El martes 18 de noviembre, las autoridades chinas aseguraron el arresto formal de 18 líderes de la Iglesia Sión, incluido el pastor Jin «Ezra» Mingri, acusados de «uso ilegal de redes de información», dijo a Reuters el fundador de China Aid, Bob Fu. Los líderes, detenidos el mes pasado, podrían enfrentarse a hasta tres años de prisión.
«Al convertir a los pastores en presos políticos, el [Partido Comunista Chino] no solo está persiguiendo a estas personas y a sus familias, sino que está enviando una advertencia a todas las iglesias independientes de China: someterse al control del Partido o enfrentarse a la destrucción», afirmó Fu en un comunicado. «Pedimos al gobierno chino que libere inmediatamente a los 18 líderes de la iglesia Zion, retire los cargos falsos y deje de tratar a los creyentes pacíficos como enemigos del Estado».
Cuatro días antes de los arrestos formales, más de 500 líderes y miembros de iglesias de 45 países con estrechos vínculos con China firmaron una petición de oración en línea en solidaridad con los líderes de la iglesia Zion que habían sido detenidos desde octubre sin cargos formales, entre ellos el pastor principal Jin «Ezra» Mingri.
Los países representados, entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Sudáfrica y la India, forman parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), la estrategia de China para invertir en infraestructuras en todo el mundo, o de BRICS, un bloque conformado por economías emergentes que incluye a China. Esta es la primera vez que cristianos de todo el mundo se han pronunciado conjuntamente en favor de la iglesia perseguida en China usando como base las relaciones entre sus países, según Bill Drexel, miembro del Instituto Hudson y yerno de Jin.
La oración, redactada y difundida por la familia de Jin, insta a los líderes de China a «reconocer que la libertad religiosa fortalece a las naciones en lugar de amenazarlas», a liberar inmediatamente a Jin y a los demás líderes eclesiásticos, y a crear «un futuro en el que los cristianos de China puedan practicar sus creencias libremente, servir a sus comunidades abiertamente y vivir su fe sin miedo».
«Oramos por todos los creyentes de China que enfrentan presión, restricciones y persecuciones cada vez mayores por seguirte, [Señor]», dice una parte de la oración. «Que sepan que no están olvidados, que los cristianos de todo el mundo están con ellos en espíritu y en oración, y que el mundo es testigo del trato que reciben».
El miércoles 12 de noviembre, el Senado de los Estados Unidos aprobó una resolución bipartidista en la que se condena al Partido Comunista Chino por las detenciones y se pide la liberación de los líderes de la iglesia. A principios de esa semana, las autoridades chinas pusieron en libertad bajo fianza a cuatro líderes de la iglesia Zion. Al menos 18 permanecieron en centros de detención en Beihai, China, esperando la formalización de su arresto.
La mayoría de los líderes detenidos tienen acceso a abogados, y Jin «se encuentra bien física, espiritual y mentalmente», según el pastor principal interino de Zion, Sean Long. El 19 de octubre, Jin publicó una carta desde la cárcel en la que le pedía a la iglesia que tuviera valor. «No se preocupen por mí», escribió. «Me reconforta mucho poder soportar este pequeño sufrimiento por el evangelio».
Drexel señaló que la oración pública de solidaridad tiene como objetivo mostrar al gobierno chino que la iglesia global (y no solo la iglesia estadounidense) está preocupada por el trato que reciben sus hermanos en la fe. Muchos de los países que China espera liderar a través de las iniciativas IFR y BRICS «tienen una proporción mucho mayor (y de más rápido crecimiento) de su población que se identifica como evangélica, especialmente en el Sur Global», dijo Drexel. Añadió que los líderes eclesiásticos de estos países tienen previsto seguir presionando sobre esta cuestión de diferentes maneras.
Uno de los firmantes de la petición de oración, Daniel Bianchi, de Argentina, conoció a Jin en una reunión de Lausana en 2017 y lo invitó a hablar en Argentina al año siguiente en una cumbre de su organización de defensa de la iglesia perseguida. Sin embargo, la policía cerró la iglesia Zion en septiembre de 2018 y le prohibió a Jin salir del país.
Cuando Bianchi se enteró de que la policía había detenido a Jin y a otros líderes eclesiásticos el mes pasado, inmediatamente hizo un llamado a la oración en un grupo de WhatsApp de líderes eclesiásticos latinoamericanos.
Bianchi, que también es director regional del Movimiento de Lausana para América Latina, señaló que, aunque algunos cristianos de su región son conscientes de la persecución que se está produciendo en China, sigue siendo una cuestión secundaria, ya que se centran en asuntos más cercanos a casa. A nivel de base, ve cómo los creyentes latinoamericanos comparten noticias sobre las detenciones de la iglesia Zion y oran por la iglesia china. Pero aún no ha visto a ningún líder destacado ni a ningún organismo evangélico pronunciarse al respecto.
