Por qué seguimos necesitando a Kierkegaard

Los evangélicos no deben olvidarse de su misión de hacer la fe más “difícil.”

Christianity Today April 28, 2016
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Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Hace años, Christianity Today publicó una caricatura ilustrando a Francis Schaeffer frente a las puertas del cielo. Al revisar el Libro de la Vida, Pedro le dice, “Déjeme ver Dr. Francis. Creo que a Tomás Aquino le gustaría hablar con usted.”

El teólogo medieval Católico no fue el único luminar Cristiano que se vio en conflicto con Schaeffer. Søren Kierkegaard fue otro de los blancos populares. ¿Quién se puede olvidar del ataque de Schaeffer de que la noción del “brinco de fe” del danés melancólico aceleró el “escape de la razón” de la civilización Occidental y nos hundió en la “línea de la desesperación”? Debido a esta y otras caricaturas similares, los evangélicos con frecuencia han visto a Kierkegaard con sospecha.

Afortunadamente, el libro escrito por Mark Tietjen Kierkegaard: A Christian Missionary to Christians (IVP Academic) [Kierkegaard: Un misionero Cristiano a los Cristianos] debe poder corregir el récord, en primer lugar sobre lo que Kierkegaard quiso decir con el concepto del “brinco.” Muchos eruditos Cristianos han elogiado a Kierkegaard como un aliado ortodoxo. Pero Tietjen, capellán en Stony Brook School en Nueva York, va más allá. Al escribir para aquellos que no saben la jerga filosófica o teológica, muestra cómo el cúmulo de su obra da testimonio al hecho de que el Cristianismo nominal no es Cristianismo en lo más mínimo.

Para hacer a un lado la basura, Tietjen primero presenta un vistazo de la vida y el pensamiento de Kierkegaard. Escondido en esta defensa de las credenciales teológicas de Kierkegaard se encuentra una buena explicación de por qué los Cristianos no deben sospechar de la filosofía. El retrato que surge es de un pensador Cristiano riguroso laborando dentro de la tradición Luterana Reformada: un heredero auténtico de Lutero en su mejor momento, y un precursor de héroes que vendrían después como Bonhoeffer. En particular, Kierkegaard preparó el camino para analizar cómo la iglesia toma parte en el “abaratar del Cristianismo.”

Tietjen útilmente explica que la misión de Kierkegaard fue hacer el Cristianismo más “difícil” para los Cristianos. En el Dinamarca del siglo diecinueve, nos dice, “las declaraciones del Cristianismo se deterioraron hasta llegar a ser nada más que la simple doctrina que uno tiene que memorizar para ser confirmado. En lugar de maravillarnos frente a la gran paradoja de que Dios se hizo humano para salvarnos de nuestros pecados, el Cristianismo como una institución cultural meramente asumió esa creencia, encontrándola trivial y fácil de creer.” Pero Kierkegaard advirtió que el Cristianismo no puede ser “tan simple como el subirnos los calcetines.” En todos sus escritos, Kierkegard buscó mostrar que la fe en Jesús demanda pasión y dedicación absolutas, no un mero asentimiento a una “cosmovisión Cristiana.”

El resto del libro evalúa cómo Kerkegaard buscó inquietar a los Cristianos nominales lo suficiente para que ellos consideraran el evangelio. Como lo sugiere el subtítulo del libro de Tietjen, Kierkegaard se vio a sí mismo como un misionero al Cristianismo cultural. El libro provee comentario amplio sobre la perspectiva alta que Kierkegaard tenía de Cristo, su perspectiva relativamente baja sobre la naturaleza humana, y su perspectiva singular sobre el testimonio Cristiano, y su convicción de que la fe es más que recibir una letanía de doctrinas.

Las secciones más potentes de Tietjen tratan el ataque de Kierkegaard contra el Cristianismo y sus líderes. Al predicar una versión cognitiva o cerebral de Cristo, los pastores contemporáneos de Kierkegaard convencían a los oyentes a que admiraran a Cristo y aun a que creyesen en él como el Hijo de Dios. Pero como Kierkegaard aclaró, Jesús no vino para ser admirado, sino a ganar seguidores, para ser imitado” (1 Co. 11:1). Como contestó Kierkegaard en Práctica en el Cristianismo, “La predicación ha sido abolida,” con los líderes de la iglesia reducidos a hacer “observaciones” teológicas interesantes” que no cambian la vida de la gente.

Históricamente, los evangélicos se han enfocado casi obsesivamente en la apologética y la precisión doctrinal. Esas no son cosas malas, diría Kierkegaard. Pero no son la esencia del Cristianismo. Ser puro de corazón significa arrepentirnos de nuestros pecados, reorientando nuestra voluntad a obedecer a Jesús, y a sufrir voluntariamente en nombre de él. Todavía necesitamos un “misionero a los Cristianos,” y Tietjen nos reconecta con alguien que llena la descripción del cargo tan bien como siempre.

Gregory Alan Thornbury es presidente de The King’s College en la ciudad de Nueva York. Es el autor de Recovering Classic Evangelicalism: Applying the Wisdom and Vision of Carl F. H. Henry (Crossway) [Recobrar el pensar evangélico clásico: Aplicar la sabiduría y visión de Carl F. H. Henry].

Por qué el color de piel de Jesús sí importa

Que Él era una minoría étnica forma la manera en que ministramos hoy.

Christianity Today April 28, 2016
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Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Después de una de mis conferencias recientes, una estudiante de una universidad cristiana se me acercó y me preguntó si la gente de color se siente incómoda por el hecho de que Jesús es blanco. Le respondí, “Jesús no es blanco. El Jesús de la historia probablemente se parecía más a mí, una mujer negra, que a usted, una mujer blanca.”

No me sorprendí de la suposición de este estudiante de que Jesús era de descendencia europea, o de la certeza con que lo afirmó. Cuando estoy en el ámbito cristiano en EE.UU., me encuentro con esta suposición tan a menudo que he llegado a creer que esa es la suposición natural con respecto a la apariencia de Jesús. Efectivamente, el Jesús blanco está por doquier: una estatua de 30 pies de altura del Salvador de piel blanca está en el centro del campus de Biola University; la mayoría de las tarjetas navideñas presentan a un Jesús blanco; y la reciente miniserie The Bible en el History Channel de manera dramática presentaron a un Jesús blanco a más de 100 millones de televidentes. En casi todo el mundo occidental, Jesús es blanco.

Aunque Cristo el Señor trasciende el color de piel y las divisiones raciales, el Jesús blanco tiene consecuencias reales. Con toda probabilidad, si usted cierra sus ojos y se imagina a Jesús, usted se imaginará a un hombre blanco. Involuntaria o inconscientemente, muchos de nosotros hemos sido discípulos de un Jesús blanco. No tan sólo nuestra imagen de un Jesús blanco es inexacta, sino también puede impedir nuestra habilidad de honrar la imagen de Dios en las personas que no son blancas.

Jesús de Nazaret probablemente era de piel más oscura de la que nos imaginamos, no distinta a la piel aceitunada que es común entre la personas del Medio Oriente el día de hoy. El erudito bíblico de Princeton, James Charlesworth llega incluso a decir que Jesús era “con más probabilidad de piel café oscuro y bronceado.” Las más antiguas ilustraciones de un Jesús adulto lo mostraban de “aspecto oriental” y de piel café. Sin embargo para el sexto siglo, algunos artistas bizantinos comenzaron a pintar a Jesús con piel blanca, barba, y cabello con el partido en medio. Esta imagen llegó a ser el estándar.

En el tiempo colonial, la Europa occidental en la mayor parte exportó su imagen de un Cristo blanco al mundo entero, y un Jesús blanco a menudo formó la manera en que los cristianos entendieron el ministerio de Jesús y su misión. Algunos cristianos del siglo 19, deseosos de justificar las crueldades de la esclavitud, hicieron todo lo posible para presentar a Jesús como blanco. Al negar su verdadera identidad como persona de piel oscura, miembro de una minoría oprimida, los dueños de esclavos podían justificar mejor la jerarquía de amo-esclavo y olvidar el ministerio de Jesús de poner en libertad a los oprimidos (Lucas 4:8).

Como judío, Jesús era una minoría étnica en el Imperio Romano. Los judíos fueron marginados por los romanos, griegos, y otros grupos no judíos en muchas ciudades imperiales. Cuando niño, Jesús era el blanco del infanticidio aprobado por los gobernantes, huyó de Egipto como refugiado, y se enfrentó a la explotación de los cobradores de impuestos romanos. Durante su vida, Él supo el dolor de ser miembro de una etnia cuya cultura, religión y experiencias eran marginadas por los que estaban en el poder.

Porque Jesús pertenecía a una minoría étnica, estamos obligados a reevaluar quién fue Jesús y con quiénes se identificaba al cumplir su misión. Cuando la gente que estaba en la periferia se juntaba, Jesús estaba entre ellos—no tan sólo porque les ministraba sino porque Él era uno de ellos. Como una minoría étnica, Jesús no simplemente se interesaba por la gente que eran víctimas de la violencia aprobada por Roma, sino que Él también fue víctima de dicha violencia. Jesús no tan sólo se interesa por los refugiados, sino que Él también fue un refugiado. Jesús no simplemente se interesa por los pobres, sino que Él mismo era pobre. Para Jesús, el ministerio significaba conocer por sí mismo el dolor de los más marginados por la sociedad.

Para poder seguir a Jesús en su misión hoy, a menudo debemos escoger un amor que se basa en la solidaridad. Muchos cristianos bien intencionados ministran a lo largo de la brecha social pero los blancos pueden ministrarle a la gente de color sin realmente verlos como sus iguales, y gente de altos ingresos puede servir a gente de bajos ingresos y saber poco de su vida cotidiana. La identidad étnica de Jesús y su posición social requieren que no tan sólo ministremos los marginados, sino que también debemos apoyarlos como Jesús los apoya.

