Estudiantes de la universidad de Wheaton protestan el testimonio ‘como un accidente de tren’ de profesora ex lesbiana

El mensaje en capilla se vuelve el debate más reciente sobre cómo las universidades evangélicas tratan la identidad sexual.

Christianity Today March 7, 2014
Foto por Philip Fillion

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Una reciente protesta estudiantil en la capilla de la universidad de Wheaton, sobre el testimonio de una profesora con respecto a su conversión sexual y a su conversión religiosa, es el último episodio en el largo debate sobre la manera en que las universidades evangélicas tratan el asunto de la identidad sexual.

La protesta se centró en el testimonio personal sobre la conversión de una profesora ex lesbiana, cuya conversión ["Como un accidente de tren, así fue mi conversión" fue el artículo número 2 con mayor lectura en CT] le llevó a llegar a ser esposa de pastor y escritora cristiana.

Los estudiantes Justin Massey y Jordan- Ashley Barney, organizaron una manifestación que llamarón "más que una simple historia" en enero 31. Los estudiantes de Weathon se sentaron en las escaleras de la capilla y mostraron carteles que decían: "todos nosotros somos amados por Dios," "esto no es una protesta," y "yo soy gay y un hijo amado de Dios," reportó el Wheaton Record.

Massey y Barney estaban preocupados por el testimonio de Rosaria Champagne Butterfield ya que su testimonio podría afectar negativamente a los estudiantes de Wheaton, al hacerlos pensar que la conversión de homosexual a heterosexual es la única respuesta. "Nosotros tememos que—si no hay una conversación adicional sobre el simple mensaje de la oradora en capilla—los estudiantes que no estén muy bien informados iban a ir a capilla, escuchar el mensaje y que se les confirme un concepto erróneo; o que estudiantes que son del grupo LGBT (organización de lesbianas, gays, bisexuales, y transgéneros) escucharían un mensaje que les dice que lo que sucedió en esta historia es la manera absoluta en que pasan las cosas," dijo Massey al periódico estudiantil.

Los estudiantes que protestaron fueron invitados más tarde para tener una conversación con Butterfield y un grupo de administradores de la universidad. El Record también entrevisto a Butterfield con respecto a su interacción con los que protestaban. Ella dijo:

Ellos me hicieron varias sugerencias en cuanto a cómo yo podía mejorar–en muchas maneras–mi presentación. Les agradecí eso. Hablamos sobre si la orientación sexual es algo que ya está determinado [de nacimiento] o si es algo fluido, y no estamos de acuerdo en eso [los estudiantes y yo]. Fue algo muy intenso. También hablamos acerca de algunas cosas que ocurren en el campus y que necesitan desesperada e inmediatamente ser rectificadas, y aunque yo no pueda dar detalles sobre eso, espero que los estudiantes hayan sentido mi apoyo. Así que, probablemente cubrimos más en una hora y cuarenta y cinco minutos que lo que acostumbro cubrir normalmente en un año.

"Me alegra que los estudiantes se sientan en libertad para expresar sus preocupaciones acerca de la forma en que discutimos los asuntos sobre sexualidad en el campus de la universidad y en la capilla" dijo Steve Kellough, capellan de Wheaton, al periódico Record. " Estos son temas sustanciales. Esto es especialmente importante para nosotros en una universidad cristiana evangélica, para desafiarnos los unos a los otros a pensar cristianamente, a pensar bíblicamente, a pensar compasivamente, y para estar dispuestos a pensar en responder en contra de lo que la cultura intenta dictar."

Philip Ryken, Presidente de Wheaton, respondió abiertamente a la protesta, sosteniendo que la Universidad tiene un Convenio Comunitario y su postura con respecto a las cuestiones de los LGBT .

"Aunque no estamos insulados de los conflictos culturales sobre las ideas, incluyendo las luchas de nuestros propios estudiantes en la búsqueda por entender como la verdad de las Escrituras forma la vida de cada cristiano, nuestro modelo educacional no requiere ni que silenciemos la exploración crítica de asuntos complejos o que accedamos sin critíca a presiones culturales." él escribió. A su criterio, el testimonio de Butterfield "fue bien recibido por el cuerpo de estudiantes."

Butterfield dió su propia respuesta a los manifestantes, escribiendo a la Coalición Evangélica que "la homosexualidad es un pecado, pero también lo es la homofobia." También criticó "tres puntos de vista anti bíblicos que albergan las comunidades cristianas cuando tratan los temas referentes al cristianismo y a la homosexualidad"—"la posición Freudiana," la "herejía revisionista," y la "herejía de la terapia reparativa." Sobre la última, ella escribe:

"Esta posición alega que el objetivo primario del Cristianismo es resolver la homosexualidad a través de la heterosexualidad, cuando esto hacen no ven que el arrepentimiento y la victoria sobre el pecado son regalos de Dios y dejan de recordar que los hijos y las hijas del Rey, pueden ser miembros completos del Cuerpo de Cristo y aún así seguir luchando con la tentación sexual. Esta herejía es una versión moderna del evangelio de la prosperidad. Nombra lo que quieres. Declara que lo has recibido. Ora para que se aleje de ti lo gay.

CT reportó en el 2009 como los evangélicos están apartándose, cada vez más, de la terapia reparativa. Recientemente, Alan Chambers cerró controversialmente su ministerio Exodus Internacional y se disculpó con los gays y las lesbianas por el ministerio ex gay que mantuvo por cerca de cuatro décadas.

El evento y la protesta en la capilla motivó una oleada de blogs y una discusión en cuanto a las posturas de los administradores y los estudiantes de la universidad cristiana con respecto a la orientación sexual y las preguntas sobre la identidad.

En años recientes, las universidades evangélicas, incluyendo Wheaton, Biola, y Seattle Pacific University, han visto un crecimiento en la gama de respuestas sobre las cuestiones de los GLBT, desatado en parte por las visitas de organizaciones como SoulForce's Equality Ride.

CT reportó en el 2009 sobre un incremento de pruebas contundentes para con la comunidad GLBT en las escuelas que pertencen al Council for Christian Colleges and Universities (CCCU), cuando un asesor jurídico de la Universidad de Calvin prohibió "la defensa de la práctica homosexual y de los matrimonios del mismo sexo" que provocó al cuerpo docente. Recientemente, una universidad del CCCU empezó a permitir a profesores que sigan en su puesto aunque esten en relaciones con personas del mismo sexo—lo están permitiendo por un periódo de seis meses durante un "periodo de escuchar."

Teologos a favor y en contra y bloggers vieron el testimonio de Butterfield en Wheaton y las protestas de los estudiantes como un barómetro del debate más amplio.

Las protestas en Wheaton muestran que la universidad está dispuesta a lidiar con ideas controversiales y que el cristianismo evangélico está marchando hacia adelante, escribió Erick Teetsel, Director (junto a R.J. Moeller) de la Declaración de Manhattan y un ex alumno de Wheaton.

Por el contrario, Doug Wilson, teólogo y escritor, criticó lo que vio como falta de disciplina de los administradores de Wheaton durante la protesta diciendo que "las bases de la moralidad cristiana están empezando a rendirse por la decadencia de las elites evangélicas."

Rachel Held Evans, blogger y autor de Evolving in Monkey Town, apoyó las protestas de los estudiantes como representando la necesidad de un diálogo. "Estoy con ustedes en espíritu, orando por ustedes, y animándoles mientras cuentan sus propias historias," ella escribió.

Mientras tanto, Denny Burk, profesor de estudios bíblicos en la Universidad de Boyce, dijo que las protestas reflejan la confusión general entre la juventud evangélica acerca de la sexualidad. "Los estudiantes están deseosos de ver si ellos pueden reducir la tensión combinando su fe cristiana con la aceptación de la homosexualidad," escribió Burk.

CT ha cubierto un sinnúmero de temas referentes a la homosexualidad, incluyendo el crecimiento numérico de grupos de apoyo para los estudiantes gays de universidades cristianas; el decrecimiento, en número, de americanos quienes creen que la homosexualidad es un pecado; así como el cambio que se ha producido en las opiniones evangélicas sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, y la manera cómo las iglesias evangélicas hablan acerca de la homosexualidad.

Por qué estamos perdiendo la guerra contra la pobreza

El abogado-activista Gary Haugen explica la fuerza ignorada y brutal que mantiene al pobre en su lugar.

Christianity Today January 30, 2014
Foto por Scott Suchman

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Una noche en diciembre del 2003, una niña de 8 años de edad de nombre Yuri fue secuestrada, violada, y brutalmente asesinada en la remota aldea Quechua de la Unión, Perú. El día siguiente, su hermano de 11 años encontró su cuerpo desnudo tirado en el camino principal de la aldea.

La historia de Yuri da inicio al libro The Locust Effect: Why the End of Poverty Requires the End of Violence [El efecto de la langosta: Por qué el fin de la pobreza requiere el fin de la violencia] (Oxford University Press), el nuevo libro escrito por Gary Haugen, fundador de International Justice Mission (IJM). Los asesinos de Yuri evadieron la justicia, mientras que otro hombre fue equivocadamente condenado y sentenciado a 30 años de prisión. El título del primer capítulo del libro, titulado "lo que el mundo no puede ver," pone el dedo en una de las fuentes básicas de la arraigada pobreza que pasa desapercibida a los bien intencionados forasteros: oficiales corruptos del gobierno que permiten que los criminales victimicen con impunidad a los pobres. Por ejemplo, las estadísticas nacionales muestran que el 90 por ciento de los asesinatos en México quedan sin resolver.

La falta de cuerpos policiales fiables, argumenta Haugen, expone a los pobres a la peor violencia predatoria, socavando el bien que se logra con los miles de millones de dólares que gastan las agencias de socorro en su lucha contra la pobreza.

Haugen quiere que los occidentales—y las agencias de socorro que ellos apoyan—sean tan resueltos en su lucha contra la violencia criminal como lo son contra el hambre y el VIH/sida. El autor habló recientemente con Timothy C. Morgan, editor principal de periodismo global de CT.

¿Qué es "el efecto de la langosta," y de qué manera afecta a los pobres?

Imagínese un agricultor pobre tratando de rasguñar una salida de escape a su pobreza. Y cuando por fin su cultivo empieza a mostrar promesa, las langostas descienden y devoran todo su duro trabajo. Ese es el efecto de la langosta—la manera en que la violencia impacta a los pobres en el mundo en vías de desarrollo. Las cosas tradicionales que hacemos para ayudar a los pobres a salir de la pobreza no paran la violencia. El libro The Locust Effect cuenta la historia de la plaga escondida de la violencia.

Su libro enfatiza la ley y los cuerpos policiales. Sabemos que las iglesias no tienen ningún poder policial ni el poder de procesar por un crimen, por lo tanto, ¿qué pueden hacer los líderes religiosos?

Tengo la esperanza de que los cristianos recobren su papel construyendo comunidades donde los pobres son protegidos de la violencia. Los cristianos jugaron un papel maravilloso en sonar la alarma de la epidemia del VIH/sida. Se convirtieron en líderes mundiales, confrontando la epidemia y combatiéndola. Mostró a la iglesia en su mejor perfil.

Los cristianos proveen autoridad moral asegurándose que los sistemas judiciales no sirvan solamente a cierta facción política o a los intereses adinerados, o que sean usados para propósitos de extorsión o corrupción. Puedes encontrar, una y otra vez, cómo los líderes cristianos encabezaron esa lucha hace 100 y 150 años.

¿Deben los cristianos trabajar principalmente con iglesias para ayudar a crear una sociedad más justa?

Puedes ver desde la lucha del siglo diecinueve contra la esclavitud, a la lucha contra el trabajo de menores, al movimiento de derechos civiles, cómo la iglesia tuvo un papel crítico, no sólo abogando, sino desplegando su experiencia especializada y sus habilidades en la labor a favor de la justicia. A principios del siglo veinte, la sorprendente reforma de la policía de la ciudad de Nueva York fue influenciada por un ministro presbiteriano, Charles Henry Parkhurst.

