Entre C.S. Lewis y Lecrae Moore

Christopher Brooks, pastor en Detroit, dice que la apologética en el contexto urbano debe ser tanto intelectual como “llena de alma.”

Christianity Today November 14, 2013
Foto por Tom McKenzie

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

En el 2007 miembros del ministerio Evangel del noroeste de Detroit salieron a compartir el evangelio en las diferentes comunidades cercanas en un programa de verano llamado "Atrévete a compartir." Regresaron reportando nuevas conversiones y haber hecho nuevas relaciones—y también con nuevas preguntas. Muchos de los habitantes de estas comunidades habían expresado objeciones fuertes en contra de la fe.

El pastor Christopher Brooks se dio cuenta que lo que había estudiando sobre apologética en la Universidad Biola y luego en el Centro de Apologética Cristiana de Oxford necesitaba situarse en un nuevo contexto. "Nos dimos cuenta que necesitábamos contestar no solo las preguntas sobre los temas típicos de teológica y filosofía, sino también las preguntas apremiantes del presente: ¿Ve Dios lo que está pasando en el barrio?"

El libro de Brooks que está por salir, Urban Apologetics (Kregel Publications), cuenta la historia de como Evangel aceptó entusiásticamente el reto. Brooks, el nuevo decano del campus de Moody Theological Seminary-Michigan, habló recientemente con Andy Crouch, el editor executivo de CT.

Usted está conscientemente haciendo apologética desde la perspectiva y para la comunidad minoritaria. ¿Qué diferencia hace eso?

El ser parte de un grupo minoritario es una lucha por definirse: poder definir tu propia narrativa o historia y poder definir el mismo mundo. Cuando estas en la minoría, alguien más empieza a definir estas cosas por ti y para ti.

Cuando los creyentes urbanos, especialmente las minorías, nos acercamos a la apologética, con frecuencia encontramos una desconexión entre lo que los apologista populares definen como la realidad y lo que nosotros estamos experimentando.

El Nuevo Ateismo (New Atheism) y otros retos intelectuales a la fe son reales y relevantes, pero no son parte de la tela de la vida diaria de un africano-americano. Cuando hablamos de la misión de la persona minoritaria por volver a tomar el control de su propia narrativa y de conectarse con cierta herencia en particular, los movimientos religiosos como el Pensamiento Moro, Egiptología, y los del Cinco-por ciento (Moorism, Egyptolgy, Five Percenters) han estado presentes en nuestras comunidades desde la época del movimiento sobre la defensa de los derechos civiles. Si deseo defender el cristianismo en este medio ambiente tengo que hablar de estos movimientos. No puedo solo hablar del ateísmo y del islam ortodoxo.

Mucha gente en nuestras comunidades preguntan simplemente: ¿Cómo podemos sobrevivir en este país en este momento? Desafortunadamente, la apologética protestante tradicional raramente ha contestado los interrogantes que levanta la justicia. Agarra un catecismo católico y vas a encontrar una sección que trata sobre la consciencia social, y la justicia social. Pero en la teología sistemática evangélica común, no la vas a encontrar. Tristemente, en la comunidad negra, hemos cedido esos temas o a la teología de la liberación o a los grupos negros nacionalistas como la Nación de Islam. Se necesita un voz contundente evangélica en nuestras zonas urbanas que dice, "aquí está lo que el evangelio tiene que decir sobre la justicia."

A los evangélicos anglosajones típicamente les atrae la piedad/rectitud de Dios [righteoussness]—creer la doctrina correcta en cuanto a Dios, y vivir una vida personal de piedad delante de Dios [creer y obrar rectamente en nuestro trato con Dios]—mientras que a los africano-americanos y a los otros grupos minoritarios nos atrae la justicia de Dios [creer y obrar justamente en nuestro trato con el prójimo]. Sin embargo, el Salmo 89 dice que el fundamento del trono de Dios es la justicia y la rectitud. No podemos tajar o bifurcar la ética de Dios en categorías de piedad/rectitud personal (asuntos como el aborto y la sexualidad) por un lado o categorías de justicia (asuntos como la educación o la igualdad económica) por el otro.

El argumento a favor de la vida, por ejemplo, es mucho más persuasivo dentro de nuestra comunidad si se enfoca desde la perspectiva del movimiento que se esfuerza por eliminar la violencia contra la juventud. Nuestra comunidad ya ha sido movilizada para luchar en contra de ese tipo de violencia hacia la juventud. Es muy natural extenderse y decir: "¿No debemos proteger también a nuestros hijos en el vientre? ¿No debe ser el vientre de una madre el lugar más seguro para un bebé?

Algunos dirían que podemos razonablemente abogar y defender asuntos de rectitud y verdad, pero los asuntos de justicia son mucho más complicados. ¿Puede la apologética verdaderamente tratar eficazmente esos asuntos?

