispana, las Asambleas tendrían una línea demográfica de crecimiento plana. Miranda comenta que nacionalmente del 15 al 20 por ciento de todos los evangélicos hispanos se consideran pentecostales, mientras que la Misión Latinoamericana encontró que el 58 por ciento de todos los Latinos protestantes del condado de Dade en el Estado de Florida son pentecostales.

Evangelización agresiva

El mensaje que ofrece el mensaje evangélico se está extendiendo a través del evangelismo agresivo dentro de los Estados Unidos y América Latina. Según Manny Ortiz, profesor en el departamento de teología práctica en el Seminario Teológico Westminster, muchos inmigrantes latinos son pre-evangelizados, ya sea en América Latina, que está experimentando una explosión protestante por su cuenta, o en los sectores de la renovación carismática de la Iglesia Católica, que estimulan el entusiasmo en las personas para una relación viva con Jesús; pero a menudo no pueden alimentarlos más.

Canales, sin embargo, con sensibilidad y abiertamente, extiende invitaciones a aceptar a Jesucristo en los funerales de miembros de pandillas en su iglesia cerca del este de Los Ángeles. Una vez toda una pandilla pasó al frente, hizo un círculo alrededor del ataúd de su difunto camarada, aceptando a Jesús. No es novedad que la tarea evangelizadora protestante esté provocando tensiones entre católicos y evangélicos. El Arzobispo John L. May de St. Louis, Missouri, dice que los grupos protestantes tienen un plan engañoso para reclutar hispanos, lo cual incluye el que algunas iglesias exhiben arte y música católicos para atraer hispanos a escuchar la enseñanza anticatólica.

La iglesia católica está tratando de hacer la vida parroquial más protestante en apariencia. En el Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano, publicado hace algunos años, se establece una estrategia para hacer la vida parroquial más íntima y acogedora, aumentando el liderazgo laico y desarrollando grupos pequeños. También se aconseja imitar el estilo personal, emocional y místico de los pentecostales.

Canales recuerda la misa del Papa Juan Pablo II en Los Ángeles Memorial Coliseum hace algunos años. "Podría haber sido una cruzada de Billy Graham. La misa incluyó una liturgia popular, himnos protestantes como 'Cuán Grande Es Él,' y un enfoque en Jesús y no en la virgen de Guadalupe." La iglesia católica Saint Louis en Miami, Florida, cuenta con 3,500 feligreses hispanos, y utiliza eficazmente los programas evangélicos como Evangelismo Explosivo de James Kennedy.

Pero los esfuerzos católicos tienen pocas posibilidades de frenar el éxodo. Como Pablo Sedillo, coordinador del plan pastoral para el ministerio hispano, dijo al Chicago Tribune: "Cuando la Diócesis se reúne para equilibrar sus presupuestos, una de las primeras cosas a eliminar es la oficina de ministerios hispanos. Esta es una acción peligrosa. Sus congregaciones se convierten en un premio para los fundamentalistas."

Desafíos para los protestantes

El éxito protestante, sin embargo, tiene su lado negativo. La iglesia evangélica se enfrenta ahora a algunos de los mismos problemas que los católicos no han podido resolver.

Los hispanos, como todos los otros grupos de inmigrantes, experimentan prejuicios en muchas iglesias evangélicas. "Los hispanos vienen a una iglesia de raza blanca y con frecuencia enfrentan racismo," dice Canales. "La murmuración comienza con ¿Quiénes son todos estos mexicanos que vienen a nuestra iglesia? Estas murmuraciones se hacen más fuertes cuando la congregación de habla española o el departamento hispano se hace más grande que la iglesia madre. Los anglosajones comienzan a temer que los hispanos van a tomar el mando."

Una alianza es el punto decisivo para el éxito protestante entre los hispanos. Dice Espinoza: "las iglesias anglosajonas están recibiendo a los hispanos con los brazos abiertos, pero luego se les pide servir en la cocina y no en la toma de decisiones."

Espinoza, sin embargo, siente que los hispanos comparten parte de la culpa por sus propias inseguridades, y esto les limita a desarrollar el llamado que Dios tiene para ellos. Miranda compara la situación actual con lo que la iglesia primitiva tenía en Hechos 6:1: "El mayor problema después del avivamiento es la distribución." Miranda de nuevo: "… Es por eso mi desacuerdo en los departamentos hispanos dentro de las iglesias anglosajonas, porque los anglosajones siguen teniendo el control. Hemos estado diciendo 'escúchenos' durante mucho tiempo, espero que ahora que tenemos los números, las iglesias sí lo hagan."

Los comentarios que siguen provienen de largas luchas y frustraciones. Mientras que el nivel de ira entre los hispanos parece haber disminuido en los últimos años, las cuestiones clave aún no se han resuelto. He aquí una muestra de lo que los líderes hispanos quieren que sus hermanos y hermanas anglo escuchen.

No nos traten como si solo fuésemos otro grupo de enfoque de mercadeo. "Me temo que estamos siendo vistos como productos básicos," dice Ortiz. Miranda comparte este sentimiento cuando dice: "A menudo, las congregaciones urbanas anglosajonas en decadencia, miran a los hispanos como una manera de pagar la luz y el agua, en lugar de ver la necesidad de establecer una iglesia hispana."

La comunidad evangélica necesita preparar mejor a los líderes para el ministerio urbano. Los seminarios, dicen los líderes hispanos entrevistados, no están preparando adecuadamente a los pastores para trabajar en ambientes multiculturales urbanos. Por ejemplo, un caso de estudio en que se habla de una iglesia con un presupuesto de 50 mil dólares para el programa de educación de la iglesia, no se aplica a la realidad de los futuros pastores hispanos que van a dirigir congregaciones de bajos ingresos. Por otra parte, la dicotomía que la mayoría de los seminarios siguen perpetuando entre la justicia social y la evangelización dejan a seminaristas hispanos con pocas posibilidades de aplicar en la calle lo que han aprendido en el aula.

El currículo no es el único problema. La falta de sensibilidad para los desafíos de los hispanos, significa que están siendo reclutados como estudiantes y profesores, pero no están siendo alimentados en sus nuevos ambientes. "El nivel de retención para los pastores y profesores hispanos que se desempeñan en contextos anglosajones es mínimo dentro de las estructuras jerárquicas de la Iglesia," dice Ortiz. Esta realidad está llevando a los hispanos a considerar seriamente el establecimiento de instituciones alternativas que enfoquen sus energías en la ciudad (donde la mayor parte de los hispanos viven) y en aquellos asuntos singularmente hispanos.

La iglesia tiene que abordar el tema de la inmigración ilegal de una manera teológica. No todos los hispanos tienen el mismo punto de vista sobre este tema, pero muchas congregaciones deben hacer frente a sus consecuencias. ¿Cómo deben ministrar las iglesias a los extranjeros ilegales dentro de su congregación? ¿En que momento la ayuda comienza a convertirse en un apoyo activo? ¿Deberían (las iglesias) actuar como defensores de los inmigrantes ilegales? Algunos señalan que no se trata simplemente de un caso de legalidad. Un misionero de Estados Unidos en México señala que el 95 por ciento de los misioneros en ese país están allí ilegalmente, porque México no da visas a los misioneros. "Si la iglesia evangélica justifica desacatar la ley con el fin de realizar su propósito, ¿por qué los mexicanos no pueden quebrantar la ley con el mismo fin?"

Debemos darnos cuenta de que no todos los hispanos son iguales. Las diferencias entre un cubano en Miami y un mexicano en San Diego son grandes. Debido a que los valores, los alimentos, modismos y la situación económica difieren entre las 20 diferentes nacionalidades de los hispanos en los Estados Unidos (ver "No todos los hispanos comen tacos"), los métodos de alcance deben ser apropiados a cada subcultura hispana. Los anunciantes se están dando cuenta que para llegar a un puertorriqueño, deben utilizar salsa y no una banda de mariachi. La iglesia debe hacer lo mismo.

Desafíos para los hispanos

Los hispanos enfrentan sus propios desafíos. Los líderes hispanos entrevistados dieron estas palabras para los hispanos protestantes:

Tenemos que orientarnos más a Estados Unidos. Espinoza dice fervientemente: "Durante mucho tiempo, los latinos nos quejábamos de que los misioneros de América del Norte que iban a América Latina estaban tratando de americanizarnos. Pero ahora tenemos situaciones en las que muchos de los líderes de América Latina en los Estados Unidos ministrando a hispano-americanos están tratando de 'exicanizar' o 'guatemalizar' a los hispanos que están tratando de ganar. Ellos están tratando de recrear el pasado (de ellos en América Latina) en los Estados Unidos en lugar de trabajar con Dios en la creación de algo nuevo. Esto polariza a nuestra gente."

El desafío consiste en "orientarnos hacia el futuro sin olvidar el pasado," dice Espinoza. "Afortunadamente, un nuevo tipo de liderazgo hispano está surgiendo en el cual se considera a América Latina como un país extranjero. Estos hombres y mujeres tienen un compromiso imperturbable a lo que Dios está haciendo aquí en los Estados Unidos."

Debemos detener la fuga latina. "Pastores y congregaciones hispanas se están moviendo a lugares más lejos del centro de la ciudad," dice Ortiz. "La fuga latina está siguiendo la fuga anglosajona" conforme algunos hispanos mejoran sus condiciones económicas. En el pasado, la diáspora se nos impuso por la opresión, pero ahora es tiempo de que veamos tal desplazamiento como una acción voluntaria como la que Jesucristo hizo y que Pablo describe en Filipenses 2."

Ortiz observa que la mayoría de la obra misionera de un grupo cultural a otro provienen de la comunidad anglosajona. "[Los hispanos nos preguntamos] ¿Nos quedaremos? Para los anglosajones que vienen de fuera (de la comunidad), hay un sentido de heroísmo, pero para nosotros los hispanos que nos quedamos, nadie nos lo va a festejar, porque la sociedad asume que es aquí donde pertenecemos." Y concluye: "El reto a 'quedarse' (dentro de la comunidad) es el desafío que muchos hispanos y personas de raza negra han hecho a los anglos durante muchos años."