A través de la historia se esconden otras historias de cristianos asumiendo su rol profético bíblico—no apoderándose de los poderes gubernamentales, sino usando sus poderes como ciudadanos y su voz moral para asegurarse que el poder del Estado era usado con el fin de proteger al más débil. En las Escrituras, el pueblo de Dios exhorta a los gobernantes, a las autoridades, a ejercitar su poder con justicia. La lucha para el cumplimiento de la ley se está peleando ahora en los países en desarrollo. La violencia que se manifiesta en estos países es en realidad un ataque en contra de la ley.

El problema no es que los pobres no tienen leyes. Lo que no tienen es la aplicación de la ley. Hay un colapso funcional de los sistemas de aplicación de la ley en los países en desarrollo; los pobres quedan completamente vulnerables a la violencia. Esta es otra oportunidad histórica para que el pueblo de Dios se ubique del lado de la justicia en maneras muy prácticas.

Los críticos pudieran decir que este es otro ejemplo más de paternalismo, de tratar de quitarse la carga del hombre blanco. ¿Cómo contestaría usted?

La realidad es que he tenido una increíble conversación con William Easterly, el autor de The White Man's Burden [La carga del hombre blanco]. Estamos tratando de permitir que los países se desarrollen para que todo mundo prospere. La crítica que se hace a la ayuda tradicional al pobre es que ignora los problemas de los gobiernos locales y la política local que minan la eficacia de esa ayuda.

Hay un problema en derramar ayuda sobre circunstancias donde los pobres no son protegidos contra violencia predatoria. Si lo que estamos observando es verdad—que los pobres están viviendo en un caos ausente de ley—entonces vamos a estar significativamente desilusionados en los resultados de nuestros esfuerzos por aliviar la pobreza.

Usted dice que la violencia contra el pobre ha sido invisible. ¿Cómo?

Cuando la gente piensa en la pobreza, te hablan de lo que ven: las chozas, el agua sucia, las familias hambrientas. Esas son las imágenes que vienen a la mente inmediatamente.

Lo que no ven son los asaltos, las cachetadas, las violaciones, la tortura a manos de la policía, y la extorsión. Eso ha sido escondido intencionalmente por el perpetrador. Las víctimas tienen miedo y vergüenza, y se les hace difícil hablar. La gente no habla de lo que no tiene la solución. Las personas que trabajan en el campo del desarrollo y luchando contra la pobreza o a favor de la salud pública no suelen venir del campo policial.

¿Qué puede hacer el cristiano norteamericano común sobre la violencia contra los pobres que ocurre a miles de millas de distancia?

Empieza preguntando: "¿y qué sobre la violencia en mi comunidad?" Es lo mismo que con la epidemia de VIH. Hay tremenda vergüenza que le rodea. La gente no quiere hablar de eso. La Organización Mundial de la Salud dice que la violencia contra la mujer es responsable por más muertes y por la incapacitación de mujeres y jovencitas entre los 14 y 44 años que los accidentes automovilísticos, la malaria, y la guerra combinados.

Pregunte sobre la violencia contra las mujeres y las niñas. Observe si la gente ve al policía como la persona a la que acuden o de la que se esconden cuando se encuentran en problemas. Aquellos que trabajan de cerca con los pobres con frecuencia están muy familiarizados con la violencia, pero no saben qué hacer, por lo tanto no hablan de eso con facilidad.

Si hay una solución a la violencia: el servicio básico en el que nosotros dependemos todos los días, el cuerpo de policía.

Algunos cristianos miran la búsqueda de la justicia social como algo menos importante que la evangelización. ¿Qué les dice usted a los que eso dicen?

Si decimos que amamos al Dios que no podemos ver, y no amamos al hermano a quien si podemos ver, la Biblia dice que el amor de Dios no está en nosotros. Jesucristo también dijo que el amar a alguien es hacer lo que quisieras que te hicieran a ti si tú estuvieras en circunstancias similares. Haz a los demás. Esto simplemente dice que amamos a nuestro prójimo quien sufre bajo la violencia cuando venimos a su auxilio.

Nuestra proclamación de la bondad y el amor de Dios simplemente no tiene ninguna credibilidad si no estamos dispuestos a amar al prójimo en su momento de mayor necesidad. El trabajo a favor de la justicia es una manera de simplemente obedecer el muy explícito mandamiento bíblico. Busca la justicia, rescata al oprimido, dice la Biblia. Es un acto simple de obediencia.

En cuanto a una jerarquía de proclamación [del evangelio], la Biblia dice que debemos amar en palabra y en hecho. ¿Por qué razón voy yo a hacer una jerarquía entre inhalar y exhalar? Tienes que hacer las dos cosas—proclamar verdad en el mundo y amar a tu prójimo.

Algunos cristianos temen que un programa, basado en la iglesia, de abogacía a favor de la justicia va a desplazar la formación espiritual y el discipulado como la misión principal de la iglesia.

Casi ninguno de esos cristianos jamás viviría de esa manera con respecto a sus seres más amados, sus propias familias. ¿Qué pasaría si lo único que hicieras es decirles a tus hijos sobre la fe cristiana y nunca les mostraras amor? Simplemente, no es esa la manera en que los padres cristianos se comportan. Por cierto, ellos saben que si les predican a sus hijos, pero no les muestran amor, que nada de esa predicación va a comunicar la verdad.

Estas dicotomías falsas y cansadas son para otra época, cuando el evangelio estaba dividido entre palabra y hecho. Históricamente, el pueblo de Dios, cuando es obediente a Cristo, es usado por Dios para traer justicia al pueblo.

Yo estoy del lado de la esperanza. Lo he visto con mis propios ojos, y lo he visto profundamente en la historia.

¿Quiénes son los socios ideales para la iglesia en la lucha contra la violencia?

El socio ideal es el cuerpo de Cristo alrededor de todo el mundo. Los occidentales no van a caer en paracaídas y salvar el día. Esta es una lucha fundamental a favor de la justicia que va a tener que ser apropiada por la comunidad local.

Otro socio será las autoridades del gobierno dentro de cada comunidad, dentro de cada país. Esto recobra el trato de la iglesia con el gobierno. Romanos 13 dice que las autoridades son en realidad ministros de Dios para hacer justicia en la comunidad. Los cristianos en otras épocas moldearon la manera en que el gobierno buscaba hacer justicia y fomentar la paz en la comunidad.

¿Qué modelos nos puede señalar?

En la ciudad de Cebu, en las Filipinas, IJM colaboró con líderes comunitarios para conseguir que el sistema judicial protegiera a los menores de edad del contrabando del sexo o trata. El programa se llama El Proyecto Linterna. Un socio clave fue la iglesia, protestante y católica. Se redujo por casi el 80 por ciento la victimización de menores en el negocio comercial del sexo porque la policía protegió a los niños en lugar de proteger a los traficantes del sexo.

¿Qué de ese modelo pude reproducirse en otro lugar?

Eso es lo emocionante de esta historia. Este modelo se está replicando en Manila y en Pampanga. Y estamos viendo que el mismo gobierno está empezando a cubrir los gastos y a tomar la iniciativa. IJM es un socio, pero ya no es la fuerza impulsiva principal. El gobierno mismo está formando cuerpos policiales especializados. Se están estableciendo cortes que aceleran el proceso de los casos de tráfico sexual. el proyecto se está llevando a un nivel nacional. Y estamos en la parte delantera de este esfuerzo.

¿Has tenido algún momento cuando te has arrepentido de haberte subido a un avión con destino a Kigali, Ruanda para investigar el genocidio de 1994? Tu vida no ha sido la misma desde entonces.

Absolutamente cierto. Hubo momentos en que estaba hasta la rodilla en medio de la matanza en Ruanda, cuando me arrepentía de haberme subido a ese avión.

Pero lo que he visto es la manera en que Dios, por su gracia, ha dado a luz a un movimiento vigorizador a favor de la justicia en la comunidad cristiana. Ha usado a los cristianos para rescatar a miles de personas y para empezar a transformar comunidades enteras.

Me considero la persona más privilegiada de poder ver que esto suceda durante mi vida. Se ha sentido como una jornada difícil y dura, pero el gozo y la esperanza y la gracia de Dios que yo he experimentado durante la jornada se ha sentido como un profundo privilegio.

Mi propia parte en la historia, honestamente, se siente bastante pequeña. Dios en realidad no me necesitaba en ninguna manera para lograr lo que se logró, pero fue un acto de gracia al incluirme a mí.

Dios me ha pagado con ánimo y compañerismo de algunas de las personas extraordinarias más valientes. La iglesia está ahora muy ansiosa por escuchar el llamado de Dios para trabajar a favor de la justicia. Es un gran privilegio poder formar parte de esta labor.

Para un recurso en inglés, un estudio bíblico basado en este artículo, vaya a ChristianBibleStudies.com y busque "Love That Brings Real Change."

¿Deben los cristianos leer toda la Biblia en un año?

¿Está pensando en comenzar de nuevo en Génesis 1 al empezar el año? Los expertos nos dan sus opiniones sobre si ese es el mejor plan.

Christianity Today January 30, 2014

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Más de 7.5 millones de lectores terminaron un plan de lectura de YouVersion el año pasado (25 de los más de 700 planes disponible incluyen leer la Biblia en su totalidad). BibleGateway.com empezará a rastrear el porcentaje de personas que terminan los 15 planes que ellos tienen disponibles. Les preguntamos a varios expertos si los cristianos deberían tratar de leer toda la Biblia en un año. Hemos arreglado sus respuestas a lo largo de un espectro con un "si" en la parte superior y un "no" en la parte inferior.

¿Está pensando en comenzar de nuevo en Génesis 1 al empezar el año? Los expertos nos dan sus opiniones sobre si ese es el mejor plan.

"La lectura comprensiva de la Biblia por medio de asignaturas de lecturas diarias se remonta al tiempo de la iglesia primitiva. La comprensión profunda de las Escrituras que esta disciplina provee es esencial al discipulado cristiano. Los planes de un año son una gran manera de lograr eso." ~ John Scandrett, Profesor de teología histórica, Trinity School for Ministry

"El uso de varios ritmos mitiga en contra de reglamentos estrictos. Pero la lectura diaria nos obliga a leer porciones de la Escritura a las cuales no nos sentimos particularmente atraídos, alimentándonos con el consejo completo de Dios y dándonos el retrato más completo posible de quién es Dios." ~ Dane Ortland,Director de publicaciones bíblicas, Crossway Books

"Siento cierto titubeo en recetar cuándo y cuánto la gente debe leer. Es importante captar la historia grande y cómo cada historia pequeña (incluyendo la nuestra) encaja. El tiempo requerido depende de cada persona. No hay un plan que les quede a la medida a todos." ~ Kevin Scott,Editor de adquisiciones, Wesleyan Publishing House

"Lo importante es escuchar a Dios con regularidad a través de su Palabra. Si un plan de lectura te motiva, úsalo. Pero si se vuelve una tarea rutinaria que te desanima a leer las Escrituras, no te dejes cautivar por el método; recuerda la razón." ~ Rachel Barach,Gerente General, Biblegateway.com

"Es una buena cosa para la lista de 'colgar el tenis' de cada cristiano, pero yo nunca he sido un gran aficionado. La mayor parte de la gente no llega ni a fines de Febrero; llegan a Levítico y se rinden. Lo importante no es cuánta Escritura leemos, sino cuánta aplicamos." ~ Whitney Kuniholm, president de Scripture Union USA

Mormón no más

¿Cómo me escapé de la iglesia a la que había amado durante 30 años?

Christianity Today December 23, 2013
Foto por August Miller

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Un viernes de Enero de 2006, en mi casa en Provo, Utah, recibí una llamada telefónica de mi tercer hijo, Micah, que cambió mi vida.