Los miembros de la iglesia argentina deberían utilizar su libertad para concienciar sobre los retos a los que se enfrentan sus hermanos y hermanas chinos y defenderlos, dijo Bianchi. En su opinión, la oración solidaria que firmó en apoyo de la iglesia Zion es importante porque el concepto de koinonia (el cuerpo de creyentes) mencionado en Filipenses significa que los cristianos de todo el mundo deben compartir su sufrimiento.
«No se trata de que haya una iglesia que sea feliz y próspera, y otra que atraviese adversidades y sufrimiento», dijo Bianchi. «Tenemos una voz, un corazón y una preocupación comunes».
La iglesia Zion sigue reuniéndose cada domingo, con sermones transmitidos a través de Zoom y reuniones presenciales de entre 5 y 50 creyentes en hogares o restaurantes. Long señaló que ha sido difícil mantener la unidad, ya que la iglesia está repartida por 40 ciudades de China y algunos pastores, como él, viven en el extranjero.
Bajo la intensa presión que vino tras las recientes detenciones, ha visto surgir conflictos entre los miembros de la iglesia debido a la falta de comunicación, las diferentes opiniones sobre cómo responder a la persecución y una complicada erupción de emociones, entre ellas ira, ansiedad y miedo.
«Tenemos que digerir [la represión] juntos, como equipo, como comunidad de fe, y no dejar ningún espacio para la tentación del diablo», dijo Long. «La forma en que mantengamos la unidad es clave para ganar esta batalla espiritual».
La iglesia también dirige un centro de asesoramiento que ha estado ayudando a las esposas e hijos de los pastores encarcelados a lidiar con problemas de salud mental como la depresión y el trauma.
Aunque algunos miembros han abandonado la congregación por miedo a asociarse con una iglesia que está en el punto de mira del gobierno, Long dijo que hay gente nueva que se une a los servicios y se bautiza.
«Están dispuestos a unirse a la iglesia Zion en medio de la persecución», dijo Long. «Son discípulos que están dispuestos a pagar el precio, el costo del discipulado. Es alentador para nosotros, los ministros».
Long está agradecido de ver que la iglesia mundial se une a Zion en oración y apoyo. El martes 11 de noviembre, grupos de defensa de la libertad religiosa celebraron un Día Internacional de Oración de 24 horas por la iglesia Zion. Mientras tanto, Long cree que la oración pública de solidaridad de la familia de Jin anima a más personas a orar por su iglesia y reúne estratégicamente el apoyo de países que tienen un impacto tangible en la posición internacional de China. «Si podemos movilizar a más pastores de la región de la IFR y BRICS, creo que sus voces serán escuchadas no solo por Dios, sino también por los líderes de China», dijo.
David Ro, director ejecutivo de Arise Asia, dijo que algunos pastores dudaban en firmar la petición de oración en línea por temor a que pudiera afectar su capacidad para viajar o ejercer su ministerio en China.
Pero Ro, que vive en Bangkok, considera que esas opiniones pierden de vista lo más importante. «Si te arrestaran, ¿no querrías que la gente te defendiera?».
Ro trabajó en estrecha colaboración con Jin en Misión China 2030, una iniciativa que Jin cofundó en 2013 para animar a los cristianos chinos a participar en misiones interculturales. Señaló que Jin se había preparado para la inevitable represión contra su iglesia creando una amplia red dentro de la comunidad evangélica mundial. Esto contribuyó a que la noticia de su detención se difundiera por todas partes.
En China, las iglesias domésticas están debatiendo cómo responder a la represión del Gobierno, dijo Ro. Quieren pronunciarse en contra de los arrestos de Jin y otros líderes de la iglesia Sión, como Jin hizo por algunos de ellos cuando ellos se enfrentaron a la persecución, pero al mismo tiempo saben que el gobierno chino los perseguirá si lo hacen.
A medida que aumenta la persecución en China, más miembros y líderes de iglesias domésticas buscan trasladarse al extranjero para poder practicar libremente su fe y proporcionar a sus hijos una educación cristiana, observó Ro. Esos traslados internacionales también pueden ser una oportunidad para difundir el evangelio en los lugares donde se establezcan. Ro mencionó el pasaje bíblico de Hechos 8, donde la persecución contra la iglesia en Jerusalén llevó a los cristianos a dispersarse por toda Judea y Samaria.
«Dios está utilizando la persecución para expandir el movimiento Misión China 2030 que Ezra ayudó a iniciar», dijo Ro.
