Sarah Young, autora que escribió devocionales en la voz de Jesús y se convirtió en una de las evangélicas más leídas del siglo XXI, murió a los 77 años [enlaces en inglés].
Esposa de un misionero de la Iglesia Presbiteriana en América (PCA, por sus siglas en inglés) en Japón, Young sufría la enfermedad de Lyme y otras dolencias crónicas que a veces la obligaban a permanecer en su habitación durante veinte horas al día. En su aislamiento, empezó a practicar la «oración de escucha» y a anotar en un diario lo que sentía que el Espíritu Santo le decía.
«Los mensajes empezaron a fluir… y compré una libreta especial para anotar estas palabras», escribió Young más tarde. «He seguido recibiendo mensajes personales de Dios mientras medito en Él».
Algunas páginas de su diario llegaron a las manos de un grupo de oración de mujeres de Nashville a principios de la década de 2000. Una de las mujeres las compartió con su marido, que era vicepresidente de mercadotecnia de Integrity Publishers, e Integrity le preguntó a Young si podía escribir un mensaje de Dios para el lector para cada día del año. Ella aceptó y de esta forma publicaron Jesús te llama [Jesus calling] en 2004.
Con un impulso adicional de mercadotecnia después de que Integrity fuera absorbida por Thomas Nelson, el libro se situó entre los diez más vendidos de la Evangelical Christian Booksellers Association en 2009. Permaneció en lo más alto de la lista, mes tras mes, durante los siguientes 15 años, llegando a vender más de 45 millones de ejemplares. En agosto de 2023, Jesús te llama superó en ventas a T. D. Jakes, Lee Strobel, Rick Warren, Joyce Meyer, Louie Giglio y Max Lucado.
La versión infantil de Jesús te llama también ha vendido más de un millón de ejemplares, al igual que otros dos de los devocionarios de Young, Jesús siempre [Jesus Always] y Jesús hoy [Jesus Today]. Otros dos, Jesús vive [Jesus Lives] y Jesús escucha [Jesus Listens], han vendido medio millón de ejemplares cada uno.
Los devocionarios de Young han suscitado controversia, ya que algunos líderes evangélicos han expresado su preocupación por que sus libros socaven la idea de que la Biblia sea suficiente para los cristianos contemporáneos. Otros han dicho que escribir usando la voz de Jesús roza la blasfemia. Sin embargo, muchísimos creyentes han encontrado consuelo, paz, aliento e inspiración en las palabras de Jesús escritas por Young.
Jesús te llama ha cosechado seguidores tan diversos como el productor de hiphop Metro Boomin, quien publicó fotos de sus páginas completamente resaltadas en redes sociales, y la presentadora de programas de entrevistas Kathie Lee Gifford, quien ha elogiado la guía espiritual de Young en su vida.
«Me maravilla su resistencia y su fe», dijo Gifford. «Su amor por Jesús me da una lección de humildad».
En Goodreads, una red social donde la gente comparte reseñas y valoraciones de libros, el 85 por ciento de los lectores de Jesús te llama le dieron cuatro o cinco estrellas.
«Me encanta este devocional», escribió una mujer de Tennessee. «Lo he leído casi todos los días durante el último año, pero sigo encontrando paz en él incluso ahora. Es hermoso y reconfortante».
Las luchas espirituales que la llevaron a L’Abri
Young nació con el nombre Sarah Jane Kelly en Nashville el 15 de marzo de 1946. Poco se sabe de su infancia, salvo que su padre era profesor universitario y que su familia vivía en el sur de los Estados Unidos. Se graduó del instituto E. C. Glass de Lynchburg en 1964, y asistió al Wellesley College, donde estudió filosofía. En 1974 obtuvo un máster en educación con concentración en estudios de la infancia por la Tufts University.
A pesar de su éxito académico, la futura autora de Jesús te llama estaba batallando en el ámbito espiritual. No era cristiana y sus clases de filosofía la habían convencido de que, en última instancia, la vida carecía de sentido y era absurda. Fue entonces que encontró Escape from Reason, de Francis Schaeffer. El libro le hizo reflexionar que podría haber respuestas a preguntas que había considerado incontestables. Quizá podría llegar a conocer la verdad e incluso confiar en que era absoluta.
Esta esperanza la llevó a viajar a L’Abri, el centro de estudios evangélicos de Schaeffer en los Alpes suizos. Allí, Young tuvo un encuentro con Jesús. Un consejero le preguntó si era cristiana y de qué creía que necesitaba ser perdonada.
«Inmediatamente comprendí que necesitaba a Jesús para salvarme de mis muchos pecados», escribió.
Después de caminar sola por los nevados bosques suizos, Young sintió una Presencia —siempre escribiría sobre ella con P mayúscula— y sintió que era la abrumadora respuesta personal a una pregunta que ella había pensado que era simplemente intelectual. Dijo en voz alta: «Dulce Jesús».