Mi familia y yo disfrutamos de nuestra vida en "Sión," el resultado de la decisión que mi marido, Michael, y yo habíamos hecho como adultos jóvenes a unirnos a la iglesia mormona. Durante siete años, fui profesora titular en la Universidad Brigham Young (BYU), la escuela principal de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD). Michael era un sumo sacerdote, obispo y alto consejero, trabajador del templo, maestro de seminario, y presidente de la escuela dominical. Nuestro primer hijo, Josh, y el segundo, Matt, habían servido en las misiones evangelizadoras, de dos años de duración, requeridas por la iglesia. Nuestra hija Katie también agradó a los líderes de la iglesia con su fe en Cristo Jesús y en José Smith.

Yo despreciaba a los cristianos que seguían sólo la Biblia. Tenían parte del Evangelio, pero yo tenía su plenitud. Yo guardé las leyes y las ordenanzas del mormonismo. Cuando tomaba el sacramento del pan con levadura y agua, cada semana en el templo, creía que estaba dejando que el conserje del pecado barriera toda iniquidad. Yo creía que la iglesia mormona había asegurado mi vida eterna.

Vida en Sión

Nos habíamos unido a la iglesia a los 25 años, después de que unos misioneros mormones tocaron nuestra puerta. Tanto Michael como yo habíamos asistido a iglesias protestantes, pero rara vez leíamos la Biblia. Asumimos que unirnos a la iglesia era una opción cristiana (el 85 por ciento de los conversos mormones provienen del cristianismo). Fuimos incapaces de contrarrestar los misioneros.

Inmediatamente y siempre activos en la iglesia, educamos a nuestros cuatro hijos en la fe mormona. Sirviendo incontables horas en llamamientos de la iglesia, leyendo la escritura mormona, diezmando, asistiendo a reuniones, manteniendo un código de salud, dedicándonos a la genealogía para poder redimir a los muertos en el templo—estas fueron algunas de nuestras ofrendas al dios mormón.

En todos los años de servicio a la iglesia, yo creía que conocía a Jesús. Creíamos que nació primero como un hijo espiritual del Padre Celestial y de la Madre y que vino a la tierra para recibir un cuerpo. Él expió nuestros pecados en el Jardín. Como el fariseo en Lucas 18, pensé que lo conocía mejor que otros a través de la instrucción exclusiva que recibí en el templo.

En 1999, terminé mi doctorado en educación y me contrataron en la Universidad Brigham Young. Nos mudamos a Sión.

Y la vida era buena allí. Los domingos cantábamos:

Grande es su gloria y su sacerdocio sin fin.

Siglos de los siglos las llaves él sostendrá.

Fiel y verdadero, él en su reino entrará,

Coronado en medio de los profetas de la antigüedad.

¿Suena como Jesús? No, este himno es acerca de José Smith. Aquí está el primer verso:

¡Alabado sea el hombre que con Jehová estaba en comunión!

Por Jesús fue ungido ese Profeta y Vidente.

Bendito para abrir la última dispensación,

Reyes le exaltarán y naciones le venerarán.

Al igual que el Padre Celestial y Jesús hicieron antes que él—al igual que el propio Smith—Michael estaba trabajando para convertirse en un dios. Esta era una razón por la que asistíamos al templo con regularidad.

Entonces, algo inesperado interrumpió nuestra vida mormona perfecta. Tres semanas antes de terminar su misión de dos años, Micah llamó para decirnos que sería enviado a casa antes de terminar—una vergüenza horrorosa en la cultura mormona. Él había estado leyendo el Nuevo Testamento. Allí se encontró con un Jesús diferente al que me enseñaron en el mormonismo—un Dios de gracia, no de obras, para que nadie se jactara. Esto captó la atención de Micah.

Micah había declarado en su testimonio de despedida, en un cuarto lleno de misioneros, que había puesto su fe en Jesús solamente y no en la iglesia mormona.

Les dijo que había encontrado una fe profunda y genuina—una fe que no incluía el mormonismo. No fue muy bien recibido. Los líderes de la iglesia nos dijeron que Micah tenía el espíritu del diablo en él, lo enviaron a casa y, posteriormente, ya en Utah, nos invitaron a llevarlo ante el sumo consejo. Para evitar que fuese excomulgado, pusimos a Micah en un avión fuera de Utah. Su expulsión puso a nuestra familia en caos.

Cuando abordó el avión en Utah para empezar un grupo musical y un nuevo ministerio en la Florida, Micah nos rogó: "Mamá y papá, por favor lean el Nuevo Testamento." Comenzamos a hacerlo. Apenas comía o dormía, porque me consumía el deseo de leer más sobre el Dios de la gracia. Eso era todo lo que quería hacer.

Después de la expulsión de Micah, las preguntas sobre el mormonismo que había albergado durante años—acerca de mi bendición patriarcal, sobre la historia de la iglesia acerca del racismo, sobre el alcance de la expiación de Cristo—surgieron con mayor urgencia. Seguí el consejo de Micah y comencé a leer la Biblia en traducciones más fáciles de entender que la versión autorizada por los mormones (King James Version).

En Juan, leí: "Estas Escrituras mismas son las que dan testimonio de mí, sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida." La salvación no requería la iglesia mormona, sino solo a Jesús. Empecé a ver que el mormonismo enseña un evangelio diferente de lo que enseña la Biblia.

Cuando leo lo que Jesús dijo en Juan 6:44: "Nadie puede venir a mí sino lo atrae el Padre que me envió." Yo sabía que estaba siendo atraída—absorbida, arrastrada, transportada. En física, un horizonte final es un límite más allá del cual la fuerza de gravedad es tan poderosa que no hay escapatoria. Este fue mi horizonte final. Al leer la Biblia, mi apetito por Dios creció exponencialmente. Me sentí atraída hacia él a una velocidad cada vez mayor.

Luego, en una tarde fría de octubre en 2006, Michael y yo nos quedamos con Katie en el sótano para ver la película Lutero. Mi corazón latía con fuerza mientras me enteré de la lucha de los reformadores contra la iglesia católica. Parecía que yo enfrentaba una lucha similar. ¿Realmente creía que el sistema mormón de obediencia a las leyes y ordenanzas podía asegurar mi perdón? ¿O creía yo lo que la Biblia enseñaba, que sólo Jesús era el camino, la verdad y la vida?

Esa noche, marchando apresuradamente hacia el punto de no regreso, inclinada con la cara sobre la alfombra y los brazos extendidos, grité a Jesús, "soy tuya, sálvame." Fui así abrazada instantáneamente al lado de Cristo.

A partir de entonces, Dios se hizo personal. Hablaba con él. A veces respondía. Tenía sueños austeros. En cuanto rendí mi completa voluntad a la suya, él parecía estar guiándome suavemente hacia alguna parte. Se presentó en mi vida en momentos inesperados y me enseñó a través de otras personas y por medio de las circunstancias, a través de la Palabra y en la oración. Fue extraño al principio—enervante. Nunca había experimentado nada como esto. Algunos días me detenía a recobrar un poco de aliento. Dios me consiguió un trabajo que no había solicitado para que yo pudiera salir de la Universidad Brigham Young. Él vendió nuestra casa el día después de que renunciamos a la iglesia mormona. Esto debe ser lo que los cristianos llaman una relación personal con Jesús.

He descubierto que este Jesús no podía ser limitado por las leyes y ordenanzas de la religión. Jesús es real. Esta relación palpable me transformó.

Sangre consoladora

Alrededor de un mes después que Katie vino a Cristo, ella soñó sobre un patio de piedra en forma de un círculo. Se vio a sí misma como una niña pequeña, guiada por un hombre mientras caminaba a través de una puerta que parecía un corral de ovejas. Había pequeños charcos de sangre en el suelo, pero ella no tenía miedo. Este patio era el lugar donde Jesús había sido golpeado y azotado hasta la muerte, la sangre era de él.

Katie miró directamente hacia el hombre, que llevaba una túnica y un chal sobre la cabeza, e inmediatamente confió en Él. El hombre se arrodilló para mirarla directamente a los ojos. Tomando el chal de su cabeza, tocó el suelo manchado de sangre y suavemente comenzó a cubrirla con la sangre, comenzando con su cabeza. Él le sonrió, como si ella fuera el gozo puesto delante de él.

Este es el Jesús que mi familia y yo ahora conocemos. Él me ama personalmente. Devoro su Palabra y lo encuentro allí. Él me conoce y me enseña. No necesito las leyes y ordenanzas de la iglesia mormona para ser salva. Sólo necesito a mi amado Jesús.

Lynn Wilder es autor de Unveiling Grace: The Story of How We Found Our Way Out of the Mormon Church (Zondervan).

Philomena

Un periodista hostil a la religión ayuda a una mujer católica a buscar al hijo que le habían quitado.

Christianity Today December 12, 2013
Alex Bailey / The Weinstein Company

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Nuestra clasificación
Clasificación promedio
Classificación MPAA: PG-13 (por lenguaje)
Género: Drama
Dirigida por: Stephen Frears
Longitud: 1 hora 38 minutos
Reparto: Steve Coogan, Judi Dench, Michelle Fairley, Sophie Kennedy Clark
Fecha de estreno: 27 de noviembre, 2013 por The Weinstein Company

Advertencia: Esta película está inspirada en una historia real, por lo que muchos de los espectadores ya sabrán el resultado. El crítico ha intentado evitar detalles que delaten el argumento, sin embargo, con el simple hecho de abordar temas de la película se podrían adivinar los giros de la trama.

Philomena se basa en el libro de Martin Sixsmith The Lost Child of Philomena Lee. Steve Coogan interpreta a Sixsmith, quien se encuentra dolido al inicio de la película. Él acaba de perder un trabajo prestigioso como periodista y cree que su despido fue injusto e injustificado. Pero no importa a dónde va, nadie parece estar interesado en escuchar su lado de la historia.

Philomena Lee (Dench) se encuentra en una situación similar. Cuando tenía diecinueve años, se vio obligada a trabajar (servidumbre) por deudas a pagar: La vivienda y el cuidado que las monjas irlandesas le proporcionaron. Ahora, cincuenta años más tarde, la persigue la curiosidad por conocer aquel hijo que le fue quitado. Philomena se ha contactado con el orfanato donde trabajó en varias ocasiones, pero lo único que sabe es que todos los registros se han perdido. Le recuerdan que había firmado un documento de "entrega de derechos de madre" y que se había comprometido a no intentar ponerse en contacto con su hijo.

Sixsmith se compromete a utilizar sus habilidades de reportero para ayudar a Philomena en la búsqueda de su hijo. A cambio, él tendrá acceso y el derecho de publicar la historia que considera es de interés humano, que cree que podría ayudarle a recuperar su carrera.

Esta es una película que permite a los artistas lucirse. Y ambos actores hacen una tremenda labor. Probablemente no hay un adjetivo en el diccionario que no se haya puesto ya a los pies de Dench [como actriz] y Coogan está muy a la par con ella en lo que es sin lugar a dudas un rol difícil—y mucho más antipático. Philomena divaga alegremente sobre novelas románticas y muestra su fascinación por las películas que se exhiben en las habitaciones de los hoteles de lujo donde se hospedan. Sixsmith menosprecia el provincianismo de Philomena y su ingenuidad moral pero a la vez se siente desarmado por su franqueza. Sus interacciones son lo que hace que la película sea agradable.

Aunque la película es una pieza exitosa como entretenimiento, si Philomena va a inspirar o desafiar a la audiencia como una obra de arte dependerá de cómo el espectador interpreta el mensaje de la película sobre la religión. Philomena puede ser forzada a reevaluar su relación con la iglesia conforme se revela la verdad sobre su hijo. Y Sixsmith, como el substituo de la audiencia, es el juez. Tomando en cuenta lo que ha aprendido acerca de la iglesia, ¿cómo puede Philomena aferrarse a sus enseñanzas?

Philomena se hace a sí misma estas preguntas, incluso antes del clímax de la película. En una escena clave, Philomena asiste a la confesión, pero no puede seguir la práctica rutinaria que le fue inculcada desde su infancia. Pero más tarde, después de que ella se enfrenta a una monja anciana, Sixsmith acusa a Philomena de falta de autenticidad, de seguir con los "procedimientos" y recitar las palabras de perdón en lugar de dejar salir todo el odio y la amargura que él supone que Philomena debe estar albergando.