Debemos promover la reconciliación racial. A Ortiz le preocupa que la mucha publicidad que se le ha dado al hecho de que los hispanos están a punto de desplazar a los afroamericanos como la minoría más importante, este armando el escenario para que haya tensiones entre las dos comunidades. "La demografía significa dinero, becas y otros recursos," dice. "Nosotros los hispanos tenemos que hablar de nuestro propio racismo y comenzar a cerrar las grieta que existe entre nosotros y otras comunidades, especialmente entre nosotros y los negros."

Aprender los unos de los otros

La llegada a Estados Unidos de tantos hispanos está cambiando tanto a los hispanos como a la iglesia evangélica en su totalidad. Si se logra un hermanamiento, (entre la iglesias hispana evangélica y las iglesias evangélicas no hispanas), la iglesia terminará siendo mucho más rica y más fuerte.

De acuerdo con los líderes entrevistados, cada cultura tiene algo que la otra necesita. La iglesia anglosajona, que ha servido más con la cabeza que con su corazón, tiene la posibilidad de perder muchas de sus inhibiciones, ya que experimentaría los estilos más libres y más apasionados de los hispanos. La Cultura hispana, siempre fatalista en la medida en que incluso su lenguaje refleja un sentimiento de impotencia (decimos "el avión me dejó," en lugar de "perdí el avión"), puede aprender de la actitud del anglosajón que suele decir, "si se puede."

En el mismo sentido, el enfoque Anglo en la buena administración puede ayudar a los hispanos a servir con mayor eficacia a sus comunidades. Y la cultura anglosajona, que ha llegado a percibir a las iglesias como corporaciones tipo Fortune 500, puede imitar la dependencia hispana en el liderazgo, inspirado y espontáneo, del Espíritu Santo, tal vez hasta se les llegue a pegar el espíritu de siesta que se centra más en las relaciones personales que en la productividad.

Jorge Muñoz, un católico laico y socio del prestigioso bufete de abogados Mayer, Brown, y Platt en Chicago, describe un aporte más que los hispanos están haciendo a la sociedad norteamericana en general: "Lo que hizo a este país fuerte fueron los valores de la ética protestante: una fe profundamente religiosa, familias fuertes, la lealtad a la patria, y una ética de trabajo duro. Con la ruptura de la familia americana y la importancia cada vez menor de la religión entre los norteamericanos, no es ninguna coincidencia que la economía de los Estados Unidos no sea fuerte. Los hispanos tienen lo que se necesita para llevar el estandarte del sueño americano en el siglo XXI, no sólo para ellos, sino para todos los estadounidenses."

Es esta nueva sangre dentro del pueblo evangélico que puede traer nueva vitalidad a la iglesia de América del Norte para llegar con mayor relevancia y convicción a sus centros urbanos y a aquellos pueblos al otro lado de los océanos. Un dicho popular mexicano dice: "Pobre México, tan lejos de Dios, pero tan cerca de los Estados Unidos." La paradoja actual es que al venir a los Estados Unidos, millones de mexicanos y otros latinoamericanos, tienen ahora la oportunidad de acercarse más a Dios.

Brecha entre las generaciones

Christianity Today August 13, 2013
Aldo Murillo / iStock

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Las iglesias hispanas y anglosajonas juntas deben enfrentar el creciente golfo entre la primera generación de hispanos y las generaciones que le siguen.

Las iglesias hispanas y anglosajonas juntas enfrentan un tema fundamental: la creciente brecha entre los hispanos de primera generación y los hispanos de las generaciones que les siguen. Según H.O. Espinoza, las actitudes de algunas iglesias hispanas de primera generación hacia los hispanos que hablan inglés a menudo reflejan conductas chauvinistas muy parecidas a las actitudes que las iglesias anglosajonas han tenido hacia los hispanos en general. Muchas iglesias de Puerto Rico en Nueva York y Nueva Jersey, por ejemplo, han perdido toda una generación, debido al negativismo del liderazgo para llegar a los hispanos más jóvenes que hablan inglés. Danny de León, presidente de la Asociación Hispana de Ministerios bilingües y biculturales, formado para estudiar el ministerio con los hispanos que hablan inglés, dice que el 65 por ciento de los hispanos hablan inglés, por lo tanto, el tema debe ser abordado.

"Cuando las denominaciones desarrollan estrategias para llegar a los hispanos, están centrándose en los hispanos que hablan español. Sin embargo, hay una falta de comprensión de cómo llegar a los hispanos de segunda generación," dice Manny Ortiz, cuya tarea de plantación de iglesias en Chicago y Filadelfia en los últimos 15 años ha sido específicamente dirigida a este grupo. Los jóvenes hispanos se sienten confundidos acerca de lo que son, no encajan en las iglesias de sus padres, ni son aceptados en las iglesias anglosajonas. Con la mitad de los hispanos en los Estados Unidos actualmente con 15 años de edad hacia abajo (la edad media estadounidense es de 32 años), los líderes hispanos están preocupados de que la burbuja del crecimiento hispano en la iglesia podría explotar si no se hacen cambios ahora para hacer frente a las necesidades únicas de la juventud hispana.

En el suroeste, los grupos más grandes de la iglesia hispana de segunda generación están dentro de las congregaciones anglosajonas porque, a pesar de que sienten que no encajan, los jóvenes hispanos se sienten más cómodos ahí que en las congregaciones que se habla español. El idioma no es la única cuestión. Ciertos valores dentro de la iglesia anglo son paralelos a los valores de los niños para los que el juramento de lealtad a EU es más familiar que el himno nacional mexicano.

El machismo latino, por ejemplo, se siente anticuado para muchos, y en las iglesias anglosajonas las mujeres encuentran más oportunidades para servir en igualdad de condiciones. Además, el modelo familiar autoritario latinoamericano va en contra del modelo de familia norteamericana que es más democrático, donde los niños son más libres de tomar sus propias decisiones. Además, los puntos de vista represivos del sexo en el matrimonio y la administración del dinero en las congregaciones de habla hispana, legados de la enseñanza católica del viejo mundo, son poco atractivos para las jóvenes parejas hispanas.

El resultado de todo esto es que los latinos de segunda y tercera generación se cambian sus nombres a nombres anglosajones, se niegan a aprender español, y se sienten avergonzados de comer arroz y frijoles. Otros están integrando ambas culturas, utilizando el español como su marca comercial salpicando sus pláticas con palabras en español ("A mi boy le va a encantar mi dress. Pero antes de salir, tengo que mopear el piso"). Estas diferencias tensan las relaciones entre las generaciones más jóvenes y los mayores que ven dichas acciones como rebeldía. Espinoza, quien tiene 62 años, defiende los jóvenes: "Los jóvenes hispanos están simplemente tratando de encontrar su lugar en esta sociedad multicultural."

Este artículo apareció en 1991 como parte del artículo principal de cubierta "¡Vivan los evangélicos!" Puede leer dicho artículo aquí. También vea "No todos los hispanos comen tacos."

No todos los hispanos comen tacos

Christianity Today August 13, 2013

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Las 20 diferentes nacionalidades Latinoamericanas en EU tienen diferencias significativas en comida, modismos, valores, e historia de su migración.

América Latina es una amalgama de líneas de sangre: española, árabe, nativos de América, África y Europa del Norte. A base de esta combinación de culturas nace la cultura Latina.

Sin embargo, entre las 20 nacionalidades latinoamericanas diferentes, todas ellas establecidas en el Norte, podemos encontrar diferencias significativas en los alimentos, los modismos, los valores y la historia de su migración.

Aunque los tacos y flautas son parte de la experiencia culinaria mexicana, los puertorriqueños prefieren comer arroz con gandules y un cubano pide "ropa vieja" que le suena tan extraño al colombiano como al anglosajona. Un peruano en necesidad de dinero busca plata, mientras que para un mexicano es lana.

Los siguientes párrafos dan una breve descripción de algunas diferencias entre los grupos de hispanos dentro de los Estados Unidos:

Los mexicanos: (12 millones de habitantes). Históricamente es inapropiado hablar de los mexicanos como inmigrantes. Este es el grupo hispano más grande, en su mayoría viven en California y Texas, territorio que pertenecía a México hasta la guerra mexicano-americana en el año de 1848, cuando perdió la mitad de su territorio cediéndolo a los Estados Unidos.

Muchos mexicanos emigraron en el siglo veinte debido a las necesidades de trabajo en los sectores agrícola e industrial. La mayoría de los más de 1 millón de inmigrantes legales e ilegales en los Estados Unidos de Norteamérica cada año provienen del otro lado del Río Grande, es decir, de México.

Los puertorriqueños: (2 millones de habitantes). Es el segundo grupo más grande de hispanos que residen, en su mayoría, en Nueva York, Nueva Jersey y Chicago. Debido el resultado de la guerra Española-Estadounidense, Puerto Rico es un Estado Libre Asociado, y sus pobladores son ciudadanos estadounidenses por nacimiento. A finales del siglo veinte, los puertorriqueños podrían tener la oportunidad de votar sobre si Puerto Rico se convertirá en el quincuagésimo primer Estado. La mayoría de los puertorriqueños llegaron a la península a consecuencia de las duras condiciones económicas en la isla entre los años de 1950 a 1970 a un ritmo comparable al de que 50 millones de personas saliesen de los Estados Unidos de Norteamérica. Los puertorriqueños son el grupo hispano más pobre del país, con ingresos medios de 14,500 dólares anuales.

Los cubanos: (1 millón de habitantes). Concentrados principalmente en Florida, profesionistas cubanos de clase media comenzaron a llegar en gran número en las costas de Miami cuando la Revolución Marxista de Fidel Castro derrocó al dictador Fulgencio Batista, en 1959.