Esto incluye ver las perspectivas culturales y costumbres no europeas como válidas y valiosas, escuchando a la gente marginada, y demostrando con nuestras palabras y hechos que tanto la liberación espiritual como la social son esenciales para el evangelio.

Pero primero, los que aún perciben a un Cristo blanco deben preguntarse si pueden adorar a un Jesús de piel oscura y si lo harán.

Christena Cleveland es profesora adjunta de la práctica de la reconciliación en la School of Divinity de Duke University.

El sonido de la reconciliación

El primer paso para tratar con los conflictos sociales es escuchar—verdaderamente escuchar.

Christianity Today April 28, 2016
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Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En un viaje reciente a Israel, un grupo de líderes evangélicos de EE.UU. escucharon a personas israelitas y palestinas. Los israelitas se quejaron de que su historia no era escuchada en los Estados Unidos, mientras tanto los palestinos se quejaban de que los medios de comunicación de EE.UU. no presentaban ninguna historia aparte de la de los israelitas. Me acordé de la verdad a menudo repetida que los conflictos no tan sólo son sobre la justicia sino también, y quizá más importantemente, sobre la historia de grupos opuestos. Los puntos importantes para el contexto de EE.UU. eran obvios. Experimentamos diariamente historias opuestas de musulmanes, negros, hispanos, asiáticos, blancos, protestantes, evangélicos, los pro elección, pro vida, homosexuales, heterosexuales, hombres, mujeres, la crema y nata, los pobres—para mencionar sólo algunos.

Considere dos historias opuestas en vecindarios urbanos. Para simplificar demasiado: En gran parte de la comunidad negra, el curso de la historia se centra en los policías blancos enfocándose racialmente en hombres jóvenes negros, acosando, golpeando y asesinando sin consecuencias. Aun así los agentes del orden público cuentan la historia de que enfrentan presiones enormes en su búsqueda de mantener la paz en los vecindarios atrapados en las drogas y las guerras de pandillas.

Nuestras historias tienen diversos propósitos. En una reveladora entrada de blog, John Hagel, copresidente de Deloitte Center for Edge Innovation, dice, “Como seres humanos, nos resistimos a la atomización y fragmentación; anhelamos conectarnos y construir sobre los esfuerzos de otros. También buscamos significado, propósito, e identidad. . . algo que las historias, y poco más, están diseñados para proveer.” En otras palabras, las historias definen el conflicto, nombran los antagonistas, y especifican la resolución.

Las historias son, por supuesto, parciales. Raramente mienten sobre los hechos, sin embargo son selectivos en su uso. En la historia completa de la raza americana, los blancos pueden elocuentemente hablar en exceso sobre la genialidad de la Constitución no obstante apenas prestar atención al Three-Fifths Compromise que relegó a los esclavos a un estatus infrahumano. Muchos norteamericanos negros ahora dan voz a la tragedia que mucho del éxito de los EE.UU. fue desarrollado en los hombros de los esclavos, sin embargo siguen rechazando la democracia americana como nada más que una agresión sistemática a cuerpos negros, desde el primer día hasta el presente.

La verdad no está en algún lugar en el centro, como estamos acostumbrados a decir, sino en ambos lados. El experimento americano es un logro extraordinario de gobierno, derechos humanos, y libertad de expresión—y está lleno de hipocresía y racismo.

No obstante es difícil tomar en serio las historias de otros. Tememos que si lo hacemos, saboteamos el valor de nuestra propia historia. Por consiguiente, los intentos de negar las historias de alguien más, normalmente a través de calificar a la otra persona como “racista” o “conflictiva” o “marxista” o “islamofóbica”, eficazmente terminan la conversación.

También es difícil tomar en serio nuestra propia culpabilidad. Si lo admitimos, tratamos de mitigarlo: “Sí, muchos jóvenes negros son violentos, pero es el racismo sistemático que los hace de ese modo.” “Sí, muchos policías son excesivamente crueles, pero es la presión de tratar con criminales sin ley que provoca fuerza excesiva.” Al final, muchas historias son auto justificante y maniqueístas: nos imaginamos al mundo como dividido entre el bien y el mal, y le damos gracias a Dios que no somos como los otros malos.

La fe cristiana tiene recursos para tratar con la deficiencia de nuestras historias. Los cristianos admitimos que la imago Dei también contiene un corazón que es terriblemente malvado (Jer. 17). El mal no simplemente opera a través de sistemas sino también a través del corazón humano (Solzhenitsyn). Y aún más importante, podemos admitir nuestra culpabilidad y entablar una conversación con el que también es culpable porque ambos estamos bajo la Cruz, quien juzga la injusticia y perdona al injusto, todo en el camino para rectificar el mal.

También sabemos que somos llamados a poner nuestras identidades sociales y políticas, por más importantes que sean, a los pies de la Cruz, para que sean juzgadas y redimidas.

Prácticamente hablando, esto significa que debemos verdaderamente escuchar las historias de los demás. No tenemos derecho de esperar que ellos nos escuchen si nosotros no nos tomamos la molestia de escucharlos. Entonces significa que nos hablamos el uno al otro con valor y honestidad. En ese diálogo, descubriremos tanto la verdad como la deficiencia de nuestras narrativas, conforme surge una nueva narrativa.

Esto no es una fantasía sino una afirmación de la nueva realidad que Cristo ya ha creado. Cuando entramos en un diálogo como este, no estamos realmente creando una nueva narrativa, sino descubriendo la narrativa preeminente de Jesucristo (Ef. 1:9-10): “Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad . . . que de antemano estableció en Cristo, . . . reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra.”

Mark Galli es editor de Christianity Today.

La desigualdad en la educación demanda una respuesta cristiana

Esto es urgente. Vidas enteras dependen de ello.

Christianity Today April 28, 2016
Elizabeth Albert / Flickr

Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Miles de norteamericanos van a la iglesia el domingo sin darse cuenta de que millones de niños norteamericanos no reciben una buena educación. Nos preocupa nuestra salud espiritual y la educación de nuestros hijos y se nos olvida que una vida espiritual Cristocéntrica está fundada en el amor a Dios y al prójimo.

Simple y sencillamente, los Estados Unidos no proveen una educación de calidad consistente a las personas que viven en pobreza o en áreas de bajos recursos. Las estadísticas “indican una cosa segura”, dice Rassoul Dastmozd, presidente del Saint Paul College en Minnesota, “hay una gran disparidad en la educación”, y “la mayor parte de esta deriva de la pobreza”.

Los niños que crecen en la pobreza o en hogares de bajos recursos enfrentan un sinnúmero de retos en la educación, los cuales nada tienen que ver con la calidad de sus escuelas.

“Las familias que viven en pobreza enfrentan desventajas que pueden entorpecer el desarrollo de sus hijos en muchas maneras,” de acuerdo al resumen de The Future of Children (El futuro de los niños, en español) de la obra de Greg Duncan, Katherine Magnuson, y Elizabeth Votruba-Drzal. “En la medida que las familias que viven en pobreza enfrentan dificultades económicas y tienen que vérselas con viviendas de calidad inferior, vecindarios inseguros, y educación inadecuada, experimentan más estrés en su diario vivir que las familias más pudientes, con la consiguiente serie de consecuencias sicológicas y de desarrollo.

Un sistema de educación pública de calidad buscaría mitigar esas desventajas, pero eso por el momento no está ocurriendo. “Mientras algunos norteamericanos jóvenes—la mayoría blancos y pudientes—reciben una educación de primera clase, aquellos que asisten a escuelas en vecindarios muy pobres obtienen una educación parecida a la educación de escuelas en naciones en desarrollo,” de acuerdo a un reporte del 2013 report de la Comisión para la Igualdad y Excelencia del Departamento de Educación.

Los niveles salariales explican en parte la disparidad educativa, pero la raza y la etnicidad son factores que juegan también un papel. El U.S. News & World Report señaló el año pasado que la educación en los Estados Unidos permanece “separatista y desigual”.

En promedio, las escuelas que sirven mayormente a poblaciones minoritarias tienen maestros con menos experiencia, con salarios más bajos, los cuales muy seguramente no tienen certificación. Un reporte del Center for American Progress (Centro para el Progreso Americano, en español) descubrió que a un aumento del 10 por ciento en los estudiantes de color en una escuela corresponde una disminución de $75 en gasto por estudiante.

Las disparidades en los cursos que se ofrecen significa que los estudiantes de color tienen menos oportunidades de experimentar desafíos a través de cursos más difíciles—el tipo de cursos requeridos para prepararse para una educación universitaria de cuatro años o una carrera bien pagada….

Esta desigualdad no es solamente alarmante a nivel personal; tiene implicaciones más amplias a nivel social y nacional. “Con la tasa más alta de pobreza en el mundo desarrollado, intensificada por la inadecuada educación que reciben muchos niños en escuelas de bajos recursos, los Estados Unidos están amenazando su propio futuro,” declaró la Comisión para la Igualdad y Excelencia.

Hay una disparidad en la prosperidad y las expectativas para el futuro bienestar económico en los Estados Unidos que parece no tener muchas importancia para muchos cristianos cuyos hijos tienen acceso a recursos educativos superiores. Algunos padres cristianos con salarios adecuados, confiables y consistentes trabajan duro para proveer toda oportunidad para sus hijos, pero parecería que les importan poco los hijos de los menos privilegiados.

Es simplemente difícil imaginar que Jesús tuviera una actitud igualmente insensible. Es difícil imaginarlo porque las Escrituras lo describen como alguien profundamente preocupado por la suerte del pobre y el necesitado.

La mayoría de los cristianos informados sabe lo que Jesús dijo al respecto de ministrar a los “más pequeños de estos” –a aquellos que tienen hambre, sed, que son extranjeros, que están desnudos, enfermos o en prisión (Mateo 25:31-46). Lo que parece más difícil de entender es que el ministrar a aquellos en necesidad nos cuesta a aquellos de nosotros que no estamos en necesidad, así como le costó al buen samaritano de las Escrituras.