Sixsmith se escandaliza de que ella, o alguien más, pudiera pensar que grandes actos de maldad podían ser hechos a un lado tan fácilmente con tal solo decir algunas palabras. Philomena constesta astutamente, "¿Tú crees que eso fue fácil?"

Pensé que Philomena era sobre Philomena. Por lo tanto, consideré el final sublime. Pero otros pueden tener sus reservas. En primer lugar, Sixsmith, profesando ser ateo (o muy anti-iglesia), no se presenta como un monstruo. La película da bastante munición para cualquier persona que quiera argumentar que la iglesia tiende más a hacer daño que a prestar ayuda. (Eso es un argumento que depende mucho sobre la manera de medir lo que es intrínsecamente imposible de cuantificar.) Sin embargo, aunque Sixsmith pudiera estar equivocado acerca de Dios, él no está equivocado en todo, e incluso Philomena reconoce, a cierto nivel, que ella lo está usando tanto como él está tratando de usarla. Él va a hacer cosas que ella no haría, pero ella no habría llegado a la verdad sin la disposición de Sixsmith de desafiar la autoridad de la iglesia.

A algunos también les puede resultar preocupante que mientras que la película alaba la fe, se pudiera leer como la fe de la persona, no la fe de la institución. Me pregunto qué tanto las audiencias modernas (y me refiero a los post-románticos) estan conscientes de lo mucho que, en general, tendemos a desconfiar de las instituciones, y lo mucho que eso influye en nuestra conceptualización de la fe. Y es posible leer a Philomena diciendo que la religión está en el orfanato, en la hermandad, en la institución. Luego vemos el profundo moralismo de Philomena como lo contrario de dicha "fe," en lugar de su expresión.

Cuando contemplaba a Philomena, yo también pensé en su relación con la fe de esa manera, pero lo rechacé, por dos razones. Primero: las películas del director Stephen Frears son casi siempre de personas que anhelan la autenticidad, mientras que luchan contra las limitaciones ideológicas, sociales o políticas. Frears (permítanme decirlo) es tal vez el director más infravalorado de la actualidad. Relaciones peligrosas, Negocios Ocultos, Alta Fidelidad, Mrs. Henderson presenta, La Reina, Chéri, Tamara Drewe—todas sus películas no son sólo consistentemente excelentes, sino que también lidian con lo difícil que es experimentar la brecha entre como pensamos que el mundo debe funcionar, y cómo realmente funciona.

Así que, al poner a Philomena en este contexto, es difícil verla como una expatriada triunfante de la fe . Tiene más sentido verla como un heroína herida, luchando con la depresión existencial y tratando de encontrar la manera de marchar hacia adelante. En este caso, su solución es aferrarse a la religión.

Pero Philomena es católica hasta la médula. Algunos espectadores protestantes desearán que ella rechace la Iglesia, sobre todo aquellos que han comprado la idea cultural de que la fe auténtica e individual es lo contrario de la religión institucional y de empresa. Y en las manos de un artista menor, pienso que Philomena hubiera encarnado ese conflicto. La película nos permite expresar nuestras dudas y críticas al mismo tiempo que nos permite distanciarnos de ellas (puesto que se aplica a los católicos malvados, no a nosotros).

Sin embargo Philomena no mira a la monja con odio diciendo: "Esto es el catolicismo, y yo no quiero nada de eso." En cambio, en sus palabras y hechos, promulga la enseñanza católica. Si bien es cierto que la iglesia le ha herido (y levante la mano si usted es protestante y nunca ha sido herido por una iglesia, congregación o denominación), también le ha dado un don precioso. Le ha enseñado a saber qué hacer con la herida, cómo responder a ella, y cómo ser empática en su sufrimiento, sin terminar llena de odio.

Philomena termina con un gesto de Sixsmith que puede ser interpretado como un gesto cínico. Creo que su intención fue ser amable. Sixsmith no se ha reconciliado con la Iglesia, ni tampoco con Dios, pero si se ha reconciliado con Philomena. Parte de lo que hace que los símbolos sean tan peligrosos es que pueden ser objeto de apropiación. Durante la mayor parte de la película, los símbolos católicos—rosarios, estatuas, velas—y los rituales que les acompañan, solo le traen a Sixsmith asociaciones negativas. Al final, dichos símbolos han tomado otra asociación negativa—sin embargo, tal vez por primera vez, también tienen una asociación positiva, gracias a Philomena.

Aviso al espectador

Una vez al año, más o menos, parece haber un conflicto sobre la clasificación que debe darse entre el estudio que produjo la película y la agencia MPAA que otorga la clasificación. Philomena tiene una clasificación PG-13 debido al lenguaje, y me parece acertado. (Hubo algunas murmuraciones que quizás la película, al igual que The King's Speech, iba a recibir una clasificación R debido solamente al lenguaje.) Habrá algunos que objetarán que el contexto del lenguaje lo hace menos problemático que en otras películas que han sido similarmente clasificadas. Simpatizo con dicho argumento al igual que con la preocupación más amplia que dice que los editores pueden evitar las palabras claves que les permiten recibir una clasificación menor aunque el tono total de la película es más violento, desagradable, crudo o vulgar. Sin embaro, lo cierto es que, el lenguaje profano, obsceno o sugestivo es algo sobre lo que algunas audiencias tienen diferentes umbrales de tolerancia. Considero apropiado que los adolescentes vean la película. Los menores de trece años probablemente han oído peores cosas, pero también puediese ser un tanto aburrida para ellos. Además, hay una escena de parto que podría ser molesto para algunos espectadores más jóvenes, y un tanto franca, así como las discusiones sobre las preferencias sexuales alternativas.

Kenneth R. Morefield es profesor asociado de inglés en Campbell University. Es el editor de Faith and Spirituality in Masters of World Cinema, Volumenes I & II, y el fundador de 1More Film Blog.

Toda la fe que vale la pena publicar

Cómo informa Miqueas 6:8 la labor del galardonado Michael Luo, reportero del New York Times.

Christianity Today December 12, 2013
Foto por Brad Guice

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Michael Luo pasea por el centro de Manhattan rumbo a un almuerzo de sushi, reflexionando acerca de las últimas renovaciones de su apartamento y sobre los Knicks de Nueva York . Pero cuando la conversación se dirige a su trabajo de estos días— reportando para el New York Times sobre las lagunas en las leyes existentes sobre las armas de fuego—Luo se pone serio.

"Mi esposa preferiría que reportara sobre otro tema," dice Luo. "Sin duda, ha dado lugar a cierta aprensión." Mientras trabajaba en una historia acerca de la enfermedad mental y las armas de fuego, tuvo que notificar a su editor a dónde iba, y cuándo se iba—similar a los protocolos en cuanto a reportarse mientras trabajaba, por un tiempo breve, en el buró del New York Times en Bagdad.

Sin embargo, es este tipo de trabajo sombrío que le ha permitido a Luo, de 37 años de edad, ganar el Premio George Polk sobre reportaje de la justicia penal, el Premio Livingston para Jóvenes Periodistas mientras trabajaba en el Associated Press, y obtener un trabajo en el New York Times, donde ha laborado desde el año 2003. Ha reportado todo tipo de temas, desde las últimas dos campañas presidenciales, el huracán Katrina y la guerra en Irak. Recientemente, Luo se ha concentrado en la industria de las armas y la amplia disponibilidad de las armas de fuego—lo que le valió una nominación al Premio Pulitzer y el aparecer repetidas veces en la primera plana del periódico.

Luo se convirtió al cristianismo cuando era estudiante en la Universidad de Harvard, y en la actualidad asiste a la Iglesia Presbiteriana Redentor con su esposa e hija. Recientemente habló sobre su fe y su trabajo con Paul Glader, profesor de periodismo en la universidad The King's College y ex escritor del Wall Street Journal.

¿Qué es lo que otros cristianos más a menudo malinterpretan sobre el periodismo, sobre todo la transmisión de noticias?

Sus malentendidos [no son] tan diferentes de los malentendidos que tienen los no cristianos. Los periódicos, incluyendo el New York Times, no han hecho el mejor trabajo, en este período de profundo escepticismo, de explicar lo que hacemos. Se asume que la gente sepa principios básicos, como el hecho de que la página editorial y el departamento de noticias están separados, o que los columnistas de opinión son diferentes de los periodistas. En un período de tanta polarización política, [explicar lo que hacemos] es esencial.

Muchos cristianos consideran el New York Times hostil hacia la fe evangélica. ¿Es esta una evaluación justa?

La mayoría de los evangélicos—y no evangélicos—se sorprenderían al ver los grandes esfuerzos que hacen los reporteros y editores para cubrir las noticias. Agonizamos casi a diario sobre oraciones en particular, incluso frases, que se deben usar en los artículos y los titulares, en las líneas de resumen y leyendas en la red, para asegurarnos de que sean justas e imparciales. ¿Siempre lo conseguimos? No, pero el esfuerzo está siempre allí.

Por otro lado, a veces no se puede saber lo que uno no sabe. Una gran cantidad de reporteros y editores del Times no conocen ningún evangélico, nunca han puesto un pie en una iglesia, y tienen una visión de la vida que está muy lejos de la percepción evangélica." . . . Puede ser que no saben que el ser evangélico es una orientación teológica, no necesariamente una orientación política, que hay una diferencia entre el fundamentalismo y la perspectiva evangélica, que muchos de los evangélicos no creen que la tierra fue creada en seis días de 24 horas, que no todos los evangélicos creen en el rapto. La ignorancia puede llevar a caracterizaciones inexactas y engañosas. Y sí, puede dar lugar a que se escapen sesgos o distorsiones que afectan la manera en que los cristianos son descritos.

¿Cómo solucionar esto? En muchos sentidos, este es un asunto de diversidad en la sala de redacción. En el 2005, el periódico convocó un comité interno para examinar cómo podrían mejorar la credibilidad entre los lectores. Abordamos nuestro punto ciego de la religión en un informe final. . . lo que sugiere que debemos contratar periodistas talentosos "que resulta que tienen experiencia militar, que conocen la zona rural de primera mano, que se sienten en casa en diferentes religiones."

Como reportero que se identifica públicamente como cristiano, ¿está usted solo en el Times?

El Times es como muchas otras instituciones cosmopolitas: está lleno de gente con un alto nivel educativo, muchos de los cuales fueron a las mejores universidades. A menudo, hay una escasez de cristianos en este tipo de lugares, y el Times no es la excepción. Yo no estoy al tanto de la fe de todos mis colegas, pero definitivamente no estoy solo. Yo sé de un puñado de cristianos en la sala de redacción, personas cuya fe es como la mía, incluyendo personas que realmente sorprenderían al público.

Definitivamente no estoy solo. Yo sé de un puñado de cristianos en la sala de redacción, personas cuya fe es como la mía, incluyendo personas que realmente sorprenderían al público.

¿Por qué escogiste ser reportero y el periodismo?

Siempre me ha gustado leer y escribir, así que cuando pensaba en posibles carreras en la escuela preparatoria, ser capaz de ganarme la vida escribiendo era algo que me pasó por la mente. Es por eso que me uní al periódico de la escuela de Harvard. También allí comencé una revista.

Sin embargo, habiéndome convertido en un cristiano en la universidad, después de crecer en un ambiente no religioso, traté de ordenar mis planes de carrera con la perspectiva del reino. Para mí, un verso influyente ha sido: "¿Qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios." El periodismo es una carrera en la que podía buscar la justicia y la misericordia. Algunas personas se sienten atraídos por el periodismo a causa de las palabras. Yo me sentí más atraído por lo que las palabras pudieran hacer.

¿Cómo su fe afecta su trabajo?