En contraste a la mayoría de los inmigrantes hispanos, los cubanos fueron considerados refugiados políticos. Debido a su edad, nivel de educación y experiencia en los negocios, los cubanos rápidamente se instalaron para aquello que pensaron sería una situación temporal. Hoy en día son el grupo hispano más rico en los Estados Unidos, con un ingreso promedio de 26,770 dólares anuales, siendo lógico que voten por el Partido Republicano. Una segunda ola de inmigración de los marielitos se produjo en 1980, cuando Castro vació sus cárceles y permitió a los reclusos el paso irrestricto a los Estados Unidos.

Los centroamericanos: Muchos centroamericanos comenzaron a llegar en los años setenta cuando huían de áreas devastadas por la guerra, como El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Muchos de los más de 1 millón de personas que huyeron de El Salvador fueron auxiliados por una red de iglesias que les ayudaron a encontrar asilo en los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá. Muchos temen ser asesinados, ya sea por la guerrilla o las fuerzas gubernamentales, si regresan a sus países de origen.

Los sudamericanos: Debido a los recursos necesarios para recorrer la larga distancia entre América del Sur y del Norte la mayoría de sudamericanos (como los ecuatorianos, bolivianos y chilenos) tienden a ser de clase media. La inestabilidad política y económica también ha obligado a estos inmigrantes a estar en busca de mejores oportunidades. En Perú, por ejemplo, la tasa de inflación acumulada durante un período de cinco años, concluido en 1990, fue de 2 millones por ciento.

Estas diferencias entre los hispanos causan tensiones entre ellos. Recientemente en Los Ángeles, los integrantes de la población México-Americana protestaron en contra de lo que ellos consideraban "la cubanización del canal de televisión local en español." Sin embargo, los grupos Hispanoamericanos poseen varias características en común, lo que incluye la palabra Americano como parte del nombre con que se les conoce en los Estados Unidos.

Este artículo apareció en 1991 como parte del artículo principal de cubierta "¡Vivan los evangélicos!" Puede leer dicho artículo aquí. También vea "Brecha entre las generaciones."

La burocracia de inmigración bloquea a pastores calificados

Medidas severas implementadas en 2008 en las visas para obreros religiosos han dejado a muchas iglesias inmigrantes en una situación delicada.

Christianity Today July 29, 2013
Tan Wei Ming/iStock

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Los oficiales de inmigración se negaron a renovar la visa de obrero religioso de Daniel Carrillo. Dudaron que su iglesia patrocinadora tuviera suficientes fondos económicos para pagarle.

En el 2011, el nativo de Toronto se mudó a San Antonio para ayudar a plantar una iglesia patrocinada por la congregación nazarena hispanoparlante que él había pastoreado por seis años en Kentucky. Después de pastorear la nueva congregación angloparlante por dos meses en San Antonio, Carrillo se enteró que los oficiales de inmigración rehusaron renovarle la visa R-1 (para obreros religiosos) por otros 30 meses. Le dijeron que debía salir del país en los próximos 15 días.

Con la ayuda de la abogada Kedrin Metzger de World Relief Immigration, Carrillo logró ser aceptado para una visa R-1 y se regresó a San Antonio en octubre del 2012 acompañado de su esposa hondureña, Carolina, y su hijo de 7 años, Joshua. Esta vez, la visa afirmaba que a Carrillo le pagaría el distrito Nazareno, que contaban con unas finanzas más fuertes, en lugar de que le pagará la Iglesia de la Comunidad Nueva Visión, la nueva congregación recien plantada en San Antonio.

"Estamos haciendo todo al pie de la letra como lo pide la ley," dice Carrillo, de 34 años de edad. "Deseamos asegurarnos que las iglesias entienden que hay muchos ministros traídos del extranjero que están en las mismas condiciones que nosotros, sacrificando mucho para trabajar para el Señor."

Pase lo que pase en el Congreso con la reforma migratoria este año, no va a solucionar el problema que los obreros religiosos enfrentan para obtener la visa R-1. Los pastores inmigrantes y otros obreros de la iglesia a menudo se atollan en un sistema bizantino el cual es inhospitalario para los evangélicos, aun cuando ya han cumplido con los requisitos necesarios. El asegurarse que el obrero religioso tiene suficiente salario es solamente uno de muchos asuntos capaces de hacer tropezar a un emigrante que desea pastorear una iglesia.

El sistema de visas religiosas "No necesita una revisión total," dice Kedri Metzger de World Relief. "Solamente necesita reestructura en lo relacionado a la iglesia evangélica."

Por lo tanto, los Carrillo, que se conocieron mientras estudiaban en un colegio cristiano canadiense, están tratando de sobrevivir con los $2,000 al mes que Daniel gana como pastor de alabanza de la Iglesia de la Comunidad Nueva Visión. Bajo la visa R-1, él está limitado a ese rol. Se le prohíbe buscar otro trabajo para suplementar su salario. Carolina está en los EUA con una visa R-2, diseñada para cónyuges de inmigrantes con visa religiosa. No se le permite tener ningún trabajo con salario—secular o religioso—aun cuando ella cuenta con su licencia de ministro de la iglesia nazarena. Ella ayuda voluntariamente en Nueva Visión como pastora de evangelización.

"Las iglesias necesitan saber que es un asunto muy serio traer a alguien a trabajar aquí," dice Carolina. "Es un sacrificio para ambos grupos."

Los Carrillo están tratando de ahorrar $5,000 que Daniel necesitará pagar en cuotas para obtener la ciudadanía legal en los EUA. Su visa R-1 es válida hasta marzo del 2015, pero no hay ninguna garantía que se le concederá estatus de residencia cuando llegue el momento.

Regulaciones dificultosas

La abogada Metzger de World Relief se ha especializado desde el 2007 en casos de obreros con visas religiosas. Dice que a la Iglesia Católica, con su estructura institucional uniforme y jerárquica, le es mucho más fácil cumplir con las demandas gubernamentales de la visa R-1.

"Estas [demandas gubernamentales] no fueron diseñadas para la variedad de denominaciones protestantes y todos sus distintos matices," dice Metzger, quien radica en Baltimore. "En el mundo evangélico, no hay líneas definidas, ni divisiones claras. Hay muchas cosas que se tienen en común y una mezcla de estilos, especialmente entre las iglesias étnicas de idiomas."

Por ejemplo, si a un ministro presbiteriano de Corea del Sur se le ofrece trabajo en una nueva congregación coreana nazarena en los Estados Unidos, las guías de inmigración actuales hacen casi imposible que pueda entrar con una visa R-1. Bajo los reglamentos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los EUA (USCIS), un solicitante deberá ser miembro de la denominación peticionaria por los últimos dos años.

"Aun cuando la denominación dice, ¨nosotros aceptamos su ordenación como nuestra, inmigración todavía lo ve como una religión distinta," dice Metzger. Por lo tanto, puede haber demoras largas para los inmigrantes e iglesias étnicas que están tratando de llenar púlpitos con pastores que conocen su idioma y su cultura.

Esto es más problemático para las denominaciones en los EUA que están lanzando esfuerzos de plantación de iglesias en las poblaciones inmigrantes, donde a menudo se ve el crecimiento mayor. Esas congregaciones con frecuencia tienen que ocupar pastores calificados de fuera del país.

Metzger dice que antes que los Servicios de Inmigración de los Estados Unidos renovara el proceso de reviso y aprobación de las visas R-1 en el 2008, a los obreros religiosos les era más fácil entrar y quedarse en los Estados Unidos. Demasiado fácil, por cierto . A causa de fraude, el gobierno implementó reglamentos que son especialmente agobiantes a los obreros evangélicos religiosos.

"Antes, el proceso para una visa era un solo paso, ir a la embajada con una carta de invitación de una iglesia," dice Metzger, quien con dos asociados de World Relief provee aproximadamente 500 consultas al año y representa aproximadamente a 25 congregaciones y organizaciones religiosas sin fines de lucro. "Mis solicitudes ahora pesan entre tres y seis libras porque se requieren muchos documentos."

Entre los años fiscales 2008 y 2012, el número aprobado de visas R-1 por el Departamento del estado menguó de 10,061 a 4,340. En el mismo período, las visas R-2 para cónyuges o hijos de obreros religiosos declinaron de 2,941 a 1,375.

Robert P. Webber, un abogado de inmigración que radica en Edina, Minnesota, ha representado una variedad de nuevas iglesias, grupos misioneros universitarios, y organizaciones de estudiantes internacionales. Antes que la ley cambiara hace cinco años, Webber dice que las iglesias de distintas denominaciones no enfrentaban ningún inconveniente al patrocinar a alguien con una visa R-1.

"Una persona puede llegar a ser cristiano a través de una iglesia presbiteriana en la China y después comenzar a asistir a una iglesia bautista mientras hace sus estudios de postgrado en una universidad en los Estados Unidos," comparte Webber, quien trabaja directamente con 15 a 20 casos de visas R-1 cada año. "Si la iglesia bautista desea patrocinarlo para que sea misionero a los estudiantes en una universidad cercana, esto estaría dentro del margen legal. Pero ahora, el gobierno no da ninguna consideración a las similitudes de doctrina."

Convenciendo al gobierno

Los reglamentos pueden ser particularmente dificultosos para las iglesias independientes. Webber está ayudando a la Iglesia multidenominacional Tabernacle en Norfolk, Virginia, la cual ha estado tratando de obtener una visa R-1 para un estudiante doctoral Indonesio desde agosto 2012. Kathy Hardison, directora del ministerio para estudiantes internacionales de Global Friendship de la Iglesia Tabernacle, desea emplear a Kurnia Foe para que supervise Global Friendship House, un ministerio de alcance a los estudiantes de la universidad cercana Old Dominion University.

"Las reglas generales para la R-1 son anticuadas," dice Hardison. "Las iglesias multidenominacionales no encajan."

En mayo, Foe se recibió de Old Dominion University con un doctorado en física. Aunque Foe es diácono en la iglesia Tabernacle y se ha ganado una buena reputación por su participación activa en el ministerio estudiantil en el campus, el gobierno le demanda que encuentre trabajo en su campo de entrenamiento práctico dentro de 90 días—o será enviado a su país con su esposa y sus tres hijos.