Los niños de hoy que sufren pobreza y discriminación a menudo encajan en las primeras cinco categorías de Mateo 25. Si no hacemos nada para ayudarlos en sus necesidades actuales, existe la posibilidad de que muchos de ellos terminen también en la sexta categoría: en la prisión.

Esto es urgente. Vidas enteras dependen de ello.

Mis hijos son adultos ya, pero cuando eran chicos siempre respondía de inmediato cuando algo amenazaba su futuro. Por amor a ellos trabajé duro a fin de beneficiarlos. Nuestros hijos son nuestra primera, mas no nuestra única responsabilidad.

Los niños de hoy que sufren pobreza y discriminación necesitan ayuda de individuos, iglesias, escuelas y el gobierno. Las personas y las iglesias están mejor equipadas para encarar algunos de los problemas mencionados –las preocupaciones del diario vivir y los retos sicológicos que las personas enfrentan. Las escuelas y el gobierno están mejor equipados para otros –viviendas de calidad inferior, vecindarios inseguros y escuelas inadecuadas.

Esta situación requiere un esfuerzo amplio y concertado. Es un gran reto, pero los Estados Unidos no han dejado que la grandeza de un reto los desanime—el haber mandado a un hombre a la luna y el haber vencido a los países del Eje en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo.

La conocida historia de la estrella de mar viene a la mente. Mientras el hombre devolvía al vasto océano algunas de las muchas estrellas de mar, no permitió que su incapacidad de salvar a todas las estrellas de mar le impidiera salvar a las pocas que pudo.

Uno de mis vecinos, ya jubilado, sigue trabajando por honorarios para una escuela pública del distrito local. Chris decidió trabajar específicamente con niños “en peligro” enseñándoles matemáticas. Él es un buen samaritano contemporáneo; está “salvando” a cuantos niños le sea posible salvar.

Necesitamos más gente como Chris y más iglesias, distritos escolares y organismos gubernamentales a fin de derribar este obstáculo. El futuro depende de ello, y aquellos de nosotros que buscamos seguir a Jesús tenemos la oportunidad de tener un impacto en la eternidad futura de algunos de los niños que ayudamos.

Ferrell Foster es el Director de Ética y Justicia de la Comisión de Vida Cristiana.

Traducido por Elsa Romero, de la Universidad Bautista de las Américas en San Antonio.

Un año nuevo, Un nuevo Llamado a la Equidad en la Educación

Para más que solo los niños en nuestra propia casa

Christianity Today April 28, 2016
jrandallc / Flickr

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Mi hija dice que soy un comercial para el aprendizaje de toda la vida. Quizás tiene razón. No solo les enseñe a la mayoría de mis hijos en casa (después fueron a una escuela cristiana y publica) pero hoy en día como abuela, estoy trabajando hacia un EdD en Liderazgo Educativo. Hay mucho que aprender, y al iniciar el 2016, estoy comprometida a amar a Dios con toda mi mente.

La educación es importante para mi familia (un valor que nos dio mi mama), pero esto no quiere decir que ha sido fácil. Me enfrente a desafíos a una temprana edad en la escuela elementar, porque el inglés es mi segundo idioma. Por la gracia de Dios, pude aprender conceptos, el desarrollo del idioma junto con coloquialismos y terminar siendo la primera generación de mi familia en graduarse del colegio. El Señor me ayudo para ganarle a las estadísticas y considerar como podemos ayudar a otros para que hagan lo mismo, y no hay nada mejor que un año nuevo para reforzar ese deseo.

Hemos entrado 16 años al nuevo siglo, pero todavía familias hispanas ven como en una parte de la ciudad hay acceso a mejores oportunidades de educación (incluyendo la preparación para colegio) – vemos claramente como las oportunidades de educación varean de un código postal al otro. No todas las familias tienen la oportunidad de considerar enseñarles a sus hijos en casa o enviarlos a una escuela privada. Por esto, tenemos que comprometernos a no solo asegurar que nuestros propios hijos tengan equidad en la educación, pero que todo niño lo tenga, incluyendo los que asisten a las escuelas públicas.

Una equidad en la educación para todo niño se trata de justicia Bíblica, y nuestras iglesias son el lugar apropiado para donde empezar. Animo a todo líder eclesiástico y miembro que consideren como pueden apoyar la equidad educativa para todos los estudiantes de su comunidad. Puede empezar preguntándose lo siguiente:

¿Cuales escuelas necesitan apoyo y que nos involucremos? ¿Cómo puedes expresar el amor de Cristo a estudiantes que están luchando y a sus familias? ¿Que necesitan las familias en tu vecindario e iglesia para ayudarle a sus estudiantes lograr el éxito?

Al iniciar este año, un paso sencillo que puedes tomar en hacer la educación un tema para discusión en tu iglesia es registrarte para el domingo de la Educación. Miles de iglesias participan en el Domingo de la Educación el primer domingo de septiembre, y esto inicia una discusión de todo el año sobre el valor de amar a Dios con toda nuestra mente. Conversaciones y actividades fluyen naturalmente todo el año; la tutoría de estudiantes, ayudando a padres entender el valor de las reuniones con las maestras, ofrecer recursos para becas escolares y llevar a estudiantes a los planteles de universidades y colegios para una gira. Simplemente en preguntarnos como podemos apoyar a estudiantes iniciara el proceso de mejorar el resultado educativo en nuestras comunidades.

Su congregación puede creativamente apoyar la educación en el 2016 en muchas maneras. Anteriormente, nuestra iglesia local ofreció un ministerio semanal llamado “Aprendiendo como Aprender”. Estudiantes de la iglesia y la comunidad recibieron puntos prácticos para estudiar, ayuda con tarea, e información básica de modales de voluntarios. Esta instrucción suplementar de herramientas del salón de clase fue complementada por una introducción básica de modales, por ejemplo, modales para cenar en la mesa y la manera correcta de introducirse uno con otra persona. Enfocándose de una manera holística al entrenamiento, animando, y celebrando el avance de los estudiantes los ayudo y vemos la evidencia en los frutos hoy al mirar el desarrollo de estas lecciones para toda la vida en ellos.

Hay tanto que nuestras iglesias y nosotros como individuos y creyentes, podemos hacer para impactar a estudiantes positivamente este año. Podemos asegurarnos que todo estudiante tenga la oportunidad de aprender, y alcanzar el potencial que Dios ha puesto en cada uno, y que sean equipados para estar preparados para el colegio. Juntos, podemos elevar los estándares para todos los niños en nuestras comunidades para que alcancen su potencial en Dios – este año y todos los años venideros.

Leticia Reyes está en la fase de su disertación para su doctorado en el Liderazgo en la Educación en Dallas Baptist University. Es una orgullosa abuela de ocho.

Información para el Domingo de la Educación : www.faithandeducation.com

Apoyando la Educación Para Todos los Hijos de Dios

Preguntas y Respuestas con el Rev. Rigo Méndez sobre educando estudiantes discapacitados

Christianity Today April 28, 2016
GoneApey / Flickr

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

La Dra. Andrea Ramírez recientemente invito al Rev. Rigo Méndez para dialogar sobre las oportunidades educativas para niños discapacitados o con retrasos de desarrollo

La vida de Rigo Méndez fue para siempre marcada cuando inicio su vida como educador. Hoy como el fundador de USpeak International, Rigo es un orador, maestro, y tutor y se desempeña para empoderar a las personas alcanzar su potencial. Rigo se graduó con honores de la Universidad Ashford con una licenciatura en Psicología y fue nombrado Maestro del Ano por sus contribuciones a estudiantes en el salón de clase en la escuela primaria. Tiene experiencia personal con personas discapacitadas, su hermano tiene síndrome de Down y ha trabajado como trabajador social para niños discapacitados. Actualmente sirve como coordinador de programas para disminuir los comportamientos de alto riesgo entre los estudiantes de la escuela secundaria y diacono de la Casa del Alfarero en Denver.

Rev. Méndez, usted enseno en una escuela primaria por una década y hoy sirve a familias como supervisor de casos para niños con discapacitaciones. ¿Cómo fue que su trabajo como educador lo llevo a su posición actual?

Como educador, fui testigo a muchas situaciones involucrando estudiantes con discapacitaciones. Algunos de estos estudiantes fueron cuidados, y otros no recibieron el cuidado apropiado o fueron malentendidos o ignorados y en casos, maltratados. Siendo testigo de lo bueno, lo malo y lo feo, me ayudo transicionar a mi nuevo papel donde puedo ofrecer información, guianza, recursos y servicios, ensenar defensa propia y ser voz para los que no tienen voz.

Si un padre sospecha que su bebe recién nacido quizás tenga una discapacidad, ¿qué es el primer paso?

Antes de contestar la pregunta, la palabra “discapacidad” es demasiada general y en veces es malentendida como un diagnostico.

Prefiero llamarlo retraso de desarrollo, que simplemente implica que un niño está demostrando problemas en un área en particular que quizás no sea serio, pero requiere apoyo y servicios de un profesional (por ejemplo, un retraso en el habla). En algunos casos, recién nacidos quizás tengan una condición establecida o demuestren señas de tener una discapacidad. Un equipo especializado de médicos puede determinar alguna diagnosis después de dar varios asesoramientos y exámenes.

Si un padre sospecha que su recién nacido está experimentando algún retraso en el desarrollo, el primer paso es una cita con su médico. El pediatra puede entonces referir al niño para más exámenes. Pero, si la siguiente cita no es hasta semanas o meses en el futuro, o el médico no está dirigiéndose a las preocupaciones de los padres, recomiendo que los padres no esperen. Un padre o cualquiera con preocupaciones sobre el desarrollo de un niño, puede buscar la Mesa Directiva del Centro de Niños (Child Center Board, CCB) y llamar para hacer una cita. Es imperativo que los padres sepan que pueden ellos mismos llamar y hacer una cita sin la ayuda de un medico.