En primer lugar, todos los reporteros llevan sus orígenes a sus puestos de trabajo, lo que les ayuda a cubrir ciertas historias mejor que otras. . . . Trabajé como reportero de la sección de religión durante un año en el Times, pero incluso cuando no soy reportero de religión específicamente, siempre he tropezado con historias relacionadas con la fe. Por ejemplo, cuando yo estaba cubriendo la guerra en Irak, escribí acerca de la difícil situación de los cristianos iraquíes; cuando cubrí la campaña presidencial de 2008, escribí acerca de la fe de Hillary Clinton.

Ser cristiano también me da una cierta fluidez. Me ha ayudado a construir una buena relación con todo tipo de personas, desde la madre de una víctima de asesinato hasta las personas que asisten a la Cumbre de los Valores del Votante .

Sin embargo, lo más importante es que ha sido mi fe la que ha dado vida a todo lo que hago. Creyendo que puedo hacer una diferencia, mi fe me ha guiado a las historias y noticias que he buscado, como la historia de tres personas pobres de raza negra que sufrían de discapacitación mental y que fueron encarcelados en Alabama por matar a un bebé que probablemente nunca existió [la historia que finalmente ganó el Premio George Polk y el Premio de Livingston para periodistas jóvenes], o escribir sobre el impacto humano de la recesión económica, lo que hice durante dos años en el Times.

Sus últimos reportajes de investigación se han centrado en los problemas y lagunas en las regulaciones y leyes existentes sobre armas de fuego. ¿Por qué empezó a escribir sobre estos temas?

Mis historias de investigación de este año relacionadas con armas de fuego en realidad se remontan al 2011, cuando me mudé de la sección que cubre noticias nacionales a la de investigaciones. Yo había ayudado a cubrir el tiroteo de Gabrielle Giffords, entre otros, como corresponsal nacional en Tucson. Empecé a entrevistar a los investigadores de salud pública haciéndoles preguntas básicas sobre lo que sabemos del impacto de las armas de grueso calibre o alta capacidad, o la verificación de antecedentes criminales, o incluso si las comunidades con menor número de armas de fuego eran más seguras .

Fue entonces cuando me enteré de que la financiación, para este tipo de labor investigativa, se había reducido al mínimo a mediados de la década de 1990, en gran parte debido a la influencia de la Asociación Nacional del Rifle. Eso se convirtió en un artículo de primera página que, a su vez, dio lugar a otros más relacionadas con armas de fuego.

Estaba hurgando en reportajes de investigación relacionados con armas de fuego cuando se me pidió que pasara al área de investigaciones. Mis nuevos jefes me preguntaron si tenía algunas ideas, y mencioné que había estado explorando cómo un número creciente de estados estaban permitiendo que las personas con antecedentes de enfermedad mental podían someter una petición para que se les permitiera volver a tener armas de fuego. Eso me pareció muy interesante y me llevó a escribir mi primer largo artículo de investigación sobre las armas de fuego. Pude escribir varios más, culminando en una serie que fue nominada por el periódico para el Premio Pulitzer.

Después de las elecciones del 2012, había pasado dos meses inmersos en un proyecto sobre la pobreza, cuando ocurrieron los tiroteos en Newtown, Connecticut. Mis jefes me pidieron volver a hacer reportajes de investigación relacionados con armas de fuego. Eso me llevó a escribir otra serie de artículos este año bajo el título "portar armas," sobre el impacto de la amplia disponibilidad de armas de fuego y la influencia de la industria de las armas de fuego, incluyendo, recientemente, un artículo de 5,000 palabras sobre accidentes con armas de niños, en la que descubrimos que las estadísticas federales de mortalidad están subestimando significativamente este tipo de muertes.

El Pastor Rick Warren ha estado hablando más sobre las armas de fuego desde que su hijo Matthew se suicidó después de obtener un arma de fuego a través de la Internet. Partiendo desde la experiencia que usted tiene y los reportajes que ha hecho, ¿cómo le gustaría a usted ver a los cristianos pensar y hablar acerca de las armas de fuego?

Esto es obviamente un territorio increíblemente traicionero, sobre todo para un periodista que trata de simplemente dejar que la obra investigativa hable por sí misma. En primer lugar, claro, esto no es un tema que ha conseguido muchos adeptos en los círculos cristianos a este punto. No se ha convertido en un gran punto de convergencia para los cristianos, ya sea liberal o conservador. He leído, sin embargo, algunos comentarios de los bloggers cristianos después de la entrevista que Rick y Kay Warren dieron a Piers Morgan, preguntándole si podría tomar este problema y tratar de poner en marcha un movimiento cristiano a favor del control de las armas de fuego. Estoy muy interesado en ver lo que se desarrolla en ese frente.

En un intento de buena fe para responder a su pregunta, me parece que este es uno de esos temas en los que muchas personas simplemente toman la Biblia y la aplican de una manera que apoye el punto de vista que ya tenían. Hay una variedad de principios, por supuesto, que se pueden aplicar, desde amar al prójimo hasta dar al César lo que es del César. Por encima de todo, sin embargo, espero que los cristianos lleven al debate sobre el control de armas las virtudes de la cortesía y la humildad. ¡Cuán grande sería si los cristianos pudieran ayudar a abrir el camino inaugurando un espíritu de sensatez y de decoro en un tema que se ha convertido casi irremediablemente en un polarizador!

Algunos lectores conocerán el nombre de Juan McCandlish Phillips, otro reportero del New York Times y un cristiano que murió este mes de abril. ¿Qué clase de ejemplo fue él para ti?

Conocí a John en una reunión de un grupo de periodistas cristianos. . . . Aquí estaba este hombre flaco, de edad avanzada, muy alto, que se parecía a una versión moderna de Ichabod Crane—quien se presentó conmigo con una voz sibilante y aguda—"John Phillips, ex reportero del New York Times." No tenía idea de quién era, pero luego, por supuesto, descubrí que él era toda una leyenda.

Cuando conocí a John, yo todavía era un reportero de la Associated Press. Se interesó en mí, como lo hizo con una gran cantidad de periodistas cristianos jóvenes prometedores. Él repartió consejos y aliento, y era a menudo sólo un oído atento para nosotros. John se alegró mucho cuando me mudé al New York Times, y seguido me enviaba notas acerca de las historias que yo había escrito.

En cierto momento, al principio de mi carrera en el New York Times, había enviado una nota a algunos editores principales del periódico, que luego ellos pasaron a otros editores, sobre algunas ideas que yo tenía sobre nuestra cobertura de la religión, en la que revelé mi fe personal. Un editor de muchos años de experiencia me envió una nota apreciativa, en la que recordó a John y cómo solía conducir las reuniones de oración en un cuarto justo al lado de la sala de redacción. John también tenía la fama de siempre tener una Biblia sobre su escritorio en un lugar bien visibles.

Mucho de lo que John solía hablar no se trataba de evangelizar a la sala de redacción, sino simplemente ser excelente en el periodismo, porque eso es lo que Dios quiere. John fue un ejemplo para mí.

Entre C.S. Lewis y Lecrae Moore

Christopher Brooks, pastor en Detroit, dice que la apologética en el contexto urbano debe ser tanto intelectual como “llena de alma.”

Christianity Today November 14, 2013
Foto por Tom McKenzie

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En el 2007 miembros del ministerio Evangel del noroeste de Detroit salieron a compartir el evangelio en las diferentes comunidades cercanas en un programa de verano llamado "Atrévete a compartir." Regresaron reportando nuevas conversiones y haber hecho nuevas relaciones—y también con nuevas preguntas. Muchos de los habitantes de estas comunidades habían expresado objeciones fuertes en contra de la fe.

El pastor Christopher Brooks se dio cuenta que lo que había estudiando sobre apologética en la Universidad Biola y luego en el Centro de Apologética Cristiana de Oxford necesitaba situarse en un nuevo contexto. "Nos dimos cuenta que necesitábamos contestar no solo las preguntas sobre los temas típicos de teológica y filosofía, sino también las preguntas apremiantes del presente: ¿Ve Dios lo que está pasando en el barrio?"

El libro de Brooks que está por salir, Urban Apologetics (Kregel Publications), cuenta la historia de como Evangel aceptó entusiásticamente el reto. Brooks, el nuevo decano del campus de Moody Theological Seminary-Michigan, habló recientemente con Andy Crouch, el editor executivo de CT.

Usted está conscientemente haciendo apologética desde la perspectiva y para la comunidad minoritaria. ¿Qué diferencia hace eso?

El ser parte de un grupo minoritario es una lucha por definirse: poder definir tu propia narrativa o historia y poder definir el mismo mundo. Cuando estas en la minoría, alguien más empieza a definir estas cosas por ti y para ti.

Cuando los creyentes urbanos, especialmente las minorías, nos acercamos a la apologética, con frecuencia encontramos una desconexión entre lo que los apologista populares definen como la realidad y lo que nosotros estamos experimentando.

El Nuevo Ateismo (New Atheism) y otros retos intelectuales a la fe son reales y relevantes, pero no son parte de la tela de la vida diaria de un africano-americano. Cuando hablamos de la misión de la persona minoritaria por volver a tomar el control de su propia narrativa y de conectarse con cierta herencia en particular, los movimientos religiosos como el Pensamiento Moro, Egiptología, y los del Cinco-por ciento (Moorism, Egyptolgy, Five Percenters) han estado presentes en nuestras comunidades desde la época del movimiento sobre la defensa de los derechos civiles. Si deseo defender el cristianismo en este medio ambiente tengo que hablar de estos movimientos. No puedo solo hablar del ateísmo y del islam ortodoxo.

Mucha gente en nuestras comunidades preguntan simplemente: ¿Cómo podemos sobrevivir en este país en este momento? Desafortunadamente, la apologética protestante tradicional raramente ha contestado los interrogantes que levanta la justicia. Agarra un catecismo católico y vas a encontrar una sección que trata sobre la consciencia social, y la justicia social. Pero en la teología sistemática evangélica común, no la vas a encontrar. Tristemente, en la comunidad negra, hemos cedido esos temas o a la teología de la liberación o a los grupos negros nacionalistas como la Nación de Islam. Se necesita un voz contundente evangélica en nuestras zonas urbanas que dice, "aquí está lo que el evangelio tiene que decir sobre la justicia."

A los evangélicos anglosajones típicamente les atrae la piedad/rectitud de Dios [righteoussness]—creer la doctrina correcta en cuanto a Dios, y vivir una vida personal de piedad delante de Dios [creer y obrar rectamente en nuestro trato con Dios]—mientras que a los africano-americanos y a los otros grupos minoritarios nos atrae la justicia de Dios [creer y obrar justamente en nuestro trato con el prójimo]. Sin embargo, el Salmo 89 dice que el fundamento del trono de Dios es la justicia y la rectitud. No podemos tajar o bifurcar la ética de Dios en categorías de piedad/rectitud personal (asuntos como el aborto y la sexualidad) por un lado o categorías de justicia (asuntos como la educación o la igualdad económica) por el otro.

El argumento a favor de la vida, por ejemplo, es mucho más persuasivo dentro de nuestra comunidad si se enfoca desde la perspectiva del movimiento que se esfuerza por eliminar la violencia contra la juventud. Nuestra comunidad ya ha sido movilizada para luchar en contra de ese tipo de violencia hacia la juventud. Es muy natural extenderse y decir: "¿No debemos proteger también a nuestros hijos en el vientre? ¿No debe ser el vientre de una madre el lugar más seguro para un bebé?

Algunos dirían que podemos razonablemente abogar y defender asuntos de rectitud y verdad, pero los asuntos de justicia son mucho más complicados. ¿Puede la apologética verdaderamente tratar eficazmente esos asuntos?

Los cristianos creemos que la verdad es una Persona. La verdad es más que una proposición. La verdad "se hizo hombre y habitó entre nosotros," según el Evangelio de Juan, y lo hemos contemplado como "el unigénito del Padre." Y cuando esta Verdad viene a nosotros, llena de gracia y verdad, viene sanándonos y tratando nuestras heridas [del corazón]. Una verdad que no es viva, vibrante, y activa no es una verdad expresada en su plenitud. Claro que existen aspectos intelectuales de la verdad, la conversación dialéctica que se tiene que tener para refinar nuestro entendimiento de la verdad. Pero para que la verdad se exprese en su plenitud, tiene que ser encarnada. La apologética se lleva a cabo en una mejor manera cuando tenemos tanto conversación como encarnación.

