Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).
Yvette Santana es apasionada por el ministerio y la educación. Tiene una maestría en psicología educativa y ha servido como consejera para jóvenes en alto riesgo en un ambiente de escuela pública urbana. Hoy la hermana Santana sirve como coordinadora de discipulado de mujeres para la región del suroeste de la Iglesia de Dios y como asesora de liderazgo para la Coalición de Fe y Educación.?
Andrea Ramírez, directora ejecutiva de la Coalición de Fe y Educación-NHCLC, entrevistó recientemente a Santana sobre el tema que es un desafío común para los estudiantes: superar la inseguridad.
¿Por qué es importante como cristianos, abordar el tema de la inseguridad, en lo que se refiere a la educación??
El tema de la vergüenza ha plagado a los hijos de Dios desde Génesis, cuando Adán y Eva se escondieron de Dios en el huerto. Tal vez sea la manera del adversario de destruirnos, no permitiéndonos avanzar hacia nuestros propósitos en Dios.
Podemos ayudar a los niños pequeños a sobreponerse a lo que empieza como inseguridad, pero que se convierte en un problema de vergüenza más tarde. Tal vez no leen tan bien como otros alumnos de primer año, o tal vez un niño puede no ser tan alto como otros niños del jardín de niños. Pero si podemos ayudarles a entender su valor en los primeros años, entonces su inseguridad puede transformarse en seguridad duradera. Al equipar a los estudiantes para reconocer su valor en Cristo, conquistamos un área donde el enemigo quiere ganar terreno.
Por ejemplo, si un niño aprende a sentir vergüenza por su tamaño físico, comienza a compararse con los demás, lo que daña su relación con otros niños. Puede evitar que reconozcan la intimidación y mantengan su terreno. Los maestros están a menudo en la línea de frente para observar cuándo y cómo sus estudiantes comienzan a caer en estos patrones.
¿Cómo podrían los padres ver esto manifestarse en casa?
Cuando su hijo dice que no quiere ir a la escuela, tiene un dolor de estómago constante por la mañana, algo inusual y repetitivo, es aconsejable investigar un poco más. Consulte a su pediatra si sospecha un problema médico. Pero a menudo, especialmente para los estudiantes de edad de escuela primaria, simplemente no saben cómo articular lo que están sintiendo. Por lo tanto, sus emociones pueden expresarse como una molestia física.
También puede preguntarle al maestro si su estudiante tiene alguna dificultad en el salón o con otros estudiantes. Usted puede darse cuenta que algo le está causando estrés en la escuela, y entonces podría tratar en casa esa ansiedad o inseguridad.
Otra manera en que los padres pueden abordar el tema es a través de compartir con los niños lo que a ellos personalmente les causó temor o inseguridad en la niñez. Al compartir cómo Dios le ayudó a superar el miedo, su hijo puede pensar: "¡Si mamá y papá lo hicieron, tal vez yo también lo pueda lograr!"?
¡Absolutamente! Y usted puede orar con ellos sobre sus áreas de inseguridad y miedo. Soy gran creyente en la oración antes de acostarse. Lea esa historia de la hora de acostarse y luego haga la oración por ellos: "Padre, hoy te agradecemos por cuidarnos, y mañana permite que Jimmy tenga un gran día, que confíe en ti con todo su corazón. Qué pueda estar atento cuando esté en clase." La oración es esencial.
Los niños que se quejan de dolores de estómago, o lo que sea, cada día de escuela ¿cómo puede usted investigar un poco más?
Encuentro que las conversaciones grandes con los niños pequeños ocurren mientras que usted está jugando un juego de mesa o cuando está en el automóvil. Los niños bajan la guardia cuando juegan y usted puede preguntar: “M’hijo, cuéntame sobre tu amigo Kevin, te vi en el patio de recreo después de la escuela hoy, y parecía que quizá estaban discutiendo. ¿Está todo bien? Esas conversaciones suaves les ayudan a sentirse seguros.
