History

Lo que podemos aprender de los avivamientos

Un historiador especialista en avivamientos analiza cuatro posibles lecciones de Asbury.

El Auditorio Hughes en la Universidad de Asbury.

El Auditorio Hughes en la Universidad de Asbury.

Christianity Today February 25, 2023
Cortesía de la Universidad de Asbury

El más grande conocedor evangélico de los avivamientos, Jonathan Edwards, decía que nadie puede juzgar un avivamiento de segunda mano. Edwards vivió antes de la era de las telecomunicaciones, pero creo que habría dicho que la realidad espiritual de un avivamiento no está disponible a distancia, por muy tecnológicamente sofisticada que sea la transmisión. La imagen del acontecimiento no es el acontecimiento en sí.

Así que cinco años después de ir a la Universidad de Asbury para dar una conferencia sobre los avivamientos religiosos en los Estados Unidos, fui a ver uno.

Muchos creyentes pueden recordar un momento excepcional en la vida de su congregación —quizá un sermón inusual, de esos que muchos predicadores ofrecen solo una vez, o un momento de gran bendición o aflicción que afectó a todos—. En tales ocasiones, toda la congregación se une al poner toda su lucidez y concentración en Dios, y se convierten en «un solo corazón» u homothumadon, por utilizar el término griego de los Hechos de los Apóstoles.

Sorprendentemente, este sentimiento congregacional —expresado en el canto y la adoración, y reforzado por breves lecturas de las Escrituras y breves testimonios— se da ahora no solo en Asbury, sino también en capillas universitarias de todo el país. Los estudiantes y los visitantes van y vienen, pero los recién reunidos experimentan una sensación de unirse en «un solo corazón».

La palabra inglesa revival, traducida al español comúnmente como avivamiento, denota un periodo de tiempo en el que una comunidad cristiana experimenta una revitalización. Se ha definido como «un periodo de despertar religioso o de interés renovado por la religión», con «reuniones caracterizadas a menudo por la excitación emocional».

Llamar avivamiento a una reunión sugiere que se ha producido una intensificación de la experiencia. Una multitud reunida no constituye un avivamiento. Lo que distingue a un avivamiento es una profundización tanto del sentimiento como de la expresión espiritual.

Los avivamientos son acontecimientos corporativos y experienciales. A menudo se produce un contagio espiritual, que hace que las experiencias de una persona se transmitan en cascada a otras. El término renovación no está tan bien definido como el de avivamiento, pero sugiere un retorno del celo o la vitalidad a un grupo de creyentes cristianos que habían decaído en su devoción.

Desde mediados del siglo XVIII, los informes sobre avivamientos cristianos de distintas regiones y grupos culturales han mostrado temas comunes. Los participantes hablan de una vívida sensación de las cosas espirituales, gran alegría y fe, profundo dolor por el pecado, deseo apasionado de evangelizar a los demás y sentimientos exacerbados de amor a Dios y al prójimo.

En tiempos de avivamiento, la gente suele abarrotar los edificios disponibles para los servicios de culto y adoración, llenándolos más allá de su capacidad. Los servicios pueden durar desde la mañana hasta la medianoche. La noticia de un avivamiento suele propagarse rápidamente, y a veces los informes —ya sean de persona a persona, impresos o transmitidos por otros medios de comunicación— dan lugar a nuevos avivamientos en otros lugares.

A veces, la gente confiesa abiertamente sus pecados en público. Otra característica de los avivamientos es la generosidad: se suelen encontrar personas dispuestas a donar su tiempo, dinero o recursos para apoyar la obra. Los avivamientos suelen ser controvertidos, con opositores y defensores criticándose mutuamente. Movimientos contrarios al avivamiento suelen surgir precisamente a raíz de los avivamientos.

Puede haber manifestaciones corporales inusuales, tales como caerse, rodar por el suelo, experimentar movimientos musculares involuntarios, reír, gritar y danzar espiritualmente. Otra característica pueden ser las llamadas señales y prodigios, tales como sanación de los enfermos, profecías, visiones o sueños que revelan conocimientos secretos, personas liberadas del poder de Satanás y creyentes que hablan en lenguas.