Un año después, sintió la misma Presencia mientras leía el libro de la autora cristiana Catherine Marshall sobre la oración, Beyond Ourselves.
«Ya no me sentía sola», recordó Young más tarde. «Sabía que Jesús estaba conmigo».
Young decidió dedicarse a la consejería cristiana, y fue a obtener un máster en la materia en el Seminario Teológico Covenant, una escuela de la PCA en Missouri. Allí conoció y se casó con Stephen Young, hijo y nieto de misioneros en Japón, que también planeaba ser misionero en Japón. La pareja se casó en 1977 y se trasladó al sur de Yokkaichi para plantar una iglesia con la organización misionera Mission to the World.
En 1991, los Young se trasladaron a Melbourne, Australia, donde Stephen ayudó a fundar la primera iglesia en japonés de la ciudad. Sarah abrió un consultorio de consejería cristiana, ayudando a mujeres que habían sufrido abusos sexuales y espirituales a encontrar sanación en Cristo. Young empezó a meditar sobre la protección de Dios, visualizando a cada miembro de su familia rodeado por el Espíritu Santo. Mientras lo hacía, recordó más tarde, tuvo una experiencia mística. La envolvió la luz y la invadió la paz.
«Yo no había buscado esta poderosa experiencia de la Presencia de Dios», escribió, «pero la recibí agradecida».
Experimentando con un diario de oración
Al año siguiente, Young empezó a experimentar con oraciones de escucha. En su diario, en lugar de escribir lo que ella quería decirle a Dios, escribía lo que sentía que Dios le decía. Se inspiró, al menos en parte, en el teólogo evangélico J. I. Packer, que escribió que Dios «guía nuestras mentes mientras pensamos cosas en su presencia».
De forma más controvertida, Young también se vio influida por God Calling, un registro británico de supuestas revelaciones divinas dadas a dos mujeres anónimas conocidas únicamente como «The Listeners». Fue editado y publicado por un editor de periódicos interesado en espiritualidad, experiencias místicas y autoridades religiosas alternativas.
«Cristo, Cristo, Cristo. Todo debe descansar en Mí», dijo Dios en 1933 según el registro de dichas mujeres. «Sean canales ustedes dos. Mi Espíritu fluirá y, al fluir, barrerá todo el amargo pasado».
Young atesoraba el libro. «Encajaba extraordinariamente bien con mi anhelo de vivir en la presencia de Jesús», dijo. Y la inspiró a empezar a escribir en la voz de Dios en su diario de oración.
Young no creía que su escritura estuviera inspirada por Dios —y desde luego no era inerrante—, pero tampoco creía que fuera un simple proyecto de escritura creativa. No concebía escribir desde la perspectiva de Dios como un recurso retórico. Pensaba en sus diarios como un testamento de la Presencia de Dios.
Cuando padeció varias enfermedades, tales como dos cirugías de melanoma, un diagnóstico erróneo de síndrome de fatiga crónica, la enfermedad de Lyme y un vértigo persistente, las prácticas de oración fueron cobrando cada vez más importancia para ella. Young se preguntó si Dios la estaba llamando a compartirlas con los demás.
«Cuando la gente me abre su corazón», escribió, «descubro que la mayoría también desea el bálsamo de la Paz de Jesús».
Pasó unos tres años preparando un manuscrito, pero no pudo conseguir un contrato editorial. Se dió por vencida en 2001, cuando la familia se trasladó a Perth, una ciudad aislada de Australia Occidental, para que Stephen pudiera establecer allí un ministerio para japoneses. Sus enfermedades, en los años siguientes, se agravaron tanto que apenas podía salir de su habitación. Se concentró todo lo que pudo en escribir, orar y meditar en Dios.
Byron Williamson, fundador de Integrity, recibió una muestra de la obra de Young en 2003. La escritura lo cautivó.
«Pasé los días siguientes reflexionando sobre la voz que oía en los devocionales de Sarah… eran palabras extraordinariamente íntimas, expresadas con calidez», recordó Williamson más tarde. «Me recordó a un libro que había visto en la mesilla de noche de mi propia madre años antes, titulado God Calling».
Sugirió el título Jesús te llama [Jesus calling] y le ofreció a Young un contrato. Ella aceptó y le dijo a su marido que esperaba que el editor no perdiera dinero con su devocionario.
Un milagro editorial
No tenía por qué preocuparse. En sus tres primeros años, Jesús te llama vendió una media de 20 000 ejemplares al año, y mucha gente los compraba como regalo. Los clientes de las librerías cristianas preguntaban si podían comprar el devocionario por cajas.
Thomas Nelson absorbió Integrity en 2006 y, en lugar de tratar el devocionario como un extraño título atrasado, vio el libro como un posible éxito de ventas y lo impulsó. En 2008, vendieron 220 000 ejemplares. En 2009, llegó a las listas de libros más vendidos. En 2013, superó en ventas a Cincuenta sombras de Gray, y Thomas Nelson lo tradujo a más de dos docenas de idiomas.