También pueden comunicarse con Child Find, que es parte del Acta de Individuos con Discapacitaciones (IDEA) que requiere que los estados identifiquen, localicen e evalúen a todos los niños con discapacitaciones desde nacimiento hasta los 21 años, si están en necesidad de intervenciones o servicios especiales en la escuela. Estos servicios son gratis, y varean de estado por estado. Cualquier servicio dentro de una escuela es siempre gratis.

Si un diagnosis es dado a un recién nacido, ¿que quiere decir esto para la educación futura de ese niño?

En veces, un diagnostico no es dado, y lo que encuentran es un retraso de desarrollo en algún área. Entonces, un terapista puede dirigirse a estas áreas mientras que el supervisor del caso ayuda con las necesidades de la familia en el proceso. En veces, algunos niños se gradúan de programas de intervención antes de tiempo, porque alcanzan las metas de desarrollo y ya no tienen entonces, un retraso. Si un niño tiene una diagnosis fija, entonces el objetivo es proveer apoyo necesario para que el niño se desarrolle bien, mientras que el terapista sigue trabajando con ese niño. Al mismo tiempo, el supervisor del caso asiste con la transición del proceso, que incluye colaborar con la familia, el terapista y la escuela, para asegurar que los servicios para el niño continúan en la escena educativa.

Describa los tipos de recursos disponibles, en escuelas públicas, para la educación de estudiantes con discapacidades físicas.

Dependiendo en la diagnosis, los servicios del departamento de la educación especial de la escuela de la familia proveerán servicios y apoyo específicos y deletreados a través de un IEP (Un Plan Educativo Individual). Los maestros siguen estas modificaciones en el plan específico e individual para la instrucción de este alumno. En algunos casos, estudiantes reciben terapias durante el día escolar con especialistas, como terapia física, terapia ocupacional o terapia de habla. Estos especialistas sirven al estudiante en incrementos de tiempo, ya sean sesiones de 30 o 60 minutos, una vez por semana, o varias veces por semana, dependiendo en el acuerdo de los proveedores de servicios de la escuela, la administración y los padres.

¿Y que de los estudiantes discapacitados mentales? ¿Cuales opciones educativas recomienda para este tipo de estudiante?

Salud mental es un término que abarca mucho. Hay enfermedades mentales que pueden impactar las áreas sociales, emocionales y áreas cognitivas del estudiante, y pueden impedir su aprendizaje drásticamente. Los servicios de la educación especial para los discapacitados mentalmente son provistos en una variedad de maneras como instrucción directa, enseñanza en asociación, consultas, modificaciones a la instrucción, tal como fue identificado en el IEP del estudiante. Para asegurar mejoramiento y éxito, los padres tienen que estar bien informados y su involucramiento personal es recomendado en todo momento.

Tienes un hermano con sindroma Down, y esto te permite una conexión personal con las familias que sirves. ¿Que mensaje quieres dar a familias sobre su hijo/a con discapacitaciones?

El mensaje que quisiera dar es que entiendan que sus hijos son regalo de Dios, y fueron hechos maravillosamente. Las familias deben de tratar a un niño con discapacidades tal como tratan a los otros niños de familia. La discapacidad no limita a su hijo; sino que tratándolos diferente limita su grandeza, virtud y potencial.

Pueden haber estigmas, aun dentro de la iglesia, sobre un niño con discapacidad. ¿Que sugerencia nos das para miembros de iglesia que quieren demostrar amor a los niños con discapacidad y sus familias?

Tengo tres sugerencias para miembros dentro de una iglesia que quieren demostrar amor a niños con discapacitaciones y son; se sensible, se empático y se cuidadoso; estas cosas ayudaran inmensamente.

  • Se Sensible: Escoge tus palabras cuando estés hablando con la familia. No necesitan que les tengas lastima. Trátalos con respeto y dignidad.
  • Se Empático; Nunca asumas como será tener hijos con discapacitaciones. Si no, trata de comprender el peso que llevan y abraza sus luchas y frustraciones. Ofrece ayuda quizás en cargar sus artículos personales o cuidado si apropiado.
  • Se cuidadoso; si un padre comparte un diagnosis contigo, se cuidadoso y no platiques esta información personal con otros, al menos que te den permiso.

Para más información sobre ayudar a familias con niños discapacitados, envíele un correo al Rev. Rigo Méndez al uspeakllc@gmail.com

La luz de Cristo brilla entre los refugiados

Veremos como Dios ve cuando ya no veamos refugiados “extranjeros.”

Christianity Today April 6, 2016
Russell Watkins / Department for International Development

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Los cristianos estadounidenses les preguntaron a los niños reunidos que si alguna vez habían experimentado falta de perdón hacia alguien. Un niño pequeño levantó su mano y dijo que le era difícil perdonar a los hombres armados que habían hecho explotar un auto, matando así a su tío.

Esta comprensible y muy pública confesión ocurrió en un campamento bautista en el Valle de la Becá en Libia. Los bautistas de Texas apoyan ministerios para refugiados sirios en esa comunidad a través de la Ofrenda contra el Hambre de los Bautistas de Texas y a través de los esfuerzos a favor de los refugiados en Libia.

A pesar de la lucha que el niño experimenta con el perdón, este también expresó “su confianza en Jesús y en el gozo que tiene en su vida”, de acuerdo a un cristiano de California que presenció el incidente. “Era obvio para nosotros que a pesar de las cosas terribles que estos niños han visto y experimentado, el mensaje del amor de Jesús está llegando a ellos y tiene un impacto en sus vidas”.

Es posible que a los habitantes de Norteamérica les parezca fácil despegarse del sufrimiento causado por la guerra en el Medio Oriente, pero los seguidores de Jesús no pueden darse el lujo de esa apatía. El Salvador nos dijo que cuidar a aquellos que sufren es lo mismo que servir a Cristo personalmente. En otras palabras, Jesús es un refugiado y nos necesita.

Las Escrituras dicen que Dios puede sacar un bien de cualquier situación y eso es lo que Él está haciendo en el Líbano. Otro de los cristianos estadounidenses nos dijo de su experiencia al entrar a una casa “muy pequeña”: La familia tenía muy poco, pero “saltaban de gusto. No podían esperar la oportunidad para compartir cómo habían conocido a Jesús y cómo esa experiencia los había cambiado para siempre”.

Vemos imágenes de gente desesperada invadiendo la costa de Grecia o amontonada en los caminos en Hungría y nosotros en el occidente podemos sentir que nos invaden. El reto para los cristianos es quitarnos los anteojos de nacionalismo o de la cultura, por medio de los cuales vemos tales eventos, y ver a través de los anteojos que las escrituras proveen.

Cuando la Biblia habla de temas relacionados con gente que vive en un país que no es el suyo, la palabras que generalmente se usan se traducen al inglés como fuereño, forastero, residente temporal o extranjero. Probablemente no hay una manera más clara de expresar cómo Dios ve a los inmigrantes que la de Salmos 146:9.

El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos. (NVI)

Dios ve a los refugiados y a los inmigrantes como ve a todos las personas vulnerables. Que Dios “cuida a los extranjeros” implica no solo verlos, sino también cuidarlos y protegerlos. Aquí se describe como lo opuesto a lo que Dios hace por los malvados. Dios trae destrucción al perverso; Dios cuida al refugiado y al inmigrante.

El Antiguo Testamento conecta la preocupación de Dios por los inmigrantes con la experiencia de los israelitas en Egipto, cuando fueron refugiados que cruzaron una frontera nacional en busca de mejores condiciones económicas y nivel de vida.

Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. Al contario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor y Dios de Israel. (Levíticos 19:33-34, NVI)

En el Nuevo Testamento, Jesús se refiere a los inmigrantes como a “los más pequeños” en los famoso versículos acerca del juicio de las naciones.

Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron”. (Mateo 25:32-36, NVI)

El aceptar al extranjero es señal de que las personas viven de acuerdo a la voluntad de Dios y de que están más enfocadas en el reino de Dios que en las fronteras de este mundo.

Jesús dijo también, en otra frase muy conocida, que amáramos a Dios con todo nuestro ser y que amáramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Un abogado entonces le peguntó: “¿Y quién es mi prójimo? Jesús le respondió contándole una historia de un “buen samaritano”, la cual le reveló que el ser el prójimo de alguien es no reconocer fronteras –raciales, étnicas o de nacionales.

Jesús, por supuesto, había sido refugiado alguna vez. Después de su nacimiento, sus padres huyeron a Palestina a los confines seguros de Egipto.

Cuando ya se habían ido [los sabios], un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. (Mateo 2:13, NVI)

La familia escapó frente a la amenaza de muerte y vivió como extranjera hasta que fue seguro regresar a su lugar de origen.

Para Dios no hay diferencia entre las personas de diferentes tribus o grupos. Existe una unidad en la raza humana que trasciende todas las categorías que nos puedan separar.

Veremos como Dios ve cuando ya no veamos refugiados “extranjeros”, cuando ya no nos parezcan tan diferentes. Los veremos como hijos de Dios, como nuestro prójimo.

Ferrell Foster es el director de la ética y la justicia para Texas Baptists.

¿Deben los cristianos votar por el menor de dos males?

Aun en las urnas electorales, la moralidad no es relativa.

Christianity Today April 4, 2016
Shealah Craighead / SarahPAC

Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Por años, he rogado a los cristianos a tomar en serio sus obligaciones como ciudadanos, empezando con ejercitar el derecho a votar. En la plaza pública y en las urnas, debemos estar más involucrados, no menos.

¿Pero qué pasa en una elección donde los cristianos se enfrentan a dos alternativas moralmente problemáticas? ¿Deben los votantes dar su voto al menor de los males? Este ciclo electoral impredecible puede tomar un sinnúmero de rumbos, y me siguen haciendo esta pregunta frecuentemente.