Los avivamientos del pasado establecieron nuevas formas de comunidad, así como expresiones prácticas y activistas de la fe. Los avivamientos remodelaron las estructuras sociales y eclesiales transfiriendo el poder del centro a la periferia. Personas a las que antes no se les había dado voz ni la oportunidad de liderar ahora pasan a primer plano. Las mujeres, las personas de color, los jóvenes y los menos instruidos han desempeñado papeles importantes en los avivamientos cristianos modernos.

Los avivamientos han provocado debates sobre temas tan diversos como la diferencia entre la espiritualidad genuina y la falsa, la actividad y los efectos de lo demoníaco, el peligro del fanatismo religioso, el ministerio de los laicos, el papel de la mujer en la iglesia, la necesidad de nuevas asociaciones entre los fieles, así como diversos llamados a la reforma y la justicia social.

En el último siglo, la iglesia mundial ha proliferado a través de los avivamientos religiosos o, como los llama el autor Mark Shaw, «movimientos carismáticos populares». Estos movimientos despiertan una visión para el futuro, así como lo que Shaw denomina «fatalismo optimista», es decir, la confianza en que ningún problema personal, familiar o político es demasiado grande o difícil de resolver.

La pregunta que suelen hacerse los observadores: ¿Es esto realmente un avivamiento?, puede que no sea la más adecuada, ya que implica que existe un único criterio con el que debe medirse todo nuevo movimiento espiritual. (Algunos en Asbury prefieren la palabra derramamiento sobre avivamiento, evitando así cualquier asociación limitante con este último término).

Puesto que el Espíritu Santo es Dios, es infinito. Esto significa que hay infinitas formas en las que el Espíritu puede encontrar expresión humana. Winkie Pratney comparó el avivamiento con el romance. Del mismo modo que alguien que ha estado enamorado antes puede descubrir que estar enamorado de una nueva persona es una experiencia nueva, el romance del Espíritu nunca será exactamente igual en dos ocasiones.

Los avivamientos que surgieron entre 1900 y 1909 en Gales, India, Estados Unidos, Corea, Chile y otros lugares estaban relacionados entre sí, pero mostraban variaciones locales. Los galeses cantaban himnos y muchos se convertían. Los de Los Ángeles hablaban en lenguas. Las chicas en edad escolar en la India se arrepintieron públicamente de sus pecados, al igual que muchos en el avivamiento en Corea. Los adoradores de Chile tuvieron visiones del cielo.

¿Quién puede decir por qué una manifestación del Espíritu prevaleció en esta localidad y no en aquella? La Escritura dice: «Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. (…) A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás» (1 Corintios 12:4,7, NVI).

Una pregunta mejor que: ¿Es esto realmente un avivamiento?, podría ser: ¿Es esto el Espíritu Santo? Reconocer la diversidad de la obra del Espíritu debería disuadirnos de hacer juicios espirituales precipitados y de confiar en nuestra propia experiencia como medida para evaluar la de los demás.

El discernimiento espiritual, como enseñó Jesús, requiere que distingamos «por sus frutos» (Mateo 7:20) lo genuino de lo falso. En su tratado Religious Affections [Los afectos religiosos], Edwards hizo de la «práctica santa» su principal signo de verdadera espiritualidad. El problema es que la «práctica santa» se hace evidente solo con el tiempo, mientras que nuestro «Twitterverso» de gatillo fácil juzga en cuestión de segundos. Si queremos discernir correcta y bíblicamente, debemos dedicarnos a una reflexión caracterizada por la paciencia y la oración, y abstenernos de emitir juicios precipitados.

Cuatro posibles lecciones de Asbury

Asbury es un avivamiento del que es difícil decir algo negativo. Mientras estuve allí, no vi nada extremo, extravagante o irascible. La gente que hacía cola durante horas era siempre educada. Dentro del santuario, no vi ningún comportamiento que buscara llamar la atención como los que a menudo se han visto en los avivamientos del pasado y que han sido causa de controversia.

Mientras entonábamos nuestras canciones favoritas, como «Open the Eyes of My Heart» (Abre mis ojos), «Revelation Song» (Revelación), «10,000 Reasons» (10 000 razones) y «No Longer Slaves» (Ya no soy esclavo), me acordé de las historias del avivamiento galés de 1904-05, con cultos de horas de duración, sin líderes humanos destacados y sin demasiada predicación, pero con 100 000 conversos.