Incluso mientras estén en el asiento trasero del automóvil cuando usted conduce, las conversaciones son un poco más fáciles, ya que no están cara a cara. Haga preguntas abiertas en vez de "¿Cómo te fue?" Este tipo de pregunta ofrece una respuesta de una sola palabra: "Bien". Tal vez usted pueda preguntar "¿Qué fue lo mejor que pasó hoy?" ¿Qué fue lo peor que pasó hoy? ¡Esos tipos de preguntas requieren una respuesta que sea por lo menos una oración larga!
¿Qué inseguridades ve usted como un patrón para las niñas en particular??
Bueno, para las jovencitas, la inseguridad normalmente aumenta alrededor de los años de la escuela intermedia, del sexto año para arriba. Usted necesita observar los problemas de figura y autoconcepto de su hija. Nuestra cultura y nuestra sociedad ofrecen una imagen de belleza que refleja al 2% de nuestra población.
Puede abordar con sus hijas estas ideas sobre las imágenes distorsionadas de la belleza. Muéstreles el proceso que se usa en las revistas y carteleras para editar y retocar las fotos para que las modelos se vean mejor. Ayúdelas a valorar sus propios cuerpos y corazón y dones. Ayúdelas a sentirse seguras en su valor como hijas del Rey.
Una vez más, puede comenzar con un tiempo de oración, en conversaciones tranquilas donde usted dice, "tu valor no está en lo que otros piensan de ti. Tu valor está en lo que Cristo piensa de ti". Dígales tantas veces como pueda lo hermosas que son, no tan sólo a sus ojos, sino también a los ojos de su Padre Celestial.
¿Qué otras inseguridades son comunes para la mayoría de los estudiantes?
Una vez que salen de la escuela primaria, a menudo se encuentran en aulas más grandes, sintiéndose que pasan desapercibidos. Tienen varios maestros en lugar de uno solo, esto hace más difícil que realmente lleguen a conocerlos y amarlos.
Puede haber mucha inseguridad en tomar las pruebas. ¡Tan sólo la palabra tiende a aumentar la presión arterial! Sugiero descomprimir la ansiedad sobre la prueba por adelantado —y en línea. La Internet puede ser la mejor amiga de los padres. Recomiendo mucho los recursos como los consejos de "Listo para la prueba" en www.LearningHeroes.com.
Los estudiantes pueden sentirse inseguros sobre si encajan. Desde la vida académica hasta la vida social, la escuela intermedia y secundaria pueden ser lugares difíciles para encajar. Si hay un momento en que sus hijos necesitan oración, será en esos años de la adolescencia cuando las opciones para las amistades positivas pueden ser limitadas.
Eso me parece muy interesante, porque los aspectos emocionales y sociales realmente afectan la forma en que un niño aprende en la clase. A medida que los niños crecen, ¿cómo pueden los padres continuar involucrados en el ambiente escolar de sus estudiantes?
Cada padre tiene que ir a su escuela a preguntar cómo pueden ayudar mejor. La mayoría de las escuelas secundarias e intermedias, necesitan ayuda. Los fondos son limitados, y si le gustaría ser voluntario todos los lunes, les encantaría tener su ayuda quizás para cortar papel, hacer carteles, ir al correo, etc. Hágase amigo de su escuela. Vaya y diga: "¿Qué puedo hacer? Tengo un par de horas, ¿dónde me necesita?"
¿Qué pensamientos le gustaría ofrecer para concluir?
A los padres cristianos les diría: el enemigo quiere robarnos nuestra identidad de hijos de Dios, así que es importante tener conversaciones diarias con sus hijos o hijas. Obsérvelos. Sea sensible y permita que el Espíritu Santo le dé discernimiento si su hija o hijo no puede verbalizar sus inseguridades. Creo que el Señor nos lo revelará también a los padres.
Y animaría a estos padres a decirles a sus hijos: Busca sólo la aprobación de Dios. No se trata de lo que está haciendo el estudiante en el escritorio que está a tu lado. Se trata de ti y el Señor. Haz lo mejor que puedas. Trabaja arduamente.
No importa nuestra edad, nuestra identidad está enraizada en el amor de Dios por nosotros y en nuestra relación como sus hijos e hijas. El descansar en nuestra verdadera identidad es la mejor defensa contra los pensamientos ansiosos e inseguridades.