Para empezar, a menos que Jesús de Nazareth sea uno de los candidatos en la papeleta, cualquier elección nos obliga a escoger el menor de los males. A lo largo de cualquier partido o plataforma, todos han pecado y están lejos de la gloria de Dios. Sin embargo, la pregunta es válida. Creer en la depravación humana no niega nuestro sentido de responsabilidad. Según el estándar de la ley de Dios, toda persona es un mentiroso, pero eso no significa que debemos ocupar a un empleado que sabemos tiene un patrón de hablar con la mentira. Jesús enseñó que todos los que tienen lascivia en su corazón son adúlteros, pero eso no quiere decir que una mujer debe encogerse de hombros cuando descubre que el que pudiera ser su nuevo marido es un mujeriego.

Cuando consideramos la pregunta sobre escoger entre el menor de dos males, debemos empezar con lo que es el voto dentro de nuestro sistema de gobierno. En nuestro sistema, ciudadano(a) es un puesto o función; nosotros también cargamos con la responsabilidad de las acciones del gobierno. De la misma manera que el sacerdocio de Cristo hizo demandas a favor de la justicia pública de aquellos que tenían un cargo oficial en el Nuevo Testamento (Lucas 4:15), lo mismo es verdad para aquellos que gobiernan como ciudadanos.

El apóstol Pablo enseñó que la espada de César ha sido dada por Dios para recomendar el bien y castigar el mal (Ro. 13:1-5). La Biblia presenta los límites de dicho papel, mencionando a aquellos que usan la espada en maneras injustas y que serán sujetos al juicio (i.e. Apocalipsis 13).

En una república democrática, la autoridad sobre el estado resta sobre el pueblo mismo. En las urnas, nosotros les delegamos a otros el uso de la espada de la justicia pública en nombre nuestro. Si pensamos en una campaña política como si fuese una entrevista de empleo, no podemos éticamente hacer un contrato con alguien para que haga el mal en nuestro nombre.

¿Puede un candidato hacer promesas sobre ciertos asuntos y luego hacer algo diferente cuando sea elegido al puesto? Sí. ¿Puede un candidato presentar un sentido de buen carácter en público y luego después que se descubra que es un fraude? Seguro que sí. Lo mismo pasa con pastores, cónyuges, empleados, y virtualmente en cualquier otra relación. Pero ese sentido de sorpresa o desilusión no es lo mismo como delegar de antemano nuestra autoridad a alguien que sabemos que tiene un carácter pobre o posiciones públicas malévolas. Hacer eso nos hace a nosotros culpables como votantes. Decir, “la alternativa sería peor” no es una excusa válida.

Piense en el servicio militar, otro puesto de responsabilidad pública, como un ejemplo. Miembros del ejército no necesitan aprobar todo lo que un general decide para poder ser fieles a sus deberes para con el país. Pero si los generales dieran la orden de matar a personas inocentes que no son combatientes o desertar y enlistarse con los enemigos de nuestro país, el cristiano no puede meramente escoger la menos peor de estas dos opciones. Debe concluir que ambas son erróneas y que no puede verse implicado en ninguna de las dos. Si una doctora cristiana fuese obligada a escoger entre llevar a cabo un aborto o ayudar en un suicidio, ella no puede escoger el menor de estos dos males sino que debe objetar concienzudamente.

Después de haber dicho todo eso, no todos los asuntos políticos son iguales. He votado por candidatos con quienes he estado en desacuerdo sobre asuntos como reforma inmigratoria o descanso médico por asuntos familiares porque he estado de acuerdo con ellos sobre la santidad de la vida humana. Sin embargo, yo no podría votar por un candidato pro-vida (contra el aborto) que al mismo tiempo está a favor de la injusticia racial o los crímenes de guerra, o cualquier otro de una serie de asuntos morales de primer nivel. Hay algunos candidatos con los que estoy de acuerdo sobre asuntos como crecimiento económico o seguridad nacional pero por los que no pudiera votar porque niegan la persona del que está por nacer o restringen la libertad religiosa para todos.

Dadas estas convicciones morales, ha habido ocasiones en que me he enfrentado con dos candidatos, cuando ambos fueron descalificados moralmente. En una ocasión, un candidato era pro-vida pero provocaba en asuntos raciales, que competía con un candidato pro-elección (que abogaba por la libertad para abortar). No podía en buena consciencia poner mi nombre bajo cualquiera de los dos candidatos. Escribí el nombre de otro líder. En otras ocasiones, he votado por un candidato de un partido menor.

Los candidatos de partidos que están fuera de los partidos principales algunas veces ganan. Abraham Lincoln corrió como Republicano en una era cuando los partidos principales eran los Whigs y los Demócratas. Aun cuando los candidatos de partidos de tercer rango no ganan las elecciones, pueden introducir asuntos y crear un movimiento para el futuro. En algunas ocasiones, han ganado candidatos cuyos nombres no aparecen en la papeleta (y el votante tiene que agregar a mano); la senadora de EEUU Lisa Murkowski de Alaska ganó su reelección de esa manera en el 2010.

En aquellos casos en que yo he votado por un candidato independiente o que no aparece en la papeleta, no necesariamente esperaba que ese candidato ganara—mi principal objetivo era participar en el proceso sin respaldar el mal moral. Como cristianos, no somos responsables de la realidad de nuestro sistema de dos partidos políticos o por la manera en que otros ejercitan su responsabilidad civil, pero sí rendiremos cuentas por cómo delegamos nuestra autoridad. Nuestra primera responsabilidad no es la fiesta de la noche de victoria electoral del partido, sino el Trono de Juicio de Cristo.

Cuando los cristianos enfrentamos dos opciones claramente inmorales, no podemos racionalizar un voto por la inmoralidad o la injustica simplemente porque consideramos la alternativa peor. La Biblia nos dice que rendiremos cuentas no solo de las cosas malas que hacemos sino también porque damos nuestra aprobación “a quienes las practican” (Rom 1:32).

Desde este lado de la Nueva Jerusalén, nunca vamos a tener un candidato perfecto. Pero no podemos votar por el mal, aun cuando esa sea nuestra única opción.

Russell Moore es presidente de la Ethics and Religious Liberty Commission del Southern Baptist Convention y autor de Onward: Engaging the Culture Without Losing the Gospel [Adelante: Confraternizar con la cultura sin perder el Evangelio].

Esperanza en el camino de los refugiados: Informe especial sobre los cristianos en Iraq y Grecia

CT visitó ocho campos de refugiados para saber cómo los cristianos que están en la línea de batalla recomendarían que se involucren las iglesias norteamericanas en la crisis de refugiados.

Christianity Today April 4, 2016
Antonio Masiello / NurPhoto / Corbis

Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Justo más allá de la carretera de circunvalación bajo construcción en las afueras de Erbil, una entrevista de un grupo se convierte en un motín.

“Ustedes ya comprenden por qué estamos aquí,” dice uno de los 15 refugiados cristianos y musulmanes que se han reunido en el sitio de distribución de alimentos de World Vision en la capital de la región autónoma kurda en Iraq. “Todos en Norteamérica ya deberían saber de nuestra crisis: ISIS (por sus siglas in inglés).”

Este grupo está cansado de decirle a las ONG (organizaciones no gubernamentales ni de lucro) y a los periodistas el por qué huyeron de sus casas, y lo difícil y frágil que es la vida entre los edificios abandonados de Erbil.

Están especialmente cansados porque este será su segundo invierno como refugiados. Entre tanto, la ayuda alimentaria ha disminuido de $25 a $16 a $10 por mes hoy. La mayoría rehúsan dar entrevistas, a pesar del hecho de que sus historias podrían animar a los occidentales a enviar más ayuda. Si sus visitantes actuales no están allí para aumentar sus vales de despensa, entonces, dicen ellos, todos están perdiendo su tiempo.

Unos en el grupo de pie se mecen y tienen botellas de agua de 11 oz. con tapas azules y la palabra vida escrita en rojo. La i es un signo de admiración de apertura, un intento de diversión del vendedor en un escenario triste.

Pero ese signo enfatiza apropiadamente la crisis de refugiados. La cantidad—1 millón de refugiados ingresando a Europa para finales del 2015—hace mucho sobrepasaron lo concebible. La pregunta es si ellos también ya han sobrepasado la compasión.

El mundo hoy tiene más refugiados que durante la Segunda Guerra Mundial. Más allá de Europa 2.5 millones de refugiados están en Jordán, Líbano, y Turquía, entre tanto 4.5 millones de personas permanecen como refugiados dentro de Siria e Iraq, donde ISIS está más activo.

Al aproximarse el invierno, Christianity Today viajó a Iraq y Grecia para presenciar cómo los líderes cristianos están trabajando a lo largo del “camino de los refugiados” que hoy se extiende desde el Medio Oriente a Europa y Norte América. La situación es tan complicada, y los riesgos tan altos, que los líderes se encuentran en el dilema de dos estrategias de ayuda: ¿deberían ayudar a los cristianos y a otras minorías a permanecer en su tierra, o deberían ayudarlos a viajar a democracias occidentales más seguras?

Pero los líderes evangélicos kurdos y los griegos están de acuerdo en una cosa: la esperanza permanece, porque miran a Dios obrar a lo largo de todo el camino.

Hadi Ali y su familia de nueve son unos de los miles de refugiados iraquíes que hoy viven en edificios inacabados en Kurdistán.

‘Gracias, ISIS’

Desde sus escalones de entrada, Hadi Ali tiene una gran vista de la cañada serpenteante donde muchos se congregan durante Nowruz (la celebración de año nuevo) a vacacionar y de día de campo a lo largo del río que desciende del Lago Dukan, uno de los lagos más grandes de Kurdistán. Pero Ali todavía desea vivir a 300 millas de aquí. Es uno de los cientos de personas desplazadas internamente viviendo hoy en un revoltijo de casas inacabadas en las cuestas de las montañas rojas escabrosas que se elevan por encima del río.