Una mujer chilena, hablando a través de un intérprete, dijo que las noticias de Asbury habían electrizado América Latina. Los líderes nos dijeron que nos pusiéramos de pie y extendiéramos nuestras manos hacia el sur para orar por un avivamiento en América Latina. Me recordó la petición enviada en 1905 por creyentes de Los Ángeles a Evan Roberts, líder del avivamiento galés, para que él y otros oraran por un avivamiento en California. Roberts les respondió asegurándoles que oraría. Los pentecostales consideran que el avivamiento de la calle Azusa de 1906 fue, al menos en parte, una respuesta a esas peticiones a Dios ofrecidas a más de 8 000 kilómetros de distancia.

Los líderes de Asbury confiesan que no saben hacia dónde se dirigen las cosas a continuación, pero el ADN espiritual del reciente avivamiento apunta a algunas conclusiones preliminares:

1. Rechazar el culto y la cultura de los avivamientos de celebridades

A medida que los medios de comunicación evolucionaron durante el siglo pasado, también lo hicieron los «avivadores» famosos. Estas personas tenían fama de estar tan ungidas y dotadas del Espíritu que sus palabras o su presencia física alteraban la atmósfera espiritual y llevaban a multitudes a encuentros con Dios que transformaban sus almas.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, las celebridades del avivamiento no estuvieron a la altura de sus promesas. Otros se mostraron prometedores al principio, pero más tarde cayeron en pecados sexuales o financieros que pusieron fin a sus ministerios.

Pero, ¿qué pasaría si hubiera un despertar espiritual sin celebridades? El príncipe de las tinieblas podría quedarse perplejo. ¿Cómo puede socavar un avivamiento en el que los líderes evitan ser el centro de atención y sirven humilde y anónimamente por el bien común de todos? Sin un líder destacado al que corromper a través del orgullo, la codicia o la lujuria, ¿cómo puede escandalizar al público?

Desde el escenario de Asbury, los líderes hablaron para decir: «No hay celebridades en esto. La única celebridad es Jesús» y para instar a la iglesia a «despertar al hecho de que una generación emergente tiene hambre desesperada de lo sobrenatural y se rebela contra cualquier forma de entretenimiento religioso».

2. Repensar la relación entre vida espiritual y medios digitales

Es probable que las descripciones de Asbury parezcan ordinarias: la gente se reúne, canta, lee las Escrituras y habla de la obra de Dios en sus vidas. ¿No es esto lo que ocurre en innumerables iglesias cada semana? La elusiva cualidad de la experiencia Asbury solo tendrá sentido para alguien que haya estado personalmente presente.

Este elemento intangible, el je ne sais quoi de la presencia divina y el sentimiento congregacional, no puede transmitirse electrónicamente, aun si quienes lideran este movimiento quisieran hacerlo.

Asbury es, pues, un golpe a favor de la espiritualidad encarnada y en contra de la mediatización desencarnada. No piense que YouTube, Facebook o TikTok le proporcionarán la misma experiencia.

Puede que este mensaje no guste a todo el mundo. Entra en conflicto con la idea generalizada de que todo lo humanamente importante es transmisible electrónicamente. Asbury está diciendo: No lo es, y no lo intentes.

3. Conciliar los enfoques calvinista y wesleyano-arminiano del avivamiento

Desde principios del siglo XIX en adelante, los calvinistas percibieron el espectro de la herejía pelagiana en los avivamientos centrados en las personalidades humanas y las técnicas emocionales. Aplicada al avivamiento cristiano, la actitud pelagiana es decir que «si debemos tener un avivamiento, entonces podemos tenerlo». Esta premisa conduce a un enfoque en la técnica y los métodos para hacer que el avivamiento suceda.

En contraste con los avivamientos «preparados» por el esfuerzo humano, la energía y la manipulación, los Calvinistas de la Nueva Luz concebían los avivamientos como «enviados» por la gracia repentina e inesperada de Dios. Según una analogía común, un agricultor podía arar la tierra, pero tenía que esperar las lluvias celestiales para regar los cultivos.