El problema con la apologética y la razón por qué no ha tenido un efecto "pegajoso" (para usar un término de mercadeo) en las comunidades minoritarias es que ha sido una apologética conversacional pero sin encarnación. Si restringimos la verdad a un ejercicio académico en lugar de verla como algo que se vive, "habitando entre nosotros" en una manera visible, entonces la verdad no ha sido expresada en su plenitud.

Pero para que la verdad se exprese en su plenitud, tiene que ser encarnada. La apologética se lleva a cabo en una mejor manera cuando tenemos tanto conversación como encarnación.

También hay que tomar en cuenta al "apático"—la persona que simplemente no tiene ningún interés en Dios. ¿De que manera le despertamos el corazón para siquiera indagar sobre el interrogante de Dios? Esto demanda un enfoque balanceado entre la ortodoxia (la sana doctrina) y la ortopraxis (la sana práctica). La práctica correcta se vuelve tan importante como la doctrina correcta, especialmente en el contexto urbano. Por ejemplo, cuando estoy hablando sobre lo que la Biblia dice sobre el significado de ser varón o mujer, sobre la definición cristiana de la familia y su propósito, es tan importante que yo muestre eso en mi vida con mi esposa como es que yo predique con precisión sobre esos temas. Simplemente, hay que hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Usted ha dicho que el decline de la familia, o la falta de familias intactas donde el padre está presente, es el mayor reto a la tarea de discipular.

Estamos proclamando un evangelio que habla de Dios como el Padre que nos ama, que envió a su Hijo a morir por nosotros. Se hace difícil relacionarse aún a los mismos términos cuando uno no conoce a su propio padre.

Piense sobre esto por un momento. Usted es un niño africano-americano que se está criando en un hogar solo con su mamá. Su mamá está batallando con pagar las cuentas. ¿Quién cubre los gastos que faltan para pagar la renta y la comida y esas otras cosas que se necesitan en el hogar? El gobierno lo hace. Y el gobierno se convierte en un cuasi-padre.

Ahora considere el año 2008, cuando fue elegido un presidente negro. Ahora papá tiene una cara. Si un conservador social nos pide que "votemos nuestros valores," o sea, que votemos por el candidato Republicano, para la comunidad minoritaria, es como si nos dijeran "rechaza a tu padre." Mis hijos no van a tener que lidiar con eso porque el gobierno no es el papá de ellos. Ellos tienen un padre en casa. Así que pueden ver al gobierno con los méritos de las Escrituras, sin ninguna confusión alrededor de identidad y sicología. El gobierno es simplemente y solamente el gobierno para ellos, porque su padre esta proveyendo todo lo que un padre debe proveer y que ellos necesitan.

Así que más vale que les mostremos lo que es un padre, lo que es una familia, para que cuando veamos analogías a la familia en la Biblia, se puedan relacionar, como cuando Juan dice, "mirad que amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios." ¿Cómo se expresa ese amor en el diario vivir? Si puedo ver eso en un ejemplo visible, el texto toma vida.

¿De que manera ha incluido usted tanto la rectitud como la justicia dentro de su contexto?

Dejando que el texto bíblico hable por si solo. Debemos venir al texto, no primero con los lentes de clase social, o raza, o posición social, sino acercándonos sabiendo que es la auto revelación de Dios. Luego tratamos de identificar los temas que son importantes para Dios. Tomar una perspectiva exegética tanto hacia la predicación como hacia la apologética quiere decir que preguntamos: "¿Qué dice el texto?" y ¿qué revela en su totalidad?" Esa manera de hacerlo trae a nuestra atención cosas con las que no nos hubiéramos topado si solo hubiéramos dejado que nos guiarán nuestras presuposiciones.

Pienso en C.S. Lewis, quien tenía el reto de edificar un puente entre la cultura universitaria de Oxford y Cambridge y la cultura de la iglesia. Estas dos culturas estaban mundos aparte la una de la otra para entonces, pero Lewis era, en un sentido, bilingüe: Podía hablar el lenguaje de Oxford delante de la iglesia, y el lenguaje de la iglesia delante de los intelectuales y naturalistas.

Espero que haya cristianos que puedan hablar el lenguaje de la rectitud a las minorías. Creo que esto es parte de mi llamamiento. Por otro lado, estoy hablando el lenguaje de justicia frente a aquellos que no han tenido que lidiar con asuntos de justicia. Necesitamos más cristianos bilingües que puedan hablar tanto el lenguaje de la rectitud moral como de la justicia.

¿Ha traído, esta manera de hacer exégesis, algunas sorpresas para usted o para su congregación?

Si: adopción. Nuestra iglesia ha acogido entusiásticamente la adopción y el cuidado temporal de niños en un contexto familiar (foster-care). El cuidado temporal de niños en un contexto familiar es un programa del gobierno que acoge un porcentaje demasiado elevado de niños minoritarios. Hemos tenido una relación antagónica con el gobierno porque percibimos que el gobierno se beneficia al sacar a nuestros hijos de nuestros hogares.

Pero cuando empezamos a estudiar las Escrituras y ha hablar de Dios Padre, nos encontramos con el lenguaje de adopción en Efesios 1 y con la preocupación por las viudas y los huérfanos en Santiago 1:27. Nos tuvimos que preguntar: "¿Cuál es nuestra responsabilidad para con los huérfanos en nuestra comunidad?"

Tenemos una meta de que no habrá ni un solo niño en nuestra comunidad esperando un hogar donde vivir. Hay alrededor de 2,000 niños esperando un hogar ahora, y nuestra meta es poder encontrar 2,000 hogares para ellos. Tenemos 3,000 iglesias en Detroit. Así que, si cada iglesia encuentra una sola familia que adopte, podemos eliminar la espera de estos niños. Este es un asunto de praxis y de apologética: mostrar como el evangelio hace una diferencia.

Parece ser que dentro de la comunidad africana-americana persistió una cultura cristiana por más tiempo que en la cultura mayoritaria: se les concede a los líderes de la iglesia un respeto incuestionable. ¿Está cambiando eso?

Absolutamente. Cuando tengo alguna sesión de preguntas y respuestas con estudiantes de preparatoria y universidad, escucho preguntas como: "¿Qué es la iglesia?" "¿Para qué es la iglesia?" No es que estén buscando una definición técnica sino que desean saber: "¿Dónde encaja la iglesia en el mundo de hoy? ¿En que lugar se ubica la iglesia en medio de todos los cambios que presenciamos?" Esta es la primera vez que este tipo de preguntas salen a relucir en nuestra comunidad.

Y no descontemos el papel que juega el mejoramiento socio-económico que ha habido en nuestra comunidad, que provee acceso a las mejores universidades. Regreso de esas experiencias, y espero más de mi pastor que un buen coro, o gritos, y predicación. Necesito algo que se aparee no solo a lo que recibo en el salón de clase, sino también en mi entrenamiento empresarial. Si se me reta intelectualmente en esos contextos, voy a querer traer mi cerebro a la iglesia también.

Hay una gran cantidad de dialogo teológico y filosófico dentro de las comunidades minoritarias. Hay tanto apetito en la comunidad urbana para ese tipo de conversación como la hay en Manhattan para el Sócrates en la Ciudad de Eric Metaxas. Traemos a nuestro contexto algunas de las mismas mentes brillantes a nuestras conferencias llamadas "Respondiendo al reto." Y, el dialogo teológico y filosófico es tan enriquecedor como en Manhattan.

El Hip-hop, ese tipo de música popular, también trata asuntos teológicos y filosóficos.

El artista cristiano que interpreta música Hip-hop es el equivalente del profeta de antaño. Estos artistas tienen una relación muy interesante y compleja con los pastores. La relación entre el profeta y el pastor siempre ha sido complicada. Pero los interpretes de Hip-hop han hecho una gran labor al liberar la apologética de la cárcel del salón de clases. Exigen expresar la apologética en una manera creativa.

Es algo bello que la apologética haya invadido el ámbito de la música y las peliculas y los medios masivos de comunicación, a través de los dramaturgos, los poetas, y los artistas de la palabra hablada. En nuestras conferencias de "Respondiendo al reto" siempre participa un artista de la palabra, o un poeta o un rapero cristiano que ayuda a darle el ritmo al evento. Para la persona minoritaria, la verdad debe resonar no solo en una manera intelectual, sino también en una manera que "llegue al alma." Tiene que llevar un ritmo.

Aprecio la labor de Lacrae Moore, de 116 Clique y de Cross Movement, y de todos los jóvenes apologistas urbanos que saben como llevar el mensaje a la esquina de la calle. Ya puedes encontrar líderes de Hip-hop en los seminarios—vas a Dallas o a Biola y allí los vas a encontrar. Así es como se expresa el evangelio cuando llega a mi comunidad.

Una ética antigua, muy antigua

¿Qué pasó con la repugnancia que los cristianos antes sentíamos hacía el derramamiento de sangre?

Christianity Today October 15, 2013
LPettet / istock

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

El aborto empezó a atraer la atención de los evangélicos a fines de los años 1970s. Fue entonces que el cirujano neonatal C. Everett Koop y el apologista Francis Schaeffer iniciaron su gira con su serie de películas: Whatever Happened to the Human Race? [¿Qué le pasó a la raza humana?] Ellos argumentaban que el abortó por demanda—parte del desliz más amplio de esta sociedad que es la perdida del respeto a la dignidad humana—podía convertirse en un nuevo holocausto.

Luego, en 1982, la casa publicadora Intervarsity Press publicó el libro del erudito del Nuevo Testamento Michael J. Gorman titulado Abortion and the Early Church [El aborto y la iglesia primitiva.] El libro mostró con claridad, basándose en nuestros documentos no canónicos más antiguos, que los cristianos, a diferencia de la cultura Romana, prohibían el aborto y el infanticidio.

Esto debía haberle complacido a Schaeffer. Pero cuando se le pidió que hiciera una reseña del libro para CT, Schaeffer sólo dedicó 9 líneas del texto para afirmar el mensaje. Dedicó 66 líneas quejándose del epílogo, dónde Gorman conectaba la oposición de la iglesia al aborto, desde muy temprano en su historia, con la repugnancia que tenía a derramar sangre, incluyendo una repugnancia a la participación en el servicio militar y a la pena de muerte. Al tratar de desligar el aborto del resto del compromiso que la iglesia primitiva tenía a la santidad de la vida, Schaeffer obró más como un ideólogo que como un erudito.

Recientemente, otros autores han estudiado la oposición de la iglesia primitiva al derrame de sangre. Y ya no es posible negar, como lo hiciera Schaeffer, que a través de los escritos de los primeros cristianos corre una ética consistente a favor de la vida (pro-life). El libro del escritor de ética Ron Snider The Early Church on Killing [La iglesia primitiva sobre el tema de matar], provee material comprensivo original, mientras que el libro por el erudito George Kalantzis Ceasar and the Lamb [Cesar y el Cordero], aunque enfocado en la posición de la iglesia hacia el servicio militar, incluye también evidencia de que la iglesia se oponía al aborto.

Ya no es posible negar que a través de los escritos de los primeros cristianos corre una ética consistente a favor de la vida (pro-life).

Sin embargo, los cristianos pronto hicieron concesiones en su ética a favor de la vida para acomodarse a nuevas realidades sociales. Para el año 170 después de Cristo, ya algunos cristianos participaban en el ejército Romano. En 378, tan sólo 66 años después de que Constantino mostrará el favor imperial a los cristianos, Ambrosio de Milán fue el primero en articular la teoría de la guerra-justa.

