Tres disciplinas que hacen (o deshacen) a la líder latina

Como los corredores que se preparan para un maratón, las líderes latinas necesitan entrenarse para ser eficaces.

Christianity Today June 1, 2017
Prixel Creative / Lightstock

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional del Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Imagínese que alguien quiere correr en un maratón, sin embargo, no está en condición física. Lo mejor que podemos hacer es comenzar a entrenar para perfeccionar nuestras habilidades físicas y mentales, y así aumentar nuestra posibilidad de tener éxito en el maratón. En otras palabras, este corredor necesita practicar la disciplina —la preparación para realizar una tarea— para lograr el objetivo.

La misma idea se aplica en el contexto del liderazgo en la iglesia. He estado en muchos puestos de liderazgo, y he descubierto que las siguientes disciplinas son vitales para ser una líder eficaz y exitosa.

¿Disciplinas? Desafortunadamente, a menudo esta palabra tiene connotaciones negativas. Por ejemplo, el diccionario Merriam-Webster define disciplina de seis maneras, y tres de ellas tienen connotaciones negativas, tales como el castigo, el control o una regla. Dos de las otras definiciones hablan de la disciplina de estudio o instrucción, y otra menciona que la disciplina es “entrenamiento que corrige, moldea o perfecciona las facultades mentales o el carácter moral”. Esta última definición comunica el significado más positivo, y es la que se aplica a la vida de la líder latina.

En particular, hay tres áreas de la vida en que la disciplina es clave:

1. La disciplina espiritual

Para la líder cristiana, la disciplina espiritual es la base para el resto de su vida. Esta disciplina la lleva a someterse a Jesús como la fuente de vida y energía. Él dijo que aparte de él no podremos hacer nada, ni dar ningún fruto (Juan 15:4-5). Además, el Espíritu Santo es quien nos sostiene y empodera para cumplir nuestro llamado (Hechos 1:8 y Juan 14). Asimismo, el fruto del Espíritu Santo es el que nos permite vivir la vida cotidiana con la actitud correcta (Gálatas 5:22).

El someterse a la sabiduría, dirección, y poder de la Trinidad es el único camino al éxito.

No debemos “usar” a Dios con el fin de garantizar nuestro éxito. No, es una relación que se moldea de acuerdo a Mateo 6:33 “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” Es una disciplina motivada por la alegría de relacionarse con Dios, y el resto es una consecuencia. ¿Cómo cultivamos esta disciplina? La oración, la lectura de la Biblia y la meditación son los pasos a seguir.

Pero en el caso de las mujeres, la disciplina espiritual implica también tener una relación con una Santa Trinidad que está a favor de las mujeres y no en contra de ellas. Desafortunadamente, algunas iglesias exaltan el liderazgo masculino, y los dones de liderazgo de las mujeres son subestimados. Una buena disciplina espiritual debe llevarnos a reconocer que Dios levantó muchas mujeres líderes en la Biblia, y que Él ha creado a las mujeres con habilidades de liderazgo.

Como por ejemplo, está Deborah, una jueza en Israel, que le dijo a Barak que el Señor Dios de Israel le ordenó dirigir un ataque contra las fuerzas de Jabín, rey de Canaán y su comandante militar Sísara (Jueces 4:6-7). O la reina Ester, cuyo valor e iniciativa salvaron a su pueblo de la destrucción (vea el libro de Ester).

El Espíritu Santo reparte los dones según le place, y no se basa en categorías de género. (1 Corintios 12:11).

2. La disciplina personal

Normalmente las vidas cotidianas de las mujeres están llenas de ocupaciones. Pasan el tiempo cuidando de sus familias, laborando en trabajos seculares y sirviendo en la iglesia y organizaciones comunitarias. Dado que la comunidad latina está centrada en la familia, las mujeres de este grupo muchas veces cuidan no tan sólo de la familia nuclear sino también de la extendida. Este estilo de vida tan ocupado puede conducirlas a sentirse exhaustas. Por lo tanto, en este contexto, la disciplina personal implica al menos dos cosas: conocerse a sí misma y sus límites, y aprender a cuidarse mejor.

Cada mujer es diferente. El conocerse a sí misma le llevará a ser capaz de cuidarse a sí misma de una manera adecuada y óptima. ¿Es usted extrovertida o introvertida? Basándose en este conocimiento, ¿qué necesita para renovar su energía? ¿Tiempo a solas (introvertida) o tiempo con otras personas (extrovertida)? ¿Qué es lo óptimo en relación a su peso, comida, horas de sueño y rutina de ejercicios? ¿Qué consejos médicos tiene que seguir para mantenerse saludable? ¿Qué tipo de límites físicos y emocionales necesita establecer para ser una líder satisfecha y productiva?

El conocerse y cuidarse a sí misma son disciplinas fundamentales que le permitirán ser una mejor líder. ¿Por qué? Dios nos ha dado un solo cuerpo, por lo que debemos ser buenas mayordomas de éste. Además, cuando este cuerpo está dispuesto a cooperar con nosotras para alcanzar estas grandes metas de liderazgo, tendremos el éxito que Dios quiere.

3. La disciplina financiera

Una buena líder debe tener una economía saludable tanto en sus finanzas personales como organizacionales. Éste es un reto para toda mujer, pero lo es especialmente para la líder latina porque la comunidad latina tiende a tener muchos desafíos en esta área. Además de esto, la cultura común nos anima a vivir muy por encima de nuestro nivel y que lo hagamos pidiendo dinero prestado.

Sin embargo, una buena líder debe reconocer que el estrés financiero le roba mucha energía creativa y la distrae de las verdaderas tareas que está llamada a realizar. Por lo tanto, la disciplina financiera es un requisito para un liderazgo exitoso. Aquí no estoy hablando de ser rica, sino de tener una economía saludable para que las preocupaciones por el dinero no interfieran en el desempeño del liderazgo.

Frecuentemente se supone que nuestra vida privada no tiene nada que ver con nuestra vida pública, sin embargo, no es así. Si nuestras vidas privadas están en orden, no a la perfección, pero en el mayor orden posible, hay más posibilidades de que podamos convertirnos en líderes exitosas.

Qué Dios nos ayude a ser disciplinadas en las áreas espiritual, personal y financiera de nuestras vidas, para así de esta manera construir una base sólida y llegar a ser líderes exitosas. ¡Amén!

La Dra. Nora O. Lozano es directora ejecutiva del Instituto de Liderazgo para Latinas (Latina Leadership Institute – www.latinaleadershipinstitute.org), y profesora de estudios teológicos en la Universidad Bautista de las Américas (Baptist University of the Américas) en San Antonio, Texas.

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