A la sombra de una mezquita amarilla pálida que está en lo alto de la comunidad en la ladera, Ali, de 43 años de edad, elude cáscaras de granadas al subir los escalones de un edificio inacabado de concreto. Ha vivido aquí con su familia de 9 personas por los últimos 15 meses. Su esposa e hijos, de edades entre 5 a 18 años, huyeron del sur de Bagdad después de ser amenazados a punta de pistola.

“Nos quitaron nuestras casas y nuestro dinero,” le dice a CT. “Todo ha desaparecido. No sabemos cuándo regresaremos.”

Ali, que anteriormente fuera chofer de autobús escolar, vendió su autobús para trasladar a su familia. Hoy es un jornalero, que trabaja en el edificio de tres pisos de enseguida que aún está más inacabado que su propia vivienda temporal. “Siempre pienso en regresar a casa una vez que venga la paz. Desearía que fuera mañana. Pero no conocemos el futuro. Estoy esperando en Dios.”

La crisis ha durado más de lo que todo mundo anticipara—casi cinco años ya para muchas familias. Casi todas las mujeres refugiadas que CT entrevistó en ocho campos de refugiados han dado a luz después de que huyeran.

“Nos apoyamos unos a otros,” dice el jefe de Garmawa, un pueblo cristiano de 250 años a sólo 40 minutos de Mosul. Desde que ISIS se apoderara de la segunda ciudad más grande de Iraq en junio del 2014, el pueblo cercano de 70 familias ha compartido su tierra con aproximadamente 500 familias, la mayoría musulmanes. “Es parte de nuestra fe que los hospedaremos,” dice el jefe. No obstante, los habitantes de Garmawa esperaban ser anfitriones por dos meses. “Este es el segundo invierno,” dice él. “No nos imaginábamos esto.”

Los cristianos han enfrentado una persecución significantiva y bien publicitada (particularmente en Mosul y otras ciudades de las Llanuras de Nínive.) Los líderes cristianos dijeron a CT que otras minorías como los yazidis, un grupo religioso antiguo, han sufrido peor aún. Por consiguiente, muchas iglesias están ayudando más a los no cristianos que a los cristianos.

En un campo de la ONU en Khanke, siete niños yazidis se pelean por una mochila verde azulada proporcionada por el Unicef en casi toda vivienda de refugiados y colocaron su contenido en el suelo. No contiene útiles escolares sino fotografías de su difunta hermana mayor, Almas, asesinada cuando ISIS vino a su pueblo Sinjar.

Su hermana de cuatro meses de edad, nació en este cuarto de paredes de concreto y techo de lona, y ahora lleva su nombre en su honor. Su madre, Wadkha, dice que el recuerdo hace muy doloroso regresar a Sinjar, que fue liberada de ISIS en tanto que CT estaba en Iraq. “Cuando hago pan, pienso en mi hija y me pongo a llorar.”

Muchos refugiados ya no tienen la esperanza de regresar a su casa. “Los cristianos están cansados aquí,” dice Ashty Alisha, el presidente de la Alianza Evangélica en Kurdistán. En su más reciente culto, un miembro explicó cómo él está planificando partir con su familia porque no tienen dinero para alquiler o alimentos; todo lo que tienen es el recuerdo de su hijo que fue asesinado por ISIS. Alisha dice, “No estoy animando a la gente a que se marche. Pero no les puedo decir que se queden.”

El sacerdote Daniel es más franco. “El Medio Oriente está perdido para los cristianos,” dice el sacerdote de la Iglesia Mar Elia, que hospeda a 570 creyentes refugiados en su recinto triangular en Ankawa, que es un distrito cristiano de Erbil. Apenas había terminado de dirigir un culto en arameo; Mar Elia es una de las pocas iglesias que preservan el idioma que Jesús hablaba. Pero Daniel dice que él estaría bien si un día no tuviera ovejas que pastorear porque se habrían marchado a Europa o a los EE.UU.

“Deberíamos considerar las vidas y almas de estas personas,” dice. “No es tan sólo con respecto a la historia cristiana aquí. No queremos que vivan como víctimas.” Un residente recién casado del campo concurre: “Esto aquí verdaderamente es una tierra santa para nosotros. Pero ya no es la tierra del corazón.”

En contraste, Abu Karam es muy probable que sea uno de los únicos refugiados cristianos iraquíes que haya rechazado una visa para el Occidente. El pastor de Mosul de 66 años de edad vino a ser un refugiado de la ONU en Jordán y obtuvo una visa para el Canadá. Pero luego, dice, Dios en una visión le dijo que se regresara a Iraq a servir en la iglesia. Él rechazó la visa y se regresó a Mosul hasta que ISIS llegó.

En la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera en Ankawa, Karam hoy sirve a los refugiados cristianos de diversas denominaciones históricas y denominaciones nuevas. Él los anima a permanecer en Iraq. “Jesús nos dice que no será fácil seguir con nuestra religión. Pero dice, ‘No importa lo que te suceda, yo gano, así que tú también ganarás,’” dice Karam. “Desde el tercer siglo, esto ha sido nuestro cristianismo: uno de sufrimiento. Si vivimos una vida fácil, ¿cuál es nuestro mensaje?”

Los esfuerzos significantes para ayudar a los cristianos a que se queden incluyen una iglesia evangélica que alquila un edificio de cinco plantas en Erbil para 170 refugiados de Qaraqosh. El arzopispo caldeo de Erbil, Bashar Warda, está tratando de construir una universidad católica. (Él explica: “¿Cómo se quedarán a menos que les mostremos que nosotros nos quedaremos?”) En el lado de los que se “marchan,” un grupo de Slovakia—que está visitando a Mar Elia al mismo tiempo que CT—negociaron un trato para reubicar a 149 cristianos a su nación europea oriental para la Navidad.

“No es un juego de suma cero de quedarse o marcharse. Podemos ayudar a la gente a quedarse y a marcharse más segura,” dice Jeremy Courtney, el director de Preemptive Love Coalition ubicada en Iraq. “Pero si tomamos en serio el ayudar a los cristianos a que se queden, tenemos que amar a los musulmanes más de lo que odiamos y tememos al islam. Perjudicamos a los cristianos sino hacemos lo bueno para con sus prójimos.”

El hecho positivo de la crisis es que la mayoría de las iglesias evangélicas de Iraq hoy están repletas de cristianos refugiados. Ellos más que compensan por las familias que inmigraron al Occidente después de que Estados Unidos invadiera a Iraq hace 12 años. “Dios está utilizando a ISIS para sacudir a la iglesia,” dice un líder en Erbil que pidió anonimato. “Los cristianos que eran nominales hoy dicen, ‘Necesitamos ser la iglesia.’”

Asimismo, muchos pastores le dijeron a CT que la crisis presenta una oportunidad sin precedentes para el evangelismo. “Yo he estado aquí por veinte años y he compartido el evangelio con dos personas; una aceptó, la otra no.” Dijo un misionero de largo plazo de Egipto que también pidió anonimato. “En estos días, podemos alcanzar a 2,000 personas en un día. Este es el tiempo para estar aquí, de lo contrario perderemos la oportunidad. He escuchado a mucha gente decir, ‘Gracias, ISIS,’ porque lo perdieron todo pero tienen vida nueva en Jesús.”

Porque muchas iglesias se han convertido de facto en campos para refugiados, albergando en sus instalaciones tantas familias cristianas como sea posible, la mezcla de distintas denominaciones ha producido lo que Pope Francis llama un “ecumenismo de sangre.”

“Antes de que ISIS llegara, estábamos divididos. Pensábamos que éramos los mejores cristianos, y que podíamos hacerlo todo por nuestra cuenta,” dice Daniel. “Dios hace cosas con un propósito. Él ha juntado a las iglesias para que manejen la situación como una mano.”

“Desafortunadamente, fue ISIS quien nos unió. Podemos enviar un mensaje a todos los cristianos alrededor del mundo: No se esperen para que las cosas malas los unan; únanse hoy, bajo el nombre de Jesucristo.”

Paralizado por París

En el último día de CT en Iraq, el sentimiento mundial hacia los refugiados comenzó a cambiar radicalmente. Los ataques coordinados de ISIS asesinaron a 130 personas en París. Pronto, el emblema principal de la crisis de refugiados—el pequeño cuerpo ahogado en la playa de un niño sirio de tres años de edad—fue reemplazado por el espectro de terroristas inesperados.

Más de la mitad de los gobernadores de EE.UU. declararon la prohibición de que los refugiados se reubiquen en sus estados (la mayoría de Siria son musulmanes, y en total casi la mitad son cristianos). Las encuestas sugirieron que la mayoría de los evangélicos apoyaron la prohibición; sólo la tercera parte de los evangélicos protestantes anglosajones le dijeron al Pew Research Center que estaban a favor de que Estados Unidos aceptara más refugiados—y esto fue antes de lo de París. Después de los ataques, LifeWay Research encontró que el 48 por ciento de pastores evangélicos auto-identificados coincidieron que había “un sentir de miedo” dentro de sus congregaciones con respecto a que los refugiados vengan a Norteamérica.

Sin embargo un mes después de París, una reunión prominente contó una historia distinta sobre las actitudes evangélicas. En las instalaciones del Wheaton College, más de 120 líderes representando denominaciones y ministerios principales se reunieron para hablar sobre cómo las iglesias de Estados Unidos podrían aplicar el Gran Mandamiento y la Gran Comisión a la situación, y no repetir los mismos errores a lo que los oradores llamaron una respuesta tardía a la crisis VIH/SIDA.

Los organizadores de la conferencia habían esperado a que sólo una cuarta parte de la gente viniera, sin embargo el salón estaba repleto. Allí, los líderes se turnaron para dirigirse a la multitud. El presidente de Wheaton, Philip Ryken dijo que era “difícil imaginar un tópico más importante para hablar sobre una respuesta compasiva, Cristo céntrica ahora mismo.” El presidente de la Junta de Misiones Internacionales de los Bautistas del Sur, David Platt utilizó pasajes bíblicos para exhortar a los evangélicos a “actuar justamente, amar sacrificialmente, y esperar confiadamente,” ya que Dios permanece soberano sobre la crisis de refugiados.