En el libro The Sacredness of Human Life [La santidad de la vida humana] David Gushee narra la historia del pensamiento cristiano a favor de la vida—y nuestro fracaso al no poder llegar a vivir de acuerdo a esa ética. Aquí esta el eje de su argumento: La santidad de la vida humana que nos presenta la Biblia y los primeros líderes de la iglesia no está anclada en ningún tipo de calidad de vida. Los filósofos han tratado de ubicar nuestra esencia humana en diferentes cosas, desde nuestra habilidad para razonar hasta nuestra capacidad para relacionarnos. Pero, en el pensamiento bíblico, los seres humanos tienen santidad por el solo hecho de que el Dios Creador-Redentor les atribuye tal valor. Esta perspectiva centrada en Dios (teocéntrica) es vital porque los infantes, aquellos con incapacidades, y muchos de los de la tercera edad ya han perdido algunas capacidades claves, sin embargo siguen siendo de valor máximo y singular para Dios.

¿Cómo fue que la iglesia perdió su compromiso radical a favor de la vida? Gushee nos dice que un factor clave fue que la perspectiva apocalíptica del Señor Jesús se fue perdiendo al pasar de los años. Cristo prometió que regresaría pronto a establecer su reino. Pero pasaron los siglos, la población cristiana aumentó, y el reino de Dios llegó a ser asociado con una iglesia a la cual se le había otorgado poder estatal y con un estado el cual había sido bendecido por los líderes de la iglesia.

Creer en el valor sacro de toda persona, en la santidad de la vida, no sirve los intereses del poder. La guerra cambió de ser un mal necesario a un mandamiento divino. "El cristiano se gloría en la muerte del pagano" escribió el místico de la edad media Berdardo de Claraval [Clairvaux], "porque Cristo es glorificado."

Sin embargo, hubo algunos que testificaron en contra de esta glorificación teológica de la violencia. Fracisco de Asís, por ejemplo, luchó en contra del barbarismo de las cruzadas, y Bartolomé de las Casas condenó la crueldad del colonialismo español. Gushee presenta a estos hombres como excelente ejemplos de cómo ser como Cristo al tratar con dignidad a gente que los cristianos europeos consideraban menos que humanos.

Trágicamente, Gushee no encuentra una voz comparable que se haya levantado en contra de lo que él llama "el pecado original del cristianismo"—es decir, el anti-semitismo. A diferencia del colonialismo y la guerra santa, el anti-semitismo estaba arraigado en las tensiones primitivas entre la iglesia y la sinagoga, y continuó mucho después de la Reforma.

Shaeffer se preocupaba que Gorman estaba empujando "un tipo de pacifismo [no bíblico]." Gushee se rehusa a entrar en el debate entre el pacifismo y la guerra-justa. En lugar de eso, aboga por iniciativas "pacifistas-justas"—arduos esfuerzos por resolver conflictos, en una forma no violenta, que honran el compromiso de la teoría de guerra-justa de hacer de la guerra el recurso de última instancia. Si los cristianos de todos los estirpes ponen en primer lugar esfuerzos por hacer la paz, podemos ayudar a desnudar la guerra de sus justificaciones religiosas y vestir la santidad de la vida con el valor que se merece.

El sociólogo Rodney Stark ha argumentado que el cristianismo primitivo "trajo una nueva concepción de la humanidad a un mundo saturado por una crueldad caprichosa y un amor vicario a la muerte." Stark atribuye mucho del crecimiento extraordinario de la iglesia al hecho de que "le dio a sus convertidos . . . nada menos que su humanidad." Una ética consistente a favor de la vida (pro-life), al honrar lo que Dios honra, da un testimonio poderoso.

David Neff fue editor de Christianity Today.

¿Qué pasó con la gracia?

Un llamamiento a renovar el mensaje que hace que nuestros corazones se remonten a las alturas.

Christianity Today October 9, 2013
foto por Henrik Sorensen

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Tres historias que ilustran la crisis de gracia en el día de hoy.

Estaba visitando una mega iglesia en Texas que estaba bautizando a 200 personas ese domingo por la mañana. Algunos de los candidatos al bautismo fueron entrevistados por el pastor en la plataforma, y el guión de la entrevista fue así: Después del testimonio del candidato de una nueva vida en Cristo, el pastor le pregunta si piensa que el bautismo nos salva. La respuesta esperada, por supuesto, era un no. Luego le pregunta al candidato qué es lo que nos salva, y esta vez la respuesta esperada era: nuestra fe en Cristo como Dios encarnado y/o nuestra confianza en su muerte en la cruz. Las respuestas estaban correctas técnicamente, pero, parecía ser que "fe" se había vuelto una nueva obra. No era tanto que habíamos sido salvos por Cristo, sino por nuestra afirmación mental a ciertas proposiciones teológicas.

Yo estaba en otra iglesia donde el mensaje estaba cimentado en esos versículos maravillosos y milagrosos que culminan en "he sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí" (Gá. 2:20). Las cosas iban bien hasta que llegamos al final cuando el predicador preguntó, "¿ha usted experimentado la gracia?" Tanto el tono de voz, como la música de fondo que hinchaba el ambiente mientras el pastor oraba, sugerían que no somos salvos por fe en lo que Cristo hizo, sino por cierto tipo de emoción religiosa que pudiéramos tener.

Y en una tercera ocasión, estaba hablando con un profesor en una universidad cristiana y estábamos platicando sobre la relación entre la fe y las buenas obras. En cierto momento dijo, "somos salvos por gracia, si, pero después de eso, la vida cristiana es principalmente nuestro esfuerzo por vivir una vida como la de Cristo."

Escogí estas tres anécdotas por tres razones: Primero, son típicas de los mensajes que escucho en mis viajes como editor de CT. Segundo, estas fueron enseñanzas de pastores y líderes de la fe que uno espera tengan una apreciación más profunda de la gracia. Y tercero, representan lo que ha llegado a ser las tres alternativas al sencillo mensaje bíblico de la salvación por gracia a través de la fe.

Podemos entender por que nos vemos tentados a cambiar el mensaje de la gracia por alguna variación del mensaje de obras. La gracia radical que encontramos en Romanos y Gálatas parece algo demasiado bueno para ser verdad.

Podemos entender por que nos vemos tentados a cambiar el mensaje de la gracia por alguna variación del mensaje de obras. La gracia radical que encontramos en Romanos y Gálatas parece algo demasiado bueno para ser verdad. Se nos hace difícil imaginarnos que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro. 5:8), o que, antes que nosotros hiciéramos cualquier cosa, Dios estaba ya reconciliando al mundo consigo mismo (2 Co. 5:19). Dios hizo esto antes de que ideáramos la doctrina de la salvación en la que más tarde afirmaríamos creer, antes de haber gozado de cualquier experiencia religiosa emotiva, antes de que hubiésemos reformado nuestras vidas.

Seamos justos. Es cierto que la salvación es una doctrina que en cierto momento llegaremos a afirmar como una proposición intelectual. Y normalmente, un encuentro con el Dios todopoderoso resultará en Pero al principio está la gracia. En medio está la gracia. Y, es por gracia, que al final "todo tipo de cosas estarán bien" (Julian of Norwich). Lo que estoy escuchando, vez tras vez, en cada rincón de las iglesias que visitó, no es el mensaje de gracia que nos remonta a las alturas, sino el aburrido mensaje de buenas obras—que tengo que creer ciertas afirmaciones teológicas, o experimentar cierta emoción, o perspirar en nuestro esfuerzo antes de poder tener la seguridad de la aceptación radical de Dios y de mi futura salvación.

El mes pasado leímos otra deprimente encuesta de Pew sobre como las iglesias en EU, de la derecha, de la izquierda, y de en medio teológicamente (excepto las Asambleas de Dios y algunos otros) están perdiendo miembros. Las razones para este éxodo son muchas y bastante complejas, pero una de las razones puede ser que nos hemos olvidado del mensaje que en el pasado hacía que nuestros corazones sintieran el calor de Dios. Había una vez el hablar milagroso de la posibilidad imposible que se había abierto un camino de regreso al Edén. Y el ángel parado en la puerta no demandaba visas intelectuales, emocionales, o morales para poder entrar. El único pasaporte que se necesitaba era aquel que tenía una lista de todos nuestros pecados, con cada uno sellado—en realidad borrado—con la tinta roja de la gracia.

Mark Galli es editor de Christianity Today.

Los comerciantes de esperanza

La corrupción, el asesinato, el tráfico sexual y la drogadicción frustran la justicia en un gobierno casi fallido.

Zona roja legal: En Honduras, la prostitución es legal, pero no lo son ni las casas de prostitución ni tampoco pimping (que un individuo saque ganancias usando prostitutas que trabajen para él). El turismo sexual infantil está en auge en Tegucigalpa.

Zona roja legal: En Honduras, la prostitución es legal, pero no lo son ni las casas de prostitución ni tampoco pimping (que un individuo saque ganancias usando prostitutas que trabajen para él). El turismo sexual infantil está en auge en Tegucigalpa.

Christianity Today August 30, 2013
Spencer Platt / Getty

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Una noche en abril del año de 1997, Betsy Hake dejó de lado las Biblias perfectamente envueltas y sus bolsas de regalo, y se sentó en la acera entre dos prostitutas. Una misionera bilingüe de Indiana, se sentía agotada en sus intentos de tratar de llegar a las mujeres que vestían con poca ropa y travestis de todo el distrito que abarcaba el centro de la ciudad de Tegucigalpa, capital de Honduras.

Hake les preguntó a las dos mujeres: "¿Hay alguien aquí que le gustaría confiar en Jesús? ¿Quién quiere creer realmente que Jesús puede cambiar su vida? "

Nancy, que era más joven y estaba vestida de manera más conservadora que Vilma, echó un vistazo más de cerca a Hake. "Bueno, está bien. Creo que podría hacer eso." Después de una breve plática, Hake guió a Nancy en una oración de confesión. Animada, Hake se volvió a Vilma. "Estoy tan avergonzada de decir esto," dijo Vilma. "Nancy es mi hija. La verdadera razón por la que decidí trabajar en la "calle" era porque quería darle una vida diferente a mi hija. Cuando Nancy llegó a la mitad de sus estudios de secundaria y se dio cuenta de la cantidad de dinero que yo ganaba, ella me siguió hasta aquí. ¡Ahora no puedo convencerla que deje de hacer esto!"

Vilma le dijo a Hake que había estado orando en silencio junto a Nancy de tal manera que lograra encontrar una salida de ese lugar.

"Finalmente me di cuenta de que no podía hacerlo por mi propia fuerza, que necesitaba a Jesucristo." Esa noche, Vilma dejó la "calle" y nunca miró hacia atrás. Pero cuando Hake le ofreció a Nancy un "aventón" a casa, ella se negó.

"Sabes, me gustaría hacer eso. Pero debo 500 lempiras [EE.UU. $ 24] de renta. Realmente tengo que conseguir ese dinero." Ella se fue en busca de su siguiente cliente.

En ese momento, Hake se dio cuenta de que se necesitaría más que recitar la oración del pecador para persuadir a las prostitutas a abandonar el comercio sexual. Decidió dar otra forma a su programa de alcance mediante la integración de sus esfuerzos para superar la pobreza que impulsa a generaciones de mujeres a ejercer la prostitución.

Hake creó los Ministerios Jericó como un programa (basado en la fe) de acercamiento a personas de la "calle." La organización abrió un taller de costura en 1999, donde las mujeres podían tener habilidades comerciales y vender artículos hechos a mano en la comunidad cristiana.

Con el tiempo, Nancy se reconcilió con su madre y se unió a la comunidad de Jericó. "En cinco meses hemos pasado de dos, madre e hija, a ocho" dijo Hake. "Es una cuestión generacional. Dios quería alcanzar no sólo la primera generación, sino también a la próxima generación."

Problemas abrumadores

Jericó ahora incluye una escuela privada en Tegucigalpa y un programa residencial rural. Este verano, Jericó abrió K-Fe, un café en el centro de Tegucigalpa donde las mujeres aprenden nuevas habilidades laborales.