"Deseamos emplearlo tiempo completo para que continúe creciendo este ministerio," dice Hardison. "No podemos pagarle; eso sería ilegal. Nos encontramos en limbo. La documentación se ha ido a un hoyo oscuro."

Irónicamente, parte del retraso es porque la Iglesia Tabernacle obtuvo un estatus de 501 (c)(3) sin fines de lucro para recaudar fondos para construir una residencia para 72 estudiantes internacionales. El ministerio quiere que Foe administre esa casa, pero por dos veces, representantes de inmigración han pedido más evidencia que confirme que Global Firendship House es verdaderamente una organización religiosa y que Foe participa en el ministerio.

Los oficiales de inmigración tienen mucha amplitud para rechazar las visas R-1. Si no entienden la forma interna de obrar en el mundo evangélico, ven muchas actividades inocentes con sospecha. Cada iglesia que somete una solicitud recibe una inspección sin aviso a la propiedad misma por un oficial de inmigración. Este paso en el proceso de verificación puede tomar meses, dice Webber. Algunas iglesias nuevas orientadas a los internacionales se reúnen en escuelas primarias. Un oficial del gobierno que visita el lugar entre semana, cuando está lleno de estudiantes en vez de adoradores, puede decidir que la solicitud es falsa. Si la dirección de la iglesia está publicada como una pequeña oficina en un centro comercial, el investigador puede llegar a la misma conclusión.

Las probabilidades de éxito mejoran un poco cuando hay más peso por parte del patrocinador. Si un distrito denominacional, en lugar de un cuerpo local, somete los documentos, normalmente le da al pastor inmigrante más opciones. Sin embargo, si los líderes de ministerios étnicos en lugar de profesionales legales llenan los documentos, puede interpretarse como una práctica de derecho sin autorización, lo cual sitúa no tan sólo al individuo sino a toda la denominación en riesgo.

"Si cometen un error, las consecuencias son graves," dice Metzger. "Puede alterar permanentemente la vida de un pastor indocumentado."

Calendario de reforma

El proyecto de ley de reforma migratoria ante el Congreso no confronta claramente estos asuntos de visa para obreros religiosos. Pero, Webber cree que debería. Él cree que organizaciones como la Asociación Nacional de Evangélicos (NAE) debería dar prioridad a las visas para obreros religiosos en lugar de envolverse en esfuerzos amplios de reforma.

"¿Por qué no incluir algunas revisiones de sentido común a las reglas que se aplican a las iglesias?" pregunta Webber. "Si la compasión es el tema de la reforma migratoria, tal vez las reglas que actualmente son muy técnicas para los obreros religiosos deberían tomarse en cuenta."

Pero Metzger dice que este no es el tiempo apropiado para revisar la visa R-1; el esfuerzo masivo de tratar de rectificar el estatus de 11 millones de personas que viven ilegalmente en los Estados Unidos es primordial, dice ella. Metzger espera que la reforma migratoria va a crear otra opción de visa que funcionará mejor para algunas iglesias.

"Para las iglesias que emplean pastores indocumentados, ellos tendrán la oportunidad de rectificar su situación y obtener un estatus legal," dice Metzger. "Por lo tanto, no necesitarán una visa de obrero religioso."

En lugar de buscar una solución legislativa al problema de la visa R-1, Metzger cree que un caso bien presentado en una corte federal puede causar los cambios necesarios en el sistema administrativo de la USCIS.

"No necesita una revisión total," dice Metzger. "Solamente necesita reestructura en lo relacionado a la iglesia evangélica."

Capacitando a las iglesias para ayudar

La reforma migratoria creará nuevas oportunidades para que las iglesias ayuden a la gente en sus comunidades. Un informe del Fórum Pew con respecto a la Religión y La Vida Pública en mayo calculó que el 83% de los inmigrantes ilegales son cristianos, una suma de 9.2 millones de personas.

Mientras que muchas iglesias ya están tratando de ayudar en maneras significativas—permitiendo a grupos inmigrantes usar los edificios de la iglesia y comenzando congregaciones específicamente de idiomas—las iglesias necesitarán estar aún más activas una vez que pase la legislación migratoria, dice Galen Carey, vicepresidente de relaciones gubernamentales de la Asociación Nacional de Evangélicos (NAE).

"Los inmigrantes necesitarán ayuda en entender la [nueva] ley," dice él. "Habrá una oportunidad natural para llenar una necesidad práctica y formar relaciones que demuestren el amor de Cristo."

"Nuestras iglesias y comunidades han sido bendecidas por los inmigrantes, muchos de ellos traen su fe ya bien fundada, energía empresarial creativa, y valores tradicionales sobre la familia que fortalecen nuestro futuro," dice Carey.

World Relief está encabezando una iniciativa para capacitar a los laicos en las congregaciones a establecer clínicas legales de inmigración una vez que el Congreso apruebe la amplia reforma migratoria. Carey, quien trabajó para World Relief, dice que la tarea de establecer centros legales de inmigración en congregaciones locales incluye a 15 denominaciones como también a varias mega iglesias.

Además de abogados, las únicas otras personas autorizadas para ofrecer servicios legales a los inmigrantes son las organizaciones sociales o religiosas sin lucro que han sido acreditados por el Departamento de Justicia a través del Consejo de Apelaciones de Inmigración. Uno de estos grupos es el Servicio de Inmigración y Centro de Ayuda (ISAAC) en San Antonio. ISAAC, un ministerio de la Convención Bautista General de Texas, está acreditado por el gobierno para proveer entrenamiento de una semana a personal de las iglesias en la ley básica de inmigración.

El director de ISAAC, Jesús Romero le dijo a CT que una plaga de estafadores sin entrenamiento, conocidos como "notarios," ofrecen información legal de mala calidad a inmigrantes incautos.

"Les están quitando el dinero a la gente," dice Romero, un inmigrante de primera generación de México. "Lo peor, el mal trabajo de documentación puede resultar en deportación."

Con la capacitación apropiada, las iglesias pueden ayudar a proteger a los inmigrantes de los oportunistas y del mal consejo.

John W. Kennedy fue editor de noticias para Christianity Today.

Curso intensivo sobre Jesucristo

Cómo Cristo me hizo entender después de que maté a mi amigo.

Christianity Today July 25, 2013
Photo by Zach McNair

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Cuando tenía 17 años de edad tuve un choque automovilístico que cambiaría el curso de mi vida. Me trajo a nada, y luego Dios me hizo nuevo.

Era el 5 de julio de 1995 y había hecho una fiesta en la casa de mis padres. Después de años de depresión y ansiedad, de haber terminado con mi novia, y cada día sintiéndome más infeliz con mi vida, lidié de la manera que lo había hecho ya muchas veces antes, refugiándome en el alcohol. Estaba cansado de mis amigos, mi familia y de mí mismo. Esa noche, me sentía peor con cada hora que pasaba.

Alrededor de la 1:00 a.m., sentí un deseo arrollador por irme de la fiesta. Aunque mis amigos me trataron de detener, sabían que había estado tomando por horas, agarré mis llaves y me subí a mi Camaro Z28 del año. Mis amigos usaron sus carros para bloquearme, pero cuando ellos me dejaron solo para calmarme, brinque la banqueta, evadí sus carros, y me fui.

Mientras manejaba a alta velocidad por el suburbio de Houston donde vivía, me consumían sentimientos de vacío y desesperanza. No podía pensar bien. Quería estar lo más lejos posible de casa, y al mismo tiempo, todo lo que quería era estar en casa. Cuando llegué a la calle para salir de mi suburbio, me di cuenta que era una tontería seguir alejándome de casa. No quería que mis amigos se preocuparan, ni tampoco quería meterme en problemas con mis padres, así que di la vuelta para regresar a casa.

Despertar

Desperté cubierto de vidrios, con la bolsa de aire desinflada sobre mis piernas. Conforme se disipaba la niebla, pude distinguir un gran hoyo en el parabrisas. Había un fuerte olor a metal mezclado con el fuerte olor de los líquidos del carro. Repentinamente, un amigo abrió la puerta del pasajero. Y recordé lo que acababa de pasar. "¿A quién le pegué?" grité repetidamente.

"No le pegaste a nadie, sólo a unos árboles," me aseguró mi amigo. Me arrastró del carro y me puso sobre el césped mientras se me subía el pánico. "¡No. Le pegué a alguien ¿A quién le pegué?!" Seguí tratando de sentarme mientras Blake corrió al frente del carro. Miró hacia abajo. Luego corrió a buscar ayuda.

Otros empezaron a brincar la cerca que separaba mi casa y la calle donde estaba tirado. Brotó el caos en ese silencio extraño mientras luchaba por permanecer consciente sobre el césped. Oí gritos y llanto. Alguien gritaba, "¡no está respirando!"

Pronto la calle estaba alumbrada por las luces de la ambulancia, los bomberos, y los carros de policía. Mientras me ponían en la ambulancia, escuché a mi hermana dar un grito desgarrador y escalofriante antes que cerraran las puertas de la ambulancia. Había llegado al lugar, vio mi carro, y pensó que yo estaba muerto. Me llevaron al hospital donde estuve por algunas horas. Un oficial de la patrulla estatal entró a mi cuarto. "Hijo, necesito que te hagan un examen de sangre. Ha habido una muerte."

Por fin alguien contestó mis preguntas. Mi amigo John estaba en la calle cuando yo venía dando vuelta en una leve curva cerca de mi casa. Mi amigo había levantado las manos, tratando de parar mi carro que estaba fuera de control, y su cuerpo había chocado contra el parabrisas.

Antes del accidente, pensé que mi vida se estaba derrumbando. Después del accidente, quería morirme. Sin embargo, fue allí, en el hoyo más profundo, más sucio, más oscuro de mi desesperación, donde Dios empezó a darse a conocer conmigo.

