El artículo original en inglés fue publicado en la columna de consejería de CT «Qualms & Proverbs», donde se responden preguntas de los lectores. Envía tus preguntas en español o en inglés a christianitytodayes@christianitytoday.com. Las respuestas publicadas serán editadas para fines de claridad y brevedad.
Pregunta: Nuestra pequeña iglesia tomó la decisión de concentrar sus actividades en tres barrios adyacentes. Sin embargo, una de las familias de la iglesia vive en una zona más alejada, a 25 minutos, y es evidente que se sienten un poco excluidos. Por ejemplo, no queremos realizar las actividades que son para toda la congregación en su casa. ¿De qué forma se les podría explicar que nos encanta que se congreguen con nosotros pero que el modelo de la iglesia se ha definido para estos tres barrios? — Persona confundida en Dakota del Sur
Beth Moore: Me agrada que tu pregunta sea sobre cómo explicar en lugar de si se debería explicar. ¡Es un buen comienzo! Soy una gran defensora de la buena comunicación, especialmente en casos como este, donde se sabe que una familia de la comunidad se siente excluida.
Mi recomendación sería concertar una reunión con ellos y abordar el tema con algo como: «Nuestra iglesia está decidida a mantener sus actividades en estos tres barrios, pero estamos muy contentos de que formen parte de nuestra iglesia y no queremos que se sientan excluidos. Si bien necesitamos mantener las actividades congregacionales en esta zona, exploremos juntos algunas formas en las que ustedes puedan sentirse más incluidos».
Es necesario estar abierto a buscar formas creativas. Por ejemplo, ¿se podría usar su casa para alguna reunión especial una vez o en ocasiones especiales? ¿Quizás una reunión para el personal de la iglesia y sus cónyuges? ¿O para parejas de algún grupo de edad? Hacer alguna reunión de vez en cuando en su casa podría hacer una gran diferencia al hacerlos sentir bienvenidos sin afectar el ambiente de la vida de la congregación.
En este tipo de situaciones cuando la respuesta debe ser no, haz todo lo posible para encontrar una alternativa que diga sí. Esta es una manera de revestirse «de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia» (Colosenses 3:12). De esa forma, aun cuando tengas que decir que no, al menos esta familia entenderá cuán importantes son para tu iglesia. ¡Celebro cuán maravillosa debe ser la comunidad de tu iglesia para que ellos estén dispuestos a hacer un viaje de 25 minutos para asistir!

Beth Moore y su esposo, Keith, viven en las afueras de Houston, Texas. Tienen dos hijas y muchos nietos. Beth lidera Living Proof Ministries, un ministerio que ayuda a mujeres a conocer y amar a Jesús a través de las Escrituras.
P: ¿Cómo debemos responder cuando un cristiano de la familia o la iglesia defiende teorías conspirativas infundadas? Me refiero sobre todo a lo que afecta el testimonio público. De por sí ya es difícil que la gente externa a la iglesia tome nuestra fe seriamente en estos tiempos. ¿Por qué creerían nuestro testimonio sobre, por ejemplo, la resurrección, si no tenemos discernimiento sobre asuntos menos importantes? — Alguien al límite en Oregón
Kevin Antlitz: Cuando alguien defiende una teoría conspirativa, me veo tentado a responder con «los hechos». O incluso peor, con incredulidad, cuestionando: «¿Cómo puedes siquiera creer eso?». Pero lo cierto es que los contraargumentos suelen ser ineficaces, y la burla nunca funciona. A menos que tengamos una relación muy cercana, es probable que la otra persona decida ignorarnos.
A pesar de lo difícil que pueda ser, mi consejo es buscar ser compasivos y mostrar curiosidad al relacionarnos con personas que defienden teorías conspirativas.
En primer lugar, ser compasivos. Los psicólogos han observado que las personas creen teorías conspirativas porque prometen certeza y control en un mundo que genera miedo y confusión. También refuerzan una imagen positiva de sí mismos y de su grupo de pertenencia. Esos son deseos que todos compartimos. Liderar con compasión nos humaniza a nosotros y a las personas con quienes deseamos establecer una relación, y además ayuda a disminuir la tensión.
En segundo lugar, mostrar curiosidad. Aun cuando quieras corregir o burlarte de alguien, responde con curiosidad genuina. Haz preguntas como «¿Dónde escuchaste eso?» o «¿Por qué estás tan seguro de que es cierto?». Motívalos a investigar más a fondo, a explorar otras fuentes que puedan confirmar o refutar la idea que están afirmando. Quizás aprendas algo en el proceso, y estarás alentándolos de forma eficaz para que sean como la gente de Berea, quienes «examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba» (Hechos 17:11).
Cuando alguien está metido hasta el fondo en este tipo de teorías, no cambiará de parecer rápidamente, o quizá nunca lo haga. Sin embargo, la compasión y la curiosidad pueden dar paso a un diálogo genuino donde puedes desafiar creencias falsas y aferrarte con mayor firmeza a la verdad.