La propia Young apenas participó en la promoción de sus libros, ganándose una reputación de reclusa incluso después de mudarse a Nashville con su marido. Cuando Christianity Today intentó escribir un perfil sobre ella [enlace en español], solo se comunicaba por correo electrónico a través de un intermediario de Thomas Nelson. A The New York Times y Publishers Weekly también se les negaron entrevistas telefónicas.
Pero su libro siguió vendiéndose. Muchos lectores lo encontraron a través de recomendaciones personales. El músico David Crowder dijo que había perdido la cuenta de cuántas personas le habían preguntado: «¡Hermano!, ¿has leído Jesús te llama?».
La actriz y cantante Kristin Chenoweth, protagonista de la serie de televisión Pushing Daisies y de la producción de Broadway de Wicked, dijo que la actriz Rita Wilson le regaló un ejemplar. Wilson, que está casada con Tom Hanks y ha tenido papeles en las películas Sleepless in Seattle y Runaway Bride, a su vez, recibió un ejemplar de la cantante de música country Faith Hill.
«Es una locura que a veces leas el pasaje de ese día y sea exactamente lo que necesitas oír», dijo Wilson.
El libro también fue promocionado por el candidato republicano a las primarias presidenciales, Scott Walker, y repartido por la Casa Blanca. Sarah Huckabee Sanders dijo que encontró un ejemplar en su despacho poco después de que el presidente Donald Trump la ascendiera a secretaria de prensa.
«Lo tomé», dijo a CBN. «Fui a la otra habitación y lo leí inmediatamente. Me quedé como en paz».
No obstante, a medida que el libro se hizo más popular, también atrajo serias críticas.
«Ella pone sus pensamientos en primera persona y luego presenta a esa “persona” como el Señor resucitado. Francamente, esto me parece indignante», dijo a CT en 2013 David Crump, profesor de teología de la Universidad Calvin. «Estoy seguro de que es una mujer muy devota y piadosa, pero estoy tentado a llamar esto blasfemia».
El bloguero evangélico Tim Challies escribió que era un «libro profundamente preocupante», y que era a la vez peligroso e «indigno de nuestra atención».
Kathy Keller, subdirectora de comunicaciones de la iglesia PCA de Nueva York donde su marido, Tim, era el pastor principal, escribió una reseña explicando por qué la iglesia Redeemer no vendería Jesús te llama, a pesar de que mucha gente lo pedía.
«Young tenía la Biblia, pero le pareció insuficiente», dijo. «Si quieres experimentar a Jesús, aprende a encontrarlo en su Palabra. Su verdadera Palabra».
Los editores de Thomas Nelson objetaron que los críticos estaban siendo obtusos.
«En ningún caso [Young] cree que sus escritos sean sagrados o que tenga nuevas revelaciones», dijo uno de ellos a The New York Times. «Creo que ha intentado ser bastante clara al respecto en las introducciones de sus libros».
También señalaron la larga historia de la escritura devocional, que incluye obras clásicas de Andrew Murray, Oswald Chambers y A. W. Tozer, ampliamente aceptadas en el evangelicalismo. El estilo de escritura de Young tal vez era diferente, pero los lectores estaban muy familiarizados con el género devocional que los críticos parecían malinterpretar desproporcionadamente.
Una ayuda para que los lectores conecten con Jesús
Las acusaciones de posible herejía no perjudicaron las ventas de Jesús te llama. Aunque algunos nuevos lectores se acercaron con cautela al libro y a los siguientes devocionarios, la mayoría se convirtieron en fervientes conversos cuando leyeron las palabras de Jesús escritas por Young.
La autora Dawn Paoletta, por ejemplo, escribió que era escéptica porque el relato de Young sobre la recepción de mensajes divinos le recordaba a los escritos de la Nueva Era. Pero cuando leyó Jesús te llama, se convenció de que venía de Dios.
«Recomiendo sin reservas este libro y ya he comprado media docena de ejemplares para regalar», escribió Paoletta en Goodreads. «También he comprado una copia impresa que llevo en mi bolso… ¡Probablemente acabe regalándosela a la persona que Dios me indique en algún momento!».
Millones de personas respondieron de la misma manera, volviendo a Jesús te llama una y otra vez en busca de sustancia espiritual y regalando copias a cualquiera que pareciera necesitarlo.
Young dijo que estaba asombrada por el éxito comercial de sus escritos, pero que se alegraba de poder ayudar a la gente a conectar con Jesús. A medida que las cifras de ventas crecían astronómicamente, se comprometió a seguir orando por todos sus lectores.
«Recuerda que siempre oro por ti», escribió al publicar Jesús escucha. «Aún más importante, recuerda que Jesús está siempre contigo, escuchando cada una de tus oraciones».
Young falleció en Nashville el 31 de agosto. Le sobreviven su marido, Stephen, su hija Stephanie y su hijo Eric.
Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.