Paralizado

Crecí en una familia "cristiana" que iba a la iglesia con algo de regularidad. Yo oraba, cantaba los cantos de alabanza, y creía que iba a ir al cielo. Pero en esos años antes del accidente, especialmente cuando enfrentaba la depresión y la ansiedad, me preguntaba si la fe era verdadera. Los creyentes que conocía o iban a la iglesia pero abusaban del alcohol y otras drogas igual que yo, o no hablaban con gente como yo. A fin de cuentas era lo mismo, si su fe hacia alguna diferencia, era tan pequeña que no me interesaba.

Sin embargo, después del accidente añoraba dirección y traté de volver a la iglesia. Para mi sorpresa, los adultos fueron muy amables conmigo, aún después de saber lo que yo había hecho. Animado por su amabilidad, decidí ir al grupo de jóvenes pero los juegos tontos pronto me quitaron las ganas. Y mis compañeros resultaron no ser tan receptivos como sus padres.

Esa noche, no hice una oración especial, ni hablé en lenguas, ni llené ninguna tarjeta, ni tampoco lloré. Pero si le pedí a Cristo que me sanara.

Fue entonces que entré en un período bastante frustrante que duró por meses. Luché con muchas preguntas sobre la Biblia. Escuchaba el sermón en la iglesia y dudaba que Dios me pudiera aceptar, y mucho menos que me pudiera amar, después de lo que yo había hecho. No había muchas personas de mi edad con quien pudiera hablar de mis preocupaciones. Así que decidí leer todo el Nuevo Testamento en una biblia de estudio que mi madre me había dado. Empecé a leer sobre Jesucristo todas las noches.

Mientras leía, brincaba entre sentimientos de auto condena y de falsas esperanzas en mi buena conducta. A fin de cuentas, todo esto me dejaba agotado. Entre más trataba de ser cristiano, más vacío me sentía. Entre más trataba de llegar a entender la fe, más confundido quedaba. Hubo muchas veces en que quise lavarme las manos de todo, pero había un desasosiego en mi corazón que me hacía volver al Cristo del que estaba leyendo. No podía quitarlo de mi mente.

Durante la primavera de mi último año de preparatoria, la iglesia Sugar Land First United Methodist patrocinó un avivamiento de fin de semana con un orador invitado de Tennessee.

El predicador contó la historia bíblica de un hombre que había estado paralizado por mucho tiempo, que se hallaba tendido al lado de un estanque en Jerusalén. La comunidad pensaba que cuando las aguas del pozo se movían, el primero que entrara al agua era sanado. Para un hombre que tenía 38 años sin moverse, era un gran reto poder sumergirse en el agua.

Cristo le hizo una pregunta al hombre: ¿Quiéres quedar sano? Me parecía una pregunta extraña. El hombre contestó que sí, pero luego empezó a dar excusas de por qué no podía meterse al agua. Entonces Cristo le sanó en ese mismo momento.

El predicador volvió su rostro hacia nosotros en la congregación y nos hizo la misma pregunta: ¿Quiéres quedar sano?

Toda mi vida había estado paralizado por el temor, la depresión y el orgullo. Y siempre tenía una excusa sobre el por qué hacía lo que hacía. El predicador fue al grano repitiendo la pregunta que Cristo le había hecho al paralítico. Recuerdo haber pensado vívidamente, si Cristo puede sanarme, quiero ser sano.

Esa noche, no hice una oración especial, ni hablé en lenguas, ni llené ninguna tarjeta, ni tampoco lloré. Pero si le pedí a Cristo que me sanara. Fue un momento íntimo entre Dios y yo, pero ese día él empezó a abrir mis ojos, a abrir mis oídos, y a ablandarme el corazón. Me hizo suyo.

Los pecados del pasado mueren con lentitud, y ya que no recibí instrucción al principio de mi vida cristiana de cómo ser un buen discípulo, mis primeros años como creyente fueron algo inestables. Pero el Dios que nos justifica también nos santifica, y en el momento correcto, trajo a mi vida a hombres sabios y fieles para corregirme e instruirme. A través de los siguientes años empecé a darme cuenta que mis pecados habían sido perdonados, no por algo que yo hubiese hecho sino por lo que Cristo hizo en la cruz. Aprendí que yo había sido llamado para vivir para él cada día, no sólo cuando era cómodo. Dios me había comprado completamente, no parcialmente, y por eso, mi vida ya no era mía, ahora le pertenecía a él.

Fue gracias a Cristo que aprendí a hacerle frente con valor a las consecuencias del choque que tuve, que incluyó cinco años de libertad provisional y servicio voluntario a la comunidad. Empecé a pararme frente a otros adolescentes y a hablarles sobre tomar buenas decisiones y sobre lo tonto que es tomar y manejar. Dios cambió mi deseo de pensar siempre en mí como si yo fuese lo más importante por el deseo de pensar en Dios como más importante que yo. Me ayudó a usar mi pasado y mis experiencias para animar a otros a alejarse del pecado y acercarse a Cristo. Me transformó, de un hombre vacío, perdido y solitario en su propio hijo, perdonado y lleno de esperanza y propósito. Ha sido un camino largo y disparejo, no cabe duda, pero Dios me ha transformado y me sigue transformando.

Aunque me siguen faltando respuestas, tengo confianza en que Cristo es el Hijo de Dios, que él puede perdonar pecados, y que está en la tarea de hacer de personas con vidas quebrantadas personas completamente nuevas.

Casey Cease es pastor de la iglesia Christ Community en Magnolia, Texas, y autor de Tragedy to Truth: A Story of Faith and Transformation (Lucid Books), [De la tragedia a la verdad: Una historia de fe y transformación]. Para mayor información vaya a CaseyCease.com.

Los samaritanos del día de hoy

Jesucristo nos muestra que bajo la piel, todos somos parientes.

Christianity Today June 18, 2013
Ray Chen Smith/Flickr

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Durante los 1980s, conocí a una mujer hispana en el aeropuerto en Los Ángeles. Ella había llegado a los EU de Cuba cinco años antes. Le pregunté lo que le gustaba de su nuevo país. Rápidamente mencionó las cosas que disfrutaba, muy alto en su lista estaban la libertad y la oportunidad. Luego le pregunté qué cosas no le gustaban de este país. Terminantemente me dijo, "no me gusta que me llamen mexicana," revelando sentimientos de una persona que se considera devaluada o subestimada. Se sorprendió cuando le dije que soy de descendencia mexicana y que nací mexico-americano. Entonces agregó, "oh, ¡pero puedo ver que usted no es como uno de ellos!"

¿Qué fue lo que vio? En poco tiempo ella, sin que fuera su intención, se había catalogado a si misma y a otros hispanos en este país incorrectamente. Nuestra breve conversación reveló que los hispanos no somos todos iguales y la necesidad que existe de que entendamos mejor las realidades y sutilezas de la diversidad racial y étnica. Sin embargo, lo que a ella se le escapó fue su propia identidad colectiva como nueva ciudadana norteamericana.—ahora es cubana-americana.

Una vida en el guión

La historia del encuentro de Cristo con la mujer samaritana (Juan 4) representa su compromiso con cambiar la condición de aquellos que viven una existencia entre aquí y allá. Los samaritanos, siendo tanto judíos como gentiles, eran los mestizos de aquel día. Los discípulos, como encargados de mantener la tradición judía dominante se encuentran entumecidos, indiferentes, y totalmente despistados durante este encuentro profético. Mientras tanto, Cristo afirma el valor de la mujer como persona y la guía a depositar su fe en él. Ella, por su parte, comparte las buenas nuevas del evangelio a su comunidad, creando un nuevo paradigma cultural y espiritual.

El mensaje que esta historia comunica depende de dónde nos ubicamos dentro de ella. En los Estados Unidos, en manera muy parecida a los samaritanos, los étnicos viven en medio de "dos mundos," es decir, viven en el guión. Poner un guión entre dos palabras significa que hemos conectado o hemos dividido las dos palabras. Los aztecas en México usaban la palabra Nepantla (tierra entre medio) para describir esa idea de estar en medio, es decir, tanto esto como aquello, una existencia entre aquí y allá.

La iglesia no debe ver la diversidad como un problema que resolver, sino como la manera de completar su identidad profética.

Los mexico-americanos fueron los primeros en enfrentar una vida en el guión. Ya que vivían a lo largo del Camino Real de los españoles, los mexicanos se volvieron norteamericanos después de la guerra de EU con México (1846-1848). Este evento determinante para las dos naciones forjó una nueva identidad. Los demás llegaron después de las 22 naciones de América Latina y el Caribe, cada grupo llegó con su propia historia y sus diferencias culturales. Pero debajo de nuestra piel, todos somos parientes. Somos todos miembros de la raza humana y de la familia.

En este momento, los hispanos se han vuelto muy visibles y son el tema de muchas conversaciones, debates, y propuestas, desde la Casa Blanca hasta la tienda de la esquina. La tasa de natalidad y los factores migratorios sugieren que los hispanos en EU seguirán creciendo por muchos años venideros. El "asunto hispano" está aquí para quedarse y exige que se resuelva constructiva y eficazmente.

Se discute hoy la contribución de los hispanos al futuro de EU. En el sur de California, la pregunta en la cubierta del periódico sobre negocios Orange County Business Journal interrogaba sobre "la llave al futuro de California." La respuesta editorial, basada en el estudio "California 2025," declara: "depende de que tan lejos nos lleven los latinos."

Publicar para los cristianos hispanos

Los retos y las consecuencias de la diversidad tienen implicaciones dramáticas para cada institución en la sociedad. Exige re-crear instituciones de tal manera que las diferencias individuales y de grupos sean respetadas y puedan coexistir y unirse en maneras constructivas. Algunas instituciones ponen poca atención a la diversidad y siguen institucionalizando la desigualdad. Otros glorifican la diversidad para estar correctos políticamente. Mientras que otros trabajan arduamente por entender y luchan por involucrarse con poblaciones diversas.