Los cristianos creemos que la verdad es una Persona. La verdad es más que una proposición. La verdad "se hizo hombre y habitó entre nosotros," según el Evangelio de Juan, y lo hemos contemplado como "el unigénito del Padre." Y cuando esta Verdad viene a nosotros, llena de gracia y verdad, viene sanándonos y tratando nuestras heridas [del corazón]. Una verdad que no es viva, vibrante, y activa no es una verdad expresada en su plenitud. Claro que existen aspectos intelectuales de la verdad, la conversación dialéctica que se tiene que tener para refinar nuestro entendimiento de la verdad. Pero para que la verdad se exprese en su plenitud, tiene que ser encarnada. La apologética se lleva a cabo en una mejor manera cuando tenemos tanto conversación como encarnación.

El problema con la apologética y la razón por qué no ha tenido un efecto "pegajoso" (para usar un término de mercadeo) en las comunidades minoritarias es que ha sido una apologética conversacional pero sin encarnación. Si restringimos la verdad a un ejercicio académico en lugar de verla como algo que se vive, "habitando entre nosotros" en una manera visible, entonces la verdad no ha sido expresada en su plenitud.

Pero para que la verdad se exprese en su plenitud, tiene que ser encarnada. La apologética se lleva a cabo en una mejor manera cuando tenemos tanto conversación como encarnación.

También hay que tomar en cuenta al "apático"—la persona que simplemente no tiene ningún interés en Dios. ¿De que manera le despertamos el corazón para siquiera indagar sobre el interrogante de Dios? Esto demanda un enfoque balanceado entre la ortodoxia (la sana doctrina) y la ortopraxis (la sana práctica). La práctica correcta se vuelve tan importante como la doctrina correcta, especialmente en el contexto urbano. Por ejemplo, cuando estoy hablando sobre lo que la Biblia dice sobre el significado de ser varón o mujer, sobre la definición cristiana de la familia y su propósito, es tan importante que yo muestre eso en mi vida con mi esposa como es que yo predique con precisión sobre esos temas. Simplemente, hay que hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Usted ha dicho que el decline de la familia, o la falta de familias intactas donde el padre está presente, es el mayor reto a la tarea de discipular.

Estamos proclamando un evangelio que habla de Dios como el Padre que nos ama, que envió a su Hijo a morir por nosotros. Se hace difícil relacionarse aún a los mismos términos cuando uno no conoce a su propio padre.

Piense sobre esto por un momento. Usted es un niño africano-americano que se está criando en un hogar solo con su mamá. Su mamá está batallando con pagar las cuentas. ¿Quién cubre los gastos que faltan para pagar la renta y la comida y esas otras cosas que se necesitan en el hogar? El gobierno lo hace. Y el gobierno se convierte en un cuasi-padre.

Ahora considere el año 2008, cuando fue elegido un presidente negro. Ahora papá tiene una cara. Si un conservador social nos pide que "votemos nuestros valores," o sea, que votemos por el candidato Republicano, para la comunidad minoritaria, es como si nos dijeran "rechaza a tu padre." Mis hijos no van a tener que lidiar con eso porque el gobierno no es el papá de ellos. Ellos tienen un padre en casa. Así que pueden ver al gobierno con los méritos de las Escrituras, sin ninguna confusión alrededor de identidad y sicología. El gobierno es simplemente y solamente el gobierno para ellos, porque su padre esta proveyendo todo lo que un padre debe proveer y que ellos necesitan.

Así que más vale que les mostremos lo que es un padre, lo que es una familia, para que cuando veamos analogías a la familia en la Biblia, se puedan relacionar, como cuando Juan dice, "mirad que amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios." ¿Cómo se expresa ese amor en el diario vivir? Si puedo ver eso en un ejemplo visible, el texto toma vida.

¿De que manera ha incluido usted tanto la rectitud como la justicia dentro de su contexto?

Dejando que el texto bíblico hable por si solo. Debemos venir al texto, no primero con los lentes de clase social, o raza, o posición social, sino acercándonos sabiendo que es la auto revelación de Dios. Luego tratamos de identificar los temas que son importantes para Dios. Tomar una perspectiva exegética tanto hacia la predicación como hacia la apologética quiere decir que preguntamos: "¿Qué dice el texto?" y ¿qué revela en su totalidad?" Esa manera de hacerlo trae a nuestra atención cosas con las que no nos hubiéramos topado si solo hubiéramos dejado que nos guiarán nuestras presuposiciones.

Pienso en C.S. Lewis, quien tenía el reto de edificar un puente entre la cultura universitaria de Oxford y Cambridge y la cultura de la iglesia. Estas dos culturas estaban mundos aparte la una de la otra para entonces, pero Lewis era, en un sentido, bilingüe: Podía hablar el lenguaje de Oxford delante de la iglesia, y el lenguaje de la iglesia delante de los intelectuales y naturalistas.