Jericó es una de las docenas de agencias cristianas en Honduras, país que sigue siendo uno de los más pobres de la región. La economía hondureña está creciendo a un modesto 3 por ciento en el 2013; sin embargo, el tráfico de drogas y de personas, la violencia de pandillas y la corrupción están bien establecidos. Honduras tiene la tasa de homicidios más alta del mundo, con 86 homicidios por cada cien mil habitantes en 2012, según la ONU. El narcotráfico genera gran parte de este fenómeno.

"Honduras es en cierto modo un estado fallido," dice Joe Eldridge, un antiguo misionero, capellán y profesor adjunto en la Escuela de Servicio Internacional de la American University en Washington, D.C. Eldridge se centra en la nueva generación de hondureños y sus familiares. "Veo el futuro de Honduras en los ojos y las historias de los jóvenes que han hecho una decisión consciente de que, a pesar de los problemas, se han comprometido a quedarse."

Al igual que la mayoría de países de América Latina, Honduras ha tenido una mayoría cristiana durante generaciones. En las últimas décadas, el crecimiento explosivo de la iglesia protestante ha sido el cambio más importante en la religión de Honduras. A principios de 1990, Honduras identificó a casi el 97 por ciento de su población como católicos. Según una reciente investigación por Latinobarómetro, casi el 50 por ciento de la población es ahora protestante.

Educación más justicia

En Honduras, los niños (14 años y menores) representan la mayor subpoblación, el 35.5 por ciento de 8.4 millones en total. Los más de 2 millones de estudiantes tensionan el decadente sistema educativo. Aunque la matrícula en la escuela primaria es de casi el 100 por ciento, sólo el 58 por ciento de los estudiantes llegan a quinto grado.

La educación pública necesita una revisión a fondo, comenta Kurt Ver Beek, profesor de sociología y director del programa del Calvin College en Honduras. Los reformistas hacen hincapié en la necesidad de mejorar tanto las tasas de alfabetización como la capacitación de los profesores y disminuir así el número de estudiantes que abandonan la escuela.

"Hay más de 2 millones de niños en las escuelas públicas de Honduras. No podemos mandar a todos a las escuelas privadas," dijo Ver Beek. "Si podemos hacer que las escuelas públicas funcionen bien, el impacto será 100 veces mayor." Desde 1998, Ver Beek ha abordado la educación y otros temas nacionales en Honduras como cofundador de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ). El grupo pretende aumentar la influencia de las iglesias locales y estimular nuevas ideas para la reforma social.

La Villa Jericó, en su raíz, representa un experimento por los cristianos hacia la reforma educativa. Dirigido por los Ministerios Jericó, el centro residencial se ha diseñado para proporcionar programas intesivos de educación, de entrenamiento y de rehabilitación para las víctimas urbanas de abuso emocional y sexual.

La Villa se encuentra en una zona rural a las afueras de Danli, una ciudad a 40 millas de Tegucigalpa. Los padres de algunos niños de la Villa Jericó se encuentran atrapados en la prostitución o el tráfico de drogas. Otros padres han pasado por uno de los programas de Jericó y han inscrito a sus hijos en la escuela establecida en la Villa debido a su excelente educación.

Una residente, Angie de 15 años, fue abusada sexualmente por su padre. Después de tres años en la Villa, Angie valientemente testificó en la corte contra su padre, y más tarde rescató a su hermana menor del mismo tipo de abuso.

La visión de Hake es que la Villa Jericó prepare hondureños para ser líderes; Angie espera ser uno de ellos. "Un sueño es ser capaz de servir a los demás a través de la adoración y del canto, sobre todo en la sanidad y el perdón," dijo Angie.

Los lazos entre congregaciones de las iglesias locales son cruciales para el éxito de ministerios como Jericó. Elvia Forgas de Madrid, residente por muchos años de Tegucigalpa, se ha desempeñado como directora de asistencia médica además de ser profesora de secundaria en Jericó durante 10 años. Ella es uno de los numerosos miembros del personal que asisten todos los domingos a la Iglesia Bautista "Iglesia Latina en Tegucigalpa." Allí, los estudiantes del Ministerio Jericó ayudan en el departamento de niños y la adoración.

"Nosotros vivimos felices con el Señor aquí, y hemos visto muchos milagros juntos," dijo Forgas de Madrid. "Es hermoso."

La Iglesia Santidad y la Iglesia Sembradores de Amor son otras dos congregaciones locales que se asocian con Jericó, en Tegucigalpa. El Pastor y fundador de Sembradores de Amor, Francisco Murillo, encabeza los esfuerzos de alcance a los narcotraficantes y pandilleros. La asociación beneficia a todas las partes, como profesionales médicos certificados Forgas de Madrid y Hake ayudan a dirigir seminarios de sanidad entre las congregaciones, mientras que Murillo es miembro de la junta directiva de Jericó.

El Proyecto Miqueas de Tegucigalpa, fundada en el año del 2000 por Michael Miller, comparte muchas de las mismas estrategias y aspiraciones con los Ministerios Jericó. Sin embargo, Miqueas se centra en los niños que trafican en drogas y viven en las calles.

"Hemos establecido altos estándares para los chicos," dijo Miller. "Pero en lugar de que el medio ambiente sea estricto en la disciplina y en seguir las reglas, tratamos de establecer las normas a través de una relación personal—por medio de tutorías, del estímulo, y del asesoramiento uno a uno." Algunos de los graduados han ido a las universidades tanto públicas como privadas, incluyendo la Universidad José Cecilio del Valle en Honduras. Miller añadió: "Siempre estamos asombrados por la rapidez con que los niños comienzan a salir de los hábitos de la calle, lo que les permite poseer una nueva visión para su vida futura."

En una línea similar a Jericó, Miqueas se apoya en dos congregaciones locales: la Iglesia Evangélica de Santidad Central y el Centro Cristiano Hondureño. Miller anima a los niños de Miqueas a unirse a una de las dos congregaciones, para que puedan ayudar en los proyectos de servicio y aprender lo que significa ser parte de una iglesia local.

"Es importante dar a los adolescentes una voz en este tipo de decisiones," dijo Miller.

Para cuando se publique este artículo, Miqueas habrá abierto un nuevo centro de rehabilitación residencial a 20 minutos de Tegucigalpa. Pedro Martínez, quien ingresó de niño en el programa de Miqueas hace 12 años, está ya por completar un título en ingeniería civil en el 2013. El utilizó su pasantía en una de las empresas constructoras más grandes de Tegucigalpa para donar el uso de equipos para el ministerio que le sacó de la calle. "El fruto de Miqueas, de las oraciones y las donaciones en mi vida es la construcción que se ve en frente de ustedes," dijo Martínez en el sitio del proyecto rural de Miqueas.

Stephen Kusmer, el líder del proyecto Miqueas, dijo que él llama al personal y a los voluntarios del proyecto "los comerciantes de esperanza en un mundo quebrantado."

Acabando con la violencia

San Pedro Sula, un área urbana de un millón de habitantes, es un centro importante para la renovación evangélica y carismática. (En las zonas rurales, la Iglesia Católica mantiene una clara mayoría.) Recientemente, los líderes católicos y protestantes locales se unieron a las campañas de reforma política contra la violencia y la corrupción. "Es inspirador ver a iglesias que trabajan juntas," dijo Ver Beek. "También es emocionante ver a los protestantes socialmente activos."

En mayo, los líderes católicos mediaron un acuerdo de paz, en San Pedro Sula, entre dos de las pandillas más violentas del país: la Mara Salvatrucha y la Mara 18. Pero trabajar por la justicia puede ser extremadamente peligroso. En 2006, Dionisio Díaz García, abogado cristiano de derechos laborales, asociado con AJS, fue asesinado por dos hombres que le dispararon en la cabeza.

Karla Lazo es parte del medio millón de protestantes que viven en Tegucigalpa. Como líder en Koinonía Bautista, se acerca a los jóvenes con problemas a través de evangelización, obras de arte públicas con temas bíblicos, caminatas de oración y campañas de sensibilización sobre la violencia.

"Las pandillas han comenzado a tocar puertas en mi barrio," dijo Lazo. "No estoy segura de cuánto tiempo más podremos quedarnos donde estamos, pero soy optimista que hay un futuro brillante para nuestro país."

Estudiosos como Eldridge admiten fácilmente que desarrollar esfuerzos por alcanzar al pueblo es algo natural para los líderes cristianos, pero él cree que las iglesias también deben convencer a los políticos y legisladores a hacer frente a los problemas de fondo de la nación. "El trabajo con los jóvenes es una obra gloriosa y redentora, pero los mayores problemas políticos del gobierno también tienen que ser abordados," dijo Eldridge.

En este momento, los líderes de los cárteles de la droga tienen el sartén por el mango en la política hondureña. Ver Beek dijo: "Los traficantes de drogas a menudo se involucran en el tráfico de personas, tráfico de armas, secuestros y asaltos a bancos. Será un esfuerzo largo y difícil: [primero hay que] limpiar el cuerpo de policía y la Procuraduría de Justicia, y [después] poner la violencia y la corrupción bajo control."

Hace varios años, los cristianos asociados con AJS crearon "Transformemos a Honduras" para reformar el sistema de justicia, por mucho tiempo corrompido por el dinero de la droga. En 2008, cientos de cristianos se unieron a una huelga de hambre de 38 días exigiendo al gobierno que sometieran a juicio a aquellos funcionarios acusados de corrupción.

El ataque fue parte de un movimiento social más amplio que dio lugar al derrocamiento, por las fuerzas armadas, del entonces presidente Manuel Zelaya en 2009. Evangélicos prominentes hondureños apoyaron su derrocamiento.

Redimiendo a los que han sido "desechados"

Conforme se acerca, en noviembre, la elección presidencial de Honduras; más cristianos están conectando su búsqueda de la reforma a nivel nacional con su ministerio a nivel de barrio.

En 2010, el proyecto Miqueas lanzó un equipo de evangelización en las calles y para ejecutarlo contrató a un graduado de Wheaton, Stephen Kusmer de 24 años de edad. Kusmer asegura que muchos de los niños que se "escapan" de casa, en realidad, han sido abandonados o "desechados" por sus padres.

"Una generación de juventud perdida se está criando aquí en Honduras," dijo Kusmer. "Por desgracia, están encontrando su lugar de origen y propósito en las pandillas y el narcotráfico."

La mayoría de los niños con problemas de drogadicción se enganchan en la inhalación del pegamento amarillo, una puerta de acceso barato a otras drogas. "Camino por las calles de la ciudad, donde los niños hacen sus camas en las calles, donde su canción de cuna son los disparos de pistola," dijo Kusmer. "Niños de nueve años encuentran su refugio en los efectos anestésicos por la inhalación del pegamento amarillo."

"Los niños no pueden permitirse el lujo de soñar más allá que el futuro de su próxima comida. La orfandad y el abuso infantil han dejado cicatrices implacables en corazones tiernos."

Mientras Kusmer, Miller, Hake, y otros muchos cristianos tratan de restaurar la salud y la integridad de las personas, Ver Beek está trabajando para fomentar la calidad de la educación en la ciudad y mejorar el sistema de justicia criminal. (Sólo el 2 por ciento de las causas penales en Honduras terminan en una condena.)

"Tratar de reformar el sistema es un trabajo largo y duro y difícil." Dijo Ver Beek. "El pueblo hondureño necesita confiar de nuevo."

Apple PodcastsDown ArrowDown ArrowDown Arrowarrow_left_altLeft ArrowLeft ArrowRight ArrowRight ArrowRight Arrowarrow_up_altUp ArrowUp ArrowAvailable at Amazoncaret-downCloseCloseEmailEmailExpandExpandExternalExternalFacebookfacebook-squareGiftGiftGooglegoogleGoogle KeephamburgerInstagraminstagram-squareLinkLinklinkedin-squareListenListenListenChristianity TodayCT Creative Studio Logologo_orgMegaphoneMenuMenupausePinterestPlayPlayPocketPodcastRSSRSSSaveSaveSaveSearchSearchsearchSpotifyStitcherTelegramTable of ContentsTable of Contentstwitter-squareWhatsAppXYouTubeYouTube