¿Dónde están las implicaciones para la iglesia hoy? La iglesia nació para ser global. La imagen final de la iglesia (Apocalipsis 7), incluye a aquellos de toda lengua, tribu, y nación. Para completar este retrato, la iglesia no debe ver la diversidad como un problema que resolver, sino como la manera de completar su identidad profética. Para este fin, los grupos étnicos y raciales son el capital social y espiritual del cuerpo de Cristo.

He aquí la misión de Cristianismo Hoy, la publicación digital para los creyentes hispanos que Christianity Today está desarrollando. Dicha publicación puede lograr lo siguiente: (1) hablarle a la iglesia global desde un fundamento bíblico y de nuestra propia experiencia; (2) involucrar a aquellos que se encuentran marginados en la sociedad y llevarlo al centro del reino de Dios; (3) unir a los hispanos—entre los mismo grupos hispanos y con los miembros de la cultura dominante. Con este fin, Cristianismo Hoy educará a los líderes a abordar los valores fundamentales y los dones de los hispanos de tal manera que puedan llegar a ser la "sal y la luz," e influenciar a nuestra nación. Cristianismo Hoy ofrecerá liderazgo transformador para crear una influencia fiel y espiritual en nuestra nación que se encuentra en decline moral y espiritual.

Dr. Jesse Miranda es profesor distinguido, Vanguard University, fundador del Latin American Theological Seminary, y sirve como el director ejecutivo del National Hispanic Christian Leadership Conference.

Poner la guerra en juicio

Lecciones del caso de Efraín Ríos Montt en Guatemala

Christianity Today May 29, 2013
Eric Vandeville / Gamma-Rapho / Getty

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Este mes, el ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt fue condenado por genocidio contra los pueblos indígenas del país y por crímenes en contra de la humanidad. Visto desde el trasfondo histórico de corrupción judicial e intimidación en Guatemala, el veredicto fue monumental. Aunque el fallo ha sido anulado, el juicio sigue generando gran interés a nivel mundial.

Ríos Montt llegó al poder por un golpe de estado en Marzo de 1982 y fue derrocado por un contra-golpe en agosto de 1983. Estuvo al frente del país por 17 meses en medio de más de tres décadas de guerra de guerrillas. Ríos Montt había hecho una confesión de fe en Cristo y participaba en una iglesia pentecostal, por lo tanto en aquel entonces, los evangélicos lo presentaban como un instrumento de Dios contra los males del marxismo. Dentro y fuera de Guatemala, se veía a Ríos Montt como un testamento a la mano de Dios, narrativa que el mismo Ríos Montt afirmaba también. Su presidencia coincidió con el centenario de la llegada de los primeros misioneros protestantes a Guatemala, un país históricamente católico.

Yo, como otros que vivieron en Guatemala durante la era de Ríos Montt, me siento en conflicto. Mi madre era guatemalteca, y he pasado muchos años allí. El amor por "la tierra de la eterna primavera" fluye en mis venas. Sin minimizar las terribles atrocidades que pasaron mientras Ríos Montt estaba en el poder, me pregunto si los cargos de genocidio y crímenes contra la humanidad distorsionan la naturaleza de una guerra larga y compleja.

Los evangélicos, tanto en Guatemala como en Estados Unidos, podemos aprender de la presidencia de Ríos Montt y de las cosas terribles que ocurrieron durante ese tiempo. Por un lado, nos recuerda lo complicado que pueden ser las realidades socio-políticas. Nosotros con frecuencia ignoramos la historia, o marcamos líneas ingenuas entre el bien y el mal. Su presidencia también levanta interrogantes sobre la practica de los cristianos de abogar por la guerra como un medio para derrotar lo que percibimos como maldad.

No se piensa concienzudamente si el conflicto armado de veras refleja el evangelio del Príncipe de Paz o cómo promueve la misión de Su iglesia.

Ríos Montt subió al poder a principios de los ochentas, cuando los conflictos de la guerra fría se propagaban mundialmente y la lucha persistía dentro de Guatemala. Desde el golpe de 1954 patrocinado por EU, el gobierno guatemalteco había sido dirigido por militares o por aquellos influenciados fuertemente por las fuerzas armadas. La guerra de guerrillas nacional abarcó décadas, empezando en 1960 y terminando por fin en 1996. Algunas de las peores atrocidades ocurrieron durante la presidencia de Romeo Lucas García, el general que precedió a Ríos Montt.

Con Ríos Montt, la política de tierra quemada contra los revolucionarios y supuestos simpatizantes continuó. A través de la campaña denominada fusiles y frijoles, el presidente intentó coordinar la acción militar, la formación de patrullas civiles, y la ayuda caritativa a las áreas de conflicto. Las fuerzas de la guerrilla alcanzaron una fuerza considerable a principios de los 1980s—la estrategia del presidente fue diseñada para erradicar la amenaza de las guerrillas. Dichos esfuerzos tuvieron un alto costo humano, ahora denominado genocidio en el reciente juicio.

Técnicamente, genocidio es la destrucción intencional de un grupo étnico o religioso. ¿Fue la guerra en Guatemala genocidio en este sentido técnico de la palabra, como aseveran muchos activistas de organizaciones de derechos humanos y de respeto a los pueblos indígenas? No. No hubo una estrategia dirigida a toda la población indígena. Las fuerzas armadas enfocaron sus esfuerzos en áreas específicas. Miles de ladinos también murieron en la guerra, y algunas áreas con gran concentración indígena en el país no sufrieron la horrible suerte de otras áreas similares. ¿Fue el racismo contra los indígenas, profundamente arraigado en Guatemala, un factor en la guerra? Sin duda si lo fue, pero no fue la fuerza motriz máxima detrás del conflicto.

Sería más correcto decir que bajo Ríos Montt, Guatemala sufrió atrocidades abominables en una área específica dentro de ciertos límites geográficos de una guerra más amplia. Dichas atrocidades deben denunciarse, pero caracterizar su meta como genocidio es tomar un trozo de una guerra de 36 años para usarlo con otros fines (aunque estos sean nobles). Para muchos, Ríos Montt simboliza todo lo que fue inhumano, especialmente la masacre de los indígenas, pero las realidades son más densas y la culpa más repartida.

Los cristianos que defienden a Ríos Montt han asegurado, entonces y ahora, que las acusaciones en su contra son exageradas. Lo miran como el blanco de una agenda internacional por desacreditar a Guatemala ignorando que el país estaba en guerra en ese entonces. En medio de la lucha, las fuerzas de las guerrillas también violaron derechos humanos (aunque nadie sugiere que al mismo nivel que lo hizo el ejército). A pesar de los desacuerdos sobre la naturaleza del conflicto, no hay manera de negar sus efectos y los miles que murieron como resultado.

Aunque muchos cristianos siguen apoyando la guerra en varias instancias, Ríos Montt nos recuerda que pensemos seriamente sobre la realidad y el costo de tales conflictos. ¿No debería haber una profunda renuencia a apoyar el uso de la fuerza cuando otros, principalmente los inocentes, son los que cargan con el terrible precio de esas convicciones? Nuestras conversaciones sobre la guerra se centran en factores socio-políticos y económicos. La ideología es lo que determina principalmente la posición del cristiano en estos temas, mientras que la Biblia tristemente toma un segundo lugar. No se piensa concienzudamente si el conflicto armado de veras refleja el evangelio del Príncipe de Paz o cómo promueve la misión de Su iglesia.

Décadas después de su gobierno en Guatemala, el juicio de Ríos Montt es una oportunidad para que los cristianos vuelvan a pensar sobre sus actitudes hacia la guerra. El veredicto de genocidio debe llevarnos a reflexionar más ampliamente en por qué seguimos respaldando políticas de violencia. De ese período espantoso debemos aprender que, para aquellos que afirmamos la fe, el fin político no puede justificar el uso de medios inhumanos.

El Dr. M. Daniel Carroll R. (Rodas) es profesor distinguido del antiguo testamento en Denver Seminary y profesor adjunto en un seminario en la ciudad de Guatemala.

La complejidad hispana: Todo cambió en el 2012

¿Hacia dónde vamos?—Una palabra para los creyentes hispanos sobre forjar un futuro.

Christianity Today May 21, 2013
Charles Dharapak / AP

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En las elecciones de noviembre del año pasado todo cambió. La nación vio el gran impacto del electorado hispano y reconoció como nunca antes que nuestro pueblo será una gran fuerza en el futuro inmediato del país. ¿Qué pasará ahora? Aquí está una palabra para los creyentes hispanos mientras reflexionamos sobre donde nos encontramos el día de hoy.

No es que el resto de Estados Unidos no supiera que decenas de millones de hispanos vivimos en estos cincuenta estados. Tampoco significa que no haya cierto aprecio por las cosas latinas. Más y más se oyen canciones en español en la radio y el concurso Grammy Latino se pasa por la televisión. Hay cantantes que cantan en español e inglés (Enrique Iglesias, Shakira) y artistas de cine que se mueven con fluidez entre producciones latinas y anglas (Selma Hayek, Jennifer López). Deportistas latinos dominan el beisbol y el boxeo, y ni hablar del fútbol soccer. Nuestra comida—los tamales, las pupusas, la horchata, el flan, el frijol negro—han salido de los barrios hispanos y han penetrado la cultura mayoritaria; ya uno puede pedir salsa picante, pico de gallo o Tabasco en casi cualquier restaurante. Estas son algunas muestras de la presencia hispana.

Pero, algo cambió en noviembre. Ahora pondrán más atención a los de descendencia latinoamericana. Tal vez ya no nos vayan a agrupar tan fácilmente con la etiqueta "hispano", como una masa indefinida y no diferenciada. Ese término fue impuesto hace 40 años por la oficina gubernamental del departamento de educación.

Pero, ¿quién es el hispano? ¿El indígena de las culturas precolombinas? ¿El moreno de raíces africanas o el japonés brasileño? ¿El mestizo de sangre española y nativa? ¿Qué de las diferencias en el idioma? Entre nosotros se escucha el acento boricua de Puerto Rico, el estilo rápido singular de los cubanos, el son de la voz chilanga de los de la ciudad de México y el tono tan peculiar de los porteños de Buenos Aires. ¿Qué de aquellos cuyo primer idioma es el quiché o el quechua? ¿Y la música? Nos encantan los mariachis, las baladas románticas y el rock latino. Venimos de casi treinta países, con diferentes historias, banderas y costumbres, literatura y leyendas, trajes y platos típicos.