Kevin Antlitz es ministro anglicano en una iglesia en Pittsburgh en la que por gracia de Dios hay muchos niños. Él y su esposa tienen tres hijos de menos de diez años, por quienes oran que nunca vivan un día separados de Jesús.
P: Tengo 29 años y todavía soy soltera. Nunca he tenido un novio. Mi pastor habla sobre hacer que Cristo sea mi identidad, pero no estoy segura de cómo hacer eso cuando anhelo tanto casarme. ¿Debería enfocarme en abrazar mejor mi soltería? Si es así, ¿cómo lo hago? No quiero que mi situación, ya sea soltera o en una relación, defina mi identidad por completo, pero es una parte importante de mi vida. — Sin pareja en Massachusetts
Kiara John-Charles: Mientras leía tu pregunta, conecté con tus sentimientos en mi corazón. Los deseos no satisfechos de la vida pueden ser profundamente desafiantes, y la cultura de la iglesia a menudo eleva el matrimonio al punto que se siente como si la vida comenzara el día de la boda. Sin embargo, la historia de la iglesia y las Escrituras sugieren, como las palabras de Pablo en 1 Corintios 7, que la soltería también es valiosa y bendecida.
Durante tu etapa de soltería, descubre la abundancia de permanecer en Cristo. Estudia las Escrituras, cultiva una vida de oración sana, pasa tiempo en comunión con Jesús, y busca desarrollar una comunidad de fe sana. Aprende a confiar en que solo Dios puede satisfacer tu alma, sin importar cuál sea tu estado civil. La esperanza de casarse puede coexistir con una plena aceptación de la soltería.
En la práctica, la soltería ofrece libertad para servir a Cristo (1 Corintios 7:32–35) y para definir tu propia agenda: usa bien esa libertad (Gálatas 5:13). Pon en práctica las disciplinas espirituales. A medida que te acerques a Dios, Él se acercará a ti (Santiago 4:8). Además, deléitate en las cosas placenteras de la vida como viajar, aprender nuevos pasatiempos, hacer deportes, y desarrollar relaciones significativas con amigos y familiares.
Cultiva una vida que honre a Dios, una vida que esté llena de propósito y alegría. Atesora el tiempo que tienes ahora para dedicarte de lleno a Jesús. Cuando el hombre indicado llegue a tu vida, esa alegría solo se verá fortalecida. Encuentra tu identidad en ser una hija de Dios en Cristo. Abraza esta temporada: no estás esperando a que tu vida comience.

Kiara John-Charles nació en Los Ángeles y tiene raíces caribeñas y un amor por los viajes y la comida. Trabaja como terapista ocupacional con niños y sirve en su iglesia local en Long Beach, California.
Este artículo fue publicado por primera vez en inglés en el número de Enero/Febrero 2025 de Christianity Today en la sección «Qualms & Proverbs».