Para los calvinistas, las técnicas que supuestamente garantizaban el avivamiento no solo eran erróneas, sino también blasfemas, ya que sugerían que algo tan sobrenatural como la santa presencia de Dios podía manipularse humanamente. Por el contrario, los metodistas y otros arminianos a menudo veían la argumentación de los calvinistas como un manto para el conformismo o el fatalismo.

Sin embargo, contrastar los avivamientos calvinistas y el avivamiento no calvinista es exagerado. Los arminianos, que supuestamente «prepararon» sus avivamientos mediante el esfuerzo humano, hicieron mucho por buscar, orar y esperar en Dios. Los calvinistas, que supuestamente no hacían más que buscar, orar y esperar el avivamiento «enviado», trabajaron para avivar los pequeños destellos de gracia que aparecían entre ellos.

Nada en Asbury coincide con la conocida crítica al avivamiento centrado en el ser humano. A pesar de ocurrir en un campus metodista, el avivamiento de Asbury muestra las marcas de espontaneidad y fidelidad a las Escrituras que los calvinistas dicen que son prerrequisitos para reconocer un «movimiento de Dios». (Como calvinista, espero que mis compañeros calvinistas no se opongan a ello. Al menos, espero que acepten el consejo de Edwards al visitar el avivamiento antes de emitir un juicio sobre el mismo).

4. Tender puentes entre los avivamientos de tipo pentecostal y los críticos antipentecostales

Algunos evangélicos definen el avivamiento como «una bendición extraordinaria de los medios ordinarios de la gracia». Así es Asbury. Los «medios ordinarios», como el canto congregacional, la lectura de las Escrituras y la oración, están cosechando «bendiciones extraordinarias» durante este tiempo de gracia. La tradición metodista de avivamiento podría convertirse en un bálsamo para ayudar a sanar la desastrosa división entre pentecostales y antipentecostales.

El metodismo se encuentra en una posición de mediación, situado casi a medio camino entre los extremos de los carismáticos independientes y la implacable oposición contra el avivamiento de algunos protestantes confesionales. John Wesley estaba abierto a experiencias espirituales inusuales, pero era intolerante con la espiritualidad disruptiva, las doctrinas extrañas y los evangelistas recalcitrantes que rechazaban la corrección fraternal.

Esta actitud wesleyana de apertura cautelosa puede permitir que el avivamiento de Asbury tienda un puente sobre el abismo que existe entre los cristianos con respecto a los avivamientos. Asbury podría animar a pentecostales y antipentecostales a encontrarse en el centro metodista, y a abrir sus corazones y mentes los unos para con los otros.

Como carismático, veo una lección especial para mis compañeros pentecostales y carismáticos. Algunas partes del movimiento «lleno del Espíritu» de hoy en día se han desviado de aspectos básicos como la Biblia, la salvación de los perdidos, el arrepentimiento, la obediencia y la cruz de Cristo en favor de visiones del salón del trono, encuentros angélicos y especulaciones sobre el fin de los tiempos. Esto necesita corrección, y Asbury sugiere cómo hacerlo, sin volverse antipentecostal.

Hoy ya no son solo los antipentecostales los que limitan al Espíritu. Cuando los carismáticos tratan las experiencias espectaculares, o la lista de 1 Corintios 12 de dones carismáticos como los únicos fenómenos sobrenaturales, la lista de omisiones es muy grande. Las Escrituras enseñan que el Espíritu es el Juez, el Convertidor, el Consolador, el Santificador y el Espíritu de Verdad, así como es el Sanador y el Dador de dones.

Asbury es un recordatorio de que la salvación es sobrenatural. La Palabra de Dios es sobrenatural. La convicción de pecados es sobrenatural. La compasión por los que sufren y los perdidos es sobrenatural. Necesitamos una visión amplia y de espectro completo de las obras del Espíritu.

Un nuevo paradigma para el futuro

El científico social Anthony Wallace es un autor fascinante sobre el avivamiento. En la presentación de la teoría de Wallace por parte de Mark Shaw, los «movimientos de revitalización» se producen en tres fases: una fase de problema, otra de paradigma y otra de poder.