Nuestro palpitar religioso

La religión también es parte de nuestra complejidad. La fe católica, las creencias sincretistas de los pueblos indígenas y el crecimiento de las iglesias evangélicas y pentecostales reflejan el palpitar religioso del corazón de nuestra gente.

Cada domingo nos reunimos en miles de iglesias para adorarle con el fin de dar un testimonio firme de nuestra fe en esta tierra ajena. Nuestras iglesias nos ayudan a salir adelante en la cultura que nos rodea, donde muchos siguen viéndonos con desdén.

Sin embargo, toda esta grande y rica mezcolanza ha sido reducida a esa etiqueta general: El hispano.

Los evangélicos con raíces latinas somos personas que hemos dado nuestro corazón al Señor y que confesamos que Jesucristo es nuestro Salvador. Cada domingo nos reunimos en miles de iglesias para escuchar la Palabra de Dios y para adorarle con el fin de dar un testimonio firme de nuestra fe en esta tierra ajena. Nuestras comunidades de fe nos ayudan a salir adelante en la cultura que nos rodea, donde muchos sospechan de nosotros o siguen viéndonos con desdén.

Pero, todo cambió en noviembre. Ahora es tiempo de reflexionar sobre cómo nosotros como hispanos podemos contribuir al bien de esta nación para la gloria de nuestro Señor. Ya no es cuestión—si somos honestos—de limitar nuestro horizonte a elaborar estrategias para sobrevivir en las sombras y conseguir la correcta documentación o, para otros, a dedicarse solamente a alcanzar el sueño norteamericano.

Ya es hora de comprometernos a causar un impacto en esta sociedad con el evangelio. La complejidad hispana es un regalo de Dios, una inyección de vida a todo color en una cultura en decadencia. ¿Nos vemos así? ¿No es la presencia cristiana hispana una oportunidad para cumplir la misión del Señor de transformar al país? Nuestro pueblo marginado, con todo su fervor espiritual, puede ser Su poderoso instrumento de cambio. Hay que soñar en grande.

Todo cambió en noviembre.

El Dr. M. Daniel Carroll R. (Rodas) es Profesor Distinguido del Antiguo Testamento en Denver Seminary y el vocero nacional para la inmigración de la NHCLC (National Hispanic Leadership Conference).

Perdonando a Irán

Antes de conocer al Dios verdadero, Él me ayudó a liberar mi odio.

Christianity Today May 16, 2013
Cavan Images / The Image Bank / Getty

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

TESTIMONIO

Historias de maravillosa gracia

Yo tenía 8 años cuando comenzó el torbellino que exacerbó la Revolución Iraní (1979). Desde ese momento hasta los 16 años, el gobierno asesinó a ocho de mis hermanos y hermanas. Fui testigo de esto. Aún mi cuñada, que tenía dos meses de embarazo, fue asesinada aunque la ley Islámica prohíbe expresamente asesinar a una mujer embarazada. Mi madre y otro de mis hermanos estuvieron en prisión durante este tiempo. Desde los 16 hasta los 19 años fui el único cuidador de mi padre, quien estaba sufriendo con la enfermedad de Alzheimer. Durante ese tiempo, Irán e Irak estaban en guerra (1980-1988), y también perdí muchos amigos.

Todos los que amaba—cada persona que me importaba—murieron o fueron asesinados o encarcelados. Yo no podía entender esto. Y me llené de mucha ira. Perdonar parecía fuera de mi alcance.

Nací en Teherán, Irán al final de la década de 1960, el más joven de una familia musulmana numerosa y muy bien conocida. Mi padre era un maestro muy respetado y un alto funcionario en el gobierno, sirviendo en el senado Iraní bajo el Shah y luego como el líder en ambas cámaras del parlamento para el gobierno de transición después de la revolución.

Visión en el valle

Después que la revolución terminó en Diciembre de 1979, fui invitado a participar en muchas actividades políticas por mi apellido. Pero no me uní a ellos. En lugar de hacer eso, argumenté en mi mente con todos—el gobierno, otra gente, mis propios primos. Era muy joven para entender las cosas, y los odiaba a todos. Odié sin saberlo. No estaba consciente de cuánto odiaba, así era yo. Tenía tantas preguntas que no podía contestar.

Yo estaba lleno de ira porque veía a todo el mundo como responsable de la muerte de mi familia—el Shah, el nuevo líder Ayatollah Ruhollah Khomeini, los revolucionarios, los que resistían la revolución. Parecía como si todos tuvieran odio en sus corazones, como si no hubiese nadie con las manos limpias. Quería vengarme de tanta gente—especialmente de mis primos y amigos íntimos que se rebelaron contra nuestra familia y ayudaron en sus muertes y encarcelamientos.

Cuando tenía 19 años la salud de mi padre empeoró y se me hizo más difícil cuidarlo, enfermándose cuando necesitaba bañarlo. Ahora, hasta mi padre iba a morir frente a mí.

Un día me subí en un coche y conduje a muy alta velocidad en un área remota y peligrosa en las montañas a las afueras de Teherán. Quería morir. Choqué contra la pared que protegía a la gente de caer en el valle que estaba abajo.

Cuando salí del accidente ileso, fui a la orilla de la montaña y vi un valle enorme. Un valle lleno de gente, una ciudad entera. Supliqué en alta voz: ¿Por qué me quitaste todo? Amo a mi hermana y es asesinada. Le digo a otra amiga, "Tú eres como mi hermana", y ella desaparece. Si amo a alguien, desaparece, y ahora mi padre, mi maestro. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Mientras miraba abajo al valle, una visión vino sobre mí. Vi a millares de personas orando por sus enemigos, en vez de pelear. Desde ese momento, el odio dentro de mí empezó a debilitarse. El perdón empezó a sanarme. Desde ese momento, Alguien me tomó y me ayudó, aunque todavía estaba muy confundido. Tenía muchas preguntas, pero por alguna razón podía mirar a la gente y decir, "Te perdono".

De ahí en adelante encontré mucho éxito. Me casé cuando tenía 20 años y comencé mi propio negocio en finanzas e inversiones el mismo año. Como mi negocio era popular, compré coches y propiedades y albercas, y eventualmente era dueño de 13 compañías. Practicaba el Islam, pero tenía muchas preguntas. Y no tenía paz.

El aroma de Dios

A los 32 años, viajé a la India para ver si el Budismo podría ayudar. En un viaje a Calcuta, le pregunté a uno de los pasajeros si él conocía algunos sitios buenos para visitar. Me habló acerca del ministerio de la madre Teresa.

Llegué a la iglesia bien temprano y un líder nos llevó a un albergue bien grande donde había mucha gente pobre que estaba muy enferma y en malas situaciones. El líder me señaló a un hombre y me dijo: "Cuídalo." No podía creerlo. Se parecía a mi padre. Me mordió los dedos cuando traté de alimentarlo. Había tenido algunos "accidentes" que tuve que limpiar. Padecía de Alzheimer. Allí estaba yo, un hombre de negocios, ayudando a alguien de gratis.

Miles de cristianos orando por sus enemigos, demostrando amor en vez de odio. Desde que era joven, ésta había sido mi visión.

Más tarde, otro de los líderes me invitó a una ceremonia de bautismo. Había velas, muchas velas, y cantos y aplausos. Pude ver que era algo relacionado con lavarse la cabeza, pero no pude entender. Me preguntaba, ¿por qué están tan alegres? No pude entender ese lugar, pero me gustó estar allí. Por muchos años ese sentimiento permaneció conmigo.

Cuando regresé a Irán, tomé más clases espirituales y decidí emprender un viaje cada año para tratar de encontrar respuestas a mis preguntas.

En el año 2008 hice el hajj, el viaje tradicional de peregrinación a La Meca, y éste fue tiempo de entendimiento y perdón, aunque había tanto que yo no sabía. Hasta pude perdonar a mi tío, quien ejecutó a uno de mis hermanos cuando estaba en prisión.

Después del hajj, decidí que haría cualquier cosa para encontrar paz. Vendí todos mis negocios y le di todo el dinero y todos mis bienes a mi esposa y miembros de la familia. Decidí seguir cualquier señal que Dios me diera.

En el 2009 un amigo me invitó a Suecia. Mientras estaba allí, mi única hermana sobreviviente me llamó. Después de la tortura y del encarcelamiento, se había ido a los Estados Unidos, y ahora me estaba preguntando si quería venir a visitarla. Pero yo no tenía dinero y necesitaba regresar a casa, además las relaciones entre Irán y los Estados Unidos parecían impedir la visita. Pero a través de un milagro, un amigo me ayudó a obtener una visa de viajero por 6 meses, y mi sobrina me consiguió el boleto de vuelo. Llegué a Washington, D.C. en Febrero de 2010, con planes de quedarme por dos semanas.

Durante ese tiempo, mi madre también estaba en Washington visitando a mi hermana, como hacía cada tres años. Me llevó a una clase de Inglés a una iglesia local, porque ella sabe que a mí me gusta aprender. Fui con ella y pensé, Esto huele a Dios. Huelo el olor de Calcuta. Continué yendo a la clase.

Entonces un domingo fui al servicio de adoración de la iglesia a las 11 de la mañana. No pude encontrar al maestro de la clase, así que me mantuve de pie en la parte de atrás del templo.

No entendí mucho del culto, pero vi a mucha gente cantando alegremente. Luego el pastor se arrodilló al frente y comenzó a orar. Reconocí una palabra: Irán. Me di cuenta que las mil personas reunidas allí con las cabezas inclinadas, arrodilladas, estaban orando por Irán.

Éste es el Irán que enseña "muerte a América", el Irán que quiere matar tus ciudadanos y vecinos. ¿Y ustedes oran por ellos? ¿Es esto el cielo? ¿Son estos ángeles? Miles de personas orando por sus enemigos, demostrando amor en vez de odio. Desde que era joven, ésta había sido mi visión.