El presidente de World Vision, Richard Stearns explicó cómo, si la crisis tomara lugar proporcionadamente en los Estados Unidos, “todos al oeste de Ohio tendrían que huir de sus casas.” Él definió sentirse “avergonzado por la retórica llena de odio” de los políticos, los medios de comunicación, y de algunos líderes cristianos. “Han tomado esta terrible tragedia y de algún modo lo han enfocado en nosotros,” dijo. “Tenemos la oportunidad a nivel mundial de mostrar lo que creemos: no miedo, sino gracia.”

El presidente de World Relief, Stephan Bauman dijo que aunque “este es un tiempo de lamento” a medida que el reasentamiento de los grupos de refugiados recibe crítica, su ministerio ha visto “más voluntarios saliendo más que nunca de las iglesias para ayudar” en sus 35 años. “No todos los norteamericanos estarán a favor,” dijo. “Pero a medida que entiendan que los hechos son nuestros amigos, y la teología es un mandato, más verán que no tenemos que tener seguridad y compasión que se excluyan mutuamente.” (Dos terceras partes de los pastores evangélicos le dijeron a LifeWay que estaban de acuerdo.)

Antes de lo de París, tres cuartas partes de los auto definidos “cristianos comprometidos” en Norteamérica dijeron que estaban dispuestos a ayudar a los refugiados sirios, de acuerdo a una encuesta Ipsos por World Vision. No obstante, sólo el 44 por ciento ya lo ha hecho.

De un cuarto por ciento de los cristianos comprometidos que no estaban dispuestos a ayudar, el 34 por ciento dijo que era porque temían que los refugiados fueran posibles terroristas, y el 24 por ciento pensaba que el problema era demasiado grande para que ellos hicieran alguna diferencia.

Esas conclusiones fueron corroboradas en Wheaton, donde los líderes tomaron parte en una encuesta extraoficial para identificar los principales obstáculos para movilizar a los evangélicos norteamericanos con respecto al cuidado de refugiados. Sólo una palabra recibió voto unánime: miedo. Los líderes cristianos concurrieron que necesitaban que mejor información circulara de mejores maneras.

Pocas iglesias evangélicas actualmente cuidan de refugiados internacionalmente (18%) o localmente (8%). Otro 8 por ciento desea involucrarse. Sin embargo más de dos tercios de las iglesias aún no han tratado el asunto.

LifeWay también encontró que sólo 1 de 3 pastores evangélicos han hablado desde el púlpito sobre la crisis de refugiados. Una encuesta anterior encontró que sólo el 2 por ciento de los evangélicos obtienen su información sobre la inmigración internacional a Norteamérica de su iglesia local, mientras que el 12 por ciento citaron la Biblia. Los dos grupos juntos fueron menos que los que dependen de los medios de comunicación. “La mayoría de los evangélicos cristianos no están pensando en esta cuestión como cristianos,” dijo Matthew Soerens, especialista en entrenamiento de iglesias de World Relief. La mayoría mira a los recién llegados como una amenaza o carga. “Sólo 4 de 10 personas miran esto como una oportunidad para el evangelio.”

“Estamos siendo contraculturales,” dijo el co-convoncante Ed Stetzer, director de LifeWay Research. “El estado de ánimo de muchos de nuestros constituyentes es en contra de los refugiados. Pero cuando respondemos con fe en medio de un ambiente de miedo, ganamos a la audiencia para el evangelio.”

Dando tanto como ellos puedan

Más del 80 por ciento de los refugiados entran a Europa cruzando el Mar Egeo de Turquía a Grecia, debido a sus muchas islas (como Lesbos) y su frontera porosa. La mayoría pasa por Atenas en camino a Alemania, Suecia, y otros refugios populares.

Los evangélicos griegos en efecto habían estado dirigiendo los ministerios para refugiados por décadas antes que el pequeño Alan Kurdi—vestido con una camiseta roja, pantalones cortos, y tenis con velcro—arrastrado por el mar a una playa turca reavivara la atención del mundo en Siria e Iraq. Y permanecen al frente, aun cuando su propia nación sufre el 25 por ciento de desempleo y una crisis de deuda que casi derribó la Eurozona.

En una cafetería en Atenas, una familia agarra sus tazas en una mesa al lado de la calle principal mientras su hijo de tres años de edad juega con una grúa amarilla de juguete entre un montón de mochilas. Está arropado para el frío, pero también trae puesto un chaleco salvavidas. Su hermana menor trae uno rojo.

Aquí en las cuadras alrededor de Piraeus, el Puerto principal de Atenas, los refugiados que sobrevivieron el cruce peligroso de Turquía a Lesbos (más de ochocientos se ahogaron en el 2015) sobrepasan en número a los griegos 4 a 1. Docenas caminan más allá de las tiendas cerradas para subirse a un autobús blanco de dos pisos que llevaba un anuncio de las Islas Griegas de dos niños sonriendo relajándose en una playa soleada. Un autobús azul pronto se detiene, le sigue uno amarillo cuando el autobús blanco se prepara para salir.

Es probable que se dirija a Victoria Square, una plaza alineada de restaurantes y árboles adornados con hileras de luces doradas de Navidad. A la puesta del sol el sábado por la noche, casi 50 personas hacen fila en un camioncito de comida. Sin embargo esto no es una comida de alta cocina de moda. Todos son refugiados, esperando aquí a los autobuses que los trasladarán a la frontera norte de Grecia con Macedonia, luego a través de los países balcánicos hacia Alemania. El camioncito pertenece a Plision, un ministerio donde los evangélicos griegos se unen con otros grupos para ofrecer ayuda. Esta noche está distribuyendo 500 tazones negros con carne de res, arroz, y frijoles hechos por voluntarios de la iglesia.

Poco después, el líder de Plision, Christos Nakis, se sienta en la mesa cubierta de plástico de la Santa Cena de su iglesia carismática, apropiadamente situada junto al mercado central de Atenas donde filas de vendedores venden productos agrícolas y carne. Él explica cómo 10 equipos de iglesias evangélicas ayudan a alimentar como a 1,700 emigrantes al día a lo largo de los tres campos de refugiados en Atenas.

Hace un mes, líderes de todas las iglesias evangélicas se reunieron con Nakis para ponerse de acuerdo en ayudar tanto a los no cristianos como a los cristianos. “Pensamos que nuestra misión como pueblo de Dios es ayudar a todos por igual. Después de todo, Dios hace que llueva sobre buenos y malos,” dice Nakis, refiriéndose a Mateo 5:45.

“La crisis de refugiados es ambas—nueva y vieja,” dice Giotis Kantartzis, el pastor titular de una de las iglesias evangélicas más grandes. “Grecia ha estado recibiendo refugiados por largo tiempo. Lo que es distinto es la intensidad.”

Lo que en una vez fueran 3,000 emigrantes por semana se ha convertido en 3,000 por día. Por lo que la Alianza Evangélica Griega reunió a todas las iglesias y ministerios que representan oficialmente a los 40,000 evangélicos de la nación ortodoxa.

“Por primera vez en nuestra historia, pudimos sentarnos y coordinar nuestros esfuerzos,” dice Kantartzis. “Algunos querían evangelizar y repartir Biblias. Otros dijeron, ‘No, sólo tengamos un aroma cristiano.’ [Esta colaboración] es algo nuevo. Y es algo bueno.”

CT viaja con ellos cuando un voluntario de la iglesia transporta la cena al Galatsi Hall, que anteriormente fuera el estadio olímpico donde Grecia hospedó los Juegos Olímpicos el verano del 2003. Había estada en ruinas modernas hasta que el gobierno lo convirtió en el campo de refugiados más grande a finales del 2015.

La mayoría de los refugiados en Galatsi provienen de Afganistán. Pasan unos cuántos días esperando dinero de sus familiares en el Occidente antes de continuar. La mayoría de los sirios e iraquíes, incluso los cristianos, tienen suficiente dinero para cruzar por Atenas el mismo día, explican los líderes.

Moinos Eleftheriou, de 53 años de edad, es alto de melena áspera y la energía que se empareja con su rol como líder de campo. Galatsi proporciona alimento, cama, ropa, suministros médicos, lección de inglés, arte-terapia—incluso una “bolsa de regalos de despedida” para los que van más lejos y más al interior de Europa una vez que obtienen el boleto de autobús para salir de Atenas. “Tenemos que ayudarles,” dice Eleftheriou. “Ellos son nuestros prójimos. No son animales; son seres humanos.” Los enormes cuartos que hospedaron a los mejores gimnastas mundiales y jugadores de tenis de mesa actualmente hospedan mayormente a mujeres y a niños afganis agrupados en cobijas. Algunos afortunados tienen tiendas de campaña para privacidad.

“Les damos lo más que podemos,” explica Eleftheriou. El regalo de despedida es una bolsa de compras llena de “cosas que les gustan”: jugo, leche, bizcochos, miel, atún, papel higiénico. Las instalaciones incluso tienen a una anciana empujando un carrito de supermercado obsequiando golosinas. “Hasta hacemos las cosas pequeñas para hacerlos sonreír.”

Abierto tan solo por 45 días, el campo ya ha hospedado a 10,000 refugiados. Una pared principal exhibe dibujos de los 3,000 niños afganis que han pasado por Galatsi. “Algunos son muy tristes. Esos no los ponemos allí,” dice Eleftheriou.

De regreso en su oficina, saca un dibujo de la familia de una niña en una lancha. En la parte superior, el sol está derramando lágrimas. Anteriormente, al caminar por el centro del pabellón de gimnasia convertido en dormitorio, una mujer con una túnica negra y pañoleta rosa se levantó de las tres cobijas de su familia e hizo una reverencia cuando él pasó. Su hijita de dos años de edad, al igual que su hermana y su sobrina de siete años de edad, se ahogaron cuando su familia cruzó el mar. Cuando por primera vez él preguntó qué necesitaba su familia, la madre le contestó con lágrimas, “Lo único que necesito es una piedra con el nombre de mi hija para el panteón.” Eleftheriou le dijo, “Haré esto para ti.”