En la fase del problema, la gente siente que sus mapas de la realidad ya no funcionan. Los viejos caminos conducen a callejones sin salida. En la fase del paradigma, surge un líder o un grupo de líderes que no son ni reaccionarios (aferrados al pasado) ni radicales (que rechazan el pasado). En la fase de poder, el nuevo paradigma se convierte en un movimiento de masas.

Si aplicamos estas ideas a la situación actual de la Iglesia a nivel mundial, podríamos argumentar lo siguiente:

La Iglesia necesita renovación y reforma, pero estamos atascados en la fase del problema. Los viejos caminos han conducido a callejones sin salida, incluidas las divisiones aparentemente irresolubles (calvinistas frente a arminianos, pentecostales frente a antipentecostales) que restan tiempo, atención y energía al enfoque que deberíamos tener en Dios y en el llamado a la evangelización y la formación de discípulos. Una señal de que estamos en la etapa del problema es que las discusiones sobre los avivamientos se han vuelto rancias y predecibles.

El avivamiento de Asbury podría representar la etapa del paradigma. Un nuevo paradigma, como lo describió Wallace, no será totalmente nuevo, sino una reelaboración de patrones anteriores. De acuerdo con esta teoría, el enfoque de Asbury no es ni reaccionario ni radical.

La etapa del paradigma implica que los líderes redescubran el Nuevo Testamento y las raíces de sus propias ideas y prácticas. Como un árbol, el paradigma emergente necesita hundir profundamente sus raíces antes de poder empezar a extender sus ramas.

Los desafíos a un nuevo movimiento llegarán especialmente en el paso de la etapa del paradigma a la etapa del poder, cuando un movimiento comience a desafiar el statu quo. La oposición en la etapa de poder vendrá tanto de los conservadores como de los radicales.

Si el nuevo paradigma para la revitalización espiritual puede permanecer firmemente en el centro y evitar ser capturado tanto por los conservadores como por los radicales, entonces existe la esperanza de que el nuevo paradigma se convierta en un paradigma dominante, y entonces sea posible una revitalización y una reforma generalizada y sistémica en la iglesia.

Consejos con respecto al avivamiento

Mientras esperamos a ver qué nuevos paradigmas pueden surgir, permítanme terminar con algunos consejos sobre el avivamiento, de parte de alguien que ha pasado años leyendo y escribiendo sobre avivamientos cristianos y que ha tenido la oportunidad de observar lo que está sucediendo en Asbury.

Si eres creyente y oyes informes de experiencias renovadas del amor de Dios entre el pueblo de Dios, así como un deseo más profundo entre ellos de orar y adorar, entonces alégrate. Nuestra reacción por defecto, antes que cualquier otra cosa, debería ser la alegría.

Desconfía de la gente que se presenta como experta en el Espíritu Santo (incluso gente como yo, que escribe artículos como este). Nadie conoce plenamente al Espíritu. Cada uno de nosotros es un aprendiz.

Permite que Dios te guíe y te dé discernimiento, apoyándote en las Escrituras y conversando con un pastor y otros amigos espirituales. El Señor desea que «disciernan lo que es mejor» (Filipenses 1:10). Él no fallará. Reconoce que los acontecimientos espirituales, a diferencia de los físicos, no son accesibles a los cinco sentidos. Las cosas espirituales deben ser discernidas espiritualmente, lo que quiere decir que deben ser discernidas a través de sus efectos, mismos que irán revelándose gradualmente con el tiempo.

Ore por los líderes y participantes en los avivamientos, y por un avivamiento en su propio corazón. Únase a otros creyentes para orar fervientemente por el avivamiento en su propia comunidad. Haz causa común con personas afines de otras razas, etnias, grupos sociales o denominaciones. Una mayor unidad con ellos puede ser parte del plan de Dios.

Siguiendo el modelo de Asbury, reúne a cristianos más jóvenes con líderes más experimentados. El fuego de la juventud y la sabiduría de la edad son una mezcla poderosa.

Michael McClymond es profesor de cristianismo moderno en la Universidad de Saint Louis. Fue el único editor de la Encyclopedia of Religious Revivals in America, publicada en dos volúmenes, y coautor (con Gerald McDermott) de The Theology of Jonathan Edwards. Su último libro es Martyrs, Monks, and Mystics: An Introduction to Christian Spirituality (Paulist Press, otoño de 2023).

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

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