De pie en la parte de atrás de aquella iglesia, inmediatamente empecé a llorar, a reírme, y a bailar. No me importó si alguien conocido me viera. Estaba tan feliz. Esto era paz. Esto era el cielo. Finalmente entendí que éste era el lugar donde podía sentir paz.

En mayo 9 del 2010, fui bautizado en esa iglesia. Quería entender la Biblia, y mucha gente me dijo que comenzara con el Libro de Juan. Leía los versículos y pensaba, Sí, todo esto me ocurrió a mí. Esto que lees en esta página, no es solamente un escrito, no es solamente lectura—es mi vida. Es verdadero. Yo soy la oveja perdida a la cual Dios vino a buscar.

Cuando veo cuán bueno es Dios, cuán poderoso y cuán cerca está su Hijo Jesús quien murió por mí, cómo esto le dio sentido a mi dolor y a mi odio, y cómo me ayudó a entender cómo perdonarme y cómo perdonar a otros de una vez por todas—a menudo la Biblia está mojada por mis lágrimas. En Jesús yo puedo entender toda culpa y todo perdón. "Yo te salvé", dijo Jesús. Ahora, yo entiendo.

Majid John (no es su nombre completo) vive con su familia en Virginia. En el 2011 recibió una visa permanente para quedarse en los Estados Unidos. Kate Harris es directora ejecutiva del Washington Institute.

Billy Graham se encuentra con Martin Luther King Jr.—Otra vez

El reverendo Samuel Rodríguez quiere reclamar la visión evangélica que une la evangelización, la reforma moral, y las cruzadas sociales.

Christianity Today April 30, 2013

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

El libro La agenda del Cordero: Por qué Jesús le llama a una vida de rectitud y justicia (Thomas Nelson) es un libro que pone en el mismo ámbito a personajes que no se acostumbran juntar—y eso es algo bueno. El libro cuenta con dos prólogos, uno por Jim Daley de Focus on the Family y otro de Bernice A. King, hija de Martin Luther King, Jr., y decana del legado de King.

La meta del pastor Rodríguez es crear un movimiento que cambie para bien a la sociedad norteamericana a través del enlazamiento de la evangelización y la labor de la justicia social–en una manera muy parecida a como los evangélicos de antaño lucharon contra los males de la industria de las bebidas alcohólicas y la injusticia del comercio de esclavos, trayendo un evangelio transformador a aquellos que se encontraban atrapados por dichas fuerzas y al mismo tiempo luchando por eliminar de la sociedad dichos males.

Desde una perspectiva histórica, hay poco nuevo en el libro. John Wesley, Charles Finney, y la Secta Clapham de William Wilberforce también entrelazaban la evangelización, la reforma moral, y las cruzadas sociales. Ciertamente, Rodríguez no es el primero en abogar en contra de que el cristianismo sea cautivo de un partido político en particular y que no debemos dejar que dichos partidos nos usen como sus "idiotas útiles." Al contrario, debemos dejar que el llamado profético de Jesucristo a la compasión y la justicia enjuicie a ambos partidos y rinda relativas todas las ideologías.

Poco antes de las elecciones del 2004, Jim Wallis y Sojourners condujo una campaña vigorosa por liberar el activismo cristiano de la esclavitud a los partidos políticos. La campaña que lanzaron con el título de: "Dios no es un republicano … ni un demócrata" consiguió más de 40,000 firmas. Inmediatamente después de las elecciones, Wallis atacó en su libro God's Politics la identificación que los medios masivos hacen de los cristianos con el Partido Republicano.

Rodríguez, siempre en su papel de predicador, enmarca el slogan de Wallis en términos zoológicos: "Como seguidores de Cristo, permanecemos comprometidos en avanzar no la agenda del burro [de los demócratas] o del elefante [de los republicanos], sino solamente la agenda del Cordero." (Si no has escuchado predicar al pastor Rodríguez, quizás quieras empezar con el discurso principal durante la celebración nacional de Martin Luther King, Jr., de 2013 en la iglesia que King pastoreara, Ebenezer Baptist Church.)

El Cordero no toma sus indicaciones ni del burro ni del elefante. El juzga tanto al Tea Party como al movimiento Occupy. La agenda del Cordero solo se puede descubrir en la visión combinada del Dr. Martin Luther King, Jr. y el Rev. Billy Graham. La agenda del Cordero se revela en la intersección de los brazos verticales y horizontales de la cruz. Por lo tanto, Rodríguez dice un firme no a las fuerzas contrarias que demandan se escoja una u otra y que polarizan nuestros tiempos, y dice un sonoro sí al testimonio profético bíblico.

Sin embargo, ¿ha tenido éxito Rodríguez en distanciarse de los corredores de poder y los personajes que polarizan y que buscan un lugar en la política? Rodríguez y su esposa Eva han orado durante las reuniones de la convención republicana. Él se asocia con cristianos teocráticos y habla en sus eventos. La organización People for the American Way cita 19 menciones relacionadas con Rodríguez en su página RightWingWatch.org. Se rascan la cabeza y se preguntan cómo "ha logrado de alguna manera ser un activista de la derecha radical y al mismo tiempo gozar de una reputación como moderado a quien regularmente se le invita a la Casa Blanca y a eventos presidenciales."

Para bien o para mal, La agenda del Cordero probablemente no va a cambiar la mente de los progresivos que critican a Rodríguez. Toma posiciones firmes con los conservadores en asuntos de pruebas determinantes como el aborto y el matrimonio tradicional. También se une al coro de aquellos que critican el mandato de la administración de Obama que con gran dificultad deja exentas a algunas de las organizaciones que objetaban a que se usaran fondos federales para el uso de anticonceptivos y drogas abortivas. Posiciones así se pueden esperar de líderes evangélicos tradicionales, y no ameritan una etiqueta de "radical de la derecha religiosa."

Sin embargo, Rodríguez también demuestra una sospecha profunda en cuanto a colaborar con activistas de otros campos. Por ejemplo, cuenta que en 2006 cuando el cardenal Roger Mahony trabajó junto a los líderes laborales católicos que apoyan el derecho de la mujer para escoger abortar (pro-libre albedrío) y unieron fuerzas sobre el asunto de la inmigración ilegal. Cuando los activistas pro-vida (contra el aborto) retaron las acciones de Mahony, éste contestó, "esto no es sobre izquierda o derecha. Esto es sobre justicia." Desafortunadamente, los líderes laborales no le correspondieron, sino que lucharon activamente en contra de una iniciativa de voto que hubiera requerido permiso paternal para que menores de edad pudieran obtener un aborto. Rodríguez concluye, "gente de buena voluntad que colaboran en asuntos sociales con enemigos de la vida suelen encontrarse traicionados." Dichas palabras no fomentan un espíritu bipartidista en una edad de polarización.

Sin embargo, los progresistas deben estar contentos de que Rodríguez no expresa la misma reserva cuando se trata de rectificar las injusticias gubernamentales. Aplaudirán su liderazgo en asuntos de migración, su desapruebo repetido de la violencia y el prejuicio en contra de los homosexuales y las lesbianas, y su condenación de bullying en las escuelas. Estos son asuntos, que parafraseando a Mahony, no son de izquierda o de derecha, sino de justicia.

Los progresistas están divididos en cuanto a los esfuerzos de la administración de Bush de poner a las organizaciones basadas en la fe al mismo nivel de agencias seculares en cuanto a recibir fondos para ministerios sociales. Rodríguez dice que "es totalmente contrario al espíritu de la Biblia que un grupo basado en la fe vaya al gobierno a mendigar fondos para llevar a cabo un mandato divino de caridad y compasión. … Si aceptamos subsidios de Cesar, aceptamos jugar bajo las reglas de Cesar, y sus reglas no se parecen en nada a nuestras reglas."

Rodríguez es hispano con orgullo y sin disculpa. Se designa hijo de inmigrantes y celebra lo que los creyentes inmigrantes de América Latina pueden ofrecer a los Estados Unidos económicamente, demográficamente, espiritualmente, y moralmente. Pero Rodríguez nunca se deja llevar por la política de identidad. Escribe como un americano (sin guión en medio) y como cristiano. Ve un potencial tremendo para una renovación nacional en "la iglesia multiétnica." No promueve a ningún grupo étnico americano como un bloque de poder, sino que trata a todos los grupos en conjunto como el campo del reino en el cual los evangelios gemelos de la rectitud y la justicia pueden florecer.

La casa publicadora del primer libro de Sam Rodriguez, Path of Miracles, lo empaquetó dentro del género religioso de auto ayuda. Subtitulado "los siete principios que cambian la vida que llevan al propósito y a la satisfacción," tanto el título como el subtítulo estaban grabados en color dorado. Estos toques de mercadeo apelaban a los creyentes del evangelio de la prosperidad. Sin embargo, había una nota discorde en la cubierta: "Prólogo por Jim Wallis." De hecho, los milagros de los que hablaba el libro no enfocaban las riquezas y el bienestar sino el vivir dentro de los propósitos radicales de Dios.

Sin embargo, Rodríguez planteó ese libro mayormente en términos individualistas–con un leve gesto de inclinación del sombrero sobre la importancia de encontrar socios. Muy a lo contrario, el libro La Agenda del Cordero, se plantea en términos corporativos amplios y comunales. Es sobre Estados Unidos como una ciudad sobre el monte, y sobre la iglesia como el puesto a la vanguardia del reino de Dios. Es sobre traer el mensaje de rectitud a aquellos que deben escucharlo y de que reine la justicia en la vida de aquellos a quienes se les ha privado de ella. Es sobre el llamamiento divino que ha sido puesto en nosotros como el pueblo de Dios y como estadounidenses.

David Neff es un vicepresidente editorial de Christianity Today.

Otras articulos relacionados:

En 2006, el escritor principal Tim Stafford escribió sobre Samuel Rodríguez para Christianity Today.

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