Los griegos evangélicos reconocen que, vivir en uno de los países más “cristianos” del mundo (legal y culturalmente), ellos son los primeros creyentes que muchos refugiados de Afganistán y otras naciones mayormente musulmanes encuentran. “Yo no les puedo mostrar una película de la vida de Jesús,” dijo un líder a CT. “Pero poco a poco, todo pasará.” (Como un chofer de Plision dice, “Si ven a Jesús en nuestro rostro, es suficiente.”) Un poema de un niño en la pared de dibujos en Galatsi sugiere triunfo: “Estuve en Irán. Vi muchos musulmanes pero no vi [gente piadosa]. Cuando vine a Grecia, vi muchos no musulmanes. No obstante vi [gente piadosa].”

Sobre la pregunta que si los refugiados cristianos deberían permanecer en el Medio Oriente o salir para el Occidente, Kantartzis rápidamente rechaza la pregunta porque no vale la pena considerarla. (Esto es notable, ya que una campaña de turismo en Atenas acuña el término “philosofa” por “el hábito ateniense de relajarse y filosofar.”) “Es la pregunta errónea. Estas personas vinieron; ya se marcharon,” dijo. “La pregunta es un tipo de evasión; una coartada para eludir la responsabilidad que tenemos en frente de nosotros.”

“Es una llamada de atención,” dice. “¿Estamos listos como la iglesia para mostrar quiénes somos y lo que creemos?”

Primavera árabe de lo alto

Inspeccionando Atenas desde su cima más alta, Fotis Romeos, secretario general de la Alianza Evángelica Griega, apunta a los sitios del Nuevo Testamento enclavados entre lo moderno abajo. Él cree que los evangélicos americanos pueden aprender de sus hermanos en uno de los más grande cruces del mundo.

“El ministerio de refugiados no es algo nuevo para nosotros. Lo que es nuevo es el ritmo. Anteriormente, la mayoría de los refugiados permanecían en Grecia entre seis meses a un año para obtener sus documentos legales. Ahora ellos permanecen dos o tres días antes de seguir su camino.

“Una vez tuvimos la oportunidad de llegar a conocerlos y compartir el evangelio,” dice Romeos. Ya no es así. Así que las iglesias ahora se enfocan en “ayudarlos a sentirse humanos” a través de ofrecerles donde bañarse, juegos para niños, donde cargar sus teléfonos celulares—incluso wifi gratuito. “Los refugiados son personas, no son una casta. Podemos servirles en lo que necesitan ahora mismo,” dice. “Tenemos la primera oportunidad para relacionarlos con los mejores elementos de nuestra fe y nuestra cultura.

“Confiamos en que el Señor terminará su obra en otros países a través de los evangélicos allí,” dice Romeos. “Miramos a estas personas como residentes de largo plazo en Europa, y tratamos de enfocarnos en ser los mejores anfitriones en la entrada.”

Dado que los griegos evangélicos son pocos, con sus recursos ya sobre extendidos por la crisis económica de su país, Romeos quiere una colaboración estratégica a largo plazo con los evangélicos en Norteamérica y con otras naciones. “Es un dilema de fuegos artificiales de corto plazo o fuego de largo plazo,” dice. “No queremos encender el espectáculo de fuegos artificiales; queremos alimentar a largo plazo el reino de Dios.”

Ya que las familias sirias e iraquíes que lentamente llegan a las costas Occidentales representan sólo el 5 por ciento de la crisis de refugiados, los líderes de la iglesia en Iraq y Grecia animan a los evangélicos de EE.UU. a seguir el ejemplo de los que están más cerca de la acción.

“¿Por qué están ustedes hermanos cristianos en el Occidente con miedo? Nosotros estamos aquí en la línea de batalla y no tenemos miedo,” dijo un pastor iraquí vía video durante la cumbre de líderes en Wheaton. “Creemos en la primavera árabe, pero no es esta primavera árabe. Creemos en la que viene de arriba. Y sabemos que la primavera viene después que el invierno.”

Jeremy Weber es jefe principal de redacción de Christianity Today. Para involucrarse en la crisis de refugiados, visite wewelcomerefugees.com y refugeehighway.net.

La manera en que las víctimas de abuso sexual pueden vencer a Satanás

Un terapeuta Cristiano comparte lecciones de sus 25 años aconsejando sobrevivientes.

Christianity Today April 4, 2016
Shutterstock

Esta traducción fue publicada en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Hace un poco más de 25 años, el terapeuta cristiano Dan Allender lanzó al mercado su libro The Wounded Heart: Hope for Adult Victims of Childhood Sexual Abuse[El corazón herido: Esperanza para las víctimas adultas de abuso sexual infantil]. Ahora, después de décadas de práctica clínica, Allender ha publicado el siguiente libro sobre el tema: Healing the Wounded Heart: The Heartache of Sexual Abuse and the Hope of Transformation (Baker) [Sanar el corazón herido: El dolor del abuso sexual y la esperanza de transformación]. La autora Mary DeMuth, quien ha escrito extensamente sobre su propia recuperación del abuso sexual infantil, habló con Allender sobre los contornos espirituales de sanar y de la importancia de la bondad para con las víctimas.

¿Qué ha aprendido sobre las consecuencias del abuso sexual desde que escribió el libro El corazón herido?

Sabemos mucho más sobre el cerebro. Sabemos, por ejemplo, que la experiencia de trauma apaga el lóbulo funcional izquierdo del cerebro donde reside el lenguaje. Siempre hemos sabido que las víctimas de trauma tienen memorias fragmentadas, pero ahora tenemos un entendimiento más claro del por qué.

Entre más entendemos sobre la psicología de las víctimas del abuso sexual, mayor el potencial para mostrar bondad. Podemos decir, “Esto es lo que podemos esperar dado el daño.” Cuando los clientes tienen un mejor entendimiento de la neurología del trauma, abre la puerta para una mayor bondad hacia sí mismos.

¿Qué es lo que le ha impactado con mayor fuerza al aconsejar a sus clientes?

No es suficiente con conocer la biología del trauma. Necesitamos también conocer la espiritualidad del trauma. La tendencia natural de las víctimas es volcar la vergüenza y la ira en contra de sí mismas. Y esto lo explota el Maligno. Satanás es un acusador. Él atiza las llamas de la culpa y la vergüenza con susurros, ataques, amenazas, o seducciones.

Las dos grandes señales de un corazón restaurado son una libertad y un gozo crecientes. Cuando usted ya no se encuentra esclavizado a la vergüenza y al desprecio, disfruta de una mayor capacidad para ser quien es y para deleitarse no solo en la vida, sino también en Aquel que lo creó para estar en relación con él.

Alguien me preguntó un día, “¿No está cansado de esto? ¿Cómo puede lidiar con estas historias que quiebran el corazón?” Pero me encuentro lo más entusiasmado que he estado sobre el potencial de restauración donde hay una disposición para lidiar con la guerra espiritual.

La bondad es algo tremendamente importante para las víctimas de abuso sexual. ¿Por qué razón es tan difícil para las víctimas aceptar la bondad?

El abuso por parte de una persona que amaste o en quien confiaste es una forma de traición. Tenemos ciertas expectativas de lo que debe hacer un maestro, un entrenador, o un vecino. Y cuando esa confianza se destruye, eso destruye nuestro mundo.

Pero hay otra razón más profunda por la cual la bondad se siente como algo aterrador para alguien que ha sido abusado. En cierto sentido, la bondad “excita” el cuerpo. Cuando alguien es bondadoso, la bondad toca los centros de placer del cuerpo. Pero las víctimas de abuso pueden luchar con un sentido de culpa y complicidad por la manera en que sus abusadores los excitaban. Y en esas mentiras, las víctimas han llegado a considerar sus cuerpos como peligrosos o repulsivos.

Si el Maligno usa la bondad para utilizar a nuestros cuerpos en nuestra contra, entonces la sanidad debe involucrar el corazón, la mente, y el cuerpo con la misma cosa. Pero es fácil resistir los tipos de bondad que más necesitamos. En Romanos 2, Pablo nos recuerda que es la bondad de Dios que nos lleva al arrepentimiento. Luego pregunta, con dolor, por qué razón respondemos con “desprecio” (v. 4).

Como sobreviviente, he soportado consejos insensibles como “Deja de seguir dándole vueltas a eso” o “Dios todo lo hace nuevo.” ¿Cómo puede su libro ayudar a alguien a caminar con bondad al lado de alguna víctima?

Todos necesitamos compañeros. ¿Por qué? Porque el abuso suele suceder en privado, bajo la cobertura del silencio. El abuso se tiene que tratar a la luz, en comunidad. Como lo mencioné anteriormente, las memorias frecuentemente son fragmentadas. Esas memorias se volverán más coherentes solo cuando usted empiece a llenar los vacíos al contar su historia.

Para la víctima, contar la historia empieza a sanar una porción del corazón. El volver a contarla abre una puerta para sanar otra porción. Algunas personas cuentan la historia una vez, y parece no ayudar, por lo tanto ya no la cuentan. Pero se espera que siga llevando las cicatrices de esta historia de igual manera que Jesús lleva las cicatrices de su crucifixión por la eternidad. Su glorificación no borró las marcas de la Cruz.

Los esposos y esposas de víctimas de abuso tienen un papel especial en mostrar aquellos lugares donde todavía existen las cicatrices. En el contexto de una relación de amor, el cónyuge puede decir, “Es en esto que veo que te cierras. Es aquí donde te veo que te vuelves contra ti misma.” Hablar la verdad en el contexto de bondad trae una revolución en sanidad.

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