Espero que haya cristianos que puedan hablar el lenguaje de la rectitud a las minorías. Creo que esto es parte de mi llamamiento. Por otro lado, estoy hablando el lenguaje de justicia frente a aquellos que no han tenido que lidiar con asuntos de justicia. Necesitamos más cristianos bilingües que puedan hablar tanto el lenguaje de la rectitud moral como de la justicia.

¿Ha traído, esta manera de hacer exégesis, algunas sorpresas para usted o para su congregación?

Si: adopción. Nuestra iglesia ha acogido entusiásticamente la adopción y el cuidado temporal de niños en un contexto familiar (foster-care). El cuidado temporal de niños en un contexto familiar es un programa del gobierno que acoge un porcentaje demasiado elevado de niños minoritarios. Hemos tenido una relación antagónica con el gobierno porque percibimos que el gobierno se beneficia al sacar a nuestros hijos de nuestros hogares.

Pero cuando empezamos a estudiar las Escrituras y ha hablar de Dios Padre, nos encontramos con el lenguaje de adopción en Efesios 1 y con la preocupación por las viudas y los huérfanos en Santiago 1:27. Nos tuvimos que preguntar: "¿Cuál es nuestra responsabilidad para con los huérfanos en nuestra comunidad?"

Tenemos una meta de que no habrá ni un solo niño en nuestra comunidad esperando un hogar donde vivir. Hay alrededor de 2,000 niños esperando un hogar ahora, y nuestra meta es poder encontrar 2,000 hogares para ellos. Tenemos 3,000 iglesias en Detroit. Así que, si cada iglesia encuentra una sola familia que adopte, podemos eliminar la espera de estos niños. Este es un asunto de praxis y de apologética: mostrar como el evangelio hace una diferencia.

Parece ser que dentro de la comunidad africana-americana persistió una cultura cristiana por más tiempo que en la cultura mayoritaria: se les concede a los líderes de la iglesia un respeto incuestionable. ¿Está cambiando eso?

Absolutamente. Cuando tengo alguna sesión de preguntas y respuestas con estudiantes de preparatoria y universidad, escucho preguntas como: "¿Qué es la iglesia?" "¿Para qué es la iglesia?" No es que estén buscando una definición técnica sino que desean saber: "¿Dónde encaja la iglesia en el mundo de hoy? ¿En que lugar se ubica la iglesia en medio de todos los cambios que presenciamos?" Esta es la primera vez que este tipo de preguntas salen a relucir en nuestra comunidad.

Y no descontemos el papel que juega el mejoramiento socio-económico que ha habido en nuestra comunidad, que provee acceso a las mejores universidades. Regreso de esas experiencias, y espero más de mi pastor que un buen coro, o gritos, y predicación. Necesito algo que se aparee no solo a lo que recibo en el salón de clase, sino también en mi entrenamiento empresarial. Si se me reta intelectualmente en esos contextos, voy a querer traer mi cerebro a la iglesia también.

Hay una gran cantidad de dialogo teológico y filosófico dentro de las comunidades minoritarias. Hay tanto apetito en la comunidad urbana para ese tipo de conversación como la hay en Manhattan para el Sócrates en la Ciudad de Eric Metaxas. Traemos a nuestro contexto algunas de las mismas mentes brillantes a nuestras conferencias llamadas "Respondiendo al reto." Y, el dialogo teológico y filosófico es tan enriquecedor como en Manhattan.

El Hip-hop, ese tipo de música popular, también trata asuntos teológicos y filosóficos.

El artista cristiano que interpreta música Hip-hop es el equivalente del profeta de antaño. Estos artistas tienen una relación muy interesante y compleja con los pastores. La relación entre el profeta y el pastor siempre ha sido complicada. Pero los interpretes de Hip-hop han hecho una gran labor al liberar la apologética de la cárcel del salón de clases. Exigen expresar la apologética en una manera creativa.

Es algo bello que la apologética haya invadido el ámbito de la música y las peliculas y los medios masivos de comunicación, a través de los dramaturgos, los poetas, y los artistas de la palabra hablada. En nuestras conferencias de "Respondiendo al reto" siempre participa un artista de la palabra, o un poeta o un rapero cristiano que ayuda a darle el ritmo al evento. Para la persona minoritaria, la verdad debe resonar no solo en una manera intelectual, sino también en una manera que "llegue al alma." Tiene que llevar un ritmo.

Aprecio la labor de Lacrae Moore, de 116 Clique y de Cross Movement, y de todos los jóvenes apologistas urbanos que saben como llevar el mensaje a la esquina de la calle. Ya puedes encontrar líderes de Hip-hop en los seminarios—vas a Dallas o a Biola y allí los vas a encontrar. Así es como se expresa el evangelio cuando llega a mi comunidad.

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